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Deseo compartir con ustedes este comentario que pretende, modestamente, ser constructivo y clarificador.
Sucede un hecho al que ya, a esta altura, lo interpreto como un fenómeno particular y exclusivo de esta ciudad,
donde no tenemos, lamentablemente, una identidad propia en lo que a percusión afrolatina se refiere. Hay como
una creencia súmamente errónea de que la percusión es algo que no necesita ser estudiada. Es decir, cuando un
chico/ca tiene deseos de tocar la guitarra o el bajo o el teclado o el violín, etc, segúramente se buscará un
profesor y comenzará a tomar clases. En cambio, es muy habitual que un recién iniciado, vaya a una casa de
instrumentos y compre un bongó o una conga, la lleve a su casa y comience a darle, en su desconocimiento y su
creencia errónea de que es fácil, a una serie de "ritmos" de lo más baterísticos, los cuales, nada tienen que ver
con la percusión. Partamos de esta premisa: La batería es la batería y la percusión es la percusión. Al pan, pan.
Ambos, genéricamente, son percusión pero difieren radicalmente en cuanto a su sonido, su técnica y,
fundamentalmente, sus ritmos. Percusionista que desea tocar batería, debe ir a un profesor y estudiar batería. A
Tomemos como ejemplo un instrumento esencial como son las congas, instrumento de base por excelencia.
Debemos estudiar, ante todo, sus sonidos y trabajarlos mucho para que sean muy limpios y claros. Básicamente
podemos comenzar con 4 sonidos esenciales: Abierto, Slap, Palma y Dedos, pero sabiendo que con el tiempo
tendremos por lo menos 10 sonidos bien diferenciados entre sí en un sólo tambor. Con ellos, más una técnica
muy depurada, vamos a poder disfrutar de una gama tímbrica muy exquisita y el goce que ello nos produce, al
combinar dichos sonidos, es infinito. Esto, sin la compañía de un profesor que te transmita los conocimientos, se
tornará absolutamente cuesta arriba y lo único que lograremos es perder tiempo y llenarnos de "vicios" de
posiciones mal hechas con lo cual, luego, habrá que invertir mucho tiempo en corregir todo aquello que hemos
incorporado mal. Porqué conformarnos, entonces, con 1 o 2 sonidos mal aprendidos producto de la falta de
Otro error muy grande es tomar clases por Internet, es decir, viendo videos que te muestran algunas cosas
básicas o, lo que es peor, interpretaciones erróneas, confundiendo de esta forma al aprendiz. Al no haber un
seguimiento personal del docente que te acompaña semana tras semana, nuevamente comenzamos a adquirir
vicios, lo cual lleva, en algunas ocasiones, a padecer lesiones del tipo tendinitis, etc.
De modo que, habiendo aprendido con un buen profesor, primero los sonidos, luego la técnica, comenzaremos
a incoporar la enorme vastedad de ritmos existentes, tradicionales, populares, bailables, folclóricos, de los
diferentes países, como el Son, la Rumba (Yambú, Guaguancó y Columbia), el Songo, el Mozambique, el Pilón, el
Bembé, la Bomba, la Plena, el Merengue, etc, por mencionar sólo unos pocos ritmos de Cuba, Puerto Rico, Santo
Domingo. O el Festejo, la Marinera y el Landó peruanos. Y el mismo enfoque utilizaríamos para los diversos
instrumentos de los diferentes estilos de Latinoamérica: pandeiro, tan-tán, tamborim, cuica, surdo, etc de Brasil;
Resumiendo, hay que ponerse a estudiar para que te formes como músico, para poder un día ser un profesional,
tocar en una banda, acompañar a un artista, grabar discos, realizar tu proyecto... en fin. Es tan emocionante y
gratificante cuando tu instrumento suena lo que querés interpretar, que es como cantar con los tambores. Pero
no te olvides, hay mucho que practicar para ello, al igual que lo hace un estudiante de medicina o un gran atleta
que entrena muchas horas para correr los 100 metros llanos. No existe la diferencia entre esto y desarrollarte en
tu instrumento. Nada viene de arriba. La musa no baja y te toca el hombro y te dice " desde ahora vas a tocar
groso". El talento sólo tampoco alcanza. Se necesita sentar el culo en la banqueta y practicar, estudiar. Sin
Tu instrumento debe hacer bailar a la gente que te oye y si te limitás a aprender mal, difícilmente lo hagan.