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A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE DESEAN TOCAR PERCUSIÓN!

de Juan Carlos Marras, el miércoles, 10 de febrero de 2010 a la(s) 12:30 ·

Deseo compartir con ustedes este comentario que pretende, modestamente, ser constructivo y clarificador.

Sucede un hecho al que ya, a esta altura, lo interpreto como un fenómeno particular y exclusivo de esta ciudad,

donde no tenemos, lamentablemente, una identidad propia en lo que a percusión afrolatina se refiere. Hay como

una creencia súmamente errónea de que la percusión es algo que no necesita ser estudiada. Es decir, cuando un

chico/ca tiene deseos de tocar la guitarra o el bajo o el teclado o el violín, etc, segúramente se buscará un

profesor y comenzará a tomar clases. En cambio, es muy habitual que un recién iniciado, vaya a una casa de

instrumentos y compre un bongó o una conga, la lleve a su casa y comience a darle, en su desconocimiento y su

creencia errónea de que es fácil, a una serie de "ritmos" de lo más baterísticos, los cuales, nada tienen que ver

con la percusión. Partamos de esta premisa: La batería es la batería y la percusión es la percusión. Al pan, pan.

Ambos, genéricamente, son percusión pero difieren radicalmente en cuanto a su sonido, su técnica y,

fundamentalmente, sus ritmos. Percusionista que desea tocar batería, debe ir a un profesor y estudiar batería. A

la inversa, exactamente lo mismo!

Tomemos como ejemplo un instrumento esencial como son las congas, instrumento de base por excelencia.

Debemos estudiar, ante todo, sus sonidos y trabajarlos mucho para que sean muy limpios y claros. Básicamente

podemos comenzar con 4 sonidos esenciales: Abierto, Slap, Palma y Dedos, pero sabiendo que con el tiempo

tendremos por lo menos 10 sonidos bien diferenciados entre sí en un sólo tambor. Con ellos, más una técnica

muy depurada, vamos a poder disfrutar de una gama tímbrica muy exquisita y el goce que ello nos produce, al

combinar dichos sonidos, es infinito. Esto, sin la compañía de un profesor que te transmita los conocimientos, se

tornará absolutamente cuesta arriba y lo único que lograremos es perder tiempo y llenarnos de "vicios" de

posiciones mal hechas con lo cual, luego, habrá que invertir mucho tiempo en corregir todo aquello que hemos

incorporado mal. Porqué conformarnos, entonces, con 1 o 2 sonidos mal aprendidos producto de la falta de

información pudiendo aprenderlo todo?

Otro error muy grande es tomar clases por Internet, es decir, viendo videos que te muestran algunas cosas

básicas o, lo que es peor, interpretaciones erróneas, confundiendo de esta forma al aprendiz. Al no haber un

seguimiento personal del docente que te acompaña semana tras semana, nuevamente comenzamos a adquirir

vicios, lo cual lleva, en algunas ocasiones, a padecer lesiones del tipo tendinitis, etc.

 De modo que, habiendo aprendido con un buen profesor, primero los sonidos, luego la técnica, comenzaremos

a incoporar la enorme vastedad de ritmos existentes, tradicionales, populares, bailables, folclóricos, de los

diferentes países, como el Son, la Rumba (Yambú, Guaguancó y Columbia), el Songo, el Mozambique, el Pilón, el

Bembé, la Bomba, la Plena, el Merengue, etc, por mencionar sólo unos pocos ritmos de Cuba, Puerto Rico, Santo

Domingo. O el Festejo, la Marinera y el Landó peruanos. Y el mismo enfoque utilizaríamos para los diversos

instrumentos de los diferentes estilos de Latinoamérica: pandeiro, tan-tán, tamborim, cuica, surdo, etc de Brasil;

tambores Chico, Piano y Repique del candombe uruguayo; etc,etc, etc.

 
Resumiendo, hay que ponerse a estudiar para que te formes como músico, para poder un día ser un profesional,

tocar en una banda, acompañar a un artista, grabar discos, realizar tu proyecto... en fin. Es tan emocionante y

gratificante cuando tu instrumento suena lo que querés interpretar, que es como cantar con los tambores. Pero

no te olvides, hay mucho que practicar para ello, al igual que lo hace un estudiante de medicina o un gran atleta

que entrena muchas horas para correr los 100 metros llanos. No existe la diferencia entre esto y desarrollarte en

tu instrumento. Nada viene de arriba. La musa no baja y te toca el hombro y te dice " desde ahora vas a tocar

groso". El talento sólo tampoco alcanza. Se necesita sentar el culo en la banqueta y practicar, estudiar. Sin

ahondar en este paso previo, no hay disfrute posterior…

Tu instrumento debe hacer bailar a la gente que te oye y si te limitás a aprender mal, difícilmente lo hagan.

Un abrazo, Juan Carlos Marras.

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