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Las personas jurídicas poseen una serie de atributos propios y diferenciados a los de las personas
físicas que componen estas organizaciones. Estos atributos propios de las personas jurídicas son:
Se dividen en personas de Derecho Público y Derecho Privado. Son personas de Derecho Público:
el Estado, la Nación, el Fisco, las Municipalidades, Iglesias, Comunidades Religiosas y
Establecimientos que se costean con fondos del erario.
Las personas jurídicas de Derecho Privado, se clasifican en personas jurídicas sin fines de lucro y
con fines de lucro.
Corporaciones.
Fundaciones.
Personas jurídicas con fines de lucro son las sociedades. Estas pueden ser:
TEORÍA DE LA CONCEPCIÓN
Esta teoría afirma, que la personalidad del ser humano comienza con el inicio de la vida
intrauterina, es decir en el momento de la concepción. Esta tesis se fundamenta en disposiciones
legales que protegen no solo a la madre, sino también al producto de la concepción (aborto
criminal, prohibición de labores que afecten la salud del niño a mujeres embarazadas).
Al respecto, el Art. 17 CCV-. Establece que el feto se tendrá como nacido cuando se trate de su
bien y para que sea reputado como persona basta con que haya nacido vivo.
Teoría del nacimiento
Según esta teoría la personalidad comienza en el momento del nacimiento, este es el criterio
universalmente aceptado. El nacimiento, para el derecho es la separación por expulsión natural
(parto) o intervención quirúrgica (cesárea) del fruto de la fecundación y sus anexos, después del
periodo de la gestación, al ámbito externo en forma total respecto del cuerpo de la madre.
La teoría de la Viabilidad: Requiere que el feto no solo nazca vivo, sino viable, es decir apto
para la vida, de lo contrario se considera que no existe la vida independiente.
La teoría de la Vitalidad: Para el reconocimiento de la personalidad del ser humano basta
con el feto haya nacido vivo. Esta es la corriente aceptada en nuestro país según el Art. 17
CCV-. El feto se tendrá como nacido cuando se trate de su bien, y para que sea reputado
persona basta que haya nacido vivo.
Lo fundamental es que el feto nazca vivo, pues si nace muerto, se tiene como si jamás hubiese
existido, pues no llego a adquirir personalidad en sentido jurídico. No importa si la muerte se
produce después del nacimiento, después de la separación del cuerpo de la madre, siempre que
no se produzca antes o durante el parto o cesárea.
Pruebas de vitalidad
Las pruebas con las cuales se demuestra el nacimiento de una persona son:
La importancia de estas pruebas es fundamental desde el punto de vista jurídico tanto en materia
penal como civil:
Sostiene que aunque el feto haya nacido vivo y viable, para otorgar personalidad jurídica
se exige que el feto tenga figura humana, con lo cual se quería excluir a los monstruos y prodigios.
Esta teoría no es acogida por nadie porque como dice Aguilar Gorrondona, se sabe que es la
generación, mas no la figura lo que va a determinar la condición humana del nacido.
Esta teoría combina las teorías de la concepción y del nacimiento. De manera que, la
personalidad jurídica comienza con el nacimiento del niño o niña, pero que se tendrá por nacido
cuando se trate de su bien.
Cálculo de la concepción
Art. 213 del CCV-. Se presume, salvo prueba en contrario, que la concepción tuvo lugar en los
primeros ciento veintiún (121) días de los trescientos (300) que preceden al nacimiento.
Se entiende por concepción el lapso en el cual se presume que en un día cualquiera comienza la
vida intrauterina, es decir la concepción. En este sentido, el legislador establece en el artículo 213
CCV, una presunción iuris tantum, es decir que admite prueba en contrario, según esta, la
concepción ocurre durante los primeros 121 días de los 300 que preceden a la fecha del
nacimiento. Del mismo modo se presume que el tiempo de gestación más largo es de 300 días y el
más corto de 180 días, hechos que pueden ser refutados mediante prueba en contrario.
Filiación matrimonial
Filiación extramatrimonial
Materia sucesoral