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Laura Devetach La construccién del camino lector Educacion Presidencia de la Nacion comunicarte La construein del camino lector © 2012, Laws Devesch (© 2012, Faitoral Comunicrte Coleecin Pedagogin y Diddetics,cirgida por Sibia Vizquer Primera ediciénjullo de 2008 Primera eimpreso: uerubre de 2008 Segunda seimpreson: mayo de 2012 ISBN 978-987-602-073-2 comunicarte Tsing 82 - Plas Alta 2C5000 TIR ~ Coa ~ Argentina “Tevfax: (0351) 4588460 ccitoviel@comanicarewehcom.ar Srrcomunscarteneb com at astracon de ap: Noeml Qvispe, 11 soe. Pobliuda en "La noche es sue ulbrica de Libros Bentevao de! Tales lierario "Coens cons" Pasronato de a Infancia de Bahia Blanca, Noviembre de 1996 sil de 2007, cooidinado por Misa Colingela, ‘Se tecminaton de inoprinis 9.000 sjeaplasee en Tisanes Foroeromos S.A, CCharione 971, Avsllnece, Bueno Ais, Azgeatina «27 dis dei mes de abil de 2022. (Qgeda hecho el depen gue establece la Ley 12.723. Lio de edicion agertoa ~ Padludod i Argentine ‘Tados ios derechos reservados. No se permit la reproduccidn pascal o tose amaeenamiento, lay i rananisise 9 le wansformacisn de este bro en calques forma o por cualaler tradin,ceaelecenico 0 matisiee, mediante Frosopis, digitalized y otros metodo, ine permis previo exerted los tlares de orig. Su infracion ests contemplada por ls Leyes Eupany 25-46, DeeEn Taal ‘Enconavesin del cin co! po Sti Vinge con prog de Au Si ‘as Comoni- Are 2008 Flip lats om Pala vac ISBN ors-967-02-075.2 {Tite de Lect 1 Wings Sig, UL Si, Ana pray. I Tile cpp ee Fecha deepen: 149072008 A Fontanarrosa que de poesia supo ensefiarnos un pace. Incdoro: — “La niebla es el aire, cuando se cansa de que no lo vean' glo anoté, Mendieta? Mendieta: (asintiendo) — ‘Junto a: El viento es el aire hecho a empujones’. Revista Viva, Clarin. 22 de julio del 2007 i ai ie es ARR Caminando hacia la literatura: leer ficcién, leer poesia Explorar, elegir, descartar Reflexiona desde la persona que esctibe y lee y que busca un encuentro no con el rol docente, el de bibliotecario u otros roles, sino principalmente con personas que estén preocupadas por escribir, por leer y por motivar a los demés para que lean. El hacer leer lleva a tomar concien- cia de algunas cuestiones previas, Para acercarnos a un texto literario ponemos en juego una cantidad de procesos mentales, emociones y vivencias que no siempre tienen que ver, en apariencia, con la lite~ ratura ni con el texto escrito. Quizas la mejor estrategia para quienes pretendemos “hacer leer” a nifios 0 adultos, sea tener en cuenta este caudal propio, que determina la direccién de nuestros pasos hacia la lectura y la escritura. Cuando se juzga un cuento, o un poema, se dice como argumento corriente: “este cuento no me gusta porque es 8 La CONSTRUCCION DEL CAMINO LECTOR cruel.”“Pone en contacto a Jos nifios con malas palabras.” “No tiene final feliz.” “Ese cuento no me deja nada.” “Este poema me sirve porque habla de la amistad, del medio ambiente, etcétera’, O “es bueno porque tiene valores, un buen mensaje”. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas, Quizds debamos incorporar otros elementos de juicio en rek cidn con nosotros mismos como lectores y, por descon- tado, en relacién con los demas. Esclarecer por qué lee- mos o lee la gente, qué nos/les produce placer o rechazo, cudles son nuestras dudas y las ajenas. Queda siempre claro, de entrada, cudndo un cuento es valioso? zexisten cuentos sobre el crecimiento de las personas, la paz, la compasién, que, sin embargo, no nombran ninguna de esas palabras? cla narracién de un proceso de crecimien- to, o de descubrimiento, es un “valor”? cpuede salvarse la obra fiteraria de la manipulacién que puede hacer un mediador? zdejamos de lado autométicamente textos gue nos descolocan, con los que “no sabemos bien qué hacer”? dllegado el caso, los abordamos de otra manera? asiempre hay que “hacer algo” con ellos? ;El lector parti- cipa de estas reflexiones? Vivimos eligiendo cosas ~o creyendo que elegimos~ y desechando otras, lenos de presiones. Lo mismo pasa con la eleccién de los textos literarios. Me interesa destacar que no solo son las ideas que ellos portan las que funcio- nan para construir un camino lector, el gusto, la formacién de opinién, los procesos de crecimiento. Lo que funciona es su calidad completa. scence son nn Laka Devetacn Hay textos que en un tris nos recetan cémo ser solida- tios. El sistema vuelve todo recetario, lo naturaliza, lo minimiza, lo convierte en un pequefio objeto funcional a sus necesidades, concreto y vendible como un comprimido. Hay también textos que, sin mencionarlo, crean un clima bello y fuerte sobre los sentimientos, las huchas internas, el hecho de escuchar, de ver a los demés, acerca de la necesidad de silencio, de madurar pensamientos, de a lentitud indispensable para vivir 0 amar. La estructura de una obra literaria (retahila, cuento de repeticién), el punto de vista narrativo, el manejo del tiempo literario, etcétera contribuye a desarrollar deter- minados procesos mentales. Las estructuras literarias variadas pueden acercarnos a experiencias tempranas que involucran al cuerpo, los sentidos y las emociones. Este acercamiento facilita -en un reconocimiento sin pala- bras- el avance hacia la lectura de textos desde zonas insospechadas del ser humano. Porque esa es también la fuente desde la que el escritor escribe. Me refiero al reco- nocimiento del espacio poético interno, a las vivencias del juego, del ritmo, a las distintas maneras de escuchar, de ver, de sentir, de conocer, en las que cada ser humano se inicia, mejor o peor, desde el nacimiento. Y desde donde surge la palabra creativa. En muchos casos se enfatiza normativamente sobre que los chicos tienen que recibir cuentos cortos, que ten gan siempre el principio en el principio, el medio en el medio y el final feliz en el final feliz. O que los textos ten- gan palabras sin complicaciones y sin implicitos para esa % LA CONSTRUCCION DEL CAMINO LECTOR etapa que, generalmente, tiene un mimero: “los de cua~ tro”, “los de cinco”, etcétera. O que el texto es lo de menos si va acompafiado de una gran imagen. Por ese camino se eligen y hasta se fabrican textos para responder a estas necesidades determinadas a priori que luego son convertidas en reglas. Se cierra asi la posibili dad de entender que puede haber otras maneras de narrar y otros discursos que, si bien pueden no ser comprendi- dos de inmediato, tientan al lector. Y lo tientan porque tienen la enorme riqueza de sembrar la nocién de que ya se legara y de gue el mundo del texto es amplio y rico y mucho mis lleno de ofertas de lo que aparenta ser. Asi se van adquiriendo otras maneras de leer y hasta de mirar el mundo. Porque todo movimiento hacia Ja cultu- ra es de ida y vuelta, con modificaciones mutuas, un movimiento dialéctico. $i miramos el mundo a través de un cuadrado, leeremos luego solo cuentos cuadrados, a su vez esos cuentos reforzardn el gusto para que sigamos mirando el mundo en clave de cuadrado y deseando solo mas cuentos cuadrados. Literatura, prejuicios y mercado Las cosas no son siempre malas o buenas en si. Esta tam- bién el hecho de cémo se usan y para qué. Y en una cul- tura no hay méjor poltrona que la ignorancia. Entonces si gue el mundo se simplifica y no hay problemas. Viva entonces la hamburguesa como la mejor comida, Y no seria eso lo peor. El problema real no es la existencia de 8 eee seed Eee __Laura Deveraces la hamburguesa sino que se borre de un plumazo todo lo demas, simplemente porque no sabemos que existe. Para poner un ejemplo: si contamos solamente cuentos de repeticién, 0 jerarquizamos excluyentemente solo libros ilustrados, o libros en colores, el dia que llegue otro tipo de textos o de libros ~poemas o una historia sin dibujos o en blanco y negro-, los nifios van a sentir que son rarisimos. Y todo Jo raro, lo extrafio, no gusta cuando los horizontes receptivos quedan fijados en pocas cosas. Nos vamos convirtiendo en seres excluyentes. Ese es un camino que se subraya hoy desde el sistema, los medios y el mercado. Pensemos en muchos programas de nuestra television basados en la reiteracin y la carcajada de utileria. Pasa algo cuando asoman propuestas diferentes? Y si pasara, las mediciones de rating les dejarfan oxigeno para sobrevivir? Quienes consumen sélo peliculas de Hollywood basa~ das en persecuciones, efectos especiales, en estallidos, pueden sentirse tocados por otros lenguajes como el de la pelicula irani Los nisios del cielo, o de Los suefios de Toshiro Mifune, o de Historia del camello que Hora de Luigi Falor- ni y Bayambasurem Davaa? ;Cudntas peliculas diferentes legan a nuestros cines comerciales y cuanto duran? Cito una noticia publicada por Clarfn el 19 de junio de 2006 sobre un nuevo mal detectado en los nifios, desde el area de la salud: la negfobia. No por tener nombre nuevo se trata de un nuevo mal. Es un mal muy antiguo, pero por lo menos ahora se Jo toma en cuenta: \OCION DEL CAMINO LECTOR. La neofobia estd identificada como el miedo a las novedades y a la incorporacion de nuevos elementes. Este trastorno es muy frecuente entre los nites que se rebiisan a sumar alimentos sanos y nutritivos a su dieta. (...) En este sentido, si los padves siguen una dieta mondtona en la cual los platos son siempre los mismos, es muy probable que en algiin momento de su infancia, el nifto desarrolle neofobia. No hacen falta demasiadas aclaraciones para relacionar esta noticia con lo que venimos reflexionando. En el mundo de Ja Iamada cultura para nifios, los adultos nos ponemos en guardianes de Io que los chicos pueden o no entender. “No se eatiende el implicito” se argumenta, “No es para esta etapa”. “gPara qué edad escribiste este libro?”, “:Me da un libro para seis?” se pide en las librerfas con no menos empefio que el que se pone cuando se buscan talles o modelos de ropa o marcas de alfajores. Frecuentemente se habla de todos los nifios como si se tratara de uno solo o fueran todos iguales. Los periodistas reiteran sus preguntas para el Dia del Nifio o durante la Feria del Libro: “Sra. Escritora, :por qué los chicos no leen?” “:Porqué cree Ud. que les gusta tanto el terror?” “Qué chicos?” ~digo yo- “;Los de Madagascar, los jujefios, los de San José de la Dormida, los que andan car- toneando, los de Palermo Hollywood?” Esta ideologia con que se observa a Ja lectura y al lec- tor reduce la posibilidad de recepcién. No les facilita nue- 86 Laura Deveracts vas experiencias con el lenguaje, se les niega la entrada a zonas més amplias de la letra escrita y de la literatura. De alguna manera se veta la experiencia en zonas desconoci- das. Los chicos se las arreglan entonces para tenerlas en otros ambitos sin que nada balancee las vidrieras del mer- cado cuyas ofertas no proponen precisamente la convi- vencia amplia sino Ia guerra, en las que el enemigo es toda tarea que tenga que ver con el humanismo. Entre ellas, la lectura de literatura. 2Cudl es el lector seguro? Desde Ja escritura Ja propuesta puede ir siempre un poquito més alla. Considero que es responsabilidad de quien escribe tomar elementos de su realidad, procesar- los, elaborarlos literariamente con palabras y estructuras que despierten, creen apetencias, alertas y amplien el horizonte de lectura. La literatura puede hacer propues- tas nuevas que estimulan, entendiendo por nuevo aquello que propone una dptica diferente, que sobresalta, que conmueve y hace gue el lector se ponga atento desde varios niveles, no sélo el intelectual. Hay distintas maneras de proponer. A veces quienes escriben no se dan cuenta cabal de sus aportes porque tie~ nen ya incorporados histéricamente procedimientos que la cultura, la edueacién y Ia vida toda inscribieron entre sus mecanismos expresivo: Es el creador quien, a través de sus ganas de decir cosas para las que a veces no tiene palabras, hace las propuestas 7 pea para dialogar con su ptiblico. Por eso es bueno seguir a los autores a través de sus obras. Es quizés més importante y concreto que algunos encuentros personales con autores que se organizan a menudo, en los que los nifios han leido un solo libro, todos el mismo, con las mismas direc tivas. Pero ese es otro tema. ‘A veces sucede que para quien escribe, lo mas ficil es quedarse repitiendo lo seguro. Pero asi no hay crecimien- to. Quiero decir con “repetir”, copiarse a si mismo 0 a otros autores en lo que més éxito tuvo, o responder a las modas y demandas del mercado y Ia pedagogia més que a los propios deseos. No me refiero ~con Ia idea de la “repeticién” por parte del autor a trabajar con los mismos personajes, por ejemplo, porque eso significa en muchos casos profundi- zarlos, desnudarse con ellos, mostrar todas sus facetas y sus cambios en distintas etapas. Ese hilo que tira el autor desde sus personajes, también necesita una mirada que no sea superficial por parte de quienes buscan textos para los chicos en la literatura. Seguir a un autor no quiere decir contar cudntas veces construye sus escenas con los mis mos personajes, sino observar cémo van evolucionando el autor, sus temas, su universo literario. La literatura de mercado ¢s la que se juega alo seguro. A los temas que se venden, al lenguaje que no produzca ninguna duda, a los esporddicos y dudosos textos de can- tantes 0 actrices, 0 a los temas nacidos de alguna merca~ deria tipo Barbie, Eso es un negocio. Entrar en ese juego no ayuda a formar ni buenos lectores ni buenos escrito- 88 q nee ia A a pO i Lavea Deveracn ses. Tales materiales no son literarios y s6lo dafian si real~ mente -y por ignorancia~ se los confunde y promociona como literatura, Para los chicos que se fascinan con ellos, quizas sélo signifiquen etapas que hay que quemar, como la de las figuritas de tarno. Dicen que los grandes autores no fueron entendidos en su tiempo. En muchos casos ocutri6, y estos autores fue~ ron Ia cuna de todo lo nuevo en el siglo siguiente: los grandes poetas del siglo xix, Edgar Alan Poe, Baudelai- se, Rimbaud, Pero también est el caso de todas las pro- puestas que si legaron y fueron aceptadas y cambiaron la forma de leer, de mirar 0 de pensar de su piblico y que atin hoy nos asombran: Dante Alighieri, Shakespeare, o Cervantes, Carroll, Mark Twain, De Foe. Mas cercanos, al alcance de los nifios y en nuestra lengua, Federico Gar- cia Lorca, Nicolés Guillén, Javier Villafaie, Horacio Quiroga, Marfa Elena Walsh desde sus canciones, la lite- ratura folclérica tradicional divulgada por distintos reco- piladores y un buen grupo de escritores argentinos que se fueron dando a conocer entre los "60 y los '80. Sucede que la escritura es una labor muy solitaria y, a veces, e] autor corre el peligro de apreciar o desear la res puesta inmediata y sin riesgos. A veces nos aferramos a lo que creemos que nos asegura lectores, Es una pulsién contra la que hay que luchar. Pero gseré asi? gE] lector facil es un lector seguro? Lector seguro no es el que sobrevuela lo escrito y pasa répidamente por muchos tex- tos con las mismas propuestas y de la misma manera. Para mi, lector seguro es el que se va formando en el 89 La consravoer ELLCAMINO LECTOR _ didlogo con textos diversos, regresa a esos textos a través de los afios, los reconoce cada vez en cosas diferentes. Lec~ tor seguro es el que va creciendo con los autores que tam- bién crecen y urden propuestas sabiendo que hay gente del otto lado para secibirlas. Lector seguro es aquel que, ente~ rado de lo efimero de la presencia de algunos libros en librerias, va a las bibliotecas y descubre en ellas el amplio mundo de la literatura que no es solamente bestseller. Literatura ¢ ideologia En este movimiento hacia la literatura, ninguna elecci6n es inocente. Cuando optamos por un tipo de vinculo con el texto y no otro, cuando elegimos determinados textos, cuando aceptamos que no siempre cantidad de lectura es igual a calidad, o que el contacto de un nifio con un cuen- to no se puede medir ni pesar en el momento, nos esta~ mos definiendo también ideolégicamente. Toda sintaxis es una opcién de vida inconsciente. Nuestra vida, nuestros propios didlogos, nuestra oralidad y escritura tienen gramiticas, sintaxis, estructuras, tonos, que revelan bisquedas y posturas frente al mundo. Es importante tomar cada vez més conciencia de ese hecho.

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