Está en la página 1de 2

Érase una vez en una pequeña escuela en la que asistían muchos animales de todas las

especies, allí había un hermoso pavo real que deslumbraba a todo el que le veía con sus
hermosos colores y lindos plumajes, éste era muy presumido, egoísta y orgulloso, pero se
destacaba entre los mejores de su clase; el siempre andaba solo y no tenía muchos amigos,
pero esto no le afectaba en absoluto él decía que no necesitaba de la compañía de nadie.
Con frecuencia repetía éstas palabras:
-En este lugar no hay nadie más hermoso, inteligente e importante que yo.
Un día una hormiguita que era su compañera se acercó a él para pedir explicación acerca de
una tarea, pero como era de esperarse el pavo se rehusó a ayudarle y riendo le dijo:
- ¿qué hace alguien como tú tan insignificante y pequeño tratando de hablar con alguien tan
majestuoso como yo?, mejor vete y aprende de mí, que no necesito de nadie más que de mí
mismo,
La pequeña hormiguita respondió:
- no importa cuán grande seas o cuanto conocimiento tengas todos necesitamos la ayuda de
alguien alguna vez.
El pavo ignoro sus palabras y le abandonó.
Poco tiempo después la maestra jirafa decidió hacer pequeños grupos para realizar algunas
tares y actividades, dejó a disposición de sus pupilos la elección de sus compañeros, todos
formaron pequeños grupos, pero el pavo quedó solo. Nuevamente la hormiguita se acercó a
él y le dijo,
- ¿quieres formar parte de mi grupo?
- ¿de qué hablas? Dijo el pavo, - yo haré todo solo, no necesito de ti ni de los demás deja de
fastidiarme.
Al llegarse la hora de que la profesora jirafa hiciera revisión de los conocimientos
adquiridos, llamo a todos sus alumnos al frente y él pavo se encontró con que la hormiga
había desarrollado mucho sus saberes, tenía una postura crítica, podía argumentar y refutar
con seguridad diferentes temas, él quedó sorprendido, no podía entender como ésta había
podido avanzar tanto en sus conocimientos, él pavo intrigado se acercó a la hormiga y le
preguntó,
- ¿cómo es que has podido adquirir todas éstas competencias y conocimientos?,
La pequeña hormiga sonrió levemente y le dijo,
- aún no has podido comprender qué cada animal tiene una forma de pensar diferente y de
esto se puede aprender, mientras tú estabas solo yo compartía conocimientos con mis
compañeros y ellos conmigo, quise ayudarte porque sabía que podíamos lograr más juntos,
pero tú me rechazaste.
El pavo confundido le preguntó,
- ¿por qué intentaste ayudarme aun cuando yo me negué hacerlo primero?,
La hormiguita dijo:
- no me interesa cuál sea tu actitud conmigo, siempre busco el bienestar de quienes me
rodean y brindo mi apoyo sin ningún interés.
El pavo se dio cuenta de la gran verdad que decía la hormiga, con mucha vergüenza se
disculpó y reconoció que hasta de una insignificante hormiga se puede aprender grandes
cosas.

También podría gustarte