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LOS NIÑOS FUERA DE LA PANTALLA CHICA: REALIDAD DE LA TV

INFANTIL EN CHILE.
Lo que fue una paulatina retirada de los programas para niños, hoy es una realidad: ya no se
emiten programas para menores en la TV abierta. Las razones son precisas: la introducción
de los canales de cable, el lento abandono de la programación de las emisoras nacionales, y la
creación de nuevas formas de consumo. La realidad indica que los niños están obligados a
acceder a sus contenidos favoritos a través del cable o streaming, o de peor modo seguir en la
TV abierta viendo contenidos para otros rangos etarios e incluso programas para adultos.

Por Javier Ossandón

Mientras la TV abierta -a juicio de expertos- está sumergida en una crisis, la intenciones de


los niños de ver programas creados para su consumo han migrado al cable, aún cuando un 40
por ciento de la población no tiene acceso a la TV de pago. La industria ha abandonado de
manera lenta a los niños, incluso TVN, señal de carácter pública, no ha logrado hacerse cargo
del problema. Hoy por hoy la TV infantil made in Chile pende un hilo: el financiamiento del
CNTV. Programas icónico y recordados por muchos ya no ven en la pantalla abierta una
alternativa

Los números de los niños en la pantalla chica

Según el Estudio de oferta y consumo de televisión del Consejo Nacional de la Televisión


(CNTV) los programas para niños pasaron de significar más de 11 por ciento de la oferta de
programas en la TV abierta nacional en 2013 a tan sólo ser parte de un 1,3 por ciento de todos
los programas emitidos por los canales nacionales en 2017. La cifra es un mínimo histórico
desde que se hace la medición.

Si tomamo las cifras que reúnen a los 6 canales -TVN, Mega, La Red, Canal 13, CHV y
UCVTV (hoy TV+)- de la TV abierta nacional, se emitieron 45.812 horas de programas de
TV, de lo cuales 452,6 horas corresponde a programación infantil en todo 2017. Mega, el
canal más visto en 2017 por los chilenos, apenas programó un 0,5 por ciento de su contenido
con producciones para niños.
Soledad Suit, directora del CNTV infantil, entidad dependiente del consejo que busca realizar
labores de fomento y difusión de contenido infantiles, considera que esta realidad de la TV
chilena tiene su origen en las decisiones de los directores de programación en años anteriores.
“Yo creo que es una mezcla de factores. La primera es que los canales de TV, principalmente
los directores de programación, y esto partió con Vasco Moulian fundamentalmente,
consideraron desde el año 2005-2007 que no es necesario programas de contenido infantil en
TV abierta, porque los niños tienen acceso al cable y ahí está segmentado. Con esa razón, los
programadores de todos los canales abiertos fueron disminuyendo la oferta de programación
infantil”, señala Suit.

La realidad indica que los niños consumen mayor cantidad de horas de televisión en
promedio respecto a la oferta que entregan los canales. El público infantil, considerado entre
4 y 12 años, ve en promedio 2:34 horas diarias de TV, de las cuales 1:27 está destinada al
consumo de programas de TV pagada. El tiempo restante los niños la pasan mirando
programación de los canales abiertos nacionales, dejando entrever el inevitable consumo de
contenido no pensados para niños, e incluso para adultos.

Las cuatro producciones más vistas por niños entre 4 y 12 años en 2017 corresponden a
programas emitidos por el canal Mega. Destaca la aparición de eventos deportivos,
“Clasificatorias Rusia 2018”, y tres programas con categoría de horario para adultos: “Sres.
papis” (telenovela nocturna), “Perdona nuestros pecados” (telenovela nocturna) y “Morandé
con Compañía prime”, que de paso acumuló en tan sólo en mayo de 2017 6 denuncias ante el
CNTV y posee un historial de sanciones por parte del mismo organismo.

Valerio Fuenzalida, investigador de la Universidad Católica, se muestra preocupado por la


posible influencia del consumo de programas para adultos en niños. Si bien el bajo estado de
desarrollo de investigaciones en esta materia dejan vacías ciertas conclusiones, se pueden
especular los posible efectos.

“Yo creo que necesitamos mucha más información en Chile, es difícil establecer esta
influencia (del visionado de programas para adultos en los niños). Hace 30 ó 40 años atrás los
temores eran que los dibujos animados produjeran violencia en los niños y hoy en día esos
temores no gozan de mucha popularidad, pero sabemos bien poco sobre cuáles pueden ser las
influencias de las telenovelas, qué pasa cuando ven Morandé con Compañía. Yo creo que ahí
falta mucho estudio de consumo.”, comentó Fuenzalida.
El año 2014, en la Encuesta sobre consumo de Televisión del Consejo Nacional de la
Televisión el 60 por ciento de los padres opinó y se consideraba nada satisfecho con la
cantidad de programas infantiles en TV abierta. Cabe preguntarse qué alternativas tienen los
niños en la pantalla.

El nicho del cable

Los números del CNTV revelan que el segmento entre 4 y 12 años son el único grupo que ve
mayor cantidad de horas de TV pagada que señales abiertas. Junto con el grupo entre 13 y 17
años son el segmento que menor tiempo destina al ver programas por la TV abierta. Y es que
a pesar de que una cifra cercana al 40 por ciento de los chilenos no tienen acceso a la
televisión pagada o por cable, el público infantil y adolescente mantiene un hábito de
consumo de señales de pago.

Valerio Fuenzalida, considerado experto en TV infantil, al ser consultado por la forma de ver
televisión de los niños en la actualidad plantea: “primero la televisión infantil básicamente
está en el cable. Ya que ahí hay una oferta muy grande en Chile en este momento. Hay 12
canales para niños, se siguen agregando canales para niños, este año apareció Animal Planet
Kids. Estos canales tienen una altísima sintonía, dentro de los 10 primeros canales del cable
de todos hay 5 infantiles, los que se han mantenido por años”.

Efectivamente, las emisoras que se emiten por cable más consumidas por los niños son
Cartoon Network, propiedad del grupo Warner que emite para toda Latinoamérica; Disney
Channel, señal del gigante de la animación mundial fundada por Walt Disney; y Boomerang,
cuya señal pertenece al grupo Turner y opera para toda la región latinoamericana.

Soledad Suit se refiere a la incidencia del cable en la TV infantil en Chile. “Acá hay una
generación que no tuvo contenido infantil para ellos. Los canales también están formando los
públicos, tú acostumbras a la familia y a los niños que en la televisión abierta no hay
programación para ellos, entonces yo niño y sobre todo yo mamá busco en otro lado: el
cable”, detalla.

Según Suit, encargada de la dirección del CNTV infantil, la alta sintonía que los niños le
entregan a los canales de cable surge precisamente por decisiones económicas y
programáticas de los canales nacionales. “Los canales de Tv abierta comenzaron a
desentenderse de estas audiencias que no generan gran rating, lo que es un círculo vicioso
porque si yo no formo audiencias no tengo ingresos. Por otro lado, si yo no formo desde niño
tú cuando seas adolescente tampoco vas a acudir a la TV abierta” se refiere.

Además, agrega que los hábitos de consumo fueron cambiando con la consolidación del cable
como actor principal en la emisión de contenido para niños. “Están cambiando las formas de
consumo, y el otro elemento es que efectivamente la tecnología nos permite hoy día algo que
hace 10 años no era posible, yo puedo ver el contenido que quiero a la hora que quiero y sin
corte, entonces eso incide en las formas de ver contenido particularmente en los niños.
Entonces lo que partió siendo una excusa de los canales -esto es mi opinión, no del consejo-
para no poner programación infantil se convirtió en una realidad”, plantea.

Posición que es compartida por Fuenzalida, escritor del libro “La nueva televisión chilena”,
quien se muestra preocupado por el porcentaje de la población en Chile que no tiene acceso a
la televisión por cable, cifra que bordea el 40 por ciento, y cuyos niños ven restringido todo
acceso a programas hechos para ellos.

“Indudablemente hay un sector de niños que no tiene cable, y que es un sector cercano a
40%, que está ubicado en los sectores más marginales de la ciudad y en el campo. Entonces
esos sectores son los que tienen menos posibilidades de ver televisión en el cable y tampoco
ven televisión abierta. La TV abierta ha disminuido los programas porque los niños se van al
cable, porque ahí están los programas que ellos quieren y a la hora que quieren, tienen una
oferta muy grande.”, se refiere Fuenzalida.

CNTV: el salvavidas de la TV para niños

Recordadas son las producciones nacionales “31 minutos” -que logró el financiamiento del
CNTV el año 2002- que fue emitida por TVN, “Diego y Glot” -ganador del fondo en 2004-
que salió al aire en Canal 13. Sumado a la recordada Campaña “La I” dirigida por Vivienne
Barry y que fue emitida por TVN anterior a su franja infantil, que se adjudicó el
financiamiento del fondo en el año 2000. Estas series infantiles lograron tomarse la pantalla
nacional a principios de los años 2000.

Hoy, a la luz de las cifras y la opinión de los expertos, la televisión abierta en Chile no tiene
considerada al público infantil. La apuesta de los canales nacionales en la producción y
creación de contenido destinado a niños ya es parte del pasado. La pequeña industria nacional
de programas infantiles está sustentada en gran parte por la labor del Consejo Nacional de la
Televisión en apoyo, principalmente económico, de producciones nuevas para menores. Año
a año el CNTV destina un espacio en la convocatoria concursales por los el Fondo CNTV a
realizadores que postulen a sus productores infantiles.

El año 2018 el CNTV en su postulación del fondo acogió 249 producciones nacionales de
todo género. 33 proyectos destinados a público infantil compitieron por obtener el
financiamiento, 27 destinados a niños de 6 a 12 años y 6 destinado a edad pre-escolar.
Finalmente 4 producciones destinadas a público infantil obtuvieron el Fondo CNTV en 2018,
"Zander" y "Paleodetectives, América Latina" destinada a niños de 6 a 12 años, y "Hola
Flinko" y "Mazapán animado", orientado a público pre-escolar. Lo que se suma al
financiamiento de una nueva temporada de "Los fantásticos viajes de Ruka".

En este sentido, el apoyo económico del Consejo Nacional de la Televisión se convierte en el


pilar que sostiene la gran parte de los contenidos infantiles que aparecen en pantalla. Para
Ignacio Villalabeítia, director de Fomento del CNTV, el apoyo del Estado sostiene la
pequeña industria de TV infantil. “Sin el financiamiento del CNTV y la labor del CNTV
infantil no tendríamos contenido nacional infantil. No habría una producción, no habría una
industria de animación, entonces nosotros como CNTV, como departamento de Fomento
estamos siempre velando por que salgan proyectos infantiles, más allá de los recursos
disponible”, señaló.

“Es fundamental la labor que hace CNTV como los fondos que se dan a través del Ministerio
de Cultura y la CORFO para financiar este tipo de producciones, que per se son muy caras, y
que por lo tanto los canales de televisión son muy poco arriesgados en invertir tanta plata
porque el público no es tan grande. Entonces creo que ahí demuestra la importancia de que
haya financiamiento público, para los realizadores es una tremenda preocupación ver que los
fondos se pueden ver reducidos porque saben que la industria sin ese tipo de refuerzo o
apoyo, la labor está compleja.” comentó el director de Fomento CNTV.

Además de entregar financiamiento directo a la realización de programas infantiles, el


Consejo Nacional de la Televisión cuenta con CNTV infantil, organismo liderado por
Soledad Suit que se encarga de difundir y crear contenidos para entregarlos a canales locales
comunitarios y mantener una canal en streaming con programación exclusiva para niños y
adolescentes.
La entidad fue creada en el año 2000 bajo el alero del CNTV, hasta el año 2017 operaba bajo
el nombre Novasur y es dirigida desde 2014 por Soledad Suit, socióloga con especialización
en comunicación y audiencia. La organización surgió como una iniciativa piloto que buscaba
capacitar a profesores de Chile en el uso de materiales audiovisuales. Con el paso del tiempo
avanzó hasta estar presente en cerca de 6000 establecimientos educacionales, una cobertura
cercana al 60% del total de Chile y hoy en día es una plataforma digital de difusión de
contenidos para niño, entregando mensualmente a más de 60 canales de televisión abierta
regional, abierta local o locales por ip, comunitarios y operadores de cables locales.

Nuevos desafíos y propuestas

La realidad de la TV chilena indica que ya no existen programas infantiles para niños y la


gran parte del consumo de televisión para menores se da en el cable. El aún desigual acceso
de la población a la televisión por cable limita la intención de ver programas para niños. Por
otra parte, la audiencia demanda más programación infantil en TV abierta, ya que es gratis y
llega a todo el país. Un 21 por ciento de los consultados en la Encuesta Nacional de
televisión cree que debiese haber una canal infantil en TV abierta.

La postura es compartida por Valerio Fuenzalida, quien se refiere al rol que debería sostener
el CNTV en el desarrollo de los contenidos infantiles, y la labor que debe tener el canal
abierto estatal.

“Yo estoy por una reforma muy importante de TVN. No puede tener sólo un canal generalista
y un canal de información en el cable, tiene que tener un canal para niños, hay muchos
sectores de niños que no tienen acceso al cable y tiene que llegar a ellos. Yo creo que tiene
que tener un tipo de televisión que sea valiosos para los niños, que los ayude a estimularlo en
su desarrollo y ahí el Estado tiene que poner dinero, no puede ser financiado por publicidad.
Hay una inversión pendiente del Estado”, manifestó Fuenzalida.

Algunas discusiones entre expertos apuntan a la creación de una franja obligatoria en los
canales de TV abierta como solución a la escasez de contenido destinados para niños, sin
embargo desde el CNTV infantil se muestran contrarios a esta propuesta por las
características del consumo infantil en nuestro país.

“Yo creo que no es suficiente la franja. Las franjas no sirven por las formas y hábitos de
consumo, no todos los niños están disponibles para ver TV de 5 a 6 de la tarde, además las
familias ordenan la vida cotidiana de una forma distinta a los ritmos que teníamos 20 ó 30
años atrás. Entonces un franjeado es como un fracaso seguro para un canal de cobertura
nacional. (...) Yo creo que debería existir un canal no franjeado, si no una señal, un canal
abierto destinado al público infantil.” destacó Soledad Suit.

Por ahora, la propuesta de creación de una canal infantil de TV abierta es sólo una intención
entre expertos, pero podría cobrar fuerzas considerando los nuevos hábitos de consumo y las
nuevas formas de acceder a los contenidos para niños. La aparición de nuevas tecnologías y
la penetración de servicios como Netflix niños y Youtube Kids pueden ser una plataforma
para la creación de nuevos contenidos para niños en nuestro país.

Soledad Suit se refiere de la siguiente forma:

“Con todo lo que la tecnología permite, la propuesta de un canal abierto es una cuestión
circular con muchos vínculos a las redes sociales, a YouTube, con muchos vínculos a otras
plataformas. ¿Cómo funcionaría? No sé, eso es hacer ciencia ficción, pero es el ideal, porque
el niño y un hombre joven está acostumbrado a ver lo que quiere, donde quiere y cuándo
puede y de las formas que quiere, y eso un hombre tiene la costumbre, un niño de 6 ó 7 años
no conoce otra forma. Por lo tanto un canal destinado al público infantil es tener un
contenidos disponibles 12 horas al día, por lo mismo pienso que la programación debe tener
una lógica de cable.”.

De esta manera en medio de un panorama desolador en materia de programas infantiles en


TV abierta y a pesar de las cifras que muestran un crítico momento de la TV infantil, se
puede vislumbrar nuevas formas en que se puede realizar programas considerando las nuevas
tecnologías y plataformas digitales. Sin duda en Chile los niños fueron dejados de lado en la
programación de la televisión chilena, pero se abren nuevas expectativas para que los niños
puedan acceder a contenidos preparados especialmente para ellos, ya sea en TV o en las
nuevas formas de ver contenido audiovisual.

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