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MIRA MOYA
SEXO Y DIOS
UNA PRESENTACIÓN DE LAS PRINCIPALES
PERSPECTIVAS DE LA SEXUALIDAD
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Unidos de España (G.B.U.).
INTRODUCCIÓN
Finalmente, en las últimas décadas del siglo pasado, esta nueva moral
que en su origen tuvo un fuerte contenido ideológico y revolucionario en
su desarrollo, acaba siendo engullida y reinterpretada por una sociedad
consumista, que rompe, si es necesario, con valores tradicionales,
persiguiendo un enfoque más y más materialista de la existencia. Todo
ello, como veremos, hubiera sido imposible, sin la intervención de la
potente industria publicitaria, propulsada por los no menos influyentes
medios de comunicación actuales.
Notas:
1.2.1. Extrabíblico
1.2.2. Legalista
1.2.3. Restrictivo
En esa misma línea, limitando todavía más el único fin asumido para la
sexualidad en ese momento, otro autor de esa misma tradición, Yves de
Chartres, expone lo siguiente:
1.2.4. Negativo
Si bien es cierto que todas las iglesias siempre deben estar en proceso
de renovación, esa no ha sido la constante histórica. Por ello, aún en los
países de tradición Reformada, las iglesias cayeron en un patrón
religioso-tradicional, que aunque cualitativamente fue diferente al de las
iglesias católico romanas como hemos comprobado en este apartado, de
forma genérica también se podría decir que en algunos aspectos
participó de este enfoque religioso tradicional.
1.5. Conclusión
Notas:
11 (HV 12; Pío XI, enc. “Casti connubii”). Art. 6. El Sexto mandamiento.
2366.
Creo que es importante notar que durante el siglo XIX Europa vivió una
etapa en la cual continuaba a la vanguardia en cuanto a generación de
ideas. Es en nuestro continente donde fue gestándose lo que se podría
llamar una nueva moral. Esta poco a poco se extendió a todas las áreas
de la existencia, incluida la de la sexualidad. Como mencionaba en la
introducción, esta nueva moral sexual eclosionó en la segunda mitad del
siglo XX, en Occidente, a partir de los años sesenta. En esa época
surgen varios movimientos sociales que hacen aflorar todo lo que se
había estado gestando a lo largo de las décadas precedentes.
Los avances científicos son tan colosales, que incluso nos permiten
pensar en modificaciones de nuestra conducta sexual, cuestionando
primero la moral cristiana (aunque podría haber sido otra) e incluso llegar
a prescindir de cualquier norma ética, porque lo que es posible para la
ciencia se convierte en exigible, sin tener en cuenta ningún tipo de
consideración moral:
Este mismo biógrafo Ivo Frenzel intenta matizar esta afirmación cuando
dice:
Él, al igual que otros autores, veía en las pautas de conducta sexual
tradicionales la causa de la perpetuación del orden social establecido, y
afirmaba que solo se produciría un cambio social a gran escala, si se
lograba romper con la ética religiosa y tradicional de la sexualidad y de la
familia. De ahí la importancia de su labor de fundamentación teórica
sobre la descarga sexual. Toda su obra es una extensa crítica contra la
familia tradicional, acusándola de ser el núcleo de la moralidad represiva.
Estas dos citas que siguen, escritas unas décadas antes, son lo que
podríamos decir un preludio perfecto para entender hasta qué punto fue
asumido el pensamiento revolucionario de los autores y disciplinas
mencionadas por este movimiento contracultural y de ruptura con el
establishment en el inicio de la segunda mitad del siglo XX.
Por otro lado el comercio relativo a productos que tienen que ver con la
sexualidad genital ha crecido enormemente. Un ejemplo de esta realidad
lo encontramos en la tradicional prensa escrita: cualquier periódico
incluso en aquellos que presumen de prestigiosos, tienen que incluir
algunas páginas de contactos y servicios sexuales. Allí uno tiene sexo a
la carta, con todas las variedades en cuanto a edades, colores,
experiencias, y con precios ajustados a todas las economías. El sexo se
ha convertido hoy día en la forma más económica y extendida de placer.
La variedad de formatos a través de los cuales se ofrece sexo se
multiplican con las nuevas tecnologías. La sexualidad genital como
objeto de consumo es una de las fuentes que más dinero genera y
mueve en la economía mundial.
Paul Ricoeur nos recuerda que: aquello que más nos hace sufrir,
más aun que la falta de justicia o de libertad, es la falta de
significación. Una sexualidad sin significado, fútil, he aquí lo que
nos amenaza.48
2.8. Conclusión
Creo que desde este punto de vista la posible relación entre el sexo y
Dios es inexistente o imposible de plantear. Este enfoque parte de bases
ideológicas para las que no existen absolutos, todo es relativo. Nos
encontramos en una sociedad humanista a ultranza, por lo tanto, Dios no
cuenta para nada.
Notas:
22 F. Nietzsche. El Anticristo.
Este enfoque consigue evitar los puntos débiles de las dos anteriores
posturas: La religiosa tradicional y la nueva moral sexual. La primera con su
visión negativa, pecaminosa, de todo lo que se asocie a la sexualidad.
La segunda ignorando por completo a aquel que diseñó y creó la
sexualidad. Entender este tercer enfoque en un sentido positivo nos
ayudará a superar las consecuencias negativas que a lo largo de siglos
la primera, y en las últimas décadas principalmente la segunda, han
estado y están produciendo. Dios y el sexo son dos realidades que bien
entendidas siempre se relacionarán de forma amistosa y significativa.
Por descontado hay que decir que la Biblia tiene una visión positiva del
placer sexual, así como de la función reproductiva, pero siempre dentro
de ese marco relacional más amplio, y no al margen del mismo.
Así pues, la sexualidad es una realidad mucho más rica y amplia que la
genitalidad. La genitalidad tiene que ver fundamentalmente con aspectos
biológicos y físicos de la sexualidad. La sexualidad incluye la genitalidad.
Esta última nunca puede equipararse a la sexualidad pues solo es una
parte de esta y no precisamente la más significativa.
Una ilustración nos ayudará a entender este principio que creo que es
fundamental para entender el resto del enfoque bíblico sobre la
sexualidad.
Las llamadas parejas de hecho son una de las alternativas cada vez más
extendidas al matrimonio, pero no acaban de cumplir con el requisito
esencial para acceder al acto sexual desde la perspectiva bíblica. Así
pues, siendo una situación muy parecida al matrimonio, sin embargo el
elemento ausente es el compromiso, expresado este en un pacto público
de por vida. Es por eso que el compromiso público se convierte en un
factor revelador y decisivo en esta cuestión.
Cada ser humano debe decidir entre seguir viviendo sin Dios en las
consecuencias de la Caída (siendo él dios para sí mismo, rechazando los
propósitos y principios de Dios), o vivir con Dios, asumiendo que es
Creador, Salvador y Señor de nuestras vidas. Dios no impuso, ni impone
sus principios a sus criaturas: expone, invita y nos trata de forma
responsable. Según Él y su revelación solo hay una forma moral correcta
de vivir. No solo la ha revelado sino que se compromete personalmente
con cada uno de nosotros para capacitarnos para vivir en armonía con
Él. Toda la dimensión sexual queda incluida en este marco, al igual que
el resto de las áreas de nuestra persona y vida.
Es por ello por lo que los principios bíblicos son extensivos a todos los
seres humanos El que no creamos en Dios, el que no vivamos conforme
a ellos no nos exime de responsabilidad y de las consecuencias de
ignorarlos o rechazarlos. Por ser universales y objetivos son aplicables a
todas las culturas y pueblos. La cultura humana en cualquiera de sus
localizaciones geográficas o históricas ha sido afectada por las
consecuencias desastrosas de la Caída y por lo tanto ninguna cultura
puede ser idealizada o deificada.
3.10. Conclusión
Por eso es tan importante el tema genérico que este libro aborda. Dios
tiene mucho que decir acerca del sexo. Es más, podríamos afirmar que
es quien más puede aportar, porque en definitiva es el diseñador y
creador de esta faceta de nuestra persona.
Notas: