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Traducido al español por M. Francisco Liévano R.

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EDITORIAL VIDA
Miami, Florida 33138
DEDICADO

a los millones de personas que han leído


los "libros de alabanza"

Título en inglés: "Walking & Leaping"


Copyright © 1974 by Logos International
All Rights Reserved

Copyright © 1975 por Editorial Vida


Derechos reservados

Impreso en los Estados Unidos de América

Cubierta diseñada por David Bonilla


ÍNDICE
"O
Introducción . :=: . .~. . . T 9
1. Un predicador metodista en Ambia . . . 13
2. Milagros en el camino 41
3. La tierra y el pueblo de Dios 54
4. Los comienzos de un ministerio 75
5. Un ministerio de sanidades 88
6. El pueblo y la casa de Dios 105
7. La construcción de la casa de Dios . . . . 124
8. Finalización de la obra 137
9. Un ministerio progresivo 147
INTRODUCCIÓN

Hace cinco años, el capellán del ejército Merlin


Carothers relató el intrigante testimonio de su
vida en una cena de hombres de negocios. En el
auditorio estaba ese día un editor que pensó que
*ese relato debía escribirse, y así se lo dijo a
Carothers luego de la reunión. Unos pocos meses
después apareció De la prisión a la alabanza
bajo malos auspicios en los puestos de libros y,
sin ningún aviso pagado, firmemente fue subiendo
hasta llegar a la condición de libro de mejor
venta (hasta el día de <hoy se han vendido más
de dos millones de ejemplares). De algún modo,
a medida que la gente lo leía, comenzaron a cam-
biar profundas actitudes... la desesperación le
dio lugar al entusiasmo y a la esperanza... una
nueva dimensión de realidad, rica en posibilida-
des, agitó las imaginaciones a través del mundo
de habla inglesa.
En De la prisión a la alabanza y en el segundo
libro de Carothers, El poder de la alabanza, él
xO LA ALABANZA EN ACCIÓN INTRODUCCIÓN
discute ampliamente su redescubrimiento de un Pero cuando él aprendió otra vez a alabar a
antiquísimo principio: que Dios nos llama a todos Dios, también por esto, a confiar en Dios cuando
a darle las gracias en todas las cosas, que la ala- todo militaba contra esa confianza, emergió con
banza y la confianza son la respuesta apropiada un gozo exuberante que sólo podía estar caracte-
para toda situación difícil. La obra se volvió po- rizado en las acciones del hombre cojo de naci-
pular, y se hicieron necesarios dos libros subsi- miento que, al saber que había sido dramática e
guientes, Respuestas a la alabanza y ¡Obras de instantáneamente sanado, comenzó a andar y a
alabanza! .para poder registrar plenamente el am- saltar... y a alabar a Dios,
plio espectro de respuesta entusiasta que sus pri-
meros dos libros produjeron. Hasta el día de hoy
se han vendido más de cuatro millones de ejem-
plares de estos cuatro libros, y todos ellos siguen
vendiéndose firmemente.
Ahora, en su quinto libro, el señor Carothers
se- siente finalmente libre para revelar algo más
de lo que le ha sucedido a él personalmente. ¿Qué
ha estado haciendo él desde que salió del ejército?
¿Y realmente el principio de la alabanza opera
en él? ¿Alaba él a Dios sin importarle lo que le
suceda?
La respuesta a la primera pregunta es este
libro. Y en ese relato están las respuestas para la
segunda y la tercera. Realmente la respuesta para
la última es negativa. Dios no ha permitido que
él se duerma sobre los laureles de su éxito inicial:
ha tenido nueva experiencia y le ha llegado nueva
verdad, la una moldeada y atemperada por la otra.
La experiencia fue valiosa, y a su vez le hizo
adquirir una verdad difícil de aprender. Aunque
Merlin Carothers halló que era difícil ser efer-
vescente de gozo en todo esto, fue en verdad el
fuego encendido por su propia predicación el que
ahora estaba limpiando radicalmente su vida; una
experiencia dolorosa cualesquiera que sean las
normas que se le apliquen.
1
Un predicador
metodista en Ambia
"Alabado sea el Señor", decía yo suave-
mente, volviéndome de la ventana del
frente y moviendo mi cabeza con admi-
ración. Estacionada en frente de la casa,
fulgurando con el sol tempranero de la
mañana estaba una camioneta rural
Oldsmobile, completamente nueva, y en-
ganchado a ella estaba un remolque ha-
bitable Holiday igualmente nuevo, en el
cual podían dormir seis personas. Menos
de una hora después, María y yo, junto
con Juana (20), Bruce (11) y Eugenia
(8) saldríamos en el primer viaje de
vacaciones que yo tendría en muchos
años. Y no sólo durante una semana me
había metido en un programa imposible,
sino durante un mes entero...
Aun eso no era lo más grande. Está-
.¿4 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
bamos en camino hacia el sur de California, a hecho su propio viaje. De modo que yo fui revi-
donde Dios nos había llamado a comenzar una sando poco a poco diversos detalles alrededor de
nueva obra. El no nos había revelado casi nada la camioneta y del remolque por última vez, ase-
con respecto a su plan, fuera de una clara direc- gurándome de que la parte de atrás de la camio-
ción que nos había concedido a María y a mí en neta estuviera a una altura correcta para que
el sentido de que ése era el lugar en que El quería pudiera arrastrar suavemente el gran remolque,
que estuviéramos. Volví a mirar a través de la y revisando la conexión de trabajo pesado que
ventana hacia afuera. El cielo estaba claro; el había sido expertamente instalado por represen-
rocío del césped brillaba con el sol de la mañana: tantes de una de las mejores compañías de remol-
un día perfecto para iniciar un viaje. ques Lafayette. Me pareció que todo estaba bien.
—Merlin —mi esposa venía detrás de mí—, Así que levanté mis ojos hacia la magnífica casa
¿piensas que debemos colocar nuestros abrigos en pastoral que nuestra gente nos había construido,
la parte de atrás de la camioneta, o en el remol- precisamente en el momento en que se abría la
que? puerta y María y los muchachos salían con sus
El invierno de Indiana en la última parte de brazos cargados con las cosas necesarias que ha-
1972 había sido largo y frío, y había tenido un bían recordado en el último momento.
número no común de días con la temperatura bajo En ese momento, un carro conocido se detuvo.
cero. Pero ése era el primer día de junio, y en el Eran Eugenio y Vivian Leak, dos de nuestros más
lugar al cual íbamos, casi no necesitaríamos en estimados amigos de la iglesia de la cual estába-
absoluto ropa de invierno. mos saliendo. Aunque nos habíamos despedido for-
—Colócalos en el remolque —le dije sonriente. malmente la noche anterior en una cena especial
María había empacado allí todas nuestras más de despedida que se nos ofreció en la iglesia, real-
preciosas pertenencias, y se sentía orgullosa de mente no me sorprendí cuando los vi. "No pudi-
la cantidad de cosas que había podido colocar en mos dejar que salieran sin que alguien estuviera
ese espacio. Ella incluso le había ayudado a un aquí para despedirlos, pastor", dijo Eugenio so-
carpintero de la iglesia para que éste colocara en segadamente. Yo simplemente coloqué mi brazo
un rincón no utilizado del remolque algunos ana- sobre su hombro sin decir nada.
queles que sirvieran de depósito. De súbito sentí Llegaron más carros: más gente que acudía a
un gran deseo de emprender el viaje. Le eché una despedirnos, más corazones llenos de tristeza y
última mirada a la sala que estaba vacía —los de alegría. Cualquiera que se hubiera asomado
encargados de la mudanza habían cargado nues- por la ventana esa mañana hubiera tenido que
tros muebles el día anterior— y salí para revisar sorprenderse al ver el creciente número de per-
por última vez la camioneta y el remolque. sonas sonriendo y charlando en frente de nuestra
Una cuidadosa inspección antes de un viaje es casa a esa hora tan temprana de la mañana. No
un asunto de hábito para cualquiera que haya nos era grato el salir de allí, pero teníamos que
1<S LA AlABANZA EN ACCIÓN. UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
hacerlo. De modo que al fin, todos nos subimos libros cristianos de mejor venta, ni con respecto
al carro y nos dispusimos a partir. Mientras en- al libro que acababa de terminar, Poder de la ala-
cendía el motor, Eugenio metió la cabeza por la banza, ni acerca de las invitaciones que estaban
ventanilla y dijo: comenzando a llegarme para que fuera a hablar
—Pastor, ¿sabe usted lo que va a pasar con los en público. Yo sentía que debía aceptar sin discu-
cultos de oración y alabanza que teníamos en su sión cualquier asignación que la iglesia me diera.
casa los martes por la noche? Y de ese modo, al comienzo del verano de 1971,
Yo moví la cabeza negativamente. llegamos al pequeño pueblo de Ambia. En el mo-
—Bueno, el próximo martes lo vamos a realizar mento en. que llegamos allí nos enamoramos de
en nuestra casa. Y allí lo tendremos de ahora en ese lugar. Ubicado en el corazón de las tierras
adelante. de cultivo del medio Oeste, sólo un poco al este de
—Alabado sea el Señor, Eugenio —fue lo único la línea divisoria entre Illinois e Indiana y a un
que pude decir. par de horas al sureste de Chicago, Ambia era
Salimos, pues, en medio de las manos levantadas un pueblo tan pequeño que ni siquiera aparecía
que se agitaban en señal de despedida cordial. No en muchos mapas. La población de la aldea era
hubo ni un ojo sin lágrimas, ni adentro ni afuera de sólo 290 personas, cuando nadie estaba de va-
del carro. Antes de dar la vuelta a la esquina de caciones. Entre otras instalaciones fijas, se jac-
nuestra calle, eché una mirada hacia atrás por el taba de tener un diminuto restaurante que cerraba
espejo retrovisor, hacia el pequeño enjambre de todas las tardes a las 6:00, excepto los sábados y
personas que estaban en frente de nuestra casa, los domingos, cuando no se abría a ninguna hora.
todavía con las manos ondulantes expresando su También tenía una solitaria bomba de gasolina
despedida cordial. Me sentí satisfecho de que nues- que se abría si ocurría que el propietario estu-
tra disposición de ánimo pronto se tranquilizó y viera cerca para correr a atenderla, y un pequeño
se convirtió en una serena nostalgia. Había mu- correo valiente que tenía que trabajar bastante
chas cosas en las cuales queríamos pensar. a nuestro favor.
Mi mente se volvió hacia la primera vez que Lo que sentimos inmediatamente y que firme-
tuve contacto con Eugenio y con los demás, casi mente se fue haciendo más profundo fue un in-
un año antes. Después de 20 años de ser capellán creíble sentimiento de paz y bienestar, como el
castrense metodista, me había retirado del ejér- que los pintores del paisaje rural norteamericano
cito en mi condición de teniente coronel, y había pudieran buscar en toda la nación. Los habitantes
regresado a la conferencia de mi hogar en la en su mayoría eran granjeros; cultivaban maíz
Indiana central. Yo me había sentido dirigido y soya, y parecía que nunca se apresuraban ni se
por Dios a no decirles nada a ellos con respecto disgustaban por ningún motivo. Ni María ni yo
a mi primer libro, De la prisión a la alabanza, podíamos creer que realmente existiera una co-
que recientemente había llegado a ser uno de los munidad tan quieta y reposada, y después de ha-
>Í8 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
ber estado destacado en diversas partes en todo Fuente de ese centro espiritual, su regocijo no
el mundo, por lo menos yo estaba dispuesto a dis- tuvo límites.
frutar de lo que Dios en su sabiduría había pre- Entendieron todo. ¡Jesús salvaba! No las bue-
parado exactamente para nosotros. nas obras, ni la buena conducta, ni la obediencia
En realidad, yo estaba pastoreando dos iglesias radical a la ley. Nada de eso. Sólo Jesús. El era
metodistas: "la iglesia de la ciudad",1 que tenía un el que salvaba. La vida eterna era el regalo que
edificio primitivo de ladrillos rojos del cual se El ofrecía a todos los que acudieran a El.
decía (tal vez con algo de prejuicio) que era la A medida que sus espíritus se apresuraron a
iglesia más bella de todo el distrito, y "la iglesia aceptar esta verdad, que la luz comenzó a aumen-
del campo", que estaba situada a unos pocos kiló- tar dentro de ellos, el enemigo ya no pudo sem-
metros de distancia. En ninguna de las dos había brar en ellos las diminutas semillas de duda. De
capacidad para más de cien personas, y la asis- repente, todo el asunto relacionado con la fe co-
tencia regular llegaba a cerca de 25 almas en cada menzó a dar golpecitos y a descender en ese lugar.
una. Como estaban colocadas tan lejos de la co- ¡ Ellos comprendieron! El asunto era tan sencillo;
rriente de cosas, nunca habían oído nada sobre ¿por qué les había sido antes tan difícil? Como la
el movimiento carismático, y repito que yo no dije primera vez que una persona anda en bicicleta, o
nada sobre los libros que había escrito. En efecto, la primera vez que alguien cruza a nado la pis-
pronto se nos hizo obvio que ellos habían oído muy cina, o la primera vez que baja por una montaña
poco, si habían oído algo, del simple mensaje de con los dos esquíes puestos, aprender a creer en
fe del Evangelio, que es la fe en Cristo que da Dios fue algo que tan pronto como lo tuvieron en
salvación. su poder, lo tendrían para siempre.
Así que fue allí donde empezamos; con las pa- Porque cuando alguno descubre que el Señor es
labras de Juan 3:16: "Porque de tal manera amó en realidad un Salvador viviente y resucitado, que
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, lo ama más allá de toda comprensión, y esa per-
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, sona ha estado esperando toda la vida para com-
mas tenga vida eterna". Cuando nosotros levan- prender esa verdad, cuando comprende que obte-
tamos a Jesús bien en alto, y nos centramos en el ner la vida eterna no es algo que depende de lo
amor de Dios hacia ellos y en lo que Cristo había que uno ha hecho o dejado de hacer en el pasado,
hecho en nuestras vidas, no pasó mucho tiempo sino únicamente de lo que es Jesús y de lo que
antes que el Señor Jesús llegara a ser muy real El hizo, lo primero que usualmente quiere es darle
para ellos. Nos tocó comenzar con unas personas las gracias y alabar al Señor, y lo segundo es con-
muy amables, pacientes y atentas. Cuando había- tarle a otro las Buenas Nuevas. Eso fue precisa-
mos llegado, ellos nos habían abierto sus brazos mente lo que hizo nuestra gente.
mucho más de lo que hubiéramos podido esperar, Como resultado de su entusiasmo, nuestras con-
y cuando fueron descubriendo que Jesús era la gregaciones ya se habían duplicado en el mes de
^r#!¡0 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA 2
septiembre, y muchas iglesias del área inmediata tro pastor. Inmediatamente, él comenzó a predicar
comenzaron a ofrecerme sus pulpitos. Yo acep- acerca de Jesús, y todo parecía indicar que eso era
taba estas invitaciones tan frecuentemente como lo que él siempre predicaba o acerca de lo cual
podía, sin permitir nunca que estos compromisos hablaba toda la semana; y nadie, metodista o de
afectaran mis obligaciones regulares de los do- cualquier otro grupo, había oído nada semejante.
mingos con las iglesias con las cuales tenía mi Pero el pastor Carothers es un tipo simpático, y
responsabilidad directa, y tratando de que estas no pasó mucho tiempo antes de que algunos tra-
actividades cuadraran con mis compromisos para táramos de probar lo que él decía, y . . .
hablar en público en otras partes. Estas invita- —¡Un momento! —interrumpió el anfitrión—
ciones a predicar en otras partes ya me estaban ¿Dices que su nombre es Carothers?
llegando a razón de seis por semana. Yo trataba Juan asintió con la cabeza, asombrado por la
de aceptar sólo una o dos, para poder hacer jus- repentina chispa que había iluminado el rostro de
ticia a mis responsabilidades en el hogar, a la su anfitrión.
"obra completamente nueva" que Dios estaba le- —¿No te refieres a Merlin Carothers? —le pre-
vantando allí. guntó su anfitrión en voz apenas audible.
Y en todo ese tiempo, nuestros feligreses no —Sí, me refiero a él, ¿por qué? ¿Tú... ?
mostraron ningún interés en saber a dónde me
llevaban esos viajes que yo realizaba fuera de la —¿No sabes tú quién es? —y su anfitrión saltó
aldea, ni quién era el responsable de los centena- de la silla, tomó a Juan y lo llevó hasta su estante
res de cartas que me llegaban al correo. Yo siem- de libros, donde había un rimero de libros cuyo
título era De la prisión a la alabanza—. ¡Mira
pre estaba allí para predicar los domingos por la esto!
mañana (nunca había habido otras reuniones), y
estaba a la orden cuando alguno necesitaba hablar —¿De modo que . . . ?
privadamente conmigo, y eso era suficiente. Así —De modo que ese libro ha cambiado miles de
hubiera podido continuar indefinidamente, si una vidas, Juan. ¡ Tu pastor es famoso!
pareja joven de nuestra congregación cuyos nom- —Bueno, ciertamente no parece serlo —respon-
bres eran Juan Scolly y Jenny de Scolly no hu- dió Juan, un poco molesto—. Mira, ¿estás seguro
bieran hecho un viaje en septiembre para visitar de que estamos hablando de la misma persona?
unos parientes en el Oeste. En forma nada sor- —Lee el libro —fue lo único que contestó su
prendente, su conversación pronto se cambió ha- anfitrión.
cia el nuevo gozo que ellos tenían en Cristo, y Juan se dedicó a leer, y varios días después re-
resultó que sus anfitriones también eran cris- gresó a Ambia con una pila de libros De la prisión
tianos. a la alabanza en el baúl de su vehículo para el
—Todo comenzó —les explicó Juan— cuando resto de la congregación. En vez de llegar direc-
este capellán retirado del ejército llegó a ser nues- tamente a su casa, se dirigió a la casa pasto-
>"22 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
ral, donde se enfrentó a su pastor para saber la neta de carga, que seguía a la cosechadora de
verdad. maíz que en ese momento lanzaba al aire un só-
—¿Cómo es posible que usted nunca ha dicho lido caudal de grano. Nos reímos como locos al
nada acerca de este libro? —preguntó Juan. sentir que casi nos sepulta. Eugenio que estaba
—¿Para qué, Juan? —le respondí seriamen- al frente, situado sobre su tractor, volvió su ros-
te^—. De todos modos, yo ya le había enseñado a tro hacia nosotros y nos gritó: "¡Epa! Ustedes
usted lo que estaba en el libro, y pensaba que era dos se están portando como una pareja de mu-
mejor que usted lo oyera directamente y no que chachos en luna de miel".
lo leyera en un libro. Cuando llegó noviembre, nuestras congregacio-
—Bueno, creo que usted tiene razón —dijo él nes habían vuelto a duplicarse, y el entusiasmo
sonriendo, y se apresuró a salir para esparcir los había llegado a tal punto que la gente acudió a
libros entre las personas de la congregación. Lo preguntarme qué pensaba yo acerca de la posi-
que supe después fue que él y varias otras per- bilidad de realizar unas reuniones de avivamien-
sonas estaban comprando de esos libros en gran- to. Me dijeron que habían pasado como 30 años
des cantidades y repartiéndolos en todo el distrito. durante los cuales no habían tenido tal clase de
Después de eso, nuestra congregación comenzó a actividad ni en la iglesia de la ciudad ni en la del
expandirse realmente. campo, y que los pocos esfuerzos recientes que
En el otoño, durante la cosecha, llegué a expe- habían hecho habían resultado horriblemente des-
rimentar un gozo tan profundo como nunca antes animadores. Ellos habían tratado de realizar re-
había experimentado. Era casi imposible creer uniones durante una semana, pero nadie asistió;
que esas personas manifestaran tanto amor. Ellos luego trataron de realizar simplemente un culto
nos recibieron en sus hogares como miembros de el sábado o el domingo por la noche, pero aun así
su familia, y constantemente aparecían en el es- nadie asistió. Ellos, sin embargo, estaban dispues-
calón de la puerta de atrás de nuestra casa cestas tos a volver a hacer la prueba y me preguntaron
que contenían lo que ellos recogían en sus huer- qué pensaba yo.
tos: maíz, tomates, frijoles, arvejas, las mejores Sugerí que tuviéramos reuniones durante una
hortalizas que esos granjeros expertos podían cul- semana y que confiáramos en que el Señor en-
tivar. viaría la gente y proveería los medios. Ellos es-
Una tarde dorada, bañada por el sol, que nunca tuvieron de acuerdo conmigo y se dedicaron a
olvidaré, Eugenio Leak nos invitó a María y a mí, difundir la noticia. Llegó la semana del aviva-
para que estuviéramos con él en la cosecha de miento, y se nos presentó el tiempo más frío que
maíz. El aire estaba lleno con el olor del heno cualquiera pudiera recordar. La temperatura bajó
recién cortado y con el chirrido de los saltamon- como a 20° bajo cero F, y cayó nieve todas las
tes: ése era un trato exótico para nosotros que noches en que hubo reuniones de avivamiento.
somos gente de ciudad. Nos sentamos en la vago- Celebramos el avivamiento en la iglesia campes-
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tre. La primera noche, 50 almas valientes acudie- de esto, la experiencia de ellos nos enriqueció a
ron a compartir las Buenas Nuevas. La segunda todos.
noche hubo alrededor de 75, y el resto de las no- En enero, nuestra gente nos ofreció una nueva
ches el local estuvo completamente apiñado. Mu- casa pastoral, que fue diseñada para que tuviera
chos adultos decidieron aceptar a Cristo como su todo lo que María hubiera soñado alguna vez en
Salvador personal, y muchos de sus hijos hicieron sus sueños de una casa: calefacción central, de la
la decisión junto con ellos. cual carecían muchos de los hogares en esa región;
A pesar del éxito de las reuniones de aviva- aire acondicionado central, de lo cual casi no se
miento, y del ánimo ya jubiloso de la congrega- había oído por allí; y el mobiliario más lujoso que
ción, yo no introduje la doctrina del bautismo en se podía conseguir. Nos sentimos colmados. Nun-
el Espíritu Santo en la iglesia misma. Mis supe- ca había sabido yo de un amor tan completo ni
riores en la conferencia metodista no estaban fa- de una aceptación tan total. A medida que María
vorablemente dispuestos hacia el movimiento ca- observaba su nuevo ambiente, me dijo: "¡Ah,
rismático, y me parecía que el Señor prefería que Merlin, esto es bellísimo! Se necesitaría una obra
yo me mantuviera sometido a los deseos de ellos, de Dios para hacerme salir de este lugar". Pero
y que no pusiera en peligro las iglesias que El me esa obra de Dios ya estaba en marcha.
había encomendado. Para ese tiempo, mi libro El poder de la ala-
Sin embargo, sí iniciamos un culto de oración banza se había unido a De la prisión a la alabanza
de tipo carismático los lunes por la noche, en en las listas nacionales de libros religiosos de me-
nuestro hogar, y María dirigía un estudio bíblico jor venta, y me llegaban más invitaciones que
para damas los martes por la mañana. En el nunca para que fuera a predicar en otras partes.
transcurso de una media docena de reuniones, más Seguí limitando las invitaciones que aceptaba a
de 30 personas estuvieron llegando los lunes a las no más «de una por semana, y llevaba a María
8:00 de la noche, y a menudo se quedaban hasta conmigo tan frecuentemente como me era posible.
la medianoche o aun más«tarde. Estos granjeros Muchas veces salíamos de la iglesia luego del culto
uno tras otro, junto con sus esposas, buscaban la del domingo por la mañana, y corríamos hacia el
plenitud del Espíritu, y muchos de ellos la reci- aeropuerto O'Hare de Chicago, para abordar un
bieron. avión e ir a cumplir algún compromiso en alguna
Estos miembros de nuestras congregaciones que reunión esa noche a 1600 kilómetros de distancia.
recientemente habían recibido la plenitud del Es- O, si el compromiso era en el Este, y parecía que
píritu, lejos de ser el elemento de división, según el tiempo iba a mantenerse bueno, yo tomaba un
lo afirman los detractores (la imprudente super- avión en alquiler en la Base de la Fuerza Aérea
abundancia algunas veces provoca este fenóme- Rantoul de Illinois, que estaba a unos 64 kilóme-
no), expresaban su gozo en el amor y la oración, tros de distancia, y nos divertíamos volando por
y no en explosiones emocionales. Como resultado nuestra propia cuenta. Algunas veces nos queda-
><*¿6 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
bamos escasos de gasolina y con una sólida cu- de alquiler y estaríamos allí tan pronto como
bierta de nubes debajo, sin ningún medio que nos fuera posible. El Señor dirigió nuestro carro sobre
dijera exactamente dónde nos encontrábamos, ni carreteras desconocidas y resbaladizas, y llegamos
dónde se hallaba el campo aéreo más cercano. Pero unos pocos minutos después de las siete. Sólo des-
el temor no estuvo presente nunca en nuestra ca- pués supe que esa tarde, a medida que las horas
bina. El Señor nos estaba usando para difundir se hacían más largas y no se sabía nada de nos-
su mensaje de alabanza en todas circunstancias, otros, alguien alcanzó a oír que Dan murmuraba:
y si no hubiéramos estado viviendo ese mensaje "¡Los aviones pequeños no son bíblicos!"
primero, difícilmente hubieran podido ser usados En todas estas reuniones, bien hubiera unas
nuestros espíritus como canales a través de los pocas docenas de personas, o unos pocos millares,
cuales pudiera el Espíritu estimular a otros. la gente se desplegaba ante el mensaje de alaban-
Tampoco llegamos nunca tarde, aunque algunas za como las flores ante el sol. Y otra vez, muchas
veces estuvimos muy cerca de ello. Recuerdo que de esas personas nunca habían oído antes el men-
una vez, en marzo de 1972, teníamos el compro- saje, y se asombraban al saber lo que puede su-
miso de estar en una cena de los Hombres de ceder cuando uno hace lo que la Biblia manda
Negocios del Evangelio Completo, donde estarían en Efesios 5:20: " . . . dando siempre gracias por
presentes unas 500 personas, en Martinsville, Nue- todo", y alabando a Dios y dándole las gracias
va Jersey. Mi editor, Dan Malachuk, había hecho por la miasma situación que causa tanto dolor, o
los arreglos. Despegamos del aeropuerto de Ran- amargura o desesperación. Parece imposible que
toul con tiempo suficiente, y con la perspectiva este acto de obediencia ciega (¡aunque te rechi-
de tener condiciones meteorológicas ideales. Pero nen los dientes, hazlo!) pudiera ser causa de mi-
cuando cruzamos la línea divisoria entre Ohio y lagros; pero el acto de la alabanza hace dos cosas
Pensilvania, un tiempo tormentoso comen* a for- simultáneamente: ablanda el corazón y capacita
marse al frente de nosotros, hasta que no hubo a la maquinaria divina a ponerse entonces en
manera de escapar de élN ni alrededor ni debajo. movimiento a nuestro favor, maquinaria que es
Finalmente, tuvimos que dar por terminado el imponentemente poderosa, y que está esperando
vuelo en una pequeña pista que hay en Brandy- el profundo cambio del corazón que invariable-
wine, Pensilvania, a unas dos horas de Martins- mente produce la verdadera alabanza. Ese era mi
ville. Cuando descendimos del aeroplano, el tiempo mensaje, de eso trataban mis libros, y lo glorioso
era horrible. era que cualquiera que hiciera la prueba podía
Cuando pude llegar a un teléfono, ya eran un experimentar por sí mismo esa realidad.
poco más de las cinco, y la cena estaba programa- Dondequiera que íbamos, la gente quedaba sa-
da para comenzar a las siete. Dan, ¡qué Dios lo tisfecha de los fantásticos resultados de aplicar
bendiga! me habló en un tono completamente se- el principio de la alabanza en sus vidas, y nos-
reno, cuando le expliqué que tomaríamos un carro otros nos hicimos amigos por millares. Cuando
<*T LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA 2
vi cuánta gente estaba recibiendo bendición, y con el nombre de la Fraternidad de los 120 —a
cuan profundamente la recibía, me era muy in- la manera de los 120 creyentes en Cristo que re-
grato dejar desilusionados a los que me pedían cibieron la plenitud del Espíritu Santo el día de
que hiciera compromisos con ellos para ir a pre- Pentecostés—. A mí me pareció algo raro. Nor-
sentarles el mensaje. Pero María me recordaba malmente hubiera declinado aceptar esta invita-
que yo no era el único que podía presentar el ción en favor de dos de las otras que me habían
buen mensaje de alabanza, que el Señor sabía que llegado para la misma semana de abril.
yo sólo podía aceptar cierto número de invitacio- Pero en los últimos años, el Señor me había
nes y, por tanto, El se encargaría del resto. Lo estado enseñando cada vez más que yo debía obe-
único que yo debía hacer era escuchar al Señor decer su dirección sin discusión. Yo todavía cues-
cuidadosamente, y estar seguro de aceptar sólo tionaba su dirección con mucha frecuencia, pero
aquellas invitaciones que El específicamente qui- estaba aprendiendo a confiar en El más y más.
siera que yo aceptara. Pero yo sentía en mi co- La alabanza, que es una expresión de confianza
razón la gran carga de llevar el mensaje de ala- hablada, parece que edifica la confianza, y mien-
banza tan lejos como fuera posible. Yo le decía tras uno confía más en El, más fácil es alabarlo.
a El repetidamente que eso era lo que más quería Con la confianza viene también la paciencia: si
hacer yo en toda mi vida: alcanzar a tanta gente el estimado lector no oye al Señor claramente en
como me fuera posible con la revelación que El determinada decisión, debe esperar hasta que lo
me había dado. oiga. No hay que decirle lo que El debe hacer
Además de los compromisos para predicar una entretanto.
sola noche, también estaba recibiendo un buen Pero no había necesidad de esperar en relación
número de peticiones para que fuera a cumplir con la invitación del pastor Gortner; raras veces
misiones de tres o cuatro días. Una de éstas, que había tenido yo una indicación tan fuerte en mi
era para que fuera a cumplir una misión de cinco corazón de que éste era un compromiso que tenía
días completos, me llegó d$ un pueblo del sur de que aceptar, y que María debía ir también con-
California del cual nunca había oído, llamado Es- migo. De modo que, antes de saber realmente lo
condido, de un pastor del cual no sabía nada, de que estaba sucediendo, ya estábamos descendiendo
nombre Vernon Gortner. del avión en San Diego, en un clima suave, que
Había varias razones por las cuales, desde el tenía 40 grados F. más de calor que el que había-
punto de vista natural, no la hubiera tenido en mos dejado en Chicago.
cuenta: eso significaba que tendría que estar afue- Nuestra primera reunión en Escondido tuvo lu-
ra un domingo, y durante los meses que había gar en el local regular de la Fraternidad de los
estado en Ambia, eso sólo había sucedido una vez. 120, un antiguo edificio de madera llamado Club
Y esta invitación no era para una iglesia, sino de Damas. El pastor Gortner había estado reali-
para algo a lo cual el pastor Gortner se refirió zando cultos allí durante los útimos cuatro años,
,'<¡m) LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA
en tanto que el Señor levantaba un núcleo de cre- como éste". Y sonrientes, admitíamos que era ver-
yentes cristianos llenos del Espíritu, que se re- dad. O tal vez él nos decía: "¿Han notado ustedes
unían regularmente los jueves por la noche y a que el clima ha sido perfecto todos los días que
la vez mantenían sus compromisos en sus pro- han estado ustedes aquí? Me imagino que ustedes
pias iglesias a que pertenecían individualmente. se estarán preguntando si realmente alguna vez
El Club de Damas, agrandándose un poco, tenía llueve por aquí. Bueno, sí llueve, sólo lo suficiente
capacidad para 200 personas sentadas, aproxima- para que crezcan las naranjas y las toronjas más
damente. Esa noche hubo unas 500 personas apre- dulces en que ustedes hayan puesto sus labios
tujadas en todo espacio disponible, incluso algunos alguna vez". En otra ocasión: "¿Eso quiere decir
estaban colgando por fuera de las ventanas; eran que la temperatura bajó tanto? ¿Y continuó así
personas que habían ido en sus vehículos proce- de fría? ¡No me extraña que muchos granjeros de
dentes de todo el sur de California a oír el men- Indiana pasen sus vacaciones por aquí!" Otra vez
saje de alabanza. nos reíamos y le indicábamos que casi adondequie-
De allí fui al capítulo de la Fraternidad de Hom- ra que fuéramos, la gente nos animaba a que re-
bres de Negocios del Evangelio Completo de San gresáramos a quedarnos. Pero que ninguno de los
Diego, y hablé en una cena en el salón de banque- dos nos habíamos sentido tan felices como nos
tes de uno de los hoteles más grandes de esa lo- sentíamos en Ambia, y que el Señor no nos había
calidad, a 800 personas, el auditorio mayor que dado ninguna indicación de que El tenía el propó-
habían tenido ellos en su historia. De allí me tras- sito de que nos mudáramos.
ladé a la Iglesia Bautista de los Angeles, donde En algunas ocasiones Vernon se puso serio con
todos los metros cuadrados del piso del edificio respecto a esto. Nos habló de una visión que Dios
estuvieron ocupados por personas que estaban le había dado de un centro carismático más grande
sentadas, o arrodilladas o de pie. Después volví a en el área de Escondido, no afiliado a ninguna de
Escondido para tener una reunión más con la Fra- las instituciones tradicionales, y del hambre que
ternidad de los 120. sentían las personas que vivían en esos lugares
Durante nuestra estada allí, muchas personas por una vida más profunda en el Espíritu. El
acudieron a nosotros y nos urgieron para que re- terminaba diciéndonos simplemente que mantuvié-
gresáramos a Escondido y estableciéramos una ramos la posibilidad abierta delante del Señor. Le
obra evangélica de alguna clase, no afiliada a nin- garantizamos que así lo haríamos, pero no fue*,
guna de las grandes instituciones protestantes tra- sino hasta el último día cuando María y yo nos
dicionales. El más entusiasta de los que nos in- mencionamos apenas el asunto el uno al otro.
vitaban fue nuestro propio anfitrión, el pastor Ese día cálido y resplandeciente apartamos un
Gortner. Cada vez que él podía, nos decía algo corto tiempo para nosotros mismos. De modo que
como esto: "Ahora ustedes tienen que admitir que salimos a la piscina del Motel Monte Vernon,
no han visto un campo tan grandiosamente bello donde estábamos hospedados, y nos sentamos en
LA ALABANZA EN ACCIÓN
UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA 3
el trampolín. No había nadie más allí en ese mo- había de ser una obra de algún tamaño, tendría
mento. Los diamantes de la luz del sol danzaban que ser en una ciudad grande. Escondido estaba
y brillaban en la tersa superficie de las aguas. realmente oculto de todo —su mismo nombre lo
Nos quedamos mirándolos durante un rato sin indica—, tenía una población de 40.000 habitantes
hablar. Luego María me dijo: "Merlin, ¿no sería y un número de 30 iglesias bien conocidas, e in-
algo maravilloso si Dios . . . ?" dudablemente muchas otras menos conocidas. No
Su voz se desvaneció, pero yo comprendí lo que había ninguna clase de personas entre las cuales
ella estaba pensando. Hice con mi cabeza un mo- buscar feligreses, sin incurrir en el "robo de ove-
vimiento afirmativo, y también comprendí que jas", y yo sabía que ese procedimiento no estaba
yo nunca podría estar seguro de que no era mi conforme a la voluntad de Dios. No, racionalmen-
propia carne la que me estaba tentando a causa te, lógicamente, eso no tenía sentido.
de la embriagadora belleza que tenía para ofrecer De cualquier modo, para mí era imposible oír
este pequeño rincón del mundo. Pero también com- la voz del Señor claramente en medio de tan bellas
prendí que, por el solo hecho de que un lugar fue- circunstancias. Así que resolví esperar hasta que
ra bello, eso no quería decir que Dios no podía regresara a Indiana, para estar a solas con El y
concedérselo nunca a sus hijos. Hablamos un poco esperar su dirección, en caso de que El tuviera
más en ese momento sobre el asunto, que no fue algo en tal sentido. Después supe que María es-
otra cosa que mantener abierta la posibilidad de- taba pensando de un modo similar. El Señor le
lante del Señor. había dado la casa de sus sueños y la había ro-
Repito, desde el punto de vista natural, no tenía deado de amor. El tendría que hacer una obra
sentido pensar en este cambio. El lugar era dema- profunda en el corazón de ella, para que ella que-
siado bello. No había pobreza, ni sufrimiento real dara en paz completamente por haber salido de
que se pudiera observar en las personas. Yo siem- allí, aunque ella fuera a estar en cualquier parte
pre había pensado que, si el Señor nos llamaba en que El quisiera que ella estuviera.
alguna vez a salir de nuestra vida en la pequeña Pero el sólo hecho de regresar a casa no aclaró
comunidad, sería para una obra en un barrio de milagrosamente la situación; por el contrario, mi
alguna de las grandes metrópolis. Tengo que con- mente se halló más agitada que nunca. Para ese
fesar que le tenía pavor a esa posibilidad, pues momento, todas las ventajas naturales de las cir-
fae sentía completamente inadecuado para ayudar cunstancias en que me encontraba, para no decir
a cualquiera. Pero ése era el pensamiento que yo nada de las bendiciones que Dios me había conce-
tenía. Como habíamos ido a reuniones en Chicago dido, se imprimieron sobre mí. Además de la in-
más de 25 veces, yo había pensado que probable- mediata seguridad de tener dos iglesias en proceso
mente ése sería el lugar, en vista de que la nece- de crecimiento, una agradable casa pastoral y una
sidad era tan grande. congregación generosa en su amor y apoyo, todo
Otra de las consideraciones era la de que si lo cual era nuestro mientras quisiéramos perma-
^%\ L LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA S
necer allí, pensé en la seguridad de jubilación veces el Señor, para aumentar nuestra fe, se abs-
que me ofrecía la Iglesia Metodista. Ya yo tenía tiene de ofrecer la dirección inmediata, tan clara
47 años de edad y lógicamente me parecía co- como el cambio de la luz roja a la luz verde en
rrecto pensar algo en lo futuro y en proveer algo un semáforo. Y a mí me parecía que me hallaba
para mi familia. El programa de jubilación que en este caso. Yo sentía que estaría bien dentro
me ofrecía la Iglesia Metodista, unido a los be- su voluntad permisiva para nosotros que nos que-
neficios que recibía por ser teniente coronel reti- dáramos allí mismo donde estábamos, y simple-
rado, me asegurarían la provisión necesaria para mente continuar con el trabajo como habíamos,
el resto de nuestras vidas de manera amplia. venido realizando, pero que el Señor pudiera estar
Además de esto, a pesar del arraigado antago- deseando ver si nosotros estábamos dispuestos a
nismo que mis superiores sentían hacia la expe- dar un gran paso de fe totalmente ciega hacia el
riencia carismática y de la extrema improbabili- centro de su perfecta voluntad para nosotros.
dad de que se me permitiera completa libertad Al fin decidí hacer algo que nunca había hecho
para el culto en mis iglesias, yo tenía un verda- durante muchos años: como Gedeón, decidí colocar
dero sentido de lealtad y de afecto hacia la Iglesia afuera el vellón de lana, lo más difícil que pude
Metodista. Yo era un ministro metodista, y nunca imaginar. Si el Señor quería que nosotros nos
había pensado de mí mismo en ningún otro sen- marcháramos a California, El tendría que: 1) dar
tido. testimonio de ello en los corazones del rebaño que
¿Debía yo abandonar todo esto e ir a una co- yo había aprendido a amar tan ardientemente, y
munidad en que no tendría iglesia establecida, proveerles un buen pastor que tomara mi lugar;
ni hogar, ni fuente de ingresos, ni la más mínima 2) preparar el camino para que pudiéramos des-
seguridad de lo que pudiera ofrecerme el porvenir, pachar nuestro considerable mobiliario y nuestras
en caso de que, en realidad, me ofreciera algo? pertenencias a California, pues nosotros nunca
No tenía sentido de ninguna clase. El asunto si- hubiéramos podido hacer eso por cuenta nuestra,
guió dándome vueltas en la cabeza hasta que, al y yo sabía que los creyentes cristianos de aquel
sentirme desesperado, dediqué una semana a la lugar no tenían tampoco los medios necesarios; y
oración y al ayuno. Yo confiaba en El, pero tenía 3) darnos a María y a mí absoluta paz en nuestros
que estar absolutamente cierto de que estaba oyén- corazones en cuanto a salir del lugar donde está-
dolo correctamente. bamos, y la certidumbre de que ésa era en verdad
Le supliqué al Señor que sacara las telarañas la suprema voluntad de El para nosotros.
de mi mente y de mi corazón y que se encargara Tan pronto como hube establecido estas condi-
El de mis emociones turbulentas. Yo sabía que la ciones, experimenté la paz en mi mente por pri-
ansiedad que estaba yo experimentando se debía mera vez en un tiempo que me parecía ya de me-
a la incredulidad y, por tanto, le pedí que me per- ses. El asunto estaba en manos de El, y, aunque
donara y me mostrara el camino. Pero algunas las condiciones parecían imposibles, yo sabía que
36 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA 3
para El, nada es imposible. Pero había unas pocas cho a una mudanza completa?" No podía creerlo,
cosas que yo tenía que hacer de mi parte. De modo pero llamé a las Fuerzas Armadas, y allí me con-
que me puse en contacto con el superintendente firmaron que estaban dispuestos a mudarme a
de mi distrito para informarle que yo estaba con- cualquier parte dentro de los Estados Unidos.
siderando un llamamiento a una nueva obra en "Bueno, Señor, está resuelta la segunda condi-
California. Lo primero que él me dijo fue que ción".
estaban pasando por muchas dificultades para Por ese tiempo sentí que debía compartir mi
hallar pastores que estuvieran al frente de todas preocupación con algunos de nuestros amigos más
las iglesias que ellos habían abierto. Normalmen- íntimos.
te, me dijo, serían necesarios varios meses para —Pastor— me dijo sonriente Eugenio Leak, un
poder hallar a un pastor que pudiera reemplazar- martes por la noche en nuestra sala de recibo—,
me. En el otro lado de la línea telefónica, yo moví nosotros sabíamos que Dios tenía algo especial
la cabeza afirmativamente, pues me sentía ali- en mente para usted, y que sólo sería asunto de
viado de poder poner a un lado lo relativo a Cali- dejar que llegara el tiempo oportuno para que El
fornia y volver a mis preocupaciones prácticas de se lo revelara. Nosotros estamos muy agradecidos
cada día. Pero el superintendente de distrito con- a Dios por haberlo traído aquí para que nos ayu-
tinuó: ocurría que, por una coincidencia aparen- dara a comenzar.
temente extraordinaria, ellos acababan de recibir Yo volví mi rostro, de tal modo que él no pu-
una petición de un joven (algo evangélico para diera ver las lágrimas en mis ojos.
los gustos de e'.los, según lo que pude deducir de Esa noche, luego que las demás personas se
lo que él me decía) que estaba buscando una pe- fueron, María me dijo: "Yo tengo paz, Merlin:
queña iglesia de campo en Indiana. Según lo que amo .a esta gente y amo lo que el Señor nos ha
él me dijo, tal iglesia se parecía exactamente a dado aquí. Pero ya puedo salir sin lágrimas en
aquella en la cual me encontraba yo. mi corazón". Y en mi propio corazón yo sentía
"Bien, Señor, eso quiere decir que está resuelta lo mismo.
la mitad del primer asunto". Pero yo estaba son- Cuando desperté a la mañana siguiente, ya sa-
riendo mientras lo decía. bía yo que nos íbamos del lugar. De modo que
Lo siguiente que sucedió fue que alcancé a oír llamé a Vernon y se lo dije. El sólo se rio y me
que alguien decía que ellos habían aprovechado dijo que la semana anterior tres personas habían
recientemente un beneficio correspondiente a la acudido a él, rebozantes de entusiasmo, a decirle
situación de militar en condición de retiro, del que el Señor les había manifestado que yo iría a
cual yo nunca había oído. Les habían hecho la California.
mudanza de todos los efectos de uso personal a Luego me tocó hacer lo que me era más difícil,
expensas del gobierno. "¿Quiere decir eso que, aun y decidí hacerlo ese mismo domingo. La iglesia
después que uno se ha retirado, todavía tiene dere- estaba de bote en bote, como ya estaba ocurriendo
8 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN PREDICADOR METODISTA EN AMBIA

en todos nuestros servicios, pero cuando termina- ñas que se acercaron a nosotros y, calladamente,
ron las actividades de la recolección de la ofrenda nos dieron dinero, con estrictas instrucciones de
y la oración de dedicación, y la gente se acomodó que no lo guardáramos, sino que lo gastáramos
para oír el sermón, sólo unos pocos sospechaban en el Gran Cañón o en Yosemite, o en cualquiera
lo que yo estaba a punto de decir. de los lugares favoritos en que ellos hubieran pa-
"Mis queridos amigos, y o . . . " La voz se me sado algunas vacaciones. El Señor no sólo nos
quebró, y comencé a llorar. Luego, de algún modo, había provisto las vacaciones más largas que yo
les dije que el Señor me estaba dirigiendo a salir, jamás hubiera tenido; El nos había asegurado
y que eso era lo único que yo podía hacer, para que todos los gastos serían completamente pagos.
decir lo menos que fuera posible, pues ellos tam- Pero, para nosotros, el asunto esencial esa noche
bién estaban llorando. fue el hecho de que un número de los presentes
El día siguiente comenzamos a hacer los pre- sintieron el deseo de ponerse de pie y manifestar
parativos, y otra vez las cosas marcharon mucho para todos qué había significado para ellos el
más rápida y suavemente de lo que habíamos pen- mensaje de alabanza en sus vidas.
sado. El 1 de junio, menos de dos semanas des- Nunca olvidaré el testimonio de un buen gran-
pués, debía ser el día de nuestra partida. Ya se jero, que no era hombre de muchas palabras. En
habían hecho los arreglos con los encargados de sí, era un milagro que él estuviera de pie ante un
la mudanza, el Señor nos proveyó una bella camio- grupo tan grande para dar su testimonio. Durante
neta y un remolque. De repente llegó la noche del toda su vida, él había tenido un problema severo
30 de mayo. La congregación nos ofreció esa noche en su espalda que obstaculizaba grandemente el
una cena de despedida en el sótano de la iglesia. trabajo que él tenía que hacer y casi constante-
¡ Eso fue espléndido! Las mujeres de esas par- mente le causaba dolor.
tes eran renombradas por ser las mejores cocine- "Bueno —dijo él en alta voz—, si el pastor
ras de la Indiana central, y esa noche ellas estaban Carothers dice que Dios sana, entonces comenzaré
determinadas a superarse. Ensaladas, pasteles, a orar y a alabar a Dios. Y así lo hice, allí mismo
platos de carne, cacerolas. Era una comida en la en el patio de la granja. A lo mejor los pollos
cual Cada uno se servía su parte, y el surtido de pensaron que yo estaba loco de remate. Y yo con-
la mesa era increíble. Me pude imaginar que el tinué, volviendo al patio a orar y retirándome y
mismo cocinero jefe del Waldorf Astoria se hu- volviendo, durante varios días. Creo que mi es-
biera puesto verde de envidia. posa —y dirigió la mirada hacia donde ella es-
A medida que avanzaba la noche, sentí gozo en taba— pensó que yo estaba loco de remate. De
mi corazón cuando uno tras otro nos manifestaban cualquier modo, yo estaba en mi tractor una tarde,
que ellos estaban convencidos de que lo que está- cuando completamente de repente, por primera
bamos haciendo era la voluntad de Dios para nos- vez en mi vida, oí la voz del Señor que me hablaba.
otros. Me quedé asombrado del número de perso- Ahora bien, con esto no estoy diciendo que yo oí
O LA A1ABANZA EN ACCIÓN

algo, pero dentro de mí, El me estaba diciendo


algo, y yo comprendía que era El, y que no era
simplemente que yo me estaba engañando a mí
mismo". El hizo una pausa y miró alrededor de
la sala, como para ver si había algunos que du-
daban. Aunque estábamos sonrientes, todos es-
tábamos pendientes de cada una de sus palabras.
"El Señor me estaba diciendo que yo ya estaba
sano. Así de sencillo fue el asunto. Y yo creí lo
que me decía. Y sano estaba". Luego se sentó en
forma tan abrupta como se había puesto de pie,
y todos los presentes nos unimos en una espontá-
nea alabanza al Señor... 2
"Alabado sea el Señor", grité jubilosamente,
sorprendiendo a María y a mis hijos, en el mo- Milagros en el camino
mento en que tomábamos la carretera interesta-
tal No. 74, y apuntábamos la nariz del vehículo ¡ Camioneta hacia el Oeste... ! Eso me
hacia el Oeste. sonó como el grito del amo de una ver-
dadera camioneta rural. Apenas podía
imaginarme lo que hubiéramos hecho
nosotros si estuviéramos viviendo un
siglo antes: una larga línea de carruajes
con toldos a lo largo de un kilómetro o
más, sobre la inmensa llanura, tal vez
sobre el mismo camino que ahora está-
bamos siguiendo nosotros. Casi podía
oír yo el silbido y el chasquido de los
látigos y los gritos de los que acicatea-
ban a los bueyes, el chirrido de las gran-
des ruedas y el cascabaleo de las ollas,
de las sartenes y de todo el conjunto de
objetos de uso personal que colgaba en
la parte de atrás de los carruajes. El
exuberante escenario verde iba pasando,
alternándose con maizales amarillos y
42 LA ALABANZA EN ACCIÓN MILAGROS EN EL CAMINO
extendiéndose hasta el horizonte. Arriba estaban nada, pues el vaivén del remolque rápidamente
las nubes de plata deslumbradas por el sol, en fue adquiriendo ímpetu y comenzó a sacar las
una formación alta y pavimentada. Mi corazón se ruedas de adelante fuera de la carretera.
inundó de gozo. "¡Aleluya!" grité, y esta vez mi Volví mi rostro para ver la forma impresio-
familia se unió en la alabanza a Dios. Cantamos, nante del remolque que saltaba y se levantaba,
aplaudimos y alabamos a Dios con toda la capa- precisamente cuando las ruedas de la derecha fi-
cidad de nuestros pulmones. nalmente se desplomaron. Con ruido de metal des-
Repetidamente a través de todo ese día y del trozado, el remolque comenzó a dar volteretas, y
comienzo del siguiente, nuestros corazones no po- se llevó a la camioneta consigo. Rodamos por la
dían contener el gozo que sentían. Tan pronto autopista, hacia un lado y hacia el otro, hasta que
como estuvimos al alcance del oído del restau- - nos precipitamos hacia un terraplén que estaba al
rante donde desayunamos ese día, estallamos en lado de la vía. Mientras dábamos volteretas en el
alabanza al Señor. Pero nos sentimos inmensa- interior de esa camioneta (nunca jamás volvere-
mente satisfechos al ver que las miradas de las mos a salir del garaje sin ajustamos los cintu-
personas que allí estaban pronto se convirtieron rones de seguridad), una paz increíblemente abso-
en sonrisas. El estado de Illinois se combinó con luta se apoderó de mí, y el único pensamiento que
el de Iowa, y el Señor continuó bendiciéndonos tuve fue éste: "Señor, tú tienes que tener algo
con un tiempo maravilloso. realmente bello para nosotros en mente; te alabo
Estábamos rodando por la carretera interesta- por ello y te doy las gracias".
tal No. 80 a la velocidad límite. Juana y Eugenia Lo que había acontecido había sido un acto casi
estaban dormitando en la parte de atrás. Bruce involuntario de mi parte. Mientras el cielo, la ca-
estaba en el segundo asiento y yo estaba en el del rretera y la hierba giraban en frente de nosotros,
frente. María iba conduciendo el vehículo, y yo yo no sabía a dónde íbamos, no tenía ningún sen-
estaba examinando los mapas para ver en qué tido de dirección. Caíamos y nos movíamos tor-
lugar íbamos a detenernos esa noche. Ese fue el pemente dentro del vehículo como muñecos de
momento que escogió Satanás para salir y tocar trapo.
la unión del remolque. Cuando nos detuvimos caímos de un golpe y
De inmediato, el remolque comenzó a desviarse quedamos en la posición correcta. Pronto, todo es-
de un lado a otro, forzando a la camioneta a virar tuvo muy tranquilo. Recuerdo que pensé: "Bueno,
violentamente de un lado a otro sobre las tres gracias a ti, Señor, parece que has decidido man-
pistas de la carretera. Los cauchos chirriaron, y tenerme aquí por algún tiempo". Revisé a María
apenas podíamos escapar de los carros que pasa- y vi que ella también estaba ilesa, aun antes que
ban en ambos lados. Desesperadamente agarré el ella pudiera decírmelo. Y lo mismo sucedió con
volante para tratar de ayudar a María, pero ni los muchachos. No se nos fracturaron los huesos,
los dos con todas nuestras fuerzas pudimos hacer ni teníamos cortaduras, ninguno tenía ni siquiera
^ LA ALABANZA EN ACCIÓN MILAGROS EN EL CAMINO 4
raspaduras. Ese fue incuestionablemente el mila- Mientras estaba esperando, revisé el lado del
gro personal más grande que cualquiera de nos- terraplén para recoger lo que pudiera de nues-
otros hubiera experimentado. tras pertenencias personales. No era mucho lo que
Luego oí un sonido como de algo que se esca- podía hallarse, pero recogí lo que pude y lo coloqué
paba silbando. La bombona de gas se había soltado en la segunda patrulla de la policía que estaba
en el remolque y estaba derramando gas por todo estacionada cerca. Precisamente antes que llegara
el carro. "Señor, si tú no nos sacas de aquí rápi- el camión remolque, eché otro vistazo al lugar.
mente, el fuego pudiera hacer lo que el accidente Para absoluta sorpresa mía, hallé la bandeja de
no pudo". Traté de abrir mi puerta, pero esta- cristal labrado para tortas, que era la posesión
ba herméticamente cerrada. "¡Jesús, ayúdame!" más querida de María. Estaba en el piso, al lado
murmuré, y lancé mis pies violentamente contra de un molde cuadriculado de hierro para hacer
la puerta, la cual se abrió de golpe. cierta clase de bizcochos, el cual quedó totalmente
Pronto estuvimos fuera de los restos que que- destruido. La bandeja de cristal labrado ni siquie-
daron, y nos paramos a observarlos con admira- ra tenía rasguños. Sentía el deseo de levantar mis
ción. La camioneta estaba totalmente destruida, manos al cielo en señal de gratitud. De todo lo que
y el remolque no era más que un chasis retorcido. teníamos, esto era lo que de ningún modo hubiera
Pedazos de metal, madera, ropa y pertenencias querido perder mi esposa.
estaban esparcidos ladera abajo del terraplén en Cuando llegó el camión grúa, su conductor me
que habían quedado las huellas del desastre. María preguntó qué deseaba hacer. Le dije que hiciera
y yo nos abrazamos sonrientes y, mientras sacu- lo que él considerara que sería mejor. Entonces
díamos nuestras cabezas, decíamos vez tras vez: me fui con el policía a unirme con la familia en
"Gracias a ti, Señor. ¡Alabado seas tú, Señor!" el Hospital Des Moines, donde me examinaron.
"Sí —oímos una voz detrás de nosotros—, us- Ni los médicos, ni la policía podían creer que no
tedes ciertamente tienen mucho de lo cual estar había ni siquiera un rasguño en ninguno de nos-
agradecidos. Ninguno de ustedes debiera haber otros. Comprendimos entonces más que nunca an-
salido con vida de este revoltijo". tes que Dios tenía en sus manos el control de todo.
Volvimos a mirar. Era un policía del Estado Llevé a mi familia a un motel y, tan pronto
de Iowa, que nos estaba observando detenidamen- como nos registramos, los reuní a todos en nues-
te para ver si teníamos signos de choque sicoló- tro cuarto para que nos uniéramos en oracióp. Le
gico, más por el hecho de que nosotros estábamos dimos las gracias a Dios por haber preservado la
alabando al Señor. Pero nosotros apreciamos pro- vida de cada uno de nosotros, y también le dimos
fundamente la bondad de ese señor y su cortesía. las gracias por el accidente. Juana, nuestra hija
El llevó a María y a los muchachos al hospital mayor, que todavía no había aprendido a alabar
para que los examinara el médico, mientras yo me al Señor, se opuso.
quedé esperando el camión grúa. —Lo siento mucho, papá —dijo ella disgusta-
6 LA ALABANZA EN ACCIÓN MILAGROS EN EL CAMINO

da—, pero ¡francamente yo creo que ustedes es- y, por alguna razón que todavía no comprendo,
tán chiflados! Le están dando gracias a Dios por aquí tenemos su dirección..."
ese revoltijo que quedó allá; ¡ese revoltijo es lo No pude seguir, pues la voz que estaba en «1
único que tenemos! —y luchó para contener las otro lado del hilo telefónico se había quebrantado
lágrimas—. Y aquí estamos, sin carro, con nues- en incontrolables sollozos. Entretanto, yo podía
tras vacaciones arruinadas. Y aquí estamos atas- oír que ella alababa al Señor y le pedía que la
cados sin saber en qué lugar. ¿Y todavía ustedes perdonara por haber dudado alguna vez. Yo no
alaban a Dios? ¡Simplemente no puedo creer que sabía qué hacer. De modo que sólo oré por ella
ustedes estén en su sano juicio! y esperé.
—Juana —le dije, colocando mi brazo sobre sus Al fin, ella se calmó y trató de explicarme su
hombros—, espera y verás. Yo creo que Dios per- reacción. Ella acababa de regresar del hospital
mitió este accidente por alguna razón muy espe- donde había estado recibiendo el tratamiento de
cial. Tal vez sólo fuera para demostrarte lo que cobalto contra el cáncer. La enfermedad había pe-
sucede cuando la gente lo alaba a El en el mo- netrado en todo su cuerpo, de tal modo que el
mento en que menos desea alabarlo. médico le dijo que no tendría más que unas pocas
semanas de vida. Alguien le había dado a ella un
Ella trató de sonreír, y colocó su cabeza sobre ejemplar de mi libro De la prisión a la alabanza
mi hombro. y, cuando sonó el teléfono, ella había estado sen-
—¡Ah, papá! Realmente yo te amo, pero real- tada en la mesa del comedor, tratando de alabar a
mente tú eres algo especial. Dios. Pero el dolor era tan agudo que ella no sabía
La mañana siguiente, lo primero que sentí fue si iba a aguantar todo el día, y mucho menos si
un codazo, que era una señal para que buscara mi podría alabarlo a El. Luego contestó el teléfono,
maletín y lo revisara. Al abrirlo, salió una tarjeta. y después se sintió otra vez quebrantada.
En ella estaba la única dirección que yo había Otra vez tuve que esperar, pero lo único que
llevado de alguna persona conocida que viviera ella pudo decirme fue que se sentía feliz al saber
entre el centro de Iowa y California. El nombre que nos dirigíamos hacia ese lugar, y que mi lla-
era el de la señora Lea de Corn. Vivía en Jackson mado y mi inminente llegada eran una respuesta
Hole, Wyoming, es decir, a un día de viaje del a la oración, que no se podía comparar con nada
lugar en que estábamos. No teníamos planes para que ella hubiera oído, ni siquiera con nada de lo
detenernos tan pronto, pero ahora, luego del acci- que estaba escrito en el libro. Pero que ella me
dente, nos pareció buena la idea. Decidí, pues, contaría cuando llegáramos allá. Yo le manifesté
llamarla. que no sabía cuándo llegaríamos, ya que no tenía-
"Señora de Corn, le habla Merlin Carothers. mos transporte, pero que confiaba que no sería
Mi familia y yo estamos en Iowa, de vacaciones, muy tarde.
y nos dirigimos hacia la costa. Yo recibí su carta Luego, Dios se movió tan rápido que hizo que
LA ALABANZA EN ACCIÓN MlLAGROS EN EL CAMINO

me diera vueltas la cabeza. Llamé a la compañía nos de 24 horas después de nuestro accidente.
de seguros de Texas, para saber qué tipo de ayu- Volvimos a alabar al Señor, y esta vez fueron
da pudieran darnos. Resultó que ellos tenían un cinco las voces que se elevaron en adoración.
agente allí mismo en Des Moines. En corto tiempo Ya hacía un rato que había oscurecido cuando
se presentó en persona. Fui con él al garaje donde nos detuvimos en la entrada de la granja El Mai-
el camión grúa había depositado nuestro carro. zal. Habíamos llamado con anticipación para avi-
El le echó una mirada a lo que había quedado, sar que íbamos a pernoctar allí y para que nos
y luego me llevó en su carro al concesionario explicaran cómo llegar. De modo que euando lle-
Oldsmobile. Le preguntó si había la posibilidad gamos parecía que todas las luces estaban encen-
de conseguir algo que fuera lo más cercano po- didas. Lea salió a saludarnos. Nos fue difícil creer
sible del modelo que nosotros habíamos tenido. El que esta radiante madre joven, de sólo 30 años
concesionario sonrió y dijo: "Ustedes no me van de edad, tuviera alguna clase de aflicción, y me-
a creer lo que les voy a señalar". Nos condujo de nos aún que tuviera una que estuviera a punto de
inmediato a una sección de servicio, donde aca- quitarle la vida. En unos pocos momentos com-
baban de preparar una camioneta que parecía la prendimos que nos hallábamos en la casa de una
resurrección natural de la nuestra. El señor tenía de las más amadas y estimadas hijas de Dios.
razón, yo no podía creerlo; pero sí tenía la cora- Su esposo era un rudo y tenaz estanciero, que
zonada de que Dios tenía una sonrisa bastante se ganaba la vida llevando a grupos de excursio-
amplia. nistas a las montañas. Su nombre era Walter, y
Con el dinero de la póliza de seguros, este nuevo era cortés pero reservado. Era obvio que él estaba
carro casi no nos costaba nada, y ellos hicieron portándose de la mejor manera simplemente por
directamente los trámites. Luego, el agente de el hecho de que nuestra visita significaba mucho
seguros ofreció reponer el remolque, pero yo me para la mujer a la cual él manifiestamente ado-
permití decirle que tal vez pudiéramos continuar raba. Tan pronto como pude excusarse en una
sin el remolque; entonces él nos reembolsó toda la forma cortés, se retiró. Luego de conducir a nues-
cantidad de dinero correspondiente a su valor. tros hijos a sus respectivas camas, él mismo se
Yo casi no podía esperar para ver el rostro de retiró a descansar, y nos dejó a Lea, María y a
Juana. Cuando entré con el nuevo carro en el mo- mí para que continuáramos conversando acerca
tel y les di las noticias, lo único que ella hizo fue del Señor hasta cuando quisiéramos.
sacudir su cabeza y decir repetidamente: "¡Ah, Lea estaba tan llena de regocijo y acción de
que maravilloso... ! gracias que el sueño era lo más remoto que tenía
El mismo día volvimos a la carretera, esperan- en su mente. Ante la presencia de su entusiasmo,
do llegar a cualquiera que fuera nuestro destinó cualquier cansancio de nuestra parte pronto se
provisiorio y cualquier cosa que Dios nos tuviera olvidó; en efecto, tanto María como yo llegamos
reservada. Y todo esto estaba sucediendo en me- a sentir gran aprecio hacia ella, y nos sentimos
O LA ALABANZA EN ACCIÓN MILAGROS EN EL CAMINO
como si la hubiéramos conocido durante años. Le di las gracias al Señor por habernos permitido
Esa noche y la siguiente, ella nos confió que dormir hasta tarde, y me levanté lo más serena-
el deseo más profundo de su corazón era el de mente que pude para no despertar a María. Eso
que Walter recibiera a Cristo como su Salvador fue inútil. Me recordé a mí mismo que debía re-
personal antes que ella muriera. Esto se lo había nunciar a pensar alguna vez en que yo podía le-
manifestado ella al grupo que se reunía con ella vantarme sin despertarla a ella.
para orar: varias damas que, como ella, estaban Posteriormente, esa misma mañana, pude com-
tratando de lograr una vida espiritual más pro- prender que Walter estaba tratando de hacer algo
funda. Por medio de ellas, Lea había recibido mi para manifestar su gratitud por el hecho de que
libro. Según nos dijo Lea, ninguna de ellas real- nosotros habíamos llegado a su hogar y por el
mente sabía de alguno que hubiera sido sanado tremendo estímulo que nuestra presencia parecía
por medio de la oración, pero habían leído acerca significar para Lea. Me preguntó si me gustaría
de ello, y decidieron ponerse de acuerdo en ora- hacer un viaje a caballo hasta la montaña Gran
ción para que Dios me llevara de alguna manera Tetons. Le respondí con gran regocijo que toda
a Jackson Hole, Wyoming. Ellas, creían que si yo mi vida había soñado con hacer tal viaje, y que
llegaba allí, Dios me usaría para hacer algunas me había encantado la noche anterior, ver la mon-
cosas muy importantes en las vidas de ellas. Lea taña Gran Tetons, cuando nos aproximábamos al
creía que una de estas cosas era que si yo llegaba lugar.
y oraba por ella, Dios le concedería el deseo de Le pregunté cuánto costaría hacer ese viaje.
su corazón de ver a su esposo salvo. "De modo Como yo sabía que éste era su sistema de vida,
que —dijo ella sonriente— ésa fue la razón por la intentaba pagarle el precio completo.
que, por una parte, me sentí tan sorprendida y —Costaría 80 dólares por día —dijo—, pero yo
complacida cuando ustedes llamaron; ¡pero, por no voy a cobrarle nada. Es gusto mío que usted
otro lado, realmente no me sorprendí de ningún haga este viaje.
modo!" Comencé a objetar, pero mi espíritu me frenó.
Con el aire fresco procedente de la montaña, esa Así que acepté con gratitud.
noche dormimos como troncos. Me pareció que es- —Sólo hay algo que quiero decirle, Walter; no
casamente había pasado una hora cuando desperté sé cómo podría ir yo sin María. Tratamos de hacer
y oí que Lea estaba en la cocina, tarareando sua- todo juntos.
vemente y preparando el desayuno. Afuera, el sol —La llevaremos también.
ya estaba alto e impacientemente trataba de meter Volví a sentir otro codazo, y obedientemente
un dedo por un lugar en que la celosía de la ven- tuve que decir:
tana no podía mantenerlo completamente afuera. —Walter, hay algo más. Estas son las primeras
Yo bostecé pesadamente y traté de ver claramente vacaciones que hemos tenido en que hemos podido
la hora en mi reloj: eran las nueve de la mañana. tener con nosotros a nuestros hijos. Los dos ma-
LA ALABANZA EN ACCIÓN MILAGROS EN EL CAMINO
yores se sentirían frustrados si los dejamos. Walter y Lea. Ella hizo un determinado esfuerzo
—Bueno, los llevaremos a todos. para revestirse de jovialidad:
De modo que Walter comenzó a hacer los pla- —Bueno, como dije, muchas personas han tra-
nes para llevarnos a las montañas. Alertó a su tado de que él se convierta al Señor, aun pastores
cocinero de excursiones y a su ayudante de viajes, evangélicos. Y él se siente orgulloso de que el
y les dijo que se alistaran tan pronto como fuera mensaje de ellos no le ha hecho ningún efecto.
posible para un viaje no programado. Se necesi- Pero estaré orando —dijo con entusiasmo.
taron dos días para arreglar todo el equipo. Esos Al llegar a la casa, Juana y Bruce estaban tan
días los pasamos con Lea. Ella nos llevó a conocer animados con respecto a nuestro inminente viaje
a sus compañeras de oración y a otros amigos a las montañas como yo, y María, que sólo había
cristianos. Nos pareció que sus compañeras y montado a caballo un par de veces en toda su vida,
amigos eran tan francos y entusiastas como ella estaba alabando al Señor.
misma. Dondequiera que íbamos nos preguntaban —Ahora bien, es mejor que todos ustedes se
cuándo iba yo a hablarles. Decidimos autorizarlos acuesten temprano esta noche —dijo Walter luego
para que anunciaran una reunión en alguno de los de la cena—. En efecto, es mejor que todos uste-
hogares. La programamos para la misma noche des descansen lo mejor que puedan, pues van a
del día en que íbamos a regresar de la excursión. necesitar fuerzas.
—Merlin —dijo Lea, cuando regresábamos a —¡ Alabado sea el Señor! —oí que María mur-
la casa esa tarde—, estaré orando todo el tiempo muraba.
que ustedes estén en el viaje, pidiéndole al Señor
que El presente la precisa oportunidad para que
usted le hable a Walter.
Hice una señal de asentimiento con la cabeza.
Ella volvió a mirar hacia afuera por la ventanilla
del carro, y se mordió el labio.
—Temo —continuó— que él sea lo que usted
podría llamar una persona endurecida para el
Evangelio. Tal vez yo lo empujé un poco cuando
ecepté a Jesús como mi Salvador, o tal vez él se
imagina que no necesita al Señor —aspiró pro-
fundamente y continuó—. Walter está orgulloso
de la confianza que tiene en sí mismo. Mi enfer-
medad es lo primero que realmente le preocupa.
Llegamos a la vía de entrada a la estancia de
LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
tante bien, y también Bruce, quien sólo necesitó
una mano de ayuda para montar. Pero la pobre
María necesitó ayuda para poder montar. Le di
las gracias al Señor por haber iluminado a Wal-
ter que consiguiera la yegua más mansa para mi
esposa.
Así comenzamos a subir. Walter, por supuesto,
iba delante, luego las tres bestias de carga, des-
pués Bruce, yo, María, Juana y, arriando, para
estar seguros de que ninguno se perdiera, subían
el cocinero y el ayudante. Y seguíamos subiendo.
3 Cada vez más arriba, más y más.
Durante la primera hora completa disfrutamos
La tierra de Dios y el de la emoción de marchar sobre un camino mon-
pueblo de Dios tañoso, percibiendo la fresca fragancia de los bos-
ques, oyendo el ruido de los cascos de las bestias
y extendiendo el cuello para mirar el valle y la
El despertador sonó a las cinco de la casa desde la cual habíamos cpmenzado el viaje.
mañana. Esta vez no hubo el rayo amis- Al llegar a la cima de la primera montaña y bajar
toso del sol que se metiera por la celosía; un corto trecho para volver a iniciar la subida,
la rosada aurora no había hecho todavía comenzamos a ver nuevos horizontes, a 80 y a 150
su aparición, y demoraría todavía más kilómetros de distancia.
o menos una hora. Era esencial que sa-
liéramos tan temprano como fuera posi- Lo más memorable de todo fue cuando Walter
ble, pues tendríamos mucho terreno que levantó la mano de repente. Todos nos detuvimos
andar hasta llegar al primer campamen- y miramos hacia el lugar que él nos señalaba. A
to en las montañas. escasos 100 metros estaba una gran manada de
"Monten", nos dijo Walter, casi tan alces, demasiados para poderlos contar, paciendo
pronto como pusimos los pies en la puer- en una ladera que estaba cubierta de yerba. Nos
ta. Y allí estaban listas seis monturas y quedamos tan. quietos como pudimos, sin siquiera
tres bestias de carga que pisoteaban du- atrevernos a respirar. Pero ellos nos vieron y con-
ro. Sus narices echaban vapor con el tinuaron comiendo sin preocuparse, tal vez porque
tenue aire de la madrugada. Juana, que el sentido les indicaba que nosotros no les haría-
era hábil jinete, fácilmente se deslizó mos ningún daño, o simplemente porque nunca
sobre la montura. Yo me las arreglé bas- habían aprendido a temerle al hombre. De repen-
LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS 5

te, a uno de ellos se le metió el deseo de escapar, otros estábamos exhaustos. Finalmente acudí a
y casi todos a una se pusieron también en movi- nuestro guía y le dije:
miento. Corrían juntos como un ondeante río gris, —Walter, tenemos sed.
y con saltos tremendos, continuos e increíblemente El le estaba revisando la herradura a uno de
graciosos, pasaban sobre árboles caídos, grandes los caballos, y me miró sorprendido.
piedras o cualquier cosa que hubiera en su sen- —Bueno, iremos allí y tomaremos agua.
dero. Ellos corrieron tan silenciosamente que, —¿Tomaremos de dónde? —le dije de una ma-
cuando se hubieron marchado, y la ladera quedó nera estúpida y sin tener cuidado.
vacía, casi nos hubiéramos admirado si no los hu- —Pues del agua del manantial.
biéramos tenido en la imaginación. —Walter, no podemos tomar de esa agua —le
También vimos venados y coyotes, pero des- contesté, pensando en los 20 años de entrenamien-
pués de la primera hora nos sentimos más preo- to que tuve en el ejército, durante los cuales siem-
cupados por al alarmante descubrimiento de que pre llevé pastillas para purificar el agua.
nuestras monturas parecían ponerse cada vez más —Trate de tomar —dijo él, tratando de no mos-
duras. Como no estábamos acostumbrados a nada trarse tan impaciente como el novato que tenía
que fuera más duro que el asiento delantero del delante de él—. Yo he estado tomando de ella
carro o el sofá de la casa, comenzamos a darnos durante años. Es pura —agregó enfáticamente—,
cuenta de que cada vez éramos más sensibles. precisamente como Dios la hizo.
Unas pocas horas después, que nos parecieron tan Bueno, con toda clase de imaginaciones sobre
largas como un día cada una de ellas, llegamos a extrañas enfermedades y malas funciones orgá-
un valle hermoso cubierto de grama, que tenía nicas, me incliné en uno de los bancos del manan-
un burbujeante manantial procedente de la mon- tial y bajé mi cabeza hasta el agua. Tuve que ad-
taña, que corría sobre las rocas acariciado por la mitir que ciertamente esa agua era excelente: era
luz del sol. Walter volvió a levantar la mano, y casi como si estuviera el líquido sonriente y feliz.
desmontamos, ninguno en forma elegante. Prác- Respiré profundamente, puse mi boca sobre el
ticamente todos necesitamos más que una pequeña agua y tomé: era el agua más fresca, más dulce
ayuda.. y más deliciosa que jamás hubiera.yo probado.
Mientras María y yo estábamos allí, mirando "¡ Ah, extraordinario!" me dije yo, citando las pa-
el agua más clara que jamás había visto, ella se labras de Juana. Bebí casi hasta atragantarme,
inclinó hacia mí y me dijo en voz baja: "Merlin, luego saqué de. allí la cabeza, y asusté al caballo
tengo sed". Miré hacia donde estaban las bestias que estaba más cerca al gritarle a María para que
de carga y las nuestras, y noté que en ninguna se acercara. Ella se acercó e hizo lo mismo que yo,
de ellas había cantimploras. Me sentí turbado y y experimentó la misma reacción.
no era capaz de decir nada, pero para ese mo- El almuerzo (para eso nos habíamos detenido,
mento el día ya estaba bastante caliente, y nos- aunque yo tenía la esperanza de que también pu-
LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
diéramos pasar allí la noche) sólo fue una comida gado, pues, al lugar que nos habíamos propuesto,
pasajera: emparedados de jamón, manzanas y ca-. donde acamparíamos. Aun así, María no pudo
ramelos. Pero tenía el gusto del maná descendido mover las piernas, y tuvo que ser levantada de
del cielo. Después del almuerzo, yo estaba tratando la cabalgadura, mientras murmuraba: "¡Gracias,
de darles un poco de descanso a mis ojos, cuando Jesús!" Como nosotros somos gente de ciudad y
sonó el grito de Walter en el aire temprano de la del Este, nunca antes en la vida habíamos es-
tarde: "¡Monten!" Eso no fue fácil, pero de algún tado tan completamente cansados y adoloridos.
modo nos las arreglamos y pronto continuamos Pero Walter pronto encendió un alegre fuego de
nuestro camino cuesta arriba. campamento. El tendió las bolsas especiales en
Como a las tres de la tarde, llegamos a un cin- que María y los muchachos iban a dormir allí mis-
turón de nieve. Grandes montones de nieve comen- mo alrededor del fuego, de modo que pudieran
zaron a formarse en el camino, y por primera vez meterse en ellas y cenar con una comodidad aco-
desde que salimos, comenzamos a orar con preo- gedora.
cupación. Volví a mirar a María y a Bruce, que En la cena comimos pollo frito y pan recién
estaban orando en el Espíritu. A cada momento, horneado. Es imposible expresar con palabras lo
la capa de nieve se hacía más espesa, hasta que sabrosa que fue aquella comida. Pronto estábamos
eomenzó a cepillar las barrigas de los caballos. riéndonos de nuestras magulladuras y todo vol-
Yo me preguntaba cómo podrían ellos hallar el vió a estar bien en este mundo. De postre toma-
piso en caso de que la capa de nieve siguiera po- mos un rico chocolate caliente. ¡Cuan sabroso
niéndose más espesa. (Más tarde supimos que estaba ese chocolate en aquella noche fría de la
Walter también se estaba preguntando qué suce- montaña!
dería, y que estaba más preocupado que cualquiera Pronto toda mi familia se quedó dormida. Pos-
de nosotros. Sólo él sabía que si los caballos no teriormente, nosotros los levantamos y los movi-
podían seguir, no había manera de que dieran la mos a las carpas que habíamos armado, lejos del
vuelta para regresar). fuego, pero por el momento los dejamos que si-
Pero salimos bien, y no mucho tiempo después guieran dormitando. Walter y yo nos sentamos a
llegamos a un magnífico altiplano escondido, don- mirar el fuego.
de nos detuvimos para que descansaran los ca- —¿Cómo es posible que usted no sea como los
ballos. Walter dio la vuelta y le dijo a María: otros predicadores? —me dijo al fin Walter, sin
"Bueno, ¡ánimo! Ya no estamos muy lejos; otras quitar sus ojos del fuego..
tres horas de camino y estaremos allí". —¿Qué me quiere decir usted, Walter? —le con-
Posteriormente, María me dijo que ella se hu- testé sin levantar tampoco los ojos.
biera desmayado si se hubiera caído del caballo. —Bueno, en primer lugar, usted no ha tratado
Pero Walter tuvo*compasión de ella y admitió de convertirme; y en segundo lugar, parece que
que estaba haciéndole una broma; habíamos lle- usted siempre está riéndose. Usted se ríe aunque
LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
le pisen los callos, y perdone usted la expresión. don gratuito de Dios. Que ese don era para cual-
—Bueno, Walter, eso es lo que sucede cuando quiera que aceptara a Jesús como su Señor y Sal-
uno tiene a Jesús adentro. El cambia la manera vador personal.
en que uno ve todas las cosas. Porque El cambia —¿Sabe usted —le dije, levantando entonces los
lo que uno es, en lo más profundo del ser. ojos— que un muchacho, que no podía tener más
—Bueno, yo he pensado algo en que me gus- de 17 años, ya casi estaba dando su último suspiro
taría cambiar —dijo, mientras golpeaba con una agónico, y, sin embargo, trató de discutir conmigo
varita sobre un tronco que debía atizarse—, usted y decirme que yo estaba equivocado? —Walter
sabe, adentro, como usted dijo, particularmente movió su cabeza negativamente—. Como yo tenía
por causa de Lea, luego que ella se emocionó tanto una Biblia en la mano, le hice ver, según Juan
con respecto a este asunto de ser cristiana. Yo 3:16 y 1 Juan 1:9, que nada de lo que él había
también hice lo mejor que pude. Pero no me hizo hecho, o había dejado de hacer, tendría ningún
ningún bien, aunque lo hice un par de veces. En efecto en cuanto a su ida al cielo, tan pronto como
tres días volvía a ser la misma persona de antes. él confesara sus pecados delante del Señor y le
Luego se aclaró la garganta, y pensó un poco. pidiera a Jesús que lo perdonara y entrara en su
Yo sólo escuchaba y esperaba. Después dio un pro- corazón.
fundo suspiro y dijo en una voz casi impercep- Walter hizo descansar su barbilla sobre el puño
tible: de su mano.
—Yo no soy tan bueno como para ser cristiano —Bueno, yo le hice ver la verdad a ese mucha-
alguna vez, de eso estoy convencido— y echó al cho —continué—, y él se enterneció y le pidió a
fuego la varita que tenía en la mano. Jesús que le perdonara los pecados y lo llevara al
—En ese punto es donde está equivocado, Wal- hogar celestial. Inmediatamente murió, allí mismo
ter —le dije suavemente—, pero le voy a decir en mis brazos.
dónde he escuchado eso antes: en Vietnam. Lo he Los ojos de Walter estaban llenos de lágrimas,
escuchado muchas veces. Los helicópteros de eva- pero no me volvía a mirar.
cuación médica aterrizaban en los hospitales del —Pero usted sabe, él realmente no murió. Claro
campo de combate, y los médicos metían en los que su cuerpo murió, pero su alma, fue a vivir
aparatos a esos muchachos adolescentes. Estaban eternamente con Aquel que vino a dar vida eterna.
tan mal heridos que no había necesidad de que Miré directamente a Walter:
los médicos les gastaran una broma diciéndoles —¿Quiere usted aceptar a Jesucristo como su
que tenían alguna posibilidad de vivir. —Walter Salvador personal ahora mismo? —El hizo una
me miró, pero yo no levanté los ojos—. Yo tra- señal afirmativa con la cabeza mientras las lágri-
taba de decirles a esos muchachos que no impor- mas le cubrían las mejillas.
taba lo que ellos hubieran hecho, ni cómo eran A la mañana siguiente, nos despertamos con un
ellos en su vida interna. Que la salvación era un tronante "¡ Alabado sea el Señor, Merlin y María,
LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
es tiempo de levantarse!" Sonó ahí mismo detrás cual les permitía la libertad de ir saltando en
de nuestra carpa. Los ojos de María se abrieron cualquier dirección en que quisieran merodear,
bien grandes. pero no les permitía correr. Walter nos dijo que
—¿Aceptó a Jesús? era difícil entrenar caballos que soportaran las
Moví la cabeza afirmativamente. maneas, y que algunos nunca aprendían, pero que
tan pronto como aprendían, ésa era con mucho
—¿Lo dijo? la mejor manera de asegurarse uno de que ellos
Volví a mover la cabeza afirmativamente. tuvieran el adecuado forraje durante la noche.
—Bueno, alaba tú mismo al Señor —me dijo Nuestros apetitos esa mañana nos dejaron
ella alegremente. asombrados. Las personas de la ciudad, como nos-
El arte de vestirse uno, sin salirse de la como- otros, ni siquiera saben si quieren tomarse el des-
didad de aquella bolsa especial de dormir era algo ayuno o pasarlo por alto. Esa mañana nos hubié-
que yo no había dominado bien, aunque había ramos podido comer una vaca entera. Era tal
tratado de hacerlo mil veces durante cuatro gue- nuestro apetito que consumimos enormes cantida-
rras. Mis contorsiones hicieron que María explo- des de tocino, huevos, bizcochos y melocotones, y
tara de risa. Esto hizo que me determinara a para pasar todo eso tomamos café recién prepa-
lograr definitivamente lo que estaba haciendo, y rado.
mientras forcejeaba con la media izquierda, dando Inevitablemente llegó el momento en que tuvi-
vueltas a un lado y a otro, casi derrumbo la carpa. mos que volver a treparnos sobre la cabalgadura,
"¡Epa, Merlin! ¿Tiene usted un oso allí?" Era pero con una compasión no característica —en
Walter, que esa mañana estaba irreprensible. efecto, para él era realmente una profunda ter-
Pero el tintineo de las tazas de lata, el ruido nura—, Walter nos pasó algunas instrucciones de
metálico de las cacerolas y el aroma del tocino y su ciencia de caminos: "Nuestros músculos gra-
de los huevos fritos me llamaban poderosamente. dualmente se irán relajando hoy, y de aquí a ma-
Me rendí, me salí de la bolsa, me vestí y salí tími- ñana estaremos tan cómodos sobre la montura, que
damente de la carpa, para recibir entonces una nos sentiremos en condiciones de seguir el viaje
ronda de aplausos completamente innecesarios. durante una semana más. Hallamos difícil de creer
Miramos hacia el valle y vimos los caballos que eso, pero decidimos aceptarlo por fe. Entretanto
Walter haba dejado maneados la noche anterior nos preguntábamos qué iríamos a hacer durante
pastando alegremente. Nos pareció que estaban el resto del día.
como a unos dos kilómetros de distancia. El ca- Luego Walter sentó otro precedente: nos in-
ballo de Walter estaba atado cerca de nosotros, y formó cuál era el objetivo que teníamos delante
en breve él montaría e iría a buscar las otras bes- (Lago Escondido), donde podíamos esperar que
tias. Lo que él había hecho la noche anterior fue llegaríamos alrededor de la hora de almuerzo, y
manear los remos delanteros de los- animales, lo también nos informó cuál era nuestro destino fi-
LA ALABANZA EN ACCIÓN
LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS 6
nal (regresar al campamento donde nos encon- se quedó sobre la superficie del agua, no muy
trábamos). lejos, mortificado, me apresuré a recoger la cuer-
Ciertamente, alrededor de mediodía llegamos a da, pero sólo le había dado una o dos vueltas al
Lago Escondido. El lago parecía un sueño. Tenía carrete cuando ¡pum! la cuerda se puso dura.
unos 100 metros de ancho y era claro como el Sobre el agua saltaba una bella trucha de mon-
cristal. Se le podía ver directamente el fondo. taña: la más grande (lo siento) que jamás había
Mientras estábamos allí de pie, dos aves blancas visto.
tan grandes como cisnes y que no eran distintas de Casi dejo caer la vara. Hablando acerca de la
esas aves, llegaron con sus alas bajas, para acua- suerte de un principiante, ¡esto era fantástico!
tizar perfectamente en la parte lejana del lago. El pez chapoteaba y luchaba, y yo pensé que cier-
De esta especie en particular, Walter nos dijo que tamente lo perdería, pero, orando durante todo
no toleraban a otro par de aves en ningún lago, el proceso, me las arreglé para recoger la cuerda
y que si otras se presentaban, inmediatamente se con él y ponerlo en la cesta.
producía una horrible pelea. Todavía temblando un poco, volví a arreglar
Habíamos almorzado y estábamos holgazanean- la cuerda y la lancé sobre el agua tan lejos como
do apaciblemente a la orilla del lago, cuando Wal- pude. ¡ Esta vez, una trucha se apoderó de la car-
ter me preguntó si me gustaría pescar un poco. nada aun antes que ésta cayera en el agua! Era
Bueno, el viejo perceptivo Merlin no notaba que increíble. Yo sabía Quién era el responsable de
hubiera varas para pescar en alguna parte, así ello y le di las gracias, pues hubiera estado más
que me escurrí hacia otro tema. Pero en vez de de acuerdo con mi habilidad de pescador que hu-
dejarse llevar, Walter sacó una caja de la bolsa biera pasado todas las vacaciones pescando sin que
de su cabalgadura, la abrió y rápidamente armó siquiera un pez se acercara a la carnada...
toda una vara de pescar dotada de su carrete y su Me acordé entonces del relato bíblico:
cuerda. Seleccionó una de las carnadas en la caja, —"Maestro, toda la noche hemos estado traba-
la colocó en el anzuelo, me entregó el aparejo y jando, y nada hemos pescado".
me dijo: "Tome usted, haga un buen trabajo; Cristo miró a Pedro y le dijo tranquilamente:
usted es responsable de proveernos el desayuno —"Boga mar adentro, y echad vuestras redes
de mañana". para pescar".
Le di las gracias a Dios por el hecho de que yo Pedro estuvo a punto de preguntarle al Señor
ya había tenido la experiencia de usar una caña qué diferencia terrenal podía haber en eso, pero
de pescar y sabía cómo ir soltando la cuerda gra- Cristo se lo impidió con un movimiento de la ca-
dualmente. Me mantuve dando latigazos en el aire beza. Moviendo su cabeza obedientemente, Pedro
en arcos cada vez más prolongados. Cuando tuve lanzó la red: y ésa fue la más grande pesca de
afuera tanta cuerda como la que podía manejar, toda su vida...
intenté lanzarla hasta donde alcanzara, y vi que La tercera vez que lancé la cuerda, me estaba
6 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
riendo tanto a carcajadas que no podía hablar. La. no he debido preocuparme; no bien habíamos re-
cuarta, la quinta y la sexta fueron como un sueño gresado cuando Walter simplemente excavó un
favorito en pleno día, ver la cuerda correr sobre hueco en un banco de nieve, ahí mismo detrás de
las aguas. La séptima vez, me admiré de las cur- nuestras carpas, y las metió allí.
vas tan completas que estaba logrando con la cuer- Esa noche, mientras estábamos sentados en tor-
da, tanto que la carnada volvía por sí sola. Gra- no al fuego del campamento, no estábamos tan
cias a ti, Señor, por premiar mi orgullo. En la cansados como la noche anterior. Nos sentíamos
octava tuve éxito, y también en la novena y en la inmensamente complacidos con el resplandor de
décima. Luego, no pude resistir sin mirar alrede- las gloriosas vacaciones que Dios nos estaba dan-
dor para ver si mi familia estaba apreciando mi do. Compartimos con Walter lo relativo a la vida
pericia, y una vez más saqué un anzuelo sin nada. que estábamos aprendiendo a vivir en Cristo:
Luego de haber sacado 14 peces en 16 veces que cómo alabarlo en todo, y cuan bellamente estába-
lancé la cuerda, Walter se me acercó y gentil- mos.siendo bendecidos en todo lo que hiciéramos.
mente me quitó la vara. "Usted ha atrapado dos Le hablamos de Lea, y le dijimos que la voluntad
peces para cada uno de nosotros —dijo él simple- de Dios era la de que ella fuera sana y completa-
mente—, y posiblemente eso es lo único que poda- mente restaurada, y que ella sería sanada, aun-
mos comer". Me sentí avergonzado de ser el que que no le tocaba al hombre saber si el Señor iba
menos frustrado se sintió de tener que detener la a hacer eso en nuestro lado del velo o en el lado
pesca. de El.
Mientras desarmaba la vara y la colocaba cui- Luego Walter se unió a mí en oración, pidién-
dadosamente otra vez en la caja, Walter me dijo: dole al Señor que sostuviera a su esposa en el
"Este pudiera ser el mejor lugar en todo el mundo centro de su mano, y le dio gracias por ella y por
para pescar. Son muy pocas las personas que han todo el amor que ella le había manifestado du-
tenido alguna vez el placer de pescar aquí, y nunca rante los años en que él había sido tan áspero y
he traído a un grupo de excursionistas.aquí, pero terco con ella. El confesó que se había reído de
lo que hemos pescado podemos comérnoslo todo". ella por su persistente fe, y le pidió perdón al
Volvió a poner la caja en la bolsa de su montura, Señor por todas las veces que la había herido mo-
ató con seguridad la cesta sobre una de las bestias ralmente. Luego levantó los ojos sonriente:
de carga, y comenzamos el regreso hacia nuestro —¡No puedo esperar hasta regresar para de-
campamento. cirle a mi esposa lo que ha sucedido! Y contarle
Mientras regresábamos, yo me preguntaba a de esta paz que siento —esta rectitud— que brota
mí mismo cómo podrían mantenerse frescas las dentro de mí. Algunas veces es tan fuerte que
truchas hasta la mañana siguiente. El ondulado siento deseos de gritar o algo semejante.
aire de la montaña era fresco, pero no tan frío —Bueno —le dije—, cuando eso suceda, no se
como para mantenerlas frescas. Pero otra vez, yo detenga, Walter, grite. Aquí, lo único malo que
8 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS 6
podría suceder sería que usted pudiera asustar un en que lo único que uno quería hacer era alabar
poco a los caballos. La palabra que nosotros usual- al Señor con todo su aliento. Realmente no tenía-
mente utilizamos es "aleluya". Sólo es una forma mos grandes deseos de regresar abajo a la civi-
corta de alabar al Señor. lización, al mundo del hombre, ya que realmente
El asintió con la cabeza, y me pareció detectar habíamos estado probando el mundo de Dios.
cierto guiño malicioso en su ojo. "Monten", oímos el grito y, ciertamente, no sólo
Esa noche dormimos más profundamente que fue más fácil montar, sino que nos sentíamos poco
la noche anterior, casi con los ánimos suspendidos adoloridos. Comenzamos a bajar la montaña de
como osos en sus cavernas de invierno. Cuando regreso a la estancia de Walter. Esta vez, María
estábamos en lo más profundo del sueño, de re- no estaba completamente atemorizada. Recostada
pente oí un tremendo ¡aleluya! tan alto que el eco normalmente sobre la parte de atrás de la mon-
retumbó en las montañas circundantes. "María, tura y con una mano sobre la perilla, parecía que
¿crees tú que es tiempo de levantarnos? —Ella se hubiera montado toda la vida.
rio—. ¿O más bien será que está cumpliendo con Como estábamos de regreso a casa, los caballos
sus devociones de la mañana?" Mi esposa se rio se movían más animadamente, y hubo más con-
a carcajadas. versación de adelante para atrás y viceversa entre
En poco tiempo nos vestimos. Todavía tiritando los componentes de la línea de viajeros. El es-
un poco, nos calentábamos las manos con el fuego cenario también nos pareció más espectacular.
de la mañana, y veíamos dos sartenes en que se Cuando íbamos subiendo, nuestra visión estaba
freían los filetes de las truchas de la montaña. Yo bastante limitada a la parte de atrás del caballo y
no creía que fuera posible que estuviéramos más el jinete que iban delante y la próxima subida.
hambrientos que la mañana anterior, pero en rea- Pero, al bajar, podíamos ver el valle, y kilómetros
lidad así fue. Huevos y bizcochos y café, y luego y kilómetros hacia el lejano horizonte. Y mirando
trucha frita. "¡Gracias, Jesús!" Esa mañana pu- hacia atrás de tiempo en tiempo, hacia las mon-
dimos ayudar con el desmantelamiento del cam- tañas, nos llegaba un sentimiento de nostalgia.
pamento y la búsqueda de las bestias. Mientras Sentíamos el deseo de regresar y experimentar
les quitábamos las maneas para llevarlas al cam- allí de nuevo los indecibles deleites-que el Señor
pamento, un joven alce apareció de paseo, pre- había creado para el disfrute de sus hijos.
guntándose qué estaríamos haciendo nosotros en Adelante, Walter nos señaló hacia el camino
su territorio, y marchando con pasos cómodos, abajo y sacudió su cabeza negativamente. Muy
pasó como si nosotros no existiéramos. pronto estuvimos en medio de lo que habíamos
Le echamos una última mirada a aquel bello visto: una verdadera nube de mosquitos. El en-
altiplano cubierto de hierba y respiramos profun- jambre era tan espeso que cubrió cada centímetro
damente. Aquel aire estaba embriagante; hacía cuadrado de piel que estuviera expuesta. Aparen-
que el amor se le expandiera a uno hasta el punto temente, el oxígeno que contenía el aire era de-
LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS
masiado tenue, por lo que no podían volar más oído ese mensaje. Posiblemente muchos de ellos
alto, pero allí nos esperaron, y el único modo de nunca lo habían oído. Luego, el Señor me dirigió
bajar consistía en pasar por donde ellos estaban. para que les hablara sobre el Consolador que vino
Dando palmetazos y matando insectos, y ba- a tomar el lugar de Jesús, y sobre el hecho de que
jando tan rápidamente como nos atrevíamos, se- Jesús nos urgió a que recibamos el bautismo en el
guimos el regreso, pero los mosquitos siguieron Espíritu Santo, precisamente como lo recibieron
con nosotros todo el camino hasta llegar a la es- la madre de El y sus más cercanos seguidores, y
tancia. Cuando entramos corriendo al interior de todos los demás que en el Aposento Alto espera-
la casa, supimos que ése era el primer día de la ban el día de Pentecostés. Les dije que el Señor
época de los mosquitos. Tan pronto como entra- quería que en ellos morara la plenitud del Espíritu
mos, Walter le contó a Lea lo que le había pasado. Santo, a fin de que los capacitara y les diera poder
Ella casi no pudo contenerse. Sentía mucho gozo para llevar una vida tal como la que El quería, a
y derramaba muchas lágrimas. Ella le dio gracias la cual los había llamado, pues el llamamiento de
a Dios por haber contestado las oraciones de su Dios era exigente. Les dije que no era fácil morir
corazón. Y entonces comprendió ella que ya tenía uno a sí mismo y rendir su propia voluntad a la
un esposo que iba a estar con ella, cualquiera que del Señor en forma total e incondicional; que para
fuera la voluntad de Dios para ella. ello se necesitaba la ayuda sobrenatural del Es-
Fue una bendición sentirnos libres de la mayor píritu Santo.
parte del cansancio de los dos días anteriores, Les anuncié que los dones del Espíritu, cada uno
para el culto de la noche, que habíamos de reali- de ellos, incluyendo el de una nueva lengua, el de
zar en el hogar de la granja de uno de los amigos la sanidad del cuerpo y el de la sanidad del alma,
de Lea. La casa estaba llena de gente mucho más todavía estaban operando, y que Dios estaba de-
de lo que esperaba. Aun las gradas estaban llenas rramando su Espíritu sobre toda carne, en todo
de gente, y ciertamente, Walter estaba allí sentado el mundo, mediante un avivamiento sin preceden-
en el tercer escalón. tes. Que en realidad ése era el comienzo de la más
Esa noche compartí con ellos las simples Bue- grande revolución de que el mundo hubiera oído
nas Nuevas del Evangelio. Les dije que Jesús jamás. Eché una mirada hacia donde estaba Wal-
había venido al mundo para que todos los hom- ter. El estaba bebiendo de la palabra viviente, en
bres pudieran tener el gozo de saber con certi- la misma forma como yo había tomado del agua
dumbre que tienen vida eterna, y que ellos no corriente que él me había indicado en las monta-
tenían que luchar, ni trabajar, ni esforzarse por ñas. El estaba derramando lágrimas. Cuando yo
ser buenos. En vez de tales cosas, por simple fe pregunté a quién le gustaría recibir al Espíritu
en Cristo, ellos podrían recibir el don inaprecia- Santo, su mano fue la primera que se levantó.
ble de Dios. Muchas personas, mayores y jóvenes, acepta-
Ellos escucharon como si nunca antes hubieran ron a Cristo como su Salvador personal esa noche,

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2 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA TIERRA Y EL PUEBLO DE DIOS 73
y muchas otras, que lo conocían y lo amaban, pero rente. El sabía que lo único que necesitaba era
no habían comprendido la plena bendición del Es- darle permiso al Señor para que El limpiara su
píritu, recibieron esta bendición. Allí nos hicimos vida interna, y que así no pasaría mucho tiempo
de muchos amigos, pero yo estaba triste al ver que antes que tales palabras desaparecieran simple-
el propietario del hogar en que estábamos reunidos mente. Esto nos indicaba que, además de lo que
se había sentado en la parte de atrás, sin respon- Walter hubiera recibido del Señor, El lo había
der, sin mostrar ningún interés. Al día siguiente, dotado del menos buscado y más urgentemente
su esposa me confesó la desesperación que ella necesitado de todos los dones: el don de sabiduría.
sentía. Después que nosotros salimos esa noche, La salida de Jackson Hole fue casi una repeti-
él había tratado de analizar minuciosamente todo ción de la salida de Ambia. La gente llegó en sus
el culto, y ella no comprendía porqué, luego de tal carros a despedirnos, y hubo muchas lágrimas de
enfoque intelectual, él no entendía el simple hecho ambas partes, y la manifestación de la esperanza
de que Jesús era su Salvador. de que pronto regresaríamos. Lo mejor de todo
Menciono esto por el hecho de que en estos úl- fue que ellos tomaron la nueva determinación de
timos meses he recibido tres cartas de esa señora, esparcir las Buenas Nuevas en toda esa región.
en las cuales me dice que su esposo finalmente Y según las cartas que he recibido, ellos han cum-
recibió a Cristo en las reuniones que ellos con- plido con este propósito.
tinuaron realizando luego que nosotros salimos, y Una vez más, levantamos la mano para hacer el
que luego también recibió el bautismo en el Es- acostumbrado movimiento de despedida, y pusi-
píritu Santo. Entonces tomó él la guitarra, que mos la proa de nuestra camioneta hacia Califor-
no había vuelto a usar desde que era joven, el nia. Una mañana temprano, en la carretera, sentí
Espíritu Santo le había dado nuevos cantos, y un profundo deseo de llamar a los Corn.
ahora es uno de los principales del grupo que se —¿Es Walter? Le habla Merlin. No sé exacta-
reúne para orar. mente por qué estoy llamando, excepto que me pa-
El día siguiente comenzamos a sentir que Dios reció que el Señor realmente quería que llamara.
había completado la obra para la cual nos había Hubo silencio en el otro lado de la línea tele-
enviado allí. Tuvimos un rato de conversación con fónica . . .
Lea y Walter, y nos quedamos maravillados de la —Merlin, Lea murió ayer —dijo al fin Walter
manera tan rápida y profunda en que el Señor es- sosegadamente—. Mañana realizaremos el funeral.
taba obrando en Walter. De vez en cuando se metía —¿ Y cómo está usted, Walter?
una palabra vulgar en su conversación. Pero en —Bueno —dijo, luego de otra pausa—, puedo
vez de sentirse avergonzado, o de hacer un esfuer- alabar al Señor, Merlin, y lo alabo. Lo alabo por
zo o intento artificial de hablar bien en presencia haberlo enviado a usted a tiempo para que me
de nosotros, simplemente se detenía y comenzaba diera el mensaje de tal modo que yo pudiera acep-
de nuevo, y decía lo que deseaba de un modo dife- tarlo. Por haberle dado a Lea el gozo de saber que
4 LA ALABANZA EN ACCIÓN
yo iría en pos de ella. Cuando ella comprendió que
iba a partir de este mundo —se le quebrantó la
voz, y esperó un momento—, lo único que pudo
hacer fue darle al Señor las gracias por haberle
concedido su más profundo deseo. Ella sentía do-
lor, pero murió con la alabanza en sus labios.

4
Los comienzos de un
ministerio
Ninguno de nosotros se había dado cuen-
ta realmente de la gran inmensidad del
territorio de los Estados Unidos, su pura
extensión, hasta que se nos fue presen-
tando día tras día en el camino: las on-
dulantes colinas verdes, las tierras de
cultivo, los poderosos ríos, las intermi-
nables llanuras, los desiertos, las encum-
bradas montañas. Mientras más veíamos
de lo que Dios había esculpido, formado
y moldeado, más agradecidos nos senti-
mos y más tranquilos nos quedamos en
actitud de adoración. Eso fue como si El
hubiera estado hablándonos en una ca-
tedral al aire libre, y llamando nuestra
atención a las diversas obras de arte que
El había hecho para deleite de los ojos y
de los corazones de sus hijos.
,«15 L A ALABANZA EN ACCIÓN LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO TTS.

Llegamos a California cuando cumplíamos los —No hay problema —dijo Vernon. Llamó in-
19 días de vacaciones. Desde el momento en que mediatamente a Wilbur Robbins y a su esposa,
llegamos nos parecía que en lo único que podíamos fieles sustentadores de la reunión de los jueves de
pensar era en Escondido, y sólo de eso podíamos la Fraternidad de los 120. Ellos bondadosamente
hablar, y sobre cómo sería nuestro nuevo hogar. nos invitaron a estar en su hogar hasta que el
Al fin le dije a mi esposa: "María, esto me parece Señor nos indicara claramente los planes que tenía
ridículo. Aquí estamos debidamente visitando lu- para nosotros. Y ciertamente, más o menos en el
gares de interés, determinados a aprovechar cada plazo de una semana, el Señor permitió que hu-
uno de los días de nuestras vacaciones, y lo único biera un hogar en Escondido a disposición para
que realmente queremos hacer es llegar a Escon- que pudiéramos tomarlo en alquiler.
dido. El dueño de la camioneta hace una decisión: La siguiente preocupación que me abrumaba
vamos a alterar el curso del viaje ahora mismo, y era la condición existente en la congregación de
nos dirigiremos hacia Escondido por la ruta más la cual nos íbamos a encargar. Una cosa era estar
directa que me pueda imaginar". La camioneta se allí para cumplir una misión de cinco días, como
inundó de alegría. la que habíamos cumplido tres meses antes, en la
De modo que, para sorpresa y deleite de Ver- cual, por causa de la tremenda preparación dili-
non, de repente nos presentamos un día, una se- gente, tuvimos auditorios desbordantes todas las
mana antes de lo planeado. Todo lo que veíamos noches. Pero fue una cosa completamente diferen-
en Escondido era más asombroso de lo que María te contar exactamente 25 personas en el primer
y yo recordábamos. Nuestros corazones estallaban servicio que tuvimos un domingo en la Escuela
de gozo y esperanza, pues aunque lo que estába- Secundaria. Yo alabé al Señor, pero confieso que
mos haciendo no estaba del todo de acuerdo con después caía en ciertas dudas serias. Durante 20
la manera en que el hombre, según su propia jus- años, el ejército se había encargado de mi soste-
ticia, hace las cosas, yo sentía que Dios iba a hacer nimiento por completo, y durante un año como
algo muy especial, y muy pronto. pastor metodista, había comenzado con. un salario,
Ahora sé que la aguda conciencia que yo tenía un hogar, una iglesia y una congregación ya des-
en ese momento era un don especial procedente arrollada.
del Señor, pues rápidamente comenzó a desvane- Ahora, habiendo tomado una determinación ex-
cerse a medida que me distraje con los hechos trema, teníamos un puñado de personas con las
apremiantes de nuestras necesidades inmediatas. cuales comenzar, no teníamos salario ni ninguna
En primer lugar, no teníamos un lugar donde seguridad de que algún día lo tendríamos. En
vivir. Cuando yo le había escrito a Vernon, le dije efecto, nadie nos había hecho ninguna clase de
que lo único que necesitaríamos al principio sería promesa.
un lugar donde colocar el remolque. Pero ahora "Señor —hablé sin tino, tan pronto como estuve
no teníamos remolque. a solas—, perdóname la incredulidad. Sé que tú
LA ALABANZA EN ACCIÓN LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO 7^

nos trajiste aquí, y que nos vas a usar para una a levantar una gran obra en Escondido. El estaba
obra, pero . . . vigorosamente convencido de ello, y casi lo hu-
Hijo, ¿cuántas personas había en los bancos el biera sentido mucho, si Dios no la hubiera levan-
primer domingo que estuviste en Ambia? tado. Me ayudó mucho el oírlo a él describiendo
Pensé un momento. "Había 25", respondí tími- con lujo de detalles todo lo que Dios iba a hacer.
damente. Sólo fueron necesarios dos servicios, el del jue-
¿ Y cuántas acudieron a tus reuniones de aviva- ves por la noche, de la Fraternidad de los 120 en
miento cinco meses después? el antiguo Club de Damas, y el de aquel inolvida-
"Más de cien personas, Padre". ble domingo en la escuela secundaria, para que el
¿Y de qué tamaño es Ambia? Señor comenzara nuevamente a enviarnos gente
"Padre, lo siento mucho. Te ruego que me per- de todas las direcciones. Y una vez más, esas per-
dones". Y lloré al sentir sobre mí su perdón y su sonas eran exactamente lo opuesto a lo que un
gracia. nuevo pastor pudiera esperar, desde el punto de
De ahí en adelante, hice lo mejor que pude para vista natural. En vez de ser ricos, tener buena
oponerme a ese pensamiento tan negativo. Pero salud y no tener grandes problemas, parecía que
vencer nunca es fácil, y cada vez que se me invi- cada nueva persona que nos llegaba estaba en una
taba para que fuera al Centro Cristiano del sector condición de desastre económico. ¡Y hablar de
Las Melodías, a hablar a 4000 personas, y cátia problemas! Estas personas tenían algunos de los
vez que me detenía a pensar en que había unos problemas más increíbles con que yo me hubiera
ocho millones de personas a una distancia a la encontrado. Ellos necesitaban muchísima oración
cual podíamos llegar en carro en cualquier mo- y muchísimo consejo. Me reí al recordar cuan
mento, se me presentaba una tremenda tentación tonto había sido yo al pensar que la miseria hu-
de imaginarme cómo sería si me metiera en una mana sólo existía en los barrios bajos de la ciu-
obra lista como ésa. dad. Y aunque entonces yo no podía comprender
Pero cuando una tentación de esa naturaleza todo, Dios estaba escogiendo cuidadosamente a
está cerca, Dios siempre provee la vía de escape. cada una de estas personas para que cumpliera
Muy a menudo, ésa es simplemente una alabanza un papel decisivo en la obra que El estaba a punto
pasada de moda: "Gracias a ti, Señor, que necesito de emprender.
que tú te enfrentes a mi orgullo, y que mi fe sea Durante este tiempo, yo continué viajando a
edificada. Y gracias también porque algunos de otras partes de los Estados Unidos, difundiendo
tus más poderosos robles se desarrollan de las más el mensaje de alabanza. Hubo un viaje rápido a
pequeñas bellotas. ¡ Aleluya! ¡ Tú tienes todo a tu la convención anual de la Asociación Cristiana de
cargo, y eso es lo que importa!" Libreros, que se celebró en Cincinnati, donde iba
Pero si mi fe fallaba, la de Vernon nunca fla- a presentar mi tercer libro Respuestas a la ala-
queaba ni por un instante. El sabía que Dios iba banza, el cual pronto habría de unirse a los otros
-w) LA ALABANZA EN ACCIÓN LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO &1-.

dos en la lista de libros cristianos de mejor venta. tros brazos levantados para alabar al Señor. Pero
Hubo convenciones del Evangelio Completo y con- nunca sabíamos por cierto cuándo llegaría el mo-
venciones de iglesias. Un momento que particular- mento para la alabanza, ni cuándo se presentaría
mente recuerdo fue una Concentración de Jóvenes el sermón, en caso de que hubiera sermón. No
que se celebró la noche en que se iba a recibir el había organización, ni oportunidad para que el
Año Nuevo en el auditorio Carnegie Hall de Nue- hombre le arrebatara a Dios el control. Pero in-
va York, en la cual miles de jóvenes danzaron de variablemente había una suave inclinación hacia
regocijo en los pasillos. Esos jóvenes estaban lle- la adoración, en cualquier dirección en que fuera,
nos del poderoso vino nuevo del Espíritu Santo, una armonía dócil, compatible, que sólo podía ve-
más felices que los parrandistas que se hallaban nir del mismo Espíritu.
en el edificio Times Square, sólo a unas cuadras En las semanas siguientes continué recibiendo
de distancia de allí, y estaban destinados a estar sugestiones en el sentido de que instituyéramos
todavía más felices cuando despertaron la mañana tal o cual procedimiento organizado, a menudo
siguiente. eran ideas que se habían puesto en práctica en las
El segundo domingo en Escondido, hubo un jú- iglesias de las cuales procedía nuestra gente. En
bilo desenfadado. ¡Estuvieron presentes 50 ado- cada caso, la dirección que yo recibía del Señor
radores! Estábamos, pues, en camino. Yo todavía era negativa. El crearía cualquier organización
estaba tentado a poner en práctica todo programa mínima que necesitáramos en la plenitud de su
que hubiera aprendido para atraer a nuevas per- tiempo, y lo haría a la medida, de una manera
sonas, desde las visitas casa por casa en busca de única, para nosotros.
adherentes y la escritura de cartas personales, Hay muchos cultos organizados que no tienen
hasta las campañas masivas de publicidad, pero nada del gozo y de la libertad que debe caracte-
cada vez que me hallaba a punto de hacer tales rizar idealmente a la adoración. Poco nos extraña
sugestiones, el Señor me hablaba: No hijo, deja que la gente que asiste a esos cultos frecuente-
que yo lo haga a mi manera. mente exprese la preocupación en cuanto a la mo-
Y Dios tampoco permitió que ninguna estruc- notonía que habrá en el cielo. "¿Realmente quiero
tura penetrara en el culto del cuerpo de creyentes ir a un lugar donde lo único que se hace es sen-
cristianos, al cual ahora nosotros nos referimos es- tarse durante toda la eternidad a cantar himnos
pléndidamente con el nombre de Centro Cristiano antiguos?"
del Distrito Norte. No teníamos boletines ni pro- Se supone que la adoración debe ser un preludio
gramas. Llegábamos al culto sólo con gozo en tan parecido al cielo como sea posible, pero Dios
nuestros corazones, y con un sentido de expecta- no nos ha hecho para el aburrimiento. El no es-
ción, esperábamos para ver hacia dónde nos diri- pera que nosotros tengamos el anhelo de ir a al-
giría el Espíritu Santo. Los servicios usualmente guna parte a pasar la eternidad, en la cual no
comenzaban con cánticos y aplausos, y con nues- seamos eternamente felices. Por el contrario, Dios
LA ALABANZA EN ACCIÓN LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO 8c

ha planificado la eternidad de tal modo que esté servicio religioso, sino que se infunde en la vida
llena de tanto gozo que nuestro cuerpo actual no diaria.
podría resistir el estar en su presencia. ¿Qué clase de personas son éstas que están lle-
Sin embargo, muchos servicios religiosos no dan nas del gozo de Cristo? ¿Cómo viven realmente
ni siquiera una vislumbre de lo que nos está re- ellas en las situaciones de la vida diaria? En pri-
servado. Sus pastores han sido forzados por la mer lugar, echémosle una mirada a la vida del
tradición, o por cierto sentido de decoro público mismo Jesús, y a la de aquellos que aprendieron
o de solemnidad sin Espíritu, a arreglar sus ser- a sus pies. Ya Jesús estaba para ser crucificado.
vicios con la máxima "dignidad" y "reverencia". El reunió a sus discípulos para que comieran jun-
Similarmente, sus congregaciones han sido tan tos la última comida. En esos momentos, unas
acondicionadas que si sus servicios de repente pocas horas antes de su muerte, El les dijo: "Estas
llegaran a ser alegres, ellos pensarían que el pas- cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vos-
tor se volvió un fanático religioso. "El servicio otros, y vuestro gozo sea cumplido" (Juan 15:11).
fue realmente indecente esta mañana. ¡ Imagínese, Luego, cuando Jesús había sido cruel y violen-
la gente riéndose en la casa de Dios!" tamente condenado a muerte, se dijo que sus "deu-
dos" comerían los alimentos "con alegría y senci-
Pero la adoración en su forma más pura nos llez de corazón, alabando a Dios". Y posterior-
lleva hasta la presencia de Dios, de un modo en mente, cuando se encontraron en circunstancias
que nuestro mismo semblante se cambia. Es en- más difíciles, ellos pasaban el tiempo cantando,
tonces cuando brillamos con cierto resplandor que bien fuera en el Coliseo o en la prisión. Y fue en
el incrédulo puede ver literalmente. El gozo vence relación con épocas de esa naturaleza que el após-
estas frágiles estructuras humanas, y nosotros tol Pablo escribió: "Regocijaos en el Señor siem-
caemos postrados a sus pies. La alabanza brotará pre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!"
directamente de nuestros corazones, mientras el ¿Cómo podían ellos regocijarse? ¿Cómo pudie-
tiempo pasa sin que nos demos cuenta de ello, y ron Pablo y Silas cantar toda la noche en la oscu-
somos llevados a una atmósfera de adoración ce- ridad de una celda de la prisión? ¡Porque ellos
lestial de la cual nunca hemos soñado. tenían el gozo de Cristo! La promesa de El se
Parece dudoso que podamos hallar alguna vez cumplió en ellos. El gozo de El no era algo para
tal pureza de adoración en la tierra. Pero en mu- disfrutarlo en un servicio de iglesia y luego ol-
chas congregaciones en qué el Espíritu tiene liber- vidarlo, cuando la vida trajera circunstancias
tad para moverse como a El le place, hombres y difíciles o trágicas. Si así fuera, entonces la tra-
mujeres están marchando en esta dirección, están gedia sería más poderosa que el regocijo. Y Jesús
logrando precisamente el gusto de lo que sería tal vino a darnos la victoria sobre el mismo infierno.
adoración, y tienen sed de recibir más. Y el resul- Cuando Jesús se enfrentó al horror de la cruz y
tado es el gozo, gozo que permanece, no sólo en el la convirtió en una victoria, El proveyó la misma
4 LA ALABANZA EN ACCIÓN LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO

victoria para nuestros problemas, no importa cuan paseo por la playa. Aquella era una tarde gloriosa,
grandes u ominosos puedan parecer. caliginosa y asoleada, con unos pocos hacecillos
De modo que su gozo es un poder que hace que de nubes en el cielo. El Océano estaba sereno, y
nos enfrentemos a cada día nuevo con expecta- apenas se oía el murmullo de las olas. No era nada
ción, y no con temor. Aquellas situaciones que una raro sentirse uno feliz en ese momento. íbamos
vez fueron desesperantes, ahora son oportunida- caminando por el filo que forman las olas allí
des para que Dios manifieste su potencia. Crea donde se extinguen. En medio del gozo que sentía,
usted esto —realmente reconózcalo en su cora- pensé: "Oh Dios, hay muchos hijos tuyos en el
zón—, y una sorprendente fortaleza comenzará a mundo que no conocen este gozo, que no han
fluir dentro de su ser. aprendido realmente a amar ni a recibir tu amor.
¡Incluso, esta verdad es bíblica! ".. .porque el Me gustaría poder hacer algo a favor de ellos..."
gozo de Jehová es vuestra fuerza" (Nehemías 8:10). Citando ellos estén llenos de gozo les llegará
La fuerza encerrada dentro del gozo: suficiente hasta los pies.
fuerza para proveer todo lo que necesitamos más "¿Hasta los pies, Señor?"
de un millón de veces. ¡Y qué manera de lograr Sí, hasta los pies.
que sean suplidas nuestras necesidades! Cuando "Lo siento, Señor, no puedo entender eso".
los levitas, de los cuales nos habla el libro de Ne- Citando mi gozo llegue hasta sus pies, ellos po-
hemías, oyeron por primera vez estas palabras con drán danzar delante de mí en actitud de alabanza.
respecto al gozo, y comprendieron que se les había "Entonces, Señor, yo debo ser capaz de danzar
revelado una poderosa verdad, ellos todos se fue- delante de ti ahora mismo, si eso es lo que tú
ron "a comer y a beber, y a obsequiar porciones, quieres".
y a gozar de grande alegría, porque habían enten- Sí, como un muchachito, danza de gozo delante
dido las palabras que les habían enseñado". de mí.
¡ La comprensión de la fuerza que usted tendrá Para sorpresa de María, de repente salté dos
por medio del gozo hará que usted también sienta veces sobre un mismo pie, luego sobre el otro.
grande alegría! Pues el gozo, que es espontáneo, Salté, pues, de un lado a otro y abrí mi boca para
imprevisible y explosivo, produce ese efecto. En soltar una carcajada. Pero, en vez de la risa, me
momentos inesperados, en que no estoy pensando salió un cántico, el primero que el Espíritu Santo
en el Señor, cuando estoy inconsciente de la pre- me dio jamás: "Mis pies comprenden el mensaje.
sencia del Espíritu Santo, de repente, una onda Llenos de gozo y alabanza están".
de gozo embriagante se apodera de mí. En realidad, esas palabras no se parecían mu-
Esta verdad realmente adquirió vida un día cho a un cántico, pero me volvían a la mente vez
en que María y yo fuimos en nuestro carro a la tras vez, y esos cortos versos alegres han sido
costa del Pacífico, dejamos nuestros zapatos y usados por Dios para bendecir a muchas personas.
medias en el carro, y descalzos fuimos a un largo He entrado en iglesias en que rara vez se ha sen-
Í4é6 LA ALABANZA EN ACCIÓN
LOS COMIENZOS DE UN MINISTERIO
tido el gozo, en caso de que alguna vez se haya sonas a una nueva obra, o para introducir un
experimentado, les he enseñado a cantar esos ver- nuevo ministerio. En efecto, El lo usó por primera
sos, y luego los he animado a saltar un poco. vez para llevar a las personas a oír las enseñanzas
Inicialmente, a menudo la reacción fue de con- de su propio Hijo.
fusión y consternación. "¡Por Dios! ¿Qué es lo
que él está tratando de hacer?" Pero tan pronto
como unos pocos estuvieron dispuestos a respon-
der en actitud de obediencia, los demás cayeron
en la cuenta, y poco tiempo después todos estaban
riendo. Ellos hubieran podido sentirse cohibidos,
pero no podían dejar de expresar la sonrisa. La
semilla estaba sembrada. Después de reuniones de ¡I
esa naturaleza, miles de personas literalmente han
acudido a mí para decirme: "¿Sabe? Esa fue la
primera vez que me sentí feliz de asistir a la
iglesia".
Tal era el poder puro del gozo, y ésa fue una
de las razones por las cuales nos sentimos dirigi-
dos a no someter nuestros propios servicios a nin-
guna estructura. Queríamos que el Espíritu Santo
se encargara de que ellos tuvieran la libertad de
introducir el gozo en nuestra adoración, cuando
El decidiera y como lo quisiera.
En cuanto a la formación del cuerpo de creyen-
tes cristianos, nosotros también quisimos que ésa
fuera obra de El, y no nuestra; de modo que no
pusimos en práctica ninguno de los esquemas
"puestos en práctica y probados" que nos fueron
sugeridos. No, Dios tenía que tener libertad de
acción para hacer eso según su voluntad, y el
modo que El escogió para hacer esta obra fue a
la vez consagrado por el tiempo y bíblico. Además,
estaba totalmente fuera de posibilidad que el hom-
bre influyera en alguna forma. El había usado ese
método muchas veces antes, para atraer a las per-
UN MINISTERIO DE SANIDADES 8
Distrito Norte. Esta clase de noticia tiene una
atracción natural para cualquiera que padezca de
alguna enfermedad física. Esa mañana en par-
ticular, llegó cierta familia a ver qué era lo que
exactamente estaba sucediendo en la Escuela Se-
cundaria.
Ellos llegaron con una actitud de comprensible
duda, pero también con una gran necesidad y una
disposición a creer. La madre de la familia tenía
una severa afección al corazón que había reque-r
rido años de cuidadosa atención médica y de mu-
chos medicamentos, tantos que llegó a tomarse
5 27 diferentes pastillas por día. Y esto sólo era
para que su corazón se mantuviera funcionando
Un ministerio de bastante bien y para que su sangre se mantuviera
sanidades suficientemente líquida a fin de que ella pudiera
hacer pequeños trabajos en el hogar.
Las sanidades formaban una parte regu- Invité a aquellos que deseaban que se orara por
lar de nuestros servicios, aunque como ellos a que pasaran adelante, y pedí a los miem-
dije ya, no se anunciaba desde el domin- bros del cuerpo de creyentes cristianos que así
go anterior cuál parte del servicio se lo desearan a colocarse de pie detrás de ellos y
dedicaría a la sanidad divina. Un do- unirse conmigo en la oración. La señora madre
mingo, al principio del otoño de 1972, que estaba sometida a los medicamentos de que
me sentí fuertemente dirigido a comen- antes hablamos pasó adelante y se puso de pie
zar el culto con un rato de oración a delante de mí. Conjuntamente con los hermanos
favor de los enfermos. Nunca había he- que estaban en torno a ella, yo le pedí a Dios que
cho yo esto al comienzo del servicio, pero tocara el torrente sanguíneo de ella y su débil
no había discusión, pues esa mañana corazón, y que le diera sanidad a ese cuerpo.
sentía que el Señor me estaba dirigiendo Según todas las apariencias externas, la fe de
de ese modo. ella no parecía muy fuerte; pero estaba rodeada
En nuestros servicios ya habían ocu- por el pueblo del Señor, el cual creía juntamente
rrido varias sanidades dramáticas, y se con ella que el Señor pondría sobre ella la mano
estaba comenzando a esparcir la noticia sanadora. En casos como ése, he tenido la expe-
de que Dios estaba haciendo algo no riencia de que, aunque la fe propia de un individuo
acostumbrado en el Centro Cristiano del pueda no ser muy grande, el Señor puede proveer
dO LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES
a otras personas que creen juntamente con tal completamente renovado, y que el estado de su
persona, con lo cual provee canales adicionales sangre era normal.
por medio de los cuales el Espíritu Santo pueda La noticia de esto comenzó a extenderse hasta
hacer su obra. llegar a San Diego, ciudad situada a una hora
En esta situación, el Espíritu Santo pudo lle- de viaje por carretera. Y nosotros comenzamos a
varla a tal estado de fe y confianza, que Dios realizar servicios de sanidad todos los domingos
la sanó. Cuando esto sucedió, su rostro se levantó por la noche. A uno de estos servicios llegó un
lleno de gozo y alabanza, y entonces ella dio testi- joven presbiteriano que estaba enyesado desde el
monio allí mismo de que había sido sanada y que pie hasta la cadera. El no llegó por su propia vo-
lo sabía. Toda la congregación como una sola per- luntad, sino por complacer a sus padres que le
sona, llena de regocijo, le dio las gracias a Dios. habían rogado que fuera. Los huesos que tenía
fracturados en la pierna no se le soldaban apro-
Cada vez que alguna persona es sanada en nues- piadamente, y un intento que habían hecho sus
tra iglesia, yo le pido que acuda a su médico y médicos de aliviarle esa condición había fracasa-
consiga de él la confirmación de lo que el Señor do. El no ocultó el hecho de que estaba allí con
ha hecho. A menudo los médicos no quieren com- un espíritu de protesta. Cuando varias personas
prometerse, y usan términos como "diagnóstico se pusieron de pie y dieron testimonio público de
equivocado" o "remisión espontánea"; pero hay que Dios les había dado sanidad, este joven les
muchos que se manifiestan dispuestos a atribuir manifestó claramente a todos los que lo podían
la recuperación al poder sanador de Dios. En este escuchar que él no creía que Dios sanara a las
caso particular, por supuesto, no podíamos acon- personas en esta edad moderna.
sejarle a la señora que dejara de tomar sus me-
dicinas hasta que el doctor le dijera que abando- Al finalizar el servicio volví a hacer algo que
nara el tratamiento. Resultó que los medicamen- nunca antes habíamos hecho. Invité a cualquiera
tos le ofrecieron confirmación adicional de cierta que tuviera cualquier clase de enfermedad física
clase no deseada. La señora no pudo ir a la con- a que pasara adelante y se sentara en la silla que
sulta con su médico durante dos días, y entretanto, estaba junto al pulpito, ante la vista de todos los
los medicamentos le estaban haciendo perder san- presentes, y le pidiera al Señor que lo sanara
gre profusamente. inmediatamente y ahí mismo.
Mi invitación fue recibida con silencio, nadie
Cuando el médico le examinó la sangre, descu- respondió. Yo simplemente esperé, pues estaba
brió que ya estaba demasiado fluida, lo cual había razonablemente convencido de que había oído co-
sido causado por el continuo tratamiento médico. rrectamente la voz del Señor. Luego, precisamente
Inmediatamente le suspendió las medicinas y la cuando la congregación comenzaba a perder la
puso en observación. Pronto descubrió que, de tranquilidad, una dama alta y muy atractiva, que
algún modo, el corazón de esta señora había sido había trabajado como modelo, pasó adelante. Ella
4 <sñ,¿' LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES 9
admitió que había sido reacia, pero que ahora ha- al Señor que derramara su poder sanador sobre
bía sentido un deseo tan urgente que tenía la esta hija suya.
confianza de que el Señor la iba a sanar. Su pro- Todos los ojos estaban fijos en los pies de ella,
blema resultó ser que una de sus piernas era más y mientras orábamos, la pierna más corta comen-
corta que la otra. Esto le estaba causando un dolor zó a crecer. Creció hasta el nivel de la más larga.
que iba en aumento, pues la diferencia se estaba Y siguió creciendo hasta que se notó que estaba
haciendo más pronunciada. más la"rga que la primera. El hermano que yo
había llamado para que me ayudara se sintió un
Bueno, de todas las sanidades físicas en que el poco desconcertado con este crecimiento.
entusiasmo por parte del sanador pudiera ser mal —¿Qué hacemos ahora, pastor?
interpretado como una obra genuina de Dios, la —Bueno —le contesté con una sonrisa—, sim-
que peor ofensa causaba era el alargamiento de plemente oremos para que la otra pierna crezca
las piernas. Parecía como si casi cualquiera que hasta igualarse con ésta.
se sentara en la silla y mantuviera sus piernas Dios estaba encargado de todo lo que estaba
derechas tuviera una leve pero discernible dife- sucediendo, y El sabía qué era lo que estaba ha-
rencia. Y el sanador entusiasta, teniendo las pier- ciendo. Volvimos a orar y, mientras oramos y
nas del supuesto enfermo asidas y orando pode- observamos, la otra pierna también creció hasta
rosamente (y tal vez tirando un poco) invariable- llegar a formar una pareja perfecta con la prime-
mente producía un milagro. Con esto no quiero ra. "¡ Gracias a ti, Jesús!"
hablar en forma irrespetuosa sobre las obras de
Dios. Personalmente sé de varios casos en que Cuando la dama regresó a su asiento, alabando
diferencias que verdaderamente se podían medir, a Dios con todos nosotros, casi la golpea el joven
han sido igualadas milagrosa y permanentemente. presbiteriano, quien ya estaba de pie y comenzó
Lo que estoy tratando de dar a entender es que a renquear hacia el frente tan rápidamente como
también sé que se ha abusado de este ministerio sus muletas podían llevarlo. Había un conjunto de
en particular. diez gradas que conducían a la plataforma, donde
se hallaban el pulpito y la silla. Luego de haber
Tal vez por esta razón, yo sentí que no debía manifestado abruptamente su problema, oramos
tocar a esta dama de ningún modo, ni siquiera y le pedimos a Jesús que tocara la pierna que no
acercarme a ella. Ella se sentó en la silla y exten- se le quería mejorar al joven.
dió sus piernas. La diferencia que había entre Posteriormente nos dijo que, mientras orába-
ellas era tan notable que todos los presentes fácil- mos, todas las dudas que tenía se habían desva-
mente podían verla. Invité a otro de los miembros necido simplemente, y que había sentido un extra-
del cuerpo de creyentes a que pasara adelante para ño poder que fluía dentro de su cuerpo. El sabía
que orara conmigo. Los dos nos unimos en ora- que Dios le había hecho algo. El estaba de pie, y
ción con el resto de la congregación, y le pedimos cuando uno de los hombres le dio las muletas, él
.•4- LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES
las tiró lejos. Como tenía problemas de equilibrio Ellos piden que los sane de su sufrimiento y de
por causa del yeso, poco a poco fue bajando las lo que les duele. Pero primero debían pedir que
gradas, y luego se apresuró hacia los brazos de los sane de aquellas cosas que están dentro de ellos
sus padres, que estaban llenos de alegría. que están hiriendo a otros.
El día siguiente, este joven fue a consulta con I Casi estallé de gozo! Dios acababa de abrirme
su médico, y le pidió que le quitara el yeso y le el entendimiento para que comprendiera una ver-
hicfera radiografías. El médico argüyó que no dad que yo sabía que traería sanidad a muchos
había pasado el tiempo suficiente para que hu- que antes no habían hallado solución para su di-
biera alguna mejoría, y que si le quitaba el yeso, lema. ¡Y cuando he podido animar a los hijos de
eso pudiera echar a perder el proceso de la me- Dios a que fijen su atención en este asunto, ellos
joría. Pero el joven insistió. La radiografía de- han experimentado maravillosa sanidad!
mostró que no tenía ninguna clase de fractura,
y el médico se quedó atónito. Jesús nos enseñó que las dos cosas que Dios más
Yo nunca he dejado de estremecerme cuando quiere que hagamos son: que lo amemos a El con
Dios decide arreglar huesos instantáneamente, o todo nuestro ser, y que amemos a nuestro prójimo
reparar corazones, o hacer cualquiera de las otras con el mismo grado de amor con que nos amamos
cosas maravillosas por medio de las cuales El hizo a nosotros mismos. Y éste era el secreto: ore usted
saber que su mano soberana estaba sobre aquel para que sea sanado de todo lo que hay dentro de
cuerpo de creyentes cristianos conocido con el usted que está causando dolor a otros, y experi-
nombre de Centro Cristiano del Distrito Norte. mentará una nueva y gloriosa relación con el Hijo
Pero a pesar de todas las sanidades físicas que He Dios.
habían ocurrido, las profundas sanidades del es- Lo primero que hay que hacer es orar para que
píritu que acontecieron tuvieron en muchos sen- podamos ver en qué formas estamos ofendiendo
tidos un efecto aún más profundo. a otros, pues los modos en que nosotros hacemos
Durante años he tratado de buscar la respuesta esto son tan numerosos como las arenas del mar.
en cuanto a por qué no fueron sanados todos aque- Y no me refiero sólo a los modos obvios, tales
llos por Jos cuales oramos. Yo sabía bien que tenía como la difamación y los chismes. Uno tiene que
que haber una buena razón, pero tal razón se elu- llegar a ser sensible a los modos indirectos en que
día de mi más cuidadosa investigación. Pero una ofende: el celo escondido, o el juzgar a los demás,
tarde, mientras estaba sentado a mi escritorio o el carácter vengativo. Porque, aunque no siem-
mirando hacia el valle de San Miguel, me llegó pre hablamos lo que pensamos o sentimos, si man-
la respuesta. tenemos eso en nuestros corazones, causa daño: a
Mi pueblo no está sano, porque su oración para nosotros y a los demás. ¿Se ha detenido usted a
que los sane es desatinada. pensar alguna vez que esa artritis puede ser cau-
"¿Qué dices, Señor?" sada por una vida de resentimiento no manifiesto?
. 4fo LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES
¿Esa desesperación es sólo enojo que no va a nin- hubiéramos podido adoptar; pero yo sentía que
guna parte? Dios quería algo distinto, algo que cuadrara exac-
A menudo puede ser sanado el cuerpo físico, tamente tanto con nuestras necesidades del mo-
mientras que el cuerpo espiritual queda intacto, mento como con la dirección hacia la cual El
lleno de ansiedad y temor. Pero cuando el espíritu quisiera llevarnos. Investigando en la Escritura,
es sanado y llevado a la luz, la fe crece, y es en- llegué a sentir la convicción de que El quería que
tonces cuando el individuo queda libre para la tuviéramos ancianos con la misma responsabili-
sanidad de todas las partes de su vida. El Señor dad y la misma función como los que El estableció
nos envió a personas que estaban quebrantadas de en la iglesia primitiva.
espíritu, cansadas de llevar sus propias cargas y Yo estaba completamente consciente de lo de-
tratando de ser lo suficientemente buenas para cisivo que era este paso y estuve determinado a
merecer la bendición de Dios. No puedo decir esperar en el Señor hasta que El mismo impri-
cuántas personas llegaron a comprender que Dios miera sobre mi mente los nombres de aquellos que
las amaba exactamente como ellas eran, y que po- El quisiera escoger. Yo tenía que estar absoluta-
dían confiar en que Cristo les daría el completo mente seguro de que no los estaba escogiendo yo
perdón de todos sus pecados y faltas. Pero tam- mismo, según la deferencia que sentía hacia ellos
bién se difundió la noticia de que la gente no sólo o mi modo de pensar en cuanto a cuáles eran los
estaba recibiendo sorprendentes sanidades físicas, más calificados para esta labor. El Señor me dio
sino que vidas enteras estaban siendo transforma- cinco nombres. Cuando estuve absolutamente con-
das en la misma esencia del ser. vencido de que era el Señor el que los escogía y
Ya no tuvimos que preocuparnos con respecto no yo, anuncié los nombres de ellos a la congre-
a la asistencia a nuestros servicios. Menos de cua- gación. Los hermanos se llenaron de alegría, no
tro meses después de haber empezado, ya asistían sólo por tener dirigentes a los cuales podían acu-
entre 400 y 500 personas a las reuniones del do- dir con sus problemas, sino también, como mu-
mingo por la mañana. El local se llenaba de bote chos me lo dijeron después, por cuanto todos ellos
en bote. creían que la mano del Señor había estado pre-
Con este rápido crecimiento llegó la urgente ne- sente en la selección.
cesidad del entrenamiento y la madurez del cuerpo La siguiente necesidad inmediata fue la relativa
de creyentes cristianos. El Señor comenzó a indi- a las clases de niños en la escuela dominical. Estas
car los pasos que debían tomarse. El primero y clases se acomodaron en las aulas de la escuela en
más obvio de todos fue el de preparar personas que nos reuníamos. No seguían ningún programa
que asumieran la responsabilidad de la dirección. de iglesia prescrito ni tradicional, sino que saca-
Una vez más se nos presentaron muchas formas ban de la Biblia los temas centrales para cada
de comités, directivas, procedimientos de organi- clase. Cada maestro tenía la responsabilidad de
zación que se emplean en otras partes, los. cuales estar seguro de que cada niño llegara rápidamente
. -^8 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES

y con seguridad a la comprensión de lo que sig- La perspectiva de que algún domingo por la
nifica conocer a Jesucristo como Salvador per- mañana llegaran 500 personas a la escuela secun-
sonal. daria y la hallaran trancada, y se quedaran sin
Pero estas clases nos crearon problemas admi- ningún lugar para el culto, ni siquiera la comodi-
nistrativos adicionales. Nosotros teníamos que dad de poderlo celebrar en sus terrenos al aire
apoyarlas, supervisar la enseñanza y cuidar de libre, nos conmovió. Según los arreglos que tenía-
que las aulas quedaran en perfecto orden, pues, mos, nuestro convenio de un año con la escuela
según nuestro convenio con la dirección del plan- debía expirar en octubre, y la reacción que se ha-
tel, nosotros teníamos que dejar el edificio in- bía manifestado ante esta situación era una clara
maculado cuando saliéramos. Esto significaba que indicación de que no podría renovarse. De modo
el pastor Gortner, uno de los ancianos o yo ten- que comenzamos a buscar otro sitio para la ado-
dríamos que revisar cada uno de los salones des- ración.
pués de cada escuela dominical, para cerciorarnos Buscamos de arriba a abajo. Fuimos de iglesia
si habían quedado aun en mejores condiciones de en iglesia, preguntándoles a sus directivos si no
las que tenían antes de haberlos usado. sería posible usar las comodidades de ellos en
Durante varios meses, este sistema operó sin oportunidades en que ellos no las tuvieran en uso.
defecto. Luego, un domingo lluvioso de febrero, Pero nadie quería tener en su iglesia a este grupo
una de las maestras voluntarias se enfermó y no de personas tan extrañas que creían en los mi-
pudo asistir a su clase. Ella pudo conseguir quien lagros y en una experiencia llamada el bautismo
la sustituyera, pero se le olvidó mencionarle a la ..en el Espíritu Santo. Tampoco tuvimos éxito al
persona que iba a asumir esa responsabilidad la buscar lo mismo en instituciones seculares. En
necesidad de tener cuidado con el aula y limpiarla efecto, dondequiera que íbamos, nos parecía que
después de usarla. Ese preciso domingo, por ra- no sólo se nos cerraban las puertas, sino que se
zones que sólo el Señor conoce, nadie se presentó nos las tiraban en la cara.
después a revisar para ver si se había cumplido Y así, nosotros alabábamos al Señor, tanto
con este deber. colectiva como individualmente. Y mientras ala-
Cuando la maestra titular llegó a la mañana bábamos al Señor, los miembros del cuerpo de
siguiente, halló tiza sobre el escritorio, algunos creyentes, uno tras otro, acudieron a mí para de-
papeles en el piso y todo el salón desarreglado. cirme que ellos pensaban que el Señor nos estaba
Inmediatamente llamó al director para quejarse. indicando que El tenía el propósito de que nos-
El llamó a su vez al responsable del mantenimien- otros construyéramos nuestra propia casa. Y esto
to, y, como resultado, pronto recibimos una carta confirmó una insinuación que había comenzado a
en la cual se nos advertía que, si volvíamos a dejar formarse en mi propio corazón.
algún aula en esa condición, no podríamos usar Una vez más, el enemigo trató de hacer que co-
más el local de la escuela para nuestros cultos. menzara a funcionar la maquinaria de mis dudas
^i.00 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES 1
al indicarnos que no teníamos dinero, ni miembros te número de personas que acudían a nosotros en
ricos, y que no podríamos hacerle frente a un busca de consejo. Nos parecía que toda persona
tiempo de tres a cinco años que serían necesarios que se presentaba ante nosotros llegaba con una
para la construcción si tuviéramos disponibles los profunda necesidad. La puerta del frente de nues-
fondos necesarios. Luego pasó el enemigo a tra- tra casa se abría y se cerraba tan frecuentemente,
bajar sobre algo que a mí me preocupaba más, desde el alba hasta después del anochecer, que nos
pues he visto congregaciones que se dividen por hubiera sido más eficiente instalar una puerta
causa de las disensiones que surgen en lo relacio- giratoria.
nado con los planes y la construcción del edificio. Amábamos a nuestro pueblo de todo corazón.
En efecto, me parecía que no había ninguna otra Pero los visitantes llegaban y salían en una co-
actividad en la iglesia que estuviera tan propensa rriente que no terminaba nunca, y los hijos nues-
al desastre. Sin embargo, recordé: "Hágase tu tros constantemente traían a sus amigos al hogar
voluntad y no la mía". Y me pareció que no había a cualquier hora. Además de esto, dos secretarias,
ninguna otra alternativa. y algunas veces tres, que se habían ofrecido vo-
De modo que me tocó acudir otra vez ante el luntariamente para hacer frente a los millares de
Señor a pedirle que me perdonara mi increduli- cartas que ya estábamos recibiendo, también es-
dad: "Bueno, Señor, aquí estoy otra vez, alabán- taban en nuestra casa. Parecía como si estuviéra-
dote como tú me has enseñado para que enseñe a mos en cultos de iglesia durante 16 horas del día.
otros, y todavía tengo estas dudas que sé que pro- Finalmente, las cosas llegaron a tal punto que,
vienen del enemigo". -en la última parte de una tarde, luego de aconsejar
Hijo, ¿cuántas personas estuvieron presentes el a más de 20 personas durante todo el día, María
domingo pasado? se encerró en el baño con la Biblia, para poder
"Más de 500, Padre". pasar unos minutos a solas con Jesús.
i Y cuántas pensaste tú que podría haber, luego El Señor ya sabía que nosotros necesitábamos
de aquel primer servicio que tuviste el último ve- un lugar donde pudiéramos estar a solas con El.
rano? El había estado esperando que se lo pidiéramos.
"Más o menos la décima parte de ese número, Nosotros se lo pedimos, y El nos indicó claramen-
Señor", murmuré. te que debíamos comenzar a buscarlo. María y yo
Hijo, la casa que construiré para mi pueblo so- entramos en esta búsqueda con un verdadero es-
brepasará tus expectaciones, así como el cuerpo píritu de aventura. En alguna parte, Dios ya tenía
de creyentes cristianos que he levantado las han el lugar preciso para nosotros, planeado para nos-
sobrepasado. otros desde antes de la fundación del mundo, y lo
"Señor, perdóname". único que teníamos que hacer nosotros era descu-
Otro de los problemas principales a que tuvimos brirlo. Nosotros sólo teníamos una condición: el
que hacer frente estaba constituido por el crecien- lugar tendría que estar verdaderamente aislado.
***102 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO DE SANIDADES
Pues, aunque el Señor nos había aliviado esencial- de naranja, de ciruelas, de limón, de limas y de
mente de la carga de aconsejar al repartir esta toronjas dulces, todos los cuales estaban tan car-
responsabilidad entre los ancianos, cualquier mo- gados de frutas que sus ramas llegaban hasta el
deración en el movimiento de personas a través piso, estaba una pequeña casa gris de campo, con
de la puerta frontal de nuestra casa era más que una vista magnífica en todas las direcciones. La
compensada por las personas de otras partes qué, única casa que se podía ver desde allí estaba sobre
habiendo leído mis libros, llegaban sin ningún la cima de otra colina.
anuncio de todas partes del país, y simplemente Yo no podía creerlo; era como si hubiera en-
entraban. trado al centro del Edén. ¡Tendría que mostrár-
Fuimos a ver muchos lugares. Los amigos nos sela a María! De allí bajamos apresuradamente.
daban sus opiniones sobre el escondite ideal, pero Busqué a María, y los dos regresamos solos allí, y
invariablemente, su concepto de escondite no era nos costó mucho hallar el camino para llegar allí.
tan drástico como el nuestro; temo que ellos tu- Nos bajamos, nos miramos el uno al otro, y com-
vieron que haber pensado que nosotros estábamos prendimos que ése era el lugar que el Señor nos
buscando una morada de ermitaños. En ninguna había escogido. Abajo, el valle verde se extendía
parte nos parecía hallar una evidencia clara que hasta el pueblo que quedaba en la distancia, y de-
nos indicara que ése era el lugar que el Señor nos trás de nosotros, las montañas cubiertas de nieve
tenía preparado. De modo que comenzamos a pre- se elevaban hasta el cielo.
guntarnos si en realidad habíamos oído correcta- María y yo tuvimos nuestra primera experien-
mente la voz de El. c i a de acercarnos a un naranjo, coger una na-
Posteriormente, un asoleado día de febrero, un ranja, pelarla allí mismo y probar la fruta más
agente de bienes raíces me llamó y me dijo que dulce qué jamás hubiéramos puesto en nuestros
tenía el preciso lugar que necesitábamos. Esta era labios. Pero sobre todo, el sentimiento de paz y
apenas la primera vez que oía tal cosa, pero hubo tranquilidad que dominaba en la cima de aquella
alguna razón que me hizo sentir el profundo deseo colina hizo que nuestros corazones anhelaran estar
de ir a verlo. El me buscó y me llevó en su carro allí. Le preguntamos al corredor de bienes raíces
a las estribaciones de las montañas. Salimos del cuál era el precio que el propietario, que vivía en
sector residencial, y subimos y subimos. Pasamos la otra colina, le había puesto a esta casa.
por naranjales y cultivos de aguacates. Luego en- Nuestros corazones sufrieron un vuelco cuando
tramos por una estrecha carretera de montaña. oímos la cantidad, y comprendimos que no po-
Por todos lados abundaban las frutas cítricas y dríamos comprarla. Le preguntamos al agente si
los aguacates, y llenaban el aire con su fragancia. habría alguna posibilidad de que el propietario
Salimos de un cultivo de aguacates, en la cima bajara un poco el precio. El respondió que no, y
de una de las colinas, y nos detuvimos. Directa- que el propietario tenía mucho dinero, que él
mente al frente de nosotros, rodeada de árboles estaba esencialmente preocupado en que la gente
*^Í04 LA ALABANZA EN ACCIÓN
que comprara fuera exactamente de la clase de
vecinos que él deseaba.
Esa noche oramos juntos María y yo. Todavía
pensábamos que el Señor quería que consiguié-
ramos ese sitio; así que le pedimos que nos dijera
qué cantidad debíamos ofrecer. El nos dio a cada
uno por aparte la idea precisa sobre la cantidad
que debíamos ofrecer: la suma era idéntica. La
mañana siguiente fuimos a encontrarnos con el
propietario, con el cual simpatizamos inmediata-
mente. Luego nos detuvimos en la oficina del
corredor de bienes raíces y le planteamos la ofer- 6
ta. El nos miró con incredulidad: "¡No creo que
ustedes hablen en serio! Bueno, si le digo a él eso, El pueblo de Dios y la
simplemente se me va a reír en la cara".
Le sugerí que de todos modos fuera y le dijera Casa de Dios
al propietario cuál era la cantidad que el Señor
nos había indicado, y que nosotros dejaríamos el Para construir la casa del Señor...
asunto en manos de El. "Está bien —dijo el co- Vernon Gortner había estado entusias-
rredor—, iré y le diré, pero les digo que sólo será mado con esta perspectiva desde el prin-
una pérdida de tiempo". cipio; en efecto, él había estado dispues-
Como a la hora o algo más, sonó el teléfono en to a construir antes que llegara el mo-
la casa en que estábamos pagando alquiler. Era el mento en que la construcción se hiciera
agente de bienes raíces el que llamaba, y estaba necesaria. Ahora se sentía extático al
riéndose. "Yo no entiendo lo que sucedió —dijo—. respecto. El había admirado una iglesia
No tiene sentido de ninguna clase. El propietario que se había construido en ese sector, y
dice que a él le agradó mucho la manera de ser había adquirido los planos. Estaba con-
de usted y María, y quiere que sean vecinos de él, vencido de que tales planos eran exac-
y que obtengan la casa, al precio que ustedes, o tamente los que el Señor tenía para
más bien, el Señor, le han puesto". nosotros.
"¡Alabado sea el Señor! —dije suavemente—. Vernon entregó los planos a un miem-
¡Alabado sea el Señor!" bro de nuestro cuerpo de creyentes cris-
tianos de nombre Ray Mann. Ray era
un constructor que tenía en su corazón
el gran deseo de edificar una casa para
**** 106 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS I
el Señor. Luego de repasar los planos minuciosa- dito de ninguna clase. El proveería la cantidad
mente, Ray decidió que él podía construir la igle- necesaria a medida que surgieran las necesidades.
sia con ciertas modificaciones. Pasó muchas horas Y así, con mucha fe y muy poco capital, procedi-
estudiando los planos para determinar cómo se mos a pedir los primeros materiales que se nece-
debían ajustar para que satisficieran nuestras ne- sitarían.
cesidades específicas. Durante todo este período, yo estaba amplia-
Y fue entonces cuando comenzamos a ver —y mente comprometido en viajes a través de todos
a maravillarnos— la diversidad de capacidades los Estados Unidos, y también me estaba apre-
que tenía el pueblo que Dios había llamado para surando en terminar mi cuarto libro, Obras de
que formara parte de la obra que El habría de alabanza, a fin de que estuviera listo a tiempo
erigir. Resultó que dentro de nuestra misma con- para presentarlo en la Convención Anual de Li-
gregación había expertos carpinteros, albañiles, breros Cristianos, que se realizaría en Dallas en
electricistas, constructores de techos, fabricantes el verano de ese año. Sin embargo, en medio de
de armarios, ebanistas, plomeros, y personas de todo esto, el Espíritu del Señor me indicó repe-
toda clase de profesión que uno pueda imaginarse tidamente que les echara otra mirada a los planos
que se necesita en un gran proyecto de construc- de la iglesia, los cuales para el momento ya habían
ción tal como el que nosotros teníamos delante. llegado a una avanzada etapa en la elaboración.
Eso fue como si un experto administrador de per- Tan pronto como tuve la oportunidad de hacer
sonal los hubiera buscado en todo el país para eso, llevé los planos a mi hogar y los estudié de-
una obra específica. En cierto sentido, eso era - tenidamente. Al ver los planos, yo no podía com-
exactamente lo que había sucedido. Dios, por su- prender fácilmente cómo sería la obra cuando
puesto, los había buscado por amor a sus almas, estuviera terminada, pero al estudiarlos, se fue
y no por sus capacidades, pero también les estaba apoderando de mí un sentimiento de intranquili-
dando la oportunidad de expresar la gratitud que dad en el sentido de que algo estaba mal, muy mal.
sentían por medio de las capacidades que El mis- No era nada en lo cual yo pudiera poner mi dedo,
mo les había dado. nada de lo cual yo pudiera decir: "Mire, esto no
Uno tras otro, sin pedírselo, se presentaron vo- va a resultar bien". Por causa de esto, yo estaba
luntariamente a ofrecer sus servicios, en cualquier reacio a decir nada en absoluto. Yo estaba emo-
momento y en cualquier lugar en que pudieran cionado con el entusiasmo que los hombres de la
necesitarse. Nosotros pesamos las sugestiones de congregación estaban manifestando, y con el amor
ellos con mucho cuidado, y luego les dijimos que que fluía de ellos, el uno para con el otro, como
comenzaran a adquirir los materiales que se ne- también hacia el proyecto de, la construcción.
cesitarían para edificar la casa de Dios. En cuanto "Señor —oré al Señor—, estos hombres están en-
a los recursos económicos, el Señor nos había tregados por completo a esta obra, y están ha-
indicado que inicialmente no debíamos abrir cré- ciendo lo mejor que pueden. Si algo está mal, y
v*6s LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 10
ellos tienen que parar para esperar una mejor obra y así sucesivamente. Hacia el medio día,
dirección, tú tienes que ayudarme a saber qué es todas las cuadrillas de obreros que él tenía habían
lo que debo hacer. Encárgate, Señor, por favor. abandonado el trabajo, y se habían llevado junto
Confío en que todo saldrá bien". con sus herramientas las de él.
No mucho tiempo antes que comenzara la cons- La noticia sobre este infortunio se difundió co-
trucción según lo teníamos programado, el Señor mo reguero de pólvora, y en cosa de horas sus
trajo a Randy Paul de Los Angeles, para que se acreedores y subcontratistas lo estaban llamando
uniera con nosotros. Hasta año y medio antes, por teléfono, exigiendo que les pagara inmediata-
Randy había sido uno de los constructores de edi- mente, antes que se dispusiera a arreglar las de-
ficios grandes en el sur de California, que había más deudas. Pero infortunadamente, la construc-
hecho contratos para la urbanización de amplias ción con la cual hubiera pagado todas estas deudas
extensiones de terreno y para la construcción de y todos los salarios y jornales no estaba termina-
grandes instalaciones industriales. Era un hombre da, y él no tenía dinero disponible. Los bancos
alto, confiado, bien parecido, de empresa. Grano también habían comenzado a telefonear para exi-
a grano y con ingeniosidad, él había logrado es- gir que se les garantizara el pago de los créditos
tablecer un negocio de un millón de dólares del que le habían concedido. Así que a Randy se le
cual se sentía sumamente orgulloso. embargó cuanto tenía y quedó liquidado.
Una mañana, en la primera parte de 1971, Pero eso no fue lo peor. Cuando sus libros fue-
Randy había comenzado el día en la cima del ron sometidos a auditoría, resultó que Randy no
mundo, y lo había terminado con el mundo enci- se había preocupado en mantenerse al día en el
ma de él: con una deuda de 250 mil dólares. En pago de los im'puestos correspondientes, ni en las
su rápida expansión, él se había elevado tanto en cotizaciones al seguro social, al gobierno federal,
sus aventuras de negocios que los fondos para en todas las obligaciones. El resultado fue que
cada trabajo de construcción dependían de la res- súbitamente descubrió que le debía al gobierno
ponsabilidad del que estuviera encargado de la cien mil dólares. Inmediatamente, el gobierno em-
obra. El margen de tiempo de seguridad para el bargó preventivamente todo lo que Randy poseía.
cumplimiento de todos sus compromisos se había Se le prohibió trabajar como constructor, y entrar
hecho tan tenue que finalmente un día los obre- en cualquier clase de negocio, hasta que le pagara
ros de una construcción se disgustaron porque no al gobierno hasta el último centavo de lo que le
se les pagaba a tiempo, y decidieron abandonar debía.
la obra. Se fueron a su casa, llevándose consigo Cuando el gobierno de California supo lo que
todas las herramientas de Randy. Los obreros de había hecho el gobierno federal, éste también em-
otro de sus sitios de construcción, al oír lo que bargó todo lo que Randy tenía. El resultado fue
había acontecido, decidieron hacer lo mismo, y que Randy se vio obligado a abandonar toda es-
éstos les avisaron a sus amigos de una tercera peranza de restablecerse como hombre de negó-
¡J- -

LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 1


cios. Sus abogados le aconsejaron que se declarara para él, eso era esencialmente una actividad so-
en quiebra, pero él estaba determinado a pagar de cial. Era algo que lógicamente había que hacer.
algún modo algún día todo lo que debía. Comenzó Y él raras veces se preocupaba por asistir. Pero
vendiendo su propia casa para pagarles a los ahora, de repente, Dios lo estaba llamando a cuen-
obreros. tas: le pedía que revisara toda su vida y viera
Pero Randy era un hombre fuerte y todavía cuánto había logrado acumular. Cuando aplicó las
orgulloso. Por tanto, se dijo: "Bueno, todavía medidas de Dios a lo que había logrado, compren-
tengo salud, y también mi familia". El día si- dió que no era mucho. Y allí mismo, con la salud
guiente recibió la noticia de que su hija estaba quebrantada, y sin siquiera tener una esperanza
en el hospital de Las Vegas, y que se sospechaba a la cual asirse, Randy le pidió a Dios que hiciera
que tenía meningitis. Randy y su esposa Catalina de su vida algo que fuera de valor.
volaron a Las Vegas, y allí esperaron el veredicto En abril de 1972, Randy oyó la noticia de que
de los médicos. Resultó que no era meningitis, un capellán retirado llegaría a Los Angeles a
pero entonces Catalina comenzó a sentirse anona- hablar en una reunión. Cuando llegó la fecha de
dada por la tensión que habían tenido que sopor- la reunión, él se hallaba en buenas condiciones
tar: la pérdida de su casa y de todo lo que poseían, para poder asistir. El mensaje de alabanza fue
y ahora la severa enfermedad de su hija. Sus ner- nuevo para él. Conmovió algo profundo en él, algo
vios comenzaron a fallarle, y ella estuvo al borde que él no había sentido durante un largo tiempo:
de un completo colapso. la esperanza. Si lo que este tipo Carothers estaba
Finalmente, la salud de Randy también co- ^diciendo era cierto, él tenía una maravillosa opor-
menzó a resentirse, y en pocas semanas tuvo que tunidad allí mismo de alabar a Dios por todo lo
guardar cama, sin poder trabajar, ni ayudar a su relacionado con sus circunstancias presentes, co-
familia, ni ayudarse a sí mismo, ni hacer nada. mo también por todo lo que le había acontecido.
Absolutamente inepto, por primera vez en su vida, En él se despertó la esperanza cuando oyó lo que
allí acostado, mirando hacia el cielo raso del dor- les había sucedido a otras personas cuando habían
mitorio de él y Catalina, en la casa que habían comenzado a alabar a Dios, y comprendió fuera
tomado en alquiler, las lágrimas de la frustración de toda duda que Dios lo había conducido hasta el
se le escapaban de los ojos. Y en esta condición momento preciso para hacer algo muy especial en
de quebranto, su Padre celestial, a quien Randy su vida.
había conocido, pero a quien no le había puesto En ese momento, yo hice una invitación a la
atención durante muchos años, pudo penetrar en él. congregación para que todos los que desearan
Randy, quiero que entregues tu vida para mi confiar en Cristo y luego recibir la plenitud del
servicio. Espíritu Santo pasaran adelante. Uno de los pri-
Randy no le había dedicado mucho tiempo al meros en pasar fue un hombre alto, bien parecido,
Señor. Había sido miembro de una iglesia, pero de apariencia varonil, en el cual había un porte
TÍ2 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 11
muy distinguido. Randy comprendió entonces, por cuadrar en ningún sentido con aquello hacia lo
primera vez, qué significaba entregar toda la vida cual el Señor parecía estar dirigiendo, y que téc-
a Jesús y recibir el don gratuito de la vida eterna. nicamente el proyecto adolecía de defectos.
Posteriormente, él diría que cuando echó todas Pero él también comprendió que los hombres
sus necesidades sobre el Señor, eso fue como si se que tenían la responsabilidad de hacerlo, estaban
le hubiera caído un gran peso de los hombros, un haciendo lo mejor que podían para el Señor. El
peso que había llevado allí durante tanto tiempo estaba todavía tratando de vencer el problema de
que después sólo le quedó la conciencia de lo sentirse superior y, por tanto, se manifestó extre-
pesado que había sido, después que le había sido madamente reacio a decir nada. De modo que él
removido. Y cuando se hizo la oración para que continuó orando para que el Señor dirigiera. El
descendiera la plenitud del Espíritu Santo, Randy Señor contestó sus oraciones aumentando su pre-
recibió también esta promesa con completa con- ocupación, hasta que, en un estado de gran desa-
fianza. sosiego, él me llamó a su casa.
Varios meses después, él oyó que yo había lle- —Pastor, siento mucho que tenga que decirle
gado a Escondido. Puesto que no tenía trabajo, lo que le voy a decir. Quisiera no tener que decír-
ni oportunidad para conseguirlo, él dejó a su es- selo —hizo una pausa y me miró directamente—.
posa y a sus hijos en el hogar que habían tomado He estudiado los planos como una docena de veces,
en alquiler en Los Angeles, y se fue a Escondido. y creo que hay errores en el edificio que están
En esta población tomó otra casa en alquiler, proyectando.
regresó a Los Angeles, empacó todo, se mudó con Randy se quedó esperando mi reacción.
su familia, y se unió al cuerpo de creyentes del —Randy —le respondí asombrado—, usted está
Centro Cristiano del Distrito Norte. confirmando algo que el Señor ha estado indicán-
Randy se sentía lleno de regocijo al conside- dome desde hace algún tiempo, pero yo no sabía
rar que era parte de nuestro cuerpo cristiano, y qué era lo malo que había en los planos. Ni siquie-
cuando supo que los planos para la nueva iglesia ra sé qué es lo que debe hacerse.
estaban en sus etapas finales de preparación, pre- Quedamos de acuerdo en que debíamos conti-
guntó .si podría verlos. El no tenía ninguna obra nuar orando y confiando en que el Señor nos mos-
por su propia cuenta, y éste era un aspecto en que traría exactamente lo que debíamos hacer.
el Señor lo había bendecido con un don natural. Pasaron unos pocos días más, y Randy me vol-
Tal vez él podría ayudarnos y al fin comenzar así vió a llamar. Sentía una impresión mucho más
a servir al Señor. Se le entregó un juego de pla- fuerte de que el Señor quería que él hiciera algo
nos, y él se los llevó a su casa para revisarlos. para que los planos no fueran aprobados. Le dije
Ni siquiera había acabado de desenrollar la copia que iba a haber una reunión final para tratar lo
de encima cuando comprendió que esa estructura relativo a los planos en nuestra casa la noche si-
sería completamente inadecuada, que no parecía guiente, y lo invité a hacer acto de presencia y
114 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 11
a compartir con nosotros cualquier cosa que el con la mano en la frente, buscó un poco de papel
Señor hubiera puesto en su corazón. Le rogué que de dibujante y un lápiz y se sentó a la mesa del
se uniera a mí en la oración particularmente para comedor a hacer algunos croquis apresurados. Al-
que ninguno se ofendiera, ni se sintiera herido, go moderno, bajo, el estilo español, fácil de man-
ni que entendiera mal lo que él estaba tratando tener caliente o frío, fácil para el mantenimiento
de decir. general, con muchas ventanas para la luz y el aire
El día siguiente, María, Randy y yo nos unimos y sobre todo, que fuera fácil para construirle
para orar. Cuando se acercaba la noche, clamé anexos posteriormente. Inmediatamente agregó
al Señor que evitara cualquier división. Lo único otro croquis en que indicaba numerosas adiciones
que yo sabía era que a cualquier hombre que hu- posibles en cualquiera de los lados del santuario,
biera consagrado todo a este proyecto, si alguien y un segundo piso de aulas para la escuela domi-
le decía que estaba equivocado, le causaría un pro- nical. Rápidamente enrolló los croquis, puso una
blema, especialmente si su pastor se colocaba al liga de goma alrededor de ellos, los tiró en el
lado del que objetaba, en silencioso acuerdo. La asiento de atrás de su carro y se dirigió hacia las
serpiente antigua estaba metida otra vez, lanzán- colinas donde estaba nuestra casa.
dome pensamientos como éste: "Bueno, ahora tú En nuestra casa, ése fue un tiempo de verda-
vas a ver que tu buena iglesia se divide por la dera prueba para María y para mí. María de-
mitad". Pero yo hice lo mejor que pude para re- cidió que los muchachos se acostaran temprano,
chazar tales pensamientos y mantener mis ojos y ella pasó las primeras horas de la noche orando
en Jesús. Yo confié en que El tomaría la direc- para que hubiera armonía.
ción de la situación sin importar qué era lo que Muy pronto, a las 7:30, llegaron los hermanos:
iba a suceder. Yo sabía que El usaría todo para Ray Mann, Paul Barefoot, Blaine Belaiz, que era
su gloria. el encargado del techo, Roy Bullard y Randy.
Posteriormente supe que Randy también estaba Como de costumbre, nos saludamos con abrazos
pasando por una lucha similar. Llegó un momento y alabanzas a Dios, y no pude menos que notar
en que simplemente, no iba a asistir a la reunión. lo animados que estaban ellos. Aun antes de co-
Pero él sabía que no había otra alternativa. Unos menzar la reunión, ellos estaban intercambiando
diez minutos antes que él saliera de su casa, Ca- informes y diciéndose cómo habían podido hallar
talina lo llamó y le dijo: "Mira, tú vas allá a materiales que ninguna otra construcción había
decirles todas las cosas que están mal en sus pla- podido localizar, cómo habían logrado precios in-
nos, pero no tienes nada positivo para ofrecer creíbles, y cómo parecía que el Señor estaba ben-
como contribución. ¿No piensas tú que por lo me- diciendo todo movimiento que ellos hacían.
nos debieras tener alguna cosa que ofrecer? Finalmente comenzamos la reunión, oramos y
¡Cuan a menudo nos habla Dios por medio de le dimos gracias al Señor por todo lo que El estaba
los labios del cónyuge! Randy se dio un golpecito haciendo. Para ese momento, ya los otros estaban
v-
116 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 11
francamente curiosos en cuanto a por qué estaba estos hombres son relativamente nuevos en el Es-
Randy allí. Yo les manifesté que Randy tenía algo píritu; ¿serán capaces de aceptar esto como si
en su corazón que quería decirnos con respecto a viniera de parte de ti?"
los planos, y yo pensé que era algo que debía co- Cuando Randy terminó, hubo silencio. Luego
municársele a este grupo. habló Ray Mann: "¿Tiene usted algo que le gus-
Yo podía sentir que Randy estaba muy nervio- taría proponer?" preguntó tranquilamente.
so. Cuando él trató de comenzar, le fue difícil "Gracias a mi esposa que me hizo esa misma
hablar. El dijo que sabía cuánto estaba usando el pregunta cuando yo ya me dirigía hacia la puerta,
Señor a los hombres que estaban presentes, pero tengo algo". Entre tanto fue sacando los dibujos
que él se había sentido constreñido a hacer algu- que había esbozado.
nas sugestiones. Luego pidió un juego de planos. Otra vez nos reunimos los hombres en torno a
Los seis nos congregamos en torno a la mesa de la mesa de la cocina. Allí Randy nos indicó los
la cocina, mientras él tomaba un lápiz. Luego detalles de su rápida improvisación. Y de nuevo,
comenzó a señalarnos dificultad tras dificultad. según las expresiones de rostro que veía, yo no
A medida que las iba señalando, iba adquiriendo hubiera podido decir qué estaba sucediendo dentro
más confianza. Aunque él nunca se apartó de su de ellos. Ellos sólo habían aprendido a alabar al
alta posición, era obvio que sabía de qué estaba Señor por cualquier cosa, nunca habían construido
hablando. una iglesia y no estaban acostumbrados a trabajar
La principal dificultad, dijo él, era el mismo juntos en el Espíritu. Y ciertamente, ellos no es-
estilo de la iglesia. Era bello, pero pasado de mo- ataban acostumbrados en su obra de construcción
da. Sería imposible la expansión a partir de ese a dejar que todo llegara a un punto muerto, y
edificio en cualquier dirección, en caso de que el luego marchar hacia una dirección completamente
Señor trajera a la congregación muchas personas diferente. ¿Y qué se haría con todo el material
más de las 400 que podrían acomodarse en ese que ya se había adquirido, y que habría que de-
edificio según los planos. El destacó otro aspecto volverlo, con posible pérdida? Ya se habían hecho
en el cual ninguno de nosotros había pensado: algunos contratos. Roy, Paul, Ray y Blaine habían
sería demasiado difícil hacer ese tipo de construc- gastado semanas de trabajo tratando de hallar a
ción con obreros no especializados, y esa clase de la persona precisa . . .
obreros era la que teníamos en abundancia a nues- Hijo, tú no estás confiando en mí.
tra disposición. Era cierto; yo no estaba confiando. Fue enton-
Mientras Randy hablaba, yo miraba alrededor ces cuando comprendí que el asunto podía mar-
de la mesa para ver las expresiones de los demás. char en las dos direcciones y todavía estar bajo
No hubo expresiones de aprobación ni de desapro- el control del Señor. Cualquier cosa podría resol-
bación, sólo un tranquilo interés. Era imposible verse con armonía, y lo que se resolviera sería la
decir cómo estaba siendo recibido esto. "Señor, voluntad de El. O El permitiría que todo estallara
118 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 11
en pedazos que volaran hasta el cielo, para que —¡Aleluya! —explotó Ray, y ésa fue una res-
nosotros volviéramos a unir los pedazos y apren- puesta por todos nosotros. Todos nos unimos a él,
diéramos una profunda lección acerca de amarnos y María salió de la parte de atrás de la casa para
los unos a los otros en Cristo en medio del conflic- ver qué era aquella conmoción. "Bueno, ¡alabado
to. Lo único que importaba era que el corazón de sea el Señor!" dijo ella con una sonrisa y un pro-
cada uno de los hombres que estaban en ese cuarto fundo suspiro.
estuviera vuelto hacia el Señor, y yo sabía que Con lo que significaba un mandato de los her-
cada uno de ellos estaba en esa condición. No im- manos, Randy Paul se dedicó a elaborar los nue-
portaba lo que sucediera, Jesús sería glorificado. vos planos. Trabajó noche y día para tenerlos
"Lo siento, Padre". listos tan pronto como fuera posible. Cuando los
Echa otra mirada alrededor de la mesa. hubo completado, se los entregó a Ray, y se fijó
Lo hice, y mi corazón saltó de alegría; ¡aquí la meta para comenzar la construcción el 1 de
y allá se movían las cabezas en sentido de apro- junio de 1973.
bación! Todo adquirió ritmo acelerado. Los que se ofre-
—Di, Randy —intervino Blaine, frotándose la cían voluntariamente para trabajar en el proyecto
barba—, ¿cuántas personas se podrían acomodar llegaban de tal modo que parecía que estaban ca-
en la iglesia que tú propones? yendo del cielo. Aparecieron tantos que comencé
'—Bueno, inicialmente, el santuario tendrá ca- a preocuparme seriamente en cuanto a qué hacer
pacidad para 800... con todos ellos. Tuve visiones en que contemplé a
—¡800! —exclamó Paul—. Eso quiere decir que enjambres de anhelantes obreros que descendían
tiene una capacidad doble de la que nosotros ha- al sitio de trabajo, pero no había nadie que les
bíamos planeado. Pero ustedes saben —agregó dijera lo que había que hacer. Entonces se dedi-
pensativamente—, que hemos tenido una asisten- caban a hacer lo que cada uno pensaba que había
cia de más de 500 personas durante los últimos que hacer, con lo cual causaban una interminable
confusión. Si los muchos años que había pasado
cuatro domingos.
en el ejército me habían enseñado alguna cosa,
—¿Y si le hacemos los anexos que nos propo- ésa era que siempre se necesitaba que una persona
nes? —preguntó Ray. esté encargada de las cosas. Pero... pronto...
—Si se los hacemos —dijo Randy, señalando el
croquis— podremos colocar 200 personas aquí en Un corto tiempo después, Ray Mann me llamó
este lado, y 200 más aquí en este otro, lo cual nos aparte después de uno de los servicios:
daría un total de 1200. —Pastor, ¿me permite hablarle un momento?
—¡ 1200... ! —dijo alguien en voz baja, y todos —Por supuesto, ¿qué tiene usted en la mente?
hicimos una pausa ante la enormidad del número —Bueno, parece que no tiene sentido lo que le
que se nos indicaba. voy a decir, pero estoy muy convencido de que el
'120 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 121
Señor me ha estado diciendo que abandone por El sitio se hallaba en un campo completamente
completo mi trabajo de contratista, y que dedique abierto, con mucho espacio disponible para el es-
todo mi tiempo a la construcción de la iglesia. tacionamiento de vehículos, y estaba fácilmente
accesible a todas las autopistas y ciudades en todas
Luego sonrió y movió la cabeza: las direcciones.
—No puedo hablar de que tenga ahorros; dudo Y tal como el Señor lo había prometido y nos-
que tenga siquiera lo suficiente apartado para otros lo habíamos querido, El proveyó el hombre
hacer frente a los pagos por nuestra casa durante exacto que se necesitaba en el momento preciso
el tiempo que dure la construcción, pero eso es lo para cada trabajo que se necesitó. Necesitamos a
que el Señor me está diciendo, y creo que eso es alguien que se hiciera cargo de la nivelación del
lo que voy a hacer. terreno, y se presentó Brooks Cavanaugh, quien
Resultó realmente que Ray no tenía lo sufi- había trabajado en la oficina del administrador
ciente apartado para hacer los pagos correspon- de la vecina ciudad de Vista, California. Brooks
dientes por su casa. Pero Dios sabía eso, y cada era un experto en nivelación de terrenos y sabía
mes, tan pronto como él tenía que pagar el giro exactamente la clase de explanación que tenía que
que se le vencía, alguna persona, o personas, se le hacer para el tipo de edificio que nos proponíamos
acercaban a Ray y le decían: "El Señor me ha construir. El hizo la nivelación, y luego ayudó a
dicho que le dé esto a usted". Al principio, esto preparar los formularios necesarios y el levanta-
molestó su orgullo personal un poco, pero al fin, miento topográfico que había que entregar a las
simplemente decía: "Gracias, lo aprecio, usted es autoridades del distrito, a fin de que dieran la
una respuesta a la oración". Ray posteriormente aprobación para comenzar la obra.
confesó que al principio tuvo momentos de temor. Eso hizo que surgiera nuestra segunda preocu-
Este temor se fue desvaneciendo gradualmente, pación: la aprobación del distrito. Nuestros con-
a medida que cada mes él y su esposa Edna fina- tratistas sabían por experiencia que tal aproba-
lizaban con lo preciso para hacer frente a sus ción podría demorar hasta un año si el comité de
necesidades: nunca tuvieron en exceso, pero siem- construcción del distrito comenzaba a pedir cam-
pre tuvieron lo suficiente. bios, y era normal que ellos hicieran eso. De modo
De modo que ya teníamos un supervisor ideal, que el cuerpo de creyentes cristianos que se reunía
y una vez más tuve que reconocer que no he debido en la escuela secundaria, donde el convenio fene-
preocuparme. Lo primero que había que hacer era cería a los cuatro meses, hizo que la aprobación
nivelar el terreno. El Señor había escogido un de los planos se convirtiera en el primer motivo
terreno de más de tres hectáreas y media encla- de preocupación en la oración.
vado en el lado de una colina, a unos seis kilóme- Cuando los planos fueron sometidos a la consi-
tros de distancia de la ciudad, en la Carretera 78. deración del comité de construcción del distrito,
122 LA ALABANZA EN ACCIÓN EL PUEBLO Y LA CASA DE DIOS 1
su reacción fue ésta: "Bueno, los entregaremos Una semana después, supimos que nuestros pla-
tan pronto como podamos, casi con seguridad an- nos de algún modo habían sido movidos a los
tes del fin de año". primeros puestos en el orden del día del comité
—¿No pueden hacer ustedes algo para acelerar de construcción del distrito, y que habían sido
un poco las cosas? —preguntó Ray—. Nosotros aprobados con sólo unas pocas alteraciones.
hemos recibido la comisión de tener la casa del
Señor lista tan pronto como sea posible, y ya íba-
mos a comenzar las excavaciones mañana.
—Señor, todo el que llega aquí manifiesta que
tiene una comisión de alguna clase que cumplir.
Con la acumulación de trabajo que tenemos no
hay ninguna posibilidad de que lo tengamos listo
antes dé octubre, si acaso.
El domingo siguiente, le pedí a Ray que pasara
adelante y explicara a los hermanos lo que había
sucedido. Luego le hablé a la congregación. "Com-
prendo cuan desanimados tienen que estar uste-
des; y hemos esperado mucho tiempo para salir
allí y comenzar. Bueno, no hay nada que podamos
hacer". Luego hice una pausa. "Lo único que po-
demos hacer es orar. Y eso ya debiéramos saber
cómo hacerlo. Pero no lo sabemos, pues de lo con-
trario Dios hubiera movido el corazón de ese co-
mité. Ahora bien, si ustedes realmente quieren
construir la casa de Dios, comiencen realmente a
orar. Digo orar: que la oración sea lo primero que
ustedes hacen al levantarse por la mañana, en
las comidas, cuando van conduciendo sus vehícu-
los, cuando van de compras, cuando están hacien-
do el aseo, cuando están trabajando, y lo último
que hacen cuando se acuestan a dormir por la
noche. Si no queremos celebrar la Navidad de pie
bajo la lluvia, es mejor que nos busquemos per-
sonas que se consagren a la oración inmediata-
mente".
LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 125
bajo todos los sábados. En efecto, el trabajo no
era distinto de la antigua manera de levantar un
granero.
En efecto, se cumplía tanta obra los sábados,
con personas a las cuales prácticamente había que
decirles porf cuál lado se agarra el martillo, que
realmente parecía que se estuviera construyendo
un depósito para afrecho. Las personas que pasa-
ban en sus carros el viernes para echar un vistazo,
y luego volvían a pasar el lunes, se asombraban de
la velocidad con que se iba levantando la estructu-
ra. De repente se vio la estructura sobre la colina,
7 allí donde nunca había habido nada.
La construcción de la Los sábados el trabajo comenzaba tan temprano
como la gente pudiera llegar, para poder usar al
Casa de Dios máximo la luz del día. El Señor nos bendijo con
ideales condiciones atmosféricas para el trabajo
A las diez de la mañana del 1 de junio cada uno de esos sábados: siempre era .claro y
de 1973, con acompañamiento de gran asoleado, sólo había la brisa suficiente para re-
alegría y el rugido de una máquina die- frescar el ambiente. Para este tiempo, ya el Señor
sel, la pala mecánica de un gran buldózer le había hablado a Wilbur Robbins, quien recien-
amarillo, conducida por uno de nuestros temente había vendido su abasto, y le había dicho
hermanos en la fe, entró en el terreno de que ofreciera sus servicios como mano derecha de
la iglesia. ¡ Habíamos comenzado a cons- Ray. De modo que ya Ray contaba con la ayuda
truir la casa del Señor! que tan grandemente necesitaba para poder man-
Fueron tantas las personas inexpertas tener ocupadas todas las manos. Ya no le temía
que quisieron ayudar que, al principio, a la pregunta que le hacían continuamente: "¿Y
Ray se vio sumamente obligado a hallar ahora, qué puedo hacer?"
trabajo para ellas, pero pronto se des- Vez tras vez, personas extrañas se me presen-
arrolló un programa regular. Unos pocos taron para decirme: "Pastor Carothers, yo soy un
expertos profesionales y algunos aficio- albañil bastante bueno (o un carpintero o un elec-
nados experimentados donaron su tiem- tricista), y me quedé sin trabajo. Me gustaría
po, y como unos cincuenta laicos de am- ayudarles". Y resultaba que precisamente en ese
bos sexos, de todos los tamaños y de momento teníamos una real necesidad de otro al-
todas las edades, llegaban al sitio de tra- bañil (o carpintero, o electricista), y entonces yo
x26 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 1
alababa a nuestro Jefe de personal con toda re- el Señor nos mostró que El tenía el propósito de
verencia. que nosotros tuviéramos vidas de comunión más
Otro motivo de interminable gozo fue el ver a estrecha los unos con los otros que la que había-
tantos jóvenes trabajando lado a lado con sus mos tenido hasta ese momento.
padres, dispuestos a someterse a la autoridad de No hay necesidad de agregar que estábamos
los adultos, dando a la obra en todo sentido tanto aprendiendo nuevas dimensiones de la alabanza,
como sus mayores y ganando de ella tanto como una de esas dimensiones fue la de dar alabanza:
ellos. Todos éramos uno en el Espíritu. Nunca alabar a Dios por el otro y alabar a otros según
había visto yo una unión de tal naturaleza. En la dirección del Espíritu. ¡ Es sorprendente lo que
efecto, durante la construcción, cuando ya tenía- puede hacer una pequeña alabanza sincera! No
mos la estructura, pero la parte interna todavía estoy hablando del acto lisonjero; la lisonja es de
no estaba terminada, los jóvenes se acercaban al la carne, y sólo sirve a intereses egoístas, y lo
sitio por su propia cuenta para cantar y unir sus único que hace es daño. Pero cuando uno está dis-
manos y orar para que el Señor continuara mos- puesto a servir como instrumento de Dios para
trando su misericordia y protección sobre la igle- animar, particularmente a algún hermano o her-
sia. Y ese sprit de corps, es decir, ese espíritu del mana que obviamente se halla en necesidad, ¡eso
cuerpo de creyentes, ha permanecido intacto desde es algo hermoso! Eso le concede al Señor una
entonces. oportunidad para decir: "Bien, buen siervo y fiel".
Tampoco quiero despreciar la parte que tuvie-' Al estar dispuestos a alabar, aunque sintamos
ron las mujeres. Ellas hacían lo que podían hacer que eso es lo menos que debemos hacer, Dios pue-
mejor. Llegaban cada sábado con cestas medianas de levantar a alguno que esté abajo y elevarlo a
y grandes llenas de pasteles de frutas hechos en un nivel más alto... y elevarnos a nosotros jun-
casa, tortas, frijoles horneados, papas, pan recién tamente con él. Porque precisamente como alabar
horneado, panecitos especiales, jamones, pollos y a Dios en las circunstancias más difíciles produce
carne especialmente preparada. Las láminas de un profundo cambio interior que a menudo es
madera contraenchapada extendidas sobre los ca- milagroso, así, al comunicar a alguno el ánimo
balletes de aserrar se pandeaban con el peso de del Señor, realmente no sentimos que la alabanza
la abundancia de alimentos que Dios había pro- tenga a menudo un efecto raro en las dos partes
visto. Y cuando se terminaba la hora de comer de la relación.
—y este tiempo siempre fue más que simplemente Cuan a menudo oigo estas palabras: "Esa per-
para comer, pues se llenaba de regocijo y comu- sona era absolutamente insoportable, hasta el mo-
nión—, las mujeres recogían sus platos, se arrolla- mento en que comencé a alabarla. Al principio
ban las mangas y preguntaban qué podían hacer. sólo pude hacer eso en mi mente, pero luego de
De ese modo llegamos a ser un cuerpo que se Un tiempo, pude expresarlo con palabras, aunque
juntaba igualmente los sábados y los domingos, y no sentía una convicción fuerte de hacerlo. Luego
Í28 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 1

sucedió lo más sorprendente: Comencé a creerlo. vigas para el techo. Y precisamente cuando lo
Y toda mi actitud comenzó a cambiar. Y eso sólo necesitábamos, el Señor proveyó a otro hombre,
fue la mitad, pues Dios hizo otro milagro: ¡La Eduardo Boyer, quien tenía precisamente la grúa
persona también comenzó a cambiar!" ¡ Hay poder que necesitábamos para poner las vigas en su lu-
en la alabanza! Da resultados tanto en la gente gar. Cuando llegó el tiempo de colocar el techo,
como en las circunstancias. Porque la alabanza parecía que todos querían treparse allí y parti-
es parte del plan de Dios, y obra exactamente en cipar en el trabajo de clavar las láminas. Ray se
el sentido opuesto a la crítica y a la censura. Ele- sintió satisfecho de tener que obligarlos a ayudar
va tanto al que la dispensa como al que la recibe. en este caso, pues teníamos el gran deseo de ter-
Y estoy convencido de que sólo hemos comenzado minar el techo tan pronto como fuera posible.
a aprovechar las tremendas reservas de poder que Otro asunto que asombró a los profesionales fue
hay en la alabanza. el hecho de que los pequeños detalles estaban sa-
Ciertamente, la alabanza tuvo mucha relación liendo en conjunto pulcramente. En el oficio de la
con la alta calidad de la obra y el firme progreso construcción hay algunas expresiones que han sido
de la construcción. honradas por el tiempo, tales como éstas: "Mira,
Ray se manifestaba constantemente sorprendi- tú no estás construyendo un gran piano"; o "La
do de lo mucho que las personas que no sabían gente no lo verá desde la autopista". Porque en
nada sobre construcción habían realizado. Ellos cualquier trabajo tenía que haber lugares en que
sólo tenían dispuestos sus corazones. Se nos había las uniones no se encontraban perfectamente, o
dicho que necesitaríamos una cuadrilla completa las tablas que se traían del depósito de maderas
de obreros de construcción qué trabajaran durante estaban torcidas, o no estaban bien cortadas. Y
un año para poder terminar el edificio, pero nos- en la construcción real, una variación de unos tres
otros sentíamos que el Señor iba a acelerar las milímetros, cuando se extiende a lo largo de unos
cosas considerablemente: con sólo echar una mi- 30 ó 35 metros, puede crear una brecha significa-
rada allí un sábado se nos hacía eso obvio. Per- tiva. Tales obstáculos eran normales y se podían
sonas que nunca habían manejado un martillo salvar.
descubrieron que había cierto ritmo para clavar
que hacía el trabajo mucho más fácil. Ellos se sen- Pero en nuestro edificio había una diferencia.
tían emocionados al descubrir que podían clavar Era común los sábados, en medio de toda la acti-
completamente un clavo largo de cuatro golpes. vidad, ver que una cuadrilla de hombres se dete-
Pero cada vez que a menudo se les olvidaba orar, nía, formaban un círculo e inclinaban sus frentes
de repente el ruido de la construcción se aumen- para pedirle al Señor que los dirigiera en el paso
taba con un grito: "¡Alabado sea el Señor, lo siguiente, y para encomendar la asignación par-
volví a clavar de cuatro golpes!" ticular que se les había dado, y todo el proyecto
En un mes estuvimos listos para colocar las de la construcción, a su perfecto cuidado. Los re-
^30 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 1

sultados se fueron haciendo gradualmente apa- trasladar y manejar cubos de brea hirviente era
rentes. delicado. Así que Ray escogió a sus hombres con
A medida que la obra avanzaba, cada vez más mucho cuidado. Uno de esos hombres estaba pa-
rápidamente, una vez más se me olvidó confiar sando con un cubo de brea directamente sobre el
en el Señor y comencé a preocuparme. Yo no sabía lugar en que Eduardo Bailey estaba abajo en el
nada de construcción, y comencé a tener visiones piso de concreto, al lado del muchacho de 12 años
que me indicaban que todo este fervor anhelante Rafael Wayman. Eduardo extendió su brazo iz-
pero aficionado pudiera cometer algunos errores quierdo y apartó al muchacho y, mientras lo apar-
fundamentales. No creía que las fallas pudieran taba, el cubo de brea hirviente cayó y se esparció
llegar hasta el punto en que, si alguno se recos- sobre su brazo. Eduardo dio un grito de angustia.
taba contra una pared, toda ella se vendría abajo, Hombres de todas las partes de la construcción
pero aun así le pedí a Randy que nos hiciera el concurrieron apresuradamente al lugar en que
favor de ir a la construcción para que hiciera una esto sucedió, pusieron las manos sobre él y oraron.
cuidadosa inspección total. Inmediatamente, el intenso dolor comenzó a ce-
Desde el momento en que Randy le entregó los der, y ellos sintieron que el Señor había puesto
planos a Ray, él había pensado que había cumplido su mano sanadora sobre el brazo de Eduardo. En
su parte, y que no estaría supervisando a nadie. la medida en que ellos continuaron orando, la paz
Pero él se manifestó gustoso de ayudarme para sustituyó al temor. Ellos comenzaron a quitarle la
que mi corazón se tranquilizara. Varios días des- costra de brea que le había quedado sobre el bra-
pués, él se detuvo en mi casa. -zo. Y claro, al hacer eso le arrancaron pedazos de
—¿Bien? carne. Fue entonces cuando Dios hizo el milagro:
El movió su cabeza negativamente, y yo pensé: se le formó nueva carne, firme y rosada, allí mis-
"¡ Ay, no! Seguro que ha hallado algo serio". Pero mo ante nuestros ojos, hasta que todo el brazo
él movía su cabeza, no por preocupación, sino por quedó perfectamente sano.
admiración. Todo el trabajo se detuvo, y todos se reunieron
—No lo puedo entender, Merlin. Esa gente pa- para darle tranquilamente las gracias a Dios,
rece que no sabe nada de lo que está haciendo, tanto por haber salvado al muchacho como por
pero yo nunca he visto un edificio que esté tan haber sanado el brazo de Eduardo. Eduardo Bai-
bien ensamblado: todo encuentro de dos partes, ley era uno de aquellos hombres que una vez ha-
toda unión, toda esquina. ¡Es extraño! bían tenido mucho éxito (su especialidad era la
"Lo siento, Señor..." promoción de ventas). Había acudido a nosotros
Con el laminado del techo ya en su lugar, y sin nada, sin trabajo, sin dinero y sin perspectivas
colocado el papel alquitranado, Blaine Belaiz llegó para el futuro. En uno de los primeros servicios a
ese sábado con el equipo necesario para calentar 'los cuales él asistió se habían hecho conocer pú-
la brea y esparcirla sobre el techo. El trabajo de blicamente las necesidades del proyecto de cons-
132 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 1
trucción del edificio. Los últimos 16 dólares que ción fue Roy Wyman, el padre de Rafael, el cual
eran de él los tenía en su bolsillo, y el Señor le llegaría a ser luego uno de los ancianos de la igle-
indicó que los diera. sia, un amigo íntimo y un asistente «.dministra-
"Señor, eso es lo único que tengo". tivo. Y el Señor usó su donativo para conmover
Entrégalos, y yo te bendeciré. a otros.
Así lo hizo él. (Hoy, Eduardo es director de Un procedimiento no común que pusimos en
su propia línea aérea, pequeña pero creciente, que práctica para pagar las cuentas fue el siguiente:
posiblemente sea la primera que está completa- cada vez que se vencía el tiempo en que había que
mente manejada por cristianos y completamente pagar alguna cuenta, y no teníamos fondos sufi-
dedicada al Señor). cientes para pagarla (lo cual era común), simple-
La recolección de fondos para la construcción mente anunciábamos públicamente la cantidad
fue en sí un milagro. Como todos los demás mi- que se necesitaba, y dejábamos el asunto así. El
lagros, éste estuvo adaptado absolutamente a nues- Señor nos estaba indicando que éste era otro de
tra situación y a tono con el espíritu que iba emer- los aspectos en que debíamos confiar en El, sin
giendo en el*Céntro Cristiano del Distrito Norte. importar cuánto fuera. Yo también estaba apren-
Dios usó la generosidad de personas como Eduardo diendo con los demás.
Bailey, quien tenía muy pocos medios, o no tenía Un domingo por la mañana vi la cantidad que
ningunos, para conmover los corazones de aquellos teníamos que tener al siguiente día por la mañana.
que sí tenían recursos económicos. Hubo casos en Eran 10 mil dólares. —Tenemos que pagar otra
que alguna persona daba hasta el último dólar que cuenta mañana por la mañana —dije, y hubo risas
tenía. Luego daba su testimonio sobre cómo Dios en general—. Es mucho más grande que cualquie-
la había bendecido. Como resultado, otra persona
ra que hayamos pagado hasta ahora —las risas
que oía el testimonio no daba uno, sino diez dóla-
res. Esta última persona a su vez daba el testimo- se desvanecieron—. Esta es" una verdadera opor-
nio sobre las bendiciones de Dios/y agregaba que tunidad de oír al Señor, y de permitir que El le
había sido el testimonio de la primera persona, la diga a usted lo que El quiere que usted haga.
que había contribuido con un dólar, lo que la había Cuando el Señor le hable a usted, le pido que
inspirado. Como resultado, algún otro individuo escriba en un papel la cantidad que va a dar, y
sentía el deseo de dar 100 dólares. Y todos se re- lo traiga acá y lo coloque sobre el altar. El teso-
gocijaban de que ésa era la primera vez en sus rero sumará las cantidades que estén anotadas en
vi'das que ellos daban tanto para alguna cosa. los papeles y me dará el total antes que yo les diga
a ustedes cuál es la suma exacta que necesitamos.
Y así, sin ninguna clase de exhortación, el Es-
píritu Santo comenzó a manifestarse. La primera Cuando el tesorero hubo sumado las cantidades
persona que sacó 1000 dólares de los ahorros que que estaban anotadas en los papeles, que eran las
había hecho durante toda la vida para la construc- contribuciones, escribió el total en un papel y lo
i»4 LA ALABANZA EN ACCIÓN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE DIOS 1

colocó en el atril que estaba en frente de mí: la decir eso que hacerlo. Queremos recibir la verdad
cantidad total era de 9950 dólares. Yo ya iba a directamente del cielo. Pero lo cierto es que tal
hablar, pero me parecía que el Señor me decía: verdad, en un 95 por ciento, nos llega procedente
Espera. Así que me quedé allí de pie esperando, de nuestros hermanos y hermanas en la fe. Esa
y todos en la congregación estaban perfectamente es una de las razones por las cuales el Señor nos
tranquilos. Súbitamente, alguien se puso de pie y ha llamado á ser un cuerpo.
corrió hacia el frente: "Supongo que debo dar 50 Dios nos estaba enseñando a confiar en el Es-
dólares hoy", dijo abruptamente, y volvió a su píritu Santo que se manifestaba en cada uno, y a
asiento. Con lágrimas de gozo, anuncié a la con- oírlo a El sin importar qué era lo que decía ni
gregación que la cantidad que necesitábamos, 10 cómo lo decía. Las personas se nos acercaban de
mil dólares, acababa de completarse hasta el últi- diversas partes con sugestiones, y yo trataba de
mo dólar. Muchos se quedaron con la boca abierta, oírlas con mente abierta, sin importar cuan sim-
después de lo cual hubo manifestaciones de alegría ples pudieran parecer. Pronto aprendí que algunas
y aleluyas. de las más extrañas sugestiones demostraron ser
En cada paso del camino, el Señor nos dirigió buenas, y que algunas de las que aparentemente
a restar importancia al hincapié que teníamos que eran más prácticas demostraron no ser factibles.
hacer en relación con nuestras necesidades eco- En cada caso, lo único que yo podía hacer era oír
nómicas. Yo había visto a congregaciones agobia- cuidadosamente, y orar internamente para saber
das por las repetidas exhortaciones a dar; a me- si la sugestión procedía del Señor o no.
nudo la gente llegaba a sentirse exhausta y casi Un buen ejemplo de esto se presentó antes de
enferma con el programa de construcción para el colocar el tejado. Un hombre llamado Harold
tiempo en que éste finalizaba. No obstante, yo Schauer se me acercó y me dijo que nuestra igle-
comprendía que el Señor tenía el propósito de que sia iba a tener encima la cruz más magnífica que
nosotros sintiéramos el gozo de dar, y que no lo hubiera tenido iglesia alguna.
sintiéramos como una obligación. Y nosotros hi- —¿Cómo dice?
cimos cuanto estuvo de nuestra parte para man- —Sí. Tendrá 11 metros de altura, y estará ilu-
tenernos de ese modo. minada con luz roja por un lado y blanca por el
Y así, a escaso mes y medio de haber comen- otro. ¡La cruz girará y habrá una paloma que
zado, ya el edificio estaba levantado y el techo hará círculos descendentes en torno a ella!
en su puesto. Cada etapa de la construcción era Traté de no sobresaltarme. Si era así, entonces,
una nueva aula en que el Espíritu Santo nos en- ¿ por qué no poner cuernos que sonaran y luces de
señaba a confiar y a obedecer, y a oírlo a El a neón que se encendieran y se apagaran, de entre
través de los labios de las personas que nos rodea- todas las ideas extravagantes que están en la mi-
ban. Para la mayoría de los cristianos es más fácil tad del camino que conduce al carnaval? Es decir,
6 LA ALABANZA EN ACCIÓN
¿qué era lo que este individuo trataba de hace*
en nuestra iglesia? ¿No sabe él que ...?
Hijo, tú no estás oyendo.
"Señor, ¿quieres decirme que tú lo enviaste?
Pero, Padre, una paloma que haga círculos..."
Confía en mí.
Así lo hice. ¿Qué otra alternativa me quedaba?
Le dijimos al hermano que siguiera adelante con
sus planes. Y antes de que la cruz estuviera ter-
minada, Eduardo Bailey, que no sabía nada de
este asunto, se me acercó un día sumamente en-
tusiasmado. Me dijo que acababa de tener una
visión en que había visto a nuestra iglesia con una
inmensa cruz giratoria sobre ella. Era un don del
Señor, magnífico y asombrosamente bello. Y fue 8
entonces cuando supe que Harold era uno «de los
grandes diseñadores de la costa occidental de los Finalización de la obra
Estados Unidos.
Nuestra cruz ha atraído a muchas personas que Como todo constructor sabe, las decora-
pasaban para que entrasen a ver la clase de per- ciones internas de un edificio pueden
sonas que adoran bajo tan dramático símbolo de consumir muchísimo tiempo. La obra
la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Y no continúa adentro mucho tiempo después
pocos han sido tan tocados por el amor y el flujo de que se ha hecho la estructura y se ha
de la confraternidad que han llegado a ser parte colocado el techo. Las personas que mi-
del Centro Cristiano del Distrito Norte. ran la parte de afuera se preguntan por
qué se demora tanto'la obra. Eso mismo
nos sucedió a nosotros. Casi no podía-
mos esperar para entrar allí y comenzar
a adorar al Señor. Y la marcha hacia la
terminación continuaba sobrepasando
todas las expectaciones.
De nuevo el Señor nos envió la gente
precisa en el momento en que se necesi-
taba. Me quedé asombrado ante el cum-
plimiento y puntualidad del Señor. Algu-
8 LA ALABANZA EN ACCIÓN FINALIZACIÓN DE LA OBRA 1
ñas veces pensábamos que El no estaba actuando y había una atmósfera de paz y reverencia en el
en alguna necesidad que nos parecía apremiante. santuario que sólo podía venir de Dios.
Pero más tarde descubríamos que El en realidad Durante este período, un joven de nombre Fe-
se estaba manifestando en algún corazón que es- lipe Pascoe tuvo un serio accidente en una moto-
taba a miles de kilómetros de distancia, y que la cicleta en Escondido y fue a parar al hospital. Uno
necesidad que teníamos no era tan apremiante de nuestros jóvenes que regularmente va allí a
como nos la habíamos imaginado. Podía esperar visitar a los enfermos, visitó a ese joven y le co-
hasta que la persona que Dios estaba moviendo municó las Buenas Nuevas. El confiar en Cristo
llegara, y luego, la terminación de la tarea cua- como Salvador era algo que Felipe no lo podía
draría perfectamente con la marcha de todas las hacer desde el punto de vista intelectual, pero se
cosas. dio cuenta de que no estaba equivocado en el sen-
La ayuda para poder coordinar todo el interior tido de que la persona que estaba a su lado tenía
del edificio fue una de nuestras más apremiantes un gozo genuino y una animación sincera. Cuando
necesidades. ¿Qué clase de bancos debíamos tener? se le habló acerca de la nueva casa que Dios estaba
¿ Qué clase de decoraciones cuadrarían mejor con edificando en la ruta 78, Felipe dijo: "A mí me
esa apariencia externa de misión española contem- gustaría poder colocar los vitrales de su iglesia".
poránea? ¿De qué color debía ser el alfombrado? Resultó que, aunque él no había colocado vitra-
¿Y las paredes? ¿Los baños? Estas eran decisiones les por su cuenta en los Estados Unidos (la cali-
que había que hacer, y yo ño tenía conocimientos dad de los cuales se puede ver fácilmente), había
relacionados con la combinación de colores ni con trabajado en un lugar de aprendizaje, y había
el diseño. Apelé, pues, al gran Decorador. Y El trabajado colocando vitrales en Europa. Cuando
nos envió a una obediente y talentosa sierva suya, Felipe salió del hospital, yo me puse en contacto
de nombre Janeila Theisan, decoradora profesio- con él.
nal para interiores de edificios en San Diego, —Me dicen que actualmente tienen que pagar-
quien ofreció voluntariamente sus servicios. me un sueldo de indemnización, el sueldo que
Otra vez tuvimos que confiar. Janeila tenía mu- ganaba en el trabajo, y los médicos no me per-
chas ideas raras. Quería hacer muchas cosas que miten regresar al trabajo hasta que esté comple-
nunca se habían hecho en una iglesia. Cuando ella tamente sano. De modo que en este tiempo me
describía con confianza las combinaciones de co- gustaría colocar los vidrios en sus ventanas. No
lores tales como ella podía imaginárselas de ante- le cobraré nada. Sólo tendrá que pagar los mate-
mano, más de una vez tuve que recordarme a mí riales y el vidrio.
mismo que tenía la seguridad de que Dios la había ¿Sería capaz de hacerlo? ¿Tendría realmente
enviado a ella y que El estaba encargado de todo. ese talento? ¿O solamente tendría las buenas in-
El fin justificaba, pues, los medios: todo marcha- tenciones? "Señor...
ba conjuntamente como si todo estuviera previsto, No tengas temor. Este asunto procede de Mí.
LA ALABANZA EN ACCIÓN FINALIZACIÓN DE LA OBRA 1
Y varios meses después, cuando los vitrales ya en todo el cielo raso del santuario, el cual fue
estaban instalados, fuimos testigos de otro mila- instalado por el doctor Enrique Beck y su hijo;
gro, esta vez en un glorioso tecnicolor. Aunque con el intrincado trabajo de ebanistería que hizo
las ventanas eran de diseño moderno, también Roberto Koch, un ebanista retirado del Canadá;
evocaban el pasado remoto. Aunque Felipe no te- y con las puertas de caoba de diez centímetros de
nía tradición carismática, ni hubiera podido en- espesor que fueron donadas por Mal Swanson y
tender su significación, los símbolos del pez y de su esposa. Estas puertas tienen grandes cruces
la paloma estaban entrelazados en toda la obra. en bajo relieve, de modo que cuando uno entra
Esto volvió a suceder cuando se colocó el cielo en el santuario, va hacia la cruz y por medio de
raso. (Después de mucha oración, habíamos deci- ella, hacia la resurrección de vida. Fueron tantos
dido utilizar los servicios de profesionales para los dones y talentos que se usaron en la construc-
esta obra extremadamente delicada. El contratista ción de la iglesia que se necesitaría un libro en-
de este techo me dijo posteriormente que, en todos tero para describirlos y hacerles justicia a todos.
los años que él venía trabajando, éste era el pri- Una refrescante tarde a mediados de septiem-
mer edificio que había conocido que se hubiera bre, Randy me llamó por teléfono. Yo no lo había
construido exactamente a escuadra). Eduardo Bo- visto durante algún tiempo. "Pastor, el Señor ha
yer, quien había ayudado en el diseño y la cons- estado habiéndome otra vez. ¿Puedo hablar con
trucción de la cruz, salió entonces con la idea de usted inmediatamente?" Le dije que sí y, mien-
una gran cruz de paneles iluminados para el cielo tras esperaba, pensé en todo lo que el Señor había
raso de nuestro santuario, con una serie especial hecho recientemente en la vida de Randy.
de luces alternadas que podrían hacer que la cruz Randy había estado luchando, tratando de ha-
se viera roja como la sangre. llar su lugar en el plan de Dios. El pensaba que
¿Una cruz iluminada que pueda ser a la vez algún día el Señor usaría los talentos que él tenía
blanca y roja como sangre? Otra vez me pareció para comenzar un nuevo negocio, pero también
extraño, y otra vez el Señor me dijo: Confía en sabía que su antigua autosuficiencia no había
Mí. La cruz ilumina bellamente la trayectoria muerto completamente. Dios, por su misericor-
hacía él altar. Durante la celebración de la Cena dia, no lo dejaba comenzar otra vez hasta que esa
del Señor, usamos las luces rojas que sirven para autosuficiencia muriera.
recordarnos que sólo por medio de la sangre de Entretanto, Randy estaba ansioso de aprender
Jesús se nos concede el privilegio de entrar al tanto como pudiera confiar implícitamente en el
Lugar Santísimo para adorar a Dios. Señor y a alabar a Dios en todas las circunstan-
La confianza fue también la contraseña en re- cias. En ese tiempo, yo trataba frecuentemente
lación con el alfombrado, para lo cual Esteban de regresar a mi hogar en las horas primeras de
Theison se ofreció voluntariamente; con el sis- la mañana, luego de haber estado hasta tarde en
tema de sonido, cuyos altavoces hubo que colocar servicios en Los Angeles o en sus alrededores, y
2 LA ALAÉANZA EN ACCIÓN FINALIZACIÓN DE LA OBRA 1
estaba tratando de combatir la fatiga que casi ganar algo de dinero para sus gastos diarios. Pero
siempre trataba de dominarme mientras conducía él hubiera podido trabajar en esa tarea el resto
el vehículo. Cuando él me ofreció servirme de con- de su vida y difícilmente hubiera podido bajar
ductor en esos largos viajes, alabé al Señor, y le en algo notable la cuenta que tenía.
dije a Randy que me agradaría muchísimo. El hecho era que él estaba determinado a pagar
Randy me era una tremenda ayuda en la venta algún día cada centavo que debiera; él pensaba
de libros y cintas magnetofónicas, y en hacer que le debía esa determinación al Señor. Randy
arreglos y reservaciones de pasajes. Una noche, le pedía al Señor que hiciera un milagro para que
en Los Angeles, sentí el fuerte impulso de pedirle eso fuera posible. Y el Señor lo consolaba: Confía
que diera su testimonio. El se sintió muy emocio- en Mí, Yo tengo mi propio método. Dame las gra-
nado, y oró mucho para que el Espíritu le diera cias y alábame, que las cosas son exactamente tal
las palabras. El dio el testimonio de su vida bre- como son.
vemente. Al concluir, dijo: "Soy un hombre de Randy obedeció. Vez tras vez, el enemigo venía
negocios que no he tenido mucho éxito, pero hay y le decía que él sí era tonto, y le preguntaba qué
algo que vale mucho más que el éxito económico: beneficio le estaba produciendo toda esa alabanza;
es el hecho de que yo recibí a Cristo como mi Sal- pero Randy lo único que hacía era seguir alabando
vador y Señor. Descubrí un nuevo movimiento en al Señor lo más que podía.
mi corazón que me está dando la paz, y ahora sé Un día, año y medio más tarde, un represen-
lo que significa una paz que sobrepasa todo en- tante de la Fiscalía de Impuesto sobre la Renta
tendimiento. Todavía no sé qué es lo que Dios se detuvo para entrevistarse con Randy. El que-
quiere hacer en mi vida o con ella, pero sé que El ría saber cuál era su exacto estado financiero, qué
quiere usarme. Me satisface esperar hasta que El potencial tenía para ganarse la vida, y qué había
me indique cómo va a usarme". sucedido desde aquel día en que sufrió el horrible
Allí había 700 personas, muchos de los cuales colapso de sus negocios. Randy resistió toda clase
eran hombres de negocios. El testimonio simple de tentación hacia la amargura, y le dijo todo lo
y sincero de Randy les tocó una cuerda que reac- que pudo. El agente de las rentas le informó que
cionó, en sus corazones. estarían en contacto, luego que se hiciera una va-
Los largos viajes que hacíamos juntos nos dieron loración de su estado económico.
muchas oportunidades para conversar, y Randy Así llegó un nuevo tiempo de alabanza al Señor
me confió cuál era la carga debajo de la cual él y de preguntarse qué sería exactamente lo que El
se encontraba. Todavía le debía al gobierno 100 tenía en mente. Pasaron dos meses sin que Randy
mil dólares, y mientras se le prohibiera tener su supiera nada más. Después, inesperadamente, el
propio negocio y obtener créditos, él se hallaba agente de las rentas regresó. El gobierno com-
incapacitado para pagar sus deudas. El había prendió que no había manera de que Randy pu-
aceptado un trabajo por horas sólo para poder diera pagar alguna vez el dinero que le debía, a
4 LA ALABANZA EN ACCIÓN FINALIZACIÓN DE LA OBRA 14
menos que se lo dejara en libertad para que vol- a él por la confusión de mente y por la indecisión
viera a sus negocios. Y, puesto que parecía que que siento?
él tenía la intención de pagar todas sus deudas, —Ese sería un buen principio.
si se le daba la oportunidad, el gobierno precisa- —Tiene usted razón, pastor —suspiró—. Ahí
mente se la iba a dar. Si Randy pagaba cinco mil es donde voy a comenzar.
dólares, ellos le levantarían el embargo por los Finalmente, después que Randy .llegó al punto
otros 95 mil, y él quedaría en libertad para volver en que ya no tenía suficiente dinero para pagar
a los negocios. sus cuentas en el abasto, y dependía totalmente
En medio de este gozo, Randy comprendió que de los alimentos que le obsequiaban personas que
cinco mil dólares era más de lo que él podía pedir eran dirigidas por el Espíritu para que se los ofre-
prestado de todos sus conocidos. Pero el Señor le cieran, Dios le dio una señal clara en el sentido
había abierto la puerta, de tal modo que Randy de que había llegado el tiempo: Yo abriré las puer-
comprendió que el Señor tenía algo en mente. El tas y proveeré los recursos. Desde ese día en ade-
continuó dándole las gracias al Señor y creyendo lante, el teléfono comenzó a sonar: "¿Puede usted
que el Señor presentaría la persona precisa. Y, hacerme una casa?" "¿Cuándo puede usted reno-
por supuesto, se presentó la persona, y ofreció varme mi casa?" "Tengo en mente un pequeño
prestarle a Randy el dinero que tan desesperada- edificio administrativo, no tan complicado". Así
mente necesitaba. se fueron aumentando los pedidos de trabajo. Con-
Al ver lo que había hecho el gobierno federal, sultando con el Señor cuidadosamente cada paso
el Estado de California se apresuró a hacerle su que daba en su camino, Randy comenzó a formar
propia oferta. No fue tan generosa, pero abrió la su propia cuadrilla de trabajadores y su capital
última puerta que quedaba cerrada. Randy quedó comenzó a crecer. (Para el día de hoy, ya Randy
completamente libre y sin gravamen para poner pagó todas sus deudas, y su negocio se está expan-
en práctica sus deseos y volver a contratar. Pero diendo rápidamente. Pero ahora es el Señor el que
su yo no había muerto todavía completamente, lo está dirigiendo, y no Randy Paul).
como se necesitaba que muriera, pues el Señor Sonó el timbre de nuestra puerta. Era Randy.
continuó diciendo: Espera. "Pastor, no sé en absoluto cómo decirle esto, pero
Randy, impaciente y anhelante de regresar a el Señor ha estado imprimiendo vigorosamente en
la brega, luchó con esto; sin embargo, quería ser mí que debemos detener la obra inmediatamente
aun más obediente. Algunas veces me preguntaba e incorporar cada una de las ampliaciones proyec-
si yo creía que ya era el tiempo, pero yo no podía tadas, los anexos al santuario y el segundo piso
librarlo de la cadena. "Es mejor que esperes la del edificio de aulas para la escuela dominical".
propia dirección del Señor para ti, Randy. Tú Otra vez me llegó la tentación de dudar, de con-
puedes oír perfectamente al Señor, tú lo sabes". fundir el discernimiento espiritual con la lógica
—¿Pero qué debo hacer ahora? ¿Darle gracias natural. ¿Era que el enemigo estaba jugando con
46 LA ALABANZA EN ACCIÓN
nuestra carne? ¿Necesitábamos realmente todo ese
espacio extra, esas aulas adicionales? Yo sabía que
no podía oír la voz del Señor claramente por mi
propia cuenta para hacer esa clase de decisión.
Por tanto, presenté el asunto al cuerpo de creyen-
tes cristianos y les dije que pidieran la dirección
del Señor. Uno tras otro, los hermanos acudieron
a mí a manifestarme que ellos creían que debíamos
hacer las ampliaciones, y construir de acuerdo con
la visión total que el Señor nos había dado. Ellos
tenían paz en sus corazones, y yo también.
Así que otra vez salió la orden de detener la 9
obra, cambiar la velocidad y volver a comenzar.
Se echaron abajo las paredes que se habían hecho Un ministerio
y se levantaron las nuevas. Se introdujeron los
arreglos de luces, decoración y alfombrado. Y progresivo
cinco meses después del día en que comenzamos,
la obra estaba terminada. El tercer domingo de octubre de 1973,
el Centro Cristiano del Distrito Norte
se reunió para adorar al Señor por pri-
mera vez en la nueva casa de Dios. Y
eso fue muy bueno, pues el contrato con
la escuela secundaria había expirado
el domingo anterior. El lunes anterior,
todo dentro de la iglesia estaba tan com-
pletamente desordenado que no parecía
que estaría en condiciones de poderse
usar antes de un mes. Pero la oración
tiene su modo de imponer el orden en
medio del más imposible caos.
Yo sentía que el Señor iba a tener
algo muy especial en mente para hacer
notable el primer domingo que íbamos a
estar en nuestra iglesia, y esperé en El
durante semanas que El me diera algu-
148 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO PROGRESIVO 14
na palabra que le sirviera de alimento a la gente Era, pues, tiempo de pasar adelante y comen-
y que los hiciera regocijarse y alabarlo a El. Pero zar el servicio. Yo me había vuelto a poner los
no me llegó nada. Ninguna inspiración, ninguna zapatos, y estaba temblando dentro de ellos, como
nueva comprensión, nada. si acabara de salir del seminario. "Gracias Señor,
"Señor, ya es la noche del sábado —como si El que me siento tan necesitado. ¡ Con toda seguridad,
no supiera cuál era el día ese—. ¿Por qué no me Tú eres el que va a hacer todo esta mañana! Ala-
das algo?" bado seas Tú, Padre, por esta bella casa". Cuando
Reinó el silencio. llegó el tiempo en que debía hablar, me quedé du-
"Está muy bien, Señor, te alabo y te doy las rante un largo tiempo mirando hacia el auditorio.
gracias, y mañana iré a la iglesia completamente El Espíritu del Señor cayó sobre mí, y tuve que
necesitado, y confiando sólo en el Espíritu Santo". llorar, aunque me esforcé por no hacer eso. Las
Llegó la mañana del domingo, y yo me fui en primeras palabras que pude pronunciar fueron
mi carro a la iglesia temprano, para estar a solas éstas: "Hijos del Señor, el lugar en que estáis es
con el Señor unos pocos minutos antes de que la santo. El Señor ha demandado que nos quitemos
gente comenzara a llegar. Al abrir la puerta de los zapatos, y estemos descalzos delante de El". Yo
atrás y entrar, el Señor me habló tan claramente me descalcé. Luego di la vuelta y me arrodillé en
como jamás lo había oído: las gradas, en frente del pulpito.
Hijo, quítate los zapatos. Al ver eso, todos abandonaron sus puestos y
"¿Señor?" pasaron adelante. Se arrodillaron adelante y en
Quítate los zapatos. Tú estás en tierra santa. los pasillos y derramaron muchas lágrimas de
"Sí Señor —y me los quité—. ¿Y ahora qué?" acción de gracias. Desde ese momento en ade-
Cuando estés delante de mi pueblo, dües que lante, nunca ha habido un domingo en que toda la
hagan lo mismo. Y diles por qué. parte de adelante no se llene hasta cierto punto
"Señor, yo nunca he hecho tal cosa. ¿Entende- de personas que tienen corazones hambrientos.
rán ellos?" Así que ahora llega el tiempo para la prepa-
Ellos entenderán. ración, la profundización y la madurez del cuerpo,
Yo no podía hacer otra cosa que preguntarme, y otra vez el Señor ha provisto los dirigentes pre-
pero en pocos minutos, cuando estuve dentro, dejé cisos: personas como Jeff Allen, que desempeña
de preguntarme cuál sería la reacción especial- el cargo de un joven anciano de la iglesia que fue
mente entre nuestros invitados. Pues cuando miré preparado por el Señor durante muchos años y
hacia la congregación, cada uno de los 1200 pues- ahora les enseña a otros lo que significa morir
tos ya estaba ocupado. ¡No habíamos publicado al yo y vivir en Cristo. Como Luis Barefoot, que
ningún aviso, pero nuestro pueblo estaba tan or- ya había enseñado durante 12 años, y ahora puede
gulloso de su iglesia nueva, que cada uno tuvo que transmitir las técnicas de la enseñanza, del estu-
haber invitado a todo el que conocía! dio bíblico y de la preparación del pueblo del
50 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO PROGRESIVO 1
Señor para presentar las Buenas Nuevas del realizar su propio programa de evangelización,
Evangelio en dondequiera que va. cantos y alabanzas. Semanalmente ocurren dra-
Otros hombres se están preparando para diá- máticas liberaciones de propensión a las drogas
conos, para encargarse de las funciones diarias y al alcohol. Los jueves tenemos la continuación
de la iglesia. El Señor los escoge uno por uno para de la reunión de oración y alabanza que evolucio-
que sirvan de supervisores en todo lo que El está nó de la antigua Confraternidad de los 120. Los
haciendo. Se ha ido desarrollando en nosotros una miércoles tenemos un Instituto de Instrucción
conciencia gradual pero siempre creciente en el Cristiana. Urgimos a los esposos y a las esposas
sentido de que cada miembro tiene que servir al a que se queden todos en casa los lunes y los mar-
Señor, no sólo en la disposición para seguir la tes y que tengan alguna clase de tranquila comu-
dirección que se le provee, sino también como di- nión familiar.
rigente, y en llevar a otros a la sabiduría y al En menos de dos años, el número de nuestros
conocimiento de Cristo. miembros se ha cuadruplicado. El Señor, pues, nos
No toda la enseñanza que se da en la iglesia construyó esa casa, y ha profundizado nuestro
procede de dentro de ella, de ninguna manera. El andar con El y nuestra confianza en El en una
Señor nos ha traído muchos apóstoles bien cono- forma que jamás podremos comenzar a medir. Y
cidos de otras partes, a compartir con nosotros lo sabemos que éste es sólo el comienzo. El domingo
que Dios les ha revelado a ellos, o aquello que les de resurrección se transmitió por radio el primer
ha encomendado. Hace tres meses, El movió el programa, un servicio directamente desde la igle-
corazón de uno de los más cultos —y ocupados— sia, y ha continuado en serie continua esta trans-
eruditos bíblicos del movimiento carismático, para misión. El Señor nos ha dado la visión de usar la
que nos ofreciera unas enseñanzas regularmente. televisión, y estamos esperando enviar equipos de
Se trata de Miguel Esses, del Centro Cristiano del jóvenes por todo el mundo a difundir el mensaje
sector Las Melodías, quien me llamó para decirme de alabanza y acción de gracias. Pero sólo suce-
que el Señor le había dicho que debía ofrecer sus derá si continuamos confiando y esperando y ala-
servicios a la nueva obra en Escondido. De modo bando al Señor. Si nosotros nos adelantamos a El,
que todos los viernes por la noche, Miguel, que es si nos echamos sobre los laureles de lo que El ha
un judío convertido, rabino y autor de Michael, hecho para nosotros, si nos lanzamos en brazos
Michael, Why Do You Hate Me?, (Miguel, Miguel, de la carne aunque sea en lo más mínimo, instan-
¿por qué me odias?) enseña dos clases sobre el táneamente levantaremos de sobre nosotros el
Antiguo Testamento, y lo hace viviente como po- manto de la gracia. Eso lo sabemos.
cos pueden hacerlo. El ministerio de difundir el mensaje de alaban-
Los sábados por la noche también se han vuelto za está creciendo también a un ritmo fantástico.
muy activos, pues unos 600 jóvenes o más fluyen El Señor me ha dado la preocupación particular
hacia el Centro Cristiano del Distrito Norte para de llevar este mensaje a las cárceles. Hemos esta-
52 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO PROGRESIVO 153
blecido una institución que se llama Fundación de mos nuestros esfuerzos a los gobernadores de
Alabanza, que tiene el propósito de proveer en otros estados, y hemos sido bien recibidos y he-
todas las prisiones de los Estados Unidos y del mos obtenido mucha ayuda para que se nos abrie-
Canadá, ejemplares gratuitos del libro De la pri- ran las puertas de muchas prisiones. Ahora es-
sión a la alabanza. Actualmente, será distribuido tamos recibiendo pedidos de libros, a razón de
en cárceles de México la edición de este libro en 30 ó 40 por día.
lengua española. La alabanza está llegando a todas partes, y todo
Cuando viajo a través de los Estados Unidos, a el mundo está siendo afectado por este mensaje.
menudo les pregunto a las congregaciones cuántos En la primavera pasada recibí un llamado tele-
de ellos han dado alguna vez un libro cristiano a fónico de Nueva York. "¿Merlin Carothers? Le
un preso. Esta pregunta frecuentemente estimula habla Gloria Swanson. Alguien me acaba de dar
a las personas para que comprendan cuan pocos un ejemplar de De la prisión a la alabanza. Me
son los que han cumplido la comisión del Señor encanta. Pero yo quiero saber más acerca del
Jesús en las cárceles, la comisión de compartir Espíritu Santo".
su amor con los presos. Vez tras vez recuerdo que
cuando vamos a las cárceles a visitar a los olvi- Ella voló de Nueva York a nuestra casa, y pasó
dados, y a los que no tienen esperanza, realmente tres días con nosotros, empapándose con todo lo
estamos visitando al Señor. que pudo acerca de Jesús y del Espíritu Santo.
No es fácil hacer eso. Todavía se necesita mucha Cuando el Señor así lo indicó, ella se arrodilló
oración, paciencia y perseverancia para vencer la junto conmigo y, en un simple acto de fe infantil,
resistencia de los guardianes y capellanes. Algu- aceptó a Cristo como su Salvador personal.
nas veces, Dios se manifiesta maravillosamente Durante esos tres días, ella no pudo comprender
para hacer que esto sea más fácil. Una vez, la lo que, yo quería decir cuando hablaba acerca de
Fundación de Alabanza tuvo que rogar para que ser uno lleno con el Espíritu Santo, pero el último
se le concediera llevar el libro De la prisión a la día que estuvo con nosotros, en el servicio del
alabanza a las cárceles de California. La mayoría domingo, ella pasó adelante junto con otras cin-
nunca ha oído nada de este libro, y tienen muy cuenta personas más o menos, para orar y recibir
poco interés en cooperar, o no tienen ninguno. la plenitud del Espíritu Santo.
Pero el Señor hizo que nuestra difícil situación Fue tal el gozo que la inundó que ella reía con-
le llamara la atención a Herberto Ellingwood, tinuamente. El día siguiente me llamó de un es-
secretario del departamento legal en la oficina del tudio en Hollywood. "Merlin, esta gente sigue pre-
gobernador, y, como resultado, ahora las autori- guntándome quién soy. No pueden creer que soy
dades de las prisiones de todo el Estado se están la misma persona que ellos vieron hace tres se-
poniendo en contacto con nosotros y pidiendo manas. Lo único que puedo hacer es reírme y de-
ejemplares del libro. Con este estímulo, extendi- cirles cuan maravilloso es Jesús". Y tres días
54 LA ALABANZA EN ACCIÓN UN MINISTERIO PROGRESIVO

después le dijo lo mismo a todo el país, a través a través del mantel y fue a parar en el bello ves-
de un programa nacional de televisión. tido de gala de la anfitriona.
Una tarde de sol, recientemente, María y yo es- Durante el sórdido silencio que se produjo en
tábamos sentados afuera sobre la cumbre de nues- seguida, yo murmuré: "Gracias a ti, Señor, por mi
tra pequeña colina, recordando todo lo que el torpeza". Tal expresión fue claramente audible.
Señor había hecho en nuestras vidas. Nos parecía —¿Qué dijo usted?— me preguntó la anfitriona
imposible que hubieran pasado menos de tres años con asombro.
desde aquel día de junio de 1971, cuando llegamos —Dije: "Gracias a ti, Señor, por mi torpeza".
al pequeño pueblo de Ambia, en Indiana, para —¿Y por qué dijo usted eso? —me preguntó,
comenzar la agradable vida tranquila de un pas- poniéndose de pie y cubriéndose lo mejor que pudo
tor rural. el jugo de tomate con varias servilletas que le
ofrecieron, incluso la mía.
En ese entonces, seis invitaciones para acudir —Porque El me ha enseñado a responder con
a hablar en otras partes cada semana nos pare- regocijo ante cualquier cosa que Eí permite que
cían demasiadas, pero posteriormente, ese nú- me suceda.
mero se ha multiplicado por diez o más. Puertas —Me gustaría aprender a hacer eso —se de-
que nunca habían estado abiertas se han estado tuvo a decírmelo mirándome directamente.
abriendo. Como resultado, me he encontrado en —Usted puede aprenderlo.
lugares donde nunca antes esperé estar. Pero Dios —¿Cómo?
siempre ha tenido la razón. Por ejemplo, no hace —El secreto real está en Jesús. El vino a dar-
mucho tiempo estuve en una comida de gala. Me nos una paz que sobrepasa todo entendimiento. Si
senté a la derecha de mi anfitriona, y el número de usted está dispuesta a aceptar su paz, El está dis-
tenedores y cucharas que brillaban a ambos lados puesto a darle a usted su gozo.
del sitio en que estaba sentado indicaba que yo iba —Mire —me dijo apresuradamente—, tengo que
a participar de más platos que los que jamás hu- salir de esto y cambiarme. Pero yo he oído hablar
biera probado en una sola sentada. La vajilla de de sus libros, y tenía la esperanza de poder hablar
cristal labrado fulguraba, y el mantel era de un con usted. Quiero, pues, hablar con usted tan pron-
blanco centelleante que rivalizaba con el traje de to como regrese.
noche de la anfitriona. De modo que la alabanza me abrió una extra-
Estaba yo un poco admirado de todo esto y sen- ordinaria oportunidad para compartir las Buenas
tado tranquilamente, oyendo la» pequeña conver- Nuevas, oportunidad que todavía está dando su
sación un poco sofisticada, cuando se puso delante fruto. Al terminar la cena esa noche, la anfitriona
de mí un gran vaso de frío jugo de tomate. Ex- me invitó a que me quedara para que les hablara
tendí mi brazo hacia él y me las arreglé para a ella y a unos pocos amigos de los cuales ella pen-
voltearlo, con lo cual envié una ola roja que corría saba que estarían sinceramente interesados. Du-
6 LA ALABANZA EN ACCIÓN

rante la siguiente discusión, ella hizo entrega po-


sitiva de su vida a Jesús, aceptándolo como su
Salvador, y su influencia ha esparcido el Evan-
gelio a otros centenares de personas. Todo eso no
hubiera sucedido jamás, si yo hubiera reaccionado
de modo normal, con vergüenza y disgusto con-
migo mismo por causa de mi estupidez.
Cada viaje que yo haga es una aventura, y últi-
mamente el Señor ha venido aumentando mi pro-
grama de viajes. No hace mucho, llegué a un
aeropuerto para una reunión, y uno de los hom-
bres que me estaban esperando me preguntó si
me había cansado tanto el viaje que se me había
olvidado en qué lugar estaba.
—Bueno, algunas veces realmente me canso
—respondí riéndome—, pero por lo menos siem-
pre sé dónde me encuentro.
—Merlin, ¿dónde está usted ahora? —me pre-
guntó otro hombre del grupo que se sintió inspi-
rado para hacerme la pregunta.
Me quedé completamente en el aire. De no estar
en un aeropuerto, no sabía dónde estaba. Lo miré
directamente, sonreí y, moviendo mi cabeza sua-
vemente, dije: "Alabado sea el Señor".

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