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Juan 15:2-8

Continuamos considerando hoy el versículo 2, de este capítulo 15 del evangelio según San
Juan, donde el Señor Jesucristo dijo:
"Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto."
Decíamos en nuestro programa anterior, que las dos palabras en Mí, es decir, en Cristo o
unido a Cristo, significan, estar salvado. Hay grandes palabras como propiciación,
reconciliación, redención, pero estas abarcan aspectos particulares de la salvación. Todo
el espectro de la salvación, se halla en la frase en Cristo. Y dijimos que hay sólo dos grupos
de personas: los que están en Cristo, y aquellos que no están en Cristo. Ya hemos
mencionado que uno llega a estar en Cristo, al confiar en Él como Salvador personal,
llegando a ser así, un hijo de Dios, por la fe.
Un creyente es renacido por el Espíritu de Dios. Y luego el Espíritu mora en el creyente. Y
el Espíritu Santo hace otra cosa: también bautiza o une a cada creyente en el cuerpo de
Cristo, que es la iglesia. Todo pámpano en Mí, dijo el Señor. Ahora, señalamos que este
pasaje fue dirigido a creyentes. Jesús no estaba hablando en cuanto a cómo una persona
se salva. La verdad es que en este pasaje, no hablaba de la salvación. Estaba hablando
sobre llevar fruto. Y dijimos que ésa era la próxima frase que deseábamos señalar.
Notamos que la palabra fruto, se menciona seis veces en los primeros diez versículos de
este capítulo 15. Y al continuar nuestro estudio, notaremos que hay tres niveles de
producción de fruto: fruto, más fruto, y mucho fruto. Así que el Tema aquí,
evidentemente, es el de llevar fruto. El Señor dijo: "todo pámpano que en mi no lleva
fruto, lo quitará". Ahora, ¿de dónde lo quitará? Lo quitará del lugar o de la posibilidad de
llevar fruto. Y nos referimos ahora al versículo 6, para explicar esto. En el versículo 6, el
Señor dijo:
"El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen,
los echan en el fuego y arden."
Ahora, notamos que podría surgir la posibilidad de que alguien pensara que le fuera
posible a uno, perder la salvación. Pero recordamos que este pasaje no está hablando en
cuanto a la salvación, sino en cuanto a la producción de fruto, que es el resultado de la
salvación. Luego hemos considerado cuál era ese fruto. Y dijimos que no creíamos que el
fruto aquí, fuera el de ganar almas, como lo creen tantas personas. Creemos que eso es
más bien, un resultado del fruto, pero no es el fruto mismo. El Señor se refirió más bien, al
fruto del Espíritu. El apóstol Pablo, hablando en cuanto a esto dijo en su carta a los Gálatas
5:22 y 23: "Mas el fruto del Espíritu, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza". Éste es el fruto en la vida del creyente. En nuestro programa
anterior también destacamos que el permanecer unidos a Cristo produce una oración
eficaz, un fruto perpetuo y una alegría celestial, como explican los versículos 7, 8 y 11.
Ahora, éstos son los frutos que se mencionan aquí, y hemos leído los que fueron
mencionados por Pablo, como el fruto del Espíritu. Ahora, si una persona tiene tal fruto en
su vida, estará llevando a muchos hombres a la presencia de Dios, mediante el testimonio
elocuente de su misma vida. Eso, por supuesto, hace que el ganar almas, sea una
consecuencia del fruto. "Todo pámpano que en mí no lleva fruto, dice el Señor, lo
quitará". Él quiere que llevemos fruto en nuestras vidas. Si un pámpano no lleva fruto,
¿cómo lo quitará? Una de las maneras de quitarlo, es quitando a tal persona del lugar en
que pueda llevar fruto. Conocemos a muchos que han sido apartados hoy en día, de
diversos ministerios, porque ya no eran efectivos para Dios. El quitar tal pámpano, no
significa que éste pierde la salvación, sino que es apartado del lugar en que puede llevar
fruto.
Ahora, a veces esta separación del lugar en que uno pueda dar fruto, ocurre mediante la
muerte, es decir, la muerte física. Creemos que eso es lo que Juan quiso decir en su
primera epístola 5:16, cuando dijo que "hay pecado de muerte". Un cristiano puede caer
en pecado y continuar en ese pecado, hasta que Dios le quite por medio de la muerte, del
lugar de llevar fruto. Ananías y Safira por ejemplo, fueron quitados de esa manera de la
Iglesia primitiva, una iglesia que era santa, una iglesia que llevaba fruto. Dios no les
permitió quedarse en aquella iglesia.
El Señor continuó diciendo: "Y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más
fruto". La palabra usada en griego es "kathairo" que significa limpiar. Y algunos consideran
que esta limpieza se logra podando la vid con un cuchillo, y creemos que esto es correcto.
Pero en verdad significa limpiar, en el sentido más amplio de la palabra.
No hay duda de que el Señor poda. Entra en nuestras vidas y quita de ellas aquellas cosas
que le ofenden, y ese corte a veces duele. Quita aquellas cosas que nos estorban para
poder llevar fruto.
Una de las razones por la cual tantos hijos de Dios sienten dolor por este método de
cortar, de limpiar, es porque se han alejado mucho de Dios; están muy lejos de la
comunión y el compañerismo con Él. Cuanto más cerca estemos de Dios, estimado oyente,
tanto mejor será para nosotros, y sufriremos menos dolor. "Porque el Señor al que ama,
disciplina" como dice el escritor a los Hebreos 12:6. Esta disciplina no es indicio alguno de
que Él esté en contra de nosotros. Él está tratando de conseguir fruto de nuestras vidas.
Pero nosotros tendemos a quejarnos y alejarnos de Él. Pero si nos acercamos a Él, no
sufriremos tanto dolor cuando nos discipline.
En la región de Belén, dejan que la vid crezca en la tierra, sosteniéndola con una roca. Y
como las uvas se ensucian y los insectos nocivos se pegan a ellas, tienen que lavar las uvas
antes de que maduren. Pues bien, el Señor llega a nuestra vida, nos sostiene y nos lava,
para que podamos producir más fruto. Ahora, ¿Cómo hace esto? Leamos el versículo 3 de
este capítulo 15 de San Juan. Dijo el Señor:
"Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado."
Este poder limpiador de la Palabra de Dios es maravilloso. En el ámbito material oímos
hablar mucho sobre la efectividad de los productos de limpieza, pero nunca hemos
encontrado que en la realidad estos detergentes sean tan milagrosos como se pretende.
Ahora, en el ámbito espiritual, el verdadero milagro purificador, estimado oyente, es el
poder de limpieza de la Palabra de Dios.
En su primera carta, el apóstol Pedro dice en 1:22 y 23 "Al obedecer a la verdad, mediante
el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos unos
a otros entrañablemente, de corazón puro, pues habéis renacido, no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para
siempre."
En primer lugar, fuimos renacidos mediante la Palabra de Dios, y por tanto fuimos
limpiados una vez y para siempre de nuestros pecados. Luego, en nuestro caminar aquí, es
decir, al vivir, nos ensuciamos, y por tanto necesitamos la Palabra de Dios para limpiarnos
continuamente. Ésta es una de las razones por las cuales es necesario estudiar la Biblia
para ser limpiados. El Salmo 119, versículo 9, dice: "¿Con qué limpiará el joven su
camino?", y responde, "Con guardar tu palabra".
Entre los cristianos, en la actualidad, hay quienes hacen poco caso de la Palabra de Dios, y
dicen que no importa la clase de vida que vivan, con tal de que crean verdades
fundamentales de la fe, como la salvación, mediante la gracia de Dios. Pero estimado
oyente, Dios usa Su Palabra para revelarnos, cuándo no estamos viviendo según Su
voluntad. Creemos que la prueba decisiva que revela si una persona es genuina en su
relación con Dios, es si está estudiando la Palabra de Dios, y si está dejando que esa
Palabra influencie su vida. Dios quiere que seamos obedientes a Su Palabra.
El versículo 67 del Salmo 119, dice: "Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
pero ahora guardo tu palabra."
Y más adelante en el versículo 71, del mismo Salmo 119, dice: "Bueno me es haber sido
humillado, para que aprenda tus estatutos."
Él nos limpia por medio de la Palabra de Dios. Estimado oyente, Él usa la aflicción para
traernos a la Palabra de Dios, para que usted y yo le podamos ser útiles. No creemos que
usted sea limpio ante Dios, si no se acerca a la Palabra de Dios, para estudiarla. Estimado
oyente, necesitamos estudiar la Palabra de Dios y aplicarla a nuestras vidas. En el versículo
4 de ese capítulo 15 del evangelio según San Juan, el Señor dijo:
"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí."
En nuestro programa anterior y en el repaso introductorio de hoy hemos destacado dos
palabras o frases claves de este pasaje. La primera era "en Cristo" y la segunda "llevar
fruto". Hemos llegado ahora a la tercera palabra que deseamos que usted subraye, y esa
palabra es "permaneced". Permanecer en Cristo significa mantener comunión y
compañerismo constante con Él, es decir, todo el tiempo. Acabamos de hablar del poder
limpiador de la Palabra de Dios. Ésa es una parte del permanecer en Cristo. Debemos ser
limpiados diariamente.
Hay una anécdota del famoso predicador Charles Spurgeon, según la cual, él se detuvo un
día en medio de la calle, se quitó el sombrero y se puso a orar. Uno de sus colaboradores
en la iglesia vio esto y le preguntó que si en verdad estaba orando allí, en medio del tráfico
y la gente. El Sr. Spurgeon dijo que sí, que había orado. Dijo que una nube se había
interpuesto entre él y su Señor, y que había querido quitarla en aquel mismo momento, y
que por tanto se detuvo para confesar a Dios su mal pensamiento. Estimado oyente,
debiéramos tener esta sensibilidad porque necesitamos estar limpios para poder
permanecer. Necesitamos confesar nuestros pecados al Señor para poder permanecer en
comunión permanente con Él. Y luego, para permanecer en ese compañerismo, debemos
guardar Sus mandamientos. Leamos los versículos 10 y 14 de este capítulo 15, del
evangelio de Juan.
"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Vosotros sois mis amigos si hacéis
lo que yo os mando."
Escuche lo que dice Jesús: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando".
Necesitamos examinar nuestros corazones. Estimado oyente, ¿Está haciendo usted lo que
Jesús mandó que hiciera? La obediencia es esencial para poder permanecer en comunión
y compañerismo con Él. En el versículo 9 de este capítulo 15 de San Juan, el Señor dijo:
"Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor."
Permanecer, como dijimos antes, significa una comunión continua. Ésa es la relación de un
pámpano con la vid. Si usted ha tenido la oportunidad de ver, no solo la vid sino también
un árbol de naranja o de manzanas o de cualquier otra fruta, observaremos que las ramas
están unidas al árbol con toda naturalidad y no podemos imaginarlas de otra manera.
Simplemente permanecen tal como fueron creadas, unidas al árbol y llevando fruto. Pues
bien, muchos cristianos creen que pueden vivir separados de Dios durante toda la semana
y luego se presentan en la iglesia el domingo para intentar reiniciar por algunos
momentos su relación de compañerismo con Dios por medio de la alabanza, el estudio de
la Biblia y la meditación. Estimado oyente, debemos estar en comunión constante con Él.
Permanecer, significa mantener un compañerismo constante en todo momento. Aunque
uno se concentre en su actividad profesional, y en la vida de convivencia familiar y social,
es posible mantener una actitud o disposición de dependencia de Dios, sabiendo que
necesitamos su protección, fortaleza e inspiración. Ahora en el versículo 5 de este capítulo
15, del evangelio según San Juan, el Señor dijo:
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho
fruto, porque separados de mí nada podéis hacer."
Tenemos libre albedrío y podemos romper la comunión y el compañerismo con Dios, al
permitir que el pecado entre y se quede en nuestra vida, al apartarnos de la voluntad de
Dios, y al escoger dejarnos influenciar por la ideología mundana que se opone a Dios.
Pero, Él quiere que permanezcamos en Él para que llevemos mucho fruto. Habrá
observado usted, que aquí hay una similitud con la parábola del sembrador, en la que una
parte de la semilla cayó en buena tierra; algunas espigas dieron treinta granos por semilla
y eso lo calificamos como fruto. Otras espigas dieron sesenta granos por semilla y eso lo
consideramos como más fruto. Y aún otras dieron cien granos por semilla, lo cual
calificamos como mucho fruto. Dios quiere que llevemos mucho fruto. Leamos ahora el
versículo 6, de este capítulo 15 de San Juan:
"El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen,
los echan en el fuego y arden."
Vamos a decirlo una vez más. Este pasaje está hablando en cuanto a llevar fruto, que es el
resultado de nuestra salvación. No está hablando en cuanto a cómo somos salvados. El
apóstol Pablo usó otra ilustración para este mismo Tema en su primera carta a los
Corintios 3:11-14, donde dijo: "Nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es Jesucristo. Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y
piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, la obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La
obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. Si permanece la obra de alguno que
sobreedificó, él recibirá recompensa."
Esta cita habla sólo de las obras de los creyentes, del fruto en la vida de un creyente.
Antes de pasar por el fuego, los materiales no se pueden distinguir. Sin embargo, el fuego
revelará su verdadera naturaleza. El fuego purificará el oro, la plata y las piedras preciosas,
y removerá la escoria. La madera, el heno y la hojarasca se quemarán. Este es el mismo
Tema que el de nuestro versículo 6, que dice que las obras son echadas en el fuego y
arden. "Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, dijo el apóstol Pablo, recibirá
recompensa."
Creemos que recibiremos del Señor la recompensa por el fruto en nuestras vidas.
Nosotros no producimos el fruto: Él es el que lo produce, cuando permanecemos unidos a
Él.
Una rama que no esté permaneciendo en Cristo será echada fuera y se secará como los
sarmientos que se recogen y se queman en el fuego. Esto ha sido ampliado por el apóstol
Pablo en 1 Corintios 3:15, que dice: "Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si
bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego". Creemos que habrá personas en el
cielo que estarán allí como brasas sacadas del fuego, aunque no perderán su salvación.
Creemos que una de las cosas más tristes en nuestros días, es que el cristiano ordinario
cree que la vida cristiana normal, es una vida de fracasos. Cree que llevar mucho fruto
está fuera de toda consideración y, resignado, está dispuesto a vivir a un nivel espiritual
bastante bajo, esperando llevar simplemente, un poco de fruto. Recuerde estimado
oyente, que el Señor quiere que llevemos mucho fruto. Leamos ahora los versículos 7 y 8
de este capítulo 15 del evangelio según San Juan:
"Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y
os será hecho. En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis
discípulos."
Ésta es una maravillosa promesa para la oración. Pero observe usted la condición: "Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros". Esto significa ser obedientes
al Señor. Eso es permanecer. En ése caso, nuestra oración será eficaz. Ahora, el propósito
final del permanecer y del orar, es que Dios reciba la gloria. Esto elimina la oración que se
eleva con motivos egoístas. Se trata del llevar fruto. Y Dios recibe la gloria cuando
producimos ese fruto en nuestra vida, en nuestro carácter, ese fruto agradable para Dios y
las personas que nos rodean.

PERMANECIENDO EN CRISTO
Por: A.Lucia M.Cadavid

Yo soy la vida, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho
fruto. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, los echan en el fuego y arden

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os
será hecho. Juan 15:5-7

.- EL que Permanece en Cristo recibe Liberación: Al estar cohabitando con Cristo, vivir por
EL y para EL, aprendemos a conocerle y amarle. De manera gradual, vamos avanzando, cada
día obtenemos un logro, poco a poco, entendemos la gracia de Dios y nos aferramos a ella,
poco a poco nos alejamos de todo lo que desagrada a Dios, hasta lograr que EL sea nuestra
cabeza y nosotros miembros de su cuerpo que es la iglesia y alcanzar la plenitud de Aquel que
lo llena Todo en Todo. Efesios 1:22-23 Habitando en Cristo y con EL, permanecemos en su
Palabra, seremos verdaderamente sus discipulos y podremos decir con toda certeza: “He
conocido LA VERDAD(CRISTO), y LA VERDAD me ha hecho totalmente Libre.” Juan 8:31-
32 Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que
dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad
no está en él. El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo. 1Juan 2:3-4-6 El
que esta en Cristo, ha confesado sus pecados y sabe que EL es fiel y justo para limpiarnos de
toda maldad 1Juan 1:9. Quien permanece en Cristo tiene la seguridad que EL rompe todo
yugo, toda cadena, toda opresión, toda atadura y que solo en EL, obtenemos la verdadera
Libertad de toda esclavitud a los hombres, a los malos deseos, a los vicios, para pertenecer solo
al SEÑOR, ser su posesión, y servirle sin reservas para siempre. Sabemos que todo el que ha
nacido de Dios, no peca; sino que Aquel que nació de Dios(Cristo) lo guarda y el maligno no
lo toca. 1Juan 5:17 Quien permanece adherido a Cristo, entiende que mas grande, más
poderoso, es Cristo que está en nosotros que el está en el mundo(de la pornografia,
promiscuidad sexual,drogas, alcohol, y todo deseo pecaminoso). 1Juan 4:4 Y puede disfrutar
de liberación total, porque es mas que vencedor en Cristo. Tiene la absoluta confianza que el
SEÑOR le ha da dado potestad de hollar, pisar, serpientes y escorpiones(de la lujuria, lascivia,
adicciones,codicias,envidias,odios, celos, ira, soberbia, hechicerías, idolatrías, mentiras,
engaños, fraude…etc) y sobre toda fuerza del enemigo y nada le dañará. No se regocija de que
puede someter a los espíritus en el Nombre de Cristo, sino que se alegra que su nombre está
escrito en el Cielo. Lucas 10:19-20

SEÑOR, concédenos por tu maravillosa gracia y amor infinito, el permanecer en TI, creyendo y
recibiendo los misterios de la liberación como niños, ya que justo, cuando regresaron los
setenta(70) de la misión, contentos de ver tu respaldo porque en tu Nombre se les sujetaban los
espiritus malos, dijiste: “Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has escondido
estas cosas de los sabios y entendidos, y se las has revelado a estos que son como niños.”
Lucas10:21 Si SEÑOR, te agradó revelar estas cosas, estos misterios de la liberación a los de fe
sencilla, a los que son niños en la malicia y en la maldad, pero maduros en su modo de pensar
1Cor. 14:20. Pues lo que parece mas difícil a los hombres incrédulos, para Ti y en Ti y solo
confiando en Tu Poderoso Nombre, es lo mas simple y fácil. Por eso SEÑOR, nos has dicho: Si
ustedes no cambian y se hacen como Niños no entrarán en el reino de los cielos. Mateo 18:3.
SEÑOR, concédenos por tu gracia, que así siendo como niños, sin pretensiones de
conocimiento, sin razonamientos humanos, sin teologias, sin argumentos, pero con confianza
absoluta en Ti y en tu Magnifico Nombre, se cumpla tu propósito y tu Palabra en nuestras vidas
cuando dijiste: El Espíritu del SEÑOR está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A
pregonar LIBERTAD A LOS CAUTIVOS,Y vista a los ciegos; A PONER EN LIBERTAD A LOS
OPRIMIDOS; Lucas 4:18 Gracias SEÑOR, por la respuesta a esta oración gracias por los
cautivos que serán como niños y Libres en Ti, para que tu Santo y glorioso Nombre sea
glorificado, gracias por los que darán testimonio en este grupo que ha sido creado para tu gloria
y honra, visita cada cautivo de este grupo y obra con tu poder en sus vidas. Amen.

.– El que permanece en Cristo es guardado del mundo: Permanecer en Cristo, incluye


consagrar nuestra vida a EL, lo que somos, tenemos y pensamos ser, confiar totalmente en EL,
vivir para EL, amarlo con toda nuestra mente y corazón. Es permitir que Cristo ocupe nuestro
corazón sin que nada, ni nadie compita con ese lugar, ser su morada, la cual debe estar limpia y
libre de toda contaminación mundana, de pecado, de todo afán de dinero y codicia, de toda
ansiedad, de todo deseo terrenal, al punto que puedas decir con el Salmista: ¿A quien tengo yo
en los cielos sino a Ti?, y fuera de TI Nada deseo en la tierra. Todos los afanes de este mundo
desplazan a Jesucristo. Pero, no estamos solos en esta lucha, para lograrlo el SEÑOR pidió por
nosotros al Padre: No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Juan
17:15 No es que tengamos que salir del mundo físicamente para evitar la contaminación, lo que
el SEÑOR quiere es que nuestros pensamientos y nuestro corazón estén dedicados a EL. Las
grandes tentaciones y batallas se libran en la mente y ningún ser humano puede librarnos de
nuestras inclinaciones pecaminosas, solo permitiendo que Jesucristo, nuestro amado Salvador
actúe en nosotros lograremos La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardara
nuestro corazón y nuestros pensamientos en Cristo Jesus. Filipenses 4:7  

.- Quien permanece en Cristo, su voluntad estará unida a la de Cristo, y permite que El sea
su único dueños, por tanto pide conforme a su voluntad que es buena, agradable y perfecta, ya
que Jesucristo mismo es quien intercede, quien ora, y quien produce así el hacer como el querer
por su santa voluntad en nosotros, así que el anhelo y deseo de nuestro corazón es el mismo del
SEÑOR. Quien permanece unido a Cristo, y tiene el privilegio de orar sin que le cueste trabajo,
porque Cristo es el que intercede por medio nuestro, y libres de toda condenación pues
Jesucristo es el que murió y el que también resucitó, está a la diestra del Padre intercediendo
por nosotros. Romanos 8:34 Quien permanece en Cristo Pide y Recibe porque EL SEÑOR sabe
lo que necesita y más conviene, El que no escatimó ni a su propio Hijo, ¿Cómo no nos dará
con El todas las cosas? Romanos 8:32 Pide y Recibe porque no pide con malos propósitos,
para gastarlo en sus propios placeres. Santiago 4:3 Muchos piensan que cuando Cristo
dijo: “Pidan todo lo que quieran y les sera hecho” es para pedir fama, riquezas que alimenten
su codicia, para pedir amores desenfrenados y desordenados que están fuera de los mandatos de
Dios y otras cosas más que no agradan a Dios y nos desvían de EL. No es así, debemos
entender y asegurarnos que nuestros deseos y peticiones, estén siempre sometidos a la voluntad
de Dios, y esto solo lo logramos habitando en Cristo y con Cristo. Por tanto, quien está aferrado
a Cristo y sus palabras permanecen en su mente y corazón, esta cumpliendo la condición del
SEÑOR, y como consecuencia; puede pedir TODO LO QUE QUIERA Y LE SERÁ HECHO.
Juan 15:17

.- EL que permanece en Cristo lleva mucho fruto: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. El que en mí no permanece, será
echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden Juan
15:5-6 Al haber creído en Cristo, fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que no
es dado como garantia de nuestra herencia.Efesios 1:13-14 Nuestra relación con Cristo se
afirma y crece por medio de la oración y la meditación diaria de la palabra, permanecemos
unidos a EL, entonces, abundará en nosotros el fruto espiritual: El fruto del Espiritu que es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio;
contra tales cosas no hay ley. Galatas 5:22-23 El mas importante de estos frutos es el Amor y
necesitamos que abunde en nosotros: Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.1Juan 4:7-8 Y si tenemos
Fe de tal modo que traslademos los montes y no tenemos amor, no somos nada. El amor nunca
deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se
acabará…Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos
es el amor. 1 Corintios 13:2-8-13 Cuando el amor de Dios está en nosotros llevamos mucho
fruto, somos instrumentos y portadores de buenas nuevas a nuestros hogares, nuestros
familiares, amigos, vecinos y a todos cuantos el SEÑOR nos permita ser útiles.

Si los mensajes que recibes a través de este ministerio han sido de bendición para tu vida,
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porque dice el Señor: “De gracia recibisteis dad de Gracia”. Pero estas comprometido a respetar
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Cinco Grandes Beneficios en Cristo
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Algunos pueblos de la antigüedad, tenían  la costumbre   de


exigir  la muerte del portador de malas noticias, aquellos a quienes les correspondía anunciar
a  un rey la derrota de su ejército eran asesinados,  el caso contrario también se presentaba, 
si un corredor anunciaba un triunfo o algo positivo para el pueblo, era  elogiado y recibido con
grandes honores.
El propósito de este artículo  es   presentar cinco de los grandes beneficios que entregó   el
portador de las mejores noticias que el mundo haya recibido, alguien que proclamó el mensaje
más poderoso que se haya dado sobre la tierra y que  sin embargo no fue bien recibido por la
gran mayoría   de los que le escucharon. Ese alguien es Jesús de Nazaret.

1. VIDA ETERNA

La última estadística  que se  tiene  a la fecha acerca de la muerte es bastante interesante, si
usted nace tiene una probabilidad del 100% de morir.
Jesucristo  es la única persona en la historia que puede hablar con autoridad    acerca  de la
eternidad y la muerte, Él las conoce,    Él fue crucificado, murió  pero venció  la muerte con su
resurrección.
El hijo de Dios  afirma que aquellos que creen en él,   aunque experimenten la muerte física
nunca experimentaran la muerte eterna.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá
la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36
De nada te sirve pasar por la vida y disfrutar de cosas buenas y maravillosas si finalmente  
pierdes tu alma. Dios sabe que ese es el principal problema de la especie humana y por eso
envió a su único hijo   a morir por nuestros pecados.
¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué dará el
hombre a cambio de su alma? Mateo 16:26
El escritor norteamericano Erwin Lutzer afirma en uno de sus libros  “viviríamos  de una forma
muy diferente si recordáramos que nuestra existencia es temporal y  nuestros días están
contados. Si supiéramos cuanto tiempo nos queda  seríamos motivados a hacer que cada día
no pasara inadvertido. Claro está Dios tiene nuestro días contados  y cada día es descontado
una más.  El hecho de que no sepamos cuanto tiempo nos queda debería ser una motivación
mayor a fin de vivir cada día para Dios. Mañana puede ser el último”
Si no has tomado una decisión por Cristo te ruego que lo hagas hoy mismo, el día de mañana
puede nunca llegar para ti.

2. LIBERTAD

Estar libre en Cristo significa cortar con las cadenas de pecado de nuestro pasado, de los
problemas del presente y no vivir bajo la influencia de los temores del futuro. Es andar con
Dios en el poder del Espíritu Santo y experimentar una vida de amor, gozo y paz.
“Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres”  Juan 8:36
Los diversos  fundadores de religiones predicaron algunas cosas buenas y  formularon sabios
preceptos, pero no fueron capaces de aliviar  a sus seguidores del peso  de sus faltas y
mucho menos  liberarlos del poder del pecado.
Jesús no enseña a los hombres como pueden liberarse por si mismos. El mismo  libera del
juicio y la condenación a todos los que se arrepienten y creen en Él.
“Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con él”. Hechos 10:38
Yo creó que Jesús sigue libertando al cautivo, creó que él no ha cambiado, creó que donde
esta su Espíritu allí hay libertad y  estoy convencido que   hoy en pleno siglo XXI,  en cualquier
lugar del mundo  estará rompiendo cadenas  a todo aquel que se lo pida.

3. PERDON

No hay nadie que viva en este mundo, que no necesite el perdón de Dios,   alguien afirmó  en
cierta ocasión que “Una conciencia limpia generalmente es el resultado de una mala
memoria”.
Toda persona que ha estado en la tierra, este o estará necesita del perdón divino,   la palabra
perdón significa  remitir, liberar de una culpa, declarar inocente a alguien que es culpable y no
tenerle en cuenta su falta.
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón
de los pecados” Mateo 26:28
La cruz  de Jesucristo le muestra a todo aquel que es confrontado con ella,  que no es
inocente. Nadie puede pararse frente  a la cruz de Jesucristo  y decir yo soy más inocente que
Él.
Si el Hijo de Dios, siendo santo perfecto, siendo Dios, se sometió a pasar por allí, ¿Cuanto
mayor castigo cree que merecemos los hombres?
4. SEGURIDAD 

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti”  Isaías 43:2
La clave para experimentar la seguridad en su vida, es depender de las  cosas que son
eternas, no de las temporales.
Hay quienes confían en su dinero, su juventud, su salud, sus talentos y creen que con eso
podrán solucionar todos sus problemas; sin embargo cuando viene alguna crisis o una
tragedia, se dan cuenta que han estado confiando en cosas efímeras.

Cuando tu verdaderamente has conocido al  Cristo, cuando ‘el es tu Señor,  tienes la
promesa  de que siempre estará contigo no importa la circunstancia.  Algunos malinterpretan
esta promesa y creen que  por el hecho de haber conocido al Señor nunca más volverán a
tener dificultades, nada más lejos de la realidad.  Jesús dijo: En el mundo tendréis aflicción
pero confiad yo he vencido al mundo.”
No importa cuan dura sea la prueba o la situación con que usted viva, sepa que si le ha
conocido el no le soltara. Dios siempre llega en el momento preciso. Si esta sufriendo, si ha
estado perdiendo la lucha, si siente que todo esta llegando a su fin y cree que ya no vale la
pena continuar. Dios te dice levántate, lucha, fortalécete en mí,   no temas yo no te probaré
más de lo que puedas resistir.
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento." Salmo 23:4

5. SENTIDO  Y PROPOSITO

"El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos,
porque esto es el todo del hombre." Eclesiastés 12:13
Una de las mayores preguntas que asaltan al ser humano es,  ¿Cuál es el propósito de mi 
vida?,  ¿porque estoy aquí?
Muchos han creído que el sentido de la vida es lograr mucho dinero e influencia  y consumen
todos sus esfuerzos en obtener riquezas, otros creen que entre más cosas sepan   habrán
encontrado la verdadera razón  de su vida y a esto direccionan sus fuerzas.

Los escritores y la filosofía tanto formal como popular han procurado entregar diversas
definiciones  del sentido de la vida a continuación listo algunas de ellas:
• La vida es como un rompecabezas.
• La vida es un carrusel unas veces arriba, otras abajo, otras dando vueltas.
• La vida es una bicicleta de 10 velocidades y algunas nunca las usamos.
• La vida es un juego de cartas tienes que jugar la mano que te den
• La vida es como un baile con el tiempo damos la vuelta.
Goethe poeta   alemán que vivió entre  1749 y  1832  dijo "Siempre se me consideró  un ser
favorecido por la providencia de Dios y sin embargo  para ser franco debo decir que, contando
bien en mi larga existencia apenas conocí cuatro semanas de una felicidad  sin nubes y
completamente serena"
La rutina diaria nos lleva a vivir a gran velocidad,  miles de  personas van de un lado para otro,
de aquí para allá, pero no saben para donde.  Debemos recordar las palabras de nuestro
Señor cuando afirmó "Yo Soy la luz del mundo, Él que me sigue no andará en tinieblas"
La Biblia  afirma  "Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de
gozo; delicias a tu diestra para siempre" Salmos 16:11
El sentido y propósito de nuestra existencia solo lo encontramos cuando  enfocamos nuestra
vida en cumplir la misión y objetivos que Dios no ha planeado para nosotros.
C.S Lewis escritor y profesor de las  universidades de Oxford  y Cambridge en Inglaterra, dudó
gran parte de su vida de la existencia de Dios y trató de convencerse que el cristianismo era
ineficaz, hacia el final de sus días escribió:
“Tú puedes tildarlo de loco, puedes escupirlo y  matarlo como a un demonio; o puedes caer a
sus pies  y llamarlo Señor y Dios pero no aparezcamos apoyando la idea  absurda de que Él
fue un gran maestro humano. El no nos ha dejado esa opción ese no ha sido su propósito” 
Termino este articulo  insistiéndole que se tome unos instantes y medite en aquello que
Jesucristo ha provisto para usted. Jesus es mucho más que un maestro, un fundador de una
religión o un idealista, el te anhela con un amor eterno y está interesado en que todo tu ser y
tu existencia sea un testimonio viviente de su poder, amor y misericordia.
La exhortación a “permanecer” ha sido frecuentemente mal entendida, como si se tratara
de una experiencia especial, mística, e imposible de definir.
Pero Jesús deja en claro que más bien implica una serie de realidades concretas.
En primer lugar, la unión con nuestro Señor depende de su gracia. Por supuesto que
estamos activamente y personalmente unidos a Cristo por la fe (Juan 14:12). Pero la fe en
sí misma tiene sus raíces en la actividad de Dios. Es el Padre quien, como el jardinero
divino, nos ha injertado en Cristo. Es Cristo, por su Palabra, quien nos limpia y nos da
forma, para unirnos a Él (Juan 15:3). Todo es en su soberanía, todo es por gracia.
En segundo lugar, la unión con Cristo significa ser obediente a Él. Permanecer implica
nuestra respuesta a la enseñanza de Jesús: “Si permanecen en Mí, y Mis palabras
permanecen en ustedes…” (Juan 15:7a). Pablo hace eco a esta idea en Colosenses 3:16,
donde escribe: “Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes”, una
declaración muy relacionada con la exhortación paralela en Efesios 5:18: “Sean llenos del
Espíritu”.
En pocas palabras, permanecer en Cristo significa permitir que su Palabra llene nuestras
mentes, dirija nuestra voluntad, y transforme nuestros afectos. En otras palabras, ¡nuestra
relación con Cristo está íntimamente conectada a lo que hacemos con nuestras Biblias!
Luego, por supuesto, mientras que la Palabra de Cristo more en nosotros y el Espíritu nos
llene, oraremos de una manera consistente con la voluntad de Dios y descubriremos la
verdad de la frecuentemente mal aplicada promesa de nuestro Señor: “Pidan lo que
quieran y les será hecho” (Juan 15:7b).
Tercero, Cristo subraya otro principio, “Permanezcan en Mi amor” (Juan 15:9), y dice muy
claramente lo que esto implica: el creyente descansa su vida en el amor de Cristo (el amor
de Aquel quien da su vida por sus amigos, v. 13).
Este amor para nosotros se ha demostrado en la cruz de Cristo. Nunca nos desviemos de
la contemplación diaria de la cruz como la demostración irrefutable de amor, o de la
dependencia del Espíritu que derrama ese amor en nuestros corazones (Romanos 5:5).
Además, permanecer en el amor de Cristo se ve de una manera muy concreta: la simple
obediencia rendida a Él es el fruto y la evidencia del amor por Él (Juan 15:10-14).
Finalmente, somos llamados, como parte del proceso de permanecer, a someternos a las
“tijeras” de Dios, quien en su providencia poda toda deslealtad, y a veces todo lo que no
es importante, con el fin de que podamos permanecer en Cristo de todo corazón.

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