Está en la página 1de 3

David Ricardo

David Ricardo fue un economista inglés de origen judío-sefardí portugués.


Fue uno de los más célebres economistas del siglo XIX. Formó parte de la
corriente de economistas clásicos, de la cual fue uno de sus mayores
iconos.

Sus principales contribuciones las encontramos en el ámbito de


la macroeconomía, y en la teoría del valor económico. También fue un
importante hombre de negocios y miembro del Consejo británico.

Breve biografía de David Ricardo


David Ricardo nació en Londres en el año 1772. Formaba parte de una familia
sefardí que provenía de Portugal. Su familia fue numerosa, siendo el tercero
de diecisiete hijos. Dejó la escuela y empezó a trabajar con 14 años en una
agencia de corretaje. Con 21 años, en el año 1793, se casó sin seguir el ritual
judío y abrazó la fe del cuaquerismo, lo cual significó un alejamiento de su
familia.

Además de un ilustre economista fue un exitoso hombre de negocios y


político. Consiguió amasar una importante fortuna con 41 años. Uno de los
cargos más importantes que llegó a ostentar fue el de miembro del Consejo
británico.

Su vida llegaría a su fin en 1823, cuando falleció en Londres con tan sólo 49
años.

Las principales aportaciones de David Ricardo a la


teoría económica
David Ricardo hizo grandes aportaciones a la teoría económica, especialmente
a la macroeconomía: analizó la relación entre beneficios y salarios, que
significó una de las bases de la ley de rendimientos decrecientes. También
fue obra suya la teoría cuantitativa del dinero.
Corrientes tan dispares como el liberalismo y el marxismo lo han tomado
como referencia, lo que denota la gran aportación de David Ricardo a la ciencia
económica, aportando análisis económicos neutrales que ensalzan la
economía como herramienta de gestión, independiente de cualquier filosofía o
ideología económica.

El valor de cambio de las mercancías

David Ricardo trabajó con rigurosidad la teoría del valor. Sobre ello expuso que
la cantidad de trabajo necesario para la producción de una mercancía
determinaba su valor de cambio. Ricardo, al igual que Adam Smith, entendió
que en las sociedades primitivas, el valor quedaría determinado por el tiempo
requerido para producir aquellos bienes de subsistencia necesarios para el
trabajador y su familia.

Pero en las nuevas sociedades en las que el mercado jugaba un papel


importante, ello podía no ser exactamente así. No obstante, la diferencia,
cuando se diese, sería mínima. En este caso, la consecuencia sería una
variación de la población, creciendo o descendiendo según el salario de
mercado fuese superior o inferior al salario natural. En definitiva, existiría
siempre una tendencia a una situación de equilibrio.

Teoría de la renta diferencial

En un contexto geográfico e histórico en el que los propietarios de las tierras


las arrendaban en lugar de explotarlas directamente, David Ricardo, observó
las cuestiones relativas a la renta de la tierra.

Defendió que la renta de la tierra se basaba en la diferencia existente entre la


fertilidad que ofrecía y la ley de los rendimientos decrecientes. Partiendo de
esta base se explicaba que si la relación entre población y tierras disponibles
era favorable a aquella, solamente se cultivarían las mejores tierras. En tal
caso nadie estaría dispuesto a pagar una renta por cultivar tierras mientras
existiesen otras de similar calidad desocupadas.

Con la teoría de la renta diferencial, David Ricardo, introdujo la Ley de los


rendimientos decrecientes. En función de esta, cuando se produce un
aumento de la población y, por tanto, de demanda de alimentos, se van
cultivando cada vez tierras menos fértiles.  Ello implicaría un aumento
continuo de los precios de los alimentos. Por tanto, los salarios nominales
deberían aumentar de una forma acorde al costo de las subsistencias, aunque,
por otra parte, no sería necesario que también lo hiciesen los reales.

Teoría de la ventaja comparativa

David Ricardo defendió el comercio internacional, por lo que se opuso a las


tesis proteccionistas. En consonancia con ello, en su Principios de Economía
Política (1817), argumentaba la necesidad de que cada país se especializase
en aquellos productos, bienes o servicios, para cuya elaboración y producción
resultasen más eficientes. Con ello, enfatizaba el papel de la productividad en
el desarrollo de las economías nacionales. Por ello, trabajó en la teoría de la
ventaja comparativa.

Por tanto, la ventaja comparativa era uno de los pilares sobre las que se
asentaba su modo de entender el comercio internacional. Centrarse en
producir aquello para lo cual se encontraban en una situación de superioridad
que el resto de países era, para Ricardo, la forma más adecuada de dirigir la
economía.

En definitiva, podemos afirmar que David Ricardo fue uno de los más
importantes economistas  clásicos. Ocupó importantes cargos públicos y una
elevada posición social. Participó de grandes debates que, a día de hoy, siguen
siendo recurrentes, como cuales deben ser las pautas a seguir en relación con
el comercio internacional.

También podría gustarte