El sueño de Weber se basa en el concepto de burocracia nacional, y la burocracia es el resultado
del crecimiento de un país moderno.
El estado colombiano ha intentado a lo largo de suhistoria establecer una administración pública
“weberiana”, es decir, meritocrática, experta, racional y apolítica que contribuyera a conseguir el “desarrollo económico”. Con ello se busca, entre otrascosas, lograr la separación entre la “política” y la “administración”. Con la política, según corre el argumento, sólo se lograba exacerbar el faccionalismo ideológico y se terminaba inevitablemente en laguerra civil; con la administración, en cambio, las mentes lúcidas podían alcanzar acuerdos pragmáticos y racionales que finalmente favorecían la estabilidad política y el crecimiento económico. El presente artículo busca narrar el desarrollo de este “ideal weberiano” en el período 1900-2007, usando métodos de interpretación jurídica y social que han sido tradicionalmente desdeñados por las administrativistas: el artículo acusa a la doctrina tradicional del derecho administrativo (tanto en Colombia como en América Latina) por tratar este tema mediante interpretaciones acontextuales de las normas legales, privando con ello a los abogados de conocimientos fundamentales para entender las bases el “constitucionalismo estructural”. Finalmente el artículo desarrolla estos temas dentro del contexto de las influencias y trasplantes del derecho comparado, donde la administración pública colombiana se nutrió alternativamente de los esquemas aportadas por la experiencia francesa, primero, y luego por la implacable llegada de la ciencia administrativa de los Estados Unidos a partir de su victoria militar en la segunda guerra mundial. De esta manera pudimos analizar la lectura del profesor Diego López Medina.
El sueño de Weber se basa en el concepto de burocracia nacional, y la burocracia es el resultado
del crecimiento de un país moderno. A lo largo de su historia, el Estado colombiano ha tratado de establecer una agencia de administración pública "al estilo Weber", es decir, una agencia de administración pública de élite, profesional, racional y apolítica, que contribuya al "desarrollo económico". Entre otras cosas, esto apunta a lograr una separación entre "política" y "administración". Este argumento sostiene que con la política, solo puede intensificar el faccionalismo ideológico y terminar inevitablemente en una guerra civil. Sin embargo, después de cooperar con el gobierno, una mente lúcida puede llegar a un acuerdo pragmático y racional, en última instancia a favor de la estabilidad política y el crecimiento económico.