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330 Trastornos de la personalidad en la vida moderna y sus manipulaciones sexuales. Al no atender a los detalles de su mundo y de sus relacio- nes interpersonales, estos individuos refuerzan el mecanismo de represin. Permiten que sus estructuras cognitivas no se anclen con solidez 0 que se formen débilmente, y asi no s6lo hallan un modo de distraerse a sf mismos cuando la vida empieza a presentar compli- caciones, sino que potencian su tendencia a disociarse como mecanismo de defensa cuan- do se encuentran bajo la presién de un estrés intenso. Las caracterfsticas cognitivas de las personalidades histriénicas se observan iimen- te en la vida cotidiana, y a veces también en las pruebas convencionales de inteligencia. La mayoria de nosotros, cuando nos enfrentamos a una dificultad, formulamos diversas estratogias y aprendemos algo de cada fallo hasta que resolvemos el problema. Si ya sabe- mos la respuesta, incluso podemos reconstruir la solucién trabajando hacia atrés. Los grandes problemas pueden dividirse en partes més pequefias, cada una de las cuales se aborda de forma individual. Los problemas mas dificiles pueden requerir lapiz y papel, consultar a otras personas, 0 incluso buscar en la biblioteca. Sea cual sea el camino exacto, las personas normales intentan diferentes estrategias y poco a poco llegan a la raiz del pro- blema. Por el contrario, las personas histriénicas simplemente claudican y dicen: «Esto es demasiado dificil». Al enfrentarse a series completas de puzzles, pueden enfadarse 0 expre- sar fatiga. La concentracién es demasiado tediosa, aburrida o incongruente con la imagen que tienen de si mismas. Después de todo, la historia ya ha dejado claro que las personali- dades histriGnicas no resuelven sus propios problemas; su forma de actuar consiste en libe- rarse de tales cargas buscando la ayuda de los demas. A veces abandonan debido a conoci- mientos insuficientes. Dado su estilo superficial, no acumulan una reserva de hechos so- bre el mundo que les rodea. Su «inteligencia cristalizada» (Cattell, 1971) crece a un ritmo mAs lento que el de las personas normales, debido simplemente a que no son capaces de procesar el mundo en profundidad, no consiguen conectar los hechos y almacenan en su experiencia muy pocos datos concretos sobre el mundo (Shapiro, 1965). Por lo tanto, evitan Jas situaciones que requieran unos conocimientos adquiridos considerables y, al hacerlo, li- mitan las posibilidades de ponerse a prueba y de enfrentarse a cualquier reto intelectual sig- nificativo. La consecuencia final de este estilo cognitive superficial es la falta de conocimiento so- bre la propia identidad. La mayor parte de las personas ven su identidad como su esencia. La creencia de que cada persona tiene un alma apoya esta perspectiva, ya que, segiin se cree, el alma contiene la esencia intemporal del ser humano. No obstante, los psicélogos so- ciales sostienen que nuestras creencias acerca de nosotros mismos se forman en gran parte de la misma manera que las del mundo exterior. Como los cientificos, creamos teorfas, es- tablecemos conexiones entre ideas y legamos a conclusiones. Algunas de estas creencias se comparten de una forma consensuada; otras son constructos puramente personales (Kelly, 1955). Por ejemplo, alguien que experimente una y otra vez sentimientos de atraccién hacia miembros del mismo sexo llegaré a la conclusién de que es homosexual. Por tanto, la identidad es un constructo, como cualquier otro constructo cientifico, y el proceso de de- sarrollo de la identidad es, en igual medida, un proceso de descubrimiento y una eleccién. Como ocurre con cualquier otro constructo, las conexiones entre la teorfa de la identidad y las ideas y experiencias adyacentes que proporcionan informacién y la definen pueden ser més densas 0 més dispersas. Por ejemplo, algunas personas se conocen muy bien a s{ mis- mas, mientras que otras s6lo tienen nociones deficientes de cémo son. El estilo superficial, global y poco dado a la concentracién de las personalidades his- triénicas es muy poco cientifico, ya que casi nunca desarrollan una identidad bien forma- da, cualificada, con principios, con objetivos a largo plazo y un plan de vida detallado. En su lugar, las impresiones del yo se asemejan a sus impresiones acerca del mundo exterior:

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