Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Manuel Delgado
De lo urbano cabría decir también que su ser otra cosa consiste en reconocerse
como una labor, un trabajo de lo social sobre sí: la sociedad «manos a la obra»,
produciéndose, haciéndose y luego deshaciéndose una y otra vez, empleando
para ello materiales siempre perecederos. Podría decirse, en otras palabras,
que lo urbano está constituido por todo lo que se opone a no importa qué
cristalización estructural, puesto que es fluctuante, aleatorio, fortuito..., es
decir reuniendo lo que hace posible la vida social, pero antes de que haya
cerrado del todo tal tarea, justo cuando está manos a la obra, como si
hubiéramos sorprendido a la materia prima societaria en estado ya no crudo,
sino en un proceso de cocción que nunca nos será dado ver concluido. Si las
instituciones socio-culturales primarias –familia, religión, sistema político,
organización económica– constituyen, a decir de Pierre Bourdieu, estructuras
estructuradas y estructurantes –es decir sistemas definidos de diferencias,
posiciones y relaciones que organizan tanto las prácticas como las
percepciones–, podríamos decir que las relaciones urbanas son, en efecto,
estructuras estructurantes, puesto que proveen de un principio de
vertebración, pero no aparecen estructuradas –esto es concluidas,
rematadas–, sino estructurándose, en el sentido de elaborando y reelaborando
constantemente sus definiciones y sus propiedades, a partir de los avatares de
la negociación ininterrumpida a que se entregan unos componentes humanos
y contextuales que raras veces se repiten.