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Desde un punto de vista tecnológico, por así llamarlo, este enfrentamiento de genios
por conseguir un sistema novedoso pudo haber resultado en grandes beneficios
para la humanidad, cada uno con su método de transporte de la electricidad;
Thomas Edison con la corriente continua (CC) y Nikola Tesla con la corriente alterna
(CA). Si la competencia hubiera sido por conseguir facilidades para las personas del
común, quizá pudimos haber observado una fusión de ideas de estas mentes y así
todos ser beneficiarios de un medio más económico.
Sin embargo, siempre hay una sombra que parece querer conservar el poder y
alimentarse de los menos favorecidos, y es indiscutible que la mafia que hay detrás
de las grandes compañías de suministro eléctrico que conservan el legado de
Edison no estaban dispuestas a ceder un poco de su capital para beneficio de los
demás. Edison, más que una persona, parece ser una figura que asemeja o
representa a toda una comunidad de “líderes” maquiavélicos, quienes por años
sacan provecho de su estado de privilegio para enriquecerse aún más. Esos
quienes se plantean destinos sin importar cuántos afectados haya en el camino,
cuántas veces sus zapatos pisoteen cabezas de personas que a sus ojos solo
sirven de adoquines, que como adoquines solo pueden observar como están a
disposición de ellos.
Si pensamos un poco en esa carrera que se libraba por plantear una fórmula que
brindaría electricidad a todo el mundo, Tesla estaba recorriendo una calle llena de
baches, con una llanta desinflada. Edison ya se había hecho de un nombre, ya era
una persona reconocida, y en su época, el paradigma de la “experiencia” pesaba
aún más que el conocimiento. Y así, la humanidad pagará por varios años más el
costo de una batalla donde el ganador (como en las elecciones gubernamentales de
Colombia) ya había sido designado mucho tiempo atrás.