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Escola Internacional de Doutoramento

Maria Luisa Mondolfi Miguel

TESIS DOCTORAL

Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en el Malestar Psíquico, Autoestima y

Estereotipos en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género.

Dirigida por la Doctora: Margarita Pino-Juste.

2017

Mención internacional
El teatro es el estado, el lugar,
el punto en el que se puede comprender
la anatomía humana y, a través de ella,
sanar y dirigir la vida.
Antonin Artaud.
Agradecimientos

Por haberme guiado a lo largo de este proceso y orientado desde el conocimiento

académico-científico y la sabiduría, agradezco especialmente a mi directora de tesis, Margarita

Pino-juste; por su apoyo incondicional, por creer en las posibilidades del teatro y en las mías

para llevar a cabo este proyecto.

A la Doctora Carmen Luna Sellés por su invaluable apoyo al inicio del viaje

intercontinental con el que dio inicio la confluencia de mi carrera como psicóloga con la

investigación en artes escénicas.

A los miembros de grupo GIES-10 de la Universidad de Vigo por sus enseñanzas, apoyo

y respaldo, por acogerme como miembro y permitir desarrollar este proyecto y parte de mi

carrera profesional.

A los Centros de Información a la Mujer (CIM) de Galicia, quienes han posibilitado este

estudio desde la valiosa y ardua tarea que llevan a cabo a favor de la igualdad de género y su

apoyo a las víctimas de violencia de género. Especialmente quiero agradecer el apoyo directo a:

Felisa Balboa, psicóloga del CIM de Vigo; Cristina Gómez Jefa del servicio del área de igualdad

del Ayuntamiento de Vigo; Teresa Veloso, Concejala de Servicios Sociales de Porriño y; Rocío

Carrera, técnica de igualdad en el CIM de Porriño, quienes creyeron directamente en el programa

y refirieron a las participantes con quienes se realizó la intervención.

A Miriam (Mimi) Savage, Representante de la Región Oeste de la Asociación

Norteamericana de Dramaterapia (NADTA) e instructora certificada (Board Certified Trainer),

por su gentileza durante mi estancia en California, por guiarme en el camino del conocimiento de

la dramaterapia y supervisar mis pasos como dramaterapeuta.


Por supuesto a las mujeres participantes en esta investigación, anónimas en este

manuscrito, pero que aun así permiten dibujar una realidad compartida con muchas. Por su

valentía y el por el acto de desprendimiento que significa el compartir sus vivencias más íntimas,

mil gracias a cada una de vosotras.


IX
X
Índice General

INTRODUCCIÓN / INTRODUCTION

1. Introducción ............................................................................................................................ 23

2. Introduction ............................................................................................................................. 29

MARCO TEÓRICO

1. Violencia de Género. Variables Psicológicas y Sociales Implicadas................................... 37

1.1. Construcción Psicosocial de las Diferencias de Género en Relación a la Violencia ............. 39

1.1.1. Ideologías detrás de las diferencias de género: sexismo ambivalente. ............................... 42

1.1.2. Perspectiva socio – histórica y tratamiento jurídico de la violencia de género en Europa,

España y Galicia. ......................................................................................................................... 45

2. Impacto Psicológico de la Violencia de Género en Mujeres Maltratadas ......................... 51

2.1. La Violencia de Género como Experiencia Traumática ........................................................ 52

2.1.1. Resiliencia, sentido de la vida y re-significación ante el trauma. ....................................... 54

2.2. Alteraciones Psicológicas en Víctimas de Violencia de Género ........................................... 56

2.2.1. Depresión. ........................................................................................................................... 58

2.2.2. Autoestima. ......................................................................................................................... 61

2.2.3 Trastornos de ansiedad y trastorno de estrés post – traumático. ......................................... 64

2.2.4. Somatizaciones y problemas de salud física. ...................................................................... 67

2.2.5. Trastornos y alteraciones del sueño. ................................................................................... 68

2.2.6. Abuso de alcohol y sustancias. ........................................................................................... 69

2.2.7. Características individuales y variables de personalidad. ................................................... 70

2.2.8. Malestar psíquico en función de los tipos de violencia. ..................................................... 75

2.3. Transmisión de la Violencia entre Generaciones. Antecedentes de Maltrato Infantil ........... 76

XI
3. Tratamientos Psicoterapéuticos a Víctimas de Violencia de Género ................................. 81

3.1. Terapia Cognitivo – Conductual ............................................................................................ 83

3.1.1. Evidencia empírica de las intervenciones individuales con TCC. ...................................... 85

3.1.2. Evidencia empírica de las intervenciones grupales con terapia cognitivo conductual. ...... 87

3.2. Intervenciones Psicoterapéuticas desde otros Enfoques con Evidencia Empírica................. 89

4. El Teatro y el Arte como Herramientas de Intervención en la Violencia de Género ....... 97

4.1. Terapias del Arte / Arte Terapias ........................................................................................... 97

4.1.1. Metodología en las arte terapias. ........................................................................................ 98

4.1.2. Orígenes históricos de las arte terapias. ............................................................................ 103

4.2. Dramaterapia ........................................................................................................................ 105

4.2.1.Orígenes de la dramaterapia............................................................................................... 106

4.2.2. Metodología, técnicas y diversos enfoques en la dramaterapia. ....................................... 112

4.2.2.1. La teoría y el método del rol. ......................................................................................... 113

4.2.2.1.1. El rol, sus propiedades, contra rol y guía. ................................................................. 113

4.2.2.1.2. Taxonomía de roles. .................................................................................................... 115

4.2.2.1.3. Método. ....................................................................................................................... 117

4.2.2.2. Transformaciones del desarrollo. .................................................................................. 118

4.2.2.2.1. Conceptos básicos y principios en transformaciones del desarrollo. ........................ 119

4.2.2.2.2. Principios prácticos en transformaciones del desarrollo. .......................................... 121

4.2.2.3. Modelo integrativo de las cinco fases. ........................................................................... 123

4.2.2.3.1. Fase uno: el juego dramático. .................................................................................... 124

4.2.2.3.2. Fase dos: trabajo escénico. ........................................................................................ 124

4.2.2.3.3. Fase tres: interpretación de roles. .............................................................................. 124

XII
4.2.2.3.4. Fase cuatro: representación de culminación. ............................................................ 125

4.2.2.3.5. Fase cinco: ritual dramático. ..................................................................................... 125

4.2.2.4. Narradrama. ................................................................................................................. 125

4.2.2.4.1. Método y técnicas en narradrama. ............................................................................. 126

4.2.2.4.2.Los ocho pasos en narradrama.................................................................................... 129

4.2.2.5. Abordajes orientados a la representación. .................................................................... 131

4.2.3. Evidencia empírica e investigaciones sobre la violencia, abuso, maltrato y estereotipos con

dramaterapia. ............................................................................................................................... 133

4.2.4. Perspectivas y desafíos de la dramaterapia como disciplina. ........................................... 136

4.2.4.1. Situación actual y perspectivas de la dramaterapia y terapias del arte en España. ..... 139

4.3. Teatro del Oprimido ............................................................................................................. 143

4.3.1. Técnicas prospectivas. ...................................................................................................... 147

4.3.2. Técnicas instrospectivas.................................................................................................... 147

4.3.3. Técnicas de extraversión. .................................................................................................. 148

4.3.3.1. Arco iris del deseo y aproximaciones terapéuticas. ...................................................... 148

4.3.4. Evidencia empírica e investigaciones en relación a la violencia de género con estrategias

de teatro del oprimido. ............................................................................................................... 150

4.4. Psicodrama ........................................................................................................................... 152

4.4.1. Metodología del psicodrama. ............................................................................................ 154

4.4.1.1. La sesión. ....................................................................................................................... 154

4.4.1.2. Técnicas. ........................................................................................................................ 156

4.4.2. Evidencia empírica e investigaciones con psicodrama y violencia de género.................. 157

XIII
MARCO EMPÍRICO

1. Planteamiento del Problema ................................................................................................ 161

2. Método de Investigación ....................................................................................................... 167

2.1. Objetivos .............................................................................................................................. 167

2.1.1. Objetivos generales. .......................................................................................................... 167

2.1.2. Objetivos específicos. ....................................................................................................... 168

2.2. Diseño .................................................................................................................................. 168

2.3. Población Objeto de Estudio ................................................................................................ 170

2.3.1. Muestra. ............................................................................................................................ 172

2.4. Instrumentos ......................................................................................................................... 173

2.5. Procedimiento ...................................................................................................................... 179

2.5.1. Fase preparatoria. .............................................................................................................. 179

2.5.2. Fase de implementación del programa. ............................................................................ 180

2.5.3. Fase de post – evaluación. ................................................................................................ 180

2.5.4. Fase de análisis de datos y resultados. .............................................................................. 180

2.5.5. Fase de devolución de resultados. ..................................................................................... 181

3. Design and Evaluation of a Theater Program for Gender-Based Violence Survivors ... 183

3.1. Contents and Objectives of the Program ............................................................................. 183

3.2. Methodology ........................................................................................................................ 185

3.2.1. Phases of the therapeutic process. ..................................................................................... 185

3.2.2. Phases of the session. ........................................................................................................ 186

3.2.3. Activities and resources. ................................................................................................... 186

3.2.4. Evaluation types and techniques. ...................................................................................... 219

XIV
3.2.4.1. Initial assessment. .......................................................................................................... 219

3.2.4.2.Formative assessment. .................................................................................................... 219

3.2.4.3. Final assessment. ........................................................................................................... 221

4. Resultados .............................................................................................................................. 223

4.1. Perfil Psico-Social De Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Galicia (n= 40) ..... 223

4.1.1. Características sociodemográficas. ................................................................................... 223

4.1.2. Antecedentes personales de victimización por violencia.................................................. 227

4.1.3. Características psicológicas. ............................................................................................. 230

4.1.3.1. Correlaciones y asociaciones entre las variables psicológicas evaluadas. ................. 240

4.1.3.2. Asociación entre variables psicológicas con variables socio-demográficas. ............... 246

4.1.3.3. Asociaciones entre antecedentes de maltrato infantil, tipos de violencia de pareja y su

duración del maltrato con indicadores psicológicos actuales. .................................................. 250

4.1.3.3.1. Antecedentes de abuso infantil.................................................................................... 251

4.1.3.3.2. Tipos de violencia de pareja. ...................................................................................... 252

4.1.3.3.3. Duración de la situación de maltrato. ........................................................................ 254

4.2. Efectos de un Programa de Teatro en Mujeres Víctimas de Violencia de Género .............. 258

4.2.1. Efecto pre test /post test y evaluación procesual del programa (n=17). ........................... 258

4.2.1.1. Descripción de la muestra. ............................................................................................ 258

4.2.1.2. Análisis estadísticos de los efectos del programa.......................................................... 259

4.2.1.3. Evaluación procesual y análisis de contenidos. ............................................................ 266

4.2.2. Variables asociadas al apego y abandono del tratamiento (n=25). ................................... 284

5. Discusiones y Recomendaciones .......................................................................................... 293

5.1. Perfil Psico-Social De Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Galicia (n= 40) ..... 293

XV
5.2. Efectos de un Programa de Teatro en Mujeres Víctimas de Violencia de Género .............. 300

6. Limitaciones del Estudio ...................................................................................................... 305

7. Conclusiones .......................................................................................................................... 307

8. Conclusions ............................................................................................................................ 311

REFERENCIAS…………………………………….................................................................315

ANEXOS

Anexo A: Carta de solicitud de evaluación……………………………………………………..347

Anexo B: Cuadernillo de Pre-test y Post-test con Consentimiento Informado…………….…..349

Anexo C: Registro Observacional Individual..............................................................................379

XVI
Índice de Tablas

Table 1. Contents and objectives of the program …………………………………….………..183

Table 2. Session 1…………………………………………………………………...…………..187

Table 3. Session 2…………………………………………………………………...…………..189

Table 4. Session 3……………………………………………………………………………….191

Table 5. Session 4…………………………………………………………………..…………..193

Table 6. Session 5……………..…………………………………………….………………….195

Table 7. Session 6 ……………………………………………..……………….………………197

Table 8. Session 7………………………………………………..……………….…………….199

Table 9. Session 8 …………………………………………………………………….………..201

Table 10. Session 9……………………………………………………...……………….……..202

Table 11. Session 10……………………………………………………………………….…...203

Table 12. Session 11……………………………………………………………………………204

Table 13. Session 12 ………………………………………………..……………………….…205

Table 14. Session 13… ……………………………………………...…………………………206

Table 15. Session 14 …………………………………………………………………………..208

Table 16. Session 15 …………………………………………………………………………...209

Table 17. Session 16 …………………………………………………………………………...211

Table 18. Session 17……………………………………………………………………………213

Table 19. Sessions 18 and 19 ……………………………………...………..………………….215

Table 20. Session 20………………………………………………….……………….………..217

Table 21. Observation register………………………………………………………….……...220

Tabla 22. Nivel de ingresos…………………………………………………..…………………226

XVII
Tabla 23. Antecedentes de maltrato en la infancia………………………..………...………….227

Tabla 24. Prolongación del maltrato…………………………………………..……..………..229

Tabla 25. Número de relaciones de pareja con maltratadores…………..…………….………230

Tabla 26. Indicadores de depresión, TEPT y sexismo en la muestra…………………….…….231

Tabla 27. Indicadores de autoestima, sentido de la vida y calidad de vida en la muestra…….237

Tabla 28. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni en función de los niveles de autoestima con

puntajes en BDI-II y TEPT……………………………………………………………………..240

Tabla 29. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni en función de los diagnósticos de depresión, y

puntajes en autoestima y TEPT…………………………………………………….…………...241

Tabla 30. Correlaciones de sentido de la vida, autoestima, depresión y TEPT con calidad de

vida…………………………………………………………………………………………...…242

Tabla 31. Correlaciones entre depresión, autoestima, sentido de la vida y TEPT……...……..244

Tabla 32. Correlaciones entre las sub-escalas de TEPT………………………………….........245

Tabla33. Correlaciones entre las sub-escalas de sentido de la vida…………………………...246

Tabla 34. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para sentido de la vida en función de estado

civil……………………………………………………………………………………………...248

Tabla 35. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para TEPT en función del estado civil…........249

Tabla 36. Comparaciones múltiples de Bonferroni para indicadores de TEPT y estado

civil…………………………………………………………………………………………………………249

Tabla 37. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para sexismo benévolo en función de

medicación……………………………………………………..………………….……………250

Tabla 38. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni significativos para variables psicológicas en

función de tipos de violencia en la relación de pareja………………………………………....253

XVIII
Tabla 39. Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para los tipos de violencia en función de

duración de la situación de maltrato…………………………………………….………..…....255

Tabla 40. Estadísticos descriptivos pre - test y post – test de las participantes en el

programa…………………………………………………………………………….…………260

Tabla 41. Prueba de los rangos con signo de Wilcoxon entre el pre test y post test de variables
de malestar psicológico…………………………………………………….…………...……...261
Tabla 42. Prueba de los rangos con signo de Wilcoxon de pre test y post test para variables a
incrementar con la intervención………………………………………………………………..264
Tabla 43. Categorías y sub-categorías de análisis de contenido de evaluación
participante……………………………………………………………......................................271
Tabla 44. Tabla de contingencia entre los tipos de violencia padecida por las mujeres que
completan y las que abandonan el programa……………………………………..……………285
Tabla 45. Pruebas de chi-cuadrado entre los tipos de violencia padecida por las mujeres que
completan y las que abandonan el programa…………………………………………..………285
Tabla 46. Pruebas de Chi-cuadrado entre los antecedentes de maltrato infantil de las mujeres
que completan y las que abandonan el programa…………………………..……………….…288
Tabla 47. Estadísticos de contraste para variables psicológicas en función de permanencia-
abandono del programa………………………………………………..…………………………...289

XIX
Índice de Figuras

Figura 1. Cantidad de hijos………………………………………………..……………..…….223

Figura 2. Nivel educativo……………………………………………………..………..………224

Figura 3. Situación laboral……………………………………………………….……...……..225

Figura 4. Tipos de violencia padecidos en relaciones de pareja…………………….…………228

Figura 5. Incidencia de trastornos depresivos…………………………………………....…….232

Figura 6. Niveles de autoestima …………………………………………………….……..…..238

Figura 7. Correlación entre sexismo ambivalente y sus componentes de sexismo hostil y

benévolo……………………….………………………………………….……………….........245

Figura 8. Porcentajes de depresión en pre-test y post-test………………………….……….…263

Figura 9. Medias grupales del registro observacional para las variables ansiedad, depresión y

sentido de la vida……………………………………………………………………………….267

Figura 10. Registro observacional de indicadores de ansiedad de una participante….………..273

Figura 11. Medias grupales del registro observacional en interacción, habilidades

comunicacionales, consciencia y autoestima…………………………………………………...277

Figura 12 .Porcentaje de asistencia a las sesiones………………………………...…………....282

Figura 13. Antecedentes de maltrato en la infancia y adhesión al programa………………..…287

XX
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

21
Maria Luisa Mondolfi Miguel

22
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

1. Introducción

La presente investigación surge de una serie de necesidades sociales y académicas

actuales en las que confluyen los intereses y formación profesional de la investigadora,

encaminadas por la experiencia académica y científica de la directora de tesis.

La violencia de género continúa presente en nuestra sociedad desde sus manifestaciones

más simbólicas hasta las más reales, registradas en cifras oficiales de denuncias y feminicidios,

año tras año. Esta realidad persiste a pesar de los adelantos en materia jurídica en los que España,

como veremos en las primeras páginas del marco teórico, parece ir a la vanguardia y, más aún

Galicia, al haberse adelantado en el reconocimiento de los hijos e hijas de mujeres víctimas de

violencia de género como víctimas directas y objeto de atención.

Desde que entra en vigor en España la Ley 27/ 2003 (del 31 de Julio); también conocida

como “la orden de protección”, promulgada con la intención de proteger a las mujeres

denunciantes de sus parejas y ex parejas maltratadores, han transcurrido 14 años. Desde entonces

hasta Julio de 2017 (últimas cifras oficiales) se han registrado en España 904 víctimas mortales

por violencia de género, a manos de sus parejas o ex parejas (Ministerio de Sanidad, Política

Social e Igualdad, 2017).

De estas cifras mortales, 32 de los casos ocurrieron durante el presente año, registrados entre

el 01 de enero y el 31 de julio de 2017, 1 de ellos en la Comunidad Autónoma de Galicia. De

estos femicidios han quedado huérfanos 16 menores de edad (Ministerio de Sanidad, Política

Social e Igualdad, 2017).

La violencia de género se ejerce dentro de un continuum que incluye la anulación de la

víctima como persona cuando no llega, como en las cifras anteriores, a su aniquilación. Estos

efectos han sido referidos por diversos autores como deterioros graves y crónicos en la salud

23
Maria Luisa Mondolfi Miguel

física y mental de las mujeres tanto en muestras españolas (Labrador, Fernández –Velasco &

Rincón, 2011; Pérez-Testor, Castillo, Davins, Salamero & San-Martino, 2007), como de otros

países (Boughima & Benyaich, 2012; Chen, Rovi, Vega, Jacobs & Johnson, 2009, Fonseca,

Larsen, Freitas, Fiks & Feijó, 2011), cuyos resultados detallaremos en los apartados siguientes.

Para organizar este informe de investigación se ha dividido el trabajo en dos partes. En la

primera parte del marco teórico, luego de definir el contexto socio- histórico de la violencia de

género, analizamos los resultados de las investigaciones sobre las consecuencias psicológicas,

que abarcan tanto detrimentos importantes a la salud física (hábitos de sueño, adicciones, apetito,

cefaleas, complicaciones obstétricas) y mental (trastorno de estrés post traumático, depresión,

baja autoestima, ansiedad, disminución de propósitos); como al entramado social (aislamiento,

disminución del acceso a servicios, dificultades en la crianza de los hijos).

Los efectos de la violencia de género quedan registrados en las psiques de las víctimas

durante años, e incluso durante generaciones, por lo que hemos considerado relevante aportar

con nuestra investigación datos empíricos que continúen visibilizando esta realidad y sugieran

abordajes para cambiarla. Por ello hemos indagado en las posibilidades terapéuticas del drama y

el teatro, como lenguaje que permita simbolizar el trauma que toca a la víctima dentro de lo real,

de aquello que queda inscrito en el cuerpo como síntoma durante años, escapando a la lógica y a

la razón como escapa a la palabra, que a veces es insuficiente para expresar el malestar en las

terapias habladas tradicionales.

La formación y ejercicio profesional en el área de psicología clínica dinámica y en artes

escénicas y teatro, han despertado el interés de la investigadora en este tema, que comienza a dar

los primeros pasos en un estudio piloto con una muestra de 7 mujeres víctimas de violencia de

24
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

género, 6 de ellas con diagnóstico de TEPT con quienes se implementó un programa basado en

el teatro de 5 sesiones de dos horas cada una (10 horas en total).

Al final de este primer proyecto piloto, siguiendo un paradigma de investigación

participativa, las participantes evaluaron el programa y sus posibilidades considerándolo

beneficiosos para: la expresión de emociones por medios verbales y no verbales, desarrollo de

respuestas empáticas y habilidades de comunicación e interacción, resolución de problemas por

medio de la identificación empática con otras participantes, la posibilidad de entender e

identificar sus experiencias traumáticas, adquisición de técnicas de reducción del estés, mejoras

en su autoestima y autoconcepto (Soto & Mondolfi, 2014).

Esta primera experiencia de intervención e investigación participante con esta población

recondujo la investigación a una exploración más exhaustiva de antecedentes teóricos y

empíricos a partir de un análisis bibliométrico (Mondolfi & Pino- Juste, 2014). Estos datos

conforman el marco teórico en su segunda parte, donde describimos los antecedentes del teatro y

sus usos terapéuticos; de la dramaterapia, con sus principales corrientes y estudios con la

población que nos compete.

En nuestro andar por los antecedentes, entendimos lo poco desarrollada que está la

dramaterapia como disciplina en España y determinamos la necesidad de aportar evidencia

empírica que avale su reconocimiento en el país, entablando diálogo con la comunidad científica

internacional, la cual hemos iniciado desde la formación alternativa en dramaterapia por medio

de la North American Drama Therapy Association (NADTA).

Este estudio obedece a la necesidad de crear un abordaje integrativo de los diversos

componentes que nutren la dramaterapia desde aproximaciones basadas en el drama y el teatro

(psicodrama, teatro del oprimido) y otros abordajes psicoterapéuticos, con el empleo de métodos

25
Maria Luisa Mondolfi Miguel

mixtos que incluyan instrumentos cuantitativos especializados que aporten fiabilidad a los

resultados, así como métodos cualitativos que permitan nutrir la práctica y discusión clínica.

Así, desde la vasta experiencia de la directora de tesis en el diseño y evaluación de

programas en el ámbito socio- educativo, la investigación se ha enfocado hacia el diseño de un

programa que se recoge en Mondolfi (2017) y cuya eficacia evaluamos como parte de la presente

investigación.

Por ello, nuestro marco empírico describe este programa, sus medios de evaluación y los

resultados que se dividen en dos partes que finalmente se discuten en conjunto. La primera parte

contiene los perfiles psico-sociales de toda la muestra (n=40) que pudimos contactar en Galicia

con la colaboración de los Centros de Información a la Mujer y la segunda parte contiene los

efectos del programa implementado con aquellas mujeres que accedieron a la intervención y la

completaron (n=17), valorando los motivos de abandono en la muestra inicial (n=25) para dicha

intervención.

Hemos constatado que la violencia y las desigualdades siguen presentes y dejando

consecuencias sociales y psicológicas, lo cual hemos querido dejar reflejado en nuestros

resultados empíricos, desde un enfoque clínico, que pretende retratar la vivencia de estas

realidades en mujeres habitantes de Galicia, para su comprensión contextual y simbólica, más

allá de las cifras oficiales del Estado o las obtenidas por nosotras en puntuaciones psicométricas.

El programa y la presente investigación fueron concebidos con la intención de establecer

avances en la comunicación y diálogo transdisciplinar entre los diversos campos y lenguajes de

la psicología, dramaterapia, terapias del arte y artes escénicas, permitiendo que los resultados se

analicen a la luz de estudios previos del ámbito y esperando continúen en el devenir dialógico de

futuras investigaciones desde estos y otros ámbitos.

26
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

El presente informe se termina con las referencias bibliográficas utilizadas y un anexo

donde se incluye el instrumento de evaluación.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

2. Introduction

The present research arises from a number of current social and academic needs, in which

researcher’s interests and professional training come together, guided by the academic and

scientific experience of the PhD supervisor.

Gender-based violence continues to be present in our society from its most symbolic to

the most real manifestations, recorded in official figures of complaints and femicides year after

year. This reality persists despite some progress in terms of legislation in which Spain, as we will

see in the first pages of the theoretical framework, seems to be at the forefront. This is especially

true in the case of Galicia, since in this region, children of women victims of gender-based

violence were recognized as direct victims and became the focus of attention.

There have been 14 years since the entry into force in Spain of Law 27/2003 (of 31 July),

also known as the “protective order”, enacted with the intention of protecting women who

complained about their abusive current and former partners. Since then until July 2017 (the latest

official figures), there have been 904 murders related to intimate partner violence in Spain,

committed by current or former intimate partners (Ministerio de Sanidad, Política Social e

Igualdad, 2017).

Out of these deaths, 32 cases have occurred during the current year, recorded between

January 1st and July 31st, 2017, 1 of them in the Autonomous Community of Galicia. As a result

of these femicides, 16 children have been orphaned (Ministerio de Sanidad, Política Social e

Igualdad, 2017).

Gender-based violence is exercised within a continuum that includes having the victim’s will

destroyed when it does not, as shown in the previous figures, reach her annihilation. These

effects have been discussed by various authors as serious and chronic deterioration in physical

29
Maria Luisa Mondolfi Miguel

and mental health of women in samples from Spain (Labrador, Fernández –Velasco & Rincón,

2011; Pérez-Testor, Castillo, Davins, Salamero & San-Martino, 2007), and from other countries

(Boughima & Benyaich, 2012; Chen, Rovi, Vega, Jacobs & Johnson, 2009, Fonseca, Larsen,

Freitas, Fiks & Feijó, 2011). Their results will be detailed in the following sections.

To organize this research report, the work was divided into two parts. In the first part of

the theoretical framework, after defining the socio-historical context of gender-based violence,

we analyze the results of the research on psychological consequences, which encompass both

significant detrimental physical health effects (sleeping habits, addictions, appetite, headaches,

obstetric complications) and mental health effects (post-traumatic stress disorder, depression,

low self-esteem, anxiety, low motivation), as well as social consequences (isolation, reduced

access to services, difficulties in raising children).

The effects of gender-based violence lay deeply rooted in the victim’s psyche for years,

and even for generations. Thus, we have considered it relevant to our research to provide

empirical data that continue to make this reality visible and suggest approaches to change it.

That is why, we have looked into the therapeutic possibilities of drama and theater, as a language

that allows victims to symbolize the trauma that reaches them by means of the Real, through

what is inscribed in the body as a symptom for years, escaping logic and reason as the words

escape their lips, which sometimes are insufficient to express distress in traditional therapies.

This also gives us the opportunity to better understand their experience, deduced from an

interpretation of their language.

The training and professional practice in the area of dynamic clinical psychology and

performing arts and theater have aroused the interest of the researcher in this topic, who begins

to take the first steps in a pilot study with a sample of 7 women, victims of gender-based

30
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

violence, 6 of whom with a diagnosis of PTSD. The study included a theater-based program

consisting of 5 sessions of two hours each (10 hours in total).

At the end of this pilot project, following a participatory research paradigm, the

participants evaluated the program and its possibilities considering it beneficial for: the

expression of emotions by verbal and nonverbal means, development of empathic responses, and

communication and interaction skills, resolution of problems through empathic identification

with other participants, the possibility of understanding and identifying their traumatic

experiences, acquisition of techniques to reduce stress, improvement in self-esteem and self-

concept (Soto & Mondolfi, 2014).

This first experience of participatory intervention and research with this population

redirected the research toward a more exhaustive exploration of theoretical and empirical

grounding starting from a bibliometric analysis (Mondolfi & Pino-Juste, 2014). These data

define the second part of the theoretical framework, where the origins of theater and its

therapeutic uses are described, as well as drama therapy, with its main currents, and studies on

the population of interest.

While discussing about the background, we realized the lack of development of drama

therapy as a discipline in Spain, and determined the need to provide empirical evidence that

supports its recognition throughout the country. A process of dialog with the international

scientific community has been initiated since the alternative training in drama therapy through

the North American Drama Therapy Association (NADTA).

This study was mainly driven by the need to create an integrative approach to the various

components that nourish drama therapy from strategies based on drama and theater

(psychodrama, theater of the oppressed) and other psychotherapeutic approaches. They use

31
Maria Luisa Mondolfi Miguel

mixed methods that include quantitative specialized instruments which provide reliability to the

results, as well as qualitative methods that allow encouraging the clinical practice and discussion.

Thus, due to the vast experience of the PhD supervisor in the design and evaluation of

programs in the socio-educational field, research has focused on the design of a program which

is detailed in Mondolfi (2017), and whose effectiveness is assessed as part of the current

research.

Our empirical framework describes this program, its means of assessment, and the results

are divided into two parts, which are finally discussed together. The first part contains the

psycho-social profiles of the entire sample (n=40) that we were able to reach in Galicia, with the

collaboration of Women’s Information Centers. The second part contains the effects of the

program implemented with the women who participated in the intervention and completed it

(n=17), assessing the reasons for abandonment in the initial sample (n=25) for this intervention.

We observed that violence and inequalities are still present, along with social and

psychological consequences. These were reflected in our empirical results, from a clinical

approach, which seeks to portray the experience of this reality of women residing in Galicia, so

that it could be understood both contextually and symbolically, beyond the official figures of the

Government or those obtained by us in psychometric scores.

The program and the current research were conceived with the aim of establishing a

foothold in communication and transdisciplinary dialog between the different fields and

languages of psychology, drama therapy, creative arts therapy, and performing arts therapy,

allowing the results to be analyzed in the light of previous studies and with the hope to be

continued as a dialog in future studies from these or other areas.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

This report ends with the bibliographic references used, and an appendix where the

assessment instrument is included.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

1. Violencia de Género. Variables Psicológicas y Sociales Implicadas

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la violencia como:

El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,

contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas

probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o

privaciones (Organización Panamericana de la Salud, 2002, p.15).

La OMS (Organización Panamericana de la Salud, 2002) clasifica la violencia de acuerdo

a su naturaleza en: física, psicológica, sexual y privaciones o desatención. En cuanto a los

ámbitos en los que se ejerce este organismo clasifica la violencia en:

 Autoinflingida (suicidio, autolesiones).

 Interpersonal: en el ámbito de la familia y pareja o comunitario (amistades o extraños del

entorno).

 Colectiva: social, política, económica.

De acuerdo a estas caracterizaciones de la OMS, veremos que la violencia de género,

entendida como aquella ejercida hacia las mujeres de manera diferencial por su pertenencia a

género, se manifiesta tanto en el ámbito interpersonal como en el colectivo, con las subsecuentes

consecuencias citadas, que hacen que esta organización considere a la violencia, en general,

como un problema de salud pública (Organización Panamericana de la Salud, 2002).

La violencia de género o machista se entiende como la violencia ejercida hacia las

mujeres por parte de los hombres, como forma de mantenimiento de las relaciones de poder y

dominación establecidas en el orden social a partir de lo que se conoce como los modelos de

género, sustentados en el patriarcado. Esto se expresa en el sometimiento a situaciones no

deseadas, a formas de vida en las que la mujer no tiene derecho a escoger y en las que puede

haber daño físico, sexual, psicológico o la amenaza de ellos. La violencia de género se ejerce con

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

el fin de conservar estereotipos y roles de género tradicionales que mantienen a la mujer en

sumisión y desigualdad (López-Zafra, 2010; Osborne, 2009; Segura, 2010; Ventín, 2009).

La violencia de género se puede tipificar en:

 Violencia Física: comprende las lesiones y agresiones físicas hacia la mujer, con diferentes

niveles de riesgo de acuerdo a los medios utilizados. Dentro de la relación de pareja, suelen ir

precedidas por maltrato psicológico y en aumento de la gravedad, en un patrón continuado

(Novo & Seijo, 2009).

 Violencia Sexual: incluye ser obligada a mantener relaciones sexuales, tanto por coacción

física como por amenaza o temor a la reacción de su pareja o agresor, así como la práctica de

actos dolorosos o desagradables no consentidos, acusaciones de tipo sexual, burlas o ser

obligada a mantener relaciones sexuales con terceros. Una gran cantidad de las mujeres que

sufren de violencia física, también son víctimas de violencia sexual (Novo & Seijo, 2009).

 Violencia Psicológica: a veces ocurre aislada pero siempre es concomitante cuando se da la

violencia física. Consiste en; desvalorizaciones continuas hacia la mujer, insultos, restricción

en las actividades y contactos sociales, degradación, amenazas de abandono y suicidio,

culpabilizar a la mujer de manera expresa por la conducta violenta del agresor, chantaje

emocional, desafecto, amenazas, juegos mentales e ironías, ridiculizaciones, abuso y penurias

económicas, ruptura de objetos o maltrato a mascotas (Echeburúa, 2005; García, 2010; Novo

& Seijo, 2009).

De acuerdo a otra clasificación; la violencia machista puede ser de tipo afectiva cuando

su fin último es causar daño físico o psicológico, y de tipo instrumental cuando su fin es

conseguir algo de la víctima como el sometimiento o control (López-Zafra, 2010).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Se entiende por maltrato la permanencia de la violencia como una situación continuada

para la víctima. Al maltrato están sometidas tanto mujeres que la padecen directamente dentro de

una relación, generalmente con un familiar o pareja, y se reconocen como víctimas; como

aquellas que igualmente padecen una o varias formas de violencia reiterada y no se reconocen

como víctimas (Segura, 2010).

1.1. Construcción Psicosocial de las Diferencias de Género en Relación a la Violencia

Para entender como la violencia de género está sustentada en una construcción

psicosocial, es necesario entender en primer lugar qué se entiende por género, qué son los

modelos y roles de género; qué papel juegan los estereotipos y cómo esto está en función de un

sistema social patriarcal.

El género es una construcción social que define para una cultura o para un grupo lo que

es adecuado conductualmente para una persona de acuerdo a su sexo biológico. Por ser una

construcción, varía de una sociedad a otra y de un tiempo a otro y es susceptible de modificarse

(Ventín, 2009).

La identidad de género es el sentido interno que tiene una persona de masculinidad o

feminidad lo cual si bien es una parte importante de la experiencia humana, y aunque algunos

estudios revisados por Sánchez, Bockland y Vilain (2009) sugieren posible influencia de la

genética en la orientación sexual (atracción sexual hacia el mismo sexo u otro), los resultados

son menos concluyentes para la identidad de género, por lo que a nuestro entender sigue siendo

la construcción social y la dimensión subjetiva intrapersonal e interpersonal determinantes en

ello.

Desde la perspectiva de género, el patriarcado es entendido como una estructura social en

la que el poder está mayormente en manos de varones; como grupo dominante que ejerce el

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

poder y dominación sobre las mujeres, como grupo minoritario. De este modo, la construcción

social del género en una cultura que asocia agresión a masculinidad y sumisión a feminidad

confiere la ventaja del sometimiento al varón. (Lameiras, Carrera & Rodríguez, 2011; Osborne,

2009; Segura, 2010; Ventín, 2009).

Los modelos de género, según Osborne (2009), se inscriben dentro de cuatro ideas

fundamentales en relación a la violencia:

 Participa como fenómeno estructural, en las relaciones de género dentro del sistema

patriarcal.

 Funciona como mecanismo de control de todas las mujeres en la amenaza subjetiva de ser

agredidas por su pertenencia al grupo minoritario.

 Representa un contínuum de la violencia que va desde los malos tratos hasta la violencia

sexual y en el que entran un rango de conductas aceptadas socialmente como normales.

 Sigue existiendo gran tolerancia dentro de este contínuum.

Este hecho, según explica Osborne (2009), desde una perspectiva evolutiva, se constituye a

partir de la socialización de género, en la que se construye la diferencia entre hombres y mujeres.

El varón se separa de la dependencia materna para constituirse como individuo y niega a la

madre para identificarse con el padre o con figuras masculinas representativas. A los varones se

les exigen dosis de agresividad en su conducta masculina (deportes, juegos bélicos) y se

constituyen por negación de lo femenino, por lo que la violencia hacia las mujeres y odio a los

homosexuales, continúan siendo constitutivos de la masculinidad en nuestra sociedad.

Este proceso de socialización de género en las niñas es más complejo, ya que deben separarse

de la madre pero identificarse a la vez con ella como figura socialmente devaluada, concebida

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

esta socialización e identificación en un concepto socialmente deseable de mujer como dulce,

entregada, creadora de la vida, obediente (Osborne, 2009).

Los estereotipos no son más que creencias reduccionistas sobre personas o grupos, en este

caso, varones y hembras. En España, estudios recientes llevados a cabo por el Instituto de la

Mujer durante 17 años, han demostrado que a los varones se les percibe como grupo con mayor

instrumentalidad y status (actúan como líderes, amantes del peligro, individualistas, agresivos, de

personalidad fuerte, atléticos, egoístas, duros), mientras que a las hembras se les percibe con

mayor expresividad y menor estatus (amantes de los niños, tiernas, comprensivas, sensibles a las

necesidades de otros, cariñosas, afectuosas, sumisas, que lloran fácilmente). López-Zafra (2010),

al analizar estos resultados concluye que de estos estereotipos surgen los comportamientos que

se esperan de una persona o grupo en lo que se llama rol de género.

Todos estos proceso de estereotipos y roles de género en la socialización dan paso a

asimetrías en el poder entre varones y hembras, desde 4 pilares básicos:

 La fuerza física: generalmente mayor en el hombre tanto por constitución biológica como por

reforzamiento de prácticas y deportes que la generan, y que se constituye como un medio de

dominación por su uso o por la simple amenaza subjetiva.

 Control de recursos: con diferencias de salarios, incluso en el mismo empleo y haciéndose

más marcada cuanto más baja sea la clase social y con mayor dificultad en el acceso al

empleo, lo que genera dependencia hacia la pareja masculina.

 Obligaciones asimétricas en la división de roles: tradicionalmente coloca a la mujer al

cuidado de la casa e hijos, aunque tenga un empleo, pudiendo dedicar menos tiempo a su

desarrollo personal y profesional (López-Zafra, 2010).

41
Maria Luisa Mondolfi Miguel

1.1.1. Ideologías detrás de las diferencias de género: sexismo ambivalente.

La teoría del sexismo ambivalente desarrollada por Glick y Fiske lleva más de 20 años de

estudio y desarrollo vinculado a la medición de sus constructos en diferentes países y culturas,

como intento de explicar la ideología que sustenta y mantiene las desigualdades basadas en la

pertenencia a género, tomando como referente estudios previos de relaciones de dominación y

subordinación basadas en el racismo (Glick & Fiske, 2011).

El sexismo de acuerdo a Glick y Fiske (2001, 2011) es el rechazo de las mujeres como

grupo, ante los hombres por medio de actos discriminatorios basados en prejuicios por su

pertenencia a género. Los prejuicios para estos autores no son otra cosa que la antipatía de

manera generalizada e inflexible hacia un grupo, en este caso las mujeres, como justificación del

sistema social del patriarcado, en el que se le confiere el poder al hombre y a la mujer un status

más bajo.

Sin embargo, el grupo dominante suele actuar de manera benévola ante el dominado, para

recompensarle el que se reconozca a sí mismo en inferioridad y actúe en consonancia, al no

rebelarse. De este modo, el sexismo ambivalente se constituye a partir de dos tipos de prejuicios

que son en sí dos ideologías distintas pero que interactúan: el sexismo hostil y el sexismo

benévolo. Ambos prejuicios han correlacionado positivamente en estudios cros-culturales (Glick

& Fiske, 2001; 2011).

El sexismo hostil se basa en los prejuicios de aversión y odio expresados en castigos

hacia el género femenino y se dirige, de acuerdo a la teoría de Glick y Fiske (2001) al grupo de

mujeres que se revelan al status quo de opresión masculina a las cuales, en retaliación, se les

señala como inmorales, que buscan someter y perjudicar a los hombres, o ganar poder por medio

de sus atractivos sexuales. El sexismo benévolo se dirige al grupo de mujeres con

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

comportamientos tradicionalmente considerados femeninos y que no contradicen los roles de

género que impone el patriarcado.

A partir de esta teoría, los autores diseñaron el Inventario de Sexismo Ambivalente

(Glick & Fiske, 2001) y de su análisis determinaron que el sexismo benévolo tiene tres factores:

 El paternalismo protector: hacia la mujer como grupo inferior (mujer frágil y necesitada de

un representante masculino que la proteja).

 La complementariedad de sexo: en la que a la mujer se le asignan labores de cuidado y

crianza opuestas a los roles masculinos.

 La dimensión de la intimidad heterosexual: que reduce a la mujer a cumplir la labor de

satisfacer sexualmente al hombre y complementarlo en la reproducción, haciéndola

dependiente del hombre como protector y proveedor.

La ambivalencia en esta teoría hace referencia a la simultaneidad de emociones

contrapuestas y a la coexistencia de reacciones benévolas - hostiles hacia las mujeres, entre

cuidado – castigo. El sexismo hostil y el benévolo se dirigen a diferentes tipos de mujeres y

ambos forman parte de un mismo sistema de recompensa y castigo que busca mantener los roles

tradicionales de género (Glick & Fiske, 2001; Silván-Ferrero & Bustillos, 2007).

El sexismo ambivalente explica la posibilidad de establecer relaciones afectivas y

familiares entre miembros de grupos dominantes y dominadas, desde la suposición de que no

existe una reacción única de rechazo y antipatía como ocurre, por ejemplo, en el racismo (Glick

& Fiske, 2001; Silván-Ferrero & Bustillos, 2007).

Esta teoría ha sido probada de manera cros-cultural, en cuanto a la correlación de ambas

dimensiones de sexismo en mediciones con el Inventario de Sexismo Ambivalente, por Cuddy et

al. (2009).

43
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Estudios realizados con muestras de nueve naciones; entre ellas España (específicamente

norte de Galicia), han determinado que a partir de la presencia de sexismo ambivalente se puede

correlacionar la tendencia a escoger parejas. Mujeres con estereotipos sexistas más tradicionales

(tanto benévolos como hostiles) suelen escoger como parejas a hombres con más edad que ellas

y con características financieras y laborales de buenos proveedores, mientras que hombres con

tales estereotipos escogen como pareja a mujeres de menor edad que ellos y con inclinación a las

labores domésticas (Eastwick et al., 2006).

Si bien la escogencia de pareja está mediada por múltiples variables individuales,

sugieren Eastwick et al. (2006) que cuanto más afianzados sean los estereotipos sexistas; mayor

es la tendencia a legitimar y mantener la diametralidad de poder entre géneros y sustentar

relaciones de pareja en desigualdad.

Continuando en el contexto español, estudios de Silván-Ferrero y Bustillos (2007)

sugieren la tendencia a transmitir y perpetuar roles tradicionales desde el hogar, ya que en

adolescentes escolarizadas se encontró que estas mostraban mayor participación en las labores

domésticas que sus compañeros de estudios varones y que también ellas mostraban mayores

niveles de sexismo benévolo hacia su propio grupo, lo que se entiende como el mantenimiento de

una ideología que dentro de la estructura social les es impartida desde la socialización familiar

primaria, en el reparto de roles dentro del hogar.

En estudios experimentales con mujeres Dardenne, Dumont y Bollier (2007) hallaron que

tanto el sexismo hostil como el benévolo provocan malestar psíquico a las mujeres. El estar

sometidas a situaciones de sexismo benévolo, si bien era más difícil de identificar por las

participantes como una agresión, les generaba disminución en la autoestima, pérdida de la

confianza y peores resultados de ejecución en tareas cognitivas. Según este estudio, el sexismo

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

benévolo es aceptado por las mujeres como un intento de protección y evitación del castigo del

sexismo en su versión hostil.

Estos datos y los estudios de esta teoría confieren un papel importante al sexismo

benévolo en el mantenimiento de los estereotipos de género que conllevan a la desigualdad, por

lo que en una revisión de investigaciones de varios años, realizado por Lee, Fiske y Glick (2010)

sugieren esta área como uno de los grandes retos de estudio e intervención.

1.1.2. Perspectiva socio – histórica y tratamiento jurídico de la violencia de género

en Europa, España y Galicia.

A través de la lectura de los códigos y leyes también se puede conocer el lugar que ha

ocupado la mujer en la sociedad. En este sentido, la legislación española y sus cambios dan datos

relevantes, que se pueden mirar a la par de la evolución de las legislaciones internacionales.

Antes de la democracia, en España las mujeres eran legalmente inferiores, pasando de la

tutela del padre a la del marido, quien era amparado en los malos tratos por el ius corrigendi, o el

derecho del hombre a castigar a la mujer, que se perpetuó desde las leyes españolas más antiguas

hasta su última aparición en el código penal de 1983, donde la relación conyugal era un

atenuante en el maltrato del hombre a la mujer, aun cuando contradictoriamente en ya en la

Constitución de 1978 se reconoce por primera vez la igualdad entre ambos (Cano & Contreras,

2010).

En la década de 1980 las feministas españolas motivadas por los movimientos

internacionales y tras la desaparición del franquismo, comienzan a denunciar las agresiones

sexuales que durante años habían permanecido calladas y escondidas dentro del ámbito de lo

privado. Esto inicia a la par del cuestionamiento público y la exigencia del control sobre el

45
Maria Luisa Mondolfi Miguel

propio cuerpo y la sexualidad, pidiendo la despenalización del aborto y la aceptación plena de los

anticonceptivos (Osborne, 2009).

La punta de lucha principal del feminismo español en esos años fue hacia las agresiones

sexuales, contempladas en el hasta entonces vigente Código Penal como delitos contra la

honestidad; tal consideración de las repercusiones de la violación no iba hacia el daño causado a

la mujer sino hacia la familia y sus propietarios, los varones, siendo ella concebida como objeto

y símbolo del resguardo de la moral familiar (Osborne, 2009).

Finalmente el Código Penal español de 1989 reconoce las violaciones como delitos

contra la libertad sexual. Desde entonces se inician campañas para denunciarlas y generar un

cambio de actitud y hacia el acto como delito, buscando desculpabilizar a las víctimas, signadas

por años con el estigma de mujer deshonrada y estando la violación vinculada a mitos

perniciosos como el de que ninguna mujer podía ser violada si se resistía debidamente,

planteamiento que figuraba incluso en textos científicos como manuales de patología forense

(Cano & Contreras, 2010; Martín, 2009; Osborne, 2009).

Junto a la campaña de denunciar las violaciones, se crean los primeros registros

estadísticos en la materia y unidades de atención especializadas a las víctimas; también se

introduce el delito de violencia doméstica, orientándose a proteger a los miembros más débiles

de la familia, castigando lesiones y homicidio a la mujer e hijos (Cano & Contreras, 2010;

Martín, 2009; Osborne, 2009).

En los países miembros de la Unión Europea, las acciones conjuntas para la erradicación

de esta problemática comienzan en 1992 con a las recomendaciones del Comité para la

Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW -Committee on the Elimination

Discrimination Against Women-) desde el cual se define por primera vez por consenso la

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

violencia de género como aquella ejercida contra las mujeres, por su pertenecía de género o que

les afecta de manera desproporcionada en relación a la que puedan padecer los hombres en

condiciones similares; como por ejemplo, en los conflictos bélicos (European Union Agency for

Fundamental Rights, 2014).

A partir de esta definición, por consenso se realiza la Declaración de las Naciones Unidas

para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que contempla este tipo de violencia

como violatoria de derechos humanos y libertad de las mujeres. Esto tuvo lugar en la Cuarta

Conferencia Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Beijing en 1993 (European Union Agency

for Fundamental Rights, 2014).

Mientras tanto, en la España de la década de 1990, se pone la mirada de la opinión

pública hacia el maltrato de las mujeres dentro de la pareja heterosexual, con la participación de

los medios de comunicación como denunciantes de múltiples casos que movilizan a la sociedad,

liderada por las activistas, quienes impulsan la reforma del Código Penal en 1995, introduciendo

penas más rigurosas y proporcionales, con prisión de seis meses a tres años, además de ampliar

la protección a parejas de hecho y derecho, a los hijos propios e hijos del cónyuge y todo el que

se halle sujeto a la potestad del autor. Sin embargo, la ley de entonces continuaba exigiendo el

requisito de convivencia para aplicar las sanciones (Cano & Contreras, 2010; Osborne, 2009).

A nivel de políticas de Estado, España en 1998 dentro del III Plan de Igualdad de

Oportunidades entre Mujeres y Hombres, inicia acciones coordinadas entre distintas

instituciones para la igualdad de género, como propuesta de abordaje integral de la problemática

(Osborne, 2009).

En 1999 el caso de Ana Orantes, quien fue asesinada por su ex marido al ser incendiada

viva con gasolina, conmocionó aún más a la opinión pública española con un nuevo

47
Maria Luisa Mondolfi Miguel

cuestionamiento sobre la efectividad de las medidas de protección a las víctimas de violencia de

género luego de terminada la convivencia con el agresor. Así surge la reforma al Código Penal y

Ley de Enjuiciamiento Civil, incluyendo la medida de alejamiento del agresor, la inclusión del

maltrato psíquico como un delito y la extensión de estas leyes a los casos en los que la pareja ya

no conviva, pues previamente los delitos cometidos por ex esposos o ex parejas se consideraban

iguales a los cometidos por cualquier tercero, restando medidas de protección a la víctima (Cano

& Contreras, 2010; Martín, 2009).

En el siglo XXI, la Unión Europea, ha retomado definiciones previas de las Naciones

Unidas, con una nueva interpretación en la Convención de Estambul de 2011. Se abandona el

término de violencia doméstica contra la mujer, por violencia de género para referirse a aquella

que ocurre contra la mujer en el contexto de una relación de pareja heterosexual, exista o no

convivencia European Union Agency for Fundamental Rights, 2014).

La redefinición de la Convención de Estambul de 2011 sobre la violencia de género tiene

repercusiones en el enfoque político y jurídico de la problemática, pues ya no es enfocada como

una problemática del ámbito íntimo y doméstico, sino como un problema de implicación social.

Ese mismo año, la Convención, crea un acuerdo que obliga a los países miembros a criminalizar

todo tipo de violencia de género, el cuál fue ratificado en sesión del 2014 y vuelto a suscribir por

España, como estado miembro (European Union Agency for Fundamental Rights, 2014).

En España, la Ley 27/ 2003 del 31 de Julio, entra en vigor conocida como “la orden de

protección” que busca dar respuesta civil y penal en el menor tiempo posible a través del

Protocolo de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Coordinación con los

Órganos Judiciales para la Protección de las Víctimas de Violencia Doméstica y de Género

(Cano & Contreras, 2010; Martín, 2009; Osborne, 2009).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Ese mismo año, la Ley Orgánica 11/2003 del 20 de Septiembre, modificó el Código

Penal y el Código Civil nuevamente con avances en materia de violencia de género. Desde ese

momento se amplía el rango de las víctimas a aquellas parejas que no hayan convivido y el delito

inhabilita al agresor para porte de armas, patria potestad y tutela; los delitos de violencia

doméstica adquieren una connotación más grave, pasando de Título III del Código Penal

(lesiones) al Título VII (torturas y otros delitos a la integridad moral). Como agravantes se

introducen el que el delito se cometa con uso de armas, en la vivienda de la víctima, en presencia

de menores de edad o quebrantando una medida cautelar de alejamiento (Cano & Contreras,

2010; Martín, 2009; Osborne, 2009).

En consonancia a esto se crea la orden de protección a las víctimas de violencia de

género, en la que se contemplan aspectos penales (alejamiento del agresor), civiles (protección

de la vivienda y obligatoriedad de pensión para los hijos) y sociales (prestaciones económicas)

(Cano & Contreras, 2010; Martín, 2009).

En los años siguientes, los avances en el área jurídica han sido cristalizados en la Ley

Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, conocida como la

Ley Integral del año 2004, que introduce la visión desde una perspectiva cultural producto de la

discriminación y relaciones desiguales de poder. Plantea líneas de políticas públicas integrales en

atención y prevención de la violencia de género, así como de atención multidisciplinaria para la

recuperación de las víctimas (Cano & Contreras, 2010; Martín, 2009; Osborne, 2009).

Ordenado por Ley Integral del año 2004 se crean los Juzgados de Violencia Sobre la

Mujer, para hacer más expedita la respuesta y buscando el que la víctima deba contar su

experiencia en la menor cantidad de entidades posible (Cano & Contreras, 2010; Martín, 2009;

Osborne, 2009).

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

Posteriormente la Ley de Igualdad del 2007, plantea las legislaciones contra el acoso

sexual y la igualdad de oportunidades en inclusión social y laboral. (Cano & Contreras, 2010;

Martín, 2009; Osborne, 2009).

Paralelamente se han desarrollado leyes en las comunidades autónomas. En Galicia se

proclama la Ley 11/2007, de 27 de Julio, Gallega para la Prevención y el Tratamiento Integral de

la Violencia de Género. Sus objetivos se fundamentan en la prevención y sensibilización en

materia de violencia de género, el apoyo y atención integral a las mujeres víctimas, el

compromiso de los poderes públicos de prestar atención integral a la mujer en todos los ámbitos,

como el social, sanitario y laboral (Xunta de Galicia, 2007).

Mientras que entre los derechos de las víctimas, se garantiza el acceso a la información,

atención psicológica inmediata y gratuita para ellas y sus hijos, atención de un abogado o

abogada, la percepción del “salario da liberdade” y la renta de integración social de Galicia, de

acceso a una vivienda, de acceso preferente a la selección en el Servicio de Empleo Público de

Galicia (Xunta de Galicia, 2007).

Posteriormente, en el año 2015, la consideración de los hijos e hijas menores de edad de

madres víctimas de violencia de género como víctimas directas entra en vigor en toda España,

con el derecho a la atención integral para su recuperación establecido en la Ley del Estatuto de la

Víctima de Delito (Ley 4/2015 del Estatuto de la Víctima del Delito, 2015).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

2. Impacto Psicológico de la Violencia de Género en Mujeres Maltratadas

En la pareja, la violencia hacia la mujer, surge dentro de una relación de poder en la que

la persona masculina; generalmente con más poder físico y a veces económico, ejerce

dominación con agresiones físicas, psicológicas o ambas. Esto genera mayores dificultades en la

ruptura de la relación y situación de agresión. Generalmente cuando la mujer logra separarse de

una relación de este tipo, es luego de haber tolerado largos períodos de tensión crónica y haber

vivido su anulación como persona (Clavería, 2009; Echeburúa, 2005).

Autores como Osborne (2009) y López-Zafra (2010), refieren lo que se conoce por el

personal que trabaja en la atención a víctimas de violencia de género en la relación de pareja,

como el ciclo de la violencia, que comprende las siguientes fases repetitivas:

 Fase de acumulación de tensión: durante la cual el maltratador genera una serie de pequeños

conflictos con abusos psicológicos, ante los que la víctima asume sumisión para controlar y

calmar la situación, reforzándole así su conducta que va en aumento.

 Fase de explosión violenta y agresión: surge la agresión como forma de castigo.

 Fase de reconciliación o de luna de miel: en la que el agresor se disculpa con la víctima, le

hace regalos, promesas y buenos tratos que le recuerdan el lado bueno de su pareja y por lo

que escogió estar con él. Generalmente las mujeres experimentan una sensación de alivio y

bienestar por la gratificación que significa el ser tratada con cariño de nuevo y si habían

decidido denunciar o separarse tras la fase de explosión, muchas mujeres retiran la denuncia

y regresan con el agresor que reincide en un nuevo ciclo tras recuperar el poder,

generalmente con más rabia acumulada por el intento de emancipación.

De acuerdo a Naeem, Irfan, Zaidi, Kingdon y Ayub (2008) la violencia hacia la mujer en

la relación de pareja suele surgir cuando esta se opone a los roles tradicionales y acarrea, niveles

51
Maria Luisa Mondolfi Miguel

de rabia, malestar e insatisfacción con la relación de pareja. Estos autores refieren que el soporte

familiar parece ser protector contra esta situación, así como el tener un mayor nivel

socioeconómico y educativo que le haya dado la posibilidad a la mujer de subvertir los roles

tradicionales.

2.1. La Violencia de Género como Experiencia Traumática

La definición del trauma se da desde dos vertientes; la ocurrencia de un suceso

extremadamente impactante y la reacción de la persona ante este. Eventos potencialmente

traumáticos pueden ser de varios tipos: a) naturales, como los desastres por terremotos o

inundaciones; b) accidentales, como choques o incendios; c) intencionales como las agresiones,

atentados terroristas, violaciones (Van der Hart, Nijenhuis & Steele, 2008).

La ocurrencia del trauma vendrá determinada tanto por las características objetivas del

suceso como por las subjetivas o intrínsecas a la persona que lo vive. Entre todos estos, serán

potencialmente más traumáticos los eventos intencionales, especialmente si son cometidos por

figuras cercanas, pues el suceso atenta contra el apego establecido y contra la concepción del

mundo como un lugar bueno y seguro que podía tener la víctima (Van der Hart et al., 2008).

La ocurrencia del trauma puede ser de tipo simple o tipo I, en el que el suceso tiene una

duración limitada en el tiempo y es poco probable que vuelva a ocurrir (accidente de tránsito,

atentado terrorista, terremoto); o de tipo complejo II, en el que la vivencia es reiterada -guerra,

violencia intrafamiliar, abuso sexual en la infancia, enfermedades crónicas- (Duque, Mallo &

Álvarez, 2007; Paivio & Pascual-Leone, 2010).

Desde el modelo socio – cognitivo, el trauma genera una ruptura en los sesgos cognitivos

básicos de la persona, que le permiten ver el mundo exterior y cotidiano como conocido,

previsible y vivir sin respuestas de alarma, en base a la ilusión de control, que se basa en creer

52
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

que se puede predecir lo que pasará y la ilusión de bondad, que hace suponer que las cosas malas

no le ocurren a la gente buena (Duque et al., 2007).

La situación traumática, al romper estos sesgos cognitivos (algo imprevisible me ha

pasado, soy buena y esto me ha ocurrido) generará una fractura, en la que el mundo aparecerá

cambiado, sin poder integrar las nuevas experiencias a sus sesgos cognitivos rotos,

convirtiéndose la vida muchas veces como carente de sentido o con sensación de distanciamiento

ante un mundo cambiado, confuso, desintegrado, sin sentido, sin significado, violento,

amenazante, incierto y peligroso (Duque et al., 2007).

Numerosas investigaciones, mencionan la presencia de factores psicológicos

predisponentes a generar trauma psíquico y a que el mismo tenga peor pronóstico, así como

también existen factores de protección que pueden orientar la intervención en esta población.

Entre los factores de vulnerabilidad se encuentran el padecer desequilibrios emocionales

previos o estrés crónico, traumas previos (como la agresión o abuso sexual en la infancia), bajo

nivel intelectual y baja autoestima, escaso soporte social y aislamiento, escasa implicación social

y en actividades de disfrute y poca posibilidad de compartir el sufrimiento con otros (Duque et

al., 2007; Van der Hart et al., 2008).

Mientras que entre los factores de protección se encuentran el reverso de estas

condiciones como poseer una vida social rica, una adecuado nivel intelectual, autoestima y

equilibrio emocional, adecuados estilos de afrontamiento previos, imagen equilibrada de sí

mismos y de los demás, con adecuado soporte social y familiar; que facilitaría a la víctima

sobreponerse a la vivencia traumática (Duque et al., 2007; Van der Hart et al., 2008).

53
Maria Luisa Mondolfi Miguel

2.1.1. Resiliencia, sentido de la vida y re-significación ante el trauma.

La resiliencia se refiere a las capacidades de afrontamiento durante la vivencia del suceso

traumático y los días posteriores que permiten a la persona mantener un funcionamiento estable y

homeostático, logrando un comportamiento adaptativo. Posteriormente a esto sobrevendría la

recuperación que es un proceso gradual y el posible crecimiento post – traumático, que es aquel

que más allá de la capacidad de sobrellevar la vivencia de manera más o menos estable, genera la

posibilidad de operar un cambio positivo a partir del suceso traumático que le permite a la

persona mejorar aspectos de su vida o personalidad previas (Vera, Carbelo & Vecina, 2006).

Parte de lo que hace a una persona resiliente está mediado por sus recursos yoicos,

apegos seguros tempranos y sus redes sociales de apoyo, interaccionando los procesos internos y

la confianza en la propia capacidad para utilizar los recursos disponibles en el contexto social. Es

por ello que para personas que han sido institucionalizadas de manera temprana, separadas de su

grupo familiar o criadas en un núcleo violento o conflictivo, la presencia de un mentor o figura

significativa encontrada en alguno de sus entornos aparece en sus historias de vida como

fundamental para poder desarrollar la resiliencia y superar las vivencias traumáticas, pues esta

persona permitirá sentirse valorado y servirá como modelo de identificación alternativo (Álvarez

& Hurley, 2010; Baruch & Stutman, 2009).

Entre los elementos que se adquieren en etapas del desarrollo temprano y que hacen que

una persona sea resiliente se encuentra, según Henderson (2009):

 Confianza: tanto en los demás para generar relaciones afectivas y de ayuda, como en sí

mismas para evitar las actitudes de dependencia hacia otros.

 Autonomía: independencia, libertad y capacidad de tomar decisiones, comprender las

consecuencias de los comportamientos. Esta se ve interferida en el desarrollo cuando en la

54
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

infancia estas actitudes son castigadas o ridiculizadas por adultos cercanos.

 Iniciativa: capacidad y voluntad para emprender actividades, está vinculada a la creatividad y

la capacidad para emprender y concluir proyectos.

 Aplicación: la capacidad de llevar a cabo tareas de manera diligente y obtener logros por ello.

Se desarrolla generalmente vinculada en los procesos de escolarización y se ve afectada en

quienes han tenido fracasos o privación tempranos en esta área, pudiendo generar carencias

en la socialización.

 Identidad: la definición de quién soy, cómo me veo a mí mismo o misma y en relación a los

demás, cómo me ven los otros.

Un estudio de Anderson, Renner y Danis (2012) con mujeres víctimas de violencia de

género, sugiere que entre las condiciones que favorecen la resiliencia ante estas vivencias se

encuentran el acceso a soporte social, y la búsqueda personal de un significado a la experiencia

que les oriente a algún aprendizaje sobre sí mismas, a un propósito de ayudar a otras personas y a

un sentido de espiritualidad y trascendencia de la experiencia.

El papel de la religiosidad o espiritualidad en mujeres que han sido maltratadas por sus

parejas ha sido explicado por Lilly, Howell y Graham-Bermann (2015) como una estrategia de

afrontamiento centrada en lo afectivo y un medio de restablecer el significado de la propia

existencia y el supuesto del mundo como un lugar seguro.

En la misma línea de factores que favorecen la resiliencia, McDonald y Dickerson (2013)

refieren que las mujeres que luego de separarse de parejas maltratadores o de haber sufrido

abusos en una cita, habían logrado recuperarse de la experiencia, mencionaban como estrategia

importante el establecer un propósito que diera sentido a sus vidas, vinculados a: lograr

independencia económica y emocional, establecer límites en sus relaciones interpersonales,

55
Maria Luisa Mondolfi Miguel

garantizar seguridad a sus hijos, generar autoconfianza y sentido de autosuficiencia y desafiar los

estigmas sociales ante la violencia de género y la separación de sus parejas.

2.2. Alteraciones Psicológicas en Víctimas de Violencia de Género

Aunque a veces la violencia es mutua dentro de la pareja, cuando la mujer es la que la

padece, esta puede compararse con la padecida por víctimas de terrorismo, por lo que autores

como Drumm, Popescu y Riggs (2009) han empleado el término “terrorismo íntimo” para

describir la situación de amenaza constante y aumento progresivo de la violencia, que en el caso

de la mujer se vive con temor y síntomas de TEPT, que no se han evidenciado en los hombres

maltratados por sus parejas femeninas.

Tales vivencias acarrean en la mayoría de las mujeres estrés crónico y la dificultad de no

poder evitar el contacto con el agresor tras separarse, sobre todo cuando hay hijos en común, lo

que les hace estar expuestas a la revivencia del trauma (Echeburúa, 2005).

Como consecuencia, el cuadro clínico a nivel psiquiátrico - psicológico característico en

estás víctimas es de trastorno de estrés post traumático (TEPT) o de tipo ansioso – depresivo con

estrés crónico y una variante del mismo que se conoce como “Síndrome de la Mujer Maltratada”,

el cual además de los síntomas del TEPT puede sumar: depresión, rabia, culpa, malestares

somáticos, disfunciones sexuales, deterioro de la autoestima, aislamiento afectivo, dificultades

de concentración, adicciones o consumo de sustancias, desórdenes alimentarios, sentimientos de

desesperanza y dificultad para entablar relaciones (Bermúdez, Matud & Navarro, 2009;

Clavería, 2009; García, 2010).

La mayoría de los estudios en mujeres víctimas de violencia de género dentro de la pareja

refieren deterioro de la salud física con decremento de la energía y vitalidad autopercibidos,

56
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

malestar psicológico, aumento de la demanda de servicios médicos, mayor morbilidad y riesgo

suicida (Boughima & Benyaich, 2012; Chen et al., 2009, Fonseca et al., 2011).

En un estudio longitudinal australiano Loxton, Schofield y Hussain (2006), encontraron

que las mujeres de edad media que habían padecido violencia doméstica alguna vez en sus vidas

tenían mayor probabilidad de haber sido recetadas alguna vez con psicofármacos y de presentar

peores resultados en salud mental, que aquellas que nunca había padecido malos tratos. Este

efecto se presentaba tanto en aquellas que mantenían convivencia desde hacía varios años con un

compañero maltratador, como en aquellas que la habían finalizados al momento del estudio, lo

que es indicador del impacto psicológico del maltrato a largo plazo.

Estudios en España llevados a cabo por Labrador et al. (2011) revelan que las mujeres

que han solicitado intervención legal por violencia de género presentan niveles significativos de

depresión, baja autoestima y síntomas de TEPT. Adicionalmente sus características socio

demográficas eran desfavorables en cuanto a alto índice de desempleo, bajo nivel educativo; las

cuales pueden estar vinculadas a las estrategias de aislamiento social empleadas por los agresores

en estos casos; la media de edad de las mujeres era de 36 años.

Lo anterior coincide con estudios en España que previamente señalaban la presencia de

ansiedad y depresión en mujeres denunciantes de violencia de género (Pérez-Testor et al., 2007).

En otras investigaciones españolas con mujeres maltratadas, se describe la tendencia a

depresión severa, ansiedad crónica con insomnio y síntomas de malestar somático. La baja

autoestima en esta muestra fue una variable que junto a la severidad del maltrato predecía mayor

malestar en las áreas señaladas, mientras que el mayor tiempo transcurrido desde el último

episodio y el soporte social se asociaban a menores padecimientos (Matud, 2005).

57
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Resultados similares se obtienen en contextos latinoamericanos, tales como el estudio de

Fonseca et al. (2011), quienes describen alta predisposición a la psicopatología ansiosa,

depresiva y de TEPT con síntomas disociativos en mujeres brasileras denunciantes de malos

tratos, quienes refirieron en el 71% de los casos que sus agresores eran usuarios de alcohol o

drogas. Como antecedente personal, el 52% de las mujeres refirió maltrato en la infancia.

2.2.1. Depresión.

La depresión es un trastorno que incluye entre sus síntomas: sentimientos de

desesperanza, pérdida de autoestima, alteraciones en la afectividad, pérdida de interés en las

actividades, aislamiento social, alteraciones en patrones de sueño y alimentación. Se clasifica

según su gravedad en depresión leve, moderada y severa. Este trastorno puede ser subsecuente a

un TEPT, procesos de duelo o puede ser parte de una depresión bipolar (Morrison, 2015).

La depresión tiene mayor incidencia en la población femenina y, de acuerdo a Western

(2013) esto se debe a los roles tradicionales de género, que exigen tareas de cuidadora a la mujer,

con la subsecuente desproporción salarial que les coloca en una banda de menores ingresos

respecto a los hombres.

Adicionalmente, el rol biológico asociado al embarazo, lactancia, menopausia acarrea

cambios y desbalances hormonales a lo largo de la vida que hace a las mujeres más proclives a la

depresión en algunos casos (Western, 2013).

Así mismo, las estrategias de afrontamiento femeninas con tendencia a la rumiación y

más significancia en la emoción son factores que generan en conjunto, mayor propensión a la

depresión en las mujeres. A todo esto se suma como estresor relacional la alta prevalencia de la

violencia de género a la que están expuestas las mujeres, como un factor crucial para entender la

depresión desde una perspectiva de género (Western, 2013).

58
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

La mayoría de los estudios con mujeres maltratadas por sus parejas refieren trastornos

depresivos en esta población, como uno de los principales daños a la salud mental, lo que

convierte a este tipo de violencia en un problema de salud pública. Estos estudios realizados en

diversos contextos culturales y geográficos, además de señalar la influencia de la violencia de

género en la depresión, explican las distintas variables que median en la prevalencia y

variaciones de los trastornos depresivos (Clements & Ogle, 2007; Crespo & Arinero, 2010;

Dorahy, Lewis & Wolfe, 2007; Ersoy & Yildiz, 2011; Fonseca et al., 2011; Koopman et al.,

2005).

Sobre el tipo de violencia padecida Gelaye, Arnold, Williams, Goshu, y Berhane (2009)

entre estudiantes etíopes encontraron que aquellas mujeres que habían sido víctimas de violencia

de género con agresión física, sexual o ambas tenían más probabilidad de padecer depresión leve

y moderada, respecto a sus compañeras que no habían experimentados estos tipos de violencia.

La probabilidad de depresión era más alta para el grupo que experimentó ambos tipos de

violencia (física y sexual).

Desde el estudio de emoción Greco, Curci, Marzano, Del Vecchio, y Vittorione (2008)

sugieren que las emociones negativas median en la aparición de los sentimientos de tristeza y

depresión. Tales emociones se generan por medio de la violencia psicológica que suele ser

paulatina, incorporando en la mujer la idea de que es un ser carente de valor y merecedora del

maltrato que recibe. Esto genera pérdida de autoestima, culpa, pesimismo, ideaciones suicidas,

aislamiento, pérdida del apetito y del sueño. De estos, el aislamiento es un factor altamente

importante en el arraigo de estas emociones y de la depresión, pues al no compartir sus

experiencias con amistades, es el punto de vista del agresor el que prevalece en la visión de la

realidad y de sí misma como desvalorizada que tiene la víctima.

59
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Sobre el apoyo psicosocial, Cendejas (2013), refiere la presencia de amistades es el mejor

predictor de menores niveles de depresión en mujeres maltratadas, lo que coincide con los

autores mencionados anteriormente sobre la importancia de restablecer las redes de apoyo social

para intervenir estos casos.

Si desde el entorno se dan reacciones inculpación a la mujer por la situación de violencia

aumenta la posibilidad de desarrollar síntomas depresivos y TEPT; por lo que de acuerdo a

Flicker, Cerulli, Swogger y Talbot (2012), lo único peor a un entorno que ignore a la mujer y no

le preste apoyo, es un entorno que la mire y trate de modo incriminatorio.

En un estudio multivariado Wright, Pinchevsky, Benson y Radatz (2015) encontraron la

violencia ejercida por la pareja masculina hacia la mujer como factor determinante para

desarrollar depresión con duración de hasta de 3 años del trastorno, esto incluso aislando el

efecto de variables agravantes como haber experimentado previamente episodios depresivos o

enfrentar otras situaciones estresantes como bajos ingresos económicos.

El estado civil de casada se señala en el estudio de Wright et al. (2015) como un factor

protector ante la depresión en comparación a cohabitar (pareja de hecho) o el noviazgo. Este

estudio también halló; aunque con escasa evidencia, que el soporte social de la comunidad puede

prevenir la depresión en esta población, sin embargo en algunos casos la comunidad puede ser un

factor agravante, cuando en el mismo barrio habitan familiares consanguíneos y familiares

políticos que inculpan a la mujer del maltrato padecido.

En estudios realizados con mujeres latinas por Nicolaidis et al. (2011), las participantes

atribuían sus malestares a no manifestar sus emociones o no contar el maltrato que estaban

padeciendo por parte de sus parejas, lo cual asociaban a malestares físicos y trastornos del estado

del ánimo. El no hablar lo que les ocurría se debía en la mayoría de los casos al aislamiento,

60
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

miedo, normas culturales o fallas en la verbalización o simbolización de lo que estaban

experimentando.

Los resultados del estudio de Nicolaidis et al. (2011) coinciden con la propuesta de

Western (2013) sobre la necesidad de implicar a las mujeres en actividades de interacción grupal

como intervención para recuperarse de la depresión, en un ambiente que les permita reflexionar

sobre como todos estos factores inciden en su depresión a fin de comprender, empoderarse y

decidir, en un proceso que respete la unicidad de sus vivencias, y que favorezca la recuperación

de la autoestima y autoconfianza por medio de su implicación en actividades grupales,

educativas y ocupacionales que les devuelvan el sentido de control sobre su vida.

2.2.2. Autoestima.

Un estudio de meta- análisis realizado por Sowislo y Orth (2013) sugiere que la mayoría

de los resultados de investigaciones vinculan la autoestima con el componente interpersonal o

relacional. El sentimiento de pertenencia a un grupo que valora a una persona como útil y como

un miembro deseable, le da a esa persona un indicador de valoración positiva de sí misma y un

sentido a su existencia por el hecho de formar parte de una cultura, en la que se trasciende con

sus aportes, lo que hace más llevadera la finitud de la propia vida.

Los resultados más destacados de Sowislo y Orth (2013) señalan la forma en que

correlacionan autoestima, depresión y ansiedad, partiendo de la base teórica de que la baja

autoestima es un síntoma de depresión, pero también toda una dimensión en sí, mientras que la

ansiedad tiene alta comorbilidad con la depresión. La correlación más contundente desde la

evidencia empírica es que la baja autoestima predice vulnerabilidad a la depresión, y tiene

efectos simétricos con la ansiedad (se influyen mutuamente). Esto sugiere la importancia de

61
Maria Luisa Mondolfi Miguel

considerar la autoestima como una variable importante en la intervención de la depresión y

ansiedad.

La autoestima es una de las variables en las que se encuentra un mayor deterioro en la

población de mujeres maltratadas, que suelen tener un pobre auto concepto producto de la auto

inculpación por la situación de maltrato, lo que eleva los niveles de autocrítica negativa,

retroalimentada en una interacción de constante descalificación por parte de la pareja y de

repetidos fracasos en romper el ciclo de la violencia. Todo esto genera sentimientos de

inadecuación, autoevaluación negativa y pobre valoración de sí misma (Labrador et al., 2011).

En el caso específico de mujeres que han padecido violencia en la pareja Suvak, Taft,

Goodman y Dutton (2013) refieren que el soporte social y el sentido de pertenencia al grupo son

fundamentales para preservar la autoestima, mientras el grupo sea percibido como medio para

desarrollar estrategias de afrontamiento, percepción de apoyo y acceso a servicios sociales, y los

vínculos establecidos como una posibilidad para procesar la experiencia traumática.

Como un soporte importante para la autoestima y el empoderamiento de las mujeres que

han sido maltratadas; Rothman, Hathaway, Stidsen y De Vries (2007), a partir de un estudio con

afectadas señalan que el tener un empleo y mantener una vida laboral exitosa juegan un papel

fundamental reflejado en seis aspectos:

 Mejora de sus finanzas e independencia económica: lo que da la posibilidad de cubrir sus

necesidades y las de sus hijos, tener un sentido de control sobre sus vidas y sentimiento de

eficacia.

 Seguridad física: al estar en sus trabajos la mayoría de las mujeres se sentían más

resguardadas de sus agresores, en especial cuando contaban con apoyo policial y judicial,

como orden de alejamiento y asistencia telefónica.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

 Autoestima: al verificar que tienen talentos y competencias por las que pueden ser

remuneradas y valoradas en su trabajo.

 Vinculación social: el sitio de trabajo facilita relacionarse con otras personas externas al ciclo

que vive la mujer con el agresor, que pueden aportar distintos puntos respecto a la situación

de abuso. Muchas veces las personas con las que trabaja sirven a la mujer de referentes para

mirar otras posibilidades de relaciones sin violencia, así como ser proveedores de

información sobre servicios de asistencia para romper con la situación de maltrato en la que

esté sumida una compañera de trabajo.

 Propósito en la vida: siendo el trabajo un espacio donde las mujeres que padecen o han

padecido violencia encuentran un motivo para continuar con sus vidas y un espacio de

realización personal.

En cuanto a la autoestima como variable para predecir el riesgo de violencia en

relaciones de pareja, una macro encuesta en Grecia determinó que niveles bajos de autoestima,

sumados a experiencias infantiles de maltrato son predictores importantes para los hombres

como perpetradores de violencia hacia sus parejas femeninas y para las mujeres de ser

maltratadas (Papadakaki, Tzamalouka, Chatzifotiou & Chliaoutakis, 2009).

En España, estudios de Díaz-Aguado y Martínez (2015) con varones adolescentes,

encontraron que aquellos que admitían haber perpetrado algún tipo de violencia hacia jóvenes

con las que habían salido, respecto a los que no lo referían, eran los que presentaban más baja

autoestima, dificultad para reconocer su comportamiento como violento y justificaban la

violencia como medio de resolución de conflictos, adicionalmente eran más proclives a ser

abusivos y practicar acoso escolar hacia pares de su mismo sexo.

63
Maria Luisa Mondolfi Miguel

2.2.3 Trastornos de ansiedad y trastorno de estrés post – traumático.

Estudios como los de Loxton et al. (2006), Clements y Ogle (2007), Bermúdez et al.

(2009), anteriormente mencionados en el apartado referido a depresión, mencionan como

sintomatología concomitante la ansiedad.

Pocos estudios con mujeres maltratadas han tratado los trastornos de ansiedad, la mayoría

se orienta al TEPT, que estuvo clasificado durante varios años en los manuales de diagnóstico de

la Asociación Americana de Psiquiatría dentro de los trastornos de ansiedad. Actualmente, como

categoría diagnóstica, se sitúa el TEPT en el apartado de trastornos relacionados con trauma y

factores de estrés (American Psychiatric Association, 2013).

Sin embargo, actualmente se considera el TEPT como causa de ansiedad para autores

como Morrison (2015) en las aplicaciones de los criterios diagnósticos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición del TEPT, viene

determinada por la vivencia del trauma y una respuesta sintomática al mismo que viene luego de

un período de latencia, definiéndole del siguiente modo:

Se trata de un trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento

estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente

amenazante o catastrófica, que causarían por si mismos malestar generalizado en casi

todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates,

accidentes graves, el ser testigo de muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura,

terrorismo, una violación o de otro crimen)… (Organización Mundial de la Salud, 1992;

p. 185).

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su décima revisión de Trastornos

Mentales y del Comportamiento (CIE -10) menciona dentro de la explicación previa a los

64
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

criterios diagnósticos como característico del trastorno la presencia de revivencia del trauma en

sueños o ensoñaciones, embotamiento emocional y pérdida de disfrute de la vida, la constante

conducta de evitación, la hiperactivación e hipervigilancia y la presencia de síntomas de

ansiedad y depresión que inician luego de un período de latencia entre los seis meses posteriores

a la vivencia del trauma.

Si no se produce el mencionado período de latencia, y los síntomas comunes al TEPT

(disociación, reexperimentación, evitación , ansiedad y activación, con malestar clínicamente

significativo) aparecen de manera inmediata al hecho traumático y tienen una duración de 2 días

a 4 semanas, se trata de un trastorno por estrés agudo para los criterios de la OMS (Duque et al.,

2007).

El simple hecho de la pertenencia de género, hace a las mujeres más vulnerables a

padecer TEPT, según Gross y Graham- Berman (2006). La posibilidad de padecer TEPT se

duplica en las mujeres con respecto a los hombres y la cronicidad se cuadriplica; esto debido a

que las mujeres tienen mayor posibilidad de padecer diversas situaciones de violencia física,

psicológica y sexual por parte de familiares y parejas, mientras que en los hombres el TEPT

suele deberse a agresiones físicas o traumas de combate de guerra, menos frecuentes y menos

persistentes en el tiempo.

El TEPT se presenta de manera cros-cultural en víctimas de violencia de género como se

demuestra en el estudio realizado por Duros (2009) con muestra de mujeres en España, Grecia y

Estados Unidos. En estas muestras se apreció como variables que influyen en la intensidad del

malestar y la probabilidad de padecerlo, los tipos de violencia ejercidos por parte de la pareja. La

violencia psicológica, se refiere como presente en todos los casos de maltrato, por lo que su

efecto no se pudo aislar, mientras que la ocurrencia de violencia sexual en el último incidente

65
Maria Luisa Mondolfi Miguel

padecido y la violencia física como manifestación más habitual se asocian a la aparición y

gravedad de TEPT.

En otros estudios se contrasta que entre la violencia física o sólo la psicológica que

padezca la víctima no se aprecian diferencias sobre la gravedad de TEPT más sí cuando se

añaden agresiones sexuales. También los síntomas son más agudos cuanto más reciente haya

sido el episodio de cualquiera de estas agresiones (Becker, Stuewing & McCloskey, 2010;

Gobin, Iverson, Mitchell, Vaughn & Resick, 2013).

Entre los antecedentes que predicen mayor gravedad de los síntomas de TEPT se

encuentran haber sido maltratada o haber presenciado violencia marital en la infancia, siendo en

estos casos peores los pronósticos de TEPT de quienes han padecido agresión física o sexual en

la infancia para cronificación en el TEPT, por lo que este antecedente debe ser considerado como

adicional en el tratamiento a esta población. Este último indicador parece uno de los más

concluyentes en relación al desarrollo y curso del TEPT en mujeres maltratadas por sus parejas,

pues se confirma en múltiples investigaciones (Becker et al., 2010; Krause, Kaltman, Goodman,

& Dutton, 2008; Leahy, 2008; Lewis et al., 2006).

Mientras que en relación a la situación actual de la mujer, aún después de separada del

agresor, la presencia de otros eventos adversos a nivel personal, familiar, económico, laboral,

social, predicen síntomas más agudos de evitación y activación fisiológica (Graham-Bermann,

Sularz & Howell, 2011).

Por el contrario la adquisición de recursos y la posibilidad de empoderamiento en la

atención a mujeres en refugios para víctimas de violencia de pareja, se han encontrado como

posibles atenuantes del TEPT (Pérez, Johnson & Wright, 2012).

66
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

2.2.4. Somatizaciones y problemas de salud física.

Neuropsicológicamente, los diagnósticos de ansiedad, depresión y TEPT están asociados

a liberación de altos niveles de cortisol que se asocian a la curva del estrés perjudicial crónico.

En la violencia de género siempre está presente la ansiedad producto de la violencia y amenazas

reiteradas, alternadas con período de arrepentimiento y ternura, lo que hace que la mujer

desarrolle sobresalto permanente y síntomas somáticos como cefaleas, problemas

gastrointestinales, baja en el sistema inmunitario, falla en el sistema neurohormonal, fatiga

crónica y mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o de empeorar las

enfermedades que ya padezca (Clavería, 2009; Echeburúa, 2005; García, 2010; Inslicht, 2006).

Las migrañas son frecuentes en las mujeres que padecen TEPT es subsecuente a violencia

de género (Gerber, Fried, Pineles, Shipherd & Bernstein, 2012).

En cuanto a la presencia de violencia física o psicológica no se aprecian diferencias

asociadas a la intensidad o frecuencia de las migrañas, más sí ocurre esto cuando se añaden

episodios de violencia sexual; otra correlación clara en estos casos es entre la presencia de

depresión leve a moderada y migrañas (Cripe, Sánchez, Gelaye, Sánchez & Williams, 2011).

El diagnóstico inicial de TEPT dentro de los 4 o 6 meses siguientes al último

acontecimiento de agresión parece estar vinculado con malestar. Adicionalmente la cronificación

de TEPT y aparición o concomitancia con depresión más allá de un año, se vincula a peores

condiciones de salud auto percibida, reportes de malestar y dolores (Thestrup, 2011).

El riesgo de enfermedades y malestares ginecológicos es más elevado en las mujeres que

padecen violencia física y sexual por parte de su pareja, de acuerdo a Jejeebhoy, Santhya y

Acharya (2013).

67
Maria Luisa Mondolfi Miguel

También el riesgo de abortos es mayor en esta población, según estudios de Morland,

Leskin, Block, Campbell y Friedman (2008), con dificultad para distinguir el efecto de los tipos

de violencia psicológica o física sobre el riesgo de abortos, ya que suelen darse conjuntamente

ambas agresiones, pero siendo el riesgo significativamente mayor cuando las mujeres

embarazadas han sido forzadas sexualmente recientemente, así como cuando padecen TEPT, y a

medida que las agresiones físicas son más graves y cuanto más edad tenga la mujer gestante.

2.2.5. Trastornos y alteraciones del sueño.

La disminución en la cantidad de horas de sueño en mujeres se ha determinado por

estudios de Walker, Shannon y Logan (2011) como asociada a la vivencia de maltrato en

relaciones de pareja, con mayor afectación cuanto mayores sean los niveles de violencia. Esta

sintomatología ha sido hallada como independiente a la concomitante en trastornos de ansiedad,

depresión u otras enfermedades médicas.

El insomnio mantenido por dos o más semanas fue identificado por Walker et al. (2011)

en esta población como variable asociada al desarrollo de episodio depresivo mayor y; la pérdida

de sueño afecta negativamente los objetivos terapéuticos, la capacidad de centrarse en la

resolución de problemas y de velar por la propia seguridad mientras; al contrario, la recuperación

en la función del sueño está asociada a la mejora en estrategias de afrontamiento y resolución de

conflictos.

En cuanto al significado de la pérdida de sueño, Humphreys, Lowe y Williams (2009)

señalan que las mujeres suelen asociarlo a la necesidad de incrementar sus horas de vigilia para

mantenerse seguras tras haber sido agredidas o violadas mientras dormían. Así mismo,

relacionan sus trastornos del sueño a los padecidos por sus hijos e hijas, quienes muchas veces

desarrollan el mismo patrón de hipervigilancia y llegan a mantenerse despiertos para interceder o

68
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

evitar las peleas y agresiones. En estos casos la hipervigilancia no se asocia solo a una

consecuencia del trauma, sino a una necesidad real de velar por la propia seguridad y la de la

familia.

Por otro lado, la deprivación del sueño, como una estrategia de tortura y control, ha sido

descrita en mujeres maltratadas por sus parejas. Por lo que la interrupción del sueño se muestra

como una estrategia y un efecto de la violencia doméstica, que permanece tanto en las mujeres

como en sus hijos e hijas tras la separación, observándose en los refugios y casas de acogida

(Humphreys et al., 2009).

2.2.6. Abuso de alcohol y sustancias.

El consumo de alcohol ha sido descrito como sintomatología frecuentemente asociada en

personas que padecen TEPT, independientemente del suceso que lo haya desencadenado, de la

edad o del género (Gómez & Crespo, 2012).

Sin embargo en un estudio de Greco et al. (2008) no hallaron correlación entre haber sido

víctima de violencia de género y el incremento en consumo de alcohol. Mientras que Hellmuth,

Jaquier, Young-Wolff y Sullivan (2013) sólo encontraron correlación positiva entre el nivel de

síntomas de TEPT en mujeres por violencia de sus parejas y el empleo recíproco de la violencia

(sobre todo psicológica) de ellas en respuesta hacia hombres, en los que sí era significativo el

consumo de alcohol.

Estudios de Kaysen et al. (2007) encontraron que entre las mujeres que han padecido

violencia de género tienen mayor propensión a consumir alcohol de manera nociva aquellas con

síntomas agudos (episodios recientes), sentimientos disfóricos- depresivos y pobres estrategias

de afrontamiento. En estos casos el consumo de alcohol se emplea como un medio de

automedicación para adormecer el malestar psíquico.

69
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Con respecto al empleo de alcohol y drogas en mujeres maltratadas, Gill (2012) encontró

que las consumidoras de estas sustancias solían también ser las que padecían niveles más severos

de agresión por parte de sus parejas, estaban más aisladas socialmente y eran más pobres. Así

mismo, en este estudio, mujeres encarceladas con antecedentes de maltrato, identificaban las

agresiones de sus parejas como detonante para el incremento de su consumo de sustancias.

Boughima y Benyaich (2012) encontraron consumo de alcohol y drogas entre los

agresores masculinos de 27 de los 28 casos estudiados sobre abuso sexual hacia sus parejas

dentro del matrimonio. Este estudio y los anteriores, nos sugiere que aparentemente el perfil del

agresor es más fácil de delimitar que el de la víctima, siendo tal vez los consumidores de alcohol

más proclives a maltratar; sin embargo, el consumo de alcohol y drogas en las mujeres

maltratadas parece ser subsecuente al TEPT y no una condición que las coloque en mayor riesgo

de padecer malos tratos, favoreciendo la idea de que es la pertenencia a género el principal factor

de riesgo y el alcohol y drogas tal vez dificulten su salida, al aislarlas más socialmente como

señala Gill (2012).

Un estudio longitudinal en Estados Unidos menciona que quienes reportaron haber

consumido marihuana en la adolescencia, al ser reevaluados en edad adulta sugerían como

muestra un doble riesgo de haber sido agresores o víctimas de violencia de género, aunque no se

determinó el patrón de consumo ni su relación con los incidentes ni otras variables como la

depresión aparecen como mediadoras (Reingle, Staras, Jennings, Branchini y Maldonado-

Molina, 2012).

2.2.7. Características individuales y variables de personalidad.

En cuanto a las características individuales o rasgos de las víctimas de violencia de

género, autoras como Osborne (2009) critican el planteamiento de grupos de riesgo desde el

70
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

enfoque de género, ya que propugnan que la agresión en estos casos no se realiza por xenofobia a

una extranjera, por ser más o menos atractiva, ni por salir a altas horas de la noche, sino por el

hecho de ser mujer y por la contraposición de masculinidad que es reafirmada por el o los

atacantes en el ejercicio de la agresión y la sexualidad contra la mujer, siendo las situaciones de

vivir sola, o salir sola solo contrapuestas al patriarcado en el que la mujer debe tener un

propietario y de lo contrario es una mujer poco decente y merecedora de la agresión en la

creencia del atacante.

Se han identificado variables sociodemográficas asociadas al maltratador y a la víctima

de violencia de género, con fines de atender a poblaciones de riesgo primario, pero el perfil cada

vez es menos específico, quedando en todos los casos como elemento común el que el

maltratador es un hombre y la víctima una mujer. Por lo que los mejores medios de prevención

parecen apuntar hacia promover la denuncia y proponer una socialización primaria que rompa

con los estereotipos (Berrios, 2010).

Sin embargo, en miras a la intervención, resulta importante revisar los estudios que

relacionan las variables y perfiles de las mujeres que ya han sido víctimas de violencia, para

determinar el posible pronóstico y curso del malestar psicológico subsecuente.

Se ha referido que mujeres con elevados niveles de autocrítica tienden a mostrar mayor

vulnerabilidad depresiva ante la violencia machista, sin importar la severidad de la misma,

mientras que los rasgos de personalidad dependiente generan peor pronóstico en casos de

violencia moderada. Cuando la violencia es severa, las variables de personalidad parecen tener

menos implicación y es la situación de agresión en si la que incide sobre la depresión de la

agredida (Boucher, Fortin & Cyr, 2006).

71
Maria Luisa Mondolfi Miguel

El efecto de la agresión catalogada como severa puede prolongarse incluso años después

de concluida la relación con el maltratador, prevaleciendo el trastorno depresivo, de acuerdo a

Loxton et al. (2006).

En relación a variables de personalidad Kuijpers, Van der Knaap, Winkel, Pemberton y

Baldry (2011) mencionan, que mujeres con rasgos de personalidad límite tienen una mayor

propensión a desarrollar TEPT tras vivencias de violencia de pareja.

Sin embargo, resultados de Kuijpers et al. (2011) podrían ser cuestionados a la vista del

meta análisis realizado previamente por Gross y Graham- Berman (2006) sobre la perspectiva de

género en diagnóstico del TEPT, al ser esta una categoría que aparece por primera vez en el

Manual del DSM- III en 1980, a partir de estudios con hombres veteranos de guerra y luego se

mantienen similares criterios hasta las revisiones posteriores de la Asociación Americana de

Psiquiatría en DSM- IV y DSM- V, por lo que los casos TEPT en mujeres de diferentes

contextos que no encajan en estos criterios diagnósticos, suelen encajar mayormente dentro de

trastorno límite de personalidad.

En relación a esta sobrerrepresentación de la mujer en la literatura sobre trastornos límite

de personalidad Jackson, Sippel, Mota, Whalen, y Schumacher (2015) han llevado a cabo una

revisión de las publicaciones que relacionan este trastorno y términos o variables con la comisión

de maltrato en la pareja.

El análisis Jackson et al. (2015) refleja que el trastorno límite de la personalidad en los

hombres muestra relación con su propensión a maltratar a las mujeres y que cuánto más

marcados son los rasgos de personalidad límite más severas son las agresiones y el riesgo de

femicidio, y aún más cuando están asociados rasgos de personalidad antisocial. En cuanto a las

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

mujeres se encontraron evidencias de que el trastorno límite de personalidad también predispone

a agredir física y verbalmente a sus compañeros masculinos.

Así como los resultados de Jackson et al.(2015), estudios de Sijtsema, Baan y Bogaerts

(2014) con hombres maltratadores y sus parejas, encontraron la misma prevalencia de trastorno

límite de personalidad en ambos grupos y mayor incidencia de trastorno antisocial en los

agresores, sobre todo en aquellos que cometen las agresiones más severas hacia las mujeres.

Considerando la gravedad de la agresión hacia la mujer como variable de estudio Torres

et al. (2013) han encontrado correlación entre esta y la aparición de síntomas de TEPT. Este

estudio también explica que las únicas y leves diferencias de personalidad entre mujeres que han

padecido maltrato y las que no, son que las maltratadas tenían mayores dificultades para intimar

en las relaciones y menor nivel de oposicionismo, siendo esto entendible como mecanismos de

protección ante la violencia: la sumisión para evitar la retaliación y la dificultad para volver a

confiar en los demás por la pérdida de confianza.

De acuerdo a Sarasua, Zubizarreta, Echeburúa y De Corral (2007) la variable edad es un

factor importante en relación al malestar psicológico y vivencia del trauma, habiendo constatado

que las mujeres más jóvenes que buscan atención psicológica por lo general han estado expuestas

a niveles más graves de agresión física y sexual que las de más de 30 años, y a la vez exhiben

síntomas más agudos de TEPT, depresión, ansiedad, pero también suelen abandonar el

tratamiento más prontamente.

Las mujeres con más edad y una historia más larga de victimización suelen solicitar

ayuda por percibir amenaza a su vida e integridad, con menos auto inculpación por su situación,

atribuyendo la responsabilidad de las conductas violentas únicamente al maltratador, con una

mayor percepción de confianza en sí mismas (Sarasua et al., 2007).

73
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En cuanto a los estilos de afrontamiento, Flicker et al. (2012) describen que mujeres que

empleaban el aislamiento social, la negación y la autoinculpación ante las vivencias de violencia

de género, eran más proclives a desarrollar síntomas depresivos y TEPT. Así mismo, de acuerdo

Da Fonseca, Ribeiro y Leal (2012) la culpa auto- atribuida por la mujer es el mecanismo que

alimenta o sostiene el ciclo de la violencia en la que ella es la víctima.

Sin embargo, de acuerdo a Torres et al. (2013) estas características, más que rasgos de

personalidad pueden ser entendidos como consecuencia de la depresión que genera pérdida de la

autoestima, autoinculpación, retraimiento, culpa y actitud pasiva.

Estudios de Krause et al. (2008) mencionan el antecedente de abuso sexual en la infancia

como un importante predictor para desarrollar TEPT en mujeres que padecen violencia de

género, así como la re victimización o el que el maltrato haya sido persistente. Estos autores

también describen la evitación como un estilo de afrontamiento que correlaciona positivamente

con mayores niveles de TEPT en esta población.

En estudios transaccionales de Walsh, Hasin, Keyes y Koenen (2015) basados en la

encuesta nacional de Estados Unidos se determinó que 1 de cada 4 mujeres había padecido

violencia de género en algún momento de su vida, e igualmente los análisis sugieren que la

violencia puede ser un transpredictor del desarrollo de trastornos de personalidad, pero que esto

aún no ha sido aislado de los síntomas de depresión y ansiedad, lo que requiere estudios

longitudinales para determinar el tipo de correlación.

Así vemos que no logra establecerse a nivel de personalidad un perfil que predisponga a

padecer violencia de género, más bien aparecen las alteraciones como subsecuentes a la vivencia

del maltrato. La mayoría de las víctimas presenta tendencias evitativas, pasivas y empleo de

distorsiones cognitivas. Al aislar estos resultados de variables como la depresión y el TEPT, no

74
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

aparecen como rasgos significativos, sino más bien como modos adaptativos (Pérez-Testor et al.,

2007; Sitarczyk, 2013; Torres et al., 2013).

2.2.8. Malestar psíquico en función de los tipos de violencia.

La representación social de la violencia de género por un grupo de afectadas, reconstruida

por Da Fonseca et al. (2012) es descrita como una situación que acarrea malestar, daño físico y

afectivo y que suele iniciar con la violencia psicológica que luego se mantiene presente en todas

las fases o ciclos de la violencia, a la que se pueden sumar la violencia física y sexual.

El maltrato hacia la mujer dentro de la relación de pareja suele implicar uno o más tipos

de violencia, en donde siempre está presente la de tipo psicológico combinada o no con la física

y sexual. La violencia psicológica con o sin violencia física suele acarrear en las mujeres

síntomas de depresión, ansiedad y estrés post traumático. La suma de la violencia sexual por

parte de la pareja, incrementa la gravedad de la depresión y la aparición de ideas suicidas en la

mujer (Fisher & Cabral de Mello, 2015).

Tras una exhaustiva revisión de los estudios recientes en el área, Lagdon, Armour y

Stringer (2014), determinaron que si bien existe poca bibliografía que estudie el impacto único

de la violencia psicológica dentro de la relación de pareja, también sostienen que esto se debe a

que esta forma de violencia raras veces se padece de manera exclusiva en las mujeres que

conforman las muestras, pero los resultados comparan los efectos de las amenazas y detrimentos

a la autoestima con los sufridos por prisioneros de guerra, con efectos graves en la salud mental.

En un estudio llevado a cabo en Brasil, las mujeres maltratadas por sus parejas solo por

medio de violencia psicológica presentaban mayores indicadores de malestar psicológico que las

que solo referían violencia física. Sin embargo cuando se sumaba en esta misma muestra más de

un tipo de violencia (física, psicológica, sexual) mayor era el malestar, lo cual se explica por una

75
Maria Luisa Mondolfi Miguel

mayor frecuencia en las agresiones y mayor gravedad (Ludermir, Schraiber, D´Oliveira Franca-

Junior & Jansen, 2008).

Si bien la violencia psicológica es la que más frecuentemente ejercen las mujeres hacia

sus compañeros varones, a estos les acarrea mayormente síntomas de ansiedad, mientras que en

las mujeres que la padecen el cuadro suele ser más severo, aunándose depresión, TEPT,

alteraciones del sueño, consumo de sustancias e ideaciones suicidas. Esto debido a que la

violencia psicológica hacia la mujer suele acompañarse de la violencia física y sexual (Lagdon et

al., 2014).

Así mismo, un análisis univariarado y multivariado llevado a cabo en un estudio con

muestra australiana, halló en primer lugar que los 4 formas de violencia basada en género (VBG)

correlacionaban siempre positivamente entre sí, lo que apoya el que rara vez se da un solo tipo

aislado y que el riesgo de padecer trastornos físicos y mentales calculado en un 28% a lo largo de

la vida de una mujer en condicione normales, aumentaba al 57,3% al estar expuestas a un solo

tipo de VBG y al 89,4% con 3 ó 4 tipos de VBG (Rees et al., 2011).

2.3. Transmisión de la Violencia entre Generaciones. Antecedentes de Maltrato Infantil

En cuanto a las consecuencias más inmediatas de haber presenciado violencia de género

hacia la madre Alcántara, López-Soler, Castro y López (2013) refieren a partir de estudios en

una muestra de niños, niñas y adolescentes en España que el presenciar violencia hacia la madre

es un tipo de maltrato directo hacia los menores y que específicamente en su estudio constataron

una prevalencia de sintomatología clínica 5 veces superior a la observada en la población

normal, e incluso 10 veces superior en algunos síndromes siendo las niñas las que mostraban más

afectación respecto a los varones.

76
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Un estudio retrospectivo de Cater, Miller, Howell y Graham-Bermann (2015) con adultos

jóvenes encontró que la exposición en la infancia a violencia entre padre y madre predice mayor

riesgo de padecer trastornos mentales en la adultez (ansiedad, TEPT, trastorno de déficit

atencional con hiperactividad, conductas autolesivas e intentos suicidas) con mayor severidad

asociada a la gravedad de la violencia presenciada. En este estudio fueron las mujeres las que

reportaron haber presenciado episodios más graves y desde edades más tempranas.

Igualmente Haj-Yahia, Tishby y De Zoysa (2009) en una muestra de jóvenes adultos de

ambos sexos encontraron que haber presenciado o padecido violencia parental eran las variables

que explicaban más directamente la prevalencia en la adultez de TEPT, mediada por otras

variables -menos influyentes- como características socio demográficas de la familia de origen y

la funcionalidad atribuida a la familia y entorno social.

También sobre los efectos a largo plazo, en una muestra canadiense, Brennenstuhl y

Fuller-Thomson (2015) describen padecimientos físicos como la jaqueca tanto en hombres como

mujeres que en la infancia padecieron abuso físico, abuso sexual o presenciaron violencia entre

los padres. En primer lugar encontraron una alta co- ocurrencia de estos tres acontecimientos

traumáticos y una alta relación con el padecimiento de jaquecas, independientemente de los

diagnósticos de depresión o ansiedad concomitantes; lo que para los investigadores sugiere el

efecto de la violencia temprana en el desarrollo neurológico como posible explicación.

Sobre la posible transmisión intergeneracional de la violencia, Spatz y Wilson (2015)

fundamentan esta explicación desde la teoría del aprendizaje social por lo que niños que

observen a figuras de status, en este caso sus padres, ejercer conductas violentas, los imitaran

como un comportamiento apropiado y así mismo, aquellos niños que sean criados padeciendo

77
Maria Luisa Mondolfi Miguel

castigos físicos, verán la agresión como un medio de resolución de conflictos, sin ser capaces de

prestar atención a pautas de interacción social como factores intervinientes.

La ruptura del apego temprano, por rechazo, inconsistencias o agresión por parte de

cuidadores tempranos, es según la interpretación de Spatz y Wilson (2015) un factor que puede

explicar el que se perciban las interacciones ambiguas con otros como hostiles y se reaccione de

manera agresiva o violenta ante estos, por lo que un apego pobre puede explicar el

comportamiento violento en las personas.

A nivel neuropsicológico, los elevados niveles de cortisol de un niño expuesto a malos

tratos desde edad temprana, devienen en un cerebro con pobre control cortico- frontal por

hiperactivación del sistema parasimpático y del eje hipotalámico- pituitario- adrenal, que

devienen en una hiperactivación y dificultad de recuperar la homeostasis, con déficits de

serotonina, que predisponen a comportamientos violentos o antisociales (Spatz & Wilson, 2015).

Comparando estos antecedentes en ambos géneros, Lee, Reese-Weber y Kahn (2014)

encuentran relación entre el maltrato padecido por hombres en la infancia y su futuro maltrato a

mujeres; mientras que en el caso de las mujeres, el entablar relaciones de pareja en las que

padecían malos tratos estaba mediado no solo por haber sido maltratada por su padre o madre en

la infancia, sino por poseer estilo de apego inseguro y haber tenido relaciones violentas con

hermanos.

Tras una revisión bibliométrica Holt, Buckley y Whelan (2008) también sugieren que la

violencia provoca rupturas en el apego infantil y en el caso femenino, esto deviene en una pauta

de niñas crónicamente oprimidas, con mayor probabilidad de establecer relaciones de pareja con

maltratadores.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Sobre los antecedentes infantiles de abuso en la infancia en mujeres Torres et al. (2013)

encontraron la misma incidencia de abuso sexual en la infancia en mujeres que habían padecido

luego violencia de sus parejas actuales de las que no la habían padecido y la única diferencia es

que las maltratadas habían padecido más violencia psicológica en la infancia y menos violencia

física.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

3. Tratamientos Psicoterapéuticos a Víctimas de Violencia de Género

En el caso de las víctimas de violencia de género, Echeburúa y Redondo (2010)

recomiendan iniciar con la intervención en crisis en las oficinas o centro encargados de atención

a estos casos. Este tipo de intervención se realiza con el fin de evitar la aparición o la

cronificación de trastornos psicopatológicos y de acuerdo a los autores, debe seguir los siguientes

objetivos:

 Evaluar el daño psicológico inicial y las variables tanto facilitadoras como protectoras del

trauma.

 Hacer frente a los síntomas más inmediatos con intervención en crisis y de higiene

psicológica, que regularice los hábitos psicobiológicos de sueño, comida y rutinas cotidianas;

así como restablecer el contacto con amigos y familiares.

 Derivación de casos con riesgo de cronificación o agudización de síntomas psicopatológicos

a programas psicoterapéuticos especializados (Echeburúa & Redondo, 2010).

Luego que se ha realizado la intervención en crisis, la atención a las víctimas de violencia

de género debe ajustarse a las necesidades específicas de cada caso, pero de acuerdo a Echeburúa

y Redondo (2010), la intervención debe seguir dos ejes: uno orientado al tratamiento del trauma;

que inicia por la capacidad empática del terapeuta y la relación terapéutica de escucha activa que

permite recuperar la confianza perdida en el mundo y en el otro, y otro eje psicoeducativo.

En cuanto a los contenidos de la intervención psicoterapéutica, Echeburúa y Redondo

(2010) recomiendan centrar la intervención en los síntomas de TEPT por medio de técnicas de

terapia cognitiva conductual, interviniendo los síntomas de re experimentación por medio de la

terapia de exposición; los síntomas de evitación por medio de la exposición en vivo y los

síntomas de hiperactivación por medio de técnicas de relajación.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

En cuanto a los indicadores de recuperación, Echeburúa y Redondo (2010) describen

como indicadores positivos el que haya una asistencia constante a las sesiones, que se recobren

las funciones biológicas de manera pronta, que se aumenten o recuperen las actividades

gratificantes y el interés en las actividades y el mundo circundante.

Por el contrario, son indicadores negativos de dificultad en la recuperación y predictores

de pronto abandono del tratamiento, el que la paciente tuviese inestabilidad emocional previa al

suceso traumático, la exposición prolongada al trauma (como ocurre en el abuso sexual infantil y

en la violencia en la pareja) la presencia de embotamiento afectivo (dificultad para reaccionar

emocionalmente o experimentar afectos), el haber sido hospitalizada por lesiones causadas por el

agresor o diagnóstico de episodio depresivo grave (Echeburúa & Redondo, 2010).

En general, el fracaso del tratamiento y el abandono de la terapia suele ser más frecuente

entre las mujeres que presentan síntomas más graves, relacionados a: cronicidad del trauma,

traumatización extrema, retraumatización, traumas en períodos críticos del desarrollo; o la

aparición de estresores adicionales recientes como: la pérdida del empleo, proceso de divorcio y

experimentación de sentimientos intensos de odio y deseo de venganza (Echeburúa & Redondo,

2010).

En el caso de afectados por situaciones traumáticas, como las víctimas de violencia de

género, está indicada la terapia grupal como adicional al tratamiento individual. De acuerdo a

Echeburúa (2005) estos grupos han de conformarse con 8 a 10 participantes, durante

aproximadamente 8 sesiones de 2,5 horas cada una.

Lo beneficioso de la terapia grupal para víctimas de violencia de género es que permite

restablecer la confianza básica en el otro que se ha interrumpido por los maltratos de figuras

cercanas, y brinda a cada participante la perspectiva de que su padecimiento no es algo aislado y

82
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

que otras personas lo han vivido, por lo que el conocer otras experiencias personales puede servir

como referentes de afrontamiento (Echeburúa, 2005).

Igualmente, la terapia de grupo con víctimas de violencia de género, permite trabajar la

regulación afectiva, que se puede haber quebrantado tras el maltrato, y desarrollar la

comunicación asertiva. El grupo aporta la posibilidad a esta población de restablecer el contacto

con otras personas, tras el aislamiento característico de la situación de maltrato (Echeburúa,

2005).

Igualmente recomienda el autor en este tipo de casos que lo más idóneo en cuanto a quien

lleve la terapia es que exista una terapeuta femenina para crear rapport y confianza pero que co-

facilite el grupo con un terapeuta masculino para actualizar los vínculos positivos con figuras del

sexo opuesto en las participantes. (Echeburúa, 2005).

3.1. Terapia Cognitivo – Conductual

La Terapia cognitivo – conductual (TCC) se fundamente en el análisis conductual y en

los modelos cognitivos de la psicopatología. El TEPT es tratado desde este enfoque modificando

las conductas aprendidas como respuesta al trauma y aprendiendo nuevas conductas adaptativas.

Para esto emplea tres componentes básicos, que son: la piscoeducación, la exposición y la

restructuración cog+nitiva. Se trabaja a partir de un diagnóstico inicial, estableciendo objetivos y

realizando varias mediciones a lo largo de la intervención (Zayfert & Black, 2007).

En la psicoeducación, se busca implicar a la paciente en el tratamiento, dándole

información sobre el TEPT y las formas en que se han condicionado sus conductas

desadaptativas actuales, identificándolas y poniendo en común los objetivos a alcanzar sobre su

modificación, creando un clima de alianza terapéutica y cooperación (Zayfert & Black, 2007).

83
Maria Luisa Mondolfi Miguel

El objetivo durante la psicoeducación es establecer con la paciente qué esperar del

tratamiento y como sobrellevar posibles frustraciones ante el mismo, se explican a la paciente las

reacciones emocionales que está teniendo como normales ante una situación anormal, como lo es

el suceso traumático (Echeburúa & Redondo, 2010; Zayfert & Black, 2007).

En la experimentación en vivo se busca trabajar directamente las conductas evitativas y

se establecen aproximaciones graduales por medio de imagos (representaciones mentales,

recuerdos) a situaciones que la paciente evita por haberlas asociado como amenazantes por

contingencia con la vivencia traumática. Se le enfrenta a la situación de forma progresiva,

controlada, repetida y prolongada hasta desensibilizarle y de allí proceder a la exposición en vivo

ante estímulos reales como lugares u objetos condicionados al trauma (Echeburúa & Redondo,

2010; Zayfert & Black, 2007).

En la exposición a recuerdos traumáticos, de acuerdo a las recomendaciones de

Echeburúa y Redondo (2010), se indica a la paciente a recordar la situación traumática en la

sesión y relatarla, mientras mantiene los ojos cerrados, como si estuviese ocurriendo,

centrándose en la mayor cantidad de detalles sensoriales que recuerde. Así el terapeuta guía y

contiene a la paciente en su recuerdo y le ayuda a digerir emocionalmente la experiencia,

ordenando los recuerdos almacenados en memoria emocional, para convertirlos en memoria

verbal, y alcanzar una integración adecuada, que los convierta en recuerdos y no en episodios de

reexperimentación emocional que la paciente no sea capaz de controlar, en los que puede

aparecer la sensación de estar reviviendo la situación en cualquier momento.

Tras la psicoeducación, experimentación y la exposición se empieza a trabajar la

restructuración cognitiva, modificando sus pensamientos erróneos sobre la experiencia

traumática (Zayfert & Black, 2007).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Otra técnica que se emplea adicional o paralelamente a las mencionadas en la TCC es la

enseñanza de inoculación del estrés, en la que se entrena en habilidades y estrategias para

manejar los síntomas de TEPT y ansiedad. Entran en este apartado las técnicas de manejo de la

respiración, relajación muscular y mental, en las que se le enseña a liberar la tensión física y

psíquica eliminando la tensión muscular y el flujo de pensamientos agobiadores. Estas técnicas

acompañan las prácticas de experimentación en vivo y exposición a recuerdos (Echeburúa &

Redondo, 2010; Zayfert & Black, 2007).

3.1.1. Evidencia empírica de las intervenciones individuales con terapia cognitivo -

conductual.

Como réplica de un programa ya evaluado; Beck, Tran, Dodson, Henschel, Woodward y

Eddinger (2016) realizaron Terapia Cognitiva del Trauma para Mujeres Maltratadas (CTT-BW)

de Kubany et al. (2004, c.p. Beck et al., 2016) con 8 mujeres que habían padecido violencia de

género. Los resultados mostraron mejoras significativas en cuanto a la reducción de TEPT,

depresión, ansiedad, aumento de la autoestima y calidad de vida.

La intervención CTT-BW replicada por Beck et al. (2016) es un programa que aborda los

siguientes contenidos: exploración de la historia de abusos y exposición a traumas,

psicoeducación en TEPT, trabajo de exposición en vivo, psicoeducación sobre el diálogo interno

desadaptativo, manejo del estrés y técnicas de relajación, restructuración cognitiva de la culpa,

psicoeducación en asertividad, manejo de las situaciones indeseadas de contacto con el agresor y

evitación de la revictimización, estrategias de afrontamiento positivas basadas en el

empoderamiento y autocuidado.

En intervenciones especializadas para los efectos a largo plazo del abuso sexual en la

infancia cabe destacar el estudio de Sarasua, Zubizarreta, Corral y Echeburúa (2013), quienes

85
Maria Luisa Mondolfi Miguel

realizaron la evaluación de un programa de TCC con una muestra amplia de 121 mujeres entre

25 y 30 años de edad en el País Vasco, España. Las participantes padecían de estrés post-

traumático crónico tras abusos sexuales en la infancia y habían solicitado tratamiento luego de

más de 15 años de haber sido abusadas. Los autores atribuyen el tiempo transcurrido hasta

solicitar tratamiento a la cronicidad de los síntomas, la inadaptación que estos causan y que en

muchos casos los victimarios eran familiares de las víctimas.

La intervención del programa de Sarasua et al.(2013) consistió en 12 sesiones

individuales que cubrían las siguientes fases: 1º a 2º sesión de carácter motivacional para prestar

apoyo y seguridad del encuadre terapéutico, 3º y 4º sesión de catarsis emocional; 5º a 7º sesión

de intervención psicoeducativa y reevaluación cognitiva; 8º a 12º sesión de entrenamiento en

habilidades de afrontamiento, consistentes en técnicas de distracción cognitiva, de relajación y de

autoexposición (recuperar actividades cotidianas y reforzantes, normalizar la conducta sexual).

El programa de Sarasua et al. (2013), con una tasa de rechazos del 7.6% y de abandono

del 28.1%, logra resultados favorables a largo plazo en la muestra final evidenciados en

desaparición del TEPT (90.7%) conducta de evitación sexual (81.2%) y desaparición del

malestar emocional consistente en depresión, ansiedad, inadaptación y baja autoestima (64.5%).

Sobre los resultados obtenidos, Sarasua et al. (2013) recomiendan orientar las

investigaciones a detallar los contenidos de las intervenciones, investigar intervenciones en

formato grupal, establecer el perfil de las usuarias que completan el programa y diseñar

estrategias motivacionales que prevengan el abandono del tratamiento.

86
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

3.1.2. Evidencia empírica de las intervenciones grupales con terapia cognitivo

conductual.

En un estudio cuasiexperimental Labrador y Alonso (2007) realizaron en México la

evaluación de un programa de intervención de 8 sesiones de psicoterapia grupal con una muestra

de 34 mujeres que habían sufrido o estaban sufriendo violencia por parte de sus parejas y

solicitaron atención en centros especializados. Los contenidos de la intervención se centraron en:

control de la respiración, reestructuración cognitiva, terapia de exposición, solución de

problemas y detención del pensamiento.

Labrador y Alonso (2007), quienes habían aplicado previamente este programa con

mujeres españolas, se encontraron con indicadores más severos de TEPT, duración del maltrato

más prolongado y mayores indicadores de maltrato en la infancia entre las participantes

mexicanas. Aun así, los resultados de este programa en la nueva muestra fueron exitosos en

cuanto a reducción significativa del TEPT, síntomas de depresión y ansiedad, así como mejoras

en la autoestima y valoración favorable de las participantes de la experiencia grupal como

tratamiento.

Entre las valoraciones para la intervención del estudio de Labrador y Alonso (2007)

refieren que solo 4 participantes no tuvieron mejoras significativas en los síntomas lo cual

explican es debido a traumas adicionales como experiencias de abuso sexual y antecedentes

maltrato infantil, y, en uno de los casos, por el asesinato de una hermana por violencia de género.

Los autores recomiendan intervención adicional y tratamiento más prolongado dirigido a ese tipo

de traumas.

La intervención breve, de acuerdo a los resultados de Labrador y Alonso (2007), se

valora como eficaz en esta población, por la necesidad obtener alivio y de reestructurar sus vidas

87
Maria Luisa Mondolfi Miguel

personales y laborales en un plazo breve, ya que la mayoría tiene hijos a cargo y están

separándose de sus agresores. 9 mujeres en el citado estudio abandonaron el tratamiento en las

primeras sesiones por situaciones relacionadas a estas dinámicas de trabajo y cuidado de los hijos

y 3 rechazaron la intervención por motivos desconocidos.

Dentro de la investigación de programas de intervención grupal de enfoque cognitivo-

conductual con mujeres víctimas de violencia de género Ayats, Cirici Amell y Soldevilla (2008),

llevaron a cabo un estudio en Barcelona- España, con 39 mujeres que estaban padeciendo o

habían padecido violencia (con alta prevalencia de tipo psicológico, pero también física y

sexual). La media de edad en la muestra fue de 46,85 años y la duración de la relación con el

maltratador de 24,8 años; un 30% de las contactadas para el estudio decidió no participar y el

abandono de las que lo iniciaron fue del 15%.

La intervención en el estudio de Ayats et al. (2008) consistió en 20 sesiones grupales de

90 minutos cada una, durante 5 meses. Los objetivos se basaron en favorecer la independencia y

acceso a servicios de ayuda social; así como incrementar el bienestar personal, por medio de

técnicas para reconstruir la autoestima, tomar conciencia de la situación de violencia y generar

autocontrol emocional. Los resultados señalan mejoras significativas en los niveles de ansiedad,

depresión y síntomas somáticos y alto nivel de satisfacción de las participantes con el

tratamiento.

Entre la evidencia científica de la TCC con mujeres víctimas de violencia de género

Johnson, Zlotnick y Perez (2011), llevaron a cabo la evaluación de un programa (HOPE) de doce

sesiones con mujeres en refugios (casas de acogida) de Estados Unidos orientado a: manejo de

síntomas, estrategias de afrontamiento, mejora en las relaciones interpersonales y

empoderamiento (autoestima, autoconfianza, priorizar sus necesidades, ser capaces de identificar

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

amenazas a su integridad, establecimiento de metas y valoración de logros y resultados). La

evaluación se realizó con triangulación de pre test, post test, evaluación de satisfacción de las

usuarias y valoración de personal de los refugios y seguimiento a los 6 meses de abandonar el

refugio. La muestra inicial fue de 70 participantes en grupo experimental y solo 24 completaron

las 12 sesiones, las que no lo completaron fue debido a su movilidad del refugio, y dos por

rechazo al tratamiento.

Entre los resultados del estudio de Johnson et al. (2011) en comparación con grupo

control, las mujeres que recibieron un mínimo de ≥ 5 de sesiones del programa mostraron

reducción de síntomas de TEPT, especialmente en lo referente a embotamiento afectivo y

síntomas de activación fisiológica, aunque la reducción de indicadores globales de TEPT no fue

significativa, esto se atribuye a que pocas participantes completaron las 12 sesiones y los

síntomas de reexperimentación estaban presentes debido a que la mayoría seguía manteniendo

contacto con sus maltratadores.

Como resultado a largo plazo en el estudio de Johnson et al. (2011), se apreció una

reducción de la re victimización entre el grupo experimental, respecto al control, con mayor

efecto a mayor número de sesiones a las que asistieran, así como mejoras en las estrategias de

afrontamiento y reducción de síntomas de depresión (aunque no significativa). El estudio sugiere

necesidad de investigar este tipo de intervenciones, adaptándolas a las necesidades de la

población.

3.2. Intervenciones Psicoterapéuticas desde otros Enfoques con Evidencia Empírica

Dentro de las modificaciones de TCC, se encuentra la terapia conductual dialéctica

(TCD) un enfoque amplio, que incluye técnicas como mindfulness y énfasis en la validación de

las experiencias de los participantes. Este tratamiento que en principio fue desarrollado para

89
Maria Luisa Mondolfi Miguel

pacientes con importantes desregulaciones afectivas, como aquellos con trastornos límites de

personalidad, fue adaptado por Iverson, Shenk y Fruzzetti (2009) en un programa para mujeres

que padecían o habían padecido violencia por parte de sus parejas.

La intervención de Iverson et al. (2009), adapta el modelo de TCD a víctimas de

violencia de género, partiendo de la base de que es una problemática compleja y que la violencia

de género causa importantes desregulaciones afectivas a partir de la invalidación (de opiniones,

ideas) que ejerce la pareja como forma de violencia psicológica. En esta experiencia el grupo

terapéutico y las terapeutas cumplen funciones de validación, y la técnica de mindfulness desde

el no juzgar la experiencia, conduce a la autovalidación.

La evaluación del programa de Iverson et al. (2009) se realizó en Estados Unidos con 31

participantes, de las 46 intencionadas en la muestra inicial (15 no culminaron programa), la edad

media fue de 40,7 años. Se llevó a cabo en 12 sesiones de dos horas para grupos de 8

participantes y dos terapeutas en cada sesión. Las sesiones incluían: trabajo para el desarrollo de

habilidades personales y comprobación de su aplicación en la vida cotidiana entre sesiones,

validación, contención y soporte por parte del grupo y de las terapeutas.

Como resultados del programa de Iverson et al. (2009) se apreció reducción significativa

de la depresión, desesperanza y malestar psicológico, así como mejoras en el ajuste social y alta

satisfacción de las participantes con el programa. No se encontraron diferencias entre los niveles

de malestar psicológico entre pre test de las participantes que abandonaron el programa y las que

lo culminaron. Tampoco se encontró influencia en que continuaran conviviendo con el agresor

como variable predictora de interrupción del programa. La variable que mejor predijo el apego al

tratamiento fue el mayor nivel educativo.

90
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Otra intervención de formato breve e individual fue evaluada por Zlotnick, Capezza, y

Parker (2011) en Estados Unidos, dirigida a mujeres embarazadas entre 18 y 40 años, de escasos

recursos económicos que eran maltratadas por sus parejas, sin diagnósticos de TEPT ni depresión

al momento de incluirse en la muestra. La intervención se basó en los principios de terapia

interpersonal, que busca reconstruir las relaciones interpersonales y redes de apoyo social, las

cuales se vieron deterioradas por los mecanismos de aislamiento del agresor y los escasos

recursos económicos en esta población.

La intervención de Zlotnick et al. (2011) consistió en 5 sesiones. La primera sesión se

centró en evaluación de las relaciones interpersonales actuales, tanto saludables como abusivas;

la segunda sesión trabajaba estrategias de manejo de la ansiedad, psicoeducación del ciclo del

abuso y elaboración de un plan de seguridad; en la tercera sesión analizaban los riesgos

emocionales del abuso, las consecuencias sobre la depresión postparto y en la transición al rol

materno; en la cuarta sesión se promovían estrategias de resolución de conflictos interpersonales,

desarrollo de sistemas de soporte interpersonal y social, y establecimiento de metas. La quinta

sesión se llevaba a cabo dos semanas después del parto y era una sesión de soporte, cierre y

revisión de los contenidos trabajados en las anteriores.

En los resultados del programa de Zlotnick et al. (2011), las mujeres atendidas con

terapia interpersonal, en comparación con grupo control, mostraron reducción de la probabilidad

(aunque no significativa) de desarrollar TEPT y episodios depresivos durante el embarazo y 3

meses después del parto. Para efectos significativos y duraderos, los autores recomiendan

intervenciones más prolongadas.

La desensibilización y reprocesamiento por los movimientos oculares (EMDR) es un

tratamiento estructurado en protocolos estandarizados y diseñado por Shapiro (2001, c.p.

91
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tarquinio et al., 2012) en el que se integran técnicas psicodinámicas, TCC, mindfulness,

condicionamiento y trabajo de consciencia corporal.

El EMDR se basa principalmente en las funciones naturales del sueño REM para

reestructurar los aprendizajes al dormir; por lo que en las sesiones se inducen estados de

relajación y se indica al paciente focalizarse en estímulos que condicionó o asoció a experiencias

traumáticas, mientras realiza movimientos bilaterales rápidos de los ojos (como los del sueño

REM), para inducir una reestructuración cognitiva o nuevo procesamiento de la información

(Tarquinio et al., 2012).

El EMDR ha sido probado como exitoso para tratar traumas de diversa índole y TEPT,

por lo que Tarquinio et al. (2012) llevaron a cabo un estudio piloto en Francia con mujeres

víctimas de violencia de género. Las participantes en edades entre 18 y 60 años, fueron asignadas

a tres condiciones: tratamiento con EMDR, tratamiento con psicoterapias eclécticas (que

combinaban diversas orientaciones) y grupo control, a aquellas que no quisieron recibir

tratamiento durante la fase de contacto con la muestra. El estudio se llevó a cabo durante 38

meses y el número de sesiones (individuales) variaron entre 25 y 35 de acuerdo a cada

participante y cada terapeuta, cada grupo estuvo conformado por 12 participantes (n=36).

Los resultados de Tarquinio et al. (2012), refieren en las pacientes tratadas una reducción

significativa de los síntomas de malestar psicológico general, síntomas asociados a TEPT,

ansiedad y depresión, lo cual no se evidenció en grupo control. La condición de tratamiento con

EMDR se mostró significativamente más eficaz que las terapias eclécticas en todas las variables

evaluadas, menos en depresión (con iguales resultados). Las participantes valoraron mayor

satisfacción con los terapeutas de terapias eclécticas, lo que los autores atribuyen a mayor trabajo

en el vínculo por no tener que seguir protocolo estandarizado como en EMDR.

92
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

El estudio de Tarquinio et al. (2012) ha sido un proyecto piloto con limitaciones por no

controlar variables que igualen las situaciones. Como dato llamativo presente en la mayoría de

los estudios de evaluación de programas de intervención con esta población, también se

encontraron mujeres reticentes a participar en el tratamiento, en este caso asignadas a grupo

control. Entre los motivos para no participar las mujeres refirieron: experiencias negativas

anteriores con psicoterapias, poca credibilidad de la propuesta, poca confianza en la psicología,

no querer ser parte de un estudio, miedo a descubrir asuntos sobre sí mismas y finalmente, tener

otras prioridades y ocupaciones que les impedían asistir a psicoterapia.

De acuerdo a Allen y Wozniak (2013) la experiencia de abuso y haber pasado por un

refugio suele dejar a las mujeres con una identidad y relato de vida marcado como víctimas o

sobrevivientes de maltrato, restringiendo el desarrollo de su identidad personal. Ante esto, los

autores evaluaron una intervención terapéutica basada en rituales de transición con mujeres que

habían completado la intervención en crisis en refugios. Durante 2 años, 24 mujeres de tres

condados distintos de Estados Unidos, completaron la intervención.

Esta intervención de Allen y Wozniak (2013) consistió impartir a las mujeres un

curriculum teórico para la resignificación de la violencia de género, basado en filosofía

existencialista, posmodernismo, antropología y trabajo social. Esta fase teórica iba precedida por

rituales de sanación para la transición en la que reconstruyeran su identidad social y personal,

desligándola de la experiencia de abuso.

Los rituales de sanación en el estudio de Allen y Wozniak (2013) se basan teóricamente

en estudios de antropología y psicología, que reconocen las prácticas culturales y sociales de

rituales como promotores de cambios sociales, de la identidad y las relaciones interpersonales.

En la práctica con los grupos terapéuticos integraban actividades artísticas (poesía,

93
Maria Luisa Mondolfi Miguel

escenificaciones, canciones), espirituales e idiosincráticas, con el fin de promover la

construcción de lazos sociales entre las participantes, sentido de futuro, y restablecimiento de su

salud.

Si bien, Allen y Wozniak (2013) admiten no haber seguido la rigurosidad del método

positivista, han recogido numerosas observaciones clínicas que describen los beneficios de este

tipo de prácticas basadas en los productos artísticos y culturales y han publicado el protocolo de

su programa para ser replicado y evaluado.

Como intervención breve; Michalopoulou, Tzamalouka, Chrousos, y Darviri (2015)

evaluaron el empleo de técnicas de manejo del estrés en mujeres víctimas de violencia de género

en una casa de acogida de Atenas, Grecia. La edad media de la muestra era de 41 años. Se

asignaron 18 participantes al grupo control, que recibieron la atención habitual del centro y 17 al

grupo experimental a quienes se instruyó practicar 2 veces al día durante 8 semanas técnicas de

respiración y relajación muscular progresiva siguiendo las instrucciones de un CD grabado.

Al final de la intervención de Michalopoulou et al. (2015) solo se encontraron diferencias

significativas pre test – post test entre grupo control y experimental en estrés percibido (a favor

de grupo experimental), más no en las otras variables medidas: alteraciones del sueño, depresión,

percepción de autocontrol sobre la propia salud y estrategias de afrontamiento. Los autores

recomiendan el diseño y evaluación de programas orientados a cubrir estos objetivos.

El programa You Are Not Alone (No estás sola) es una intervención que se lleva a cabo en

centros de atención a mujeres maltratadas por sus parejas en Canadá, cuya eficacia fue evaluada

por Tutty, Babins-Wagner y Rothery (2016), además de comparar las características de

participantes que abandonaron el programa (n=165) con las que lo completaron (n=214).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

El programa You Are Not Alone consiste en 14 sesiones de 2 horas de frecuencia semanal,

en grupos de 6 a 12 participantes co-facilitados por un terapeuta masculino y una terapeuta

femenina. El programa cubre como objetivos el identificar las dinámicas de abuso, favorecer la

toma de decisiones y la capacidad de establecer relaciones saludables; emplea técnicas de TCC,

relajación, construcción de roles de socialización de género, juegos de roles y visualización de

materiales audiovisuales (Tutty et al., 2016).

Los resultados de la evaluación del programa You Are Not Alone refieren que las mujeres

que completaron el programa mostraron mejoras significativas en depresión, estrés, autoestima y

logro de metas del programa, más no en TEPT ni ansiedad. La comparación con el grupo que no

completó el programa, refiere que estas participantes mostraron más gravedad en los síntomas

del pre test, mayores antecedentes psiquiátricos e ingresos económicos más bajos. Los autores

describen a la población como difícil de involucrar en el tratamiento y recomiendan continuar

evaluando programas variados (Tutty et al., 2016).

95
Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

4. El Teatro y el Arte como Herramientas de Intervención en la Violencia de Género

4.1. Terapias del Arte / Arte Terapias

En general, existen dos corrientes que se deben diferenciar de las arte terapias o terapias

del arte, estas son el arte como terapia y la psicoterapia del arte.

En la psicoterapia del arte, de orientación psicoanalítica, se emplea la producción

artística como un medio de acceso a los contenidos inconscientes, más que como un fin en sí

misma. El trabajo terapéutico se basa en el análisis de los contenidos que acceden del

inconsciente a la consciencia por medio del proceso creativo del paciente durante las sesiones,

pues las producciones artísticas se consideran manifestaciones directas del mundo psíquico

(Leclerc, 2015).

La diferencia entre las terapias del arte y la de la psicoterapia del arte es que la segunda

solo emplea técnicas de terapias expresivas como complemento a las terapias verbales para

obtener contenidos inconscientes, mientras que las terapias del arte se circunscriben como

disciplinas en sí con una formación especializada por parte del arte-terapeuta, con estándares de

práctica en esa modalidad establecidos por la organización o entidad que regule el ejercicio en la

localidad (Malchiodi, 2013).

En el arte como terapia, se promueve la producción artística en presencia de un arte-

terapeuta, considerando el proceso creativo como un fin y un acto intrínsecamente terapéutico. El

proceso se centra en el bienestar de la persona, las fortalezas del yo y la liberación. Dentro de

esta corriente se considera como pionera Edith Kramer en la década de los años 1950, con sus

trabajos con sobrevivientes de guerra (Leclerc, 2015).

Los términos terapias del arte o arte terapias se usan como sinónimos, igualmente se

designan terapias del arte expresivas a la musicoterapia, danza terapia, biblioterapia y

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

dramaterapia. Mientras que a la terapia del juego y de la caja de arena, se clasifican solo como

terapias expresivas (Malchiodi, 2013).

Las arte terapias de acuerdo a Hamel y Labrèche (2015) son procedimientos de

acompañamiento al individuo y a los grupos en los que se emplean medios artísticos para la

expresión de emociones, ideas y conflictos. Así mismo, por medio de recursos y experiencias

artísticas se busca la resolución de problemas, la cura al sufrimiento, a la angustia y al malestar

psíquico.

Dentro de las arte terapias existen las aproximaciones únicas, en las que se emplea un

solo medio (visual, teatral, musical, movimiento) o se combinan varios, en aproximaciones

mixtas o enfoques integrativos, de varias disciplinas en las que el terapeuta tenga formación o

experiencia y los participantes tengan interés (Hamel & Labrèche, 2015).

4.1.1. Metodología en las arte terapias.

La profesión de arte-terapeuta es una profesión emergente en la que se emplean técnicas

especializadas, basadas en el arte para evaluar el funcionamiento mental del cliente o de los

participantes, diseñar planes de intervención y evaluar sus efectos o resultados (Hamel &

Labrèche, 2015).

Las diferentes disciplinas en las arte terapias, incluyen de acuerdo a Malchiodi (2013):

 Arteterapia: empleo de artes visuales, imágenes y procesos creativos. El paciente realiza

reflexiones sobre sus producciones en función de sus conflictos internos, variables de

personalidad, intereses o áreas de desarrollo personal.

 Musicoterapia: emplea la música para mejorar el funcionamiento cognitivo, físico,

psicológico o social del individuo.

 Danzaterapia o terapia de danza/movimiento: basada en la concepción de que el cuerpo y los

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

procesos psicológicos son inseparables y el movimiento corporal es capaz de promover la

integración física, emocional y cognitiva del individuo.

 Biblioterapia y poesía- terapia: ambos términos se emplean como sinónimos y se basan en el

uso de la poesía y otras expresiones literarias para el crecimiento personal y con fines

psicoterapéuticos.

 Dramaterapia: emplea el drama y procesos teatrales para generar reflexiones y asociaciones

sobre sus resultados orientadas a objetivos terapéuticos tales como el alivio de malestar

psicológico, integración física - emocional y crecimiento personal.

Dentro de las terapias del arte la dramaterapia es particularmente activa, ya que permite

al paciente o cliente contar su historia, realizar catarsis emocional, practicar soluciones a sus

problemas, ejercitar nuevos roles, reflexionar y profundizar en su auto exploración en

función de las imágenes creadas y experimentadas.

 Terapia del juego: emplea el poder terapéutico del juego en la elaboración de conflictos,

dificultades interpersonales y crecimiento personal, guiado por un terapeuta entrenado.

 Caja de arena: emplea una caja de arena con figuras miniaturas con las que el cliente-

paciente escenifica situaciones e imágenes que le llevan a explorar sus contenidos psíquicos.

Junto a la terapia del juego, es una modalidad de terapia expresiva (no del arte), se explican

aquí sus características, ya que muchas veces se emplean en los enfoques integrados junto a

las terapias del arte.

 Abordajes integradores o intermodales: emplea dos o más terapias expresivas o del arte para

favorecer la expresión, conciencia, desarrollo personal o habilidades de interacción

interpersonal.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

Las terapias del arte son tan variadas como la formación y orientación teórica de los

terapeutas y los medios artísticos que emplean. Hollaway, Dokter y Seehbom (2011) tras revisar

el trabajo de arte-terapeutas en Europa y específicamente en Reino Unido, concluyeron que las

principales corrientes son la psicodinámica o psicoanalítica y la sistémica.

En cuanto a los procesos intra e intersubjetivos de las terapias del arte como tratamiento,

estas se basan en el potencial creativo de la persona como medio para expresar las experiencias

individuales o colectivas y lograr el contacto consigo mismo, por medio de elementos simbólicos

verbales y no verbales, que surgen como contenido manifiesto de aquello que -en una acepción

psicoanalítica- ha estado latente (Battaglia, 2009; López-Martínez, 2009).

El empleo del arte con fines terapéuticos va desde su concepción como mecanismo de

sublimación, elaboración y simbolización de conflictos subyacentes que encierra el proceso

creativo como transformador en sí, hasta su uso como un lenguaje que se debe acompañar de la

interpretación puntuada por el terapeuta para alcanzar la elaboración real (Battaglia, 2009;

López-Martínez, 2009).

De acuerdo a Malchiodi (2013), lo que define a las terapias del arte de otras modalidades

psicoterapéuticas son los siguientes procesos: autoexpresión, participación activa, imaginación y

conexión de cuerpo y mente, que se detallan a continuación:

 Autoexpresión: por medio de la actividad artística, que puede resultar menos amenazante que

la verbalización para lagunas personas. Se busca en las terapias del arte que la persona

exteriorice recuerdos, haga catarsis de sus contenidos psíquicos y los transforme en la

creación.

100
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

La tendencia en la autoexpresión es que el paciente sea el que explore el contenido y le

aporte significados y no que el terapeuta sea quien los interprete, por lo que en las sesiones se

suele destinar al menos un momento a la reflexión verbal.

 Participación activa: son técnicas participativas y orientadas a la acción, que requieren que el

cliente invierta energía en la creación, oriente sus procesos atencionales en metas y objetivos

conductuales, redirigiendo y activando su conciencia en procesos sensoriales.

 Imaginación: el pensamiento imaginativo es un proceso requerido para la cristalización de la

creatividad en un producto de autoexpresión, que conlleva experimentar con nuevas formas

de solucionar una situación, por medio del movimiento, dibujo, sonido. Así el uso de la

imaginación induce al cambio, a posibles soluciones y finalmente a la reparación.

 Conexión mente - cuerpo: por la estimulación sensorial múltiple, el uso del movimiento y la

interacción. Las terapias del arte hacen que a través de procesos psicológicos, se favorezcan

cambios en las funciones corporales y síntomas psicosomáticos y viceversa.

Las técnicas que emplea y promueve el terapeuta en estas disciplinas de acuerdo a López-

Martínez (2009) se resumen en:

 Libre expresión: entendida como la invitación a explorar el proceso creativo, sin limitarse o

preocuparse por el dominio de la técnica o los resultados estéticos.

 Proyección: en la libre expresión surgen contenidos subjetivos que se invita a analizar como

elementos simbólicos. Puede realizarse la proyección de manera consciente si se conduce por

el o la terapeuta a explorar aspectos específicos de la vida o la personalidad o de manera

inconsciente si se realiza la exploración sin línea directiva previa.

 Transformación y elaboración: a través del análisis de los contenidos simbólicos y su

resignificación por parte del participante, que comprende sus propios símbolos y los actualiza

101
Maria Luisa Mondolfi Miguel

(proyección inconsciente), revive experiencias de su propia vida dándoles un desenlace

simbólico o logra aceptar aspectos no tolerados de sí mismo (proyección consciente).

 Contención: proceso en el que entra el o la terapeuta como un Yo auxiliar que calma y

consuela ante el desborde afectivo o de angustia que pueda desestructurar a la persona

participante.

Sobre la técnica terapéutica, Omenat (2006; c.p. López-Martínez, 2009) propone que dentro

de las sesiones de terapias del arte existen diferentes niveles de intervención, de acuerdo a los

objetivos que se establezcan en la alianza. Estos niveles comprenden:

1. Contención y comunicación: busca disminuir el malestar de enfermos mentales agudos o

crónicos, mejorando su capacidad de comunicación e interacción, y disminuyendo sus

niveles de angustia desestructurante.

2. Apoyo y acompañamiento: se emplea en enfermos crónicos o en el área de la salud, con

enfermedades físicas que acarrean una readaptación de la vida o en cambios importantes en

la biografía de la persona. No se busca lograr cambios profundos en la personalidad, sino

actuar como un Yo auxiliar que acompaña y orienta.

3. Resolución de conflictos: es el que el autor recomienda en caso de víctimas de traumas. Se

busca una elaboración del suceso y la angustia que lo acompaña.

4. Orientados al cambio: en intervenciones largas de enfoque psicoanalítico donde por medio de

la regresión y transferencia se intenta resolver conflictos profundos.

Las primeras sesiones de arte terapia están orientadas a crear la alianza terapéutica, en

cuanto al cumplimiento de los horarios y modalidades de trabajo, el rapport y contrato en el que

se establece la confidencialidad entre terapeuta miembros del grupo (si el trabajo es grupal), se

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

ponen en común acuerdo los objetivos a alcanzar y el terapeuta tendrá una actitud en la que se

respetan las defensas de los pacientes, sin interpretarlas (López Martínez, 2009).

En cuanto a la estructura de las sesiones Malchiodi (2013) describe que es frecuente

iniciar con actividades de calentamiento que dependiendo de la disciplina y las estrategias

empleadas pueden por ejemplo, ser movimientos corporales o el tarareo de una melodía para

calentamiento de voz. También es frecuente el uso de actividades de relajación para abrir la

sesión, lo que permite evaluar el estado de humor del cliente- paciente. Posteriormente se suelen

suceder una o varias estrategias expresivas como escritura o role-play y se suele destinar algún

momento para la reflexión verbal, generalmente como cierre de la sesión.

En cuanto a los contenidos, para López-Martínez (2009) las intervenciones con estas

disciplinas abarcan procesos pedagógicos (aprendizaje de conductas, estrategias, destrezas,

habilidades), terapéuticos (solución de conflictos intrapsíquicos o interpresonales, elaboración de

traumas) y estéticos (resultados artísticos y producciones).

4.1.2. Orígenes históricos de las arte terapias.

Las artes han sido parte del bienestar y la salud a lo largo de la historia de la humanidad.

Desde El mundo antiguo, los egipcios recomendaban a las personas con enfermedad mental las

actividades artísticas, los griegos empleaban la música con fines rituales y reparadores; incluso

en la Biblia se menciona al Rey Saúl y sus usos de la música para alcanzar la felicidad y realizar

alegorías espirituales (Malchiodi, 2013).

Durante el renacimiento, el físico inglés Robert Burton teorizó sobre la importancia de las

artes en la salud y bienestar y el humanista - educador italiano Vittorino da Feltre destacaba la

importancia del juego y la danza en la educación y desarrollo infantil (Malchiodi, 2013).

103
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Entre 1800 y 1900, con la llegada de la psiquiatría, se plantea la necesidad del trato más

digno a los enfermos mentales y, con ello su implicación en actividades artísticas. Pero estas

fueron ideas transitorias que no se profundizan hasta el siglo XX cuando luego de la I Guerra

mundial se reportan casos de sobrevivientes traumatizados que solo respondían a estímulos de la

música (Malchiodi, 2013).

Para algunos autores la vinculación del arte con la psicoterapia consigue uno de sus

mayores sustentos teóricos en el psicoanálisis y en Freud, quien a finales del siglo XIX irrumpe

con sus teorías del inconsciente y plantea que la expresión artística es resultado de la

sublimación; un mecanismo de defensa de alto nivel, que permite al individuo transformar sus

pulsiones sexuales y agresivas en resultados socialmente elogiables y a la vez constituye un

medio de elaboración del conflicto que tales contenidos generan al Yo. Igualmente Freud mostró

interés por el análisis de la vida y personalidad de artistas como Da Vinci y Dostoievski, a través

de sus obras y biografías (Battaglia, 2009; Malchiodi, 2013).

Como influencia teórica, el psicoanálisis freudiano además introduce el concepto del

mecanismo de proyección que consiste en la exteriorización de contenidos inconscientes. Uno de

los medios de exteriorización son las producciones artísticas, consideradas como un medio útil

tanto para la evaluación diagnóstica, como para la producción de contenidos susceptibles a la

interpretación psicodinámica con fines terapéuticos.

La actividad artística fue también fomentada en el campo de la psiquiatría y psicoanálisis,

por Jung, quien se interesó en la simbolización a través de las imágenes como vía de

comprensión y exploración durante el tratamiento; y desde la movilización del imaginario del

paciente durante los procesos creativos como posibilidad de cura en el psicoanálisis a través del

arte (Labrèche & Ranger, 2015).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

En 1926 Jacob Levy Moreno inicia el psicodrama. Igualmente en 1926 Florence

Goodenough desarrolla toda una técnica de evaluación cognitiva en niños por medio del dibujo

de la figura humana y también en los años 1920´s la pediatra Margaret Lowenfeld desarrollaba la

terapia infantil a través del juego (Malchiodi, 2013).

En Europa de mediados del siglo XX se impulsa el poder sanador de la experiencia

artística desde movimientos de como el arte bruto promocionado por Jean Dubuffet en su afán

por ampliar la expresión artística del medio académico y acercarla a personas provenientes de

diferentes medios, entre ellas las poblaciones psiquiátricas, que son invitadas y valoradas por

este movimiento tanto para apreciar el arte en galerías como para convertirse en partícipes,

creadores o inspiración de artistas. Los artistas que se adhieren a esta corriente comienzan a

apreciar y proclamar el poder terapéutico del arte (Labrèche & Ranger, 2015)

Mientras en América, entre las décadas de 1930 y 1940 se generan movimientos de

artistas y psicoterapeutas que propugnan la el potencial de las artes creativas como medio de cura

y alternativa a las terapias verbales para personas con enfermedades mentales severas. Centros

psiquiátricos importantes como Menninger Clinic en Kansas y St. Elizabeths en Washington

incorporan las artes como actividades terapéuticas (Malchiodi, 2013).

4.2. Dramaterapia

La dramaterapia es una especialidad dentro de las arte terapias, cuyo medio de expresión

artística principal es el teatro y el arte dramático. La Asociación Británica de Dramaterapeutas

(British Association of Dramatherapists), define la dramaterapia del siguiente modo:

“Dramatherapy has as its main focus the intentional use of healing aspects of drama and

theatre as the therapeutic process. It is a method of working and playing that uses action methods

to facilitate creativity, imagination, learning, insight and growth” (Hollaway et al., 2011, pp.3)

105
Maria Luisa Mondolfi Miguel

(La dramaterapia tiene como principal enfoque el uso intencional de aspectos sanadores

del drama y el teatro como proceso terapéutico. Es un método de trabajo e interpretación que

emplea métodos de acciones para facilitar la creatividad, imaginación, autopercepción y

crecimiento).

Miembros de la Asociación Norteamericana de Dramaterapia (NADTA) coinciden con la

definición británica de dramaterapia como una disciplina basada en el potencial del teatro para

sanar, más allá de la diversidad de abordajes teóricos y de métodos que se emplean (Johnson,

Emunah & Lewis, 2009).

Phil Jones, quien ha sido uno de los grandes teóricos en la sistematización de la disciplina

de dramaterapia, la define como una forma de terapia basada en el gran potencial curativo del

drama y el teatro, vistos como formas de participar activamente en la realidad y no meras

formas de imitarla (Jones, 1996).

4.2.1. Orígenes de la dramaterapia.

El reconocimiento del potencial terapéutico del drama, se ubica en la antigüedad, cuando

Aristóteles proponía la tragedia como medio para inducir el estado emocional y espiritual de la

catarsis (Jones, 1996; Landy, 1997).

Las tradiciones medievales (que aún sobreviven en algunos lugares de Europa) como la

víspera de San Nicolás en las montañas de Bavaria, o el festival del caballo de Padstow (Padstow

Hobby Horse), remiten a catarsis colectivas de liberación emocional para los individuos y las

comunidades por medio de la dramatización (Jones, 1996).

La historia de los usos terapéuticos del drama en las culturas no occidentales, de acuerdo

a Jones (1996) es más difícil de esclarecer, pero se vincula al chamanismo y a los rituales

sanadores, en los que se suelen emplear máscaras y escenificación.

106
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Los orígenes de la dramaterapia como disciplina son ubicados por autores como Jones

(1996) y Landy (1997) entre 1908 y 1917 con los trabajos de Vladimir Iljine en la Unión

Soviética, donde desarrolló un método que llamó Teatro Terapéutico.

Iljine describe su método como la combinación de ciencias (biología, medicina) con las

artes (música, teatro) y humanidades. Sus trabajos se desarrollan dentro de los movimientos

experimentales del teatro ruso de la época, trabajó con pacientes de hospitales psiquiátricos y

estudiantes con problemas emocionales (Jones, 1996).

El Teatro Terapéutico de Iljine se basaba en improvisación, interpretaciones instantáneas

y espontáneas, así como la creación de escenarios para las improvisaciones. Trabajaba en grupos

o sesiones individuales y recomendaba un mínimo de 30 sesiones dos veces por semana con 10-

15 participantes para un solo terapeuta y hasta 30 si se contaba con dos o tres terapeutas (Jones,

1996).

Para el entrenamiento en improvisación Iljine incorporaba ejercicios corporales y vocales

de calentamiento para promover la espontaneidad por medio de la flexibilidad, sensibilidad y

habilidad para comunicarse, que solían estar deterioradas en personas con alteraciones

emocionales o trastornos mentales. En estos calentamientos Iljine empleaba la imitación de

movimientos de animales y actividades basadas en el yoga (Jones, 1996).

La primera fase del proceso en el Teatro Terapéutico de Iljine se realizaba con ejercicios

de improvisación, de donde muchas veces se obtenía el tema a tratar para pasar a la siguiente

fase. El tema también podía identificarse por discusiones grupales, entrevista de la historia

individual, trabajos en imaginación, empleando cuentos populares y fábulas relacionados o sobre

situaciones reales y puntuales de la vida cotidiana de los participantes en el hospital o en sus

trabajos (Jones, 1996).

107
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Una vez identificado el tema a trabajar, Iljine discutía con el cliente o con el grupo los

puntos centrales a explorar y los medios para representarlo y empezaban a trabajar en el diseño

del escenario, asignación de los roles y creación de las escenas, en algunas ocasiones con

máscaras, vestuarios y en otras solo algunas sillas en el escenario. Esta fase era la base para la

involucración emocional en la escena, dando paso a la representación de cada escena con pausas

intermedias para discutir los contenidos (Jones, 1996).

Finalmente, luego de las representaciones en Teatro Terapéutico de Iljine iniciaba la fase

de reflexión y feedback en la que cada participante analizaba su recorrido emocional en las

sesiones y en las escenas y lo relacionaba con su vida cotidiana (Jones, 1996).

De acuerdo a Landy (1997) la obra de Iljine tuvo influencia en la dramaterapia,

mayormente en Alemania y Holanda. También reconoce a Moreno como la figura que más

influencia tuvo sobre la dramaterapia en Europa y América.

Para otros autores como Johnson (2009a) los orígenes de la dramaterapia son

identificados en el psicodrama iniciado por Moreno en los años 1920. Moreno utilizó

rigurosamente el teatro con fines terapéuticos, además se encargó de sistematizar su teoría y

técnica por escrito y difundir la formación en varios discípulos.

El término dramaterapia, de acuerdo a Jones (1996) y Landy (1997) es introducido por

Peter Slade en 1939 en una conferencia de la Asociación Médica Británica, mientras que en

Estados Unidos, el término lo introduce Flosheirm en 1946 en un artículo para la Asociación

Americana de Terapia Ocupacional. Pero como disciplina, la dramaterapia se establece cuando

logra desligarse del psicodrama, así como del empleo de técnicas dramáticas acompañando otros

tipos de terapias y adquiere una identidad distinta a las demás terapias expresivas en los

contextos hospitalarios, de atención y académicos.

108
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Entre los fundadores contemporáneos de la dramaterapia, Johnson (2009a) menciona a

Eleanor Irwin, Marian Lindkvist, Sue Jennings, Richard Courtney y Gertrud Schattner.

Eleonor Irwin; quien se formó como terapeuta del lenguaje, ya en la Clínica de

Orientación Infantil de Pitsburg, mentorizada por Marvin Shapiro, realizó rigurosos estudios de

caso con empleo de dramaterapia siguiendo una reflexión teórica de orientación psicoanalítica,

de donde derivaron sus publicaciones en los años 70 (Johnson, 2009a).

Marian Lindkvist influenciada por la tradición británica de drama en la educación

(drama-in- education) fundó el Instututo Sesame en Londres en 1964, donde se combinaba la

psiquiatría, con las terapias del arte, movimiento y dramaterapia. En 1974 el Instituto Sesame

inauguró el curso de dramaterapia a tiempo completo; en donde se formó, entre otras Renée

Emunah, desarrolladora de uno de los principales métodos actuales de dramaterapia. Así Sesame

tuvo un importante rol en la institucionalización académica de la dramaterapia, la formación de

terapeutas y en la difusión por medio de publicaciones (Johnson, 2009a).

Sue Jennings, también procedente de la tradición británica del teatro en la educación,

además de su desempeño como dramaterapeuta, es reconocida como una de las impulsoras del

gremio, desde su curso en drama terapia en la Universidad de Hertfordshire y su ayuda a la

creación de la Asociación Británica de Drama Terapia en 1974. Además, difundió la

profesionalización por medio de programas impartidos en el resto de Europa y en Israel, y su

continuo contacto con gremios en Canadá y Estados Unidos (Johnson, 2009a).

Richard Courtney, profesor de drama en Canadá, de origen británico, aporta a la

dramaterapia algo esencial al ser una disciplina reciente, a partir de la conexión con otros campos

como la psicología y la psicoterapia como sustentos teórico, con la publicación en 1968 de su

109
Maria Luisa Mondolfi Miguel

libro Play, Drama and Thought (Juego, Drama y Pensamiento), que marcó influencia en

practicantes de varios países, ávidos por soporte teórico (Johnson, 2009a).

Gertrud Schatcher, formada como actriz en Europa, luego de la II Guerra Mundial trabajó

por medio del drama con los sobrevivientes a campos de concentración, desde su formación

como actriz, con ejercicios de improvisación, juegos de roles, ejercicios de movimientos. Años

después se trasladó a Estados Unidos, donde se forma como psicoterapeuta y fue profesora de

dramaterapia en ese país durante varios años, hasta su muerte en 1994 (Johnson, 2009a).

Influenciados y formados por Peter Slade, Marian Lindkvist y Sue Jennings, en Reino

Unido se formó una nueva generación de dramaterapeutas que se especializaron en diversos

métodos de intervención y poblaciones. Entre ellos: Alida Gersie, en elaboración de historias;

Ann Cattanach en dramaterapia combinada y terapia del juego con niños abusados; Phil Jones en

niños con trastornos mentales y afectivos, Dorothy Lange con influencia psicodramática; Roger

Graigner y su empleo de la dramaterapia relacionada a la vida espiritual, entre otros (Landy,

1997).

En Estados Unidos de Norteamérica, la dramaterapia tiene un gran auge a partir de los

cambios sociales y necesidades terapéuticas que dejó la guerra de Vietnam, cuando empiezna a

emplearse y popularizarse otras terapias expresivas, lo que despierta el interés de profesionales

formados en el teatro e inmersos en el movimiento de teatro experimental y comunitario de la

época, quienes encuentran en el psicodrama una técnica en la que desempeñarse en el campo de

la salud mental. Estos nuevos profesionales aportarían algo que la formación en psicodrama no

exigía a sus discípulos: la formación previa en el teatro (Johnson, 2009a, Landy, 1997).

Durante estos años en Estados Unidos, al igual que ocurrió en Reino Unido, los

precursores de la disciplina y quienes se formaron con ellos, continuaron trabajando con diversas

110
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

poblaciones e intentando definir la disciplina y las competencias requeridas por los practicantes.

En 1979 se creó la Asociación Nacional para la Drama Terapia, actualmente Asociación

Norteamericana de Dramaterapia (NADTA), que regula el ejercicio profesional tanto en Estados

Unidos como en Canadá y ha ido a la par de la creación de programas universitarios de Máster

como el que estableció Robert Landy en la Universidad de Nueva York y el de Renée Emunah

en la Universidad de Antioch - California (Johnson, 2009a).

Entre los abordajes y poblaciones estudiadas en Norte América han destacado como

fundadores contemporáneos: David Read Johnson con sus trabajos iniciales con pacientes

esquizofrénicos y posterior especialización en trastorno de estrés post traumático, pero sobre

todo en la creación de un enfoque dramaterapéutico propio conocido como Developmental

Trasformations o DVT (traducible como: transformaciones desarrolladoras); Renée Emunah,

formada en el instituto Sesame desarrolló sus primeros trabajos con adolescentes con trastornos

emocionales; Robert Landy quien se había formado como actor, director y dramaturgo teatral

inició sus trabajos con niños y adolescentes con trastornos emocionales, desarrollando su propia

teoría y método de dramaterapia (método del rol); Pam Dunne desarrolla su método de trabajo

basado en la proyección y métodos narrativos -narradrama- (Landy, 1997, 2006).

En Canadá los trabajos de Stephen Snow y Barbara Mckay dieron paso a la dramaterapia

en el ámbito académico, con la creación del primer programa de máster en la disciplina, en ese

país (Landy, 1997).

En la actualidad, la dramaterapia se ha organizado como una disciplinan y la profesión de

dramaterapeuta ha sido reconocida en varios países con programas de máster acogidos por

universidades de prestigio y organizaciones gremiales.

111
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En Reino Unido preside al gremio la Asociación Británica de drama terapeutas (BADTh)

y cuentan con el programa de Máster de Roehampton y el único programa doctoral del mundo en

dramaterapia en la misma universidad; en Estados Unidos y Canadá el gremio se agrupa en la

Asociación Norteamericama de Drama Terapia (NADTA). En Holanda existen estudios de grado

en dramaterapia; Israel cuenta con dos programas académicos: certificado en dramaterapia por el

Instituto Tel Hai y Máster por la Universidad de Lesley. También se imparten cursos con

diversos niveles de certificación en Irlanda, Alemania, Cipres, Italia, República Checa,

Finlandia, Hong Kong, Taiwan, Japón y Korea (Landy, 2006).

4.2.2. Metodología, técnicas y diversos enfoques en la dramaterapia.

Para referirse a los enfoques actuales en dramaterapia, Landy (2006) hace referencia a la

incipiente identidad de la disciplina y dificultad en el reconocimiento de sus enfoques de acuerdo

al desarrollo de sus teorías, su verificación en la investigación y difusión por medio de la práctica

clínica y publicaciones.

Igualmente Landy (2006) cuestiona la poca prolijidad en la difusión científica de la

dramaterapia como disciplina y reconoce además que la práctica clínica está permeada por el

programa en el que se formen los dramaterapeutas, y la orientación teórica y clínica de sus

mentores y supervisores de casos. De acuerdo a estos criterios de desarrollo teórico, investigación

y difusión el autor distingue como aproximaciones claramente definidas dentro de la disciplina tres

corrientes: su propio método de la teoría de rol, trasformaciones desarrolladoras o para el

desarrollo (DVT) de David Read Johnson; y el psicodrama.

Sin embargo, el mismo Landy (2006) discurre en que el psicodrama puede tenerse más como una

fuente (teórica y clínica) de la dramaterapia y que esta aseveración dejaría por fuera

aproximaciones que también se imparten desde formaciones de postgrado y se difunden en la

112
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

práctica clínica, tales como: el modelo de las cinco fases integrativas de Renée Emunah, el teatro

ritual terapéutico de Stephen Snow, la aproximación psicoanalítica de Eleonor Irwin, el

narradrama de Pamela Dunne; el importante trabajo teórico de Alida Gersie y el storymaking

(creación de historias) de Sue Jennings.

A continuación se describen algunos de estos métodos, actualmente difundidos en los programas

de postgrado y formaciones alternativas de la NADTA y recogidos en la antología Current

approaches in drama therapy (aproximaciones actuales en drama terapia), compilada por David

Read Johnson y Renée Emunah (Johnson & Emunah, 2009) y empleando las investigaciones

difundidos en algunas publicaciones de revistas científicas.

4.2.2.1. La teoría y el método del rol.

El dramaterapeuta Robert Landy ha desarrollado durante varias décadas su propia teoría

del rol en función de su método de dramaterapia. La teoría tiene acepciones en las formulaciones

de Jacob Levy Moreno, Theodore Sarbin y Erving Goffman, pero ha sido ajustada por el empleo

que Landy ha hecho en su propia práctica como dramaterapeuta (Landy, 2009).

La construcción de la teoría del rol de Landy surge además del análisis de la literatura

dramática y la historia del teatro como producto cultural, del que el autor desprende la taxonomía

de los roles, sus propiedades y usos con fines terapéuticos en la dramaterapia, y finalmente un

instrumento de evaluación propio para su método (Landy, 1992, 2009; Landy, Luck, & Conner,

2003).

4.2.2.1.1. El rol, sus propiedades, contra rol y guía.

El rol es aquello que contiene pensamientos y sentimientos del individuo hacia sí mismo

y hacia los demás en el mundo social o en el imaginario. La personalidad puede concebirse para

Landy (1992, 2009) como un sistema interactivo de roles o del repertorio posible de los roles que

113
Maria Luisa Mondolfi Miguel

dispone la persona que aunque no los esté ejerciendo en un momento dado, se hallan en su

sistema de roles. Cuanto más amplio y flexible sea este sistema, indicará una estructura de

personalidad más ajustada o saludable, por lo que el objetivo en la dramaterapia es lograr la

expansión y desarrollo de roles.

Para Landy (1991) el concepto y el empleo del rol es lo que distingue en sí a la

dramaterapia de otros tipos de psicoterapia. Su método parte del estudio del rol en la literatura

dramática y su evolución en la historia del teatro para aplicarla a la dramaterapia, distinguiendo

como propiedades de los roles cuatro categorías a ser empleadas por el dramaterapeuta: el tipo de

rol, sus cualidades, función y estilo.

 El tipo de rol en esta teoría se señala en las fuentes históricas del teatro (el héroe, las

deidades, el romántico, el tonto, la ingenua, etc.), como aquellos personajes fuertemente

anclados en la psique colectiva, también entendibles como arquetipos desde la teoría

jungniana. Son aquellos papeles a los que todos, o la mayoría, claramente le atribuimos unas

características comunes. (Landy, 1991, 2009).

 Las cualidades del rol vienen siendo esas características que se le atribuyen al personaje,

junto a las discrepancias y los posibles tipos; como el rol de madre, aunque puedan existir

distintos subtipos de ese rol o distintos tipos de madre (Landy, 1991, 2009).

 La función se refiere al propósito que tiene ese rol dentro de la historia o en su relación con

otros roles del mismo personaje (o en la vida del paciente) y otros significativos; es decir qué

función tiene el rol en la relación con los demás o para qué se ejerce ese rol, qué

motivaciones entraña y qué relaciones sustenta (Landy, 1992, 2009).

 El estilo siguiendo a Landy (1992, 2009) se refiere al modo de explorar y externalizar el rol;

bien sea desde la exageración y caricaturización, desde la comedia, el drama, desde lo

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

grotesco. Son distintas posibilidades que permiten al dramaterapeuta orientar al cliente en el

rol para favorecer su identificación o permitirle un distanciamiento que evite que la situación

le desborde.

El estilo permite abordar la interpretación desde los atributos más conductuales o

cognitivos del personaje o desde lo más afectivo, permitiendo distintas aproximaciones, desde las

posibilidades estéticas o empleo de técnicas dramáticas como el soliloquio, el monólogo o los

apartes, que se convierten en estrategias que el dramaterapeuta (con formación teatral) facilita

para conseguir la distancia o distanciamiento afectivo-cognitivo desde medios estéticos durante

las sesiones (Landy, 1992, 2009).

Cada rol, además de ser identificado por sus cualidades arquetípicas y sus cualidades que

se desvían más o menos de la norma, se relaciona a otros roles o contra roles, de acuerdo a su

función. El contra rol puede bien ser el antagonista (un otro significativo en la vida de la

persona) o pueden ser deseos opuestos dentro de la misma persona que le conducen a la

paradoja, donde debe entrar la función del guía inducida por el dramaterapeuta, que le conduce a

alcanzar un equilibrio entre esa paradoja como inductora del cambio (Landy, 2009).

Esta capacidad de ser guía es algo que el cliente finalmente debe asimilar, para lidiar

entre los opuestos de su personalidad y los obstáculos exteriores, adquiriendo un guía interno que

facilite el equilibrio y el contacto entre las distintas partes de la personalidad y con el entorno

social (Landy, 2009).

4.2.2.1.2. Taxonomía de roles.

Luego de haber revisado las bases teóricas en la teoría de los arquetipos jungnianos, en

los eneagramas de Riso y Hudson y teorías de la estructura de personalidad como la de Carol

Pearson, Robert Landy regresa a la base de que la diferenciación de la dramaterapia de otros

115
Maria Luisa Mondolfi Miguel

tipos de psicoterapia es el que se basa en el drama, en el teatro; siendo el rol la unidad última o el

elemento indivisible en el drama (Landy, 2009).

A partir de este planteamiento, Landy (1992, 2009) realiza una clasificación de roles,

Para su taxonomía emplea la conjunción de 9 elementos:

1. Los dominios: siguiendo a Jacob Levy Moreno sobre la existencia de 3 dominios en los

roles; el psicosomático (funciones somáticas y corporales, sueño, hambre, procesos

digestivos), el psicodramático (fantasía y procesos psicológicos), y el social (relaciones

interpersonales).

2. Las clasificaciones: subdivisiones de los roles en cada dominio particular.

3. El Rol-tipo: equivalente a los arquetipos jungnianos. Se trata de roles universales

cargados de significado y cualidades relacionadas.

4. El Sub-tipo: subdivisiones del rol-tipo cuando hay muchas cualidades que dan origen a

diversas tipologías del mismo rol común.

5. La cualidad: descriptores físicos, morales, sociales, emocionales, cognitivos, espirituales

del rol-tipo.

6. Cualidades alternativas: cualidades como las anteriores pero que pueden ser

contradictorias o complementarias dentro de un mismo descriptor.

7. Ejemplos: los roles relevantes que se repiten en distintos períodos de la historia del teatro

(griego, romano, renacentista, moderno) y que dan prueba de su universalidad

arquetípica.

8. Función: propósito particular del rol para la persona, dentro del personaje que interpreta.

9. El estilo: como es representado el personaje, en relación a su realismo presentacional o

representacional en la escala humana, en nivel de abstracción de las características o de

116
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

realismo concreto. Permite modular los niveles de distanciamiento o aproximaciones

desde lo más cognitivo y conductual o lo más afectivo.

A partir de estos elementos, y del análisis de la literatura dramática, Landy (1992, 2009)

ha realizado una taxonomía, según él mismo inacabada, en 84 roles-tipo que sustentan su teoría y

la práctica de su método.

4.2.2.1.3. Método.

El método del rol y la aplicación de la teoría, ha sido explicado resumidamente por Landy

(2009) siguiendo 8 pasos del proceso terapéutico, que incluyen:

1. Invocar el rol: se realiza tanto en sesiones individuales como grupales, mediante trabajo de

calentamiento corporal o verbal, los participantes exploran su estado actual, mediante juegos de

sonidos, movimientos, palabras, reflexiones, hasta que emerja un personaje y se identifique el rol

a trabajar.

Se pueden emplear técnicas adicionales como la elaboración de historias, modelado de

esculturas, caja de arena, sesiones de juego, entre otros.

2. Nombrar el rol: identificándolo como la condición problemática, se le asigna un nombre, con

ayuda del dramaterapeuta, quien se orienta por la taxonomía.

3. Interpretar el rol: a través de historias y juegos de rol fantaseados, se ejercita el rol y sus

características.

Antes de continuar con el siguiente paso, se realiza un deroling (salir del rol) en el que se

relaciona el rol o personaje con situaciones reales de la vida cotidiana del participante, lo cual

también puede repetirse entre el paso 4 y 5.

4. Exploración de alternativas o sub-roles: se identifican características asociadas a ese rol o

modos alternativos en los que se ejerce o expresa y se continúa trabajando en juegos de rol,

117
Maria Luisa Mondolfi Miguel

interpretaciones y luego relacionándolo con situaciones concretas de la vida del participante.

Aquí aparecen los contra- roles y el participante es llevado a alcanzar la guía entre ambos.

5. Reflejo sobre el juego de rol: se relacionan las cualidades del rol, se exploran en distintos

estilos o géneros (drama, comedia, con máscaras, realismo) y posibilidades (con apartes,

soliloquios, cambio de personajes) y finalmente se exploran las funciones que cumple ese rol en

la acción dramática, es decir, el propósito de ese rol o personaje.

6. Relacionar el rol con la vida cotidiana: incluye el de-role (abandonar el rol) para hacer una

análisis verbal y cognitivo de esos roles y sus funciones en la vida cotidiana, es decir, analizar

por qué se comporta el paciente de un cierto modo.

7. Integración de los roles en un sistema funcional de roles: en donde se busca un equilibrio entre

el trabajo verbal y cognitivo, su integración afectiva y asimilación no verbal.

8. Modelado social: implica los cambios que el nuevo comportamiento y ejercicio de roles

modifica y altera los ambientes sociales del cliente que ha llevado a cabo el tratamiento y como

se reacomodan a estos cambios él y los otros en su entorno.

El propósito último es que el individuo haya asimilado esos roles y contra roles para

reestructurar su vida. Dentro del proceso, Landy (2009) refiere emplear además de diversos

estilos dramáticos para la interpretación, técnicas psicodramáticas como el doble, el cambio de

roles, espejo y compartir reflexiones al cierre de cada sesión o ejercicio. También explica que los

pasos no se cumplen en todos los procesos terapéuticos de un modo subsecuente o lineal, sino

que pueden solaparse o alternarse.

4.2.2.2. Transformaciones del desarrollo.

Las influencias teóricas principales de esta aproximación de dramaterapia, conocida

como DVT por sus siglas en inglés (developmental transformations) según su creador, David

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Read Johnson (Johnson, 2009b), han sido incorporadas paralelamente al desarrollo del método

para explicar o entender los procesos involucrados; aunque durante la práctica, el dramaterapeuta

debe desvincularse de cualquier atadura teórica. De este modo DVT se influencia de las

siguientes perspectivas:

 Las ideas teatrales de Jerzy Grotowski sobre la construcción escénica a través del cuerpo.

 El psicoanálisis y la asociación libre, como medio de improvisación, que en el caso de DVT

se realiza por la expresión corporal más que verbal. También se tienen en cuenta y se hace

uso de las relaciones objetales (en la perspectiva kleiniana) que se establecen entre el

terapeuta y clientes.

 La terapia humanista centrada en el cliente de Rogers.

 Perspectivas filosóficas del existencialismo, postmodernismo y budismo.

4.2.2.2.1. Conceptos básicos y principios en transformaciones del desarrollo.

Existen algunos conceptos centrales para entender la teoría y práctica dramaterapéutica

de DVT que parafraseando a Johnson (2009b), podemos describir como sigue a continuación.

 Inestabilidad del ser: se considera al ser como en constante transformación, siguiendo la

filosofía budista de que la vida es impermanente y turbulenta y la función del ser o individuo

es desarrollarse y transformarse en este devenir. De esta impredecibilidad se orienta como

técnica en la terapia la improvisación, en la que el dramaterapeuta no propone al cliente

juegos ni actividades estructuradas.

La salud es considerada en DVT como la capacidad de fluir en esos cambios, que

implican emanaciones y una fuente que los origine, la teoría de DVT no específica ni limita

cuáles son esas fuentes para cada individuo particular, pero las da como sentadas desde la

perspectiva post-moderna. Por lo que la enfermedad o patología consiste en quedarse anclado en

119
Maria Luisa Mondolfi Miguel

aquellas formas construidas que impiden la emergencia de nuevos modos -de relacionarse, de

concebirse, de concebir al mundo- (Johnson, 2009b). De este modo DVT es contraria

teóricamente al construccionismo, enmarcándose en una perspectiva postmoderna y relativista.

 Emanaciones del cuerpo: entendido el cuerpo como la materia y energía que pude definir la

emanación de cada ser humano.

La primera manifestación del cuerpo es la más simple, como Presencia, como materia

que existe en el universo; la segunda manifestación es el cuerpo como Deseo, entendido como

los impulsos que surgen de tener un cuerpo físico y con energías; la tercera manifestación es el

cuerpo como Persona, que experimenta esos deseos y los conduce con consciencia y voluntad

yoica. Finalmente se encuentra el cuerpo como Otro, que se refiere a los roles sociales e

identidad conformada en la intersubjetividad (Johnson, 2009b).

Estas manifestaciones o emanaciones del cuerpo están activas en interactuantes

constantemente. El cuerpo físico y la consciencia como algo inmaterial dan origen al dilema, en

una perspectiva existencialista, del límite del ser anclado en el cuerpo, generadora de tensión con

los deseos, demandas externas y roles, lo que conduce a la ansiedad dirigida al propio cuerpo o

ansiedad de desintegración (Johnson, 2009b).

Es por esto que el método DVT centra gran parte del trabajo en el embodiment,

implicando todo lo que se haga consciente con el cuerpo y no solo en la simbolización verbal

(Johnson, 2009b).Aquí se aprecia la integración de la influencia psicoanalítica, existencialista y

grotowskiana.

 Proximidad al otro: considerando que el yo está constituido a partir de las percepciones del

otro, cada encuentro pone en riesgo esa base, si cada ser yoico es una entidad en turbulencia

que se conjuga con otra, cada encuentro induce a la trasformación. Los roles y las acciones

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

son los únicos intermedios que nos resguardan en la relación con el otro en el encuentro.

DVT como método trabaja la reducción de esta ansiedad en el encuentro por medio de la

tolerancia a la inestabilidad constante, en lo que entra el siguiente concepto a desarrollar

(Johnson, 2009b).

 Playspace (espacio de juego o interpretación): este espacio se crea entre los participantes de

un grupo terapéutico o de una pareja terapéutica (dramaterapeuta- paciente), en los

tratamientos individuales. El playspace surge de las posibilidades de discrepancia, pero

dentro de las restricciones a cualquier posible daño, y acuerdos mutuos que hacen posible la

improvisación en un espacio donde se comparte una relación intersubjetiva de creación y de

asociación libre (de contenidos simbólicos). Este espacio supone un acuerdo ético de

confianza y seguridad que construye el límite entre le realidad y la fantasía dentro del

encuentro (Johnson, 2009b).

La creación del espacio o playspace supone acuerdos terapéuticos previos y muy claros,

en el que se dan a conocer los límites y condiciones del trabajo, ya que en el caso de DVT se

suelen realizar procesos terapéuticos largos y se da con frecuencia el contacto físico en el

trabajo; también se abordan contenidos íntimos y profundos para los participantes, que requieren

un grado de seguridad, respeto y confianza con el dramaterapeuta y el grupo.

4.2.2.2.2. Principios prácticos en transformaciones del desarrollo.

Algunas de las técnicas que Johnson (2009b) describe a emplear en las sesiones son las

siguientes:

 Circulo para presenciar (witnessing circle): en DVT se emplea una alfombra circular rodeada

de cojines. El dramaterapeuta y cliente realizan ejercicios de calentamiento y estiramiento

corporal y comienzan a realizar movimientos y sonidos libres o crear una escena, luego el

121
Maria Luisa Mondolfi Miguel

dramaterapeuta se sienta en el círculo y observa al cliente y, eventualmente, regresa a la

improvisación con este.

 Trasformar el aquí y el ahora: consiste en transformar la escena en realidad, llevándola a la

relación terapéutica. Esto permite al cliente integrar sus procesos terapéuticos en el

momento y en su relación con el terapeuta, evitando que los separe o escinda.

 Hacer espejo: es la acción inicial del dramaterapeuta, imita los movimientos y sonidos del

cliente.

 Representación fiel: tras hacer espejo, el dramaterapeuta comienza a interpretar el rol

complementario en la escena que el cliente ha propuesto.

 Interpretación emergente: a partir de las discrepancias que el dramaterapeuta observa en los

roles del cliente, le sigue en la improvisación para llevar la escena por el camino al que

conducen esas discrepancias, a modo de señalamiento.

 Interpretación divergente: el dramaterapeuta introduce variaciones a la escena para llevar al

cliente a tolerar la inestabilidad de conducir la escena por una vía distinta a la que se

proponía.

 Tomarse un minuto: la sesión culmina dejando al cliente a solas en el círculo o en los

cojines de la sala, para evitar que intelectualice el cierre en palabras y en una discusión con

el dramaterapeuta, se le da un momento de auto reflexión.

En terapias grupales con DVT, se inicia de un modo más directivo, con sonidos y

movimientos al unísono. Aunque tampoco se introducen ejercicios pre – estructurados, el

dramaterapeuta interviene para indicar aumentar el nivel de alguna de las expresiones o facilitar

medios de expresión (Johnson, 2009b).

En general, los principios que se emplean en grupo son los mismos que los de la sesión

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

individual, pero demandan más atención por parte del dramaterapeuta, pues aumenta la

complejidad y debe mediar entre las demandas interpersonales de los participantes, promover y

regular los medios de expresión y estar atento a las expresiones de afectos para entender la

intensidad y grado de implicación personal para cada participante a través de los roles (Johnson,

2009b).

4.2.2.3. Modelo integrativo de las cinco fases.

Este modelo, desarrollado por Renée Emunah, tiene bases teóricas variadas, que van

desde la psicología humanista, psicodinámica, de enfoque cognitivo - conductual y filosofía

existencialista. Este eclecticismo se conjuga de acuerdo a la fase que se esté llevando a cabo para

ir explorando contenidos y conflictos cada vez más complejos e íntimos en el proceso

terapéutico, procurando un medio confiable y seguro para los participantes (Emunah, 1996,

2009).

El modelo presentado por primera vez por Renée Emunah en su libro Acting for real,

hace más de veinte años, supuso como aporte a la disciplina, una guía práctica de dramaterapia

sobre la estructuración y el seguimiento de los procesos grupales y de los progresos de los

clientes, con explicaciones claras sobre cómo identificar las necesidades, ajustar los

procedimientos y técnicas, tanto en procesos de intervención breve como en terapias a largo

plazo (Emunah, 1996).

El modelo, de acuerdo a Emunah (2009), no siempre se lleva a cabo de manera lineal,

sino que las fases pueden alternarse o no siempre cumplirse todas, de acuerdo a las necesidades

del proceso terapéutico y las particularidades del grupo. El proceso terapéutico busca la

expansión de los roles, de la conciencia de sí mismo y de las posibilidades de la persona. Las

cinco fases se describen a continuación.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

4.2.2.3.1. Fase uno: el juego dramático.

Se lleva a cabo a través de procesos interactivos e improvisaciones, juegos teatrales poco

estructurados, procurando evitar actividades complejas que puedan frustrar a los participantes,

promoviendo la confianza, un espacio de distención y de fortalecimiento yoico (Emunah, 2009).

Esta fase se basa en la orientación humanista y se centra en los aspectos sanos del Yo.

Los objetivos son promover la confianza, la interacción, la espontaneidad, la creatividad y

libertad (Emunah, 2009).

4.2.2.3.2. Fase dos: trabajo escénico.

Se basa en herramientas teatrales, trabaja la construcción de escenas sobre los roles que

se han expresado en la fase uno, por medio de las improvisaciones. Los roles se trabajan desde la

interpretación, con distanciamiento y sin que los participantes los expongan como reflejo de sus

propias vidas, evitando la auto revelación de contenidos de la vida personal, pues se trabaja

desde el personaje o rol (Emunah, 2009).

En esta fase se da a los clientes la posibilidad de explorar distintas posibilidades, al

interpretar roles con características que desean poseer en su personalidad, promoviendo la auto

expresión y la expansión del repertorio personal de roles. En la etapa intermedia de la fase los

participantes comienzan a hacer más discusiones sobre los roles actuados y en la etapa final a

relacionarlos con sus propias vidas, lo que da paso a la fase tres (Emunah, 2009).

4.2.2.3.3. Fase tres: interpretación de roles.

Las interpretaciones pasan a ser sobre situaciones reales de las vidas de los participantes.

Se emplean técnicas del psicodrama como la inversión de roles y el doble, combinadas con

técnicas teatrales como destacar momentos particulares o eliminación de personajes. También se

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

emplean técnicas de sociodrama, ya que pueden emerger temas y dinámicas socioculturales al

trabajar con grupos (Emunah, 2009).

En la fase tres se busca que la persona genere autoconciencia, reflexión sobre sí mismo,

cambios conductuales y desarrolle sentido de esperanza (Emunah, 2009).

4.2.2.3.4. Fase cuatro: representación de culminación.

Se tratan temas centrales, de contenidos más inconscientes que han emergido al

preconsciente durante la fase tres y se encuentran ahora disponibles. Se reinterpretan las escenas

que se han venido trabajando pero desde una mayor intensidad y complejidad, valiéndose de las

habilidades dramáticas que han desarrollado los participantes y la confianza en el grupo que les

permite exponer contenidos más íntimos o la auto revelación que puede ser dentro de la sesión o

con representación a un público con acuerdo del grupo, cuando se trata de procesos orientados a

una puesta en escena final (Emunah, 2009).

4.2.2.3.5. Fase cinco: ritual dramático.

Busca que el cliente sea capaz de asimilar e integrar los cambios logrados en el proceso

terapéutico, mediante la transición y expresión de sus sentimientos, emociones, interpretaciones

del proceso y la transformación del proceso en arte, que completa la dimensión espiritual del

proceso con la puesta en escena final, dentro del mismo grupo o con audiencia cuando se lleva a

cabo una propuesta de teatro de auto revelación que constituye un ritual de cierre en sí (Emunah,

2009).

4.2.2.4. Narradrama.

Es el método desarrollado por Pamela Dunne, quien ha combinado la terapia narrativa

con la dramaterapia y las artes expresivas (pintura, escultura, poesía, fotografía, música, danza).

Se emplea en contexto clínicos, comunitarios y educativos (Dunne, 2009, 2010).

125
Maria Luisa Mondolfi Miguel

La terapia narrativa, que aporta teoría y principios fundamentales al método de

narradrama, fue desarrollada por el trabajador social Michael White, basándose en el paradigma

post-moderno y construccionista que propone la necesidad constante de construirse y

deconstruirse en la semiótica (Dunne, 2009, 2010).

La terapia narrativa es un tipo de terapia hablada en la que el participante narra su

historia, generalmente saturada de problemas. El relato y las intervenciones terapéuticas sobre

este se basan en los aspectos que la persona considera importantes de su historia, de la que busca

hacer una reconstrucción, una reinvención del relato inicial (Dunne, 2009, 2010).

Unos de los métodos que emplea la terapia narrativa es la doble escucha en la que el

profesional que atiende al relato señala aquellos aspectos no contados de la historia o la posible

versión a la que el narrador no ha prestado atención (Dunne, 2009).

Otra técnica frecuente es los miembros de la conversación, referido a aquellas figuras

significativas que el narrador escoge dejar entrar en el relato (les da membresía) y escuchar sus

voces, a la vez que decide dejar fuera a otros por no serle de provecho. Estas figuras pueden ser

tanto personas reales con las que se ha relacionado en el pasado o presente, como personajes

famosos o ficticios inspiradores (Dunne, 2009).

4.2.2.4.1. Método y técnicas en narradrama.

El narradrama al combinar la terapia narrativa y dramaterapia, busca conectar emociones,

cuerpo e intelecto entre sí, por lo que añade la expansión de roles y la promoción de la expresión

artística. El dramaterapeuta dentro del enfoque de narradrama, de acuerdo a Dunne (2009), se

maneja con los términos y fisicalización, que consiste en comunicar por medio del cuerpo y

concretización que es darle forma física (por medio de las artes creativas) a patrones amorfos que

mantienen al cliente problematizado, para buscar una doble descripción de su historia vital y

126
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

expandir las posibilidades de su elección, de manera no directiva. Las técnicas concretas que se

emplean para lograr esto son las siguientes:

 Externalización: buscar las causas externas del problema por medios creativos. Se busca que

la persona exprese el problema y sea capaz de separarse de él, de tomar una distancia

saludable desde la cual tener nuevas perspectivas sin ser él o ella el problema (Dunne, 2010).

Por ejemplo, ante la ira, la persona explora cuál es su relación con la emoción,

externalizando la ira como una persona (rol, personaje) u objeto con el que se relaciona. Desde el

drama se pueden realizar escenas de los efectos de los problemas o esculturas vivientes con otros

participantes que le ayudan a visualizar sus relaciones con una emoción o en una situación de su

vida, mediante la fisicalización (Dunne, 2009).

Otros medios de externalización más narrativos, empleados en narradrama son los

collages con fotografías, trabajos de artes plásticas, títeres, máscaras, empleo de muñecas de

tamaño humano. Por estos medios, el participante externaliza el problema con ayuda de objetos

que le permiten la concretización (Dunne, 2009).

 Interpretación de roles e improvisación: la combinación de ambas técnicas permite explorar

las experiencias desde distintos niveles de aproximación y distanciamiento. En la

improvisación no se hace referencia a contenidos directos de la vida de la persona pero

aporta imágenes para el trabajo, mientras que la interpretación de roles permite una mayor

aproximación al trabajar sobre situaciones personales que ha vivido o que está

experimentando (Dunne, 2009).

 Entrevista al otro internalizado: el cliente interpreta a un otro significativo y real de su vida y

responde a preguntas del dramaterapeuta. Se emplea con frecuencia en sesiones de parejas

para que cada uno observe como sus conductas y discursos son percibidos e interpretados por

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

el otro, con mediación del terapeuta. También se puede emplear esta técnica para que un

cliente clarifique su relación con un otro significativo no presente en la sesión (Dunne, 2009).

 Entrevista al otro activo: se añade a la entrevista del otro internalizado la interpretación física

–movimientos, gestos- y emocional (Dunne, 2009).

 Deconstrucción y reconstrucción: por medio de la historia alternativa o el cómo pudo haberle

afectado una situación al cliente pero no lo hizo. Se deconstruye el relato y se interpreta para

que el cliente adquiera nuevas estrategias para el futuro y una nueva relación con su historia

y la forma de vivirla (Dunne, 2009).

 Identificar y dramatizar logros únicos: por medio de la improvisación se promueve que los

participantes descubran alternativas y logros únicos y que dramaticen aquellas situaciones en

las que lograron sobreponerse a dificultades o problemas. El objetivo es familiarizar al

cliente con nuevas opciones o alternativas y accionar una identidad más favorable al

reconocer sus logros y aciertos (Dunne, 2009).

 Conversaciones con miembros especiales (remembering conversations): se basa en la noción

de que la identidad está conformada por las asociaciones con los otros y en las figuras

significativas cuyas “voces” marcan la narración de la vida de la persona y la construcción de

su identidad (Dunne, 2010).

Esta técnica se puede aplicar por medio de sillas vacías en las que el participante

visualiza a aquellas personas y figuras que decide hacer parte de su club interno, cuyos

discursos son o han sido favorables para su identidad, decidiendo dejar fuera del círculo a

aquellos que no lo son (Dunne, 2009).

 El rol del terapeuta: asume una postura poco directiva, de observador participante, facilitando

la emergencia de los relatos y señalando los logros del grupo y de los participantes, propone

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

actividades que faciliten la creatividad y la curiosidad, pero dejando que cada participante

lleve su curso (Dunne, 2009, 2010).

4.2.2.4.2. Los ocho pasos en narradrama.

1. Calentamiento para las nuevas descripciones de la identidad del yo y del ambiente: se indica a

los participantes realizar una visualización de los ambientes (lugares) en los que se sienten bien.

Luego de esto se les invita a recrear estos ambientes con materiales de arte de dibujo o

construcción -telas, arcilla, cartulina- (Dunne, 2009).

Así se invita a la reflexión de comparar sus ambientes cotidianos con sus ambientes

preferidos y cómo incorporarlos más en el día a día. Esto se realiza ya que los clientes suelen

llegar al tratamiento y a las sesiones sobrecargados de descripciones negativas de su propia

identidad y experimentando sus ambientes como poco confortables (Dunne, 2009).

2. Externalización del problema: a través de los procedimientos anteriormente descritos de

externalización, este paso da tres posibilidades al cliente; es decir, que las cosas permanezcan

igual, oponerse al problema, o desarrollar nuevas estrategias para afrontar el problema

redefiniendo su relación con este (Dunne, 2009).

3. Extensión de posibilidades: se promueven cualidades y fortalezas que el participante explora

como alternativas a su identidad. Esto se puede realizar a través de imágenes de la naturaleza o el

ambiente obtenidas en el calentamiento en las que el dramaterapeuta le lleva a reflexionar sobre

las cualidades con las que se identifica con un elemento o medio (el mar, un árbol, una montaña),

como metáfora de características que puede desear para sí como persona. Este paso a veces se

omite si el cliente muestra adecuados recursos y se pasa al siguiente (Dunne, 2009).

129
Maria Luisa Mondolfi Miguel

4. Externalización de elecciones: por medio de la dramatización se exploran los efectos de

permanecer en la situación actual problematizada o el desenlace posible de explorar nuevas

alternativas (Dunne, 2009).

5. Invitar a la voluntad personal: se facilita por medio de la creación de una máscara, de un diario

de notas del proceso o la creación de objetos artísticos con significado simbólico, con los que

luego se dramatizan escenas (Dunne, 2009).

En estas escenas el dramaterapeuta o los demás participantes pueden entrevistar al

personaje que el cliente encarna con la máscara, o bien el cliente puede interpretar a un curador

de galería que explica la obra y su valor, a un reportero que explica la importancia del evento,

interpretar el rol de otra persona significativa (de pasado, alguien admirado, un rol ficticio) que

explica porque esa obra es importante para quien la creó (Dunne, 2009).

6. Invitación a historias alternativas y resultados únicos: con empleo de las construcciones de

objetos de arte, poemas, máscaras, historias y esculturas; se realiza una composición escénica y

dramatización de alternativas en las que el problema se resuelve, que puede surgir de situaciones

reales de la vida o alternativas imaginadas. Estas escenas buscan sugerir nuevas descripciones en

la reconstrucción de la identidad (Dunne, 2009).

7. Vida restaurada o reescrita (restory life): se hace una reconstrucción que puede ser por

diversos medios, como un poema, un libro de fotos de historia de vida, una danza de afirmación,

una escena o monólogo o una historia contada por medios digitales (diapositivas, videos).

Después de la presentación, en el grupo se comparten y reflejan las conexiones entre los distintos

trabajos (Dunne, 2009).

8. Cierre y rituales de reflexión: cada sesión debe llevar una actividad de cierre, como compartir

en círculo algo que a cada uno le gustaría regalarle a un compañero o a todo el grupo (una

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

cualidad dicha en una palabra). Sin embargo, al final del proceso el cierre debe indicar una

culminación del mismo, a manera de conclusión; algunas opciones son la creación de un mural

colectivo o la escritura de mensajes de aprecio y agradecimiento entre los miembros del grupo

(Dunne, 2009).

4.2.2.5. Abordajes orientados a la representación.

En dramaterapia, la intervención se puede realizar orientada al proceso, como en los

enfoques descritos hasta ahora, u orientada a la representación o performance. En esta última, se

integran las teorías psicológicas y los objetivos terapéuticos con el empleo de métodos

dramáticos y teatrales que orientan el proceso hacia la creación de una puesta en escena que se

puede escenificar con o sin audiencia, seguida de una discusión y revisión tras la representación

(Snow, 2009).

Estos enfoques se basan en la concepción del teatro como una experiencia ritual

milenaria, con propiedades terapéuticas por medio del símbolo y la corporalización en la que el

dramaterapeuta trabaja con los clientes temas arquetípicos en procesos de creación colectiva.

Dentro de estos enfoque entran trabajos como los del teatro ritual de Stephen Snow o el enfoque

Omega Transpersonal de Saphira Linden (Snow, 2009; Linden, 2009).

Dentro de estos enfoque, dramaterapeutas como Sally Bailey, emplean el teatro como un

medio o una experiencia en la que el participante puede desarrollar mediante la creación

colectiva de una obra de teatro destrezas como la comprensión empática, el sentido de

compromiso con el grupo, la expansión de roles y la obtención de un logro (participar en una

obra de teatro) que le aporta sentido de autoeficacia, mejoras en el autoconcepto, autoestima y

desarrollo de competencias personales a aquellos que se encuentran en situaciones de exclusión o

que requieren potenciación personal (Bailey, 2009).

131
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Los contenidos de la obra pueden surgir de dinámicas particulares del grupo o de

personajes que el dramaterapeuta asigna a cada cliente con la intención de potenciar destrezas

particulares -ejemplo: un personaje imponente a un cliente tímido y retraído- (Bailey, 2009).

Un método desarrollado por Renée Emunah desde 1983 ha sido el teatro de auto

revelación. Este surgió con sus alumnos en formación del programa de dramaterapia, con

quienes realiza en lugar de trabajo de tesis una pieza de 40 minutos de auto revelación (Emunah,

2015).

El teatro de auto revelación, a diferencia del teatro autobiográfico, no trata solo la historia

del intérprete tal como ocurrió, sino cómo esta experiencia le afecta actualmente o bien se ciñe a

vivencias actuales. No se trata solo de representar la historia personal estéticamente, incluye un

proceso de creación y terapéutico en los que se trabaja través del material o contenido de los

participantes en un proceso de auto-análisis para integrar los temas o aprender a lidiar con la

situación (Emunah, 2015).

El teatro de auto revelación es incorporado con frecuencia en otros métodos orientados al

proceso, como el modelo integrativo de las cinco fases de Emunah; en donde confluye el proceso

terapéutico con la creación de un resultado estético a presentar a una audiencia; siendo un

método tanto de dramaterapia como un género teatral consolidado (Emunah, 2015).

En el teatro de auto revelación confluyen las capacidades de terapeuta y director de teatro

del dramaterapeuta y permite al cliente un logro personal en la expresión artística, un ritual de

cambio y la exploración de temas centrales en una actividad transformadora y reivindicativa

(Emunah, 2015).

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

4.2.3. Evidencia empírica sobre violencia, abuso, maltrato y estereotipos con

dramaterapia.

Para comparar la eficacia de la dramaterapia respecto a otro tipo de intervención con

mujeres maltratadas por sus parejas Campbell (2015) realizó en Reino Unido un estudio con pre

test y post test y grupo control. El instrumento empleado en pre y post test fue el CORE System,

una prueba estandarizada empleada en los servicios de salud de ese país para evaluar malestar

psicológico. El grupo control recibió 12 sesiones de orientación con personal profesional y el

grupo experimental 12 sesiones de dramaterapia semanales de 50 minutos.

La intervención en el programa de dramaterapia de Campbell (2015) se basó en el

método de rol de Robert Landy, combinado con técnicas de otras terapias del arte expresivas.

Los resultados sugieren mejoras en el grupo experimental respecto al grupo control. La

investigadora refiere dificultades para contactar la muestra y el abandono del programa por parte

de 4 de las 11 participantes iniciales en el grupo experimental, lo cual atribuye a situaciones

vitales complicadas debido a su reciente separación de pareja maltratadora y reestructuración de

sus rutinas, cuidado de hijos y trauma muy reciente, que le genera reticencia a esta población a

buscar tratamiento psicológico en los primeros meses. Sin embargo la dramaterapia tuvo efectos

positivos en la reducción del malestar psíquico de las participantes que completaron el programa.

En cuanto a los antecedentes infantiles de abuso sexual, la dramaterapia ha sido empleada

con pacientes femeninas en intervenciones grupales e investigada como estudio de caso por

Morris (2014) con una paciente en contexto hospitalario con diagnóstico de trastorno límite de

personalidad y múltiples hospitalizaciones psiquiátricas. La paciente tras dos años de tratamiento

logró resultados favorables en el manejo y expresión de afectos, en la simbolización de su

sufrimiento psíquico y en superar las tendencias autolesivas. La intervención de dramaterapia en

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

este caso consistió en 22 sesiones semanales de dramaterapia grupal en las que se empleaban

además de la dramatización corporal, los títeres, escritura de poesía, música, construcción de

máscaras y manualidades.

En intervención a otra población que también se ve afectada por la violencia de género en

la relación de pareja, Dix (2015) llevó a cabo una investigación en contexto escolar en Reino

Unido con niños (varones) que habían presenciado agresiones de sus padres hacia sus madres. La

investigadora realizó sesiones semanales de dramaterapia, en las que combinó juego,

narraterapia, títeres y la puesta en escena de una obra de teatro al culminar el proceso. Los

objetivos se orientaron hacia la construcción de un espacio seguro, la reconstrucción del apego,

contención emocional, incrementar la resiliencia, favorecer la alternativa de identificación a un

modelo masculino no violento y elaborar los sentimientos de hostilidad y abandono.

Los resultados en la investigación de Dix (2015) fueron medidos por medio de

cuestionarios aplicados a los niños, el registro de los comentarios de las madres espectadoras de

la obra de teatro y cuestionarios para ser completados por los docentes sobre la conducta de los

niños. Los niños se mostraron más calmados, mejor integrados en los grupos y con mayor

capacidad de expresar sus ideas, con gran apego hacia el grupo y la actividad.

Como intervención para prevenir la violencia, Fong (2007) llevó a cabo 20 sesiones de

dramaterapia y psicodrama con adolescentes y jóvenes de sexo femenino estudiantes de

secundaria en Canadá, incluyendo en el grupo a emigrantes de diversas nacionalidades, por lo

que en las sesiones se trabajaron estrategias y destrezas personales para afrontar situaciones de

violencia sexual y racial. Posteriormente se representó una obra de creación colectiva ante sus

compañeros de estudios de dos institutos de Toronto.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Como resultado en el estudio de Fong (2007) para las participantes el crear y ensayar

estrategias de protección ante situaciones de violencia les aportó mayor autoconfianza,

conocimiento sobre sus derechos como mujeres, además de competencias personales como

pensamiento crítico, compañerismo, integración grupal y sentido de logro (gracias a la puesta en

escena). A sus compañeros, como espectadores, de acuerdo a los resultados, la obra de teatro les

desarrolló conciencia e interés ante la problemática de violencia sexual y racial.

Con un grupo de mujeres encarceladas Moller (2013) realizó un proyecto terapéutico en

el que combina la taxonomía de roles de Landy en un abordaje orientado a la representación

sobre un texto teatral que plantea temas raciales y de exclusión. Entre los logros terapéuticos

señalados está la expansión de roles, el desarrollo de sentido de competencia, de responsabilidad,

compromiso y solidaridad; y finalmente la reafirmación de la identidad en el encuentro con el

público compuesto por otras internas y personal penitenciario, que logra la transformación de

manera vicaria, según el relato de algunas espectadoras.

También Leeder y Wimmer (2006) trabajaron con mujeres encarceladas en un programa

de tratamiento para la adicción al alcohol y otras drogas, empleando ejercicios de escritura,

técnicas de representación teatral y dramaterapia grupal en la que compartían sus experiencias y

avances en relación a la adicción, como medio para establecer nuevas formas de relacionarse

consigo mismas, con las otras participantes y con la comunidad, hasta llegar a verse con

posibilidades distintas a la estigmatización de encarceladas.

Blacker, Watson y Beech (2008) en Reino Unido con hombres convictos agresores,

emplearon un programa basado en dramaterapia para reducir de la ira y fomentar empatía hacia

las víctimas de violencia de género, apreciando reducción en los niveles de ira y agresividad de

los participantes.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

En un estudio con adolescentes pertenecientes a un programa de escritura y creación

teatral libre en Nueva York, Edell (2013) realizó un análisis de contenido a partir de las

creaciones y de entrevistas con las jóvenes, en su mayoría afrodescendientes y latinas. La

investigadora concluyó que en este espacio donde a las adolescentes se les dio absoluta libertad

creativa sin dirección de profesionales, para escribir y escenificar sus historias, el resultado de

contenido reforzaba los estereotipos negativos en contra de su propio grupo de pertenencia sin

cuestionamiento las relaciones que las mantenían en opresión o estigmatizadas, pues reproducían

los contenidos culturales que sustentaban su estereotipo de género y racial. Este estudio aporta

datos significativos sobre la importancia de la figura facilitadora del dramaterapeuta en la

reconstrucción de los contenidos y significados.

En Groenlandia Berliner (2012) ha trabajado la resiliencia individual y colectiva desde el

trabajo de dramaterapia con un grupo de jóvenes (de ambos sexos) sobre sus propias vivencias

de maltrato infantil, violencia sexual, alcoholismo, junto a experiencias colectivas dentro de la

tradición oral en un contexto post-colonial, escenificadas a través de monólogos presentados ante

público, como medio de resiliencia individual y colectiva.

4.2.4. Perspectivas y desafíos de la dramaterapia como disciplina.

A partir del análisis de las publicaciones en dramaterapia entre los años 2009 y 2013,

Jones (2015a) plantea que en esta disciplina hay varias posibilidades de investigación. Por

ejemplo, existe la investigación en la que el teatro y el drama se erigen como medios de

investigación y de presentación de resultados, cuando la investigación se realiza desde la

observación participante de las dinámicas interpersonales y los contenidos expuestos durante la

representación.

136
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Otra modalidad descrita por Jones (2015a) de drama y teatro como medios de

investigación es el registro por medio de grabaciones, notas de campo o entrevistas como

materiales a ser analizados como resultados del proceso y a ser comunicados luego de un análisis

de los mismos.

Por otro lado Jones (2015a) plantea la posibilidad de investigaciones empleando métodos

como los tests psicológicos y psicométricos para evaluar con línea base o pre test y post test, y

posibilidad de asignación aleatoria a tratamientos o grupo control, con el fin de medir la eficacia

de los tratamientos y de que los resultados puedan servir para entablar un diálogo de la

dramaterapia con otras disciplinas.

El empleo de metodología cuantitativa en las publicaciones analizadas por Jones (2015a)

constituyó el 13% de los estudios, el restante 76% se trató de estudios de caso cualitativos y el

11% combinó metodología cuanti – cualitativa; siendo esta última la menos abundante. El autor

señala esto como evidencia de escaso diálogo no solo con otras disciplinas, sino entre las

metodologías, lo cual es visto por él como una debilidad, ya que las instituciones como escuelas

y hospitales demandan resultados cuantitativos contrastables para incorporar la dramaterapia en

sus programas y los dramaterapeutas demandan datos cualitativos que orienten la práctica

clínica.

Para Jones (2015a) la mayor debilidad no es que las investigaciones en dramaterapia no

entablen diálogo con otras disciplinas, sino que no entablan diálogo dentro de la misma

disciplina, pues los estudios no suelen citar ni contrastar sus resultados con los de otros

dramaterapeutas, por lo que cree que se debe expandir la formación de los investigadores y el

diálogo con otras disciplinas, pero también consolidar el diálogo intradisciplinario en las

investigaciones.

137
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Para lograr el fortalecimiento inter e intradsiciplinario, Jones (2015b) propone la

necesidad de poder combinar metodologías cualitativas y cuantitativas que permitan entablar el

diálogo con otras ciencias como la medicina y la educación, pero sin perder de vista la atención

que se brinda a los clientes en dramaterapia.

La dramaterapia como disciplina para Jones (2015b) se nutre del capital humano que se

expande gracias a la presencia cada vez mayor de dramaterapeutas alrededor del mundo,

trabajando con diversas poblaciones, por lo que juega un papel crucial el que los practicantes de

la disciplina se incorporen como investigadores y se involucren en variados departamentos de las

universidades.

Sobre la importancia de la investigación, Wengrower (2102) también plantea

fundamental desde las arte terapias, poniendo énfasis en las disciplinas de danza- movimiento y

dramaterapia, que los arteterapeutas se aboguen a la investigación, como un modo de cuestionar

su propia práctica clínica, y evitar caer en riesgos como basarse en las propias creencias o

adherirse a teorías sin ser capaces de contrastarlas.

La práctica basada en la evidencia, de acuerdo a Wengrower (2102), además de ser un

requisito de las comunidades científicas, debe guiar la orientación del terapeuta en las terapias

artísticas. Para este fin, la metodología cualitativa, así como las artes como método de

investigación y de presentación de resultados son medios fiables si se emplean rigurosamente,

además de ser los más idóneos para responder y abordar las preguntas de investigación de los

procesos humanos que implican emociones y donde la manipulación de variables de la

metodología cuantitativa produciría cambios y alteraciones en la información, además de

resultados que no responden las necesidades de la práctica clínica.

138
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Adicionalmente, Wengrower (2102) plantea que los métodos artísticos en la

investigación son favorables, ya que permiten entablar diálogos con otras disciplinas como la

antropología (desde el etnodrama, por ejemplo), la psicología social y la sociología.

4.2.4.1. Situación actual y perspectivas de la dramaterapia y terapias del arte en

España.

La dramaterapia, tal como la hemos descrito y definido en apartados anteriores, no se

encuentra reconocida como disciplina en España. Se menciona la teatroterapia como

intervención, que se acompaña de diversos enfoques psicológicos y herramientas como la

risoterapia y otras terapias del arte, con el empleo del teatro como un lenguaje metafórico a

emplearse en las intervenciones. Tampoco existe hasta el momento una formación especializada

en dramaterapia en España.

Sin embargo, dentro de las terapias del arte en España se ha venido promoviendo la

necesidad de integrar la práctica con otros países y universidades en Europa, como se reseña en

la revista científica de la Universidad Complutense de Madrid, Arteterapia, Papeles de

Arteterapia y Educación Artística para la Inclusión Social, revista que ha sido elogiada en la

comunidad de arte terapeutas por la función integradora y difusora de las investigaciones en

habla Hispana. En la segunda edición de esta revista, el Editorial menciona los retos

profesionales de las terapias del arte en Europa, planteados en la Asamblea General del

Consorcio Europeo de Educación en Arteterapia (ECARTE) del año 2007, que se resumen en la

necesidad de formación de profesionales y generación de conocimiento científico, así como de

una confluencia europea en estudios de máster y doctorado con calidad investigadora

(Universidad Complutense de Madrid, 2007).

En el año 2010 se presentó oficialmente la Federación Española de Asociaciones

139
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Profesionales de Arteterapia (FEAPA), que acredita el ejercicio profesional de quienes

homologuen sus estudios y formación y converjan en alguna de las asociaciones federadas. La

presentación de la FEAPA en el primer Congreso Nacional de Arteterapia, estuvo acompañada

de mesas de trabajo para discutir el futuro y retos de las terapias del arte (englobadas como

arteterapias para esta federación), recogiendo las sugerencias de eventos anteriores y

concluyendo que se debe regularizar el ejercicio profesional, por medio de la creación de un

Colegio Oficial de Arteterapeutas, favorecer la inserción de profesionales en el ámbito sanitario,

social y educativo; promover formaciones regladas; favorecer las investigaciones doctorales en

el área de salud, salud mental e intervención comunitaria, especialmente centradas en la praxis y

metodología de intervención (Ojeda, 2010).

En España, si bien la disciplina de dramaterapia no se encuentra reconocida, se reconoce

desde el 2013 la teatroterapia, como parte de la formación en el Máster Integrativo de Arteterapia

de la Unviersidad de Girona, avalado por la FEAPA. Desde esta perspectiva, se incluye al teatro

dentro de una formación profesional basada en terapias del arte creativas, en la que se emplean

diversos medios artísticos para la intervención e investigación. Sin embargo la profesión de

teatroterapeuta no se encuentra regulada en España, de acuerdo a lo manifestado por Presta

(2013a) en el III Congreso Nacional de Terapias Creativas.

En el III Congreso Nacional de Terapias Creativas algunos especialistas presentaron

resultados de sus investigaciones y estudios de caso, también bajo la disciplina de teatroterapia,

refiriéndose al uso de medios dramáticos en las terapias creativas combinadas. Entre ellos,

aparece otro trabajo de Presta (2013b) con una paciente femenina con vaginismo y antecedente

de abuso sexual a la que trató de manera exitosa por medio de la teatroterapia integrada con

psicoterapia de enfoque cognitivo – conductual, incluyendo dramatización durante las sesiones.

140
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Aparecen igualmente reseñadas en los resúmenes del mencionado congreso, las

presentaciones de estudios con teatroterapia de Hermoso (2013) con personal sanitario en un

hospital para mejorar la comunicación y el trabajo en equipo.

Si bien no aparecen en la bibliografía científica española estudios que aborden la

violencia de género por medio de la dramaterapia, encontramos algunos estudios de enfoques

integrativos de diversas modalidades de terapias del arte que abordan los temas de género y el

tratamiento a víctimas de violencia de género.

En un trabajo con mujeres en el sur de España, en el ámbito rural de Cádiz, Ojeda y

Serrano (2008) llevaron un grupo terapéutico que inició con 15 mujeres y quedó reducido a una

asistencia de regular de la mitad de ellas. En este grupo algunas habían padecido o padecían

violencia por parte de sus parejas y otras no, pero en todas era común la necesidad de indagar en

la propia identidad, mejora de la autoestima y de la propia imagen percibida en términos de

deterioro y pérdida.

En el trabajo de Ojeda y Serrano (2008) durante las 11 sesiones de cuatro horas de

duración cada una, las terapeutas aportaron diversos medios de construcción plástica para

arteterapia (collage, modelado en arcilla, pintura, dibujo) y mediaron en orientar la integración

de las emociones en el momento presente y respetar las defensas, a la vez que propiciaron la

elaboración por medio del arte de los malestares psíquicos.

La metodología de Ojeda y Serrano (2008) se orienta por un encuadre psicodinámico en

el que se analizan las contratransferencias de las arteterapeutas, y el grupo constituye un medio

importante para devolver a cada participante la imagen distorsionada de sí mismas de manera

más objetiva. Los objetivos están definidos al comienzo de la intervención, pero se acompasan a

las necesidades y progresos del grupo, favoreciendo la autonomía de las participantes y

141
Maria Luisa Mondolfi Miguel

separándolas de la identidad de víctimas desde una perspectiva en la que las terapeutas no son las

dueñas de la verdad, sino que comparten sus percepciones con las del resto del grupo,

observando conclusiones muy similares entre terapeutas y pacientes en el cierre del proceso

terapéutico.

Con un grupo que habían vivido situaciones de violencia por parte de sus parejas, y se

habían separado de sus agresores, Locket (2014) realizó un trabajo por medio de la fotografía y

escritura en talleres en los que las mujeres iniciaron recolectando fotografías de sus vidas para

crear una línea de vida y reconstruir sus historias e integrar las experiencias de maltrato; luego se

centraron en el aquí y ahora en fotografías de cosas que querían hacer o en sus ideales de mujer,

para concluir en un proceso de edición de libros con sus trabajos fotográficos y narrativos, con

muestra al público para generar cambio sociales y reivindicación en relación a la violencia de

género.

El proyecto de Lockect (2014) que llevó por nombre “Enfocadas” se llevó a cabo con 10

mujeres de la comunidad de Madrid que habían recibido atención por sus antecedentes de

violencia de género. Durante 17 sesiones los objetivos fueron mejorar la autoestima, fomentar la

creación artística, favorecer la integración de aspectos traumáticos, mejorar las habilidades

sociales y afectivas por medio del grupo, contribuir al bienestar emocional, desarrollo personal y

empoderamiento. La metodología empleada es cualitativa y se describe el proceso por medio de

diarios de campo y registro de las sesiones que dan evidencia de resultados del programa como

favorable para mejorar el sentido de las historias de vida y significación de la violencia.

En relación a la producción científica en el área, un análisis bibliométrico de Mondolfi y

Pino-Juste (2014) determinó que las publicaciones relacionadas a teatro y dramaterapia como

intervención para poblaciones implicadas en dinámicas de violencia como víctimas o agresores,

142
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

arrojó un bajo porcentaje en producción científica española indexada tanto en bases de datos

nacionales como internacionales.

La mayoría de la producción científica sobre intervenciones para la violencia con teatro o

dramaterapia es bastante reciente, correspondiendo a los últimos veinte años y es producto

mayormente de grupos de investigación de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, con idioma

de salida en inglés, lo que deja a los grupos de investigación españoles el reto de incorporarse a

la producción y divulgación científica de esta materia con producciones de índole científica que

sean indexadas en bases de datos internacional y en idioma inglés, preferiblemente, para evitar el

aislamiento (Mondolfi & Pino-Juste, 2014).

4.3. Teatro del Oprimido

Es una estrategia pedagógica, de intervención o acción social desarrollada por Augusto

Boal a partir de la década de 1970 en Brasil, posteriormente en Argentina, Perú y más tarde en

Europa. La poética del oprimido según el mismo Boal (2009, 2012, 2013) es un entrenamiento

en la acción dramática por parte de los especta – actores (espectadores que participan en la

escena) para el cambio social y para develar las relaciones de poder que sustentan la opresión.

Propone una concepción constructivista del mundo, siempre modificable desde la acción

real practicada o ensayada previamente en la acción dramática. Segú su creador: “El teatro del

oprimido se desarrolla a través de cuatro aspectos fundamentales: artístico, educativo, político –

social y terapéutico” (Boal, 2004; p. 28).

Boal (2009, 2013) describe, a partir de sus experiencias con comunidades, el uso del

teatro como lenguaje como medio de expresión y de desciframiento de las relaciones que

oprimen a las personas. Para la apropiación de esta técnica en el individuo, refiere cuatro etapas

de formación:

143
Maria Luisa Mondolfi Miguel

 Primera etapa; conocer el cuerpo: permite una primera aproximación desde algo con lo que la

gente, que tal vez no ha tenido contacto con el teatro, sí lo ha tenido y es su propio cuerpo.

La búsqueda en esta etapa se orienta a que las personas desarrollen conciencia corporal sobre

sus posibilidades y sobre las alienaciones musculares producto de su trabajo y rutinas, que le

han impuesto una máscara, acorde a su función y roles y que se busca desmontar o deshacer

luego de hacerlas conscientes.

 Segunda etapa. Tornar el cuerpo expresivo: consiste en trabajar y desarrollar la expresión por

medio del cuerpo y sus posibilidades.

 Tercera etapa. El teatro como lenguaje: busca que el espectador participe en la acción y en

las posibles resoluciones del conflicto en la escena, promoviendo el debate en la acción

misma. Se divide en tres grados:

- Primer grado o dramaturgia simultánea: se escenifica un conflicto propuesto por alguien del

grupo o comunidad con la que se trabaja y si es posible el que lo propone participa en la

dramatización. Cuando se llega al punto álgido del conflicto de intereses, se detiene la escena y

se pide al público que la reescriba y le diga a los intérpretes cómo podrían solucionarla y

terminarla, se practican distintas posibilidades (Boal, 2002, 2009, 2013).

- Segundo grado, teatro imagen: a partir de un tema de interés común que se introduce en

discusión, se invita a los espectactores a participar y dar su opinión por medio de imágenes o

situaciones que recrean utilizando a sus compañeros como esculturas en escenas estáticas que

luego se discuten.

Posteriormente se le pide que recreen con esas mismas personas la solución a la

problemática con otra escena estática y finalmente se le pide que realice una escena de transición

de lo que debe ocurrir en el medio para llegar a esa posible solución. En todo momento se

144
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

promueve el debate y se parte del análisis de las relaciones de poder implícitas (Boal, 2002,

2009, 2013).

- Tercer grado, teatro foro: se pide a los participantes que planteen una problemática política o

social que les afecte y se improvisa por los actores, al terminar la escena se pregunta a la

audiencia si ha estado de acuerdo con las acciones de los personajes y el desenlace, sin que digan

sus posibles soluciones, sino que se vuelve a representar exactamente igual y cada espectactor

puede parar la escena en el momento que lo desee y sustituir a cualquier actor o actriz para

proponer su alternativa de cambio; luego quien interpretaba el personaje puede retomar la escena

y los demás deben improvisar sobre los cambios (Boal, 2002, 2009, 2013).

Esta estrategia puede emplearse con personas de un mismo grupo o comunidad en los

roles de espectador – actor, indistintamente en base a la improvisación de la escena inicial o

puede utilizarse con actores y actrices profesionales que se integran en una comunidad y de

manera etnográfica estudian sus conflictos de poder para representarlos ante ellos mismos,

proponiendo la misma posibilidad de interrumpir la representación luego de su primera

interpretación (Boal, 2002, 2009, 2013).

 Cuarta etapa, teatro como discurso: se trata de formas de teatro más elaboradas para su

presentación ante un público invitado a debatir. La propuesta es que de las experiencias con

las comunidades puedan surgir quienes interpreten, además de los actores y actrices

formados en escuelas de arte dramático, pues el teatro es visto como un arma de lucha social

que debe ser manejada por el pueblo (Boal, 2002, 2009, 2013).

Algunas de las manifestaciones o modalidades del teatro como discurso son:

 Teatro periodístico: se emplea para desmontar la ideología subyacente a las editoriales de los

medios de comunicación social. Consiste en la lectura de noticias dándole nuevas

145
Maria Luisa Mondolfi Miguel

dimensiones de acuerdo al tono, a informaciones cruzadas o representaciones de actores y

actrices que develan otras dimensiones subyacentes a como es publicado el acontecimiento

(Boal, 2009, 2013).

 Teatro invisible: se realiza en espacios cotidianos de las ciudades con intervención de un

elenco que lleva una improvisación estructurada en la que provocan una situación que

conlleva una opresión como el racismo, la xenofobia, el sexismo. Exhortan al transeúnte a no

ser mero espectador y a tomar posición ante el hecho y promueven el debate, sin que se

conozca que se trata de una acción teatral premeditada (Boal, 2002, 2009, 2013).

 Teatro fotonovela: surge de un tipo de relato impreso que era popular en algunos países de

América Latina en los años 70, con discursos de marcadas ideologías machistas y de clases

dominantes. Se basa en leer y representar con los espectactores estos textos e improvisar

soluciones o finales alternativos a la situación de opresión que sustentaban (Boal, 2009,

2013).

 Quiebra de la represión: algún espectactor relata una situación en la que se haya sentido

oprimido, la escenifican una primera y se pide repetir la escena con alternativas de resistencia

a la opresión de parte de quien protagoniza y los antagonistas intentan mantener firme su

postura. La idea es no solo que ensayen posibles acciones para situaciones concretas de su

vida cotidiana, sino que sean capaces de ir de la especificidad del caso a las relaciones

sociales y sus leyes (Boal, 2009, 2013).

 Teatro mito: por medio del teatro se estudian los mitos populares y se buscan por medio de

improvisaciones explicaciones alternativas a los que encierran en sí y la función de control

social que generalmente cumplen (Boal, 2009, 2013).

 Rituales y máscaras: entendidos como patrones de comportamiento social y caracterizaciones

146
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

propias del rol que desempeña cada persona socialmente. Se proponen intercambios de

rituales y de comportamientos en situaciones diametrales de poder para descomponerlas

(Boal, 2009, 2013).

 Teatro juicio: se parte de una historia de algún o alguna participante, que pasa a ser

improvisada, luego se analizan los roles sociales de cada personaje y se pide a cada intérprete

que escoja un símbolo del rol de su papel (ej: policía – pistola, padre de familia- billetera) y

se toman objetos del entorno para que los representen, posteriormente se repite la escena con

el uso de estos objetos en acciones concretas y finalmente se hace la improvisación dejando

al personaje sin el objeto – símbolo y sin la acción que ejerce con él (Boal, 2009, 2013).

4.3.1. Técnicas prospectivas.

Consisten en entrenar al grupo en la creación de imágenes con el propio cuerpo y los de

los demás y sus posibilidades de expresión, para superar cualquier barrera del idioma o del

léxico. A partir de esto se construyen imágenes colectivas y se inician improvisaciones dentro de

un lenguaje común a quienes incluso no han practicado teatro nunca, dando origen a las

múltiples miradas individuales y colectivas. Existen múltiples variantes que Boal (2002) describe

en el detalle de casos y que se retoman en el diseño del programa de la presente investigación.

4.3.2. Técnicas instrospectivas.

A partir de propuestas del propio grupo se trabajan directamente conflictos de relación

interpersonal, bien sea entre los presentes o de otras personas significativas en sus vidas o

relaciones sociales que son interpretadas por alguien del grupo (Boal, 2004).

Directamente se trabaja lo que da origen a cualquier escena de teatro, el conflicto de

deseos, se analizan sucesivamente los deseos del oprimido y del opresor, con juegos de cambios

de roles entre quienes interpretan, partiendo de imágenes y de improvisaciones sobre la historia

147
Maria Luisa Mondolfi Miguel

de algún o alguna participante, partiendo de descomponer el conflicto en qué quiere de los otros

personajes y qué quieren estos de él o de ella (Boal, 2004).

4.3.3. Técnicas de extraversión.

Es lo que se conoce como arcoiris del deseo, que consiste en el desglose de las

emociones, deseos, sensaciones y aspectos de personalidad implícitos en una relación oprimido –

opresor. De este modo la persona explora hasta rechazar aquellos deseos en si misma que le son

adversos y estimula los que acepta o son cónsonos con su liberación. El nombre de arcoíris se

debe a la intención de develar todo el espectro cromático de emociones y deseos en las

conflictivas inter e intra – personales (Boal, 2004).

En estas técnicas el trabajo es más intimista con la persona que propone la situación a

analizar y por ello requiere de mayor entrenamiento por parte quien dirige al grupo. Se analizan

las emociones y relaciones de cada personaje, descomponiéndolas y haciendo que cada una,

incluso sea interpretada por alguien (ej: la rabia, el amor de un mismo personaje). Requiere un

trabajo detallado y largo de re - improvisaciones con cambios de tiempos, ritmos, roles. Se puede

realizar tanto con experiencias individuales como con situaciones tipo de experiencias comunes

del grupo. Es la parte de aproximación terapéutica más detallada del teatro del oprimido (Boal,

2004).

4.3.3.1. Arco iris del deseo y aproximaciones terapéuticas.

En cuanto a lo terapéutico, Boal (2002) hace referencia a su incursión en dos hospitales

psiquiátricos de Francia con pacientes y personal y el empleo de su trabajo con otros grupos en

diferentes países para abordar problemáticas individuales que son comunes o con las que los

miembros de un mismo grupo pueden simpatizar.

Para esto, el trabajo se lleva a cabo a través de improvisaciones que propone algún

148
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

participante sobre situaciones de su vida en las que haya sentido opresión en una relación, dirige

a las demás personas en los roles que describe y antes o después de la improvisación se realiza

teatro – imagen, se dan múltiples variaciones y se discute en foro, pero la premisa de la que parte

el trabajo de Boal (2004) es que al escenificar por medio del lenguaje teatral es posible cosificar

los deseos contradictorios que generan el conflictos de poder y pueden ser analizados con las

diferentes posibilidades de cambio.

De este modo, se permite a la persona observarse a sí misma en la escena y observar a

quienes le interpretan en los cambios de roles, junto a la presentación de posibles alternativas,

que es la función de cualquier proceso terapéutico, por medio de la escucha y la observación

(Boal, 2004).

Si bien se tratan problemáticas desde un enfoque de las relaciones sociales, lo personal

aparece y quien protagoniza puede distanciarse y verse, mientras que los especta – actores

pueden acercarse por medio de la simpatía, en la que entran en sintonía con las emociones y

deseos del protagonista (Boal, 2004).

Las hipótesis que subyacen al trabajo del teatro del oprimido se refieren a que por medio

de la simbolización estética del teatro, se producirá en estas prácticas según Boal (2004) la

osmosis, en la que el conflicto que da lugar a la improvisación deja de ser una situación que

pertenece a la persona y simboliza una situación de opresión en la que se identifica el resto del

grupo por medio de la acción escénica.

El oprimido se convierte así en artista, dueño de la realidad que originó la imagen y de la

realidad de la imagen construida en el trabajo colectivo, en lo que se conoce como metaxis.

Finalmente, en aquellos casos en los que no se produce la simpatía o la osmosis por tratarse de

un relato inicial muy particular y personal, se buscan relatos del resto del grupo en el que hayan

149
Maria Luisa Mondolfi Miguel

tenido situaciones que tengan en común la opresión y se trabaja desde la tercera hipótesis que es

la posibilidad de la inducción analógica (Boal, 2004).

Cabe destacar que así mismo, recomienda el autor que cuando se trate de temas muy

sensibles como la violencia o abuso sexual se puede hacer desde la construcción social del grupo

de escenas que describan tal opresión sin describir experiencias propias para permitir que se

sientan con cierta protección y menos expuestas o expuestos, siendo siempre el objetivo la

catarsis dinamizadora, que permita explorar alternativas de cambio (Boal, 2004).

4.3.4. Evidencia empírica en relación a la violencia de género con estrategias de teatro

del oprimido.

Rich (2010) describe su experiencia de 10 años en un campus universitario de California,

en el que por medio del teatro del oprimido ha trabajado pedagógicamente la comprensión de la

violencia de género y la violencia sexual en relación a los roles de género que la perpetúan,

buscando implicar a la comunidad universitaria en su prevención y en la empatía hacia las

víctimas. Sus resultados favorables han sido medidos cuantitativamente con cuestionarios sobre

percepción de la violencia sexual antes y después de la intervención con teatro foro y

cualitativamente por las valoraciones en grupos de discusión con los y las participantes.

Así mismo, el supra citado autor, en colaboración de otros investigadores (Ahrens, Rich,

& Ullman, 2011) realizaron intervenciones en poblaciones universitarias para prevenir las

violaciones y la violencia sexual contra las mujeres. Los resultados en esta ocasión valoraron la

efectividad del programa para hacer que los estudiantes se vieran a sí mismos como agentes de

cambio en esta problemática, así como la estrategia del teatro del oprimido como una posibilidad

de abordaje con resultados que avalan la técnica como herramienta de cambio y activación

social.

150
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Así mismo, Belknap, Haglund, Felzer y Schneider (2013) por medio del teatro del

oprimido realizaron un programa con adolescentes de ambos sexos, de origen mexicano,

residenciados y escolarizados en Estados Unidos, en evaluación pre y post, observaron

disminución en su aceptación hacia la violencia de género en las citas.

Un análisis llevado a cabo por Christensen (2013) por medio de un estudio bibliométrico

y análisis de la rigurosidad metodológica de publicaciones de esta temática en bases de datos

especializadas de los numerosos programas que han empleado teatro del oprimido en la

prevención de la violencia sexual en campus universitarios de Estados Unidos (Universidad de

Texas, Universidad de Oregon, Universidad de California, Universidad de Carolina del Norte) da

una visión importante sobre la metodología a seguir en investigaciones futuras.

Los estudios de tipo cuantitativo analizados realizaban medición pre y post sobre la

aceptación de la violencia sexual y los mitos que la justifican o la empatía con la víctima,

apreciando cambios favorables en perspectiva de género, luego de las intervenciones. De esta

metodología la revisión recomienda que en investigaciones futuras se establezcan claramente los

objetivos de la intervención, se diseñe el programa en base a estos y se escojan instrumentos que

midan lo que se pretende modificar, así mismo considera necesario que se realice un manual

detallado que permita la replicabilidad de la investigación (Christensen, 2013).

En cuanto a los estudios cualitativos analizados por Christensen (2013), estos se orientan

al empleo del teatro del oprimido en la violencia de género y su efecto en la autoimagen y

desórdenes alimenticios de mujeres, su percepción en estudiantes universitarios y en

comunidades con la participación de adultos y adolescentes. De estos, destaca su riqueza

descriptiva para la replicabilidad y las mediciones en diferentes momentos.

Del análisis llevado a cabo, Christensen (2013) finalmente, recomienda para

151
Maria Luisa Mondolfi Miguel

investigaciones futuras sobre programas de intervención de violencia de género basados en teatro

del oprimido emplear métodos mixtos, ya que el modelo cuantitativo puro no parece cónsono

con el paradigma con la pedagogía de la liberación y el teatro del oprimido.

4.4. Psicodrama

Tiene su origen en la segunda década del siglo XX, con el trabajo actoral llevado a cabo

por Jacob Levy Moreno con una actriz en búsqueda de espontaneidad y naturalismo, en la línea

de Stanislavski. Moreno quien era psiquiatra valoró como resultado adicional en la actriz, la cura

de síntomas neuróticos con el trabajo por medio de la escenificación de situaciones de su vida

durante la improvisación y ejercicio de la memoria emotiva. Así surge una de las principales

técnicas y búsquedas del psicodrama, la espontaneidad, en la que de los personajes de la fantasía

del teatro de la espontaneidad se pasa a los roles reales del psicodrama (Lemoine & Lemoine,

2009; Moreno, 1974).

De los cambios personales observados en el trabajo con la actriz, Moreno termina

conformando una técnica psicoterapéutica en la que los personajes ya no son fantasías sino que

se busca la libertad del sujeto en asumir su propio rol; como el mismo Moreno lo explicaría en

un encuentro castrante con el padre- maestro Freud, cuando este le interpelara sobre su técnica:

“Yo comienzo allí donde usted termina. Usted ubica a las personas en una situación

artificial en su consultorio, yo las encuentro en la calle y en su casa, en su medio natural. Usted

analiza sus sueños, mientras yo, por mi parte, intento infundirles coraje para seguir soñando. Le

enseño a la gente a representar el papel de Dios” (Lemoine & Lemoine, 2009; p. 10).

En la búsqueda de la espontaneidad del psicodrama se trabaja la flexibilidad conductual y

cognitiva de la persona ante situaciones imprevistas y cotidianas por medio de la improvisación

de escenas vividas o fantaseadas. Esta técnica va acompañada en el trabajo de otras dos

búsquedas fundamentales como lo son la asociación libre y la catarsis. El propósito fundamental

152
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

del psicodrama es que el sujeto logre liberarse por medio de la espontaneidad y asuma su propio

rol. La espontaneidad debe diferenciarse de la impulsividad o acting out, aclarándose en el

acuerdo terapéutico que no están permitidas las agresiones físicas o verbales reales entre los y las

participantes o terapeutas (Lemoine & Lemoine, 2009; Moreno, 1974).

El psicodrama de acuerdo a García y Richard (2009) es un modelo integrado en sí, pues

Moreno no solo dio inicio a la terapia de grupo, sino que fue el precursor de la teoría del rol.

Sostenía que cada persona está constituida, se evalúa a sí misma y es evaluada por los demás, a

partir de los roles que interpreta.

Los roles están mediados por la demanda y la transmisión de la cultura. La flexibilidad y

amplitud del repertorio de roles determinan el grado de funcionalidad de una persona, por lo que

en el psicodrama, la espontaneidad busca ampliar este rango (García & Richard, 2009).

Ejemplos de disfunción serían el bloqueo del rol en el síndrome de burnout, la fatiga de

rol, la confusión del rol (demandas ambiguas), tensión de rol (contradicciones), crisis de rol

(cuestionamientos, dudas sobre el papel) y el abandono del rol (García & Richard, 2009).

Los roles que componen el repertorio, según Moreno, pueden ser de tres tipos:

psicosomáticos, sociales y psicodramáticos. Los roles psicosomáticos se manifiestan físicamente

(comer, correr, dormir, funciones fisiológicas) y pueden no tener componente psicológico, pero

también pueden tenerlo (ejemplo: comer por ansiedad); los roles sociales implican un otro y

reciprocidad, como ser madre (implica un hijo o hija). Finalmente los roles psicodramáticos son

contenidos intrapsíquicos como el rol de pensador o rol de solucionador que son actuados en la

mente, hasta que se actúan en el medio social (García & Richard, 2009).

153
Maria Luisa Mondolfi Miguel

4.4.1. Metodología del psicodrama.

El psicodrama se realiza en un escenario de tres círculos concéntricos. En el del medio se

sitúa la o el paciente que escenifica, en el segundo se pueden ubicar los otros roles que no han

entrado en escena y entre este y el tercero se mueve el Yo auxiliar, de acuerdo a su función con

el protagonista. El protagonista plantea la situación de su vida y escoge a otros participantes del

grupo para ejercer los roles complementarios (pareja, jefe, padres, etc.), la escenifica y va

realizando el soliloquio, en el que verbaliza lo que pensaba y sentía durante las situaciones

(Moreno, 1974).

Adicionalmente el Yo Auxiliar va realizando intervenciones sobre lo que intuye que está

implícito o poco claro, conversando con quien protagoniza o realizando actuación a modo de

espejo. El Yo auxiliar es un co – terapeuta entrenado (Moreno, 1974).

El terapeuta realizan la función de dirigir y al terminar la escena hacen interpretaciones y

señalamientos, junto con las intervenciones del público que son participantes del grupo que han

hecho roles o han presenciado la escena (Moreno, 1974).

4.4.1.1. La sesión.

Se realizan sesiones individuales o grupales en espacios de tiempo delimitados en

duración (en cuanto a días y horas) de manera individual o grupal. La sesión de psicodrama

puede durar desde media hora hasta tres horas y se divide en tres partes: calentamiento, selección

del protagonista y fase de acción (García & Richard, 2009).

Durante el calentamiento, el grupo se concentra en los temas que desea trabajar durante la

sesión. El calentamiento puede ser estructurado por el director y orientado de manera cognitiva,

con una reflexión o, de manera afectiva con un trabajo de silla vacía en la que se lleva a imaginar

al grupo que allí hay una situación que afrontar (ej: alcoholismo) a la que le hablan y expresan

154
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

sus sentimientos. El calentamiento también puede ser inestructurado e iniciarse con una

discusión abierta en la que los participantes propongan temas espontáneamente (García &

Richard, 2009).

El protagonista puede ser seleccionado previamente a la sesión por el director para

trabajar un conflicto o tema específico, para lo cual se le debe informar a la persona antes de

iniciar la sesión e informarle al grupo. Otras formas de selección del protagonista pueden surgir

del grupo o que algún participante se ofrezca o pida trabajar una situación que le ubica en ese rol.

La forma más común es selección del protagonista por el grupo, cuando su experiencia es la más

representativa a un conflicto común de los participantes (García & Richard, 2009).

En la fase de acción el protagonista selecciona a los que interpretaran cada personaje o

rol en su historia, el director negocia con él o ella la escena y da indicaciones al Yo auxiliar. El

protagonista debe explicar a quienes actuarán las características físicas y psicológicas de los

personajes que interpretarán (que son personas reales en su vida), también debe quedar claro el

lugar y las circunstancias, finalmente se adecua el escenario con algunos objetos como sillas y

mesas (García & Richard, 2009).

La fase final es la fase de compartir, en la que el director se encargará de que los

participantes sean capaces de abandonar los roles. Los participantes son invitados a reflexionar

desde la identificación que desarrollaron en la escena, comentando al protagonista siempre desde

primeras persona, cómo les hizo sentir la interpretación o lo que vieron si solo fueron

espectadores. El director o directora hace funciones de clarificación y promueve la elaboración

terapéutica. La fase final también puede hacerse en pequeños grupos de discusión, asistidos por

Yo auxiliares (García & Richard, 2009).

155
Maria Luisa Mondolfi Miguel

4.4.1.2. Técnicas.

 Soliloquio: busca que el protagonista haga asociación libre al inicio o cierre de una escena,

indicándole que camine en círculos o alrededor del escenario, mientras pone sus

pensamientos en voz alta (García & Richard, 2009).

 Aparte: se le indica al protagonista mirar fuera de la escena hacia los participantes que hacen

de público y verbalizar lo que está pensando pero no diciendo, los demás personajes son

instruidos para actuar como si no le escucharan. Esta indicación se emplea cuando el

protagonista se encuentra poco involucrado en la escena y el director observa poca

concordancia entre lenguaje corporal y verbal o incongruencia afectiva. La función es que el

protagonista luego continúe y sea capaz de incorporar el afecto que ha suscitado el aparte y

que estaba intentando suprimir (García & Richard, 2009).

 Doble: algún miembro del grupo se levanta por indicación del director o espontáneamente a

hace el doble del protagonista. Emplea gestos o palabras que reflejan contenidos, bien sean

de tipo cognitivo (útil en caso de protagonistas impulsivos), afectivos (de lo que siente),

somáticos (acciones, movimientos); el doble también puede ser amplificador (hablar más alto

o más enérgico si el protagonista está disminuido) o contenedor (si el protagonista se enfrenta

a una situación dolorosa) con gestos como ponerle las manos en los hombros. Se indica a los

participantes que solo el protagonista debe responder al doble, incorporando sus indicaciones

en la actuación, pero los demás personajes fingen no ver ni oír al doble (García & Richard,

2009).

 Inversión de roles: se indica al protagonista que cambien de papel con otro en la escena. Se

emplea para desarrollar la empatía, dar la posibilidad de entender la situación desde otra

perspectiva, encarnando el personaje o cuando se necesita que responda una pregunta que se

156
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

ha hecho al personaje auxiliar y solo él o ella tiene la información de cómo realmente ocurrió

la situación en su vida (García & Richard, 2009).

Si dos personas se conocen y realizan un trabajo terapéutico juntos (ejemplo terapia de

pareja), se puede promover la inversión de roles para hacer señalamientos empáticos o la doble

actuación, en la que uno solo interpreta a ambos (Moreno, 1974).

 Silla vacía: el protagonista le dice a este objeto, luego de ubicar imaginariamente a una

persona no presente y significativa en su vida, los asuntos que debe resolver con ella

(Lemoine & Lemoine, 2009).

 Proyección en el futuro: se le indica al protagonista actuar comportamientos que darían los

resultados deseados en el futuro, para entrenarle en destrezas, generar motivación optimismo

y capacidad de agenciar un plan (García & Richard, 2009).

4.4.2. Evidencia empírica con psicodrama y violencia de género.

Si bien en el apartado sobre de investigaciones con dramaterapia, en la mayoría de las

intervenciones se emplean técnicas de psicodrama, tal como ocurre en casi todos los métodos de

dramaterapia; a continuación se refiere un estudio que emplea psicodrama para abordar las

consecuencias de la violencia de género.

Por medio de una adaptación breve de cuatro sesiones de psicodrama, con enfoque

sistémico, Lai (2011) desde la experiencia en China con un grupo de madres sobrevivientes a

violencia de género y sus hijas que la habían presenciado, plantea los beneficios de esta

intervención breve para reparar la relación entre madres e hijas que han pasado por tal situación

traumática, para significar la experiencia y reconstruir su futuro.

La intervención de Lai (2011) consistió en técnicas de externalización basadas en el

dibujo, reestructuración cognitiva de las fortaleza personales por medio de los roles (la heroína

157
Maria Luisa Mondolfi Miguel

como superviviente al maltrato), exploración de la repercusión del trauma en sus vidas y

relaciones madre- hija, exploración de alternativas con proyección en el futuro y rituales de

cierre. Se trata de un estudio descriptivo y cualitativo en cuanto al análisis clínico de la

experiencia como estudio de caso.

158
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

159
Maria Luisa Mondolfi Miguel

160
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

1. Planteamiento del Problema

A pesar de todos los adelantos en materia jurídica, descritos en el apartado teórico, la

última encuesta de violencia contra la mujer en la Unión Europea determinó que 1 de cada 3

(33%) de las mujeres en estos países habían experimentado violencia física o sexual desde la

edad de 15 años, en el 22% de los casos infligida por sus parejas y, en la misma proporción

(22%) habían padecido violencia física por parte de alguien distinto a sus parejas (European

Union Agency for Fundamental Rights, 2014).

Las cifras españolas son incluso más alarmantes; los resultados de la macro encuesta

nacional (Delegación Gobierno para la Violencia de Género, 2015) revelan que 78,2% de las

mujeres de 16 o más años, residentes en España habían sufrido violencia por parte de alguna

pareja o ex pareja al menos una vez en sus vida. De esta encuesta se estima que un 10,4 % ha

padecido violencia física; 25,4% violencia psicológica de control; 21,8% violencia afectiva y un

10,8% de violencia económica.

En perspectiva evolutiva, desde la pasada década, cuando en España se introducen

cambios jurídicos importantes para intervenir la violencia y desigualdad contra las mujeres, las

cifras arrojadas por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (2014; 2015; 2016a),

señalan que pese a los ordenamientos jurídicos y políticas integrales, la violencia de género sigue

materializándose en gran cantidad de víctimas mortales en cada año: con 71 asesinadas en 2003;

72 en 2004; 57 en 2005; 69 en 2006; 71 en 2007; 76 en 2008; 56 en 2009; 73 en 2010; 61 en

2011; 52 en 2012; 54 en 2013; 54 en 2014; 60 en 2015; 44 en 2016

Estas cifras denotan fluctuaciones que no indican una erradicación en la manifestación

letal de la violencia de género (el femicidio), a pesar de las iniciativas estadales, aunque la

161
Maria Luisa Mondolfi Miguel

institución analiza la media de 71,5 antes de la vigencia de la Ley Integral con la de 67,0 luego

de la misma como un logro de gestión (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2014).

Detallando las cifras del último año, en 2016, de las mujeres asesinadas por violencia de

género, 25 eran españolas y 19 de otras nacionalidades, mientras que de sus victimarios 29

españoles y 15 de otros países. De estas víctimas mortales 11 habían solicitado medida de

protección y 6 la tenían concedida y en vigor. También de estos casos quedaron 26 menores de

edad huérfanos, tras la muerte de sus madres y un niño de un año fue asesinado (Ministerio de

Sanidad, Política Social e Igualdad, 2016b).

Como dato más recientes de las cifras en la Comunidad Autónoma de Galicia, en el año

2015, asesinaron por violencia de género a 6 mujeres -12,2% de los femicidios del país ese año-

y en el año 2016 la cifra descendió a 3 asesinadas por violencia de género en Galicia- 6,8% del

total nacional- (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2015; 2016a).

En cuanto a la atención policial y jurídica a las víctimas, de las 54 muertes por violencia

de género en el año 2014, 6 de ellas ocurrieron en Galicia. Ese mismo año, se registraron 5209

denuncias por violencia de género en esta Comunidad Autónoma, que sobre el total nacional

correspondieron al 12,2 %. De las denunciantes en Galicia a 829 les fue dictada orden de

protección por los tribunales y a las restantes 429 les fue denegada. Al cierre de ese año 2014 se

tenía un registro total de 884 mujeres con protección policial por violencia de género y 23

dispositivos electrónicos de seguimiento a agresores activados en Galicia. (Ministerio de

Sanidad, Política Social e Igualdad, 2016b).

No solo la manifestación última de violencia de género, como es el femicidio está

presente en nuestra sociedad. Dentro del continuo de la violencia de género, basada en la

desigualdad, esta continúa en varios aspectos como el económico pues en el año 2007, poco

162
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

antes de la aprobación de la Ley Gallega de Igualdad en el Trabajo, las mujeres cobraban 73%

del salario que percibía un hombre en el mismo puesto. En 2007 las mujeres gallegas suponían

un 50,2% de la población activa y solo un 42,7% de afiliación a la seguridad social. En 2009 el

Ministerio de Igualdad concluyó que las mujeres cobran hasta 450 euros menos en situaciones

laborales idénticas. Todas estas cifras hablan de la desigualdad (Asociacion Rede de Mulleres

Veciñais Contra Os Malos tratos de Vigo, 2009).

Los datos anteriores, siendo los más recientes publicados por organismos oficiales,

demuestran que la violencia de género sigue siendo un problema multicausal que deriva de

elementos que van desde la socialización primaria presentes en los modelos de género

observados y ejercidos (situación igualitaria o no entre hermanos y hermanas y padre – madre) y

el conocimiento formativo secundario sobre el tema (lectura o información sobre el tema) como

refieren en su investigación sobre percepción de la violencia en estudiantes universitarios Ferrer,

Bosch, Ramis y Navarrro (2006). Esto va en concordancia con medidas propuestas por la Ley

Integral de incluir el tema en todos los niveles de estudio como una posible práctica que logre a

largo plazo cambiar las creencias y actitudes de la población, que se reflejan en las prácticas

masculinas registradas en las cifras mencionadas.

En cuanto la percepción de daño físico y psicológico, entre las mujeres residentes en

España de más de 16 años que alguna vez han sufrido violencia por parte de una pareja, refieren

afectación de su bienestar en 78% de los casos que han sufrido violencia física o sexual,

aumentando a un 91,8% en las que padecieron violencia física severa y, un 83,8 % de las que han

sufrido violencia sexual consideran que les ha afectado de manera considerable (Delegación

Gobierno para la Violencia de Género, 2015).

163
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Teniendo en cuenta este daño autopercibido en las afectadas por la violencia de género en

España, y considerando lo referido en el apartado teórico de investigaciones sobre impacto

psicológico de estas vivencias, se estima necesario continuar investigando sobre alternativas de

tratamiento e intervención con las afectadas. Estas intervenciones deben orientarse hacia la

adquisición de recursos y la posibilidad de empoderamiento, siguiendo las recomendaciones de

Pérez et al. (2012) como posibles atenuantes del TEPT.

Además de una necesidad de índole social, se trata de un derecho de esta población, pues

de las denuncias procedentes por violencia de género, el protocolo jurídico indica la asistencia

integral, entre la que se incluye la de tipo psicológico. Por lo las alta incidencia de violencia de

género en España y en Galicia, implica una demanda importante de atención psicológica, lo que

justifica nuestro estudio en busca de nuevos medios que aporten datos descriptivos de la

población y alternativas de intervención ajustadas a sus necesidades.

En cuanto a los contenidos a incluir en la intervención, seguiremos la evidencia referida

por numerosos autores de la violencia de género como un proceso que causa trauma psíquico,

que puede ser agravado por antecedentes como el haber presenciado violencia entre los padres en

la infancia; además de la cronificación por la dificultad de romper la relación y el contacto con el

agresor en el caso de las parejas, lo que lleva a una situación de trauma tipo II o crónico, también

causado cuando el trauma inicial no se elabora y significa, lo que incrementa la posibilidad de

establecer relaciones de pareja con nuevos maltratadores (Alcántara et al. , 2013; Cater et al.,

2015; Duque et al., 2007; Haj-Yahia et al., 2009; Holt et al., 2008; Lee et al., 2014; Paivio &

Pascual-Leone, 2010).

De este modo, nos planteamos un eje de intervención psicoterapéutica para la elaboración

de los conflictos intrapsíquicos y reducción del malestar psíquico y un eje desde un enfoque de

164
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

pedagogía crítica que busca el cuestionamiento de los estereotipos que sustentan este tipo de

relaciones y orienta el empoderamiento de las participantes.

Hemos decidido realizar la intervención basada en dramaterapia respondiendo a la

necesidad de ampliar las posibilidades de atención eficaz en esta población. Siguiendo como

evidencias empíricas las intervenciones realizadas con esta disciplina (Berliner, 2012; Campbell,

2015; Dix, 2015; Fong, 2007; Leeder & Wimmer, 2006; Moller, 2013; Morris, 2014) con

mujeres víctimas de violencia de género, en situaciones de exclusión, que habían experimentado

múltiples situaciones traumáticas o con los hijos de estas afectadas, en las que se refieren logros

en el empoderamiento de esta población y mejoras en su malestar psíquico.

Igualmente el empleo de dramaterapia como estrategia de intervención obedece a la

necesidad de desarrollar evidencia empírica en esta área, que fundamente el reconocimiento de la

disciplina en España y en la comunidad científica internacional, siguiendo las recomendaciones

de Jones (2015a, 2015b) y Wengrower (2102).

Así mismo, orientan nuestra investigación las recomendaciones de estudios desde otros

enfoques terapéuticos propios de la psicología con esta población (Allen & Wozniak, 2013;

Iverson et al., 2009; Michalopoulou et al., 2015; Tarquinio et al., 2012; Tutty et al., 2016,

Zlotnick et al., 2011) y desde otras disciplinas de terapias del arte (Ojeda & Serrano, 2008;

Locket, 2014). Estos antecedentes han de guiar tanto la intervención como en el análisis de

resultados, para generar la mayor interdisciplinariedad posible y diálogo de la dramaterapia con

otros enfoques y disciplinas.

En cuanto a la intervención desde el eje pedagógico, nos orientan como evidencia

empírica los resultados de intervenciones realizadas con la técnica de teatro del oprimido como

medio para promover el cambio en los estereotipos que sustentan las relaciones de desigualdad y

165
Maria Luisa Mondolfi Miguel

la aceptación de la violencia basada en género (Ahrens et al., 2011; Belknap et al.,2013; Rich,

2010).

En cuanto a la metodología de la investigación, estimamos necesario seguir las

recomendaciones del estudio de Christensen (2013) sobre el empleo de métodos mixtos y

replicables en las investigaciones sobre programas de intervención de violencia de género

basados en teatro y dramaterapia, para subsanar una carencia en esta área de investigación.

166
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

2. Método de Investigación

Se trata de una investigación evaluativa de un estudio de caso con una finalidad interpretativa

utilizando un método mixto: cualitativo y cuantitativo que nos permita medir el impacto y la eficacia del

programa en una muestra de mujeres con antecedentes personales de haber padecido violencia de género.

2.1. Objetivos

El presente trabajo de investigación se plantea determinar las características psico-

sociales de mujeres que padecen o han padecido maltrato dentro de relaciones de pareja y

habitan en Galicia, con el fin de diseñar, aplicar y evaluar un programa de intervención basado

en dramaterapia y teatro orientado a reducir el malestar psíquico en las siguientes áreas:

 Síntomas de depresión.

 Ansiedad y TEPT.

 Mejora de la autoestima.

 Disminución de las somatizaciones y malestar físico.

 Cuestionamiento de estereotipos sexistas.

 Restablecimiento e incremento del sentido de la vida, relaciones interpersonales y

habilidades comunicacionales.

2.1.1. Objetivos generales.

 Diagnosticar las necesidades específicas de intervención psicológica de las mujeres que padecen

o han padecido violencia de género en Galicia.

 Diseñar e implementar un programa basado en teatro y dramaterapia que se ajuste a las

necesidades terapéuticas de la población.

 Determinar el impacto y la eficacia de un programa basado en el teatro y dramaterapia en un

grupo de mujeres con antecedentes de violencia de género para la mejora de los síntomas de

malestar psicológico, estereotipos sexistas y posibilidades de empoderamiento.

167
Maria Luisa Mondolfi Miguel

2.1.2. Objetivos específicos.

 Describir las características sociodemográficas de mujeres que han padecido o padecen

violencia de género en Galicia.

 Determinar la prevalencia de antecedentes de maltrato infantil en la muestra.

 Caracterizar las vivencias de maltrato en relaciones de pareja en la muestra.

 Determinar la incidencia de depresión, TEPT y niveles de calidad de vida en la muestra.

 Determinar la incidencia de estereotipos sexistas en la muestra.

 Determinar la percepción de sentido de la vida en la muestra.

 Desterminar los niveles de autoestima en la muestra.

 Describir las posibles asociaciones entre las variables psicológicas y sociales de la

muestra.

 Evaluar las posibilidades terapéuticas del programa de dramaterapia en la muestra.

 Evaluar los efectos del programa sobre las variables de: depresión, TEPT, autoestima,

sentido de la vida, estereotipos sexistas y calidad de vida.

2.2. Diseño

El proceso de investigación se plantea desde un enfoque crítico feminista como el que

propone Cebotarev (2003), para generar cambios en los procesos sociales y prácticas, para ello se

entiende la conceptualización de género como una construcción social determinante en las

realidades de las participantes de este estudio, donde son ellas mismas las encargadas de buscar

respuestas a sus situaciones y posiciones.

Entre los cambios, se busca también generar alternativas en las prácticas de intervención

psicoterapéutica ante la violencia de género. Esto implica una práctica reflexiva que se realiza

siguiendo una perspectiva feminista y de género, de acuerdo a lo propuesto en intervenciones

168
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

con arteterapia por López Fernández-Cao (2015), donde la metodología feminista implica la

reflexión del rol de terapeuta como observador- participante, con la necesidad constante de auto-

reflexión sobre un proceso en el que se implica la construcción de la identidad de género, las

construcciones sociales y culturales que personifican o encarnan los miembros del grupo.

Considerando a la investigadora como una de estas participantes, la práctica sigue el

método de investigación-acción, ya que se realiza una observación y reflexión de la realidad

siguiendo el pensamiento crítico, para pasar de la interpretación a la acción que persiga el

cambio personal y social.

En este estudio se lleva a cabo lo que Bartolomé (1994) define como investigación -

acción de tipo participativo, por la confluencia de la investigadora adscrita a una institución

académica y realizando una práctica profesional con fines de investigación, en cooperación con

otras instituciones, como son los Centros de Información a la Mujer, para la búsqueda de

soluciones con las participantes en el programa de intervención.

Se sigue, por tanto el paradigma constructivista, donde la investigadora, al ser quien

imparte el programa de teatro, entra como participante y facilitadora de las opiniones múltiples,

sin la intención de que los valores y atribuciones permanezcan aislados. Por su parte, las

participantes se constituyen en sujetos que construyen e interpretan la realidad estudiada junto a

la investigadora (Ruiz, 2012).

Al perseguirse como objetivo la evaluación de un programa, de acuerdo a lo planteado por

Yates (2012) no se sigue un diseño experimental tradicional con asignación aleatoria; sino que se

parte de una descripción estadística inicial de la población y sus necesidades a la que luego se

añade un estudio de caso con una muestra menor de participantes, con quienes se realiza una

169
Maria Luisa Mondolfi Miguel

evaluación pre test - post test para determinar la eficacia del programa por medio de la

evaluación final.

El programa a evaluar, se concibe como un esfuerzo organizado de actividades que han sido

determinadas como apropiadas o recomendadas para generar cambios beneficiosos en la

población estudiada (Yates, 2012).

Tales actividades están sujetas además a la evaluación procesual durante la intervención, que

a su vez orienta el diseño dentro de lo que se conoce como análisis fenomenológico

interpretativo, y por sus siglas en inglés como IPA (interpretative phenomenological analysis), en

el que preguntas abiertas orientan un estudio exploratorio sobre cómo las participantes dan

sentido a las experiencias que tienen, durante el proceso terapéutico (Smith & Shinebourne,

2012).

2.3. Población Objeto de Estudio

La población que intentó estudiarse estuvo conformada por mujeres que padezcan o

hayan padecido violencia de género en relaciones de pareja y sean habitantes de la Comunidad

Autónoma de Galicia, España.

Para el año 2017 la población de Galicia, de acuerdo a cifras provisionales se censó en

2.707.700, de la cual 1.403.580 son mujeres. En 2015, año en el que se recogen los datos de esta

investigación, la población gallega se estimó en 2.732.347 habitantes, de los cuales 1.317.054

eran hombres y 1.415.293 mujeres. Las mujeres se distribuyeron por edad del siguiente modo:

168.253 (11.89%) eran menores de 16 años; 868.166 (61.34%) con edades entre 16 y 64 años y

378.874 (26.77%) mayores de 64 años (Instituto Nacional de Estadística, 2017)

En cuanto a los nivel educativo de las mujeres gallegas, para el año 2015, el porcentaje de

con nivel educativo bajo, comprendido entre analfabetismo, primaria y primera etapa de

170
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

educación secundaria obligatoria, era del 42,2% de la población, frente a un 47.7% entre la

población masculina. Estas cifras son desfavorables respecto al resto de mujeres de España con

bajos niveles educativos, donde corresponde a 40,9% y en la Unión Europea de 26,6%; por lo

que el porcentaje de las mujeres en Galicia, con bajo nivel educativo en esta comparativa está

por encima del país y la región (Eurostat, 2015, Instituto Gallego de Estadística &Instituto

Nacional de Estadística, 2015a).

Así mismo, para el año 2015, el porcentaje de mujeres con edades entre 16 y 64 años en

Galicia que había alcanzado educación secundaria y educación post- secundaria era de 22% y el

de hombres del 22.7%.Mientras que en España 24.5% de las mujeres y 24.3% de los hombres

tenían esta formación y en la Unión Europea un 45 % de las mujeres y un 47.8% de los hombres

(Eurostat, 2015, Instituto Gallego de Estadística &Instituto Nacional de Estadística, 2015a).

Finalmente en educación de tercer ciclo el porcentaje de mujeres en Galicia con esta

formación se estimó en un 35.8%, frente a un 29.6% de los hombres gallegos, y las cifras

españolas de 34.6% de mujeres y 29.6% de los hombres y las Europeas de 28.4% de las mujeres

y 24.9% de los hombres. Por lo que en este nivel las mujeres en Galicia superan los porcentajes

nacionales y de la región europea (Eurostat, 2015, Instituto Gallego de Estadística &Instituto

Nacional de Estadística, 2015a).

Para el año 2015, la tasa de actividad laboral de las mujeres en Galicia de más de 16 años fue

de 48.7% y la de los hombres de 58.6%, mientras que en España de 64.8% de los hombres y

53.1% y en la Unión Europea de 64.2% y 51.3% respectivamente. Mientras que la tasa de paro

en Galicia para mujeres fue de 20% para las mujeres y 18.7% para hombres, mientras que en

España de 23.6%mujeres y 20.8% hombres, y en la Unión Europea el paro fue de 9.5 % mujeres

171
Maria Luisa Mondolfi Miguel

y 9.3 % hombres (Eurostat, 2015, Instituto Gallego de Estadística & Instituto Nacional de

Estadística, 2015a).

El riesgo de pobreza de las mujeres gallegas en 2015 fue calculado en un porcentaje de

17.1%, y el de los hombres de 16.8%, frente a las cifras españolas de 22.1 y 22.6%,

respectivamente (Instituto Gallego de Estadística, 2015, Eurostat, 2015b).

La edad media de maternidad de las mujeres en Galicia es de 32.8 años para las de

nacionalidad española y de 28.6 para las extranjeras. Un 46.6% son madres solteras y la edad

media de casamiento es a los 32.6 años el primer matrimonio. El número medio de hijos es de

1.1. (Instituto Gallego de Estadística & Instituto Nacional de Estadística, 2015b; Eurostat,

2015b).

2.3.1. Muestra.

La muestra ha sido seleccionada por muestreo no probabilístico accidental no

intencionado ya que el investigador elige a aquellos individuos que están a mano, sin atender a

ningún criterio especial de elección, simplemente porque pertenecen a un determinado grupo de

personas (Cohen, Manion & Morrison, 2007).

El criterio de muestreo se debe a que la Comunidad Autónoma de Galicia está

conformada por pequeños centros urbanos y numerosos centros rurales, lo que hace que las

mujeres que asisten a los centros de atención por violencia de género sean difíciles de contactar y

reticentes a suministrar datos por temor a perder el anonimato por el hecho de vivir en sitios de

pocos habitantes donde sienten que se les identificará y estigmatizará fácilmente, además del

temor a represalias por parte de sus parejas o ex parejas agresores.

La muestra final evaluada para describir las características de la población estuvo

conformada por 40 mujeres. Fueron contactadas 27 participantes, usuarias de Centros de

172
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Información a la Mujer en Vigo y Porriño de las cuales 25 accedieron a participar en el programa

de dramaterapia y teatro. De estas muestra inicial (n=25) participantes 10 abandonaron el

programa de manera temprana (asistieron a menos de 4 sesiones- 8 horas de intervención-) o no

pudieron ser contactadas para el post- test. De este modo la muestra final en la que se

implementó y evaluó el programa fue de 17 participantes (n=17).

2.4. Instrumentos

 Encuesta de datos socioeconómicos de creación ad-hoc (ver anexo B).

 Inventario de Depresión de Beck, BDI-II –adaptación para población española- el

instrumento evalúa por auto-informe a través de 21 ítems la presencia o ausencia de trastorno

depresivo y su gravedad. Las puntuaciones de corte establecen cuatro categorías: 0-13

depresión mínima (ausencia del trastorno), 14-19 depresión leve, 20-28 depresión moderada,

29-63 depresión grave.

La adaptación del instrumento, llevada a cabo por Sanz, Perdigón y Vásquez (2003) con

población española adulta general obtuvo un coeficiente alfa de 0.87 y sus análisis factoriales

indicaron que el BDI-II mide una dimensión general de depresión compuesta por dos factores

relacionados entre sí: el factor cognitivo - afectivo y el factor somático- motivacional con alta

consistencia interna.

El Inventario de Depresión de Beck, BDI-II obtiene una fiabilidad aceptable en la muestra

evaluada para el presente estudio, con un alfa de Cronbach de .891.

 Escala de Autoestima de Rosenberg: adaptación española de Vásquez, Jiménez y Vásquez-

Morejón (2004) incluye 10 ítems sobre sentimientos de respeto y aceptación de sí mismo; la

puntuación total oscila entre 10 y 40. Las puntuaciones de corte establecen tres categorías:

173
Maria Luisa Mondolfi Miguel

menos de 25 puntos autoestima baja, de 26 a 29 puntos autoestima media y, de 30 a 40

puntos autoestima elevada.

En la adaptación del instrumento a población española se obtuvo un alfa de Cronbach de

.87 y un coeficiente de fiabilidad test – re test .72 (Vásquez et al., 2004).

En la muestra del presente estudio la Escala de Autoestima de Rosenberg ha obtenido un

alfa de Cronbach de .860, lo cual le confiere fiabilidad para los resultados.

 Escala de la Gravedad de los Síntomas de Trastorno de Estrés Post- traumático: se trata de

una escala heteroaplicada a manera de entrevista estructurada, elaborada por Echeburúa,

Corral, Amor, Zubizarreta y Sarasua (1997), basándose en los criterios diagnósticos del

Manual DSM –IV para el trastorno de estrés post- traumático. Presenta un formato tipo

Likert del 0 al 3 y consta de 17 ítems, 5 de los cuales evalúan síntomas de reexperimentación,

7 de evitación, 5 de hiperactivación. Mide tanto la presencia como la intensidad de estos

síntomas. Adicionalmente posee una sub-escala de manifestaciones somáticas de la ansiedad,

compuesta por 13 ítems (no empleada en esta investigación).

El instrumento posee un coeficiente de fiabilidad test – re test de 0.89, un índice de

consistencia interna obtenido por Alfa de Cronbach de 0.92, lo cual le confiere eficacia

diagnóstica (Echeburúa et al., 1997).

Se emplearan los puntos de corte que contiene el instrumento en cada una de las sub-

escalas y en la escala global como criterio de presencia del trastorno o síntomas. La puntuación

de corte en la escala global es de 15, pero adicionalmente para cumplir los criterios diagnósticos

esos 15 o más puntos deben distribuirse del siguiente modo: al menos 5 deben ser en la sub-

escala de reexperimentación, 6 en la de evitación y 4 en la de activación.

174
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

La Escala de la Gravedad de los Síntomas de Trastorno de Estrés Post- traumático en la

muestra evaluada para el presente estudio obtiene una fiabilidad aceptable, con alfa de Cronbach

de .899, en la sub escala de reexperimentación .846, en la sub escala de evitación .766, y en la

sub escala de activación .796.

 Cuestionario de Calidad de Vida, Sf-12 v1: a adaptación española de Alonso (1996). El test

está compuesto por 12 ítems con distintas modalidades de respuesta en escala likert. Contiene

ítems de valoración de la propia salud que van de excelente a mala, otros que evalúan las

limitaciones de actividades cotidianas por motivos de salud de mucho a nada, la presencia de

limitaciones en las últimas semanas causadas por malestar físico o mental, nivel de dolor

físico en 6 opciones de ningún dolor a dolor severo; y frecuencia de malestar en las últimas

cuatro semanas.

La normalización de la prueba con población general española, llevada a cabo por

Vilagut, Valderas, Ferrer, Garin, López-García, Alonso (2007) confirma que al igual que en la

versión original del instrumento de Ware, Kosinski, y Keller (1996) se obtiene un componente

sumario de salud física (CSF) y componente sumario de salud mental (CSM).

En la normalización española se obtuvo una media de 50 y desviación estándar de 10, que

permite interpretar directamente los puntajes en la prueba. El alfa obtenido fue de 0.85 para CSF

y 0.78 para CSM y coeficiente de fiabilidad test – re test de 0.909 para CSF y 0.9015 para CSM

(Vilagut et al., 2007).

El Cuestionario de Calidad de Vida -Sf-12 v1 en la muestra evaluada para el presente estudio

ha obtenido un alfa de Cronbach de .792 en la Escala Total; de .717 en el factor de Salud Física,

y de .725 en el factor de Salud Mental. Estos niveles de fiabilidad se consideran aceptables.

175
Maria Luisa Mondolfi Miguel

 Escala de Sexismo Ambivalente –ASI- (Glick & Fiske 1996), versión española (Expósito,

Moya & Glick, 1998).Los componentes que mide la escala son sexismo benévolo, sexismo

hostil y la sumatoria de ambos entendida como sexismo ambivalente. Estos constructos

corresponden a la teoría de sexismo ambivalente ya explicada en el apartado teórico.

El inventario está compuesto por 22 ítems, 11 referidos a sexismo benévolo y 11

referidos a sexismo hostil. La corrección e interpretación cuantitativa se hace por sumatoria de

los puntajes de los ítems con una puntuación techo de 55 para cada factor y 110 para la escala

global, mayores puntuaciones indican estereotipos sexistas más arraigados. La valoración

cualitativa se hace por análisis de los puntajes pre y post tratamiento.

La sub-escala de sexismo hostil ha mostrado un coeficiente alfa de .89 y la sub-escala de

sexismo benévolo de .86, la fiabilidad total del ASI es de un coeficiente alfa de .90 (Expósito,

Moya & Glick, 1998)

La Escala de Sexismo Ambivalente en nuestra muestra obtiene una fiabilidad aceptable, con

un alfa de cronbach de .847 en la escala total ; .751 en subescala de sexismo benévolo y; .795 en

la sub- escala de sexismo hostil.

 Test de Sentido de la Vida – PIL-: se emplea la versión española realizada por Noblejas de la

Flor (1999) sobre el origina de Crumbaugh y Maholick (1964).

Se trata de una escala auto aplicada compuesta por 20 ítems tipo Likert, con categorías de

respuesta del 1 al 7. Sus constructos se basan en los fundamentos de la logoterapia de Victor

Frankl que consiste en que la motivación primordial humana es percibir y experimentar que la

vida posee sentido, con especial importancia de la autotrascendenia, la creatividad, las

experiencias y actitudes en la obtención del sentido de plenitud existencial. En la actualidad el

176
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

sentido de la vida es un constructo con fundamentación empírica y estudios multidisciplinares

(García-Alandete, Martínez & Sellés, 2012).

El test posee cuatro factores de acuerdo a Noblejas de La Flor (2002):

El primer factor (FP1), denominado Percepción de Sentido, que incluye se las razones y

motivos que una persona capta para vivir y valorar su la propia vida. Está compuesto por los ítems:

4, 6, 9, 10, 11, 12, 16, 20, 17.

El segundo factor (FP2), denominado Experiencia de Sentido incluye preguntas que indagan

sobre el sentir la existencia personal como llena de cosas buenas y en las experiencias y vivencias

cotidianas. Este factor comparte preguntas con el anterior y está compuesto por los ítems: 1, 2, 5, 9,

17, 19, 20.

El tercer factor (FP3), denominado Metas y Tareas, que hace referencia a la los objetivos

ligados a acciones concretas en la vida y la responsabilidad que se asumen por ellos. Este factor

también comparte preguntas con los dos anteriores, está compuesto por los ítems: 3, 7, 8, 13, 17, 19,

20.

El cuarto factor del PIL (FP4) denominado Dialéctica Destino-Libertad, cambia respecto a

los anteriores, al considerar el dilema entre la libertad y el destino en la vida de la persona y el

afrontamiento de la muerte como destino inevitable. Está compuesto por los ítems: 14, 15, 18.

En población española normal Noblejas de la Flor (2002) obtuvo una media de 104.8,

desviación típica de 16.09 y mediana de 107; en población clínica una media de 90.0, desviación

típica de 19.68 y mediana de 94. Estos puntajes son los que se suelen emplear como baremos con

población española, considerando bajo sentido de la vida puntajes obtenidos por debajo de la

mediana y sentido de la vida normal- alto a puntajes en la mediana y por encima de esta.

177
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En cuanto a la fiabilidad de la escala, Risco (2009) con una muestra española de jóvenes pre

universitarios (13-17 años) y universitarios (18-25 años) obtuvo un alfa de Cronbach de 0.81 y una

estructura trifactorial distinta a la de Noblejas de la Flor (2002).

En la muestra evaluada en el presente estudio, el instrumento ha obtenido un alfa de

Cronbach de .834 en la escala global; .842 en el factor Percepción de sentido; .801 en el factor

Experiencia de sentido; .730 en el factor Metas y tareas y; .134 en el factor Dialéctica destino-

libertad, que es el único cuya fiabilidad no es aceptable.

 Registro observacional basado en contenidos del programa a evaluar: 3 indicadores de

ansiedad, 4 indicadores de depresión, 6 indicadores de sentido de la vida, 3 indicadores de

interacción social y vinculación afectiva, 4 indicadores de habilidades comunicacionales, 4

indicadores de desarrollo de consciencia y 6 indicadores de autoestima. Estos constructos se

evalúan por escala likert del 1 al 5 donde 1 corresponde a menor desarrollo o menor

expresión de la habilidad durante la sesión o mayores signos de ansiedad y depresión y los

puntajes más altos indican mejora en los síntomas o adquisición de las habilidades. Cada una

de las participantes era evaluada al terminar la sesión con una hoja de registro por la

encargada de impartir el programa.

Este registro se muestra en el anexo C o puede observarse en su versión en idioma

inglés en la tabla 21.

 Evaluación participante mediante discusiones de cierre al final de cada sesión. Estas

discusiones fueron grabadas con consentimiento de las participantes y se inciaba cada

discusión con las siguientes preguntas: ¿Cómo se han sentido en la sesión de hoy?, ¿Qué

utilidad le encuentran a las actividades que hemos realizado?

178
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

2.5. Procedimiento

Relatamos a continuación las fases que hemos seguido para la evaluación de nuestro

programa.

2.5.1. Fase preparatoria.

Para la recogida de datos se ha solicitado la colaboración de todos los Centros de

Información a la Mujer (CIM) de la Comunidad Autónoma de Galicia por medio escrito (ver

anexo A), cuyo personal realizó el primer contacto con mujeres usuarias del servicio para

informarles sobre el estudio. Se determinó como criterio de inclusión en la muestra, el ser mayor

de edad, padecer o haber padecido violencia de pareja y acceder a participar en el estudio, previa

firma del consentimiento informado (ver anexo B).

El estudio se llevó a cabo siguiendo las normas deontológicas reconocidas por la

Declaración de Helsinki (revisión de Hong-Kong, septiembre de 1989) y de acuerdo con las

recomendaciones de Buena Práctica Clínica de la CEE (documento 111/3976/88 de julio de

1990) y la normativa legal vigente española que regula la investigación.

Los datos fueron recogidos entre enero y febrero de 2015. La administración de los

instrumentos tuvo lugar en los propios CIM y siempre por la misma encuestadora.

Se solicitó a los CIM contactar muestra para participar en el programa de dramaterapia y

finalmente se logró contactar la muestra inicial de 27 participantes en dos CIM.

Para el diseño del programa, nos hemos basado en un análisis bibliométrico (Mondolfi &

Pino-Juste, 2014), del que hemos concluido que la mayoría de los programas y sus diseños

siguen una metodología cualitativa y no pueden ser replicados a partir de sus publicaciones, por

lo que nos hemos propuesto diseñar un programa que pueda ser medido y replicado.

179
Maria Luisa Mondolfi Miguel

2.5.2. Fase de implementación del programa.

El programa se ha implementado en dos Centros para la Información de la Mujer de

Galicia, ubicados en Vigo y Porriño, entre Octubre de 2014 y Mayo de 2015.

Durante las sesiones la investigadora llevó a cabo un registro observacional en el que se

valoraba la evolución de las participantes en los contenidos del programa. Así mismo, al finalizar

cada sesión se grabaron las discusiones grupales en las que las participantes evaluaban los

contenidos y sus procesos.

2.5.3. Fase de post – evaluación.

Las participantes que culminaron el programa fueron evaluadas con post test con los

mismos instrumentos del pre test.

Evaluación en grupo de discusión con las participantes sobre los resultados del taller,

registrado en audio.

2.5.4. Fase de análisis de datos y resultados.

Para tomar la decisión sobre los estadísticos a utilizar para el análisis de los datos se han

calculado las pruebas de normalidad.

En primer lugar se ha llevado a cabo un estudio a partir del análisis de frecuencias y

descriptivos de la muestra y de cada una de las variables (medias, desviación típica, moda). Para

establecer si existen diferencias entre dos grupos independientes hemos utilizado el estadístico

paramétrico T de Student. En más de dos grupos se han empleado ANOVA y Chi-cuadrado de

Pearson para examinar la asociación entre las variables categóricas y; el coeficiente de

correlación de Pearson, para calcular la correlación (la asociación o interdependencia) entre las

variables aleatorias continúas.

180
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

En todos los contrastes efectuados se asumió un nivel de significación de .05. Con el fin

de determinar la verdadera magnitud y relevancia de estas diferencias y, por consiguiente, poder

realizar una mejor interpretación de los resultados, este contraste de medias se complementó con

el cálculo del tamaño del efecto utilizando la d de Cohen (Cohen, 1988). Siguiendo las

recomendaciones de este autor, y con un carácter meramente orientativo, cabría hablar de

diferencias pequeñas entre medias cuando el valor d se sitúe en torno a .20. Con valores de

alrededor de .50 se estima que las diferencias son moderadas. Finalmente, las diferencias se

considerarían grandes a partir de un valor d =.80.

El análisis de datos se llevó a cabo usando el paquete estadístico SPSS (versión 22).

El análisis cualitativo de las discusiones de cierre de sesiones y discusión final de

culminación del programa se realizó por codificación de la información desde el establecimiento

de categorías y sub- categorías comunes de la jerga cotidiana y especiales de gnoseología de

psicología clínica, con un análisis de tipo interpretativo desde la psicología clínica de enfoque

dinámico y desde la perspectiva de género, esta mezcla de enfoques es lo que se conoce como

análisis de tipo bricolaje (Kvale, 2011; Ruiz, 2012).

2.5.5. Fase de devolución de resultados.

 Se evaluó cualitativamente y de manera grupal con las participantes los resultados del taller

en la última sesión, de manera que ellas tengan la posibilidad de hacer devolución a la

investigadora y terapeuta que les ha acompañado y esta les pueda hacer devoluciones como

grupo del progreso del trabajo realizado.

 Se informará a la Universidad de Vigo sobre los resultados de la investigación en la

presentación de Tesis.

 Se difundirán los resultados en publicaciones periódicas especializadas.

181
Maria Luisa Mondolfi Miguel

 Se informará a los Ayuntamientos y Centro de Información a la Mujer colaboradores con la

investigación, sin aportar resultados individuales de las participantes.

182
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

3. Design and Evaluation of a Theater Program for Gender-Based Violence Survivors

3.1. Contents and Objectives of the Program

The contents of the program are based on objectives focused on developing competences

or reducing symptoms. They are described in the table below. They are cultured in different

stages of the program and sessions.

Table 1
Contents and objectives of the program
Objective Competences/skills/symptoms
To establish the aims, therapeutic alliances - Therapeutic setting
and ethical agreements of the group
- Good rapport
- Therapeutic contract
- Confidentiality of the sessions
- Confidence
To warm up for stage performance - Body awareness
- Bonding among participants
- Social interaction skills
- Empathy
- Non-verbal communication skills
To introduce stress inoculation training - Anxiety

To begin voice techniques practice - Body awareness


- Verbal communication skills
To promote body consciousness - Body awareness

To identify masks on body, face, and - Non-verbal communication skills


muscles - Self-concept and self-esteem.

To promote bonding among the group - Bonding


- Social interaction skills
- Empathy
- Verbal and non-verbal communication skills

183
Maria Luisa Mondolfi Miguel

To analyze personal and group impressions - Symbolization and insight


about the activities
- Evaluation of therapeutic agreement and
objectives
- Evaluation of the activities
To be aware of one’s own body, its - Body awareness
sensations and altered physiological
- Symbolization of emotional and psychosomatic
functions
discomforts

To identify therapeutic objectives Insight on the therapeutic contract

To analyze relationships of oppression and - Body awareness


inequality affecting the participants for
- Bonding among participants
belonging to different groups and
performing different roles. - Social interaction skills
- Empathy
- Communication skills
- Assertiveness
- Self-esteem
To recognize psychological discomfort as - Symbolization of emotional and psychological
well as verbalizing and performing about it discomforts
To analyze relationships of oppression and Sexist stereotypes
inequality affecting the participants who
belong to a certain gender
To identify maltreatment in an inter- - Gender-based and sexist stereotypes
partner relationship and how to stop it - Depression (dealing with guilt)
To elaborate on psychological discomforts - Psychological discomforts
To develop the body as a mean of - Symbolization
emotional expression
- Body language
To recognize emotions - Psychological discomforts
- Emotional expression
To identify relationships of oppression - Assertiveness
resulting in maltreatment
- Coping strategies
- Self-concept and self-esteem
- Gender-based stereotypes
- Communication and relationship skills

184
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

- Psychological discomforts
- Spontaneity

To identify gender-based stereotypes in Sexist stereotypes


everyday social interactions.
To explore possibilities in order to avoid Sexist stereotypes
sexist violence victimization. Resilience
To trigger projection of inner conflicts by - Symbolization
improvising about free topics
- Communication skills
- Psychological discomforts
To end with a group meeting and - Elaboration and interpretation building
therapeutic process - Assessment of the activity efficacy
To assess the participants' satisfaction
- Symbolical closing by an activity similar to the
initial one in order to promote a healthy
dissolution of the group.

3.2. Methodology

A 40-hour program, consisting of 20 sessions, was eventually designed with a structure

developed using the criteria suggested by Gersie (1996).

3.2.1. Phases of the therapeutic process.

 Initial stage: The therapeutic agreement was promoted as the relationship and confidence

between participants. Promoting spontaneous acts was one of the aims, avoiding

interpretations in order to pursue the externalization of anguish, fears, and troubles, providing

acceptance and contentment (sessions 1 to 6).

 Intermediate stage: from the spontaneity and confidence aroused between the group

participants, it is possible to perform improvising to share opinions, discussing and

confronting (sessions 7 to14).

185
Maria Luisa Mondolfi Miguel

 Final stage: it is expected that the participants will acquire some strengths and insights. The

therapist promotes the interpretations to emerge from the group and anticipates the proximity

of the end of the therapeutic relationship (sessions 15 to 20).

3.2.2. Phases of the session.

 Warming - up: the participants or the therapist should propose some situations for

improvisation. In our design, the preparation was designed to warm up the body and voices,

while making the participants feel comfortable in order to share their contents and

experiences. Most of these exercises were accompanied by music (from very different

genres), allowing the participants to appreciate the lyrics, the melody, the drums or any

element from the piece. The lights are reduced at this point to enhance the relaxation phase.

 Performing: representation of any situation proposed by the therapist or participants.

 Closing remarks or group discussion: a relaxation practice carried out at every session,

consistent with Jacobson and Schultz's theories and mindfulness techniques. Classic or Zen

music was employed in most of these relaxation practices.

Once the relaxation had finished, the final discussion was aimed at collecting feedback

from the participants and possible support from the therapist, if it were necessary. It had an open

format and was normally introduced by questions such as: How did you feel in today's session,

have you learned something, and what is it? This content was used to analyze the therapeutic

process and is categorized for further content analysis.

3.2.3. Activities and resources.

186
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 2
Session 1
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Create the therapeutic 1. Brainstorm and agreements: Sheet of 15
setting Activity 1.1 Participants are asked to write on a large sheet of paper their paper, minutes
- Establish rapport expectations and needs in order to feel comfortable in the group therapeutic markers,
- Prepare the therapeutic work and the commitments to be assumed by each of them. adhesive tape.
contract Activity 1.2 Agreements with the group are made after reading and checking
- Ensure the confidentiality every sentence with them.
of the sessions Activity 1.3 Finally, each participant is invited to sign this statement.
- Build confidence in the
participants

- Body awareness 2. Breathing exercises: 15


- Anxiety Activity 2.1 - Explain the correct way to breathe in and out, the costo- minutes
diaphragmatic breathing technique, and how to breathe slower for better
oxygenation and relaxation.
Activity 2.2 - Check with each of the participants to be sure the activity was
carried out correctly.
- Body awareness 3.Warm-up voice exercise: 15
- Communication skills Activity 3.1 - Activation of facial and chest resonators with 'hmm' sounds minutes
through verbal expression and then words, using the breathing techniques practiced in the previous
exercise.
Activity 3.2 - Check with each of the participants to be sure the activity was
carried out correctly.

- Body awareness 4.Walking with awareness: 15


minutes

187
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Communication skills Activity 4.1 - Participants receive instructions to freely walk around the
through body language room, to observe the balance points on their feet as they walk, their posture,
- Self-concept and self- balance control and weight, and to vary the speed.
esteem Activity 4.2 - They are instructed to walk as they normally do and analyze
their posture and rhythm, facial expression and contracture points, think
about which life events make them walk as they do.
Activity 4.3 - A self-interpretation is made after observing their actions,
completed without any outside observations made regarding the above-
mentioned points or interpreting their body language.

- Bonding between 5.Mirror exercise: 40


participants Activity 5.1 - Participants are instructed to group themselves in pairs and minutes
- Social interaction skills that they have 10 minutes to introduce themselves to their peers and briefly
- Empathy explain who they are, talk about their life (5 minutes each).
- Verbal and non-verbal Activity 5.2 - each pair will get on the "stage" and each will submit to the
communication strategies other (what the other has told her) in the first person; the one talking remains
seated and can only use her voice, no hand gestures allowed. Meanwhile the
true author of the story listens to her and is not allowed to speak, she may
only use her body language and expressions to illustrate whatever the other
person has to say. The roles are then reversed.
- Symbolization and 6.Comment Phase*: Audio 20
insight Activity 1.1 - Dialog within the group is promoted, talking about how they recorder minutes
- Evaluation of the felt in each of the activities, and how useful they find the skills used.
therapeutic agreement and Activity 1.2 - The therapist makes the necessary clarifications and
objectives of the containments.
intervention *This activity is allocated to the final 20 minutes in each of the 20 sessions,
- Evaluation of the with each session lasting 120 minutes.
activities

188
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 3
Session 2
Competences Tasks Resources Timing
needed
Body awareness 1. Body warming exercise: 15
Examination of the body's joints and their articulation possibilities using a minutes
model provided by the facilitator/researcher, with participants standing in a
circle

- Body awareness. 2. Body language exercise: Audio player 30


- Bonding between Activity 2.1 - Music is played and, with soft lights, participants are instructed and music of minutes
participants to start moving to the rhythm of the music when they are ready with free different genres.
- Social interaction movements, without worrying about the aesthetics of movement.
skills Activity 2.2 - Subsequently, they are instructed to begin to interact through
- Empathy dance and finally choose a partner with whom they should communicate
- Non-verbal through their bodies, dancing while controlling the balance between
communication domination and submission.
strategies
3. The empty chair and psychosomatic roles: Chairs, blank 40
- Body awareness Activity 3.1- Several chairs and paper posters are placed, along with cards, markers, minutes.
- Symbolization of adhesive tape and markers. The participants are told to think of a physical adhesive tape.
disorders, discomfort that they often have or have had, and write it on a poster, then
development of stick it to a chair; if someone has already written that symptom, they are not
conflicts allowed to repeat it.
- Possible Activity 3.2 - Chairs are placed in a circle facing out, and participants are
psychosomatic invited to go around the chairs and when they see a chair with a discomfort
disorders they have had to stop and tell how it made them feel; two or more people
should not speak at the same time, they should wait for the other to finish and
to be in front of the chair to start a monologue.

189
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Activity 3.3 - They are asked to relate their discomfort with an emotion.
Activity 3.4 - Make the gesture of "shaking herself off", visualizing that the
discomfort or discomforts she was speaking of are eliminated.

- Management of 4. Schultz's technique of relaxation through self-hypnosis: Mats 15


anxiety Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization so that minutes
- Development of along with the air inlet, a sense of calm and health are breathed in,
conflicts visualizing the body area affected and with the exhalation the discomfort is
eliminated.

190
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 4
Session 3
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. Breathing exercises: 15
- Anxiety Activity 1.1 - Checking the costo-diaphragmatic breathing, practiced in previous minutes
sessions.
Activity 1.2 - Check with each of the participants to be sure the activity was carried
out correctly.

- Management of 2. Schultz's technique of relaxation through self-hypnosis: - Mats or 10


anxiety Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization of soothing blankets minutes
- Development of images. - Relaxation
conflicts music

- Body awareness 3. Warming up with the cross and the circle exercises (Boal, 2005): 15
- Bonding between The participants are instructed to make circles with one arm, and while doing this minutes
participants start drawing a cross in the air with the other arm; explaining how our body’s
- Social interaction mechanisms work, and how few people can actually complete this task, should
skills help calm any frustrations with the exercise. Next, they are instructed to make
- Empathy circles with one foot and try to write their names in the air with one hand.
- Non-verbal
communication
strategies
- Body awareness 4. Breaking oppression (Boal, 2005): 60
- Bonding between - Activity 4.1- Participants are asked about a situation in which they have been minutes
participants oppressed, in which they had to resign themselves to the desire or orders of another
- Social interaction person who represented an external obstacle to achieve their goals or desires.
skills

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Empathy - Activity 4.2 - The protagonist chooses who will play the other characters and
- Communication provides guidelines for the improvisation, and then the performance is staged.
strategies - Activity 4.3 - Participants and spectators are asked how a different ending could
- Assertiveness be achieved in which the protagonist is not oppressed, and then the performance is
- Self-esteem staged. Two or three improvisations are performed.

192
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 5
Session 4
Competences Tasks Resources Timing
needed
Body awareness 1. Body warming exercise: 10
Examination of the body's joints and their articulation possibilities using a minutes
model provided by the facilitator/researcher, with participants standing in a
circle.

- Body awareness 2. Game of warming up and relationship/ Fish shoal exercise (Boal, 2005): Music player 15
- Bonding between Walk around the room and one of the participants should lead the group minutes
participants while the others follow her route and movements, they alternate themselves
- Social interaction skills as guides and they should do it as similarly as possible.
- Empathy
- Non-verbal
communication
strategies

- Symbolization of 3. The empty chair and psychodramatic roles: Chairs, posters, 60


psychic discomforts and Activity 3.1 - Several chairs and paper posters are placed, along with markers, minutes
development of adhesive tape and markers. Participants are told to think of a psychic adhesive tape.
conflicts. discomfort, the facilitator guides them when naming emotions and
discomforts, based on the diagnosis of pre-measurement performed with the
battery of tests.
Activity 3.2 - They are told to choose one of the psychological symptoms
they had talked about and build a character which expresses it using body
language and a small dialog introducing itself. When acting out, she is
asked to quickly build an adverse character who responds to the first
character (however, she does not have to name the discomfort the character

193
Maria Luisa Mondolfi Miguel

was built upon, she is not asked about it when the performance begins, and
she is given the option to respond or not).

- Management of anxiety 4. Jacobson's relaxation by means of contraction-expansion: Mats or 15


Lying on the floor on mats, participants are instructed to breathe in a slow, blankets minutes.
deep manner and contract muscle groups during exhalation and expand
them during inhalation.

194
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 6
Session 5
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body awareness 1. Warming-up exercise: - Speakers 15
- Bonding between Activity 1.1 - Walk around the room, while controlling breathing and - Music player and minutes
participants activating the resonators. audio files recorded
- Social interaction Activity 1.2 - Music is added and participants are instructed to walk in a compatible
skills according to its tempo. format
- Empathy Activity 1.3 - While the music is still playing, they are instructed to interact
- Non-verbal with the participants they meet on their path by using dance gestures
communication
strategies

Sexist stereotypes 2. Image of transition: 70


Activity 2.1 - The group is asked about a common problem which they minutes
consider affects them as women. After having defined the problem,
arranged in groups of 5, they are asked to build static images related to
these problems. The statues are shown to the rest, they are asked if they
agree with each scene or what they would change, then they are asked to
recreate the ideal or desirable image and finally they are asked which
image would aid in the transition to reach the desired one.
Activity 2.2 - Instructions are provided to improvise entire scenes with
dialogs. Subsequently they are evaluated as to whether they agree with the
outcome and if they do not, the performance should be redone. The
spectators can substitute the actresses on stage, whenever they choose,
simply by touching their shoulder and thus introduce an amendment which
may or may not influence the outcome.

195
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Management of 3. Jacobson's progressive relaxation: Mats or blankets 15


anxiety Lying on the floor on mats, participants are instructed to breathe in a slow, minutes
deep manner and contract the muscle groups in which tension is
accumulated and expand them with every exhalation.

196
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 7
Session 6
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. Warming-up exercise: 3 balloons 15
- Bonding between Activity 1.1- Joint rotation while moving throughout the room, accompanied by minutes
participants costo-diaphragmatic breathing.
- Social interaction Activity 1.2- After finishing the joint rotations, the facilitator throws a balloon
skills into the air and instructs the participants to not allow it to touch the ground, they
- Empathy can use any part of their body to keep the balloon afloat, and then she adds a
- Non-verbal second and third balloon, which are to be kept in the air also.
communication
strategies
- Gender-based 2. Sociodrama, spectrogram and training on paper: 2 sheets of 70
stereotypes Activity 2.1- Two large paper posters are placed at opposite ends of the room. paper, two minutes
- Depression The titles are written in red with one saying, 'What I do not tolerate' and the other markers
'What I want'. It is explained that, since tolerance is seen as something positive,
sometimes we end up being oppressed in relationships for tolerating treatment
which is not tolerable. A marker is handed out and each participant is invited to
write on a poster what she is not willing to tolerate in a relationship and what she
wants on the other.
Activity 2.2 - Subsequently, they take turns to pick a situation from each poster
and stage an improvisation which shows how to avoid the unwanted situation and
how to encourage the desired result. They can use a speech, improvising and
quickly assigning roles, or choose someone in particular for a role if it is more
convenient for them, and introduce a scenario to their peers.

- Management of 3. Schultz's self-hypnosis: Mats 15


anxiety minutes

197
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Development of Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization, while they
conflicts breathe in, they visualize those features they want to keep and exhale those they
want to eliminate.

198
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 8
Session 7
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body 1. A round of rhythm and movement/listening to what we hear (Boal, 2005): 15
awareness Participants form a circle, the facilitator stands in the center and initiates a movement and minutes
- Spontaneity. sound (unconventional, neither a song nor dance action) and the others should reproduce it
- Body as closely as possible. Then the challenge is passed to a participant and they must take it in
language turns to go to the center of the circle, proposing a different movement and sound, and so
on until all, or most, have done the same.
Psychic 2. The image of the word (modification of Boal's technique, focused initially on 70
discomforts relationships of oppression, redirected toward psychological symptoms): minutes.
Activity 2.1 - Construction of images: starting from the diagnosis based on the prior
assessment of the group, 4 words related to their discomforts (sadness, depression, anxiety,
fear, insomnia, etc.) are used and a subgroup is created for each word with the participants
who identify themselves with that word. They place themselves in a circle and think about
an image to create using their bodies to symbolize that word, and each group is instructed
to show their images.
Activity 2.2 - The participants from the other groups observe them, make comments and
observations.
Activity 2.3 - Dynamizations: after the comments, each actress moves the image under
observation in her own time and then incorporates a sentence to correspond to the original
owner’s concept of the image.
Activity 2.4 - Projection into the future: from the use of repetition of rhythm and sentence,
the participants are instructed to make a transition to a rhythm and a sentence, take the
discomfort or feeling they would like to transform, paralyzing it until a new image is
created which is opposite to the original one, ending it all with a composition of images.
Activity 2.5 - Participants', observers' and therapist's comments session

199
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Management 3. Schultz's self-hypnosis: Mats 15


of anxiety Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization, while they breathe minutes
- Development in, they visualize those features they want to keep and exhale those they want to eliminate.
of conflicts
- Psychic
discomforts

200
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 9
Session 8
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. Indians in the woods/ listening to what we hear (Boal, 2005): 20
- Spontaneity Participants form rows, and whoever heads the row should guide the minutes
- Body language warming up exercise by rotating joints, then she imagines she is an Indian
in the jungle and walks, hunts, finds animals, etc. She should make
movements and sounds that are imitated by the rest of the row, and
subsequently instruction to change leaders is given, until all of them guide
the others at some point.

- Assertiveness 2. Simultaneous dramaturgy: 65


- Strategies of conflict Activity 2.1- Participants are asked if any of them had a personal minutes
resolution; social abilities and experience when she felt oppressed or in a conflict of wills and interests
skills (outside influence).
- Self-esteem: spontaneity, Activity 2.2 - After 2 or 3 participants have shared their experiences, they
promoting self-confidence by are asked about: the setting, the characters, what each of them wanted, and
sharing their opinions and she is instructed to choose the cast and tell each of them what to do. The
personal desires. performance is carried out and when they reach critical points, where there
is no solution, the observers are encouraged to replace the characters and
provide their own solutions by enacting them. This is accomplished within
3 scenes.

Management of anxiety 3. Jacobson's progressive relaxation: Mats or 15


Lying on the floor on mats, participants are instructed to breathe in a slow, blankets minutes
deep manner and contract the muscle groups in which tension is
accumulated and expand them with every exhalation.

201
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Table 10
Session 9
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body awareness 1. 'Walk, stop, justify' (Boal, 2005): 20
- Spontaneity Activity 1.1 - In a circle, participants begin warming up by rotating their minutes
- Body language joints, activating the costo-diaphragmatic breathing.
Activity 1.2 - Participants are instructed to walk around the room in a
'strange' or unconventional way, when instructed to 'stop' they should do
so and justify why they walked in that manner, providing a coherent
explanation.

- Gender-based 2. Forum theater: 70


stereotypes Activity 2.1- The session begins by asking the participants what problems minutes
- Self-esteem affect them, taking into account those which are shared or gender-based
Communication and or those which have a connection of this kind. Two specific situations are
interpersonal considered, the protagonist or the person who talked about the experience
relationship skills should say the setting, characters (assigning them to the participants),
- Psychic their roles and desires, conflict and explain how she tried to solve it to
discomforts reach the desired outcome. The participants are asked if they agree with
- Assertiveness the solution, if they do not, the performance should be redone and each of
- Spontaneity the spectators can interrupt and substitute a character to introduce their
- Self-confidence alternative for change.
- Coping strategies Activity 2.2 - After the two stagings, the power and interpersonal
relationship conflicts in each situation are discussed, how the participants
felt and how these actions might be transposed into their everyday lives.

Management of 3. Schultz's self-hypnosis: breathing exercises, followed by guided - Mats or blankets 10


anxiety relaxation and visualization of soothing images. -Relaxation music minutes

202
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 11
Session 10
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body awareness 1. Dance: Speakers 10
- Spontaneity Music is switched on and participants are instructed to walk and move to Music player and minutes
- Body language the indicated rhythm, setting the pace with claps, steps and finger snaps, audio files
then they are told to interact with the peers they meet on their path. recorded in a
compatible format
- Assertiveness: training 2. Breaking of repression: 90
in conflict resolution Activity 2.1 - They are asked to think of a time when they have been minutes
strategies feeling particularly repressed and have accepted this repression, going
- Social abilities and against their wishes, it must have been a moment marked by deep
skills personal meaning (can be past, present or future expectations). 3
- Spontaneity situations are chosen and the protagonists assign the roles to their peers, to
- Self-esteem: perform the scene as it happened, specifying the relationship between
promoting self- characters, setting, actions, emotions, contrary desires and outcome.
confidence by sharing Before starting the scene, each character is instructed to perform a
their opinions and monologue about their thoughts and feelings. It is staged as close as
personal desires possible to how it actually happened. Next, the protagonist is asked about
her desires, if contrary, they are acted out by two participants and both
desires are turned into dialog. Subsequently, they are asked to repeat the
scene but this time the protagonist must resist and fight to impose her will
against the others, who will maintain their initial attitude.
Activity 2.2 - At the end, a group discussion focuses on the alternatives of
conflict resolution and resistance to oppression as options to future
situations, while the therapist remains objective of any feelings of anger
or guilt. If there is a lot of talking, using sign language is suggested,
whereas if there are shouts and disruptions on stage, a slower and quieter
way of talking is advised.

203
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Table 12
Session 11
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body 1. Dance: - Speakers 10
awareness Activity 1.1 - Music is switched on and participants are instructed to walk and - Music player and minutes
- Spontaneity move to the indicated rhythm, setting the pace with claps, steps, finger snaps. audio files recorded
- Body Activity 1.2 - They are told to interact with the peers they meet on their path, to in a compatible
language find a partner to join hands with and to keep pace and propose movements while format
- Bonding still holding hands and without speaking.
among the
group
2. Cinema forum: - Computer with 30
- Sexist Activity 2.1 - The short film "Majorité Opprimée" *(The Oppressed Majority), speakers and video minutes
stereotypes directed by Eleonore Pourriat, is presented. Discussions on gender roles in sexual projector or a TV set
and gender-based violence are carried out, identifying moments in the film in
with a DVD player
which the protagonist suffers gender-based violence, and from the perspective of
traditional or benevolent sexism supported by the former. and a video file with
Activity 2.2 - The facilitator will write down on bond paper visible to all, the a compatible format
scenes recognized by the participants. - Sheet of bond paper,
*Check the copyright laws in the country where this material is projected. markers and adhesive
tape.
- Sexist 3. Training in roles: 60
stereotypes Activity 3.1- Participants are asked to stage the scenes they have identified as minutes
- Resilient being violent toward the protagonist and propose alternatives to break free from
attitude the violent situation.
Activity 3.2 - As an activity for the next session, participants are instructed to
search in newspapers, magazines, movies, TV shows (soap operas) any non-
explicit content which reinforces sexist stereotypes, and bring along the written
hard copies.

204
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 13
Session 12
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body 1. Mirror sequence: 15
awareness Activity 1.1 - Participants are instructed to make two rows, so each person has minutes
- Spontaneity a partner standing opposite them. One row is the image and the other is the
- Body mirror which has to reproduce their movements; this should be performed
language collaboratively, allowing the person who is the mirror to follow the movements
- Bonding or intuit the following ones, so that the spectator could not be able to
among the distinguish between the mirror and the image.
group Activity 1.2 - The roles are reversed.
Activity 1.3- Both are image and mirror, and should propose movements and at
the same time follow what her partner proposes, all on an equal basis, no one
monopolizing the scene.

- Sexist 2. Dramatization with a change in the roles: - Materials and 70


stereotypes Activity 2.1 - Participants are asked to show or talk about the materials they contents analyzed, minutes
- Resilient have found depending on what they were assigned the previous session and brought by
attitude why they believe these materials are sexist. participants
Activity 2.2 - Scenes are improvised based on the characters presented in the
version of oppression or gender-based violence and then the improvisation is
repeated with alternatives for the change or termination of oppression, always
from the oppressed perspective, not expecting the change to come from the
oppressors.

Management of 3. Jacobson's relaxation by means of contraction-expansion: Mats or blankets 15


anxiety Lying on the floor on mats, participants are instructed to breathe in a slow, minutes
deep manner and contract muscle groups during exhalation and expand them
during inhalation.

205
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Table 14
Session 13
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. Activate the senses/the blind series (Boal, 2005): - Chair 20
- Spontaneity Activity 1.1 Participants are instructed to visualize a point in the classroom, close - Scarf minutes
- Body language their eyes and move toward that point, if they bump into their peers, they should be
- Bonding among redirected and continue toward that point, they are told to open their eyes to see their
the group position in reference to that point and continue their search again with their eyes
closed.
Activity 1.2 - In pairs, one of the partners must close their eyes and stay in one place,
while the other moves through the room until she is told to stop. She then calls her
partner’s name; initially she moves away from that spot so her partner cannot find
her, but subsequently she stays in place, calling her partner until the partner locates
her, then they swap roles.
Activity 1.3 - Each of the participants sits in a chair, blindfolded and must recognize
the other by touching her face.

- Symbolization 2. Roles training: 60


- Communication Activity 2.1 - One of the participants proposes a conflict situation to perform. The minutes
- Psychic circumstances, place, time, relationships between the characters are established; the
discomforts facilitator may propose the context, such as being lost in an isolated place because
their plane crashed in the jungle, in order to complicate the conflict and encourage
improvisation.
The scene is performed using soliloquies, aside from silent performance, when
needed to stimulate production.
Activity 2.2 - At the end, a session of comments from participants is held,
accompanied by clarifications and confrontations about the projected elements,
encouraging the interpretation by the performers.
206
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Management of 3. Schultz's self-hypnosis: - Mats or 10


anxiety - Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization of soothing blankets minutes
images - Relaxation
music

207
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Table 15
Session 14
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. Family of animals (Boal, 2005): - Cards with 20
- Spontaneity Cards with duplicate images of animals are placed face down, each participant is images of minutes
- Body language instructed to take one, look at it and not let anyone see it. Next, without making animals
- Bonding among any sounds, each must use their body to ‘become’ the animal which was - Audio sounds
the group assigned to her. When someone thinks she has found her animal partner, she of nature (wind,
should take her by the arm and continue to perform together while interacting; if water, rain)
any of the participants suspects she may be wrong, she can separate and continue
the search. The activity continues until all have found their partner. At the end,
each reveals which animal they performed and the pairs are verified.

- Symbolization 2. Roles training: 65


- Communication (as described in session 13) minutes
- Psychic
discomforts

Management of 3. Jacobson's relaxation by means of contraction-expansion: Mats or blankets 15


anxiety Lying on the floor on mats, participants are instructed to breathe in a slow, deep minutes
manner and contract muscle groups during exhalation and expand them during
inhalation.

208
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 16
Session 15
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Body awareness 1. The machine: 15
- Spontaneity Activity 1.1 - The session starts by rotating the joints and then moving around the minutes
- Body language room.
- Bonding among the Activity 1.2 - The first participant should make a move and a sound as if she were
group a part of a machine, the following participant must make physical contact with her
at some point and add movement and sound, and so on.

- Traumas 2. The rainbow of desire/The image of the image (Boal, 2004): 75


- Traumas due to Activity 2.1- Single images: working in two or three subgroups, each participant minutes
gender-based should think of an experience that was traumatic for her, staging it by using her
violence peers as statues and finally including herself in the static scene, all without
- Psychic discomfort speaking.
Activity 2.2- The parade of images: each group shows each of the constructed
images, the others verbalize what these images evoke in them.
Activity 2.3- The image of the image: a group image is recreated with elements of
those images that most participants identified with themselves.
Activity 2.4 - Dynamizations:
- Interior Monologue: using the represented figure, each participant performs a
monologue to share her interpretation of the image, and how it makes her feel.
- Dialog: without moving, they should talk to the other characters, expressing any
similarities or contradictions, and using empathy.
- Slow motion desire: they will move without speaking and, using gestures, will
express the desire of their character, as well as their projection in the future, with
the resolution of the trauma discomfort.
- Closing discussion and remarks

209
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Management of 3. Schultz's self-hypnosis: - Mats or 10


anxiety - Breathing exercises, followed by guided relaxation and visualization of soothing blankets minutes
images - Relaxation
music

210
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 17
Session 16
Competences Tasks Resources Timing
needed
- Management of anxiety 1. Warming-up: 20
- Body awareness 1.1. Breathing exercises: the costo-diaphragmatic breathing technique minutes
- Communication skills through and breathing slower for better oxygenation and relaxation
body language - Each of the participants personally checks whether the activity was
- Communication skills through carried out correctly (for each of the relaxing activities from each
verbal expression session, the breathing technique was repeated and corrected).
- Self-concept and self-esteem 1.2. Voice exercise: - Activation of facial and chest resonators with
- Anticipating the end of the 'hmm' sounds and then words, using the breathing technique practiced
therapeutic process with an in the previous exercise.
activity similar to the one in the - Faces are made to stretch the facial muscles.
first session (walk). 1.3. Walk: Participants are instructed to walk around the room freely,
analyze the balance points on their feet as they walk, their posture,
balance control and weight, vary their speed, guide how they walk by
focusing first on the hip, then on the chest, forehead, feet, and try to
communicate with peers. Finally, they are instructed to walk as they
normally do and analyze their posture and rhythm, facial expression and
contracture points, think about which life events make them walk as
they do and what message their body conveys while walking.
- Development of traumas due 2. The rainbow of desire/The image of the image (Boal, 2004): 70
to gender-based violence Activity 2.1 - They are asked how they feel about the exercise of the minutes
- Psychic discomfort previous session on traumatic experiences and if there is something
from the stories they wish to work on again. If the answer is negative,
other participants whose stories could not be dealt with in the previous
session due to lack of time are invited to resume them.

211
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Activity 2.2 - Single images: working in two or three subgroups, each


participant should think of an experience that was traumatic for her,
staging it by using her peers as statues and finally including herself in
the static scene, all without speaking.
Activity 2.3 - The parade of images: each group shows each of the
constructed images, the others verbalize what these images evoke in
them.
Activity 2.4 - The image of the image: a group image is recreated with
elements of those images that most participants identified with
themselves.
Activity 2.5 - Dynamizations:
- Interior Monologue: using the represented figure, each participant
performs a monologue to share her interpretation of the image, and how
it makes her feel.
- Dialog: without moving, they should talk to the other characters,
expressing any similarities or contradictions, and using empathy.
- Slow motion desire: they will move without speaking and using
gestures will express the desire of their character, as well as their
projection in the future, with the resolution of the trauma discomfort.
- Closing discussion and remarks

Management of anxiety 3. Jacobson's progressive relaxation, combined with mental relaxation - Mats or 10
Breathing exercises, followed by guided progressive relaxation of blankets minutes
muscle groups, and next they are asked to keep their mind blank, - Relaxation
imagining any thought that comes into their mind will float right out a music
door.

212
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 18
Session 17
Competences Tasks Resources needed Timing
- Management of 1. warming-up: 5
anxiety 1.1. Breathing exercises (as described in last session) minutes
- Body awareness 1.2. Voice exercise (as described in last session)
- Communication
skills through body
language
- Communication
skills through verbal
expression
- Self-concept and
self-esteem

- Body awareness 2. Free body language and relaxation guided by music: - Speakers 15
- Spontaneity With music and low lights on, participants are instructed to perform - Music player and audio minutes
- Body language free dance without thinking of aesthetic movements, but let file recorded in a format
- Communication themselves guided by music, exploring different levels: upright, compatible with different
abilities stooped over, on the floor. The music rhythms are changed until rhythms and musical
Anxiety one is found which generates activity of medium intensity; when genres
the participants appear tired they are instructed to lie on the mats - Mats
and the music is changed to a slower rhythm to encourage
progressive relaxation guided by sound.

- Gender-based 3. Forum theater 70


stereotypes Activity 3.1 Participants are asked about any currents problems minutes
- Self-esteem where they feel overwhelmed which are caused by interpersonal or

213
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Communication and social conflicts involving one or another (not just feelings or
interpersonal symptoms).
relationship skills Activity 3.2 - The group is instructed to choose 2 of the problems
- Psychic discomforts to perform, taking into account the ones shared or those which are
gender-based. The protagonist or the person who talked about the
experience should say place, characters (assigning them to the
participants), their roles and desires, conflict and tell how she tried
to solve to it reach the desired outcome. The participants are asked
if they agree with the solution, if they do not, the performance
should be redone and each of the spectators can interrupt and
substitute a character to introduce their alternative for change.
- They must always finish with a resolution projected into a
possible future.

214
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 19
Sessions 18 and 19
Competences Tasks Resources needed Timing
- Body awareness 1. Warming up: - Speakers 5
- Spontaneity Participants are instructed to prepare their body for physical work by - Music player and minutes
- Body language activating their muscles and joints, using the appropriate techniques audio files recorded
- Bonding among the they learned in the workshop. in a compatible
group format
- Start the symbolic end
of the process

- Body awareness 2. Dance: - Speakers 15


- Spontaneity Music is switched on and participants are instructed to walk and move - Music player and minutes
- Body language to the indicated rhythm, setting the pace with claps, steps and finger audio files recorded
snaps, then they are told to interact with the peers they meet on their in a compatible
path. Finally, they should look for a partner to dance with, proposing format
movements, guiding and let themselves be guided.

- Gender-based 3. Improvisation and collective construction: 70


stereotypes minutes
- Self-esteem
- Communication and
interpersonal
relationship skills
- Psychic discomforts

- Management of 4. Self-regulatory relaxation: - Audio player and 10


anxiety relaxation music minutes
- Blankets or mats

215
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Self-confidence by They are instructed to lie comfortably on the floor on a blanket or a


incorporating the mat, and perform a self-guided relaxation applying the techniques from
therapeutic functions their chosen workshop. Music is on.
- Promoting the
separation and end of
the therapeutic process

216
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Table 20
Session 20
Competences Tasks Resources needed Timing
- Symbolization and insight 1. Group discussion: - Recorder 30
- Development and construction - Dialog within the group is promoted, talking about how they minutes
of meanings felt during the process, and how useful they find the practiced
- Evaluation of the activities competences.
- End of the process and - The therapist makes clarifications and closing remarks,
separation from the group. proposing a theatrical performance, through a constructive
process, and employing the improvisation exercises practiced in
the previous two sessions (only if the participants in the group
wish to do so and the institution conditions allow it).

- Closure of the therapeutic 2. Post-test assessment: - Severity Scale of 80


process. Evaluation of group implementation PTSD symptoms minutes
- Quality of Life
Questionnaire
- Inventory of
ambivalent sexism
- Test of purpose
in life (PIL)
- Beck's
Depression
Inventory (BDI-II)
test
- Pencils
- Chairs
- Tables

217
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Development and construction 3. End of the group and therapeutic process: - Fanfold kraft 10
of meanings A fanfold paper is placed on the wall and the participants who paper, minutes
- Evaluation of the activities. completed the evaluation process are invited to express their - Crayons, markers
- Symbolic end of the process, opinions graphically (drawing, writing) and write their name next - Adhesive tape
with an activity similar with the to it.
one which initiated it and
separation from the group

218
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

3.2. 4. Evaluation types and techniques.

According to Pino-Juste (2011), assessment can be categorized by the moment of its

implementation as: initial assessment, formative assessment and final assessment.

3.2.4.1. Initial assessment.

Initial assessment is carried out to get information about the knowledge, or the contents

that the participants have incorporated before the intervention (Pino-Juste, 2011).

For the initial assessment, the above-mentioned and described instruments were applied:

• Socioeconomic information, type and duration of the violence situation, and ad-hoc

created survey

• Severity of PTSD Symptoms Scale

• Quality of Life Survey (Sf-12 v2)

• Ambivalent Sexism Inventory (ASI)

• Purpose in Life Test – PIL-

• Beck Depression Inventory – II

3.2.4.2. Formative assessment.

Formative assessment is carried out to analyze the process in order to offer support or

appropriate intervention, by modifying the initial strategies if it were required (Pino-Juste, 2011).

Likewise, an observation register (table 21) was maintained, as well as the recording of

the final group discussion and evaluation of every session. The observation register was based on

a 5-point Likert scale of the competences and skills that were supposed to be developed

throughout the program.

219
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Table 21
Observation register
PARTICIPANT'S NAME SESSION#
CATEGORIES INDICATORS: DATE
Avoidance of stimuli that remind of traumas (1) -
tolerance (5)
Anxiety
Fear (1) - confidence (5)
Restlessness (1) - ability to relax (5)
Affective tone: sad (1) - cheerful (5)
Interest and enjoyment of the activity: she dislikes it
(1) - she enjoys it (5)
Physical Activity: Slow and fatigued (1) - lively (5)
Depression ability to concentrate and make decisions
Satisfaction during activities
She sets goals during the exercises and makes decisions
She finds the applied contents useful
responsibility and commitment
expression of enthusiasm
She relates contents with elements of her personality
Meaning of life and life
Social Bonding/interaction with the other participants
interaction and Search and acceptance of physical contact
Emotional She empathizes with the others' feelings
bonding
She speaks clearly, fluently, with adequate volume and
tone
She interacts with others' performances, respecting
them and without interrupting
Communicatio She responds to the others' body language
n abilities She uses body language to express herself and interact
She is aware of her body during the activities
She recognizes and verbalizes her emotions.
She links the exercises with her daily life
Awareness and She establishes causal relationships between the
insight problems and generates alternatives
She is confident in carrying out activities in public
She argues and provides opinions
She does not seek approval from others
She accepts herself and does not criticize herself
detrimentally
She assesses her skills
Self-esteem She is spontaneous

220
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

3.2.4.3. Final assessment.

Final assessment makes it possible to determine the achievement of the aims, as well as

analyzing the learning outcomes and the results of the entire process (Pino-Juste, 2011).

The psychometric instruments administered at the initial assessment were applied once

again at the final assessment.

221
Maria Luisa Mondolfi Miguel

222
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

4. Resultados

4.1. Perfil Psico-Social De Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Galicia (n= 40)

4.1.1. Características sociodemográficas.

Por lo que respecta a las características sociodemográficas de las participantes en el

estudio, la mayoría era de nacionalidad española y solo 3 de ellas extranjeras. Con edades

comprendidas entre 21 y 60 y una media de edad de 42 años. En cuanto al estado civil; 1 de las

participantes no respondió la pregunta, 8 (20%) eran solteras, 7 (17,5%) casadas, 19 (47,5%)

divorciadas y 5 (12,5%) se definieron a sí mismas como separadas, lo cual significa que

legalmente estaban casadas, pero en trámites de divorcio y sin convivencia con la pareja.

Como se aprecia en la figura 1; la mayoría de ellas (90%) son madres, 4 de ellas no

tienen hijos; la media y moda es de 2 hijos, y la cantidad máxima de hijos es de 4.

Figura 1. Cantidad de hijos.

223
Maria Luisa Mondolfi Miguel

De los datos mostrados en la figura 1 se desprende una sumatoria de 69 hijos e hijas, lo

cual destacamos, ya que más adelante comentaremos los efectos de la violencia sobre ellos.

Sobre el nivel educativo, en la figura 2 se aprecia que un 25% no recibió la educación

formal que actualmente se considera obligatoria en España; es decir nunca fueron escolarizadas o

solo accedieron a educación primaria. Entre aquellas que completaron la educación secundaria

obligatoria y las que se titularon como bachilleres componen el 40% de la muestra y finalmente

las que estudiaron grados medios, superiores y grados universitarios conforman un 35% de

mujeres que tienen una formación profesional en alguna área.

Figura 2. Nivel educativo.


Así mismo, en la figura 3 se constata sobre la situación laboral de la muestra, que más de

la mitad de la muestra (57%) se encontraba en situación de desempleo, a lo que hemos de añadir

que el 10% se autodefinió como ama de casa (oficio no remunerado) como su ocupación

224
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

habitual.

Figura 3. Situación laboral.

La ocupación actual va en correspondencia con los ingresos económicos individuales,

detallados en la tabla 22, donde la mayoría de los casos se encuentra en el rango del salario

mínimo (35% entre 500 y 1000 euros) y por debajo del mismo (menos de 500 euros y sin

ingresos individuales). Para evaluar esta variable se ha preguntado por los ingresos que las

participantes tenían de manera individual, sin considerar los del resto de su grupo familiar.

Algunas participantes se negaron a referir sus ingresos económicos, tanto en el pre-test como en

el post-test.

225
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 22
Nivel de ingresos
Ingresos mensuales Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado
No responde 6 15.0 15.0
Sin ingresos individuales 1 2.5 17.5
Menos de 500 euros 13 32.5 50.0
Entre 500 y 1000 euros 14 35.0 85.0
Entre 1000 y 1500 euros 4 10.0 95.0
Entre 1500 y 2000 euros 1 2.5 97.5
Más de 2000 euros 1 2.5 100.0
Total

Cabe destacar que la deprivación económica y escaso soporte social es un malestar que

las participantes refirieron con frecuencia como dificultad cotidiana en sus vidas y para criar a

sus hijos, tal como lo ilustran los siguientes relatos:

- Participante 1: si tú eres rumana o gitana a ti no te amenazan de que te los van a quitar, pero a

nosotras directamente nos dicen, atente a las consecuencias, porque como sigas así, Se refiere a

temor a perder la custodia de sus hijos por escasos medios económicos, tras advertencias de

asistente social ...A mi pa´ comer no me falta, pero es que sin dinero no valemos nada, yo creo

que tenían que darnos un mínimo para que tuviéramos algo porque es horroroso estar sin

dinero, eh. Esta participante vivía exclusivamente con la pensión alimentaria que su ex pareja

pagaba (de manera irregular) para sus hijos y ayuda económica de su madre y padre.

Participante 3: Gracias a la fuerza que tengo que dar a los niños, es la fuerza que tengo yo, si no

mis padres, hasta el año pasado mi padre que murió y mi madre hace 4 años, el trabajo que era

lo que mejor me iba ya nada, de 1700 – 1500 a los 460, que se me acaban ya ahora. Esta

participante se encontraba desempleada y en trámites de separación, convivía con su esposo que

226
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

ante solicitud de divorcio no aportaba dinero al hogar y no le permitía acceder a la cuenta

bancaria común. No contaba con apoyo de familia extendida.

4.1.2. Antecedentes personales de victimización por violencia.

En relación con la variable antecedentes de maltrato en la infancia, se aprecia en la tabla

23 que 29 de las mujeres de la muestra (72,5%) niegan haber padecido algún tipo de maltrato en

la infancia, mientras que 11 afirman haber padecido abusos en la infancia que incluyen: el ser

testigos de cómo sus madres eran maltratadas por figuras paternas, el propio maltrato físico,

psicológico, de negligencia o abuso sexual y diversas combinaciones de padecer varios de estos

tipos de maltrato.

Tabla 23
Antecedentes de maltrato en la infancia
Maltratos padecidos en la infancia Frecuencia Porcentaje
Sin maltrato en la 29 72,5
infancia
Con maltrato en la Abuso sexual 4 10
infancia Presenciar violencia en la infancia 2 5
Maltrato físico/ psicológico infancia 1 2,5
Físico, psicológico y presenciar 3 7,5
violencia
Pobreza, abandono, negligencia 1 2,5
Total 40 100

Sobre la condición de víctimas de violencia de género, podemos comprobar en los datos

de la figura 4 que la mayoría de las mujeres de la muestra ha padecido dos o tres tipos de

violencia al mismo tiempo, siendo la violencia psicológica el tipo de maltrato presente en todos

los casos.

227
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Figura 4. Tipos de violencia padecidos en relaciones de pareja.

De la muestra total de mujeres (n=40), 11 (27%) de ellas refirieron seguir padeciendo

algún tipo de maltrato por parte de su pareja o ex pareja en el momento de la evaluación. De

ellas, la mayoría refiere amenazas y acoso como formas de violencia psicológica. Mientras que

las restantes 29 (72%) refiere que en el momento de la evaluación no estaban padeciendo

violencia de ningún tipo.

También se aprecia en la tabla 24 que en la última relación de pareja o en la que

mantenían al momento de la evaluación el maltrato se ha prolongado por más de 10 años en la

mayoría de los casos.

228
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 24
Prolongación del maltrato
Caracterización Frecuencia Porcentaje
No responden 3 7,5
Menos de un año de duración 2 5
Entre 1 y 5 años 10 25
Entre 5 y 10 años 8 20
Más de 10 años. 17 42,5
Total 40 100

La tabla 24 se interpreta si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos esto ha

ocurrido en una misma relación de pareja como se aprecia en la tabla 25 en la que la mayoría

(82.5%) refiere relación con un solo maltratador. De esta tabla, las 3 encuestadas que refieren

ninguna relación en la que hayan recibido maltrato, corresponde a que no se reconocen a sí

mismas como víctimas, o al menos no ante la evaluadora, aunque asisten a un Centro de

Información a la Mujer y han sido referidas al estudio por una psicóloga especialista en igualdad,

que ha identificado la situación de maltrato, cabe destacar que estas tres participantes formaron

parte de la muestra (n=17), con la que se evaluó el programa, por lo que se pudo verificar durante

el trabajo terapéutico que habían sido víctimas de violencia de género, aunque no se

reconocieran como tales en la evaluación inicial.

229
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 25
Número de relaciones de pareja con maltratadores
Parejas maltratadores Frecuencia Porcentaje
0 3 7.5
1 33 82.5
2 3 7.5
3 1 2.5
Total 40 100.0
Media 1.05
Mediana 1.00
Moda 1

4.1.3. Características psicológicas.

Las variables psicológicas evaluadas con instrumentos psicométricos en la muestra

fueron analizadas con el estadístico de contraste Shapiro Wilks y se obtuvieron valores

superiores a .05 lo que sugiere aceptar HO y asumir un comportamiento normal de la muestra

A continuación se muestran los resultados de incidencia de malestar psicológico en la

muestra. En la tabla 26 se han agrupado los resultados de depresión; TEPT y sus tres indicadores

sintomáticos de reexperimentación, evitación y activación; así como de la escala total de sexismo

ambivalente y sus dos componentes de sexismo hostil y benévolo. Los indicadores de depresión

y TEPT indican mayor malestar a puntuaciones más altas; mientras que el sexismo ambivalente,

si bien no mide malestar y no hay puntos de corte que señalen patología, para el enfoque de esta

investigación y de la teoría de sexismo ambivalente, que sustenta a la escala empleada, son más

deseables los puntajes bajos.

230
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 26
Indicadores de depresión, TEPT y sexismo en la muestra
Re- Escala
Depresión experimentación Evitación Activación total Sexismo Sexismo Sexismo
TEPT TEPT TEPT TEPT ambivalente benévolo hostil
N 40 40 40 40 40 40 40 40
Media 25.33 9.40 11.18 8.73 29.30 26.60 14.88 11.73
Mediana 28.50 9.50 12.00 9.00 31.50 23.00 11.50 9.50
Moda 34 9* 14 13 38 23* 6* 10
Desviación
típica
10.925 3.671 4.712 3.922 10.678 17.519 10.658 9.050
Varianza 119.353 13.477 22.199 15.384 114.010 306.913 113.599 81.897
Asimetría -.293 -.464 -.238 -.435 -.368 .687 .751 .887
Error típico de la
asimetría
.374 .374 .374 .374 .374 .374 .374 .374
Curtosis -.578 -.019 -.510 -.605 -.989 -.247 .036 -.126
Error típico de la
curtosis
.733 .733 .733 .733 .733 .733 .733 .733
Mínimo 3 0 2 1 9 2 0 0
Máximo 49 15 21 15 46 69 43 33
* Existen varias modas. Se muestra el menor de los valores.

En la tabla 26 las asimetrías negativas nos indican tendencia de los datos a agruparse

hacia puntajes elevados en depresión y TEPT, en esta última especialmente en la sub-escala de

evitación y en la sumatoria de los puntajes totales. La similitud en las varianzas y desviación

típica de TEPT (global) y depresión, nos sugieren una dispersión similar en estas variables en la

muestra. La curtosis negativa describe curvas más achatadas que la normal.

Por su parte la asimetría positiva en la escala de sexismo y sus sub-escalas (sexismo

benévolo y hostil), con valores más elevados, respecto a la asimetría de TEPT y depresión,

sugieren tendencia a valores con mayor dispersión según nos indica la varianza, aunado al

comportamiento polimodal de la escala total (suma de las dos sub-escalas).

En relación al malestar psicológico, como podemos comprobar en la tabla 26, las medias

coinciden con puntajes para depresión moderada, así como síntomas elevados de al menos una

desviación típica por encima del punto de corte en las sub-escalas de reexperimentación,

evitación y activación fisiológica que componen la Escala de Gravedad de los Síntomas de

231
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Trastorno de Estrés Postraumático y lo mismo para el puntaje total en esta escala. Por lo tanto las

medias muestrales indican criterios grupales que coinciden con los requeridos para diagnóstico

de depresión moderada y puntuación de corte de TEPT.

Desglosando los resultados anteriores, podemos constatar que la mayoría de la muestra

presentaba trastornos depresivos al momento de la evaluación, como se aprecia en la figura 5,

donde considerando que la designación depresión mínima para el instrumento empleado (BDI-

II) se refiere a indicadores insuficientes para diagnosticar depresión, el restante 80% de la

muestra cumple los criterios de este diagnóstico a partir de depresión leve, encontrándose la

mayoría de los diagnósticos (52.5%) dentro del rango de depresión grave.

Figura 5. Incidencia de trastornos depresivos.

Sobre las vivencias de depresión como vinculadas al haber padecido violencia en la

pareja, las participantes hacen referencias como las siguientes:

-Participante 4: “Yo lloré durante tres años seguidos...yo por ejemplo cuando me separé, que

quizá fue el choque más, porque no lo esperabas o porque te estaba cambiando la vida en ese

232
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

momento en otra forma, yo tampoco sé por qué se entra en depresión, simplemente se que fue así

y vas por la calle y vas llorando y dices, yo no quiero llorar qué idiotez y te van cayendo las

lágrimas, nunca pensé que sería así y la gente te dice hay más hombres, y vale que más da o

hazlo por tus hijos, pero mis hijos son dos niños que están allí y es que yo no puedo vivir la vida

haciéndolo por mis hijos, tengo que vivir por mí”. Caso de violencia psicológica por parte de la

pareja.

En cuanto a la depresión grave o severa, en la que se encontraba el 52.5% de la muestra

en el momento de la evaluación, hay que tener en cuenta que estos niveles de depresión pueden

llegar a ser incapacitantes y con tendencia cronificarse, como refiere el relato de esta misma

participante, quien llevaba divorciada 3 años y seguía teniendo depresión grave, a pesar de estar

asistiendo a psicoterapia y recibiendo tratamiento psicofarmacológico, expresa su dificultad para

superar la depresión: “te dicen, hazlo por tus hijos, pero es que tú tienes que animarte por ti y si

estás en un momento de tu vida en el que no puedes pues no puedes y yo me imagino que hay un

punto en el que a lo mejor si puedes, yo no sé por qué dentro no puedes poner ese punto”. Ella

atribuía a este trastorno de inicio con la separación de su pareja en situación de maltrato

psicológico (infidelidad, insultos) y que se ha mantenido en el tiempo por otros eventos

estresantes como situación de paro de larga duración con amenaza de desahucio de la vivienda y

muerte reciente de su padre (2 meses y medio de fallecido).

Además de los puntajes grupales de la tabla 26 que indican una muestra con indicadores

para el diagnóstico de TEPT, la incidencia de casos individuales que cumplían los criterios de la

Escala de la Gravedad de los Síntomas para TEPT para el diagnóstico, en cuanto a cantidad de

síntomas de re experimentación (≥5), evitación (≥6), y activación (≥ 4), además de la puntuación

total de corte (≥15) para el diagnóstico es de 33 mujeres (82.5% de la muestra).

233
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Algunas descripciones de las participantes en el estudio sobre su malestar psicológico

relacionado al maltrato por la pareja sugieren síntomas de TEPT, principalmente

reexperimentación y necesidad de evitación de cualquier estímulo que lo recuerde, como se

aprecia a continuación:

-Participante 17: “el otro día estaba viendo una película que era de un caballo que estaba

enfermo y no podía aguantar las lágrimas. Preguntas por qué y por qué a mí” Este relato nos

ilustra la pregunta frecuente que se hacen quienes han sobrevivido a trauma ante la ruptura del

sesgo cognitivo que permitía concebir el mundo como un lugar seguro y justo. Su relato prosigue

para ilustrarnos algo que también es frecuente en el TEPT, la disociación: “a veces voy

conduciendo y paso por un sitio y digo, ya pasé por aquí y no me di cuenta de cómo llegué al

sitio…” o la reexperimentación, que puede ocurrir cuando hay TEPT tanto en vigilia como

durante el sueño, en su caso nos menciona, durante el sueño: “y soñar muchísimo!!, me levanto

con los ojos así, y me pregunto: cómo puedo llorar estando soñando”.

Otra participante refiere claramente los síntomas de reexperimentación durante la vigilia

y cómo esto afecta su implicación en actividades cotidianas, como el atender a su hijo:

(participante 13) “es que es normal, todo te lo recuerda, nada que haces, lo tienes constante ahí,

es que nada que haces, lo tienes constante. Y si estamos solas, ya da igual, pero teniendo a

nuestros hijos, pierdes vida con ellos, estás continuamente luchando contra algo y no vives, no

disfrutas del niño, de las cosas con él porque estás constantemente machacándote y volviendo a

repetir las cosas y claro, es como si no cediéramos”. Este relato, además ilustra la dificultad

para reprimir estos recuerdos intrusivos, a pesar de esfuerzos conscientes por lograrlo.

Algunas veces, la situación es reexperimentada porque el contacto con el agresor no

puede evitarse o porque los protocolos de atención obligan a la víctima a repetir el relato, como

234
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

nos explica una de ellas (participante 16):” me paso la vida reviviendo, siempre tienes que estar

recordando la misma historia, pero te cambias de casa y tienes que cambiar de psicólogo y

volver a empezar y contarle…yo no tengo apoyo de mi familia de nada, ahora se hicieron muy

amigos del padre de las niñas, y el padre de las niñas está a tocar los huevos”.

Y estas reexperimentaciones del trauma se sienten como si la situación estuviese

ocurriendo de nuevo y la amenaza presente, como lo expresa (participante 19): “siento miedo,

porque siempre piensas, ¿volverá a pasar?, lo que queremos ahora mismo es olvidar y no volver

a recordar eso”.

Aunque en la muestra evaluada la amenaza puede ser real y mantenida en el tiempo, si

tenemos en cuenta que para algunas participantes, tras haberse separado de su agresor el contacto

con él sigue presente, en la mayoría de los casos por tener hijos en común, aun cuando muchas

han pedido orden de alejamiento y algunas la han conseguido, pero se quejan de que esta no es

cumplida por los agresores, como se aprecia en los relatos:

- Participante1: “a mí me encantaría marcharme, ya que no tengo trabajo, que si me sale un

trabajo en un pueblito y marcharme y empezar de nuevo, pero no puedo, porque si no el padre

de los niños ya lo estoy obligando a que no puede ver a mis hijos, yo por gusto emigraba y mis

hijos conmigo encantados se vendrían, porque empezaba mi vida de cero y sería feliz, no los

tendría viviendo esto...yo lo que pedía era orden de alejamiento, la fui a pedir y me dijeron que

no, que había mujeres mucho peor que yo, que lo mío que solo fue un tortazo y que me empujó,

luego me dijeron que porqué quité la denuncia, que no son tus errores, pero te hacen ver como

que son tus errores, tu vas a denunciar y según cómo denuncies y qué policía te coja la

denuncia, a veces tú ya estás juzgada y no lo sabes…Es que nadie sabe lo que se vive, por eso te

digo que no es normal que no apoyen lo que hay que apoyar, que hay gente que miente, no te

235
Maria Luisa Mondolfi Miguel

digo que no, pero tendrían que darle el voto de confianza a todo el mundo, que si se demuestra

que hay alguna que miente, bimba!, que pille!... Dicen que nos favorecen a las mujeres, pero una

M, yo por lo menos la entiendo a ella, que estás aguanta, aguanta y llega un momento en que

quieres que termine todo”.

Incluso, en algunos casos en los que las participantes han conseguido la orden de

alejamiento de sus ex parejas, está es incumplida por ellos y el contacto continúa, como se

describe en el siguiente relato:

- Participante 21: “estoy sentada en una cafetería y pasa una vez y me dicen que es coincidencia,

pero pasa la segunda vez y me queda mirando y me pongo de los nervios, yo sé que enfrente de

mi hermana ni de mi madre no me va a pegar porque le dan con una silla por la cabeza, porque

otra cosa no, pero mi madre vivió malos tratos y sabe lo que es…yo tengo una orden de

alejamiento y vas a la guardia civil y te dicen que es coincidencia…la primera vez que pasó es

coincidencia, la primera vez pasa pero que no vuelva a pasar tres veces, igual que ir al

colegio…”. Este tipo de situaciones aparecen en varios relatos y las participantes describen

vivirlo como una amenaza de sus ex parejas, que les causa miedo y aprehensión constantes, con

estado de hipervigilancia.

En la tabla 27 se muestran los resultados de autoestima; sentido de la vida y sus

componentes de experiencia de sentido, metas y tareas, y dialéctica destino- libertad; así como de

indicadores de calidad de vida y sus componentes de salud física y mental. Los resultados en

estas categorías y sus componentes señalan que puntuaciones más bajas refieren mayor sensación

de malestar y puntuaciones más altas, por el contrario nos indican bienestar.

Los datos de la variable autoestima en la tabla 27 muestran una asimetría positiva lo que

nos lleva a concluir que en este caso la distribución tendrá una cola asimétrica hacia valores

236
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

positivos bajos, con un valor de asimetría cercano a cero con curtosis negativa, que sugiere una

curva similar a la normal pero más platicúrtica. Aunque la media, mediana y moda se encuentran

dentro de los niveles de autoestima normal, existen valores extremos, como lo indican el valor

máximo y mínimo.

Tabla 27
Indicadores de autoestima, sentido de la vida y calidad de vida en la muestra
Autoestima Sentido Percepción
de la de sentido Experiencia Metas Dialéctica Calidad Salud Salud
vida de sentido y destino- de vida física mental
tareas libertad

N 40 40 40 40 40 40 40 40 40
Media 25.65 84.43 27.55 37.55 32.08 12.93 41.65 47.00 36.31
Mediana 26.00 87.00 29.00 38.00 32.50 13.00 39.16 42.50 29.58
Moda 26 81* 28* 44* 31 15 33.75* 23.33 14.17*
Varianza 27.42 19.32 8.25 12.04 7.24 3.93 19.95 24.35 22.30
Desviación
5.23 373.27 68.10 145.02 52.53 15.45 398.06592.94 497.68
típica
Asimetría .021 -.187 -.288 -.163 -.238 .365 .710 .461 .752
Error típico
de la .374 .374 .374 .374 .374 .374 .374 .374 .374
asimetría
Curtosis -.494 -.870 -.566 -.815 -.609 -.511 -.029 -.510 -.271
Error típico
.733 .733 .733 .733 .733 .733 .733 .733 .733
de la curtosis
Mínimo 16 49 12 15 17 7 10.00 .00 7.50
Máximo 38 120 45 59 45 21 92.50100.00 90.00
* Existen varias modas. Se muestra el menor de los valores.

Hemos agrupado la variable autoestima en las categorías que establece el instrumento

empleado para evaluarla. Al agrupar la autoestima en estos niveles o categorías se aprecian

mejor el comportamiento de la variable en la muestra como se aprecia en la figura 6.

237
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Figura 6. Niveles de autoestima.

La distribución de los niveles de autoestima entre elevada, media y baja, se aprecia en la

figura 6, siendo que la mayoría de la muestra (40%) presenta baja autoestima.

Volviendo a la tabla 27, los puntajes en sentido de la vida, tanto a nivel global, como en

los factores de la escala, en su media y mediana, se encuentran por debajo de la media de los

baremos (106.6), lo que indica un bajo sentido de la vida o una alta sensación de desesperanza en

la muestra; si bien los resultados son polimodales y las desviaciones típicas indican amplia

dispersión en los puntajes.

Resultados similares se aprecian para la variable calidad de vida en la tabla 27, cuya

media y mediana se encuentran por debajo de la media del baremo para población española (50),

lo que indica malestar en el área física y mental para el conjunto de la muestra con asimetría

positiva que sugiere que pocas participantes obtienen puntajes altos, en una distribución con

tendencia platicúrtica, donde el valor de la asimetría del componente de salud mental, indica que

238
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

es esta dimensión la que obtiene puntajes con tendencias más bajas y menos dispersión

evidenciada en la desviación típica y varianza más bajas, respecto a la dimensión de salud física.

En cuanto a calidad de vida, las quejas somáticas múltiples son frecuentes en la muestra

estudiada, como se aprecia en la descripción que hace una participante de todos sus malestares:

- Participante 4: últimamente tengo vértigos, la tensión me viene toda de la cabeza… ponerme a

dieta que soy diabética, pero lo de andar no lo llevo muy bien, porque me canso...tomo el

antidepresivo, el ansiolítico, la de la tensión, ahora la del azúcar, la diabetes, en total son seis,

siete...yo soy de comer poco y mal, tú sabes cuántas dietas he hecho yo en mi vida?, en una

ocasión adelgacé 15 kilos, en otra cinco, en otra diez..te quieres ver bien, es la cuestión,

encontrarte bien, pero hay veces es que no lo piensas…a mí me dieron una pastilla para poder

dormir y pasé dos días despierta…lo que pasa es que yo no sé qué, la pastilla me tiene anulada,

o desde que tengo problemas que tengo como una nube allí en la cabeza que parece que no

quiere salir nunca, que tiene como un peso allí en la cabeza, no sé que estoy a lo mejor así desde

hace una temporada, que estoy como en un vacío allí, yo a veces es que pienso que tengo

Alzheimer, no porque tenga Alzheimer, sino porque no me acuerdo de las cosas, es que al

dormir mal…de hecho creo que hace dos años estaba mejor que ahora, tenía más ánimo, ahora

estoy bloqueada desde una temporada que no quiero hacer nada.

Otra participante explica su malestar por el sedentarismo, al referirse a la dificultad para

seguir los ejercicios de expresión corporal en las sesiones terapéuticas:

- Participante 28: lo que pasa es que nos duele todo, te cansa, como no hacemos ejercicio.

Mientras que al analizar sus malestares, analizan el origen psicosomático de los mismos,

como en el relato siguiente:

239
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Participante 13: el cuerpo ya no soy capaz de controlarlo más, me da acidez, no soy capaz de

controlar la ansiedad.

4.1.3.1. Correlaciones y asociaciones entre las variables psicológicas evaluadas.

De las asociaciones significativas obtenidas, en la tabla 28 se aprecia que cuanto menor

es la autoestima mayor es la depresión y TEPT, fundamentalmente los síntomas de evitación y

activación.

Tabla 28
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni en función de los niveles de autoestima con puntajes en
BDI-II y TEPT
Factor Tamaño
Bonferroni
Media F Sig. del
efecto
Depresión Alta 17.00
Autoestima
Autoestima
Media 25.43 .005 -0.57
5.803 .006 alta-baja
Baja 30.44

Escala Total Alta 23.20


TEPT Autoestima
28.71 .044 -0.46
Autoestima Media alta-baja
3.318 .047
Baja 33.63

8.30
Evitación Autoestima Alta
TEPT Media 11.14 Autoestima
alta-baja .038 -0.46
3.446 .042
Baja 13.00

6.30
Activación Autoestima Alta
TEPT Autoestima .018 -0.55
8.36
Media 4.374 .020 alta-baja
Baja 10.56

Se ha agrupado la variable depresión en los diagnósticos (depresión mínima, leve,

moderada y grave) como categorías de análisis con el fin de perfilar los resultados. Por tanto, si
240
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

comparamos estas categorías de depresión con el nivel de autoestima nos encontramos que los

casos con depresión mínima (sin indicadores para diagnóstico del trastorno) obtienen puntajes

más altos en autoestima. En los diagnósticos de TEPT, los puntajes más bajos en autoestima se

relacionan con mayor gravedad de los síntomas para la escala total y sub-escalas de síntomas de

evitación y activación. Los resultados se muestran en la tabla 29.

Tabla 29
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni en función de los diagnósticos de depresión, y puntajes en
autoestima y TEPT
Factor Bonferroni Tamaño
Media F Sig.
del efecto
Autoestima Depresión Mínima 30.00 Depresión
Leve 27.60 severa - .028 -0.81
3.547 .024
Moderada 24.00 mínima
Severa 24.00
Escala total Depresión Mínima 19.63 Depresión -0.64
.001
TEPT mínima -
severa
Leve
22.80
7.241 .001
Moderada 27.50 Depresión .048 -0.53
Severa leve-severa
35.05

Evitación Depresión Mínima 7.75


TEPT Leve 9.80 Depresión -0.54
3.755 .019 .023
Moderada 9.67 mínima -
Severa 13.24 severa
Activación Depresión Depresión .0001 -0.69
TEPT Mínima 4.63 11.074 .000 mínima -
severa

Leve 5.60 Depresión


.005
Moderada 9.00 leve-severa -0.65
Severa 10.95

Entre las variables psicológicas evaluadas en la muestra las correlaciones detalladas de la

tabla 30 señalan que aquellas mujeres con un alto sentido de la vida global también tienen una

sensación elevada de calidad de vida, referida al área de salud mental, específicamente. Esto se

241
Maria Luisa Mondolfi Miguel

cumple para los factores de sentido de la vida, como lo son: percepción de sentido, experiencia

de sentido, metas y tareas. Sin embargo el factor dialéctica destino-libertad no correlacionó

significativamente con las variables de calidad de vida, como tampoco lo hizo con otras variables

que analizaremos a continuación, lo cual es explicable por la baja fiabilidad de dicho factor en la

muestra.

Tabla 30
Correlaciones de sentido de la vida, autoestima, depresión y TEPT con calidad de vida
Variables psicológicas Calidad de vida Salud física Salud mental
Salud física Pearson .868** 1 .462**
Sig. .000 .003
Salud mental Pearson .841** .462** 1
Sig. .000 .003
Sentido de la vida Pearson .413** .280 .432**
Sig. .008 .080 .005
Percepción de sentido Pearson .542** .392* .543**
Sig. .000 .012 .000
Experiencia de sentido Pearson .383* .285 .375*
Sig. .015 .075 .017
Metas y tareas Pearson .320* .248 .375*
Sig. .044 .123 .017
Autoestima Pearson .319* .250 .299
Sig. .044 .120 .061
Depresión Pearson -.583** -.377* -.630**
Sig. .000 .016 .000
Escala total Pearson -.597** -.415** -.615**
TEPT Sig. .000 .008 .000
Re- experimentación Pearson -.429** -.279 -.463**
TEPT Sig. .006 .081 .003
Evitación Pearson -.496** -.373* -.480**
TEP Sig. .001 .018 .002
Activación Pearson -.628** -.421** -.663**
TEPT Sig. .000 .007 .000
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

Volviendo a la tabla 30, las correlaciones intra-escala del cuestionario calidad de vida nos

confirman alta consistencia del instrumento, además de su fiabilidad en la muestra. Estas escalas,

242
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

que evalúan sensación de bienestar con el estado físico y mental, muestran correlación negativa

con la presencia de síntomas de depresión, estrés post traumático y sus manifestaciones de

síntomas de reexperimentación, activación fisiológica y evitación; lo que nos sugiere que tales

trastornos en la muestra se asocian a detrimento en el bienestar no solo psíquico sino también

físico.

Se aprecia, a partir de los datos de la tabla 31 que las variables que indican malestar

psicológico; es decir, depresión y TEPT (con sus síntomas de reexperimentación, activación y

evitación) correlacionan positivamente entre sí y que tales correlaciones son significativas.

También vemos a continuación, en la tabla 31 que las variables depresión y TEPT

correlacionan de modo inverso; es decir, negativamente y de manera significativa con las

variables asociadas a bienestar psíquico como lo son autoestima y sentido de la vida; en sus

factores de percepción de sentido, experiencia de sentido, metas y tareas de manera significativa

y también siguen una asociación en sentido negativo con el factor dialéctica destino- libertad

(perteneciente a sentido de la vida) aunque en este caso la correlación no es significativa.

243
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 31
Correlaciones entre depresión, autoestima, sentido de la vida y TEPT
Re-
experimentació Evitació Activació Autoestim Depresió
Variables TEP n n n a n
correlacionadas: T TEPT TEPT TEPT
Coef. .739 .555 .587 .787 1
-.582**
Depresión Pears. ** ** ** **
Sig. .000 .000 .000 .000 .000
Autoestima Coef. -.511 -.334 -.426 -.567 1 -.582
Pears. ** * ** ** **
Sig. .001 .035 .006 .000 .000
Sentido de Coef. -.507 -.391 -.645 .625 -.676
-.284
la vida Pears. ** * ** ** **
Sig. .001 .076 .013 .000 .000 .000
Percepción Coef. -.491 -.367 -.668 .498 -.635
-.244
de sentido Pears. ** * ** ** **
Sig. .001 .128 .020 .000 .001 .000
Experiencia Coef. -.554 -.343 -.422 -.681 .699 -.683
de sentido Pears. ** * ** ** ** **
Sig. .000 .030 .007 .000 .000 .000
Metas y Coef. -.314 -.447 .594 -.544
-.086 -.273
tareas Pears. * ** ** **
Sig. .048 .598 .088 .004 .000 .000
Dialéctica- Coef.
-.018 -.016 -.071 .050 -.186 -.039
libertad Pears.
Sig. .910 .924 .662 .758 .251 .809
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

A pesar de que los resultados de sexismo ambivalente en la muestra, no presentan

correlación con ninguna de las otras variables psicológicas evaluadas, las medias obtenidas en las

sub-escalas de sexismo hostil y sexismo benévolo en la muestra, mostraron alta correlación

(significativa al 0,01) entre sí y con la escala total, como se aprecia en la figura 7; lo cual

demuestra que la escala ha sido fiable en la evaluación de la muestra, con consistencia interna

entre las sub-escalas.

Cabe destacar que el que la escala de sexismo ambivalente no correlacione con las demás

escalas es algo esperable ya que este instrumento mide estereotipos; que están más relacionados

244
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

con el estudio de actitudes hacia grupos, en este caso de pertenencia a género, mientras que los

demás instrumentos evalúan síntomas y autovaloraciones.

Figura 7. Correlación entre sexismo ambivalente y sus componentes de sexismo hostil y


benévolo.
Igualmente, las sub-escalas de TEPT y la escala total han mostrado alta correlación entre

sí en la muestra evaluada, como se aprecia en la tabla 32.

Tabla 32
Correlaciones entre las sub-escalas de TEPT
Re- experimentación Evitación Activación
Escala y sub-escalas correlacionadas TEPT TEPT TEPT
Escala total Pearson .858* .884* .858*
TEPT Sig. .000 .000 .000
Re- experimentación Pearson 1 .632* .640*
TEPT Sig. .000 .000
Evitación Pearson .632* 1 .613*
TEP Sig. .000 .000
Activación Pearson .640* .613* 1
TEPT Sig. .000 .000
* La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

245
Maria Luisa Mondolfi Miguel

A sí mismo, al correlacionar los resultados obtenidos en la muestra en sentido de la vida

y los factores que componen el instrumento empleado, se aprecia que existe una asociación

positiva y significativa entre sentido de la vida global y sus factores de percepción de sentido,

experiencia de sentido, metas y tareas. Sin embargo, el factor dialéctica destino - libertad no

correlaciona de manera significativa con ninguna de las otras del instrumento, e incluso sigue

una relación inversa con los puntajes en experiencia de sentido. Como se mencionó

anteriormente, este factor mostró poca fiabilidad en la muestra. Estos resultados se muestran en

la tabla 33.

Tabla 33
Correlaciones entre las sub-escalas de sentido de la vida
Escala y subescalas Percepción Experiencia Metas y D. destino-
correlacionadas: de sentido de sentido tareas libertad
Sentido de la Pearson .886 .939 .877
.217
vida * * *
Sig. .000 .000 .000 .178
Percepción de Pearson .841 .737
1 .041
sentido * *
Sig. .000 .000 .803
Experiencia de Pearson .841 .789
1 -.060
sentido * *
Sig. .000 .000 .712
Metas y tareas Pearson .041 -.060 .171 1
Sig. .803 .712 .291
* La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

4.1.3.2. Asociación entre variables psicológicas con variables socio-demográficas.

Se realizó prueba T de Student para determinar la asociación entre las variables

psicológicas evaluadas con los instrumentos psicométricos y las asistencia actual o no a

psicoterapia, si reconocían o no la situación de maltrato o victimización (encuestadas de manera

binomial), sin que se encontraran asociaciones significativas.

246
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Los resultados de la correlación de Pearson entre la edad de las participantes, el número

de hijos y el número de parejas maltratadores; con los puntajes de autoestima, depresión,

sexismo, TEPT y sentido de la vida, tampoco aportan asociaciones significativas.

Continuando con el intento de estimar la asociación entre las variables socio

demográficas evaluadas con el cuestionario y las variables psicológicas evaluadas con los

instrumentos psicométricos se calculó ANOVA de un factor, con prueba post – hoc de

Bonferroni estimada a un alfa de .05. Los resultados solo arrojaron asociaciones significativas

entre estado civil con TEPT y sentido de la vida; así como entre sexismo y medicación.

En la tabla 34 se aprecian los ANOVAS que asocian significativamente el estado civil

con sentido de la vida y sus sub escalas de percepción de sentido, experiencia de sentido y, metas

y tareas. Cabe destacar que la categoría de estado civil separada agrupa a aquellas que

estuvieron casadas y han decidido romper la relación, que ya no conviven con el agresor y se

encuentran en trámites de divorcio, mientras que solteras agrupa a aquellas que nunca han estado

casadas pudiendo tener o no convivencia actual con el agresor.

La tabla 34 también nos muestra que el factor significativo para disminución de sentido

de la vida ocurre en las casadas que están en trámites de separación, con respecto a las que

simplemente permanecen casadas y en convivencia con pareja.

247
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 34
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para sentido de la vida en función de estado civil
Factor Bonferroni Tamaño del
Media F Sig.
efecto
Sentido de la vida Soltera 79.75
Casada 100.14 Casada - .016 0.79
Divorciada 85.58 3.684 .021 Separada
Separada 68.67

Percepción de sentido Soltera 27.75


Casada 33.14 3.224 .034 Casada - .023 0.76
Divorciada 27.79 Separada
Separada 20.00

Experiencia de Soltera 34.25


sentido Casada 47.43 4.361 .010 Casada- .008 0.79
Divorciada 38.74 Separada
Separada
26.67
Metas y tareas Soltera 29.88
Casada 37.57 Casada- .031 0.79
Divorciada 32.74 3.330 .030 Separada
Separada 26.50

La otra variable para la cual resulta significativa la asociación con estado civil es TEPT

en los síntomas de activación, como se aprecia en la tabla 35, donde la diferencia de medias entre

casada y separada es negativa, como se aprecia en el tamaño del efecto, lo que sugiere que es

mayor la activación fisiológica de TEPT en las que se acaban de separar de sus parejas tras años

de matrimonio, en relación a las que continúan casadas.

248
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 35
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para TEPT en función del estado civil
Bonferroni Tamaño
Media F Sig.
Factor del efecto
Activación TEPT Soltera 9.63

Casada 5.57 Casada -Separada


.046
.853 .474 -0.68
Divorciada 8.68

Separada 11.33

Cabe destacar que todas las diferencias de medias en las sub-escalas de TEPT y escala

global muestran esta relación negativa en el factor casada con los demás estados civiles

encuestados, aunque solo sea significativa para la variable activación. Los resultados se muestran

en la tabla 36.

Tabla 36
Comparaciones múltiples de Bonferroni para indicadores de TEPT y estado civil
Diferencia de
(I) Estado medias Error típico
Variable dependiente civil (J) Estado civil (I-J) Sig.
Escala total Casada Soltera
-10.500 5.357 .347
TEPT
Divorciada -9.737 4.577 .242
Separada -10.500 5.759 .459

Reexperimentación Casada Soltera


-3.036 1.850 .657
TEPT
Divorciada -3.549 1.580 .186
Separada -2.619 1.989 1.000

Evitación Casada Soltera


-3.411 2.452 1.000
TEPT
Divorciada -3.075 2.095 .905
Separada -2.119 2.636 1.000

Activación TEPT Casada Soltera -4.054 1.896 .236

Divorciada -3.113 1.620 .375


Separada -5.762* 2.038 .046
* La diferencia de medias es significativa al nivel .05.

249
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Finalmente dentro de las comparaciones entre variables psicológicas y datos socio

demográficos, se obtuvo asociación significativa por ANOVA entre el tipo de tratamiento

farmacológico que estuviese tomando la participante y los resultados para sexismo benévolo,

como se aprecia en la tabla 37, donde aparecen con puntajes más altos para sexismo benévolo

aquellas mujeres que solo están medicadas para enfermedades somáticas, en relación a aquellas

que toman este tipo de tratamientos sumado a psicofármacos.

Tabla 37
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para sexismo benévolo en función de medicación
Factor Bonferroni Tamaño
Media F Sig.
del efecto

Sexismo Ninguna 13.50


benévolo
Otra medicación -
Psicofármacos 15.89 Psicofármacos y otra
.356 .785 medicación .026 0.34
Otra medicación 28.50

Psicofármacos y 10.56
otra medicación

4.1.3.3. Asociaciones entre antecedentes de maltrato infantil, tipos de violencia de

pareja y su duración del maltrato con indicadores psicológicos actuales.

Se realizó prueba T de Student para determinar la asociación entre las variables

psicológicas evaluadas con los instrumentos psicométricos y las variables nominales en

categorías binomiales tales como: si la situación de maltrato ocurría o no al momento de la

evaluación, y presencia-ausencia de antecedentes de maltrato infantil. Ninguna de estas variables

obtuvo asociaciones significativas.

250
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

4.1.3.3.1. Antecedentes de abuso infantil.

En relación a los antecedentes de maltrato en la infancia, estos son variados como se

muestra en el apartado descriptivo y aunque no se obtienen asociaciones significativas con los

síntomas de malestar evaluados psicométricamente, en el proceso terapéutico, las participantes

con frecuencia vinculan su historia actual de violencia de pareja con antecedentes de abuso en la

infancia, como se aprecia en sus relatos, a continuación:

- Participante 11: “Tuve siempre a cargo hermanos, por desgracia, por unos padres que fueron

siempre una desgracia y siempre pensando en lo que dirán, en tengo que hacer esto por cumplir,

no das aprendido, tienes esa rutina y no sales de ella … De mis padres, a mí no me marcó que

no me dieran lo material, a mí me marcó los líos que se montaban, mi padre mismo con el

alcohol, mi padre daba con cuchillos, daba con escobas, había sangre, mi madre estuvo en la

UVI, en mi infancia…A mí la muerte me hizo pensar, yo en el cementerio juré que no me iba a

pasar eso”. En la historia familiar de esta participante destaca el que tuvo la custodia de sus

hermanos menores, ya que su madre murió por traumatismo cráneo- encefálico y derrame

cerebral a causa de golpes propinados por el padre, es a lo que se refiere en lo que juró en el

cementerio que ella no viviría algo similar, motivo por el cual refiere haberse separado de su

pareja que le maltrató durante 15 años con violencia psicológica y sexual (acusaciones de

promiscuidad y vejaciones), como se aprecia en el relato siguiente:

- Participante 11: “Yo tuve una infancia muy dura, con custodia de hermanas y todo y a mí la

vida no me hizo mala, a mi me hizo mala este hombre, mala no, desconfiada, agresiva, yo a la

mínima de nada, mira que te doy una hostia, bruta hablando, yo era muy educada, yo nunca

hablé así. Yo no era así y la vida no me fue fácil, la autoestima me la bajó, porque me trató muy

mal, a mí me ponía ese hombre como una cualquiera, como una puta de oficio, con posturas,

251
Maria Luisa Mondolfi Miguel

posiciones, con amantes, con queridos y me montaba cristos en todos los trabajos, en todas tenía

amantes y maridos y se lo contaba a la gente. Me decía: una puta por lo menos usa

preservativos, ti eres una perdida, todo el tiempo así, que yo no sé cómo aguanté quince años,

eh., que la hija no era de él, le puse los apellidos míos”.

Una de las preocupaciones que las participantes manifestaron reiteradamente es la

repercusión de la violencia de pareja sobre sus hijos como testigos como nos refiere una de las

participantes que sufrió abusos sexuales en la infancia por parte de su padre: “Yo de pequeña

tampoco tuve una infancia fácil con mi padre, yo le digo el padre de mi hermana porque no lo

considero mi padre, no tuve una infancia por su culpa y yo no quiero que mi hijo viva eso y el

padre tampoco lo quería, pero al final lo está haciendo… y a mí lo que más me afecta es eso,

que el niño no esté bien…porque quieres que él no lo note, porque es un niño y quieres que sea

un niño…” se refiere a que su hijo haya sido testigo de violencia física hacia ella por parte del

padre y actualmente sea consciente de la orden de alejamiento y violencia psicológica continuada

hacia ella.

4.1.3.3.2. Tipos de violencia de pareja.

En cuanto a los tipos de violencia padecidos en la relación de pareja, la comparación de

medias por ANOVA, nos indica una asociación significativa entre el haber padecido violencia

física y psicológica en contraste a solo haber padecido violencia de tipo psicológica para los

niveles de sexismo ambivalente, como se aprecia en la tabla 38. Para el resto de las variables

psicológicas evaluadas en la muestra, las asociaciones con los tipos de violencia no resultaron

significativas.

252
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 38
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni significativos para variables psicológicas en función de
tipos de violencia en la relación de pareja
Factor Bonferroni Tamaño
Media F Sig.
del efecto
Sexismo -Violencia
43.86
ambivalente psicológica.
-Violencia física y
16.60 Violencia
psicológica
psicológica/
-Violencia sexual 4.207 .012* .007 0.66
27.00 Violencia física y
y psicológica
psicológica
- V. física, 25.57
psicológica y
sexual.

Sexismo hostil -Violencia


20.86
psicológica.
Violencia
- Violencia física
6.50 psicológica/
y psicológica.
- Violencia sexual 4.441 .009* Violencia física y .005/ 0.71
11.00
y psicológica. psicológica
- V. física,
psicológica y 11.24
sexual.

Sexismo -Violencia
23.00
benévolo psicológica.
- Violencia física
10.10
y psicológica.
2.247 .099
-Violencia sexual
16.00
y psicológica.
- V. física,
psicológica y 14.33
sexual.
* La diferencia de medias es significativa al nivel .05.

Siguiendo con los resultados de la tabla 38, sugieren que el haber padecido violencia

física y psicológica en la relación de pareja, en contraste a solo violencia psicológica aumenta los

estereotipos de sexismo ambivalente en las mujeres hacia su propio género. Al separar los

componentes de sexismo benévolo y hostil, se aprecia que el efecto se da en este último.

253
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Llama la atención que otra preocupación de estas mujeres respecto a sus hijos es la

transmisión intergeneracional de la violencia de género y de los estereotipos sexistas, y, que en el

caso de los varones se conviertan hombres violentos por la relación con sus padres, tal como

refiere una de ellas: “el pequeño dice: si viene papi, cojo una pistola, lo mato y le quitamos la

cartera y así tenemos dinero para comer” (madre de un niño y una niña, refiriéndose a su hijo

varón). Y manifiestan su temor en frases tales como: “Estamos criando a niños violentos, niños

que están viendo situaciones que no deberían de vivir” (madre de dos hijos varones). En cuanto

a sus hijas, temen que se conviertan en mujeres maltratadas: “Yo de pequeña era pobre, pero era

feliz y mira en qué acabé, imagínate mi hija, una niña que amaba a su padre…el día de mañana

que le toque un desgraciado que la maltrate y no va a saber bien si va a ser culpa de ella o

escapa muy bien o va a ser víctima” (madre de una niña y un niño, refiriéndose a su hija).

4.1.3.3.3. Duración de la situación de maltrato.

Se realizaron correlaciones por prueba de Pearson entre la duración de la situación de

maltrato vivida en la pareja (calculada en meses), así como del tiempo transcurrido desde el

último episodio de agresión, sin que se encontraran diferencias significativas entre los puntajes

en los tests.

En cuanto la duración de la situación de maltrato en la relación de pareja, se obtienen

diferencias significativas entre la cantidad de meses que refieren las participantes haber sido

maltratadas, si lo relacionamos con los tipos de violencia padecidos tal como se aprecia en la

tabla 39.

254
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 39
Estadísticos de ANOVA y Bonferroni para los tipos de violencia en función de duración de la
situación de maltrato
Bonferroni Tamaño
Factor Media F Sig. del
efecto

Prolongación del -Violencia 54.00 5.156 .011


psicológica.
maltrato en
meses
-Violencia 92.25 Violencia
psicológica/ *.016
física y -0.53
psicológica
Violencia
- V. física, 179.57 física y
psicológica y psicológica
sexual.
* La diferencia de medias es significativa al nivel .05.

Si analizamos la tabla 39 de comparación múltiple, nos encontramos que la violencia

psicológica sin otros tipos de violencia añadidos se asocia a casos con menor duración de la

relación y que la prolongación de la relación de pareja con el maltratador se asocia a la aparición

de violencia física y sexual.

Cabe destacar que ninguna de las participantes refiere ocurrencia única de agresiones

físicas ni sexuales por parte de sus parejas. Y así lo expresa una de las participantes: (participante

1) “Te hacen sentirte tú que eres la culpable, te lo juro, hay cosas que solo se saben cuando se

viven, lo piensas después y dices qué ¿me estás tomando el pelo?, pero en el momento él te

cuenta la película de la manera que te la está contando y te hace ver que tú eres la culpable”

(sobre la invalidación de su punto de vista y culpabilización como forma de violencia

psicológica) “yo lo que pedía era orden de alejamiento, la fui a pedir y me dijeron que no que

había mujeres mucho peor que yo, lo mío que solo fue un tortazo y que me empujó” (sobre

violencia física y su intento infructuoso de obtener protección judicial). Y por ello, nos aparecen

255
Maria Luisa Mondolfi Miguel

diferencias significativas con respecto a la prolongación del maltrato entre aquellas mujeres que

solo han sufrido violencia psicológica y aquellas que han sufrido los tres tipos de violencia. A

mayor duración de la convivencia con el maltratador mayores son los tipos de violencia que este

ejerce.

Sobre la significación de sus vivencias de violencia en la pareja, las participantes señalan

sobre el aumento progresivo reflexiones como la siguiente: (participante 13) “Yo sabía que había

cosas que él estaba haciendo mal, yo intentaba que él corrigiera esas cosas y yo creía que yo

podía ayudarle a corregir esas cosas, pero no me daba cuenta que no, que cada vez iba a peor y

no era capaz de ayudarle a corregir esas cosas que él hacía mal, aunque te lo digan tú sigues

diciendo que no, que puedes estar allí y hacer que eso se termine, pero la última vez que me dio,

que casi me mata, fue cuando vi que yo tampoco podía estar ahí con mi hijo, porque si él a mí

me hace algo yo tampoco puedo proteger a mi hijo, si él a mí me da un golpe, yo me caigo y

tampoco puedo proteger a mi hijo y puede hacerle daño a mi hijo igualmente…”. Es decir,

aunque esperan que la situación cambie y acaban creyendo que tienen responsabilidad en el

maltrato, las agresiones van siendo cada vez más graves hasta representar un riesgo para sus

vidas y las de sus hijos. Sobre las condiciones que sustentan la prolongación del maltrato,

algunos relatos de las participantes sugieren que ha estado presente el ciclo de la violencia como

condición que le explica, como se aprecia:

- Participante 25: “fíjate que técnica más buena tenía, venía de víctima y me decía es que luego

me siento culpable y yo tenía que consolarle, pretendía que yo me sintiera culpable, pero yo no

soy una persona que me sienta así, yo puedo sentir muchas cosas pero culpa no y es que fue una

guerra en la que nos destrozamos, porque éramos muy parecidos...el problema fue que yo puse

corazón, pero él no, porque no tenía”. Caso de violencia psicológica y física.

256
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

- Participante 17: “a veces estoy sola y me digo, qué tonta fui, por qué aguantaría tanto, por los

hijos, ah por los hijos…Lo que quería en ese momento lo tenía claro, pero había tres niñas

pequeñas y había que aguantar, no quedaba otra, pero bueno, aguanté, me pregunto a mí

misma, no sé cómo aguanté tanto…Yo no tuve padre, mi abuela soltera, mi madre soltera y

además era una película que volvía de rodillas, perdóname…conmigo no quería firmar ni

separación ni divorcio”. Caso de violencia física, psicológica y sexual.

En el anterior relato además del ciclo de la violencia, en el que su pareja le pedía perdón

reiteradamente dentro de la fase de reconciliación, se infieren elementos de roles de género y

estereotipos sexistas asociados a la maternidad y tener que soportar la situación por tener dos

hijas y por el hecho de que todas las mujeres en su familia habían sido madres solteras.

Otra participante tiene un relato similar, en el que pesa el rol de madre y la culpa de

ocasionar sufrimiento a los hijos (en este caso, ya independizados y adultos) por los antecedentes

familiares de separación, por el cual explica por qué continuaba relación con pareja que le

maltrataba psicológicamente:

- Participante 12: “Yo cuando lo cogí aquella noche ( se refiere a una situación en la que

descubrió a su marido manteniendo relaciones sexuales con una mujer en su casa mientras ella

dormía en otra habitación , lo cual él negó, alegando locura de ella) y al día siguiente volvía del

médico, solo me venía esa imagen y pensaba, yo lo pasé tan mal cuando se separaron mis

padres y pensaba, si lo hago, le hago vivir lo mismo a mis hijos y …a mí que me deje la cabeza

tranquila y yo sola me fui mentalizando así, no sé si lo hago bien, si lo hice mal, pero después

decía yo en el fondo, pero mis hijos tienen su vida y yo que hago aquí y ya volvía a retroceder y

eso es una lucha constantemente, yo pienso que eso tienen que llegar su momento, que llega un

momento en que tienes que tomar la decisión, yo pienso que a mi algún día me tiene que llegar”.

257
Maria Luisa Mondolfi Miguel

4.2. Efectos de un Programa de Teatro en Mujeres Víctimas de Violencia de Género

A continuación se exponen los resultados que estiman la eficacia del programa en las

variables evaluadas con instrumentos psicométricos. Se emplean los resultados de evaluación

pre- test y post -test de las 17 participantes que iniciaron y culminaron el programa de

intervención.

Así mismo se expone la evaluación del proceso por medio de registro observacional y la

observación participante en las discusiones con las participantes a lo largo de las sesiones, cuyos

resultados se analizan en función de los datos obtenidos en la evaluación psicométrica.

Considerando la dificultad para contactar esta muestra y la importancia de diseñar

programas ajustados a las necesidades, también se realiza una comparación de la muestra inicial

(n=25) de participantes que accedieron a participar en el programa, estimando las variables en las

que se diferencian aquellas que completaron el programa (n=17) con las que lo abandonaron de

manera temprana y que no pudieron ser contactadas para el post- test.

4.2.1. Efecto pre test /post test y evaluación procesual del programa (n=17).

4.2.1.1. Descripción de la muestra.

Las 17 participantes con las que se implementó y evaluó el programa eran habitantes de

la Comunidad Autónoma de Galicia en España y asistían a dos centros que brindan atención a

mujeres víctimas de violencia de género (Centros de Información a la Mujer) ubicados en dos

localidades urbanas.

En la muestra final (n=17) la edad de las participantes oscila entre los 21 y 52 años, con

una media de 49 años; la mayoría (58.8%) se encontraban desempleadas y el 64,7% tenía

ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional, el 58.8% no tenían ningún tipo de

258
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

formación profesional o ni si quiera completaron la educación formal básica obligatoria en

España.

Todas las participantes de la muestra (n=17) eran de nacionalidad española, tenían hijos,

con un máximo de 4 hijos por participante y moda de 2 hijos. En cuanto a estado civil, 3 de ellas

eran solteras; 8 casadas, de las cuales 5 convivían con esposos maltratadores y 3 se encontraban

separadas de ellos y en proceso de divorciarse, y 6 eran divorciadas.

4.2.1.2. Análisis estadísticos de los efectos del programa.

De acuerdo a los estadísticos descriptivos que se muestran a continuación en la tabla 40

se aprecia que a nivel grupal hubo una disminución en la media de síntomas psicopatológicos de

depresión y TEPT, así como en los estereotipos de sexismo ambivalente, tanto hostil como

benévolo. Mientras que se aprecia un aumento grupal de los indicadores deseables como nivel de

autoestima, calidad de vida (física y mental) y sentido de la vida, en sus cuatro componentes.

A partir de los estadísticos descriptivos en la tabla 40 se asumen resultados favorables del

programa en el grupo de participantes, a pesar de que se aprecia disminución en dos factores de

sentido de la vida como son Dialéctica Destino- Libertad (disminución no relevante), y

Experiencia de Sentido que es un factor sobre la valoración que hace la persona de su existencia

personal, experiencias y vivencias cotidianas como llenas de cosas buenas.

259
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 40
Estadísticos descriptivos pre - test y post – test de las participantes en el programa
Media pre- Desviación típica Media post- Desviación tipica
Variable test pre-test test post-test
Escala total TEPT 27.94 11.443 22.94 13.50
Activación TEPT 8.76 3.700 7.18 4.06
Evitación TEPT 10.76 5.596 9.18 5.62
Re- experimentación
8.41 3.501 6.58 4.47
TEPT
Depresión 24.88 11.252 18.41 10.96

Sentido de la vida 88.88 15.846 99.12 18.40


Percepción de sentido 27.24 7.395 47.06 10.18
Experiencia de sentido 41.00 11.068 33.53 8.08
Metas y tareas 34.35 6.244 37.35 7.06
Dialéctica destino-
libertad 12.82 3.395 12.65 3.02
Autoestima 27.47 4.20 29.06 5.23
Calidad de vida 37.42 17.01 46.17 25.15
Salud mental 32.79 23.73 41.81 27.12
Salud física 42.05 18.82 50.53 25.250
Sexismo ambivalente 30.41 20.12 26.00 22.319
Sexismo benévolo 16.82 11.50 14.53 13.16
Sexismo hostil 13.59 10.61 11.47 10.29

Una vez descritos los resultados pre test- post test en el grupo, para determinar el efecto

del programa y su significación estadística se ha realizado la prueba de rangos con signo de

Wilcoxon, cuyos resultados se muestran en la tabla 41, donde se contrastan los rangos pre test

post- test de aquellas variables que se deseaba reducir en la intervención, consideradas

indicadores de malestar psicológico.

260
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 41
Prueba de los rangos con signo de Wilcoxon entre el pre-test y post-test de variables de malestar
psicológico
Rango Suma de Z
Escalas N promedio rangos Sig.
Post-test– Pre-test Rangos -1.677(a) .094
10* 8.95 89.50
Escala total TEPT negativos
Rangos
5** 6.10 30.50
positivos
Empates 2***
Post-test – Pre-test Rangos -1.824(a) .068
12* 7.67 92.00
Activación TEPT negativos
Rangos
3** 9.33 28.00
positivos
Empates 2***
Post-test – Pre-test Rangos -1.585(a) .113
8* 8.50 68.00
Evitación TEPT negativos
Rangos
5** 4.60 23.00
positivos
Empates 4***
Post-test – Pre-test Rangos -1.127(a) .260
7* 11.36 79.50
Re- experimentación negativos
TEPT Rangos
8** 5.06 40.50
positivos
Empates 2***

Post-test – Pre-test Rangos -2.393(a) .017


14* 9.07 127.00
Depresión negativos
Rangos
3** 8.67 26.00
positivos
Empates 0***
Post-test – Pre-test Rangos -1.579(a) .114
11* 8.95 98.50
Sexismo ambivalente negativos
Rangos
5** 7.50 37.50
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos -1.652(a) .098
10* 8.90 89.00
Sexismo benévolo negativos
Rangos
5** 6.20 31.00
positivos
Empates 2***
Post-test – Pre-test Rangos -.854(a) .393
10* 9.45 94.50
Sexismo hostil negativos
Rangos
7** 8.36 58.50
positivos
Empates 0***
* Post-test < Pre-test **Post-test > Pre-test *** Post-test = Pre-test (a) Basado en los rangos positivos.

261
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Los datos de la tabla 41 nos indican en primer lugar para TEPT una disminución global

en 10 de los 17 casos, con dos que se mantienen igual entre pre test y post test y 5 casos cuyos

síntomas aumentan; los síntomas de evitación y activación disminuyen en la mayoría de los

casos, lo cual no ocurre con los síntomas de re- experimentación que incrementan en 8 casos,

disminuyen en 7 y permanecen iguales en 2. La depresión disminuyó en 14 de los 17 casos.

Igualmente, observamos resultados favorables en disminución del sexismo ambivalente y sus

componentes benévolo y hostil en la mayoría de los casos.

El TEPT parece ser una variable que tuvo poca influencia o efecto del tratamiento, a

partir de los resultados de la tabla 41. En base a esto, también hemos contrastado los casos

individuales, siguiendo las puntuaciones de corte del instrumento empleado, y obtuvimos que

antes de la intervención 14 de las 17 participantes cumplían criterios para diagnóstico de TEPT y

después de la intervención se mantiene la misma frecuencia, aunque no por los mismos casos, ya

que dos participantes con diagnóstico de TEPT en el pre- test no cumplían los criterios para el

mismo en el post- test, e igualmente otras dos participantes sin TEPT en el pre-test sí cumplían

los criterios diagnósticos en el post-test.

Para comprobar finalmente si la disminución o aumento de estos síntomas patológicos a

nivel grupal han sido significativos luego de la intervención, hemos realizado estadísticos de

contraste que también se muestran en la tabla 41 y teniendo como significativo para los puntajes

transformados Z el contraste bilateral asintótico a un .05 se aprecian como significativos los

cambios en el post – test para la disminución de depresión. Los aumentos en sub- escalas de

reexperimentación del pre- test al post- test (algo poco deseable) no son estadísticamente

significativos.

262
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

La disminución estadísticamente significativa en depresión, resulta un indicador

importante de eficacia del programa, y coincide con los resultados previos de la tabla 40 para

depresión, donde la media grupal del pre- test (24,88) corresponde a puntajes de depresión

moderada y la media grupal del post-test (18,41) corresponde a depresión leve.

Sin embargo, aunque la media grupal pre- test coincide con diagnóstico de depresión

moderada, si nos referimos a los diagnósticos individuales, que se detallan en la comparación de

porcentajes entre pre- test y post test de la figura 8, se obtiene que la mayoría de las participantes

(64.7%) antes de iniciar el programa se encontraba en niveles de depresión grave, lo cual es un

diagnóstico que puede ser incapacitante e incluso incluir riesgo suicida u otros criterios de

hospitalización. En comparativa de la misma figura, al culminar el programa, solo 29.4% seguía

tendiendo niveles graves de depresión y la mayoría se encontraba entre niveles moderados y

mínimos, siendo esta última sin criterios para diagnóstico de depresión.

Figura 8. Porcentajes de depresión en pre-test y post-test.

En cuanto a los indicadores cuyo aumento se considera favorable luego de la

intervención, y como indicador de éxito de la misma, estos se contrastan en la tabla 42.

263
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 42
Prueba de los rangos con signo de Wilcoxon de pre-test y post-test para variables a incrementar
con la intervención
Rango Suma de
Escalas N promedio rangos Z Sig.
Post-test – Pre-test Rangos -2.043(b) .041
6* 4.75 28.50
Sentido de la vida negativos
Rangos
10** 10.75 107.50
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos -3.623(b) .000
0* .00 .00
Percepción de sentido negativos
Rangos
17** 9.00 153.00
positivos
Empates 0***
Post-test – Pre-test Rangos
11* 10.27 113.00
Experiencia de sentido negativos
Rangos -2.330(a) .020
5** 4.60 23.00
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos -1.607(b) .108
6* 6.17 37.00
Metas y tareas negativos
Rangos
10** 9.90 99.00
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos
8* 7.63 61.00
Dialéctica destino- negativos
libertad Rangos -.057(a) .955
7** 8.43 59.00
positivos
Empates 2***
Post-test – Pre-test Rangos -1.688(b) .091
5* 7.10 35.50
Autoestima negativos
Rangos
11** 9.14 100.50
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos -1.448(b) .148
4* 10.00 40.00
Calidad de vida negativos
Rangos
12** 8.00 96.00
positivos
Empates 1***
Post-test – Pre-test Rangos -.829(b) .407
7* 8.43 59.00
Salud mental negativos
Rangos
10** 9.40 94.00
positivos
Empates 0***
Post-test – Pre-test Rangos -1.397(b) .163
6* 6.83 41.00
Salud física negativos
Rangos
10** 9.50 95.00
positivos
Empates 1***
* Post-test < Pre-test**Post-test > Pre-test *** Post-test = Pre-test (a) rangos positivos (b) rangos
negativos.
264
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Se observa en la tabla 42 que el sentido de la vida mejoró en la mayoría de los casos

(n=10), mejorando la percepción de sentido en el total de las participantes (n=17), lo que sugiere

que este indicador estuvo trabajado directamente por el programa o que es susceptible de

intervenirse en esta población con este tipo de tratamiento. También mejora de manera favorable

la variable de sentido de la vida relacionada a metas y tareas (n=10), más no en la misma

proporción de mejoras en el grupo (n=5) la de experiencia de sentido y, mientras que dialéctica

destino libertad arroja que 7 participantes mejoraron en el post – test, 8 disminuyeron y 2

permanecen igual.

También en la tabla 42 se observa que la variable autoestima en la prueba de rangos con

signo de Wilcoxon, muestra incrementos en la mayoría de los casos (n=11), con algunos casos

(n=5) en los que la autoestima disminuyó y solo uno (n=1) en el que se mantiene igual. Así

mimo, observamos una proporción elevada de casos (n=12) en los que la calidad de vida mejoró,

apreciándose que proporciones similares se corresponde tanto para los componentes de salud

física como salud mental (ambos n=10).

Entre los incrementos de bienestar en la evaluación post – test, como hemos

mencionado, se aprecian en la tabla 42 para los puntajes transformados Z el contraste bilateral

asintótico a un .05 aumento del sentido de la vida que solo son estadísticamente significativos

los cambios en el post – test para sentido de la vida global, y su factor percepción de sentido. La

disminución en el factor de experiencia de sentido también fue significativa, pero el que aún así

la escala global de sentido de la vida aporte resultados significativos en la mejora post-test, no

cumpliéndose esto para una de sus factores, indica que en los casos en los que se logró

incrementar la variable, el cambió fue acusado.

265
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Finalmente, teniendo en cuenta el número de sesiones a las que asistieron las

participantes como cantidad de tratamiento recibido, se empleó la prueba de correlación de

Spearman sobre los resultados en post-test, sin que se encontraran asociaciones significativas

entre los puntajes y el número de sesiones a las que se asistiesen.

Sin embargo, el que no correlacione el número de sesiones a las que asisten las

participantes, teniendo esta variable como cantidad de tratamiento recibido, y, aún así se aprecien

mejoras estadísticamente significativas en variables como depresión y sentido de la vida, sugiere

que cada participante hizo un aprovechamiento del tratamiento en función de sus necesidades y

posibilidades de asistencia (estas últimas las analizamos en el siguiente apartado).

4.2.1.3. Evaluación procesual y análisis de contenidos.

A partir de la evaluación procesual, se aprecia coincidencia con algunos de los cambios

estadísticamente significativos y se obtiene información adicional de mejoras no evidenciadas en

la evaluación psicométrica. Así, una de los efectos estadísticamente significativos, como lo fue el

incremento en sentido de la vida, es coincidente con lo evaluado a través de registro

observacional a lo largo de las sesiones. Siendo una de las variables registradas con mayor

ascenso constante, como se aprecia en la figura 9.

266
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Figura 9. Medias grupales del registro observacional para las variables ansiedad, depresión y
sentido de la vida.

Aunque no significativos, los indicadores de TEPT que mostraron mayor disminución

son los de activación fisiológica, lo cual también es coincidente con el registro observacional que

se muestra en la figura 9 para ansiedad, que es una variable que se vincula con este tipo de

activación. Cabe destacar que en el registro observacional, las variables son puntuadas de manera

positiva, es decir el aumento de puntuación en síntomas patológicos indican que se aprecia

disminución.

267
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En relación a la ansiedad y su vinculación con los contenidos del programa, las

actividades de relajación dentro de las sesiones son las que más frecuentemente se evaluaron

como favorables por las participantes, como se aprecia más adelante en la tabla 44.

En cuanto a la disminución de la depresión, la otra mejora estadísticamente significativa,

también se aprecia coincidencia en la evaluación por registro observacional (figura 9). Así

mismo, el significado o la importancia de tratar este trastorno y disminuirlo en esta población, se

ejemplifica con los relatos de dos participantes del programa, sobre intentos e ideaciones suicidas

motivados por la situación de violencia de pareja:

- Participante16: “cuando cogí la depresión hice esa locura que hice, me pregunté cómo llegué a

aquel momento, porque caí en la depresión y fue psiquiatras y psicólogos y yo tenía 19 años, fue

después de casarme justo, me casé y me daban pastillas y empecé ahí que me dejaban como un

zombi, tonta, pero me alegraban, porque total no pensaba nada y andaba por casa ahí y a mi

bola y ni tenía a las niñas ni nada y un día que tuve problemas con ese personaje y en el

momento que me tocaba tomarme la pastilla, me tomé el bote…me hicieron un lavado de

estómago… A veces las situaciones que me hace vivir el padre de las niñas me pregunto ¿lo

volvería a hacer?, a veces me pregunto si dejo a las niñas con mis padres y me saco del medio,

porque las que me hace yo no aguanto…pero pienso que no puedo por mis hijas, porque con

quién quedarían, ¿con mi familia que son todos unos desgraciados?, ¿con el padre que es más

desgraciado?”.

- Participante 13: “Tomé la decisión de seguir adelante, porque ya tenía todo preparado todo

para suicidarme, pero luego pensé en mi hijo y con quién se quedaba”.

268
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

La participante 16 tenía depresión grave en el pre-test y sin diagnóstico de depresión en

el post-test, en el que solo obtuvo 1 punto en el BDI-II. La participante 13 con diagnóstico de

depresión moderada en pre-test obtuvo diagnóstico de depresión leve en post- test.

Considerando la perspectiva de intervención desde la investigación participante, los

grupos focales o grupos de discusión al final de las sesiones y el análisis de sus contenidos nos

indican que las expectativas del grupo, manifestadas en la primera sesión y analizadas en

categorías, se refieren a:

 Deseo de encontrar un espacio de auto-cuidado y para el desarrollo personal.

 Desarrollo de la autoconsciencia, soporte afectivo y social.

 Posibilidad de expresarse y ser escuchadas.

A continuación se añaden como ejemplo algunos de los relatos de demanda terapéutica

que dan lugar a estas categorías:

- Participante 11: “que dedicamos para nuestros hijos a nuestro entorno nosotras siempre somos

las últimas. Hiciste siempre todo por los demás, siempre preocupándote por los demás y ¿tú al

final qué?”. Este relato nos aporta información coincidente con los altos puntajes del grupo en

sexismo benévolo, en el pre- test, ya que refiere un rol femenino de cuidadora de los demás de

manera sacrificada, obviando sus propias necesidades en una relación no equitativa.

- Participante16: “me cuesta, como no tengo a quien contarle mis cosas, me cuesta, yo estoy

sola, no tengo apoyo de nadie y todo me lo como yo sola y llego aquí y me cuesta abrirme.

Participante 12, le responde: a partir de ahora vas a tener a alguien, todas tenemos un punto en

común”. Enlazado con el relato anterior que manifiesta la necesidad de un espacio para el

desarrollo personal, la demanda terapéutica y la expectativa parecen orientarse a que las

269
Maria Luisa Mondolfi Miguel

relaciones interpersonales en el grupo brinden la comprensión y faciliten la auto comprensión de

sus vivencias de maltrato y opresión.

-Participante 8: “yo creo que todo esto está muy bien porque el día a día, muchas veces, nos

olvidamos, no somos conscientes de lo que hacemos, entonces son momentos que tienes para

darte cuenta y para concentrarte y ver si camino mal por qué lo hago, se trata no de pensar en

el por qué y en el pasado, el por qué camino así es pasado y punto, lo que hay que pensar es

darme cuenta, si camino mal, qué puedo hacer para mejorar, pero para eso tienes que encontrar

una motivación, para que ese cambio se pueda producir y la única motivación eres tú misma”.

Este último relato ejemplifica la demanda terapéutica hacia el desarrollo de autoconsciencia, que

en este caso incluye la consciencia corporal y la consciencia de las propias acciones cotidianas;

así como a la necesidad de obtener en el proceso una motivación para el cambio, que es

coincidente con lo que evaluamos cuantitativamente como sentido de la vida y que en el pre-test

(tabla 40) antes de iniciar la intervención, la media grupal es baja.

Para entender específicamente los contenidos relacionados a estas variables que han

mejorado tras la intervención y cómo se desarrollaron estas expectativas iniciales durante el

proceso, se han analizado las frecuencias de las categorías del análisis de contenido de los relatos

en los grupos de discusión celebrados al final de las siguientes sesiones que se muestran en la

tabla 43 y se analizan a continuación.

270
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 43
Categorías y sub-categorías de análisis de contenido de evaluación participante
Categorías Sub-categorias Contenidos F
Ansiedad Valoraciones positivas - Valoran la relajación positivamente, 9
de la relajación especialmente la relajación guiada con
música.
- Valoran como útil para contracturas
musculares, jaquecas, relajación mental
por medio de la visualización y
respiración.
- La relajación como uno de los
elementos del programa que más les
ayudó y que les generó mejoras
progresivas.
Incorporación de las - Mencionan el promover estas
prácticas de relajación prácticas fuera de la sesión. 3
en sus rutinas diarias
Dificultades para Consciencia de sus dificultades para 1
relajarse relajarse.
Total 13
Depresión -Mejoras en el estado de ánimo,
espacio en el que se ríen y distraen.
-Incremento de energía física 4
Comunicación Verbal: - Consciencia de dificultades para
hablar. 2
- Mejoras en dificultades.
No verbal: - Dificultades, consciencia, poco
empleo del contacto físico y del cuerpo 3
para expresarse.
Total 5
Autoestima - Pensamientos positivos sobre sí
mismas, autoconfianza.
-Pérdida de la vergüenza e inseguridad
para expresarse. 3
TEPT y trauma Elaboración Trauma Catarsis: el poder hablar en un grupo
psíquico donde entienden sus vivencias, tener
alguien que les escuche y poder 5
exteriorizar.
Comprensión del ciclo de Sobre manipulación psicológica y
violencia y estereotipos control en las relaciones de pareja con
sexistas maltrato, de la dificultad para separarse
y el incremento de la violencia. 2
Total 7
Consciencia/Sentido - Autoconsciencia: emociones,
de la vida afrontamiento de separación.

271
Maria Luisa Mondolfi Miguel

- Dramatización, medios de expresión


por el drama.
- Sentimientos de auto -realización.
- Pérdida del miedo a la muerte.
- Sobreponerse a las dificultades e
incorporar las experiencias.
- Empatía.
- Comprensión de las emociones. 9
Valor de la - Apoyo socio- afectivo.
experiencia - Comprensión de su propia situación
grupal por medio de las experiencias ajenas.
- Sentirse comprendidas. 8

Cómo podemos comprobar en la tabla 43 la relajación que es una de las actividades con

mayor valoración positiva, también es una de las actividades que se realizó en todas las sesiones

del programa y antes de las discusiones, por lo que los efectos de frecuencia en las sesiones y

efecto reciente del contenido en el recuerdo pueden explicar su mayor aparición en los relatos,

entre los que pueden ser ilustrativos los siguientes:

- Participante 14/ Sesión 2:” a mí se me quitó el dolor de cabeza, siguiéndote las instrucciones”.

- Participante 3:” yo estoy muy contracturada últimamente y me solté, necesitaba estirarme

(sesión 4)… Yo cada vez mejor, y ahora me he relajado mucho, me he quedado a gusto”

(sesión12). Este relato y el anterior además de beneficios para el manejo de la ansiedad, sugieren

mejoras en salud físico.

- Participante 16/ sesión 8:” yo estaba en mi mundo ya, yo iba allí. Yo estaba pensando, estaba

allí en mi mundo en el mundo de tranquilidad que tengo cuando no tengo preocupación, ahí”.

Participante que tuvo ataque de pánico durante la segunda sesión, a la que se le realizó

intervención en crisis mediante relajación guiada. Esta participante es una de las que tenía TEPT

en la evaluación pre-test y sin criterios diagnósticos para el mismo en el post-test.

- Participante 1: “a mi sola me cuesta, pero así siguiéndote a ti (relajación guiada) no sé si notas

cómo llegué y cómo me voy, yo voy a intentar hacerlo en mi casa (sesión2)…El otro día ya lo
272
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

dije, pero hoy ya me voy más relajada... la verdad es como si me sacaras el agobio… Me gustó

también porque me hace ver el sitio, lo veo y quiero entrar” (sesiones 3 y 9, refiriéndose a

relajación guiada)…”A mi encanta esto, me siento nueva… es que normalmente me hago dolor

porque me quedo rígida” (sesión 10). “Lo de la relajación para mí fue lo mejor, la verdad”

(sesión 19) “la respiración: buenísima; de eso necesito más, deberías hacer un curso solo de

eso” (sesión 20). Cabe destacar que esta participante era asmática y fumadora, y tenía

dificultades importantes para respirar costo- diafragmáticamente y elevados niveles de ansiedad

y desconfianza en las sesiones iniciales.

Los anteriores relatos también sugieren mejoras en la calidad de vida; tanto en la salud

física como en la mental, aunque los resultados estadísticos para esta variable no hayan sido

significativos.

Para ejemplificar la evolución de los efectos de la relajación en el programa se muestra

en la figura 10, el proceso evolutivo en la variable ansiedad en este caso, según el registro

observacional de la terapeuta para contrastarlo con la valoración de los relatos de la participante.

Figura 10. Registro observacional de indicadores de ansiedad de una participante.

273
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En la figura 10 se aprecia la evolución del manejo de la ansiedad de la participante 1, con

las fluctuaciones esperables en cualquier proceso terapéutico y se reflejan las inasistencias a las

sesiones.

En relación a la categoría depresión en la tabla 43 que como hemos señalado obtiene

diferencias estadísticamente significativas, las participantes describen su proceso de mejora en el

programa sobre todo haciendo referencia al humor y al incremento de la energía física como

refiere una participante de su sensación al salir de las sesiones: “llego a casa muy bien, el otro

día me fui y cuando llegué a casa me dijeron, pero qué risueña vienes (participante12/sesión 3),

“Te vas de aquí con más energía” (participante 12/sesión 4).

-Participante12: “yo llego a casa muy bien, el otro día me fui y cuando llegué a casa me dijeron,

pero qué risueña vienes” (sesión3), “te vas de aquí con más energía” (sesión 4).

Sobre la variable comunicación, algunos de las valoraciones de las participantes se

refieren a sus habilidades de comunicación oral, la consciencia de sus dificultades en esta

habilidad, y sus mejoras en el proceso, como se aprecia:

- Participante7/sesión 4: “yo me siento más cómoda hoy que somos poquitas, me siento más

cómoda para hablar, porque a mí me cuesta hablar en público”.

- Participante 3/ sesión 19:” cada día es una experiencia nueva, aunque sea de lo que contamos

cada día es algo nuevo y yo he perdido desde que empezó, y lo veo ahora como resumen de todo

el curso desde que empezamos, he perdido el, antes tenía más corte para hablar y ahora pues me

intimido menos, hablo más”.

En cuanto a la comunicación no verbal y expresión corporal, las participantes describen

dificultades, que también fueron corroboradas en la observación, pues en las actividades

mostraban reticencia para la expresión corporal y se debían aportar múltiples claves

274
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

instruccionales y alternativas (como cambiar los ritmos de música, bajar la luz, indicar que

trabajasen en parejas) en los ejercicios para que lograsen implicarse. En sus relatos expresan lo

siguiente:

- Participante 2/sesión10: “a veces quieres pero no eres capaz, a mí me gusta la música, pero no

soy capaz, me voy a casa y me pregunto por qué no soy capaz, debe ser que estoy pendiente de la

que está adelante y de la que está detrás”.

- Participante10:” yo creo que entre nosotras lo que nos hace falta es más el contacto físico”

(sesión 2), “a mí me vino muy bien interactuar con el resto, simplemente interactuar con el

cuerpo me cuesta, me ayudó cuando bajaste la luz, también teniendo en cuenta la vergüenza de

interactuar solo con el cuerpo” (sesión 5).

En cuanto a los pensamientos positivos sobre sí mismas en la mejora de autoestima y el

establecimiento de propósitos o sentido de la vida, vinculados al programa, se puede ilustrar con

relatos como el siguiente:

Participante 3/ sesión 16: “es que no te pongas pensamientos limitantes, es que tú puedes, porque

eres la dueña de tu situación”.

Así mismo, la autoestima se mejora en el programa por medio del desarrollo de

autoconfianza y pérdida de la vergüenza o recuperación de la espontaneidad, de acuerdo a la

interpretación de relatos de las participantes, como el siguiente:

Participante 4 / sesión 4: “yo me noto más abierta, no me importa tanto que me puedan ver”.

- Participante 10 / sesión 5: al principio me costaba más por si me miraban, pero ahora me va

siendo más fácil.

Los dos relatos anteriores hacen referencia a ganancias en la confianza en sí mismas y no

dependencia de la aprobación exterior. Este fue uno de los indicadores incluidos en el registro

275
Maria Luisa Mondolfi Miguel

observacional (anexo C) dentro de la variable autoestima, cuya gráfica se muestra en la figura

11, ya que lo consideramos importante en esta población para lograr el empoderamiento y

romper la dependencia que las haga más proclives a la victimización de género.

Sobre el poder hablar o la catarsis como medio de mejora terapéutica, las manifestantes

refieren relatos como los siguientes:

- Participante 1 / sesión 8: “me relajó bastante porque eso es una cosa que yo llevo conmigo yo

sola, sin familia ni nada y no tengo a quien contárselo, pero me hizo bien contárselo a alguien,

soltarlo, es como una cosa, como un peso que me saqué de encima…que me cuesta porque soy

muy cerradita, muy cortada, muy, me cuesta, entonces a los pocos, aún me queda tiempo”. Hace

referencia a un ejercicio de escenificación que relacionó con su vida y experiencias personales.

- Participante 3/Sesión 15: “viene bien, yo creo que es una vía de escape, el hablar”.

Estas valoraciones positivas de las participantes que también hacen referencia a mejoras

en las habilidades de comunicación e interacción coinciden con la observación de la terapeuta y

las medias grupales que se muestran en la figura 11.

276
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Figura 11. Medias grupales del registro observacional en interacción, habilidades


comunicacionales, consciencia y autoestima.

A nivel de habilidades de comunicación, tanto verbal como de expresión corporal, a

partir de la figura 11, apreciamos una mejora progresiva en el grupo, que es contrastada por la

evaluación participante de la terapeuta- facilitadora y del grupo a lo largo de las discusiones de

cierre de cada sesión y la discusión final de cierre del proceso terapéutico.

También se aprecia en la figura 11 un desarrollo paulatino de consciencia, que incluye

tanto la consciencia corporal o la habilidad de contactar con las condiciones físicas de malestar o

autorregulación (respiración, postura) e incrementar las posibilidades expresivas del propio

cuerpo en la dramatización; como el aumento en las competencias de comprensión cognitiva de


277
Maria Luisa Mondolfi Miguel

las dinámicas intra e inter personales de sus vidas cotidianas y el ser capaces de relacionar los

contenidos de las sesiones con estas vivencias.

De este modo, paralelo al proceso de expresión catártica, parece darse un proceso de

elaboración del trauma relacionado a la violencia, y que no queda en la simple exteriorización y

recuerdo de la experiencia lo cual coincide con el registro observacional de la figura 5 para la

variable consciencia y su aumento progresivo en las sesiones. Mientras que la auto observación

de las participantes en sus reflexiones finales sugiere comprensión del ciclo de la violencia y

reducción de síntomas de reexperimentación vinculados al trauma:

- Participante 12 / sesión 8: él me dice el otro día que recibí tu mensaje: ¿y por qué vas a ir si tú

ahora estás bien?, y le dije, voy a ir como tú vas al gimnasio y lo estaba viendo a ver cómo va a

reaccionar, porque ellos tienen ciclos y yo lo observo, porque cuando llegue el momento, que

llegue, pero aún no ha llegado (alusión que suele hacer a su posible separación)…Yo desde que

empecé aquí, a mí me ayudó bastante, porque yo lloraba, porque me costaba olvidar eso, ya no

me viene ni la imagen ni nada, yo vengo y me daría mucha pena si tuviera que dejar de venir.

Así mismo otros relatos, como el que se cita a continuación, sugieren la elaboración a

través de procesos más simbólicos, que condicen a al desarrollo de lo que hemos categorizado

como autoconsciencia y sentido de la vida en la tabla 43, en el caso citado el proceso se da por

medio de la expresión corporal:

- Participante 3 / sesión 18: yo hice una comparativa con las cosas cotidianas, con las cosas de

la vida, con lo que puede ser el día a día, la tempestad, momentos de nervios en la vida,

momentos en que hay un roce, un golpe, en que se rompe algo, que no puede volverse a pegar,

que a veces la mejor solución es la separación, en ese caso lo hicimos y además algo que puede

conllevar seguido del matrimonio, pensar lo de la novia y luego lo pasábamos bien, todo eso de

278
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

repente descubríamos cosas nuevas: el viento que parecía un parapente, que creí que hasta

rompía por el medio en algún momento: la aventura en la vida, eh yo hasta bailé un poquito con

ello, pues sonreímos un poco, rompimos un trocito más de que también puede haber roces en la

vida pero luego seguimos, lo colocamos en su sitio y todo puede volver a la normalidad si

queremos y esa es mi historia sigo pensando que la vida, que todo se aprende desde pequeño y

que la conducta emocional cómo la puedes aprender y te das cuenta como estas cosas te

enseñan esas cosas sensibles, cómo una cosa y otra te distraen igual y cómo te ayudan a

resolver cosas en la vida y cómo la mente que no la utilizabas, la utilizas, yo le saco hoy en día

tanto partido a lo más insignificante...los niños tienen que ser ante todo a ser felices, es lo que

hay que aprender en la vida.

El relato anterior ilustra un proceso que refiere como una experiencia estética y de

corporalización conlleva a la elaboración psíquica sobre cómo sobreponerse a dificultades e

incorporar aprendizaje de las experiencias, a la recuperación de espontaneidad y sentido lúdico,

pues se trata de una actividad en la que las participantes bailaban ondeando un cobertor plástico

al ritmo de música y sonidos ambientales de la naturaleza.

La misma participante en la sesión final hace la siguiente reflexión sobre el proceso:” a

mí me llegaste en el momento justo, esto me vino como anillo al dedo, porque me hiciste ver

muchas cosas y me sirvió un montón para tomarla decisión que tenía que tomar y hacer lo que

tenía que hacer a lo mejor hace mucho tiempo, pero que este era el momento y me llegaste justo

a tiempo”. Hace referencia a proceso de divorcio que inició durante el programa.

Finalmente, una de las expectativas iniciales de las participantes del programa, que

refería al soporte socio- afectivo, coincide en su desarrollo positivo con el registro observacional

mostrado en la figura 11 para la variable la interacción social y vinculación afectiva; lo cual

279
Maria Luisa Mondolfi Miguel

también fue uno de los procesos mejor valorados como beneficioso por parte de las participantes

en los grupos de discusión. De este modo parece cumplirse satisfactoriamente, la demanda

inicial, al menos para algunas de las participantes, que lo manifiestan verbalmente:

- Participante11 / sesión 2: “yo si me dejo paso el día llorando, pero salgo, trato de distraerme,

este fin de semana salí con estas (señala a las compañeras), qué amigas he hecho, más

enrolladas”.

- Participante 3 / sesión 12: “os voy a echar de menos cuando se termine”.

Los anteriores relatos se corroboraron además de en el registro observacional en la

observación participante, donde las participantes, que se conocieron a partir del taller, tenían un

ambiente de camaradería y compañerismo que llevaban fuera de las sesiones, pues solían

visitarse cuando alguna estaba enferma, llamarse si una no iba a las sesiones y mantenían

contacto, lo cual en sí se puede considerar un logro de la experiencia, para una población que

generalmente ha sido aislada de los contactos sociales.

Otros relatos hacen alusión al estar en contacto con otras mujeres que también han

padecido violencia de pareja como una experiencia que les permite sentirse más cómodas para

trabajar esa temática y les facilita aprender de las estrategias de afrontamiento y experiencias de

las demás:

- Participante 3 / sesión 6: “es que viene muy bien, aunque sea para el sentido común, el hilar y

ver otras perspectivas”.

- Participante1:” la autoestima, yo noto que lo mejor es hablar, pero eso sí no se lo cuentes a

alguien que no lo vivió, porque no te cree, pero alguien que pasara por lo mínimo y vas y se lo

cuentas y notas como esa persona necesita de ti, que al mismo tiempo ella te ayuda a ti y tú la

ayudas a ella, porque entiende lo que le estás diciendo” (sesión 9)”…a mí ver estas cosas es lo

280
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

que me hace volver a estar y el grupo me ayudó muchísimo “(sesión 19) “… ver a las soluciones,

ver allí a mi amiga con sus problemas y siempre una sonrisa en la boca, nos ayudamos entre

todas” (sesión 20).

- Participante 8 / sesión20: “yo creo que está bien porque lo que haces es un espacio para

hablar, para comentar un poco lo que nos podría haber estado pasando y al aportar cada una su

experiencia son diferentes enfoques y puedes gracias a eso buscar alternativas y pensar en

nuevas situaciones que puedan solucionar esa circunstancia, por lo que yo lo veo bien, aunque

no sea una solución inmediata, porque no hay solución inmediata, se trata de ir haciendo lo tuyo

y de ir gestionando esas emocione”.

Así mismo; dentro de las expectativas del grupo, entre las que se incluye a la terapeuta

como investigadora participante, uno de los acuerdos terapéuticos iniciales estaba referido a la

asistencia regular y puntual a las sesiones. Sin embargo, la asistencia al programa por parte de las

participantes fue irregular, con una media de asistencia a 7 sesiones de las 20 del programa, con

un mínimo de asistencia a 2 sesiones y un máximo de 16, de las 17 participantes ninguna asistió

a la totalidad de las sesiones.

En vista de que la asistencia es polimodal, se aprecia mejor el porcentaje de participantes

por número de sesiones en la figura 12.

281
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Figura 12. Porcentaje de asistencia a las sesiones.

La inasistencia o asistencia irregular fue una variable que afectó el desarrollo de las

actividades diseñadas, ya que muchas veces debían ser adaptadas durante las sesiones para

realizarse con menos participantes de las previstas, lo cual es algo que suele ocurrir en las

sesiones grupales de dramaterapia, por lo que las actividades se diseñan de manera flexible. Sin

embargo, la fluctuación de la asistencia fue vivida por las participantes como una situación que

desmejoraba el desempeño grupal y motivación, como lo recogen sus valoraciones:

-Participante 1/sesión 12: “todas las que lo fueron dejando y no avisaron ocuparon una plaza de

alguien que lo necesitaba, para mi esas personas no tienen dos dedos de frente”.

-Participante 6/sesión 17: “lo que pasa es que al ser tan poquitas, vienen tan poquitas que era

mejor si fuéramos más, si vienen más una se anima más”.

282
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Entre los motivos de inasistencia, algunas participantes señalan la disponibilidad de

tiempo, como refiere una participante:

-Participante 5/sesión 20: “me hubiese gustado poder participar más, pero por motivos de

tiempo y supongo que eso le pasó también a varias, por eso me gustaría que se plantearan más

actividades como esta porque me quedé con las ganas de poder seguir haciendo más”.

Durante la implementación del programa también se pudo contrastar que las estrategias

de aislamiento y control de los agresores jugaron en detrimento de la asistencia regular a las

sesiones, ya que en una ocasión una participante llegó llorando y en evidente estado de temor y

angustia, ya que su pareja, de quien se estaba separando, la había seguido en el coche durante

todo el trayecto.

En otra ocasión, una participante refirió que su pareja, de quien también se estaba

separando, le dijo que la había seguido y describió el centro donde se realizaban las sesiones y

las personas que entraron y salieron del mismo, acusándola de formar parte de “una secta”.

Ambas participantes continuaron en el programa, y forman parte de la muestra con la que se

evaluó el mismo.

Adicionalmente el registro observacional reflejan incidencias de dinámicas

interpersonales que escapan a la evaluación psicométrica, pero que coinciden con lo manifestado

en la evaluación participante sobre cómo las fluctuaciones en la asistencia afectaban el

desenvolvimiento grupal. Así si observamos las figuras 9 y 11 en ambas se observa un descenso

grupal en la mayoría de las variables en la sesión 11, que es uno de los momentos en los que

disminuye la frecuencia de asistencia de muchas participantes. Luego del descenso en la

asistencia a partir de la sesión 11 se reinicia la consolidación del rapport entre las asistentes más

habituales y en la última sesión (20) se aprecia un descenso que coincide con la asistencia de

283
Maria Luisa Mondolfi Miguel

participantes que habían dejado de ir a las sesiones y asisten a esa última sesión para la

evaluación post-test y cierre del proceso, lo cual supone un reajuste del grupo para esa actividad

de cierre y el que varias de las participantes manifestaran sus motivos personales para no haber

asistido, aunado al proceso de duelo que suponía la disolución del grupo.

4.2.2. Variables asociadas al apego y abandono del tratamiento (n=25).

Al comparar al grupo de participantes que permanecieron asistiendo al programa (n=17)

con aquellas que lo abandonaron de manera temprana (n=8), una de las variables que resulta

significativa es el tipo de violencia que padecían al momento de la evaluación con pre- test (la

única completada por el segundo grupo de n=8). Como se menciona en la descripción de la

muestra total (n=40), la adición de tipos de violencia es acumulativa a medida que aumentan el

tiempo de convivencia con el agresor.

Como se aprecia en la tabla 44 todas las mujeres que abandonaron el programa estaban

padeciendo o habían padecido los tres tipos de violencia en relaciones de pareja, lo que sugiere

mayor gravedad de las agresiones en las que abandonaron el programa prontamente, con respecto

a las que lo completaron.

284
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 44
Tabla de contingencia entre los tipos de violencia padecida por las mujeres que completan y las
que abandonan el programa
Permanencia Total
Tipo de violencia Completa el programa Abandona el programa
Psicológica 7 0 7
41.2% .0% 28.0%
Física y psicológica 6 0 6
35.3% .0% 24.0%
Física, psicológica y sexual 4 8 12
23.5% 100% 48%
Total 17 8 25
100.0% 100.0% 100.0%

Al estimar el efecto de los tipos de violencia en el abandono o adhesión al tratamiento,

con prueba Chi cuadrado de Pearson, cuyos resultados se detallan en la tabla 45 se evidencia una

asociación significativa entre la presencia de los tres tipos de violencia (física, psicológica y

sexual), que podemos entender como mayor gravedad de la violencia padecida, como variable

asociada al abandono temprano del tratamiento en las víctimas.

Tabla 45
Pruebas de chi-cuadrado entre los tipos de violencia padecida por las mujeres que completan y
las que abandonan el programa
Tipos de violencia de pareja Total Completa el programa Abandona el programa p
N=25 N=17 N=8
N % N % N % .009
Violencia psicológica 7 28.0% 7 41.2% 0 .0%
Violencia física y psicológica 7 28.0% 6 35.3% 1 12.5%
Física, psicológica y sexual 11 44.0% 4 23.5% 7 87.5%

Estos factores relacionados a la violencia y mecanismos de control del maltratador,

influyeron en el abandono del tratamiento. En uno de los casos, con una participante se pudo

constatar que el mismo estuvo relacionado a la situación de violencia y control ejercido por el

285
Maria Luisa Mondolfi Miguel

esposo y el hijo, ya que ambos eran maltratadores de la participante; el hijo (adulto) ejercía

violencia física hacia ella y el esposo ejercía los tres tipos de violencia (física, psicológica y

sexual) que estadísticamente se aprecian como asociados al abandono del tratamiento. Esta

participante, al dejar de asistir a las sesiones fue contactada por vía telefónica y atendió diciendo

que debía colgar rápido para que no descubrieran que estaba hablando, refirió que no podía

seguir asistiendo porque su esposo e hijo no le querían dejar dinero para el combustible del coche

y le controlaban las salidas de casa. La situación fue notificada al CIM y consejería de igualdad

del ayuntamiento, quienes atendían el caso.

En cuanto a los antecedentes de maltrato infantil, se aprecia en la figura 13 que todas las

participantes que abandonaron el programa tienen algún tipo de antecedente de maltrato en la

infancia; 2 de ellas presenciaron violencia intrafamiliar en la infancia y 6 padecieron abusos

físicos. Aunque 6 de las participantes que completaron el programa también tienen diversos

antecedentes de maltrato infantil, incluido abuso sexual en 2 de los casos, presenciar violencia

intrafamiliar en 1 de los casos y en 3 casos presenciar violencia aunado a padecer maltrato físico

en la infancia.

286
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Figura 13. Antecedentes de maltrato en la infancia y adhesión al programa.

Aunque se encuentren antecedentes de maltrato en la infancia en algunas de las

participantes con adhesión al programa, el que todas las que abandonen de manera temprana

posean este tipo de antecedentes convierte a la variable en estadísticamente significativa con 5

grados de libertad, tal como se evidencia en la tabla 46.

287
Maria Luisa Mondolfi Miguel

Tabla 46
Pruebas de Chi-cuadrado entre los antecedentes de maltrato infantil de las mujeres que
completan y las que abandonan el programa
Total Completa el Abandona el p
Maltrato en la infancia programa programa
N=25 N=17 N=8
N % N % N %
Sin maltrato 11 44.0% 11 64.7% 0 .0%
Maltrato físico 6 24.0% 0 .0% 6 75.0% .000
Abuso sexual 2 8.0% 2 11.8% 0 .0%
Presenciar violencia 3 12.0% 1 5.9% 2 25.0%

Físico psicológico y presenciar 3 12.0% 3 17.6% 0 .0%


violencia

Finalmente hemos encontrado que algunas variables psicológicas evaluadas en el pre- test

se asocian significativamente con el mayor apego al programa. Al analizar los resultados de las

participantes que permanecen y las que abandonan el programa, por medio de U- Man Whitney y

Wilcoxon, como se muestra en la tabla 47.

288
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

Tabla 47
Estadísticos de contraste para variables psicológicas en función de permanencia- abandono del
programa
U de Mann-Whitney Z Sig. asintót. Sig. exacta
Escalas (bilateral) (unilateral)*
Escala total TEPT 53.000 -.875 .381 .406

Activación TEPT 30.500 -2.196 .028 .027

Evitación TEPT 47.500 -1.197 .231 .238

Re- experimentación TEPT 27.500 -2.373 .018 .016

Depresión 56.500 -.672 .502 .511

Sentido de la vida .000 -3.963 .000 .000

Percepción de sentido 44.000 -1.401 .161 .175

Experiencia de sentido 36.500 -1.837 .066 .066

Metas y tareas .500 -3.938 .000 .798

Dialéctica destino-libertad 63.000 -.294 .769 .798

Autoestima 47.000 -1.227 .220 .238

Calidad de vida 44.000 -1.398 .162 .175

Salud mental 40.000 -1.632 .103 .110

Salud física 52.000 -.932 .351 .374

Sexismo ambivalente 11.000 -3.321 .001 .000

Sexismo benévolo 36.000 -1.867 .062 .066

Sexismo hostil 18.000 -2.922 .003 .002

*No corregidos para los empates.

A partir de los datos de la tabla 47, teniendo en cuanta que las variables han sido

agrupadas en función de la permanencia en el programa y no del abandono, los puntajes Z nos

indican que son significativos al .05 ó menos para permanecer en el programa los siguientes

289
Maria Luisa Mondolfi Miguel

criterios: menores niveles iniciales de sexismo ambivalente, menor puntaje global en sentido de

la vida (mayor desesperanza), especialmente en la sub-escala de metas y tareas; así como

menores indicadores de activación fisiológica y de síntomas de re- experimentación en TEPT. Si

tenemos en cuenta que para estas variables estadísticamente significativas, los puntajes Z son

negativos, entendemos que las que permanecieron en el programa (variable de agrupación)

tenían menores puntajes en ellas que las que abandonaron el tratamiento.

Lo anterior parece indicar que las participantes con mayor adhesión al tratamiento son

aquellas con menos estereotipos sexistas contra su propio género (específicamente de tipo

hostil), lo que podría favorecer mayor facilidad para evaluar positivamente a otras mujeres y

entablar relación terapéutica con el grupo y la terapeuta, sumado sensación de pérdida de sentido

en sus metas vitales, a lo que el programa podría suponer una posibilidad de reencontrar este

sentido.

Por otra parte el tener una elevada activación fisiológica y constante reexperimentación

puede ser una condición que les haga rechazar la situación de terapia grupal en un contexto que

saben que la condición común con las demás participantes es haber padecido violencia de

género. Esto se confirma en una de las participantes que si bien permaneció en el programa, tuvo

poca asistencia a las sesiones y explica esta situación en la evaluación de la experiencia:

-Participante 9 / sesión 20: “a mí en general lo que vine bien, a mí me trajo muchos recuerdos,

me dolió mucho, entonces tuve que apartarlo porque no fui capaz, a ver que está muy bien y sí

que aporta cosas muy positivas, pero personalmente no pude porque si no, no tiraba para

adelante.” (Se le pregunta qué recomendaciones hace para que en casos como el suyo alguien

pueda sentirse más a gusto en la actividad o qué habría cambiado en el formato del programa

para que le fuese más acorde a sus necesidades) “Tal vez en ese momento porque estaba muy

290
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

reciente a mí me dolió y tuve que apartarme porque si no, no seguía con mis hijos. Yo también

soy una persona muy tímida, a mí me cuesta expresarme y lo guardo todo muy dentro y creo que

se me juntó todo, el estar tanto tiempo en esa circunstancia y creo que se me juntó todo”.

Cabe mencionar entre los antecedentes de esta participante el que es una de las que no

reconocía victimización por violencia de pareja ni en el pre-test ni en el post-test, aún cuando

estuvo en la casa de acogida para mujeres maltratadas junto a sus hijos. Esta participante también

refiere haber presenciado violencia de pareja hacia su madre en la infancia y al momento de

iniciar el programa, llevaba 7 meses asistiendo a terapia individual. Mostró criterios para

diagnóstico de TEPT tanto en el pre-test como en el post-test, por lo que el rechazo de los

recuerdos descrito en su relato puede coincidir con la re- experimentación del trauma presente en

este diagnóstico.

291
Maria Luisa Mondolfi Miguel

292
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

5. Discusiones y Recomendaciones

5.1. Perfil Psico-Social De Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Galicia

El perfil de las mujeres en la muestra estudiada se caracteriza por una edad variable, entre

21 y 60 años, lo cual coincide con el rango de edad donde se concentra el mayor porcentaje de

población femenina en Galicia.

La mayoría de las mujeres en la muestra se encuentra desempleada y no posee una

formación académica que le acredite para la búsqueda de empleo. Los datos de la población, del

Instituto Gallego de Estadística e Instituto Nacional de Estadística (2015a) también refieren un

42.2% de mujeres en Galicia con bajo nivel educativo y una tasa de paro del 20%; sin embargo,

en nuestra muestra no se cumplen los indicadores educativos altos, en los que 35.8% de la

población femenina gallega tiene estudios de tercer ciclo y también en la muestra el paro excede

el de la población, al alcanzar un 57%.

Por lo tanto, los indicadores de edad y nivel educativo no alejan a nuestra muestra de las

características de la población; salvo en el nivel educativo de tercer ciclo y la mayor tasa de

desempleo, por lo que podemos considerar estas características como distintivas de la condición

de víctimas de violencia de género. Posiblemente la situación de maltrato haya incidido

negativamente en su formación profesional y vida laboral; o bien que sean estas condiciones las

que las coloquen en una situación de mayor vulnerabilidad a la violencia de pareja y su duración,

con respecto al resto de la población, pues todas las mujeres en la muestra han padecido

violencia de pareja en las que la situación de maltrato puede durar más de 10 años.

Esta mayor deprivación socioeconómica en la muestra, coincide con los resultados de

Labrador et al. (2011) sobre características sociodemográficas especialmente desfavorables en

las víctimas de violencia de género en la Comunidad Autónoma de Madrid.

293
Maria Luisa Mondolfi Miguel

En cuanto a estado civil y situación familiar, la mayoría de las mujeres en la muestra son

divorciadas y madres, y refieren la deprivación socioeconómica y la violencia de pareja como

factores que afectan la crianza y desarrollo de sus hijos e hijas.

Se refiere violencia psicológica de pareja en todos los casos y, en la mayoría de ellos

también violencia física y sexual. Esto concuerda con la descripción de Lagdon et al. (2014)

quienes señalan que es poco usual que ocurra un solo tipo de violencia en las relaciones de pareja

con un hombre maltratador.

En cuanto a las variables psicológicas, se obtienen medias muestrales coincidentes con

criterios diagnósticos de TEPT y depresión, la prevalencia de estos trastornos en la muestra es de

80 y 82.5% de los casos. Esta alta prevalencia de TEPT y depresión concuerda con estudios

previos en mujeres víctimas de violencia de pareja (Chang et al., 2015; Crespo & Arinero, 2010;

Lianne et al., 2016; Ersoy & Yildiz, 2011; Da Fonseca et al., 2011; Wright et al., 2015).

Las participantes vinculan estos padecimientos de depresión y TEPT a la violencia de

pareja y atribuyen la gravedad y cronicidad de sus síntomas al no poder evitar el contacto con sus

agresores, quienes siguen acosándolas, por medio de la custodia compartida de los hijos e

incluso, incumpliendo medidas legales de orden de alejamiento.

Adicionalmente, en la muestra se obtienen indicadores de altos niveles de sexismo, baja

autoestima y pobre sentido de la vida, así como baja calidad de vida autopercibida, tanto en el

área mental como física.

En cuanto a la relación entre estos síntomas y trastornos, tenemos que en la muestra la

autoestima más baja se relaciona con niveles más severos de depresión y TEPT en las subescalas

de activación y evitación. Torres et al. (2013) encontraron resultados similares y aparentemente

294
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

es la depresión la que genera pérdida de la autoestima, autoinculpación, retraimiento, culpa y

actitud pasiva en esta población.

Las sub-escalas de evitación y activación que se asocian con baja autoestima en nuestra

muestra son las más vinculadas a síntomas de ansiedad en el TEPT, aún cuando los criterios

diagnósticos actuales (American Psychiatric Association, 2013) han retirado este trastorno de la

categoría de trastornos de ansiedad, los ítems de las subescalas empleadas son coincidentes con

descripciones de manifestaciones de activación fisiológica y ansiedad anticipatoria. Desde este

punto de vista, el resultado es coincidente con los de Sowislo y Orth (2013) de correlación entre

baja autoestima y ansiedad en mujeres maltratadas.

Continuando con la relación entre los indicadores psicológicos en la muestra, tenemos

que aquellas mujeres con elevado sentido de la vida, tienen una mejor percepción de calidad de

vida. Esto, a nuestro modo de entender, destaca la importancia de incrementar el sentido de la

vida en esta población. Así mismo, el que los trastornos depresivo y de TEPT afecten la

percepción de bienestar físico y mental en la muestra, avala la necesidad de tratar estos síntomas

y evitar que se cronifiquen como ha ocurrido en la mayoría de los casos de nuestra muestra.

Diferencias observadas entre el grupo de mujeres casadas, respecto a las que se acaban de

separar de sus parejas maltratadores y se encuentran en trámites de divorcio, señalan que este

último grupo con respecto al primero tiene una disminución en el sentido de la vida y un

aumento de los síntomas psicofisiológicos de activación de TEPT.

Lo anterior puede indicar que la ruptura inicial de estas relaciones genera una pérdida

inicial de los referentes y de la sensación de continuidad en la percepción de sus vidas, tal como

refieren Duque et al. (2007) sobre la ruptura de los sesgos cognitivos ante situaciones

traumáticas. Si bien la separación inicial de la pareja parece tener una connotación traumática

295
Maria Luisa Mondolfi Miguel

para estas mujeres, tales síntomas dejan de ser significativos para aquellas mujeres que ya se han

divorciado, por lo que consideramos que el apoyo psicológico orientado al manejo inicial de la

activación fisiológica y establecimiento de propósitos en sus vidas debe estar presente para

facilitar la separación de aquellas mujeres que así lo han decidido, para que logren romper el

ciclo de la violencia.

Esta pérdida de sentido de la vida y aumento de la activación psicofisiológica en la

muestra tras el divorcio se entiende que ocurra, si consideramos que las puntuaciones en sexismo

también fueron altas, lo que indica percepción de sí mismas como complementarias y

dependientes de los hombres. Pero en los casos estudiados esto puede ser más que una simple

percepción; pues en términos reales sus ingresos individuales sugieren dependencia, al menos

económica, de sus parejas.

En base a estos resultados y a los previos de McDonald y Dickerson (2013),

recomendamos que la intervención desde el área social y psicológica esté orientada al

restablecimiento de propósitos en la vida, por medio de la independencia económica y emocional

que les permita a las mujeres desafiar los estereotipos sexistas tras la separación

En cuanto al sexismo, también observamos en la muestra que las mujeres que además de

algún tratamiento farmacológico tomaban psicofármacos, tienen menores puntajes en sexismo

benévolo que las que solo tomaban tratamiento farmacológico para algún malestar físico. Esto

puede indicar que los psicofármacos mejoran de algún modo su autopercepción o que el efecto

que tienen sobre los síntomas, les permite de algún modo empoderarse, por lo que la

intervención multidisciplinaria y las investigaciones futuras también pueden beneficiarse del

enfoque médico.

296
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

En el presente estudio, 27,5% de las participantes refieren algún tipo de maltrato en la

infancia. La frecuencia de estos antecedentes infantiles en una muestra de mujeres que han

padecido violencia de pareja coincide con lo hallado por Aakvaag, Thoresen, Wentzel-Larsen

and Dyb (2016), quienes describen que las experiencias tempranas de abuso se asocian a

posteriores relaciones de pareja con maltratadores. En nuestro estudio, las participantes

reflexionan sobre este antecedente como relevante en su condición de mujeres maltratadas y

señalan preocupación sobre la transmisión generacional de la violencia a sus hijos e hijas.

Aunque no se obtiene asociación estadísticas entre los antecedentes de maltrato infantil con los

síntomas psicopatológicos, tal como ocurre en estudios previos (Becker et al., 2010; Krause, Kaltman,

Goodman, & Dutton, 2008; Leahy, 2008; Lewis et al., 2006) en relación al TEPT, nuestros resultados

parecen ser más coincidentes con los de Graham-Bermann et al. (2011) sobre las condiciones actuales

adversas como agravantes de los síntomas de TEPT.

Los antecedentes de maltrato infantil unidos a los escasos recursos económicos por la

situación de desempleo en la que se encuentran estas mujeres pueden explicar la alta incidencia

de malestar psicológico, actuando como factores predisponentes a peores reacciones psicológicas

tras la violencia de pareja (Duque et al., 2007; Van der Hart et al., 2008).

En la muestra evaluada, encontramos que aquellas mujeres que sufrieron violencia física

y psicológica por parte de sus parejas, respecto a las que solo padecieron violencia psicológica,

presentan mayores niveles de sexismo hostil, por lo que pareciera que el contenido punitivo de la

agresión física logra hacerles introyectar estereotipos hostiles contra su propia condición de

mujeres, lo que a nuestro modo de entender, coincide con lo expresado por Da Fonseca et al.

(2012) sobre la el papel de la culpa auto- atribuida en el mantenimiento del ciclo de la violencia.

Lo anterior también es coincidente con Eastwick et al. (2006), quienes señalan que los

estereotipos sexistas legitiman la diametralidad del poder y; se comprueba en nuestro estudio que

297
Maria Luisa Mondolfi Miguel

aquellas mujeres con mayor sexismo hostil permanecen durante más tiempo en relaciones con

hombre maltratadores, en las que luego de la violencia psicológica inicial aparece la violencia

física.

También se encuentran indicadores psicométricos de que los estereotipos sexistas de tipo

benévolo se encuentran arraigados en la muestra, como se evidencia en el discurso de las

participantes cuando mencionan el rol materno como explicación de haber aguantado la violencia

de pareja durante períodos de tiempo tan largos, en el que se ubican a sí mismas como

cuidadoras sacrificadas, cuyas necesidades personales son obviadas.

Sin embargo, la maternidad también aparece como motivo para romper el ciclo de la

violencia en otros casos, de mujeres que refieren que decidieron romper el ciclo de la violencia

por el bien y seguridad de sus hijos. Las participantes reconocen el haber presenciado violencia

hacia sus madres y sus antecedentes de maltrato infantil como determinantes en que ellas fuesen

víctimas de violencia de pareja y como una condición que afecta a sus propios hijos e hijas, a

quienes debemos considerar como otras 69 víctimas directas de esta situación basándonos en lo

demostrado por Alcántara et al. (2013).

De este modo nuestras recomendaciones sobre intervención se amplían a incluir a los

hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de pareja como población objeto de atención,

como medio para la erradicación eficaz de la violencia de género y sus efectos, tanto a nivel

individual como social, lo cual va en concordancia con lo estipulado tanto en las leyes

autonómicas de Galicia (Xunta de Galicia, 2007) como en las de competencia para toda España

(Ley 4/2015 del Estatuto de la Víctima del Delito, 2015).

Lo que parece evidenciarse en nuestro estudio es la función de la violencia progresiva en

las relaciones de pareja, pues los compañeros agresores de estas mujeres parecen emplearla con

298
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

la intención de reprimir cualquier intento de subversión de la dominación, si tenemos en cuenta

que en nuestro estudio la prolongación de la relación está vinculada con el aumento de la

violencia en cuanto a sus expresiones, ya que se inicia con la violencia psicológica en todos los

casos, a la que se van añadiendo la violencia física y la sexual, que es más frecuente en

relaciones de mayor duración, lo cual es coincidente con estudios previos (Da Fonseca et al.,

2012).

Más allá del efecto sobre el sexismo en la muestra, no se aprecia empeoramiento en

síntomas psicopatológicos como depresión y TEPT por el aumento de tipos de violencia como sí

se manifiesta en el estudio previo de Rees et al. (2011) o el de Gelaye et al. (2009) con muestras

de mujeres Etíopes, para quienes la violencia física y sexual aparecen como agravantes de los

síntomas en comparación a vivencia única de violencia psicológica.

La divergencia con los resultados de Gelaye et al. (2009) pudiera estar explicada por

diferencias culturales entre ambas muestras; entendido desde la significación de la violencia y

posibles estigmatizaciones referidas a la violencia de tipo sexual en algunos grupos como lo han

descrito Deitz, Williams, Rife and Cantrell (2015). Esto sugiere la necesidad de ampliar estudios

sobre la percepción de los tipos de violencia entre las afectadas de acuerdo a su pertenencia a

grupos sociales determinados por variables como nacionalidad u origen étnico, a fin de generar

mayor sensibilidad en la comprensión y visión cros-cultural.

299
Maria Luisa Mondolfi Miguel

5.2. Eficacia de un Programa de Teatro en Mujeres Víctimas de Violencia de Género

La muestra final (n=17) con al que se evalúa el programa posee características

sociodemográficas bastante similares a las de la muestra (n=40) con la que se han realizado los

perfiles descritos en el apartado anterior.

El programa evaluado mostró eficacia estadísticamente significativa en la muestra para la

disminución de depresión e incremento en propósito en la vida, orientado, específicamente desde

la percepción de sentido, es decir desde el encontrar razones y motivos para vivir y valorar la

propia vida.

En el caso de este grupo de participantes suponemos que esta mejora en propósito en la

vida global y percepción de sentido está basada en factores internos que trascienden las

experiencias y realidades adversas. Esto se infiere a partir de la disminución significativa en

experiencia de sentido, que puede deberse a que la revisión de sus situaciones vitales durante el

proceso terapéutico, les lleve a que concienticen sus experiencias cotidianas como poco

gratificantes, que en el caso de este grupo de participantes, además de por las vivencias de

maltrato, se puede explicar por las condiciones socioeconómicas y contacto continuado con

maltratadores, que como se mencionó son factores agravantes (Graham-Bermann et al, 2011).

El que en los perfiles anteriormente descritos la depresión se asocie a peor percepción de

calidad de vida y se haya logrado disminuir en el grupo por medio de la dramaterapia la

incidencia y gravedad de este trastorno se considera un indicador importante de eficacia del

programa ante una alteración que aparenta ser crónica y deteriorante en la muestra.

La evaluación procesual y el análisis de contenido, dentro del paradigma de investigación

participante, aportan resultados coincidentes en la disminución de síntomas depresivos e

incremento en sentido de la vida. Adicionalmente se obtienen coincidencias entre el registro

300
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

observacional de la terapeuta y la evaluación de las participantes que sugieren beneficios del

programa en mejoras sobre bienestar físico, establecimiento de vínculos, disminución de

depresión y ansiedad; desarrollo de competencias comunicacionales, de la consciencia y

simbolización. Esta evidencia cualitativa permite comprender las dimensiones estadísticas en un

diálogo interdisciplinario que aporta evidencia empírica sobre dramaterapia e intervenciones

basadas en drama con mujeres víctimas de violencia de género en España, donde no se

encuentran publicaciones científicas previas al respecto.

Podemos destacar, dentro de la evidencia cualitativa, la importancia del papel del grupo

en la recuperación del malestar psíquico y elaboración del trauma psíquico, ya que desde la

interacción con otras mujeres que han experimentado situaciones similares logran satisfacerse

demandas terapéuticas o expectativas iniciales como la necesidad de soporte social y afectivo.

Esto coincide con los resultados de Fong (2007) con mujeres más jóvenes, sobre la pertenecía al

grupo, compañerismo y sentido del logro como parte de los beneficios de intervenciones con

dramaterapia ante la violencia de género.

Si bien no se dan cambios estadísticamente significativos en la reducción del sexismo

ambivalente los cambios cualitativos descrito tales como; la elaboración del trauma,

comprensión del ciclo de la violencia y la función de los estereotipos sexistas en la desigualdad

de género, sugieren la posibilidad de que las participantes sean sus propios agentes de cambio a

partir del desarrollo de consciencia y comprensión de sus situaciones al ser espectadoras e

intérpretes de problemáticas comunes por medio de la dramaterapia.

Las participantes en este estudio reconocen que el poder compartir sus emociones y

vivencias fue uno de los aportes fundamentales del programa, lo cual es una necesidad frecuente

en estos casos, tal como plantean Nicolaidis et al (2011). En esta experiencia podemos decir que

301
Maria Luisa Mondolfi Miguel

se logra en un espacio de relación dialógica entablada desde múltiples lenguajes (drama, música,

danza, jerga cotidiana) y diversas vivencias personales entre las que confluye el maltrato

padecido por su pertenencia a género.

Entre las estrategias de intervención que fomentan la interdisciplinariedad de la

dramaterapia, las técnicas de relajación dentro de las sesiones promueven la mejora en

sintomatología ansiosa, en coincidencia con las recomendaciones de autores y estudios previos

(Echeburúa & Redondo, 2010; Michalopoulou, Tzamalouka, Chrousos & Darviri, 2015; Zayfert

& Black, 2007) en la intervención con esta población y atendiendo a las recomendaciones de

Jones (2015) sobre entablar desde la dramaterapia diálogo con otras disciplinas, en nuestro caso,

la psicología.

Uno de los retos en el trabajo con este grupo, y donde se debió poner especial énfasis fue

el promover la recuperación de la espontaneidad, y propiciar el empleo del cuerpo como canal de

comunicación, simbolización y reafirmación de la seguridad en sí mismas, siendo la

corporalización un medio fundamental para propiciar el insight o desarrollo de la conciencia

durante el proceso terapéutico. Aún así, las discusiones finales por medio verbal favorecen el

desarrollo de la consciencia para trasladar esas elaboraciones y competencias adquiridas a la vida

cotidiana, siempre que se emplee como contenido de partida el trabajado durante las sesiones.

El abandono del programa estuvo asociado a casos con antecedentes de abuso infantil y

de violencia de pareja más grave, que incluía los tres tipos de violencia (psicológica, física y

sexual). También tenían mayores niveles de sexismo las participantes que abandonaron el

tratamiento prematuramente

Estos perfiles de las mujeres que abandonan el programa concuerdan con los

anteriormente descritos (n = 40) en los que la mayor gravedad de violencia de pareja se asocia a

302
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

casos de mayor duración y con niveles más altos de sexismo en las mujeres. Por lo que podemos

constatar nuevamente, esta vez en la dificultad de apego al tratamiento, que el ciclo de la

violencia se va reforzando y se hace más difícil de romper para las mujeres cuanto más tiempo

permanecen dentro de él.

Los puntajes más elevados de TEPT y el abandono del tratamiento coinciden con lo

descrito por Sarasua et al. (2007) sobre las mujeres expuestas agresiones más graves y con

mayores síntomas de TEPT como las que abandonan el tratamiento antes. Lo que nos lleva a

alertar sobre la necesidad de propiciar desde los servicios sociales condiciones que favorezcan en

estos casos de mayor riesgo, su independencia y garantía de condiciones de seguridad personal y

social que hagan posible tanto la adhesión a los tratamientos como su liberación de la violencia y

recuperación plena.

Para futuras intervenciones o programas de intervención grupal destinados a mujeres

víctimas violencia de pareja, se recomienda que hayan sido atendidas y evaluadas previamente

de manera individual, en lo que se conoce como intervención en crisis y luego psicoterapia breve

para tratar el TEPT como refieren otros autores (Echeburúa & Redondo, 2010). Pues creemos

que esto puede facilitar el aprovechamiento de intervenciones grupales y evitar que los síntomas

de activación y reexperimentación generen rechazo hacia el tratamiento.

Igualmente, las mujeres con traumas adicionales a la violencia de pareja, como

antecedentes de abuso infantil, que fueron las que tuvieron mayor abandono en nuestro

programa, en estudios previos Labrador y Alonso (2007) también refieren que son las que tienen

menos beneficios en reducir TEPT, lo que puede explicar también el que estos síntomas hayan

tenido poca reducción o escaso efecto del programa, ya que incluso las que lo completaron, en

muchos de los casos tenían tales antecedentes, que parecen requerir intervenciones individuales

303
Maria Luisa Mondolfi Miguel

adicionales. También el contacto mantenido con el agresor parece impedir la remisión del TEPT

en nuestro estudio y en coincidencia con el de Johnson et al. (2011).

En general, y de acuerdo a estudios previos, el abandono del tratamiento en porcentajes

altos en esta población, es algo esperado así como el que las que no completan el tratamiento

sean las que presentan mayor malestar psíquico. Esto se aprecia en intervenciones con

psicoterapia de diversos enfoques (Ayats et al., 2008; Iverson et al., 2009; Johnson et al., 2011;

Tarquinio et al., 2012 Tutty et al., 2016), como en intervenciones con dramaterapia (Campbell,

2015) y, aunque los resultados de las que completan el programa sean favorables, la tasa de

abandono en esta población tiende a ser alta.

Finalmente, el que una de las características iniciales de las que completan el programa

fuese menores puntajes en sentido de la vida (mayor desesperanza), especialmente en la

subescala de metas y tareas; y que esta fuese una de las variables con cambios estadísticamente

significativos, nos hace suponer que para las participantes el programa se convierte en una meta

que aporta sentido a sus vidas, como describen experiencias previas (Leeder & Wimmer, 2006;

Moller, 2013) donde la dramaterapia grupal permite la reconstrucción de la identidad y se

convierte en un logro personal para las participantes.

En base a los resultados obtenidos y al estado actual de la disciplina, se recomienda

continuar la investigación empírica y promotora del diálogo interdisciplinario, empleando

dramaterapia y teatro en mujeres víctimas de violencia de género en España, que aporte datos

sobre la diversidad cultural y particularidades de estudios de caso, procurando controlar las

variables extrañas siempre que sea posible.

304
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

6. Limitaciones del Estudio

El tamaño de la muestra y la falta de homogeneidad en cuanto a la variable antecedentes

de abuso infantil puede ser la causa de que no se encuentren asociaciones significativas entre los

tipos de abuso padecidos en la infancia y los síntomas actuales o la duración de la situación de

violencia de pareja en la adultez, a diferencia de resultados en estudios previos (Becker et al.,

2010; Krause et al., 2008; Leahy, 2008; Lewis et. al., 2006) que refieren estas experiencia

tempranas como agravantes del TEPT en mujeres maltratadas por sus parejas. Además el

muestreo no permite conocer la realidad de aquellas mujeres que no denuncian violencia de

pareja, ni demandan atención psicológica por malos tratos.

En la evaluación del programa, al no contar con un grupo control en la investigación no

es posible contrastar la influencia de otras variables ajenas al programa que puedan influir en la

mejora o empeoramiento del malestar psicológico. Además del porcentaje moderado (32%) de

abandono del programa, la asistencia de las participantes con las que se evalúa el programa fue

irregular.

Estas limitaciones son inherentes a la realidad social de esta población, desde la dificultad

de contactar la muestra en centros urbanos pequeños, donde las víctimas de violencia de pareja

evitan ser identificadas como tales en la comunidad y temen a la retaliación de sus maltratadores

si inician acciones para romper el ciclo de la violencia. Se añaden las limitaciones socio –

económicas que muchas veces les dificultaron la asistencia al programa.

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

7. Conclusiones

El perfil psicosocial obtenido con la muestra intencionada de mujeres que han padecido o

padecen violencia y habitan en la Comunidad Autónoma de Galicia ha orientado el diseño

del programa de acuerdo a las características que se detallan a continuación.

A nivel sociodemográfico se trata de mujeres con una edad variable, la mayoría de ellas

madres, con niveles de desempleo mayores a los de la población general de mujeres en

Galicia. Esto junto a bajo nivel educativo, refiere una muestra con deprivación

socioeconómica y dificultades particulares para poner fin a la violencia de género.

El 27,5% de las participantes refieren algún tipo de maltrato en la infancia las

participantes reflexionan sobre este antecedente como relevante en su condición de mujeres

maltratadas y señalan preocupación sobre la transmisión generacional de la violencia a sus

hijos e hijas.

Todas las participantes evaluadas han padecido violencia psicológica por parte de parejas

o ex- parejas; se aprecia que con la prolongación de la relación se añaden violencia física y

sexual.

En cuanto a las características psicológicas, se obtiene alta incidencia de depresión,

TEPT, con baja calidad de vida autopercibida tanto a nivel físico como psicológico. La

autoestima y sentido de la vida se ubican mayormente entre puntajes medios y bajos. Los

niveles de sexismo tanto hostil como benévolo son altos, sobre todo en aquellas que

padecieron violencia física por parte de sus parejas.

En cuanto a la asociación entre las variables psicológicas, se obtiene que la autoestima

más baja se asocia a mayores niveles de depresión y TEPT. La percepción de bienestar físico

307
Maria Luisa Mondolfi Miguel

y mental es mayor en aquellas que tienen mayor sentido de la vida y menor en las que tienen

síntomas más graves de depresión y TEPT.

Las asociaciones encontradas entre variables psicológicas y sociodemográficas sugieren

pérdida de sentido de la vida en aquellas que se encuentran en proceso de separación de sus

parejas y menores niveles de sexismo en aquellas que toman algún psicofármaco y

tratamiento para enfermedades somáticas respecto a las que solo toman este último tipo de

medicación.

En función a estos perfiles se diseñó un programa de 20 sesiones con metodología de

dramaterapia, teatro del oprimido y psicodrama y actividades diseñadas a mejorar los

síntomas descritos. La muestra con la que se implementó el programa para evaluar su

eficacia, tenía características coincidentes con la muestra descriptiva de la población.

La evaluación final del programa en comparación pre-test – post-test mostró eficacia

estadísticamente significativa en la disminución de depresión y aumento del sentido de la

vida en las participantes.

La evaluación procesual refiere otras propiedades terapéuticas del programa y la

metodología de intervención empleada. Las coincidencias en la evaluación de la

investigadora y de las participantes señalan posibilidades de elaborar el trauma y comprender

las situaciones que sustentan la opresión y desigualdad de género, disminución del

aislamiento social gracias a la experiencia terapéutica grupal, adquisición de habilidades de

comunicación y manejo de la ansiedad.

El abandono del programa se relaciona a participantes con peores síntomas iniciales de

TEPT y mayores indicadores de estereotipos sexistas, mientras que aquellas que permanecen

en el programa mostraban menores niveles iniciales de sentido de la vida vinculado a metas

308
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

en la vida. Las condiciones sociales como el desempleo y acoso mantenido por parte de

parejas o ex parejas maltratadores juegan en detrimento a la adhesión al tratamiento.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

8. Conclusions

The psychosocial profile obtained with the intentional sample of women who have

suffered or still suffer violence and reside in the Autonomous Community of Galicia,

oriented toward the design of the program, was carried out according to the characteristics

detailed below.

At a socio-demographic level, these are women of a varying age range, most of them

mothers, with unemployment levels higher than those of the general population of women in

Galicia. This, along with a low level of education, characterizes a sample facing socio-

economic deprivation and particular difficulties to put an end to gender-based violence.

27.5% of participants reported some type of abuse in childhood and they reflected on this

precedent as relevant for their status as battered women, and expressed their concern about

the intergenerational transmission of violence to their sons and daughters.

All participants experienced psychological violence from current or former intimate

partners; it is observed that a prolonged relationship leads to additional physical and sexual

violence.

As for the psychological characteristics, a high incidence of depression and PTSD is

obtained, with low quality of life self-perceived both physically and psychologically. Self-

esteem and sense of purpose score mostly within a medium-low range. The levels of both

hostile and benevolent sexism are high, especially in those who suffered physical violence

from their partners.

Regarding the association between the psychological variables, it is observed that lower

self-esteem is associated with higher levels of depression and PTSD. The perception of

311
Maria Luisa Mondolfi Miguel

physical and mental well-being is higher in those who have a greater purpose in life and

lower in those who have more severe symptoms of depression and PTSD.

The associations found between psychological and socio-demographic variables suggest

loss of life purpose in those who are in the process of separation from their partners and

lower levels of sexism in those who take prescription psychotropic drugs and treatment for

somatic diseases, compared to those who only take the latter type of medication.

Based on these profiles, a program of 20 sessions was designed based on a methodology

of drama therapy, theater of the oppressed and psychodrama, and activities designed to

improve the described symptoms. The sample on which the program was implemented to

evaluate its efficacy had characteristics that match the descriptive sample of population.

The final assessment of the program compared pre-test and post-test data, showing a

statistically significant efficacy in reducing depression and increasing purpose in life among

participants.

The process assessment makes reference to other therapeutic properties of the program

and the methodology of intervention used. The matches found in the assessment performed

by the researcher and the participants pointed out the possibility of elaborating the trauma

and understanding the situations that encourage oppression and gender inequality, decreasing

social isolation thanks to the group therapeutic experience, acquiring communication skills,

and managing anxiety.

The abandonment of the program is related to participants with worse initial symptoms of

PTSD and higher indicators of sexist stereotypes, whereas those who remain in the program

showed lower initial levels of purpose in life, linked to life goals. Social conditions, such as

312
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

unemployment and harassment by their abusive current or former partner, may have a

negative impact on adherence to treatment.

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Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

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Maria Luisa Mondolfi Miguel

344
Posibilidades Terapéuticas y Pedagógicas del Teatro en Mujeres con Antecedentes de Violencia de Género

345
Maria Luisa Mondolfi Miguel

346
ANEXO A: Carta de solicitud de evaluación.
CIM de____________
Saúdos cordiais:
E un pracer poñer no seu coñecemento que o grupo de investigación GIES- pretende
estudar o perfil psicolóxico e as necesidades de atención nesta área das mulleres galegas co fin de
desenvolver programas de atención cada vez máis óptimos para esta poboación, xa que unha das
nosas liñas de investigación se orienta ao deseño e avaliación de programas de atención na área de
educación, saúde e deporte con colectivos en risco de exclusión social.
Para isto seleccionamos unha serie de instrumentos, que compoñen a batería de avaliación
que lle compartimos en google drive, coa cal lle pedimos a súa participación aplicando esta á maior
cantidade posible de usuarias do Centro de Información á Muller que vostede dirixe. As usuarias
neste caso deben ser aquelas que padezan actualmente ou padecesen malos tratos pola súa pertenza
a xénero.
Dada a importancia da representatividade da mostra sería importante recoller o maior
número posible de datos polo que lle pregamos estenda a avaliación ao maior número de usuarias
do servizo nun prazo de 3 meses.
O procedemento de google drive é moi sinxelo e só esixe que vostede abra o documento
que lle compartimos e o encha coas respostas que lle proporcione a usuaria, dando gardar e enviar
ao finalizar cada avaliación. Estes datos chegarannos ao noso correo mlmondolfi@gmail.com e ao
finalizar o proceso poderémoslle remitir a información sobre o perfil das usuarias do seu CIM. E
se o desexa, poderémoslle subministrar os resultados individuais de cada participante, identificadas
polo apartado "N° de participante", do cal vostede deberá gardar rexistro para manter o anonimato
das avaliadas Finalmente ofrecémonos a facilitarlle os resultados da avaliación global de Galicia.
Se o prefire, tamén pode imprimir este caderno dende o arquivo adxunto en formato pdf e logo
remitírnolo por correo tradicional á seguinte dirección:
FACULTADE DE CIENCIAS DA EDUCACIÓN E DO DEPORTE. UNIVERSIDADE DE
VIGO) Campus A Xunqueira s/n · 36005 Pontevedra, segunda planta, despacho 208. A nome da
Dra. Margarita Pino Juste
O procedemento de imprimir o cuadernilllo pode facilitarlle a aplicación colectiva e
autoadministrada ás usuarias cunhas mínimas instrucións.
En breve poñerémonos en contacto con vostede para coñecer as súas impresións, dúbidas e
dispoñibilidade para esta colaboración.
Agradecida de antemán, en nome do grupo GIES -10,
A coordinadora do grupo

Margarita Pino Juste.

347
348
ANEXO B: Cuadernillo de Pre-test y Post-test
con Consentimiento Informado.

PROYECTO
Dramaterapia
GRUPO DE INVESTIGACIÓN
GIES-10

349
350
Estimada Sra.

E un pracer poñer no seu coñecemento que o grupo de investigación GIES- pretende estudar os
beneficios dun programa de teatro en mulleres con antecedentes de maltrato co fin de mellorar a
súa calidade de vida
Para elo solicitamoslle a súa colaboración no proceso.

Este proceso é totalmente confidencial e a información recollida tratarase de forma anónima e


exclusivamente co fin de elabora-lo mencionado proxecto. Esto implica ademáis:

a) A non realización de ningunha acción comercial nin profesional que supoña un aproveitamento
desleal da información á que se tivo acceso.

b) Non se revelará en ningún caso a información a terceiros.

Agradecemos de antemano su disponibilidad y atención a este proyecto que para el grupo es de la


máxima importancia dada la dificultad de conseguir muestras poblacionales idóneas.

Un cordial saludo,

La coordinadora del grupo

Margarita Pino Juste

351
352
CONSENTIMIENTO INFORMADO

Fecha:
Apellido y Nombre de la Entrevistada:
Teléfonos de contacto:
Correo electrónico:
Apellido y Nombre del/los Entrevistadores:

El presente trabajo es realizado por el Grupo de investigación en educación, deporte y salud de


universidad de Vigo.
El objetivo de este trabajo es la realización de una investigación que permita determinar los
beneficios de un programa de dramaterapia en mujeres que han padecido malos tratos en relaciones
de pareja.
La participación en este trabajo es voluntaria. La información que se recoja será confidencial y no
se usará para ningún otro propósito fuera del estricto objetivo de la investigación.
La información solo podrá ser utilizada,
a) única y exclusivamente con el fin de elaborar el mencionado proyecto.
b) Se compromete a no difundirla, bajo ningún aspecto datos individuales impidiendo así
cualquier identificación pública de las participantes.
c) Se establece que no revelará a información a terceros.
Habiendo recibido la información necesaria, y saldando todas mis dudas acerca del trabajo que se
realizara, acepto a participar voluntariamente en este trabajo realizado por el grupo de
Investigación GIES-10.Recibe una copia de esta ficha de consentimiento informado, y se le
informará de las conclusiones del estudio una vez concluido.

Firma de la Entrevistada Firma de la Entrevistadora

Copia para la entrevistadora.

353
354
Datos de Identificación y Antecedentes Personales

 Edad:

 Lugar de nacimiento:

 Fecha de nacimiento:

 Nacionalidad

 Estado Civil:

 Número de hijos o hijas:

 Edades de los hijos /hijas:

 Nivel educativo:

 Ocupación actual:

 Ingresos económicos individuales:

 Ingresos económicos del núcleo familiar

 ¿Toma actualmente algún tipo de medicación? Sí No ¿Cuál o

cuáles?

355
 ¿Recibe actualmente atención psicológica? Sí No ¿Desde hace

cuánto tiempo?

 ¿Ha padecido usted malos tratos por parte de su pareja o ex pareja?

 ¿Actualmente padece violencia por parte de su pareja? Sí No

¿Desde hace cuánto tiempo?

 Si actualmente no padece malos tratos por parte de su pareja, pero los

padeció, ¿durante cuantos años o meses ocurrió esto?

 ¿Hace cuánto tiempo ocurrió la última agresión por parte de su pareja o ex

pareja?

 Número de relaciones de pareja en las que ha padecido malos tratos

 ¿Ha padecido alguna de las siguientes situaciones por parte de una pareja o

expareja?

Violencia física: golpes, empujones, jalones de cabello, mordiscos, etc.

Violencia psicológica: insultos, desvalorizaciones, amenazas, falta de afecto,

ser ignorada, chantajes y manipulaciones, control de las actividades y del

dinero, control de las amistades y comunicaciones (revisar el teléfono,

mensajes, conversaciones), romper objetos en casa, maltratar a mascotas,


356
infidelidad, llevada a vivir en situación de pobreza o dificultad económica por

conducta irresponsable del otro.

Violencia sexual: obligada a mantener relaciones sexuales o hacer cosas que

no te agradan, acusaciones de ser infiel o promiscua.

 ¿Padeció algún tipo de maltrato en la infancia o presenció situaciones de

violencia en su familia? Especifique.

357
358
ESCALA DE GRAVEDAD DE SÍNTOMAS DEL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

(Echeburúa, Corral, Amor, Zubizarreta y Sarasua, 1997)


Colóquese en cada síntoma la puntuación correspondiente de 0 a 3 según la duración
e intensidad del síntoma.

0 1 2 3

Una vez por De 2 a 4 veces 5 o más veces


Nada semana o menos/ por semana/ por semana /
Poco Bastante Mucho

SUCESO TRAUMÁTICO:

¿Cuánto tiempo hace que ocurrió (meses/años)?


¿Ocurre actualmente?
Ítems Valoración
REEXPERIMENTACIÓN
(Se requiere 1 síntoma)
1. ¿Tiene recuerdos desagradables, recurrentes e intrusivos 0. Nada
del suceso, incluyendo imágenes, pensamientos o 1. Poco
percepciones? 2. Bastante
3. Mucho
2. ¿Tiene sueños desagradables y recurrentes sobre el suceso? 0. Nada
1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
3. ¿Realiza conductas o tiene sentimientos que aparecen 0. Nada
como si el suceso estuviera ocurriendo de nuevo? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
4. ¿Experimenta malestar psicológico intenso al exponerse a 0. Nada
estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan 1. Poco
algún aspecto del suceso? 2. Bastante
3. Mucho
5. ¿Experimenta una reactividad fisiológica al exponerse a 0. Nada
estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan 1. Poco
algún aspecto del suceso? 2. Bastante
3. Mucho
PUNTUACIÓN EN LA SUBESCALA “A”:__
(Rango 0-15)

359
Ítems Valoración
EVITACIÓN
(Se requieren 3 síntomas)
1. ¿Tiene que realizar esfuerzos para evitar pensamientos, 0. Nada
sentimientos o conversaciones asociadas al suceso? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
2. ¿Tiene que esforzarse para evitar actividades, lugares o 0. Nada
personas que provocan el recuerdo del suceso? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
3. ¿Presenta incapacidad para recordar alguno de los aspectos 0. Nada
importantes del suceso? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
4. ¿Observa una disminución marcada del interés por las cosas 0. Nada
o de la participación en actividades significativas? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
5. ¿Experimenta una sensación de distanciamiento o de 0. Nada
extrañeza respecto a los demás? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
6. ¿Se siente limitado en la capacidad afectiva (por ejemplo, 0. Nada
incapaz de enamorarse)? 1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
7. ¿Siente que los planes o esperanzas de futuro han 0. Nada
cambiado negativamente como consecuencia del suceso (por 1. Poco
ejemplo, realizar una carrera, casarse, tener hijos, etc.)? 2. Bastante
3. Mucho

PUNTUACIÓN DE SÍNTOMAS DE EVITACIÓN:__


(Rango 0-21)

360
Ítems Valoración
AUMENTO DE LA ACTIVACIÓN
(Se requieren 2 síntomas)
1. ¿Tiene dificultad para conciliar o mantener el sueño? 0. Nada
1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
2. ¿Está irritable o tiene explosiones de ira? 0. Nada
1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
3. ¿Tiene dificultades de concentración? 0. Nada
1. Poco
2. Bastante
3. Mucho
4. ¿Está usted excesivamente alerta (por ejemplo, pararse de 0. Nada
forma súbita para ver quién está a su alrededor, etc.) desde 1. Poco
el suceso? 2. Bastante
3. Mucho
5. ¿Se sobresalta o se alarma más fácilmente desde el suceso? 0. Nada
1. Poco
2. Bastante
3. Mucho

PUNTUACIÓN DE SÍNTOMAS DE ACTIVACIÓN:__


(Rango 0 – 15)

PUNTUACIÓN TOTAL DE LA GRAVEDAD DEL TRASTORNO DE ESTRÉS


POSTRAUMÁTICO:
(Rango 0-51)

361
Trastorno de estrés postraumático
Se requiere la presencia de 1 síntoma en el apartado de reexperimentación; de
3, en el de evitación; y de 2, en el de aumento de la evitación.

SÍ Agudo (1-3 meses)


Crónico (˃ 3 meses)
NO Con inicio demorado

Gravedad del trastorno de estrés postraumático


PUNTO DE CORTE PUNTUACIÓN
OBTENIDA
ESCALA GLOBAL 15
(Rango 0 - 51)
ESCALAS ESPECÍFICAS
Reexperimentación 5
(Rango 0- 15)
Evitación 6
(Rango 0-21)
Aumento de la 4
activación
(Rango 0-15)

362
CUESTIONARIO DE CALIDAD DE VIDA
(SF-12 v2)
El propósito de este cuestionario es enterarnos de su salud en general y también
averiguar de qué manera cualquier tratamiento que recibe usted afecta su calidad de
vida.
Por favor lea cada pregunta detenidamente antes de contestarlas. Si no está seguro de
cómo contestar una pregunta, responda lo mejor que pueda. Recuerde que no hay
respuestas correctas ni incorrectas. Las respuestas a este cuestionario se mantendrán
confidenciales y se usarán sólo para fines de investigación.
La información que dé se combinará con las respuestas de otros pacientes que
completen el cuestionario y usted no será identificado de ninguna manera.
1. En términos generales, diría que su salud es: (circule un número)
Excelente
............................................................................................. 1
Muy Buena ......................................................................................... 2
Buena
................................................................................................... 3
Regular
................................................................................................ 4
Mala ....................................................................................................
5

2. Las siguientes frases se refieren a actividades que usted haría en un día típico. ¿Lo
limita su salud para realizar las siguientes actividades? Si es así, ¿en qué medida?

Sí, me No, no me
Sí, me limita
(circule 1, 2, o 3 en cada línea) limita un limita en
mucho
poco absoluto
a. Actividades moderadas, tales
como cambiar de sitio una mesa,
1 2 3
pasar una aspiradora, jugar a los
bolos o caminar una hora
b. Subir varios pisos por la escalera 1 2 3

363
3. Durante las ÚLTIMAS 4 SEMANAS, ¿ha tenido usted alguno de los siguientes
problemas con el trabajo u otras actividades diarias regulares por causa de su SALUD
FÍSICA?

(Conteste SÍ o NO a cada pregunta


Sí No
circulando el 1 o 2 en cada línea)
a. ¿Hizo menos de lo que le hubiera gustado
1 2
o querido hacer?
b. ¿Ha tenido limitaciones en cuanto al tipo
1 2
de trabajo u otras actividades cotidianas?

4. Durante las ÚLTIMAS 4 SEMANAS, ¿ha tenido usted alguno de los siguientes
problemas con el trabajo u otras actividades diarias regulares por causa de cualquier
PROBLEMA EMOCIONAL (como sentirse deprimido o muy angustiado)?

(Conteste SÍ o NO a cada pregunta circulando el 1 o 2


Sí No
en cada línea)
a. ¿Ha logrado menos de lo que le hubiera gustado? 1 2
b. No ha hecho el trabajo u otras actividades tan
1 2
cuidadosamente como de costumbre

5. ¿Cuánto dolor físico ha tenido usted durante las ÚLTIMAS 4 SEMANAS? (circule un
número)
Ningún dolor ....................................................................................... 1
Muy poco........................................................................................... 2
Poco..................................................................................................3
Moderado ........................................................................................... 4
Severo............................................................................................... 5
Muy severo.......................................................................................... 6

364
6. Estas preguntas se refieren a cómo se siente usted y cómo le ha ido durante las
ÚLTIMAS 4 SEMANAS. Para cada pregunta, por favor dé la respuesta que más se
acerca a la manera como se ha sentido usted. ¿Qué parte del tiempo en las ÚLTIMAS
4 SEMANAS…
Una
Gran Parte En
(Circule un La mayor pequeñ
Todo el parte del ningún
número en parte del a parte
tiempo del tiemp momen
cada línea.) tiempo del
tiempo o to
tiempo
a. ¿Se ha
sentido
1 2 3 4 5 6
tranquilo y
sosegado?
b. ¿Ha tenido
mucha 1 2 3 4 5 6
energía?
c. ¿Se ha
sentido
1 2 3 4 5 6
desanimado y
triste?

7. Durante las 4 últimas semanas, ¿con qué frecuencia la salud física o los
problemas emocionales le han dificultado sus actividades sociales (como visitar a
los amigos o familiares)?

1 2 3 4 5

Siempre Casi siempre Algunas veces Sólo alguna vez Nunca

365
366
ASI. Inventario de Sexismo Ambivalente
(Glick y Fiske 1996, versión en castellano, Expósito, Moya y Glick, P, 1998)

Instrucciones: A continuación se presentan una serie de frases sobre los hombres y las mujeres y
sobre su relación mutua en nuestra sociedad contemporánea. Por favor, indique el grado en que
usted está de acuerdo o en desacuerdo con cada una de las frases. Para ello deberá marcar la
puntuación en la casilla blanca que corresponde a cada frase.

0 1 2 3 4 5
Totalmente Moderadamente Levemente Levemente Moderadamente Totalmen
en desacuerdo en desacuerdo en desacuerdo de acuerdo de acuerdo te
de
acuerdo
1. Aun cuando un hombre logre muchas cosas en su vida, nunca podrá sentirse
verdaderamente completo a menos que tenga el amor de una mujer
2. Con el pretexto de pedir “igualdad”, muchas mujeres buscan privilegios especiales, tales
como condiciones de trabajo que las favorezcan a ellas sobre los hombres
*
3. En caso de una catástrofe, las mujeres deben ser rescatadas antes que los hombres
4. La mayoría de las mujeres interpreta comentarios o conductas inocentes como sexistas,
es decir, como expresiones de prejuicio o discriminación en contra de ellas
*
5. Las mujeres se ofenden muy fácilmente *
6. Las personas no pueden ser verdaderamente felices en sus vidas a menos que tengan
pareja del otro sexo
7. En el fondo, las mujeres feministas pretenden que la mujer tenga más poder que el
hombre *
8. Muchas mujeres se caracterizan por una pureza que pocos hombres poseen
9. Las mujeres deben ser queridas y protegidas por los hombres
10.La mayoría de las mujeres no aprecia completamente todo lo que los hombres hacen
por ellas *
11. Las mujeres intentan ganar poder controlando a los hombres
*
12. Todo hombre debe tener una mujer a quien amar
13. El hombre está incompleto sin la mujer
14. Las mujeres exageran los problemas que tienen en el trabajo
*
15. Una vez que una mujer logra que un hombre se comprometa con ella, por lo general
intenta controlarlo estrechamente
*
16. Cuando las mujeres son vencidas por los hombres en una competencia justa,
generalmente ellas se quejan de haber sido discriminada
*
17. Una buena mujer debería ser puesta en un pedestal por su hombre

367
0 1 2 3 4 5
Totalmente Moderadamente Levemente Levemente Moderadamente Totalmen
en desacuerdo en desacuerdo en desacuerdo de acuerdo de acuerdo te
de
acuerdo
18. Existen muchas mujeres que, para burlarse de los hombres, primero se insinúan
sexualmente a ellos y luego rechazan los avances de éstos
*
19. Las mujeres, en comparación con los hombres, tienden a tener una mayor sensibilidad
moral
20. Los hombres deberían estar dispuestos a sacrificar su propio bienestar con el fin de
proveer seguridad económica a las mujeres
21. Las mujeres feministas están haciendo demandas completamente irracionales a los
hombres *
22. Las mujeres, en comparación con los hombres, tienden a tener un sentido más refinado
de la cultura y el buen gusto
TOTAL H *

TOTAL B

TOTAL SA

368
PIL
Test del Propósito en la Vida

En cada una de las siguientes afirmaciones, rodea con un círculo el número que refleja
mejor la verdad sobre ti misma. Date cuenta que los números representan desde un
sentimiento extremo hasta su contrario. Si contesta “(neutro)” significa que no puede
inclinarse hacia ninguno; intenta utilizarlo lo menos posible.
1. Generalmente estoy
Totalmente aburrida 1 2 3 4 5 6 7 Entusiasmada
2. La vida me parece
Siempre emocionante 1 2 3 4 5 6 7 Completamente rutinaria
3. Para mi vida
No tengo ninguna meta fija 1 2 3 4 5 6 7 Tengo metas definidas
4. Mi experiencia personal
No tiene significado 1 2 3 4 5 6 7 Tiene mucho significado
5. Cada día es
Constantemente nuevo 1 2 3 4 5 6 7 Exactamente idéntico
6. Si pudiera escoger, preferiría
No haber nacido 1 2 3 4 5 6 7 Vivir mil veces más
7. Después de jubilarme, me gustaría
Hacer algunas cosas que
me han interesado 1 2 3 4 5 6 7 Vaguear el resto de mi
vida
8.En alcanzar las metas de la vida
No he progresado nada 1 2 3 4 5 6 7 He progresado como para
estar satisfecha
9.Mi vida está
Vacía, desesperada 1 2 3 4 5 6 7 Llenas de cosas buenas y
excitantes.
10.Si muriera hoy, consideraría
mi vida
Valió la pena 1 2 3 4 5 6 7 No valió la pena para
nada
11. Al pensar en mi vida
Me pregunto a menudo
porque existo 1 2 3 4 5 6 7 Siempre veo una razón
por la que
estoy aquí

369
12. Al considerar el mundo en relación
con mi vida, el mundo
Me confunde totalmente 1 2 3 4 5 6 7 Tiene significado
para mi vida

13. Yo soy
Una irresponsable 1 2 3 4 5 6 7 Muy responsable

14. En cuanto a la libertad del hombre


para tomar sus propias decisiones, creo
que el hombre es
Totalmente libre para elegir 1 2 3 4 5 6 7 Completamente
limitada por mi
herencia y ambiente

15. En cuanto a la muerte


Estoy preparada y no tengo miedo 1 2 3 4 5 6 7 No estoy preparada
y tengo miedo

16. En cuanto al suicidio


He pensando seriamente que
es una salida 1 2 3 4 5 6 7 Nunca he pensado
en ello
17. Considero que mi capacidad para
encontrar un sentido o propósito en mi
vida
Es muy grande 1 2 3 4 5 6 7 Es nula
18.Mi vida está
En mis manos y bajo mi control 1 2 3 4 5 6 7 Fuera de mis manos
y controlada por
factores externos
19.Enfrentarme con mis tareas diarias es
Una fuente de placer y satisfactorio 1 2 3 4 5 6 7 Una experiencia
aburrida y penosa
20.Yo
No he descubierto ningún sentido ni propósito
en mi vida 1 2 3 4 5 6 7 Tengo metas muy bien
delimitadas y un
sentido de la vida que
me satisface

Crumbaugh, J.C. y Maholick, L.T. (1969). Manual of instructions for the Purpose In Life
test. Saratoga: Viktor Frankl Institute for Logotherapy.

370
Test de Depresión BDI-II

Instrucciones: Este cuestionario está formado por 21 grupos de frases. Por favor, lea
cada grupo con atención, y elija la frase de cada grupo que mejor describa cómo se
ha sentido durante las últimas dos semanas, incluido el día de hoy. Marque la casilla
que está a la izquierda de la frase que ha elegido como respuesta a cada una de las
afirmaciones del enunciado. Si dentro de un mismo grupo hay más de una frase que
considere aplicable a su caso, rodee aquella que haya tenido una mayor frecuencia en
las dos últimas semanas.

1) Tristeza
No me siento triste
Me siento triste la mayor parte del tiempo
Estoy triste todo el tiempo
Me siento tan triste o desgraciado/a que no puedo soportarlo

2) Pesimismo
No estoy desanimado/a respecto a mi futuro
Me siento más desanimado/a respecto a mi futuro que de costumbre
No espero que las cosas se resuelvan
Siento que mi futuro no tiene esperanza y que sólo irá a peor

3) Fracaso pasado
No me siento fracasado/a
He fracasado más de lo que debería
Cuando miro hacia atrás, veo muchos fracasos
Creo que soy un fracaso total como persona

4) Pérdida de placer
Disfruto tanto como antes de las cosas que me gustan
No disfruto de las cosas tanto como acostumbraba
Disfruto muy poco con las cosas que me gustaban
No disfruto nada con las cosas que me gustaban

5) Sentimientos de culpabilidad
No me siento especialmente culpable
Me siento culpable de muchas cosas que he hecho o debería haber hecho
Me siento bastante culpable la mayor parte del tiempo
Me siento culpable siempre

371
6) Sentimientos de castigo
No creo que esté siendo castigado/a
Creo que puedo ser castigado/a
Espero ser castigado/a
Creo que estoy siendo castigado/a

7) Desagrado hacia uno mismo/a


Tengo la misma opinión sobre mí que de costumbre
He perdido la confianza en mí mismo/a
Me siento decepcionado conmigo mismo
No me gusto a mí mismo/a

8) Autocrítica
No me critico o culpo más que de costumbre
Soy más crítico/a conmigo mismo/a que de costumbre
Me critico por todas mis faltas
Me culpo por todo lo malo que sucede

9) Pensamientos o deseos de suicidio


No pienso en suicidarme
Pienso en suicidarme, pero no lo haría
Desearía suicidarme
Me suicidaría si tuviese oportunidad

10) Llanto
No lloro más que de costumbre
Lloro más que de costumbre
Lloro por cualquier cosa
Tengo ganas de llorar pero no puedo

11) Agitación
No estoy más intranquilo/a o nervioso/a que de costumbre
Me siento más intranquilo/a o nervioso/a que de costumbre
Estoy tan intranquilo/a o agitado/a que me es difícil estar quieto/a
Estoy tan intranquilo/a o agitado/a que tengo que estar continuamente
moviéndome o haciendo algo

372
12) Pérdida de interés
No he perdido el interés por los demás o por las cosas
Estoy menos interesado/a por los demás o por las cosas que antes
He perdido la mayor parte de mi interés por los demás o por las cosas
Me resulta difícil interesarme por alguna cosa

13) Indecisión
Tomo decisiones casi tan bien como siempre
Me resulta más difícil tomar decisiones que de costumbre
Me resulta mucho más difícil tomar decisiones que de costumbre
Tengo dificultades para tomar cualquier decisión

14) Sentimientos de inutilidad


No creo que yo sea inútil
No me considero tan valioso y útil como de costumbre
Me siento más inútil en comparación con otras personas
Me siento completamente inútil

15) Pérdida de energía


Tengo tanta energía como siempre
Tengo menos energía que de costumbre
No tengo suficiente energía para hacer muchas cosas
No tengo suficiente energía para hacer nada

16) Cambios en el sueño


No he notado ningún cambio en mi sueño
Duermo algo más que de costumbre
Duermo algo menos que de costumbre
Duermo mucho más que de costumbre
Duermo mucho menos que de costumbre
Duermo la mayor parte del día
Me despierto 1-2 horas antes y no puedo volver a dormirme

17) Irritabilidad
No estoy más irritable que de costumbre
Estoy más irritable que de costumbre
Estoy mucho más irritable que de costumbre
Estoy irritable todo el tiempo

18) Cambios en el apetito


No he notado ningún cambio en mi apetito
Mi apetito es algo menor que de costumbre

373
Mi apetito es algo mayor que de costumbre
Mi apetito es mucho menor que antes
Mi apetito es mucho mayor que de costumbre
No tengo nada de apetito
Tengo un ansia constante de comer

19) Dificultades de concentración


Puedo concentrarme tan bien como siempre
No me puedo concentrar tan bien como de costumbre
Me cuesta concentrarme en algo durante mucho rato
No me puedo concentrar en nada

20) Cansancio o fatiga


No estoy más cansado/a o fatigado/a que de costumbre
Me canso o me siento fatigado/a más fácilmente que de costumbre
Estoy demasiado cansado/a o fatigado/a para hacer muchas de las cosas que
solía hacer
Estoy demasiado cansado/a o fatigado/a para hacer la mayoría de las cosas
que solía hacer

21) Pérdida de interés por el sexo


No he observado ningún cambio reciente en mi interés por el sexo
Estoy menos interesado/a en el sexo que de costumbre
Estoy mucho menos interesado/a en el sexo ahora
He perdido totalmente el interés por el sexo

374
ESCALA AUTOESTIMA DE ROSENBERG (EAR)

A continuación encontrarás una lista de afirmaciones en torno a los


sentimientos, o pensamientos que tienes sobre ti. Señala con una “X” la
respuesta que más te identifica. No hay respuestas correctas o incorrectas, ni
buenas o malas. Es muy importante que contestes a TODAS LAS PREGUNTAS
SINCERAMENTE.

Muy de De En Muy en
acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo
1 Siento que soy una persona
digna de aprecio, al menos
en igual medida que los
demás.
2 Creo que tengo un buen
número de cualidades.
3 En general, me inclino a
pensar que soy un
fracasado/a.
4 Soy capaz de hacer las
cosas tan bien como la
mayoría de la gente.
5 Siento que no tengo muchos
motivos para sentirme
orgulloso/a de mi.
6 Tengo una actitud positiva
hacia mi mismo/a.
7 En general, estoy satisfecho
conmigo mismo/a.
8 Desearía valorarme más a mí
mismo/a.
9 A veces me siento
verdaderamente inútil.
10 A veces pienso que no soy
bueno/a para nada.

375
376
CONSENTIMIENTO INFORMADO

Fecha:
Apellido y Nombre de la Entrevistada:
Apellido y Nombre del/los Entrevistadores:

El presente trabajo es realizado por el Grupo de investigación en educación, deporte y salud de


universidad de Vigo.
El objetivo de este trabajo es la realización de una investigación que permita determinar los
beneficios de un programa de dramaterapia en mujeres que han padecido malos tratos en relaciones
de pareja.
La participación en este trabajo es voluntaria. La información que se recoja será confidencial y no
se usará para ningún otro propósito fuera del estricto objetivo de la investigación.
La información solo podrá ser utilizada,
a) única y exclusivamente con el fin de elaborar el mencionado proyecto.
b) Se compromete a no difundirla, bajo ningún aspecto datos individuales impidiendo así
cualquier identificación pública de las participantes.
c) Se establece que no revelará a información a terceros.

Habiendo recibido la información necesaria, y saldando todas mis dudas acerca del trabajo que se
realizara, acepto a participar voluntariamente en este trabajo realizado por el grupo de
Investigación GIES-10.Recibe una copia de esta ficha de consentimiento informado, y se le
informará de las conclusiones del estudio una vez concluido.

Firma de la Entrevistada Firma de la Entrevistadora


Copia para la entrevistada.

377
378
ANEXO C: Registro Observacional Individual.

NOMBRE DE LA PARTICIPANTE:

SESIÓN 10

SESIÓN 11

SESIÓN 12

SESIÓN 13
SESIÓN 14
SESIÓN 15
SESIÓN 16

SESIÓN 17
SESIÓN 18

SESIÓN 19

SESIÓN 20
SESION 1

SESIÓN 2

SESIÓN 3
SESIÓN 4

SESIÓN 5

SESIÓN 6

SESIÓN 7
SESIÓN 8

SESIÓN 9
Fechas:
Categorías e / / / / / / / / / / / / / / / / / / / /
Indicadores:
1= Evitación de estímulos que recuerden a
Ansiedad

traumas – 5= tolerancia al recuerdo.


1= Miedo – 5= confianza.
1= Intranquilidad - 5= capacidad para relajarse
Media

Tono afectivo: 1= triste - 5= alegre.


Depresión

Interés y disfrute de la actividad: 1= rechaza –


5= la hace con entusiasmo.
Actividad Física: 1 = Lenta y fatigada - 5=
Vital y enérgica.
1= intranquila, indecisa, agobiada- 5=
capacidad de concentrarse y tomar de
decisiones.
Media
Satisfacción durante las actividades: 1=
Sentido de la vida

frustración- 5= satisfacción y disfrute.


Establece metas durante los ejercicios y toma
decisiones: 1= sin propósitos – 5= metas claras.
Encuentra utilidad a los contenidos trabajados:
1= ninguna - 5= mucha, dice a qué aplicarlos.
Responsabilidad y compromiso: 1= ninguna,
llega tarde, no participa, critica la actividad -
5= aporta a la actividad, y al grupo.
Expresión de entusiasmo: 1= apatía - 5=
entusiasta y motivada.

379
Sobre los elementos de su personalidad y su
vida y muestra: 1= insatisfacción –5=
satisfacción.
Media
Vinculación/ interacción con las demás
Interacción Social y
Vinculación Afectiva
participantes: 1= evitativa – 5= interactiva.

Búsqueda y aceptación del contacto físico: 1=


evita – 5= acepta y promueve de manera
adecuada.
Empatiza con las emociones de las demás: 1=
nada - 5= es empática y receptiva.

Media
1= poco audible, mala dicción – 5= habla de
Habilidades comunicacionales

manera clara, fluida, con volumen y tono


adecuados.
1= es disruptiva, o no presta atención – 5=
atiende a las intervenciones de las demás,
respetando y sin interrumpirles.
1= no responde a interacciones por lenguaje
corporal – 5= responde al lenguaje corporal de
las demás.
1= se aprecia bloqueada a expresar con el
cuerpo – 5= emplea el lenguaje corporal para
expresarse e interactuar.
Media
1= no contacta con las sensaciones ni
Consciencia

posibilidades de su cuerpo – 5= establece


contacto con su propio cuerpo durante el
trabajo.
1= se aprecia distanciada de sus emociones o
reticente a hablar de ellas – 5= establece
contacto con sus emociones y las verbaliza.

380
Relaciona contenidos con elementos de su
personalidad y su vida: 1= no le ve relación -
5= relaciona con su vida y genera alternativas.
1: ante sus problemáticas y en los ejercicios no
ve soluciones – 5: establece relaciones causales
entre las problemáticas y genera alternativas
Media

1: se muestra tímida, inhibida- 5:se muestra


Autoestima

confiada al realizar actividades en público


1: no expresa su opinión ni defiende sus
propuestas- 5: argumenta y aporta opiniones
1: busca constante aprobación- 5: no busca
aprobación de las demás
1: se juzga y se critica de manera negativa- 5:
se acepta y no se autocrítica de manera
perjudicial
1: desprecia sus capacidades- 5:valora sus
capacidades
1: se aprecia rígida y estereotipada- 5. es
espontánea
Media

381

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