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ENCUENTRO

El encuentro
Radiografía del encuentro:

✓ Dos o más personas


✓ En un campo de juego común
✓ Genera un “entre”
✓ Que interactúan y crecen juntas
Encuentros
transfiguradores
DINAMISMO DEL ENCUENTRO

ENCUENTRO DESCUBRIMIENTO ACCIÓN

AFECTIVIDAD INTELIGENCIA VOLUNTAD

CORAZÓN MENTE FUERZAS


Ámbitos de encuentro

yo

nacemos sin saber quiénes somos.

“la tarea más difícil es «conocerse a uno


mismo»” Sócrates

No puedo hacerlo solo


Ámbitos de encuentro

yo tú

Descubro que estoy hecho para amar y ser amado

Precede al encuentro conmigo


Ámbitos de encuentro

yo tú nosotros

El ámbito de la pertenencia: me siento


en casa

Puedo mostrar lo mejor de mí


Ámbitos de encuentro

yo tú nosotros Tú

El encuentro no se reduce a mera vecindad física;


implica una relación íntima de ámbitos. Es un regalo
Natural deseo del hombre de
trascender
Condiciones regalos para ser
acogidos
roca sobre la que
construir mis
relaciones
Dones
CONDICIONES DEL ENCUENTRO
SUS VALORES SUS CONTRAVALORES
1. La generosidad 1. La cicatería, el egoísmo
2. Respeto, estima, colaboración 2. Afán de dominio
3. Disponible, simpatía 3. La prevención, aversión
4. La veracidad y confianza 4. Falsedad, lejanía
5. Agradecimiento y paciencia 5. “Tengo derecho ya”
6. Asombro y recogimiento 6. Indiferencia
7. La ternura y cordialidad 7. Dureza, intransigencia
8. La fidelidad 8. “Dejar tirado”, deslealtad
9. Compartir ideal y misión 9. Individualismo
10. El perdón 10. Rencor, saña
LAS DOS CARAS DEL
ENCUENTRO

La gratuidad El derecho
La donación La contabilidad
La acogida La etiqueta
La alegría La armonía
superficial
- Recoge dos encuentros –recuerda también los
desencuentros- de tu vida.

- ¿Cómo me siento cuando vivo encuentros /


desencuentros?

- ¿Qué necesito para abrirme al encuentro y


acoger el desencuentro?

- ¿Cómo es mi actitud ante el encuentro? Mi


moneda del encuentro.
Mi moneda del encuentro

Mis Valores Mis contravalores


ESCUCHA Y ENCUENTRO
«[Las personas del pueblo] Necesitaban a Momo, y se preguntaban cómo habían podido pasar sin ella antes. […]
Pero, ¿por qué? ¿Es que Momo era tan increíblemente lista que tenía un buen consejo para cualquiera?
¿Encontraba siempre las palabras adecuadas cuando alguien necesitaba consuelo? ¿Sabía hacer juicios sabios
y justos?
No, Momo, como cualquier otro niño, no sabía hacer nada de eso.
Entonces, ¿es que Momo sabía algo que ponía a la gente de buen humor? ¿Sabía cantar muy bien? ¿O sabía
tocar un instrumento? ¿O es que -ya que vivía en una especie de circo- sabía bailar o hacer acrobacias?
No, tampoco era eso.
¿Acaso sabía magia? ¿Conocía algún encantamiento con el que pudiera ahuyentar todas las miserias y
preocupaciones? ¿Sabía leer en las líneas de la mano o predecir el futuro de cualquier otro modo?
Nada de eso.
Lo que la pequeña Momo sabía hacer como nadie era escuchar. Eso no es nada especial, dirá, quizás, algún
lector; […] Pues eso es un error. […]
Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes […]
Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería.
O los tímidos se sentían de repente muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados
y alegres. Y si alguien creía que su vida estaba perdida y que era insignificante […] y le contaba todo eso a la
pequeña Momo, y le resultaba claro, de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era sólo había uno entre
todos los hombres y que, por eso, era importante, a su manera, para el mundo.
¡Así sabía escuchar Momo! […]
Algunas noches, cuando ya se habían ido a sus casas todos sus amigos, [Momo] se quedaba sola en el gran
círculo de piedra del viejo teatro sobre el que se alzaba la gran cúpula estrellada del cielo y escuchaba el enorme
silencio. Entonces le parecía que estaba en el centro de una gran oreja, que escuchaba el universo de estrellas.
Y también que oía una música callada, pero aun así muy impresionante, que le llegaba muy adentro, al alma.
En esas noches solía soñar cosas especialmente hermosas.
Y quien ahora siga creyendo que el escuchar no tiene nada de especial, que pruebe, a ver si sabe hacerlo tan
bien».

(ENDE, Michael, Momo, Alfaguara, Madrid, 1985, pp. 25-26).


Niveles de escucha

Dentro del marco de


5. Escucha Empática referencia del otro

4. Escucha Activa

Dentro del propio marco


3. Escucha Selectiva de referencia

2. Escucha Falsa

1. Escucha Biológica
Caso de Mónica
Mónica es una amiga de 18 años, que confía en ti.
Un día te la encuentras, al acercarte y preguntarle ¿qué tal?, te dice:
Pues estoy hecha polvo, estoy fatal. ¡Odio a mi padre! Estoy harta
(sollozos). Siempre me hace reproches: que si llego demasiado tarde,
que si no le gusta esta falda, que si ese amigo Alberto (haciendo burla),
que si esto, que si lo otro, todo son discusiones… y es imposible hablar
con él. Sólo le importan mis notas, que no suspenda. Parece que le da
igual cómo yo esté. No se puede hablar con él, es imposible. Si pudiera
le mandaría… Estoy tan fastidiada que para que se de cuenta de que
no puede seguir así, no estoy estudiando y he suspendido 3 en el
primer cuatrimestre. Estoy pensando en suspender todas, aunque me
echen de la universidad… Sin embargo, no sé… sé que no es buena
idea, pero así a lo mejor se da cuenta de que no puede seguir así…
Estoy hecha un lío, estoy fatal, muy confundida, cabreada, y, no sé...
fatal...

¿Qué le dices?
Tipos de escucha

Consejo

Juicio

Apoyo

Investigación

Interpretación

Empatía
Consejo

Enseguida te movilizas sobre la solución inmediata del


problema, viendo rápidamente la salida que tú cogerías.

No esperas a saber más del tema, y consideras que tu


misión consiste en aconsejar, incluso en llevar a cabo la
solución, el plan.

Es cierto, sin embargo, que en ocasiones es conveniente


pasar a la acción.
Juicio

Le manifiestas un juicio personal, muy a menudo de


naturaleza moral, y a veces, práctico, técnico, estético...

Te sitúas como censor, crítico o aprobador según el caso.

Debes distanciarte de esta tendencia y utilizarla para una


justa valoración del otro, en ocasiones es inevitable, pero
debemos intentar controlar nuestros juicios.
Apoyo

Deseas animar, consolar, dar una compensación. Eres


compasivo y acogedor.

De principio es una buena actitud, pero si se queda ahí es


un “simple consuelo” o puede generar dependencia; no
moviliza al otro (actitud paternalista).

También puede ser una manera de desdramatizar pues el


dolor nos incomoda.
Investigación

Quieres saber más sobre aspectos que te parecen


importantes. Cuestionas y recuestionas, pudiendo dejar a un
lado otros detalles que pueden ser importantes para el otro.

Puedes llegar a ignorar a tu interlocutor, a pesar del interés


que tienes con la cuestión, ya que lo importante para ti es la
información.

Corremos el riesgo de convertir a una persona en un


problema que tenemos que resolver.
Interpretación

Intentas desencadenar los mecanismos lógicos. Coges lo


esencial de lo que has escuchado. Pero si obvias algunos de los
aspectos mencionados puedes llegar a conclusiones erróneas.

Es tu “interpretación”, pero no lo que el otro ha vivido.

Por otro lado, puedes acertar, pero no es sencillo... además el


gran experto está dentro de cada uno.
Empatía

Procuras comprender lo que dice tu interlocutor y lo que significa para él. Te


esfuerzas por introducirte sinceramente en el problema tal como lo vive el
otro.

Tratas de comunicarle esa comprensión utilizando un lenguaje acomodado a


sus sentimientos y entendimiento. Con algún gesto o reformulación quieres
verificar que has entendido bien lo que te ha dicho.

Esta actitud reactiva al interlocutor, le moviliza y lo empuja a expresarse más,


ya que tiene la prueba de que lo escuchas sin prejuicios.

LO IMPORTANTE ES LO QUE EL OTRO QUIERE CONTAR, VIVE O TIENE QUE


DECIR, NO LO QUE YO QUIERO DECIR.

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