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Carta Pública

Caracas, 28 de febrero de 2021

Estimado, Juan Guaidó

Aunque el género epistolar ha caído en desuso, lo hemos escogido como la forma


más conveniente de comunicarnos con usted, por su modo directo, además de la
claridad y precisión a la cual estamos obligados.

Le hablamos desde nuestra condición de ciudadanos preocupados por los


destinos de la nación.

La carta va abierta porque su contenido atañe, sin duda, a todos los venezolanos.

Queremos hacerle una invitación franca, pública y sincera para que dé un paso
adelante y se ponga al frente de la construcción del poderoso movimiento nacional
que está emergiendo por todo el país planteando el regreso al voto y la ruta
electoral, que hoy reclama un creciente número de ciudadanos a propósito de las
próximas elecciones regionales y locales.

Estamos conscientes del liderazgo que usted encarna en una parte importante del
pueblo venezolano y el reconocimiento internacional que ha concitado, fruto de su
esfuerzo, del respaldo colectivo y del coraje que ha demostrado. En atención a
ello, consideramos que es su deber histórico aceptar la responsabilidad de darle
un vuelco decisivo y positivo, a la actual situación en que se encuentra la
oposición democrática venezolana.

Las razones de este exhorto público, se exponen a continuación:

1. La democracia es una idea y un sentimiento que se ha mantenido presente en


toda la sociedad venezolana, no así en las instituciones de la república destruidas
por la autocracia. Esa es la fuerza fundamental que ha impedido la consolidación
del modelo impuesto. De ofrecerle una política que despeje las dudas y conecte
con ese espíritu democrático dominante, seguramente se movilizará a su servicio.
2. Como usted sabe, "la política es el arte de lo posible”, pero no de manera lineal,
en un curso invariable, sino más bien en una compleja dinámica de marchas y
contramarchas, de avances y retrocesos, de ajustes y desajustes de acuerdo a las
circunstancias en el marco de una determinada estrategia. En virtud de la falta de
resultados exitosos del llamado del "cese a la usurpación, gobierno de transición,
elecciones libres", lo aconsejable es su revisión y sustitución por otra política más
factible de alcanzar su concreción. Si como se dijo en su momento: "todas las
opciones están sobre la mesa", el viraje se explica por sí mismo y entonces es
oportuno e indispensable recurrir a la vía electoral. La rectificación no es un
pecado, la historia, en particular la de nuestra nación, está llena de ejemplos de
correcciones a tiempo que permitieron avanzar en el camino de la democracia y
sus protagonistas continuaron gozando del respeto de los ciudadanos.

3. Es fundamental vincular la táctica de retorno al voto y a la ruta electoral, con la


necesidad de impulsar liderazgos regionales y locales, en un esfuerzo por rescatar
la descentralización como un pilar de la democracia por el cual hemos luchado los
venezolanos, al menos desde la Constituyente de 1946. Representa una vieja
aspiración de acercar el poder al ciudadano que tan beneficiosos resultados nos
diera desde 1989, ese año se realizaron las primeras elecciones de gobernadores.

4. La participación en las elecciones de alcaldes y gobernadores requiere un


amplio y profundo debate, en el cual, deben participar en primer orden, los
liderazgos locales y regionales junto con los ciudadanos, la decisión no puede ni
debe reducirse a las direcciones nacionales de los partidos. Las soluciones
políticas de estados y municipios corresponden a los ciudadanos que los habitan y
conocen, no a quienes se erigen circunstancialmente en sus representantes desde
la capital. Dada la aceptación nacional de su liderazgo, a usted le corresponde ser
el principal promotor de ese debate y su más consistente defensor.

5. Las próximas elecciones regionales y locales abren una enorme posibilidad


para que, desde el interior del país, se exprese el inmenso rechazo en modo
plebiscitario a Nicolás Maduro. En ello será clave su labor abriendo canales de
expresión a través de la multiplicidad de instancias sociales y políticas de las
regiones.

Las organizaciones partidistas, a pesar del momento difícil que atraviesan, siguen
desarrollando sus actividades. En el seno de ellas se debate el tema electoral.
Usted lo sabe y también conoce la presión que vienen ejerciendo los liderazgos de
estados y municipios en favor de la participación. Ningún partido político, incluido
el suyo, está fuera de ese proceso.

Por todas partes se alzan voces de ciudadanos, militantes o no, que exigen a los
líderes nacionales una decisión que acompañe la aspiración de participar.

Debemos continuar luchando por mejorar las condiciones electorales. No es fácil,


ni será una concesión graciosa del autoritarismo. Hay que arrancársela usando
presión inteligente y eficaz. Hacerlo de manera unida es clave para lograr este
propósito. Pero este esfuerzo no puede convertirse en una excusa para seguir
insistiendo en el llamado al cese de la usurpación. Ni servir como pretexto para
exigir "primero presidenciales y parlamentarias" para poder acudir a los procesos
comiciales.

Algo parecido ocurre con las operaciones dirigidas a entorpecer las iniciativas de
quienes defendemos la participación, con acciones intimidatorias haciendo uso
indebido del respaldo internacional para imponer posiciones políticas que no
logran desarrollar con procedimientos democráticos.

Los desencuentros dentro de la oposición y sus dificultades para lograr la unidad


que la sociedad democrática le reclama, es un serio inconveniente que debemos
superar.

Igualmente, la ausencia de diálogo y negociación acentuará los problemas


generados por la pandemia y hace más difícil la recuperación económica que tanto
nos urge.

Procesar las diferencias y encontrar una línea política común es un reto que no
podemos eludir. De lo contrario, el resultado será una mayor fragmentación y la
consolidación del autoritarismo que ha demolido la república y amenaza con
destruir la nación.

La responsabilidad de avanzar unitariamente hacia la conquista de la paz y la


libertad para la reconstrucción de la democracia nos corresponde a todos los
ciudadanos, hoy abatidos por el hambre, la pandemia, los bajos salarios, la
inseguridad, pero es sobre los hombros de usted donde recae la mayor cuota de
responsabilidad. Haga honor a la demanda de este momento histórico y de un
país que clama su libertad y redención.

A la espera de su respuesta oportuna

Atentamente

José Luis Farías, Pedro Benítez, Joaquín Marta Sosa, Gioconda San Blas, Ángel
Lombardi, María Carolina Uzcátegui, Ernesto Alvarenga, Alfredo Padilla, Xavier
Coscojuela, Simón García, Jorge Roig, Antonio Di Giampaolo, Gregorio Salazar,
Leonardo Carvajal, Eglee González Lobato, León Arismendi, Fredy Rincón
Noriega, Ysrrael Camero, Jairo Cubas, Oswaldo Muñoz, Tulio Ramírez, Luis Bravo
Jauregüi, Edgar Blanco, Juan Carlos Fernández, Robert Rodríguez, María de la
Paz Silva, Fausto Romeo, José Lombardi, Adalberto Pérez, Manuel Narváez,
Frank Payares, Juan Reyes, Robert Rodríguez, Roger Zamora, Maricel
Colmenares, José Silvio Torres, Marco Tulio Páez, Trina Rivero, Rafael Reyes,
Jorge Méndez, Nelson Oyarzabal, José "Chicho" Carrión, Alfredo Ruiz, Henry
Georget, Jacqueline Richte, Pablo Zambrano y Félix Jiménez.

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