CONCEPTOS Y PREGUNTAS

495
¿Qué debe saber todo ciudadano sobre ecología?

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Se desconoce el nivel de alfabetización ecológica entre la población general en los Estados Unidos y otros países, aunque existe una preocupación
generalizada de que sea demasiado bajo para permitir respuestas sociales efectivas a los problemas actuales. Aquí, describimos un marco para
conceptualizar la alfabetización ecológica. Este marco combina ideas y enfoques de las ciencias sociales con contenido considerado crítico por los
profesionales de la ecología. Concluimos con argumentos y preguntas clave que deberían iniciar un diálogo dirigido a mejorar la alfabetización
ecológica entre el público. Dado que la alfabetización ecológica fue el tema de la 93ª Reunión Anual de la Sociedad Ecológica de América en 2008,
creemos que es hora de que esta discusión se amplíe, aumente su prioridad y se materialice.

Front Ecol Environ 2009: 7 (9): 495–500, doi: 10.1890 / 070113 (publicado en línea el 25 de julio de 2008)

F
Menos
leer un del 20%científico
artículo de los estadounidenses saben leercomprender
en un periódico importante, y escribir
un programa de televisión basado en la ciencia, o comprender un libro de ciencia
popular (Miller 2002). Eso deja a unas cuatro quintas partes de la población con
conocimientos insuficientes sobre los problemas que pueden afectar sus vidas.
Alfabetización en ciertas áreas de la ciencia: el medio ambiente, por ejemplo
(Glenn 2001; Coyle 2005), o la evolución (Miller et al. 2006) - está sustancialmente
por detrás de las expectativas de una ciudadanía informada. Si bien los datos no
son abundantes, hay evidencia de que el público en general no está bien versado
en ecología (Magtorn 2005; Stone y Barlow 2005; Puk y Makin 2006). El
desempeño de los estudiantes en las partes de ecología de las evaluaciones
nacionales de ciencias es deficiente (IES 2006) y en las evaluaciones
internacionales de ciencias, los estudiantes de EE. UU. Se desempeñan menos
que los estudiantes de muchas naciones europeas y asiáticas (Gonzales et al. 2000).
mundo natural y la interacción humana con él (por ejemplo, Slobodkin 2003;
Speth 2004) y para tomar decisiones informadas sobre la conservación y
gestión de los recursos (Berkowitz et al. 2005). Dado el rápido crecimiento y
desarrollo que enfrentan las comunidades, la alfabetización ecológica debe ser
parte de la experiencia de aprendizaje de toda la vida de un ciudadano,
comenzando en los grados primarios y continuando a través de experiencias
informales de aprendizaje para adultos. De hecho, los objetivos de la Sección
de Educación de la Ecological Society of America (ESA) incluyen “promover y
mejorar la educación en ecología para estudiantes de todas las edades y para
el público en general” (ESA 1988). Para promover el diálogo sobre la
alfabetización ecológica, necesitamos un lenguaje común, y para medir los
logros educativos, necesitamos algún tipo de métrica. Aquí, por lo tanto,
planteamos la pregunta: "¿Qué debe saber todo ciudadano sobre la ecología?"

Sin una guía experta, los educadores formales e informales no pueden determinar
La alfabetización ecológica es necesaria para comprender qué conceptos son esenciales para la alfabetización ecológica; por lo tanto, existe la
necesidad de documentos nacionales de reforma (Rutherford y Ahlgren 1991; AAAS
1993; NRC 1999; Brainard 2007). Si bien las voces de los ecologistas se escucharon
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IIn heellll ::
durante el desarrollo de los estándares científicos generales (AAAS 1993; NRC
• Definir la alfabetización ecológica es más difícil de lo que parece a primera vista 1999), los educadores necesitan una guía enfocada para promover la alfabetización
ecológica. También necesitan información actualizada a medida que cambia el
• Las preguntas sobre valores y comportamiento son especialmente problemáticas.
conjunto de conocimientos. Si queremos alcanzar los objetivos de nuestra propia

• Debemos reconocer que una persona ecológicamente alfabetizada no siempre actuará para
promover la salud de los ecosistemas.
• Un marco de alfabetización ecológica debe considerar vías para lograr la alfabetización
entre los ciudadanos, y no solo la definición de alfabetización per se.
• La discusión sobre la alfabetización ecológica debe continuar y expandirse dentro
de la Sociedad Ecológica de América.
sociedad profesional, necesitamos definir explícitamente la alfabetización ecológica y
detallar sus componentes. El momento para esta discusión no podría ser mejor,
porque los programas de educación ambiental y ciencia ciudadana se están
extendiendo y los estándares educativos nacionales se están revisando (Brainard
2007).

1 Departamento de Ecología, Evolución y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias

Poner las ideas en contexto
Ambientales y Biológicas, Universidad de Rutgers, New Brunswick, Nueva Jersey * (

jordan@aesop.rutgers.edu ); 2 Departamento de Biología, Universidad de Radford, Radford, Los académicos que representan una variedad de disciplinas (filosofía,
VA; 3 Departamento de Ciencias Naturales, St Petersburg College, St Petersburg, FL; 4 Programaeducación, psicología y ciencia) han escrito extensamente sobre la

de educación, Instituto de Estudios de Ecosistemas, Millbrook, NY alfabetización ecológica. Aunque este documento no es una revisión
exhaustiva, destacamos cuestiones clave y

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 Alfabetización ecológica
496 luego resuma algunas de las ideas más influyentes. Orr (1992) recomienda
que los educadores muevan la alfabetización ecológica más allá de los
hechos ecológicos estáticos que se presentan comúnmente en los libros de
texto de ecología e incluyan conocimiento multidisciplinario, así como
información menos definida académicamente. En este último se incluye la
conciencia de sí mismo, el lugar y los valores personales y sociales. Mucho
de lo que propone Orr se ha incorporado al trabajo fundamental del campo
de la educación ambiental (NAAEE
2000). Esta superposición entre educación ecológica y ambiental (Sauvé 1999)
había hecho que muchos cuestionaran las distinciones entre las dos. Si bien
Orr pudo haber considerado originalmente que la alfabetización ambiental y
ecológica era similar, otros definen más claramente la alfabetización ecológica
como un subconjunto de la alfabetización ambiental (Hungerford et al. 1980;
Berkowitz et al. 2005).
Muchos marcos existentes para la alfabetización ecológica proporcionan
pocos detalles, si es que los hay, sobre el conocimiento científico ecológico o los
hábitos mentales necesarios para la alfabetización. En cambio, enfatizan los
aspectos psicosociales, la agencia humana o el daño ambiental causado por los
humanos en todo el mundo, pero particularmente la sociedad occidental. Una
notable excepción a esto es Berkowitz et al. ( 2005), quienes identifican sistemas
ecológicos clave y funciones de los ecosistemas. Otros modelos, como los
delineados por Woolpert (2004) o Wooltorton (2006), introducen conocimientos
metafísicos sobre el yo y la espiritualidad que están fuera del alcance de la
ciencia ecológica, o son poco objetivables y poco prácticos en el contexto de la
educación científica.
Existe un debate en curso sobre la reactividad de la comunidad científica
ante ideologías y agendas sociales particulares y, a la inversa, sobre la
influencia de la agenda científica en el discurso social (Scoones 1999;
Koertge 2000). Por ejemplo, el concepto de sostenibilidad es una de las
principales preocupaciones en las discusiones contemporáneas sobre
alfabetización ecológica (Stone y Barlow 2005), pero hay poco acuerdo
sobre su definición o su papel en el desarrollo de la alfabetización
ecológica. Esta falta de claridad puede, en parte, reflejar el hecho de que la
sustentabilidad ha evolucionado recientemente como un valor considerado
en la visión occidental, mientras que tiene una historia más larga en el
conocimiento ecológico “tradicional” o “indígena” (Sanne 2002; Mazzochi
2006) . Aún así, la idea de utilizar recursos en tales
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Identidad ecológica: una integración de contenido, proceso y reflexión (Thomashow 1995) El lugar y la acción personal
combinados con el conocimiento ecológico básico (Orr 1992)
Una perspectiva interconectada, en la que las redes se entienden en varios niveles: biológico, cognitivo y social (Capra 2002) Pensamiento ecológico y comprensión de los
sistemas clave que ocurren en un contexto social (Berkowitz et al. 2005) Justicia ambiental, autosuficiencia y reducción del consumismo, preocupación por las generaciones
futuras (Bowers 2001) Una visión interpretativa, más que objetivista de la naturaleza (Jardine 2000)
Pensamiento sistémico y afinidad por el mundo natural (Woolpert 2004)
Pedagogía de la sostenibilidad basada en el lugar, con un enfoque en las relaciones y una visión científica modificada del mundo (Wooltorton 2006)
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R Jordan et al.
una forma de asegurar la disponibilidad futura parece ser un elemento
esencial en la mayoría de las concepciones. Orr (1992) coloca claramente la
sostenibilidad como un resultado preferido de la promoción de la
alfabetización ecológica, y esta visión se refleja en muchos otros
(Thomashow 1995; Sauvé 1999; Capra 2002; Wooltorton 2002; Berkowitz et
al. 2005). Otros han introducido la idea de ecopedagogía, o educación que
promueve la acción positiva hacia la sostenibilidad ambiental (Stone y
Barlow 2005; Thomashow 1995). Sin embargo, este enfoque no ha sido
ampliamente adoptado debido a la preocupación por los conflictos que
surgen de un marco tan explícitamente cargado de valores.
A pesar de los desacuerdos y conflictos, hay áreas clave de acuerdo entre
los marcos de alfabetización ecológica existentes (Panel 1). La mayoría de
estos incorporan elementos de conocimiento declarativo y procedimental; en
otras palabras, conceptos clave y cómo realizar investigaciones científicas e
interpretar información científica. También incluyen el conocimiento
metacognitivo, o un sentido del yo y la agencia humana, en lo que respecta al
pensamiento ecológico. Muchos marcos de alfabetización ecológica vinculan la
acción, específicamente la acción ambiental positiva, con el conocimiento del
contenido, en contraste con otros campos de aprendizaje donde la
alfabetización se equipara más estrechamente con estar “versado” en el
contenido. También hay un hilo conductor relacionado con la escala en los
marcos de alfabetización ecológica. Una persona ecológicamente letrada
muestra conciencia sobre los hábitats locales, puede vincular los problemas
locales con los problemas globales y tiene una comprensión de conceptos y
problemas espacialmente independientes. Otro tema común es que el
conocimiento ecológico tiene aplicaciones prácticas, en otras palabras, que es
relevante para una variedad de otros contextos, por ejemplo, la economía o las
políticas públicas.
A pesar de estos puntos en común, en la actualidad no existe un marco
completo y de amplia aplicación para guiar a los educadores formales e
informales, quienes esperamos sean los principales promotores de la
alfabetización ecológica. No contamos con materiales que brinden un esbozo
de conceptos básicos o hábitos mentales, o que puedan usarse como rúbrica
para evaluar la alfabetización ecológica. Sin embargo, contamos con un grupo
considerable de profesionales con mucho conocimiento que pueden
proporcionar estos detalles y luego integrarlos con el trabajo sobre identidad
ecológica, agencia humana y valor.
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R Jordan et al. Alfabetización ecológica

ues, para completar un marco completo. Este proceso ya 497

está en marcha. En la Reunión Anual de la ESA de 2006 en
Memphis, Tennessee, un amplio grupo de ecologistas, desde Conocimiento
estudiantes de pregrado hasta profesores superiores, se
reunió para identificar los elementos esenciales de un marco
espacio
Uno mismo
general para la alfabetización ecológica e iniciar su
desarrollo. Si bien podemos generar una larga lista de conocimiento
conceptos que creemos que constituyen la ecología, llegar a Basado en evidencia
UNO MISMO
un acuerdo sobre algunas ideas clave es un gran desafío. hábitos mentales
Podemos consultar libros de texto y expertos para resaltar
ideas que los estudiantes de pregrado en ecología deben RESUMEN
comprender, pero establecer pautas de alfabetización para el
público es más difícil, porque debemos tomar la decisión de CONTEXTO
incluir ciertos fragmentos de información ecológica a
Conceptos ecológicos
expensas de otro material.
y conexiones
1
2 53 4
A continuación, proporcionamos una perspectiva científica sobre
el desarrollo de un marco de alfabetización ecológica (Figura 1) y
finalizamos con un llamado a los ecólogos y educadores para que
proporcionen más conocimientos. Este llamamiento es
particularmente oportuno, dada la reunión anual de la ESA de 2008 F u 1 1 .. Un modelo conceptual de alfabetización ecológica. Considere un vasto conocimiento
Fiiggurree
con temas educativos. espacio, en el que, idealmente, existe espacio para (1) hábitos mentales científicos con respecto a la ecología
(por ejemplo, razonamiento establecido); (2) conectividad ecológica y conceptos clave (por ejemplo, teoría de la
biogeografía de las islas); y (3) autoconocimiento con respecto a la acción humana y los vínculos ambientales

Un marco para la alfabetización ecológica (por ejemplo, moverse entre niveles de abstracción). Estos pueden superponerse en diversos grados,
dependiendo del individuo, pero existe una
Proponemos un marco que integra claves región en la que estas formas de conocimiento están mediadas por la alfabetización ecológica (sombreada).

aspectos de la alfabetización ecológica, tal como se define en el

literatura revisada anteriormente, pero que también incluye una e incertidumbre al usar o interpretar modelos
perspectiva tífica. Este marco tiene tres componentes: (Treagust et al. 2002). Los modelos también tienen descuentos
(1) posesión de hábitos mentales científicos en ecología (es decir, abolladuras que tienen experiencia limitada con datos, debido a
aquellos que promueven la capacidad de razonar sobre ecología la creencia predominante de que las afirmaciones científicas se basan casi

ciencia y problemas); (2) comprensión de las condiciones ecológicas exclusivamente en observación directa (Jordan y Duncan
nectividad y conceptos clave; y (3) apreciación de la inédito). Este sesgo empírico también impide la aceptación
vínculos entre las acciones humanas y el medio ambiente. tancia de argumentos deductivos.

Hábitos mentales científicos ecológicos Conectividad ecológica y conceptos clave

Hábitos mentales particulares, como modelar, lidiar con la incertidumbre ambiental y
cuestiones de escala, son integrales a la investigación científica y son
particularmente adecuados para un contexto ecológico en la instrucción.
Desafortunadamente, estas facetas del proceso científico pueden no estar
adecuadamente cubiertas en las pautas actuales de alfabetización científica.
La comprensión de la conectividad ecológica (interacciones y relaciones) es
esencial para la alfabetización ecológica. Esto implica una comprensión realista
de la evolución a través de escalas, una apreciación de las retroalimentaciones y
las limitaciones, y la capacidad de explicar y predecir patrones básicos de la
dinámica de la población. Las más notables son las siguientes ideas:

Las personas necesitan un nivel de alfabetización suficiente que les permita

evaluar las afirmaciones científicas en ecología. Esto requiere una comprensión (1) La ecología es una ciencia y los ecologistas utilizan una herramienta diversa:

general del proceso de la ciencia. También requiere una comprensión de la
naturaleza de la incertidumbre en la ciencia, porque los problemas relacionados
con la incertidumbre influyen en la visión de las personas sobre los problemas
ambientales y ecológicos (Bradshaw y Borchers 2000; Robertson y Hull
2003). Las personas deben ser conscientes de que las afirmaciones científicas
tienen distintos niveles de confianza y que múltiples formas de evidencia respaldan
recuadro para describir procesos ecológicos y para probar hipótesis
sobre procesos.
(2) Hay conexiones funcionales dentro de las especies y
entre especies y el medio ambiente, y estos no tienen la misma
importancia cuando se consideran eventos ecológicos específicos.
(3) Los factores bióticos y abióticos interactúan para influir en las especies.

las afirmaciones. Los estudiantes de K-12 a menudo tienen dificultades para distribuciones. Para comprender esto, es necesario comprender las ideas
entender problemas de escala. fundamentales enumeradas en el Panel 2.

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 Alfabetización ecológica R Jordan et al.

498 (a) (B)

(C) (D)

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urree 22 .. ¿Qué debe saber todo ciudadano sobre ecología? Espacios naturales cercanos a regiones pobladas. (a) Pantano de Carolina del Norte, (b) Arroyo de Nueva York, (c)
Cañón de Idaho, (d) Costa de California. A medida que los humanos continúan invadiendo espacios naturales como estos, el público y los tomadores de decisiones necesitan las
herramientas intelectuales necesarias para tomar decisiones de gestión.

(4) Los procesos ecológicos operan en diferentes grados cuando (7) Los ecologistas, como otros científicos, pueden interpretar la ecología

estudiado en diferentes escalas espaciales y temporales. procesos icos en el contexto de su propia cultura
(5) Los modelos ecológicos se utilizan como descriptores y predictores antecedentes.
tors de los procesos ecológicos. (8) La alfabetización ecológica permite a las personas comprender
(6) La teoría evolutiva es el marco para la comprensión conexiones entre ellos y ecológicos
ing conexiones ecológicas. procesos y puede ayudarlos a tomar decisiones informadas sobre
cuestiones ambientales.
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Acciones humanas-vínculos ambientales
Organismos (individuos y poblaciones; ecofisiología) Conceptos de
especies La alfabetización ecológica debe incluir la comprensión de los vínculos entre

Procesos evolutivos (selección natural, macroevolución, cambio genético) las acciones humanas y sus efectos posteriores en los ecosistemas. Los
participantes en la toma de decisiones sociales deben poder considerar la

Procesos regionales y globales influencia y las interacciones de los valores económicos, sociales y éticos en

Dinámica de la población (crecimiento: exponencial y logístico); modelo

ese proceso. La alfabetización ecológica también requiere la capacidad de
distinguir entre la evidencia científica y la evaluación basada en valores, y
matematico
reconocer los diferentes roles de estas perspectivas. Como Berkowitz et al. ( 2005)
Interacciones poblacionales
señalan, una conciencia abierta del contexto social permite un examen crítico
La biodiversidad
del conocimiento y su aplicación por parte de individuos e instituciones. Sin
Redes alimentarias
embargo, la “intrusión” de valores en una definición de alfabetización ecológica
Niveles tróficos
sin duda suscitará controversias. Los valores ambientales sólidos, incluido el
Flujo de energía
disfrute de las actividades al aire libre y la preocupación por la biodiversidad,
Productividad
parecen ser críticos.
Ciclos biogeoquímicos
Asignación / compensaciones

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neeccoollooggyy..oorrgg © La Sociedad Ecológica de América
R Jordan et al.
Cal para la acción ambientalmente positiva, y una comprensión de los
procesos ecológicos por sí sola es insuficiente para influir en el
comportamiento (Palmer y Neal 1994; Marcinkowski 2001; Sward y
Marcinkowski 2001). Sin embargo, no sabemos si existen formas o fuentes
particulares de los valores que subyacen a las decisiones y comportamientos
ambientalmente racionales. Por ejemplo, ¿debe una persona educada en
ecología percibir un valor intrínseco para los objetos en la naturaleza, o es
suficiente una visión más humana-utilitaria?
Si bien la comprensión de cómo las acciones personales y políticas pueden
afectar el cambio y la gestión de los ecosistemas es esencial para la
alfabetización ecológica, no existe consenso sobre la inclusión del
comportamiento como una medida de la alfabetización. Algunos ven la
promoción de la acción como activismo más que como educación (ver Hug
1997). Además, si la conducta es un componente fundamental de la
alfabetización ecológica, ¿cuáles son los estándares para la conducta
ecológicamente alfabetizada y cómo se determinan? ¿Debe un individuo
educado en ecología comportarse de una manera que promueva un medio
ambiente ecológicamente sostenible? ¿Debemos medir el conocimiento sobre
cómo actuar o si se realiza la acción en sí?
Refinando el marco: una llamada a la acción
Hay una serie de cuestiones pendientes que deben abordarse. Primero,
necesitamos una definición de sustentabilidad adecuada para un contexto
educativo. Quizás este debería ser un objetivo específico de futuras discusiones
sobre alfabetización ecológica dentro de la ESA. Como mínimo, pensar en la
sostenibilidad debería reflejarse en los objetivos de la alfabetización ecológica, lo
que sería un esfuerzo oportuno, dado el actual impulso global hacia la educación
para la sostenibilidad (UNESCO 2007). Establecer una meta de alfabetización
ecológica permitiría la selección de conceptos para incluir en el marco. Por
ejemplo, si estamos de acuerdo en que la alfabetización es especialmente crítica
para las personas que buscan participar en actividades ambientalmente
sostenibles, podríamos organizar nuestras recomendaciones en torno a
preocupaciones ambientales urgentes. Lograr que el marco sea ampliamente
aplicable a todas las escalas y cuestiones será un desafío. Otro enfoque podría
ser centrar los objetivos en torno a un conjunto de uno o más problemas globales,
como el cambio climático, la crisis de la biodiversidad o las especies invasoras.
Un peligro aquí es que estos temas refuerzan la percepción errónea de que la
ecología es equivalente a la ciencia ambiental, o que la ecología es un
movimiento reactivo o activista. Una solución parcial a este problema podría ser
presentar inicialmente a los estudiantes a los temas y luego articular
explícitamente la comprensión ecológica necesaria para abordar esos problemas.
Cómo se definen los valores dentro de la alfabetización ecológica requiere más
discusión. Los valores están implícitos en la declaración de propósito de la ESA y
muchos ecologistas reconocen que las preocupaciones personales y la
consideración positiva por el medio ambiente influye en su trabajo hasta cierto
punto (Jordania obs. pers.). Como mínimo, el reconocimiento del papel de los
valores debería ser explícito en los planes de estudio diseñados para promover la
alfabetización ecológica. Sin embargo, si los valores ambientales positivos son
necesarios para establecer una base para
© La Sociedad Ecológica de América
Alfabetización ecológica
alfabetización ecológica, ¿deberíamos promover estos valores? Las cuestiones a 499
mayor escala relativas a los medios por los que fomentamos la alfabetización
ecológica necesitan discusión. Considere las siguientes preguntas no resueltas sobre
los caminos en la enseñanza y el aprendizaje:
(1) ¿Deberían los instructores concentrarse más en transmitir la
conceptos básicos de la ciencia de la ecología, ¿o deberían concentrarse en
proporcionar a los estudiantes herramientas para el autoaprendizaje?
(2) ¿En qué medida el conocimiento ecológico es
¿específico o culturalmente dependiente?
(3) ¿Cómo podemos lograr un equilibrio entre un enfoque en
¿Problemas ambientales locales versus aquellos a mayor escala (Figura
2)?
(4) ¿Cómo podemos fusionar el conocimiento conceptual y la ciencia
habilidades de procesos específicos?
(5) ¿Debería un marco de alfabetización ecológica ser un
lista de sugerencias o hay una forma más dinámica de transmitir ideas
ecológicas?
(6) ¿Cómo podemos realizar un seguimiento de los nuevos conceptos de forma rápida?
cambio de disciplina?
Finalmente, necesitamos discutir aspectos menos considerados de la
alfabetización ecológica: es decir, psicosociales y metafísicos. Está claro que
esta discusión debe incluir perspectivas humanas y, quizás, acciones.
¿Podría el trabajo sobre identidad ecológica, agencia humana y valores, y
otras escuelas de pensamiento ayudar a informar esto? Si es así, ¿hay
alguna manera de reunir a filósofos, educadores, psicólogos y otros
científicos sociales para llegar a un consenso?
Si se va a desarrollar un marco general para la alfabetización ecológica,
debemos asegurarnos de que estamos incorporando las diversas perspectivas
de otros ecólogos, así como las de los científicos sociales que trabajan en el
campo de la educación. Si la alfabetización ecológica pública es tan
inaceptablemente baja como sospechamos, somos nosotros los que
deberíamos actuar, ya sea por interés propio o por alguna causa mayor. La
discusión debe continuar, pero es hora de desplegar resultados tangibles.
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