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PUBLICACIONES DE «EL RESTAURADOR FAMACÉUTICO»

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X Congreso Internacional
de Historia de la Medicina
Madrid, Septiem bre 1935

La Botánica Arabe
aplicada a la Medicina

POR

Francisco J. Blanco Juste


FARMACÉUTICO

Académico de la Nacional de Farmacia, C. de la Hispano Am ericana de Ciencias,


Secretario del Comité Nacional del Quino

MADRID
1935
IMPRENTA Y LITOGRAFíA DI:: ARTURO SUÁRI::Z E!'I:RIQUE Gr~ANADOS, 34 TELÉFONO 70960 BARCELONA
LA B OTÁNICA ARABE APLICADA A LA MEDICINA
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Investigando en los viejos códices árabes buceando en el pretérito,


médico árabe, se observa un rango científico entre los siglos x y XII tanto
en España como en Oriente, que nos atrevemos a decir estaban a la cabe·
za de la ciencia médica mundial; la botánica como ciencia pura, es decir
como tal Fitografía no fué cultivada por los árabes, lo fué intensamente
como aplicada a la iVledicina, Córdoba, Sevilla, Zaragoza y Murcia tienen
sus escuelas botánicas; las 70 bibliotecas que tienen desparramadas en
España en sus estantes, existen manuscritos árabes dedicados a la ciencia
de las plantas; a la sistemática vegetal, pe¡'() aplicada a la Aledicina;
es decir a estudiar el vegetal tal como hoy se hace en la asignatura de Bo-
tánica en la Facultad de Farmacia, esa fué la botánica árabe. Dioscórides
es admirado y elogiado en el año 948, Romano emperador bizantino envía
la obra al califa de Córdoba; la vierte al árabe un monje llamado Nicolas;
en aquella época decir botánico, es sinónimo de médíco. El arte se curar
tiene dos grandes columnas, la alquimia y la botánica.
Ebn Beithar-Abdalla-Ben-Ahmad Dialedim conocido por Ehn· Bei-
taro Malagueño, gran médico y gran botánico llamado el Tournefort de los
Arabes, hizo una clasificación filosófica de los vegetales y averiguó las
virtudes medicinales de muchas plantas. Su discípulo Ben-Avi-Laiva
dice que en plantas supera a Galeno y Dioscórides y que fué como botánico-
médico admirado y respetado. Recorrió Grecia, Oriente y Occidente her-
borizando, visitó a sabios para hablar de botánica. La Academia Egipcia
le nombró proto-médico. El Rey de Damasco le colmó de Honores y le
nombró gran visir: D.e «Virtutibus herrarum, de Venenis, de metalis, de
mira rerum creatorum Virtute ac de uso medicamentorum ad curando ,cor-
-6-

poris morbo) . Sobre todo su tratado «De Limonibus>; tratado completo de


los limones, los elogia y preconiza, siendo puede decirse el árabe que in-
trodujo el uso medicinal de los limones, esta obra está traducida al francés
yallatín.
Murió en Málaga a 1216; Morejón dice que fué en Damasco en 1262
y lo prueba con documentos irrefutables. Es una gran figura en la M edici-
na árabe insigne botánico llegó a conocer 2000 medicamentos, pero no
quiere -salir fiador de ellos>; dice que solo sirven y deben usarse «diez
y ocho)).
Hay quien asegura que la obra de botánica de Albheitar era un plagio
de otra de Ibn Ghafique; Arabe del siglo X II de los Pedroches (Córdoba.)
-AI-Hussein-Abon-Alí Ben-Abdalla-Ebn-Sina » llamado «Avicena).
Príncipe de la Medicina árabe, gran botánico, herborizó en la Bactriana e
introdujo en la medicina la < asafétida·. Aristóteles, Hipócrates, Galeno y
Teofrasto no la men cionan aunque hablan de un -Silphion> ¿sería la asafé-
tida? Avicena habla con elogio la llama -Altit·Antít>: hoy en Marruecos es
usada y llamada como Avicena. Averroesy Racis también la mencionan.
«Aboubeker Mohamed Ben Zacharia ) vulgo «Razis)). Escribió 12 vo-
lúmenes. «Liber Roxis qui dicitur lumen luminium magnum y Examen de bo-
ticarios ». Nació en 860 y murió en 923. Se ocupó mucho del -acíbar> y
gre de Drago »; el acibar se vende hoy entre los árabes.
En el catálogo de manuscritos árabes de El Escorial, Códice 845 está
el «Ré-Herbaria» de Dioscórides vertido al árabe, prueba del amor a la sis-
temática vegetal que tenían los árabes.
Como Farmacognosta -Albu Alcaitan »; Cordobés escribió ((Herbarum
Viribus a Naturis :. .
-Ali Ben-Mussa-Said»; natural de Alcalá dejó escrita una excelente
.. Historia Natural)).
-Moyses. Maimonides-Rabi-Mosch-Ben-Maiiémon el Egipcio). Cor-
dobés nació en 1135, murió en El Cairo 1204; enterrado está junto al
lago de Tiberiades, escribió -Hortus Sanitis> y «Toxicología,) conoció ve-
nenos vegetales.
La obra :'trabe <Hispanus Arboribus, herbis ploribus,) 525 de la egira,
1130 cristiano.
«Tractatus de Agricultura.,; obra botánica. -Abu Zacharia Jahia · Ben-
Mohamed Ben Admad)), vulgo (Enb Aluan Hispalensisl).
~Hortorum culti, Ben Abi Kassam)).
< Ben Saad Ben Hodhrami, Sirio Botánico • .

Estos autores árabes nos demuestran que la botánica médica fué entre
los árabes una ciencia que se llegó al máximo de esplendor~ tanto es así
-7-

Que mucho de la flora actual española la más variada y rica de Europa, la


.India de Europa. como llamaba Linneo a España se debe a tres causas:
1. a a su diversa climatología y alliludes, 2 a al descubrimiento de Amé-
rica, 3. 8 a la invasión árabe
Para conocer el estilo botánico-descriptivo de los árabes vamos a des-
cribir el Pino (latín). «Pinus: Triplicis generis femenina flugifera; mas fte-
rilis cupis nux caret nucleis; tertia; Cuprello fimilis ; quce Vocatur Pinafter,
mira altitudinae in medio ramola fieut Pinis inverticelJ.
En el capítulo <Arboruum fructum Nomen Natura»pondremos como
ejemplo ti Moral: cMorus Arab-iga. cujus foliis bombices aluntur; Fructus
color multiplex, abus, níger, rubens, croceus, cGeruleus, lutens, fapor, dul-
cis andus. La Higuera: Ficus multa varia ejies funt genera·. Ambos árbo-
les son genuínos árabes. El Moral, Morus Nigra y la <Morera Morus Alba
de los Moreceas, con sus hojas se alimenta el gusano de seda y con el
fruto de moras los árabes hacían el jarabe de moras.
La (,Higuera Ficus Carica Ln; árbol predilecto del árabe así como me-
dicinal su fruto.
Describen el (,tomate Raibu, hispanis; tomate, italis; Pomo dorado;
quod ita diferibitur; et triata forma colore aureo; femine multo; fomore
perarcido; quae omnia pomo tomate planae Congronunt • . definición del
tomate hace diez siglos.
Del tomate ( Lycopersicum esculentum mill-solanacea » diremos que
los autores dicen unos es planta mejicana y otro de las AntiUas, aclimatada
en Europa; a esto sólo opondremos lo que dice Miguel Casiri en 1740,
cuando el buen rey Carlos III le ordenó hiciera el catálogo de los manus-
critos árabes de la biblioteca Escurialense. (cCaroli III, Regis optimax: Au-
torictati at qui auspiciis edita'). eeBibliotecae Arabico ·Hispanae Escuria-
lensis. Matriti. Anno MDCCLX.-Antonnus Perez de Soto.- Imprimebat.
Los árabes crean el <Aggin. (farmacéutico) y crean la oficina de Far-
macia, y de aquellas boticas sale el «alcohol; los ácidos fuertes; el So-
liman; el Alcali (del Caldeo Arder); y el agua regia); saben disolver el
oro, conocen la cristalización a la que llaman <coagulación»; saben sepa-
rar la plata del oro en la copelación; el (precipitado rojo. al que denomi-
nan «precipitado persa· ; del (aceite de almendras dulces· se muestran en-
tusiastas; del «cauterio» hacen mucho uso, legado hoya los árabes y bere-
beres que se curan sus heridas de guerra con hierro al rojo y aceite hir-
viendo; de limones siguen el consejo del botánico árabe «Eub-Albheitar·
y les conceden inmensa importancia el «acibar, la genciana, alcanfor, elíxi·
res, jarabes de frutas, infusiones, cocimientos»; conocen la forma farma-
céutica del (dooc. emulsi6n de almendras; el .Borax., yen las oficinas fa r -
-8-

macéuticasárabes tienen «mortero, alambique, tamices, balanzas, filtros~;


inventan el «trocisco~; la escuela de Salemo y los españoles <Arabigo
Madraza> (Universidades) hacen a Zaragoza, Sevilla y Murcia ·hadria>
(cultos y religiosos); la Medicina llega al máximo esplendor, conocen la
«coloquintida» y el <Aloes>; el médiCo árabe prescribe y el cAggin> dis-
pensa todas las formas farmacéuticas que hoy se conocen.
«El colirio>, el electuario a cuyo fin las colmenas de los árabes es-
laban muy bien cuidadas y las abejas libaban en los azahares sevillanos y
"carmenes ~ granadinos, cuyos vergeles de ensueño eran típicos jardines
moros: -Hojas, flores, frutos, aguas destiladas, esencias, bolos, aceites
medicinales, trociscos, píldoras, ceratos, emplastos, bizmas, polvos impal-
pables, vinos medicinales y jarabes d e frutas'; de esto aprovechaban la
riqueza frutera de España y hacían verdaderas filigranas; el ((agraz~ todo
ello es moro. La hoy casi proscrita «Farmacia Clásica> fué legada casi su
totalidad por los árabes, dejando en España inmensa huella en el arte de
curar; como 10 dejaron en la Arquitectura en el sistema de riegos, en cos-
tumbres y hasta en indumentos (enguarinas, zocos de la provincia de To-
ledo), tipos puros árabes (provincias de Alicante y Almería) y en general
una influencia tan grande, que en el arte de curar nos han Iegado su me-
dicina científica y medicina de vulgo, ciertos procedimientos que procura-
remos reseñar y ver si hoy subsisten en la zona de nuestro protectorado.
La botánica será 10 estudiado por nosotros, las plantas que aplicaban
en la Medicina, como y cuando, y si su uso se conserva hoy en los árabes
y bereberes más hebreos del Marruecos español, tan apegados a 10 tradi-
cional. Pondré sólo mi buen deseo y llegaré donde humanamente pueda
llegar el problema es árduo. La medida de Felipe 111 en 1610 de hacer sa-
lir de España a los musulmanes se fué a con'stituir la República de las
dos orillas en la desembocadura del "Bu-Regreg •. A un lado Salé y a
otro Rabat, se llevaron sus biblíotecas, sus enseres; en España sólo deja-
ron sus edificios y costumbres, nada dejaron; por eso la medida histórica-
mente ha sido tan criticada A los dos años, año 1612, enfrente de Salé el
capitán de galeras español, don Pedro de Lora, apresa los dos bageles del
sultan de Marruecos Muley Zidam que conducían su biblioteca de 4000
manuscritos árabes, persas, israelitas; pl'otocolo del saber humano de
aquella época; Felipe 111 Jos dona al Prior Jerónimo del Monasterio de
San Lorenzo de El Escorial; después de unas gestiones infructuosas del
Sultán marroquí para los Manuscritos; el monarca español pedía la liber-
tad de los cautivos españoles; Muley Ridam no accedió, y esto dió origen
a que hoy tengamos ese archivo del saber humano-Arabe en los siglos X al
XII: Manuscritos árabes-médicos creo son 110 volúmenes; capital impor-
-9-

tancia tienen para el fin histório. El sabio botánico madrileño Or. Lázaro e
Ibiza en su «Flora Española» tomo laño 1896 dice que los botánicos árabes
trajeron de Oriente el <Bálsamodendro~; el llamado Bedulio; gomo-resina
del <Balsamodendron Africanum· Arnolt; vive en el Senegal y Abisinia,
usado por -los árabes.; debe ser el llamado cMurp por los árabes; en la
actualidad al menos en la zona española; no se usa.
La <Colocasia·> Schot (de colocasión nombre griego de la planta), fa-
milia «Aráceas·>. <Colocasia Antiquorum. Schot. Norte de Africa y Oriente;
subespontánea en la Andaluía baja y Algarbes (Portugal); vulgarmente se
llama <Alcorcaz), -Monte de Santa María.; Ñame de Canarias: no se usa
en la actualidad.
«Hybiscus iEsculusi>. Malvácea; sin uso, otras especie «Syriacus>;
«Rosa-Sinensis;. <Trionum; son ornamentales; «Ficus Esculus ». Artocar-
pacea; que según el Or. Lázaro a los árabes la debemos.
(~ Ficus Carica.: Higuera: <Tin » en árabe; los usaron como pectorales
y emolientes, madurativos en los accesos: en gargarismos .
«El Higo chumbo,>; <Opuntia vulgaris>. (,Mili,>; Cactácea <·Hendi· en
árabe vulgar, se usa la flor, en cocimiento contra la diarrea, muy árabe.
Al citar plantas medicinales preconizadas por médicos árabes no pode-
mos seguir, un orden determinado; procuraremos recoger el mayor número
de datos; pues una ve'z más repetimos que estando los 1'lO manuscritos mé-
dico-árabes de la biblioteca de El Escorial sin traducir; esta labor presenta
dificultades insuperables; sí esa traducción estuviera hecha el trabajo pre-
sente no tendría el menor mérito ; tenemos que hacer una labor bibliográfica
intensa de viejos libros de farmacognosia y de la sistemática vegetal, averi .
guar en sus materiales; cuales fueron empleados por los árabes en su arte
de curar las enfermedades. En el momento actual la Farmacogllosia y Te-
rapética Musulmana ·Hebraica, empleada por marroquíes en zona del Pro-
tectorado español, ha sido estudiada por el ilustre botánico y farmacognos-
ta Dr. O. Joaquín Mas y Guindal que en un libro recogió preciosos datos
de la Farmacopea MarroqUÍ, libro curioso y científico que lleva el sello del
il ustre Farmacéutico militar, muchos datos de actual idad los recogemos del
libro del Or. Mas; a él pues le corresponde como en otras muchas de sus
obras las ramas de laurel.
En el año 961 reinando Alhakam 11, Córdoba puede rivalizar con Bag-
dad; tenía medio millón de habitantes, tres mil mezquitas, muchos y suntuo-
palacios, ciento trece mil trescientos casas, ochenta mil talleres veintiocho
arrabales. El valle del Guadalquivir se veía lleno de huertos, alamedas, sem-
brados, con un sistema de riegos admirable. El Palacio Real «Medina Za-
hara> , mansión fabulosa. Alhakam 11 llegó a reunir en su biblioteca 50.000
-10-

volúmenes, de los cuales, añadía; tenia· todos leídos y anotados por sí mis-
mo». No había andaluz que no supiera leer y escribir, mientras en las de-
más naciones de Europa esto sólo era privilegio del clero. Córdoba era la
primera Universidad del Mundo; 'el ornamento del mundo,) según la reli-
gión sajona Hroswita. Según Simonet en esta época fué muy célebre como
médico ·Mohamed-Ben-Aldum) médico de Alhakam II e Hixem y «Abel-
Cholchol - gran médico valenciano. A esta gloriosa época pertenece el es-
plendor de la Medicina árabe; la alquimia y la botánica culminan en el má-
ximo esplendor, la flor, raíces, cortezas, semillas, latexs, resinas, etc., etc.,
en las formas farmacéuticas de cocimiento, infusión, polvos, macerados,
extractos. etc., el médico árabe en su laboratorio sin que falte el alambique,
tamiz y mortero • funda') y sienta los principios de la llamada .Farmacia Ga-
lénica o clásica- por otros y que ha subsistido 9 siglos y hoy en desuso por
las nuevas formas inyectables, opoterapia, especialidad, comprimidos, etc.
En esa Córdoba; en aquella biblioteca; en el valle del Guadalquivir, y
en aquellos laboratorios, nos legan esa «botánica aplicada- tan poco cono-
cida gráficamente, pero que perdura por la tradición, como por ejemplo;
el uso que hoy se hace de los limones; pues aquél médico «Ebn-Beithap en
su obra ·Limonibus- preconizó y propagó por el mundo el uso médico del
limón. Las plantas vegetales en aquellos vergeles de Córdoba, Sevilla y
Granada son cuidadas y recolectadas por los médicos árabes; las esencias
son objeto de predilección
«Opio». Jugo del fruto de la Adormidera concreto por el ambiente. Co-
nocido por Thefrosto que le dió el nombre de «Meconio» .
• Scribonio» (40 años antes de Jesucristo). D ioscórides. Los árabes
introdujeron el uso del opio en los pueblos de Oriente y en la Persia.
La introducción en la India coincidió según Flukiger con la propagación
del Islamismo en este país, siendo favorecida por la prohibición del uso
del vino a los mahometanos. «Pyres> habla del opio de Egipto en una carta
dirigida al Rey de Portugal en 1516. Opio de «Tebaida» (Egipto). Desde
luego fué usado por los árabes y en los Manuscritos de la biblioteca Es-
curialense mucho se hallará del opio En las droguerías moras de Marrue-
cos el opio no 10 expenden.
Podemos pues asegurar que este importantísimo medicamento fué
usado por los árabes. >Ufium» en árabe.
<,Acibar»: Goma-resina de plantas del género ·Aloe» y son casi todas
africanas, genuino purgante árabe, ·Abubeker Mohamed Ben Zacharia>
vulgo Racis lo preconizó en sus obras, también la (Sangre de Drago>, los
dos muy árabes .
• El Naranjo. Saku limba Naring»; muy usado por los médicos árabes.
-11-

En Sevilla hicieron de los naranjales verdaderos vergeles; en Murcia, Cas-


teHón y Valencia, con sus acequias que hoy se admira, es obra de los árabes.
«Granada. Punica Granatum L. > Granatácea. Antiquísimo su uso, se
habla de él en los libros de Mosiés. «Ranua-Roman. en árabe; sus flores
las emplearon romanos y griegos bajo el nombre de «Balaustiae». En tiem-
po de Dioscorides se emplea la corteza de la raíz como antihelimintica. Me-
dicamento olvidado hasta que en 1807 Buchanan volvió a introducirla en
la Terapéutica
- Genciana. Genliana lulea L. Gencianácea». Muy usada por los árabes
como tónica. Hoy no la usan los marroquíes.
( Coloquintida: Cucumis Colocynthis L. Cucurbitacea •. Su nombre se
deriva del griego vientre-mover, drástico entrgico, decían los árabes que
poniéndola cierto tiempo en la mano produce efecto purgante; en lengua
árabe -ALhandhal Handal Hunzil·.
«Almendro Amigdalus communis L. Amigdalacea). Aceite de la se-
milla, aceite de almendras dulces muy empleada por el médico árabe en
los «Ioocs·, cuya forma farmacéutica inventaron, emoliente y laxante.
-Aceite de olivas-: usado por los árabes.
«Mirlo: Myrtus communis L, Mirtaceasl. Arbusto muy árabe y consi-
derado como medicinal.
«As- Alas· en árabe, contra el sudor y mareos; en la actualidad se usa
en Marruecos; el libro «Ktab,) (Teología musulmana) de ·Omer Halebi Abu
O,tnian') de Constantinopla y traducido por Mr. Paul de Regla, da unas
fórmulas como afrodisiaco poderoso en la Alhambra de Granada y Alcázar
de Sevilla existen mir:os centenarios, del tíempo árabe.
-Rosas»: Tarihaut, Chelmun, Rhian. El agua de rosas fué empleada en
las operaciones quirúrgicas para el lavado de las heridas .
. «Sen·. IntroduciÓo en la Terapéutica por los árabes (,Suna·>, (·Sana-
mak>; hojas de diferentes especies del género cCassia., familia de las le-
guminosas. Hoy en Marruecos se sigue la tradición de purgarse con hOjflS
de sen, pero tostándolo antes para infundirlo o interponer en agua.
(La cebolla común, Allium cepa L». Lilíacea, fué muy preconizada
por la escuela de Salerno y luego por Córdoba; el árabe le atribuyó al
-Bassal» (cebolla) propiedades maravillosas contra la Alopecia; antiséptico
intestinal, muy usado en la actualidad en la zona española de Marruecos.
-Amapola.: Papaver Rheas-Papaverácea, recomendada por Diosco-
rides y usada en la medicina árabe.• Sakaif, bequica., hacían un jarabe,
infusión y una conserva.
(Anís. Pimpinella Anisum L.» Umbelifera. «Anison» en árabe; preconi-
zada por Dioscórides y seguida por los médicos cordobeses que tenían bien
- 12 -

presente las instrucciones en botánica del «Re-Herbaria· de O ioscórides


(cAsaro·: Asarum Europ@um L. (cAristoloquiáceas Asarum udne\ en
árabe. Plinio la elogia; fué desterrada por la Ipecacuana.
<Azafráll. Crocus sativus, Iridácea'>, «zafron » en árabe. Homero ha-
bla del azafrán en la Iliada. La palabra azafrán es árabe de ((assffar' ama-
rillo. Hoy se usa entre los moros comO hechicería matrimonial y en diver-
sos usos, es genuína árabe .
• Azahar·. Flor del naranjo agrio; el agua de azahar se usa como per-
fume de moros , para añadirla al té.
·Bardana· o -Lampazo..; -Lapa Major L.. Compuesta . • Arachitum »
en árabe, Oioscorides la llama -Ardio·. Laguna su traductor y comenta-
rista la preconiza; usada por los árábes, para la mordedura del perro ra-
bioso, víboras y alacran . El zumo de sus hojas bebido con miel provoca la
orina y mitiga los dolores de la vejiga .
-El Beleño. I-Iyosciamus Niger. L. Solanacea. Buziru\cuni -Urma-
Níkum. Sikram ' en árabe. «Belladona. Atropa Belladona L. Amrea, Inubas.
Saleb· en árabe. -Estramonio . Oatura Stramonio». Suponíamos que serían
usados por los árabes como narcóticos; pero no hemos encontrado sino
hasta 1580.
«Brionia: Bryonia dioica. J acq·. Cucurbitacea. <F es cera - Alfescera»
en lengua árabe. Contra el venéreo.
«Café » semilla de - Coffea Arabiga». Arduo problema es el de saber
si lo conocieron los árabes-hispanos. En Europa se conoció en el si-
glo XVII; autores dicen que sí, que los hispano -árabes lo conocieron, pero
no existe documento alguno que pruebe el aserto. Dicen que lo menciona
-Avicena ·> con el nombre de -Bun»; en árabe es «Ban'>; no hemos podido
resolver la duda.
«Escila: Urginea Scilla», Liliacea. «Aschill, Alusobil, Bessal, Onsoll·
en árabe. Ya Hipócrates la preconiza. Oioscórides habla de la Escila. Muy
usada por los árabes.
-Cicuta: Conium maculatum L.. Umbelífera. ·Sucarum, Sciocaram.
en árabe; pertenece desde luego a la farmacología árabe
((Colchico: Colchícum autumnale L·. Colchicácea. ~Uchuad· en árabe.
Fué conocida como veneno por los médicos árabes y no empleada como
medicamento.
ccCrotontiglio •. Croton . Tiglio L. Euforbíácea. -Batú' en árabe; la
nombramos porque Avicena menciona el Croton .
«Cubeba: Piper Cubeba. Piperácea. Kebabech· en árabe. Myrepsicus
médico árabe, es el autor primero que habla de esta pimienta.
·Palma de dátiles: Foenix dactilifera >; los que existen en España:
- 13 ~

Valencia, Alicante, Murcia, se atribuye a los árabes. Arbol es más ge-


nuíno árabe.
«Enula. lnula heleniurn L. Ergh el ghemach Usullul rasum'; en árabe,
su raíz es denominada raíz del moro.
«Escamonea: Convulvulus Scamonia). L. Convolvulucea . • Sukmu-
nia, Mahumude», purgante drástico muy usado por los médicos árabes,
le llamaban «El Sukmunia,); es decir, el purgante por excelencia
(,Estafisagria. Delphinium Stafisagria. Hab-bras Zebib el gabal •. La
usaron contra el piojo, el conocimiento de sus propiedades es de origen
griego
·Gengibre. Zingiber officinale L. Tingabil., en árabe. Creemos fué
usado por los médicos árabes. Dioscorides lo recomienda y la palabra
.TingabiJ. (Gengibre) nos indica fué usado por los médicos de la escuela
de Córdoba.
«Goma Arábiga •. Varias especies del género <Acacia, Gum-Arabic,
Gum Arabka)); conocida diez y siE'te siglos antes de jesucristo. Los médi-
cos árabes son los primeros que la emplean como medicamento, a ellos,
pues, se debe la implantación en la terapéutica de un medicamento que su
empleo subsiste.
~,Helecho. Macho ,) Polystichum Filix-Mas. Roct. rizoma de Polipa-
diacea. «Sciarakas Zakar.; se supone fué empleado por los médicos ára-
bes, pues Dioscorides lo elogia contra los parásitos intestinales y la ténia
fué tratada enérgicamente .
• Hermodatiles. Colchicum variegatum.: Colchicacea. Es el (cSuru-
gen· de los médicos árabes; la voz Hermodatil quiere decir «dedo de
Hermes· por la forma de la falange última de un dedo. Los egipcios árabes
los comían para adquirir obesidad.
~Hisopo. Hissopus officinalis>, L. Labiada clnfa. Cite. Zofa·. Es el
típico ·Esobh. de los hebreos, luego los médicos árabes la emplearían.
<juncias»: especies del género .Cyperus»; los árabes de Egipto la
cultivaban como substancia lactógena en las nodrizas; en Valencia los
árabes dejaron la tradición del cultivo de la juncia.
<Laurel común: Laurus nobilis L. Gap, en árabe, usadísimo por los
médicos griegos, lo fué luego por los árabes, sacaban un aceite de sus
bayas y hojas
-Malvavisco: Altea officinalis ') L. Malvacea. (cChatini mitzmie'; an-
tiquisima . Dioscórides lo alaba, en la escuela de Córdoba es preconizado .
<Manás·. jugo concreto y azucarado de varias especies de « Fraxinus· :
cMau,; cMun" cTerinjebÍJ1». Acaso el medicamento más antiguo: usado
en la medicina árabe.
- 14-

«Mentas»; especies del género «mentha»; <Hibbuk», <Neanea» «Felfeli-:


Hipócrates. Dioscórides, Avicena, Honaino la preconizan. La mitología di-
ce que Proserpina transformó a la Concubina de Pluton en menta, <Mes-
tranzo') y la «yerbabuena» son muy moras; hoy se sigue tomando el té con
yerba buena por los marroquíes.
Conocieron y usaron los médicos árabes la <mostaza,~ «Khirdal» en
árabe, su nombre científico .Sinapis> «Nigra L.» Hipócrates y Dioscórides
la transmitieron a los árabes y éstos a nosotros. Sigue la mostaza en uso.
«Peonia-, <Preonia officinales>. Usadísima en la antigüedad siglo XI;
con sus semillas se formaba collares que se ponían a los niños; con sus flo-
res se hacía un jarabe que se daba a los recién nacidJs; aún se pide en la
provincia de Toledo bajo el nombre de «LamedoPl todo ello muy moro.
Vamos a interrumpir la sucinta relación de plantas medicinales usadas
por los médicos árabes, para hacer unas consideraciones que justifiquen la
dificultad de este trabajo (creemos único) y las imperfecciones que tiene,
consecuencia lógica de lo que vamos a exponer. En España el primer libro
impreso, lo es en Barcelona en 1468, «Libellus proefficiendis orationibus
ut Gramatica artis expostulant,); luego no podemos tener ningún libro libro
árabe impreso. Nuestra época es muy anterior; documentos casi no se co-
nocen, revistas no existían; adem3.s en lengua árabe que dificulta en abso-
luto el poder investigar; hace que cuantas faltas pueda tener este modesto
trabajo sean perdonadas; además la expulsión de los judíos (decreto de la
lnquisicion de 31 de marzo de 1492) dándoles solo cuatro meses, saliendo
800.000 de España, en que se llevaron bibliotecas hebraicas; luego los «Mu-
dejares> que tanto se distinguieron en la Medicina y la Farmacia, que en
1499 se les impone el bautismJ y sufren rigores, después de la formidable
insurrección de las Alpuiarras fueron destruídos lo típico suyo; todo ello es
un mosaico que dificulta esta investigación que hicimos plenos de buen de-
seo y que la dificultad casi insuperable se presenta a cada paso, de aquí na-
ce el tiempo que empleamos en él.
HemOS tenido que consultar muy viejas botánicas medicinales y encon-
trar datos dispersos. Vamos a citar como dato bibliográfico algunos otros.
«Historia botánica práctica, seu Plantarum qure ad usum medicinre per-
tinent>. {J uannis Baptisfare Morandi> Anno 1744.
<Opera botánica: per duo saecula desiderata Conradi Gesnerk 1754.
«Aviccenna. Codex scientiare medicinre~. Venecia 1523.
<Histoire general des Drogues.: Loysson 1694.
«(Pharmacopea Matritensis»: 1739.
«Tratado dos significa<;:oes dos plantas, flores et frutos que se refieren
na Sagrada Escritura>. López Pereira. Lisboa 1698.
- 15-

MÉDICO-ÁRABE-BOTÁNICO. Granatensis; FOTOGRAFíA DEL DIBUJO A PLUIO\¡\ DEL PINTOR DE


COLOMBI,\ SR. VALENCIA GUEVARA, HABIÉNDOLE SERVIDO DE MODELO EL SR. BLANCO JUSTE.
- 16-

,·Ramillete de plantas, Fray E. de Villa 1646.


«Acosta, Aromatum et medicamentorum in orientali India nascentium).
_el codice 794 «De Simplicibus medicamentis interprete. Honacino Isa-
c~n Filio». .
El libro 6.° de Galeno. «Virtutem medicamentorum simplicium, versión
del árabe por Honcieno, año 646 de la egira árabe».
(( Avicena: Canon medicinal». "
El Códice árabe 824. Parte 3 a ·del Canon de medicamentis compositis.
«El 834, «Medicamentorum: Ben Zohar·.
«845» Dioscórides .De Re· Herbaría· .
cHerbarum viribus a Naturis por Alaitan».
«Codice arabe 889, Hortus medicinae·, por Ben Batiasku.
cKitab-al-Dschami al·Kabir de Enb-Beithar». ·Libro de la Piedad
sobre la Medicina y el arte de curar» (Yalal ed · Din es Suyuti).
«Perlas de la literatura árabe», por Haximi, 1341.
• Memorandum de los prudentes. y «Compendio de todo cosa maravi-
llosa», por Daub.
«Re-Medica», por Mossué.
Estos liuros citados por el Dr. D. Joaquín Más y Guindal como obras
manejadas por los actuales <Tebid» (médico) de Marruecos.
Con lo extractado de estas obras\ es lo que el gran médico español
Andrés Laguna nos comenta en s u traducción del Dioscorides, la tradición;
son los únicos elementos que tenemos para conseguir hacer una ~Botánica
árabe aplicada a la Medicina». Andando por pueblos de España, en espe-
cial en regiones muy árabes: Toledo, Alicante, Almería, Granada, Córdoba,
es muy frecuente que al hablar de un edificio, digan «obra de moros>, pues
igual ocurre con las plantas medicinales: ((yerba de moros», <raíz de mo-
ros», etc., en especial en Farmacopea de vulgo y pasando de generación
en generación, llegó hasta nosotros <medicina de moros'>.
Entre plantas de Farmacopea oficial y Farmacopea de vulgo, lo lla-
mado HerboLario, tenemos en nuestro privilegiado suelo Hispano 890 es-
pecies medicinales; he tenido la paciencia de hacer su recuento, hacién-
dolo lo más completo y minucioso posible.
En 8.000 especies se calcula la Flora Española, entre Criptogamas y
Fanerogamas. 1 363 Talofitas incluyendo liquenes que son 298.350 Mus-
cineas, 80 criptogamos fibroso-vasculares, 25 ginnospermas, 917 monoco-
liledoneas y 4.366 dicotiledoneas; la Flora más rica de Europa «India de
Europa" como lIamó .a España Linneo. Italia es la única que puede compa-
rarse a España y tiene 400 e6pecies menos. En este vergel, los médicos
árabes estudian las plantas para aplicarlas al arte de curar y repetimos es
- 17-

una pena que aquellos conocimientos no hayan podido quedar indelebles,


perennes por la imprenta; sólo unos manuscritos verdaderas joyas biblio-
gráficas, cuyo estuche es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Modestamente pedimos y alzamos la voz en nombre de la Ciencia para que
esos manuscritos árabes sean traducidos y de una manera cierta se pueda
hacer la «Historia de la Medicina árabe· a la vez que exactamente poda-
mos medir el adelanto de la Ciencia médica en diez siglos.
Simplemente traducidos sin meterse a editor los 110 volúmenes cuyo
·coste sería enorme. Suponemos que de todo los sitios de la tierra, vendrían
homhres de ciencia a estudiar estos volúmenes de fuerte encuadernación,
cantoneras doradas y con aquellos signos árabes, unos con letra -Toleda-
na'), otros «Madrileña· otros escritos en Alcalá y muchos con aquellas lla-
madas «Tamen» equivalente a nuestro iojo! Tinta de agallas menos parda
qus nuestros documentosde 1600, yen general admirablemente conserva-
<1os, causa sensación la meditación de que alguno tiene 1.000 años. Los
PP. Agustinos merecen el elogio de los hombres de ciencia y de la patria
en general, su custodia, conservación y catalogación es admirable.
<Regaliz.: <Glycirriza glabra». Leguminosa. (,Ussulsus Erechusus» en
árabe: usada desde tiempo de Plinio Discórides y por los médicos árabes.
<Romero»: «Rosmarinus officinalis»: Labiada.
<Hosalban Achsir n ;
«Rosales·: Todos los arbustos del género Rosa fueron empleados por
los árabes.
«Rubiab: -Rubia tinctorum'; -Fuch,) árabe empleado en la medicina
árabe.
4Ruda·: ~Ruta !?;raveolens,): (·Sendib Sadab, de los árabes; la enclava-
ron en sus jardines y en macetas pues creían en su fatalismo que tener ru-
da es desafiar a maleficios y a enfermedades .
. Ru ibarbos') De especies del género «Rheum., en árabe e Rawend.
Solo hemos encontr ado el dato que el árabe Memé conoció tres especies
·distintas de Ruibarbo.
«Sabina'): cJuniperus sabina·>: e Hebel» en árabe fué conocida por el árab~.
<Salvia»: <Salvia officinalis»: Labiada: <CEliphacos> en árabe; planta
muy amada por los árabes: la palabra salvia se deriva de «solvare·, curar,
los cristianos la llamaban: yerba sagrada y los árabes JEeliphacos, la es-
cuela de Salemo qecía; e Cur 1\1 uriator horr.o cui salvia creci in horto?'
«Sauco·: cSambucus Nigra: Sol Ukti; Khamam Belassam. en árabe,
es árabe su uso aunque antes Dioscórides lo preconizó.
<Taraxacon»: <Taraxacum dans leonis,): se cree que lo usaron en la
-obstrucción intestinal.
- 18-

cTomillos: plantas del género c:Thymus'> de las «Labiadas>; hemos vis-


to la palabra «Hascia> (tomillo en jarabe).
<Valeriana·>; Valeriana officinalis. <Herr~ de los árabes, empleada por
éstos.
<Alcanfor'): Es la esencia concreta del «Laurus Camphora es el «Ka-
fup árabe: En Europa se cree que el primero que la usó fué el médico ára-
b~ Avicena; el origen del alcanfor los árabes na'da dicen; los viejos libros
de Hipócrates, Oioscórides, Plucio, Galeno, nada dicen del origen del alcan-
for, aunque en Oriente (China y japón); pues el «Tratado de botánica chi-
no de Le-She-Chin» escrito a mediados del siglo YI se habla de la obtención
de este cuerpo y Marco Polo en el siglo XI[! lo menciona al hablar de las
costas de la China donde dice haber hallado árboles de alcanfor.
En la escuela de Salerno se decía este verso del ancanfor - «Cam-
phora per nares castrat odores mares> refiriéndose a su antiafrodiasis.
Lo que la Historia debe de recoger es que los árabes lo emplearon por
vez primera en Europa.
«Albahaca ' ; como medicinal no hemos encontrado el menor dato; de
adorno sí: es el «8erendaros Rhian> de los musulmanes de Granada y Se-
villa en el adorno de sus patios.
«Algodón.: Tampoco hemos podido conseguir datos de esta planta en
el período árabe-hispano; Herodoto la menciona, Plinio la llama e Gossy--
pium» y el algodón tejido «xilina> ¿pasó este conocimiento a los árabes? lo
ignoramos. Los actuales musulmanes y hebreos de la zona del Protectorado-
español en Marruecos y descendientes de la gente que acuadillada por ·Mu-
zá» (árabe puro de procedencia asiática) y «Tarik> (berberisco o africano)-
y que en el año 711 derrotaron al Rey O. Rodrigo en las inmediaciones de
Alcalá de los Gazules y del río Barbate que desemboca en la laguna de la·
janda, dando comienzo a la dominación árabe en España que había de ter-
minar en el Sitio de Granada (2 de enero de 1492); estos actuales berberis-
cos o árabes africanos, tienen en su farmacognosia «123» productos vegeta-
les aplicados a su medicina. El ilustre Dr. Mas y Guindal, que durante va-
rios años residió en el Protectorado como inspector de los servicios far-
macéuticos del ejército; recorrió las droguerías moras y anotó cuanto en
ellas se expende; todo Jo consagró en un ·libro «Farmacognosia y Terapéu·
tica musu~mana Hebraica«, libro curiosísimo y único que lleva el sello del
ilustre botánico español; fué premiado por el jalifa con la orden «Mehda-
via». Modernamente, Flora y Farmacognosia y Terapéutica Musulmana-
Hebraica meced a nuestro compatriota se conoce admirablemente.
Pues bien estos árabes «123 plantas y derivados~ son su terapéuttica.
«35 productos de origen animal» «24 productos químicos»; en total «182»·
- 19 -

productos tienen para su Terapéutica bien sencilla; pero se observa el gran


'predominio de lo vegetal; reminiscencia, herencia y tradición de sus antepa-
'sados; digo tradicíón, porque así es, no tienen el libro, folleto, el impreso,
lo perenne; no; sólo la tradición que los «Tebid,> (médico) comunican a sus
deudos; en el zoco sentado a estilo moro, con los hierros terminados en bo-
tón, y siempre al rojo, dispuestos a administrar mediante unas monedas, bo-
'tones de fuego al infeliz que lo solicita y asi en público y sin exhalar una
queja aguantan la operación del <botón de fuego> reminiscencia de aquel
«cauterio> tan médico árabe. La Farmacia está reemplazada por la droguería
y allí se adquiere lo que el Tibub ordenó, el droguero moro es hombre mny
-entendido en Terapéutica mora; el esófago de camello para la tos de los ni-
'ños, la sal, miel, vinagre como vomitivo; las cabezas de zorro para quemar-
las y con el humo combatir el dolor de cabeza, cebolla y 'mechón de pelos
-,f rito todo, contra la diarrea. Los perfumes muy árabe, los berberiscos si-
guen la tradición; daremos una fórmula árabe.

Incienso en polvo fino 2,50 grs.


Almizcle en polvo fino 0,50
Mirra en polvo fino 2,50 »
Alcanfor en polvo 0,50 »
Ajedrea (flor) . 1,50 »
Agua de Rosas 500 gramos

Es un macerado al sol durante 40 días, filtrado etc.; es cosa de Ha-


:rem, de coquetería femenina mora. Esta terapéutica burda y absurda, forma
contraste con la racional y científica de los árabes de hace por lo menos 6
siglos; luego lógicamente pensamos que no habiendo quedado libros; lo único
.que tienen con algún fundamento científico (plantas medicinales) se debe a
'la obra de ,Enb-Beithar>; aquella genial botánica árabe, ni tienen oficina de
farmacia, ni instrumental, ni escuelas, nada de lo que caracterizó a sus an-
-..tepasados: es pues pueblo de evidente atraso que precisa la misión civiliza-
dora que España se impuso.
He señalado este contraste para resaltar más y más el esplendor, la cien-
'-cia médica y la civilización de aquel pueblo árabe que durante tantos siglos
estuvo en la península hispana y nos legó tantas virtudes y defectos de su raza.
«Tusilago, Uña de caballo>. Tussilago farfara. L. Hipócrates la usa
-asociada a la miel y leche para las úlceras de pulmón. Plinio y los árabes
emplean el humo de las hojas para el asma y la tos.
«Cohombrillo amargo). Ecballium elatherium L. Cucurbitácea; usada
-:por los árabes como purgante y emetica.
- 20-

«Llanten': «Plantago Major L.. Plantaginácea. Galeno la preconizO"'


como astringente y los árabes la usaron en cocimiento para gargarismos.
-Verbena': Verbena officínalis L. Verbenácea muy usada por los
árabes; usada también como aromática.
- Corregüela». - Convolvulus Arvensis L -; Convalvulácea, su raíz es·
purgante; usada por los árabes; en la actualidad entra en su especial tera-
péutica; se vende en las droguerías moras.
«Bolsa de Pastor- . Capsella bursa-pastoris Moench Crucífera. Dioscó-
rides la recomendó en la Hemoptisis.
-Berros): -Nosturtium officinali- D C; Plinio los alaba; los árabes ma-
chacaban los berros y el zumo se daba a los enfermos del pecho, creyéronla
planta maravillosa. La tradición andaluza hace que al berro se le considere
como planta medicinal; es tradición árabe.
(Nogal juglans regia L. juglandacea)) usaba!! la corteza, »Suak, Djuz
Tadjuit».
La enumeración de las plantas medicinales que los médicos árabes usa-
ron, desde luego y a primera vista parece que son vulgares, pero lo son
por el uso que a través del0 siglos se hizo de estas plantas, además se li-·
mitaban a la flora Hispana y siempre se observa que Galeno, Dioscórides,
Plinio. Hipócrates, fueron los usurpadores de la medicina árabe; buena prue-
ba es lo muy tratados que están estos por los comentaristas o -intérpretes-
como dice Honaino . de los diversos autores árabes. El opio y el alcanfor
son exóticos y el médico árabe les concede su máxima atención , igual ocu-
rre al sen y a otras plantas por lo general del continente africano.
Estas plantas eran el «material farmacéutico », como conocían el mor-
tero y el tamiz podrían reducir las plantas o alguna de sus partes a «pol-
vo impalpable>, también conocían el <doocs» la forma farmacéutica de inter-
poner entre el líquido en emulsión; el «cocimiento y la infusión»; el «jarabe-
es invento farmacéutico muy genuíno árabe, zumos de frutas, cocimiento (}
macerado de flores, raíces, hojas, semillas, cortezas, sumidades, etc, COI}
todo ello tenían la gama de jarabes medicinales que durante muchos siglos
constituyó la «Forma clásica>.>, y hoy en absoluto abandono; las -pociones
gomosas)) muy árabes pues la goma en terapéutica se debe a los médicos
árabes; los -macerados·; cuya costumbre hoy subsiste en Andalucía de tener'
por ejemplo, agua y flor de manzanilla al sereno que no es sino un macera·
do, las partes que se derivan de la <e sistemática vegetal.; las resinas go-
mo · resinas, aceites, latex, lo producido por picaduras de insectos como las
agallas y lo que ellós llamaban «aromas » o esencias que los extraían por el.
alcohol; las aguas destiladas; los aceites llamados «bálsamos» o sea la plan-
ta medicinal y el vehículo en aceite de olivos que aún subsiste en los pue-
- 21-

olos (Bálsamo tranquilo) <el aceite de ruda, aceite de manzanilla'), etc., con
todo ello formaron una verdadera ((Polifarmacia)) todo derivado de lo vege-
tal, que unido a lo del reino animal y lo obtenido de sus laboratorios de ver-
daderos alquimistas, constituyó un verdadero sistema alopático de curación
por medicamentos con formas farmacéuticas que los siglos no han podido bo-
rrar; como el <trocisco» invento árabe que hoy las sales de bismuto en esa
forma se presentan. Meditando este tema y juzgando los albores de la Farma-
cia en la escuela de Córdoba y Murcia; allá por los años 1210 de Jesucristo,
707 egira árabe vemos que durante casi nueve siglos la Farmacia era árabe,
plantas medicinales, extractos jarabes, cocimientos, tinturas, polvos impal-
pables; partes de animales y producto químico; se formulaba al estilo árabe,
se prodigaba el «cauterio»; la <cantárida», «(sanguijuela», <sangría.) jarabes,
etc., etc., todo ello durante nuevecientos años ha vivido constituyendo los
viejos formularios, con mil combinaciones ideadas con un fin terapéutico,
muchos productos es decir la clásica «polifarmacia.; hoy en total desuso y
abandono; la «opot erapia», «inyectables», «comprimidos») «especialidad»,
«alcaloides, sin tesis de medicamentos orgánicos>; transformó de tal manera
el modo y la forma de la Farmacia y el arte de recetar en Medicina, que ver-
daderamente desde hace una docena de años pertenece todo a la Historia.
Los análisis clínicos gíua del diagnóstico, éste hoy preciso y seguro; los
rayos X; sueros y vacunas; los avances enormes de la Cirugía. la anestesia
hoy tan poderosa con la Percaina y Novocaína todo ello en avance gigantes-
co, hace que lo que digan aquellos manuscritos sería de una curiosidad gran-
de y podríamos reconstruir la Historia de la Medicina, ayudados con lo que
Raimundo Lulio. Arnardo de Vilanova, etc .. nos dijeran de aquella medi-
cina de hace nueve siglos.
Pero a pesar de estos avances tan enormes, los árabes dejaron sentados
:los jalones de una medicina que aún en parte subsiste; el opio; el uso del
alcanfor, el uso del alcohol, las ágUéIS destiladas; el cauterio, y reglas hi-
giénicas inmutables como por e.jemplo; Maimónides dice que el pan alimenta
más la corteza que la miga; no parece sino que vislumbraba las modernas vi-
taminas ya entradas en su mayoría de edad, cuando recomienda el carnero y
el andar mucho; cuando prescribe como dañinos los peces de carne azulada
y muchos aforismos de Hipócrates hoy nadie lo condenaría.
La Toxicología fué sentida y estudiada por Maimónides; esta creencia
dominada por el médico hebreo; fué causa que delante del Faraón Saladino,
los médicos de cámara le lanzasen el reto de que tomase un veneno que
ellos le prepararían, dejándole salir enseguida para administrarse el un an-
tidoto; reto que aceptó a condición de que si se salvaba, ellos (10) tendrían
,que tomar delante de Saladino, el veneno que él preparase lo que dió como
l
I

-22-

resultado que él se salvó y el que dió a los diez médicos, siete murieron. y
·tres estuvieron gravísimo~; lUego ya estaba cimentada una ciencia que es la
Toxicología.
La Deontología fué también practicada, Honaino sufre la persecució¡"
y los rigores de un Califa, porque Se niega a suministrar un veneno con
fines criminales, no hubo fuerza ni amenaza que le hiciese faltar al deber
que se imponía; luego la Deontología existía: Cimientos Arabes, calificó·
a los estudios aquellos sobre 16s que se elevÓ el colosal edificio que hoy
conocemos.
Surge a mi imaginación una idea, respecto al excelente estado en que
se encuentran los manuscritos árabes, papel de hilo y tinta de agallas, plu-
ma de ave y pasan 900 años, y su escritura es tan legible como cuando se
escribió; esto es debido a la calidad de papel y tinta; sú{o por esto pode-
mos hoy saber lo que en medicina pasaba hace 900 y 1000 años.
En lo porvenir no ocurrirá esto; el papel de algodón y de pasta de
madera, tintas de anilinas impregnada en la cinta de la máquina de escri-:-
bir; dentro de 80 Ó 90 años se habrá borrado lo impreso a máquina, el pa-
pel se deshará como tela de araña y la. Historia no tendrá archivos, el
tiempo destruirá la documentación de estos tiempos modernos y el fenó-
'meno será contrario a lo que comentamos de los manuscritos árabes
Pues bien; a fuer de previsores se debía hacer «tinta oficial», fórmula
parecida a la antigua de agallas de roble; indeleble, la Academia Nacional
de Farmacia debía dar la fórmula, el cuerpo de archiveros intervenir, y para
lo oficial usar «papel oficial· de hilo o trapo y así podríamos tener la se-
guridad que todo lo archivado quedaría para las generaciones sucesivas,
y la historia podría reconstruirse y apoyarse en el documento archivado;
si esta medida previsora no se toma en consideración corremos el peligro·
de que en lo porvenir «no haya documentación legible».
Siguiendo nuestra relación botánica-árabe de aplicación a la Medicina.
nos encontramos la palabra (·Ezól., hebráica que debe ser labiada y no·
el Hisopo. «El fresno'> lo aplican como astiles de ' lanza. «Ei Lebacb ell
melocotonero árabe.
La Flor~ medicinal de Hipócrates y Galeno es de unas 200 plantas, la
'árabe de ·Enb-Beithar, Avicena, Averroes, Maimonides, Racis» etc., es
,algo mayor. Tenemos que añadir el «Lirio de Florencia, Iris Florentina,
Hinojo, Faeniculum vulgare, Umbelifera; Sauco, Sambucus Nigra, Caprifo-
liacea·. <La Violeta. Viola odorafa> , muy usada por los médicos árabes.
. Los médicos-b.otánicos árabes conocen la sexualidad de las plantas y
para ello fijan su observación en la Palmera de dátíles.
Abd - Allatif, médico y botánico árabe, nació en Bagdad en 1162 de
- 23-

la Era cristiána, gran amigo del visir -Bahadin" que gozaba del favordel
sultán «Saladino»; con la protección ée éste herborizó en . todo Egipto, lo
,que él llama -Bamia» es el -Hibiscus Habelmoscus., el Abel-mosco. «El
Lebkab » árbol que cita y no sabemos cual es, debe ser Un laurel; también
menciona el «Fycus Sicomorus, higuera de Egipto, de cuya madera se ha-
c.Ían las cajas para las momias.
El -Balsamodendro Gileadense·) que produce el bálsamo de la Meca.
No debemos de omitir mencionar a «Mesué· y cAvenzoar>.
Delisle, en una memoria que leyó en la Academia de Ciencias en 1818,
sostuvo que el ~ Lebkab> árabe era el «Ximenia Egipciaca> de Linneo, ár-
bol que hoyes común en Abisinia, donde se llama «Heglig ».
<r Abd-Allatif> estudia minuciosamente la estracción del bálsamo de la
Meca.
El «Khohkas) es el «Orunculo Cassia » L. dice «Abd-Allatif> que su
raíz tiene sabor muy astringente y muy acre, pero que cuando se hiere,
pierde toda su astringencia y puede servir como alimento.
Otro botánico. «Abú Djafan Ibu-Aron>,de Trujillo y maestro de Averroes.
En él califato de los Abasidas aparecen familias médicos-botánicos
como «Sinan, Taifurí, Honaino, Mesué, AJí Abbas, Abu1cazís, Avenzoar>; el
pulso y la orina son las guías del diagnóstico del médico árabe; la dietetica
tiene inmensa importancia, la botánica es la terapéutica genuína árabe.
, La escuela médica de Montpellier es influída por los médicos hispano-
árabes. También influye con sus estudios botánicos y su obra «De-Física·
Santa Hildegarda, la abadesa alemana.
En el siglo X <r Hiaya ben Isaao, médico, de origen judío o cristiano,
compuso un tratado de medicina en cinco volúmenes conforme a las teorías
griegas.
Said ben Abd Rabihí, que ideó un método contra las fiebres.
Abderrahman ben-Ishag ben- el Heifman, autor del tratado clktifa o
,el libro suficiente».
Aben Golgal: -Tratado de la Triaca> . Explicación de los nombres de
Jos medicamentos simples, mencionados en la obra de Dioscórides .
• Abulcasisll (Abul-Cassem-Kalef- ben Abás) el más ilustre de los Ci-
rujanos árabes, escribió cTesrif> en 30 tomos , el 28 es el (dibro del servi-
,dor>, especie de «Manual del boticario>.
El doctor Leclerc dice: «La obra de Abulcasis debe quedar en la His-
toria como la primera expresión de la Cirugía, constituyéndose en estado
·de ciencia distinta y fundándose en el conocimiento de la Anatomía>, indi-
,có la ligadura de arterias antes que Ambrosio Peré operó el primero de
~Iitotomía> en las mujeres.
- 24-

Aben- Guefitch, en el siglo XI, en su terapéutica trata de. la sistemá-


tíca vegetal.
Abu-SaIt Omeya, siglo XII, «Tratado de los medicamentos simples ·>.
Avempace, tan ligado a Maimonides.
Errafequi, muy famoso botánico.
Mohamed ben Quassum Frrafequi, distinto al anterior, oculista.
Avenzoar (Abu-Meruam Abd-el Maleck ben-Abis Ola-ben-Zoar),
ilustre médico árabe , autor de «Teisir., partidario de la piedra <Benzoar»,.
usó la traqueotomía.
AbdalJah ben-Salech, gran botánico y maestro de Enb-Beithar, her-
borizó mucho en España y en el Mogreb y muchas veces es citado por su
egregio discipulo.
Abul-Abbas ben Rumia Ennabaty, esto es: «el hijo de la cristiana»;.
colosal botánico árabe- También maestro de Enb-Beithar; herborizó mu-
cho en España, Egipto, Mogreb, Siria, Ivank; escribió un <Viaje botánico:>
que Enb- Beithar cita más de cien veces
Abu Yafar-ben-Mohamed ben Ahmed-ben Seid, es uno de los botá-
nicos árabes que más cita Enb- Beithar.
Mohamed ben-Ali ben Faracl<, llamado «Chafra>, en Guadix fundó
un jardín botánico.
Abu Abdallach ben Addell-Arrir; el <Bekrij > de Murcia escribió en el
siglo XI un libro sobre los principales árboles y plantas de Murcia. Escri-
bió una especie de Historia Natural del lVIogreb. Enb- Beithar lo cita va-
rias veces.
Aben-Guefit, que hizo una nueva nomenclatura botánica de las plan-
tas de Galeno y Dioscórides.
Citaremos al judio Chasdai-ben Shaprut que ayudó al monje Nicolás
la traducir del griego al árabe el Dioscórides por orden del califa de Cór-
doba, Abderrahman m, cuando el emperador romano de Constantinopla
le envió en 948 ese ejemplar como magno regalo-
Don Miguel Colmeiro, el erudito botánico y en su célebre obra: «La
botánica y los botánicos de la península hispano-portuguesa., sólo cita
8 obras de botániCOS árabes; todos los tenemos mencionados, pero
como erudición diremos sus traductores. Averroes: Lorenzo Valencia, Ve-
necia 1482; el «Theizir., Venecia 1496. Venecia otra edición Sevt 1542;
el «Servidop>, Rodríguez de Tudela (Valladolid) 1516; Abu Tachoria, Ca-
siri y Campo manes, Madrid 1751; . De dimonibus. , por Enb-Beirthar, por
Valcarengí, Cremo na 1758. Agricultura de «Tacheria», traducido por Ban-
queri, Madrid 1802. Enb-Beithar, <Materia médica», Leipzig 1834. El libro
de «Harib », por Durean de la Malle, París 1849. El libro de Enb-Beithar,.
- 25-

traducido por Sontheimer (José) en Stutgard en 1840 y 1842, Y dos tomos


en cuarta.
Ta'11bién don Miguel' Colmeiro se refiere siempre a los manuscritos
árabes de la biblioteca de El Escorial.
Siempre que hablamos de botánica medicinal árabe hay que referirse
como ejemplo a Enb-Beithar, el glorioso árabe malagueño, su flora es su-
perior a I'a ga!énica e hipocrática y por los árabes actuales es su nombre
reverenciado en justicia estricta; dentro de lo árabe, teniendo siempre pre-
sente la época y estado de los conocimientos botánicos de hace X siglos.
Enb-Beithar es el Linneo de los árabes, .nombre que nos atrevemos a
llamarle; así como a José de Caldas, el fusilado por el general español Mo-
rillo, en el sitio de Bogotá; el predilecto discípulo de don José Celestino
Mutis, se le llamó el Unneode A mérlca ; aludiendo que en aquella época
y en la América era Caldas el máximo genio botánico, claro es, después
de su glorioso maestro Mutis.
La sistemática vegetal en la época árabe, donde la química biológica
no se conocia, estaba fundamentada en la experiencia y responsabilidad
del sabio médico árabe que ordenaba tomar el infuso cocimiento o polvo
de tal vegetal, no había la experimentación previ'a del cobaya - al que
creemos de justicia se eleve un monumento- ni había el laboratorio de
química biológíca; ni se conocía la existencia de medicamentos, etc., es
decir, que cuando Enb- Beithar aconsejaba o preconizaba se tomase tal
vegetal, era debido a su .c iencia única, sin más control, ni laboratorio, ni
experimentación, legándonos una porción de datos que han sido utilísimos
a la humanidad doliente.
Hoy se preconiza un fruto para combatir una dolencia; la planta es
desconocida, se la clasifica en el acto y sabemos el lugar que ocupa en la
sistemática vegetal; ese fruto su zumo es analizado, lo inyectamos en el
·cobaya, hacemos el estudio histológico, sintéticamente podemos obtener
un producto igual; el zumo podemos descomponerloelJ sus diversos com-
ponentes y cientíjicamente hoy podemos asegurar su inocuidad o toxi-
cidad, posología, indicaciones, incompatibilidades, .etc., etc. Pero, ¿hace
1 000 años? Este es el principal mérito de estos botánicos árabes, que nos
legaron una serie tan grande de conocimieutos . Los mismos Limones, hoy
tan usados por la humanidad, éste botánico árabe fos preconiza, su uso a
él se debe; meditemos, que cuando hace X siglos Enb-Beithar dijo se to-
mase su zumo para diversas dolencias es porque 10 experimentó el sólo
sin 8uxilio de Ciencia alguna y ese conocimiento lo legó a la humanidad;
no hay duda, mérito grand'ísimo.
«El Monitor de la Farmacia y de la Terapéutica. número 1169,5 ju-
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nio 1932, en un trabajo del Sr. Blanco juste: "Plantas exóticas cultivadas'.
en España" se alude a los árabes en las diversas especies que aclimataron
en nuestro pais, donde tomaron carta de vecindad. La ,Morera') blanca y
negra, asiática del Sur, traída por los árabes; el género «Fcenix>; el gé-
nero «Chamcerops>; la azucena .Lilium Candidum>; el <azafrán> del orien-
te árabe; el cáñamo, .Cannabis sativa». El .Ricinio>, del Africa tropical;
el «Limero> y la ((Bergamota>, del Asia árabe; el Laurel <Laurus nobilis>.
El Melocotonero, tan espléndido en I.as riberas del Jiloca y jalón es persa.
El Norte de Africa tiene el 75 % de su flora Peninsular, lo que hizo·
exclamar al Sr. Laguna: «Que Ceuta y su campo limítrofe no son sino un pe.
dazo de Andalucía, separado de España por el estrecho>. Botánicamente,.
d~bemos a los árabes diversas especies con hoy carta de vecindad española.
La escuela de Salemo con las traducciones de Constantino el Afri-
cano que se anticipó a la influencia árabe, éstos con sus traducciones de~
siriaco y del griego, dan a la escuela de Salemo el total predominio del.
Galenismo; de éstas escuelas salen muchas mujeres médicos. La obra «Flos
Medicinare> y la absoluta influencia árabe, hace que ésta muy famosa es-
cuela la botánica árabe ap!icada a la medicina se siga con todo ardimiento,
claro es que sin descubrimientos, ni novedades, sino absoluto plagio de lo·
que en Córdoba, Sevilla, Murcia y Zaragoza hacían aquellos botánicos-
árabes que habían de cimentar una ciencia llamada hoy .Farmacognosia>.
La escuela de Montpellier, sucesora de la de Salemo, siguió en la botánica.
medicinal el rumbo de la de Salerno, la ciencia salia de Córdoba y Sevilla.
La estabilización de las plantas no fué conocida por Jos árabes; prac·
ticaban el secado a la sombra y de la época de recolección sí tenían espe-
cial cuidado; de cultivos hicieron varios: el mirto, adelfos, naranjo
agrio, adormidera, aloes, rosales, ricino, etc., de estos cultivos han
dejado alguna noticia; de composición química de esto no hemos podido·
obtener noticia alguna, imperaba la intuición, la observación y la expe-
riencia; la infusión de adormideras la prescribían, sabían eL efecto; ahora
-alcaloides de la cabezuela del Papaver Somnljerum, ni el menor de-
talle; el magnífico sistema de riegos que hoy puede verse en especial en
Valencia, fué aplicado a los cultivos, donde llegaron a una altura inmensa.
El período mahometano y judío lo podemos comprender entre 732-1096-
después de J. C. los médicos árabes son deudores de su ciencia a una
·secta cristiana los «Nestorianos', La medicina árabe tenía también otro
origen, la escuela de «Gandisapor>. El gobierno de los .Abbasidas> le-
tabe la gloria de escitar y contribuir al estudio de la medicina árabe. Un
cristiano, janus Damascenus, director del Hospital de Bagdad. Maimoni-
·des formula el Tamarindo asociado al Ruibarbo . • La pesada mano de
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la Arabia» llama Osler al enorme volumen de drogas vegetales debidas a


:los árabes y que hoy subsisten en nuestras farmacopeas.
El grabadin de Messué; el higo, ciruela y cassia, ajenjo, sen
aloes, ruibarbo, escamonea, coloquintida, como purgantes laxantes,
suaves y drásticos. Abu Manzur describe 585 drogas, de las que 466 eran
vegetales. fsmael Surjani, siglo XI, persa, hace una guía para el análisis
de orinas.
El mahometano bien educado conoce al detalle a Galeno, la medi-
cina griega traducida al árabe por monjes cristianos «Nestorianos •. "La
palpación de las manos., «la amarillez de lo blanco de los ojos, «lo
encorvado de la espalda»; esto lo hemos visto en obras árabes. "Cuan-
do la savia sube por los troncos y las uvas se hacen más espesas en los
racimos y los dos planetas propicios júpiter y Venus están ascendiendo",
esta es la fraseología árabe farmacognosta, aludiendo al momento de reco-
lectar un material farmacéutico.
La fama del médico árabe se mide por la altura de su turbante y la
riqueza y longitud de sus mangas; al corazón, le llaman «el príncipe del
·cuerpo»; defendían la teoría del pulso siguiendo a Galeno; la fantasía les
hace averiguar el sexo del niño dentro del claustro materno, lo hacen por
la orina (uroscopia); para mantener su autoridad, acuden a la superchería.
Rhacis celebra sesiones, especie de reuniones de espiritistas, para averi-
guar datos de los enfermos, pura superchería y fantasía desbordada. Co-
braban mucho. Batischuít llegó a reunir 10 millones de duros; pcr asistir
-a AL-Meiamlln le cobró 125.000 duros; la minuta del médico árabe ha
sido acaso la mayor del mundo, su importancia social, enorme, el médico-
botánico, con ribetes de astrólogo y filósofo era un ser escepcional dentro
·de la grey árabe.
El «almizcle, mirra, sándalo, nuez moscada, clavo, aconito y cubeba.;
inventores del «julepe gomoso·. El «cáñamo indico» (Cannabis indica),
el «chang. otro cáñamo. El rey Omar lanza a la princesa Abrizach a un
sueño pesado «con un trozo de chang concentrado» dice, <si un elefante
¡lo hubiese olido hubiera dormido años y años·.
En otro cuento de las «Mil y una noches) el ladrón Ahmad Kamakin
adormece a los guardianes con el humo del cáñamo; luego la anestesia era
·conocida por los árabes.
Las farmacias árabes eran inspeccionadas por un síndico (Muhtasib)
,que amenazaba a los mercaderes con humillantes castigos corporales
cuando adulterasen las drogas.
La medicina árabe en química y botánica mas Dioscórides y PUnio
fueron durante siglos la base de las farmacopeas europeas.
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No quedamos satisfechos de nuestro trabajo; osadía es y muy grande-


pretender hacer una· Botánica Arabe Medicinal •. La escasez de datos es
muy grande; sólo cuando se hagan las traducciones de los Manuscritos-
árabes médicos de la biblioteca de El Monasterio de San Lorenso de el
Escorial y que en otro trabajo doy en nota bibliográfica y signatura, acaso
entonces se pueda llegar a un trabajo de relat;va solvencia científica; en
este trabajo captamos dato a dato, removiendo muchas obras, viendo el
historial de materiales farmacéuticos, libros de antígüedad, Dioscórides,
Galeno, Laguna, etc., etc., plenos de buen deseo, no podemos ofrendar
otra cosa: por eso las innumerables fallas de que adolece el trabajito su-
plico sean perdonadas; sobre el tema nada que yo conozca se ha escrito;
lucho con la enorme dificultad de no conocer el árabe y verdaderamente-
el tema fué de enorme búsqueda.
Sin embargo hemos podido lograr una serie de datos que para la His-
toria de la Medicina arabe juzgamos de interés.
Que la Medicina Hispano-árabe, tiene su origen en una secta cristia-
na, "los Nestorianos".
Que los libros griegos, Galeno, Hipócrates y Plinio influencian a la
Medicina Arabe.
Que los médicos árabes influencian a la escuela de Salemo y luego
a la de Montpel ier.
Que la botánica medicinal fué lo más empleado por los árabes consti-
tuyendo la esencia que hoy se llama "Farmacognosia".
Que dejaron sentado el bagaje medicinal procedente del reino vege-
tal que existe en las Farmacopeas europeas.
Que la alquimia siguió en importancia medicinal a la botánica.
La creación del tipo "médico árabe" de alto turbante, manga larga -
signos de prestancia social- botánico-filósofo y astrólogo, de muy gran-
des cuentos, admirado, obedecido, sabio, tipo que la grey árabe admira
como casi delegados del profeta.
Que cultivaron plantas medicinales.
Que dejaron a la posteridad, formas farmacéuticas que aún subsisten
julepe, loocs, aguas destiladas, polvos, elixires, etc., etc.
Que a los árabes se debe la creación de la oficina de Farmacia, las
que montaron con gran lujo y fantasía; alguna se pareCÍa al cuento «las
mil y una noches »; crean el Inspector de Farmacia (hoy subdelegado); im-
ponen sanciones al que adultere los medicamentos.
Visitan a caballo, máximo lujo -enjaezado con montura bordada en
oro, llevan espuelas del mismo metal~ mientras toma el pulso y examina
la orina; la familia está en éxtasis; luego receta ... siempre vegetales... AI-
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guna vez producto químico. Cosas del alambique-hornillo, algún producto


del reino animal. .Almizcle;grasa de lagarto; cabezas de víbora; polvo de
·cráneo humano», etc., etc.; e! análisis de orinas es conocido.
Hemos visto el daño que para la cultura nácional fué la expulsión de
moriscos y judíos que se llevaron la civilización árabe tan espléndida con
los abbasidas, dejando sólo lo arquitectónico, el sístema de riegos y cos-
tumbres.
Hemos llegado a conocer los grandes botánicos árabes, las obras de
la ciencia de las plantas, las especies que en la península tomaron carta de
naturaleza; los destilados, en especial el azahar y rosas tan árabes y lle-
gamos al conocimiento de que ciertos productos vegetales, hoy muy em-
pleados: «Opio, Alcanfor, Agua de azahar, Ruibarbo, Sen' etc., a los ára-
bes 16s debemos.
De costumbres, he o~servado algo, en especial en la provincia de
Toledo, partidos de Orgaz y Madridejos - muy moros por ejemplo- la
"yerbabuena" los niños la comen en verde, para expulsar los ascar;s; al
preguntar el por tjué, dicen que es muy bueno y que la "yerbabuena" es
medicina mora; para los dolores frien "ruda" y le cuentan que también es
medicina mora. Del e malvavisco; flor de malva; del azafrán», en aquellas
tierras manchegas de largas vesanas, al pié del castillo de Consuegra, don-
-de el conde don Julián, señor de Consuegra, el obispo D. Oppas y los hi-
jos del conde, fraguaron la entrada de los árabes, dand8 lugar a la batalla
del Guadalete; en aquellas tierras tan moras, aquellos aldeanos con "en-
guari na" (chilaba) y pañuelo de 7 nudos (turbante), sentados a lo moro,
hablan del "azafrán"; del "malvavisco"; de la "flor de malva", como co-
sas de moros; hablan de Abú-Thanger, moro que habitó el castillo y luego
en cestos llevan la rosa del azafrán a la casa, y mientras unos "mondan" y
otros dan "vueltas" al tamiz, tostando el azafrán, se cuentan historias y
consejos de moros que han pasado de generación en generación; los
.;;tbuelos cuentan, los nietos escuchan y aprenden lo de Florinda la Cava y
el fin del rey D. Rodrigo. Las ferias en la plaza del pueblo, es el zoco
.árabe; y en estas escenas y en estos pueblos donde la influencia árabe
subsiste, es donde se cuentan los milagros de las hierbas para ciertas do-
lencias, y para máximo testimonio, con decir es de "tiempo de moros" las
sencillas gentes lo aceptan como articulo de fé.
El autor de este trabajito, que fué farmacéutico titular de Consuegra
{Toledo) hace 30 años, si hubiera recogido leyendas moras en ese pueblo,
hubiese hecho un folleto muy interesante, tanto de medicina como de ve-
terinaria. Hoy todo ha cambiado, Consuegra no es la de hace 30 años.
Abu-Mensuar describe 466 productos vegetales, realmente el número
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es excesivo, pero demuestra que la sistemática vegetal era la terapéutica


empleada. Hoy la riqueza floral de España con lo oficial y lo de vulgo, con
espíritu muy ámplio, poniendo como medicinal plantas como la "alcachofa"
y "ciruela", todo reunido unas 895 e8pecies y de esto habría que quitar de
jardinería, hortelano y cerealista acaso el centenar, luego los botánicos
árabes tenían verdadera riqueza vegetal-medicinal.
De plantas aromáticas los árabes, a fuer de desinfección, se lavaban
las manos con agua destilada de azahar, mirto, rosas y claveles, como las
moras en el Harem, usan el Civeto o algalia, de olor muy persistente, de
origen animal, 10 venden el "Attarin" (droguero).
Si estudiamos la obra "Farmacia y Terapéutica Musulmana-Hebraica"
del ilustre farmacéutico militar doctor D. Joaquín Más y Guindal, escrita
en 1934, con todo lo que caracteriza a tan ' eminente botánico, profundo
observador y minucioso en el detalle; vemos que los musulmanes y he-
breos de la zona del protectorado español, están en el momento actual en
el polo opuesto que sus antecesores, que guiados por Tarik invadieron a
España en 711.
Amuletos, fatalismo exagerado, nada de ciencia racional ni aún empí-
rica. el médico no es considerado; es un mercader más del zoco, los pro-
ductos absurdos, "cabezas secas de zorro" quemándolos se quitan los do-
lores. "Tela de araña" para las hemorragias (esto se hace también en
Andalucía). "Serpiente" para el dolor de cabeza. "Sapo" contra la erisi-
pela. "Rata" "Puerco espín" para quemar las púas; para enfermedades de
mujeres "Murciélagos secos"; "Hiena" (piel seca). "Grasa de aves-
truz", "Palomina", "Excremento de caballo" aplicado en heridas dicen que
es magnífico. "Estómago de camello" para la tos de los niños. "Camaleo-
nes secos" para quemar y el humo cura el mal de los ojos. "Asfalto" que-
mado el humo, ahuyentar al diablo, etc., etc., absurdos por doquier.
Sin embargo, en lo vegetal, tienen 122 productos estudiados por tan
ilustre botánico y son productos racionales diuréticos; estigmas de maíz,
el higo chumbo, pectoral, sen y ruibarbo como purgantes, etc., etc
Del reino animal: 35 productos. De origen mineral o especies quími-
cas: 24 especies.
Actualmente es deplorable el estado de la ciencia médica en la zona
del protectorado español. Antípoda de sus antecesores "Cordubensis" y
"Granatensis"; sin embargo, lo único racional 10 tienen en la sistemática
vegetal; lo único científico, lo único que merece la atención.
Queremos hacer mención de la "miel"'; los árabes hicieron de la miel
una panacea medicinal; eran los melitos de hace 100 años, cual el famoso
cPuchero de Riaza), melito de Quina Calisaya; a la miel añadían polvos
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<1e raíces, corlezas, hojas de flores, etc., o aguas aromáticas y tenían bien
presente la gran predilección que el Profeta tuvo por la miel; de los ver-
geles del Alcázar sevillano, de la Alhambra, del Patio de Lindaraja, Albai-
cin, Alpujarras; las abejas liban en aquella floresta inigualada en Europa,
fuentes lujuriantes, arquitectura típica, macetas, macetas de aromas, las
.abejas zumban y posan en <claveles, rosas, mirtos, alhelis, adelfos, alba-
hacas, resedas, cantuesos, pasionarias»; el gran señor árabe indolente se
acuesta en cojines, observa las danzas árabes de la <<nuba», mira a sus
mujeres, la favorita le acaricia, las abejas invaden el patio árabe; sus patas
van plenos de polen se elevan y van al "Colmenar" de tronco de pino
hueco que el señor árabe les preparó y de donde obtendrá el manjar pre-
dilecto del profeta, el alimento y el medicamento precedente de mil flores
y reunido por el animal más laboríoso de la tierra. Assal Mudhoo en
árabe, fué la base de los jarabes medicinales, genuína invención árabe.
Como por su sabor y olor recuerda las plantas en que la abeja libó;
por eso lo incluímos en este trabajito.
Dicen los árabes que quien come miel tiene un carácter muy dulce,
muy agradable y simpático, y fué un producto muy árabe.
De esencias los árabes tuvieron la más exacta noticia, las rosas y cia·
veles fueron cultivacios en la vega de Granada junto al Darro, y en la
vega de Triana en el Guadalquivir; debieron de emplear para su obtención
el alcohol y el "alambique", invención suya; los harenes están perfuma-
<1os en gran escala; la mujer árabe hace gran consumo de esencias, el mé-
dico se desinfecta con aguas destiladas y esencias, se obsequia, se hace
gran gala y alarde de las arOmas de aquellos patios tan cuajados de ma-
cetas y flores, -costumbre que aún subsiste en Andalucía- y en esto dan
.la pauta de una gran industria: la de esencias y cultivo de plantas aro-
máticas.
Muy ligeramente hemos visto como la "Farmacognosia" y sus deri-
vados fueron iniciados por los árabes aprovechando el sin par clima de
España, Sevilla, Granada, Córdoba, Murcia, Almeria" Valencia, crean la
.agricultura, la irrigación más perfecta que se conoce, surgen industrias-
alguna todavía subsiste- y se da el caso de que como marca de algún
destilado, sea la gentil "Giralda" obra de moros.
Honradamente declaramos que no hemos podido reunir más datos para
formar una "Botánica árabe medicina!", la empresa es árdua, pero con lo
que hemos reunido se puede formar una idea de lo que los árabes hicieron
en España en "el arte de curar" con su terapéutica vegetal.
Para terminar el trabajito, diremos una vez más, que esos manuscritos
-que en potencial custodian los P.P. Agustinos en el Monasterio de el Es-
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coria,l acaso traducidos nos dieran la "farmacognosia árabe", curiosísimo.-


las esencias, la recolección de plantas medicinales, su conservación, su
empleo, posología, formas farmacéuticas, cuidados con las plantas tóxi-
cas, etc., todo sería del máximo interés y cierto sabría la humanidad como·
curaban aquellos Avicena, Averroes, Maimonides, Racis, Honaino, Aver-
zoor, AI-Ghafiqui, etc., etc., y poder medir lo que la medicina avanzó en
X siglos; retrotraer la ciencia ha X siglos atrás, mirar lo que hoy se hace.
¿1.000 años? Estudiar el opio hace 1.000 años y ver lo que con ese far-
maco se hizo, creo es curiosísimo, a la vez que serviría de gran enseñanza,
pues veriamos que se emplearía con fines como hoy; acaso saldría algún
caso de "paraíso artificial" ¿quién sabe? Alguna intoxicación, elogios a su
acción , acaso algunas leyes prohibitivas del mal uso del opio. No podemos.
hacer congeturas; la traducción lo diría.
Con mi ofrenda del buen deseo, y repito descontento del trabajito,
por las dificultades que se han presentado; con miedo al juicio que pueda
merecer, termino diciendo: perdonadme los defectos; sólo buen deseo guió-
mis investigaciones y quise reunir unos datos de (Botánica árabe, aplicada
a la Medicina» para aportar modestamente un ladrillo al colosal edificio de
.Historia de la Médicina·.

FRANCISCO J. BLANCO JUSTE

Madrid, junio, 1935

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