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TEMA 4. .

De los Auxiliares y de los Intermediarios del Comercio


DE LA CAMARA DE COMERCIO. DE LA BOLSA DE COMERCIO. DE LAS FERIAS Y
MERCADOS. DE LOS AGENTES Y MEDIADORES DE COMERCIO Y SUS
OBLIGACIONES. DE LOS CORREDORES. DE LOS VENDUTEROS. DEL FACTOR
MERCANTIL.DE LOS INDEPENDIENTES DEL COMERCIO. NORMAS COMUNES.
En el ejercicio del comercio no toda la actividad recae sobre los comerciantes directamente en
el intercambio o mediación de bienes y servicios. Así como el Estado interviene en el comercio
como parte en los actos de comercio y como organismo público regulador en la actividad
comercial; los industriales y fabricantes en la producción de bienes; la población como
consumidor de los bienes y servicios; y los comerciantes en la mediación e intercambio de
bienes y servicios entre el productor y el consumidor, existen organismos auxiliares que sirven
de intermediarios, de protectores, facilitadores y promotores del comercio y de quienes
intervienen en él.
Estos organismos son: la Cámara de Comercio, la Bolsa de Valores y las Ferias y los
Mercados. Son organismos integrados por particulares, que revisten la forma de personas
jurídicas de carácter privado, pero de interés público por la participación de la sociedad como
consumidor y adquirente de los bienes y servicios en el mercado, a la cual hay que proteger
de la especulación y de los daños y perjuicios. Es decir, por razones de orden público.
1.1. La Cámara de Comercio
La Cámara de Comercio es una Asociación Civil integrada por propietarios o jefes de
establecimientos industriales, comerciantes por mayor, capitanes de buques, corredores y
venduteros de carácter público, que tiene por objeto la protección de los intereses mercantiles
de los afiliados, la protección y promoción del comercio en general y de servir de interlocutor
entre la sociedad y el Estado en materia mercantil. Sólo la ley reconoce una Cámara de
Comercio en la Capital de la República, una en cada Estado y en los Puertos habilitados para
la importación y exportación; y dada su personalidad jurídica, dicta su propio reglamento en el
cual determinará lo relativo a su administración, funcionamiento y complementación de sus
funciones que sutilmente le señala el Código de Comercio. En ese sentido, puede establecer
otras condiciones de admisibilidad de comerciantes, luego de constituida con el mínimo de
diez (10) comerciantes con las características indicadas y que no estén impedidos legalmente
(Art. 45,46 y 47 C.Com).
Las Cámaras de Comercio tienen su origen en la Corporaciones de la Edad Media, donde
tuvo su impulso fundamental el Derecho Mercantil. Durante la Colonia se crearon los
Consulados como gremios de comerciantes, que ejercían funciones privadas y públicas, y los
cuales formaban parte de la administración real española. La primera Cámara de Comercio
fundada en Venezuela fue la de Caracas el año 1893, la cual se instaló en el mes de enero de
1894 presidida por Henry Lord Boulton, durante el Gobierno del General Joaquín Crespo.
Luego se fundaron las Cámaras de Comercio de Maracaibo, instalada en junio de 1895, y
después la de Puerto Cabello y Valencia. La Cámara de Comercio, como institución mercantil,
fue incorporada al Código de Comercio de 1904.
Las Cámaras de Comercio se integraron con otros gremios de empresarios y fundaron el año
1944, durante el gobierno del General Medina Angarita, la Federación de Cámaras de
Comercio y Producción (FEDECAMARAS). En el año 1960 se fundó la Federación Nacional
de Agricultores (FEDEAGRO); en 1962, la Federación Nacional de Ganaderos (FEDENAGA);
y en el año 1969, el Consejo Nacional de la Industria (CONINDUSTRIA) y el Consejo Nacional
de Comercio y Servicios (CONSECOMERCIO). Estas asociaciones están integradas hoy en
día a FEDECAMARAS.
La Cámara de Comercio, entre otras funciones, tiene las siguientes:
1° Organizar el centro de Arbitraje, según lo dispuesto en el artículo 11 de la Ley de Arbitraje
Comercial.
2° Designar los delegados trimestrales de la Bolsa de Valores (Art. 62 C.Com).
3° Presentar mediante tema a la Asamblea de la Bolsa de Valores el representante de la
Cámara de Comercio, junto con FEDECAMARAS, que los representará en la Junta Directiva
de la Bolsa de Valores (Art. 100 LMC).
4° Dar su opinión a la municipalidad respectiva sobre el establecimiento de las Ferias y
Mercados (Art. 63 C.Com).
5° Presenta el informe requerido por el Juez de Comercio a los efectos de la autorización para
el ejercicio de venduteros y corredores públicos (Art. 75, 83 C.Com. y 75 LMC).
6° Revisión de los asientos de los Libros de Corredores Públicos sobre las manifestaciones
que deben hacer respecto a determinadas operaciones de Bolsa (art. 80 C.Com).
7° Dictar su propio Reglamento y remitir copia a las Cámaras de Comercio del país y al
Ministerio de la Producción y el Comercio (art. 48 C.Com).
1.2. Las Bolsas de Comercio
Las Bolsas de Comercio son instituciones privadas, controladas por la COMISION NACIONAL
DE VALORES (Art. 9, numeral 21 y 22), que revisten la forma de compañías anónimas (C.A o
SACA), las cuales constituyen centros de operaciones mercantiles relativas al mercado de
títulos valores (Art. 86 LMC), regidas por el Código de Comercio y la Ley de Mercado de
Capitales, cuyas normas reemplazan casi todas las disposiciones del referido Código (Art. 150
LMC), y por las normas y resoluciones que dicte la Comisión Nacional de Valores, a las cuales
debe ajustarse su Reglamento (Art. 92 LMCJ).
Los Antecedentes Históricos que se conocen son las “Casas de Lonja” o Bolsas de Comercio,
que se crearon en las ciudades más importantes de Europa, donde se reunían los
comerciantes para realizar transacciones mercantiles bajo nuevas técnicas de compraventa.
En Venezuela se instituyó la Bolsa de Comercio en el Código de Comercio de 1873, pero la
Bolsa de Valores de Caracas se instaló, propiciada por la Cámara de Comercio, en el año
1947. Antes de esta fecha, las operaciones bursátiles se llevaban a efecto en la esquina de
San Francisco de Caracas, en la cual se reunían grupos de comerciantes para realizar
transacciones mercantiles con títulos valores a través de técnicas distintas a las efectuadas en
el mercado ordinario. La Bolsa de Valores incorporada como institución mercantil en el Código
de Comercio, pasó a ser hoy en día una institución privada totalmente intervenida por el
Estado.
Las normas del Código de Comercio que la regulaban, perdieron su vigencia al quedar
derogadas en su mayor parte por las previstas en la Ley de Mercado de Capitales. La Ley
actual fue promulgada el 22 de octubre de 1998, la cual deroga la de fecha 22 de mayo de
1975 y, ésta a su vez, deroga la primera Ley de Mercado de Valores promulgada 1973.
Las Bolsas de Valores para constituirse, deben cumplir con los requisitos siguientes (Art. 87
LMC):
1° Forma de compañía anónima (C.A) o sociedades de capital abierto (SACA).
2° Debe mediar autorización de la Comisión Nacional de Valores.
3° El capital inicial no puede ser menor de doscientos millones de bolívares (Bs. 200 Millones),
totalmente pagado en efectivo, dividido en acciones comunes nominativas que otorguen los
mismos derechos, sin que ninguna persona pueda tener más de una acción.
4° El número de socios constituyentes no puede ser menor de veinte (Art. 88 LMC).
Para ser miembro de la Bolsa de Valores, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 89 de la
Ley de Mercado de Capitales, se requiere:
1° Estar autorizado por la Comisión Nacional de Valores para ejercer la actividad de corredor
público de valores.
2° Otorgar una garantía a juicio de la Junta Directiva de CNV.
3° Los demás requisitos que señalen las normas internas de la Bolsa de Valores.
No serán aceptados: los funcionarios públicos, los que se hayan acogido al beneficio de
atraso o de quiebra, los fallidos no rehabilitados, los expulsados de las bolsas de valores, los
que incurrieren en delitos y faltas contra la propiedad, la fe pública o el fisco nacional y los que
incurrieren en delitos tipificados por la Ley Orgánica de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas (Art. 91 LMC).
Las Obligaciones de los Miembros de la Bolsa de Valores se reducen al cumplimiento del
Reglamento, a los usos y costumbres en vigor en la bolsa de valores respectiva, a permitir la
inspección de sus Libros por la CNV y por la Junta Directiva de la BV, a presentar
semestralmente a la CNV y a la Junta Directiva de la BV, los balances y los estados de los
resultados y cambios de su situación financiera, dictaminados por contadores públicos en
ejercicio independiente de la profesión, y suministrar a dichos organismos los informes que le
sean requeridos (Art. 94 LMC).
La Junta Directiva de la Bolsa de Valores está integrada por cinco miembros y sus respectivos
suplentes: tres en representación de la Bolsa de Valores electos por mayoría simple, uno por
FEDECAMARAS y la Cámara de Comercio, y otro por la CNV (Art. 100 LMC).
La Bolsa de Valores tiene por objeto negociar los valores que estén previamente inscritos en
el REGISTRO NACIONAL DE VALORES, que lleva la Comisión Nacional de Valores. La Bolsa
de Valores, también, lleva el Registro en el cual se inscriben los valores a los fines de su
cotización. Por lo tanto, la Bolsa de Valores negocia los valores inscritos en su Registro,
previamente inscritos en el Registro Nacional de Valores.
No obstante, los títulos de la deuda pública y de crédito, emitidos conforme a la Ley del Banco
Central de Venezuela, Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras y la Ley del
Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo están exceptuados del ámbito de aplicación de la Ley
de Mercado de Capitales, por lo que para su cotización en la Bolsa de Valores basta con que
estén inscritos en su propio registro (Art. 1°, numeral 3 Art. 101 y 102).
Los Títulos Valores Objeto de las Operaciones Bursátiles son las acciones de las sociedades,
las obligaciones y demás valores emitidos en masa que posean iguales características y
otorguen los mismos derechos dentro de su clase. En caso de duda, la Comisión Nacional de
Valores determinará cuáles son los valores regulados por la ley (Art. 22 LMC).
En la Bolsa de Valores también se podrán negociar bienes distintos a los referidos valores
(títulos valores), con la previa autorización de la CNV y en base a las normas que dicte la
Bolsa de Valores respectiva (Art. 105 LMC).
En las Operaciones Bursátiles Intervienen Varios Factores, a saber: la bolsa de valores como
centro de operaciones, los propietarios o tenedores de títulos, los adquirentes o inversores, los
mediadores o agentes de comercio como los corredores públicos de valores y las sociedades
de corretaje, y las acciones, obligaciones y títulos objeto de las operaciones bursátiles.
En este sentido, la Comisión Nacional de Valores (CNV) lleva el REGISTRO NACIONAL DE
VALORES, en el cual se registran:
1 ° Las personas que deseen poner en oferta pública sus acciones o títulos.
2° Los títulos valores que serán objeto de las operaciones bursátiles.
3° Los corredores públicos de valores y las sociedades de corretaje.
4° Los adquirentes de los títulos valores.
Y, de la misma manera, la Bolsa de Valores llevará los registros de cada uno de los factores
intervinientes en las operaciones bursátiles y de las respectivas operaciones. Cada uno de
esos registros y los vínculos entre sí de los distintos factores intervinientes, generan
consecuencias jurídicas, que quedan reguladas por la Ley de Mercado de Capitales, el Código
de Comercio y el Código Civil.
1.3. Las Ferias y Mercados
Las Ferias y Mercados son centros de negociación o intercambio de bienes y servicios, a
través de la mediación de particulares a instancias de las municipalidades, para satisfacer
necesidades de abastecimiento de la población. Son abastos públicos reducidos a espacios y
a establecimientos divididos en puestos conformados por negocios independientes de
distintos productos y de variada naturaleza, cuyos comerciantes o intervinientes están
vinculados a la administración municipal por medio de contratos administrativos (Art. 63
C.Com).
Aparte de estos Mercados propiamente dichos, existen las Ferias que se promueven por los
particulares o por la municipalidad, periódica u ocasionalmente, para procurar en espacios
determinados y acondicionados especialmente al efecto el comercio de bienes y servicios y, a
la vez, el abastecimiento en interés de las necesidades generales o especiales de la
población. En ese sentido, la municipalidad requiere la opinión previa de la Cámara de
Comercio respectiva, con el objeto de estimular el comercio y de evitar la competencia desleal
con los negocios establecidos (Art. 63 C.Com).
Las municipalidades designan un REGIDOR que ordena, controla, vigila y supervisa la
legalidad de las operaciones, la licitud de los productos, el orden interno y el cumplimiento de
las Ordenanzas Municipales sobre la materia (Art. 64 C.Com).
Estas Ferias y Mercados son regidos por normas que dictan los Consejos Municipales en
cuanto a su organización, adjudicación de locales o espacios, sobre la comercialidad de los
productos, contratación administrativa con los adjudicatarios de puestos y espacios, y el
nombramiento y funciones de los Regidores que tendrán a su cargo velar por el cumplimiento
de las normas que las rigen en atención a la legalidad y mantenimiento del orden interno (Art.
65 C.Com).
2. Los Agentes y Mediadores de Comercio y sus Obligaciones Respectivas
Los comerciantes, como mediadores en el intercambio de bienes y servicios entre el productor
y el consumidor, requieren de los servicios de personas que ejecuten y faciliten determinadas
operaciones mercantiles bajo su responsabilidad y provecho, es decir, sin que se
comprometan o involucren personalmente en los derechos y obligaciones del comerciante.
Por el contrario, sus acciones comprometen la responsabilidad del comerciante ya que actúan
bajo sus órdenes y están a su servicio. Están vinculados con el comerciante por una relación
laboral regulada por la Ley Orgánica del Trabajo. Estas personas se conocen como Factores
Mercantiles y dependientes u operarios.
Por otra parte, existen los corredores y venduteros, que no están vinculados con el
comerciante por un contrato laboral, sino mercantil. En todo caso, son agentes y mediadores
de comercio que, en virtud de las relaciones que los vinculan al comerciante, se generan
derechos y obligaciones que interesan al Derecho Mercantil.
2.1. Los Corredores
Entre las personas que sirven a los comerciantes para facilitar la conclusión de un negocio,
están los corredores. Sus operaciones están determinadas como actos de comercio objetivos
a tenor de lo dispuesto en el Ordinal 15 del Artículo 2 del Código de Comercio, que se refiere
a “Las operaciones de corretaje en materia mercantil”. Al efecto, el Artículo 66 del Código de
Comercio, los define, así: “Los corredores son agentes de comercio que dispensan su
mediación a los comerciantes para facilitarles la conclusión de sus contratos” (Art. 66 C.Com).
Por tanto, el corredor no está autorizado para recibir o hacer pagos, o exigir el cumplimiento
de obligaciones privativas de las partes contratantes. El corredor es apenas un facilitador de
operaciones (Art. 69 C.Com).
Para ejercer la Correduría se requiere tener capacidad para contratar, es decir, ser mayor de
edad, no ser objeto de interdicción civil o inhabilitado por atraso o quiebra, y no haber sido
destituido del cargo de corredor o vendutero. No se podrá conceder la habilitación de edad
para ser corredor. El menor emancipado no puede ser habilitado para ser corredor. Es un
caso de excepción (Art. 67 C.Com).
La relación entre el comerciante y el corredor es contractual y se denomina Contrato de
Corretaje. Es de naturaleza mercantil. No es laboral porque el corredor conserva su
autonomía e independencia, ya que se trata de una profesión libre. No es de la naturaleza
jurídica del mandato o de la representación, porque el corredor no actúa en nombre del
comerciante. Y no es de la naturaleza jurídica del contrato de comisión porque, si bien obtiene
una comisión como remuneración de su trabajo, el comisionista actúa por cuenta del
comitente.
El comerciante que se sirve de los servicios de un corredor, que le facilite la conclusión de un
negocio, está en la obligación de retribuirlo mediante una comisión si la operación se lleva a
efecto, la cual se denomina Corretaje (Art.71 C.Com). Si el negocio es para el vendedor y para
el comprador, ambas partes están en la obligación de remunerar el trabajo del corredor. Por
su parte, el corredor responde por la identidad y capacidad de las personas que contraten por
su intermedio; de la realidad de las negociaciones en que intervenga; y de la realidad de los
endosos, si se trata de títulos de crédito endosables. (Art.68 C.Com). El corredor no
compromete su responsabilidad con ninguno de los contratantes, salvo que no le comunique a
uno de ellos la identidad del otro, en cuyo caso, se subroga en los derechos y obligaciones de
éste (Art. 70 C.Com).
Los Corredores suelen ser de Carácter Privado o Público. En el primer caso depende de su
personalidad, conocimientos y experiencia. En el segundo caso, comprobadas sus cualidades
antes dichas, debe ser autorizado por el Juez de Comercio, previo informe favorable de la
Cámara de Comercio. Debe constituir una garantía para responder por su encargo. La
autorización judicial debe ser inscrita en el Registro de Comercio, fijada y publicada (Art.75
C.Com). Los corredores públicos son los competentes para ejecutar aquellos actos propios de
su profesión requeridos por la ley o por sentencia, como es el caso de la venta de las acciones
suscritas y no pagadas (Art. 74 Y 295 C.Com).
Como comerciante está en la obligación de llevar los libros de comercio que el Código de
Comercio determina. Además, están en la obligación de llevar dos libros de comercio, en uno,
los asientos de manera sucinta de todas operaciones realizadas; y, en el otro, los asientos de
manera detallada y explícita de las operaciones diarias llevadas y concluidas (Art. 72 C.Com).
En este sentido, el Juez de Comercio puede exigir la exhibición de los Libros para confrontar
las operaciones con las copias que expidan a las partes (Art. 73 C.Com).
El Corredor puede retirarse de la profesión, en cuyo caso debe solicitar la extinción de la
fianza que garantiza su responsabilidad por los trabajos ejecutados. En este sentido, se fijará
y publicará la solicitud a los efectos de que los interesados hagan valer los derechos que
estimen afectados. Transcurridos tres meses de la publicación sin que haya oposición, el
Tribunal declarará la cancelación de la fianza. Si hubiere oposición, se mantendrá la fianza
hasta tanto sea retirada o decidida sin lugar la oposición (Art. 79 C.Com).
Existen Corredores Públicos de Bolsa, cuya constitución, ejercicio, prohibiciones, derechos y
obligaciones están reguladas por la Ley de Mercado de Capitales, los cuales deben estar
inscritos en el Registro Nacional de Valores llevados por la Comisión Nacional de Valores
(CNV), quien autoriza su ejercicio y somete la correduría a la autoridad de sus normas, en
términos semejantes a los anteriormente expuestos.
Las acciones que se deriven de los contratos de corretaje prescriben a los dos años contados
a partir de la fecha de conclusión del contrato que facilitó el corredor (Art. 81 C.Com).
2.2. Los Venduteros
Los Venduteros, también conocidos como rematadores o martilleros, son las personas que se
dedican a vender en pública subasta toda clase de bienes muebles en el estado en que se
encuentren (Art.82 C.Com). También existen venduteros que rematan bienes inmuebles,
como ocurre con los bienes de las instituciones financieras en proceso de liquidación, que
realiza FOGADE como ente público liquidador, para lo cual ha dictado sus normas internas.
En el Banco Central de Venezuela se realizan subastas de títulos valores públicos (BDP), que
el Estado coloca de esta manera para drenar la liquidez bancaria y, a la vez, evitar la fuga de
divisas. También, diariamente, subasta un monto considerable de divisas, en virtud de que el
valor del dólar respecto a la moneda nacional está sometido al sistema de flotación y su valor
depende de la oferta y la demanda. Tales actos están sometidos a normas especiales.
No pueden ser venduteros quienes no tengan capacidad para comerciar, los inhabilitados y
entredichos, y los que hayan sido destituidos de los cargos de corredores o venduteros. Es
una profesión libre. Pueden ser venduteros privados y públicos. Estos últimos son los
competentes para vender en pública subasta los bienes que requieran de realización mediante
remate por imposición de la ley o de una sentencia. Para ser vendutero público se requiere
autorización del Juez de Comercio y constitución de garantía a juicio del Tribunal para
responder por su gestión frente a terceros. Está garantía afecta con privilegio los créditos que
garantiza como resultantes de su gestión. La garantía permanecerá vigente durante el tiempo
que se mantenga en el ejercicio de la profesión. La autorización debe ir precedida del informe
favorable de la Cámara de Comercio, y estar inscrita y fijada en el Registro Mercantil y
debidamente publicada. Todos estos aspectos jurídicos sobre prohibiciones, autorizaciones,
garantías y ejercicio relacionados con los venduteros, son las mismas que rigen para los
corredores en los Artículos 67, 74, 75,77 y 78 del Código de Comercio, por remisión que
ordena el Artículo 83 del Código de Comercio.
Los venduteros deben llevar tres libros: El Primero, para asentar en orden sucesivo las fechas
de entrada de las mercancías y los bienes en su cantidad, calidad, peso, medida y estado, así
como la identificación de la persona de quien los recibe y de aquella por cuya cuenta deben
ser vendidas y su precio. El Segundo, para asentar los bienes vendidos, el precio, la
identificación de la persona por cuya cuenta fueron vendidos y de la persona del comprador. Y
en El Tercero, llevará la cuenta corriente con cada uno de sus comitentes, con referencia de
los asientos respectivos en los libros de entrada y de salida, antes mencionados. Todos estos
libros están sometidos a los mismos requisitos previstos para los Libros de Comercio
regulados por los Artículos del 36 al 44 del Código de Comercio.
Los venduteros deben participar mediante Carteles publicados en la prensa y fijados en
lugares públicos con suficiente antelación, el lugar, fecha y hora del acto de remate, con
indicación pormenorizada de los bienes objetos del mismo y las demás características y
condiciones que estimen convenientes, así como el lugar y establecimiento donde se
encuentran depositadas para que sean inspeccionadas por los interesados en los días y horas
que se señalen al efecto (Art.86 C.Com).
El Artículo 87 del Código de Comercio prohíbe, especialmente, a los venduteros, darle efectos
a la puja que el postor no haya expresado en voz clara e inteligible; participar por sí mismo o
por interpuesta persona en la licitación del bien objeto de remate; y adquirir el objeto del
remate de quienes hayan resultado sus adjudicatarios por la venta que haya hecho. La
violación a esta prohibición acarrea multa y suspensión o destitución del oficio de vendutero,
aparte del resarcimiento de los daños y perjuicios que dicha conducta pudiere haber causado
a los terceros intervinientes en el acto de remate.
El acto de venta en almoneda no podrá suspenderse después de iniciado, y se adjudicará el
bien al mejor postor, salvo que no hubiese ofertas por el precio base fijado (Art. 88 C.Com).
Toda venta en almoneda es de contado (Art.89 C.Com).
Podrá haber un nuevo acto de subasta sobre el mismo bien cuando ocurran los siguientes
supuestos: primero, cuando existiere confusión respecto a la persona del adjudicatario y a la
conclusión del remate, en cuyo caso no hay lugar a reclamación; y, segundo, cuando
transcurrido el plazo de cuarenta y ocho horas de verificado el remate el adjudicatario no
hubiese pagado el precio. En este caso, el adjudicatario que no pagó, será responsable de los
gastos ocasionados en el remate frustrado y del bajo precio del bien en el nuevo acto, en cuyo
caso, podrá obligarse al causante del daño a adquirir el bien rematado y a pagar el precio (Art.
91 C.Com).
El vendutero queda obligado con la persona por cuenta de quien hizo la venta en almoneda en
rendirle cuentas de la gestión dentro del plazo de cuatro días de verificado el acto. En este
sentido, entregará al interesado el saldo del precio que resulte a su favor después de
deducirse los gastos del remate y la comisión del vendutero. En caso de mora del vendutero
en rendir cuentas y pagar el precio que resulte a su favor al interesado, el vendutero perderá
la comisión y responderá por los daños y perjuicios que resulten de su incumplimiento (Art. 92
C.Com).
Estos hechos determinan la naturaleza jurídica de la relación comercial entre el comitente y el
vendutero. Se trata de un contrato de comisión. Por esta razón, cualquiera otra situación no
prevista se rige por las disposiciones relativas al contrato de comisión (Art. 93 C.Com).
2.3. Los Factores Mercantiles
Los Factores Mercantiles son personas dependientes del comerciante con quien están
vinculados por una relación laboral. Son, prácticamente, los gerentes, las personas a quien el
principal, como se le llama al comerciante que constituye factor mercantil, encomienda el
manejo de un negocio en particular con amplias o limitadas facultades. En sus relaciones con
los terceros, el factor mercantil es un mandatario del principal, puesto que actúa en su nombre
y lo compromete con sus actos. Para comprometer la responsabilidad del principal y evitar que
el factor mercantil se exceda en los límites de su mandato, debe indicar cuando contrata que
actúa con poder. Si no lo hace se obliga personalmente a cumplir el contrato y en los límites
de su exceso. (Art. 94,96 y 97 C.Com).
El Factor Mercantil se constituye por medio de documento registrado en el Registro
Inmobiliario, luego se inscribe en el Registro de Comercio y después se fija en la cartelera de
la sala de dicho registro mercantil, por cuanto se trata de un mandatario especial que ejerce
actos de administración y de disposición de bienes muebles, inmuebles, derechos, acciones y
títulos propiedad de la empresa o del comerciante en ejecución de los negocios que le han
sido confiados (Art. 95 C.Com).
No obstante, los factores mercantiles están exentos de responsabilidad personal y, por tanto,
se entiende que han contratado para el principal, en los casos siguientes (Art. 97 C.Com):
1° Cuando el contrato corresponda al giro ordinario del establecimiento que administran.
20 Si hubieren contratado por orden del principal, aunque la operación no esté comprendida en
el giro ordinario del establecimiento.
30 Cuando el principal hubiere ratificado expresa o tácitamente el contrato, aunque lo haya
celebrado sin su orden.
40 Si el resultado de la negociación se hubiese invertido en provecho del principal.
En caso de que los terceros que han contratado con el factor mercantil que no indicó que
actuaba con poder del principal, se vean en la necesidad de promover juicio con fundamento
en causa del convenio, podrán promover la acción alternativamente contra el factor mercantil
o el principal, en cuyo caso deberán demostrar los supuestos de hecho que contemplan los
ordinales mencionados.
2.4. Los Dependientes de Comercio
Aparte de los Factores Mercantiles, existen otras personas que el comerciante principal
emplea para que le sirvan bajo sus órdenes y subordinación y el pago de un salario, en la
realización de sus negocios en un establecimiento determinado. Estas personas son los
Dependientes u Operarios sin facultades de administración ni de disposición. Se reducen a ser
mediadores de bienes y servicios del comerciante. Son sus ayudantes. En consecuencia,
están vinculados con el principal por medio de una relación laboral y, frente a los terceros,
actúan como mandatarios del principal reducidos a un campo de acción de servicios
determinados (Art. 101 C.Com). En este sentido, la actuación del dependiente, debe
entenderse como si fuera hecha por el mismo principal (Art.102 C.Com).
Por lo tanto, los contratos celebrados a título personal por los dependientes no compr-ometen
la responsabilidad del principal. No obstante, el principal, para facilitar el desenvolvimiento de
sus negocios, puede conceder autorización expresa a los dependientes para ejecutar
determinados actos, con lo cual compromete el principal su responsabilidad (Art. 99 C.Com).
Pero cuando se trate de ejercer actos de disposición de bienes y de títulos de crédito, el
dependiente requiere de mandato expreso autenticado o registrado, según el caso, que se
inscribirá en el Registro Mercantil, sometido al régimen de fijación, publicación y agregado
(Art. 100 C.Com).
2.5. Normas Comunes
Les está prohibido a los factores mercantiles y a los dependientes, salvo que estén
expresamente autorizados por el principal, celebrar por cuenta propia o ajena negocios u
operaciones mercantiles semejantes al ramo comercial que explota el principal en el
establecimiento en que sirven. Se trata de una competencia desleal. Y, en el supuesto de que
hicieren caso omiso y actuaren en contravención de esta prohibición, el principal aplicará en
su provecho las utilidades del negocio y cargaría las pérdidas a los factores o dependientes
que hubiesen actuado deslealmente (Art. 98 C.Com).
Así como el principal autoriza expresamente por carta, circular o escritura pública al factor
mercantil o al dependiente para la realización de determinados actos independientes de sus
operaciones habituales, y se revisten de la publicidad del caso para el conocimiento público,
de la misma manera debe revocarlos y darle publicidad para el conocimiento de los terceros
interesados. Es decir, debe hacerse la revocatoria de la misma forma como se confirió el
mandato. Por consiguiente, el principal no puede eludir su responsabilidad o sustraerse de su
obligación, oponiendo a los terceros de buena fe la revocación del poder del factor o
dependiente con ocasión de los actos celebrados por éstos después de la revocación si ésta
no se hubiere hecho de la misma forma que revistió la autorización o el poder otorgado (Art.
106 C.Com).
En virtud de que el factor mercantil y los dependientes están vinculados al principal por medio
de una Relación Laboral, la cual la rige la Ley Orgánica del Trabajo de preferente aplicación,
toda consecuencia jurídica relativa al cumplimiento, interpretación y resolución del contrato
laboral escapa de las regulaciones del Código de Comercio, salvo que dichas normas
establezcan mejores beneficios a favor del trabajador (Art. 103, 104 Y 105 C.Com).

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