(Toda persona que busque el conocimiento y el saber, necesita de un
maestro.)
En la tradición mágica, esoterica y ocultista, se insiste mucho en
ésta necesidad, ya que para llegar a ser sabio no basta con la lectura juiciosa de los textos antiguos y sagrados; sino que hay que tener además, un guía de pensamientos y costumbres. Poder frecuentar, de manera habitual, a una persona con sabiduria y conocimiento, ayudará a direccionar nuestro aprendisaje, pero sobre todo. Evitará la perdida de tiempo en lecturas y prácticas vanas o inutiles, que nos distraen de las verdaderas metas y objetivos. Por lo que seria actitud, solo de tontos; despreciar la experiencia y el consejo, sobre todo cuando de temas ocultos y mágicos se refiere. Rabi Simeón ben Yohai, (Maestro del Zohar), opinó que "la necesidad de un buen maestro se requiere en los peldaños hacia el conocimiento". En referencia a la necesidad del maestro, los sabios antiguos afirman: "Si un hombre es llamado a buscar la propiedad perdida de su padre y la de su maestro, la de su maestro tendrá prioridad, puesto que su padre sólo lo trajo al mundo, pero fue su maestro quien lo guió por el camino de la sabiduría, conduciéndolo hacia el despertar de la conciencia que eleva el alma a Dios Padre. Pero si su padre es también un sabio o maestro, será su padre quién tendrá primacía. Le deberás más obediencia, respeto y concideración, a su maestro que a su propio padre. Tan es asi, que; Si su padre y su maestro llevan una carga, deberá ayudar antes a su maestro que a su padre. Si su padre y su maestro son tomados prisioneros, deberá rescatar primero a su maestro y luego a su padre; pero si su padre es también un sabio, deberá rescatar primero a su padre y luego a su maestro". Aún en los textos modernos de magia y ocultismo, se resalta la gran importancia de la hermandad espiritual y fraternal, entre maestro y alumno. Los jassidim saben y reconocen la im-portancia cósmica del maestro en el sendero iniciático del alumno. Y, por ello, dichos místicos suelen afirmar que "el maestro del alma es el intermediario entre Dios y el devoto". Así, frecuentar un sabio y estimarlo sobre todas las cosas mundanas será lo más trascendental para el estudiante del camino mágico y espiritual. Sin embargo, las obervaciones, no solo recaen sobre el alumno, sino que el maestro tendra una gran responsabilidad frente a su aprendiz. Pues debe guiar y enseñar, no solo con sus palabras y consejos, sino con ejemplos y actitudes. Toda vez que el alumno observará e imitará sus actuaciones éticas y morales de su guia. La importancia de un buen maestro es tal. Que Lejos de interponerse entre su discípulo y Dios, el maestro sirve para facilitar su encuentro. Porque, por muy alto que pueda ser el nivel del alumno, nunca dejará de ser un “talmid haham”, un simple alumno. Continuará aprendiendo sin cesar, y buscará a tientas su propio camino hacia el creador. A travez de la historia, las apreciaciones sobre la necesidad de un maestro o guia, son muy frecuentes. En la tradicion judia, Abraham fue guía de Isaac. Jacob, hijo de Isaac, fue guiado por este. Y esto llegó a su cénit cuando Moisés codificó la tora en el Monte del Sinaí y la paso a manos de Josué, este hizo lo propio con los ancianos y, finalmente, ellos con los rabinos. La importancia del maestro en la mística de la cabala también es destacable. El padre del Zohar reveló sus secretos a su hijo Rabi Elazar, y a su fiel discípulo Rabi Aba, que con suma devoción le había seguido. Y, por ejemplo, Rabi Hayim Vital nos comunicó la enseñanza de su ilustre y profundo rabino y maestro Rabi Yitshak Luria. Pero, alejados de la tradición judía, en otros muchos pueblos antiguos también se encuentra la figura del maestro. Así, los griegos, cultura que mantuvo grandes contactos con el judaísmo, daban prioridad a su figura como comprensión de una enseñanza. Aristóteles (384-322 A.C.) aprendió de Platón. Y años más tarde este personaje educó a Alejandro el Magno. Un caso muy común dentro de la civilización griega lo protagonizaron el gran Sócrates y su discípulo Platón, llevando la unión de maestro y alumno al terreno sexual e íntimo. Sócrates, muy dado al contacto sexual con los jóvenes, fue acusado, años después, de corromperlos, y, por ello, condenado a beber la cicuta. Más cercanos en el tiempo, otros grandes sabios ajenos al judaísmo han creído en la figura del maestro. Mahatma Ghandhi, figura extraordinaria del pensamiento de este siglo, puntualizaba al respecto: "Yo creo en la teoría del gurú (Maestro), para la correcta realización espiritual. Creó que hay una gran verdad en la teoría que apunta que la verdadera sabiduría es inalcanzable sin un gurú". Y L. Pauwels, autor del "Retorno de los brujos", explicaba la necesidad del maestro con estas palabras: "Más tarde, el día de la Liberalización, busqué un camino en un maestro que me enseñara a vivir y pensar. Me hice discípulo de Gurdjiejf". Por éstas, y otras razones. los futuros magos, cabalistas, brujos y hechiceros, necesitan del maestro adecuado. Que se convierta no sólo en su guia, amigo y consejero; sino también, en su compañero de camino, para que le brinde el apoyo, la fuerza y el conocimiento que a éste le pueda faltar, a la hora de recorrer el oscuro sendero, que finalmente conduce hacia la luz de la sabiduria y de la union con Dios.