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TEMA 1

DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA EN EDUCACIÓN


INFANTIL.

1.a. La didáctica de la lengua y la literatura como disciplina científica.

La ciencia surge de la obtención del conocimiento mediante la observación de


patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a
partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios
y se elaboran leyes generales y esquemas metódicamente organizados.

Las ciencias sociales en las que se engloban la lengua y la literatura son aquellas
disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano - cultura y sociedad.

El método depende de cada disciplina particular.

¿Podemos considerar la didáctica de la lengua y la literatura como una disciplina


científica?
En los últimos treinta años, asistimos a la reconfiguración de la didáctica de la lengua y
la literatura como disciplina científica. En esta nueva disciplina influye el contexto social e
institucional que ha permitido su desarrollo científico.

La didáctica de la lengua y la literatura es una disciplina que estudia los fenómenos de


enseñanza y de aprendizaje de la lengua y las complejas relaciones entre los tres polos del
triángulo didáctico: profesor, alumno y la lengua y la literatura enseñadas. Aborda las
interrelaciones y las interdependencias entre estas instancias que constituyen una
totalidad organizada, denominada sistema didáctico.

Su objeto central puede ser identificado como el estudio de la transmisión y la


apropiación de las lenguas, en particular, sobre los procesos de construcción de prácticas
y de conocimientos lingüísticos desarrollados en el contexto escolar. De apariencia
simple, esta definición y los términos que la componen merecen ser explicitados y
discutidos.

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La primera cuestión que se plantea es la búsqueda de una definición consensuada del
término didáctica de la lengua y la literatura. Tal concepto aborda acepciones diferentes
según el punto de vista adoptado. Se sitúa a la vez en el campo de la teoría y en el de la
práctica, escolar y extraescolar, transponiendo y solicitando objetos de distintas ciencias
constituidas (lingüística, psicología, sociología, historia, etc.), por lo que la didáctica de la
lengua y la literatura se afianza en una pluralidad.

Su eficacia depende tanto de su capacidad para generar nuevos conocimientos, como


de la búsqueda de soluciones a problemas sociales y educativos.
Los saberes sobre la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas se abordan a partir de
posturas plurales: la del profesor, encargado de transformar y adaptar los objetos de
enseñanza de manera que favorezca el desarrollo lingüístico de sus alumnos; la del
formador, responsable de los saberes profesionales de los profesores; la de los expertos,
encargados de analizar los problemas de la enseñanza; y, finalmente, la de los
investigadores, responsables del avance en la producción científica, que,
paradójicamente, estabilizan los acervos y suscitan nuevas cuestiones. Esta pluralidad de
puntos de vista y de posturas explica las dificultades ligadas a la institucionalización
universitaria de la didáctica de las lenguas.

La didáctica de las lenguas es una disciplina que integra una comunidad de


investigadores que trabajan de manera repartida en diferentes organizaciones
académicas, departamentos e instituciones. Su estructuración como disciplina supuso, y
aún requiere, la elaboración de un sistema conceptual y una reflexión sobre las relaciones
establecidas con diversas disciplinas contributivas, en particular, con las ciencias del
lenguaje y con la psicolingüística.

Sin embargo, las investigaciones que se inscriben en esta disciplina rechazan la simple
aplicación de las disciplinas de referencia, así como las posiciones prescriptivas que no
están fundadas en el análisis de las prácticas de enseñanza-aprendizaje.
En su lugar, las investigaciones preconizan un trabajo de reelaboración y
reconstrucción de los objetos de enseñanza adaptados a las situaciones didácticas.
Dos enfoques dominan en esta área de investigación:

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Por una parte la ingeniería didáctica, orientada hacia la elaboración y la
experimentación de dispositivos de enseñanza; por otra parte, los trabajos descriptivos
sobre la enseñanza en el aula, de carácter comprensivo y explicativo, que han sido
desarrollados en estos últimos tiempos.

La didáctica de las lenguas puede ser estudiada, en primer lugar, en función de la


disciplina escolar ensenada. Las “lenguas” constituyen un objeto intrínsecamente
transversal, puesto que recurre a contenidos múltiples que pertenecen a diversas
realidades: puede tratarse de lengua materna, de primera lengua, de segunda lengua, de
lengua extranjera, lengua o lenguas de enseñanza.

Las lenguas, además, son estudiadas desde distintos ámbitos: la fonética, la gramática,
la literatura, la escritura, la lectura, la comunicación oral. Las lenguas, en situación escolar
y como objetos de enseñanza, pasan por una estructuración compleja que depende de la
misión asignada a la escuela y del modelo canónico de la disciplina escolar que reúne la
primera lengua de instrucción y las otras lenguas enseñadas.
La forma escolar es una modalidad de socialización específica que articula el resultado
de las actividades humanas del pasado, cristalizadas en saberes y técnicas socialmente
constituidas sobre el mundo. Así, esta modalidad actualiza la actividad de enseñanza e
influye sobre los modos de hacer y de pensar para transformar las capacidades
lingüísticas de los alumnos.

De este modo, los componentes de la enseñanza (gramática, lectura, escritura, oral,


literatura, vocabulario, conjugación, etc.) han visto cómo sus límites se han modificado y
se redefinen constantemente bajo la influencia de las expectativas sociales, de los
cambios educativos y de los avances científicos en las disciplinas de referencia

Para la didáctica de las lenguas, las cuestiones sobre qué objetos hay que enseñar y
cómo facilitar su adquisición son cruciales.
¿Qué aspecto merece privilegiarse, el de las prácticas, el de las conductas, el de los
saberes tradicionales, el de los nuevos conocimientos?

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En relación con los alumnos, ¿qué competencias, qué capacidades deben
desarrollarse? Además, ¿es posible hablar de enseñanza de las lenguas en plural?

La respuesta a esta última pregunta evoca dos fenómenos contradictorios.


Por una parte, la universalidad de las prácticas lingüísticas y textuales implica un nivel
de universalidad del sistema que sostiene estas prácticas. Este sistema es lo que Saussure
designaba con la expresión “la lengua”. Por otra parte, las lenguas naturales son
extremadamente diversas, puesto que cada lengua propone un conjunto de recursos
léxicos y sintácticos, organizados en un sistema cerrado, que ejercen un determinismo
sobre las disposiciones efectivas de aplicación de la actividad verbal. Al mismo tiempo,
esta última tiene una influencia sobre la construcción de los textos.

Las lenguas presentan variaciones según las regiones del mundo donde se hablan: es el
caso, por ejemplo, del portugués y el español que se hablan en América Latina en
comparación a las variaciones de las mismas lenguas utilizadas en Portugal y España.
El estatus que gozan estas lenguas no es el mismo según las realidades políticas y
sociales de los diferentes estados. Es el caso de la importante presencia del español en
EEUU, a pesar de no tener un estatus oficial.

Además, los sistemas escolares en los cuales se enseñan y se aprenden las lenguas
también contribuyen a la heterogeneidad del objeto de la didáctica. En relación con las
variaciones sociolingüísticas, tres orientaciones nos parecen necesarias para superar las
contradicciones mencionadas:

1) La adopción de una perspectiva comparativa que contraste los rasgos comunes de


las distintas lenguas, lo que permitiría identificar las cuestiones que merecen ser
abordadas por esta disciplina.
2) La consideración de los retos actuales, al integrar la realidad del plurilingüismo de
los estudiantes, impone hablar de didáctica de las lenguas y literaturas en plural y
conduce cada vez más hacia una didáctica integrada de las lenguas.
3) El desarrollo de una reflexión sobre la cuestión de los saberes y las prácticas de
referencia que deben considerarse y las relaciones entre saberes y prácticas.

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Haremos previamente un pequeño recorrido histórico con el fin de conocer las
principales reconfiguraciones a las cuales la didáctica de las lenguas ha estado sujeta a lo
largo de su historia. Para ello, describiremos los orígenes de la didáctica y su búsqueda
progresiva de autonomía y se desarrollarán las especificidades de la didáctica de las
lenguas y literaturas.

 HACIA UNA DIDÁCTICA DE LAS LENGUA Y LA LITERATURA

Las condiciones del uso del término “didáctica” varían según las épocas y las lenguas.
Del mismo modo, su campo de aplicación cambia en función del contexto lingüístico y
del contexto cultural. La generalización y la reivindicación de la didáctica contribuyeron
en la precisión de su acepción a hacer del ámbito de aplicación “el conjunto de los
problemas relacionados con los procesos de enseñanza y aprendizaje que ocurren en
situación escolar”. Se trata, pues, de una disciplina influenciada por otras áreas del
conocimiento como la historia, la política, la sociología, la psicología, el objeto de la
didáctica sigue en un proceso continuo de reconstrucción.

 CONVERGENCIA DE DIVERSAS DISCIPLINAS CIENTÍFICAS RELACIONADAS CON LA


ENSEÑANZA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA

En el momento actual parecen esbozarse algunos caminos de convergencia entre


algunas de las ciencias implicadas en la enseñanza y aprendizaje de la lengua y la
literatura que tendrían que servir de base para futuros debates e investigaciones.
Tomando como referencia en primer lugar, a marcos conceptuales en que coinciden
investigaciones provenientes de campos del saber distintos. Destacaremos solamente tres
ejemplos, fundamentales también para la investigación en didáctica de la lengua:

1. El estudio de los usos y no sólo del sistema de la lengua y, por tanto, la


consideración de las distintas funciones que tiene y de su incidencia en el
desarrollo mental y social del individuo. Pensemos en investigaciones
sociológicas; psicológicas, que plantean la relación entre las funciones
comunicativa y representativa del lenguaje y, por supuesto, lingüísticas.

2. La importancia del análisis del discurso en los estudios lingüísticos y también


en los psicológicos y que puede ser instrumento básico en la investigación
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didáctica (análisis de la interacción entre alumnos, entre alumnos y profesor,
análisis de las producciones orales y escritas). En este campo, la convergencia
va más allá de su consideración como instrumento de análisis de las
situaciones de producción discursiva y la hallamos en los fundamentos teóricos
de algunas de las aproximaciones. Uno de los ejemplos más significativos se
refiere a la consideración del lenguaje, incluso el monologal, como producto
social que plantea Vygotski que puede completarse con el estudio del lenguaje
literario y desde una visión lingüística.

3. Derivado en gran parte de las líneas anteriores, el contexto es en el momento


actual objeto de investigación desde distintos campos científicos.

1.b. Fundamentos psicolingüísticos y socioculturales de la enseñanza de la


lengua y la literatura en educación infantil.

El repaso de estas orientaciones permite darse cuenta de la cantidad de campos


científicos que inciden en la enseñanza de la lengua y de la literatura. El desarrollo de
estas ciencias lingüísticas, psicológicas y sociológicas ha permitido ampliar y profundizar
con mayor conocimiento en los objetivos de la enseñanza de la lengua en la escuela, que
no se concibe ya sólo como la enseñanza de la gramática y la literatura.

La consideración de la plurifuncionalidad del lenguaje ha ampliado el abanico de


objetivos de la educación lingüística que tiene que considerar la lengua:

1) Como instrumento de desarrollo intelectual

2) Como objeto de aprendizaje, lo cual implica a su vez considerarla como


instrumento de expresión y comunicación, como instrumento de conocimiento,
como construcción cultural y como metalenguaje.

Paralelamente a este desarrollo en los campos científicos mencionados, se puede


constatar en los últimos años el aumento espectacular, de la investigación sobre la
enseñanza y el aprendizaje de la lengua y la aportación de algunos criterios para
fundamentar el estatuto de la investigación en Didáctica de la Lengua y la Literatura y de

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su dominio por el hecho de que los autores han tenido que establecer los criterios por los
que consideraban si una determinada investigación pertenecía al campo de la Didáctica
de la lengua o no.

La revisión de las investigaciones sobre la producción escrita y su enseñanza podría


ejemplificar un cambio de acento importante en la investigación en este terreno: desde
escritores inexpertos y los aprendices se ha pasado al estudio de las situaciones reales de
producción por parte de los que aprenden a escribir y al de las situaciones de enseñanza y
aprendizaje de la composición escrita en situación escolar (cf. Freedman, 1987; Hillocks,
1986; Camps, 1991). Estos estudios se ven en la necesidad de ampliar su campo de
referencia más allá de los procesos cognitivos y tienen que explicar los resultados
obtenidos a partir del conocimiento de la lengua que se usa y que se produce, del de las
interacciones entre los participantes en la acción y de la multiplicidad de sistemas de
comunicación concurrentes, desde el conocimiento de la especificidad del contexto en
que los textos se producen y por tanto desde la consideración que la escuela como
institución ejerce, de las expectativas sociales, etcétera.

Estas investigaciones requieren de algunos instrumentos metodológicos que a


menudo se han desarrollado en otros campos científicos, pero parece evidente que el
marco que permita explicar los resultados que se obtienen no es exclusivo de ninguna de
ellas y que halla su especificidad justamente en las interrelaciones que se dan en el
sistema didáctico.
Sin embargo, el análisis de estas interrelaciones no basta para caracterizar la
investigación didáctica. La investigación en este campo parte, en general, de la
constatación de algún problema, de alguna insuficiencia en las relaciones de
enseñanza/aprendizaje de la lengua en situación escolar. En este caso, la investigación se
orienta al análisis del problema y a la elaboración de propuestas que, a modo de
hipótesis, se ponen en práctica para resolverlo. Es interesante la metáfora de Artigue
(1990), que se refiere a la didáctica como ingeniería, porque la profundización en su
conocimiento requiere tomar en cuenta las «realizaciones didácticas», lo cual exige
métodos de investigación que permitan dar cuenta de la complejidad del sistema
didáctico en funcionamiento.
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La Didáctica es, pues, una disciplina que tiene su origen en la práctica y en ella se sitúa
también su objetivo con la finalidad de que cumpla de forma más adecuada los propósitos
que con ella se pretende alcanzar. Por este motivo, el análisis de las interacciones
didácticas se inscribe en el conjunto de formulaciones explícitas, creencias, valores, etc.,
que la sociedad atribuye a la enseñanza y al aprendizaje de la lengua en relación con las
expectativas, unas explícitas y muchas otras implícitas, sobre los conocimientos
lingüísticos del ciudadano.

El análisis de la práctica en toda su complejidad tiene que ser el punto de partida para
la elaboración de una teoría de la acción didáctica y una metodología de investigación
que no se limite a tomar como referencia una suma de disciplinas teóricas más o menos
interconectadas.

La didáctica de la lengua y la literatura es pues una disciplina científica. Es el canal por


el que las aportaciones lingüístico-literarias y pedagógicas, a través de adaptaciones
metodológicas, construyen la base esencial de la enseñanza-aprendizaje lingüística y
aportan los componentes de la formación inicial del profesorado y de la preparación para
su intervención concreta en el aula.

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