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1858/59 apareció la Historia de Belgrano en medio del gran fervor evocativo hacia un
pasado demasiado cercano, y la biografía se convirtió en historia. Esta aspiraba a
representar (a través de Belgrano) la virtud republicana. Este tránsito se consumó con la
obra Historia de la Revolución Argentina.
Para legitimar dicho paso a la historia, Mitre en el prefacio desplegó una larga
enumeración de los documentos en que se basa la verdad histórica.
Uno de los mayores méritos que se les asigna a la obra es el hecho de poder convertir el
pasado reciente en historia, en diferenciar la historia vivida de la percepción histórica de lo
vivido. Además, Mitre aspiraba a escribir un libro popular que pudiera circular x las
escuelas y el conjunto social.
Fue criticado, por 1) V. Sarsfield y 2) J. B. Alberdi, ambos eran operativos intelectuales
pero también fundamentalmente políticos. Estas críticas manifestaban sus divergencias en
el presente valiéndose del pasado:
1. El intercambio inicio por el 1864, y pudo ser seguido por los lectores del diario.
Partía su crítica desde el cuestionamiento de la imagen de Belgrano; al que
consideraba que se lo sobrestimaba a su figura sobre los pueblos. Entendía que
existían otras figuras (ej. Güemes) que estaban a la altura de la figura de Belgrano y
que eran ignorados por Mitre. Sus críticas expresaban las tensiones que el presente
proyectaba hacia el pasado, todo esto en el contexto de resistencias principales y
que asumía connotaciones políticas.
2. “La falsa historia es origen de la falsa política”, con esta afirmación rebelaba el
carácter que le atribuía al texto de Mitre. Instaba una estrecha relación entre
pasado/presente. Alberdi identificaba a Mitre con los intereses de la minoría
ilustrada porteña; el cual se refería como “coloniaje porteño”, y denunciaba las
ambiciones portuarias y sus efectos consideraba como un verdadero despotismo de
“democracia inteligente”.
Para Alberdi la verdadera obra revolucionaria debió ser el establecimiento de un
gobierno libre, estable, firme y nacional. Esto para el no sucedió y de ahí el texto de
Mitre tiene un carácter hipotético.
Lo único que le reconocía a la obra mitrista fue el aporte documental; este le
permitía a cada uno a sacar sus conclusiones.
La visibilidad de la NEH
1916 constituye el momento de invisibilidad resultante de un gesto legitimador y de un
desempeño previo que debía desembocar en la escritura de la historia nacional. Pero sin
dudas fue la Reforma Universitaria el factor decisivo que consolido las trayectorias de las
jóvenes de la NEH.
En la década de 1920, la presencia de los jóvenes de la NEH se tornó significativa; con
las figuras de Levene y Ravignani y fue mucho más fuerte la presencia en humanidades.
Institucionalización Nacional Superior del Profesorado con la presencia de Ravignani,
Carbia, Molinari. Estos como profesores generaron una fuerte y prolongada tradición. Su
presencia en estas instituciones logro las reorientaciones de las mismas.
En la década del ’20 ya existían ciertos espacios institucionales entes de la emergencia de
la NEH; pero la irrupción de estos reoriento visiblemente en labor docente, gestión e
investigación.
A) Escuela Histórica de la Plata Levene supo aprovechar el peso que fue
adquiriendo y la instrucción fue su nota central.
B) Institución de Investigaciones Históricas en 1921 Ravignani accedió a la
dirección. El organismo reflejo el clima que imperaba en la universidad pos
reformista; su intensa actividad se centrara en el relevamiento documental y su
difusión. Ara ello desarrollo una intensa campaña de obtención de fondos
documentales en el interior el exterior. También conto con una importante
asignación de recursos.
C) La Junta Histórica y Numismática Americana gano espacio gracias al impulso
que le dio Levene, con su gestión la instrucción apunto a ejecutar proyectos e
intervenir activamente en la regulación del conocimiento histórico. Logro conectar a
los historiadores con un amplio sistema relacional. Desarrollo tareas de
asesoramiento, además de una considerable influencia en materia educativa y fue
beneficiada por subsidios estatales.
Iniciativa de envergadura: constituir centros dedicados a los estudios históricos en
las provincias de Córdoba (´28) y Rosario (‘29).
D) Historiografía Local, Provincial y Regional fue la 4° vertiente de la NEH, vinculada
a la junta y a la escuela histórica de la plata. Ahora si la historia provincial-regional
estaba por hacerse desde instituciones formales. En la década del ’30 surgen
dichas instituciones en diversas provincias como Mendoza, Santa fe.
Se puede advertir que estos organismos tenían constantes reconvenencias entre si y la
porteña. Se conformó así una red estimulado por el sistema de filiales que creo la Junta
de Historia y Numismática Americana. Dichas juntas provinciales precedieron a las
instituciones de enseñanza superior (IES) dedicadas a la historia.
En los años ’50 con el aporte de los nuevos egresados universitarios, la historiografía
provincial se vio enseguida. Cabe aclarar que la profesionalización no opero como criterio
exigente en las Juntas.
Hegemonía y Fragmentación
El periodo de entreguerras y particularmente los años ’30 constituyen de las etapas masa
problemáticas en la contemporaneidad. Las condiciones locales e intencionales
posibilitaban que intelectuales de distintas ramas expresen sus ideas ante públicos más
diversos.
Los gobiernos de la década del ’30 pusieron más énfasis en elaborar una liturgia
patriótica; con esta continuaban demandando servicios a la historia… ahora para
fortalecer la conciencia nacional. Aquí los historiadores profesionales ocuparon un lugar
destacado pero no exclusivo.
Con el Golpe del ’30, los efectos sobre el mundo universitario fueron medidas intolerantes
y la vulneración de los privilegios reformistas. Luego la Restauración Conservadora
corrigió algunos de esos excesos. Aunque permanecerá en la memoria de los autores la
idea de la vulnerabilidad institucional. Sin embargo, en cuanto a la labor de la NEH los ’30
no supusieron modificaciones. Al contrario, se puede advertir un afianzamiento y
expansión de la tradición; como también la concentración de sus proyectos más
ambiciosos (Historia Nacional).
2 tipos de intervenciones por parte de los hombres de la NEH:
Hacia el interior del espacio académico
Levene fue la figura que más activo estuvo. Además de presidente de la Universidad de la
Plata… tuvo una activa presencia en las instituciones vinculadas con la Escuela Histórica
Platense. Se desempeñó desde sus inicios en el campo de la Historia del Derecho. Supo
crear una escuela en la que se formaron generación de discípulos y en la que desplegó
estrategias que instrumentan el campo de la historia.
Su activo esfuerzo le permitió ampliar la red de contactos en el exterior y el interior del
país.
El orden abierto en 1932 con Justo, favoreció al sector más conservador de la NEH, que
era representado por la junta. Esta gracias a la gestión de Levene, se transformó en 1938
en la Academia Nacional de Historia.
Hegemonía ≠ fragmentaciones
Levene además impulso iniciativas para proteger el patrimonio histórico y artístico de
la nación; celebro un congreso Internacional de Historia de América (‘37). De esa Junta
transformada en Academia se afirma que le proporciono el modelo institucional al
emergente Revisionismo Histórico: (tradición que fundaba un Instituto de
Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas) y también puede haber inspirado a
la conformación de la Sociedad de Historia Argentina en 1940.
Esta sociedad estaba compuesta por distintas generaciones y universos diversos.
Tenía una estructura similar a la Junta-Academia. Era una institución no oficial que
tenía buenas relaciones con los poderes estatales, conformada con socios, honorarios
y contaba con filiales en el interior del país.
Su objetivo era promover la circulación del conocimiento histórico; y fundar el
“verdadero nacionalismo” en el conocimiento del pasado.
E. Palacios es otra figura relevante en el momento inicial del instituto. Sus intereses
lo condujeron a la teoría política; de allí creía poder deducir la repetición cíclica de los
fenómenos sociales y por ello el análisis del pasado le posibilitaría realizar analogías
instructivas para el presente.
La Historia tiene para él un papel esencialmente pedagógico, debe servir para alentar
una conciencia argentina aletargada (especialmente en los jóvenes). En un país de
inmigración es imprescindible reforzar la memoria nacional. Hay que instrumentalizar
una pedagogía para las masas, no para las elites.
En cuanto a la historiografía precedente; sostenía que con época necesita construir su
propia lectura del pasado, adecuadas a los requerimientos del presente. Por lo tanto en
el ’39 creía necesario una reinterpretación del pasado a la luz de nuevas valoraciones.
Para ello hay que tomar distancia de los fundadores decimonicos de la historiografía
argentina, pero sin extremar la crítica e incluso poder integrar los nuevos aportes con
las antiguas.
Para Palacios esos relatos ya no sirven, son inadecuados para la Argentina en el
nuevo contexto nacional e internacional, se entiende que fueron realizados en una
época ilusoriamente optimista distinto ahora en los ’30 aparecen los ingredientes
decadentistas.
Revisionismo y Peronismo
El peronismo, partiendo de su carácter revolucionario, en los usos del pasado para
construir imaginarios políticos, buscaba enfatizar las rupturas con el pasado masa que
las continuidades. Se orientaba a celebrar y consagrar a sus dos líderes más que a
cualquier otra figura de la historia argentina. Enfrentado a la necesidad de construir
pasados eligió una estrategia de pocas innovaciones. De todos modos, entre los
cuadros políticos del peronismo existían muchas figuras más interesados en el
revisionismo y sus temas. Lo mismo ocurre en la prensa afín al régimen.
Por otra parte, la firme asociación anti peronismo y tradición liberal tenía propósitos
políticos; ya que desde el pasado se criticaba al régimen gobernante con menos
riesgos que una denuncia directa.
En el Plano Académico con las experiencias ingratas de los nacionalistas, se decidió
apoyarse en las 2° líneas del personal ya existente. Historiográficamente esto
significaba apoyarse en la NEH no defenestraba y estaba dispuesta a colaborar. De
este modo para el peronismo la cuestión importante era consolidar una situación
estable, un conflicto y sin oposición abierta en los espacios académicos (no les
intereso tanto revisar el pasado).
Tardío éxito del revisionismo se debió a que sus acciones subían paralelamente con
las del líder depuesto (Perón) y su movimiento; también por su apertura a otros temas y
con otra fraseología distinta. Rosa y Chávez fueron los mejores ejemplos.
En conclusión, así como podemos advertir un común denominador del revisionismo fue
la oposición a la historiografía liberal oficial; también existían diferencias internas no
menores.
El aporte a la renovación de la historiografía, en su conjunto fue modesto; y que como
operación intelectual fue mucho más política que historiográfica. Fue mucho más una
reinterpretación de la historia argentina que otra cosa.
Si quizás no tuvo éxito en imponer sus ideas si lo tuvo en debilitar el imaginario
historiográfico tradicional. Mientras más simples fueron sus propuestas, mas publico
atrajo. Su éxito fue la respuesta sencilla a la prolongada crisis argentina.