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RELIGIÓN Y ELECCIONES

(Por Julio Córdova)

¿Sabía, estimado lector, que la Ley de Régimen Electoral no incluye como delito
electoral la instrumentalización política de la religión?. Por ello los candidatos
pueden usar y abusar de espacios y símbolos religiosos en sus campañas. Camacho
va de templo en templo católico haciendo proselitismo. Tuto coloca en su Plan de
Gobierno citas bíblicas. Chi lanza su candidatura desde un templo evangélico.
Áñez, al anunciar su candidatura, afirma que sus acciones son resultado de la “guía
de Dios”.

A nadie parece importarle la vulneración de la Constitución Política del Estado


que afirma que “El Estado es independiente de la religión” (Art. 4). Tampoco
importa que la Ley de Libertad Religiosa de 2019, en su Art. 12 establece que los
espacios y recursos de las organizaciones religiosas se deben destinar
exclusivamente a fines religiosos, excluyendo así los fines político electorales.

A nadie, excepto al Comité Pro Laicidad conformado por varias instituciones y


activistas en derechos humanos. Este Comité envió en días pasados una carta al
Presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, para que se incluya
en la normativa electoral la prohibición de la instrumentalización de espacios,
símbolos y discursos religiosos con fines político electorales.

En concreto, el Comité Pro Laicidad pide al TSE lo siguiente: 1) que los


candidatos a cargos electivos renuncien a funciones eclesiásticas, 2) que se prohíba
el uso de espacios, símbolos y discursos religiosos en las campañas electorales, 3)
que se prohíba el uso de ritos y símbolos religiosos en actividades electorales, 4)
que se prohíba el uso de símbolos y discursos religiosos en la propaganda
electoral. Sólo así, separando completamente la religión de las campañas políticas,
se respetará la naturaleza del Estado Laico en Bolivia consagrada por la
Constitución Política del Estado.

La calidad de nuestra democracia depende, entre otras cosas, de la no inclusión y


de la no instrumentalización de la religión en la contienda electoral. Si ninguna
propuesta electoral se presenta como expresión de la “voluntad de Dios”, entonces
el debate plural y el examen crítico de los discursos políticos es mayor. Por ello, el
pedido del Comité Pro Laicidad es tan necesario como urgente.

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