Está en la página 1de 1

ASTOR PIAZZOLLA - SU VIDA Y OBRA – CAPÍTULO 1 – AUTOR: LIC. JOSÉ V.

BOESMI
En 1921 nace en Mar del Plata. Sus padres son Vicente Piazzolla y Asunta Manetti. En 1925 se radica con
ellos en Nueva York. Durante su permanencia allí, Astor recibe como regalo paterno su primer bandoneón,
producto de la admiración que el genial Pedro Maffia despertaba en Vicente. “El día que toques como él, me
muero”, le dijo a su pequeño hijo. En 1927, a los seis años, Astor comienza a estudiar el bandoneón.
En 1930 regresa transitoriamente a Mar del Plata. Estudia bandoneón con Líbero Paoloni, que luego le dejó
la posta docente a su hermano Homero, un profesor de música y bandoneonista que influyó para que Astor
compusiera sus dos primeros temas: la ranchera Cadenita de amor y el tango Vagabundo.
En 1932 la famila vuelve Estados Unidos. Allí tiene también el primer maestro que considera importante, el
pianista Bela Wilda. "Con él aprendi a amar" a Bach [ ... ]. Con esfuerzo. yo trasladaba Bach al bandoneón.
Logré hacerlo cada día mejor. Del tango ni me acordaba" No obstante. su padre siempre escuchaba discos de
tango: De Caro, Maffia, Laurenz, Gardel. Música que Astor no comprendía.
Terig Tucci, músico argentino mundialmente conocido por haber sido el director de la orquesta que
acompañó a Carlos Gardel en las películas que filmó en en, Estados Unidos, le enseño armonía y lo alentó
para grabar el tango Silencio, de Carlos Gardel.. En 1935, Astor compuso dos rancheras: La cachina y Doña
Rosa, dedicados a sus abuelos, y dos tangos: Jugando y Guapo al mazo.
Su audacia lo llevó a presentarse ante Carlos Gardel, deslumbrándolo al ejecutar con el bandoneón Rapsodia
en blue de George Gershwin. El “Zorzal” lo invitó a participar en el papel de canillita en la película El día
que me quieras. Luego le extendió la invitación para que Astor participara come bandoneonista en la gira
por Latinoamérica, que culminaría en la tragedia de Medellín. El empecinamiento de su padre Vicente salvó
la vida de Astor: ” Aunque te enojes y protestes, a esa gira no vas. Sos muy chico para eso”, le dijo.
En 1937 los Piazzolla regresaron a la Argentina. Astor debuta en el bar que su padre Vicente había
instalado en la calle Alberti al 1500, donde formó un singular trío tanguero de bandoneón, contrabajo y
piano. Allí Astor se ganaría sus primeros pesos como músico de tango.
Un día de 1938, durante una emisión radial, escuchó el sexteto de Elvino Vardaro y exclamó “ Este tipo de
tango sí me gusta”. Escribió una carta dirigida al gran violinista, en donde le manifestaba su admiración y
firmaba “Astor Piazzolla, un hincha”. Ya no le quedaron dudas: ni el jazz, ni la música clásica, serían los
vehículos elegidos para su música: el estilo y lenguaje musical por donde manifestaría su genio sería el
Tango.
Decidió a retomar sus estudios de música tomando clases de piano con el maestro Néstor Romano. Crea sus
propio grupo, el “Cuarteto Azul, imitando el estilo Vardaro, y se ubica como miembro estable de las varias
orquestas que había en Mar del Plata, fogueándose tras su paso por las de Luis Savastano, Alberto Webb
o la de LU6 Radio Atlántica (su trabajo más duradero de la época).
Conoció al bandoneonista Juan Sánchez Gorio y en 1939 concurrió al Porta, un local que estaba ubicado en
el muelle de Pescadores, cercano a la playa Bristol. Ahí tocaba la orquesta de Miguel Caló. Al día siguiente
de contemplar extasiado la actuación de la orquesta fue al encuentro de los músicos, que se alojaban en
la pensión El paraíso.
“Esta es la hora de la siesta y estos señores duermen todo el día”, le dijo la encargada para frenarlo. Pero
Astor insistió y fue recibido por uno de ellos, que le preguntó: “¿,Sos de Buenos Aires ?”. “No, soy de acá,
marplatense, y me llamo Astor Piazzolla”. El otro, estrechándole la mano, se presentó: “Yo me llamo Héctor
Stamponi, y soy pianista. A esta hora, normalmente duermo la siesta”. “Ando buscando trabajo”, le dijo
Astor. Obstinadamente, insistió en tocar el bandoneón, y todos los días sucesivos llegó con esa propuesta.
“Astor nunca lo entendió -recordaba Stamponi-. Esa hora era sagrada para los músicos y él nos volvía
locos a todos. Pero, la verdad, era un fenómeno. Daba gusto escucharlo. Era inquieto, atrevido y lleno de
entusiasmo. Nos hicimos amigos. Un día llegó muy contento porque había compuesto el tango
Mi ensueño, dedicado a Miguel Caló. Le dije: ¿sabés pibe?, tenes que ir a Buenos Aires. Acá no pasa
nada. Allá podes tocar en grandes orquestas, hacerte un nombre, triunfar…”
Astor murmuraba “es que mis viejos…” Nunca se había separado de ellos. Doña Asunta lloró como nunca
aquella noche. Astor partía en julio de 1939 para Buenos Aires. “Acá tenes 200 pesos”, le dijo su padre
mientras lo abrazaba y le prometía ir a visitarlo cada quince días. Al ver cómo se alejaba el auto, musitando,
Vicente dijo: “vas a ser grande, como sentenció Gardel. Y sé que vas a tocar como Pedro Maffia.” Así es
como Astor Piazzolla comenzó a cumplir con su destino.

También podría gustarte