Está en la página 1de 1

La lucha contra el terrorismo islámico

La mayoría padece un cierto grado de descomposición y falta de libertad que se traduce en una
fuerte contestación popular. Ni las monarquías ni las repúblicas gozan de una gran legitimación y
sufren fuertes presiones sociales. La gran influencia que ejerce la religión musulmana en toda la
vida de la sociedad, su cultura, y cierto sentimiento de identidad común, hacen que los problemas
se propaguen de unos a otros países con relativa facilidad. La presión demográfica que soportan
por las altas tasas de crecimiento anual -se estima que los países árabes (Oriente Medio y Magreb)
pasaran de los 300 millones a los 400 en el año 2015- hace que aumente el numero de jóvenes sin
trabajo, dificulta el incremento de la renta, la escolarización, etc. Todo ello ha hecho posible la
expansión de los fenómenos del islamismo y fundamentalismo.

Avance y movimientos de Estado Islámico


Bajo el nombre ‘Estado Islámico de Irak y al-Sham’ (ISIS), el grupo
consiguió controlar militarmente grandes extensiones del Norte de Siria a
partir de Abril de 2013, aprovechando la falta de Estado en aquellos
territorios, debido a la Guerra Civil. Los yihadistas llegaron a a realizar
escaramuzas y combates a las afueras de Aleppo, una de las ciudades más
grandes de Siria. Fueron repelidos por el Ejército sirio (y por los rebeldes
sirios), y decidieron cambiar de rumbo, hacia el interior del desierto.

En Septiembre de 2013 el ISIS conquistó la ciudad de Azaz, de unos


35.000 habitantes, lo que les permitió perpetuarse en el norte de Siria.
Desde esas posiciones norteñas amenazaron la frontera turca y al mismo
tiempo avanzaron hacia Irak. A mediados de Enero de 2014 el grupo tomó
Raqqah, una ciudad de 220.000 habitantes. Más adelante, bajo el nombre
‘Estado Islámico’, decidieron hacer de Raqqah la capital del Califato.

También podría gustarte