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Las reflexiones que se despliegan en - distintas problematicas referidas a los yer tan de desentrafiar las diferentes légicas que ahombres y mujeres. Por dénde pasan gue posible ponsar las diferentes légicas con que : heros sexuales sin parlir de sus desiguaia Cémo se han ido gestando sus modos de su : presentan ain hoy tantas diferencias en las mage | individuacion, construccién de autonomias ¥ ti eleccion? gPuede pensarse que en la actualidad se han agotag E desfondado su sentido las politicas de la diferencia’ D seria un tanto extremo afirmar tal cosa, pero si puede p que ningun grupo social que circula de modo desiguala cumplidas plenamente sus reivindicaciones y demandag sel desde su diferencia, Por otra parte, la crisis mundial act las politicas neoliberales desigualard alin mas a los gi sociales ya desigualados. De distintos modos, so recaerd el mayor peso de la crisis. Muchas de las condi de las garantias logradas pueden perderse. Mujeres, etnias, regiones geopoliticas subalternas, opciones sox noheterosexuales, jSvenes, pueden vivir atin peor. Sien este libro se proponen algunas reformulaciones tuales que hagan posible en el plano académico que & excluidos de un sujeto universal esencializado tenganil \isibilidad, voz, en el plano politico se vuelve necosati cular en redes globales las historias y propuestas de! sidad de grupos, sexos; etnias y regiones desigualades un futuro ut6pico, no mariana, sino hoy, para poder dec Harvey Milk: “Somos los otros. Somos todos los otros LSBN. sra.aso.ena.507-7 IY FERNANDEZ Las légicas sexuales: amor, politica y violencias ueva Visién Couaecton DIAGONAL Ana Maria Fernandez LAS LOGICAS SEXUALES: AMOR, POLITICA Y VIOLENCIAS Ediciones Nueva Visién Buenos Aires — Femandez, Ana Maria ‘Las logicas eoxuaies: armor, politica y vilencias - 1* ed. 4° reine Buenos Alces: Nueva Visién, 2012 | 224 p 20x14 em, (Diagonal) 1S.B.N, 978-950-802-597-7 41, Relaciones interpersonales Ul, Titulo cpp 158.2 T.S.B.N.978-950-602-597-7 Historian de infencia” fue publicado originalmente en Carlos Iwan Gorela Sudrez (ed), Hacerseznujeras, hacerse hombres, Bogots, Siglodel Hombre Editores- Universidad Central TESCO, 2004 “Do In diferencia a la diversidad: género, diversidad y politica” foe publicado en Ménics Zuleta, Humberto Cubides y Manuel Roberto Bsco- bar (ed), {Uno solo o varios mundos? Diferencia, subjetivaded y eonoci- Imientes en las cioncias contempardneas, Bopoté, Siglo del Hombre Editoras-Universidad Central ESCO, 2007. ‘Los dos trabajos ee publieun con Ta generosa autorizacion de ambas inatitueiones, LarGforia Toda roproduceién total o parcial de esta obra por cualquier sistoma—incluyendo el fotocopia- fdo~ que no haya sido expresamonte autorizada por el editor constituye una infraecién a los derechos del autor y sera reprimida con penas ae hasta seis anos deprisién (artfevlo62 dela ley 11.728 y articalo 172 del Cédigo Pana). (©2009 por Ediciones Nueva Vieién SAIC, Tucumén 3748, (C1189AAV) Buenos Aires, Republica Argentina. Queda hecho el depdsito que ‘marca le ley 11.723. Impreeo en la Argentina / Printed :n Argentina. Para Nicolis, Emilia y Francisco, mis hijos. Por que puedan inventar con sus pares ‘existenciarios més libres. | | | hombres, todo lo que tenia interés y todo lo que hacian; los hom- {bros tonfan Ias buenas profosiones, los hombres comian la mejor {partede a comida delamesa, lomejor de la comiday mas cantidad: ‘los hombres, medio pollo; las mujeres, menos de un cuarto de ‘pollo, alo mejor las alitasy las patitas para roer: los hombres, dos ‘huevos fritos; las mujeres, apenas uno y el que salié roto. >Los hombres tenfan a llave, y saliandenoche; los hombres tentan ‘eleaballo,tenfan labici, tnfanelhote, tenian los libros—los bros ‘eran cuatro en mi casa—y tenian profesiones activas, de entrar y salir; profesiones interesantes: unos eran comerciantes, otros eran marinos, otros eran militares a caballo, otros eran viajantes, viajeros, y otros eran el médico. ¥ las mujeres lavaban, fregaban, \acarreaban el agua, cocinaban, parfan, gruiian y daban la lata »Puesyonotuveenvidiani ganasde ser hombre. Pero pensabaque sor hombre era mejor. »Con el transcurso del tiempo —por la terquedad, la obstinacién, la rebeldia y una magnifica abuela que me decfa en gallego que no le hiciera caso a nadie y que hiciera lo que me diera la gana— tuve lallave, salté por Ia ventana o por el tejado y tuve el bote, y buve la bicicleta, y tuve el caballo, y tuve los cuatro libros». De Ia conferencia de la Dra, Pornands Monasterio dietadn en le Universidad Mavional de Le Plata, en celobracién al cumple treinta aos de la Fundacidn de la carrera de Paicdlogia de dicha universidad, do Ia eval fe fundadora, La Plata, 1992, INTRODUCCION > L Este libro intenta cubrir una denda. Desde La mujer de la ilusién,! publicado en 1993, y pese al éxito que tuvo, no ‘habia yuello a prosentar otro libro en la tematica de género. Si bien durante todos estos afios he seguide pensando y escribiendo sobre estas cuestiones y he par- ticipado permanentemente en eventos académicos y poli- . ticos, faltaba un nuevo libro. Razones de muy diversa indole, tanto académicas como personales, podrian dar cuenta de esta ausencia. Sin em- bargo, creo que algo hacfa obstaculo en mi, més allé de tales cuestiones. La mujer de la ilusién recogia pensamientos de lento y dificil tramite en el ‘perfodo mas oscuro de la historia argentina que tomaron estado publico en diversas eventos yaen democracia. Pensar era resistir. Luego, el hacer Piblico de aquellos primeros afios de democracia se nutrié de enriquecedores intereambios con las compatieras que volvian del exilio y otras, que saliamos del insilio. En Argentina, recién en los 80 pudimos transitar algunos aires feministas. Se trataba, entonces, de avanzar en conceptua- Uzaciones con respeeto a las opresiones de género que Fernand M., Lamujerde tailusién, Buenos Aires, Paids, 1998. rt aportaban a la compresion de los anudamientos subjetivos -no sélo econémico-sociales— que haeian posible la insis- tencia, la repeticidn de las subordinaciones, aunen mujeres, que habfan podido configurar vidas menos dependientes. Por esos tiempos, algunas de nosotras fiximos iraugurando ‘Areas de Género en los espacios académicos y centros de investigacién.? Se trataba también de acompaiiar los intentas colectivos de cambiar legislaciones. La convencién del 94 mosis mujeres legisladoras que, transversalizando sus pertenen- cias partidarias, hicieron diferencia, Muchas de las leyes de las que hoy gozamos —més alld de lo que queda por hacer— fueron produeto de osa alianza. La mujer de la ilusién tuvo repercusiones mucho més faertes que las esperadas. En algtin lugar perdido de Amé- rice Latina apareeo, atin hoy, una mujer muy bumilde, con su libro ya ajado y muy subrayado, pidiéndome emocionada que se Io firme. Pero no sélo entre mujeres: también tuvo interesantes repercusiones entre varones, quienes me es- cribian o se acereaban después de alguna conferencia para comentarme las reflexiones que el libro les habfa suscitado. Me costaba entender ya que, mientras lo eseribia, mis interlo- cutores imaginarios habian sido bésicamente mujeres. Estos interlocutores inesperados pero muy bienvenidos, més alld de lo que decian —les permitia comprerder mejor a Jas mujeres, no era un libro en contra de los varones, ete—, me mostraban de muchas maneras su dolor en el deseneuentro amoraso; dolores de muy divereas indoles, pero que casi siempre ‘transitaban el desencanto de no haber podido encontrar @ la mujer de la ilusién. Pensé més de una ver.que el préximo libro quetendria que escribir deberia ser El varén de ia ilusién, pero nose dio. Sin duda podria argiiir diversas razones, pero creo que también algo hacia obstéculo allt. Bn 1987 se inauguré la Cétedra de Introduecién a les Pstudios de Génoro en la carrera de grado de la Facultad de Psicologie ce Ia Univer- | sidad do Buonos Aires, a mi cargo desde entonces. 2 Bee eee eee ee eee eee eet Una incomodidad conceptual, politica, personal me ha atravesado todos estos aos. {Por qué las generaciones mas, jévenes de mujeres parecieran no interesarse en las accio- nes colectivas para optimizar sus posiciones de género? {Por qué toman tan naturalmente los lugares desde donde pueden partir para coneretar proyectos personales? Pare~ cerian olvidar que de allf parten porque lo ya obtenida es producto de muchos combates politicos de la historia de las mujeres... ,No advierten que el actual repliegue a lo priva- do podria generar nuevas fragilizaciones? @Por qué, mientras que la academia iba dando cada vez mejores y mas especializadas investigadoras en género, rara vez éstas se interesaban en indagar cémo las desigual- dades de oportunidades de mujeres —generalmente po- bres— podrfan relacionarse con problemas de otras «mino- rias» 0 con cuestiones politico-sociales mas abarcadoras? {Por qué avanzar en construir el oficio despolitizaba? Creo que mientras seguia eseribiendo articulos y ponen- elas estos interrogantes volvian una y otra vez, incomodan- do, obturando una obra de més aliento. Ahora me pregunto si, enun mundo donde el neoliberalis- mo habfa desfondado de sentido las luchas emaneipatorias de todo tipo, hubiera sido posible mantener acciones eolec- tivas de envergadura en lo atinente al género. En realidad, cada generacién se enfrenta a sus desatios, aquellos que su momento histdrico configura Por otra parte, {cudntas de las encerronas que las radi- calidades que nuestros existenciarios generaron exigieron poner prudencia, sentido comin, pragmatismo, cuidado, on Jos pasos a dar en estas nuevas mujeres, nuestras hijas? No so trata de mirar aquellas radicalidades con nostalgia oem- beleso por el pasado, La soledad, la locura, ol encanto atético por el margen no han sido temas menores en las Dioneras. Frente a tantas irreverencias, {desde dénde di cutirles las habilidades dosarrolladas en asegurar torrito- ios? Las jévenes hardn sus propias eeuaciones; en muchas seremos posiblemente parte de su linaje, pero nose trata de 1B esperar de ellas continuadoras. Este momento histérico les pertenece, A ellas les toca pensar hoy qué hace’. De todos modos, muchas de nosotras seguimos abi. Estan:os a dispo- sicién, Este libro es para ellas. ‘Ypara ellos. J6venes varones que también eanstataron los padecimientos tanto de esas madres que se liberaron «demasiado» como de aquellas que no se animaron a desa- fiar el mundo que tenfan. ‘También unos y otras tomaron nota, una y otra vez, dela incomprensién de esos varones de generaciones anteriores que se amurallaron para no cambiar en una mesculinidad ‘con mucho de estereotipo; conquistadores en serie, voleados al éxito puiblico, sin poder aflojar y disfrutar lo mas intimo, Jo mas e6mplice, lo mas amigable del lazo amorvso. Fronte a tanto desgarro y desencuentro sentimental en el universo heterosexual, se ha puesto la mirada en algunos y algunas que incursionaron en erotismos y amores dentro de su mismo sexo. Diversidades sexuales en despliegue de i venciones donde parecfan agotadas las logicas binarias, Sin embargo —salidos del cléset—, a la hora de las conyugali- dades parecieran perfilarse trampas similares a las gue aprisionaron a la heterosexualidad... Do todos modos, lejos se esta de haber dicho la ultima palabra. Las reflexiones que en este libro se despliegan parten de distintas probleméticas referidas a los géneros sexuales, tratan de desentranar las diferentes légicas que unen y enfrentan a hombres y mujeres. {Por dénde pasan sus diferencias? {Es posible pensar las diferentes légieas con que operan los géneros sexuales sin partir de sus desigua- laciones histéricas? Cémo se han ido gestando sus modos de subjetivacién, que presentan atin hoy tantas diferencias en las modalidades de individuacién, construccién de auto- nomias y lihertades de eleccién? ¢Puede pensarse que en Ja actualidad se han agotado 0 han desfondado su sentido las politicas de la diferencia? Tal ver serfa un tanto extremo afirmar tal cosa, pero si puede pensarse que ningiin grupo social que circulz de modo u desigualado verd cumplidas plenamente sus reivindicacio- nea y demandas s6lo desde su diferencia, Por otra parte, la crisis mundial actual de las politicas neoliberales desigua- Jaré aun més a los grupos sociales ya desigualados, De distintos modos, sobre ellos recaera el mayor peso de la crisis. Muchas de las conquistas y de las garantias logradas, pueden perderse. Mujeres, negros, pobres, etnias, regiones geopoliticas subalternas, opciones sexuales no heterosexua- les, jdvenes, pueden vivir aun peor. Si en este libro se proponen algunas reformulaciones conceptuales que hagan posible en el plano académico que aquellos excluidos de un sujeto universal esencializado tengan lugar, visibilidad, voz, en el plano politico se vuelve necesario articular en redes globales las historias y pro- puostas de la diversidad de grupos, sexos, etnias y regiones desigualados. No en un futuro utépico, no mafiana, sino hoy, para poder decir junto a Harvey Milk: «Somos los otros. ‘Somos todos los oiros». . La presente publieacién da cuenta del recorrido conceptual que he realizado en la temética en los tiltimos diez afios; retoma y despliega algunas cuestiones ya enunciadas en La mujer de la ilusion y se aventura en nuevos t6picos; intenta dar cuenta, creo que con bastante fidelidad, de un proceso de pensamiento donde, més all omés acé delas cuestiones de género que se abordan, sus capitulos estsin recorridos por una preocupacién conceptual y politica que insiste: gedmo pensar la diferencia? Elia leetor/a podra observa que, sea desde el recurso a Jas referencias histéricas, sea en el tratamiento de cuestio- nes sociales aetuales, una y otra ver insiste la actitud de desnaturalizar las diseriminaciones. Pienso que sigue sien- do necesario poner de manifiesto emo muchos de los luga- res desfavorables que atin hoy ocupan las mujeres en los Puestoa de trabajo, en los salarios, on la participacién 15 politica, en las responsabilidades doméaticas, en los posi- cionamientos erdticos, en las dependencias sentimentales, en las dificultades de reconocimiento de sus hijos ¢ hijas, - son producto de diversas y persistentes estrategias biopo- Hiticas de dominio que perduran atin hoy. Con mujeres que en Ja regién han legado a presidencias, | ministerios, bancas parlamentarias, lugares de conduccion empresarial, ete., no se habria ya logrado todo? Las innu- merables dificultades de las mujeres pobres, ¢noserian mas un tema de pobreza que de género? Aun hoy escuchamos estas argumentaciones. EI primer capitulo, erstamos.en Te actualidad en el paso de las identidades alas diversidades sexuales? Sies asi, se vuelve necesaria La ‘Zulu M. H. Cubilesy M, Escobar (eds), Uno soloo varios mundoot Diferencia, subjetividad y condcimientos en las ezenciaa sociale ordneas, Bogots, Siglo del Hombre, 2007 23 construceién de nuevas eategorfas que permitan concep- | tualizar estas transformaciones de practicas y significacio- nos. {Cémo pensar wna razén para lo diverso, como reelamaba Luerecio? Creo que el encuentro en Bogota con el penzamiento de Mauricio Lazzarato, Ramén Grosfoguel, Santiago Castro Gémez, Maria Cristina Laverde, Monica Zulueta y Hum- berto Cubides, entre otros, fue un punto de inflexién en mi propio pensamiento. En ese tiempo me encontraba en el arduo trabajo de la tesis de doctorado,? donde a cada momento me enfrentaba con los obstéculos conceptuales de Jo que luego Ilamé «Jos topes de la amalgama moderna» para pensar las diversidades que necesitaba elucidar. Lenta, pero firmemento, la categoria «diferencia» se desfondaba. Si bien iba avanzando particularmente en este punto, con Deleuze y su idea de multiplicidad en tanto diferencias de diferencias sin centro y repeticiones sin origen,' lo hacia en soledad y con muchas dudas. En Bogota pude disfrutar no sélo de acaloradas y frate nales diseusiones hasta altas horas, sino que comprobé con asombro que estas cuestiones que yo trataba de elucidar —con muchas dudas— en Buenos Aires estaban en el eje mismo del Encuentro. Y que, tal cual habfa pensado, eran de gran importancia en la discusién filoséfiea y politica, no sélo en Ta academia, sino también en los anhelos emaneipatorios de quienes all{ estdbamos. Quisiera hacer lugar aqui a una anéedota. En una de esas Jargas y fructiferas conversaciones, yo estaba tratando de explicar lo que Ilamaba «la idea deleuziana de légicas colectivas de la multiplicidad» cuando Ramén Grosfoguel me dijo, muy firme, con su inconfundible tono enfitico: «La nocién de Deleuze es “multiplicidad”, pero j“légicas colecti- vas de la multiplicidad” es tuyo! {Mujer y latinoamerica- ‘Fernandez, A.M. «Lassignificacionesimaginarias ylaproduceién de subjetividad. Blucidaciones a partir de un dispositivo grugal-institucio nal», en Doctorado Facultad de Psicologia, UBA, Buenas aires, abril de 2008, *Delouze, G., Diferencia y repeticion, Madrid, Jucar, 1988, 24. nals. «flazte cargo, agreg6. Tardé varios dias en reaccionar. ‘Qué me habria impedido apropiarme de lo propio? gGéne~ (py eurocentrismo, ahf en acto?... Comprendf mas tarde { que el comentario de Ramén habfa sido toda una interven- | Gn. Volvi de Bogotd con un fuerte impulso para seguir | trabajando en la deconatraecién dela categoria moderna de | Sferenci en tanto negation deo a6 ‘Algunas de estas cuestiones se retoman en el capitulo «Las diferencias desigualadas. Estrategias biopoliticas de domi- oe A parlir de la pregunta por el multieulturalismo se mietvee la dimension filosofico-politiea de la nocion moder- na de Ja diferencia, avanzando en las modalidades légicas yoperativas de la misma en tanto opera comoa priori y como fundamento de las desigualdades sociales. Se pone de relic- ye su importancia estratégica en la reproduccién actual de las logicas capitalistas, donde globalizaciones de produc- ign y concentracién de capitales se acompaiian de disposi- ‘os biopoliticos de aislamiento y vulnerabilizacién. La produecién de soledades* separa, aisla a cada quien de sus potencias, poniendo un 2 mas de manifiesto, como habia peneado Michel Foucault, el anillado indisoluble de un odo de produecién con los diversos modos de objetivacién- Tubjetivacidn que en él se despliegan. Bn tal sentido, abre a pensar las dimensiones socichistéricas de las subjetivida- des. Se pone el acento en las limitaciones que hoy: conlleva que cada diferencia desigualada (mujeres, clases, etnias, opcio- “gata preocupacion viene de lejos y esta presente en mis primeros trabajos en la tomaética de género. Bn La rer de la ilwstin estén, pasiblemente, Las primeras coaceptualizaciones. No casualmente, 30 Mianza en Politica y subjetividad. Aeambleas barriales y fibricas rec eradas, ‘Temabién en Las logicas colectivas. Imoginaries, euerpos Inultipticades, donde ios coleetivos en accion ue intentaba pensar ‘herahan en sus iovonciones de un modo que estallaba una y otra vea la logica de lo Uno. Se volvia itmprescindible reformular 1a caja de herrs- anlentas "Perndndez, A.M. yo. Poltica ysubjetividad. Asambleas barriales ¥fabvicus reuperadlas, Buonios Aiees, Biblos, 2001

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