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Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

Estudios Internacionales 170 (2011) - ISSN 0716-0240 • 81-103


Instituto de Estudios Internacionales - Universidad de Chile

Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza


en la comunidad internacional: evolución durante el
último siglo y tendencias recientes

Theory and practice of the legitimate use of force in


the international community: evolution over the last
century, and recent trends

Eric Tardif *

Resumen

El uso de la fuerza en las relaciones internacionales se encuentra cui-


dadosamente regulado en la época moderna, aunque el respeto de las
reglas establecidas deja mucho que desear. Este trabajo desglosa, en
primer lugar, la piedra angular del sistema: la prohibición del uso de la
fuerza. En un segundo tiempo, se abordan las excepciones a la regla; se
centra luego la atención en la praxis de la Organización de las Naciones
Unidas y a continuación se enuncian las reglas del derecho internacional

* Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México


(unam), <erictardif@hotmail.com>. Recibido el 18 de marzo de 2011; aceptado el 22 de
julio de 2011.

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humanitario, que se ha preocupado por normar la aplicación de las reglas


al terreno de las hostilidades. Se toca finalmente el tema polémico de la
privatización del uso de la fuerza.

Palabras clave: Naciones Unidas, jus in bello, uso de la fuerza,


mantenimiento de la paz, empresas militares privadas

Abstract

In modern times the use of force in international relations is thoroughly


regulated, although the respect for these rules leaves much to be desired.
This paper first describes the system’s cardinal rule: the prohibition of
the use of force. Next, the exceptions to the rule are addressed, with a
special reference to United Nations practice. The rules of international
humanitarian law, which has focused on providing the legal framework
applicable to the battlefield, are then analyzed. The last part of this
work tackles a polemical subject –the privatization of the use of force.

Key words: United Nations, jus in bello, use of force, peacekeeping,


private military companies

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I. Introducción tiempo adentrarnos al estudio del arti-


culo 2 (4) de la Carta de las Naciones
La prohibición del uso de la fuerza en Unidas (II.). A continuación, se analizan
las relaciones interestatales es una de las excepciones a la prohibición del
las importantes conquistas del derecho uso de la fuerza (III.), siendo la más
internacional moderno. Durante varios importante la actuación del Consejo de
siglos la guerra fue utilizada por Esta- Seguridad cuando interviene en nombre
dos para expandir su territorio y su de toda la comunidad internacional:
zona de influencia, donde prevalecía se esboza su integración, se alude a su
la razón del más fuerte. Después de los mecanismo de toma de decisiones y se
dos conflictos mundiales, sin embargo, estudia detalladamente la forma en que
la humanidad comprendió la necesidad se hace garante de la seguridad colec-
de idear un sistema que impidiera a los tiva de la humanidad, particularmente
Estados recurrir a su antojo al uso de la mediante las operaciones de paz (IV.).
fuerza, y velara a la vez por la seguridad Finalmente se ofrece un panorama del
colectiva internacional. Lo sucedido en derecho aplicable durante los conflictos
algunos países árabes a principios de armados (V.), recalcando el novedoso
2011 en el ámbito de los cuales se de- rol desempeñado por las empresas
batió la posibilidad de emplear la fuerza privadas que proporcionan servicios
para restablecer el orden –en particular militares (VI.).
en Libia–, aunado a los numerosos
conflictos armados que tienen lugar en
el mundo son muestra de la actualidad II. Regla general: la
del tema que nos proponemos abordar. prohibición del uso de la
De esta suerte, el presente trabajo fuerza
busca arrojar algo de luz sobre un
tema complejo y a la vez cardinal de las En el período que precede la entrada en
relaciones internacionales contempo- vigor de la Carta de las Naciones Unidas,
ráneas, partiendo de la premisa de que los Estados gozan de la posibilidad casi
el sistema es seguramente perfectible y ilimitada de recurrir al uso de la fuerza
que la privatización del uso de la fuerza armada, a pesar de los numerosos ins-
puede ser una avenida por explorar trumentos internacionales adoptados
para subsanar esas deficiencias. Para por ellos para contener el recurso a la
entender el sistema imperante y sus al- guerra como instrumento para tutelar
cances resulta imprescindible referirnos sus derechos y de las políticas impulsa-
al corpus jurídico desarrollado en torno das por algunos Estados, en el mismo
al ente administrativo supranacional y sentido, como es el caso de la doctrina
de vocación universal por excelencia: la Drago desarrollada por Argentina.
Organización de las Naciones Unidas. Las convenciones más importantes
De esta forma, es menester en un primer de ese período fueron el Pacto de la

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Liga de las Naciones y el Pacto de re- los principios interpretativos del texto
nuncia a la guerra –conocido como el deben buscarse en la praxis de las par-
Pacto Briand-Kellog, por el nombre de tes posterior a la entrada en vigor del
los ministros de relaciones exteriores tratado. Una praxis que, en palabras del
francés y estadounidense que lo habían autor, deja pocas dudas acerca de que el
promovido– ambos firmados después Pacto no comprendía una prohibición
del primer conflicto mundial. general del uso de la fuerza (1963: 87).
El Pacto de la Liga de las Nacio- El proceso empezado con estos
nes, negociado en 1919, prohibía a los pactos culminó con la Carta de las
miembros de esta organización intergu- Naciones Unidas, adoptada al concluir-
bernamental recurrir al uso de la fuerza se la Segunda Guerra Mundial y que
en los primeros tres meses de emitido un constituye el documento que plantea
laudo arbitral, un fallo jurisdiccional o el el marco más detallado en cuanto al
informe del Consejo de la Liga relativos a uso de la fuerza (Tardy, 2007: 49). Con
una controversia nacida entre las partes ella se prohíben, por primera vez en la
y que fuera susceptible de llevar a una historia, el uso de la fuerza y la amenaza
ruptura de sus relaciones (artículo 12). del recurso al uso de la misma.
Los miembros debían entonces abstener-
El artículo 2(4) de la Carta reza:
se de recurrir al uso de la fuerza contra Los miembros de la organización,
el Estado que hubiera acatado el laudo, en sus relaciones internacionales, se
fallo o informe adoptado por el Consejo abstendrán de recurrir a la amenaza o
por unanimidad. En la práctica, con tal al uso de la fuerza contra la integridad
acuerdo no se condenaba el uso de la territorial o la independencia política
de cualquier Estado, o en cualquier
fuerza en general y la guerra estaba prohi-
otra forma incompatible con los pro-
bida únicamente en determinados casos. pósitos de las Naciones Unidas.
Con el Pacto Briand-Kellog, firmado
en 1928, las partes se comprometían a El significado de la palabra «fuerza»
renunciar a recurrir a la guerra como no viene especificado por la norma
medio de solución de las controversias contenida en el referido artículo2. Ya
internacionales1. Nunca quedó claro que este concepto puede asumir varios
si la prohibición incluía también las significados (Shaw, 2003: 1022-1023)3,
medidas que no constituyen una ame-
naza armada (measures short of war), 2
Para un análisis pormenorizado del con-
como las represalias. Según Brownlie, cepto de «fuerza» en derecho internacio-
nal, véase el acucioso estudio de Romual-
El artículo 1 del Pacto reza: «The High
1 do Bermejo García: El marco jurídico
Contracting Parties solemnly declare in the internacional en materia del uso de la
names of their respective peoples that they fuerza: ambigüedades y limites, Madrid,
condemn recourse to force for the solution Civitas, 1993.
of international controversies, and re- 3
Algunos tratadistas incluyen en las catego-
nounce it as an instrument of national rías de fuerza empleables por los Estados,
policy in their relations with one another». la retorsión –la adopción por un Estado de

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existe un debate acerca del tipo de jar en esta definición; la misma duda se
fuerza prohibido por la Carta. La ma- plantea acerca de la posesión y la disua-
yor parte de la doctrina sostiene que la sión nucleares, dos cuestiones sobre las
prohibición se refiere únicamente a la que la Corte Internacional de Justicia se
fuerza armada utilizada a nivel interna- ha pronunciado negativamente en 1986
cional (Ronzitti, 1998: 28)4. en su famosa sentencia en el caso que
El tema de la definición del concep- oponía Nicaragua a Estados Unidos6.
to de «amenaza» del uso de la fuerza Según una interpretación literal, en
–tampoco definido en la Carta– resulta sentido estricto, se ha afirmado que no
menos controvertido. Según la defini- estaría prohibido por la Carta un uso
ción dada por el Profesor Brownlie en de la fuerza que no tenga por objeto
su clásica obra, la amenaza del uso de la violar la integridad territorial o la inde-
fuerza consiste en una promesa, expresa pendencia de un Estado. De esta forma,
o implícita, por parte de un gobierno, varias acciones armadas mantendrían
de recurrir al uso de la fuerza en caso su carácter de lícitas, existente antes de
de rechazo de ciertas peticiones pre- la entrada en vigor de la Carta.
sentadas por tal gobierno (1963: 364). Se ha también observado que la
Más recientemente, Ronzitti (1998: intención de los fundadores de las
27) afirma que no es fácil determinar Naciones Unidas fue más bien la de
qué constituye una amenaza del uso de plantear una prohibición de carácter
la fuerza5. Particularmente, puede pre- absoluto acerca de cualquier forma de
sentarse la duda de saber si la carrera uso de la fuerza (Brownlie, 1963: 391,
armamentista de los Estados puede enca- y Jhabvala, 1981: 215)7. Esto pareciera
confirmado por las referencias a la pro-
una conducta poco amigable o hasta per- hibición del uso de la fuerza incompati-
judicial pero lícita en repuesta a las activi- ble con los fines de las Naciones Unidas
dades legales pero injuriosas de otro Esta- en el precepto en comento, así como
do– y las represalias, actos ilegales que
lleva a cabo un Estado en respuesta a un en el quinto punto del preámbulo, y el
acto ilegal cometido antes por otro Estado. articulo 1(1) de la Carta, que indican
4
La doctrina parece concordar sobre el que el mantenimiento de la paz y la
carácter internacional del uso de la fuerza
prohibido por la Carta. De esta forma, no 6
Caso Activités militaires et paramilitaires
cabría el uso interno de la fuerza, que es au Nicaragua et contre celui-ci (Nicaragua
una de las expresiones de la soberanía vs. Estados Unidos de América - 1986), p.
territorial del Estado. Cabe agregar que 135, y la Opinión consultiva sobre la le-
una guerra civil puede constituir una galidad de la amenaza y del uso de la
amenaza a la paz y la seguridad interna- fuerza (párr. 47 y 48).
cionales, que permitiría al Consejo de 7
Teson (2005: 150) y Schachter (1984:
Seguridad intervenir a través de las dispo- 1625), por ejemplo, favorecen más bien
siciones del Capitulo VII de la Carta. una interpretación restrictiva, y afirman
5
Un ejemplo de la amenaza del uso de la que los fundadores de las Naciones Unidas
fuerza, según el Profesor Harris, sería el no quisieron hacer explícita la naturaleza
ultimátum. (Harris, 2004: 864). absoluta de la prohibición.

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seguridad internacionales es uno de los de los tratados de 1969 especifica que


fines de las Naciones Unidas. un tratado no crea obligaciones ni
La prohibición general del uso de la derechos para un Estado tercero sin
fuerza sería también confirmada por la su consentimiento; de esta forma, con
adopción de las siguientes resoluciones base en el artículo 2 (4) de la Carta de
en el seno de la Asamblea General de las las Naciones Unidas, los Estados que
Naciones Unidas: la Declaración sobre deben abstenerse de recurrir al uso o la
los principios de derecho internacional amenaza de uso de la fuerza son los que
referentes a las relaciones de amistad sean miembros de la Organización8. Hoy
y a la cooperación entre los Estados en día, sin embargo, la prohibición del
de conformidad con la Carta de las uso de la fuerza, así como el contenido
Naciones Unidas (Resolución 2625) de la disposición en comento, parecen
de 1970; la Definición de la agresión haber adquirido el carácter de norma
de 1974 (Resolución 3314); y la De- internacional consuetudinaria y serían
claración sobre el mejoramiento de la entonces aplicables a la totalidad de
eficacia del principio de la abstención los Estados, independientemente de su
de la amenaza o de la utilización de la pertenencia o no a las Naciones Unidas9.
fuerza en las relaciones internacionales El artículo 38 del Estatuto de la Corte
(Resolución 42/22), de 1987. Internacional de Justicia indica que una
Según Brownlie (1963: 391), como la norma es considerada consuetudinaria
integridad territorial y la independencia cuando constituye la prueba de una
política de cada Estado constituyen el práctica general aceptada como derecho.
conjunto de los derechos que posee un La ubicación de la norma que pro-
Estado, el objeto del artículo 2, párrafo híbe el uso de la fuerza dentro del
4 es la tutela de la soberanía de los Es- ámbito del derecho consuetudinario
tados, que resulta garantizada por una internacional ha sido respaldada por
prohibición absoluta del uso de la fuerza. la Corte Internacional de Justicia en el
Con base en estas últimas conside-
raciones, parece oportuno retener que 8
Cabe aclarar que el articulo 2 (6) hace
la mayor parte de la doctrina converge referencia al uso de la fuerza por parte de
en afirmar que el contenido del artículo un Estado no miembro de las Naciones
Unidas. Según Dinstein (2001: 93), esta
2(4) impone una prohibición de recu- disposición se refiere a la obligación, por
rrir a cualquier forma de amenaza y parte de la Organización, de tomar las
uso de la fuerza, con excepción de los medidas necesarias contra estos Estados
casos de justificación que contemplan si llegaran a poner en peligro la paz y la
seguridad internacionales.
la Carta de las Naciones Unidas y el 9
Esto va en el sentido del artículo 38 de la
derecho internacional general, postura Convención de Viena sobre el derecho de
que compartimos. los tratados, el cual puntualiza que la
Por otro lado, el articulo 34 de la disposición de un tratado puede volverse
obligatoria para Estados terceros como
Convención de Viena sobre el derecho norma de derecho consuetudinario.

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fallo sobre el fondo del ya aludido caso excepciones a la prohibición del uso
Nicaragua, al tiempo que recibe el apoyo de la fuerza expresadas en la Carta son
de la mayor parte de la doctrina. En el tres (Ronzitti, 1998: 36)10: la legítima
fallo, la Corte se ha expresado sobre el defensa y las medidas coercitivas em-
derecho que rige el uso de la fuerza ante prendidas por el Consejo de Seguridad
bellum y la intervención de un Estado en o una organización internacional de
los asuntos internos de otro. Nicaragua alcance regional; de tal suerte que el
pedía a la Corte que declarara una vio- jus ad bellum se encuentra definido de
lación, por parte de Estados Unidos, de manera restrictiva (Tardy, 2007: 50).
las normas internacionales que prohíben La primera de estas excepciones,
la amenaza y el uso de la fuerza debido prevista en el artículo 51, es definida
a que a partir de 1981 los norteamerica- como un derecho inmanente, individual
nos habían financiado y adiestrado a los o colectivo, en caso de ataque armado
guerrilleros opositores al gobierno en el contra un miembro de las Naciones
poder desde 1979. La Corte se declaró Unidas. Con base en la última disposi-
competente para juzgar el caso a pesar ción del artículo, el derecho de actuar en
de que la declaración norteamericana legítima defensa pierde su fundamento
de reconocimiento de su competencia cuando el Consejo de Seguridad decide
excluyera las controversias emanadas de actuar directamente contra el agresor.
un tratado multilateral, como la Carta Sin tal acción, o antes de que esta se
de las Naciones Unidas. Al declarar su lleve efectivamente a cabo, el Estado
competencia, la Corte tuvo que demos- que haya sufrido un ataque armado
trar que las normas que prohíben el uso puede recurrir al uso de la fuerza contra
de la fuerza no se encuentran únicamen- su agresor, mientras comunique inme-
te en tratados internacionales que vincu- diatamente al Consejo de Seguridad
lan a los Estados que comparecen ante las medidas tomadas en el ejercicio del
ella, sino que también se ubican dentro derecho de legitima defensa, según la
del marco del derecho consuetudinario. segunda oración del referido articulo.
De acuerdo con el artículo 51, para
que un miembro de la Organización
iii. Las excepciones a la pueda ejercer su derecho a la legitima
prohibición del uso de la defensa es necesaria una violación del
fuerza articulo 2 (4), es decir, que tenga lugar

Si excluimos las normas contenidas en 10


Los artículos 107 y 53 plantean la posibi-
lidad de que los Estados signatarios de la
los artículos 53, 106 y 107 de la Carta
Carta usen la fuerza contra los ex Estados
de las Naciones Unidas relacionadas enemigos; el artículo 106 prevé que antes
con las vicisitudes históricas de la de que se vuelva operacional el Consejo de
Segunda Guerra Mundial y que por Seguridad, los Estados signatarios pueden
actuar mancomunadamente para mantener
lo mismo ya cayeron en desuso, las
la paz y la seguridad internacionales.

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un ataque armado. La referencia textual entrar en detalles, cabe acotar que, con
a la existencia de un ataque armado, motivo de la Conferencia de revisión del
contenida en el artículo 51 haría enton- Estatuto de la Corte Penal Internacional
ces desvanecerse el llamado derecho a que se reunió a principios de junio de
la legítima defensa preventiva, que se 2010 en Kampala (Uganda), los Estados
ejerce antes de que acontezca el ataque partes aprobaron una resolución por
(Ronzitti, 1998: 32)11. la que se enmienda el Estatuto a fin de
Resulta entonces necesario determi- incorporar una definición del crimen
nar qué se considera «ataque armado», de agresión, así como las condiciones
para establecer en qué casos es factible bajo las cuales la Corte podría ejercer
recurrir a la legítima defensa. Para estos su competencia respecto de ese crimen;
fines, es útil tomar en consideración la esta definición hace un reenvío a la
lista de los actos que caracterizan una citada Resolución 3314.
agresión, contenida en el artículo 3 de Lo que se ha descrito hasta aquí
la ya aludida Resolución 3314 de la es también aplicable a la legítima
Asamblea General sobre la definición defensa colectiva, reconocida como
de este concepto, además de lo resuelto formando parte del derecho interna-
en el ya citado caso Nicaragua. Con cional general por la ya mencionada
base en estos documentos, es posible Declaración de 1987 y la Resolución
afirmar, grosso modo, que un ataque 661 (Irak–Kuwait) de 1990 adoptada
armado es un acto llevado a cabo con el en el seno del Consejo de Seguridad,
uso de cualquier arma, dirigido contra entre otras. Cabe apuntar que la Corte
el territorio u otros bienes que son la Internacional de Justicia ha expresado
manifestación de la soberanía de un Es- que para que el recurso a la legítima
tado y que se da por parte de las fuerzas defensa colectiva sea lícito el Estado
regulares de un Estado, o fuerzas que que sufre un ataque debe declarar ser
no forman parte de su aparato militar el objeto de tal ataque y pedir ayuda a
pero que de facto actúan en su nom- uno o más Estados.
bre, como bandas o grupos armados, Asimismo, resulta necesario pun-
fuerzas irregulares o mercenarios. Sin tualizar que aunque la Carta no se pro-
nuncia sobre este aspecto es un hecho
11
Según esta interpretación, la legítima defen-
sa preventiva se encontraría entonces dentro generalmente aceptado que el ejercicio
de los casos de uso de la fuerza prohibidos de la legítima defensa –individual o
por el artículo 2 (4), contrariamente a la colectiva– está subordinado a una serie
interpretación dada por algunos autores que de límites, relacionados con la necesi-
afirman que el articulo 51 codifica el dere-
cho internacional consuetudinario preexis- dad, proporcionalidad e inmediatez
tente a la entrada en vigor de la Carta, el de la acción armada llevada a cabo en
cual admite la legítima defensa preventiva. legítima defensa. Aquí tampoco existe
Franck (1970:820) y Schachter (1984: una definición oficial de estos límites.
1633) se inclinan más bien en favor de la
legítima defensa preventiva.

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La segunda excepción a la prohibi- colectiva. A guisa de ilustración, po-


ción del uso de la fuerza contenida en demos mencionar que las siguientes
la Carta se refiere a las acciones coerci- organizaciones han tenido que crear
tivas que el Consejo de Seguridad puede puntualmente, desde la Segunda Guerra
llevar a cabo de conformidad con su Mundial, fuerzas armadas para enfren-
Capítulo VII, que prevé la institución de tar una situación que hacia peligrar el
un sistema de seguridad colectiva, en el equilibrio geopolítico regional: la Orga-
que se atribuye al Consejo competencia nización de los Estados Americanos, la
exclusiva en materia de mantenimiento Organización del Tratado del Atlántico
de la paz y seguridad internacionales12. Norte, la Liga Árabe, la Organización
El Consejo puede, entonces, además de para la Unidad Africana (ahora Unión
adoptar medidas que no implican el uso Africana) y la Unión Europea.
de la fuerza en el sentido del artículo Finalmente, cabe recordar aquí que
41, llevar a cabo con fuerzas aéreas, en el derecho internacional general, el
navales o terrestres cualquier acción uso de la fuerza por parte de los Estados
necesaria para mantener o restablecer se justifica en las llamadas causas de
la paz y la seguridad internacionales, de exclusión de la ilicitud de un compor-
acuerdo con el artículo 42. Analizamos tamiento que vaya en contra de normas
de forma pormenorizada esta faceta del internacionales no imperativas. De esta
quehacer del Consejo de Seguridad en suerte, el recurso a la fuerza se permite
un apartado posterior. en circunstancias particulares entre las
La tercera y última excepción a la que además de la ya abordada legítima
prohibición del uso de la fuerza que defensa cabe citar el caso fortuito, la
prevé la Carta de las Naciones Unidas fuerza mayor y el peligro extremo, en
es la de su artículo 53(1), y se refiere al cuyos casos el Estado actúa en viola-
uso de la fuerza que se puede llevar a ción del derecho internacional debido
cabo con base en acuerdos u organiza- a la imposibilidad de darse cuenta de
ciones regionales. Estas últimas tienen que su comportamiento es contrario al
prácticamente dos funciones básicas: derecho a causa de un acontecimiento
resolver controversias de índole local ajeno a su voluntad, es decir externo e
para un área geopolítica bien definida y imprevisto, o para salvar a sus institu-
colaborar con el Consejo de Seguridad ciones o a otros de un peligro grave y
en las medidas coercitivas, volviéndo- que se ha materializado.
se así parte del sistema de seguridad Resulta importante, para agotar
el tema, aludir aquí también a otros
Con base en el artículo 39 de la Carta,
12 aspectos particulares de uso de la fuer-
«[e]l Consejo de Seguridad determinará la za: en el caso de los pueblos sujetos a
existencia de toda amenaza a la paz, que- dominación colonial u ocupación ex-
brantamiento de la paz o acto de agresión tranjera, así como de los grupos étnicos
y hará recomendaciones o decidirá qué
medidas serán tomadas…» que no se encuentran representados en

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el gobierno de un Estado y ven negado Consejo de Seguridad actúa a nombre


por la fuerza su derecho a la autode- de ellos al desempeñar las funciones que
terminación, el derecho internacional le impone aquella responsabilidad». El
les reconoce la posibilidad de utilizar corolario de este supuesto se encuentra
la fuerza armada para la consecución plasmado en el artículo 25, el cual
de este derecho (Cassese, 2005: 374). marca el sometimiento de los países
Por otro lado, el tema de la interven- miembros a las decisiones que tome el
ción humanitaria –es decir la injerencia Consejo de Seguridad y su compromiso
de un Estado o una coalición sobre el de acatarlas.
territorio de otro Estado para poner Cuando un Estado no cumple con
término a las violaciones masivas de los una obligación de derecho interna-
derechos humanos que ahí ocurren– ha cional, corresponde a la comunidad
sido objeto de varias tomas de posición internacional ejercer presión sobre el
en la doctrina, pero la mayoría de los infractor a través, en primer lugar, de
autores coinciden en la necesidad de medidas no coercitivas. Estas incluyen
que estas operaciones sean organizadas la suspensión de relaciones económicas,
por las Naciones Unidas o al menos comunicaciones, y hasta la ruptura de
reciban su respaldo. Finalmente, no pa- relaciones diplomáticas (artículo 41
rece nada claro el derecho aplicable en de la Carta). De revelarse inútiles estas
caso de uso de la fuerza por parte de un medidas, se plantea la posibilidad de
Estado para proteger a sus nacionales buscar acuerdos que involucren el uso
en el extranjero (Shaw, 2003: 1034). de la fuerza, en el seno del Consejo de
Seguridad. Ejemplo reciente de ello es
la Resolución 1973 del 17 de marzo
iv. La praxis: el papel de las de 2011 que en su punto 4 autoriza la
naciones unidas adopción de todas las medidas necesa-
rias para proteger las poblaciones y zo-
Desde su creación, las Naciones Unidas nas civiles atacadas por el ejército libio.
han tenido que enfrentarse, en reitera- En el ámbito de la estructura onusia-
das ocasiones a la pregunta de saber na, el Consejo de Seguridad tiene una
cuándo y cómo el uso de la fuerza en membresía reducida para facilitar la
las relaciones internacionales resulta toma de decisiones que atañen al man-
factible (Annan, 2005: párr. 122). tenimiento o la restauración de la paz y
De acuerdo con el artículo 24 (1) de seguridad internacionales. El derecho de
la Carta de las Naciones Unidas, para veto de que disponen los cinco miembros
asegurar una acción rápida y eficaz permanentes fue concebido –en teoría–
«sus Miembros confieren al Consejo de para asegurar el respaldo político de los
Seguridad la responsabilidad primor- Estados que constituían las potencias
dial de mantener la paz y la seguridad mundiales al momento de la creación de
internacionales, y reconocen que el la Organización a las decisiones tomadas

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por el Consejo. El razonamiento de los producir informes en relación con una


fundadores de las Naciones Unidas fue determinada situación (Frulli, 2001:
que no se podía esperar de los miembros 351). En cambio, las fuerzas de paz son
permanentes que asumieran la obliga- armadas y se integran por contingentes
ción de una tarea tan seria y compleja nacionales.
como lo es el mantenimiento de la paz Las operaciones tradicionales de
a raíz de una decisión en la que no hu- mantenimiento de la paz de las Na-
biesen concurrido. ciones Unidas se caracterizan por la
El papel de la Organización como presencia de las siguientes condiciones
garante del equilibrio internacional (Groom, 1998: 15): consentimiento de
empezó a darse a los pocos años de su las partes involucradas en el conflicto,
creación mediante las operaciones de imparcialidad de la fuerza de mante-
mantenimiento de la paz. Este término nimiento de la paz en el cumplimiento
–peacekeeping en inglés– no aparece de su mandato y ausencia del uso de
en la Carta de las Naciones Unidas y la fuerza, excepto en caso de legitima
el concepto ha sido utilizado de varias defensa inmediata.
formas por la doctrina, ya que parece Por ello, las unidades militares bá-
no tener definición «correcta» (Sloan, sicas para estas operaciones resultan
2007: 389). Se desarrollaron original- ser los batallones de infantería ligera,
mente dos tipos de unidades militares: acompañados por sus fuerzas logísticas.
los grupos de observadores militares y El tamaño exacto de esas misiones se
las llamadas fuerzas de mantenimiento adecua a las necesidades y algunas han
de la paz. Ambos se consideran órganos durado varias décadas, como en el caso
subsidiarios del Consejo de Seguridad o del Medio Oriente, o del conflicto India
de la Asamblea General, creados a tra- – Pakistán, con las consiguientes varia-
vés de los artículos 22 o 29 de la Carta ciones lógicas del número de efectivos
respectivamente, o pueden también ser incluso en el caso de una misión.
vistos como parte de la Secretaría Ge- Las relaciones entre el Estado recep-
neral de acuerdo con el artículo 98. En tor y la misión se pactan en acuerdos
la práctica, varios autores les atribuyen que tocan tanto las tareas y las funcio-
el status de órganos híbridos, visto que nes de los observadores o de la fuerza
resultan ser parte en la práctica tanto de paz como el «status de las fuerzas»,
del órgano que los crea como de la Se- que incluye el desglose de sus privilegios
cretaría que supervisa sus actividades. e inmunidades. Se trata de delimitar lo
Las misiones de observación se más claramente posible las esferas de
componen de militares desarmados, jurisdicción tanto del Estado como de
contratados directamente por la Or- la Organización.
ganización, y su mandato varía de En cuanto a la representación
acuerdo con la resolución que las crea, geográfica de los integrantes de las
pero en general se limitan a observar y misiones, se procura respetar una distri-

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bución equitativa. Las partes involucra- En la década de los años noventa,


das, junto con el Consejo de Seguridad dos acontecimientos van a marcar un
y el Secretario General, colaboran para giro importante para las operaciones de
determinar la integración de la misión. peacekeeping: el final de la Guerra fría,
La idea básica es que queden excluidos y la posterior intervención para repeler
los Estados que tengan algún tipo de la invasión de Kuwait por Irak señalan
interés en el conflicto. En la práctica el comienzo de una nueva generación de
los países llamados a colaborar en estas operaciones. El término de aquella per-
misiones son miembros neutrales, como mitió que la consecución de los consen-
Fiji o Ghana, o potencias medianas sos en el seno del Consejo de Seguridad
como Canadá, Suecia, Chile, o Austria. se agilizara grandemente, ya que las dos
La naturaleza jurídica de la relación superpotencias de la época se encontra-
de los integrantes de una misión con ron súbitamente en una situación mu-
la Organización puede sintetizarse de cho más conciliadora que la que había
la siguiente forma: los contingentes imperado en las décadas anteriores. El
no son legalmente comandados por conflicto originado por la agresión de
las Naciones Unidas, ya que en último Irak a Kuwait, por otro lado, dio pie a
término estos recursos no pertenecen la creación de una coalición de Estados
a la Organización. De hecho, uno de con base en el artículo 51 de la Carta,
los principios rectores de las Naciones liderada por el ejército estadounidense
Unidas es el respeto de la soberanía y respaldada por el Consejo de Segu-
de sus miembros. Los contingentes se ridad. El éxito obtenido por la misión
encuentran más bien bajo el control creó un sentimiento de entusiasmo en
operacional de las Naciones Unidas la comunidad internacional, que resultó
(Hillen, 2000: 93-94). de suma importancia para la evolución
Compete al Secretario General de las intervenciones sucesivas.
dar las instrucciones y orientaciones En 1992, el flamante Secretario Ge-
políticas generales, por conducto del neral Boutros Boutros Ghali publicó un
Departamento de operaciones de man- documento titulado «Un programa de
tenimiento de la paz (mejor conocido paz», en el que recomendaba al Consejo
por sus siglas en inglés - dpko), mien- de Seguridad contemplar la creación
tras que el comandante es responsable de unidades de imposición de la paz,
de las actividades militares. Los contin- abriendo así la puerta a «un papel
gentes son entregados por los Estados militar totalmente nuevo, más allá del
según acuerdos formales o informales mantenimiento de la paz, pero sin llegar
suscritos con el Secretario General. Se a una acción bélica a fondo» (Smith
presenta entonces la siguiente cadena Serrano, 1998: 55), para las Naciones
de mando: comandante en jefe –co- Unidas. Esta idea de imposición de la
mandante del contingente nacional– paz hace referencia a la posibilidad
soldado (Bothe, 2002: 688). de enviar las misiones a alguna zona

92
Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

de conflicto sin el consentimiento del intervinieron en Somalia, del ejército


Estado afectado. francés que estuvo presente en Rwanda
Las misiones que se crearon a conti- y de Australia, que lideró las operacio-
nuación se caracterizaron por desarro- nes que se llevaron a cabo en Timor
llarse en entornos más y más inestables, oriental. Cabe resaltar que estas fuerzas,
a veces en medio de guerras intraesta- aun cuando actúan bajo mandato del
tales, lo que fomentó un incremento en Consejo de Seguridad, no son conside-
el equipamiento de los contingentes, ya radas órganos de la Organización y esta
que el Consejo de Seguridad empezó a no posee ninguna autoridad de mando
facultar a las unidades militares para sobre ellas (Bothe, 2002: 699). Su papel
que utilizaran la fuerza no solo en caso es a menudo complementario de aquel
de legitima defensa sino también para de las operaciones que llevan a cabo
cumplir los objetivos encomendados, directamente fuerzas de las Naciones
como la entrega de ayuda humani- Unidas: en el caso de Somalia y Timor
taria o la protección de la población oriental, por ejemplo, los ejércitos men-
civil (Frowein & Krisch, 2002: 756). cionados sentaron las bases para que se
Algunos contingentes recibieron auto- estableciera ulteriormente una misión de
rización para llevar tanques –pintados las Naciones Unidas (Bothe, 2002: 700).
de blanco– en ciertas misiones, que La mayor parte de las misiones que
resultaron muy útiles para enfrentarse se inscriben dentro de esta nueva ola
a fuerzas siempre más aguerridas, que también se distinguen de las operacio-
pocas veces veían con muy buen ojo la nes tradicionales por incluir un amplio
presencia de misiones onusianas en su número de fuerzas no-militares que
territorio. En un caso sonado de 1994, cubren, entre otras, necesidades relacio-
una unidad integrada por soldados nadas con la protección de los derechos
daneses y suecos tuvo que disparar 72 humanos, actividades electorales, de
veces para repeler un ataque de las fuer- administración civil, de policía y de re-
zas bosnio-serbias (Hillen, 2000: 151). patriación. De ahí que se pueda hablar
Otro elemento que marca un claro aquí de mantenimiento de la paz multi-
alejamiento de la doctrina tradicional dimensional (Doyle y Sambanis: 2008,
sobre el mantenimiento de la paz es la 327). Al ampliarse el espectro de tareas
iniciativa de las Naciones Unidas de cubiertas por las misiones, se produjo
contratar fuerzas ajenas para llevar a también un acercamiento notable con
cabo algunas misiones militares. Entre las organizaciones no gubernamentales
las fuerzas que han recibido mandatos encargadas de facilitar gran parte del
onusianos cabe mencionar, por ejemplo, acceso a la ayuda humanitaria y otros
los casos de contingentes de la Organi- organismos del sistema onusiano como
zación del Tratado del Atlántico Norte la Organización Mundial de la Salud y
que actuaron en la ex Yugoslavia, de los el Alto Comisionado de las Naciones
Estados Unidos de Norteamérica que Unidas para los Refugiados.

93
Estudios Internacionales 170 (2011) • Universidad de Chile

En cuanto a la representación geo- primero es el derecho bélico en sentido


gráfica, es preciso recalcar que el final estricto, que especifica los derechos y
de la Guerra fría simplificó grandemen- deberes de los beligerantes. En segundo
te la integración de las misiones, visto lugar, encontramos el derecho humani-
que no resultaba ya necesario para el tario, que busca proteger a los militares
personal de la Secretaría encargado fuera de combate y a los civiles que no
de estructurarlas obtener tropas en participan en las hostilidades. El ter-
países considerados neutrales por las cer ámbito se enfoca en la protección
dos superpotencias. Se produjo así un de los derechos humanos, es decir la
importante incremento del número de individualización y la garantía de los
Estados representados en las misiones, derechos y de las libertades fundamen-
de 26 en 1988 a 76 en 1994 (Hillen, tales de que deben gozar todos los seres
2000: 155). Esto facilitó la integración humanos por el simple hecho de serlo
del número creciente de misiones, que (Greppi, 1996: 475-476).
en 3 años –de 1990 a 1993– se elevó Según el autor clásico Jean Pictet,
de 8 a 18, con lo cual el personal in- el derecho internacional humanitario
volucrado pasó de 10,000 a 80,000 es la porción considerable del derecho
individuos (Hillen, 2000: 28). internacional público que se inspira
Cabe apuntar finalmente que en del sentimiento de humanidad y que
la mayoría de los casos, además de la centra la atención en la protección de
legítima defensa el uso de la fuerza por las personas en caso de guerra (Insti-
parte de los Cascos azules se centra en la tut Henry-Dunant, 1986: 13-14). El
coacción armada necesaria para cumplir derecho internacional humanitario
el mandato. En la praxis, algunas ope- tiene vocación universal: los principios
raciones han incorporado más o menos humanitarios pertenecen a todas las
explícitamente en su mandato el uso de comunidades humanas y tienen sus
la fuerza (Somalia, o más recientemente, raíces en todos los terrenos. En palabras
el Congo), mientras que otras han man- de Pictet, si reunimos y comparamos
tenido un enfoque más tradicional (Cam- las diversas costumbres, morales y
boya, El Salvador) (Tardy, 2007: 57). doctrinas, las fundimos en un mismo
molde, y eliminamos lo que tienen de
particular, para conservar únicamente
v. El derecho internacional lo que es general, solo queda al fondo
humanitario del crisol un metal puro, que es el patri-
monio de toda la humanidad (Institut
Al hablar de derecho de la guerra, se Henry-Dunant, 1986: 19-20). Cabe
han delimitado tres sectores suscepti- resaltar que las normas del derecho
bles de estudio, en cuanto a motiva- internacional humanitario imponen
ciones, principios, fuentes normativas, obligaciones erga omnes (Jiménez de
e instrumentos jurídicos diversos. El Aréchaga, 1998: 48).

94
Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

El derecho humanitario clásico das por las hostilidades (la población


consta de dos ramas: el derecho de civil, los combatientes que no pueden
Ginebra y el derecho de La Haya. La luchar debido a enfermedad, heridas o
primera tiende a salvaguardar a los naufragio, y los prisioneros de guerra)
militares puestos fuera de combate, así (Drzewicki, 1999: 43).
como a las personas que no participan El jus in bello –el derecho aplicable
en las hostilidades. Los principales durante los conflictos armados– es
instrumentos internacionales que lo probablemente tan antiguo como la
componen son el primer Convenio guerra misma. La importancia de tal
para mejorar la suerte de los militares regulación es doble. Primero, mani-
heridos en campaña de 1864, los cuatro fiesta la convicción común de que la
Convenios de Ginebra de 1949 y sus humanidad necesita que haya cierta
protocolos adicionales de 1977, así clase de normatividad aplicable a la
como el último protocolo firmado en guerra. Contribuye, en segundo lugar, a
2005, negociados bajo los auspicios del evidenciar la existencia del sentimiento
Comité Internacional de la Cruz Roja. de que, bajo ciertas circunstancias, los
El derecho de La Haya fija, por su lado, seres humanos, sean amigos o enemi-
los derechos y deberes de los beligeran- gos, merecen algún tipo de protección.
tes en la conducta de las operaciones, y Uno de los primeros documentos
limita la elección de las medidas bélicas adoptados en el campo del derecho
que se pueden emplear. Cabe apuntar internacional humanitario fue la De-
que desde la década de los años ochenta claración con el objeto de prohibir el
se habla también de un «derecho de uso de ciertos proyectiles en tiempo
Nueva York», que hace referencia al de guerra, firmada en San Petersburgo
conjunto de normas de corte humani- en 1868. Esta Declaración estipula
tario que se han adoptado en el seno de que el único objetivo legítimo que los
las Naciones Unidas. Estados pueden tratar de alcanzar, es el
La posibilidad de regulación jurídi- aminoramiento de las fuerzas militares
ca de la guerra parece ilógica, porque del enemigo. Por esta razón, la Decla-
aunque el uso de la fuerza entre los Es- ración proscribe el uso de proyectiles
tados resulta prohibido por una norma explosivos de menos de 400 gramos de
perentoria del derecho internacional, es peso, ya que agravan los sufrimientos
una realidad que los conflictos armados de hombres puestos fuera de combate,
ocurren. Al darles un marco jurídico, el o hacen que su muerte sea inevitable
derecho internacional humanitario no (Drzewicki, 1999: 630).
tiene como objetivo la humanización de Un acontecimiento memorable en
la guerra, tarea de por sí imposible. Más el desarrollo del derecho internacional
bien, procura humanizar las consecuen- humanitario fueron las conferencias de
cias inevitables de ella, consolidando La Haya de 1899 y 1907, en las que se
la protección de las personas afecta- aprobaron 13 convenciones, entre ellas

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Estudios Internacionales 170 (2011) • Universidad de Chile

la Convención IV de 1907, relativa a las 1997, con la que los Estados partes vuel-
leyes y costumbres de la guerra terres- ven ilegales las actividades mencionadas.
tre, contiene la famosa cláusula Mar- Cabe apuntar que en mayo de 2008 se
tens, redactada por el diplomático ruso aprobó en Dublín la Convención sobre
del mismo nombre. La cláusula declara municiones en racimo, cuyos objetivos
que la Convención está motivada por generales van en el mismo sentido que
el hecho de servir, incluso en casos ex- los de la Convención de Ottawa.
tremos (en los que la guerra no podría A guisa de síntesis, podemos reto-
evitarse), el interés de la humanidad y mar los siguientes principios generales
las siempre crecientes necesidades de del derecho internacional humanitario
la civilización. En especial, la cláusula encaminados a salvaguardar los in-
procura sellar cualquier escapatoria tereses de la humanidad durante un
jurídica estipulando que en los casos conflicto armado, y que reflejan las pre-
no abarcados por la Convención, los ocupaciones del Comité Internacional
civiles y los combatientes permanecen de la Cruz Roja:
bajo la protección y autoridad de los
principios del derecho internacional de- • Las personas que no son parte, o
rivados de los principios de humanidad ya no participan en hostilidades
y de dictados de la conciencia pública. deben ser respetadas, protegidas y
En 1925 se adoptó el Protocolo so- tratadas humanamente. Se les debe
bre la prohibición del uso en la guerra, dar cuidado apropiado, sin ninguna
de gases asfixiantes, tóxicos o similares discriminación.
y de medios bacteriológicos. Esta con- • Los combatientes capturados y otras
vención busca impedir el uso de gases personas a quienes se les haya res-
asfixiantes o venenosos, y de todos tringido la libertad deben ser trata-
los líquidos, materiales o dispositivos das humanamente. Si están siendo
análogos en la guerra. Otro instrumen- enjuiciados, deben gozar de las
to destacable es la Convención de La garantías procesales fundamentales.
Haya de 1954, para la protección de • El derecho de las partes en un con-
los bienes culturales en caso de con- flicto armado a elegir los métodos
flicto armado, que prohíbe el daño a la o medios de guerra no es ilimitado;
propiedad cultural de un pueblo, con no se debe infligir sufrimientos su-
base en que tal propiedad contribuye a perfluos o innecesarios.
la cultura mundial. • Las fuerzas armadas deben distinguir
Entre los instrumentos específicos siempre entre la población civil, por
más recientes, encontramos la Conven- una parte, y los objetivos militares
ción sobre la prohibición del empleo, por la otra.
almacenamiento, producción y trans-
ferencia de minas antipersonal y sobre
su destrucción, adoptada en Ottawa en

96
Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

vi. La privatización del uso la empresa Blackwater abrieron fuego,


de la fuerza sin haber sido provocados, sobre un
vehículo que transportaba civiles, lle-
En 1996, el entonces Subsecretario Ge- vó a un mayor escrutinio de las bases
neral de las Naciones Unidas Kofi An- jurídicas que sustentan las actividades
nan planteó la posibilidad de contratar de empresas de esta índole (De Nevers,
a una empresa privada para proteger un 2009: 170).
campamento de refugiados rwandeses, El surgimiento del fenómeno en
pero consideró que el mundo quizá no comento a menudo se relaciona con la
se encontraba listo para privatizar la disminución del tamaño de los ejércitos
paz (Chesterman y Lehnardt, 2007: a raíz del final de la Guerra Fría, lo que
251). Para los observadores de las propició que repentinamente que en
relaciones internacionales resulta ma- el mercado se encontrara un flujo im-
nifiesto que a partir de entonces se ha portante de militares experimentados
afianzado el uso de empresas privadas disponibles para ser contratados. Al
militares y de seguridad, contratadas mismo tiempo, los Estados débiles que
para llevar a cabo tareas que correspon- ya no contaban con el apoyo de alguna
dían usualmente a las fuerzas militares superpotencia, y las organizaciones no
regulares, que se ubican en dos catego- gubernamentales que operaban en esos
rías principales: el combate, adiestra- territorios y que empezaban a ser blancos
miento o uso ofensivo de la fuerza por más y más frecuentes de ataques, sacaron
un lado, y la protección y resguardo provecho de esa situación. De forma más
armado de personal o infraestructuras, reciente, la demanda de los servicios de
por el otro (De Nevers, 2009: 178-179). estas empresas la encabezan los Estados
El recurso a esas empresas ha sido Unidos, vistos los esfuerzos desplegados
especialmente bien documentado en el en el ámbito de su guerra contra el terro-
caso de Irak, donde compañías como rismo (Avant, 2007: 180-184).
Blackwater (ahora conocida como Xe La privatización de funciones mi-
Services), KBR o Vinnell siguen, a la fe- litares no es más que el reflejo de una
cha, operando en apoyo a los esfuerzos tendencia más profunda a subcontratar
de estabilización encabezados por Es- tareas que hasta la fecha eran mono-
tados Unidos. Aunque el fenómeno de polio del Estado y que también encon-
esas empresas no es precisamente una tramos en otras ramas de la seguridad
novedad, el incremento en la gama de pública, como los sistemas carcelarios
servicios ofrecidos y el grado de depen- de algunos países, pero es a la vez una
dencia de los Estados para con ellos ha consecuencia de la renuencia creciente
cobrado nuevos niveles (Pattison, 2010: de Estados clave en el escenario inter-
2-3), lo que resulta preocupante para nacional a intervenir en conflictos que
algunos analistas. El incidente ocurrido no tienen interés estratégico inmediato
en Irak en 2007, en el cual elementos de para ellos o para los cuales el apoyo de

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Estudios Internacionales 170 (2011) • Universidad de Chile

la opinión pública es débil o ausente derecho internacional humanitario, pun-


(Chesterman y Lehnardt, 2007: 1). to sobre el cual la doctrina se encuentra
Cuando actúan como meras pro- dividida. Esto se debe a que las empre-
veedoras de un servicio de seguridad, sas son subcontratadas tanto por los
es decir con un carácter defensivo, las ministerios de defensa de los países in-
actividades de las empresas no suelen volucrados en conflictos armados como
desatar mucha polémica, aunque el por otros ministerios –de relaciones
garantizar por ejemplo la seguridad exteriores o del interior– o en algunos
de una empresa o de una organización casos, como se ha visto, trabajan para
no gubernamental en zona de guerra a otorgar seguridad a actores privados u
menudo equivale a escoger un bando organizaciones intergubernamentales
en el conflicto (Leander, 2007: 58). (De Nevers, 2009: 177). En muchos de
En cambio, sus operaciones ofensivas los casos en que intervienen estas em-
plantean serios debates de orden tanto presas los conflictos son asimétricos y
jurídico como moral. a menudo tienen lugar entre Estados y
En este sentido, uno de los temas actores no estatales, lo que incrementa
más controversiales es el relativo al el grado de complejidad a la hora de
modus operandi de las empresas, a determinar qué acciones encajan en el
la naturaleza de las actividades que marco del derecho internacional huma-
realizan y a la responsabilidad (o falta nitario y cuáles no (Raymond, 2005:
de responsabilidad) por sus acciones. 12). Además, si los miembros de una
Todo ello se complica por la amplitud empresa no se encuentran integrados a
de los servicios ofrecidos y por el hecho la cadena de mando militar no se consi-
de que estos pueden prestarse en el deran combatientes y pueden entonces
Estado en que obtuvieron su registro ser considerados beligerantes que, al ser
o en otro: pueden por ejemplo asistir a capturados, podrán ser tratados como
un ejército extranjero en las tareas que criminales de acuerdo con el derecho de
le son encomendadas, en ese mismo la parte que los capturaron (Lehnardt,
territorio o en el territorio de un tercer 2009: 209).
Estado; también pueden prestar servi- Por otro lado, cabe destacar que
cios a las fuerzas armadas del Estado según el derecho internacional huma-
del que son originarias, en ese Estado nitario no existe verdaderamente sepa-
o en el extranjero. Finalmente, pueden ración entre uso ofensivo o defensivo
ser reclutadas por actores privados, de la fuerza, ya que el único elemento
en particular empresas que necesitan relevante radica en la legalidad del
mayor seguridad en el Estado donde uso por parte del actor, legalidad que
operan (De Schutter, 2009: 25). depende a su vez de la calificación del
De ahí que otra preocupación es la bien protegido y de su status como
relativa al carácter de combatiente o no blanco militar potencial (De Nevers,
combatiente de los empleados a la luz del 2009: 179).

98
Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

Los intentos internacionales por internacional es que constituyen una


regular las actividades de esas empresas amenaza al monopolio estatal de la
han fracasado, por lo que a la fecha violencia, existen dos casos concretos
no existe tratado en la materia (De –los de Sierra Leona y Angola– que
Nevers, 2009: 174). Aunque la comu- muestran como estas pueden también
nidad internacional los percibe como apoyar a gobiernos puestos en apuros
mercenarios, de acuerdo con el derecho por grupos rebeldes poderosos (Ches-
internacional humanitario, los emplea- terman y Lehnardt, 2007: 4).
dos de estas empresas no lo son ya que
no reúnen los requisitos de la definición
del Protocolo I relativos a este concepto vii. conclusión
(Spearin, 2008: 364); tampoco se ajus-
tan a los supuestos de la Convención El esquema de seguridad colectiva
internacional contra el reclutamiento, actual no es nada perfecto. Triste testi-
la utilización, la financiación y el en- monio de ello es el genocidio de 1994
trenamiento de mercenarios, entrada en en Rwanda, en el que perdieron la vida
vigor en 2001. más de 800,000 personas y ante el cual
Por el lado moral se plantean nor- la comunidad internacional se vio im-
malmente dos tipos de objeciones al potente. En este mismo sentido, en el
uso privado de la fuerza: el hecho de mundo unipolar de la post-Guerra fría,
matar sin tener vínculo alguno con la el ejercito norteamericano se rodeó de
causa que se persigue y la pérdida del una coalición de Estados dispuestos a
control democrático sobre la fuerza. participar en una «guerra preventiva»
En el primer caso se argumenta que contra Irak, dado que la comunidad
las empresas de seguridad privada son internacional se encontraba dividida
guiadas principalmente por el lucro; en y el Consejo de Seguridad, paralizado
el segundo, que la existencia de las em- (Nguyen-Rouault, 2004: 836). Esto
presas privadas desvincula la relación pone de realce que por un lado los
militar que existe entre el Estado y sus Estados nunca dejarán de velar por
ciudadanos, mermando así la capaci- sus intereses muy particulares y que,
dad de estos últimos de ejercer algún por el otro, con una comunidad inter-
tipo de presión sobre el gobierno para nacional formada por casi 200 países
evitar que recurra a la guerra o emplee que se caracterizan por tener niveles de
la fuerza contra la población radicada desarrollo político y económico muy
dentro de sus propias fronteras (Percy, diversos, los conflictos armados no son
2007: 14-18). un fenómeno destinado a desaparecer.
Cabe apuntar finalmente que aun- Por otro lado, resulta innegable que
que una de las principales preocupa- el sistema de la Carta de las Naciones
ciones relativas a las empresas privadas Unidas fue ideado en un ambiente muy
militares y de seguridad en el paisaje distinto al que prevalece en este princi-

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Estudios Internacionales 170 (2011) • Universidad de Chile

pio de siglo xxi y en el cual el Estado ha plegarse elementos de esas empresas al


dejado de ser el único objeto referente terminar las hostilidades, en vista de la
en cuanto a seguridad (Tardy, 2007: llegada posterior de los Cascos azules
67). Por ejemplo, los conflictos asimé- de las Naciones Unidas.
tricos como los provocados por actos Por el momento existe poco con-
de terrorismo son más y más frecuentes. senso sobre qué funciones pueden
Mientras se reforme o reinvente la subcontratarse en el cumplimiento de
Organización de las Naciones Unidas, un mandato otorgado por el Consejo
la estabilidad internacional seguirá de Seguridad de las Naciones Unidas y
dependiendo de la cooperación y de el status de estas fuerzas no parece muy
la disposición de los Estados que la claro a la luz del derecho internacional
forman de seguir trabajando para apo- humanitario. Darles un papel más pre-
yarla en la tarea hercúlea de prevenir y ponderante a las empresas de seguridad
apaciguar los conflictos. Algunos países, privada va más allá de una cuestión de
como Canadá, están dando la pauta al orden jurídico: la privatización de la
establecer fuerzas avanzadas en bases paz equivaldría a subcontratar uno de
militares nacionales, capaces de reac- los compromisos más importantes de
cionar rápidamente ante la urgencia la comunidad internacional a la luz de
que presentan algunas situaciones, tan la Carta de las Naciones Unidas (Ches-
pronto su gobierno haya acordado terman y Fisher, 2009: 6).
con el Secretario General el envío de Otro punto que queda por aclarar
tropas (Kennedy, 2006: 257). Esto re- tiene que ver con la responsabilidad
sulta congruente con la doctrina de la de las empresas y de sus integrantes
responsabilidad de proteger debatida en cuanto a sus actuaciones. Esto se
en la Organización para hacer frente complica por el hecho de que en el caso
a los casos que requieren intervención que nos ocupa ellas operan en Estados
humanitaria. con sistemas jurídicos disfuncionales
Las empresas privadas militares y de o sesgados y a veces pueden incluso
seguridad son vistas en algunos círculos disfrutar de inmunidad de las leyes
como una alternativa viable a las trabas locales. Además, una empresa privada
políticas, financieras e institucionales de es fungible, pudiendo ser desmembrada
las Naciones Unidas y su incapacidad y reorganizada bajo otro nombre y los
de enfrentar con eficiencia y celeridad empleados sancionados por su com-
las crisis que se presentan, y se ha portamiento en una pueden reubicarse
sugerido que su uso creciente podría en otra (Chesterman y Lehnardt, 2007:
demostrar un mayor pragmatismo de 252-253). De los Estados clave en que
quienes elaboran políticas públicas al se constituyen empresas de seguridad
priorizar los resultados humanitarios privada, únicamente los Estados Uni-
(Lehnardt, 2009: 206). En algunos dos, Sudáfrica e Israel tienen regímenes
foros se ha aludido a que podrían des- jurídicos que regulan la exportación

100
Eric Tardif • Teoría y práctica del uso legítimo de la fuerza...

de servicios militares comerciales crados en 15 operaciones autorizadas


(Chesterman y Lehnardt, 2007: 4-5). por la Organización, incluyendo la
Esta situación plantea un esquema fuerza híbrida constituida en 2007 en
que favorece la impunidad, al existir asociación con la Unión Africana para
una zona gris en que las empresas y su supervisar la situación en Darfur. Estas
personal pueden, en algún momento, unidades llevan a cabo un abanico de
encontrarse amparados tanto por el actividades que incluyen la prevención
derecho interno como por el internacio- de los conflictos mediante el despliegue
nal. En este sentido, desde noviembre de militar; la separación de los combatien-
2010 se encuentra abierto a la firma el tes mediante el establecimiento de una
Código internacional de conducta para zona de amortiguación; la restauración
proveedores de servicios de seguridad de un statu quo que haya sido violado
privada, proyecto impulsado por el go- por una de las partes; la facilitación de
bierno suizo y el Comité Internacional un clima propicio para la restauración
de la Cruz Roja, que pretende establecer de servicios públicos, jurídicos, y re-
directrices orientadas a otorgar mayor lacionados con el mantenimiento del
certeza jurídica a todos los actores orden; la supervisión de programas de
involucrados, ya que abarca tanto las destrucción de minas y de acuerdos so-
reglas aplicables al uso de la fuerza, las bre desarme; la asistencia humanitaria y
detenciones, la prohibición del recurso a la protección de los convoyes de ayuda
la tortura o a tratos inhumanos y degra- humanitaria; el apoyo para la celebra-
dantes, la selección y capacitación del ción de elecciones, y la salvaguardia de
personal, como la necesidad de que las los derechos humanos (Groom, 1998:
empresas incorporen esas disposiciones 17). Lo anterior viene a refrendar el
en sus políticas internas. A la fecha, más compromiso de la comunidad interna-
de 200 compañías han aceptado suscri- cional de apoyar el mantenimiento del
bir el Código y los gobiernos del Reino frágil equilibrio geopolítico mundial y
Unido y de los Estados Unidos se han con miras a contrarrestar los efectos
comprometido a contratar únicamente nocivos de los conflictos tanto internos
los servicios de empresas que lo hayan como internacionales que todavía aque-
hecho13. jan a varias regiones del globo.
De forma más general, resultan sin
embargo alentadores los datos recien-
tes del Departamento de Operaciones Bibliografía
de Mantenimiento de la Paz de las
Ago, Roberto (1986), Scritti sulla responsa-
Naciones Unidas, según los cuales ac- bilità internazionale degli Stati, vol. II,
tualmente hay más de 120,000 efectivos Nápoles, Jovene.
que representan a 115 países involu- Annan, Kofi (2005), In Larger Freedom:
Towards Development, Security and Hu-
Véase el sitio internet de la iniciativa:
13
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