LOS ESTANTES LLENOS PERO LOS BOLSILLOS VACÍOS
D e acuerdo a con el OVF (Observatorio Venezolano de
Finanzas), la canasta alimentaria se ubicó en mucho
más de 250 dólares para este mes de febrero, aun y
cuando el salario mínimo venezolano se haya solo por encima
de unos cuantos centavos. Las medidas rutinarias y
extravagantes del gobierno al parecer han hecho efecto en los
últimos años, de mal a peor claro, y de peor a lo siniestro.
Hace unos meses atrás los supermercados se encontraban con
la precaria situación de no acaparar si quiera con un saco de
harina sus propios estantes, y sin embargo, hoy, productos
internacionalizados saturan los comercios como si el
socialismo no hubiese pisado sobre los cimientos de la
economía. Con un poder adquisitivo hecho trizas, debido al
alza de precios monumental, los economistas muestran una
nueva realidad donde proclaman a dos tipos de Venezuela;
aquella que subsiste de los ingresos en divisas, o patrimonios
fluctuosos y mantienen un nivel de vida especialmente
“normal”, y aquella que hasta el día de hoy todavía escarba en
el aseo.
Solo el 0,57% es lo que puede adquirir un sueldo mínimo de la
canasta alimentaria, según la OVF. Un paquete de Harina pan
se haya por un dólar en las tiendas (y un poquito más de la
tasa oficial), lo que representa un sueldo básico. La
hiperinflación Venezolana, está solo a un año de transformarse
en la más larga de la historia desde la de Nicaragua, que
estuvo vigente durante 58 meses, una situación que seguirá
golpeando fuertemente a los ciudadanos de Venezuela
durante esos inciertos doce meses. Según las estimaciones de
la OVF, se reveló que los precios para el consumidor,
incrementaron durante el mes de enero en más de un 55%, y
que la inflación interanual fue de casi 3.400%. Hace una
semana el Banco Central de Venezuela había asegurado que la
inflación solo consistía en un 2.959,5% durante el año 2020.
Desde septiembre, no habían dado datos oficiales.
Los economistas aseguran que si el gobierno no toma
medidas extraordinarias, apañadas del artículo 320 de la
Constitución, será extremadamente complicado restaurar la
economía venezolana. El estado debe promover a tiempo la
solvencia y estabilidad del bolsillo venezolano para garantizar
un bienestar social (y un respiro tal vez). De no ser así, el país
estará destinado a desmoronarse intranquilamente delante de
los ojos de aquellos que alguna vez vivieron en prosperidad.
Esta es una mala noticia para los venezolanos, quienes de
nuevo, deben asumir las consecuencias y como quien dice…
Subirse el saco de cemento al hombro, y seguir trabajando,
rogando llegar pronto a la siguiente quincena.