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CONDUCTA SUICIDA, PROTOCOLOS DE PREVENCIÓN GLOBAL

La conducta suicida se define como un conjunto de eventos que lleguen a ser


complejos, que pueden afectar a personas de cualquier edad o condición; cuando se
manifiesta como el suicidio consumado, se llega a tener consecuencias devastadoras para el
individuo, su familia y comunidad, y sus efectos son duraderos. Esta conducta, se encuentra
asociada a diversos factores de riesgo, que pueden ser intervenidos con acciones específicas
que abarcan el espectro de la promoción de la salud mental, la prevención y atención a los
problemas y trastornos mentales, involucrando a diferentes sectores e instituciones y a la
sociedad civil, que permita evitar así los desenlaces fatales.

Aproximadamente un millón de personas en el mundo mueren por suicidio cada


año, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos (Organización Mundial de la Salud,
2013).

Esta situación ha cobrado un impacto profundo en la humanidad convirtiéndose en


un problema de salud a nivel internacional, por lo cual los diferentes gobiernos a nivel
mundial vienen buscando soluciones para minimizar el impacto que esta situación está
dejando.

Se ha podido también entender que para que este evento se propicie, hay que
considerar que varios factores llegan a conformarlo, entre los que se pueden nombrar están:
la depresión, el abuso sexual, la disfunción familiar, la frustración para resolver situaciones
inesperadas principalmente los menores como el bullying.

Factores que antes ni siquiera han sido tomados en consideración, dejando vacíos y
preguntas del porque muchos llegan a tomar esta decisión.

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