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¿Cuántas veces tu relación con tu pareja, tu familia o amigos se ha convertido en un ring de

boxeo?
No es nada realista esperar que todos estén de acuerdo en todo. Cada quien
tiene una manera distinta de razonar, y muchas veces se hace difícil coincidir en
un mismo pensamiento.
Esto me lleva a analizar la forma de vida que los discípulos pudieron haber tenido
al estar juntos en una misma misión. No es fácil trabajar en equipo, pero si
realmente deseas cumplir con un objetivo común, sin perder la amistad,
necesariamente tendrás que pasar por alto la ofensa del otro.
Proverbios 17:9 (RVR1960) dice: El que cubre la falta busca amistad; mas el que
la divulga, aparta al amigo.
Esto no significa que renuncies a encontrar una solución, ni que te olvides del
problema; sino más bien, que entierres el hacha de acusaciones, enojo, etc., para
entonces buscar la restauración.
Cuando nos enfocamos en la reconciliación, el problema pierde importancia y
muchas veces se vuelve irrelevante.
¿Cómo están tus relaciones personales?
Hoy te invito a dar el primer paso hacia la restauración sin importar quién sea el
culpable. Sé que no es fácil, porque se necesita quebrar el orgullo y negarse a sí
mismo, pero es por esa razón que Pedro instó en buscar la paz y a esforzarse por
mantenerla.
¿No crees que es hora de abandonar el ring de boxeo?
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni
maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
1 Pedro 3:8-9 (RVR1960)

¿Con quién necesitas restaurar tu relación? Si no tienes la oportunidad de hablar


personalmente con él (ella), toma tu teléfono y empieza el proceso.

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