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MARY E. PEARSON EL DESPERTAR DE LA MARIPOSA Traduecién de Josefina Anaya fa Castillo [QJ de la letura tee orn ei get ‘ne nun Pr Ai Osan Gra ous Zio Ds yA Pals Dds enero Ale Laren Mares ‘tucoaae ean ge dd arias ‘ao el ee gli he Aton fan Fae Tee. ©2005 Mary Reson ‘de pr ioe Castine acsr cose oks nd Camps [LL Nowe Yok 10016, EA umes et oii 2010 anger Sor 1886 Ca Pe Dl Aas Ores, sree cam reveal ‘ocatlegsrmeaencon indus tos Mao, agi i, 3308 rissa emi pc tl eestor ie Ino oméndoeneiagaer Eraactcrbucs meine nso ea ‘item pr eapr frat pint diel ei, Inge en iol Pt nis ara Dennis, ml maravilloso esposo,y mis preclosos hijo, Jessica, Karen y Ben. California Yo solfa ser alguien. Alguien llamada Jenna Fox. Eso me dicen, pero soy mas que un nombre, més de lo que ellos dicen; mas que los hechos y las estadis- ticas con que me saturan; més que los videos que me ‘hacen ver, ‘Mas, pero no estoy segura de qué. —Jenna, ven, siéntate aqui. No querrés perderte esto —la mujer a quien debo llamar madre da unas palmaditas sobre el cofin que esté a su lado—. Ven —dice otra ver. Obedezco. —iste es un momento histérico —dice, Pasa su brazo por encima de mis hombros y me aprieta. Primero levanto una comisura, luego la otra: una sonrisa, Se supone que asf es como debo hacerlo. Es lo que ella quiere, —Es la primera vex que algo asi sucede —dice—. ‘Nunca habfamos tenido una presidenta de ascenden- cia nigerian, —La primera vex —digo. Miro la pantalla, Después, la cara de mi madre, Acabo de aprender a sonre‘r. No sé cémo responder a sus otras expresiones. Deberia saberlo, —Mamé, ven a sentart: con nosotros —habla en direccién a la cocina—. Es:4 a punto de empezar. No vendré. No le agrado. No sé c6mo, pero lo sé. Su cara me resulta tan plana ¢ inexpresiva como la de cualquiera, No es su cara. Fs otra cosa. —Estoy lavando los platos. Lo veré en la pantalla de aqui—responde. Me levanto. —Puedo irme, Lily —ofrezco. Ella se para bajo el marco de la puerta. Mira a mi madre. Intercambian una expresién que trato de entender. Mi madre se cubre la cara con las manos. —Es tu abuela, Jenna, Siempre la has llamado asf. —No importa. Puede llamarme Lily —dice ella, y se sienta junto a mi madre. Conciencia Hay un sitio oscuro. Un sitio donde no tengo ojos, boca ni palabras. No puedo tlorar porque no tengo aliento. El silencio es tan profundo que deseo morir. Pero no puedo. La oscuridad y el silencio nunca cesan, No es un sueno, Yo no suefio. Despertar Bl accidente ocurrié hace més de un afto, Desperté hhace dos semanas. Més de un afio se ha esfumado. Pasé de los 16 a los 17. Por segunda vez, una mujer fue elegida presidente. Descubrieron el duodécimo planeta del Sistema Solar. Murié el tltimo oso polar que vivia en libertad. Noticias de primera plana que no causaron ningtin efecto en mf, Yo dormfa mientras todo eso pasaba. Grité al despertar. Eso me dijeron. No recuerdo nada del primer dfa, Después escuché a Lily susurrar a mi madre en la cocina que mis gritos la habfan asustado. —Parece un animal —dijo. ‘Todavia grito cuando despierto. No sé por qué. No siento nada, Cuando menos, nada que pueda nom- brar. Es como respirar: algo que no controlo. Mi padre estuvo aguf para verme despertar. Dijo que habia sido un comienzo, que habia estado bien. Al parecer, él piensa que cualquier cosa que yo haga esta bien. Los primeros dias fueron muy dificles. Mi mente y mi cuerpo se retorefan sin control. Mi mente se calmé primero, Sujetaron mis brazos con corteas. Al segun- do dia, mis brazos también se tranquilizaron. Parecia que habfa mucho movimiento en la casa. Me revisaban, me examinaban, volvfan a revisarme; mi padre subfa mis sintomas a la Netbook varias veces al dia y alguien retransmitfa el tratamiento. Pero yo no recibia medicina alguna. Mejoraba con el tlempo. 10 | Si un dia no podia caminar, al siguiente era capaz de hacerlo. Si un dfa se me cerraba el pérpado derecho, al otro podia abrirlo, Siun dfa antes mi lengua parecia tun trozo de carne en mi boca, un dia después ya era capaz.de articular palabras que no habia pronunciado en mas de un aio. El quinto dia, cuando caminé hacia la terraza sin ‘tropezar, mi madre grit6: —iBs un milagro! (Un verdadero milagro! —Todavia no camina de manera natural, no lo ves? —aijo Lily. Mi madre no contests. Eloctavo dia, mi padre tuvo que regresar a su tra- bajocen Boston. Mimadre y él cuchichearon, pero aun as alcancé a escuchar: “Bs muy arriesgado... tengo que regresar... Estards bien...” Antes de partir, mi padre tom6 mi rostro entre sus manos y dijo: —Poco a poco, angel. Debes tener paciencia. Todo volverd. Verds que con el tiempo se restablecerdn todas las conexiones, Creo que mi manera de andar ya es normal, pero mi memoria, no, No recuerdo a mi padre, ni a mi madre; tampoco a Lily. No recuerdo haber vivido alguna vez en Boston. No recuerdo el accidente. No recuerdo a Jenna Fox. ‘Mi padre asegura que si esperamos un poco, mi memoria volveré. —Hl tiempo lo cura todo —aice. No le confieso que no sé qué es el tiempo. ul Tiempo Hay palabras. Palabras que no recuerdo. No palabras oscuras, que no deberia saber: ‘Sino palabras simples. Saltar. Caliente, Manzana. Tiempo. Las investigo. Nunca volveré a olvidarlas. {2A dénde fueron esas palabras, esas palabras que alguna vez estuvieron en mi cabeza? Orden ‘eurioso, ad}. 1. Deseoso de aprender o de saber: In- 4quisitivo. 2. Fisgén o entrometido, 3. Inexplicable, inusual, raro, extrafio. La primera semana, mi madre se dedicé a recorrer minuciosamente los detalles de mi vida. Mi nombre. Las mascotas que tuve cuando era nifia, Mis libros favoritos. Las vacaciones familiares. Y después de cada escena que describia, me preguntaba: —tLo recuerdas? Cada vez que yo respondia negativamente, sus ojos cambiaban. Parecian hacerse més pequefios. cBs posi- ble que eso suceda? Traté de suavizarlos “no”. Intenté que cada uno sonara diferente del anterior. Pero el sexto dfa, cuando me habl6 de mi titimo recital de ballet, se le quebré la voz. —dLo recuerdas? El séptimo dia, mi madre me entregé una caja de tamaiio pequetio. —No quiero presionarte —dijo—. Bstén ordenados yetiquetados, casi todos. Quiza te ayuden a recuperar tus recuerdos. ‘Me abraz6. Sentf la textura de su suéter y la fres- cura de su mejilla. Cosas que puedo percibir, Duro. Suave, Rasposo. Terso. Pero esa sensacién interna es siempre la misma: una especie de masa espesa y con- fusa. aise es mi lado que contintia dormido? La rodeé con mis brazos, procurando imitar su ges- to. Al parecer, eso la complaci6. B —Te quiero mucho Jenna —me dijo—. Cualquier cosa que necesites preguntarme, aqui estoy. Quiero ‘que lo sepas. “Gracias” era la respuesta correcta, asi que la dij. No sé si lo recordaba 0 acababa de aprenderlo. Yo no la quiero, Senti que deberia hacerlo, pero gcémo pue- des querer a alguien a quien no conoces? Con todo, en ‘medio de esa masa espesa y confusa, logré sentir algo. Devocidn? Obligacion? Querfa complacerla, Pensé ensu ofrecimiento: “Cualquier cosa que necesites pre~ ‘guntarme, agui estoy. Quiero que lo sepas.” No tenfa preguntas. Atin no habfan legado. ‘Me parecié l6gico verlos envorden, ast que empecé con el primer disco. Era yo en el titero, Horas y horas de mi en el titero. Supe que ful la primera, Hubo dos bebés varones antes que yo, pero no sobrevivieron cl primer trimestre. Conmigo, mi padre y mi madre tomaron medidas especiales, y funcionaron. Fui la primera y la tnica. Su milagro. Observé el feto que ful, flotando en un mundo acuoso y oscuro, y me pregun- té si también debia recordar eso. Cada dia veo mAs discos, intentando recuperar lo que solia ser. En algunos hay fotos; en otros, peliculas. Hay docenas de discos de sels centimetros. Unos clen, tal vez. Miles de horas acerca de mi. Me instalo en el sof grande. Hoy veo Jenna Fox / rio 3. Empleza con mi fiesta de cumpleafios. Una nifia pequefia corre y se rfe de nada, y al final la detie- ne un muro de piedra desgastado por la intemperic, ‘Apoya en la pared sus manos abiertas como estrellas y voltea a mirar la cémara, Detengo la escena. Examino “4 la sonrisa. La cara, Tiene algo. Algo que no encuentro en mi propia cara, pero no sé qué es. Quiz4 sélo se trate de una palabra que he perdido. O tal vez sea algo més. Escudrifio las piedras grandes y toscas en las que descansan sus manos. Es el jardin que circunda la casa estilo Brownstone donde viviamos en Boston. Recuerdo haberla visto ayer en el disco 18. —Continuar —digo, y la escena prosigue, ‘Veo a la pequetia de tres afios de cabello dorado que spime, corre y esconde la cara tras un par de piernas con pantalones. Entonces alguien la alza en vilo y la pone de cabeza. La toma se enfoca en la cara de mi padre, que rie y frota la nariz en la panza de la nit. Mi panza, La nifia rie, Parece gustarle, Voy hacia el espejo que esté cerca del librero,. Tengo 17 aiios, pero veo el parecido, El mismo cabello rubio. Los mismos ojos azules. Los dientes son distintos. Los de la nifia son tan pequefios... Mis dedos. Mis manos. Son mucho més grandes ahora. Casi podria decirse que soy una persona diferente por completo. ¥ sin embargo, soy yo. Al menos eso dicen. Regreso a ver la festa, la hora del bao, la clase de ballet, las pinturas hechas con los dedos, el berrinche, la hora del cuento: todo lo que mis padres consideraban importante en la vida de Jenna Fox a los tres afios. Escucho pasos atrés. No volteo. Bs Lily. El sonido que hace al caminar es diferente del de mi madre. Su movimiento es decidido, resuelto. Distingo cada ‘mati ¢Siempre ful tan sensible al sonido? Lily esta en algiin lugar detrés de mi. Espero a que hable, pero no lo hace. No estoy segura de qué quiere. 15 —No necesitas verlos en orden, gsabes? —Lo sé. Mi madre me lo dijo. —Hay discos de cuando eras adolescente. —Todavia lo soy. Hay una pausa, Sospecho que es deliberada. —Supongo —dice. Se aproxima para que la vea—. Pensé que serias més curiosa. Busqué “curioso” en el diccionario después de que jadre la us6 para describir al sefior Bender, quien vive atrés, del otro lado del estangue. No sé si Lily me esta preguntando si soy inquisitiva 0 rara. —Estuve en coma por més de un afio. Supongo que eso me hace inusual, rara, extraiia. Sf, soy curiosa. Lily descruza los brazos y los deja caer a los costa- dos. Inclina ligeramente la cabeza. Es una mujer bon! ta, Parece de 50, pero ha de tener unos 60, cuando menos. Pequefias arrugas rodean sus ojos. Las sutile- zas de su expresin todavia me evaden. —Deberias ver los discos en desorden —sugiere—. Ve directamente al del aito pasado. Lily sale de la habitacién. Al decimoquinto dia de haber despertado, tomo mi primera decisién sin inter- venci6n alguna: veré los discos en orden. Elcireulo se ensancha Hay algo extraio en el sitio donde vivimos; algo extrafio en Lily; algo extrafio en mi padre y en sus llamadas nocturnas a mi madre. Y, sin duda, algo extrafio en mi, 2Por qué puedo recordar los detalles de 16 Ja Revolucién Francesa, pero no puedo acordarme si alguna vez tave una mejor amiga? Dia 16 Esta maftana, cuando me levanté, tenfa dudas. Me pregunté dénde habfan estado escondidas. “El tiempo Jo cura todo.” 2A esto se referia mi padre? 20 sim- plemente las palabras perdidas estaban tratando de encontrar el orden apropiado en mi cabeza? Ademés de las preguntas, también me vino la pala- bra cutidado a la mente. 2Por qué? Empiezo a pensar en que debo confiar en las pala- bras cuando me llegan. —iYa me voy, Jennal —grita mi madre desde la puerta del frente—. Segura que estards bien? ‘Mi madre va a la cludad. Es la primera vez que sale de la casa desde el dia en que desperts. —Estaré bien —contesto—. Mis nutrientes estén sobre de la barra de la cocina. $é cuanto debo ingerir. ‘Todavia no puedo tomar comida normal. Cuando les pregunté por qué, ambos intentaron explicarme atropelladamente. Al final dijeron que, tras un afio de haber sido alimentada mediante un tubo, mi sis- tema no podré digerir comida normal por un tiempo. Nunca vi el tubo. ‘Tal vez eso sea lo que aparece en el disco que Tily me dijo que viera. :Por qué querria que lo hiciera? —No salgas de casa —agrega mi madre. No lo haré —responde Lily. v7 Mi madre va a entrevistar obreros. Es consultora certificada en restauracién. 0 al menos lo era. Ba Boston tenfa un negocio de restauraci6n de casas de arenisca roja estilo Brownstone. Eran su especialidad, Siempre estaba muy ocupada. La gente quiere restau- rar todo. Lo antiguo esta de moda. Lily dice que tenfa muy buena reputaci6n, Su carrera se termin6 por mi causa. En California no hay casas estilo Brownstone, Pero mi madre dice que la casa estilo Cotswold donde vvivimos necesita una buena reparacién y ahora que me siento mejor, es hora de que ella emplece a dejarla habitable. Dice que una restauracién no es muy dis- tinta de otra, Ahora su carrera consiste en arreglar- nos a mi y a la casa. Cuando va a la mitad del estrecho camino de la entrada, hago la primera pregunta. Sé que no es un buen momento. —Madre, gpor qué nos mudamos aqui? Se detiene. Me parece que da un leve trasplé. Se vuelve. Tiene los ojos muy abiertos. No dice nada, as que continio, —Si los doctores, mi padre y tu carrera estén en Boston, por qué estamos aqui? ‘Mi madre baja la cabeza un momento, de modo que no puedo ver su cara; luego la alza. Sonrie. Primero levanta una comisura. Después la otra. Su sonrisa es cautelosa. —Hay muchos motivos, Jenna. No puedo dartelos todos ahora o perderé el autobiis que va a la ciudad, pero la razén principal es que nos parecié mejor quedarnos en un lugar més tranquilo mientras te 8 recuperabas. ¥ por lo que parece, nuestro plan esté dando resultado, zno es ast? To dice sin vacilar. Como si lo hubiera ensayado. Puedo advertirlo en su tono de voz, En cierto sentido, es casi razonable, pero puedo notar algunas lagunas. Vivir en un lugar tranguilo no es tan importante como estar cerca de los doctores. De todas formas asiento con la cabeza. Hay algo en sus ojos. Los ojos no respiran, lo sé; pero al parecer los suyos se acaban de quedar sin aliento, Mi cuarto Me ditijo a mi habitacion. No quiero hacerlo, pero antes de partir, mi madre me hace una peticién de {timo momento: —Ve a tu habitacion, Jenna, Creo que necesitas descansar un poco. No necesito descanso y no quiero ir, pero antes de ‘que me dé cuenta, mis pies me llevan escaleras arriba y mi mano cierra la puerta en cuanto entro. Sé que esto le agradaria. ‘Mi cuarto es una de las 10 habitaciones que hay en el piso superior, ademas de varios clésets, bafios, escondrijos y otros cuartos pequefios y sin ventanas ue, al parecer, no tienen ningtin uso. El mio es el tini- co que se encuentra limpio y amueblado. Los demés estan vacios, salvo por alguna arafia 0 por la basura ue dejaron los inquilinos anteriores. El piso de abajo tlene, cuando menos, otras 10 habitaciones, y s6lo la 19 itad esté amueblada. Algunas estén cerradas con lave. No las he visto. Las habitaciones de mi madre y de Lily estan abajo. La cabafta no es ninguna cabafia. Busqué en el diccionario para salir de dudas. También busqué la palabra Cotswold. Es una clase de ovela. ‘Asi que deberiamos estar viviendo en una casa de una sola habitacién para ovejas. Tampoco veo ningu- na oveja por aqui. Mi cuarto queda al final de un largo pasillo. Como es el mas grande del piso superior, la cama, el escritorio y la silla se ven demasiado pequeiios y fuera de lugar. Los muebles se reflejan en el piso de madera pulida. Bs un cuarto frio, No por la temperatura, sino por Ia atmésfera. No refleja nada de la persona que lo babita, Otal vers. El tinico objeto colorido en el cuarto es la colcha amarillo palido de la cama. El escritorio esté vacfo salvo por Ia Netbook que mi padre utilizaba para ‘comunicarse con los doctores. Ningwin papel. Ningtin libro. Ningin desorden, Nada. EI cuarto tiene un amplio vestidor con techo de béveda. Este leva a un closet que desemboca en uno iis chico, y al fondo de éste hay una puerta pequefia que no puedo abrir. Es un extrafio conjunto de taineles dispuestos en zigzag. ¢Mi cuarto de Boston era como éste? En el primer cléset hay cuatro camisas y cuatro pantalones azules. En el piso hay dos pares de zapatos. Enel segundo closet no hay nada. Paso las manos por las paredes y me pregunto la raz6n del vacio. ‘Me asomo por la ventana. Mas alla del jardin y del estanque veo al curioso sefior Bender, apenas una 20 mancha pequeiia en el horizonte. Alcanzo a ver que esté en cuclllas, mirando algo en el suelo. ‘Avanza unos pasos y desaparece de mi vista tras un pequefio bosque de eucaliptos que divide nuestras propiedades. Me doy la vuelta y sigo observando el interior de mi cuarto, Una silla de madera. Un escritorio desnudo. Una cama sencilla, sin adornos. Es muy poco. gBsto es Jenna Fox? a Una pregunta que nunca le haré a mi madre Tenia amigos? Estuve enferma por mas de un afo y, sin embargo, ‘no hay una tarjeta, carta, globo ni ramo de flores rmarchitas en mi cuarto. Las llamadas de la Netbook nunca son para mi Ni siquiera hay mensajes de mis antiguos eompafieros de clase. ee Tal vez no lo recuerde todo, pero'sé que tendrfa que: haber algo de esto. 5 : Algo. '$é que cuando alguien esta enfermo, las personas jpreguntan por él Qué clase de persona era Jenna Fax que no tenia amigos? fa alguien a quien yo querria recordar? ‘Todo e| mundo deberia tener, al menos, un amigo. Mas igo tararear a Lily. Mis ples avanzan con torpeza, como si tuvieran voluntad propia, pero trato de con- trolarlos para que ella no me oiga. Me recargo en la pared y me asomo discretamente a la cocina. Esta de espaldas. Pasa la mayor parte del tiempo en la cocina preparando platillos complicados. Fue jefa de medici- na interna en el Hospital de la Universidad de Boston. Era la supervisora de mi padre, queen ese entonces era residente. Asf conoci6 a mi madre. Lily dej6 el trabajo, No sé por qué. Ahora le apa- sionan el jardin y la cocina. Por lo visto en esta casa todos se reinventan y nadie es quien solia ser. Cuando no esta guisando en la cocina, la encuen- tro podando alguna planta en el invernadero. No puedo comer lo que ella cocina y me pregunto si ésa es una de las razones por las que ella me odia, Hace ruido con las cacerolas y luego abre la lave del agua. Me dirijo hacia la puerta del frente. las bisagras de la pesada puerta de madera rechi- nan cuando salgo, pero Lily no me sigue. El sonido se pierde entre el ruido de las cacerolas y el agua que corre. Nunca he ido més allé dela escalinata del fren- te, salvo en una ocasién. Estaba oscuro y mi madre me llevé a dar un breve paseo al invernadero de Lily. Desde el principio, mi madre me dijo que debfa perma- necer cerca. Teme que me pierda. perdido. adj. 1. Que ha dejado de saberse. 2. Incapaz de hallar su camino, 3, Arruinado 0 destruido. 23 Creo que ya estoy perdida. El sol de mediod{a es intenso. Me lastima los ojos. Cierro la puerta con cuidado para que Lily no escuche ycruzo el jardin rapidamente. No me alejaré demasia- do. Mantendré la casa a la vista. Cuidado. La palabra regresa, como un seto que aparece frente a mi, pero ‘que también me empuja por la espalda. Paso junto al conducto de la chimenea de la sala, Algunos ladrillos de la parte superior han cajdo al suelo, y la maleza los ha cubierto casi por completo. Una brillante enre- dadera verde trepa por los ladrillos que atin estén en ‘su lugar. Camino del otro lado de la cochera para que Lily no me vea. Casi todas las ventanas estén tapiadas y falta una secci6n completa de tejas en el techo. Por lo que veo, el dinero no representa ningiin problema para mi madre. Me pregunto por qué nunca hicieron Ja mas minima reparacién si tuvieron més de un aiio mientras yo estaba en coma. Pasando la cochera, puedo ver la propiedad del curioso sefior Bender en toda su amplitud, pero él no esta. En nuestro jardin hay una vereda que desciende suavemente hacia un gran estanque de aguas tran- quilas. El estanque separa nuestro jardin del terreno del sefior Bender, y el arroyuelo que lo alimenta deli- mita el jardin de los vecinos del lado sur como una frontera natural. Al norte, donde el estanque desem- ‘boca, el arroyo contintia hasta perderse en el bosque de eucaliptos. oy unos pasos més y veo al sefior Bender en cucli- llas, tal como la Jenna de tres afios del video. Es una_ postura extrafia para un hombre maduro. Sostiene 24 un objeto en una mano y estira la otra hacia algo que hay en el suelo, Lo veo tan quieto, que no me atrevo aavanzar. Curioso, Raro, Extraio, Mi madre tenia razén sobre el sefior Bender. ‘Sigo caminando por la pendiente hasta que el estan- ‘que me detiene. Me dirijo hacia el bosque. Los arboles son delgados, pero numerosos, y s6lo a unos metros el estanque se convierte en arroyo, La corrientees apenas més caudalosa que la de la llave de la cocina de Lily y sélo tiene algunos centimetros de profundidad. Piso las Piedras secas que sobresalen del angosto caudal para cruzar al otro lado y subo por la colina del terreno del sefior Bender. Deberia estar asustada. Mi madre querria que lo estuviera. Pero aparte de mi madre, mi padre y Lily, el sefior Bender es el tinico ser humano al que he visto desde que desperté. Quiero heblar con alguien que no me conozca. Alguien que no conozca a Lily ni a mi made, Alguien que no pertenezca a nuestro extratio circulo, Cuando ve que me aproximo, se pone de ple. Es alto, y mas ancho de lo que yo pensaba. Me detengo. Hola, Nome muevo. —

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