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Lluvias Acidas
Lluvias Acidas
Se usa el nombre genérico de "lluvias ácidas" para designar las aguas meteóricas (precipitaciones líquidas o
sólidas y niebla) que están contaminadas en la atmósfera. La composición química se caracteriza por su acidez
y deterioran el ambiente. Mientras menor es el pH, más ácida es el agua. Los contaminantes que las acidifican
son principalmente el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx).
El agua de lluvia pura normalmente tiene un pH cercano a 5.6; es levemente ácida por el contenido de
anhídrido carbónico en la atmósfera. La niebla, en cambio, se sitúa alrededor de los 4.5.
Las lluvias ácidas suceden principalmente en las grandes ciudades especialmente por la contaminación que
producen los vehículos motorizados y las industrias. En los centros mineros e industriales también se producen
las lluvias ácidas debido a las emisiones de los gases antes mencionados. A su vez, las masas de aire
contaminadas se desplazan a otros lugares, generando también en esos ambientes las llamadas "lluvias
ácidas".
Las nieblas ácidas ocurren en las zonas de presencia frecuente de niebla y que se caracterizan por presentar
altos índices de contaminación y por lo tanto pH bajo.
Los daños contaminadores son tan graves, que basta compararlos con el "agua regia", un ácido tan fuerte
capaz de corroer el oro y cuya composición es la mezcla de ácido nítrico y ácido sulfúrico que precisamente es
la misma composición de las lluvias ácidas. Por otro lado, estos compuestos son responsables de la destrucción
de la capa de ozono que nos protege de las radiaciones ultravioletas causantes del cáncer de la piel, ceguera,
cambios metagénicos, pérdida de la capacidad inmunológica, etc. Finalmente estos gases constituyen uno de
los cuatro principales responsables del llamado "efecto invernadero" o recalentamiento global del planeta que
ha obligado a firmar a nivel mundial la Convención Marco de Río de Janeiro sobre el Cambio Climático en el año
1992.
Las lluvias ácidas caen al suelo alterando la acidez tanto del suelo como de las masas de agua. El ácido que se
forma tiene un efecto corrosivo directo sobre las plantas, la estructura de las ciudades tanto metálicas como de
hormigón, edificios, techos de cemento, de zinc (calaminas), `escuelas, iglesias, monumentos, etc.
"En la dosis está el veneno" es uno de los principios jurídicos medioambientales, que traducido
comprensiblemente, significa que lo importante no es preguntarse si las actividades generadoras de estos
gases (escape de automóviles, industrias, agroquímicas, etc.) contaminan o no pues en principio toda actividad
humana contamina. El concepto de fondo es no dejar que esas actividades excedan en la dosis que están
reguladas en parámetros permisibles establecidos en la Ley del Medio Ambiente o la Ley 1.333 que traduce
jurídicamente dos conceptos elementales: el de la tolerabilidad social y el de la capacidad de resiliencia
(capacidad natural de reacción). Esta Ley responsabiliza a las prefecturas departamentales para hacer cumplir
el parámetro permisible, en sus artículos 9º, 18º y 19º mediante las secretarías departamentales del medio
ambiente.
NUBES ACIDIFICADAS
Los contaminantes se combinan con la humedad atmosférica y forman ácidos sulfuroso, sulfúrico, nítrico y
carbónico.
BOSQUE DAÑADO
follaje desigual y ralo incapaz de realizar la fotosíntesis con effotenota.
LAGO SIN VIDA
el acido altera el dedicado equilibrio de los ecosistemas terrestre y acaba por destruir todos los organismos.
EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y SUS CONSECUENCIAS
Desde fines del siglo XIX, los científicos han observado un aumento gradual en la temperatura promedio de la
superficie del planeta. Este aumento se estima que ha sido de entre 0.5ºF y 1.0ºF. Los diez años más calientes
del siglo XX ocurrieron entre 1985 y 2000, siendo 1998 el año más caliente del que se tenga datos. Este
calentamiento ha reducido las áreas cubiertas de nieve en el hemisferio norte, y ha ocasionado que muchos de
los témpanos de hielo que flotaban en el Océano Ártico se hayan derretido. Recientemente también se ha
observado cómo, debido a este aumento en temperatura, grandes porciones de hielo de Antártica se han
separado del resto de la masa polar, reduciendo así el tamaño del continente helado.
Causas del calentamiento global
Gracias a la presencia en la atmósfera de CO2 y de otros gases responsables del efecto invernadero, parte de la
radiación solar que llega hasta la Tierra es retenida en la atmósfera. Como resultado de esta retención de calor,
la temperatura promedio sobre la superficie de la Tierra alcanza unos 60ºF, lo que es propicio para el
desarrollo de la vida en el planeta. No obstante, como consecuencia de la quema de combustibles fósiles y de
otras actividades humanas asociadas al proceso de industrialización, la concentración de estos gases en la
atmósfera ha aumentado de forma considerable en los últimos años. Esto ha ocasionado que la atmósfera
retenga más calor de lo debido, y es la causa de lo que hoy conocemos como el calentamiento o cambio
climático global.
Este mecanismo permite que el planeta tenga una temperatura aceptable para el desarrollo de la vida tal y
como la conocemos. Consiste en la absorción, por parte de los llamados gases de efecto invernadero presentes
en la atmósfera, de las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre a causa del calentamiento
debido al sol, impidiendo que escapen al espacio y aumentando, por tanto, la temperatura media del planeta.
El efecto invernadero es producido tanto de manera natural como de manera artificial (principalmente por la
industrialización) debido a la acumulación de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Estos gases, dióxido de carbono (CO2), vapor de agua (H2O), ozono (O3), metano (CH4), óxidos de nitrógeno
(NOx) y los clorofluorocarbonos CFCs se encargan de absorber la energía emitida por el sol, impidiendo que los
días sean demasiado calurosos o las noches demasiado frías; un aumento en la emisión de estos gases provoca
grandes cambios drásticos en el clima mundial haciéndolo cada vez más impredecible, sufriendo alteraciones
en las temperaturas regionales, en los regímenes de las precipitaciones, incrementos en la desertificación,
alteraciones en la agricultura, el calentamiento de la corriente termohalina y el retroceso de los casquetes
polares, incrementando así el nivel del mar y causando inundaciones en las zonas costeras y continentales en
todo el mundo.
Estos gases son químicamente muy estables por lo que pueden permanecer en la atmósfera durante varias
décadas. Las corrientes de aire los transportan hasta la estratosfera donde algunos de ellos se desintegran bajo
la luz ultravioleta. En este proceso de desintegración se liberan moléculas de cloro o bromo, provocando una
reacción en cadena que ocasiona la destrucción de las moléculas de ozono, provocando el agujero en la capa
de ozono.
La causa fundamental de este efecto invernadero es la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera. Éste es
generado principalmente por la combustión de los combustibles fósiles que lo liberan al quemarse. También
los escapes de los vehículos contribuyen al calentamiento de la Tierra..
Una de las consecuencias de este efecto invernadero, es que la diferencia de unos grados de mayor
temperatura, produciría el derretimiento de los hielos polares y el mar se elevaría más de 50 metros.
La deforestación.
La deforestación es la destrucción a gran escala de los bosques por la acción humana. Millones de hectáreas se
degradan o destruyen anualmente. Éstas son taladas o quemadas, aproximadamente el equivalente a la
superficie de un campo de fútbol cada dos segundos. La deforestación avanza a un ritmo de unas 17 millones
de hectáreas al año – el equivalente a una superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte
juntas. Estamos perdiendo los más frondosos bosques tropicales.
Hace 8.000 años habían una 6.000 millones de hectáreas. Desde entonces se ha destruido más de la mitad de la
cubierta forestal de la Tierra. De la 3.000 millones de hectáreas que quedan en la actualidad sólo el 40% son
bosques primarios lo suficientemente grandes para albergar la flora y la fauna originales sin soportar el peligro
de la pérdida de la biodiversidad. Tres países -Rusia, Canadá y Brasil- albergan el 70% de la superficie de este
tipo de bosques.
La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del
bosque. Ambos procesos están vinculados y provocan diversos problemas. Pueden producir la erosión del suelo
y la desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la
biodiversidad, lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la
biodiversidad del mundo.
Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono, pues son los pulmones de la
Tierra. Cuando se destruyen, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera contribuye al calentamiento
global de la Tierra, y esto comporta multitud de efectos secundarios problemáticos.
Varias pueden ser las causas de la destrucción de bosques primarios. Entre ellas se encuentran la explotación
forestal industrial, la minería, la transformación de los bosques en terrenos agrícolas, los incendios, las
inundaciones, la urbanización y la construcción de infraestructuras.
La explotación forestal industrial con fines comerciales representa, con mucho, el mayor peligro para las
fronteras forestales. Gran parte de los bosques que quedan se encuentran amenazados. La explotación forestal
industrial representa por sí sola la mayor amenaza para los bosques primarios que quedan en el mundo.
La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1.950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde
entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la destrucción de zonas forestales
por la vía más difícil, a mano. Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se
duplicaron los últimos años del siglo pasado.
También está habiendo deforestación y degradación en zonas áridas y de montaña que poseen ya una cubierta
forestal limitada y son entornos frágiles, expuestos a la erosión de los suelos y otras formas de degradación, y
donde las comunidades pobres dependen mucho de los bosques para su alimentación, sus combustibles y sus
ingresos. Los bosques higrofíticos tropicales y los bosques tropicales húmedos, que tienen importancia
económica y social local y significación mundial para la conservación de la diversidad biológica y la
regularización del clima, están también experimentando una rápida destrucción. Entre las principales causas de
la degradación forestal en estos países destacan el excesivo acopio de leña, el sobrepastoreo, los incendios y
las malas prácticas y abuso en el aprovechamiento de la madera.
Los problemas que resultan más preocupantes en los países desarrollados son otros. Las principales amenazas
de los bosques son, en este caso, los incendios, las plagas y enfermedades y la contaminación atmosférica. El
empeoramiento de la situación de los bosques debería ser objeto de grave preocupación en Europa y América
del Norte.
La erosión (pérdida) del suelo la provocan principalmente factores como las corrientes de agua y de aire, en
particular en terrenos secos y sin vegetación, además el hielo y otros factores. La erosión del suelo reduce su
fertilidad porque provoca la pérdida de minerales y materia orgánica. La erosión del suelo es un problema
nacional e internacional al que se le ha dado poca importancia en los medios de comunicación masiva.
El agua es un erosivo muy enérgico. Cuando el suelo ha quedado desprotegido de la vegetación y sometido a
las lluvias, los torrentes arrastran las partículas del suelo hacia arroyos y ríos. El suelo, desprovisto de la capa
superficial, pierde la materia orgánica (humus) y entra en un proceso de deterioro que puede originar hasta un
desierto.
El aire y el agua han esculpido la tierra desde que se formó la corteza, los grandes procesos geomórficos han
modificado la superficie terrestre a lo largo de millones de años. Hoy la actividad humana hace su parte y
muchos sitios se modifican por ella.
Nuestro país cuenta con enormes extensiones sometidas a la constante acción del viento y del agua. La
superficie montañosa que ocupa gran parte de nuestro territorio está sujeta a ellos y la severidad de su acción
es alta.
La erosión del suelo también afecta a otros ecosistemas como los ríos, lagos y presas al degradar la calidad del
agua, al alterar el hábitat de la flora y fauna que viven ahí. Si los residuos de suelo contienen plaguicidas y
fertilizantes contaminan el agua. Cuando se eliminan los bosques para construir una presa hidroeléctrica, la
erosión hace que se llene el embalse en un tiempo menor provocando la pérdida de la productividad de
electricidad instalada.
Aunque la erosión es un proceso natural, una cubierta vegetal suficiente la reduce ya que las hojas y los tallos
amortiguan el impacto de la lluvia y las raíces ayudan a mantener el suelo en el sitio.
El riego aumenta la productividad agrícola del suelo pero puede causar la salinización (acumulación de sales en
el suelo) por las sales que contiene el agua o por las que contiene el suelo en suelos semiáridos y áridos. En
condiciones naturales, las precipitaciones pluviales disuelven y arrastran las sales a los ríos y al ser utilizada su
agua para riego provoca la acumulación de sales en el suelo.
Los suelos salinos son menos productivos y llegan a ser inadecuados para la agricultura, ya que provocan el
desequilibrio hídrico en las raíces de las plantas, pierden el agua por el fenómeno de la ósmosis. La mayoría de
las plantas no pueden sobrevivir en esas condiciones y sólo algunos vegetales que se han adaptado a vivir en
suelos salinos pueden tolerar las altas concentraciones de sales y prosperar en dichos suelos. Por ejemplo, el
mangle negro excreta el exceso de sal a través de las hojas.
Desertificación
1. Explotación humana que sobrecarga la capacidad natural del ecosistema, y que propicia el descuido y
abandono de la tierra y la migración de los pobladores.
2. La inherente fragilidad ecológica del sistema de recursos de las tierras secas.
3. Las condiciones climáticas adversas, en particular las sequías recurrentes graves.
La desertificación es un problema ambiental y socioeconómico de alcance mundial que exige especial atención.
Es un proceso específico que se distingue de fenómenos similares, en otras zonas más húmedas del mundo,
porque tiene lugar en condiciones climáticas muy duras y afectas negativamente a zonas con recursos
naturales limitados de suelo, agua y vegetación. La desertificación es un elemento que influye cada vez más en
la degradación ambiental del planeta y desempeña un papel importante en la contaminación del agua, el aire y
el suelo, la deforestación, las pérdidas de suelo y el cambio climático. Contribuye sustancialmente a la pérdida
de la diversidad biológica en el mundo, especialmente en las zonas que son centros de origen de las principales
especies de cultivo como el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz. Aumentará la pérdida de biomasa y
productividad del planeta y contribuye al agotamiento de la reserva mundial de humus, perturbando las
transformaciones biogeoquímicas mundiales. Por último, la desertificación contribuye al cambio climático
mundial aumentando el albedo de la superficie terrestre y disminuyendo la tasa actual de evapotranspiración,
modificando el equilibrio energético en la superficie y la temperatura del aire contiguo, y añade polvo y dióxido
de carbono (CO2) a la atmósfera.
La contaminación en el agua:
El agua no sólo es parte esencial de nuestra propia naturaleza física y la de los demás seres vivos, sino que
también contribuye al bienestar general en todas las actividades humanas. El agua se utiliza mayormente como
elemento indispensable en la dieta de todo ser vivo y ésta es uno de los pocos elementos sin los cuales no
podría mantenerse la vida. Por todo esto el agua ofrece grandes beneficios al hombre, pero a la vez puede
transmitir enfermedades, como el cólera.
El agua que procede de fuentes superficiales (ríos, lagos y quebradas), es objeto día a día de una severa
contaminación, producto de las actividades del hombre; éste agrega al agua sustancias ajenas a su
composición, modificando la calidad de ésta. Se dice que está contaminada pues no puede utilizarse como
generalmente se hace.
Esta contaminación ha adquirido importancia debido al aumento de la población y al incremento de los
agentes contaminantes que el propio hombre ha creado.
Las fuentes de contaminación son resultados indirectos de las actividades domésticas, industriales o agrícolas.
Ríos y canales son contaminados por los desechos del alcantarillado, desechos industriales, detergentes,
abonos y pesticidas que escurren de las tierras agrícolas. El efecto en los ríos se traduce en la desaparición de la
vegetación natural, disminuyen la cantidad de oxígeno produciendo la muerte de los peces y demás animales
acuáticos.
El petróleo vertido en el mar daña gran parte de la fauna y flora.
Contaminantes del agua
1.- Microorganismos patógenos causantes de: fiebre tifoídea, paratifus, hepatitis, disenterías, etc.
2.- Detergentes sintéticos y fertilizantes ricos en fosfatos.
3.- Pesticidas orgánicos como el DDT, aldrín, dieldrín, etc.
4.- Productos químicos inorgánicos como los nitratos, nitritos, fluoruros. arsénico, selenio, mercurio.
5.- Petróleo y sus derivados como el alquitrán, aceites, combustibles.
Contaminada, el agua se convierte en un vehículo de agentes infecciosos como hongos, virus, bacterias,
protozoarios y helmintos, además de sustancias tóxicas como pesticidas, metales pesados y otros compuestos
químicos, orgánicos, que son perjudiciales para la salud.
La contaminación en el aire:
Es la que se produce como consecuencia de la emisión de sustancias tóxicas. Puede causar trastornos tales
como ardor en los ojos y en la nariz, irritación y picazón de la garganta y problemas respiratorios. Bajo
determinadas circunstancias, algunas substancias químicas que se hallan en el aire contaminado pueden
producir cáncer, malformaciones congénitas, daños cerebrales y trastornos del sistema nervioso, así como
lesiones pulmonares y de las vías respiratorias. A determinado nivel de concentración y después de cierto
tiempo de exposición, ciertos contaminantes del aire son sumamente peligrosos y pueden causar serios
trastornos e incluso la muerte.
La polución del aire también provoca daños en el medio ambiente, habiendo afectado la flora arbórea, la fauna
y los lagos. La contaminación también ha reducido el espesor de la capa de ozono. Además, produce el
deterioro de edificios, monumentos, estatuas y otras estructuras.
La contaminación del aire también es causante de neblina, la cual reduce la visibilidad en los parques
nacionales y otros lugares y, en ocasiones, constituye un obstáculo para la aviación.
Es causada por la presencia de xenobióticos (hechos por el hombre) los productos químicos o de otro tipo que
alteran el entorno natural del suelo. Este tipo de contaminación generalmente se debe a la ruptura de los
tanques de almacenamiento subterráneo, la aplicación de plaguicidas, la percolación de las aguas superficiales
contaminadas a los estratos del subsuelo, el petróleo y el combustible vertido, la lixiviación de los residuos de
los vertederos o vertido directo de residuos industriales al suelo. Los productos químicos más comúnmente
involucrados son los hidrocarburos de petróleo, solventes, plaguicidas, plomo y otros metales pesados. La
ocurrencia de este fenómeno se correlaciona con el grado de industrialización e intensidades de uso de
productos químicos.
La preocupación por la contaminación del suelo se debe principalmente a los riesgos que existen para la salud,
desde el contacto directo con el suelo contaminado, los vapores de los contaminantes, y de la contaminación
secundaria de los suministros de agua dentro y debajo de la capa del suelo. La cartografía de los sitios con
suelo contaminado y la limpieza resultantes son lentas y onerosas tareas, que requieren importantes esfuerzos
en la geología, la hidrología, la química y modelos computarizados.