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Fisicos
Fisicos
Autores:
Edwar Rodríguez.
Nick Pino.
Es de carácter importante saber que algunas personas que vivieron hace ya años, en
algún momento de su vida se sentaron a pensar en cosas, por ejemplo máquinas para
hacer que la vida cotidiana fuera más fácil. Ya sea con inventos de o con propuestas de
teorías famosos conocidas hoy en día, estas máquinas evolucionaron. Para convertirse en
objetos indispensables para el uso cotidiano de las personas, o por parte de las teorías
que dieron origen o fueron bases fundamentales a nuevas que están hoy presentes.
Índice.
1) Introducción.
2) Desarrollo.
3) Conclusión.
Desarrollo.
Guglielmo Marconi.
(Bolonia, 25 de abril de 1874 - Roma, 20 de julio de 1937).
Físico e inventor italiano a quien se atribuye el invento de la radio o telegrafía sin hilos. Hijo
de padre italiano y madre irlandesa, cursó estudios en Liorna y más tarde en las Universidades de
Bolonia y Florencia, donde se aficionó a los experimentos con las ondas hertzianas. Hacia 1894
comenzó a investigar la transmisión y recepción de ondas electromagnéticas en casa de su padre
en Bolonia, incrementando paulatinamente la distancia entre transmisor y receptor desde los 30 cm
hasta los centenares de metros.
Ese mismo año se asoció con su primo, el ingeniero Jameson Davis, y fundó la compañía
Wireless Telegraph and Signal Company, Ltd., inicialmente destinada a dar a conocer el aparato y
conseguir soporte económico con el que realizar pruebas y mejoras en su funcionamiento. Más
tarde los objetivos de la compañía derivarían hacia la explotación comercial de la radio, y el
nombre de la misma se transformó, alrededor de 1900, en Marconi's Wireless Telegraph Company,
Ltd.
Marconi y Davis fueron incrementando paulatinamente el alcance de las emisiones
montando los generadores de chispas sobre globos aerostáticos y realizando mejoras en el diseño
de la antena, hasta que en 1899 lograron atravesar los dieciséis kilómetros que separan las islas
británicas del continente. Un año más tarde una emisora montada sobre un barco de la marina
británica logró contactar con una estación terrestre situada a 121 km.
Pitágoras.
(Isla de Samos, 580 a. C. – Metaponto, Italia, 495 a. C.).
Filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido en la isla
de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos jonios Tales de
Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido condenado a exiliarse de
Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se instaló en Crotona, una
colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos, políticos y
filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra
de sus discípulos.
Los pitagóricos asumieron ciertos misterios, similares en muchos puntos a los enigmas
del orfismo. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir alimentos, la
sencillez en el vestir y en las posesiones, y el hábito del autoanálisis. Los pitagóricos creían en la
inmortalidad y en la transmigración del alma. Se dice que el propio Pitágoras proclamaba que él
había sido Euforbo, y combatido durante la guerra de Troya, y que le había sido permitido traer a
su vida terrenal la memoria de todas sus existencias previas.
Entre las amplias investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos se
encuentran sus estudios de los números pares e impares y de los números primos y de los
cuadrados, esenciales en la teoría de los números.
Desde este punto de vista aritmético, cultivaron el concepto de número, que llegó a ser
para ellos el principio crucial de toda proporción, orden y armonía en el universo. A través de
estos estudios, establecieron una base científica para las matemáticas. En geometría el gran
descubrimiento de la escuela fue el teorema de la hipotenusa, conocido como teorema de
Pitágoras, que establece que el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a
la suma de los cuadrados de los otros dos lados.
La astronomía de los pitagóricos marcó un importante avance en el pensamiento
científico clásico, ya que fueron los primeros en considerar la tierra como un globo que gira junto
a otros planetas alrededor de un fuego central. Explicaron el orden armonioso de todas las cosas
como cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico, en una esfera de la realidad
sencilla y omnicomprensiva. Como los pitagóricos pensaban que los cuerpos celestes estaban
separados unos de otros por intervalos correspondientes a longitudes de cuerdas armónicas,
mantenían que el movimiento de las esferas da origen a un sonido musical, la llamada armonía
de las esferas.
Charles Coulomb.
(Angulema, Francia, 14 de junio de 1736 - París, 23 de agosto de 1806)
Físico francés. Su celebridad se basa sobre todo en que enunció la ley física que lleva su
nombre (ley de Coulomb), que establece que la fuerza existente entre dos cargas eléctricas es
proporcional al producto de las cargas eléctricas e inversamente proporcionales al cuadrado de la
distancia que las separa. Las fuerzas de Coulomb son unas de las más importantes que
intervienen en las reacciones atómicas.
Después de pasar nueve años en las Indias Occidentales como ingeniero militar, regresó a
Francia con la salud maltrecha. Tras el estallido de la Revolución Francesa, se retiró a su pequeña
propiedad en la localidad de Blois, donde se consagró a la investigación científica. En 1802 fue
nombrado inspector de la enseñanza pública.
Influido por los trabajos del inglés Joseph Priestley (ley de Priestley) sobre la repulsión
entre cargas eléctricas del mismo signo, desarrolló un aparato de medición de las fuerzas
eléctricas involucradas en la ley de Priestley, y publicó sus resultados entre 1785 y 1789.
Estableció que las fuerzas generadas entre polos magnéticos iguales u opuestos son inversamente
proporcionales al cuadrado de la distancia entre ellos, lo cual sirvió de base para que,
posteriormente, Simon-Denis Poisson elaborara la teoría matemática que explica las fuerzas de
tipo magnético.
William Gilbert.
(Colchester, Essex, 24 de mayo de 1544 – Londres, 10 de diciembre de 1603).
Físico y médico inglés. Fue uno de los pioneros en el estudio experimental de los
fenómenos magnéticos. Estudió medicina en la Universidad de Cambridge, viajó por Europa
durante algunos años y en 1573 regresó definitivamente a Inglaterra, en cuya capital ejerció la
medicina.
Pronto consiguió amplia fama como médico y como científico: en 1589 era uno de los
comisarios encargados de la dirección de la Pharmacopeia Londinensis, obra que no vio la luz
hasta 1618. En 1601 fue nombrado médico de la corte; a la muerte de la reina Isabel (marzo de
1603), su sucesor Jacobo I Estuardo le confirmó en el cargo. Ese mismo año fue nombrado
miembro del Real Colegio de Médicos, pero Gilbert murió poco después. Fue sepultado en
Colchester, donde se le erigió un monumento sepulcral.
Para la posteridad ha quedado sobre todo como un notable astrónomo y físico: fue uno de
los primeros que aceptó en Inglaterra la teoría copernicana. Es notable su obra De mundo nostro
sublunari philosophia nova, publicada después de su muerte por su hermano (Amsterdam, 1615).
En ella, además de defender con vehemencia el sistema copernicano, aventuró como hipótesis que
las estrellas fijas pueden encontrarse a diferentes distancias de la tierra, y no en una única esfera.
Hijo de un albañil, antes de cumplir los tres años de edad aprendió a leer y hacer cálculos
aritméticos mentales con tanta habilidad que descubrió un error en los cálculos que hizo su padre
para pagar unos sueldos. Ingresó a la escuela primaria antes de cumplir los siete años y cuando
tenía diez, su maestro solicitó a la clase que encontrará la suma de todos los números
comprendidos entre uno y cien pensando que con ello la clase estaría ocupada algún tiempo,
quedó asombrado cuando Gauss, levantó en seguida la mano y dio la respuesta correcta. Reveló
que encontró la solución usando el álgebra. Cuando tenía doce años, criticó los fundamentos de
la geometría euclidiana; a los trece le interesaba las posibilidades de la geometría no euclidiana. A
los quince, entendía la convergencia y probó el binomio de Newton. Su genio y precocidad
llamaron la atención del duque de Brunswick, quien dispuso, cuando el muchacho tenía catorce
años, costear tanto su educación secundaria como universitaria.
Cursó estudios en lenguas antiguas, aunque a los 17 años se interesa definitivamente por
las matemáticas. Intentó encontrar la solución del problema clásico de la construcción de
un heptágono regular, o figura de siete lados, con una regla y un compás. Probó que era imposible
y continuó aportando métodos para construir figuras de 17, 257 y 65.537 lados.
Probó que la construcción, con regla y compás, de un polígono regular con un número de lados
impar sólo era posible cuando el número de lados era un número primo de la serie 3, 5, 17, 257 y
65.537 o un producto de dos o más de estos números. Estudió en la Universidad de Gotinga de
1795 a 1798; para su tesis doctoral presentó una prueba de que cada ecuación algebraica tiene al
menos una raíz o solución. El teorema, que ha sido un desafío para los matemáticos durante
siglos, se sigue denominando teorema fundamental de álgebra.
Su tratado sobre la teoría de números, Disquisitiones arithmeticae (1801), es un clásico en
el campo de las matemáticas. Desarrolló el teorema de los números primos. En la teoría de la
probabilidad, desarrolló el importante método de los mínimos cuadrados y las leyes fundamentales
de la distribución de la probabilidad. El diagrama normal de la probabilidad se sigue llamando curva
de Gauss.
El asteroide Ceres había sido descubierto en 1801 y Gauss calculó su posición exacta, de
forma que fue fácil su redescubrimiento. También ideó un nuevo sistema para calcular las órbitas
de los cuerpos celestes. En el año 1807 Carl Gauss fue profesor de matemáticas y dirigió el
observatorio de Gotinga, ocupando los dos cargos hasta el 23 de febrero de 1855, fecha de su
fallecimiento.
En 1907 inició una serie de trabajos destinados a medir la carga del electrón, estudiando
el efecto de los campos eléctrico y gravitatorio sobre una gota de agua (1909) y de aceite
(1912), y deduciendo de sus observaciones el primer valor preciso de la constante "e". Obtuvo
además la primera determinación fotoeléctrica del cuanto de luz, verificando la ecuación
fotoeléctrica de Einstein (1916), y evaluó la constante "h" de Planck.
Recibió por todo ello numerosos reconocimientos, entre los que destaca el premio Nobel
de Física en 1923. Realizó además estudios sobre la absorción de los rayos X, el movimiento
browniano de los gases, el espectro ultravioleta y, en los últimos años de su vida, investigó la
naturaleza de los rayos cósmicos, precisando la variación estacional de su intensidad con la
altitud.
Físico alemán. Descubridor de la ley de la electricidad que lleva su nombre, según la cual
la intensidad de una corriente a través de un conductor es directamente proporcional a la diferencia
de potencial entre los extremos del conductor e inversamente proporcional a la resistencia que éste
opone al paso de la corriente.
Hijo de un herrero, alternó en los años de adolescencia el trabajo con los estudios, en los
que demostró preferencia por los de carácter científico. En 1803 empezó a asistir a la Universidad
de Erlangen, donde hizo rápidos progresos. Primero enseñó como maestro en Bamberg; pero en
1817 fue nombrado profesor de Matemáticas y Física en el instituto de Colonia.
Físico británico, a quien se le debe la teoría mecánica del calor, y en cuyo honor la unidad
de la energía en el sistema internacional recibe el nombre de Julio.
Pero el área de investigación más fructífera de Joule es la relativa a las distintas formas de
energía: con sus experimentos verifica que al fluir una corriente eléctrica a través de un conductor,
éste experimenta un incremento de temperatura; a partir de ahí dedujo que si la fuente de energía
eléctrica es una pila electroquímica, la energía habría de proceder de la transformación llevada a
cabo por las reacciones químicas, que la convertirían en energía eléctrica y de esta se
transformaría en calor. Si en el circuito se introduce un nuevo elemento, el motor eléctrico, se
origina energía mecánica. Ello le lleva a la enunciación del principio de conservación de la energía,
y aunque hubo otros físicos de renombre que contribuyeron al establecimiento de este principio
como Meyer, Thomson y Helmholtz, fue Joule quien le proporcionó una mayor solidez.
En 1840 Joule publicó Producción de calor por la electricidad voltaica, en la que estableció
la ley que lleva su nombre y que afirma que el calor originado en un conductor por el paso de la
corriente eléctrica es proporcional al producto de la resistencia del conductor por el cuadrado de la
intensidad de corriente. En 1843, después de numerosos experimentos, obtuvo el valor numérico
del equivalente mecánico del calor, que concluyó que era de 0,424 igual a una caloría, lo que
permitía la conversión de las unidades mecánicas y térmicas; este es un valor muy similar al
considerado actualmente como de 0,427.
De ese modo quedaba firmemente establecida la relación entre calor y trabajo, ya
avanzada por Rumford, que sirvió de piedra angular para el posterior desarrollo de la
termodinámica estadística. En estos trabajos Joule se basaba en la ley de conservación de la
energía, descubierta en 1842.
A pesar de que en 1848 ya había publicado un artículo refrene a la teoría cinética de los
gases, donde por primera vez se estimaba la velocidad de las moléculas gaseosas, abandonó su
linea de investigación y prefirió convertirse en ayudante de William Thomson (Lord Kelvin), y, como
fruto de esta colaboración, se llegó al descubrimiento del efecto Joule-Thomson, según el cual es
posible enfriar un gas en expansión si se lleva a cabo el trabajo necesario para separar las
moléculas del gas. Ello posibilitó posteriormente la licuefacción de los gases y llevó a la ley de la
energía interna de un gas perfecto, según la cual la energía interna de un gas perfecto es
independiente de su volumen y dependiente de la temperatura.
André-Marie Ampère.
(Francia, Lyon; 20 de enero de 1775 – Francia, Marsella; 10 de junio de 1836)
Michael Faraday.
(Newington, 22 de septiembre de 1791 - Londres, 25 de agosto de 1867).
Científico británico. Uno de los físicos más destacados del siglo XIX, nació en el seno de
una familia humilde y recibió una educación básica. A temprana edad tuvo que empezar a trabajar,
primero como repartidor de periódicos, y a los catorce años en una librería, donde tuvo la
oportunidad de leer algunos artículos científicos que lo impulsaron a realizar sus primeros
experimentos.
Tras asistir a algunas conferencias sobre química impartidas por sir Humphry Davy en la
Royal Institution, Faraday le pidió que lo aceptara como asistente en su laboratorio. Cuando uno de
sus ayudantes dejó el puesto, Davy se lo ofreció a Faraday.
Pronto se destacó en el campo de la química, con descubrimientos como el benceno y las
primeras reacciones de sustitución orgánica conocidas, en las que obtuvo compuestos clorados de
cadena carbonada a partir de etileno.
Joseph Henry.
(Albany, 17 de diciembre de 1797 - Washington, 13 de mayo de 1878).
Joseph Henry, físico americano quien realizó los primeros experimentos de inducción
eléctrica. Hijo de un obrero, Henry tuvo poca escuela y se vio forzado a trabajar desde muy
temprana edad.
Después de estudiar medicina en la Academia de Albany, estudió Ingeniería. Fue profesor
de matemáticas y de física en 1826. Más tarde es profesor de filosofía natural en el Colegio de
Nueva Jersey (ahora Universidad de Princeton). En 1848, llega a ser el primer director del Instituto
Smithsoniano, donde introduce un sistema de predicción climatológica basado en información
meteorológica recibida por el telégrafo eléctrico. Fue también el primer presidente de la Academia
de Ciencias Naturales, posición que mantuvo hasta su muerte en 1878.
Muchos de los experimentos de Henry fueron con electromagnetismo. Improvisó el
electroimán de William Sturgeon y construyó uno de los primeros motores electromagnéticos. En
1830, Henry hace un poderoso electroimán utilizando muchas vueltas de alambre delgado aislado
alrededor de un núcleo de acero. Descubrió el fenómeno de autoinducción pero tardó en
publicarlo, por lo que el crédito fue dado a Michael Faraday. Las contribuciones de Henry a la
ciencia fueron al fin reconocidas: en 1893 la medida del coeficiente de autoinducción en el Sistema
Internacional, el Henrio (H), le debe su nombre.
Max Planck.
(Kiel, Alemania, 23 de abril de 1858 – Gotinga, Alemania, 4 de octubre de 1947).
Físico alemán. Dotado de una extraordinaria capacidad para disciplinas tan dispares como
las artes, las ciencias y las letras, se destacó finalmente por las ciencias puras, y siguió estudios
de física en las universidades de Munich y Berlín; en ésta tuvo como profesores a Helmholtz y
Kirchhoff.
Tras doctorarse por la Universidad de Munich con una tesis acerca del segundo principio
de la termodinámica (1879), fue sucesivamente profesor en las universidades de Munich, Kiel
(1885) y Berlín (1889), en la última de las cuales sucedió a su antiguo profesor, Kirchhoff. Enunció
la ley de Wien (1896) y aplicó el segundo principio de la termodinámica, formulando a su vez la ley
de la radiación que lleva su nombre (ley de Planck, 1900).
A lo largo del año 1900 logró deducir dicha ley de los principios fundamentales de la
termodinámica, para lo cual partió de dos suposiciones: por un lado, la teoría de L. Boltzmann,
según la cual el segundo principio de la termodinámica tiene carácter estadístico, y por otro, que el
cuerpo negro absorbe la energía electromagnética en cantidades indivisibles elementales, a las
que dio el nombre de quanta (cuantos).
El valor de dichos cuantos debía ser igual a la frecuencia de las ondas multiplicada por una
constante universal, la llamada constante de Planck. Este descubrimiento le permitió, además,
deducir los valores de constantes como la de Boltzmann y el número de Avogadro.
Ocupado en el estudio de la radiación del cuerpo negro, trató de describir todas sus
características termodinámicas, e hizo intervenir, además de la energía, la entropía. Conforme a la
opinión de L.
Boltzmann de que no lograría obtener una solución satisfactoria para el equilibrio entre la
materia y la radiación si no suponía una discontinuidad en los procesos de absorción y emisión,
logró proponer la «fórmula de Planck», que representa con exactitud la distribución espectral de la
energía para la radiación del llamado cuerpo negro. Para llegar a este resultado tuvo que admitir
que los electrones no podían describir movimientos arbitrarios, sino tan sólo determinados
movimientos privilegiados y, en consecuencia, que sus energías radiantes se emitían y se
absorbían en cantidades finitas iguales, es decir, que estaban cuantificadas.
La hipótesis cuántica de Planck supuso una revolución en la física del siglo XX, e influyó
tanto en Albert Einstein (efecto fotoeléctrico) como en Niels Bohr (modelo de átomo de Bohr). El
primero concluyó, en 1905, que la única explicación válida para el llamado efecto fotoeléctrico
consiste en suponer que en una radiación de frecuencia determinada la energía se concentra en
corpúsculos (cuantos de luz, conocidos en la actualidad como fotones) cuyo valor es igual al
producto de la constante de Planck por dicha frecuencia. A pesar de ello, tanto Planck como el
propio Einstein fueron reacios a aceptar la interpretación probabilística de la mecánica cuántica
(escuela de Copenhague). Sus trabajos fueron reconocidos en 1918 con la concesión del Premio
Nobel de Física por la formulación de la hipótesis de los cuantos y de la ley de la radiación.
Lee de Forest.
(Iowa, 26 de agosto de 1873 - murió en Hollywood, 30 de junio de 1961).
Albert Einstein.
(Alemania, 14 de marzo de 1879 – Princeton, Estados Unidos, 18 de abril de 1955).
Thomas Edison.
( Milan, Ohio, EE.UU. 11 de febrero de 1847 – West Orange, Nueva Jersey, EE.UU. 18 de
octubre de 1931)