El ser humano es un ente multidimensional que se experimenta a través
de su interacción con el mundo que lo rodea. Su lapso vital acontece debajo del cielo y en ese transitar se desenvuelve activamente, teniendo conciencia o no, con su entorno el tiempo que su biología se lo permita. Esa vivencia finita en extensión temporal pero ilimitada en posibilidades implica necesariamente algún tipo de entendimiento. Se ha de tener un mínimo de conocimiento acerca de la existencia, actos y roles propios, a fin de situarse en el mundo, así como también se precisa la comprensión de lo externo e interno, lo que es un factor crucial para el establecimiento de criterios, que permitan dar cabida al curso y sentido de la vida. Al hacer un ejercicio intelectual encaminado a evaluar palabras distintas tales como valorar, paradigmas, estereotipos, representaciones, modelos, estimar, juicios, entendimiento, conocimiento, concebir, etc., pudiéramos llegar a ciertas intuiciones. Estimar algo es establecer o expresar una opinión de algo o alguien. Considerar algún asunto, por su parte, hace referencia a pensar con mucha atención sobre una cuestión a fin de tomar una decisión. El entendimiento es la información o explicación que se tiene en alguna materia así como también la concepción que se tiene de un asunto alude a la abstracción tenida de algo. Los valores son atributos morales, intelectuales que se aprecian de alguna generalidad. De lo anterior se infiere la existencia de un factor común más o menos constante que subyace en cada uno de los conceptos comentados. Es una entidad, una cualidad, una condición o una sustancia contenida en todo signo (lingüístico o no) y muta adaptándose a los designios de la intención del observador y del contexto u entorno espacio-temporal. Este factor es la esencia fundamental, un agente que permea y da origen, forma y consistencia a todo constructo mental. Tal elemento lleva consigo como rasgo esencial de su identidad: un contenido o noción, asumida por un individuo, que se representa, hace referencia o abstracción de un ámbito de la realidad. Hablamos del significado. El significado – o conocimiento que exige la vida misma para su propia realización - rige la experiencia humana en términos del entendimiento de la propia identidad y todo lo inherente a ésta y la realidad objetiva lo que determina la intencionalidad y naturaleza de los actos humanos. Sin embargo, el ser humano no puede procurarse el cumplimiento de su ciclo vital solo. Precisa de sus congéneres no sólo para tal fin sino que también para reproducirse y transmitir sus genes. Lo anterior implica la convivencia dinámica de un número de seres con aproximaciones no exactamente iguales de una misma realidad, pero con coincidencias propias y necesarias del grupo social y de las cuales se generan infinitas posibilidades de comportamientos colectivos en un orden relativo que propicie la coexistencia. Este conglomerado de pareceres (o verdades individuales) de las masas precisa ciertos criterios de veracidad que permita determinar quién está en lo correcto o en su defecto señalar la ruta para su búsqueda. El estudio sobre cómo conocer, la disciplina que critique, estudie, juzgue, determine el conocimiento se hace imprescindible para la evolución humana y la asegura en la medida que acerque al hombre a los criterios contextuales aceptados (aunque perecederos) como afines a la correspondencia conocimiento – objeto.