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La problemática que surge en estos delitos, como lo son de “cuello blanco” surge a partir de

varios esfuerzos por dar una explicación al fenómeno de la criminalidad de los denominados
poderosos, o de aquellos que ostentan un estatuto mayor sobre todo en el aspecto económico
y que por consiguiente gozan de un poder importante, cuyo autor hizo grandes esfuerzos en
profundizar estos aspectos criminológicos Edwin H. Sutherland, esto surge a partir de otras
teorías en el que su enfoque criminógeno se basaba en que el delincuente solo eran aquellas
personas que no contaban con un estatus económico elevado, y que sobre todo estaban
ubicadas en zonas alejadas, como pueblos, barrios; básicamente la visión que tenia la propia
sociedad antes estas personas.

De modo tal que la Criminología critica, formaba sus postulados en una crítica a la teoría del
etiquetamiento, justamente por esa proyección que parte de la sociedad de estigmatizar a
determinadas personas, en que la propia sociedad generaba una autoimagen para con ellos; es
así que la criminología critica, al plantear este análisis de las teorías del etiquetamiento y de la
subculturas critica, se prevé un carácter desigual del derecho penal, que quiere decir ello, que
los comportamientos criminales cometidos por los poderosos no son considerados como
“delitos” o carece de una estigma o carga social negativa que les permitan sancionar a estas
personas; ya que el foco de atención se basa en la delincuencia callejera.

Ahora con esto también se puede advertir una crítica a la escuela de chicago referida a la
desorganización social, en el que sustentaba que la delincuencia se produce en zonas
determinadas que justamente tienes características particulares, como la carencia de esos
recursos, o que para ser mas estricto el Estado ni siquiera llegaba a ellas, produciéndose un
olvido antes esas personas parte de esas zonas, generándose una estigmatización hacia ellas,
surtiendo una suerte de discriminación. No solo esta teoría debería de dejar atrás, la escuela
clínica, que tenia un perfil ya asignado al delincuente, considerándolo como un delincuente
nato, aquellas personas que poseen ciertas características físicas, donde su mayor
representante es Lombroso, partiendo desde esa premisa, pues al tema en cuestión como son
los delitos de cuello blanco, justamente se produce una critica a la misma, pues actualmente se
observa estos delitos; sin embargo leyendo e investigando al respecto, Lombroso no negaba la
existencia de estos delitos, y que como tal era posible su realización.

Finalmente, para ir terminando la falta de persecución para estos delitos, dada el estigma
social que da la sociedad centrándose prioritariamente en los delitos callejeros, genera un
problema actualmente; pues mientras que personas que a veces no lo tienen todo, buscan
salir adelante, o que mucha veces carecen de oportunidades, esto en la medida a esta
autoimagen creada por la misma sociedad y otras veces por el olvido del propio Estado, hace
preguntarnos, esa desigualdad que observa en el ámbito penal, en el cual los poderosos
muchas veces no reciben un reproche penal. Como señala el gran autor Zaffaroni: “los delitos
de cuello blanco, típicamente sofisticados y realizados con poder al menos económico tenderán
a no ser perseguidos.”.

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