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“SADAKO Y LAS MIL GRULLAS DE PAPEL”

Se trata de una historia real. Sadako vivió desde 1943 hasta 1955. La protagonista es
una niña que vivía en Hiroshima cuando Estados Unidos lanzó la bomba con la idea de
poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Diez años más la joven murió a consecuencia
de las radiaciones de la bomba.
Sadako era una niña llena de vida y con ganas de competir en el equipo de corredores de
su colegio. Su enfermedad comenzó a notarse en su cansancio, pero no por ello cejó en
su empeño por superar su enfermedad y continuar con su vida normal.
Cierto día fue al hospital a visitarla una amiga y le regaló una grulla de papel dorado y
le dijo que la leyenda cuenta que la grulla vive mil años y que aquella persona enferma
que haga mil grullas de papel sanará de su enfermedad.
Sadako se dedicó hasta el último momento de su vida a hacer grullas de papel, no pudo
alcanzar las mil, pero su afán por llegar a la meta y sus ganas de vivir fueron un ejemplo
para los niños japoneses.
Sus compañeros hicieron trescientas cincuenta y seis grullas, las que le faltaron a
Sadako para llegar al millar y poco después de su muerte publicaron un libro con sus
cartas con el título de Kokeshi, el nombre de la muñeca que le regalaron durante su
estancia en el hospital.
Pronto el libro circuló por todo Japón y los niños y niñas recaudaron dinero para elevar
un monumento a Sadako, en el que se ve a la niña sobre una montaña de granito que
simboliza el paraíso y sobre ella una grulla dorada.
Cada 6 de agosto, Día de la Paz en Japón, miles de grullas aparecen a los pies del
monumento junto a la leyenda: “Este es nuestro grito, es nuestra plegaria: que haya paz
en el mundo”

ELEANOR COERR

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