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Conclusiones

Durante la segunda mitad delSiglo XIXla:producción ganadera pampea-

A partir de 1850,la vieja estancia tradicional de inicios de la centuria fue


tornándose una empresa mucho más dinámica, con un uso más racional
de los recursos; hacia fines del período la transformación había sido com-
pleta, sobre todo en los modosy técnicas empleados, en la estructura de la
inversión de-capital y en la calidad y rendimiento de los productosfinales.
Esa evolución vino aparejada, como hemos visto, con diversos y a menu-
do intensos cambios en la orientación productiva de las unidades, fenóme-
no que no era sin embargo nuevo: Garavaglia, por ejemplo, había podido
constatar el vuelco del mular al vacuno hacia el último cuarto del siglo
xvIn por efecto delapérdida del mercado altoperuano. A su vez, el rela-

y más adelante un cambioa favor de razas más orientadas hacia la produc:


ción cárnica, hasta que porfin, en la década final de la centuria, ocurre el
retorno del vacuno motivado por el previo desarrollo de las perspectivas
de la exportación de animales en pie y luego de carne congelada hacia los
mercados europeos. Por otra parte, sobre el cambio de siglo se conforma
la estancia mixta, que habrá de combinar producción agrícola y ganadera
y es ya una eficiente fábrica moderna de alimentos. Ese momento históri-
co, no tratado en este tomo, llevará al auge de la exportación de carnes ba-
sado en el desarrollo del frigorífico e implicará el rápido dominiodel mer-

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cado inglés por parte de la producción cárnica argentina, que habrá de pa-
sar del cuarto lugar en el quinquenio 1895-1899 al primero en 1905.1 Co-
mo puede verse, no es arbitrario que hayamos elegido el año 1895 como
límite del período tratado aquí: es justamente en esa fecha queel tasajo al-
canza el máximo volumen y valor exportado en toda su historia; y es tam-
bién en ese año que los rebaños ovinos pampeanos llegan a su apogeo, con
más de sesenta y cinco millones de cabezas. A partir de entonces ambos
rubros, motores de los impetuosos cambios que había visto pasar la segun-
da mitad delsiglo, entrán en inexorable ocaso.
Esos cambios remarcan la importancia de los encuadres históricos de
largo plazo para resituar más correctamente a los actores y para compren-
der mejor las características de la estructura agraria. Hubiera sido imposi-
ble esperar una eficierite y rápida reasignación de los recursos disponibles
como la que está detrás de semejantes transformaciones si la mayor par-
te de las estancias hubiera sido tan sólo un conjunto de inmensos e ine-
ficientes latifundios de tipo “feudal”. La flexibilidad de adaptación de los
productores pampeanos fue entonces, por un lado, una consecuencia de
estímulos de la demanda ante los cuales se ensayaronrápidas+espuestas; -
pero también fue consecuencia de una racional evaluación de opciones
en cuanto a la oferta de factores, orientada a maximizar el rendimiento
del capital. Es menester recordar que, para poder responder a esa deman-
da, debieron reordenarse y refuncionalizarse los recursos: disponibles, a
.menudo con apuestas de inversión considerables para. laépoca, para el lu-..
gar y para los capitales a que los productores tenían acceso. Á su vez, la
técnica empleada en cada momento histórico parece haber respondido al
estadio de desarrollo de las fuerzas productivas de entonces, y no puede .
ser menospreciada como evidencia de un retraso debido a rigideces en la
- estructura agraria o a la tendencia rentística de un grupo dominante. Si
-todos- estos. factores.hubieran. sido en su momento.tenidos en cuenta,-la---
“visión tradicional de. un agro pampeano dividido entre latifundistas y
--. -gauchos no hubiera:gozado.de tan larga vigencia. -
Si bien'escierto,como recalcaba Edúardo Migúez had
que no parece posible que la simple evolución de la vieja estancia colo-
nial haya desembocado en la producción ganadera moderna,las líneas
porlas cuales se llegó a esta última fueron bastante complejas.? En prin-
--—-- cipio,-la pura desestimación de la tecnología empleada en-la ganadería
previa a 1850, que caracteriza las obras de la historiografía liberal produ-
Y

l Barsky, O. y J. Gelman (2001), pp: 152-3.


2 Miguez, E. (1986).

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CONCLUSIONES LL O c

cidas a partir de esa fecha, no se encuentrajustificada.3 No sólo porquela


sociedad pampeana no se reducía a grandes estancieros, gauchosdíscolos
y cría extensiva de vacunos; dadas las condiciones de producción de la
época, el grado de desarrollo de las vías de comunicación, la oferta-de fac-
tores, el tipo y las formas de la demanda mundial, puede admitirse que
los medios utilizados eran razonablemente eficientes. Debe tenérse' en
cuenta que los avances sobre la frontera fueron abriendo, ya en las pri-
meras décadas del siglo XIX, un vasto campo de desarrollo para las fuer-
zas productivas; aunque favorecidas por una sostenida demanda externa
de productos pecuarios desde hacía bastante tiempo, dentro del abanico
de opciones que se abría para los dueños de capital en la convulsionada
economía rioplatense de tiempos revolucionariosla ganadería concentra-
ba diversas ventajas: la inversión necesaria dependía menos de factores
aleatorios quela agricultura, ofrecía ganancias más rápidas y se constituía
en un resguardo contra la devaluación monetaria que acosó a la econo-
mía bonaerense a partir de la segunda mitad de la década de 1820. Pero
además es necesario considerar que la ganadería era la única actividad co-
“mercialmente rentable en-buena parte de las tierras nuevas,“situadas le-"
jos de los centros de comercialización o de las áreas costeras.
Sobre esto, el desarrollo de los saladeros fue introduciendo cambios
considerables en las formas de organización de la producción ligadas al
vacuno, aun cuando el impacto del tasajo enel valor total exportado no
fuera cuantitativamente muy significativo. .Este sector-se-especializó en.
un nicho de mercado que ofrecía altas ganancias a quien estuviera dis-
puesto a asumir la gran inversión necesaria para ingresar en él, y su man-
tenimientoa lo largo del siglo muestra la continuidad de aquéllas a pesar
de las tenaces fluctuaciones que afectaron los volúmenes vendidos, lógi-
Cas por otra parte al tratarse de una actividad estrechamente ligada a la
evolución de:una, demanda:externa- acotada y muy sometida tantoalla”
competencia de otras zonas productoras como.a ciertos factores de la
oferta local. La"evolucióndel sectorfue mo dese modolaimpor- :
En tancia ylasposibilidadesde r ntabilizar el capital” Lé o
riesgo considerable.
Sin embargo, fue alrededor de la producción ovina que se entró en
procesos de magnitud en lo que hace a la modernización del agro: mien-
tras que en las-décadasfinales de la primera mitad del siglo XIX los reba-
ños de ovejas criollas de los tradicionales campesinos pampeanos se man-

3 Ver por ejemplo Jurado, J. M. (1875): una revalorización de la técnica tradicional en


Brown, J. (2001).

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CONCLUSIONES

ese momento adquirieron relevancia como para volver necesaria la supe-


ración de barreras tecnológicas previas. ,
A través del desarrollo de la inversión en ovinos y posteriormente en
vacunos ocurrió entonces una modificación sustancial del paisaje pam-
peano, con la llegada del alambrado, las nuevas formas de obtención y re-
tención de aguas, el desarrollo de los pastos cultivados,ila redistribución
de las instalaciones de las estancias y la especialización de la mano de
obra; pero también con un acortamiento impresionante del tiempo y de
los costos de transporte por efecto del ferrocarril, el fin de la frontera in-
dígena a través de su aplastamiento militar definitivo, el avance de los
procesos de construcción de una legislación unificada, la creación de un
sistema financiero moderno y de una moneda saneada, la llegada de olea-
das de inmigrantes y la conformación de instituciones y aparatos estata-
les eficientes. .
Todas esas modificaciones nos llevan a considerar el tipo, el papel y la
evolución de los diversos actores sociales. Hace ya tiempo que no es posi-
ble sostenerla vieja tesis de la existencia de una capa dominante de “em-
presarios” ganaderos de carácter retardatario, reacios a la inversión y que
a la vez concentraron en sus manos la mayorparte de los principales fac-
tores productivos. Ese supuesto “monopolio” no existió jamás, ni podría
haberexistido en una sociedad que no era marcadamente jerárquica y di-
ferencial, y en un contexto de desarrollo continuado durante largas déca-
das, centrado no sólo en la satisfacción de nichos. de demanda mundial si-
no además en el pleno aprovechamiento de los recúfsos disponibles,
Pero existen otros fenómenos a tener en cuenta. Por ejemplo, la iden-
tificación de terrateniente y estanciero debe ser revisada. Si bien es cier-
to que existió un conjunto de grandes propietarios de tierras que fue a la
vez el núcleo de la vanguardia innovadora en la producción ganadera, a
lo largo del tiemposurge claramentela importancia deun amplio séctor
“deestancieros, sobretodo de tipo medio, que accedena la tierra a través
delas más diversas formas y en especial bajo arrérlamiento. Esta moda-
lidad cobrará iniportancia ala par del avant ¡dé procesos de apropia-
“ción de la tierra y de suvalorización, entanto posibilitaba destinaruna
mayor proporción del capital disponible para la inversión productiva, que
de otro modo hubiera debido inmovilizarse en propiedad fundiaria.
Mientrasel valor dela tierra fue escaso y el poblamiento precario, la ocu-
pación con o sin permiso, que a veces implicaba una contraprestación en
dinero, bienes o servicios, fue una forma de tenencia que sin dudas supe-
raba numéricamente el arrendamiento formal. Pero una vez en curso la
puesta en valor del área respectiva por efecto de su poblamiento, los con-
tratos comenzaron a formalizarse y a complejizarse, y los cánones sin du--
CT

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da aumentaron. De cualquier forma, hásta finalizar el siglo XIX los valo-


res del arrendamiento continuaron siendo una porciónal parecer bastan-
te reducida del costo operativo, y por otra parte el aumento del precio de
la tierra a lo largo del período no parece haber justificado darle preexni-
nencia como opción de inversión ante la producción ganadera. Además,
aunque hayan existido rentistas que vivieron durante años del producto
de sus propiedades rurales, estas personas no deben ser confundidas con
quienes sí tomaron en sus manos la gestión de la empresa rural, e invir-
tieron en su mejoramiento ingentes capitales.
En ese sentido, cobran relevancia ciertos caracteres de las empresas
agrarias pampeanas que no han sido destacados hasta el presente. Por
ejemplo, hay indicios que apuntan a quela persistente variedad en las for-
mas de acceso a la tierra pudo haber sido una de las precondiciones de la
versatilidad de la producción agropecuaria y de su rápida adaptabilidad a
los cambios de coyuntura, así como una forma de disminuir riesgos. De este
modo, desde el punto de partida colonial, la alta movilidad espacial de la
población,la titulación precaria, la amenaza indígena y otros elementos ha-
brían tendido a favorecer vías de accesoa la tierra distintas de la plena pro-
piedad, opciones que eran convenientes a pesar del bajo precio de aquélla.
Pero incluso cuando, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, el desa-
rrollo de la producción fue implicando aumentos proporcionales en el ca-
pital fijo, el peso del arrendamiento no parece haber decrecido. Por otro la-
do, la práctica del establecimiento de contratos de corto plazo, que ha sido
tradicionalmente vista comounindicio de la inestabilidad de las tenencias,
no significa que debamos admitir que aquéllos no se renovaran a su venci-
miento. Una hipótesis a demostrar, entonces, es que probablemente deba
repensarse la importancia asignada en algunas investigaciones al costo de
la compra de la tierra en el momento de plantearse el ingreso a la produc-
ción rural:si bien los precios de ésta aumentan espectacularmente errel pe-
ríodo -aunque incluso también, en determinadas coyunturas, bajanenfor-
ma sustancial nada nos indica que, en el mediano o largo plazo,.. las.
gananciasdel capitalinve lo: st
“renta en unperíodosimilar si se hubiera optado por la compra de tiérras.4
Parece necesario plantearse entoncesla posibilidad de que, dentro de una
estructura agraria compleja, hayan convivido diversos tipos de productores,
como por ejemplo un sector de vanguardia, dueño de valiosas extensiones
de tierra —por otra parte más valiosas por su ubicación que por su exten-
*

4 Sobre la consideración del costo de la compra de la tierra como factor importante en el in-
greso a la producción ganadera ovina ver Sábato, H. (1989).

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sión—, de planteles de ganado refinado y de capital para invertir arriesgada-


mente en los rubros de punta; otros sectores de grandes estancieros dueños
de propiedades situadas en áreas más lejanas, cuyo ingreso en las pautas
productivas avanzadas fue más lento; y una gran proporción de producto-
res de tipo medio, cuyo limitado capital rendía más invertido en ganado y
en infraestructura que en tierras, para los cuales por lo tanto la opción del
arrendamiento era muy conveniente. A ese panorama habría que agregar
todavía una multitud de otros grupos cuyos casos sería necesario estudiar.
Eneste aspecto resulta relevante también plantearse la importancia de
las variaciones en la calidad de la tierra o en la distancia con respecto a
los nudos de tránsito. En un período de rápido cambio en la infraestruc-
tura, en el costo y en la velocidad de los transportes, el valor de la tierra
se vio considerablemente influenciado por esos factores. De este modo, se
trata de resituar la gran estancia en su contexto histórico: más allá de que
constatemos la complejidad del universo de los ganaderos, la importancia
de las capas medias o la versatilidad en las pautas de acceso a la tierra,
una unidad de producción puede resultar grande o pequeña en función
desu distancia con respecto a los mercados o de su dotación de recursos, |
aspectos todos que se alteraron dramáticamerite en gran parte delárea
pampeana a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. No es ya un se-
creto, por otra parte, que el dominio de un hito tecnológico puede cons-
tituirse, en determinados momentos, en un elemento mucho más rele-
vante para la obtención de ganancias que el simple control de gran
cantidad: detierras: yostbien fue necesario contar con capital abundante
para plantearse lograr ese dominio, es de destacar que para ello hubo que
invertir en forma arriesgada en actividades cuya rentabilidad no estuvo
durante mucho tiempo asegurada.
Ello nos lleva también a otro aspecto importante y que ha sido muy vi-
sitado por. los investigadores: el de la identificación del o de los agentes
* principales de la expansiónganadera pampeanadelsiglo XIX. Ciertos es- *
tudios tradicionales suponían que la demanda externa había sido "el único .
mbios; y-que- los actores,locales. sólo. habrían epresentado
enesedrama un papel púrámente pasivo. Deesaforma, la valorización de
la tierra y de sus productos habría significado la apropiación de una renta
diferencial descomunal por parte de los dueños de esos factores de produc-
ción que también se asume que no cambian en todo el período—, sin una
paralela inversión de fécursós de su parte.5 Visiones menos simplistas co-
mo la de Romain Gaignard añaden otros elementos a la demanda europea

3 Ver por ejemplo Oddone,J. (1967).

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sobre las espaldas de los que sí lo eran el pesodela crisis en su momento


más álgido; esta victoria pírrica les significó el ataque de algunos arrenda-
dores con los cuales la convivencia había sido hasta entonces relativamen-
te pacífica, dado que la productividad del agro posibilitaba buenos ingre-
sos tanto a los productores como a los rentistas.? Es a partir de ese
momento que comenzó a adquirir popularidad la visión según la cual la
burguesía agraria argentina, desde sus orígenes en tiemposcoloniales, no
había hecho más que acumular tierras y esperar que se valorizaran, aun-
que ello les costara cientos de años. Los estudios recientes han mostrado
por el contrario que, en los casos de algunos grandes y representativosli-
najes coloniales que sobrevivieron la crisis revolucionaria y encararon en
algún momento después de ésta la adquisición de tierras, no conformaron
con ellas sino una parte muy minoritaria de su capital hasta al menos la
sexta década del siglo XIX.!0 En efecto, por más que esas familias poseye-
ran en muchos casos cientos de miles de hectáreas, el ínfimo valor de la
tierra en los inicios del siglo XIX implicaba que, por lejos, la mayor parte
de su capital estuviera colocado en otros rubros. De este modo, al basar su
fortuna en las rentas segurasde la propiedadinmueble urbana o. en el co-
mercio, estos empresarios no lideraron nunca el proceso de inversión en
la producción rural, no tomaron mayores riesgos en ella, llegaron tarde al
auge que se produce con el ovino a partir de la cuarta década del siglo XIX,
y recién comenzaron a.adquirir propiedades rurales una vez que la inver-
“sión en ellas supo mostrarse atractiva en el mediano y largo plazo. Se cons-
tituyerón así en usufructuantes del proceso general de valorización pro-
ductiva pampeana a través de una posición menos rentable pero muy
segura: simplemente esperar que las tierras que poseían subieran de pre-
cio. Desdeentonces, su mayor disponibilidad de capital fue un factor en
todo caso concurrente a la valorización de la tierra, pero el carácter de su
inversión: en modoálguno: pretendía transformarlas: enmuy contadosca--
sos asumieron la dirección del proceso productivo, que“dejaron: en manos
d pecialistas; conel correrdel tiemposimplemente selimitaron aobte-
em dineropor medio.del -alquiter-de-esaspropiedades. “De“ese”
modo; si llegaron a acumular lo que en algún momentoparecieron in-
mensas cantidades detierras hasta que las particiones sucesorias y la crisis
de 1929 las fueron desmoronando, sus casos no son en absoluto represen-
tativos del conjunto de los empresarios rurales, cuyas pautas de enrique-
cimiento pasaron por agresivas políticas de toma de riesgo y de inversión

2 Sobre el tema ver Barsky, O. y A. Pucciarelli 1991) pp. 309 y ss,


10 Ver por ejemplo Hora, R. (2002).

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constante, que lógicamente no siempre terminaron en la acumulación de


grandes fortunas, pero que cuando llegaron a ello podían justificarlas con
títulos más adecuados que los de cualquier rentista.
Se plantea entonces la necesidad de encontrar otras respuestas a esos
problemas: cómo se generó el aumento de la porción del mercado mun-
dial captado por la producción ganadera pampeana y qué papel les cupo
en ella a los empresarios agropecuarios del siglo XIX. En ese sentido, es
indudable que uno de los principalesfactores que beneficiaron la produe-
ción pecuaria en esos años fue la expansión de la frontera. Como hemos
visto anteriormente, este hecho volcó a la producción ingentes cantida-
des de tierras, que fueron puestas a disposición de los interesados bajo di-
versos mecanismos formales e informales de posesión. Además, es de to-
do punto evidente que ello contribuyó a mantener constante la oferta del
recurso a bajos precios y posibilitó la expansión de los planteles ganade-
ros a medida que se hacía posible el aumento del stock, descargando las
tierras existentes y sin aumentar los costos de producción. Las necesida-
des de los mercados urbanos, que en la época experimentaron asimismo
una ampliación inusitada, pudieron así ser satisfechas sin presionar exce-
sivamente sobre los Tecursos; y lasnuevas tierras dieron hogar y medios
de progreso a multitud de migrantes llegados desde el interior y desde el
exterior, al mismo tiempo que se hacía posible producir en escala amplia-
da para el mercado mundial.
Pero bien, ¿basta eso para considerar que todala transformación eco-
nómica experimentada por la región pampeana en la segunda mitaddel
siglo XIX se basa únicamente en la expansión de la frontera? Ya se ha di-
cho que la simple reproducción ampliada de la estancia bonaerense tra-
dicional del siglo XVI no bastó para generar un proceso de transtorma-
ción acelerada y de acumulación capitalista en el agro comoel ocurrido a
_partir de mediados del siglo XIX. En el caso de las estancias coloniales de
Entre Ríos, de escala mayor y de orientaciónmásmercantil, el paso po-*
dría haber sido más corto; pero la destrucción causada por las guerrasci-
- viles provocó. unhiato. quesólolograría recomponerse.a.p: E de la.dé=:.
cada de 1830, ya en otras condiciones. - :
En otro orden de cosas y respecto del desarrollo de una explotación
productiva,si bien la producción de tasajo ya desde sus inicios parecía au-
gurar ganancias sustanciales a través de un aprovechamiento más inte-
gral del ganado, y la incorporación de adelantos técnicos significó impor-
tantes inversiones de capital en ese rubro, no es en torno suyo que se
generaron cambios de verdadera magnitud en la producción ganadera. El
tasajo, producido en un puñado deestablecimientos con equipamiento
específico, no podía tener sino un limitado efecto de difusión de las nue-

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vas tecnologías, que por otra parte estaban ligadas a un producto con un
mercado quese iría agotando con el fin progresivo de la esclavitud. Ade-
más, si bien la reinversión ampliaba la escala de las explotaciones, éstas
no poseían la ductilidad que habría de permitir a las estancias de la se-
gunda mitad del XIX cambiar su perfil productivo -de ovino a bovino y
viceversa— aprovechando en gran parte las mejoras introducidas, a fin de
adaptarse ágilmente a los cambios en la demanda mundial. De esta ma-
nera, no caben dudas de que el núcleo inicial del cambio tecnológico se
constituyó en empresas ganaderas lanares, multiplicándose desde los nú-
cleos innovadoresal resto de los establecimientos a medida que se exten-
día el negocio, por otra parte con gran rapidez.
Pero aunque la producción tradicional no fue suficiente para gene-
rar un proceso de modernización económica y social acelerada, debe te-
nerse presente que el auge del lanar fue sólo uno de los factores de acu-
mulación de capital en el siglo XIX. Así, las exportaciones ganaderas
pampeanas crecieron a una tasa sorprendente no sólo en lo que respec-
ta a la lana, sino también con respecto a los cueros, la grasa y el tasajo,
. y luego, como hemosvisto, al ganado vacuno enpie y las carnes. Ese
“crecimiento fue posible “debemos repétirlo—, gracias a la emergencia de
nuevos mercados para nuevos productos, así como a la consolidación de
viejos mercados para productos tradicionales. Por otra parte, todo ese
esfuerzo de conquista, diversificación y a la vez mantenimiento de la
clientela fue llevado a cabo paralelamente-a toda la extensa serie de
cambios técnicos enla producción agraria que:hemosvenidoreseñan—
do y quesignificaron montos de inversión muy considerables; entonces,
es necesario admitir un sustancial aumento de la productividad, que es
también la base de ese éxito en la conquista de una porción más sustan-
cial del mercado mundial. Algunos corolarios laterales de todo esto im--
plican la necesidad de encontrar explicaciones más-complejas para cier=""
..tos fenómenos;por ej “proceso de “yalorizaciónde la tierra:
atribuido por,algunos autores a la simple presión de la especulación —si
«bien. esinn :gable.que.á.cortoplazoéstainfla «variableinte sidad
en él-.-aparece-de-estaforma mucho más ligado, enel mediano y largo
plazo, a un incremento de la demanda vinculado a los aumentos en la
productividad, aun cuando, lógicamente, otros factores como el cons-
tante crecimiento poblacional hayan tenido su parte en ello.*!
Es cierto que ese aumento de la productividad podría habérse debido
también a otros hechos. Por ejemplo, a la política monetaria y fiscal de los

1Miguez, E. (1986).

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ducción y de la productividad de los ganaderos pampeanosal


menos des-
de 1850, y probablemente también desde un poco antes. Hemos visto
ya
la importancia de la inversión en el período; nos queda por ver hasta qué
punto la depreciación de la moneda como fenómeno:estructural
de la
economía pampeana fue capaz de afectar la gestión, las políticas de
inver-
sión y las perspectivas empresarias. En primer lugar, los ciclos
inflaciona-
rios importantes fueron de duración relativamente corta, si bien
todo el
siglo XIX, al menos hasta 1891, estuvo caracterizado porla presenci
a re-
currente de la depreciación del papel moneda. Y si bien los testimon
ios
acerca del vuelco del dinero hacia las actividades ganaderas como forma
de preservar su valor adquisitivo arrecian en los períodosde alta inflación
como la coyuntura 1826-1828- no sería correcto suponer que predomi
-
naron tán sólo en ese carácter durante todo el siglo XIX, o incluso duran-
te todo el ciclo que se cierra en 1852 y que está caracterizado por varios
momentos de alta volatilidad en el valor del peso papel. De esa forma,
du-
rante los años de relativamente baja inflación que corren en la primera
mitad de la década de 1830 y en los primeros años de la de 1840 las in-
versiones en mejoramiento de razas y expansión del rebaño ovino fueron--
significativas: son años donde se importa un número relevante de
repro-
ductores finos, comienzan sus actividades las primeras cabañas, se difun-
den las crías de raza logradas localmente, y se experimenta con nuevos
. métodosde cercado y de obtención de agua. Auscuandola dimensión de
estas innovaciones resulte opacada por la dinámica del cambio de la se-
gunda mitad del siglo XIX, sería muy injustodespieciarlas, ya que cons-
tituyeron un avance manifiesto con respecto a las condiciones tecnológi
-
cas de fines del período colonial.
Tampoco parece conveniente circunscribir el interés en la expansión
del rebaño ganadero tan sólo a las condiciones favorables que se deriva--
=ban-de.la. posibilidad de recibir ingresos en divisas por una actividad cu
“yos costos locales se pagaban en pesos sometidos a fuerte presión: infla
_cionaria..Si.con probabilidad en los momentés de mayor erosión de la
confianzaen los.medios de pago fiduciarios : “sión en bienes ágra-
rios.respondía a la necesidad muy racional de preservar el valor del
capi-
tal, es necesario admitir también que la inestabilidad cambiaria y la
gran
variación de los precios relativos -fenómenos propios de todos los ciclos
inflacionarios- introducían gran incertidumbre acerca de la verdader
a
magnitud de los costos aun en el corto plazo, encareciendo y limitando
el
crédito y funcionando así a su vez como desincentivadores de
las políti-
cas de inversión productiva y de la toma de riesgos de largo plazo. Es cla-
ro que durante esos períodos de oscuridad e incertidumbrelos
ganaderos
podían optar por aumentar el stock, cosa que al parecer hicieron
en los
y

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picos inflacionarios de la primera mitad del siglo XIX. Pero en la segunda


mitad esta actitud tenía consecuencias muy diferentes y un valor muy
distinto: ya no se trataba simplemente de vender cueros de ganado cima-
rrón, sino que la estancia funcionaba ahora con costos fijos más altos y
una inversión de capital que era necesario amortizar. Y es probable inclu-
so que esos factores hayan operado en los casos de las estancias de ovinos
más orientadas al mercado ya desde antes de la mitaddelsiglo.
Por otra parte, la permariente presencia de altas tasas de interés a lo
largo de todoel período es un indicio evidente de que,si bien la licuación
de pasivos que periódicamente traían las devaluaciones beneficiaba a los
tomadores de préstamos, éstos habían debido soportarhasta que esto lle-
gara el pago delas cargas traídas por la propia incertidumbre que la posi-
bilidad de una devaluación había comunicado a la economía y al costo del
dinero, y sin dudas aquéllas fueron muy altas: una tasa de entre el 10 y el
15% anual en pesos papel, sostenida a lo largo de años, puede resultar al
cabo mucho más cara que una tasa del 5 o el 6%, en el mismo período
pero sobre moneda estable. Los muchos testimonios de época en que los
productores defienden el papel moneda y por ende la devaluación de-...
ben engañarnos: probablemente muchosdeellos estuvieran hablando an-
tes como deudores que como productores, y más que nada como produc-
tores endeudados en determinado momento de su propio proceso de
inversión —aquel en que había que pagar los costos—, lo cual explica muy
bien que se hubieran vuelto de repente entusiastas defensores de la licua-
ción de pasivos. Asimismo, etamplio desarrollo del erédito de corto plazo
contrasta con la escasez del de largo plazo, lo cual puede al menos en par-
te ser atribuido al funcionamiento de unsistema financiero incipiente en
las condiciones de incertidumbre que proveía la economía inflacionaria.
Además, parte de los costos se medía en oro dado que los insumos eran
: “importados —alambres, maquinarias, equipamiento,reproductores—..El cos-:..
TTto de mano de obra"tampoco sigue uria evolución descendente en el largo” =
plazo potefecto de las devalvaciones; los salarios, como hemosvisto, inclu-
soparecen aumentarmedi oc'en oro alolargo . de buena parte.del.-períos...
do, por lo que puede decirse que la inflación no significó necesariamente
que aquéllosse vieran retrasados con respecto a la moneda en que recibían
sus ingresos los exportadores, al menos más allá de períodos cortos y espe-
cíficos. En cuanto a los gastos de infraestructura, debe recordarse que se
trataba en buena parte de costos de amortización lenta. En el caso del refi-
namiento bovino, los productores induso no contaron durante mucho
tiempo con ventas en el mercado mundial para sufragarlos con. divisas, da-
do que hasta que fue técnicamente posible enviar ganado en pie y más aún
carnes congeladas y enfriadas la única demanda para su producción era in-
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CONCLUSIONES L b jo 8

terna, y ésta pagaba en pesos papel, sujetos a


depreciación. Por tanto, la va-
riabilidad enla cotización de éstos con respecto al
oro, y sobre todo su pér-
dida de valoren tiempos de alta inflación, podía tambi
én introducir gran-
des factores de incertidumbre en el proceso de inversión, y
aun llevara la
quiebra a productores endeudados en divisas por haberse
equipado en ci-
clos expansivos. ¡
Pero hay otras razones para pensar que los períodos
de alta inflación
no fueron necesariamente favorables a los exportadores
. Las exportacio-
nes argentinas crecieron a una tasa sorprendente duran
te todo el siglo
XIX, pero con grandes variaciones, como hemos visto antes.
Entre 1864
y 1895 de cualquier modo la evolución del comercio exteri
or fue amplia-
mente favorable, a pesar de las crisis de 1866, 1873-1876 y 1890;
pero,
como ocufre usualmente en períodos de alta inversión, los
saldos de la
balanza comercial fueron mayormente negativos, supliéndose
la brecha
con ingreso de capitales. Por otra parte, dado el carácter procíclico
de los
flujos de capital al menos en la historia económica argentina de
la se-
gunda mitad del siglo XIX-, éstos acompañaban los momen
tos de con-
Fianzay de expansiónde las exportaciones, y.se retraían cuand
o decaía la
seguridad en la capacidad de pago del país o cuandolas crisis en los cen-
tros financieros provocaban retracciones en la oferta.
Este crecimiento del comercio exterior es particularme
nte interesante
si lo analizamos más en detalle. En principio, los momen
tos de estabili-
dad cambiaria no parecen haber sido aquéllos en los que menos
se expor-
taba, incluyendoprobables retrasos“enla paridad: entre "1868
y 1876,
cuando rigió como hemos visto antes la convertibilidad del
peso papel y
éste se apreció contra el' oro, las exportaciones aumen
taron desde
29.709.711 pesos oro a 52.009.113, es decir a una tasa del
8,35% anual
contra el 5,9% de todo el período 1864-1884.13 Dado que la evoluc
ión de
las exportaciones ofrecida por las fuentesargentinas para el períod
o pos-'
terior.a 1885 debe ser corregidaporque se basa en derechos fiscales per-
- cibidos en Besospapel a la paridad uno a uno, mientrasque la de merca-
do era sup “hemos optado-porestudiar eselapso atravésde los dátos
-que-aporta Vázquez-Presedo
edo,
, tomados dé estadísticasOficiales de ocho
países principales de destino: Inglaterra, Francia, Alemani
a, Estados Uni-
dos, Bélgica, Italia, España y Holanda.!*

13 Datos en Lestard, G. H. (1931), p. 25. .


14 Vázquez-Presedo, V. (1979), p. 148, Con esos datos hemos :
elaborado el cuadro “Evolu-
ción de las exportaciones argentinas a ocho países principales
según fuentes extranje-
ras, 1881-1895 “(en millones de libras)”, incluido en el Anexo
Estadístico.

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CONCLUSIONES

los datos indican que la pérdida de valor de la monedalocal podría inclu-


so haber jugado un papel inverso al de estímulo a la producción ganade-
ra orientada al mercado externo.
Otra explicación acerca del desarrollo agropecuario pampeano se basa
en la circunstancia de que un país con abundantes recursos naturales que
ingresa a los mercados mundiales goza de una alta productividad deltra-
bajo. Cuando se reemplazaron las gastadas tierras agrícolas europeas por
las americanas, el valorproducido en éstas —aun cuando se pagaran sala-
rios más altos que en Europa- era capaz de soportar precios por debajo
del nivel donde los productos del agro europeo dejaban de ser rentables,
dada la favorable relación recursos naturales/trabajo propia de las feraces
planicies del Nuevo Mundo. De esta forma, los ingresos de los producto-
res pampeanos no disminuían por debajo de la rentabilidad en coyuntu-
ras de descenso de precios que desplazaban del mercado a otros competi-
dores, y fueron capaces de soportar, mientras duró esa abundancia de
recursos naturales, una tendencia secular estable o negativa de los precios
internacionales de los productos primarios. Y si bien es cierto que los pro-
. ductores pampeanos gozabande ventajas comparativas con respecto a los
europeos —de algunas de las cuales, por otra parte, gozan aún-, también
lo es que debieron competir con otros países con ventajas comparativas
similares, como Estados Unidos, Canadá o Australia; y por otra parte, el
esfuerzo adaptativo realizado a fin de lograr la conquista de los mercados
-curopeos, comenzado en una posición de atraso relativo mucho mayor
Con Téspecto a algunas de esas otras economías, no esen modo alguno un
dato menora tener en cuenta. Es más: en un contexto de recurrente ines-
tabilidad institucional, financiera, crediticia y monetaria, puede decirse
incluso que quizá los productores pampeanos estaban en clara desventa-
ja con respecto, por ejemplo, a los norteamericanos o canadienses.
¿2 De:esta maneravan perfilándose otras instancias tomomotores cóncu-
rentes"delaexplicacióndela excelenteperformancede la economía expor-
ora argentina en la segunda mitad del siglo: XIX. Una vez puestas-en
añercha «algunas variables" fundamentales- =eomo-un”“marco instituciónal="
más omenos previsible, una clase política permeable a los reclamosdelos
empresarios, un mercado atlántico de demanda sostenida, todos elementos
necesarios para la concreción de negocios e inversiones pero que no expli-
can su desarrollo acelerado-, la gran expansión de los recursos que posibi-
litó el avance de la frontera se combinó con algunas ventajas puntuales
ofrecidas a algunos prodúctores o a,todos ellos, tales como una baja carga
fiscal directa o un acceso a las tierras nuevas en condiciones ventajosas.
Agreguemnos que en algunos cortos períodos de alta inflación -la cual, por
otra parte, recorre todo elsiglo con más o menos intensidad- las distorsio-
a
7 TR

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“La EXPANSIÓN GANADERA HASTA 1895

taron la producción
nes en los precios relativos y la incertidumbre presen
capital, Pero
ganadera como una opción atractiva entre las destinatarias de
esos factores acceso-
esos motores del desárrollo agropecuario pampeano y
las empresas agro-
rios debierón acompañarse con mejoras en la gestión de
da en-
pecuarias, en un contexto en quela relación de competencia entabla
a de oportu nidade s de ingreso a los
tre productores atentos a la apertur
sus yecinos—
mercados mundiales —y deseosos de aprovecharlas antes que
asiduo a la
generó ansias por diferenciarse de ellos mediante un acceso más
de inversión
información, un máspleno control de los recursos y una tasa
miran con atenció n los avances
en equipamiento mayor. Productores que
rlos,
técnicos desarrollados en el exterior, que envían a sus hijos a estudia
os requie-
que preguntan ansiosamente cuál es el producto que los mercad
vez con
ren, y que se esfuerzan con ahínco por elaborarlo mirando a la
todo ello con
envidia a sus vecinos inmediatos que fueron capaces de hacer
tivo
más rapidez-- constituyen aspectos imprescindibles del paisaje produc
n, al menos en
pampeano en la segunda mitad del siglo XIX, que explica
alcanza dos en la diversi ficació n de mercan cías ofre-
buena parte, los éxitos
cidas y mercadosalos que llegaron.7 0. A
es
La estancia ganadera tradicional de inicios del siglo XIXfue entonc
dad a partir de
tornándose una empresa dinámica, con particular intensi
1850: ese cambio sólo en parte fue debido a factores extemo s: la demanda
os, si bien fue intensa, tambié n fue variable , y la esta-
de productos pecuari
los precios no garanti zaba necesa riamen teretorn os crecientes.
bilidad de
déinte nsidadco n-
De ese modo, los productores debieron asumir riesgos
peligro s físicos: la lucha de
creta, al punto de que incluían a veces graves
da-
fronteras, la posibilidad de una sequía o de unainundación, incluso los
tes en los ciclos de conflic to político del período ,
ños a la propiedad, frecuen
ias las ganan-
se agregaban a las coyunturas de mercado para volver aleator
de:in--
===cias y promover la inseguridad. A la vez, debierorr afrontarel desafío
yertir y producir“apesar de las altas tasas deinterés. quecobraba Una eco-”
alto
“nomía de incertidumbre,.y debieron ser capaces de manejarse.en muy
plazo -pendien do: us-cabez as .*
"grado con recursos erediticios-de-corto
vencimie ntos-, dada la escasez- ynulida ddel -fi--=
la ominosa espada de los
al menos
nanciamiento de largo plazo, que no sería quizá errado atribuir,
de la infla-
en parte, a las propias condiciones de funcionamiento en medio
y la se-
ción. El Estado, además, si bien proclamaba la libertad de empresa
personas , 110 siempre estaba en condicio -.
guridad de los capitales y de las
+

17 Amaral, S. (1998), pp. 287-290.

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CONCLUSIONES | LL 30 0L

nes de sostener en los hechos esas ideas: por ejemplo, cuandolas estancias
se expandían sobre la pampa dominada aún por los indígenas, las necesi-
dades militares de la guerra del Paraguay dejaban por momentoslos esta-
blecimientos más avanzados a merced de los malones. Y si bien -como he-
mos dicho- la fiscalidad estatal puede haber favorecido a algunos sectores
de la economía en algunas coyunturas particulares, y los brotes inflaciona-
rios motivaron, también en momentos específicos, el vuelco de los capita-
les hacia la producción ganadera en busca de preservar su valor, parece cla-
ro que esos elementos no tendrían la entidad suficiente como:para ser las
Únicas causas de la gran expansión que experimentó la ganadería enel si-
glo XIX. Además,la financiación inflacionaria del Estado introdujo gran in-
certidumbre en el escenario económico, encareciendo el crédito y limitan-
do las posibilidades de captación de capital en un momento en que la
inversión se convertía en un factor crucial de la competitividad y del acce-
so a los mercados internacionales,
El rol del Estado como favorecedor de la expansión económica apare-
ce más claro en otras cuestiones. Habida cuenta de la existencia de una
_ demanda mundial, de condiciones productivas favorables y de un costo
— de fletes internacionales en descenso,la inversión estatal en el ensancha-
miento de las fronteras fue sin dudas un hecho capital entre los que po-
sibilitaron una eficaz integración pampeana en el mercado internacional.
Otro aspecto muy importante fue el desarrollo de las comunicaciones,
que uniendo las fronteras a los puertosposibilitar n la explotación eco-
nómica rentable de esas tierras. E a
De cualquier forma, quedarnos sólo con ello nos hurtaría sin embargo
otra faz fundamental del proceso: la habilidad de los productores locales
para manejar los recursos y aprovechar las oportunidades, así como su es-
píritu de empresa y la competencia entablada entre ellos y con respecto a
- otros productoressimilares en paíseslejanos en la lucha porla conquista
“de mercados. Todos esosfueron factoresque hubieranresultado limitados
de no haber ocurridola expansión de la frongera, pero es muchomás pro-
—bable que-ésta-no hubiera servido"de 1 -4qu
performancedéla ganadería pampeana én la”segunda mitad del sigloxx
se debe entonces, sin dudas, a un amplio abanico de razones, dentro del '
cual algunas de ellas pesan lógicamente más que otras; pero en todo caso
el hecho fundamental es la conformación -o más bien el fortalecimiento
y expansión con ritmo aceleradode una burguesía rural entendida como
capa de productores dueños de medios de producción —entre los cuales ne .
figura necesariamente la tierra—, cuya actividad está orientada por el be-
neficio, que miran atentamente al mercado y que incorporan con avidez
la tecnología y los métodos para maximizar esos beneficios. Esos produc-

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y fuentes

dísticas

té Nacional de Geografía (1942), Anuario Geográfico Ar-


suenos Aires.
lo de Buenos Aires (1855a), Registro estadístico del Estado soi
s. Segunda época, N* 3 y 4, BuenosAires, Imprenta del 4

o de Buenos Aires (1855b), Registro estadístico del Estado


s. Segunda época, N* 5 y 6, BuenosAires, Imprenta del

mo Nacional (1898), Segundo censo de la República Argen-


'res, Taller Tipográfico de la Penitenciaría Nacional. 3 y.
cipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (1889), Censo ge-
ión, edificación, comercio é industrias de la Ciudad de Buenos
ido en los días 17 de Agosto, 15 y 30 de Setiembre de 1887,
Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco.
1cia de Buenos Aires (1863), Contribución Directa. Rejístro
Provincia de Buenos Aires con esclusion de la Capital. Año de
Aires, s/e.
icia de Buenos Aires (1864), Estadística de la Aduana de
ño de 1863, Buenos Aires, Imprenta del “Comercio del
187. :

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