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MI PODER SE PERFECCIONA EN LA DEBILIDAD

 2 Corintios 12:1-10 – Lectura de la Biblia.


¿Dónde se perfecciona nuestra debilidad? – EN EL PODER DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO.
Si eres consciente de tu debilidad, eres también humilde y recibes gracia. Así te vuelves
fuerte en Dios, porque su poder se perfecciona en la debilidad.
Y esto mismo provocara en ti el que también huirás de todo y de todos los caminos que te
atraen al mundo y sus deseos, y seguirás la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de
corazón limpio invocan al Señor. (2 Timoteo 2:22).
Timoteo, el hombre de Dios, no se consideraba demasiado bueno para recibir tales
exhortaciones. Él era consciente de su debilidad y recibió gracia de ser un gran siervo del
Señor.
Y además de eso, nosotros como Hijos de un Dios Supremos, tenemos a un sumo
sacerdote que pueda compadecerse de nuestras debilidades, y esta abierto para nosotros.

 Hebreos 4:15 - Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda


compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado.
Ser consciente de tus debilidades con respecto al pecado en la carne no es el final del
camino, ¡al contrario! ¿Sabes de dónde obtener poder? De Dios, y te lo vuelvo a decir de
Dios.
Cuando Jesús le dijo a Pablo que no le quitaría «el aguijón en la carne», él sustentó la fe
de Pablo explicándole el porqué. El Señor le dijo: «Te basta mi gracia, pues mi poder se
perfecciona en la debilidad» (2 Corintios 12:9). Dios determinó que Pablo fuera débil, para
que Cristo pudiera verse fuerte a través de la vida de Pablo.
Si nos sentimos y parecemos autosuficientes, nosotros recibiremos la gloria y no Cristo.
Por eso, Cristo escoge lo débil del mundo «para que nadie se jacte delante de Dios» (1
Corintios 1:29). A veces debilita a los que parecen fuertes, de modo que el poder divino
sea más evidente.
Sabemos que Pablo experimentó esto como gracia, porque se regocijó en ello: «Por tanto,
muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo
more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en
persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte» (2 Corintios 12:9-10).

Vivir por la fe en la gracia de Dios equivale a estar satisfechos con todo lo que Dios es
para nosotros en Jesús. Por lo tanto, la fe no retrocede ante aquello que revela y
magnifica todo lo que Dios es para nosotros en Jesús. Eso es lo que nuestra propia
debilidad y el sufrimiento hacen.

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