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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)

Samuel J. Martland

Cuando el gas pasó de moda: la elite de


Valparaíso y la tecnología urbana,
1843-18631
Samuel J. Martland2
Abstract

The 1850s and 1860s saw the first major wave of technological innovation and
centralization in Valparaíso’s city services. Experiments with new ways of organizing
business accompanied the new technology: A public-private partnership built the first
gas network, while a corporation built the horsecar line. Both ventures were locally
owned, and they helped to establish patterns of service that persisted even after
foreign investors and state agencies came in the late nineteenth century. The rhetoric
surrounding the two projects shows changing ideas about technology and the services
needed in a city. The conflicts among the companies, city councils, and state officials
involved show the difficulty of planning at times of technological change and the
problems that poor planning could cause.

Key Words: Technological Innovation, City Services, Urban History, Valparaíso.

Resumen

La primera ola de innovación y centralización tecnológica llegó a los servicios urba-


nos de Valparaíso en las décadas de 1850 y 1860. La experimentación con nuevos
modos de organizar negocios acompañó a la nueva tecnología: una empresa mixta
pública-privada construyó la primera red de gas, y una sociedad anónima construyó
el ferrocarril urbano. Ambas compañías pertenecían y estaban controladas por per-
sonas de Valparaíso, y ayudaron a establecer patrones de servicio que sobrevivie-
ron aún después de la inclusión de capitalistas extranjeros y agencias estatales al
final del siglo XIX. La retórica acerca de los dos proyectos muestra los cambios en
las ideas sobre la tecnología y los servicios necesarios en una ciudad. Los conflictos
entre las compañías, los concejos municipales y los funcionarios públicos muestran
lo difícil que es planificar en tiempos de cambio tecnológico, y los problemas que
podía causar la falta de planificación adecuada.

Palabras Clave: Innovación Tecnológica, Servicios Urbanos, Historia Urbana,


Valparaíso.

1
Este artículo forma parte de la tesis doctoral del autor, "Southern Progress: Constructing Urban Improvement in
Valparaíso, 1840-1918", sobre la idea y la práctica de la "mejora urbana", que ha contado con el apoyo financiero de la
Universidad de Illinois, EE.UU., la Massachusetts Historical Society, EE.UU. y la Tinker Foundation, EE.UU. El autor
agradece a Gonzalo Cáceres, Ximena Urbina, Joseph Love, Nils Jacobsen, Carl Martland y los participantes del IV
Encuentro Chileno-Argentino de Estudios Históricos e Integración Cultural, Viña del Mar, 2001, por sus comentarios a
versiones anteriores de este trabajo. Las fuentes en inglés y francés han sido traducidas por el autor.
2
Dr. (c) University of Illinois at Urbana-Champaign, 910 So. Webber St., Apt. B, Urbana, IL 61801,
EE.UU., martland@uiuc.edu

Revista eure (Vol. XXVIII, Nº 83), pp. 67-81, Santiago de Chile, mayo 2002

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

 
1. Introducción gías netamente urbanas, como son el ferro-
carril urbano y el alumbrado a gas, forzosa-
mente combina la perspectiva de la historia
Entre 1859 y 1862, dos compañías par-
de las tecnologías con la de la historia urba-
ticulares se disputaron el uso y con-
na. Creemos que ésta es una mixtura impor-
trol de las calles públicas de Valparaí-
tante porque cada perspectiva tiene mucho
so. Los pocos ciudadanos o residentes ex-
que aprender de la otra. Muchos de los servi-
tranjeros que tenían poder o dinero suficien-
cios urbanos que dieron solución a los pro-
te para ocuparse de tales pugnas, se encon-
blemas de ciudades en crecimiento, depen-
traron involucrados en un conflicto entre dos
dieron de algún avance tecnológico; asimis-
facciones locales, cada una de los cuales pro-
mo, muchos adelantos tecnológicos dieron
metía traer progreso a la ciudad y acusaba a
sus primeros pasos en las ciudades. Un es-
la otra de obstruir ese adelanto. Reclamos,
tudio de los tranvías que los conceptualizara
peticiones y respuestas bombardearon los tri-
solamente como tecnología, sin pensar en su
bunales y la Municipalidad; acusaciones anó-
relevancia para la ciudad ni en su atracción
nimas y contrapuestas animaron la prensa.
para los urbanistas, no comprendería su de-
Cada bando se identificó con un diario y con
sarrollo; del mismo modo, un estudio del alum-
uno de los partidos políticos nacionales. Tan
brado público que se enfocara solamente en
sólo veinte años después que la Municipali-
la política municipal, sin considerar las posi
dad había comenzado a pensar en ordenar y
bilidades técnicas disponibles, también se per-
uniformar los servicios urbanos con nuevas
dería de algo importante. En el contexto de
tecnologías que permitieran un mayor con-
este artículo, entendemos que la historia de
trol central de cada servicio, aquella centrali-
las tecnologías incluye no solamente los da-
zación se mancilló con una riña colosal.
tos técnicos, sino también la manera en que
esos datos fueron entendidos y presentados
Lo más notable de la situación es que éste, por quienes pretendían utilizar o excluir cada
el mayor conflicto en todo el siglo diecinueve tecnología. Entendemos que la historia urba-
sobre el uso de la vía pública por empresas na supone tanto el desarrollo económico, po-
particulares que ofrecían servicios públicos, no lítico y social de la ciudad, así como las visio-
tuvo lugar entre la ya establecida Compañía nes de la misma y las herramientas prácticas
de Gas de Valparaíso y la advenediza Com- e intelectuales utilizadas para convertir esas
pañía de Consumidores de Gas, ni tampoco visiones en realidades. De este enfoque, nos
entre la Empresa del Ferrocarril Urbano y los queda claro que las ideas acerca de la tecno-
otros postulantes a concesiones de tranvías de logía y su uso en los proyectos modernizado-
sangre. La disputa fue entre la Compañía res son parte integral de la historia urbana.
de Gas y la Empresa del Ferrocarril Urbano,
que no competían entre sí y que desde nues-
Especial atención le prestaremos a la cen-
tra perspectiva, parecen piezas complemen-
tralización de los servicios urbanos, vale de-
tarias de la modernización urbana. Este con-
cir, a la consolidación de un servicio -como
flicto, o por lo menos su fundamento, podría
el alumbrado- puesto bajo el control de un
haberse previsto si los inversionistas y funcio-
concesionario, contratista o funcionario a ni-
narios hubieran pensado en los futuros usos
vel municipal, con el propósito de eliminar la
de las calles al momento de instalar las cañe-
acción independiente de diversos vecinos o
rías o de dictar las concesiones. Sin embargo,
microempresarios, muchas veces con el ob-
la Municipalidad de Valparaíso no tenía los
jetivo declarado de mejorar el mal servicio o
conocimientos necesarios para tal planifica-
trato brindado por éstos.
ción, y la idea nueva chocó con la antigua.

Las tecnologías basadas en redes de ca-


Este artículo, por constituir un estudio so-
ñerías, rieles, etc., se prestaron muy bien a
bre la discusión y adaptación de dos tecnolo-

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la centralización de servicios y, al parecer, voreciendo al ferrocarril aun cuando éste


fueron entendidos así por la elite de Valpa- amenazaba a aquél. El otro grupo podía ma-
raíso. Esta centralización de servicios avan- nejar una sola tecnología, y ésa le fue sufi-
zaba a la par de las tentativas de centraliza- ciente.
ción del poder político, policial, etc., en la
ciudad, y también a nivel nacional. En Val- El gas, el ferrocarril urbano y el conflicto
paraíso, el poder político local se concentra- entre ellos presentan un caso en que las tec-
ba en las manos de la Municipalidad y del nologías no se impusieron por su propia utili-
Intendente. Este último era presidente de dad, como afirmaban y siguen haciéndolo los
aquélla, así que resulta difícil distinguir los aficionados del progreso, ni tampoco fueron
poderes de cada cual. Sin embargo, nos pa- usadas por una elite unida para su propio
rece que a pesar del gran poder legal del beneficio de clase. Más bien fueron sugeri-
Intendente en ciertos campos, como la poli- dos y utilizados por distintos grupos e indivi-
cía de seguridad y las instalaciones nacio- duos para sus propios fines, creando un tin-
nales, y a pesar también de su gran influen- glado de competencia, conflicto legal y vín-
cia sobre los consejeros municipales respec- culos ocultos entre facciones de la elite y las
to de sus actividades, éstos sí contaban con instituciones que ellas controlaban. Los em-
una amplia influencia. presarios buscaban obtener cuantiosas utili-
dades, pero también lo quería la Municipali-
Desde 1843 hasta 1857 el gas, el primer dad, integrada mayoritariamente por empre-
servicio urbano centralizado propuesto para sarios. La Municipalidad y la prensa espera-
Valparaíso, recibió el apoyo entusiasta de to- ban que el alumbrado de gas reemplazara un
das las autoridades, y también de la prensa. caótico sistema de contratos de uno o dos
Desde 1857 hasta 1863 solamente una parte años por un sistema ordenado con bases fi-
de ese grupo -incluyendo a la mayoría de los jas. Esperaban también que el ferrocarril ur-
consejeros municipales y al más conserva- bano trajera orden y economía al transporte
dor de los diarios de la ciudad- apoyó al fe- local, eliminando el poder de los empresarios
rrocarril urbano, y lo hizo aun cuando la Com- de carruajes públicos y sus cocheros. Espe-
pañía de Gas alegó que éste la dañaría. La raban, además, mejor luz a un precio menor
otra parte del grupo no manifestó interés al- y también mejores calles, pero esta última es-
guno al principio, aunque después apoyó im- peranza, que supuestamente constituía el pro-
plícita o explícitamente a la Compañía de Gas, pósito de las mejoras tecnológicas, resultó
aun contra la Empresa del Ferrocarril Urba- secundaria (para casos análogos en EE.UU.
no. ¿Qué pasó con el apoyo universal al gas ver Schrag, 2000 y Rose, 1995). El conflicto
y a la Compañía de Gas de años anteriores? entre las dos empresas giró en torno del uso
Más aún, ¿qué ocurrió con el entusiasmo del espacio público -en este caso, el espacio
general ante la modernización y el progreso debajo de las calles-, sin tener relación al-
que se manifestó en las conversaciones so- guna con sus bases tecnológicas ni con los
bre el alumbrado a gas? Al parecer, los ban- servicios que ofrecían.
dos en conflicto, es decir, tanto empresarios
como municipales, funcionarios y periodistas, En la primera parte de este artículo ana-
compartían ideas muy semejantes respecto lizo el desarrollo del alumbrado a gas en
del progreso urbano: querían emplear tecno- Valparaíso hasta su inauguración en 1856,
logías e instituciones nuevas en orden a me- en el contexto de la consolidación del po-
jorar el funcionamiento de su ciudad. Sin der municipal y de la evolución de la de-
embargo, en la práctica tenían distintas ma- manda de luz y los acuerdos sobre el gas.
neras de perseguir esa meta. Un grupo favo- Demuestro el entusiasmo de la elite acerca
reció el gas hasta verlo establecido y poste- del gas, el orgullo patriótico y el pronto sur-
riormente cambió bruscamente de idea, fa- gimiento de reclamos tras su inauguración.

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La segunda parte sigue el desarrollo del te la ciudad por las calles principales. Valpara-
ferrocarril urbano hasta su inauguración en íso padeció los problemas de ciudades
1863, en el contexto del anterior sistema de mucho mayores, y requería ciertos servicios
transporte, y la forma y tamaño de la red urbanos -por ejemplo, policía, alumbrado,
vial de la ciudad. Mi análisis de los debates transporte, pavimentos- más allá de lo que
municipales y las reacciones de la prensa, está las frías cifras de población lo indican, y an-
orientado a intentar comprender los tes que otras ciudades de semejante tama-
reclamos de la Compañía de Gas contra el ño. El mismo comercio que impulsó el creci-
ferrocarril urbano. miento urbano trajo algunas soluciones. A
partir de 1840 los vapores de la Pacific Steam
2. Contexto histórico y Navigation Company (PSNC) navegaban ha-
cia Panamá (Fifer, 1998:44) y reforzaban el
geográfico sentido de vinculación con Europa y Estados
Unidos. También trajeron viajeros, libros y dia-
El Valparaíso colonial era una pequeña rios foráneos que, junto con algunos influyen-
población ubicada al suroeste de la bahía del tes residentes extranjeros, sugerían solucio-
mismo nombre, en el lugar posteriormente nes tecnológicas e institucionales a los pro-
denominado el Puerto. Cerros de pendiente blemas de la ciudad.
demasiado fuerte para la construcción arran-
caban desde la misma playa en algunos pun-
3. El alumbrado y el gas
tos, y nunca dejaban más de 200 metros de
terreno relativamente plano. Desde la inde-
pendencia de Chile, Valparaíso y su comer- 3.1. Aprendizaje, demoras y el fracaso
cio crecieron rápidamente. Los totales del capital privado
censales, que si bien no son exactos entre-
gan una indicación aproximada del dinamis- Uno de los problemas porteños fue la os-
mo local, son: 5.317 personas en 1813; curidad de las calles y el temor a los hoyos y
24.316 en 1835; 30.816 en 1843 y 52.413 en a los delincuentes; su solución fue el alum-
1854 (Chile, Oficina Central de Estadística brado público a aceite, y posteriormente a gas.
1858; Chile, Archivo Nacional,1953:217-218). El alumbrado a gas se generalizó en los paí-
ses industrializados en las cuatros décadas
Hacia mediados del siglo XIX, la ciudad posteriores a sus comienzos londinenses en
agotó el pequeño terreno plano en el Puerto 1816. En Chile se estrenó en Copiapó a prin-
y se extendió hacia el este, entrando al área cipios de la década de 1850, y llegó a Bue-
llana conocida como El Almendral. La urbani- nos Aires en el mismo período. Valparaíso, si
zación subió también por algunos cerros y bien no llegó a ser la primera ciudad sudame-
quebradas en forma notable, con la forma- ricana en tenerlo, fue una de ellas.
ción paulatina de un barrio jardín anglo-ale-
mán en los cerros Alegre y Concepción, y la En 1844, la Municipalidad de Valparaíso
concentración de los sectores populares en se decidió a instalar un sistema de alumbra-
las quebradas San Francisco, Santo Domin- do a gas, en el entendido que el gas era "el
go y Arrayán (Vásquez, Iglesias y más decente" de los sistemas de luz, y espe-
Molina,1999:35). La falta de terreno edificable rando costear el alumbrado con un aumento
creó una población muy densa, inusualmente de la "contribución de serenos", la cual costa-
verticalizada para la época (es decir, había ría solamente dos tercios de lo que pagaban
pocos edificios de dos pisos, en lugar de no los residentes por las velas particulares a las
existir ninguno), angosta y larga; todas las que reemplazaría (Chile, Ministerio del Inte-
mercaderías embarcadas o desembarcadas rior, 212:42). Desde ese momento, el alum-
en el puerto tuvieron que cruzar íntegramen- brado a gas fue la innovación tecnológica pre-

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ferida por los intendentes y municipales de la la propuesta original de Cornou, quien iróni-
ciudad. Casi constituía una obsesión, aunque camente proponía precios bastante inferiores
en ese momento la prensa no opinó al res- a los que la Municipalidad terminó pagando
pecto. más tarde. No se entendieron bien. Por ejem-
plo, tenían ideas diferentes de cuánta luz era
Pese al silencio periodístico, algunos necesaria, y en qué horario. Los municipales
regidores le pidieron a Josué Waddington, imaginaban alumbrar la ciudad en promedio
comerciante anglo-chileno, que estudiara la diez horas por noche -las horas más oscu-
posibilidad de instalar un sistema de alum- ras-, y Cornou los trataba de "tontos" por des-
brado a gas. Éste pidió informaciones a In- conocer cuán larga era la noche (Interior
glaterra, donde el gas había iluminado Lon- 203:186-188, 191). Quizá Cornou habría pre-
dres desde comienzos del siglo XIX (Schivel- ferido que las luces ardieran día y noche, pero
busch, 1988:32); aun antes de recibirlas, suponemos que planteaba un arreglo que
Waddington creía que una fábrica de gas -una creía razonable y normal.
señal de progreso y un lujo para los vecinos
ricos- sería económicamente factible sin que Cornou se sintió superior e intentaba exi-
la Municipalidad de Valparaíso pusiera más gir el acatamiento respetuoso de sus dictá-
dinero que el precio anual "de un buen alum- menes. En una carta, se quejó de que "mis
brado" (Interior 212:173). Entre tanto, el go- esfuerzos por iniciar en lo posible a los miem-
bierno local estableció un alumbrado público bros de la comisión en la materia que trata-
a aceite de esperma. Sin embargo, los muni- mos, no han tenido el resultado que había
cipales tenían tanta fe en el gas que revoca- esperado, lo que además explico por la natu-
ron una resolución de comprar "los faroles de raleza especial de la cuestión". Desesperado
reverbero (es decir, con reflectores), que eran porque los municipales insistían en compa-
necesarios para iluminar bien las calles, e iban rar los precios que él proponía con los pre-
contratando el nuevo alumbrado público a cios pagados en Londres, el cual se encon-
aceite de esperma cada dos años, porque traba mucho más cerca de las minas de car-
esperaban la pronta inauguración del gas" (In- bón y tenía grandes economías de escala,
terior 212:173). escribió: "¡Bien! Yo también reconozco Lon-
dres. ¿Saben Uds. cuánto gas consumió Lon-
A pesar de esa esperanza, las primeras dres en 1837? Tomo mis datos de la ciudad,
propuestas concretas para alumbrar la ciu- de la Municipalidad. Consideren un informe
dad a gas sólo fueron hechas en 1848, una que he tenido entre mis manos y del cual creo
por Alejo Cornou, ingeniero francés y empre- no estar ignorante: Uds. encontrarán 56.680
sario itinerante de gas, y otra por Guillermo picos o luces" (Interior 203:193). La Munici-
Cresy, contratista del alumbrado a aceite. Si palidad de Valparaíso pensaba instalar unos
bien la Municipalidad había contratado el 300 ó 400, lo que complicó la aplicación de
alumbrado a aceite con Cresy para centrali- ideas sacadas de algunas lecturas acerca del
zar y mejorar el servicio, ya había entrado en gas en las grandes ciudades de Europa.
disputa con él. Por lo tanto prefirió a Cornou,
probablemente esperando que resultase más A pesar de ser tratados como "provincia-
competente y más cooperador, aunque no nos ignorantes" y "niños atrevidos", la gente
hablara español. de la Municipalidad firmó un contrato con
Cornou en noviembre de 1848, lo que es in-
Los municipales sabían poco del gas, el dicativo de su entusiasmo por contar con
cual, como reiteraban en sus comunicacio- alumbrado de gas (Municipalidad de Valpa-
nes con el gobierno central, era desconocido raíso 16:687). En julio de 1849, el Ministro
en Chile, pero analizaron la situación e inten- del Interior pidió que la Municipalidad in-
taron negociar un acuerdo más ventajoso que formara "acerca de las ventajas, inconvenien-

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tes y gastos que ocasionaría la introducción plió con el contrato entregando terrenos al
del gas solar", otro tipo de gas recomendado norteamericano y pagando los derechos de
por el Ministro Plenipotenciario de Chile en importación sobre sus cañerías y maquina-
Estados Unidos, el que se fabricaba de grasa ria. Wheelwright llegó a tender cañerías, pero
extraída de la basura en lugar del carbón im- no terminó el sistema porque el terreno do-
portado. Pese a la opinión anterior, en la mis- nado por la Municipalidad para la fábrica de
ma sesión en la que fue leído el oficio, el In- gas era todavía fondo de mar y no lo quiso
tendente, representante del Ministro del Inte- rellenar. En 1852 abandonó el proyecto cuan-
rior, opinó que el gas carbónico era mejor para do la Municipalidad se negó a aumentar el
Valparaíso (Municipalidad 16:808-809). La precio del gas de acuerdo con una fuerte alza
Municipalidad nunca expidió el informe soli- en el precio del carbón, y él se negó a acep-
citado, y el gobierno tampoco aprobó el con- tar una cifra que cambiara constantemente
trato con Cornou. Tanto éste como el sistema de acuerdo a la cotización de carbón en Val-
alternativo de gas fueron rápidamente olvida- paraíso (Municipalidad 19:10-11; Municipali-
dos. dad 18:287). Pese a lo anterior, Wheelwright
fue recordado como el pionero del gas en
La siguiente propuesta fue entregada en Valparaíso.
1850 por Guillermo Wheelwright, empresario
norteamericano respetado en Valparaíso por Un poco antes del fracaso final del pro-
sus trabajos con la PSNC. Probablemente ins- yecto, el Regidor José Segundo Sánchez dijo
piraba más confianza. Hablaba castellano, vi- a sus colegas que el público creía que el gas
vía en Valparaíso y ya había traído a Chile la vendría pronto a causa de los trabajos de
navegación a vapor, una tecnología ansiada Wheelwright, y argumentó que "la Municipali-
por la elite porteña. Era además mucho más dad, en cierto modo, ha contraído con el pú-
amable que Cornou. Su proyecto fue aproba- blico una obligación de entregar alumbrado
do en dos semanas por una Municipalidad to- de gas y mejor policía, por el mayor impuesto
davía entusiasmada por el gas. Sin embar- de la contribución de serenos y alumbrado"
go, Wheelwright también discutía con la Mu- (Municipalidad 19:6). Al saber que
nicipalidad acerca de cuánta luz necesitaba Wheelwright no instalaría el gas, propuso una
Valparaíso, pero esta vez los términos del de- sociedad anónima en que la Municipalidad to-
bate se invirtieron. Wheelwright calculó el pre- maría la mitad de las acciones, hasta $30.000.
cio del alumbrado suponiendo que los faro- Con el apoyo entusiasta del Intendente Ma-
les ardieran a media fuerza después de la me- nuel Tocornal, la Municipalidad aprobó esta
dianoche, como se hacía "en Europa y Amé- propuesta el 5 de noviembre de 1852 (Inte-
rica del Norte." Esto provocó "un detenido rior 291:310-311).
debate (...) sobre si la irregularidad de la po-
blación permitiría una disminución tan consi- 3.2. Cooperación pública-privada: La
derable en la luz" (Municipalidad 16:999). La Compañía de Gas de Valparaíso
aprobación del proyecto fue aplazada por
causa de esta duda, pero cuando el Ministro
de Relaciones Exteriores sugirió el gas solar Pocos días después, Buenaventura
de nuevo, el Intendente y la Municipalidad Sánchez propuso que en lugar de una socie-
opinaron que las bases del proyecto de dad anónima, la Municipalidad formara una
Wheelwright eran "más ventajosas, más prac- compañía con él y sus hermanos. La Munici-
ticables y más económicas" (Municipalidad palidad acogió su propuesta sin pérdida de
16:1007-1008). tiempo. Tras cinco meses de diálogo, él y la
Municipalidad firmaron un contrato un tanto
ambiguo bajo el cual las dos partes formaron
La Municipalidad nunca aprobó formal- la Compañía de Gas de Valparaíso; a conti-
mente el proyecto de Wheelwright, pero cum- nuación, la Municipalidad contrató el alumbra-

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do público con esta empresa por 25 años. les del Pacífico[:] Copiapó, Lima, San Fran-
Aplazaron el alumbrado de las quebradas y cisco mismo" (27 de enero de 1853). Después
los cerros -donde, de acuerdo con el de los primeros días del nuevo alumbrado
Valparaiso Herald, "realmente se necesita público, en que "cada noche un nuevo rayo o
más"- para más tarde, es decir, para después planeta viene a iluminar la ciudad", el diario
de ser aplicado el sistema en la parte llana llegó a opinar, que a pesar de la alegría ge-
de la ciudad (Interior 291:432-436; Valparaiso neral, "el sistema hasta ahora adoptado es
Herald, 1 de noviembre de 1853). demasiado oloroso y necesita una reforma, a
la que vendrá a poner el más bello comple-
A partir de enero de 1853, y comentando mento el gas carbónico alimentado con tubos
este proceso, El Mercurio, un importante dia- subterráneos" (2 de febrero de 1853).
rio que había apoyado al gas desde por los
menos 1852, se hizo un entusiasta del alum- El gas exigió una fuerte inversión. En vez
brado de gas. Trató el tema mucho antes que de los 60 o 75 mil pesos contemplados en el
otros, y lo que escribió fue completamente contrato, costó alrededor de $200.000 (Inte-
positivo. En un artículo del 18 de enero de rior 375: 27 de marzo de 1856). Hasta el
1853, El Mercurio opinó que "Valparaíso y la Valparaiso Herald, diario anglófono que el 1
República debe [sic] un reconocimiento per- noviembre de 1853 pronosticó un costo de
petuo por este servicio a nuestra Municipali- $150.000, había errado. Además, la Munici-
dad, a quien felicitamos por ver realizado un palidad pagó $39.119 por el terreno que com-
deseo que la tenía desazonada por mucho pró para entregarlo a la Compañía y que lue-
tiempo". go ésta ocuparía para instalar el gasómetro
(Municipalidad 22:10). Por falta de capitales
3.3. El progreso como orgullo patriótico municipales, los hermanos Sánchez llegaron
a ser dueños de alrededor de los dos tercios
de la Compañía en lugar de la mitad. Sin
Mientras Wheelwright trabajaba, otro em- embargo, la Municipalidad no se desvió de
presario norteamericano, Guillermo Jenkins, su pista.
había empezado a vender "gas portátil", un
líquido que emanaba un gas combustible. El
28 de julio de 1852 El Mercurio informó "con La inauguración del alumbrado a gas car-
gusto" que "muchos establecimientos (...) han bónico constituyó un acto central de las cele-
introducido [el gas, probablemente portátil] braciones de la independencia chilena el 18
con ventajas y economía (...) Nunca tal vez de septiembre de 1856. Tanto la prensa como
sería más favorable que se promoviese la rea- las autoridades la consideraban una señal del
lización de la imaginada empresa de alum- progreso local y nacional, una prueba del éxi-
brar las calles con el gas". Esto indica tanto to de Chile como país independiente. Al os-
el interés público como el apoyo de El Mercu- curecer en la tarde del día 18, "el Sr. Inten-
rio al gas. En enero de 1853, con el tercer (y dente, con sus propias manos encendió el
finalmente exitoso) contrato de gas carbóni- gas, al frente de la casa nueva del Sr. Ed-
co en vías de firmarse, la Municipalidad con- wards; simultáneamente apareció un gran tre-
trató con Jenkins un alumbrado provisorio de cho iluminado", una prueba dramática del
faroles de "gas portátil", para contar con algo poder de la tecnología y de las autoridades (y
de gas. El Mercurio presentó a Jenkins como que exigió varias veces más faroleros que el
el salvador del progreso del alumbrado de servicio corriente del alumbrado). La ceremo-
Valparaíso, quien ofreció sus servicios provi- nia fue explícitamente patriótica: "En medio
sionales para que Valparaíso pudiera "hacer se veía la estrella chilena y dos renglones que
en pocos días una adquisición importantísima decían: Honor a la Ilustre Municipalidad" (El
que le va a dar un timbre más, sobre los mu- Mercurio, 20 de septiembre de 1856). Segu-
chos que la hacen sobresalir entre sus riva- ramente tanto los hermanos Sánchez como

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la Comisión de Rentas de la Municipalidad taba más de $7 por farol al mes, en vez de $5


pensaron también que una ceremonia públi- por el gas portátil, y aún menos por el aceite.
ca sería una fuerte propaganda para el negó- El presupuesto municipal de $281.908 para
cio del gas, pero ese día no lo mencionaron. 1857 incluía $25.000 por el gas y mantención
de los faroles, más $30.626,72 en intereses y
La inauguración ocupó el lugar de honor amortizaciones vinculados a la Compañía de
en las columnas que El Mercurio dedicó a las Gas (Municipalidad 22:183). En 1859, tras dos
festividades. La editorial del 20 de septiem- años de crecimiento del negocio de gas, la Mu-
bre de 1856 ofreció "un voto de gracias, en nicipalidad esperaba ganar solamente $8.000
que concurrirá toda la población, y toda la en dividendos sobre su inversión (Municipali-
República, a favor de la compañía empresa- dad 22:400-401). En 1860, contaba con ganar
ria del gas, [de sus] esfuerzos para inaugurar $21.500 y gastar $48.720 en alumbrado; el
el 18 aquella importantísima mejora, y el com- servicio de la deuda había disminuido mucho,
pleto éxito que ha tenido en sus trabajos (...) a $26.383 incluyendo todas las deudas muni-
Cuando estén terminados, (...) podremos de- cipales, gran parte de las cuales provenían del
cir sin jactancia que no habrá en el mundo gas (Municipalidad 571-580). Sin embargo,
otra ciudad mejor alumbrada que Valparaíso." éste no era el lucrativo negocio ansiado por
los municipales desde las primeras investiga-
ciones de Waddington.
Esto fue una exageración, puesto que los
incipientes barrios de los cerros no recibie-
ron el gas, pero la frase muestra que los por- La Municipalidad continuó negociando y
teños ya se imaginaban en el escenario mun- discutiendo con la Compañía de Gas para
dial, y esperaban mucho de la tecnología. mejorar el alumbrado y disminuir su costo.
La jactancia era intencional. A pesar de la Aunque la Municipalidad, como dueña de un
"grande sensación y general agrado" que tercio de la Compañía de Gas, recibía un ter-
produjo, la primera noche alumbrada mos- cio de las utilidades y tenía un motivo para
tró uno de los problemas que vendrían. El proteger la Compañía, como cliente y repre-
cronista del El Mercurio notó que "el viento sentante de los vecinos quería precios me-
que soplaba con [grande?] fuerza, perjudicó nores en vez de ganancias mayores. El pro-
mucho al efecto que debió producir esta lin- pósito anterior explica la creación de una
da iluminación" (20 de septiembre de 1856). Compañía de Consumidores de Gas para in-
Hay que decir que Valparaíso siempre ha yectar competencia al rubro.
sido una ciudad con mucho viento.
En este contexto, la Municipalidad se en-
3.4. Costos altos, ganancias bajas: La contró con un nuevo sueño tecnológico que
Compañía de Gas de Valparaíso prometía crear una fuente de ingresos muni-
pasa de moda cipales, disminuir sus gastos, mejorar el ser-
vicio público y además, controlar un mono-
polio y sus empleados, quienes con frecuen-
El entusiasmo general por el gas no duró cia eran acusados de tramposos, incompe-
demasiado después de la inauguración del sis- tentes e insuficientemente respetuosos para
tema. Quizá sería mejor decir: el entusiasmo con sus clientes más pudientes. Ya a media-
por la Compañía de Gas duró poco. Para la dos de 1859, la atención de la Municipalidad
Municipalidad y sus miembros, el gas no solu- había cambiado hacia los ferrocarriles urba-
cionó el problema del alumbrado público. Los nos de sangre. Frente a la mudanza de esce-
mismos reclamos de faroles apagados y me- nario, los diarios de la ciudad tomaron posi-
nos luz que la debida continuaron con el gas ciones opuestas; uno apoyando a la empre-
como antes había sucedido con el aceite y con sa de gas y otro a la nueva empresa del fe-
el gas portátil. Además, lejos de constituir una rrocarril, en su campaña contra aquélla.
alternativa económica al aceite, en 1857 cos-

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

4. El ferrocarril urbano mar- estaban llenas de vehículos a pesar de


la prohibición para la circulación de carretas
y recuas de animales entre las 8 de la maña-
4.1. El transporte antes de los tranvías
na y las 4 de la tarde (Interior 212:211). No
por nada la prensa y la Municipalidad se ha-
Con anterioridad a 1859, el servicio de ca- bían estado quejado del servicio de carruajes
rruajes de alquiler brindaba transporte a los públicos y de los daños que éstos hacían a las
pasajeros en Valparaíso. En julio de 1851 una calles desde hacía más de dos décadas.
ordenanza municipal estableció un registro de
todos los carruajes públicos y de sus coche-
4.2. La primera propuesta
ros, y dictó normas sobre su funcionamiento.
La policía debía vigilar el buen estado de los
carruajes y la buena conducta de los coche- El 19 de diciembre de 1857, J. E. Ramí-
ros. La ordenanza estableció también tres cla- rez solicitó permiso para construir un ferroca-
ses de carruajes: aquellos con cuatro ruedas rril urbano a la Municipalidad de Valparaíso.
y con cuatro o más asientos; aquellos con dos La reacción de ésta fue bastante positiva. La
ruedas y con cuatro o más asientos, y los con comisión informante redactó unas bases que
dos asientos. En la primera clase menciona si bien cobraron una contribución y no esta-
los ómnibus, pero no sabemos cuántos asien- blecieron un monopolio, eran favorables a la
tos tenían. Por otra parte, todo el resto de la construcción de la línea (Municipalidad
ordenanza y de los otros datos disponibles 23:387-390). Ramírez y la Municipalidad de-
indica que los carruajes funcionaban más jaron la selección de la ruta exacta para des-
como taxis que como buses. Cada carruaje pués de la aprobación de la idea general por
debía conducir pasajeros a cualquier punto el gobierno central. El mismo 19 de diciem-
entre el Arsenal (en la Plaza de la Aduana) y bre, El Diarioinformó a sus lectores que la
el Estero del Alto (probablemente el estero empresa del ferrocarril de Santiago a Valpa-
que después se llamó de las Delicias, hoy raíso iba a construir un ferrocarril urbano. Tam-
Avenida Argentina), o sea, a lo largo de toda bién escribió que no se trataba de la primera
la extensión de la ciudad, por el precio de un propuesta de este tipo, pero no hemos en-
real (1/8 de peso) o menos por pasajero. contrado otra anterior. Poco importa si El Dia-
Cuando no tenían pasajeros debían cumplir rio había escuchado un rumor falso o si sola-
una ruta fija entre los dos extremos de la ciu- mente se había equivocado de empresario.
dad y no estacionarse más de quince minu- Lo relevante es que deseaba "que a su reali-
tos en las plazas. El número de pasajeros no zación no se oponga obstáculo alguno". Opi-
debía ser superior al número de asientos (In- nó además que ya era hora de contar un fe-
terior 283:19-20). La policía insistía en este rrocarril urbano para evitar el mal servicio, alto
punto. Por ejemplo, en 1855 Alfred Tufts, tu- precio y peligro de los carros y coches de
rista estadounidense, recordó que un vigilan- arriendo. Desde El Mercurio no se registró
te amenazó a su cochero con una multa si opinión al respecto, lo que parece significar
uno de los cinco pasajeros no se bajaba del que para el redactor un ferrocarril urbano no
vehículo (Tufts 34-35). Tanto la carga local hacía falta, sino que ni siquiera constituía una
como la que cruzaba la ciudad desde el puer- noticia interesante. El Mercuriono parece ha-
to, hasta los caminos del interior, o desde el ber criticado los carruajes públicos en esos
comienzo del servicio ferroviario hasta Viña años. Como no percibía un problema, no aco-
del Mar en 1855 -la estación de ferrocarriles, gió su solución. No está claro si el propietario
en Barón- fue cubierta por carros (de cuatro del diario tenía algún vínculo con los dueños
ruedas) y carretas (de dos). Ya en 1844 la de carruajes públicos o si sencillamente no le
memoria anual de la Municipalidad notó que importaba su servicio. Lo que sí está claro es
las calles -en algunas partes de la ciudad que El Mercurio seguía apoyando el adelan-
había solamente una entre los cerros y el to material y tecnológico de Valparaíso.

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
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Mientras negociaba las bases del permi- y quizá por eso trataba la nueva concesión
so con Ramírez, el Cabildo no parece haber con cautela.
dicho mucho acerca de los beneficios para
la ciudad. Las actas testimonian que la pro- 4.3. Oposición de la Compañía de Gas
puesta del ferrocarril urbano era una idea y las disputas con la Municipalidad
nueva que la Municipalidad acogió en un año
en que el gas no mostraba el éxito espera-
do, y en medio de su perpetua crisis finan- La Municipalidad siguiente (1858-1861)
ciera. Aunque un ferrocarril urbano fuese una hizo, en un principio, lo mismo que la ante-
idea nueva, solucionaría un problema anti- rior. En este andar cauteloso contaba con un
guo. Se suponía que con el menor tráfico de extraño aliado: el mismo empresario cuyas
carruajes, las calles no se deteriorarían tan- acciones fastidiosas habían sido de cuida-
to como lo estaban haciendo. Además, la do. En julio de 1859, cuando la Municipali-
empresa debía pavimentar las calles por las dad llevaba un año y medio negociando con
que pasaran sus vías. Dado que desde 1840 Ramírez, el propio Buenaventura Sánchez,
el arreglo del empedrado constituía una part- director de la Compañía de Gas, reclamó por-
ida significativa en el presupuesto munici- que la concesión propuesta para el ferroca-
pal, y que su mal estado era uno de los re- rril urbano carecía de cláusula alguna que
clamos más frecuentes de la prensa y los protegiera la red de gas (Municipalidad
vecinos, esto significaba un aporte importan- 19:93-94). Sánchez no pensaba en daños
te. La magnitud del cambio esperado puede físicos ni en peligros, sino en inconvenien-
entenderse a partir del hecho de que cuan- tes para el funcionamiento y la futura expan-
do el gobierno central iba a decretar una re- sión de la red. Quería prohibir no sólo que
ducción en el costo de las patentes anuales los rieles y durmientes estuvieran en con-
solicitada por seis empresarios de carruajes tacto con las cañerías maestras, sino ade-
públicos, la Municipalidad y el Intendente más que descansaran encima de ellas. De
rogaron al gobierno que no lo cambiara, pero este modo se buscaba cautelar el que la
en el caso de que insistiera, la idea era que Compañía de Gas tuviera fácil acceso para
lo rebajara solamente después que el ferro- realizar reparaciones y renovaciones. Ade-
carril urbano empezara a reparar las calles más, quería garantizar que los durmientes
(Interior 429:17 abril 1861 y 14 noviembre no bloquearan las cañerías pequeñas que
1861). En el futuro la empresa no cumplió se conectaban a cada edificio. Suponiendo
perfectamente con estos deberes, pero en que los durmientes no estuviesen a más de
1862 parecía resolver dos problemas. 30 centímetros bajo la superficie, observa-
mos que las cañerías no estaban muy pro-
fundamente enterradas. Probablemente,
Lejos de ofrecer un subsidio para apoyar cuando Wheelwright y la Compañía de Gas
al ferrocarril de sangre, la Municipalidad aclaró tendieron sus cañerías, nadie pensaba en
que no quería perder rentas. En febrero de ferrocarriles urbanos.
1858, en las primeras y breves bases que dic-
tó para el ferrocarril urbano, resolvió que la
empresa a cargo de éste pagara la diferencia Aunque Santiago contó con un ferroca-
entre los $9.600 que la Municipalidad perci- rril urbano en 1857, Buenos Aires no lo con-
bió del remate de patentes de carruajes pú- siguió hasta 1870. Incluso en Nueva York,
blicos -los taxis y microbuses de la época- ciudad pionera del los ferrocarriles urbanos,
en 1858 y la cantidad que percibiera en cada la primera línea fue construida en los 1830,
año después de que el ferrocarril urbano en- y las líneas del centro de la ciudad sólo des-
trara en servicio (Municipalidad 23:388). Esta pués de 1852 (De Ramón, 1992: 322; Scobie:
Municipalidad sirvió de 1855 a 1858; le tocó 1974:11 y Spann,1981: 289-293). Si bien los
los primeros años del funcionamiento de gas Sánchez habían pensado en una futura com-
petencia para el control del subsuelo, no ha-

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

bían dicho nada, y la Municipalidad no ha- la sanción del proyecto, fueran premedita-
bía anticipado otros usos de las calles. El dos y con el objeto de entorpecer el bien
alcalde José Ramón Sánchez (hermano y jeneral, por estar en contradicción con cier-
socio de Buenaventura Sánchez) no partici- tas miras privadas". Pocos días después (el
pó en el debate municipal cuando se discu- 30 de noviembre de 1859, y el 1 y 3 de di-
tió el reclamo por "considerarse implicado" ciembre de 1859), se publicó un largo y ne-
(Municipalidad 23:722). La Municipalidad citó gativo resumen de la historia de la Compa-
a Buenaventura Sánchez y a Ramírez para ñía de Gas firmado por un tal J.E.R., que muy
discutir el asunto en una sesión municipal, probablemente fuese el mismo Ramírez. El
pero Sánchez no asistió (Municipalidad 2 de agosto de 1859 El Comercio citó la opi-
23:725). Las Actas no indican si algún muni- nión del ingeniero en jefe del ferrocarril de
cipal -incluido el mismo alcalde Sánchez- Santiago y Valparaíso, el cual afirmaba que
aceptó el reclamo de B. Sánchez, pero en la vía férrea protegería a la cañería maes-
todo caso ese reclamo fue enviado a una tra, y agregó que en todo caso solamente
comisión y no significó un obstáculo al avan- tres cuadras de línea férrea estarían encima
ce de la propuesta. de ésta. Este conjunto de artículos muestra
que El Comercio no sólo estaba a favor del
Entre noviembre de 1859 y octubre de ferrocarril urbano, sino en oposición a la
1860, la Municipalidad se negó a conside- Compañía de Gas. Con todo, queda claro
rar la propuesta de Ramírez porque éste no que El Comercio no rechazaba el gas, sino
quería aceptar una nueva cláusula que die- más bien a la compañía que lo producía.
ra a la Municipalidad el derecho de com-
prar el ferrocarril urbano en un 75% de su 4.4. Apoyo de la Municipalidad y
valor tasado, una vez terminado el contrato disputas con la Compañía de Gas
(Municipalidad 23:790-791). La mayoría de
las concesiones de servicios urbanos, tan- En octubre de 1860 Ramírez lo intentó de
to en Valparaíso como en otras ciudades, nuevo, aceptando las condiciones de la Mu-
tenían una cláusula semejante. Tal previsión nicipalidad. "Después de un sostenido deba-
podría frenar monopolios o bien crear una te durante el cual se trajeron a la vista todos
renta municipal, y en este caso ni los pro- los antecedentes del asunto", la Municipali-
pios municipales parecen haber sabido bien dad acordó unánimemente seguir discutien-
qué querían. do las bases detalladas que había dejado en
noviembre de 1859; desechó por siete votos
El 18 de noviembre de 1859, El Comer- a uno una moción de hacer que la Municipa-
cio argumentó a favor de la idea de un ferro- lidad pudiera comprar el ferrocarril en sola-
carril urbano. Sostuvo que tal ferrocarril ba- mente "un 50% sobre el valor de tasación",
jaría el costo y mejoraría la comodidad del dejando el precio en un 75% del valor total de
transporte tanto de carga como de pasaje- las acciones de la empresa cuando la com-
ros dentro de la ciudad. El matutino expresó prara la Municipalidad (Municipalidad 26:175).
que el público había apoyado la idea desde En dos semanas la concesión del ferrocarril
el principio. La Municipalidad había votado urbano fue aprobada.
unánimemente en favor de considerar otra
propuesta de ferrocarril urbano, la de Enri- Sánchez reclamó. En noviembre de 1861,
que López. Sin embargo, El Comercio criti- cuando la Empresa del Ferrocarril Urbano
có duramente "la poca atención que la I. pidió a la Municipalidad ciertos cambios en
Municipalidad parece haber prestado a los la concesión, Sánchez quiso que la Munici-
proyectos de ferrocarril urbano". No mencio- palidad aprovechara la oportunidad de exi-
nó a la Compañía de Gas, pero sugirió que gir las garantías que quería la Compañía de
"esas demoras e inconvenientes puestos a Gas. El Procurador Municipal encontró que

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

"es una pretensión sin fundamento razona- que también entorpecen los trabajos de la
ble el querer que no se lleve adelante" el fe- nueva Empresa de [Consumidores de] Gas".
rrocarril urbano (Municipalidad 19:105). Y en Sostuvo además que la participación muni-
febrero de 1862 la Municipalidad firmó un cipal en la Compañía de Gas había sido el
convenio con la Empresa del Ferrocarril Ur- resultado de "cálculos erróneos y seducto-
bano para la coexistencia de las dos empre- ras ganancias", y que la porción municipal
sas (Municipalidad 19:149-152). Al hacer de las utilidades del gas ni siquiera alcanza-
esto actuaba "como socio de la Compañía ba "a satisfacer los intereses de los capita-
de Gas", lo cual fue un acto hipócrita, pues- les que tiene invertidos" (este era el caso
to que había resuelto que los Sánchez no hasta 1859, pero la ganancia municipal nun-
podían actuar independientemente como ca alcanzó a pagar los intereses y el alum-
socios ni directores de la Compañía de Gas. brado, como había sido prometido). El alum-
El convenio siguió la forma básica del regla- brado resultante, señaló, costaba casi el
mento propuesto por Sánchez, pero incluyó doble que el de Santiago, y constituía, se-
unos resquicios que protegían algo menos a gún afirmó irónicamente, "un lujo de alum-
la red de gas. Por ejemplo, Sánchez había brado, desconocido aun en las ciudades mas
pedido que fuera prohibido que los rieles opulentas, colocando las lámparas a una dis-
"gravitar[an] sobre la cañería maestra de la tancia de treinta y seis varas en las calles
Empresa"; sin embargo, el convenio permi- angostas y más de cincuenta en las anchas".
tió que en casos excepcionales lo hicieran, En cambio, expresó, el ferrocarril urbano
entregando "previamente la designación de ofrecía servicios útiles a la ciudad sin ningu-
esos puntos" a la Compañía de Gas. Aun- na inversión municipal. Esto último, al me-
que los durmientes nunca debían estar en nos, era verdad, porque la Empresa del Fe-
contacto con la cañería, "en aquellos puntos rrocarril urbano no pidió ni recibió capitales
en que no fuese posible dejar el espacio [re- municipales.
glamentario], se podrá en tales casos poner-
los sobre los servicios y ramificaciones y sin 4.5. Inauguración y críticas
perjuicios de éstos." Este acuerdo se refiere
solamente al funcionamiento de las cañerías
y no a sus roturas, pero más o menos al mis- El ferrocarril urbano de Valparaíso entró
mo tiempo los abogados de las dos empre- en pleno servicio el 28 de marzo de 1863,
sas reconocieron que de este modo el ferro- después de algún tiempo de marcha blanca,
carril urbano podría causar más filtraciones mientras la empresa y la Municipalidad arre-
de gas, (El Tiempo, 25 de febrero de 1862). glaban el problema de la calle de la Aduana
Sin embargo, no se pretendió disminuir el en el Puerto, que era demasiado angosta.
peligro de incendios o explosiones, sino tan La única ruta cruzó la ciudad desde la esta-
sólo pagar el mayor costo que pudiera sufrir ción de ferrocarriles hasta la antigua adua-
la Compañía de Gas. na, sirviendo así a casi toda la parte plana
de la ciudad; un área más o menos igual a la
cubierta por los carruajes públicos. No tene-
El 25 de febrero de 1862, pocos días des- mos el horario de los viajes, pero cálculos
pués de acordadas estas bases entre la Mu- básicos entregan un promedio de un carro
nicipalidad y la Empresa del Ferrocarril Ur- cada 3.3 minutos entre las 7 de la mañana y
bano, Ramírez publicó una comparación de las 9 de la noche, con dos carros por hora
las dos empresas en El Tiempo. Sostuvo que hasta la medianoche y uno por hora después
los Sánchez en realidad "se oponen al esta- (cálculos del autor a base de cifras en Pinto
blecimiento del ferrocarril urbano, no porque 1987, 52, y de la concesión municipal al Fe-
realmente crean que los árbitros propuestos rrocarril Urbano impresa en El Tiempo del
por el Directorio para evitarles hasta los per- 10 enero de 1862). Probablemente en reali-
juicios imajinables son ineficaces, sino por- dad había más carros en las horas altas y

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

menos en las horas bajas. El viaje parece Así como con la Compañía de Gas, los
haber demorado unos treinta minutos de un problemas no tardaron mucho en surgir en-
extremo a otro de la ciudad. A las dos de la tre la Empresa del Ferrocarril Urbano y la
tarde, los 25 carros empezaron a hacer el Municipalidad; aquélla tampoco proporcionó
circuito completo de la ciudad, embandera- rentas a esta última. Unos años después, la
dos y con dos bandas de música en los te- memoria anual de la Municipalidad incluyó
chos. El Tiempo, desafortunadamente para la noticia de que "la Ilustre Municipalidad no
los historiadores, cesó de imprimirse antes ha entrado aún a percibir el tanto por ciento
de esa fecha, pero podemos imaginar sus de las utilidades que le corresponden desde
elogios exultantes. El Mercurio, en cambio, hace ya tiempo, según el contrato respecti-
informó sencillamente sobre los pormenores vo, a consecuencia de ciertos litijios pendien-
del evento con cinco párrafos breves en su tes" (Municipalidad, 13, fj 63). En los años
número del 30 de marzo de 1863. Un con- siguientes, el ferrocarril urbano se convirtió
traste fuerte si lo comparamos con la patrió- en un monopolio odiado y la Municipalidad
tica alegría exhibida durante la inauguración planteó la idea de autorizar nuevas empre-
del gas en 1856. Ni siquiera aprovechó la sas con rutas paralelas para traer compe-
oportunidad de mencionar que la ciudad se tencia y controlar la empresa original.
había visto moderna ante el mundo, aunque
una de las bandas de música que participa-
5. Conclusión
ron en el acto fue la de la fragata de guerra
británica Sutley.
En Valparaíso, entre 1843 y 1863, estas
dos innovaciones tecnológicas ofrecieron
El Mercurio no cambió de opinión ante el
renta municipal, lucro particular, orgullo pa-
flamante servicio. Incluso después del co-
triótico y mejor servicio público. Así, fueron
mienzo de las operaciones del ferrocarril ur-
presentadas por sus promotores como gran-
bano, mantuvo su oposición. Emitió una se-
des mejoras, de carácter casi universal, opi-
rie de críticas menores y también algunas
nión que las autoridades y la prensa com-
mayores. El 6 de abril de 1863, por ejemplo,
partieron al principio, pero que muchos des-
reportó la muerte de un marinero borracho,
echaron cuando las innovaciones no solu-
aplastado por un carro en la calle de
cionaron inmediatamente todos los proble-
Cochrane. Aunque el cronista escribió que
mas que habían pensado resolver. Cada in-
"el único culpable fue el mismo marinero, que
novación tecnológica parecía presentar una
caminaba en un estado (...) de ebriedad", sus
manera fácil de mejorar problemas moles-
palabras no exoneraron el ferrocarril urba-
tos sin atacarlos directamente: más conve-
no. Siguen con chocante detalle: "Al pasar
niente resultaba crear un nuevo medio de
el carro perdió su equilibrio y cayó sobre los
transporte que ordenar el que ya existía, por
rieles, pasándole las ruedas del coche por
ejemplo. Esto no significa que las nuevas
el pecho y una parte del rostro, sin que el
tecnologías no fuesen superiores, como tam-
cochero pudiera detener los caballos a tiem-
poco que dejaran ser vistas como mejoras,
po, porque también se lo impidió el descen-
sino solamente que uno de sus grandes
so que tiene la calle de Cochrane, a partir
atractivos era que sus inconvenientes mu-
de la del Cabo. Sea por angas o por man-
chas veces no eran obvios. También se tra-
gas, lo cierto es que ya van tres desgracias
taba de empresas nuevas, carentes aún de
lamentadas" [cursiva en el original]. El Mer-
un lugar al interior de las facciones políticas
curio siguió criticando al Ferrocarril Urbano
y económicas que se disputaron el control
durante toda la década de 1860, pero den-
político y económico de la ciudad, y con las
tro de un contexto de apoyo al adelanto ma-
cuales la Municipalidad y los consumidores
terial de la ciudad en general.
podían esperar tener mejores relaciones.

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

A pesar de las grandes expectativas, la Otra falencia de muchos estudios exis-


Municipalidad obtuvo poco dinero de estos tentes en historia urbana en Latinoamérica,
dos proyectos. Los problemas que se inten- y particularmente en las obras de historia-
taba solucionar no desaparecieron y surgie- dores angloparlantes, es que suelen enfo-
ron nuevas dificultades. Las expectativas de carse en los grandes proyectos de remode-
la elite respecto de su ciudad aumentaron; si lación urbana y en la inversión extranjera.
bien el gas dio mejor luz que el aceite y los Investigadores dependentistas observaron el
tranvías eran más cómodos que los coches, desarrollo urbano en el contexto del poder
después de pocos años se quería todavía más económico extranjero. Muchos post-moder-
luz y mayor comodidad. Sin embargo, la ma- nistas y post-colonialistas interpretan la mo-
yor parte de la elite siguió esperando que el dernización urbana como un proceso de
próximo proyecto sí funcionaría. europeización forzada. Otros investigadores,
ligados a otras teorías, o bien eclécticos,
Este proceso no terminó con la apertura quieren entender sin embargo la historia ur-
del ferrocarril urbano, sino que siguió hasta bana dentro de grandes procesos y redes
por lo menos entrado el siglo veinte. Tal como internacionales. Eso dirige su atención al
el gas y el tranvía de sangre, todos los pro- período después de 1870 ó 1880, cuando la
yectos de agua potable, incluso el definitivo intervención europea y los proyectos esta-
de Lago Peñuelas en la década de 1890, y el tales de renovación comenzaron.
sistema de desagües en los años de 1880 y
1890, fueron presentados, discutidos y en Es razonable conectar la historia urbana
muchos casos criticados después de conclui- a los grandes procesos internacionales que
dos, hasta que alrededor de 1895 la Munici- definen muchos de los debates actuales de
palidad adoptó la idea de licitar una conce- la historiografía y de la política nacional e
sión de luz y tracción eléctrica, a fin de elimi- internacional. Dentro de este esquema, tam-
nar los odiosos monopolios de la Compañía bién es razonable estudiar la internacionali-
de Gas de Valparaíso y la Empresa del Fe- zación de la infraestructura urbana en Lati-
rrocarril Urbano. noamérica en los años de 1870-1930. Sin
embargo, comenzar entonces, sin conside-
Muchos han estudiado los servicios urba- rar lo que ocurrió antes, significa perder el
nos desde una perspectiva económica o so- poder de explicación de varias décadas de
cial, considerándolos como ejemplos de in- experiencia latinoamericana con el urbanis-
versión extranjera, de conflictos laborales y mo y la tecnología urbana. Esa experiencia,
de organización socio-política urbana. Estas adquirida sin la masiva intervención estatal
perspectivas son válidas y permiten pregun- y extranjera de fines del siglo XIX, formó
tas importantes. Sin embargo, también es ideas y hábitos que perduraron después de
necesario analizarlos como fenómenos tec- 1870. En Valparaíso, los primeros pasos de
nológicos. Este estudio tiene como base teó- la modernización tecnológica de la infraes-
rica la idea de que la discusión de la tecnolo- tructura de la ciudad fueron tomados por
gía y su uso constituye uno de los procesos chilenos y extranjeros residentes en Valpa-
centrales del urbanismo y de la historia urba- raíso, con capitales chilenos y con una mez-
na, y de que con frecuencia las tecnologías cla de ideas extranjeras y locales. Fue así
urbanas son importantes para el estudio del en por lo menos algunas otras ciudades del
cambio tecnológico en general. El caso de Val- continente. En este sentido, sugerimos que
paraíso demuestra la verdad de este propó- el entendimiento histórico de las ciudades y
sito. Por eso, como señalábamos en la intro- la tecnología latinoamericana se beneficia-
ducción, este artículo combina las perspecti- ría de un análisis histórico que comenzara
vas de la historia urbana y de la historia de más temprano que lo común.
las tecnologías.

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Cuando el gas pasó de moda: la elite de Valparaíso y la tecnología urbana (1843-1863)
Samuel J. Martland

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