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ESCUELA DE CIENCIAS ECONOMICAS.

Nombre: Danny.

Apellido: Monegro Olaverria.

Matricula: 201906834.

Facilitador: María Eugenia Henríquez.

Asignatura: Español II.

Fecha: 30/10/2020

Unidad 6.
Introducción.

En esta unidad nos proponemos examinar cuáles son las características de


aquellos textos orales, que por su pertinencia en el mundo académico,
social o profesional, son usualmente parte de la vida de estudiosos e
investigadores, así como de un público ávido de información relacionada
con la ciencia, la tecnología, las artes o la cultura en general.
Investiga sobre la esquematización y conceptualización de un debate,
una mesa redonda, una exposición, un panel y una conferencia, elabora
una síntesis del resultado de la indagación.

El Debate.

El debate es una técnica tradicional de comunicación oral, en la cual se


discute un tema controversial. La condición para debatir un tema viene
dada por los distintos puntos de vista que acompañan a otras tantas
posiciones antagónicas en torno a un problema de interés público. Con
este tipo de comunicación no se pretende aportar soluciones, sino
exponer argumentos diferentes para que la audiencia a quien va dirigida
pueda tener una información sólida respecto al tema debatido.
En el debate no se trata de imponer una opinión, sino de tratar de
convencer con argumentos y contrargumentos que hay una alternativa
idónea. Por eso, escuchar con atención la posición del otro es
fundamental para responder inteligente y adecuadamente. El participante
tiene que ser conciso y concreto al hablar, y, sobre todo, respetuoso de la
opinión del contrincante. El auditorio imparcial condenará cualquier tipo
de ofensa o indiscreción de alguno de los contrincantes desvalorando los
conceptos que emita.
Concurren al debate además de los debatientes, un moderador, un
secretario y el público que participa. El moderador es quien determina el
esquema de trabajo- que puede ser un cuestionario- y es quien anuncia el
tema y describe la actividad. También da instrucciones a los participantes
sobre la forma de conducirse durante la discusión. Toda vez que es vital
arribar a conclusiones, el secretario se encarga de filtrar la información
esencial.
En el debate se impone el registro lingüístico formal. Se requiere, como
puede inferirse, que los participantes se documenten exhaustivamente
sobre el tema, puesto que el objetivo es persuadir informando al público
interesado. Cada uno debería poder visualizar de antemano las posibles
argumentaciones de la contraparte, y tratar de encontrar argumentos
favorables para contrarrestarlas. A los argumentos a favor, los que
demuestran la validez de las afirmaciones, se les llama pruebas; a los que
intentan mostrar los errores del contrario, se les denomina objeciones.
El panel.
El panel es un tipo de comunicación oral en la cual varias personas
denominadas panelistas, profundizan sobre un tema concreto fijado con
antelación. Cada panelista expone su opinión sobre el asunto que,
evidentemente, conoce a plenitud. Suele decirse que el panel es una
especie de consulta a los expertos.
Por lo general, el panel consta de cuatro a seis personas, cada uno de los
cuales dispone de alrededor de diez minutos para perfilar su ponencia; sin
embargo, no se trata de una exposición en el sentido estricto de la
palabra, sino de un conversatorio entre personas experimentadas que
comparten diferentes posturas sobre el asunto propuesto en un tiempo
previsto, casi siempre unas dos horas.
Se impone, como en el debate, el registro formal de lengua, aunque se
presupone cierta espontaneidad en la participación de cada quien. La
mesura es particularmente valorada entre panelistas, pues de ellos se
espera que arrojen luz sobre un tema de mucho interés para el público. Su
participación, pues, tiene que ser cuidadosa, evitando los juicios
irreflexivos y la subjetividad excesiva.
Hay un moderador, que anuncia el tema y los objetivos del panel y,
además, establece el tiempo de discusión. Un secretario se encarga de
anotar los aportes y luego resumir lo expuesto, etapa ésta de vital
importancia. Al final, el moderador se encarga de presentar las
conclusiones y de acuerdo con la planificación previa, crear un espacio
para las intervenciones del auditorio.
La exposición especializada y de divulgación.
En la exposición se da a conocer un tema de forma objetiva. Suele
destinarse a un público especializado, y cuando se destina a un público no
especializado se denomina exposición de divulgación. En ambos casos, el
expositor o los expositores emplearán el registro formal. Su estructura se
establece en torno a las tres partes del texto discursivo: introducción,
desarrollo y conclusión.
La documentación para la exposición tiene que ser profunda. Se pueden
incluir gráficas para la mejor comprensión de la audiencia. Por lo general
el público que asiste a una exposición oral está interesado en el tema, lo
que significa que ya tiene
algún conocimiento del asunto. El expositor, por tanto, tiene que prestar
mucha atención a la preparación de los detalles para responder con
prontitud y propiedad. Si acaso desconoce una respuesta, confesarlo con
elegancia y sin culpas le evitará momentos desagradables.
Se recomienda vigilar que la dicción sea clara, nunca atropellada. Carmen
Galindo y colaboradores (1997) comentan que no es exagerado ni
vanidoso escuchar el discurso en una grabadora o pedirle a una persona
de nuestra confianza que observe cómo se escucha nuestra exposición.
Con tiempo y experiencia, estos pequeños trucos se volverán irrelevantes.
En la exposición se puede hacer uso del proyector o data show. Organizar
las informaciones por este medio evita experiencias indeseables de olvido
o desliz. No se espera que una persona memorice toda la información
seleccionada acerca del tema; aunque tampoco es conveniente verter
todos los conocimientos adquiridos en los diferentes cuadros. Se trata de
manejar sin tensiones los puntos indispensables para guiar el discurrir del
razonamiento, de manera que nunca se produzca la traumática “mente en
blanco”.
Es recomendable reiterar una que otra vez, y con palabras diferentes,
algunas ideas nucleares. Este recurso didáctico permitirá que los oyentes
no avezados puedan incluir la información en sus notas, y que los diestros
tengan la oportunidad de reorganizar las suyas. En el cierre, se sugiere,
asimismo, que se recalquen las ideas centrales de la disertación.
La conferencia.
La conferencia es una disertación en público sobre un tema concreto.
Cuando el conferencista es una personalidad con amplios conocimientos y
experiencia sobre el tema se habla de conferencia magistral. Sin embargo,
es más usual asistir o participar en una conferencia de corte ligero en la
que predomina el intercambio con el público.
También se conoce como conferencia la conversación entre dos o más
personas que se reúnen para tratar un negocio, la que sostienen
representantes de distintos gobiernos o aquella en que se da a conocer la
producción de un artista, llamada específicamente conferencia de prensa.
Hoy, también tenemos la teleconferencia, en la cual la conversación se
mantiene a distancia mediante un sistema de audio o de video.
Esta forma de comunicación oral tiene la estructura del texto discursivo:
una introducción donde se destaca cuáles aspectos del tema ocupará el
centro del discurso, y se concluye con una ratificación de las ideas
fundamentales. No es válido pensar que una conferencia es un acto de
habla que ocurre espontáneamente, y que por tanto puede ser
improvisado. No se trata de una conversación entre amigos o familiares,
aunque se establezca un conversatorio. Un cierto rigor científico es
adecuado en cualquier tipo de conferencia, excepto tal vez en la de
prensa.
las ideas fundamentales. No es válido pensar que una conferencia es un
acto de habla que ocurre espontáneamente, y que por tanto puede ser
improvisado. No se trata de una conversación entre amigos o familiares,
aunque se establezca un conversatorio. Un cierto rigor científico es
adecuado en cualquier tipo de conferencia, excepto tal vez en la de
prensa.
Mesa redonda.
La mesa redonda es una opción fundamental en situaciones sociales
donde se requiere entendimiento entre las partes. Un intercambio
fructífero de ideas, es el objetivo de la mesa redonda. Por lo que cada
participante debe preparar con anticipación sus intervenciones y no dejar
espacio al azar. Cada ponente debe ser capaz de exhibir competencia en el
tema anunciado, de lo contrario su lugar debería quedar libre para otro
ponente.
El concepto de “mesa redonda” trae consigo una connotación mitológica.
En efecto, cuenta la leyenda que el rey Arturo de Inglaterra se reunía con
sus consejeros a discutir asuntos cruciales para la seguridad del reino. Uno
de los integrantes solía ser el Mago Merlín, a cuya legendaria sabiduría se
sujetaban los participantes cuando resultaba difícil llegar a una conclusión.
En la mesa redonda se establece un diálogo en el cual cada ponente
presenta con objetividad su planteamiento para discutir la idoneidad de
cada ponencia con los
demás participantes. Es aceptable la organización en fichas de la
información a compartir. Como el objetivo es revisar un tema de interés
desde diferentes puntos de vista, no es inusual que se presenten
confrontaciones entre los expositores, en cuyo caso el moderador debe
tomar la palabra, y buscar la forma de asegurar la condición de diálogo del
encuentro. No hay que evitar la confrontación de ideas, pero sí los
enfrentamientos verbales.
Una de las ventajas de la mesa redonda es que no hay posiciones
privilegiadas. En la época medieval se podía inferir la relevancia de cada
integrante en función de los asientos que lo separaba del rey. Esto
probablemente no ocurría en el caso del rey Arturo, cuyo sentido de la
justicia es legendario.
El papel del moderador en la mesa redonda es presentar a los
participantes. Se hace hincapié en aquellos aspectos que el expositor
quiere que se destaquen. Al moderador corresponde también conceder la
palabra a cada quién. Y al final de la actividad es quien discrimina los
aspectos en los que se ha arribado a acuerdos y aquellos en los que las
discrepancias subsisten.
Cada intervención debería estar regulada de tal manera que los minutos
asignados sean suficientes para que los planteamientos sean completos,
sin hacer una exposición magistral del asunto, lo cual no es el objeto de la
mesa redonda.

Síntesis.
El debate.
Es una discusión de un tema en específico entre 2 o más personas.
El panel.
Es un planteamiento de un tema o una comunicación oral entre personas.
La exposición especializada y de divulgación
Se da a conocer como un tema de manera objetiva.
La conferencia.
conferencista es una personalidad con amplios conocimientos y
experiencia sobre el tema se habla de conferencia magistral.
Mesa redonda.
La mesa redonda es una opción fundamental en situaciones sociales
donde se requiere entendimiento entre las partes.

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