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Convulsiones.

Una convulsión representa una conducta anómala provocada por una descarga eléctrica
de las neuronas en la corteza cerebral. Una convulsión es un acontecimiento clínico discreto con
signos y síntomas asociados que varían según el sitio de la descarga neuronal en el cerebro. Las
manifestaciones de convulsiones por lo general incluyen fenómenos sensitivos, motores,
autónomos o psíquicos.

Una convulsión es un acontecimiento único de descarga anómala que provoca un estado


abrupto y alterado de la función cerebral.

Las convulsiones parciales (focales) son aquéllas en las que la actividad eléctrica queda
circunscrita a un área concreta de la corteza cerebral, con independencia de que durante la crisis
la consciencia esté conservada (parciales simples) o alterada (parciales complejas). La
sintomatología con la que cursa la crisis dependerá del área cortical donde se sitúan las neuronas
causantes de la misma.

Las crisis parciales simples pueden producir síntomas motores, sensitivos, autónomos
(sudoración, piloerección), visuales (destellos simples o alucinaciones complejas), auditivos (son
idos simples o elaborados), olfativos (olores intensos y poco habituales) o psíquicos (miedo,
despersonalización, déja vu). Las crisis motoras pueden comenzar en un área muy pequeña y
extenderse gradualmente (en segundos o minutos) a un área hemicorporal más extensa
(progresión jacksoniana). En ocasiones, tras una crisis motora, puede persistir una debilidad del
área afectada (parálisis de Todd), autolimitada en minutos u horas.

Durante las crisis parciales complejas, el paciente tiene dificultad para mantener un
contacto normal con el medio, junto con alteración del comportamiento que puede ir desde la
inmovilidad o automatismos básicos (chupeteo, deglución), hasta comportamientos más
elaborados; tras la crisis, existe característicamente un periodo de confusión

Las crisis generalizadas se originan simultáneamente en ambos hemisferios, aunque es


difícil descartar por completo la existencia de una actividad focal inicial que se propague con
rapidez y que, en ocasiones, es reconocible por la existencia de síntomas focales previos a la
pérdida de la consciencia (aura).

Las ausencias (pequeño mal) se comportan como breves episodios de pérdida brusca del
nivel de consciencia, sin alteración del control postural; característicamente, duran segundos y
pueden repetirse muchas veces al día, suelen acompañarse de pequeños signos motores
bilaterales (parpadeo, masticación) se recupera la consciencia de forma igualmente brusca, sin
confusión posterior ni memoria del episodio.

Convulsiones clónicas. Comienzan con pérdida de la conciencia e hipotonía súbita. Esto es


seguido de sacudida de extremidades que pueden ser o no simétricas.

Convulsiones atónicas. En las convulsiones atónicas existe pérdida súbita, de fracción de


segundos, del tono muscular que provoca aflojamiento de la quijada, caída de las extremidades, o
caída en el piso. Estas convulsiones también se conocen como ataques de caídas.
Las convulsiones tónico-clónicas (gran mal) suelen tener un comienzo brusco, sin aviso
previo, aunque algunos pacientes refieren síntomas poco definidos en las horas previas, que no
deben confundirse con auras causadas por un origen focal de la crisis. la fase inicial es una
contracción tónica general izada, acompañada de cianosis, aumento de frecuencia cardíaca y de la
presión arterial, y midriasis. En 10-20 segundos generalmente comienza la fase clónica, de
duración variable. En el poscrítico existe ausencia de respuesta a estímulos externos, flacidez
muscular e hipersalivación que pueden comprometer la vía aérea, seguido de una fase de lenta
recuperación del nivel de consciencia (minutos-horas) acompañada de confusión. El paciente
refiere cansancio, cefalea y mialgias durante varias horas tras la crisis.

las crisis atónicas se caracterizan por la repentina pérdida del tono muscular de escasos
segundos de duración, con breve alteración del nivel de consciencia, sin confusión posterior.
Suelen presentarse en el contexto de síndromes epilépticos conocidos.

las mioclonías son contracciones breves de los músculos, que pueden estar originadas en
distintos niveles (cortical, subcortical, medular). Cuando existe origen cortical, se consideran
fenómenos epilépticos, mostrando el EEG descargas de punta-onda bilaterales y sincrónicas.
Suelen coexistir con otros tipos de crisis, aunque son la principal manifestación de algunos
síndromes epilépticos.

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