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ADICCIONES
FACILITADOR:
M.P.G Y LIC. EN PSIC. PAVEL GURROLA CARDENAZ
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS ADICCIONES
OPIÁCEOS
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Aproximadamente en el siglo XVI, en la India, el opio comienza a ser fuente
significativa de ingresos, ya que buena parte de la población lo bebe y lo come en
pequeñas cantidades. Para el siglo XVII su distribución había alcanzado áreas
distantes de su lugar de origen. Thomas Sydenham escribía en esa época: “Entre
los remedios que Dios todopoderoso tuvo el placer de dar al hombre para aliviar sus
sufrimientos, ninguno es tan universal y tan eficaz como el opio”. Este pequeño
fragmento nos hace reflexionar acerca de los efectos que se obtenían cuando se
recurría a él como medicina. Sin embargo, en el siglo XVIII, ya se empiezan a
observar las consecuencias nocivas de la ingesta crónica de opio, aunque también
hay un incremento en sus usos terapéuticos. Las mezclas de opio y tabaco surgen
como parte de la propagación de la sustancia y China empieza a tener problemas
serios por su uso indiscriminado.
A principios del siglo XIX se logra aislar la morfina, principal alcaloide del
opio. En ese tiempo el gran escritor inglés Thomas de Quincey escribe “Confessions
of an English Opium Eater”, con el que se inician los enfoques producidos por la
adicción al opio. Surgen entonces sustancias como el láudano, el elíxir paregórico
y otro tipo de preparaciones cuya base principal era el opio. Los esfuerzos del
gobierno británico por difundir el consumo de opio en China terminan en una
declaración de guerra entre los dos países y en una política por parte del gobierno
chino que incluía una campaña contra el empleo de los derivados del opio, clausura
de centros de consumo y pena de muerte para quien fuese encontrado culpable de
posesión o consumo. A mediados del XIX las consecuencias nefastas del uso
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indiscriminado de los opiáceos comienza a ser notado por los gobiernos británico y
estadunidense debido a los siguientes hechos:
• Surgimiento de la morfina.
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últimas décadas de los receptores cerebrales —a través de los cuales ejercen su
acción estas sustancias—, permite conocer la actividad agonista, antagonista o
mixta de los diversos compuestos. La adicción a opiáceos es una de las más
temibles a las que se enfrenta la sociedad en todos los estratos socioeconómicos.
Los efectos de placer o recompensa que producen son los que hacen entrar al
consumidor en un círculo en el que la adicción es el principal regidor. La lucha contra
su uso no es nueva; sin embargo, los esfuerzos conjuntos de diferentes gobiernos
hacen que la guerra contra el opio sea declarada como una de las más importantes
a la cual se haya enfrentado el hombre.
ALCOHOL
Una de las sustancias de abuso más antiguas es el alcohol. Los prime- ros
datos que se conocen los registraron griegos y romanos, quienes verdaderamente
sufrieron las consecuencias de su consumo exagerado. Durante el primer milenio
de esta era no había técnicas de destilación que hicieran posible obtener un
derivado más puro del alcohol. Hacia el año 1250 d.C. dichas técnicas comienzan
a ser conocidas en Europa, con lo que se obtienen bebidas más puras y potentes
en relación con su contenido de alcohol. Sin embargo, su alto costo hizo que sólo
se utilizaran con fines medicinales, lo que le ganó el nombre de “aqua vitae”, “agua
de la vida”. Durante los siguientes siglos, las mejoras en las técnicas de destilación
permitieron la elaboración de otras bebidas, y es en Inglaterra donde inicialmente
se observan los efectos relacionados con su uso excesivo. Las primeras menciones
referentes al alto consumo de alcohol considerado como un crimen se atribuyen a
Isabel de Inglaterra, de quien se cree que también abusaba de bebidas destiladas.
Su empleo frecuente en Inglaterra y Estados Unidos trajo aparejada la proliferación
de las tabernas, lo que repercutió grandemente en los índices de mortalidad y
violencia. La aparición de la ginebra tuvo gran repercusión en la sociedad inglesa.
Debido a su alto contenido de alcohol, las borracheras eran más frecuentes y
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prolongadas, lo que ocasionaba problemas serios en las comunidades. La lucha en
contra de esta bebida en especial no fue ganada por el gobierno.
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COCAÍNA
A inicios del siglo XX la presión ejercida por gran parte de la población y por
las leyes federales hace que la cocaína desaparezca de las fórmulas de las bebidas
y que los opiáceos dejen de venderse libremente. Para 1901 la Coca-Cola
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abandona la cocaína como elemento en su fabricación. En los siguientes años sólo
se detecta entre la gente de escasos recursos, los delincuentes y los marginados.
TABACO
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de consumo. Es utilizado en contra de la malaria, el resfriado y el cólera, y en
Inglaterra se fuma como medida contra la plaga. Durante este siglo el empleo de
tabaco varía según los diferentes países; en Inglaterra se trata de impedirlo porque
le encuentran más efectos placenteros que curativos. La imposición de altas tasas
de impuestos frena el consumo. En Japón, Francia, Italia y Rusia es importante, y
en Turquía su uso inicial rápidamente es abatido por el Corán. En algunas
comunidades italianas se establecen los primeros monopolios en la fabricación de
tabaco. Se revocan leyes contra su prohibición en China, y en otras partes se emiten
leyes prohibiendo su uso y castigando a los infractores con la pena de muerte, como
en Rusia. Los cambios en los siguientes siglos fueron paulatinos, y no fue sino hasta
finales del siglo XIX, cuando la mercadotecnia, basada en una propaganda masiva,
propicia el consumo de tabaco y genera gran cantidad de adictos. En el siglo XX
esta gran estrategia ha- ce que surjan leyes prohibitivas en cuanto a su consumo,
aunque tienen pocas repercusiones en cuanto a las ventas generadas. Desde la
centuria pasada se conocen las alteraciones relacionadas con el uso crónico del
tabaco y su relación con la capacidad de generar enfermedades pulmonares y
cáncer. Sin embargo, la nicotina, principal sustancia contenida en el tabaco, también
estimula receptores nicotínicos de ciertas áreas cerebrales que tienen que ver con
los procesos de atención y aprendizaje y, por ende, de la memoria. Los mecanismos
de adicción son plenamente entendidos y las acciones sobre el sistema nervioso
central han permitido en la actualidad contar con medicamentos que bloquean
específicamente este tipo de receptores. A pesar de los años y de las prohibiciones
a las que el tabaco se ha enfrentado, hoy en día es una de las adicciones más
importantes de la humanidad.
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MARIHUANA
Entre los años 700 y 600 a.C., la marihuana se consideraba como un buen
narcótico, y así fue registrado en los textos persas del zoroastrismo Zend-Avesta.
En los siguientes siglos los escitas asocian el cannabis con la muerte y entierran a
sus muertos con bolsas de cuero y semillas de la planta. Este ritual fue descubierto
en una tumba a finales de 1940 en las montañas de Tien Shan (actualmente
Kazajistán). Por esas mismas fechas llegó a Europa, donde se propagó su uso en
los siguientes siglos a través de toda la región.
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alusión a su efecto psicoactivo, y lo utiliza como parte del arsenal farmacológico de
esa era.
En los siglos siguientes y hasta el año 1000, el uso del cannabis y del hachís
se difundió por Europa y Asia, y su consumo se incrementó a tal punto que los
sabios debatían acerca de los beneficios y perjuicios que la planta podía ocasionar.
Hasta esa fecha el cannabis y el hachís se comían.
Los efectos tóxicos que produce el hachís son descritos en Persia, lugar
donde se decía que Hasan Ibn al-Sabbah, el Viejo de la montaña, reclutaba a sus
seguidores para cometer delitos, relato que años más tarde recogió Marco Polo
durante sus viajes por la región.
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emitidas en Estados Unidos en los años previos y, para 1937, el cannabis es
considerado federalmente ilegal en ese país.
ALUCINÓGENOS
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lisérgico, un compuesto sintético) y el MDMA (metilendioximetanfetamina o éxtasis;
droga de diseño), son los principales representantes de este tipo de drogas.
Desde el año 1000 al 500 a.C. los pueblos de Sudamérica edificaban templos
y hacían esculturas dedicadas a los diversos dioses de los hongos. En la cultura
mixteca, Piltzintecuhtli era el principal de siete dioses que también recibían
veneración como divinidades vegetales. Entre los aztecas se le rendía culto a
Xochipilli, considerada la diosa de las flores, mediante una variedad de plantas,
entre las que se encontraban el tabaco y los hongos. Su uso permitía a los
chamanes entrar en trances alucinatorios como parte de los rituales de
comunicación con los dioses. A su llegada a América, los europeos tuvieron acceso
a los hongos de manera secreta, pero los efectos que provocaban hicieron que
rápidamente se prohibiera su uso. Durante esta época también se decía que el
peyote era consumido desde aproximadamente el año 300 a.C.
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En 1912, Merck sintetiza la molécula denominada MDMA. En 1914 la patenta
y luego queda en la oscuridad durante los siguientes años.
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También en ese año, el conocimiento acerca de los hongos se incrementó y
R. Ordon Wasson (banquero internacional y micólogo aficionado) viajó a Huautla de
Jiménez, en el estado de Oaxaca, a pasar una noche en compañía de uno de los
personajes más importantes de la cultura mexicana de los hongos: María Sabina.
Chamán, gran conoce- dora de las propiedades alucinatorias de diversos hongos,
se hizo famosa por este aspecto. Dentro de la cultura mazateca ella era respetada
y venerada como la persona que dirigía los caminos de su comunidad. Lo que se
sabía de la actividad psicoactiva de los hongos permitió que Wasson los mostrara
a la luz pública a través de la revista Life en 1957. Para 1960 se concentran ya gran
cantidad de conocimientos históricos sobre estos alucinógenos; Timothy Leary
establece en la Universidad de Harvard el conocido proyecto de investigación
psicodélica y, a la vez, Sandoz sintetiza la psilocibina. En ese año, Albert Hofmann
realiza un viaje a la ciudad de Huautla para compartir con María Sabina la psilocibina
sintética.
finales de los años setenta, Albert Hofmann escribe el libro titulado LSD: My
Problem Child, donde relata los problemas relacionados con este alucinógeno.
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En conclusión, podemos decir que lo que se consideró un regalo de los
dioses es en verdad un regalo del demonio.
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Perspectiva cultural de la adicción
Más allá del individuo aislado de su contexto, algunos autores (Charro 1995;
Arias et al. 1990) han intentado cercar a la familia del adicto, intentado explicar cómo
dicha problemática se inscribe dentro del contexto familiar. Dentro de esta misma
perspectiva, que podríamos llamar social, también están incluidos aquellos estudios
que hablan del entorno social, especialmente el de los amigos y de la influencia que
éstos ejercen.
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allá afirmando que el sistema en el cual estamos inmersos es adictivo: «un sistema
adictivo es un sistema que llama hacia los comportamientos adictivos» (Schaef
1987: 25). Hanna Arendt (1961) nos describe perfectamente este ciclo adictivo
cultural de la sociedad moderna protagonizado por el homo laborans. La
modernidad ha convertido el trabajo-consumición en la actividad principal,
asimilándola al proceso vital cuya característica principal es su continuidad. El
proceso laboral cimentado sobre la consumición se asemeja al metabolismo
biológico. La perpetuidad del proceso laboral está garantizada por el retorno
perpetuo de las necesidades de consumir. En otras palabras, es un continuo llenar
y vaciar lo que domina al ser moderno, apareciendo como un ser esclavo, recluido
en la domesticidad laboral y consumista. Este proceso es devorador, en el sentido
de remplazar, cada vez más deprisa, todo aquello que está en el mundo. Vivimos
inmersos en «una sociedad de consumidores» (Arendt 1961: 176), consecuencia
de la emancipación de la actividad laboral de su esfera privada y doméstica. La vida
moderna gira entorno al trabajo y la consumición, dos estadios de un mismo proceso
basado en las 'necesidades' nunca satisfechas. En este sentido, estamos inmersos,
por así decirlo, en una cultura de la adicción.
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avanzar hacia los orígenes de este problema de las adicciones. Las consecuencias
que de ello puedan derivar conciernen no solo la 'rehabilitación' sino la prevención.
Así, si la adicción ha devenido un problema fundamentalmente estructural, para
atajarlo harían falta estrategias que conciernan un cambio cultural y social, en
definitiva, un cambio en el estilo de vida moderno, pues «la realidad de la droga (…)
no puede ser otra que la realidad de su cultura» (Garrido 1999).
El contexto de la modernidad
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excelentes en los trabajos ejecutados en público y ello empobrece nuestra actitud
para la acción y la palabra, dominios exiliados a la esfera privada, cuyo reducto
moderno está representado en lo íntimo. La vida es así concebida como un proceso
natural, al igual que el trabajo. Los productos del trabajo, lo mismo que aquellos del
metabolismo humano, no viven lo suficiente en el mundo como para formar parte de
éste. La consumición de productos apenas sobrevive al acto del trabajo. Hay que
consumirlos pues si no perecen: es la era de la consumición. Dicho de otra forma,
todo fruto del trabajo está hecho para ser absorbido, consumido inmediatamente
por el proceso vital y la consumición regenera este proceso vital (Arendt 1961). Es
la inmediatez: «todo, enseguida» (Lipovetsky 1983: 81), aquí y ahora. La necesidad
de subsistir, de supervivencia, subyace al proceso vital que es trabajo y
consumición. Es un proceso devorador (Arendt 1961).
Los productos del trabajo son naturales; las cosas se producen y consumen
siguiendo el movimiento cíclico natural que es perpetuo, pues el final es también el
principio (Arendt 1961). Estamos sumidos en un movimiento continuo en donde no
hay altos, no hay discontinuidades, no hay paradas; como en el segundo principio
de la termodinámica: "la energía ni se crea ni se destruye; sólo se transforma". Este
movimiento continuo deja sumidas a nuestras sociedades modernas en un
sentimiento profundo de vacío (Lipovetsky 1983) que se expresa de múltiples
formas, entre ellas las adicciones.
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sentimiento de participación en la vida común» (Lahabi 1954: 216), esta «ausencia
del sentimiento de contacto con la realidad» (Lahabi 1954: 216), siendo la realidad
humana esta relación con los otros, con la comunidad, con la vida pública. Esta
vacuidad, emergente de la privación de la relación hospitalaria con el otro, implica
la desaparición de la realidad humana, de la vida en común, garantizada
antiguamente por las relaciones públicas. Así, la soledad protagoniza la realidad del
hombre moderno: «Bajo las circunstancias modernas, esta carencia de relación (…)
con los otros (…) se ha convertido en el fenómeno de masas de la soledad, donde
ha adquirido su forma más extrema y antihumana» (Arendt 1998: 68).
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sí mismo sobre el reconocimiento. Es en este espacio homogeneizado en donde
todo es parecido o igual, que el otro es yo y yo es otro (Lipovetsky 1983).
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concebida como un proceso natural igual que el trabajo. La emancipación del trabajo
en nuestra época moderna acaba por plegar a toda la humanidad bajo el yugo de la
necesidad y, en consecuencia, a la consumición entendida como una especie de
metabolismo natural del proceso vital que representa la esfera del trabajo (Arendt
1961). En este contexto, el hombre moderno se ha convertido en un esclavo,
perdiendo su libertad, es decir su iniciativa de reunirse con los otros, dedicándose
ahora en cuerpo y alma al trabajo-consumición. Es lo que en la antigua Roma se
conocía como addictus, designando así a ese nuevo esclavo cuya condición se
caracterizaba por la pérdida de su propiedad (Ramos y Bonet 1991). En otras
palabras, si algo caracteriza la condición del hombre moderno es su adicción, es
decir, su condición de subyugación o esclavitud a la necesidad imperiosa de
consumir y trabajar. En este contexto moderno, la única necesidad humana es la de
trabajar para asegurar su existencia, eliminando así cualquier otra facultad superior
que lo distinga de cualquier otra especie. Todo aquello que no es del orden
metabólico es superfluo: «Cualquier cosa que hacemos, se supone que la hacemos
para 'ganarnos la vida'; tal es el veredicto de la sociedad» (Arendt 1961: 136).
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propios del capitalismo autoritario de finales del siglo XIX y hasta mediados del XX
han desaparecido, dando paso a los 'desórdenes narcisistas intermitentes'
(Lipovetsky 1983).
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los pueblos. Es la era de la unidimensionalidad (Marcuse 1954). La lógica de la
consumición se personaliza al extremo de manera que todo puede ser objeto de
consumición. Una nueva forma de socialización nace en esta era de la consumición:
el otro como objeto de consumición (Lipovetsky 1983). La desmesura caracteriza la
consumición moderna, transformándola así en adicción, es decir en esclavitud.
Modernidad y Rituales
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perspectiva cultural de encuentro con el otro, ya sea este otro Dios, el espectador,
la familia, el recién nacido, hombre, mujer, ancestros (Jager 1997b).
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del progreso y la producción incesante y acelerada» (Garrido 1999: 1). La adicción
deviene un modo de vida organizado, obsesiva y compulsivamente, alrededor de la
consumición y dicho proceso de consumición caracteriza el estilo de vida de la
modernidad. En este sentido, podemos decir que la sociedad moderna es adicta
(Schaef 1987).
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Esta dimensión tiene su principio y su final. Así, la vida humana está marcada por
esta alternancia constante.
De alguna manera la vida del ser humano está marcada por esta
discontinuidad desde nuestro propio nacimiento, conformando así su naturaleza
incompleta. El desarrollo humano está marcado por la separación de un paraíso
idílico, la relación simbiótica maternal. Dicha separación no resulta fácil, pues
implica una voluntad de unirse a los otros para conformar así la comunidad y una
aceptación de la incompletud y los límites de la existencia humana. La modernidad
persigue la utopía de la completud y la ilusión de la infinitud. Para ello, ha
desarrollado toda una filosofía de vida basada en «la cosificación de las relaciones
(…) y la constitución de la subjetividad por medio de la mercancía y de su doble
perverso, la droga» (Garrido 1999).
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Marie Cardinal (1991), en su narrativa "Les grands désordres" (Los grandes
desordenes), captura, con aguda y precisa habilidad descriptiva, la esencia de la
adicción: esta melancolía paradisíaca de absoluta perfección y completud que
persiguen muchos seres humanos y cuya máxima expresión se encuentra en la
muerte. Ese frágil momento, revelado por la depresión, un último reducto de lucha
en el cual la protagonista se debate interiormente entre la vida y la muerte. Esta
depresión se manifiesta en una encrucijada en la vida de la protagonista, en un
momento en el que Elsa se debate entre seguir con toda una manera de hacer y de
relacionarse con el mundo, fruto de una melancólica añoranza de algo, y la apertura
al horizonte del otro, de una manera nueva de estar presente en el mundo y de
relacionarse con él. Este momento de paso, de destete de su adictivo estilo de vida
requiere de la presencia acogedora y hospitalaria del otro, que nos es mostrado en
la narrativa como un segundo nacimiento. Elsa entra finalmente en la comunidad
humana de la mano de su invitado, el lector, a través de todo un ritual de dar y recibir
que entre ambos se instala, dejando definitivamente atrás su adicción. Así, en Elsa
no parecía haber una adicción a una sustancia particular sino más bien una adicción
al otro; una manera compulsiva de relacionarse con el otro, de apropiárselo, pero
que, al final, revela la misma dinámica adictiva que la de su hija con respecto a la
heroína. Elsa comprendió que ese otro mundo que creyó diferente, el de la heroína,
resultaba ser el mismo universo en el que ella vivía, es decir que ella había sido tan
adicta como lo fue su hija con respecto a la heroína: «no he hecho más que vivir en
el absoluto, como Laura. Todas las pasiones tienden hacia el absoluto y ellas son
adictivas. Pero no lo había comprendido aún» (Cardinal 1991: 231). Es decir, Elsa
también buscaba el paraíso perdido, a través de la pasión por el otro: su
apropiación. Su adicción al otro llevó a Elsa a salirse de la condición humana que
es la intersubjetividad.
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con el trabajo personal o hasta que fuera vendido -según el Derecho antiguo-. Este
proceso judicial transformaba el estatuto de hombre libre por el de esclavo (Ramos
y Bonet 1991). Ahora bien, en el mundo antiguo, la pérdida de la libertad significaba
la pérdida de un lugar propio de habitación y con ella la perdida de la humanidad,
ya que el esclavo era considerado como un instrumento en las manos de su
propietario. En otras palabras, la condición de esclavo significaba la pérdida de
libertad en tanto que pérdida de un umbral hospitalario que regulara las relaciones
entre ciudadanos libres; la pérdida del privilegio de realizar plenamente las
funciones de anfitrión o invitado. Un esclavo no tiene su propia morada, su propia
habitación, su propia ciudadanía. En consecuencia, debe habitar la casa de otro,
perdiendo así la suya y el umbral que le protegía. Dicha nueva habitación ajena le
sitúa en un campo de interacción que nunca la pertenecerá. Un huésped que
atraviesa el umbral de la casa del anfitrión es visto como alguien que no habita esa
morada, sino que viene de otra casa también protegida por su propio umbral. De
esta forma, el huésped no pierde su propia autonomía o umbral al visitar el anfitrión.
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El triunfo de la tristeza vendría de la mano del otro, de encontrarse con lo
diferente, transformando ese infranqueable abismo en distancia simbólica que une
(Kristeva 1987) al mismo tiempo que separa, comenzando así el proceso de
humanización.
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sus ojos estaban ojerosos, ella estaba pálida y delgada. Después el cambio se
acentuó, ella no se cuidaba para nada de ella misma, sus vestidos estaban
polvorientos y manchados, ella parecía más pequeña, sus espaldas estaban rígidas
y altas, se hubiera dicho que ella quería incrustarse en su cráneo. Su mirada era
vaga y extremadamente triste» (Cardinal 1991).
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es imposible combatir la ideología de las drogas. Salir de la utopía para vivir el juego
y (...) el deseo» (Garrido 1999).
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Estadísticas en el consumo
Las drogas de origen vegetal, los productos del cannabis, como la mariguana
y el hashish, son los más difundidos en todas partes; menos prevalente, pero con
efectos más serios en la salud, es el abuso de la heroína y cocaína. El incremento
más rápido a nivel mundial en años recientes es el de las drogas sintéticas, como
las anfetaminas.
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los trabajos científicamente válidos y que utilizan indicadores comparables
internacionalmente.
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Al igual que en México, la mariguana es una de las sustancias más
consumida, aunque se observa importantes diferencias. Con la información
disponible, se puede clasificar a los países según su prevalencia del uso de
mariguana por la población general en alta (los que presentan un 20% o más de
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consumidores en la población general); media (los que reportan de 10 a 19%) o baja
(los que tienen prevalencias menores al 10%).
Con ese criterio, dentro del consumo alto se ubicarían: Australia, Canadá,
Dinamarca, Estados Unidos y Gran Bretaña.
La prevalencia del uso de cocaína es más baja, por lo que pueden usarse
otros rangos para hacer esta clasificación: alta (de 3% o más de consumidores en
la población general); media (de 1 a 3%) y baja (menor al 1%).
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Comparación internacional del uso alguna vez de drogas por
estudiantes
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Con respecto a la población estudiantil, diversos países han elaborado
estudios sobre la prevalencia del consumo de drogas en ese grupo especialmente
vulnerable a experimentar con esas sustancias. Utilizando los mismos criterios que
se usaron para la población general en el caso de la mariguana, tenemos:
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Alto: Chile, Estados Unidos, Guatemala, México.
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Estados Unidos presenta prevalencias de consumo más elevadas que
México en todas las drogas y todos los grupos de edad. En ambos países, la
principal droga consumida alguna vez es la mariguana y la mayor proporción de
consumidores de cualquier droga, se encuentra en el grupo de 26 a 34 años.
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En el grupo de 12 a 17 años, la mariguana es seguida por los inhalables en
los dos países; en México, en tercer lugar, se encuentra la cocaína y en EEUU los
alucinógenos.
237 por cada mil jóvenes en EEUU y 32 por cada mil en México han
consumido drogas alguna vez.
en la cocaína de 5 por 1
en la mariguana, 7 por 1
en la cocaína, 3 por 1
en la heroína, 6 por 1
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En el grupo de 26 a 34 años, después de la mariguana, en ambos países se
encuentra la cocaína; en tercer lugar, de importancia, en EEUU los alucinógenos y
en México los inhalables.
En este grupo de edad, por cada 6 (5.6) estadounidenses que han consumido
alguna droga ilegal alguna vez, lo ha hecho 1 mexicano.
en la mariguana, 7 por 1
en la cocaína, 9 por 1
en la heroína, 6 por 1
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En ambos países el uso de drogas ilegales en el último año fue más elevado
en el grupo de edad de 18 a 25 años y menor en el de 26 a 34 años. Nuevamente
la mariguana es la droga que ocupa el primer lugar en el consumo.
en la mariguana, 11 por 1
en la cocaína, 4 por 1
en la heroína, 12 por 1
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por la cocaína; en EEUU, también esas son las drogas más consumidas, aunque
en proporciones superiores.
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principalmente en el grupo de los de 18 a 25 años de edad. Más de 9 millones de
estadounidenses entre los 12 y 34 años de edad han usado drogas en el último mes
en comparación con 436 mil mexicanos.
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Por cada 6 estadounidenses de 26 a 34 años que consumieron alguna droga
en el último mes, lo hizo 1 mexicano.
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Entre los hombres, en ambos países la mayor proporción de
consumidores actuales se concentra entre los 18 a 25 años de edad.
Entre las mujeres las diferencias entre ambos países son más
marcadas: entre las de 12 a 17 años, por cada mexicana hay 34 en EEUU;
en el grupo de 18 a 25 años, hay 53 mujeres estadounidenses por cada
mexicana que consumió en el último mes, y 65 estadounidenses por 1 mujer
en México. entre las de 26 a 34 años de edad.
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Cuando se comparan a los hombres y mujeres de México y EEUU según su
consumo en el último mes de mariguana y cocaína por grupos de edad, se observa
que:
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la cocaína, también se observan las diferencias más elevadas entre las de
12 a 17 años (por cada mexicana de ese grupo, consumen 27.5
estadounidenses). No se reportó uso de cocaína en el último mes, entre las
mexicanas de 18 a 25 años de edad.
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CONCEPTOS GENERALES
Definición de Droga
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múltiples, es la más comúnmente aceptada y la que utilizaremos al
referirnos a las drogas en este curso.
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toxicológicos sino a cuestiones de índole política y moral.
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disminuyen el grado de actividadad del SNC: alcohol, barbitúricos,
benzodiacepinas, GHB… Finalmente hay un tercer grupo de sustancias
que producen alteraciones perceptivas, los psicodélicos (mal llamados
alucinógenos): LSD, psilocibina, ketamina… La clasificación de
Goldstein da una idea bastante exacta de las principales familias de
drogas clasificadas según sus efectos (Tabla 2).
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El síndrome de abstinencia es el conjunto de signos y
síntomas que aparecen al cesar bruscamente el consumo de una
sustancia, y que desaparece al volverla a consumir. Los cambios
neuro adaptativos que se producen en el SNC como consecuencia de
la administración habitual de algunas drogas de abuso es la base
fisiológica de este fenómeno. En general, son necesarios varias
semanas o meses de administración cotidiana para producir cambios
neuroadaptativos que desencadenen un síndrome de abstinencia si se
deja de utilizar la droga de forma brusca. Estos síntomas producen
malestar y llevan al individuo a recaer en el consumo para aliviarlos o
evitar su aparición. El síndrome de abstinencia debe diferenciarse del
fenómeno de rebote (aparición de sintomatología al abandonar un
tratamiento de forma brusca, p.ej: corticoides).
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reconocidos en el DSM-IV para las drogas más habituales. La frecuencia
con la que se presenta cada uno de los trastornos tampoco es la misma:
el diagnóstico de dependencia al alcohol, opiáceos o nicotina es mucho
más prevalente que la dependencia a cannabis o alucinógenos, que se
presentan de forma excepcional.
Abuso
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algunas drogas como el alcohol y, en menor medida el tabaco y el
cannabis, gozan de una mayor tolerancia a nivel social en la población
general.
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PRINCIPALES FAMILIAS DE DROGAS (GOLDSTEIN, 2001)
Nicotina Tabaco
Alcohol y sustancias Alcohol etílico (etanol)
relacionadas con Sedantes
efectos sedantes Barbitúricos: pentobarbital, secobarbital…
Benzodiacepinas: diacepam,alprazolam…
Inhalantes: Disolventes (gasolina, acetona…), gases
(óxido nitroso, nitrito de amilo (poppers) )
Otros: gamma-hidroxibutirato (GHB, éxtasis líquido)
Cocaína y Cocaína
anfetaminas
Anfetaminas: Dextroanfetamina, metanfetamina, efedrina,
cationina, metilfenidato…
Anorexígenos: Fenfluramina, fentermina, mazindol
Drogas de síntesis Anfetaminas entactágenas
3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA,
éxtasis) 3,4-metilendioxianfetamina (MDA)
3,4-metilendioxietilanfetamina (MDE)
Anfetaminas alucinógenas (derivados
metoxi)
4-bromo-2,5-dimetoxianfetamina (DOB)
2,4,5-trimetoxianfetamina (TMA-2)
Para-metoxianfetamina (PMA)
Cannabis Tetrahidrocannabinol (THC)
Cafeína Metilxantinas: cafeína, teofilina, teobromina
Psicodélicos Derivados del ácido lisérgico : dietilamida del ácido
lisérgico (LSD.-25)
Triptaminas sustituidas: psilocibina, dimetiltriptamina
(DMT), muscimol
Feniletilaminas: mescalina, anfetaminas alucinógenas
Arilcicloalquilaminas: fenciclidina (PCP), ketamina
(Special K)
57
Esteroides Andrógenos: testosterona, estanozolol, nandrolona
anabolizantes
58
CRITERIOS DSM-IV PARA LA DEPENDENCIA DE
SUSTANCIAS
Un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un
deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres (o más)
de los ítems siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12
meses:
59
EPIDEMIOLOGÍA
Con respecto a las drogas ilegales, los derivados del cannabis (hachís,
marihuana) son las drogas ilegales de consumo más prevalentes: En 2003,
un 29% de los españoles entre 15 y 64 años las había consumido alguna vez en la
vida; un 11,3% en los últimos 12 meses; un 7,6% alguna vez en los últimos 30 días
y un 1.5% a diario en este último período.
60
las prevalencias de consumo en el grupo de edad entre adultos jóvenes (15-
34 años) son mucho más elevadas que entre las personas de mayor edad (35-
64). Por ejemplo, las prevalencias de consumo experimental de cannabis, cocaína
y éxtasis son del 20,1%, 4,8%, 8,3% en el primer grupo frente al 4,2%, 0,9%, 1,6%
en el segundo.
61
probado y un 3,6% la ha utilizado a lo largo del último mes. Las prevalencias de
consumo del resto de las drogas ilegales (éxtasis, anfetaminas, alucinógenos y
heroína) son menores: un 4% han probado alguna de estas sustancias y alrededor
de un 1% las han utilizado en el último mes.
62
La cocaína y el cannabis son las dos drogas cuyas prevalencias de
consumo han aumentado de forma más clara en la última década. Este
incremento se observa en todos los segmentos de población, pero es más acusado
entre los adolescentes y jóvenes (Gráficos 3 y 4). La disponibilidad percibida
de estas dos sustancias es también elevada: un 70% de las personas entre 15 y
34 años afirman que es “fácil o muy fácil” conseguir hachís o marihuana (53% para
la cocaína).
63
se asocia a una mayor probabilidad de aparición de problemas como abuso
o dependencia.
Diferencias de género
64
Con respecto a los diagnósticos de SIDA asociados a la inyección
(incidencia anual), este indicador ha descendido de forma importante entre 1994
y 2003. Sin embargo, a partir de 2001 parece haberse ralentizado el ritmo de
descenso. La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) ha estado siempre muy
extendida entre los inyectores de droga (prevalencia 20-40%). A nivel
epidemiológico este fenómeno podrá controlarse a través de la vacunación. La
infección por el virus de la hepatitis C (VHC) (prevalencia 69%) es uno de los
problemas sanitarios más graves en la actualidad para esta población, ya que
un 20% de las infecciones crónicas por VHC evolucionan a cirrosis hepática
en 20-25 años, y un 1-4% pueden desarrollar un carcinoma hepatocelular.
65
Datos sobre otras sustancias
66
minoritaria, es importante prestar atención a su evolución debido a las graves
consecuencias sanitarias de estas formas de consumo
Puntos clave:
67
ENTREVISTA CLÍNICA
Factores de importancia en la Entrevista Clínica sobre drogas
68
con consumos desadaptativos. En ocasiones son terceras personas
(padres, pareja...) quienes plantean la aparición de estos síntomas
relacionándolos con un hipotético uso de drogas. Aunque esta relación es
posible, es importante recordar que se trata de síntomas muy poco
específicos que pueden aparecer en gran cantidad de patologías o
circunstancias vitales no patológicas.
5. La confidencialidad es un elemento clave en la relación
médico-paciente que debe ser explicitado si es necesario.
Hallazgos en la exploración
69
complemento de la anamnesis.
Pruebas complementarias
70
pueden estar indicadas otras exploraciones (radiografía de tórax,
espirometría, electrocardiograma, pruebas de neuroimagen...)
71
La sustancia
72
benzodiacepinas…) tienen un reconocimiento legal y un uso normativo. Su
accesibilidad y disponibilidad es mayor a la de las drogas no institucionalizadas,
cuya venta está sancionada por la ley. La falta de controles sanitarios sobre la
producción de drogas ilegales hace que la adulteración sea un riesgo a considerar.
6. Potencial de abuso y dependencia: Las características
farmacodinámicas de determinadas drogas hacen posible la aparición de
dependencia física ante consumos continuados durante largo tiempo. Los
cambios neuroadaptativos que produce el consumo crónico de algunas drogas
(alcohol, benzodiacepinas, opiáceos…) dan lugar a la aparición de un síndrome
de abstinencia al suspender su administración.
El individuo
73
Concurrencia de patología: Es importante considerar los efectos tóxicos selectivos
de ciertas drogas sobre determinados órganos y sistemas. En personas con patología
preexistente los riesgos se incrementan. Se denomina patología dual (comorbilidad
psiquiátrica) a la concurrencia en el mismo paciente de una enfermedad mental
severa con tendencia a la cronicidad (trastornos psicóticos y afectivos) con un
trastorno por abuso y/o dependencia de alcohol u otras drogas. Algunas drogas
parecen facilitar el desarrollo del trastorno mental en personas predispuestas (ej.:
cannabis y esquizofrenia) mientras que en el caso de otros muchos autores creen que
pueden desempeñar un papel de automedicación (ej.: opiáceos y esquizofrenia). El
diagnóstico de trastorno dual dificulta el manejo del paciente y ensombrece el
pronóstico.
El entorno
74
TIPOS DE CONSUMO DE DROGAS SEGÚN LA FRECUENCIA DE
CONSUMO y TIPOS DE USUARIOS
Consumo experimental: El individuo realiza ensayos, fundamentados
generalmente en la curiosidad, en una o varias ocasiones, sin intención
explícita de repetir posteriormente el consumo; se trata de un primer
contacto con la droga, pudiendo no
volver a retomar el consumo o evolucionar hacia otros patrones de
consumo
Consumo ocasional: El individuo sabe lo que puede obtener de una
droga y a veces recurre a ella; este tipo de consumo puede permanecer
así toda la vida, retroceder, o
evolucionar hacia un patrón de consumo sistemático.
Consumo habitual: El individuo consume drogas de una forma más o
menos habitual,
con una frecuencia más o menos periódica.
Consumo compulsivo, aquel que no puede ser controlado por el
individuo, bien porque
es incapaz de abandonarlo, por miedo al síndrome de abstinencia, o
bien porque una vez que se inicia es llevado a cabo de modo
compulsivo.
Experimental: Todo consumo de SPA empieza por aquí. El individuo
prueba una o más sustancias una o dos veces y decide no volverlo
hacer.
No tiene intenciones de hacerlo de nuevo porque tal vez los efectos no
fueron placenteros, no le ve un sentido a continuar haciéndolo o tal vez
porque no va de acuerdo a su estilo de vida o forma de pensar.
Recreativo: Se empieza a presentar el consumo con cierta regularidad
entre círculos de amigos, en contextos de ocio. No compra ni guarda, lo
hace con gente que conoce y confía solo cuando siente deseos de
hacerlo. Su objetivo es la búsqueda de experiencias agradables,
placenteras y de disfrute, el “aguante” para la fiesta y para facilitar la
relación con sus pares. Aunque consume con su círculo de amigos, no
todos son consumidores. También ocupa su tiempo libre en otras
actividades donde no hay presencia de SPA. No piensa en el consumo
como un “escape” u una “solución” a sus problemas porque tiene la
capacidad de buscar diferentes alternativas frente a estos.
Habitual: Para llegar aquí se tuvo que haber pasado por alguna fase
previa. Se tiene una droga de preferencia (quizás después de probar
con muchas otras) un refuerzo permanente y un gusto por lo que siente.
Por eso la frecuencia y la cantidad aumentan.
La droga juega un papel importante en la vida y cumple funciones cada
vez que la consume por lo que es muy probable que lo haga
repetidamente.
75
Compulsivo: Se depende de la droga, pero no solo de ella sino de los
amigos y del estilo de vida que desarrolla en torno a ella. Es probable
que ese “estilo de vida” no sea solo el consumo sino el círculo de
amigos, el reconocimiento y aceptación dentro del grupo. Pero puede
desarrollar también un consumo solitario y aislado, sin amigos, y sin
mayores actividades.
Consumo problemático: Esta determinado por el impacto que éste
tiene sobre la salud (consecuencias visibles, enfermedades crónicas) y
la aparición de consecuencias de tipo social con una connotación
negativa (deterioro, aislamiento, conductas problemáticas). Se
caracteriza porque se presenta el uso de una o varias drogas en
situaciones que pueden significar peligro: pérdida de velocidad de
respuesta y reflejos (manejando, atravesando una calle u operando una
máquina). Dificultades o incapacidad para cumplir con las
responsabilidades laborales, académicas o familiares (ausentismo, bajo
desempeño, aislamiento, abandono o descuido de intereses y
responsabilidades)
Dependencia: Puede darse de manera abrupta o progresivamente
según la sustancia(s) que se estén usando. Se depende cuando no se
puede dejar de consumir, porque si se deja de consumir vienen
síntomas físicos y/o psicológicos desagradables. La vida cotidiana
empieza a girar en torno al consumo de sustancia y se entra en el
círculo vicioso de conseguir – consumir – conseguir. El consumidor
siente que es imposible resistir el deseo de consumir, que ha perdido el
control; siente una fuerte ansiedad al bajar el efecto que solo se alivia al
consumir de nuevo. Hay dos tipos de dependencia: física y psicológica.
La física implica un cambio permanente en el funcionamiento del cuerpo
y del cerebro, se da cuando ya se ha generado una tolerancia a hacia la
sustancia, por lo tanto, el cuerpo cada vez necesita una dosis mayor
para sentir los efectos deseados. Al dejar de consumir, el cuerpo
reacciona con síndromes de abstinencia o retirada. No todas las
sustancias la producen. (Ej. Nicotina, heroína y derivados opiáceos).
76
FACTORES DE RIESGO Y FACTORES DE PROTECCION
Las investigaciones realizadas durante las últimas dos décadas han tratado de
determinar cómo comienza y cómo progresa el abuso de las drogas. Hay muchos
factores que pueden aumentar el riesgo de una persona para el abuso de drogas. Los
factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de que una persona abuse de
las drogas mientras que los factores de protección pueden disminuir este riesgo. Es
importante notar, sin embargo, que la mayoría de las personas que tienen un riesgo
para el abuso de las drogas no comienzan a usarlas ni se hacen adictos. Además, lo
que constituye un factor de riesgo para una persona, puede no serlo para otra.
77
de que el niño abuse de las drogas. Algunos de los factores de riesgo pueden ser más
poderosos que otros durante ciertas etapas del desarrollo, como la presión de los
compañeros durante los años de la adolescencia; al igual que algunos factores de
protección, como un fuerte vínculo entre padres e hijos, pueden tener un impacto mayor
en reducir los riesgos durante los primeros años de la niñez. Una meta importante de
la prevención es cambiar el balance entre los factores de riesgo y los de protección de
manera que los factores de protección excedan a los de riesgo.
Las interacciones fuera de la familia pueden involucrar riesgos tanto para los
niños como para los adolescentes, tales como:
78
c. la asociación con compañeros que abusan de las drogas.
Las investigaciones han mostrado que los períodos claves de riesgo para el
abuso de drogas son durante las transiciones mayores en la vida de los niños. La
primera transición importante para un niño es cuando deja la seguridad de la familia y
va a la escuela por primera vez. Después cuando pasa de la primaria a la escuela
media, a menudo experimenta nuevas situaciones académicas y sociales, como
aprender a llevarse con un grupo más grande de compañeros. Es en esta etapa–la
adolescencia temprana–que hay más probabilidad de que los niños se enfrenten por
primera vez a las drogas.
Cuando los adultos jóvenes dejan sus hogares para ir a la universidad o para
trabajar y se encuentran solos por primera vez, su riesgo para el abuso de drogas y del
alcohol es muy alto. Por lo tanto, también son necesarias las intervenciones para los
adultos jóvenes.
79
HABILIDADES SOCIALES
Los seres humanos somos seres sociales y, por tanto, debemos adquirir una
serie de habilidades sociales que nos permitan vivir en armonía con los que nos
rodean, puesto que necesitamos a los demás para sobrevivir y para disfrutar de una
vida emocionalmente sana.
1. Escucha activa
Hay una gran diferencia entre escuchar y oír. Saber escuchar es muy
importante en la comunicación con otras personas y, aunque no siempre nos demos
cuenta, en ocasiones pasamos más tiempo pendientes de lo que nosotros pensamos
y de lo que nosotros decimos en vez de escuchar activamente al otro.
80
2. Asertividad
3. Validación emocional
4. Empatía
5. Capacidad de negociación
Cuando compartimos el día a día con personas es necesario tener una buena
capacidad de negociación. Ya sea con los compañeros de trabajo o con la pareja,
saber negociar es una competencia necesaria pues puede evitarnos muchos conflictos.
Además, el conflicto puede surgir cualquier relación, y aprender a manejarlo y a
negociar es una manera sana y esencial para hacer que las relaciones funcionen.
81
6. Respeto
7. Credibilidad
8. Compasión
9. Pensamiento positivo
82
10. Regulación emocional
12. Paciencia
13. Cortesía
Cuando somos corteses y educados con otras personas rara vez serán
desagradecidas con nosotros. Compórtate con respeto y de forma educada con los
demás y ya verás cómo te van mucho mejor las cosas. Ser gentil y amable, siempre es
un plus.
83
mensaje que queremos. Esto parece fácil, pero no siempre ocurre así. Utilizar ejemplos
concretos, tener una buena capacidad de improvisación, vocalizar correctamente o
considerar los tiempos son estrategias útiles.
84
ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN EN PREVENCIÓN DE
RECAÍDAS
Hoy día teniendo en cuenta los grandes avances tecnológicos y científicos en
lo referido a las adicciones, se disponen de varias estrategias e instrumentos de
valoración de habilidades de afrontamiento y/o situaciones de riesgo, elaborados
fundamentalmente para desarrollar procedimientos específicos de intervención en la
prevención de recaídas. Para esto se propone una clasificación en cinco tipos de
procedimientos:
1) Auto registros
3) Fantasías de recaída.
4) Observación directa.
5) Cuestionarios o autoinformes.
85
bien la información puede ser muy valiosa para el terapeuta, esta puede estar un poco
distorsionada por errores de memoria, este instrumento brinda para sí mismo
información que a su vez sirve como retroalimentación inmediata, y es una gran ayuda
para poder centrarse en un posterior cambio de comportamiento.
Hay que destacar que uno de los problemas que siempre se suele plantear en
este tipo de procedimientos es el seguimiento de las instrucciones, es por ello que
mencionaremos que en un estudio de Wilkinson y Le Breton (1988) con jóvenes
politoxicómanos, se encontró que el 30% de los pacientes no cubría el registro diario.
Por lo que el incumplimiento de los mismos suele significar un mal pronóstico, dado
que aparenta indicar una baja motivación del paciente.
Como un hecho que hay que resaltar, es que uno de los riesgos para el
propósito de la evaluación es la reactividad o reticencia que se produce en los
pacientes, la cual se ve acentuada por tratarse de una conducta que el sujeto desea
eliminar. En este contexto, el autorregistro puede ser considerado un componente
activo del tratamiento. Una recomendación para este tipo de evaluación es que esta
86
reactividad que mencionamos puede verse reforzada si el registro se realiza antes del
consumo de la sustancia y consensuado con el paciente que consume tabaco o
alcohol, entre otros. Por otra parte, la cumplimentación de los autorregistros posibilita
la elaboración de “gráficas de consumo” reforzando la abstinencia del sujeto, al
proporcionar un feedback visual de los progresos individuales, situación que debe
hacer notar el terapeuta.
Fantasías de recaída
87
esta es una de las estrategias específicas para la evaluación de situaciones de alto
riesgo. La misma consiste en que el sujeto debe imaginar en modo propio y sin
ninguna ayuda, cómo cree que podría ocurrir su vuelta al anterior hábito de consumo
de drogas. Esta información es de gran utilidad dado que al terapeuta le permite
evaluar las situaciones de riesgo potenciales a través de cómo el paciente percibe la
posibilidad de una recaída y cómo cree que se sentiría y se comportaría en esa
situación.
Observación directa
88
(consideremos que la topografía hace referencia a una representación gráfica con sus
formas y detalles, tanto naturales como artificiales), analizando parámetros como la
frecuencia, es decir la cantidad de cigarrillos consumidos por día o número de
chupadas por cigarrillo, duración del cigarrillo o de la chupada, intervalo en termino de
minutos o cantidad de horas entre cigarrillos o entre chupadas y volumen de la
inhalación de la conducta de fumar.
89
que otras estrategias. Aun así, no está claro en qué medida las observaciones en
situaciones de consumo simuladas pueden llegar a ser representativas del ambiente
natural.
Cuestionarios o Autoinformes
90
La evaluación de las situaciones de riesgo y la delimitación y caracterización
del patrón del consumo del paciente, deberían de constituir una de las etapas previas
al diseño de una intervención conductual en la prevención de recaídas.
1=” nunca”
2=” raramente”
3=” frecuentemente”
Tejero, Trujols y Avellanas (1991) realizaron un trabajo con una muestra de 124
pacientes adictos a la heroína, de este trabajo se desprende que el IDTS parece poseer
una consistencia y validez interna satisfactoria. Estos autores constatan la existencia
de cuatro subgrupos diferenciados de respuestas:
91
3) Evitar un malestar físico.
92
de antecedentes de sus recaídas anteriores, con el fin de poder desarrollar un plan
para interrumpir la posible ideación de recaída futura. Esta estrategia está ubicada en
la cuarta fase de las nueve de las cuales consta el proceso de intervención global que
desarrollan estos autores, y consiste en que el paciente elabore una lista personal de
señales de aviso de vuelta al consumo, debiendo hacerlo con exactitud, eligiendo
entre 3 y 5 situaciones que se le presentan por escrito por medio de un formulario que
consigna una revisión de 37 señales de advertencia.
93
propuesta por Hughes y Hatsukami (1986) que evalúa los síntomas de abstinencia a
la nicotina.
94
presentan 16 situaciones incluidas en las siguientes categorías: frustración e ira,
estados emocionales negativos y situaciones de tentación, todas ellas relacionadas
tanto con situaciones intrapersonales como interpersonales. En el Situational
Competency Test, el paciente escucha cada una de las situaciones a través de una
grabación mientras se imagina a sí mismo como si realmente se encontrara allí, luego
de esto debe describir lo que haría o diría en cada una de ellas.
Los autores han propuesto la utilización de cuatro medidas para evaluar las
respuestas de los sujetos:
1) Latencia
2) Duración de la respuesta
3) Condescendencia
4) Descripción de la respuesta.
95
Evaluación de expectativas de autoeficacia
96
La Terapia Cognitivo Conductual
97
combinación de la Terapia-Cognitivo Conductual con fármacos específicos para el
abuso de drogas, b) en la forma de emplear el tratamiento de una forma más eficaz,
c) en la combinación con otros tipos de terapias, d) o en la utilización de las nuevas
tecnologías.
98
significativamente altas, esto es citado habitualmente como un indicador tanto por la
naturaleza patológica de los adictos como de la naturaleza irreversible de las
conductas adictivas. Aunque estas conductas podrían considerarse atípicas o
anormales, si no se observaran con frecuencia fracasos en el incumplimiento de
propósitos previamente estipulados como una característica de la conducta humana,
se podría decir que la reincidencia es probablemente un proceso normal, si
suponemos que estas pueden llegan a ocurrir y aportan información del porqué de las
mismas, y que a la vez puede comprenderse mejor estudiando situaciones no
patológicas en muestras normales más que en muestras clínicas.
Mas allá de cómo se defina una recaída, las investigaciones señalan que la
mayoría de las personas que tratan de cambiar su comportamiento en una
determinada dirección como, por ejemplo, perder peso, reducir la hipertensión arterial,
dejar de fumar, entre otros intentos, experimentarán lapsos (es decir caídas o errores)
que frecuentemente conducirán a una recaída, lo que no quiere decir que tal vez no
logren su objetivo. Esto es tal vez la problemática más difícil al que deben enfrentar
los investigadores y los profesionales que trabajan en el ámbito de la las conductas
adictivas. La mayoría de estos clínicos reconoce que, si bien el hecho de abandonar
un comportamiento problemático como el uso de las drogas puede llegar a ser
dificultoso, mantenerse sin retornar a dicho comportamiento es aún más difícil.
99
las habilidades, el abordaje desde la terapia cognitiva y el reequilibrio en el estilo de
vida.
Para los pacientes que sufren problemas con las adicciones, el entrenamiento
en habilidades de afrontamiento es quizás la piedra angular de la Terapia de
Prevención de recaídas, incluye entre otras situaciones la enseñanza de: a) entender
la recaída como un proceso, b) identificar y hacer frente eficazmente a las situaciones
de alto riesgo, c) hacer frente a los impulsos y el deseo de consumo, d) implementar
procedimientos de control de daños durante un consumo puntual (caída) para reducir
al mínimo las consecuencias negativas, e) seguir participando en el tratamiento,
incluso después de una recaída, y f) aprender a crear un estilo de vida más equilibrado.
10
0
mayoría de las ocasiones, esta terapia se ha utilizado como un método general de
afrontamiento de las recaídas en el consumo de drogas, es decir, como un tratamiento
cimentado en el modelo de prevención de recaídas que habitualmente invoca
explícitamente al modelo de Marlatt y Gordon.
Según Vallejo (2006), “Mindfulness es un término que no tiene una palabra que
pueda traducirse al castellano, pero puede entenderse como atención y conciencia
plena, presencia atenta y reflexiva. Estos términos: atención, conciencia y referencia
al momento concreto están incluidos de lleno en su significado. Viene a plantear, por
lo tanto, un empeño para centrarse en el momento presente de forma activa y
reflexiva. Una opción por vivir lo que acontece en el momento actual, el aquí y el ahora,
frente al vivir en la irrealidad, el soñar despierto”.
10
1
asienten que toda persona que presenta problemas adictivos cursa por diferentes
estadios de cambio en una evolución no lineal, sino más bien helicoidal. En este
contexto, y con el fin de intentar mejorar los resultados del tratamiento con la
posibilidad de reducir la probabilidad de recaída, se ha planteado el uso de tácticas de
Terapia para la prevención de recaídas en relación a los estados motivacionales de
los pacientes, consignados en los llamados “modelos de cambio”. Estos últimos
resaltan diferentes fases de cambio en la descripción, explicación y predicción del
proceso de abandono de diferentes conductas adictivas, opuestamente a la visión
tradicional del cambio como un suceso dicotómico es decir “abstinencia vs. Consumo”.
Es en este marco que se describe el cambio como un proceso a lo largo del tiempo,
en lugar de enfatizar la abstinencia como el primer objetivo a alcanzar, cuando en
realidad es todo lo contrario. El desarrollo y la incorporación en la práctica clínica de
esta perspectiva junto a las estrategias del TPR, permite integrar las diferentes
técnicas y tratamientos validados en un contexto más propicio que permita mejorar la
efectividad de las intervenciones.
10
2
Terapia familiar
El consumo de drogas sigue siendo un problema de salud pública de enormes
proporciones, en el Informe Mundial de Drogas 2017, el representante de la Oficina de
Naciones Unidas (ONU) contra la Droga y el Delito, Antonio Mazzitelli, dio a conocer
que en el mundo hay 255 millones de personas que por lo menos han consumido una
vez algún tipo de droga ilegal. El uso y abuso de sustancias adictivas constituye un
complejo fenómeno que tiene consecuencias adversas en la salud individual, en la
integración familiar y en el desarrollo y la estabilidad social. Aunque en la actualidad
toda la sociedad está expuesta a las drogas, hay grupos más vulnerables que otros a
sufrir consecuencias negativas de su uso, como los niños y los jóvenes, quienes
pueden truncar su posibilidad de desarrollo personal y de realizar proyectos positivos
de vida. La definición de droga propuesta por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) se refiere a todas las sustancias psicoactivas como: “…cualquier sustancia que,
al interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de ánimo,
cognición, conducta o funciones motoras”. Esto incluye el alcohol, el tabaco y los
solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos psicoactivos.
10
3
pues se juzga la conducta de los padres como buena o mala y se intenta establecer la
correlación existente entre esta conducta y el comportamiento de los hijos.
10
4
drogas, e intentan alterar estas contingencias por lo que la familia puede ayudar a
promover la abstinencia del individuo. Los enfoques de sistemas familiares abordan las
relaciones familiares problemáticas y los modelos de gestión que influyen en el
consumo de drogas del individuo. Por lo general abordan el consumo de drogas
indirectamente, ayudando a la familia a desarrollar nuevas formas de interacción que
mejoren el funcionamiento de los miembros de la familia y apoyen el estilo de vida libre
de drogas de la persona.
10
5
el consumo de drogas hasta los 15 meses tras la inclusión que el SAU. La intervención
FFT está ampliamente introducida en las clínicas de salud mental y de atención a los
jóvenes en todo el país y en Europa, lo que demuestra una esperanza considerable en
transportar los esfuerzos por aumentar el uso de prácticas basadas en la evidencia.
10
6
pacientes, dicha terapia consigue mejorar de forma significativa el funcionamiento en
la familia (comunicación, ambiente, flexibilidad, disminución de conflictos, etc.) y la
normalización e incorporación social.
10
7
APLICACIÓN DE LA TFS
La madre no se distancia nunca, permaneciendo dependiente de la relación con la propia madre. Sea
desde el punto de vista objetivo, sea desde el punto de vista emocional
Las dificultades de distanciamiento de los padres crean una unión matrimonial fundada en el intento de
replicar y resolver las temáticas referentes a las propias familias de origen;
La adolescencia del hijo es una información traumatizadora para los padres, por lo que el adolescente no
es reconocido en sus tensiones evolutivas;
El uso de drogas se convierte en una autoterapia, para enfrentar las desilusiones y los rigores de una
infancia llena de privaciones y de un modelo de crecimiento no querido, y a la vez en un vehículo de
protesta respecto de las numerosas exigencias reivindicativas no vividas conscientemente a causa de los
mecanismos de ocultamiento.
10
8
Las relaciones padre-hijo en las familias de personas con problemas de
adicción son descritas por éste como muy negativas, con una disciplina ruda e
incoherente, donde se pueden observar dos tipos de padres, un “hombre de paja”
autoritario y violento pero fácilmente controlado por la madre; los hermanos del varón
con problemas de adicción suelen tener una relación más positiva con el padre, en el
caso de las mujeres están en abierta competencia con las madres, mientras sus
padres se caracterizan por ineptos, indulgentes, sexualmente agresivos y a menudo
con problemas de alcoholismo (Stanton y cols., 2006).
10
9
La probabilidad del incesto es mucho mayor que en otra
circunstancia.
Figura 2.- Factores familiares de la persona con problemas de adicción (Castillo, Pérez y Rábago,
2016; basado en Stanton y cols., 2006).
La euforia de la persona con problemas de adicción como comunicación análoga a un apego simbiótico
con la madre.
“soy infantil, pero me separo, me diferencio, aunque sea en el clímax del efecto de la droga.
“la resaca me rescata de la angustia de haber dicho lo que dije, me siento culpable y vuelvo a ser el niño
que necesita mi familia”.
En la sexualidad, la droga lo rescata de compromisos, tanto hetero como homosexuales, siguiendo leal a
la familia. La droga otorga una experiencia cuasisexual.
La subcultura de la droga, le brinda un espacio para ser un adulto exitoso, “soy triunfador en un mundo
de perdedores”.
Si la persona con problemas de adicción deja la adicción, está siendo traidor a la familia, de allí porque
es difícil dejar este rol.
Figura 3.- Síntesis de la metáfora del síntoma percibido por el hijo con problemas de adicción
(Castillo, Pérez y Rábago, 2016; basado en Stanton y cols., 2006).
11
0
Así mismo, es posible identificar la secuencia de interacción que se
complementa con los dobles mensajes del fenómeno (ver figura 4):
Me sacrifico teniendo
Nuestro matrimonio no es
problemas de adicción a
el mejor porque no
cambio solo pueden ser
tenemos las agallas para
padres y solo me amaran y
salvarlo o hablarlo, que otro
cuidaran a mí, “si y solo si”
lo haga por nosotros
soy leal a mi rol de adicción
Figura 4.- Pauta de interacción familiar que favorece el problema de la adicción (Castillo, Pérez y
Rábago, 2016; basado en Stanton y cols., 2006).
11
1
CONTACTO INICIAL
Cuando se lleva a cabo la entrevista inicial con el paciente identificado (PI)
la preocupación del terapeuta va dirigida a tres aspectos:
11
2
ESTRUCTURACIÓN DE LA ENTREVISTA
Apertura: las primeras preguntas de la sesión deberían relacionarse con el
historial de uso de drogas y tratamiento del PI. “háblame un poco sobre tu hábito”,
“¿alguna vez intentaste abandonarlo?”. El terapeuta puede valerse de ello para
proporcionar un enfoque familiar del problema.
11
3
participación de la familia. Como estas hipótesis vienen primeramente del PI, se
deben de considerar como hipótesis de trabajo tentativas hasta que el terapeuta
pueda tratar con toda la familia.
11
4
PRINCIPIOS Y TÉCNICAS PARA LOGRAR QUE LAS
FAMILIAS “RESISTENTES” COLABOREN CON EL
TRATAMIENTO.
Cuanto más pronto se contacte a la familia es más fácil de lograr el
reclutamiento, se debe abordar con lenguaje no acusatorio hacia los miembros de
la familia, el énfasis se debe poner en ayudar al PI a “ser lo que puede ser”.
El terapeuta debe adoptar las metas que la familia tiene para el PI como
metas primarias del tratamiento. Éste debe ser enérgico en el proceso, entusiasta,
insistente y capaz de tolerar los rechazos de la familia, convencido del valor de su
tarea y pensar que será útil para la familia. Esta convicción se comunicará a los
pacientes y contribuirá a alterar su situación negativa (Stanton y cols., 2006).
Después del reclutamiento el terapeuta debe de ser flexible y hábil para que
el proceso no se atasque. El centro del tratamiento debe tener políticas flexibles que
permitan la flexibilidad del terapeuta.
El Modelo Terapeútico
reestructuración.
11
5
prioridades (uso productivo del tiempo, estabilidad y autonomía) el terapeuta debe
conducir la terapia y responsabilizarse del cambio, la terapia debe ser breve y en
general no excede de seis meses. Si la familia se resiste el terapeuta debe postergar
el tratamiento y llegar al acuerdo de reiniciar la travesía cuando hayan decidido no
tener un miembro con problemas de adicción (Stanton y cols., 2006).
Por otro lado, lo que se busca en una terapia con personas que presentan
problemas de adicción, es generar la crisis con miras a producir un cambio
beneficioso. La crisis se puede generar en la sesión con técnicas como el
desequilibrio y la intensidad del modelo estructural. Cabe señalar que la
confrontación y las exhortaciones paradójicas no se aconsejan en tiempos de crisis.
Para evitar las luchas por el poder, el terapeuta debe acudir a la jerarquía apropiada
(los padres) cuando se busca el cambio y mantenerlos a estos en su rol de padres
independientemente de que afloren los conflictos conyugales, debido a que la meta
de la terapia es la recuperación del PI.
Técnicas Terapéuticas
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posible reforzar el límite que rodea al adolescente y su grupo de pares mediante: 1)
el uso de otro adolescente como co-terapeuta, 2) entrevistas conjuntas con el
adolescente y sus hermanos, 3) encomendar a los padres tareas que creen
distancia entre ellos y el joven.
Modelo Clínico
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ayuda para un futuro y aceptar que los problemas parentales no le incumben por
ahora.
El primer paso consiste en averiguar quién tiene un trato más periférico con
el hijo. El terapeuta pone al padre a cargo del hijo, y pide a la madre que se
comunique con el hijo a través del padre. Así el padre queda en medio de la intensa
relación entre el hijo y la madre. Aunque esta maniobra se define como beneficiosa
para la madre, ella tal vez intente reactivar su previo apego con el hijo. El terapeuta
debe bloquear esa maniobra. Si logra mantener al padre entre la madre y el hijo, da
el primer paso hacia la unión eventual entre padre y madre (Stanton y cols, 2006).
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La Muerte Como Motivación: El Uso De La Inducción De Crisis
Para Penetrar
Básicamente se trata de un proceso en el que el PI crea una crisis relacionada con
el uso de drogas para distraer a los miembros de la familia de conflictos interpersonales
más amenazadores dentro de la familia; el terapeuta puede destrabar este patrón con
intervenciones de reestructuración básica, por ejemplo el bloqueo de interacciones
disfuncionales entre los padres y la negativa a permitir los tópicos e improductivos patrones
de focalización sobre las drogas, cuando las familias están muy estancadas y no reaccionan
ante estas estrategias, el terapeuta debe intensificar sus intervenciones para que la familia
supere esta estabilidad problemática y pueda progresar (Stanton y cols, 2006).
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