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Agnes Heller.
La felicidad va más allá del humano, y más aún del humano moderno, donde si
bien hemos avanzado en nuestro racionamiento lo cual ha creado un ambiente de
comodidad, por el lado de la felicidad ha creado una serie de complicaciones para
alcanzarla, pues entre más piensas en lo que es y cómo la obtienes, más
irracional podría llegar a parecer, y en terrenos que no están firmes, el humano
prefiere retroceder y buscar otras opciones , mientras esto ocurre podemos tener
destellos de esa luz llamada felicidad, pero la humanidad como avara que es, le
apetece deslumbrarse como si de la luz del sol habláramos.
Muchas veces la felicidad la vemos en las cosas materiales, creemos que solo
seremos felices si conseguimos el empleo de nuestros sueños, el carro que tanto
anhelamos, la casa que deseamos poseer, el teléfono último modelo, entre
muchas otras cosas. Quizá también la felicidad creemos que la tendremos cuando
podamos hacernos todas esas operaciones estéticas porque simplemente no
estamos satisfechos con nuestro aspecto físico, quizá la felicidad la obtendremos
cuando tengamos más amigos, cuando encontremos a esa pareja perfecta que
nos pintan o cuando encontremos un “amor verdadero”. Pero cuantas veces
hemos visto personas poderosas, de alto prestigio y linaje que de cierta forma
podrían obtenerlo absolutamente todo y al igual que muchos se cuestionan “tengo
todo lo que otra persona podría desear, pero ¿De qué me sirve? Si no soy feliz”.
Como humanos modernos nos centramos tanto en buscar esa felicidad en nuestra
vida que cuando alguien muere y no la halló, porque así somos y nos
preocupamos tanto por ello que no disfrutamos en absoluto nada de lo que es
realmente es la vida y entonces morimos “infelices” e insatisfechos.
Como bien menciona este escrito a la humanidad moderna nos han lanzado con
total libertad para decir que la felicidad es algo subjetivo. Un sentimiento o una
emoción que solo es momentáneo.
La felicidad para el humano moderno va enfocado a todos esos momentos,
circunstancias o incluso de un objeto que ha sido tan impactante en su vida que le
dio una importancia y a ello ha llamado felicidad. Ahora cualquier situación en la
vida de uno es válida al decir que ese ha sido el momento más feliz de su vida.
Y esto podría sonar de los más congruente y cómodo para todos, pero la realidad
es otra porque solemos tener expectativas de estos momentos, quizá hemos
idealizado hasta esta cosa de la felicidad, estas mismas expectativas hacen que
estandaricemos nuestras experiencias personales, es decir, la persona se siente
feliz cada vez que se debe sentir así. Y es ahí donde la felicidad se ha vuelo algo
banal cuando dejamos que ese momento en el que somos felices solo lo somos
porque así es como socialmente nos dicen que debe ser.
Algo muy interesante que nos muestra la escritora es que solemos dar termino de
felicidad a esos momentos que muchas veces pueden repetirse y le quitamos esa
experiencia de dicha y placer, dejan de ser momentos felices para convertirse en
algo monótono, pierde esa intensidad emocional que nos provoca en todo nuestro
ser al ser la primera vez que la experimentamos.
Estar satisfecho o en bienestar puede ser ultrajoso, las necesidades deben ser
reconocidas, incluso, criticadas hasta donde se pueda, pero cualquiera que sea el
caso, el bienestar o la satisfacción no son necesariamente relacionados a los
méritos personales o a los logros, están muy frecuentemente enraizados en la
psique. Si la felicidad es un suplemento social o personal a la experiencia de la
alegría, o, completamente enraizado en la psique personal, no es un asunto
filosófico, ni único, y únicamente decisivo, de la experiencia humana existencial
Agnes en este texto nos explica tres historias que nos darían una mejor
perspectiva del concepto moderno de felicidad, para ser exactos lo que trataba de
hacerns ver es la imposibilidad de contar con dicho concepto.
Goethe cuenta la historia de Fausto, quien pacta con el diablo para disfrutar la vida
al máximo, sin embargo siempre queda insatisfecho. Al final de la historia habrá un
momento de felicidad, un momento donde Fausto quiere para siempre quedarse.
Se dirige al momento con las palabras prohibidas. Al hacerlo, ya no está maldito
y se salva.
Estas historias modernas de felicidad, como bien nos dice Agnes no tienen nada
que ver con la historia de Solon. En la cual nos dice que la felicidad es una mera
semblanza siempre y cuando pueda ser perdida; las virtudes establecidas, y
practicándose constantemente, nunca llegan a perderse.
Ahora bien vemos que en nuestra actualidad la felicidad es aun algo que no
podemos alanzar y es muy cierto que seguimos luchando y buscando cosas que
aún no alcanzamos, podría decirse que buscamos la felicidad en algo que no
tendremos y no sabemos bien si lo tendremos, en vez de estar en el presente
disfrutando de lo que se tiene y ser feliz porque lo tenemos, sin embargo esto no
es así no tenemos límites y aunque alcancemos “eso” que nos hará feliz vamos y
buscamos más, más de todo…más poder, mas reconocimiento, mas riquezas,
etcétera. Por eso Agnes describe a la sociedad moderna como insatisfecha,
insatisfecha de lo que tenemos en el ahora, de lo que nos tocó, de nuestro
destino.
Esto mismo parece que podemos verlo en nuestra primera historia de Maeterlinky
es que como nos explica el hecho que al final los niños obtienen la felicidad que
tanto habían buscado y por la cual se habían sentido desilusionados por no
hallarla en un lugar en el que ya estaban, se sintieron cómodos ahí, apreciaron y
se sintieron SATISFECHOS justo donde estaban, con lo que tenían.
Algo que Agnes nos comenta y estoy totalmente de acuerdo es acerca de cómo es
que en la sociedad moderna llega a la conclusión de que la felicidad siempre está
perdida y quien no cree que perdió la felicidad no fue realmente feliz, y eso me
pone a pensar que quizá sin estos momentáneo destellos de felicidad nunca
sabríamos o tendríamos cierto concepto de felicidad, quizá tiene algo de sentido
ahora porque para la sociedad moderna la felicidad siempre está perdida. Es su
forma de sentirla.
Además que se puede ser tanto infeliz como feliz experimentando muchas
situaciones de derrota, desdicha, la alegría, el éxito o el franco y eso mientras uno
vive una vida buena o mala, estemos conformes o no.
Hay algo que aun cuando a lo hemos tomado en cuenta nuevamente nos hace
plantearnos algo diferente sobre la conformidad para el humano moderno y es que
es verdad que si somos desdichados, es decir insatisfechos con lo que tenemos
como es que podemos estar por tanto tiempo conforme con algo por mucho
tiempo.
Entonces realmente todo esa felicidad que se nos pinta, la que imaginamos y la
que hemos llegado a escuchar alguna vez por otras persona lo más probables es
que sea falsa, no sabemos que perseguimos solo tenemos una idea modificada
por muchas personas…no sabemos a ciencia cierta lo que es, pero vamos por la
vida tratando de encontrarla y puede que no la hallemos realmente.
Desde que el hombre y la mujer son accidentales, desde que son tirados al mundo
por casualidad, sin recibir en el tiempo de su nacimiento de su vida un camino al
cual dirigirse, podemos decir que los hombres y mujeres modernos son lanzados o
tirados a la libertad o a la nada, es casi lo mismo. Desde que los hombres y
mujeres modernos no reciben el destino de su vida o de su nacimiento para
volverse ellos mismos, deben destinarse ellos mismos. Si fallan al destinarse
ellos mismos, otros decidirán por ellos, en vez de ellos mismos. No sólo de sus
actos y sus creencias, pero también de su ser. Serán completamente
heterogéneos. Ahora, nadie es completamente heterónomos, nadie tampoco es
completamente autónomo. Pero, mientras más una persona se destine a ella
misma, entonces más se volverá lo que es, y puede vivir una vida mejor.
Lo cierto es que calificar una vida como buena o mala, no es algo que podríamos
hacer sin embargo la sociedad si lo hace, es decir, por actos que una persona
haga es como es “Juzgada”, pero una persona siempre elije que rumbo tomar en
su vida o sea si quieres ser una persona decente o no. Como bien mencionaba
podrían considerar personas decentes por sus actos o virtudes, pero en la vida
moderna no es así ya que es necesario averiguar cómo llevar una vida buena por
sí mismos. O sea que a final de cuentas cada persona es decente como desea
serlo.
¿Por qué esa obsesión por alcanzar esa felicidad ideal? En relación con esta
pregunta… ¿existe la situación ideal? ¿La felicidad ideal? ¿El amor ideal?¿la vida
ideal? Para mí, creo que no la hay, y siento sinceramente que uno es mucho más
feliz sabiendo vivir primero, aceptando sus defectos, sabiendo convivir con ellos y
aprendiendo para con el tiempo mejorarlos. No creo para nada en la perfección;
creo en el respeto hacia todo y hacia todos, hacia la manera que tiene la persona
que tengo delante de vivir, de vestir, de hablar, sin pararme a lanzar juicios de
valor sin saber absolutamente nada de él o ella, y así sucesivamente con todo. El
coche que consideres ideal no lo será porque quizás consuma mucho, la casa que
tú crees que es la de tus sueños probablemente cuando te llegue la primera
factura de la luz dejará de serlo, y así con todo; porque la realidad es que por
mucho que nos empéñensenos en idealizar un felicidad, lo ideal no existe..
Todos los desengaños, las frustraciones, los lamentos, vienen en gran parte por
buscar todo eso que consideramos como ideal, aquello que dábamos por hecho
que teniéndolo seríamos felices, y sin embargo, llegado ese momento vemos que
no es así.
La Vida moderna tiene como valor supremo a la libertad y es curioso que aunque
esta palabra pueda significarse tanto y creyéremos que nos ofrece mucho a
nuestra vida, la verdad es que no nos ofrece nada con certeza, al contrario…se
lleva toda certeza. Y es debido a esta libertad que el ser humano moderno no
puede elegir ser feliz, se perdieron de esa libertad teniendo esta misma como
principal fundamento de la felicidad.
Es debido a esto que ninguno puede dejar de pensar y anhelar en alcanzar esa
felicidad, pero aquí lo único cierto es que para el ser humano moderno el tèrmino
de felicidad siguen siendo las mismas banalidades… querer tener algo que los
satisfaga, logros, dinero, reconocimiento, salud, un buen trabajo, etcétera. Sin
embargo bien sabemos que nada de todo eso terminara por hacernos lo
suficientemente felices, no funciona así la felicidad.
Y algo que está sumamente claro es que, debemos dejar que esa bendición
llamada felicidad ocurra cuando tenga que ocurrir, dejar de perseguir algo que no
podremos atrapar, solo dejar que esto fluya así no siempre podamos sentirlo, creo
que es mejor vivir con aquel recuerdo de ese momento feliz y esperar por el
siguiente disfrutando de lo que en ese momento tengas. Quizá nuestra mejor
opción es dejar de buscar.
[1] Agnes Heller. (1999). Conferencia magistral: El falso pájaro azul de la felicidad, 1, 5-
12.
[2] Chalmeta Olaso, G. (2014). Ética especial: el orden ideal de la vida buena. Ética
especial, 1-222.
[3] Veenhoven, R. (2005). Lo que sabemos de la felicidad. Calidad de vida y bienestar
subjetivo en México, 1, 17-56.
[4] Seligman, M. E. (2017). La auténtica felicidad. B DE BOOKS.