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Pasantia61
Pasantia61
Toda agua servida o residual debe ser tratada tanto para proteger la salud pública como
para preservar el medio ambiente. Antes de tratar cualquier agua servida debemos
conocer su composición. Esto es lo que se llama caracterización del agua. Permite
conocer qué elementos químicos y biológicos están presentes y da la información
necesaria para que los ingenieros expertos en tratamiento de aguas puedan diseñar una
planta apropiada al agua servida que se está produciendo.
Una Planta de tratamiento de Aguas Servidas debe tener como propósito eliminar toda
contaminación química y bacteriológica del agua que pueda ser nociva para los seres
humanos, la flora y la fauna de manera que el agua sea dispuesta en el ambiente en
forma segura. El proceso, además, debe ser optimizado de manera que la planta no
produzca olores ofensivos hacia la comunidad en la cual está inserta. Una planta de
aguas servidas bien operada debe eliminar al menos un 90% de la materia orgánica y de
los microorganismos patógenos presentes en ella.
Como se ve en este gráfico, la etapa primaria elimina el 60% de los sólidos suspendidos
y un 35% de la DBO. La etapa secundaria, en cambio, elimina el 30% de los sólidos
suspendidos y un 55% de la DBO.
Normalmente las plantas están diseñadas para tratar un volumen de agua constante, lo
cual debe adaptarse a que el agua servida producida por una comunidad no es constante.
Hay horas, generalmente durante el día, en las que el volumen de agua producida es
mayor, por lo que deben instalarse sistemas de regulación de forma que el caudal que
ingrese al sistema de tratamiento sea uniforme.
Tiene como objetivo eliminar los sólidos en suspensión por medio de un proceso de
sedimentación simple por gravedad o asistida por coagulantes y floculantes. Así, para
completar este proceso se pueden agregar compuestos químicos (sales de hierro ,
aluminio y polielectrolitos floculantes) con el objeto de precipitar el fósforo, los sólidos
en suspensión muy finos o aquellos en estado de coloide.
En esta etapa se elimina por precipitación alrededor del 60 al 70% de los sólidos en
suspensión. En la mayoría de las plantas existen varios sedimentadores primarios y su
forma puede ser circular, cuadrada a rectangular.
Desinfección [editar]
Desde el punto de vista de la salud pública se encuentra aceptable un agua servida que
contiene menos de 1.000 coliformes totales por 100 ml y con una DBO inferior a 50
mg/L.
Una vez concluida la etapa de digestión microbiana, ya sea aerobia o anaerobia, los
fangos aún contienen mucha agua (alrededor de un 90%) por lo que se requiere
deshidratarlos para su disposición final. Para ello se han diseñado dos métodos
principales: secado por aire y secado mecánico.
Para el secado mecánico existen filtros banda, filtros prensa, filtros de vacío y
centrífugas.
Los fangos deshidratados deben disponerse en una forma ambientalmente segura. Para
ello, según el caso, pueden llevarse a rellenos sanitarios, ser depositados en terrenos
agrícolas y no agrícolas o incinerados. La aplicación en terrenos agrícolas requiere que
el fango no presente sustancias tóxicas para las plantas, animales y seres humanos. Lo
habitual es que sí las contengan por lo que lo normal es que sean dispuestos en rellenos
sanitarios o incinerados.
Basura
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido
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1 Clasificación de los residuos
o 1.1 Residuos de clasificación
o 1.2 Basura espacial
o 1.3 Basura tecnológica
2 El problema de los residuos
o 2.1 Solución propuesta al problema
2.1.1 Problema del crecimiento del consumismo
2.1.2 Reducción
2.1.3 Planificación correcta de los residuos
2.1.4 Canalización de residuos finales
2.1.5 Transformación integral de residuos
3 Referencias
4 Enlaces externos
Residuo orgánico: todo desecho de origen biológico, que alguna vez estuvo vivo
o fue parte de un ser vivo, por ejemplo: hojas, ramas, cáscaras y residuos de la
fabricación de alimentos en el hogar, etc.
Residuo inorgánico: todo desecho de origen no biológico, de origen industrial o
de algún otro proceso no natural, por ejemplo: plástico, telas sintéticas, etc.
Residuos peligrosos (véase Gestión de Residuos Peligrosos): todo desecho, ya
sea de origen biológico o no, que constituye un peligro potencial (código
CRETIB) y por lo cual debe ser tratado de forma especial, por ejemplo: material
médico infeccioso, residuo radiactivo, ácidos y sustancias químicas corrosivas,
etc.
El papel y el cartón son de origen orgánico, sin embargo, para propósitos de reciclaje
deben ser tratados como inorgánicos por el proceso particular que se les da. La
excepción son los papeles y servilletas con residuos de comida que se consideran como
material orgánico.
Otros tipos de residuos, como los propios del metabolismo humano, también son
orgánicos, sin embargo son manejados a través de las redes de saneamiento y no a
través de esquemas de recolección y disposición final.
La basura espacial son todos aquellos objetos y fragmentos de origen humano que se
encuentran en órbita terrestre. La mayoría de la basura espacial es el resultado de la
destrucción en órbita de satélites y cohetes, estas destrucciones en algunos casos son
intencionales. Mediante potentes radares en la superficie terrestre puede rastrearse
objetos en órbita desde pocos centímetros de dimensión. Para 1993 se podían rastrear
más de 7000 objetos en órbita. De estos objetos el 20% son satélites que no funcionan,
desechos de lanzamientos 25% entre los que están cubiertas protectoras y partes de
cohetes, el 50% corresponde a fragmentos de satélites destruidos ya sea por explosión
intencionada u otra causa. El número de objetos detectables ha sido estimado en sólo
0.2% del total de objetos en órbita. Se estima que existen al menos 40 000 objetos de un
centímetro y muchos miles de menores dimensiones. La basura espacial de un mismo
origen pasa de ocupar una órbita definida (la órbita del objeto que le dio origen) a
diseminarse por toda orbita terrestre en unos 4 años.
Los objetos masivos son atraídos por la Tierra y se desintegran sin dejar rastro alguno,
sin embargo los objetos y fragmentos menores no logran salir de órbita (caer hacia la
Tierra) por lo que contribuyen a la basura espacial.
La basura espacial tiene gran repercusión en toda nueva misión espacial, ya sea que esté
destinada a permanecer en órbira o salir al espacio exterior. El peligro de colisiones es
significativo pues en la órbita baja los choques suelen ocurrir a 10 km/s. Un fragmento
de 3 mm a esta velocidad tiene el mismo poder que una piedra de 15 cm de diámetro a
110 km/h.