Está en la página 1de 3

GUÍA DE TRABAJO PRÁCTICO

a) Explique e identifique los conceptos de modernidad y progreso a partir de lo

tratado en clase, la bibliografía obligatoria y las páginas de la revista.

Tener en cuenta su organización, lema, rol de los periodistas, secciones, recursos

expresivos, entre otros aspectos.

Caras y Caretas

Un semanario o magazine ilustrado que apareció por primera vez en Buenos aires en
agosto de 1898. Se definió a sí mismo como festivo, literario, artístico y de
actualidades. Fue una hábil suma de géneros y estilos periodísticos, que supo
aprovechar la creciente expansión poblacional de Argentina donde exploró la dinámica
que emergía de los nuevos públicos y trató de amalgamar tradiciones y campos de la
prensa finisecular: la tradición festiva de publicaciones como El Mosquito y Don Quijote,
la tradición artístico-literaria de revistas como El Búcaro Americano, La Biblioteca,
Revista de América, integradas o amalgamadas a la matriz informativa de la prensa
diaria de concepción y tecnología más modernas. Esta revista iría explorando distintos
géneros periodísticos a la vez que surgían demandas específicas del público.

Caras y Caretas fue idea general del periodista español Eustaquio Pellicer, quien en
1890 editó en Montevideo, Uruguay una primera versión de Caras y Caretas, dedicada a
temas políticos, literarios y sociales. Pellicer fue invitado por Bartolomé Mitre y Vedia,
“Bartolito”, a participar en la fundación de una revista de actualidad y crítica jocosa, de
características muy similares a las de su pariente montevideana. En la aparición de la
revista, fechada el 19 de agosto de 1898, figuraban respectivamente:

Bartolomé Mitre y Vedia, en dirección

Eustaquio Pellicer, redactor

Manuel Mayol, dibujante

Meses más tarde, “Bartolito” se apartó y fue suplantado por José S. Álvarez (“Fray
Mocho”), escritor y periodista, quien se desempeñó como redactor y creador de viñetas
costumbristas que sirvieron de ejemplo para el género periodístico-literario.

El material literario de la revista tuvo niveles de calidad diferentes y puede decirse que
acogió desde firmas realmente significativas, como Quiroga, hasta colaboraciones más
afines con la transitoriedad del encargo periodístico. Horacio Quiroga reconoció que la
adecuación a las pautas y los espacios restringidos tuvieron influencia decisiva en la
maduración de su oficio de narrador, obligándolo saludablemente a la brevedad y a la
prieta economía de recursos estructurales y expresivos.

Caras y Caretas en su redacción amalgamó los nombres de la bohemia modernista con


los de esa pléyade de periodistas que luchaba por profesionalizar el oficio y por sustraerlo
de la afición literaria o política, al uso del viejo periodismo argentino. Entre esas figuras
profesionales destacan: Eustaquio Pellicer, Luis García, Leoncio Lasso de la Vega,
Félix Lima, Antonio Monteavaro y el propio “Fray Mocho”, junto a dibujantes como
Manuel Mayol, Arturo Eusevi, Aurelio Giménez, José María Cao, entre otros que
fueron responsables en conjunto de los perfiles gráficos y periodísticos de la publicación.

Caras y Caretas se asocia al concepto de modernidad por diversos motivos, entre ellos,
la variedad de contenidos que amalgamaron sus publicaciones; que hasta el día de hoy
podemos observarlas en la mayoría de revistas y periódicos. En esa época, fue la que
innovó e integró en sus publicaciones estas secciones:

 La viñeta  la crónica  las reseñas


costumbrista; deportiva; geográficas y de
 el cuento y la  los recetarios de viajes;
poesía; interés  la página
 la actualidad doméstico; infantil;
nacional e  los materiales  el humor
internacional; educativos; gráfico;
 el material  las  la historieta,
gráfico; curiosidades;  la nota social;
 la nota de  la noticia  la información
divulgación; policial y histórica;
truculenta;  los pasatiempos

Estas, fueron productos demandados cotidianamente por una sociedad dinámica y


heterogénea, en la que se valorizaron la información y el ascenso de la cultura alfabética.

Caras y Caretas pude definirse como la primera revista argentina de concepción


periodística moderna y masiva, pensada en primer término para una nueva clase de
lectores, con otros intereses más homogéneos y amplios. Un público de capas medias
criollas o inmigrantes, con ascenso social, mayor consumo y participación político-cultural,
que se encuentran con la formula integradora que propone la revista.

El progreso que atesoró en sus años, se debe en gran parte a su equipo; un grupo de
profesionales que tenía ideas suficientemente claras en un medio periodístico moderno y
una visión fructífera para avanzar en este medio que poco a poco se insertaba en el
mercado. En sus publicaciones, incorporó, a diferencia de publicaciones periodísticas
antecesoras, un tono medio. Es decir, más conciliador y abarcativo, como lo mencionaban
ellos; ni demasiado “serio” ni demasiado “chacotón”.

El nuevo público requería un producto más “ligero” en el que complementen la nota de


actualidad, la verdad periodística que atrae la atención y la caricatura que permite esbozar
una sonrisa. Para ello, Caras y Caretas invirtió en otros atractivos materiales, como:

 Calidad gráfica
 Rapidez
 Posibilidades tecnológicas- avanzadas para la época
 El tratamiento moderno de la página de avisos, que significó un importante
incremento de la inversión publicitaria y convirtió a la revista en un medio
altamente cotizado.

Caras y Caretas fue la primera revista argentina que incorporó de una manera regular
una historieta, hecho que se produjo en 1912 con la aparición sistemática de Viruta y
Chicharrón, dibujada originalmente por un norteamericano y después por artistas
argentinos. También tiene el privilegio de haber acogido en sus páginas al primer
personaje de historieta de la Argentina: Sarrasqueta (1913-1929) del dibujante Manuel
Redondo.

Caras y Caretas, para su época, significó un corte tajante en la historia de las revistas
argentinas. Un punto de flexión que se separaba con nitidez de los modelos y las utopías
culturalistas anteriores, para responder a la industria cultural moderna, que comienza a
operar con un ojo puesto en el comportamiento del mercado y con otro en la producción
de materiales capaces de atraer y consolidar la lealtad consumista de los lectores.

En definitiva, Caras y Caretas, refleja otra realidad técnica y sociocultural, que tiene que
ver con el crecimiento y la diversificación de la sociedad argentina, aunque se la vea
apenas como la seducción “populista” y el andarivel alternativo del gran proyecto
reproductivo de los hombres del ’80.

También podría gustarte