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El cambio climático ya está aquí y poco a poco va ganando presencia en los medios de
comunicación masivos y en el imaginario convencional.
Diez años después de “Una verdad incómoda“, DiCaprio recoge el testigo de Al Gore y
se embarca en un viaje destinado a concienciarnos, una vez más, sobre la verdad del
cambio climático. Y si en la producción apadrinada por ex-vicepresidente estadounidense
la verdad era incómoda en la del actor, también norteamericano, esta verdad es
dolorosamente urgente.
Nada ha cambiado desde entonces. O sí, pero para peor. El tiempo se agota y puede,
incluso, que ya sea tarde.
Como mensajero de la paz de la ONU para el cambio climático, DiCaprio visita distintos
lugares del mundo y entrevista a diferentes expertos y líderes mundiales para mostrar la
magnitud de los estragos que la desestabilización climática provocada por el
calentamiento del planeta ocasiona en los ecosistemas naturales y en las comunidades
humanas que dependen de ellos. También para preguntarse si aún es posible tomar medidas
reconduzcan o mitiguen esta situación casi crítica y cuáles podrían ser.
“Before the Flood” es correcto en el diagnóstico de la gravedad de los efectos del cambio
climático y en la evidencia de la necesidad acuciante de hacer algo al respecto. También en
la denuncia del negacionismo climático patrocinado por los poderes empresariales
relacionados con los combustibles fósiles, empeñados en sembrar la duda y en influenciar
al poder político para paralizar cualquier tipo de movilización en contra de sus intereses
económicos.
Sin embargo, más allá de mostrar la comprensible indignación y de entonar un cierto mea
culpa, el “Before the Flood” adolece de un marcado posicionamiento tecnooptimista y
de una patente tibieza en la propuesta de soluciones. En ningún momento cuestiona el
modelo social y económico dominante que nos está conduciendo al desastre ecológico ,
cuando cada vez es más obvio que este modelo está en la base del problema. Y las
soluciones que plantea no dejan de ser parches a dicho modelo: ajustes de consumo, voto o
dieta, impuestos sobre el carbono, reciclaje y adopción de tecnologías más limpias y
energías renovables. Un giro mero giro verde al capitalismo, aderezado con una
declaración de fe en la tecnología, que ahora mismo resulta poco verosímil y del todo
insuficiente.
Para los que ya conocen el fenómeno y sus implicaciones “Before the Flood” puede
resultar, entonces, superficial y no aportar gran cosa, más allá de evidenciar ese
sentimiento de urgencia creciente y del breve recetario de pequeñas soluciones parciales
que no cuestionan la base del sistema económico, social y de valores que necesitamos
transformar para poder sobrevivir, como especie, al gran cambio en la Tierra que ya se está
produciendo. Que ya está siendo, y será, el gran evento de nuestras vidas.
No, “Before the Flood” no es una propuesta revolucionaria. Aunque tampoco lo pretende,
porque su público objetivo no deja de ser ese ciudadano medio occidental nada o poco
informado, y a menudo desinformado, sobre este tema. Ese ciudadano que constituye aún la
mayoría de la población de las sociedades más culpables del cambio climático, las
nuestras. Sin su movilización ningún cambio será posible pues sólo, según el documental,
a través de la presión popular los políticos realizarán las acciones correctoras necesarias
para evitar mayores desastres. Es aquí, tal vez, donde radica el valor de esta producción:
pretender aumentar dramáticamente su consciencia del fenómeno gracias al enorme tirón
mediático del DiCaprio.