Adaptación al ámbito escolar de “El arte escénico de contar
cuentos” de F.Garzón y “Para contar un cuento” de Beatriz Hoster.
- Conocer las características del espacio y los asistentes:
*Número, edad, resonancia del lugar, luz adecuada, organizar un semicírculo, crear el círculo mágico delante, etc. *Establecer un clima relajado. Presentar el cuento, Esperar el silencio, Mirar a todos los oyentes, creando un pacto no verbal de comunicación y silencio.
– Seleccionar los cuentos:
*Si me ha motivado internamente. *Su lenguaje es compresible *Estructura progresiva: pasan cosas interesantes (comienzo, nudo y desenlace)
- Elegir el punto de vista desde el que contar y analizar el
cuento según este: Narrador, alguno de los personajes, testigo presencial, etc.
- Definir las características de los personajes:
*Vestidos, voz, comportamientos, gestos. *Crear una imagen visual de cada uno. *Dar una voz característica y diferenciadora jugando con entonación y tono.
- Ordenar mentalmente la progresión del cuento.
*Escribir o memorizar un guión argumental, visualizando las imágenes que marcan la cadena de sucesos, así como las fórmulas de comienzo y final.
- Fijar la verbalidad y gestualidad que por su belleza o
significación creamos imprescindible: *Retahilas, diálogos, rimas, repeticiones, comparaciones, onomatopeyas, momentos sonoros (Silbidos, llantos, carcajadas, etc) – Ensayar el cuento a solas, en voz alta y sin interrupciones hasta el final, cuidando la cadena de elementos esenciales y la expresividad. Escucharnos procurando una dicción clara, valorando el ritmo, la entonación y cuidando especialmente los elementos verbales fijados.
Comenzado el cuento:
– Hacer partícipes a os asistentes: crear pausas, invitar a
intervenir con sonidos onomatopéyicos o en respuestas reiteradas – Ayudar a memorizar fórmulas verbales: Mediante pausas, repeticiones, etc. – Invitarles a dramatizar pequeñas partes del cuento indicándoles sus diálogos. – No temer a los olvidos: La narración es flexible, un coautor puede aportar con seguridad. – Percibir el ritmo emocional en los oyentes: La resonancia previsible de la intensificación de la acción en ellos. – Integrar los comentarios de los asistentes ya que nos sirven para comprender el cuento desde la sensibilidad infantil.