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“MADRE DE DIOS CAPITAL DE LA BIODIVERSIDAD DEL PERÚ”

MISTERIOSOS RELATOS DE
MADRE DE DIOS
“Increíbles historias de duendes, sirenas, fantasmas, monstruos y animales en Madre de Dios”
Víctor H. Velásquez Zea

MISTERIOSOS RELATOS DE MADRE DE DIOS © Víctor Hugo Velásquez Zea


ecofaunabio@y ahoo.es

Facebook: VICTOR VELASQUEZ


Primera Edición noviembre de 2012
Tiraje 2000 ejemplares
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional de Peru: 2012-14757

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Maldonado – Madre de Dios
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Cita bibliográfica
Velásquez, Victor. 2012. Misteriosos Relatos de Madre de Dios. 1era edición. Madre de Dios –
Perú. 120 pp.

Impresión:
JL impresiones, RUC 10096170349 Jr. Libertad 3642-A, Lima 31, Perú

Están reservados todos los derechos de autor de acuerdo a ley. Se prohíbe la reproducción total o
parcial de este libro, bajo cualquier modalidad física o electrónica, sin permiso escrito del autor.

Dedicado a Lía y a Víctor, los pequeños niños guías del serpentario y a todos aquellos jóvenes
habidos de lectura. AGRADECIMIENTOS

A Milagros y a todas aquellas personas que narraron sus historias, ay udaron con la recopilación e
hicieron posible el diseño de esta obra.
Índice
Presentación Introducción
HISTORIAS DE CHULLACHAQ UIS

01. La niña perdida en el Tahuamanu 09


02. El niño perdido de Rolín 10
03. El mitay ero perdido 11
04. El flautista de la quebrada 22
05. El maderero ambicioso 25
06. El duende de la shapaja 27
07. El hombre que le disparó al chullachaqui 29
08. El duende de la avenida “Dos de May o” 30
09. Los guardianes de la trocha 33
10. El diablillo del lago valencia 34
11. El mezquino del mitay o 37
12. El caso Sahuarico 38
13. El pastor de las huanganas 39
14. El esposo y la lupuna 40
15. El castigo de la lupuna 41
16. El duende del ordenamiento castañero 43
17. El serranito perdido 43
18. El enfermo de la colpa 44
19. El duende del renaco 46
20. El ancianito que peleó con el mitay ero 48
21. La pelea con el chullachaqui
22. Robado por el chullachaqui
23. El niño perdido que fue cuidado por su mamá
24. El niño barriquero que se perdió
25. El niño perdido de San Lorenzo

HISTORIAS DE BRUJOS
21. La noche del brujo 49
HISTORIAS DE METAMORFOSIS
22. El hombre transformado en tigre 56 23. Los tigre-gente 57
HISTORIAS DE SIRENAS

24. La madre de la cocha 59


25. La dama del arroy o 61
26. La niña y el caballo del lago 62
27. La sirenita capturada en Iberia 63
28. Los cabellos de la sirena 63
29. El niño que nació sirena 64
30. La extraña jovencita de chonta 64
31. Los sonidos de la quebrada 67
32. La sirena de Gamitana
33. El hombre desnudo de la quebrada
34. Sirena de barrio nuevo
35. Yakurunas de la cachuela

HISTORIAS DE FANTASMAS

32. La procesión de las almas 69


33. El bulto negro 70
34. Muerte por negligencia 71
35. La despedida del difunto 76
36. Fantasmas en la universidad privada 77
37. El ataque del Tunche 78
38. La luz de la carretera 79
39. El fantasma del salón comunal 80
40. El fantasma del arriero 81
41. El camión fantasma 83
42. La extraña luz del camino 84
43. La luz misteriosa 85
44. El extraño caminante 86

HISTORIAS DE SERPIENTES GIGANTES

45. La boa del kosñipata 87


46. La niña y la sachamama 88
47. La bestia de tres Islas 89
48. Las misteriosas islas flotantes 90
49. Las extrañas luces del río 92
50. La boa gigante de la Torre 93
51. El monstruo del río Tahuamanu 94
52. El imán de la boa 95
53. La niña que se hundió en el río 96
54. La inmensa boa del río 96
55. El extraño objeto flotante del lago 97
56. La boa gigante del Malinowsky 97
57. Los soldados que le dispararon al dragón

HISTORIAS DE ANIMALES
57. La mordida del pelejo 99
58. El shihui duro de matar 100
59. La nutria que no pudo vivir 102
60. La serpiente con orejas 104
61. El suicidio masivo de las huanganas 105
62. La puzanga de la tanrilla 106

HISTORIAS EXTRAÑAS

63. La lluvias de peces El conjunto de historias que forman parte del presente texto, provienen de
testimonios originales de los pobladores de las zonas rurales y urbanas de Madre de Dios. Para
este trabajo, se visitó las tres provincias: Tambopata, Manu y Tahuamanu, y se realizaron
entrevistas a varias personas, cuy os testimonios fueron grabados en cintas de audio y archivadas
como evidencias.

Con la presente investigación, se pretendió recopilar y rescatar aquellas historias, mitos y


ley endas que evidencian una notable cosmovisión ambiental del poblador de Madre de Dios y las
regiones fronterizas vecinas0. También, se brindan algunas posibles explicaciones a los
fenómenos narrados y se hacen algunas comparaciones con historias similares de otras
realidades, las cuales, serán publicadas en una edición posterior.

Consideramos que gran parte de las historias narradas en el presente libro, se vinculan a mitos
que encierran profundos conocimientos sobre la visión cosmológica del poblador amazónico en
relación al aprovechamiento de los recursos naturales y su relación con el medio ambiente.
Algunos relatos, están vinculados a la observación de fenómenos naturales que no pudieron ser
entendidos en su debido momento, pero que sirvieron para brindar profundas enseñanzas a las
nuevas generaciones, sobre lo que hoy en día denominamos, el “manejo sostenible” de los
recursos naturales.

Algunas de las historias, como las que narro en la Introducción y en el capítulo de “historias de
animales”, fueron experiencias propias, muchas de las cuales fueron publicadas, una por una, en
diversas ediciones del periódico local “Don Jaque”; las mismas que según su propio sondeo,
causó interés en la comunidad lectora de este medio de comunicación. Por lo tanto espero que
esta publicación sea del agrado e interés para la juventud estudiosa de ésta y otras regiones, con
lo cual pueda contribuir a motivar en los estudiantes y personas en general el hábito por la lectura
y por ende rescatar la valiosa cultura de nuestra región.

El autor.

Introducción

Todo se inicia en el año 1998, después de vivir una experiencia que motivó el inicio de este
trabajo, la cual narro a continuación.
El 31 de diciembre del año 1998, todos los profesionales que vivíamos en el vecindario del
Ministerio de Agricultura, institución donde laboraba como Inspector de fauna y flora silvestre,
nos preparábamos para la llegada del año nuevo 1999.

Alrededor de las 8 de la noche el ingeniero Wilfredo, mi jefe me pidió que le acompañe a


realizar un operativo forestal para capturar un cargamento de madera que estaba siendo
transportado ilegalmente por la carretera a Laberinto.

En una camioneta conducida por el técnico forestal César Cuenca, nos dirigimos al puesto
Policial de Tambopata para solicitar el apoy o de un efectivo de la Policía Ecológica. Una vez
completado el equipo de cinco personas, entre los cuales se encontraba la esposa de mi jefe, nos
dirigimos hasta el kilómetro 30 de la carretera Maldonado – Laberinto.

Luego de esperar por dos horas la llegada del cargamento, decidimos retornar a la ciudad debido
a que consideramos que la espera sería infructuosa.

Todos subimos a la camioneta, el efectivo policial y y o en el capote y los otros tres en la cabina.
Mientras veníamos, subió a nuestro vehículo, una señora quien nos solicitó su traslado a la ciudad.

La camioneta roja, en la cual nos desplazábamos, iba a moderada velocidad con la esperanza de
llegar temprano, antes de que sean las 12 de la noche, es decir, el año nuevo.

Víctor H. Velásquez Zea

Cuando nos encontrábamos a la altura del kilómetro 8, pude observar, gracias a la luz de los
fuertes faros, que a lo lejos un hombre cruzaba la carretera improvisadamente, y en el instante
en que se encontraba por la mitad del camino; éste desapareció en el aire. Me causó tanto
asombro, que no pude decir nada; luego, me animé y pregunté al policía: -¿Ha visto usted eso? y
el policía me respondió: -sí, sí.Ante esa respuesta, me di valor e incliné mi cabeza a la cabina del
conductor y le dije -¿César haz visto algo en la carretera? Sí, sí, respondió igualmente; entonces,
al momento le dije: ¡Detén la camioneta!y así lo hizo. Acto seguido, retrocedió y todos
descendimos del vehículo y tratamos de encontrar a la supuesta persona, pero, no había nadie.

Pese a que buscamos en las orillas de la carretera, donde solo había bosque, no encontramos a
nadie y mucho menos, señales de alguna vivienda cercana.

Luego de lo sucedido, todos quedamos consternados, subimos al vehículo y continuamos nuestro


retorno a la ciudad. En conclusión esa noche cinco personas habíamos visto a un fantasma cruzar
la carretera.

A pesar que muchas veces, desde mi niñez escuché historias semejantes, sin experimentar alguna
parecida, las consideraba como pintorescas historias que animaban las conversaciones nocturnas,
hasta que me tocó vivir una de ellas. Desde ese momento descubrí que había algo más allá de lo
rutinario de nuestras vidas, lo cual dio inicio a motivarme en estas investigaciones, hasta el día de
hoy.
El presente trabajo, iniciado en el año de 1998, el cual, no culmina hasta la fecha, son testimonios
que han sido recopilados en las tres provincias del departamento, y gracias a los recursos del
autor.

En el verano del año 2004, realicé un viaje a lo largo de la ruta de ingreso a la Provincia del
Manu, y recopilé testimonios de muchos moradores de los poblados de Paucartambo, Kosñipata,
Salvación y Shintuy a. En el mismo año y el siguiente 2005, realicé viajes a la provincia de
Iberia, encontrando, de igual forma, interesantes testimonios. Asimismo, en el 2005 viajé a
Cobija para poder comparar los datos obtenidos con los de la provincia de Pando, en Bolivia.

Misteriosos relatos de Madre de Dios

En el verano del 2005, viajé a lo largo de la carretera central, visitando Huánuco y Tingo María,
donde los datos recopilados me permitieron hacer comparaciones con las historias de esta
Región.

En la provincia de Tambopata, de igual forma, se han recopilado historias en los poblados de


Infierno, La Torre, Sachavacay oc, Baltimore y a lo largo de la carretera Maldonado – Infierno.
También por la carretera a Iberia he recopilado información de Mavila y Alerta. A lo largo del
río bajo Madre de Dios, he visitado a San Francisco, Lago Valencia, Palma Real, Puerto Pardo y
Sonene. También, he visitado a las comunidades nativas de Puerto Arturo, Infierno, Tres Islas,
Sonene y el sector de Alto Chorrillos. Alo largo del Río de las Piedras recopilé historias de la
comunidad nativa de Boca Pariamanu, Sabaluy o y Tipishca y también en el río Heath. También
realicé entrevistas dentro y en las inmediaciones de la ciudad de Puerto Maldonado; en La
Cachuela, Otilia y El Prado.

Los testimonios, fueron grabados y se mantienen como archivos de audio que fueron transcritos
para este trabajo. Gran parte de las historias están siendo procesadas y analizadas, y solamente
las descritas en este libro corresponden a un aproximado del 10% del total que fueron
recopiladas. Los nombres de las personas involucradas en las historias han sido cambiados por
respeto a su intimidad y solo en algunos casos con el permiso expreso de ellos se mantienen los
verdaderos nombres.

Historias de Chullachaquis

LOS DUENDES

Los duendes, siempre han sido un misterio de los bosques de todo el mundo. Hasta la fecha no se
ha dilucidado cuál es la explicación de la existencia que tienen estos seres, pese a que existen
investigaciones de profesionales serios en todos los continentes. Aquí en la Amazonia, también
existen estas entidades, que de la realidad han sido transformados a la Ley enda, como la del
chullachaqui que habita en los bosques de nuestra Región.

LA NIÑA PERDIDA DEL TAHUAMANU


En 1979, una familia integrada por el padre, la madre y sus hijos, se fueron a pescar y a cazar
hasta el sector llamado “Play a Grande” en las cabeceras del río Tahuamanu, a un día y medio
de surcada, desde el poblado de Iberia, en la provincia del Tahuamanu. La familia llegó a un
campamento abandonado, hicieron un tambo muy cerca y se quedaron acampando en el lugar.

Cuando esto sucedió, el testigo vivía cerca al campamento de esta familia, en un lugar llamado
“el castañal”.

Dora, era miembro de esa familia y tenía 8 años de edad. Un día se quedó jugando en el tambo,
mientras que sus padres y hermano fueron a pescar a uno de los barrancos del río Tahuamanu.
Alrededor de las 5 de la tarde, regresaron al campamento y se dieron con la sorpresa de que la
niña no estaba.

Los padres, comenzaron a llamarla a gritos: - ¡Dooooraaaa!¡ Doooooraaaaa!, y al no tener


respuesta alguna, pensaron que el "chullachaqui" se la había llevado. Continuaron llamándola y
también disparando tiros de escopeta al aire, durante varias horas, teniendo que regresar por lo
avanzado de la noche.

Al día siguiente, muy temprano, iniciaron de nuevo la búsqueda, ingresando largo trecho al
interior del bosque y continuaron disparando al aire, llamando a la niña por su nombre todo el día,
sin resultado alguno.

Al tercer día, con la ay uda de sus perros, siguieron buscándola y siendo las 8 de la mañana,
encontraron a la niña sentadita en la aleta de un árbol. Al llegar presurosos a ella le preguntaron
que hacía allí y les dijo que su papá la había puesto en un sillón, y le había dicho: - hijita, siéntate
aquí nomás, ya regreso.

La niña, cuenta que, estando en el campamento se le apareció su padre, quien le dijo: --Vamos
por allá--.Ella le siguió y ambos se fueron por unos caminos que los llevaron a lugares muy
bonitos por donde nunca había ido. La niña cada vez que tenía hambre le pedía alimento a su
papá y éste le daba frutas del monte.

Nunca se supo qué pasó exactamente, pero lo extraño de todo fue que los padres encontraron a la
niña muy sanita y bien cuidada.
EL NIÑO PERDIDO DE ROLÍN

En 1950, el Sr. Agustín Pachaca (apodado “Agucho”), le invitó a su amigo Simón, a viajar a la
quebrada Mejía, por el lago Sandoval, con la finalidad de ir a trabajar.

Un día sábado “Agucho”, le dice a Simón: -Voy a ver a mi familia, regreso mañana, y se fue.

Al otro día, Agustín regresa a las 8 de la mañana, llega al sector de “Rolín” y encuentra en la
orilla a la Sra. Zoila, quien le dijo sorprendida:
-Hay don Agustín, ha pasado un caso, se ha perdido la criatura del Simón, el” huaype”. El
“huay pe”, era un niño de 8 años de nombre Walter, quien era el entenado (hijo adoptivo) de
Simón.

El día anterior, el niño y su padrastro, habían ingresado al bosque, caminando hasta llegar a unas
colpas. Una vez ahí, Simón le dice al ”huay pe”: -Agarra al perro (llamado Campeón), yo voy a
dar la vuelta a la colpa. Simón se fue, pero, al rato cuando volvió a buscar al niño, y a no lo
encontró. El niño y el perro habían desaparecido.

Al suceder esto, Simón pidió ay uda a todos los pobladores del bajo río Madre de Dios, con
quienes organizaron una búsqueda que duró 8 días, al final de los cuales no encontraron nada.
Luego de la búsqueda, Agusto le dice a Simón:

- Simón, Walter es tu entenado…”;


- Sí, don Agusto…”;
- Dime, Simón, ¿lo has matado?,dime la verdad, porque si lo has matado tienes tiempo para
largarte a Bolivia.

Al oír esto el hombre su puso a llorar y le dijo:


-“Agusto. ¿cómo vas a pensar que lo voy a matar?

Pasado unos días, el Jefe de la Policía se enteró y envió a unos 15 efectivos, quienes detuvieron a
Simón y se fueron a buscar al niño por 8 días más. Los hombres hacían tiros al aire, golpeaban
aletas, gritaban llamándole en todo el bosque, pero no encontraron absolutamente nada.

Mientras Simón permanecía preso, trabajando en pequeñas faenas, Agusto decidió irse a trabajar
con su hijo. Mientras navegaban por el río Madre de Dios, el joven divisó una canoa y se lo
comunicó a su padre: -.Papá, papá, allá está surcando una canoa, creo que es mi tío Faustino.

Surcando venía el Sr. Faustino Pinclo, quien al llegar le dice al viejo: - Agucho, acá está tu perro;
era el perro “Campeón”, que al ser llamado por el joven se puso a llorar y se acercó a él. Con lo
sucedido emprenden el regreso a la ciudad para dar parte a la Policía.

Al llegar, inmediatamente se dirigen al puesto policial para informar de lo sucedido; pero el


capitán no les cree y les dice: -Ajá, para salvarle a su amigo ya me han conseguido otro perro; ¡
métanle al calabozo a Pachaca!- y así lo arrestan a don Agusto.

El hijo de Agusto, al ver al perro lleno de gusanos (sututo), decidió curarle con crezo; pero al rato
los Policías van a buscarle y se llevan al perro para investigar si el animal era de Agusto. Con el
perro al lado, le piden que les demuestre si el animal respondía a sus llamados. Agusto, comenzó
a llamar al perro: -¡Campeón!, ¡Campeón!y así estuvieron algún rato, Campeón por acá y
Campeón por allá.

Al ver esto, el hijo de Agusto se molestó y cogiendo al perro corrió hasta ocultarse en la casa de
su abuela; los Policías corrían tras él, gritándole: -¡Chico deja ese perro!- ; pero no pudieron
sacarlo de su escondite. Ante esto, Agusto les dice: -¡miren, el perro es de mi hijo!; al oír esto el
capitán les ordena: -entonces mañana se presentan con el perro para hacerle el examen y para
ver de que son esos huequitos que hay en su piel-.. Se referían a los agujeros de la piel del animal
que eran el producto de la extracción de los gusanos sututos; pero que los Policías sospechaban
correspondían a los agujeros producidos por los perdigones de una escopeta.

Mientras esto sucedía, Luis, un loretano que vivía en el sector Rolín, recibió en su casa al Sr:
Alejandro, quien vino de Palma Real manejando su bote a “tangana” (vara larga que servía de
remo), y que debido a lo oscuro de la noche, había solicitado alojamiento.

Alejandro, sorprendido le dice a Luis: - Lucho, aquí abajo, como a 500 metros, hay un muertito;
¿no será el niño que se ha perdido?. Al oír esto, inmediatamente, don Lucho se embarcó en su
canoa y se vino a la ciudad a dar parte a la policía. Como a las 9 de la noche llega hasta donde el
capitán y le dice: -.Capitán, por mi casa, como a 500 metros está un muerto-. El jefe policial no se
preocupó tanto y manifestó ir a buscar el cadáver al día siguiente; pero, don Lucho molesto le
increpó: -¡Ah, no!., yo cumplo con dar parte, si algún lagarto se lo lleva el cadáver o le pasa algo,
Uds. son responsables-”.

A esa hora, decidieron organizar la salida para buscar el cadáver y para esto buscaron al Sr.
Alfredo, para que los traslade, y a que era el único quien tenía un bote con motor en esas fechas.

Cuando llegaron, encontraron al niño muerto; estaba echadito y abrazadito a un árbol de cetico,
parecía que habría querido ir a tomar agua en el momento en que murió. Al revisar con la
presencia del juez, pudieron ver las huellas del perro que había estado dando vueltas alrededor
del niño durante un buen rato, y cuando y a no se movía, se lanzó al agua y cruzó el río a nado
hasta llegar a la otra orilla.

Durante 17 días, el niño estuvo perdido en el bosque y por suerte había salido a la orilla del río,
pero tan solo a morir. Durante todo ese tiempo el perro había permanecido al lado del niño, pero
sin poder encontrar el camino de regreso a casa, pese a que este era un perro cazador, montaraz
(conocedor del monte) y muy inteligente. El perro fue fiel al niño en todo momento, solo cuando
murió, recién el perro se apartó de su lado.

Tantísima gente, alrededor de 100 personas, es decir, casi todos los habitantes de ese entonces, del
bajo río Madre de Dios, habían peinado el bosque, sin poder encontrarlos.

Con el paso del tiempo, muchas personas afirmaron que el diablo del monte o “chullachaqui” se
había llevado al niño y a su perro y los había hecho perder en el bosque.

Luego de un año, y en el día del aniversario de la muerte del niño, el perro extrañamente llegó a
su casa, lloró y murió. Nunca nadie supo que fue lo que paso.

EL MITAYERO PERDIDO

En 1974, César, mientras trabaja como obrero de minería por la zona del “colorado”, formó
parte de una cuadrilla (grupo) de hombres que fueron enviados a la búsqueda de un mitay ero
perdido llamado Valentín,

Valentín, era mitay ero (cazador) y siempre ingresaba muy temprano al bosque y regresaba al
atardecer, tray endo animales para comer; pero un día misteriosamente, no regresó.

Al no retornar Valentìn al campamento, el personal se preocupó y decidió ir a buscarlo. Una


cuadrilla de cuatro hombres, entre los que estaban César y los señores Valentín, Hermitaño y el
patrón llamado Jesús, lo encontraron luego de dos días de estar perdido. El grupo mientras
buscaba gritando en el bosque, recibió como respuesta un tiro de escopeta al aire, que indicó la
ubicación de Valentín.

El hombre perdido narró que luego de haber estado cazando y cuando y a pensaba retornar al
campamento se encontró con otra persona que amigablemente le saludó y le dijo:

- Oye,¿ tú también estás mitayando (cazando)?


- Sí, yo también he venido a mitayar.
- Vamos a ver si cogemos algo, por más adentro hay venados, sachavacas….; vamos. Y así lo
siguió, durante varias horas por un camino muy bonito, hasta que se hizo tarde.

Al no encontrar nada, Valentín le dijo: -Ya voy a regresar, no tengo nada-; pero su extraño guía le
respondió: - Vamos aquisito nomás, a ver si cogemos algo.

Luego de caminar unos pocos metros llegaron a una quebrada, pero, al ver Valentín que no la
podía cruzar porque y a era tarde, decidió retornar; en esos instantes se dio cuenta de que el
extraño hombre había desaparecido sin dejar rastros.

Valentín, trató de buscar el camino de regreso pero no lo encontró, extraviándose totalmente en el


bosque. Durante dos días, se la pasó deambulando y durmiendo debajo de los árboles o en
barbacoas (plataformas sobre los árboles), solo fumando su cigarro y sin comer nada.

Cuando la cuadrilla lo encontró, el hombre estaba muy asustado y enflaquecido. Había ingresado
al bosque solo por una trochita fabricada con su machete, pero él aseguraba que su extraño
acompañante le había guiado por un camino muy bonito.

EL FLAUTISTA DE LA Q UEBRADA

En 1998, Ronald trabajaba en un campamento maderero, a tres días de surcada por el río
Manuripe, en compañía de 15 trabajadores. En dicho grupo estaba el obrero Juan, quien tenía la
costumbre de ir a pescar los sábados y domingos a una quebrada que solo él conocía, pero cuy a
ubicación, curiosamente nunca quería revelar a sus compañeros.

Un domingo, Juan le pidió a Ronald que lo acompañara a pescar, quien no se negó porque quería
conocer dicha quebrada.
Luego de caminar por el bosque y cuando y a estaban a pocos metros de la quebrada, oy eron una
hermosa melodía que provenía de aquella fuente de agua. Ellos se quedaron muy quietos para oír
la música durante un buen rato, preguntándose qué podía ser o quién podía ser el que tocaba la
flauta, y a que por ese lugar no existía otro campamento. Siguieron caminando hasta llegar a la
orilla de la quebrada y continuaron escuchando la melodía, la cual provenía de un coposo árbol
que emergía en la orilla de la quebrada y que sus ramas casi tocaban el agua. Juan decidió ir a
investigar, mientras que Ronald se quedó a esperarlo.

Al cabo de unos 15 minutos Ronald observó que la rama colgante del árbol se movió
bruscamente, como si algo la hubiese movido; luego de unos segundos Juan salía detrás de un
árbol y se dirigió a donde estaba su amigo. Ronald notó que Juan estaba algo extraño, su cara
estaba pálida y parecía estar confuso; debido a eso le preguntó: ¿Qué había pasado?, ¿Por qué
estaba así?, como respuesta Juan le dijo que quería regresar al campamento y que se sentía un
poco mal; iniciando así el camino de retorno.

En el ,tray ecto, Ronald insistía en preguntarle qué le había pasado, pero Juan no quería hablar. De
tanto insistir le contó, que cuando fue a ver de donde provenía la melodía vio arriba de ese árbol
frondoso a una persona pequeña que estaba sentado en esa gran rama que colgaba sobre el agua;
al ver esto Juan se escondió detrás de otro árbol con la finalidad de observarlo sin ser visto. Esa
pequeña persona estaba sentada dando las espaldas a Juan, tocando una pequeña quena (flauta) y
mirando hacia arriba de la quebrada; sus piecitos colgaban hasta casi tocar el agua. Juan asustado
se preguntaba ¿quién podía ser?, y al cabo de unos segundos mentalmente dijo: - ¡Ahhhhhh, este
es Juanito!- y ni bien terminó de decirlo, aquel hombrecito volteó a mirarle, como si le hubiese
escuchado, ambos quedaron unos segundos mirándose a los ojos fijamente y Juan permaneció
estupefacto durante ese tiempo; al reaccionar, observó que aquel hombrecito se levantó rápido y
se fue corriendo por la rama, saltando al otro lado de la quebrada y desapareciendo en el bosque;
luego del salto, la rama quedó meciéndose y pudo ser observada por Ronald desde su ángulo de
observación por detrás de dicho árbol.

Juan, pudo observar que los ojos del hombrecito eran rojos y grandes, su rostro estaba cubierto
de pelos cortos, sus orejas eran como las de un murciélago y tenía una estatura de un metro.

Cuando llegaron al campamento, Juan tenía fiebre y le dolía fuertemente la cabeza. Durante la
noche su fiebre era muy alta y el dolor de cabeza no le calmaba a pesar que y a había ingerido
varias pastillas.

En el campamento, también laboraba don Panchito, un señor de avanzada edad, quien le pidió a
todos que le den tabaco, cabello, casco de tortuga motelo y otras cosas para que pueda
humearlos, instantes en que Juan comenzó a gritar: - ¡Que no me lleve! ¡no dejen que me lleve!,
como si estuviese mirando a alguien. Panchito le dijo: - No te va a llevar, se te aparece porque
está molesto contigo, descansa un rato. Así, el sueño lo dominó, aunque él no quería dormir por
miedo a que el duende se lo llevara. En sueños, Juan observó a un mono que iba por el camino
delante de él y nuevamente pensó, - ¡este es Juanequillo!, en ese instante el mono se volteó, le
mostró sus ojos rojos y se le acercó corriendo hasta propinarle una bofetada bien fuerte en el
rostro, que obligó a que Juan se despierte.

Al día siguiente, Juan sentía que le ardía la zona de la cara que recibió la bofetada en el sueño; al
contarles a sus amigos lo que había pasado, todos observaron en su rostro, las huellas bien
marcadas de los cincos dedos de la bofetada. Al oír esto don Panchito le dice que nuevamente lo
volvería a soñar y que debería pedirle disculpas por haberle llamado “juanequillo” y que jamás
le debería llamar así; que le debería decir “señor” o “amigo”.

Llegó la noche y Juan nuevamente soñó con el hombrecito, tal y como le había visto en la
quebrada y le dijo:
- Señor, discúlpeme por haberlo llamado así, no volverá a suceder-; entonces el hombrecito le
dijo:

- “No te preocupes, si yo te hago todo esto, es porque tú eres muy ambicioso, pescas muchos peces
en vano, hasta se malogran ; además la quebrada donde tú pescas es mía, yo la cuido y no quiero
que vuelvas más a pescar ahí; agradece que tienes un espíritu fuerte porque de lo contrario te
hubiese llevado; no tengas miedo que te vas a sanar, pero nunca más vuelvas a andar solo en el
monte; no seas ambicioso y nunca más regreses a mi quebrada-”.

Luego de esa fecha Juan jamás volvió a la quebrada.


EL MADERERO AMBICIOSO
En 1999, Ronald se fue a trabajar a Iberia con su patrón a un lugar ubicado a cinco días de
surcada por el Río Tahuamanu.
Luego de algunos días, llegaron otras personas a trabajar por esa zona y se ubicaron a unos veinte
minutos del campamento de Ronald.

El “dueño” y “el cortador” (cortador de madera) llamado Miguel, del otro campamento, eran
personas muy ambiciosas. Su único afán era buscar árboles de caoba y no respetaban los árboles
de maderas finas encontradas por sus vecinos. Los árboles que Ronald encontraba y marcaba,
ellos la talaban; pero nunca les reclamó, porque no quería problemas y a que sabía que eran
personas agresivas.

A veces, los compañeros de Ronald encontraban árboles de “caoba” (árbol de madera fina)
quemados totalmente pero sin haber sido aprovechados, sin entender por qué sus vecinos lo
quemaban.

Al pasar los días, los jóvenes obreros de ambos campamentos se fueron haciendo amigos y
adquirieron la suficiente confianza para hablar de sus labores. Los obreros del nuevo
campamento se quejaban de que el dueño y “el cortador” eran personas malas, tacañas y
ambiciosas, siendo ellos los que quemaban las caobas cuando estaban huecas por dentro, porque
consideraban que no valían.

Pasaron dos meses, y un día domingo, Ronald y sus amigos decidieron ir a pasear al
campamento vecino; al llegar, algunos se pusieron a jugar cartas (casinos) y otros a escuchar
música; después de algunas horas Ronald y sus compañeros decidieron retornar a su
campamento, mientras que los otros se fueron a pescar, dejando en el lugar solo a “el cortador”.

Durante la noche, llegaron dos obreros vecinos muy asustados al campamento de Ronald,
manifestando que a “el cortador” se le había presentado el chullachaqui. Según narraron, “el
cortador” estaba en su cama escuchando música con su grabadora personal (walkman) cuando
de pronto sintió que le quitaron su radio y lo tiraron al suelo haciéndolo pedazos; ante esto “el
cortador” se levantó muy enojado y se dio cuenta que el causante era uno de los obreros de su
campamento y amigo suy o, a quien le increpa:

- ¿Qué tienes? ¿Por qué haces esto?, pero el individuo le contestó: “ - A mí que me importa- ”,
comenzando así una fuerte discusión entre ambos que desencadenó en una pelea cuerpo a
cuerpo. Cuando y a “el cortador” se había cansado de tanto pelear y estaba vencido, el atacante
lo arrastró al lugar donde estaba el aserradero, diciéndole: - “Así como tú cortas a las caobas y las
quemas, yo también lo voy a hacer contigo- ”.

Mientras tanto, los demás obreros que regresaban al campamento, de haber ido a pescar, vieron
con sorpresa de que todo estaba deshecho, el radio de “el cortador” estaba destrozado en el suelo
y había sangre por todas partes, como si hubieran peleado bastante. Al ver esto, todos se
preguntaron dónde estaba “el cortador”. Al realizar la búsqueda, encontraron las huellas por
donde había sido arrastrado y la siguieron.

Mientras los obreros buscaban, el extraño atacante y a estaba llegando al carril donde cortan la
madera, arrastrando a “el cortador”. En esos instantes se escucharon los gritos de los otros
obreros que realizaban la búsqueda de la víctima, lo que permitió al extraño decirle a su víctima:
- “ Agradece a tus amigos que te han salvado”.

Luego de esto y ante sus ojos se convirtió en una “panguana” (ave silvestre parecida a una
perdiz) que voló al instante, pero que se quedó silbando en los alrededores.

Cuando llegaron sus amigos, “el cortador” no podía hablar, lo único que hacía era apuntar hacia
el monte por donde había volado la panguana, tampoco podía caminar por lo que tuvieron que
cargarlo entre todos para llevarlo al campamento. Lo curaron y cuando llegó la noche no podía
dormir por el dolor; pero el cansancio lo venció y se quedó dormido. Al día siguiente manifestó
que había soñado que el extraño atacante le decía: - “Todas esas caobas que tú quemas, que tú
destrozas, son mis casas, tú quemas y destruyes mi casa y con cada caoba que tú quemas, quemas
también a miles de plantitas que son nuestro hogar”.

También le dijo que se sanaría, pero que le daba un plazo de veinte días para que se marcharan
de aquel lugar, tanto a él, como al dueño del campamento, y que si seguían ahí, se los llevaría.

En esos días, el dueño de ese campamento se encontraba en Iberia, y también fue señalado por
el duende, por quien dijo: - “si el dueño hubiese estado en estos momentos aquí, yo lo hubiera
matado, porque él es otro igual que tú”.

Antes de cumplir los 20 días, todos se retiraron de ese lugar.


EL DUENDE DE LA SHAPAJA
En 1979, Jaime, su esposa Floria y sus dos hijos trabajaban recolectando castaña por el río
Manurimi, en Copacabana, Bolivia.

Con ellos también trabajaba Marcial y su esposa Carmen. Marcial era una persona que tenía
buen porte físico y se creía muy fuerte y valiente, teniendo la costumbre de maltratar
continuamente a su mujer.

Un día sábado de carnaval, los patrones decidieron hacer una fiesta. Alrededor de las nueve de la
noche, cuando todos se divertían, Marcial, le dice a don Jaime: - Voy a ir al baño, ahorita vengo.

Luego de esto, salió fuera de la casa y se dirigió hacia una palmera de “shapaja”; se sentó de
cuclillas sobre unos hongos (callampas) y comenzó a defecar.

Al cabo de un rato, se escucharon los gritos de Marcial pidiendo auxilio, desde un potrero
cercano. Cuando todos los asistentes fueron para auxiliarlo, vieron a Marcial debajo de la
palmera, peleando con un hombrecito de casi un metro de estatura.
Al ver esto, los asistentes, en lugar de ay udarlo, se quedaron sorprendidos viendo cómo aquel
hombrecito le pegaba fácilmente a un tremendo hombre, como era Marcial.

Cuando se percataron de que Marcial y a no podía seguir luchando, decidieron ay udarlo. Todos
hicieron un círculo para rodearlo y cogerlo al duende, pero cuando se unieron como para
abrazarlo, éste desapareció y solo pudieron coger a Marcial.

Los asistentes se dieron cuenta de que Marcial y a no podía caminar y tuvieron que cargarlo entre
tres personas para llevarlo a su casa; estaba sucio y manchado con su propio excremento; su
rostro estaba maltratado y debido al susto se le había pasado totalmente su borrachera. Al llegar a
su casa se sintió mal; le dolía la cabeza, tenía vómitos, malestar de cuerpo y fiebre. Una persona
le sopló con humo, le pasó con tabaco y lo dejaron descansar.

Al siguiente día, Marcial les narró a sus amigos que se había soñado con el chullachaqui (duende)
y que le había dicho: - “Si te he golpeado es porque te ensuciaste sobre mi casa (hongo) y por que
te crees el valiente maltratando a tu mujer, así que, si lo haces de nuevo te volveré a golpear”.

EL HOMBRE Q UE LE DISPARÓ AL CHULLACHAQ UI

En 1950, existía un shiringuero que le gustaba trabajar de noche porque según decía, le daba más
leche (látex de goma). Aeste señor le agradaba trabajar cantando sus huainos, hasta que en una
oportunidad mientras cortaba la corteza de un árbol de shiringa, escuchó que al extremo de la
otra estrada, venía una persona cantando huaino igual a él; esto lo puso medio nervioso y
comenzó a seguir cortando hasta que llegò al lugar, pero sin observar a nadie. Al siguiente día
sucedió lo mismo y al tercer día igual; al no poder ver al otro extraño estuvo obligado a gritarle
en voz alta: - “..si eres hombre porque no me esperas; quiero conversar contigo…...”, pero nadie
se presentó.
Así sucedía hasta que en una oportunidad se fue a su estrada y en los instantes en que iniciaba el
aprovechamiento de su primer árbol, escuchó a otra persona que venía cantando muy cerca de
él; en esos instantes se volteó con el farol y pudo ver a un hombrecito pequeño con un gran
sombrero en la cabeza, que se le acercaba riéndose. El testigo se asustó, le apuntó con su
escopeta y le disparó; cuando recibió el impacto el hombrecito dijo: - “Jajay, mañana no va a dar
más leche tu estrada…”, se fue y el testigo siguió cortando.

Al siguiente día, el testigo pudo comprobar que en efecto, de lo que cosechaba comúnmente 6
baldes de leche (goma) al día, comenzó a obtener solo 2 baldes. Por la noche, mientras dormía,
soñó que el hombrecito le decía: - “¿Por qué me has baleado? yo quería ser tu amigo, tú me has
baleado, pues ahora…”.

Los vecinos creían en la verdad de los acontecimientos, porque según ellos, el hombre cosechaba
cualquier cantidad de leche y luego de su encuentro con el duende, el volumen de su producción
decay ó y y a no pudo obtener más látex como antes, teniendo que verse obligado a abandonar el
área.

EL DUENDE DE LA AVENIDA “DOS DE MAYO”

En los años pasados las casas de la ciudad de Puerto Maldonado, eran de material de la zona, es
decir con paredes de madera y techos de hoja de crisneja; las calles no estaban asfaltadas y eran
oscuras por las noches, debido a la escasez del alumbrado eléctrico público y a que este servicio
solo se otorgaba hasta las 11 de la noche. Alrededor de las calles y de las casas, todavía existía
abundante vegetación de monte.

Los vecinos de la intersección de las Avenidas “dos de may o” y “lambay eque”, relatan, que
entre los años 1994 y 1995, se observaba constantemente la presencia de un pequeño ser, en
forma de niño, al que llamaban “duende”, quien gustaba mucho de jugar con los otros infantes
del lugar y que siempre era observado con ellos, tanto dentro de las casas como en las calles.
Por esos años, el dueño de un bar de la cuadra 7 de la Av. “dos de may o”, con la finalidad de
atraer clientela a su negocio y hacerlo rentable, consiguió la cabeza de una boa, de la cual se dice
que, cortada después de muerta y colocada en las instalaciones de cualquier negocio, lo hace
rentable, debido a que por el “imán que tiene”, atrae tanto a sus víctimas en el bosque como
también a la clientela en la ciudad.

Posteriormente, contrató a un brujo para que cure dicha cabeza, el mismo que luego del ritual de
cura, logró atraer a un espíritu, el mismo que supuestamente atraería a la clientela al bar. Desde
esa fecha en que se hizo el ritual, se comenzó a registrar la aparición de aquel pequeño niño, en la
casa del dueño del bar.

Este extraño “niño”, del cual nadie sabía nada, siempre estaba jugando con los otros niños de la
zona. Las personas le preguntaban ¿dónde vives?” y solo recibían como respuesta: - “por allá” - .
Siempre vestía con ropa igual a la de cualquier niño, en horas del día paraba jugando con otros
pequeños y cuando se le acercaban los adultos, se corría. Tenía la apariencia de un niño de 6
años. Era visto por varias personas, incluy endo la dueña de un kiosquito ubicado en la esquina de
esa intersección, y que siempre lo veía por las noches.

Al duendecito le gustaba jugar con los demás niños. La primera vez que los vecinos se dieron
cuenta, fue cuando una señora, a quien le decían “Techi”, madre de una pequeña niña, la
encontró llorando, como si alguien le hubiese golpeado; al ingresar rápidamente a su cuarto para
ver por qué lloraba la niña, vio a un niñito pequeño que rápidamente se escondía bajo la cama.
Asustada lo buscó debajo, pero no encontró a nadie.

También se escuchaban a los niños pelear por los juguetes, con un niño extraño, cuando los
may ores iban a ver por qué los niños discutían, éste, corría o simplemente no encontraban a
nadie.

Una noche, mientras el ejercito hacía sus “batidas” o “levas” (reclutamiento de civiles en las
calles, que los miembros del ejército realizaban para el cumplimiento obligatorio del servicio
militar), los soldados que se movilizaban en un carro porta tropas, encontraron al niño; al
preguntarle - ¿qué hacía? ¿dónde vivía?- , el niño solo atinó a decir - “por allá” - , sin dar una
ubicación exacta de su casa; ante esto y debido a que eran altas horas de la noche para que un
niño permaneciera solo en las calles, el responsable del grupo militar decidió subir al niño al
vehículo y trasladarlo a la base, para que ubiquen a sus familiares. Se trasladaron por la Av.
Madre de Dios y en los momentos en que ingresaban al local del ejército, el niño desapareció del
camión porta tropas, ante la vista de todos los soldados. Posteriormente todos estos hombres se
sintieron mal, les dio fiebre y malestar.

Lo mismo sucedió con el personal policial de una comisaría local que también lo recogieron en
esas horas de la noche y a quienes también se les desapareció.

Lo extraño de las observaciones, es que todas las personas que miraban al niño sentían
malestares, como vómitos y dolor de cabeza.

Posteriormente y debido a la incomodidad y temor que causaba, los vecinos del lugar, le pidieron
al brujo que lo había traído, que se lo lleve o lo devuelva. Él aceptó y dijo que se lo llevaría al
monte (bosque) para que dicho duendecito le enseñe y ay ude a realizar sus curaciones; es decir
para que le instruy a en el uso de las hierbas medicinales. Hizo conjuros y luego de no tener éxito
en las dos primeros intentos, logró llevárselo en el tercero de sus rituales, manifestando que dicho
espíritu le ay udaría a curar a las personas.

Esto sucedió por los meses de junio o julio y toda su presencia sucedió por espacio de un año y
medio. La gente decía que el duende vivía en unos árboles grandes que actualmente se ubican en
dichas calles.

Las personas adultas siempre encontraban al niño por las noches, cuando las calles estaban
vacías. Siempre se le veía “paradito” en las esquinas y “solito” como si estuviera triste.
LOS GUARDIANES DE LA TROCHA

En 1930, cuando los bosques todavía se mantenían casi imperturbados, la gente se dedicaba a la
extracción de goma en diversos asentamientos humanos dispersos en la provincia del
Tahuamanu. Uno de estos lugares era lo que actualmente es “Alerta”, donde la gente vivía de la
colecta de la resina que se extraía del árbol del “caucho”.

En esas fecha, Enrique se dedicaba al negocio de la extracción de la goma y siempre en sus ratos
libres gustaba de visitar a los vecinos donde se pasaban largas horas conversando y departiendo
buenos momentos con ellos. Un día luego de haber estado paseando y limpiando una trocha, se
quedó en el último campamento donde le invitaron masato y como la conversación era buena se
quedó varias horas; cuando se dio cuenta que y a era de noche y sintiéndose mareado por el
exceso de masato, decidió retirarse para dormir en su campamento.

Cuando caminaba por la trocha, iluminado por un mechero, se encontró sorpresivamente con dos
personas pequeñitas que lo detuvieron cerrándole el camino. Uno de ellos le increpó: - “¿Qué
estás andando por acá?”, “.¿tú no sabes que andar de noche acá, está prohibido?-. Sorprendido, y
debido a su ebriedad, les respondió envalentonado: - Qué prohibido, yo estoy yendo a mi casa-.
Debido a tal respuesta uno de los hombrecitos lo cogió del pecho, le apagó su mechero y
comenzó a golpearlo muy duro.

No pudiendo resistir los golpes, Enrique corrió desesperado, dando gritos de auxilio; pero el
hombrecito lo siguió, lo alcanzó y siguió golpeándolo. El acompañante que se supone era el
hermano del “chullachaqui” agresor, trató de defender a la víctima ante tal golpiza, calmándolo
y logrando evitar que Enrique sea más agredido.

Gracias a los gritos de la víctima, las personas de los campamentos cercanos corrieron en su
ay uda; encontrándolo en el suelo, muy golpeado y con muchos moretones en el cuerpo.

Los auxiliadores sorprendidos por la escena y luego de asistirlo, no encontraron señales de los
atacantes.
EL DIABLILLO DEL LAGO VALENCIA

En el año 1958, el señor Agustín (de 19 años), trabajaba con Cojagura, de motorista y fue testigo
de un extraño acontecimiento, cuando estuvo trabajando en el Lago Valencia.

Un día, cuando nuestro testigo se encontraba descansando luego de una caminata, se le acercó un
grupo de personas integrada por Cojagura, Antonio, Rolín y otra persona que no recuerda (cree
que era su hermano); como Agustín también se llamaba Tomás, Cojagura que era su jefe le dijo:
- Tomasín, al señor Aquileo le ha pasado un caso raro, su hijo Eladio de 4 años ha desparecido, no
hay nada de nada, ¿qué se ha hecho la criatura?-.

Todos juntos se trasladaron al campamento donde se encontraba el señor Aquileo Da Silva, un


brasileño y su mujer Nair (mamá del niño perdido) quien se encontraba llorando
desconsoladamente. Estos señores eran muy amigos de nuestro testigo y de las demás personas
mencionadas.

Ahí le narraron que el niño se había extraviado mientras estaba con sus hermanos cosechando
arroz. Era de 10 a 11am cuando se perdió.

Esa noche la criatura duerme en el monte. Al otro día el gobernador Antonio Pinedo reúne a toda
la gente, y hacen una búsqueda peinando el bosque desde la entrada de la boca del río “Madre de
Dios” al “lago Valencia”, hacia abajo, pero sin encontrarlo.

La gente se reunió a eso de las 12 pm pero no había nada, en ese ratito llega el señor Eliseo León,
y le cuentan lo sucedido. El señor Eliseo era muy amigo de Agustín, se habían criado juntos y
luego de escuchar lo sucedido, dice: - El diablillo lo ha escondido . Esta respuesta causa extrañeza
en Agustín y los demás lo quedaron mirando.

En esos instantes fue y extrajo la corteza de la castaña, la hizo secar bien y pidió una sábana
blanca; la extendió al lado de un tronco de chiringa, ubicado en la trocha, se pasaba al otro lado
de la chacra y por allí, por esa chiringa se iba uno al centro, entonces él se arrodilla y se pone a
rezar, haciendo una forma de cruz, con los parientes del niño; pone a la mamá en un lado, en otro
al papá y en otro al hermano y él en medio. Eliseo había sido conocedor de esos rituales, estaba
orando y esto sorprendió a Agustín, quien a pesar de conocerlo por mucho tiempo, desconocía
sus habilidades.

Durante el ritual, Eliseo prende la corteza de la castaña y ésta comienza a humear; el humo sube
en el aire y se dobla, ante esto, Eliseo dice: - Allá está - . En esos instantes eran las 12 del medio
día. Eliseo le dice a su compadre: - Mañana lo sacamos - ; pero Agustín le recrimina: - ¿cómo
que mañana, Eliseo?, si tú dices que está ahí por que no vamos - ; pero Eliseo, muy seguro de sí
mismo, responde: - No, el chulla lo tiene, y yo esta noche tengo que pelear con él - .Agustín quedó
admirado porque nunca supo que Eliseo era curandero o brujo.

Eliseo continuó diciendo: -.Yo mañana lo saco, nadie lo busca; comadrita no llore, compadre
tranquilo no prendan vela -.

A las 5a.m. el gobernador convocó a toda la gente, y otra vez acordaron peinar el bosque, por la
quebrada que va al lago, para eso se dividieron en dos grupos; el primer grupo estaba integrado
por los señores Pacay a, Gaona y Yaricahua, quienes recibieron la orden de ir por la quebrada, en
dirección al campamento donde estaban cosechando arroz: - Uds. llegan ahí; palizada, lo que sea,
levántenlo, de repente se ha caído al agua-, no le creían a León.

Otro grupo de cuatro personas: Eliseo con José, Julián (hermano de Agustín), José Rolín y
Antonio Pinedo (de este último no está seguro nuestro testigo) se van por el camino hasta el lugar
donde Eliseo dijo que encontrarían al niño, una vez ahí, Eliseo les dice: - Aquí vamos a esperar .
Previamente se había hecho el acuerdo de que si encontraban algo, la señal sería un disparo de
escopeta.
Mientras tanto, el primer grupo de búsqueda y a había avanzado buen trecho y y a les faltaba
como unas dos vueltas para llegar al campamento, cuando en eso escuchan un fuerte tiro de
escopeta; todos corren y llegan hasta el lugar donde estaba el otro grupo y asombrados miran a
Eliseo León con la criatura entre sus brazos.

Julián, el hermano de Agustín, cuenta, al igual que los otros que encontraron al niño, que mientras
esperaban escondidos pudieron ver que venían dos niñitos caminando tranquilos por el bosque.

Eliseo les dijo: - De los dos, el primero que viene adelante es el diablillo y el segundo, ese es
Eladio, a ese hay que agarrarlo . Eladio (de 4 años) traía su pantaloncito en el brazo y un coco
(fruto) de castaña.

Cuando todos saltaron sobre Eladio, el otro niñito se escapó muy rápido al bosque; pero pudieron
ver que los dos eran igualitos.

Al coger a Eladio, éste quería morder y pataleaba con fuerza y desesperación, no tenía ninguna
picazón, nada de nada, solo un gusano de sututo que lo tuvo por un mes, que ni con el tabaco ni la
resina, pudo ser extraído, pero Eliseo León lo extrajo al mes. Ningún zancudo le había picado, ni
en la cara y no tenía signos de haber llorado.

Durante buen tiempo el niño no hablaba nada y no se dejaba cargar por su mamá; estaba como
desesperado y solo Eliseo lo dominaba con su tabaco.

Al tiempo, el niño pudo narrar que se había ido con su mamá, que ella le había llevado y que
estaba en la casa con ella: - comíamos frutas y estábamos en la casa -”. Pero, en realidad, había
estado perdido por dos noches.

Ante este extraño suceso, José Cojagura, quien fue un testigo presencial del hecho, afirmó
desconcertado: “¡Hay diablo en el monte hermano!”.

EL MEZQ UINO DEL MITAYO


Por el año 1953, Don Vidal, que radicaba en Pando, Bolivia, siempre gustaba de cazar animales
silvestres.

Un día se fue de cacería con su compadre Pastor, a un bosque virgen de los tantos que existen en
esa Región. Estando al interior del bosque, su compañero le dice: - Aquí hay chullachaqui, ojalá
que nos deje cazar - .

Luego de un rato de avanzar silenciosamente en el bosque, pudieron encontrar una manada de


monos negros. Los cazadores apuntaron a los monos y lograron cazar cuatro ejemplares, cuando
se disponían a seguir cazando más, escucharon claramente cómo alguien les llamaba del interior
del bosque. Al escuchar esto, Pastor, se asustó y le dijo: - vámonos ya .

Cuando y a habían iniciado el retorno, comenzaron a escuchar ruidos, como si alguien propinara
fuertes golpes en las aletas de los árboles. Tales ruidos siguieron a los cazadores hasta que
abandonaron el bosque.

EL CASO SAHUARICO

En el año de 1946, Juan Sahuarico, trabajaba para el dueño del fundo “El Triunfo”, por el río “de
las Piedras”, pero un día, cuando trabajaba al interior del bosque, desapareció.

Durante tres meses no lo encontraron pese a que sus hermanos lo buscaron incansablemente.
Cuando y a lo daban por perdido, se retiraron del lugar llevando sus objetos personales, pero
dejando solamente su guitarra.

Luego de tres meses, cuando regresaron al lugar, encontraron al perdido Sahuarico, tocando su
guitarra en dicho campamento.
Según lo poco que pudo comentar; él veía a sus hermanos buscándole en el bosque, pero se
escondía y a pesar de eso no podían verle.

Nadie sabe porque se perdió y como vivió en el bosque durante ese tiempo. Cuando le preguntan
no quiere narra nada, solo atina a sonreír. Pero la gente del lugar afirma que fue robado por el
“chullachaqui”, quien lo cuidaba al interior del bosque, hasta que lo liberó; y a que cuando fue
encontrado, estaba muy sano y sin problemas psicológicos.

EL PASTOR DE LAS HUANGANAS

En 1979, cuando Jaime, tenía 22 años, vivía en la comunidad de “La Convención” y trabajaba al
interior del bosque, en un campamento castañero llamado “Siete Palmas”, por Bolivia.

Un día miércoles, cuando se celebraba el carnaval de ceniza, él y su esposa Floria, decidieron ir


a castañear, pese a que las otras personas les dijeron que era un mal día, que era el día del diablo.
Pero sin hacer caso se fueron a buscar castaña a eso de las 8am. Siguiendo el camino del
castañal, caminaron 45 minutos y luego se introdujeron haciendo una trocha al interior del
monte, por más de 20 minutos.

Buscaron castaña por casi una hora, y cansados decidieron reposar detrás de las aletas de un
árbol llamado misa; al cabo de un rato la mujer le dice a Jaime: - Escucha viene mal tiempo-; y
los dos se pusieron a escuchar que venía un fuerte viento anunciando tormenta; cuando parecía
que y a estaba cerca, don Jaime se puso a observar y vio que los árboles se movían, pero no se
sentía el viento, solo se escuchaba los ruidos propios del mal tiempo, cuando parecía que el mal
tiempo estaba sobre ellos, don Jaime se levantó y observó que a unos 40 m. de distancia, había un
hombrecito de más o menos 1 metro de estatura, que estaba vestido con una ropa de color
semejante a las hojas secas, parecía estar viejo y traposo, y tenía un sombrero grande que le
tapaba la cara. Aquel hombrecito venía tocando su flauta, con una melodía muy bonita, que
nunca antes habían escuchado; detrás de él, le seguía una manada de huanganas, con algo de
cuarenta animales; justo detrás del hombrecito estaba la huangana que dirigía a la manada,
caracterizado por tener un pelaje blanco debajo del cuello.
Cuando vieron esto, se asustaron y se apresuraron en subir a los árboles. El esposo ay udó a la
mujer a subir a una sogal de un árbol, tratando de calmarla, porque sollozaba mucho. Cuando
estaban sobre el árbol, vieron al hombrecito pasar a unos 10 metros de donde estaban, dirigiendo
a toda la manada, y se fueron por donde don Jaime y su esposa habían venido.

Al culminar el paso de todos los animales, tuvieron miedo de regresar por donde vinieron y
encontrarlos otra vez, por lo que dejaron que pase un tiempo moderado.
Cuado caminaban de regreso a su casa, sintieron un fuerte olor de azufre en el ambiente.
Siguieron caminando y llegaron a las 6pm, pero su esposa estaba mal, y a casi no podía caminar
y él la sostenía; al llegar al campamento, las demás personas les ay udaron; estaba sin fuerza,
desganada, y tenía un fuerte dolor de cabeza; que estando en la casa le humearon y poco a poco
se fue recuperando.

EL ESPOSO Y LA LUPUNA

Un día, de Semana Santa, en 1970, por el río Ortón, afluente del río Beni, (Bolivia), Jaime y otras
familias salieron de su campamento con dirección al caserío donde vivían, para participar en un
velorio.

Cuando se dirigían por el camino, Carlos , le dice a su esposa Nancy que siga caminando, porque
él tenía que ir a defecar. La señora siguió y sin darse cuenta se había adelantado mucho del
grupo, hasta quedarse sola por la trocha. Más adelante logra divisar un árbol de “lupuna”, en la
orilla del camino y a su esposo apoy ado en ese árbol; al verlo se preguntó cómo podía ser él, si
ella lo había dejado atrás. Al darse cuenta de esto se asustó mucho y comenzó a gritar corriendo,
hacia donde estaban los demás. Mientras corría volteó a mirar y observó que detrás venía su
esposo; el mismo que no mostraba el rostro y a que caminaba con la cabeza agachada; al ver esto
la señora corrió más rápido, gritando por su esposo.

Al escuchar los gritos, el marido salió del baño y corrió hacia ella. Al alcanzarla él y las demás
personas le preguntaron que había visto; ella muy asustada contestó -Te he visto a ti, apoyado en
la lupuna, y tú me seguías . El esposo, contrariado le dice que no puede ser porque él estaba en el
baño, dentro del monte y que no pudo haberle adelantado sin que los otros lo hubieran visto.

Cuando todos fueron a donde estaba el árbol de la lupuna, no encontraron a nadie. Al rato la
señora se comenzó a sentir mal; tenía dolores de cabeza, malestar en el cuerpo, se sentía débil y
no podía caminar. Cuando llegaron al caserío, le trataron de quitar el susto humeándole con
tabaco.

EL CASTIGO DE LA LUPUNA

En 1974, a la edad de 18 años, Jaime, se fue a recoger castaña con su amigo Jesús a una
comunidad llamada “frontera”, por el río Beni (Bolivia).

Una noche decidieron ir de cacería (mitay ar) a una colpa, que se ubicaba a una hora y media
del caserío. A casi 5 metros de la colpa, había un árbol de lupuna; al llegar ahí se ubicaron a 10
metros del árbol, esperando a que algún animal ingrese a la colpa.

Luego de esperar un buen rato; sintieron un viento que comenzó a mover las ramas de la lupuna,
pero lo curioso era que no se movían las ramas de otros árboles. Al observar esto, sintieron miedo
y luego el amigo le dijo:

- Es la lupuna; seguramente que nos quiere hacer asustar; hay a que estar listos con nuestra
armas, si vemos algo le disparamos .

Al terminar de decir esto, alumbraron con sus linternas hacia la parte alta de los árboles y
pudieron ver que en una rama había un mono cuy o tamaño era más grande de lo normal; era un
mono negro, que al ser alumbrado se pudo observar el fuerte brillo de sus ojos; a la vez que se
escondió entre las ramas. Los dos jóvenes al sentir más miedo y presentir que era algo malo,
debido a que el mono no era normal, comenzaron a disparar, impactando al animal que cay ó al
suelo delante de ellos. Al suceder esto oy eron bien claro y por dos veces, un fuerte y feo grito
como proveniente de un ser humano; al ir a buscar al animal solo encontraron sangre en el suelo
y en el lugar donde se supone había caído el mono, había un tremendo panal (caserón) de
avispas, del cual chorreaba la sangre, como si adentro estuviera algún animal herido, porque se
oían sus quejidos. Los amigos, al ver esto se retiraron lejos, para poder observar, si algo salía del
panal. Se distrajeron por unos segundos y cuando volvieron a mirarlo, el panal y a no estaba.

Luego de unos segundos, escucharon que detrás de las aletas de la lupuna, se reía una persona
adulta, como si se burlase; entonces su amigo le dijo: - Es el chullachaqui, vamos a balearlo . Se
fueron a buscarlo, pero al alumbrar con sus linternas alrededor del árbol, no encontraron a nadie
y mucho menos había huellas de alguna persona. Cansados de buscar regresaron al lugar donde
vieron el panal de avispas, pero y a no estaba, y mucho menos la sangre que habían visto salir de
su interior.

Asustados, pero a la vez con cólera, comenzaron a dispararle al árbol de lupuna, crey endo que el
espíritu del árbol, les había asustado. Al cabo de tres días, comenzaron a sufrir el hinchamiento de
sus cuerpos, al consultar de esto a un anciano, éste les dijo que la lupuna les había embrujado.

El anciano les dijo que no se preocuparan, que él iría a donde estaba ese árbol a eliminar el
hechizo. Al llegar al lugar, el anciano realizó un ritual desconocido frente al árbol y luego de
algunos días, el hinchazón del cuerpo de los dos jóvenes comenzó a desaparecer.

EL DUENDE
DEL ORDENAMIENTO CASTAÑERO

Durante el mes de marzo, del año 2002, Julio, estudiante de la facultad de Ingeniería Forestal de
la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco -UNSAAC, en Puerto Maldonado, se
encontraba realizando labores de ordenamiento castañero, al interior de los bosques de la
comunidad nativa de Boca Pariamanu, por el río de Las Piedras.
Mientras realizaba las labores de medición de los árboles, junto con otras dos personas, se quedó
rezagado en el bosque, a unos 100 metros del segundo obrero, que iba más adelante. Cansado se
sentó sobre un árbol caído y cuando miró a un costado, observó casi de reojo, a un hombrecito
bajito que estaba detrás de él. Al voltear para ver con más detalle, el extraño personaje y a no
estaba; esto le causó miedo, se adelantó y ordenó a los demás que se apresuren para retirarse del
lugar.

EL SERRANITO PERDIDO
Hace algunos años atrás, en el sector de Picoplancha, por el río Heath, Marcos Bascopé,
trabajaba con su personal recolectando castaña.

Uno de sus trabajadores era nuevo; había venido de la sierra y pese a que no tenía experiencia en
estas labores, decidió trabajar recolectando castaña.

Un día mientras caminaba por el bosque, regresando con su costalillo cargado de cocos de
castaña, escuchó el crujido de las hojas del suelo, como si alguien estuviese viniendo hacia él.

Siguió caminando y se encontró con una persona que venía a su encuentro por la trocha. Al
llegar, al desconocido le dijo: - Oye, mira, deja tu bolsa y vamos a seguir recolectando más
castañas por allá-. Pensando que era otro trabajador del campamento, le hizo caso, dejó el costal
y lo siguió.

Mientras le seguía, observó que el desconocido, quien caminaba rápido, a veces se perdía y otra
vez aparecía. Luego de haberle seguido largo trecho se percató que el desconocido y a no estaba,
había desaparecido y cuando quiso retornar al campamento no pudo encontrar el camino.

El serranito estaba perdido, permaneciendo así durante 6 días en el monte. El patrón Bascopé,
junto con todo el personal lo buscó durante algunos días, pero no lo encontraron.

Luego de los 6 días, el serranito apareció cerca del campamento. Al ser preguntado por lo
sucedido, contó que por seguir a un desconocido, se había perdido en el bosque.

Todos los trabajadores se quedaron admirados porque ninguno de ellos correspondía al


desconocido que mencionaba el serranito y mucho menos podría pertenecer a otro campamento,
porque eran los únicos que estaban en el lugar.

Luego de lo sucedido, todos los del campamento murmuraban que el duende “chullachaqui” le
había jugado una broma al serranito.
EL ENFERMO DE LA COLPA

En 1998, Dimax, trabajaba en la castaña por el sector de “Boca Pariamanu”. Durante sus faenas
había decidido construir un campamento al lado de una colpa, pero su padre le recriminó
diciéndole que no lo haga porque la colpa tiene su madre y algo malo podría sucederle. Dimax le
hizo caso y se retiró.
Juan, uno de los trabajadores, decidió no hacer caso la orden de respetar a la colpa. Un día de
semana santa, salió solo al bosque y luego de varias horas regresó muy mal al campamento,
afirmando que le había querido llevar el duende o “llashingo”.

Juan, narró que había estado sentado largo rato al lado de la colpa, sintiendo que todavía era de
día, cuando en realidad y a estaba muy oscuro, eran las seis de la tarde, hasta que luego escuchó
que le silbaron y se retiró de ahí. Mientras caminaba comenzó a sentir fiebre y un fuerte dolor de
cabeza.

Al llegar al campamento seguía la fiebre y comenzó a vomitar. Sus compañeros trataron de


curarle con el ajo y el tabaco, diciendo su padre que era probable que “la madre de la colpa” le
estaba haciendo daño.

En efecto, el joven deliraba con la fiebre y en sus visiones decía: - Ahí está; está cerquita, me
está mirando-”. Todos escuchaban pera no veían nada, mientras que el seguía diciendo: “-Ahí
está, me quiere llevar...”.

Con el transcurso de las horas le fue pasando el delirio y al día siguiente el joven había mejorado,
pero no fue a trabajar, porque seguía mal. El joven narró que en sueños una mujer le dijo: “-
Nunca andes así tarde y no salgas a la orilla, sino cualquier rato te voy a llevar”.

Posteriormente, Juan comentó a sus amigos, que mientras estuvo sentado en la colpa, había
cogido una hoja de monte y la colocó en su bolsillo, pensado que probablemente “la madre de la
colpa” se había molestado por eso. También afirmó que durante el sueño, la mujer le dijo: “-
Nunca andes así, tú estás molestando hace tiempo, sino era por eso te hubiese llevado.....”.

Esas frases del sueño hicieron pensar a los demás, que Juan estaba haciendo algo oculto, y a que
siempre se le veía andar solo por el monte.

EL DUENDE DEL RENACO

Hace 10 años, Cristian trabajaba extray endo madera, por el río Pariamanu, a la altura de la
quebrada “Aucay o”, a unas cuatro horas adentro en el bosque. Como parte del personal estaba su
hermano, con quien todos los días cortaban y cargaban la madera talada.

Ala semana de iniciada las labores, Cristian observó que su hermano se notaba cansado, con la
cara pálida y desganado, al preguntarle qué tenía, por qué estaba así, le respondió que no podía
dormir bien porque todas las noches sentía que venían personas que le jalaban la cama, le
destapaban y le quitaban el mosquitero.

Al oír esto, Cristian le dijo que dormirían juntos, y así lo hicieron, pero luego de tres noches no
volvió a pasar nada.

Ala cuarta noche, Cristian salió a orinar a la orilla de la quebrada que estaba cerca al
campamento y al momento que estaba regresando sintió que alguien le tiró tierra en la espalda.
Cristian volteó y pudo ver el pedazo de barro gredoso que le habían arrojado pero no había nadie.
Al suceder esto agarró tabaco y armó un cigarro, lo encendió y sopló con el humo a todo su
cuerpo, (algo que le había enseñado su abuelo, quien era medio curandero). Luego se armó de
valor y retornó a la quebrada y comenzó a hablarle fuerte, preguntándole - ¿Quién eres?,
¿Preséntate?, ¿Qué te hemos hecho?, ¿Por qué nos fastidias?.

Luego de una semana no molestaron a nadie, pero al séptimo día, Cristian soñó como él salió de
la cama y se dirigió a la quebrada tratando de cruzarla, pero al otro extremo había un árbol de
“renaco” y detrás de él salió una persona pequeña con el rostro y las características de la niña de
tres años, que era la pequeña hija de la cocinera que en esos momentos estaba en el
campamento. La personita corrió a donde estaba Cristian, lo agarró del cuello y comenzó a
presionarlo fuertemente hasta asfixiarlo, al sentir esto la víctima cogió al hombrecito y lo enterró
con fuerza en el barro y luego se despertó.

Luego de ocho días en que no molestaron a nadie, todo el personal abandonó el lugar y
caminando se fueron a otra ubicación. Durante la caminata, la cocinera y su familia estaban
rezagados y por eso venían al final del grupo; el esposo cargaba todos los enseres de cocina y la
señora trasladaba en los hombros a su hija.

Al estar atrasados, todo el grupo se detuvo y esperó a la familia, y cuando estos llegaron muy
cansados, el papá preguntó si es que alguien más estaba al final del grupo y si éste caminaba
detrás de ellos, pero todos afirmaron que no, que nadie había al final y a que eran los últimos en
llegar.

Entonces el esposo extrañado narró que su hijita, mientras caminaban, volteaba constantemente
hacia atrás como si observara a alguien que venía detrás de ellos. La mamá molesta le riñó a la
niña y le preguntó - ¿Por qué tanto miras atrás?, ¿Por qué no miras adelante?, ¿Qué cosa hay
atrás?, y la niñita dijo que atrás venía un señor, que ella observaba a un hombre caminando
detrás de ellos, pero los adultos volteaban y no veían a nadie.

La presencia del extraño duende y a había sido advertida por otras personas que estuvieron antes
en ese lugar, y que según dijeron, dos cocineras habían salido locas de ahí. El fenómeno sucedía
en los alrededores donde estaba aquel árbol de “renaco”, por eso se cree que ahí habita ese
duende o chullachaqui, el cual siempre trata de ahuy entar a la gente que llega a ese lugar.

EL ANCIANITO Q UE PELEÓ CON EL MITAYERO

En el año 2005, León se fue al río de las Piedras y se internó al bosque para mitay ar (cazar).
Caminando por una trocha encontró a un venado muy grande, al tratar de dispararle el animal
huy ó y se metió al monte, pero León lo siguió y lo volvió a encontrar, pero al quererle disparar,
el animal otra vez se perdió en el monte.
Siguió caminando y buscando a la presa, pero al rato encontró a otro animal sobre un árbol, era
un “achuni” muy grande y feo, al cual, León le disparó. Al caer el animal, el cazador corrió al
lugar donde cay ó y encontró levantándose del suelo a un hombrecito pequeño con cara de
viejito, con canas y barbas blancas muy largas.

El ancianito comenzó a golpear a León, tenía mucha fuerza y con cada golpe lanzaba muy lejos
al cazador, quien inútilmente trataba de defenderse y a que sus golpes no hacían daño a su
atacante.

Al estar perdiendo la pelea, León recordó el consejo de su padre, quien le dijo que para golpear
al duende se le debe pegar con el puño izquierdo, pero no con el derecho. Así lo hizo y comenzó a
golpearlo con el puno izquierdo, llegando a dominar al viejito, a quien lo golpeó tanto que lo dejó
privado en el suelo.

León, huy ó corriendo por el bosque y terminó cay endo al suelo, estaba muy cansado y herido,
casi muerto. Los demás trabajadores lo encontraron muy dañado y casi agonizando y lo llevaron
al campamento. Ahí, León reaccionó de forma agresiva, queriendo regresar al monte, tenía
mucha fuerza y parecía un loco, por esta razón tuvieron que amarrarlo y llevarlo a la ciudad,
donde su papá, quien era un curandero, logró curarlo luego de un tiempo.

LA PELEA CON EL CHULLACHAQ UI

En 1945, en Bolivia, por la zona de Santa Rosa, en el lado fronterizo con Brasil, Luis fue retado
por el chullachaqui a pelear. El duende le dijo “…… bueno, yo peleo con una condición, si tu me
ganas yo estaré a tu cargo y si yo te gano tu vas a hacer lo que yo te diga….”. Como el hombre
sabía cual era las debilidades del chulla, se pusieron a pelear.

Durante la pelea el hombre le atinaba golpes, pero que no le afectaban en nada a su rival. Por el
contrario el duende cada vez que le golpeaba lo arrojaba con mucha fuerza al suelo.

A Luis le habían informado que el truco era pegarle al chulla con el puño izquierdo, para así
poderle hacer daño y así lo hizo, pero tuvo que luchar bastante hasta dominarlo, cuando esto paso
el duende le dijo “……….ya basta, tu ganas, vamos a ser amigos, que quieres que haga por ti…”,
el testigo le dijo “…yo solo quiero que tú me ayudes a sacar mi goma…”

Como era un hombre del monte, Luis no tenia ambición de ser rico, solo quería tener un
ay udante. De esta forma el chulla trabajaba eficientemente cumpliendo su compromiso, corría,
trepaba por las sogas como si fueran escaleras y ay udaba a sacar bastante leche (jebe). Cuando
el dueño le decía, mañana me vas a ay udar a mitay ar, el duende aparecía bien temprano, listo
para ay udarle.

Pero el chullachaqui siempre le hacía bromas al hombre, le hacia pasar cerca de los caserones
de avispas para que le piquen, causando mucho dolor y molestia al chiringuero, pero el chulla se
reía y le decía: ….espérate ahí no más…., sacaba una hojas, con ellas le frotaba en el lugar de las
picaduras y el dolor desaparecía. Cuando iban de cacería y no encontraban presas, el hombre
cansado de caminar le decía: ……bueno hemos andado bastante y no hay nada, ya quiero
irme……, pero el chulla le hacía aparecer animales para que los cace diciendo: ….ya pues ahí
está….y en eso aparecía un sajino atravesado en la trocha que podía ser baleado fácilmente.

El duende ponía sus condiciones, “…..nosotros, vamos a ser amigos pero no quiero que tú le
cuentes nada, ni a tu familia, ni a nadie….”, la gente le decía …..¿cómo es que tú antes no sacabas
tanta goma y ahora sí lo haces……El hombre se aguantaba y no decía nada, pero un día durante
una borrachera se le fue la lengua y contó todo lo que hacía con la ay uda del duende. Cuando fue
a su estrada encontró al chulla, quien le dijo: ……no has cumplido con tu palabra así que me
voy……… A partir de esa fecha no volvió a ver al chulla y nunca más pudo sacar goma en esa
cantidad.

ROBADO POR EL CHULLACHAQ UI

En 1996, cerca al sector de la Boca Pariamanu (rìo Piedras), un niño fue robado por el
chullachaqui mientras jugaba detrás de su casa cerca al bosque. Rommel, el niño, vio que su
papá le llamaba y le dijo: …vamos por acá…, y así le siguió, caminando por una trocha dentro
del monte.

Al poco tiempo sus padres se dieron cuenta que no estaba y comenzaron a buscarlo, pero no lo
encontraron, hasta que se hizo de noche. Al otro día, muy de madrugada decidieron ir a buscarlo
y llegaron hasta la zona donde había un campamento maderero, cuy os trabajadores habían
encontrado al niño llorando en la madrugada, debajo de un árbol caído, en donde había pasado la
noche, se dieron cuenta de esto porque se veían rastros de la criatura, de lo que se había
revolcado y orinado.

Cuando le preguntaron, el niño dijo que había estado con su papá, quien al oscurecer, le dijo: …
espérame acá…., dejándolo solo en aquel lugar bajo el árbol. Al momento de encontrarlo, el niño
no tenía ningún daño físico y tampoco psicológico.

EL NIÑO PERDIDO Q UE FUE CUIDADO POR SU MAMA

Hace casi 15 años, don Roberto recolectaba castaña en la frontera con Bolivia, por el Lago
Valencia. Un día en ese lugar se extravió un niño de 7 años, luego de estar con su madre en el
monte.

Despúes de buscarlo por casi 8 días, trajeron a un curandero brasileño quien luego de un ritual
realizado en la medianoche, les informó que el humo del fuego encendido en una fogata de
corteza de carapa, encendido por ellos, indicaría la dirección donde estaba el niño. Dicho esto
encendió el fuego y el humo luego de ascender se inclinó en una dirección, al ver esto el
curandero indicó que esa era la dirección donde estaba el niño más o menos a 2 km.

Decidieron ir a buscarlo en la dirección indicada, y para ello el grupo de rescate fue advertido de
que al encontrar al niño no le deberán hablar, solo tienen que abrasarlo.

Luego de buscar en la dirección señalada don Roberto y los demás encontraron al niño, estaba
caminando sin darse cuenta de ellos, quienes inmediatamente lo agarraron sin hablarle, lo
cubrieron con una manta y se lo llevaron. El niño solo se asustó, no le hablaron, porque el brujo
indicó que si le hacían al pequeño se volvería loco.

Cuando llegaron al campamento encontraron que el niño tenía bastantes semillas de “shapaja”
y a peladas, que cargaba envueltas en su polo, las cuales iba comiendo mientras caminaba.
Según lo narrado por el pequeño las semillas se las había pelado su mamá hace poco rato, antes
de que lo atrapen las personas. Pero en realidad su mamá lo había dejado de ver hace 8 días,
justo el tiempo que se había perdido. Asimismo el niño caminaba sin dolor pese a que tenía
muchas espinas de “huicungo” incrustados en sus pies, dolor que se hizo efecto y le impidió
pararse cuando y a estaba en el campamento.
El niño había resistido 8 días de lluvias torrenciales, pero tenía la camiseta seca. La explicación
que le dan a esto es que había sido robado por el chullachaqui.

EL NIÑO BARRIQ UERO Q UE SE PERDIÓ

En 1975, por el río Pariamanu, había un campamento castañero donde se encontraba la familia
Fernández, en cuy os miembros estaba un niño que apoy aba a su tío barriqueando cocos de
castaña. Un día mientras caminaban por la trocha, llegaron a una curva bien cerrada, donde el
niño dejó de ver a su tío. El pequeño caminó asustadito, pero luego de algunos minutos lo volvió a
encontrar y lo siguió.

Caminaron durante toda la tarde tratando de encontrar el camino, pero sin poder hallarlo.
Llegada la noche se dispusieron a dormir en el monte y así lo hicieron. Al día siguiente
prosiguieron buscando el camino todo el día y nada, los dos se habían perdido en el bosque.

Así estuvieron durante 5 días, mientras tanto sus familiares, incluy endo el tío verdadero lo
buscaban desesperadamente. Al no tener resultados durante las búsquedas, los parientes
consultaron a un curandero, quien les informó que el chullachaqui lo tenía al niño y lo tenía
viviendo con él. El brujo advirtió que irían a buscarlo, pero deberían hacerlo con la ay uda de los
perros.

Los familiares hicieron lo indicado y de verdad los perros lo hallaron, refugiado en un “sogal”
(lianas del bosque), al verlos el niño huy ó como todo un salvaje y los canes tuvieron que seguirlo
y acorralarlo.

Posteriormente cuando el jovencito es atrapado y llevado al campamento, relató que él estuvo


siguiendo en todo momento a su tío, quien lo cuidaba y lo alimentaba, dándole frutos del monte y
lo hacia dormir siempre entre las aletas de un gran árbol. Pero cuando los perros lo encontraron
el supuesto tío y a lo había dejado algunos minutos antes con el pretexto de que regresaría pronto,
pero en realidad el verdadero tío lo estaba buscando junto con los demás familiares.

EL NIÑO PERDIDO DE SAN LORENZO


Hace 40 años cuando los bosques todavía eran vírgenes, Wilfredo que tenía 5 años de edad, se
perdió en el sector de san Lorenzo. El niño estaba caminando por el bosque con su madre, pero
luego de cruzar una quebrada, ella voltea a ver a su hijo, y y a no estaba.

Toda la población lo buscó por el bosque, pero no lo hallaron. El padre pensó que la madre lo
había matado al niño y la amenazó de muerte.

Luego de 3 días se inició el velorio del niño sin la presencia del cadáver. Pero esa noche cuando
y a todos velaban al desaparecido, se escucharon tres tiros de escopeta.

Los caucheros así anunciaban el haber encontrado al niño. Cuando le preguntaron que le había
pasado, éste informó que en todo momento estuvo andando con su mamita en el bosque, quien le
cuidaba y lo protegía, espantándole los zancudos todas las noches.

Historias de Brujos

LA NOCHE DEL BRUJO

En 1977, en el lugar llamado La Convención (Bolivia), vivían Francisco y Alicia, junto con sus 5
hijos; los mismos que habían cedido hospedaje a la señora Francisca (“Panchita”), quien con sus
tres hijos y su hermano, provenían de Riberalta. Luis el hermano de doña Panchita, fue
nombrado padrino de Edin, el hijo recién nacido de don Francisco.

Jaime, era uno de los hijos de doña Panchita y sobrino del nuevo compadre de don Francisco;
quien tenía en ese entonces 15 o 16 años. Al sobrino le gustaba jugar con todos los niños del lugar,
y tenía una extraña habilidad de hacer aparecer y desaparecer objetos en forma de juego.
Siempre les hacía aparecer bolitas de cristal a los niños y les decía: - Busquen granos de maíz y
traigan la cantidad de granos que quieran-”; los niños traían 5, 6 o más granos y venían corriendo
donde él estaba, para que luego les diga: - Pongan los granos en su mano izquierda.”; al hacerlo,
éste les decía: -.Pongan la mano derecha tapándola y cierren sus ojos; ahora, abran sus ojos y
vean lo que tienen”. Al abrir los ojos, los niños veían que los granos de maíz se habían
transformado en bolitas de cristal. Los chicos sorprendidos contaban lo sucedido a sus padres,
pero nadie les prestaba atención.

Un día, la hermana de nuestra testigo, Jenny de 12 años, se preguntó, si lo que contaban los niños
era verdad y les siguió para jugar con ellos; una vez delante de Jaime le retó a que le haga
aparecer las bolitas de cristal, increpándole: - Tú les engañas a los niños .
Pero Jaime, le dijo:

- ¿Quieres ver cómo pones huevos?,


- ¿Aver mentiroso?...
Como Jenny, estaba sentada de cuclillas, Jaime le ordena: - Levántate y mira abajo”. Al
levantarse, observó asombrada que debajo de ella había un huevo de gallina. Al ver esto, los
niños le pidieron que les haga lo mismo y vieron que debajo de ellos había huevos de gallina.
También Jaime retaba a los niños, diciéndoles: - ¿Quién es el más valiente?, pero no quiero que se
asusten; quien acepte, no quiero que se asuste, porque le voy a poner una correa en el cuello y
esta se convertirá en una culebra; pero no se asusten, porque no les va a pasar nada, la serpiente
no les va a morder, no les hará nada…”.

Uno de los chicos se ofreció y Jaime le pidió que le traigan una correa y la puso en el cuello del
niño; le pidió que cierre sus ojos y al ratito sintió que algo frío se movía en su cuello, sintiendo
unas terribles ganas de correr; pero Jaime le tranquilizó, diciéndole: - no corras, solo será un
ratito, pronto desaparecerá -”, Todas las personas que miraban el fenómeno se preguntaban ¿en
qué momento la correa se convertía en serpiente?.

El joven Jaime se hizo muy popular entre la gente, quien lo consideraba como un hábil bromista
y se acostumbró a sus trucos. Sin embargo Francisco siempre preocupado por lo que sucedía, le
advertía a la mamá de Jaime que no le haga esas bromas a sus hijos.

Los niños del campamento siempre tenían la costumbre de sentarse a jugar hasta muy tarde por
las noches; jugaban a las escondidas o narraban cuentos, pero siempre hasta muy tarde, pese a
que no había luz en el campamento y todo se mantenía oscuro fuera de las casas, las cuales solo
mantenían pequeños candiles que las iluminaban por dentro.

Una noche Jaime les dijo: - ya no se queden hasta tarde pero los chicos no quisieron irse, por lo
que les advirtió: - yo no sé lo que les pueda pasar , también advirtió a sus madres para que se
lleven a los niños a sus casas. Alrededor de las 7 pm, y en los instantes en que los niños se
resistían a ingresar a sus casas, escucharon un grito al interior del bosque, en dirección a los
castañales donde laboraban sus padres; sorprendidos, escucharon que alguien gritaba como gritan
los perdidos en el monte, y se dijeron: - alguien está gritando, quién será a esta hora”,. Al oír esto
Jaime se mostró muy preocupado e insistió a las señoras: -Metan a sus hijos y cierren sus
puertas; al oír esto, . Alicia exclamó:

- ¿No nos estarás haciendo asustar?, tú le conoces a mi esposo y se molestará


-.No señora., no les va a pasar nada a ustedes; no se preocupe, no va pasar nada .

En los instantes en que la gente cerraba sus puertas, escucharon un viento que apareció soplando
por debajo de los árboles y que llegó hasta el patio; parecía que ingresó al gallinero, porque las
aves salieron gritando, como si alguien las hubiese expulsado. Todos sintieron el extraño viento
que les causó escalofríos; luego se sintió una pequeña calma, pero inmediatamente se comenzó a
oír los gritos de muchas aves parecidas al “trompetero”, que alborotadas, correteaban en el patio
y se trepaban a los techos. También escuchaban los maullidos de muchos gatos, pese a que en el
lugar nadie criaba a estos animales; luego se escucharon como si hubiera muchos murciélagos
volando que ingresaban a los “tumbadillos” de los techos de las casas. En los momentos en que se
escuchaba todo ese alboroto se produjo un silencio intempestivo, sin escuchar que se marchaban
los animales.

Luego de lo sucedido, la gente salió de sus casas y pudieron ver a Jaime, quien estaba solo en el
patio; las asustadas personas le preguntaron qué había pasado, pero este les decía: - no nada
señoras, no se preocupen, ya pasó -.La señora Alicia le manifestó: - no hagas eso, asustas a los
niños y a todos; pero Jaime solo le respondía: - no se asuste, no les va a pasar nada, no vienen por
ustedes -.

Otro día, Jaime vuelve a manifestar la misma advertencia a todas la señoras del campamento: -
metan a sus hijos temprano y acuéstense temprano , y a la señora Alicia, a quien trataba con
mucho respeto, le afirmó: - escucharán que algo va a venir, como si estuviera rodando; es la
cabeza de un muerto; pero ustedes no se asusten, no les va pasar nada, métanse a su cuarto y no
les pasará nada. Amí me van a venir a visitar -;expresándose con tal seguridad, como si fuera una
cosa normal que lo visitaran. En la casa de Alicia, por el miedo, todos se encerraron en el cuarto
de ella, durmiendo en una sola cama.

Alrededor de las 12 de la noche , Alicia y sus hijos, comenzaron a escuchar un ruido, como que
algo venía rodando en el camino, exactamente como lo dijo Jaime. El objeto llegó rodando hasta
la puerta de la casa, como si quisiera ingresar a ella; en esos instantes se escuchó la conversación
de dos personas, pero sin entender lo que hablaban; una de las voces era extraña, muy ronca y
muy fea. Luego sintieron que la puerta se abrió, que ingresaron las dos personas y que se
sentaron en la mesa; las mismas que continuaban su conversación, pero sin entendérseles lo que
decían.
Los asustados testigos escuchaban que Jaime y su extraño visitante cogían dos copas de cristal,
vaciaban líquido en ellos y los chocaban, haciéndolos sonar como cuando se brinda con licor;
pero lo extraño era que en esa casa no existían vasos de vidrio y mucho menos cualquier tipo de
licor. Luego de casi 1 hora o algo más, escucharon que se habría la puerta y que alguien se iba.
Al día siguiente le preguntaron quién era, pero Jaime nunca decía nada. Alicia buscó los vasos y
los restos de lo que habían tomado esa noche, pero no había nada.

Un día, Jesús , el hijo de Alicia y hermano de nuestra testigo, junto con otro niño, se fueron a
bañar a una quebrada, a casi media hora de la casa; cuando caminaban por la trocha, escucharon
que del tronco de un árbol de castaño alguien con una guitarra, entonaba una bonita melodía; pero
en el campamento nadie tenía ese instrumento y menos sabían usarlo. Los niños y a no quisieron
ir a la quebrada, se regresaron y le contaron a sus padres. Así era siempre, se escuchaban cosas
extrañas y todos decían que era Jaime el causante de eso.

Cuando regresó Francisco, le contaron lo sucedido; esto le causó curiosidad y le dijo a Jaime, que
él no tenía miedo, que quería experimentar lo que pasaba; pero cuando él estaba en el
campamento, nunca pasaba nada; los extraños sucesos, solo ocurrían cuando Francisco y los
demás señores estaban en los castañales. Por esta razón Francisco, antes de irse a los castañales,
le decía a Jaime: - si algo le pasa a mis hijos o a mi mujer, yo te quemo vivo .

Cuando comenzaron a suceder estos extraños acontecimientos, la madre de Jaime, le contó a la


señora Alicia, que su hijo era un estudiante de la magia negra, y que había realizado un pacto con
el diablo, razón por la cual, Jaime tenía que pasar varias pruebas, entre ellas la de arrancarle los
ojos a un niño vivo; razón por la cual Alicia temía que esto pudiese sucederle a su recién nacido;
pero la madre de Jaime, le tranquilizaba y le decía que su hijo nunca haría eso contra el recién
nacido, porque estaban muy agradecidos por su apoy o.

Otro día, Jaime advierte nuevamente a Alicia, que va a suceder lo mismo, pero que no se
preocupe, porque no le va a pasar nada. Ese día, Jaime les dijo nuevamente que se deberían
encerrar en sus casas temprano. Alas 9 de la noche los asustados testigos escucharon como si un
ave muy grande llegase volando hasta posarse en el techo de la casa de Alicia, para luego
ingresar al tumbadillo donde dormía Jaime; inmediatamente comenzaron a oír una voz ronca que
le hablaba pero sin entender lo que decía. Pasaron los minutos y se inició una discusión y luego
una pelea; claramente se oían los golpes, las sacudidas del techo y como si le dieran de latigazos
a Jaime quien comenzó a gritar muy fuerte.

La madre de Jaime, que se encontraba en la cama junto con Alicia, se preocupó mucho y le
dijo: - quiero ver qué es lo que pasa; no voy a ir, solo quiero ver desde aquí, quién es esa persona .
Levantó el mosquitero de su cama, observó e intempestivamente se reclinó otra vez a la cama,
quedando estupefacta y muda por algunos minutos; Alicia le dijo: - doña Panchita¿ qué ha visto?
, pero no decía nada. Luego de varios minutos, la anciana se tranquilizó y asustada manifestó que
había visto al diablo; que logró ver una parte de su cuerpo, desde el tórax hacia arriba; dijo que
era horrible, que tenía cuernos y dientes muy grandes, con los colmillos cruzados; las orejas
puntiagudas y el cuerpo con muchos pelos.

Todos los testigos siguieron escuchando los golpes y la pelea; ante esto, el tío de Jaime agarrando
coraje subió al tumbadillo y a los minutos se comenzó a escuchar cómo el tío también peleaba
fuertemente. Debido al terrible alboroto, Alicia se armó de valor y salió del mosquitero, pudiendo
observar cómo el tío era golpeado, pero sin poder ver al agresor; solo observaba que el hombre
era agredido y que gritaba furibundo: - ¡no me vas a vencer; no podrás conmigo, porque yo estoy
con Dios! . En esos instantes Jaime comenzó a gritar: - yo quiero que me lleves; llévame contigo -
; se podía ver cómo Jaime se agarraba de algo y también como si alguien lo halase; pero su tío
Luis lo agarraba y Jaime le decía: - deja que me lleve, yo quiero irme con él, deja que me lleve
-.Luis, su tío, estaba sangrando y y a no tenía fuerzas; no se supo si logró rezar, pero sí escucharon
que pronunciaba la palabra de Dios y luego la bestia haciendo exclamaciones desapareció.

Luego comenzó a amanecer. Luis quedó muy maltratado, arrojaba espuma por la boca y
sangraba. Los vecinos fueron avisados y todos pudieron ver a Jaime totalmente loco; trataba de
coger fuego y metérselo en la boca; la gente le daba la Biblia, pero éste la escupía y se veía
completamente desquiciado o endemoniado. Al tío Luis lo humearon, pero parecería que iba a
morir, porque estaba totalmente golpeado.

Al llegar don Francisco, se enardeció por los sucesos ocurridos y les dijo a todas las demás
personas que traigan leña, luego plantaron un poste en el cual pretendían quemar vivo a Jaime.
La señora Panchita les suplicó que no quemen a su hijo, le gente aceptó y entre todos hicieron
una balsa de topa, sobre la cual amarraron a Jaime, subieron a Panchita, a sus dos hijitos y al tío
Luis e impulsaron a la balsa por el río Beni. Nunca más supieron que les pasó.

Luego de casi 10 años, Alicia, volvió a encontrar a la señora Panchita en Puerto Maldonado;
quien le narró que luego de esos acontecimientos y de ser expulsados del campamento, ellos
navegaron en la balsa hasta llegar a Riberalta, donde Jaime empeoró ; Estaba endemoniado y la
iglesia tuvo que intervenir; lo internaron en un convento para curas, donde estuvo encerrado por 4
años. Con la finalidad de exorcizarlo, todos los días lo azotaban, tratando de quitarle al diablo del
cuerpo. Al cabo de ese tiempo salió tranquilo, y luego de un par de años se vinieron al Perú.

Luego de varios años, don Francisco encontró a Jaime en Puerto Maldonado, convertido en todo
un curandero; continuaba con sus bromas de transformar en bolitas de cristal los granos de maíz,
hacerle poner huevos a la gente y transformar en culebras a las correas.
Fig. 1. El duende chullachaqui.
Fig. 2. El chullachaqui tiene un pie de animal y sombrero grande de paja
Fig. 3. El chullachaqui deja huellas en el bosque, un pie de animal y otro de humano.
Fig. 5. El maderero ambicioso.
Fig. 6. El duende de la shapaja.
Fig. 7. El chullachaqui es pastor de las huanganas.
Fig. 8. El duende del ordenamiento castañero.
Fig 9. El hombre transformado en tigre.
Fig. 10. La madre de la cocha.
Fig. 12. La sirenita capturada en Iberia.
Fig. 13. La extraña jovencita de chonta.
Fig. 14. La procesión de las almas.
Fig. 15. El camión fantasma.
Fig. 16. La boa del kosñipata.
Fig. 17. La niña y la sachamama.
Fig. 18. La bestia de tres Islas.
Fig. 19. Las extrañas luces del río.
Fig. 20. El monstruo del río Tahuamanu.
Fig. 21. La boa gigante del Malinowsky
Fig. 22. El suicidio masivo de las huanganas

Historias de Metamorfosis

EL HOMBRE Q UE SE TRANSFORMABA EN TIGRE

Reconocidos escritores de la antigüedad y científicos contemporáneos investigan el fenómeno de


la metamorfosis. Pero, ¿existen personas que tienen información de cómo manejar las Ley es
naturales y ser capaces de transformarse en animales?, tal vez nunca lo comprobaremos.

Juan me narró un acontecimiento que seria imposible de creer si no fuese porque a él mismo le
ocurrió y que puede testificar de la realidad de los acontecimientos.

En 1967, Juan se fue a trabajar al lugar de “Noay a”, a 18 kilómetros de Iberia, bajo el mando de
un patrón proveniente de Apurímac, apellidado García, esposo de una brasilera, que no hablaba
el castellano, pero que curiosamente tenía una gran barba larga. La señora le enseñó a cortar la
goma practicando en un árbol de “capirona”.

Luego de haber entrenado durante dos días a sangrar la goma, fue enviado a trabajar con otro
obrero llamado Alberto. Luego de 08 días de estar sin comer carne, Alberto le dijo: - oye yo
estoy acostumbrado a comer carne, vamos al monte ; y así se fueron al monte.

Casi a las 2 de la tarde, Alberto le dice: - no te vas a asustar, yo me voy a ir por acá, voy a ir a
traer mitayo ; empuñó la escopeta, extrajo el cartucho, lo guardó y le entregó el arma vacía;
luego tosió por tres veces; amarró la punta de su camisa y después de dar tres saltos,

Misteriosos relatos de Madre de Dios nuestro testigo vio claramente que dicho individuo se
transformó en un gran tigre que corrió al interior del bosque.

Al ver esto, Juan no se asustó porque el sujeto le había advertido, que no se asuste y que solo le
espere. Luego de esperarlo un buen rato, el extraño hombre regresó con forma humana pero
tray endo en sus hombros a un sajino.

Durante los días posteriores a lo sucedido, Juan comenzó a tenerle miedo; pero a pesar de ello
estaba muy entusiasmado y le rogaba que le enseñe a transformarse de esa manera; pero el
sujeto no quería, le decía que su mente era muy débil y que podría hacerle daño.

A partir de esa fecha siempre lo vio transformarse. En algunas veces se convertía en tigre
colorado o puma, pero siempre se convertía en fiera y realizaba el mismo ritual de retirar el
cartucho de la escopeta y llevárselo; dándole al testigo, la escopeta vacía.

Juan, nunca supo nada de los antecedentes de este misterioso hombre, solo sabía que vivía
solitario y era muy extraño.
En todos los animales cazados que el extraño traía, siempre se observaba una terrible mordedura
en la garganta.
LOS TIGRE-GENTE

Existen algunas historias que afirman que algunas personas pueden transformarse en tigre a
voluntad. Este sería un caso típico de metamorfosis, pero que no puede ser explicado por la
ciencia y mucho menos aceptado por la razón y la lógica científica.

El fenómeno, que también es narrado en Loreto y Ucay ali, está muy difundido en Bolivia, donde
se le conoce a estas personas como “tigre-gente”.
Según las afirmaciones bolivianas, para que una persona pueda convertirse en tigre, debe hacer
uso de las hojas de una misteriosa planta; de las cuales debe beberse su esencia, luego de lo cual,
la persona se da tres volantines hacia atrás.

Historias de Metamorfosis

Pero antes de hacer esto, las personas deben haber estudiado durante años; es decir que son
personas involucradas con la magia negra y la brujería.

Según se afirma, si por casualidad o suerte, se caza a uno de estos tigres, al momento de morir se
transforman en una persona.

No se sabe las razones por las cuales se transforman en tigres, solo afirman que así es más fácil
que puedan cazar animales para comer y realizar venganzas contra sus enemigos, asesinándolos
al acecho cuando están en el bosque.

En Bolivia existe una tribu conocida como los “chacobos”, se cree que estos indígenas tiene los
secretos de la extraña transformación en tigres.

Según la gente lugareña, en el sector de Loero, por el río Tambopata, habría existido uno de estos
seres hace 20 años atrás. Durante ese tiempo el caserío era asediado por una fiera que cazaba a
los animales y ponía en peligro a las personas. El fenómeno se le atribuy ó a un Boliviano de
apellido Pacamía, de quien se decía robaba los chanchos, gallinas y mataba a las reses.

Debido al peligro que significaba, los moradores trataron de cazarlo e inclusive llegaron a
dispararle, pero siempre escapaba.

Por tal situación y debido a los constantes acosos de los moradores; el señor acusado de la
supuesta transformación, tuvo que irse del lugar, escapando hasta Bolivia.

Cuando se fue el señor Pacamía, todo volvió a la normalidad y nunca más volvieron a darse más
casos de esos extraños ataques a los animales.

Historias de Sirenas

LA MADRE DE LA COCHA

Una mañana del año 1987 en la comunidad de Shintuy a (en el alto río Madre de Dios), un
anciano de 65 años de edad se encontraba trabajando toda la mañana en su chacra, pero
sorpresivamente y a las dos de la tarde regresó inquieto a su casa; empuñó su machete y sin
decirle nada a su mujer, regresó a su parcela; luego de eso, desapareció durante dos días.

Al enterarse de su desaparición, la comunidad entera decidió ir a buscarlo y luego de 05 horas de


búsqueda, encontraron indicios en el lugar por donde había caminado, habían hojitas y ramitas
quebradas. Los rescatistas comprobaron que la víctima había estado comiendo “platanillo”
mientras caminaba.

Luego de seguir dichas huellas, encontraron al anciano con todo el cuerpo sumergido en una
cocha (laguna), con solo el rostro que sobresalía arriba de la superficie. Al ver esta macabra
escena, a todos les abordó el temor y nadie quería ingresar a la cocha para rescatarlo; luego de
tomar valor y empuñando sus escopetas, solo se atrevieron a sumergirse dos comuneros, los que
se acercaron a la víctima y comprobaron que estaba vivo y despierto; al ver esto le dijeron: -
¿qué haces aquí?, .vamos a la casa, .tus hijos te esperan y .tu mujer está llorando . Uno de ellos,
cortó una rama de “topa” (madera liviana) y le alcanzó, diciéndole que se agarre de ella.

El hombre, sin agarrar la rama, le dijo: - espérate, espérate, voy a devolver la vestimenta que me
han prestado ; hizo un movimiento
Misteriosos relatos de Madre de Dios dentro del agua como si se quitara la ropa; luego agarró la
rama de topa y salió del agua.

Todo el grupo lo trasladó, y mientras caminaban, nadie quería quedarse atrás por miedo a que la
“madre de la cocha” los hale. El hombre continuaba sin pronunciar palabras y se quedó así,
totalmente hipnotizado durante casi una semana, tiempo durante el cual su mujer no lo quería
recibir. Se le veía como asustado con los ojos totalmente rojos y sin pronunciar palabra alguna,
por lo que sus hijos le tenían miedo.

Luego de un mes de permanecer en trance, el anciano volvió a la realidad y contó lo sucedido.


Narró que mientras trabajaba en su chacra, vio una mujer muy bonita que se le acercó y le dijo
que quería “intercambio de raja” (relaciones sexuales), que era un hombre muy simpático y
trabajador, que quería casarse con él y que lo quería llevar a su casa. Debido a esto, el hombre la
siguió por un camino muy ancho, hasta llegar a la casa de ella, la cual tenía un “canchón” o patio
muy amplio. Cuando llegó pudo ver a mucha gente festejando en el canchón, al momento de
querer ingresar, le salió al encuentro un enorme perro negro que le ladraba y que le impedía la
entrada; pero la mujer riñó al perro y el hombre pudo ingresar al patio. El papá de la hermosa
chica le invitó a pasar al interior de la casa, pero, el anciano no quiso y solo se quedó en el
canchón. Se notaba que la chica tenía mucho dinero.

El testigo se sentó en un asiento del canchón y la chica le trajo “masato”, luego le abrazó y le
besó, diciéndole: - mi papá te llama -; pero él no quería entrar a la casa.

El anciano aseguraba haber seguido a la chica por un gran camino hacia a la casa, el cual estaba
bien despejado y limpio; pero en realidad, los hombres que lo siguieron, vieron que solo era
vegetación casi inaccesible por estar cubierto de “pachaquilla” (planta con espinas), que ocasionó
muchos rasguños a los rescatistas; pero que curiosamente no le ocasionó daños al anciano.
Contrastada la narración con los hechos, se deduce que el lugar narrado por el anciano como un
canchón; en realidad era la cocha (laguna), y que el perro era un gran caimán negro que pudo
ser observado por los rescatistas en una de las orillas a varios metros del lugar donde estaba
sumergido el anciano.
Pasado un año, al anciano le dio cáncer en su rostro y luego de cuatro años de haber sucedido
dichos acontecimientos, murió.

LA DAMA DEL ARROYO


En 1998, José trabajaba para la compañía petrolera y se encontraba realizando labores entre
Mazuko y Quincemil.

Él con uno de sus compañeros de trabajo, fueron llevados a colocar puntos con el GPS en la
carretera, teniendo que introducirse al monte (bosque) para realizar su trabajo. Luego de realizar
sus labores, caminaron buscando un lugar para descansar, hasta que llegaron a un lugar sin
nombre ubicado entre dos cerros y cansados de caminar buscaron una casa o algún lugar donde
poder beber agua.

En ese lugar había un chorrito de agua que caía de entre las grandes rocas, haciendo un posito en
el suelo; cuando en eso, a 40 metros, observaron a una chica bien desnuda con una larga
cabellera bien blanca, echándose agua con sus manos. Luego la vieron que se agachó, para
lavarse las piernas, sin mirarlos y cubierta su rostro por la larga cabellera que le colgaba. Al
verla les dio vergüenza y entonces uno de ellos dijo: - su casa debe estar cerca, ¿ por qué no
vamos por otro lado sin ser vistos a su casa ahí debe estar sus familia, para poder descansar -.
Pero luego de caminar un rato no encontraron nada, diciendo regresar a donde estaba la chica y
preguntarle por su casa, pero al llegar al posito encontraron a nadie, les sorprendió ¿qué pudo ser
eso?, si entre esos lugares no había casa y ¿qué hacía una mujer solita?.

Regresaron a la carretera y luego llegó el carro que los devolvió al campamento, en eso le
contaron a sus compañeros si había por esa zona gente, pero ellos le dijeron que no era nada raro
de que siempre se le veía a esa chica, una mujer que se había perdido en ese lugar hace años y
que siempre se aparecía en ese lugar algo que y a no era extraño para ellos.

LA NIÑA Y EL CABALLO DEL LAGO


En 1958, cuando Floria tenía 13 años de edad, sus padres trabajaban en un lugar llamado San
Luis.

Un día domingo por la mañana Floria y su hermano Damián de 10 años de edad, se embarcaron
en una canoa y se fueron a pescar a un lago; el cielo estaba nublado y caía una leve llovizna.
Luego de haber navegado por casi media hora, lograron cruzar al otro lado del lago y se
quedaron pescando en sus orillas.

La pesca se prolongó por veinte minutos y cuando y a tenían pescado suficiente, Floria acomodó
su lineada (anzuelos) y se dirigió hacia la canoa; en esos instantes observó que al lado de la popa
de la canoa, emergían burbujas y se escuchaba como si hirviera el agua, dándole la impresión de
que algo iba a salir. Al momento, la señora le dijo a su hermanito que desate la canoa y ambos se
embarcaron rápido.

Floria empezó a remar rápido y al cabo de diez minutos vio salir de aquellas burbujas un caballo
de color totalmente negro que relinchaba muy fuerte y que mostraba sus blancos dientes; el
mismo que comenzó a seguirlos. Al llegar a la parte central del lago, la niña comenzó a gritar
pidiendo ay uda; siendo escuchada por otras personas que fueron a su encuentro llevando
escopetas para matar al animal; no pudiendo hacerlo porque el caballo se hundió en el lago y
nunca más apareció.

La niña y su hermanito se enfermaron, tenían dolor de cabeza, fiebre y malestar en todo el


cuerpo; lo que obligó a su madre a humearlos para que les pase dicho trauma.

LA SIRENITA
CAPTURADA EN IBERIA

Aproximadamente por el año de 1975, Daniel, de 40 años, fue testigo de cómo en el centro del
poblado de Iberia, se exhibió a una pequeña niña sirena que fuera capturada en el río
Tahuamanu. Otra persona que probablemente también estuvo presente y que fue testigo de tal
acontecimiento, es el señor Chitahuari, quien vive actualmente en Puerto Maldonado.

La persona que la capturó, mostró a la niña en un triciclo y muchas personas la vieron. Luego de
ser observada por el público, la devolvieron a su sitio, aguas abajo del río Tahuamanu, en el
sector conocido como Miraflores. La niña estaba serena en el triciclo y en ningún momento
pretendió escapar.

LOS CABELLOS DE LA SIRENA

Alrededor del año 1962, el señor Huay abo, considerado el primer pescador de redes que llegó a
Madre de Dios, proveniente de Pucallpa, se fue a pescar al lago Valencia.

Un día, mientras pescaba, sintió que su anzuelo se había atascado con algún objeto bajo el agua;
trató de jalarlo suavemente para que no se rompa, pero no salía; se sentía que estaba atorado con
firmeza, razón por la cual tiró con fuerza y logró desatascarlo. Al momento que el anzuelo salió
del agua, don Huay abo, se asombró al observar que enganchados a la púa del anzuelo estaban los
largos cabellos rubios de una mujer. Él y otros testigos se asustaron y arrojaron los cabellos al
agua.

Posteriormente, le afirmarían los demás pobladores que tales cabellos serían los de una sirena.
EL NIÑO Q UE NACIÓ SIRENA

Por los años de 1960, cuando Elvira tenía 10 a 12 años, escuchó a sus may ores que hablaban
preocupados por el parto que había tenido una mujer de nombre Guillermina.

Esta señora vivía en el sector del Triunfo, por la margen izquierda del río Madre de Dios, y todos
los días cruzaba el río para asistir a la escuela y así estudiar.
Según el testimonio, la mujer tuvo un parto muy difícil, porque el bebé no podía nacer. Cuando lo
hizo, todos los que atendieron el parto se asombraron de que la criatura nacida era un varón que
tenía desde la cintura para abajo, una larga cola en forma de pez.

Luego de una hora de haber nacido, el niño se murió.


LA EXTRAÑA JOVENCITA DE CHONTA
En el año 1976, en el sector de Chonta, por el río Tambopata, Elena, tuvo una extraña
experiencia.

Un día cuando estaba lavando la canoa, se le apareció una linda jovencita que llegó surcando en
su pequeña canoa a lo largo del río; la joven se le acercó, le saludó y se sentó en la embarcación
de Elena para conversar. Luego de la plática, le jovencita se despidió de ella, diciéndole que su
nombre era Rogelia y que vendría a visitarla otro día.

La extraña jovencita era muy bonita. Tenía la piel bien blanca, los cabellos muy rubios, los ojos
de color verde intenso y vestía un lindo traje verde, con zapatitos de tacos bajos.

Luego de tal sorpresa, Elena terminó de lavar su ropa y se fue a su casa.

Al día siguiente, Rogelia se volvió a aparecer. Elena le invitó desay uno y luego de conversar con
ella, la jovencita se fue. Desde esa fecha en adelante, las visitas se repitieron todos los días en
horas de la mañana.

El esposo de Elena, de nombre Heliodoro, se dirigía al campo a trabajar temprano por las
mañanas y no se daba cuenta de las visitas que hacía Rogelia, quien llegaba después que él se
había ido. Elena le contó a su marido que le visitaba una amiga llamada Rogelia, y que quería
presentarle; pero que siempre se retiraba antes de que él llegue a la casa. El marido no le creía y
no le daba importancia al asunto.

Un día cuando el marido llegó, Elena salió de la casa y le dijo: - Heliodoro, justo ahorita se acaba
de ir la Rogelia -...”. El marido, y a aburrido de tanto nombrarla y sin tener indicios de tal
visitante, solo atinaba a responderle con lisuras a su mujer.

En otra oportunidad, cuando Rogelia llegó a visitarle, encontró que el hijo de Elena estaba con
una fuerte diarrea; al ver esto Rogelia le dijo:
- Elena, mira mi mamá es doctora, ¿por qué no le llevamos a tu hijo para que le cure?...”;

- ya pues , contestó Elena y juntas se fueron a la orilla del río a embarcarse en la canoa de
Rogelia. Cuando Rogelia empujó la canoa; Elena que estaba y a sentada sintió cómo se hundía en
el agua; esto le dio miedo y de un ágil salto se pasó a la otra canoa que estaba atada en la orilla.
Elena y a no quiso ir, y solo atinó a decirle: - hay Rogelia, tu canoa es muy chica, se va a hundir,
mejor otro día vamos y se regresó corriendo hacia su casa.

Otro día, a eso de las 10 de la mañana, el esposo de Elena regresó temprano a su casa y encontró
a su mujer, quien extrañamente parecía que conversaba con alguien, pero el no veía a nadie. Al
llegar al umbral de su casa, este arrojó el machete que cay ó clavándose en el suelo. Al ver esto
Elena le reclamó diciéndole: - Heliodoro, casi le cortas su pie de la Rogelia -...”, supuestamente
el machete había caído muy cerca de los pies de la jovencita; pero el marido no veía ni
escuchaba a nadie y solo atinó a decir groserías, sin hacerle caso a su mujer. Rogelia le dijo: - ya
me voy Elena -.

Siempre cuando el río estaba crecido Elena veía a Rogelia navegando en su canoa por el río y
cuando estaba su marido cerca le decía: - Heliodoro, mira, allá está bajando la Rogelia...”; pero el
marido, como siempre no veía nada.
Un día que Rogelia llegó a conversar con Elena, le dijo: - Elena sabes que, el hijito de tu vecina
me gusta, quisiera robármelo -.Su vecina era Ernestina y cuando Elena la visitó, le dijo que tenga
cuidado porque se querían robar a su hijo.

En otra oportunidad, Rogelia llegó a donde Elena y le dijo: - sabes, he visto a tu vecino anoche,
estaba sentado en la popa de su canoa, ensuciando en el agua, y justamente en ese bote, me he
olvidado mi machetito; lindo mi machetito ¿cómo me he olvidado?...”. Al otro día cuando Elena,
fue a mirar a dicho bote, en realidad había un machetito, pero bien viejo y oxidado dentro de la
canoa, no como dijo la jovencita. Elena se lo llevó y lo guardó.
Cuando conversaban sobre temas relacionados con el río, Rogelia le decía: - Elena dentro del río
hay tierra, hay casas; si entras vas a ver que es igualito como acá...”. Pero Elena le respondía: -
¡qué va ha ser Rogelia!, más bien me ahogo- " - no Elena, es igualito como acá, hay de todo...”.

En otra oportunidad Rogelia le obsequió una piedra a Elena diciéndole: “-Elena te voy a dar esta
piedra, guárdala...”, pero nunca le dijo para qué servía la piedra. Elena guardó la piedra para
siempre.

Un día Rogelia le dice, “-Elena, ¿sabes qué?, vamos a hacer un pacto..., porque y o no quiero y a
venir.....”; pero ¿qué pacto vamos a hacer?, replicó Elena. “-Ya, mira, y o voy a venir a
medianoche, te voy a silbar y tú sales para realizar el pacto...”, y así fue; a la medianoche, Elena
escuchó los silbidos, pero no salió de su casa porque le dio miedo y siguió durmiendo.

En sueños, vio a Rogelia que le hablaba y le decía: “-Elena ¿por qué no haz salido?, y o no quería
hacerte daño, y o no te quiero molestar, y o solo quería hacer un pacto contigo para que tú puedas
vivir bien; pero no te preocupes y a no voy a ir más a tu casa...”.

Luego de este suceso que duró casi dos meses, Elena nunca vio otra vez a Rogelia. La extraña
jovencita nunca más volvió a la casa de Elena y pese a que se hicieron las consultas, nadie más
mencionó haberla conocido.

LOS SONIDOS DE LA Q UEBRADA

En 1992, el señor Raúl Calcín y su esposa, quienes habían migrado del departamento de Puno, se
fueron a su nueva propiedad, un terreno que le había sido entregado en titulación en Iñapari. El
fundo, era el último de los otorgados y se ubicaba al lado de una quebrada de nombre
“Primavera”.
Luego de algún tiempo, cuando los esposos comenzaron a realizar las labores de roce y tumba,
fueron sorprendidos al escuchar unas lindas melodías que provenían del interior de la quebrada.
La música que era entonada con guitarra y arpa, era tan atractiva que sintieron muchas ganas de
ir a ver, pero a la vez sintieron un temor interno que les hizo desistir de su curiosidad.

Cuando indagaron si había presencia de otras personas en el lugar, comprobaron que no había
nadie, que ellos eran los últimos del sector titulado.

La música continuaba siendo escuchada; pero ellos por temor tuvieron que retirarse del lugar,
hasta el día de hoy.
LA SIRENA DE GAMITANA
Hace muchos años, en el sector de gamitana y cerca a la desembocadura del lago Sandoval vivía
el abuelo de Agustín Pacay a.

Un día él y otras personas fueron a buscar huevos de tortuga taricay a a las play as y en un
botecito llegaron navegando entre claro y oscuro. Frente a la play a había una gran roca que
emergía del agua en forma de mesa.

A medida que el bote se acercaba más y más, pudieron ver a unas extrañas personas desnudas
que se bañaban en el río. Pero al sentir la presencia del bote, las personas se hundieron en el agua
y no volvieron aparecer más.

Como el viejo era curioso, es decir medio brujo, cogió su cigarro y comenzó a fumar. Así en la
noche le hizo soñar que unas personas les decían: “agradece que siquiera sabes algo, sino,
nosotros te hubiéramos llevado”.

EL HOMBRE DESNUDO DE LA Q UEBRADA

Cuando Edín tenía 12 años (1988) en el lugar llamado Chive, por Bolivia, se fue un día a una
quebrada que quedaba a media hora de ese lugar.

Mientras todos se bañaban y su madre lavaba ropa con otra señora muy distraída, él se fue mas
abajo de la quebrada a bañarse y a que el lugar era más bonito con árboles coposos que le daban
sombra al lugar. Al momento de tratar de arrojarse al agua, sintió un reflejo que le obligó a
observar hacia atrás. Al hacerlo pudo observar a un hombre totalmente desnudo, de
aproximadamente 35 a 38 años de edad, quien se bañaba en la quebrada. El mismo que se lavaba
las piernas, una de las cuales cubría sus genitales.

Al ver esto, Edin siente vergüenza y le pasa la voz a su amiga Rosa, queriendo que ella voltee
para que mire. Al hacerlo la amiga voltea para verlo y luego le pregunta: ¿dónde?, él le replica:
…..mira allá…., y ella le dice: ….¿dónde?, no hay nada……; Al voltear nuevamente, edin y a no
mira al hombre, éste y a no estaba. Se acercaron al lugar con la finalidad de buscarlo pero no
encontraron nada y mucho menos algún lugar donde podría haberse ocultado. Al preguntar a los
demás, y a que todos se conocían, se extrañaron porque en la zona no había hombre con esas
características viviendo en el lugar.

SIRENA DE BARRIO NUEVO

En 1972, algunos moradores de la zona de Barrio Nuevo, en Puerto Maldonado, veían a las 5 de
la madrugada, a una mujer muy bonita que se peinaba su largo cabello.

En ese lugar había una piedra plana en el río y sobre ella se observaba a la linda mujer, que
desnuda arreglaba y pneiban su linda cabellera.

Unos niños que la observaron tuvieron miedo y fueron a informar a su mamá. luego junto con
ella regresaron a verla, pero y a no estaba. La señora quien y a había oído hablar de esa mujer,
les dijo: ….esa era la sirena, ni modo que vamos a hacer, ese sitio es como su casa…...

Las personas que lograron verla muy bien, cuentan que sí se le veía el rostro, era muy bonita de
cuerpo desnudo, muy blanca. No se le veía la parte de los pies, estaba sentada. Pero cuando se
arrojaba al agua se le podía observar su larga cabellera rubia y su aleta de pez.

También se veían otros fenómenos en el lugar, como un gallo que salía del agua, cantaba tres
veces y luego se hundía. La mamá llego a ver a un burro que rebuznaba y luego de hundía
lentamente en el agua. Todo se vio ese año. Otros veían a un hombre que salía del agua y
perseguía a los niños, con el pelo de color rubio, ojos verdes, ellos remaban y huían a la play a.
En esa época no vivía mucha gente por ahí.

YAKURUNAS DE LA CACHUELA

Leoncio fue testigo de algo formidable. Él había contratado a un pescador para que realice la
pesca en el sector de la “cachuela” (Río Madre de Dios, Tambopata). En los inicios de su labor el
pescador obtenía abundante pescado en la red que extendía entre las peñas de la cachuela. Pero
extrañamente al llegar el 8vo o 10mo día, la red que era extendida por la noche, amanecía
depositada en la play a bien amarrada con todos los aparejos, como si alguien la hubiera retirado
de las aguas y colocada cuidadosamente en la orilla.

Leoncio, pensaba que el pescador no quería entregarle el pescado, inventando ese cuento “….que
no había pescado porque la red la retiraban a la playa”, así que decidió verificar la verdad y para
ello se fue al lugar junto con su hermano Rodrigo, decidido a dormir en la canoa, cuidando a la
red que habían templada en el río.

Para ver quien era el que sacaba la red, el dueño inclusive trató de quedarse toda la noche
agarrándola; pero vencido por el sueño se quedó dormido y la soltó; al despertarse, se percató de
que no estaba en el río. Despertados todos se fijaron en la play a y pudieron ver que la red estaba
depositada allí con todos sus aparejos.

El fenómeno ocurrió en 2 o 3 oportunidades, durante las cuales hicieron las mismas intenciones
de pescar pero sucediendo siempre lo mismo, alguien retiraba la red con todos sus aparejos.
Los hombres tuvieron que dejar de pescar, porque se dieron cuenta que por alguna razón algo o
alguien no les dejaba pescar por lo menos 08 días y luego de ese periodo al volver a tirar la red
comenzaron a extraer abundante pescado. Cumplidos nuevamente los 08 a 10 días la red era
retirada nueva y extrañamente por el misterioso ser.

Tal fenómeno fue interpretado como que la sirena estaba “mesquinando su pescado”. Asimismo,
Leoncio asegura que “cuando la sirena quería hacer correr a mis pescadores comenzaba a crecer
el rio, pero en esa parte nomás y sí ellos se iban, desaparecía esa creciente”.

Historias de Fantasmas

LA PROCESION DE LA ALMAS

Una señora, que por obvias razones no menciono su nombre, me narró que por los años 1940, en
la zona de la Pastora, le ocurrió un hecho increíble a un señor que nombraremos Ramiro .

La noche del “día de las almas”, Ramiro se encontraba caminando por La Pastora tratando de
regresar a la ciudad, cuando de pronto observó que delante y a varios metros de distancia, se
movilizaba hacia él una gran procesión de personas con velas. Al ver esto se preguntó qué
sucedería, pero se trató de dar una explicación pensando que los deudos de los difuntos, que
habían ido al cementerio, habían organizado una procesión ese día. Cuando se dio cuenta, dicha
procesión le dio alcance e intempestivamente sintió que algo o alguien lo levantó del suelo;
causándole una gran conmoción nerviosa que se desmay ó.

Al otro día, un señor, lo encontró arriba del árbol de su casa; quien sorprendido le gritó, - oye,
habla, ¿quien eres? -, pero no obtenía respuesta, la víctima no recordaba nada y estaba muy
mojado porque toda la noche había llovido; al ver esto, dio parte a la policía, quienes luego de
apersonarse a la casa, procedieron a rescatarlo del árbol y llevarlo a la comisaría. En la
delegación, debido a que el hombre estaba totalmente inanimado y no reaccionaba, lo sentaron
en una silla en el frontis del puesto policial y lo mostraron al público para que la gente lo
reconozca.

Nuestra narradora, fue la primera en ver a ese hombre y reconocerlo, era Ramiero el panadero
de sus padres, pero se limitó a no decir nada. La gente que transitaba por ahí, le preguntaba al
hombre: - ¿qué te pasa, habla -, pero él solo movía la cabeza y no decía nada; posteriormente le
dieron un papel y solo atinaba a escribir: - diablos, diablos .

Estuvo varios días así, hasta que una señora viejecita de nombre Anita, fue a la comisaría y
también lo reconoció; ella dijo: - yo voy a llevarlo y lo voy a curar .

La ancianita lo trasladó a su casa, le dio frotaciones y paños, hasta reanimarlo. Cuando esto
sucedió y el hombre volvió en sí, le narró lo sucedido; le dijo que estando por La Pastora, vio una
procesión de personas con velas y que estaban cubiertas con abrigos y capuchas como si fueran
monjes, que al llegar a él lo cogieron y lo levantaron, momento en el cual se desmay ó. No se
acordaba nada más, solo que había despertado a la realidad, en la casa de la señora que lo curó.

Luego de lo sucedido el hombre quedó mal de la cabeza y después de varios años se le encontró
ahorcado en un árbol.
EL BULTO NEGRO

En 1966, Cesar, era guardián de las nuevas viviendas recién en construcción de la actual
urbanización de los castaños, cerca al cementerio de la ciudad de Puerto Maldonado.

Un día mientras Cesar estaba de turno, unos ladrones habían robado algunos lavatorios instalados
en una de las casas que él cuidaba. Apenado recibió la orden del Ingeniero que debía devolver lo
que habían robado por estar bajo su responsabilidad; para lo cual decidió permanecer alerta en el
lugar durante dos semanas, y a que pensaba que los ladrones volverían a robar otra vez.

Una noche, mientras esperaba que regresen los ladrones, estaba sentado en una calle muy cerca
(a casi dos casas) al actual cementerio, abrigado con su frazada y portando una linterna. Cuando
el silencio abordó la calle, Cesar se percató de unos extraños ruidos, muy parecidos al crujido de
la hojarasca y los palos rotos en el suelo; como si alguien estuviese caminando y sonaran sus
pisadas.

Cesar, pensó que eran los ladrones, que al fin habían vuelto y se preparó para atraparlos. Cuando
estaba alerta y listo para salir al encuentro de los que venían, pudo ver aterrorizado, cómo
lentamente pasaba por su costado un bulto negro muy alto, el cual se desplazaba sin pisar el suelo,
como si el viento lo deslizara en el aire. Cesar, no pudo hablar y quedó paralizado y enmudecido,
atinando solo a gritar: …..ah, ah, ah ah - .

Los gritos fueron escuchados por su compañero que estaba de guardia, un poco más alejado,
quien le dijo:
- ¿qué pasa, César?
- no sé...., ha pasado un bulto negro.
- ven pues huméate…

Pero César, seguía paralizado y su linterna no podía ser encendida.


Luego de lo sucedido, César y su amigo encendieron una velita en la puerta del almacén.
MUERTE POR NEGLIGENCIA
PARTE I:
La defunción

En 11 Octubre del año 2009, Lucía se presentó al hospital general de la ciudad de Puerto
Maldonado, para que le hagan una revisión de su estado de gestación, debido a que y a se había
vencido el periodo de los 9 meses. Al ser observada, los médicos diagnosticaron que debería
internarse inmediatamente para un parto por cesárea, y a que de ello dependía la vida de la
criatura.
Lucía, fue intervenida quirúrgicamente y luego del parto, puesta en reposo en cuidados
intensivos. Durante la tarde y la noche de esa día, la paciente sintió que sangraba demasiado e
informó de ello a las enfermeras, quienes fríamente le dijeron que era una quejosa y que eso era
de lo más normal. Algunos de sus familiares también notaron que el sangrado era demasiado e
informaban a las enfermeras, pero ellas seguían con su frialdad en las respuesta y el trato.

Al día siguiente, alrededor de las nueve de la mañana, Lucía ingresó a un estado de mucha
debilidad, razón por la cual recién los médicos y enfermeras acudieron de emergencia para
tratarla, pero sin lograr ningún cambio en su deteriorado estado de salud.

A las horas, Lucía moría irremediablemente por un shock hipobolémico, causado por la fuerte
hemorragia que padeció durante toda la tarde y la noche del día anterior, sin que nadie le atienda,
pese a los reclamos de ella y sus familiares.

Lucía fue enterrada con un profundo dolor, dejando en la orfandad a 3 niñas, la última de las
cuales recién había nacido producto de esa cesárea que le causó la muerte.

Los galenos responsables de tal negligencia, fueron denunciados penalmente y se inició así, una
batalla legal, en total desventaja, debido a la humildad de los parientes de la occisa, que no
contaban con los conocimientos y mucho menos con el dinero para enfrentar acciones legales de
ese tipo.

PARTE II:
Llamada de ultratumba

Milcer el esposo y ahora viudo, siempre se dedicó a trabajar en la minería artesanal, en zonas
muy alejadas a la ciudad de Puerto Maldonado, por ello dejaba a su recién nacida bajo el
cuidado de su abuela, es decir la madre de la mujer fallecida. Sus dos niñas may ores, también
eran cuidadas por sus tías y por la abuela, además que una de ellas y a casi señorita, velaba por la
segunda en edad.

Un día, cuando el padre estaba en el mercado de la ciudad haciendo compras, recibió una
llamada a su celular y como cualquier otra llamada fue contestada inmediatamente; pero grande
fue su sorpresa al escuchar que del otro lado de la línea, una voz de mujer le decía:

- Milcer, Milcer, Hola, ¿cómo estás?


- aló, sí, ¿cón quién hablo?
- ¿cómo Milcer, rápido me olvidaste, no reconoces mi voz?
- Lucía ¿eres tú?
- sí, Milcer, soy yo, ¿cómo estás?, ¿cómo están nuestras hijas?

Al escuchar esa voz, Milcer reconoció la voz de su mujer muerta, pero que en esos instantes le
estaba hablando por el celular. Milcer, se atacó de nervios y se puso a llorar. La voz, le continúo
hablando:
- Milcer, cuida mucho a las niñas, ya pronto sabrás de mí.

Cortaron la llamada, dejando estupefacto a Milcer, quien no atinaba a creer lo que había
escuchado. Recuperado del susto, identificó el número del celular del cual emitieron la llamada y
decidió preguntar para saber quién la emitió, pero solo obtuvo la respuesta de una persona que
alquilaba públicamente su celular para hacer llamadas al paso, quien le respondió que no sabía
nada y que no entendía de qué se trataba.

PARTE III:
La bebita desaparecida

Un día, luego de un año y meses, la abuela decide visitar un campamento minero y debido a que
no tenía con quien dejar a la niñita de Lucía, decide llevarla consigo. Por la distancia y debido a
que le cogió la noche, la abuela y la niña, no pudieron llegar a tiempo al campamento elegido y
deciden pernoctar en la orilla del río, al interior de una balsa minera conocida como “draga”,
dentro de la cual hay literas que usan los obreros para dormir. La balsa, estaba atada a la orilla
del río y por supuesto permanecía flotando sobre el agua.

La abuela, acomodó a la niña a su lado derecho y arrinconada a un cerco de madera, que hacía
las veces de pared y luego se cubrieron con un mosquitero, cuy os bordes, la abuela se aseguró de
ajustar debajo del colchón.

Al otro día muy temprano, la abuela se despierta y se da con la sorpresa, muy horrorizada de
que la niña no estaba a su lado. Acongojada da la voz de alarma y todos los obreros y demás
personas comienzan a buscar a la niña.

Luego de muchas horas de búsqueda, todos concuerdan en que la niña debió haberse caído al
agua y ahogarse, pero por supuesto nadie encontraba el cuerpo. Pasadas las horas se dio parte a
la policía y al guardacostas de la marina, con quienes se inició una búsqueda más exhaustiva con
la esperanza al menos de encontrar el cuerpo de la niña.

Avisado el padre viajó inmediatamente a la zona y junto con otros familiares se unieron a la
búsqueda, la cual se tornó infructuosa a medida que pasaron los días. Luego de 15 días, la marina
y la policía cancelaron la búsqueda y dieron por desaparecida a la niña, con lo cual el rescate
quedaba cancelado oficialmente.

Los familiares y el padre con sus niñas, velaron las ropas de la criatura e impotentes por no haber
podido encontrar al menos su cuerpo, solo lloraron su desaparición.

Lo extraño del caso, y lo que todos nos preguntamos, es ¿cómo logró la niñita desaparecer del
lugar donde estuvo durmiendo con su abuela?, si ella no caminaba, estaba recién gateando, pero
en todo caso, si se despertó y salió de la cama para llegar al borde de la balsa, debió pasar por
sobre su abuela, desajustar los bordes del mosquitero, gatear hasta el borde de la balsa y todo esto
en el menor silencio posible, lo cual habría impedido que la abuela y los obreros, quienes
dormían a los costados, no hay an podido escuchar y darse cuenta de la niña.

La muerte de su madre Lucía, la llamada al celular y la desaparición misteriosa de la niña, tejen


un velo de misterio a esta historia. Posteriormente algunas personas afirmarían que la sirena (esa
extraña ley enda que dice que hay gente en el agua y que roban a las personas, en especial a los
niños), habría sido la culpable de la desaparición de la niña. Otros dicen que fue su madre quien
se llevó a su niña.

Como epílogo de esta historia, se supo que luego de más de un año de batalla legal, fueron
reconocidos cuatro, los médicos responsables de la muerte de Lucía, los cuales fueron juzgados y
sentenciados a 4 años de prisión suspendida y a un pago de 15 mil nuevos soles por la reparación
civil.

LA DESPEDIDA DEL DIFUNTO

Un domingo de marzo del 2010, cuando oscurecía y bordeaba las 7 de la noche, ingresé a mi
oficina personal para mis labores de rutina. Al abrir la habitación, pude sentir un intenso olor a
cigarro, el cual había invadido toda la pequeña habitación. Me detuve admirado por el suceso,
debido a que y o no fumo y porque nadie más ingresa a mi oficina.

Me quedé pensativo durante algunos segundos sobre el fenómeno, pero luego le resté
importancia, porque pensé que tal vez alguna persona había fumado afuera de la habitación, en
los pasadizos, y pese a que las ventanas estaban cerradas, el humo podía haber ingresado por las
rendijas al interior de la oficina.

Concentrado en mis labores, me olvidé del asunto, hasta que a las 9 de la noche mi pareja, quien
trabajaba en el área de emergencia del hospital del seguro social de Puerto Maldonado, llamó a
mi celular muy preocupada, para preguntarme si y o conocía al profesor apellidado Quevedo. Al
oír el apellido, le respondí que sí, que en efecto, era el Vicerrector Académico recientemente
elegido de la Universidad Amazónica donde laboraba como docente.

Mi pareja me respondió, que dicho señor había fallecido hace algunos minutos, luego de que
fuera internado de emergencia, por una broncopulmonía fulminante. Me quedé totalmente
perplejo, y solo atiné a decir: - ¿qué?, ¿está muerto? , ella respondió que sí y que y a estaban
algunos docentes presentes en la sala de recepción de emergencia a donde estarían tray endo el
cadáver, y a que el fallecimiento se produjo en el poblado de Mazuko, en un intento de la
ambulancia por evacuarlo a la ciudad del Cusco.

Luego de culminar la conversación con ella, pude recordar, que el difunto era un adicto fumador
de cigarrillos, quien consumía cajetillas enteras al día, vicio que era del conocimiento de todos los
trabajadores universitarios, quienes por supuesto criticaban dicha actitud.

¿Fue el olor del humo del cigarro que percibí con tanta intensidad en mi oficina, horas antes, la
que provino del difunto?, ¿fue él a despedirse a mi oficina?, ¿fue una coincidencia?. No tengo la
respuesta, pero sí sé que el fenómeno me servirá para pensar, reflexionar y mantener la
interrogante para siempre.

FANTASMAS
EN LA UNIVERSIDAD PRIVADA

Durante el año 2009, Ronald, trabajó como vigilante de las instalaciones de la Universidad
Privada en Puerto Maldonado. Él y sus colegas de ese entonces, fueron testigos de hechos
extraños e inexplicables que causaron mucho miedo entre ellos, quienes se acostumbraron a
experimentar dichos fenómenos y a que los mismos se repetían con cierta frecuencia.

Una noche dos vigilantes estaban conversando en horas de la noche, luego de que y a habían
cerrado las puertas y no había labores universitarias, cuando de pronto observaron a 2 personas
que subían por las escaleras a los pabellones superiores. Se apresuraron en subir las gradas ´para
intervenir a los extraños, los buscaron por todos los pasadizos y dentro de todas la aulas, pero no
encontraron a nadie.

Otros vigilantes, a partir de las 12 de la madrugada, escuchan en el almacén quejarse y fuertes


llantos. También, es común escuchar que en el auditorio se alzan y halan las mesas, y por sí sólo
se enciende el aire acondicionado. Debido al temor que esto causa, nadie de los vigilantes sube
por ahí y sólo lo hacen hasta el segundo piso.

Una señora del personal de limpieza también tuvo experiencias de ese tipo. Mientras limpiaba,
observó a dos personas en un salón y fue a informar a los vigilantes increpándoles porqué no
habían retirado a esas personas, si y a era muy tarde y ella tenía que realizar su limpieza. Al ir los
vigilantes al salón indicado, no encontraron a nadie. Ella, informó completamente segura que
había visto dentro del aula, a una pareja de jóvenes. Debido a esas misteriosas apariciones, todos
los vigilantes y el personal de limpieza tienen miedo, duermen en el pasadizo de los primeros
pisos y andan juntos durante sus inspecciones o labores, además de encender todas las luces de
los pabellones.

EL ATAQ UE DEL TUNCHE

Un día Félix, decidió ir a su campamento minero por la zona de “Tres Islas”, ingresó a pie por la
trocha de acceso, con su linterna y un machete, además de una pequeña carga que portaba en la
espalda.

La tarde caía y comenzó a ganar la noche, sin que Félix pudiera llegar a su campamento, iba
acompañado de un perrito, que encontró en el camino y que se mostraba amigable y caminaba
por su delante.

La noche llegó y se había oscurecido toda la ruta, solo se podía ver la trocha con la luz de su
linterna. Luego de caminar buen trecho, Félix se encontró con una gran quebrada, que debía
cruzar a través de un grueso tronco, que hacía las veces de un improvisado puente.
Félix se dispuso a cruzarlo y cuando y a caminaba por la mitad del puente, el perro que
deambulaba delante, se detuvo, paró las orejas y como si hubiera visto a alguien, se asustó y
retrocedió llorando, para colocarse detrás del hombre, quien sin entender lo que pasaba, siguió
cruzando el puente. Al instante, sintió como algo o alguien lo empujó muy fuerte por la espalda,
haciéndole perder el equilibrio y cay endo estrepitosamente al agua de la quebrada, donde sin la
luz de su linterna, y con el peso de las botas, trató de nadar en plena oscuridad, siendo llevado por
la corriente aguas abajo, donde logró chocar con algunas ramas de arbustos, a las cuales se
aferró fuertemente y se haló hacia la orilla.

Totalmente mojado, Félix no sabía qué hacer, no tenía el machete ni la linterna y no sabía dónde
estaba, debido a la oscuridad total del área. Trató de caminar a ciegas y luego de unos metros, se
percató que había llegado a un pequeño claro del bosque, a un ambiente conocido como “palo
tangarana” arbolito donde habita un enjambre de “tangaranas” (hormigas con veneno que
habitan en un árbol y que limpian el lugar evitando el crecimiento de la vegetación). Ahí decidió
quedarse, y luego de escurrir su ropa, cortó ramas e hizo un esfuerzo para lograr encender una
fogata.

Pensando que ahí pasaría la noche se resignó, pero al rato escuchó un leve y lejano ladrido de un
perro, el cual le indicó que más adelante existía un campamento. Félix, gritó con todas sus fuerzas
y fue oído por el dueño del campamento, quien también había logrado ver la fogata.
El vecino, le respondió que no se mueva de donde estaba; y a los minutos, llegaba para ay udar a
Félix.

Al contarle lo sucedido sobre el extraño empujón en el puente, el vecino solo atinó a decirle: -
amigo, es el tunche, quien siempre fastidia en ese lugar .

LA LUZ DE LA CARRETERA

Una tarde del 1 de noviembre del año 2002, Ana salió de su castañal, a la altura del Kilómetro 80,
con rumbo a la carretera Maldonado - Iberia, pero se le hizo de noche y le cogió la lluvia.
Cuando llegó a la carretera y caminaba por ella, vio a lo lejos una luz que alumbraba la vía. por
lo que ella pensó era la luz de un carro.

Amedida que ella se acercaba se dio cuenta que la luz estaba inmóvil, cuando y a estaba a 30
metros de la luz, se dio cuenta que esta salía de una “capillita” que estaba al lado de la carretera,
en memoria de alguien que había muerto ahí recientemente.

Ana pensó que la gente le había puesto velitas a dicha capillita, por ser el día de los muertos y por
eso era la luz, pero cuando y a faltaba más o menos 10 metros para llegar al lugar, ésta se apagó,
y quedó a oscuras toda la carretera. Así cuando ella pasaba por ahí, volteó a ver la capillita, pero
no había nada, ni velas, ni luz, por lo que le dio miedo, pero trató de serenarse.

Luego que caminó y se alejó del lugar, volvió la mirada hacia atrás, pero todo seguía oscuro, otra
vez volteó hacia atrás y observó nuevamente que ahí mismo seguía encendida esa extraña luz.
El FANTASMA DEL SALÓN COMUNAL

Cuando José visitó la comunidad de Infierno, para realizar labores de asesoría forestal, tuvo que
pernoctar en la casa comunal por esa noche. Al quedar solo en la habitación atrancó la puerta y
armó su carpa de dormir en el piso, donde luego de media hora se durmió. En la madrugada,
José se despierta para ir a orinar y al momento de salir de la carpa y con linterna en mano, se da
cuenta de que a un costado de su carpa estaba otra persona tendida en el suelo durmiendo y
cubierta totalmente, dejando ver una parte de su cabeza, y a que estaba cubierto completamente
con una de esas mantas que usan las personas de la sierra.

José, sin pensar en detalles, crey ó que a otra persona también le habían dado alojamiento en esa
habitación junto a él, pero claro, sin que se le informara y mucho menos sin que sintiera el
ingreso de aquel extraño. Al querer salir de la habitación para orinar, José se percató de que la
puerta estaba atrancada por dentro tal y como la dejó antes de dormirse. Pero, pese a ello salió,
orinó y regresó, ingresando a la habitación y volviéndola a atrancar la puerta como antes.

Al ingresar a su carpa, nuevamente alumbró al lugar donde estaba el extraño y lo vio ahí. Igual
que antes de salir, durmiendo sin haberse movido. Sin may or extrañeza, se internó en su carpa, la
cerró y se volvió a dormir.

Al otro día y de madrugada, José se despertó y recordó que el extraño estaba durmiendo a su
lado, y decidió observarlo mejor, pero al hacerlo se dio con la extraña sorpresa de que el
individuo y a no estaba. Nadie había en el lugar y no habían señales de que otra persona hay a
estado durmiendo en esa habitación. Al mirar la puerta de dicho salón, se dio cuenta de que
estaba atrancada exactamente como él la había dejado y no mostraba signos de haber sido
abierta.

Intrigado por el extraño acompañante de esa noche y por su desaparición de madrugada, decidió
preguntar a los comuneros, quienes al oír la extraña experiencia, le informaron que en efecto,
muchas personas que han dormido en esa habitación, sobretodo foráneos como él, han visto a ese
extraño acompañante durmiendo por la madrugada y desaparecer en las mismas circunstancias,
pero que no es en realidad una persona real, si no que es la extraña presencia de un espíritu del
más allá.

EL FANTASMA DEL ARRIERO

Hace muchos años, Abisho, un viejo morador de la comunidad de Tambopata, trabajaba por la
zona de la comunidad de Loero, por donde los arrieros traían ganado de Bolivia.

Una noche, a eso de las 7, cuando se disponía a dormir en su tambo (choza), cerca a la trocha o
sendero de acceso, escuchó que alguien venía por la trocha gritando: - jía, jía, jía…, como lo
hacían típicamente los arrieros que espantaban a su ganado. Cuando estaba cerca, sintió que pasó
un fuerte viento, parecido a un pequeño huracán, tan fuerte que levantó a su malla mosquitero
que lo protegía de loa zancudos.
Esto lo asustó tanto que se quedo inmóvil y pudo observar a un bulto blanco que se dirigía hacia
él, escuchando los pasos de alguien, como si sus botas estuvieran llenas de aguas con un sonido: -
blash, blash, blash .

El objeto se acercó al tambo, como para descansar y se sentó sobre el cuerpo inmóvil de Abisho,
quien se quedó casi sin respiración, sintiendo todo el peso de ese bulto. Alos segundos, el objeto
siguió su camino.

Abisho, luego fue informado que el objeto era el espíritu de un arriero, que habría muerto y que
en vida habría traído ganado por ese lugar.
EL CAMIÓN FANTASMA

Hace muchos años atrás, la carretera al Cuzco era muy angosta. Los camiones que transitaban,
debían tener turnos de ida y vuelta, para evitar el problema que dos vehículos puedan encontrarse
frente a frente en la carretera y no poder pasar por su estrechez. Cuando esto sucedía, uno de
ellos, generalmente el que subía, tenía que retroceder hasta un lugar algo ensanchado para
permitirle el paso al otro.

Un día de esos, Basilio manejaba su camión por las alturas antes de voltear al abra de Ocongate
(paso en los andes). Al llegar la noche, el chofer siguió manejando y en instantes en que seguía
ascendiendo al abra, pudo observar las luces de los fuertes faros de un vehículo que viajaba en
sentido contrario y de bajada.

Al observar esto, Basilio decidió detener su camión y esperar para darle pase. Esperó por
alrededor de 1 hora y cuando y a se estaba durmiendo, se percató de que ningún vehículo
descendía de las alturas. Encendió su camión y prosiguió su ruta, dándose cuenta de que en
ningún lugar del camino había vehículo alguno.

Basilio quedó sorprendido por el hecho y durante toda la ruta se preguntaba qué pudo haber
causado tales iluminaciones que semejaban un camión descendiendo del abra.

Cuando narró lo sucedido, algunos camioneros también le confirmaron haber visto tan extraño
fenómeno, que hasta las fechas actuales, se repite.

Muchos choferes, afirman haber visto las luces de un camión que nunca llega, por esa razón ellos
están convencidos de que esos son los faros de un “camión fantasma”.

LA EXTRAÑA LUZ DEL CAMINO

En la cumbre, más allá del kilómetro 141, por el cerro avispa, hay una subida antes de llegar a
Mazuco, donde la carretera tiene curvas muy angostas.

Por el año 1990, Basilio traía mercadería en dos camiones, quienes juntos con otro camión que
venía más atrás, hacían una caravana de tres vehículos que transitaban por esa subida.
Cuando y a se encontraban por una de esas curvas cerradas del lugar mencionado, los choferes
de los dos primeros camiones, vieron el reflejo de las fuertes luces de dos faros de un camión.
Basilio, que estaba acompañado de Timoteo, el otro chofer atinó a decir: - ahora sí, nos fregamos,
qué hacemos .

Los tres vehículos, se detuvieron en plena carretera y trataron de pegarse bien al lado del cerro, a
la espera de que pase el que venía en sentido contrario.
De tanto esperar, se habían quedado dormidos pero el vehículo nunca llegó. Pusieron en marcha
sus camiones y llegaron hasta el kilómetro 141 donde había un puesto de control policial. Al
preguntarles, los policías respondieron que ningún camión había pasado durante esa noche.

Los choferes, afirman que el lugar es pesado y que muchos de ellos han sido asustados, como el
caso del hijo de Basilio, quien también es chofer de camiones. Un día que se malogró su camión
en dicho lugar, no pudo dormir al igual que el otro chofer debido a que sentían que les
molestaban; les golpeaban la caseta del camión y tenían fuertes pesadillas. Debido a eso optaron
por retirarse del lugar e irse a dormir al pueblo más cercano.

LA LUZ MISTERIOSA
En 1958, Francisco fue a visitar la casa de un amigo, ubicada a media hora de caminata del
caserío de Puerto Pardo.
Luego de la visita, y siendo la una de la madrugada, aproximadamente, Francisco decidió
retornar a su casa.

Mientras caminaba por el sendero ancho y despejado quedó totalmente asombrado cuando de
improviso el cielo se iluminó totalmente, como si de un momento a otro, la noche se hubiese
transformado en día.

La iluminación fue tal que Francisco pudo observar a su sombra delante de él, dándose cuenta de
que el origen de la fuente luminosa se ubicaba a sus espaldas. Al percatarse de esto se volteó para
observar de donde venía la luz, pero la misma desapareció inmediatamente y todo el cielo
permaneció a oscuras como antes.

Francisco se quedó paralizado por lo sucedido, estaba muy nervioso y sintió que los pelos se le
pusieron de punta; quiso correr, pero le dio más temor y permaneció quieto alrededor de dos
minutos. Luego se tranquilizó y siguió caminando.

Hasta el día de hoy, nunca supo de dónde y porqué, apareció la luz misteriosa.
EL EXTRAÑO CAMINANTE

En el año 1982, un vehículo de propiedad del señor Ponce, se desplazaba por la carretera a
Mazuko, a toda velocidad aprovechando que la misma había sido habilitada recientemente.

la altura del kilómetro 77 ó 78 y siendo la media noche, los ocupantes del vehículo pudieron
observar a un extraño hombrecito que venía caminando en sentido contrario al lado de la
carretera. El auto se detuvo un poco y el chofer le pasó la voz, diciéndole: - hoy, ¿quién eres, hoy,
¿qué haces? - ; pero no contestó nada, ni siquiera levantó la mirada y siguió caminando. Lo
extraño del caso es que en ese lugar no había ninguna casa y todo era despoblado.

Más adelante y en una bajadita de la carretera, es escuchó un fuerte ruido y el auto se detuvo sin
saber porqué. Todos se preguntaron qué había pasado, luego sintieron un olor medio raro y
trataron de revisar el motor, pero no encontraban ningún desperfecto.

A los pocos minutos, las personas del auto, comenzaron a vomitar, debido a lo cual, todos
comenzaron a fumar. Continuaron revisando el auto, la llanta, destaparon el capón y al tratar de
arrancarlo otra vez, el vehículo encendió normal.

Cuando llegaron a Mazuko, fueron recibidos con la noticia de que un camión se había volteado en
la bajada de Marcapata; el cual era manejado por dos hermanos de apellido Arizabal; muriendo
uno de ellos de nombre Heliodoro.

Todos se preguntan hasta la fecha, quién sería ese extraño hombrecito que caminaba en la
carretera con la cabeza agachada y los ojos cubiertos por la víscera de su gorra. ¿Tendría alguna
relación, la presencia de ese extraño?, ¿el apagón del motor del vehículo y la volcadura del
camión en Marcapata?

EL ESPANTO BLANCO DE LA CARRETERA


Cuando Gabriela tenía 11 años, circulaba en un vehículo, junto con otras ocho personas por la
carretera a Cusco.

Era de noche y estaban a la altura del kilometro 11, cuando de pronto cruzó delante del automóvil
una objeto blanco, muy grande y que parecía la imagen de una virgen, pero que tenía una larga
capa o velo blanco, que volaba y que no tocaba el suelo.

La imagen cruzó la autopista delante del vehículo y se perdió entre la espesura del bosque de la
orilla de la carretera.

Todos quedaron muy asustados y sorprendidos, pero continuaron su recorrido sin entender que
fue lo que vieron, ¿qué fue en realidad ese objeto blanco que cruzó la carretera?.

FANTASMAS EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL

Muchas son las experiencias paranormales experimentadas por el personal de una reconocida
Universidad Nacional de Madre de Dios, tanto en la ciudad universitaria como en la sede central,
donde funcionan el rectorado y otras oficinas administrativas. Siendo los vigilantes los que han
vivido el may or número de experiencias escuchando y viendo con estupefacción algunos
acontecimientos que escapan a nuestra experiencia lógica y cotidiana.

En el campus universitario, los vigilantes informan que en horas aproximadamente de las 2 de la


madrugada, se escuchan extraños movimientos en las aulas y laboratorios de los diferentes
pabellones, en cuy o interior se mueven sillas, escritorios y se escuchan el caminar de personas
que murmullan (si entender lo que hablan), además de los sonidos de equipos de vidrio del
laboratorio que se chocan entre sí, exactamente como si estuvieran trabajando en su interior,
pero por supuesto todo está cerrado y con las luces apagadas.
Asimismo, uno de ellos observó una noche una luz al interior del despacho del vice rectorado
académico como si alguien estuviese alumbrando con una linterna, pero por supuesto en esa
madrugada no había nadie más que los vigilantes. Otros han escuchado el caminar de una
persona femenina con tacos que descendía de las escaleras, pero al inspeccionar no encontraron
a nadie.

Experiencia en el Vice Rectorado Académico

Otro fue la experiencia de un docente, quien a las 6pm estuvo laborando solitario al interior del
despacho de la entonces Vice Presidenta Académica. Él escuchó que en la sala de la secretaria,
alguien caminó, abrió la gaveta de los archivos y luego la cerró, tal y como se hace durante el
día. Al oír esto, el docente se levantó, salió de la oficina para ver quién era, pero no encontró
absolutamente a nadie, descendió rápidamente hasta las puertas de acceso a donde estaban los
vigilantes, llegando en un completo estado de palidez, sudando frío, teniendo que comprar una
botella de agua para calmarse. Luego de contarle lo sucedido a un vigilante, le pidió que le
acompañara para ingresar nuevamente a la oficina, de donde extrajo sus cosas y se retiró.

Experiencias en la Sede central

Pero mas espeluznante es las experiencias vividas por los vigilantes nocturnos de la sede central,
donde han podido experimentar lo siguiente:

· Una noche las luces de todas las oficinas del pabellón de abastecimientos se encendieron solas.
Pero también se han encendido las luces de otras oficinas y es algo común que se experimente
este fenómeno por las noches.
· También se encienden solos los equipo de aire acondicionado y en 3 oportunidades de han
encendido a las 2 de la madrugada la camioneta y sus luces, la cual al no poder ser apagada, se
quedo a si toda la noche hasta el otro día en que llegó el chofer, quien estupefacto lo apagó.
· Otro caso es el sucedido en la oficina del rectorado, en cuy o interior, estando cerrada y a
oscuras, se escuchó en horas de la madrugada, que la impresora estaba funcionando e
imprimiendo sola.
· También se escuchan los pasos de personas que caminan en el segundo piso de madera del local
del rectorado, además de escritorios y sillas que se arrastran.

Un Duende en la Sede Central?


Un vigilante, quien presenció el encendido del motor y las luces de la camioneta, vio a un
pequeño ser del tamaño de un niño de 7 años, que se deslizo detrás de la camioneta hasta el
interior de los pabellones de contabilidad. El verlo cogió su arma y corrió hacia el lugar, y siguió
al extraño, sin encontrarlo pese a que lo buscó por todas las oficinas. En otra oportunidad, el
mismo vigilante vio al ser que salió detrás del árbol de mango y corrió hacia los servicios
higiénicos cercanos a donde desapareció por completo.

El caso de la Tesorería
Un caso extraño es el ocurrido a una docente que también labora como administrativo al interior
de las oficinas de tesorería. Dicha señora llegó a las 7 am de un sábado de diciembre de 2009,
apurada por avanzar con sus informes de fin de año. Mientras laboraba, vio por la puerta abierta,
que su colega con quien tenía que trabajar, estaba saliendo de una oficina contigua y y éndose
hacia el patio, dirigiéndose a la puerta principal para irse del local. La docente le llamó
insistentemente, pero no obtenía respuesta, luego la siguió y vio que su colega salió a la calle. Al
no poder detenerla, le pidió a la vigilante mujer que la detenga, pero ésta no entendía a que se
refería, lo cual ocasionó la irritación de la docente quien le alzó la voz para exigirle que detenga a
su colega. Al oír su altanería, la vigilante le respondió que no entendía de que se trataba, y a que
nadie había salido y mucho menos había ingresado al local, salvo la docente, y a que era muy
temprano y por ser sábado nadie laboraba. Al escuchar esto la docente palideció y quedó muda,
sin entender entonces que fue lo que vio realmente.

Historias de Serpientes Gigantes

LA BOA DEL KOSÑIPATA

Existen muchas narraciones sobre boas gigantes escritas en viejos libros de la conquista española,
sobre expedicionarios y personas que afirman haber encontrado a estas grandes fieras, que a la
fecha, es muy probable que se hay an extinguido o estén por hacerlo, refugiadas en los últimos
rincones de la selva virgen.

La siguiente historia le ocurrió a Juan, hace muchos años en la provincia del Manu; la cual, contó
con muchos protagonistas que podrían testificar lo real de los acontecimientos.

Cuando Juan tenía 8 a 9 años, (1952), trabajaba por el sector de Kosñipata (Manu), transportando
aguardiente de caña, en odres hechos de cuero de vaca, forrados con brea.

Un día, él y su patrón salieron de la hacienda con 14 mulas, más un caballo, que era halado por
Juan, quien iba adelante de la caravana. Habrían caminado unos 20 metros, cuando observó un
grueso palo caído, que impedía su paso; al ver esto, el niño gritó: - papàaaa, palo, palo,(le decía
papá, al patrón); el patrón contestó:

- ¡qué carajo, jala, jala, carajo;


- no puedo; hay palo -
entonces como ellos siempre andaban con hacha y machete, los usaron para golpear al tronco,
pero el hacha rebotó; le tiró con una piedra, pero también rebotó. El patrón asustado le dijo: - esto
no es palo, regresa a la hacienda .

Al llegar a la hacienda convocaron al personal y regresaron hasta donde estaba el tronco; cuando
lo examinaron bien, se dieron cuenta de que era una inmensa boa, tirada en el suelo. Los
asustados obreros, inmediatamente le arrojaron dinamita; destrozándola en muchos pedazos. Los
hombres despellejaron al animal y regresaron tray endo varios trozos de carne, además de un
cuero que medía 32 metros de largo, con unas escamas muy grandes.

Misteriosos relatos de Madre de Dios

Según manifestaron los pobladores del lugar, el animal era buscado desde hace algún tiempo
atrás, porque devoraba vacas y caballos; asimismo dijeron que ése era el macho y que la
hembra faltaba ubicar.

LA NIÑA
Y LA SACHAMAMA

En esos años en que los bosques eran vírgenes (1932), Hermelinda que tenía 9 años, se fue con su
padrastro y sus dos hermanas a la carretera rumbo a Iñapari, con la finalidad de ingresar a una
zona donde habían bastantes tortugas motelos para cazar. Salieron a las 7 y luego de 3 horas de
caminata, llegaron hasta un lugar donde había un tronco tirado en la carretera, el cual siempre
estuvo ahí desde mucho tiempo atrás; la gente que limpiaba la carretera siempre lo veía y no lo
tocaban, porque todos pensaban que era un simple tronco, pero lo curioso era, que cada cierto
tiempo, se le notaba que se engrosaba cada vez más.

Cuando llegaron al lugar, decidieron descansar y se sentaron en ese tronco caído, El padrastro se
recostó sobre un lado del palo y las hermanas en el otro. Hermelinda estaba sentada en medio y
con su machete, decidió raspar la hierbita que había crecido sobre el tronco; luego le dio un
machetazo más fuerte y del corte brotó sangre; al ver esto la niña le gritó a su padrastro que salía
sangre del tronco. El hombre se levantó de su reposo y corrió a ver lo sucedido, para
comprobarlo le propinó un machetazo más fuerte al tronco y de ahí comenzó a salir gran
cantidad de sangre; al ver esto, todos se asustaron y huy eron rápidamente del lugar, hasta volver
al pueblo de Iberia, donde dieron parte al patrón, quien envió a 10 hombres armados para que
fuesen al lugar donde estaba ese animal.

Los hombres que fueron a cazar al animal, llegaron al lugar pero el tronco y a no estaba, se veía
una tremenda huella como de 70 a 80 cm. de ancho que el animal había dejado en el suelo.
Siguiendo la huella, los hombres constataron que el animal había bajado y luego subido dos
pendientes, hasta descender en una tremenda cocha, a cuy as aguas se había introducido.

Cuando los hombres llegaron a la laguna, observaron que había bastantes patos; uno de los
cazadores le disparó a uno y en esos instantes comenzó a llover muy fuerte, formándose un
fuerte oleaje que salió con fuerza a la orilla, obligando a que los hombres huy an del lugar, Antes
pudieron notar que habían muchos troncos flotantes que consideraron eran boas en el agua.

Cuando los hombres regresaron a Iberia eran las 10 de la noche, contaron lo sucedido y todos se
quedaron consternados de la existencia de tales animales.
LA BESTIA DE TRES ISLAS
En el año de 1983, Ezequías junto con su esposa y sus dos hijos, estaban trabajando minería en
una play a del sector de Tres Islas.

Una mañana su esposa estaba en la orilla pescando y los otros habían dejado de trabajar para ir a
tomar el desay uno. Antes de hacerlo Ezequías decidió ir a la orilla del río y mientras revisaba la
tolba, se percató de que algo había en el río, se puso a observar y asombrado vio que del agua
emergía un inmenso y extraño objeto que parecía ser el lomo de un enorme animal de color
oscuro que se curvó en medio del río y que al sumergirse nuevamente originó un oleaje que se
dirigió rápidamente a la play a llegando a impactar contra la tolba, a una distancia de 100 metros.

La esposa, que corrió del lugar junto con los hijos, también fueron testigos del fenómeno. El
animal se sumergió en el río y no volvió a salir.

Según narra nuestro testigo el lomo de tal animal tendría 10 metros de largo y 1,5 metros de alto;
el cual pudo ser observado por algunos segundos. El oleaje que se formó habría tenido una altura
de 2 metros.

Posteriormente se enteró de que unos buzos que ingresaron al fondo del río de ese lugar,
manifestaron haber observado una bestia en unos de los muchos socavones que hay en el fondo
del río. Según comentaron, cuando ingresaron las dragas para trabajar extray endo el oro,
generaron mucho ruido e impactos que los remolinos, que siempre se formaban en el lugar, se
trasladaron más abajo del curso del río; como si el animal se hubiera retirado del lugar.

LAS MISTERIOSAS ISLAS FLOTANTES Siempre se ha dicho que en ciertos lagos vírgenes de
la Amazonía, existen islas que se mueven de un lugar a otro en medio del agua.

Según los pobladores el fenómeno se le atribuy e a la existencia de una enorme fiera (boa) que
vive en el agua y que su tamaño es tan grande que hasta le crece vegetación y arbustos sobre el
lomo. De esta forma cuando el animal se mueve en busca de alimento, mueve a la isla de un
lado a otro de la laguna.

Un lago cercano a Riberalta, que siempre fue virgen, porque ningún pescador se atrevía a
ingresar por temor a la fiera, también contenía una de estas Islas flotantes. El temor a la fiera,
permitió que por años la gente no ingresara a dicho lago.

En efecto, al ser observada desde una altura se veía en medio del lago, una extraña isla que se
movía, como si algo sumergido la desplazaba de un lugar a otro.

Don Francisco, decidió ingresar al lago trasladando un bote con utensilios para pesca, porque
creía que en el lugar había bastantes peces. Cuando pescaba, observó como la isla que se movía
sobre el agua, en realidad correspondía a un gran conjunto de maleza flotante que durante años
de acumulación había formado un gran colchón vegetal sobre el cual habían crecido plantas y
arbustos pequeños. Al ver la isla, quedó sorprendido de que en realidad no tenía nada que se
asemeje a una boa u otra fiera; solo era un fenómeno natural muy poco observado y estudiado.
La isla se movía por el viento que lo llevaba de un lugar a otro del lago.

Luego de eso, mucha gente perdió el temor e ingresó al lago a pescar, convirtiéndolo en un
ambiente muy intervenido y dejando de lado toda la virginidad del área.

LAS EXTRAÑAS LUCES DEL RÍO

En el año 1999, Milagros y sus compañeros de colegio se fueron de excursión a la isla Rolín, por
el bajo río Madre de Dios. Cuando llegaron a la isla, acamparon en una enorme play a,
encendieron fogatas y se prepararon para pasar la noche. Al poco rato uno de sus compañeros,
que tenía comportamiento extraño y que pensaban se comportaba como loco o que parecía un
drogado, desapareció, pero luego, a una buena distancia de la play a, comenzó a gritar
descontrolado. Al rato, uno de sus compañeros lo trajo y dijo a la profesora que no se
preocupara; lo hicieron acostarse en su carpa y luego de pasado el incidente, todos se
tranquilizaron.

Luego, uno de los jóvenes divisó unas luces como si fueran dos focos de linternas que se
acercaban en dirección a la punta de la play a. Todos pensaron que eran pescadores, pero luego,
crey eron que era otra cosa. Esa luz avanzaba tan rápido y a todos les dio miedo y a que parecía
que saldría hasta la play a. El fenómeno fue observado por todos los presentes, durante un largo
rato.

Al poco tiempo, comenzó a llover y todos tuvieron que desarmar el campamento y a correr para
subir a la parte alta. La play a desapareció a los minutos cubierta por la crecida del río que la
inundó completamente.

Al día siguiente le preguntaron a los lugareños ¿qué eran esas luces? y ellos les dijeron que
siempre las veían por la noche en el río y que creen que son los ojos de una gran boa que habita
en sus aguas.

LA BOA GIGANTE DE LA TORRE

Por lo años 1973, Santiago quien se encontraba al interior de una quebrada de aguas negras, por
el río de La Torre, junto con sus hijos, observó una descomunal boa que medía aproximadamente
entre 70 a 80 metros de largo. El encuentro fue de improviso, cuando ésta salía del bosque,
quedando estupefactos los testigos viendo como la bestia los observó y olfateó con su lengua, para
luego regresar al interior del monte.

Posteriormente, Santiago, le narró, lo observado a un tal Vivanco, quien vivía en la boca de esa
quebrada. Luego Vivanco se lo narró a Mariche, quien no crey ó lo acontecido y tildó de
mentiroso a Santiago. Luego de 2 a 3 años, Mariche y su hijo decidieron ingresar al mismo lugar
donde estuvo Santiago en busca de una colpa donde realizar cacería (Mitay o). Una mañana
Mariche ingresó solo al bosque para cazar un paujil (pava de monte); mientras caminaba observó
un conjunto de avispas o “ronsapas” que revoloteaban alrededor de algo; esto le llamó la atención
y se acercó a observar; al llegar, se dio con la sorpresa de que era una inmensa boa, que estaba
durmiendo bien enrollada, con la cabeza colgando hacia el suelo. La bestia era muy semejante a
la que había observado Santiago, anteriormente,

Según se calculó, la boa enrollada alcanzaba una altura de casi 10 metros. Asustado Mariche
regresó al campamento y le dijo a su hijo para retirarse del lugar; pero éste último quiso ver al
animal y se fue al bosque. Al llegar al sitio señalado por su padre, pudo observar a la boa igual
como su padre le mencionó. Al verlo, se asustó y regresó calladito a donde estaba su papá y
juntos se retiraron rápidamente del lugar, a donde nunca más volvieron.

El animal tenía la cabeza semejante a la de un caballo, pero tenía unas orejitas puntiagudas y con
el cuerpo de color opaco, como el color de la tierra.

EL MONSTRUO DEL RIO TAHUAMANU

En el año de 1969, por el sector de Bellavista en el Tahuamanu, la señora Rengifo Econema, fue
testigo de la aparición de un extraño animal en el río Tahuamanu. Ella se encontraba por la play a,
acompañada de un perro mitay ero (cazador) quien siempre le acompañaba en sus faenas de
cacería.

Mientras ella caminaba por la orilla, el perro se introdujo al agua y comenzó a nadar, al cabo de
unos minutos la mujer observó asombrada, cómo del interior del agua emergió un tremendo
animal que atrapó al perro por la cintura. Al principio la señora pensó que su can perseguía a una
presa, tal vez a una sachavaca, inclusive la señora se confundió viendo las orejitas de la supuesta
presa, pero en realidad, eran los cuernos del extraño animal.

Al darse cuenta de lo que era, la señora comenzó a gritar. El perro había sido cogido en la cintura
por el hocico de la bestia, la cual lo levantó fuera del agua; en esos instantes la mascota
reaccionó, volteó y atinó a morder al monstruo que lo soltó inmediatamente.

El perro al caer al agua siguió nadando, pero el animal otra vez trató de atraparlo; al ver esto la
señora gritó y la bestia volteó a observarla. En esos instantes llegó su esposo y el extraño animal
se hundió en el agua de donde no volvió a aparecer.

El perro continuó nadando y llegó a la orilla, postrándose en el suelo herido por la mordedura.
Los señores cogieron al perro y lo llevaron a su casa donde atendieron las sangrantes heridas,
causadas por los colmillos del monstruo.

La señora Rengifo, pudo ver claramente, que la cabeza de la bestia se parecía a la de esos “toros
ñatos”; tenía cuernos y su cuerpo presentaba “hileras de crestas, como las de una lagartija”.

Posteriormente, algunas personas, le comentaron a la señora de que el animal era la boa


y akumama, y muchos decían siempre verlo en ese lugar del río, donde había un profundo pozo,
pero que, actualmente, todos piensan que y a no existe, porque se ha traslado más abajo, hasta el
sector de San Juan.
En el año 2004 y luego de mucho tiempo de lo ocurrido, la hija de la señora Rengifo, de nombre
Elizabeth Da Silva Rengifo, pudo observar algo parecido. Ella y su esposo se fueron de pesca,
pero luego de unas horas, aburridos de no pescar nada, él sintió sueño y se durmió. Mientras tanto
la esposa continuó pescando y al poco rato, comenzó a observar que algo salía del agua; al
percatarse bien, pudo identificar al animal, como una boa que tenía cuernos en su cabeza; ella
solo atinó a tirarle el anzuelo y el animal se hundió. Asustada le gritó a su esposo , pero cuando
éste quiso observar, el animal y a había desaparecido.

Este extraño animal habría sido visto en dicho sector de Bellavista y San Juan, por otras personas
que, también tuvieron sus propias experiencias.

EL IMÁN DE LA BOA

Amasifuén, primo de Aguirre, le confió que en el mes de Febrero del 2003, en el lugar de
Rompeolas, mientras estaba pescando en un pozo, escuchó el grito aterrador de una señora y
cuando él, junto con el marido de la señora, corrieron al auxilio, vieron a un animal con su
tremenda boca abierta y a la señora que no podía huir de esa bestia, la cual tirada en el
gramalote trataba de huir, pero se dirigía hacia atrás en dirección a la boa. Al ver esto, el marido
cortó al aire con el machete y la mujer salió disparada. El tremendo animal era una boa que
estaba atray endo a la mujer a su boca mediante una extraña fuerza parecida a un imán.

LA NIÑA Q UE SE HUNDIÓ EN EL RÍO

Hace aproximadamente 15 años atrás (aprox. en 1990) en el sector de Rompeolas, se produjo un


accidente extraño que fue atribuido al posible accionar de una boa. En ese año un grupo de
estudiantes de una escuela pública de la ciudad de Puerto Maldonado, decidieron con sus
profesores, realizar un paseo a dicho sector para bañarse en la play a. Los estudiantes estaban
dispersos en la play a y un grupo de niñas, entre las cuales estaba Ana Beltrán, decidió apartarse
del grupo central. Una de las jóvenes del grupo, ingresó sola al agua, mientras las otras distraídas
por el juego, permanecieron en la orilla. Al rato, Ana escuchó que una niña gritaba desesperada
en el agua, pidiéndole auxilio: - -¡Ana, Anita, ay údame, algo me está jalando!.. y manoteaba en
el agua desesperada como si algo en realidad, la jalaba dentro del agua. Ana, corrió para ay udar
a su amiga, pero todo fue inútil, impotente, pudo observar, cómo la niña desaparecía dentro del
agua. Pese a todos los esfuerzos por buscarla, la víctima nunca fue encontrada.

LA INMENSA BOA DEL RIO

Una noche de 1939, Antonio, Elías y Eduardo, pescaban en el río Madre de Dios (Prov.
Tambopata), habían colocado sus “lineadas” (ny lon de pescar) con sus “empates” (carnada) y se
preparaban para amanecer pescando en el lugar. Al tiempo de estar en el lugar oy eron un fuerte
ruido proveniente del río, al dirigir las miradas a las aguas observaron estupefactos como
emergía un inmenso objeto largo, parecido a un barco lleno de luces, emitiendo sonidos como de
muchas campanillas. Al ver esto, cogieron sus canoas y dejando sus cosas remaron para
retirarse rápidamente y mientras huían, vieron claramente al objeto que se quedó flotando sobre
el agua.

EL EXTRAÑO OBJETO FLOTANTE DEL LAGO VALENCIA

Alfredo Vera Burga, antiguo morador del Lago Valencia (Prov. de Tambopata), afirmó haber
sido testigo, al igual que otros moradores, en años anteriores, de un objeto largo y voluminoso que
flotaba en un extremo opuesto del lago. Tal objeto que reflejaba un color blanquecino, aparecía
todas las tarde como a las 4p.m. y se volvió algo común de observar, que todos atribuían a la
presencia de una boa que salía a la superficie.

Un día, consternados por tal suceso, un grupo de moradores, decidieron embarcarse en dos botes
y remaron tratando de observarlo de cerca, los mismos que iban bien armados por si algo
pasaba. Cuando y a estaban muy próximos al objeto, vieron que éste era de gran tamaño y tenía
brillo metálico, pero asustado uno de los motoristas dueño de los botes, exigió retirarse del lugar,
por temor a ser devorados por ese monstruo.

LA BOA GIGANTE DEL MALINOWSKY

En el mes de agosto del año 1963, Pablo fue a trabajar al río Malinowzky, como mitay ero de un
campamento minero, donde había 23 personas dedicadas a la extracción del oro.

Un día, le ordenaron que consiga carne de monte para el almuerzo. Alrededor de las 10 de la
mañana y mientras caminaba por la orilla del río, encontró una tremenda palizada (troncos y
palos en el río); al acercarse observó que entre los palos había una boa de pequeño tamaño a la
cual no le prestó mucha atención. Siguió su camino y luego de avanzar unos 50 metros al bosque,
encontró a un grupo de sajinos; cazó uno de ellos y retornó al campamento.
Al regresar con su presa, informó a sus compañeros de que había visto una “boita” entre la
palizada. Al oír esto los demás decidieron ir a cazarla y así, después del almuerzo, se fueron hasta
ese lugar. Al llegar, Pablo se percató que a un costado de la boa pequeña, había la cabeza de otra
mucho may or, que reposaba sobre un palo y cuy o cuerpo estaba dentro del agua.

Uno de los hombres, decidió dispararle a la tremenda cabeza, pero al hacerlo, el animal ni
siquiera se movió; al ver esto Pablo avanza y dispara 2 tiros muy certeros que hicieron retorcer
de dolor al animal. Al ver esto, algunos corrieron a traer una soga y amarraron la cabeza a un
palo, para que la boa no se hunda en el agua. Pese a que la soga era nueva, la serpiente tiró con
tanta fuerza que logró romperla con mucha facilidad.

Al romper la soga, y con la desesperación, el animal volvió a salir a la orilla y fue ahí cuando le
volvieron a disparar 2 veces más. En total, fueron 5 tiros los que lograron fulminar al inmenso
ofidio, al cual, trataron de sacarlo del agua- El intento fue inútil, entre 17 personas no pudieron
hacerlo, teniendo que cortar y pelar troncos de la topa, sobre los cuales el animal rodó con
facilidad hacia la orilla.
Al sacarlo del agua y medirlo, todos quedaron asombrados de su inmenso tamaño, medía 20
metros de largo y 50 a 60 centímetros de grosor. Su cuerpo, tenía el dorso de color negro y el
vientre gris más claro. Al estirar el cuero, éste tenía 2 metros de ancho. En su interior
encontraron 80 huevos; 40 a cada lado de la columna, de color blanco y más grandes que el de
un lagarto.

La gente propuso no dejar pasar la oportunidad y decidieron hacer chicharrón para comer su
carne, porque según dijeron, era buena para los pulmones y el paludismo.

LOS SOLDADOS Q UE LE DISPARARON AL DRAGÓN

Una noche, hace muchos años, cuando había una gran luna llena, los soldados que hacían guardia
en los puestos de vigilancia del fuerte militar de Puerto Maldonado, estaban alertas como era
tradicional y atentos a cualquier acontecimiento a los alrededores de la estación militar.
Uno de los guardias mientras observaba el río, pudo ver salir del agua y quedar a flote a un
descomunal animal. Dio parte a los demás soldados y juntos pudieron mirar consternados al
animal que tenía los ojos rojos y que alumbraban como grandes faros.

La forma del animal era semejante a un enorme lagarto, al considerar que era una fiera
peligrosa, los hombres apuntaron sus armas y le dispararon varios tiros, pero sin causarle ningún
efecto. La bestia estuvo a flote durante unos 10 minutos, para luego sumergirse otra vez.

LA BESTIA DE SIETE CABEZAS DEL TAMBOPATA

En la desembocadura del río Tambopata (con el río Madre de Dios) se han producido muchas
desapariciones de personas que al ir a bañarse en sus orillas, se hundían y desparecían en sus
aguas.

Hubo el caso de una persona que al irse a nadar, se hundió en las aguas y no volvió a aparecer.
Convencidos de que se había ahogado y su cuerpo estaba atrapado en el fondo del río, sus
familiares lo buscaron desesperadamente y trajeron a buzos profesionales para que ingresen a
las profundidades del río para rescatar a la víctima.

Los buzos se hundieron en las aguas en busca de esa persona, pero luego de varios intentos los
profesionales salieron muy asustados y narraron que al estar buceando observaron que existen
enormes huecos o cuevas en las profundidades de las orillas del río. Al ingresar a uno de ellos,
pudieron observar en sus oscuridades, algo de luz al fondo de la caverna; al internarse en su
interior vieron que eran luces muy potentes como si fueran los ojos muy brillantes de una
enorme bestia o monstruo que estaba alojado al interior de la cueva.

Al ver el fenómeno se asustaron terriblemente y salieron presurosos, contaron lo sucedido y


tuvieron tanto miedo que no quisieron volver a ingresar otra vez.

Según cuenta la ley enda dicha bestia que habita entre las cavernas de lo profundo del río, tiene
siete cabezas y se extiende desde las grutas ubicadas en el río Tambopata, hasta las que se ubican
en el río Madre de Dios, y que en cualquier momento la ciudad de Puerto Maldonado puede
colapsar y hundirse.

Historias de Animales

LA MORDIDA DEL PELEJO

Una noche de 1998 fui despertado por la madrugada para rescatar a un pelejo amarillo
(Choloepus hoffmani), que trepado en un cable de teléfono de la vía pública, estaba siendo
golpeado por algunas personas ebrias, quienes pretendían hacerlo caer y evitar así que pueda
averiar o cortar el cable con sus afiladas uñas. Los transeúntes avisaron a la Policía y gracias a su
presencia se evitó su agresión hasta mi llegada. Pese a ser muy tarde varios vecinos se unieron al
rescate y pudimos, con una larga vara, descender al animal de lo alto y colocarlo en un costalillo,
para luego trasladarlo a una jaula de las oficinas del Ministerio de Agricultura (MINAG).

Al otro día, el animal se había escapado destrozando las mallas de la jaula. Luego de una corta
búsqueda, lo encontramos trepado sobre un árbol en los jardines del MINAG, del cual volví a
bajarlo para trasladarlo con el objetivo de liberarlo.

En instantes en que introducía al animal a un saquillo; la fiera me mordió, desgarrando la unión


entre mi dedo meñique y la palma de mi mano, ocasionando un terrible desgarro y una profusa
hemorragia, que me obligó a ser trasladado de emergencia al hospital, donde me aplicaron 8
puntos, para cerrar la herida.

Pese a que estos animales se alimentan de hojas (son folívoros), tienen unos colmillos muy
desarrollados y terriblemente cortantes, con los cuales pueden inferir heridas mortales a sus
depredadores.

Luego de mi curación, la sensibilidad de mi dedo nunca volvió ser la misma.


EL SHIHUI DURO DE MATAR

Un día del año 2001, mientras paseaba por las calles de Pueblo Viejo, pude observar aterrado que
en el patio de una humilde vivienda, se encontraba tendido, en el suelo, un extraño animal que
con las patas levantadas al aire, temblaba, con claros signos de agonía. Me acerqué lentamente y
pude apreciar el triste padecimiento de un oso hormiguero mediano, más conocido como
“shihui” o “tamandua” que pretendía ser sacrificado por los dueños de la casa, quienes en su
ignorancia, lo hacían porque deseaban sacarle su grasa para remedio.

El animal, tenía un fino alambre enrollado al cuello que le estrangulaba en medio de una atroz
agonía, pero resistiéndose a morir. Sorprendido por tal salvajismo, expresé mi malestar a dichas
personas y asumí la responsabilidad de mi cargo como responsable de la fauna silvestre del
INRENAen esta ciudad.
Inmediatamente y luego de haber reñido a los culpables, procedí a retirar el alambre del cuello
del animal, quien al momento de sentirse liberado quiso incorporarse, pero no pudo por las graves
conmociones que tenía, y a que anteriormente había sido golpeado con un palo, el cual con un
clavo en uno de sus extremos, había perforado la piel del animal en su cabeza. Los terribles
golpes habían comprometido a uno de sus ojos y el rostro presentaba fuertes hinchazones por la
paliza.

Con la ay uda de un técnico de mi institución procedí a rescatarlo y trasladarlo a un lugar seguro.


Transportarlo fue difícil, el animal trataba por todos los medios de defenderse, a pesar de estar
muy maltratado y debilitado, se incorporaba sobre sus patas traseras y se colocaba en guardia
con los brazos abiertos, mostrando sus grandes garras con las cuales pretendía defenderse ante
quienes consideraba, éramos los agresores; pero luego de algunos segundos de defensa, volvía a
caer al suelo, como producto de su debilidad.

Transporté al shihui a mi casa y lo alojé en una jaula pequeña donde estuvo durmiendo durante
dos días. Al tercer día reaccionó y por la noche se alimentó con una papilla de papay a; al cuarto
día el animal reaccionó totalmente por la noche y casi destrozando mi cocina, se escapó por la
ventana y apareció en la casa de un vecino.

Los cazadores, afirman que el shihui, es un animal muy resistente y que es difícil de poder
cazarlo, teniendo a veces que realizar varios tiros para poder matarlo.

La peligrosidad de sus garras y lo fuerte de sus brazos hicieron que me preocupe inmediatamente
en liberarlo, antes de que pueda causar heridas entre las personas de mi hogar. Preocupado,
conseguí un bote y con algunos comuneros del sector de San Francisco, lo trasladé hasta un
bosque de esa zona y lo liberé completamente recuperado.

Cuando llegamos al bosque, y soltamos al animal pude observar asombrado su mansedumbre


cuando no se siente agredido; dio varias vueltas en el suelo y luego se trepó a un árbol, donde
permaneció entre sus ramas, deleitándonos con sus movimientos acrobáticos y mostrándose ante
la lente de mi cámara fotográfica como si con ello quisiese demostrar una señal de
agradecimiento, al retribuirme el favor de salvar su vida, con su imagen impresa en la fotos que
guardo hasta el día de hoy y que algún día será motivo de ilustración para mi libro.

Increíblemente, este animal demostró ser muy fuerte y duro de matar.


LA NUTRIA
Q UE NO PUDO VIVIR

En 1998, la Policía ecológica decomisó una nutria de casi 2 meses de edad y me la entregó para
su custodia, y a que era mi función como responsable de la oficina de fauna silvestre del INRENA
en esta ciudad.

El animalito, tenía el nombre de “Pablo”, pero, era hembra. Estuvo con mi familia por un
espacio de 3 meses, durante el cual, mostró un agradable comportamiento y una profunda
predilección por el consumo de pescado, que originaba una fuerte inversión en su mantenimiento.
El animalito fue creciendo y mi familia se acostumbró a tenerlo en casa, era como un perrito
que nos seguía a todas partes y que jugaba mucho con nosotros. Un día desapareció, y
extrañados lo buscamos por todas partes; cuando pensamos que se había perdido, la encontramos
metida en un agujero debajo una de las veredas de la vivienda; luego se acostumbró siempre a
usar ese refugio.

Debido a las condiciones poco favorables que y o le ofrecía para su crianza, consideré que el
animal debía ser liberado a su ambiente natural. Parar ello traté de enseñarle a pescar durante
algunas semanas previas a su liberación

Investigué a dónde podría llevarlo y encontré un lugar que consideré ideal, un bosque del Km 21
donde se ubicaban las instalaciones del Comité de Reforestación; había una bonita quebrada,
donde de vez en cuando aparecía un grupo salvaje de su misma especie, así también, había
personal técnico que la cuidaría hasta que se adapte a ser libre. Con mucha tristeza dejamos a
“Pablo” en manos de los técnicos y completamente libre; todos los días, le enviaba pescado para
su alimentación.

Un día, que fui de visita, el personal técnico del lugar me dio la mala noticia que el animal se
había ido, que no lo encontraban pese a que lo habían buscado. Traté de buscarlo, pero todo fue
infructuoso; luego creí que el animal se había marchado con los otros de su especie.

Luego de 5 días, me vinieron a informar que habían encontrado a la nutria; al llegar al lugar,
pude constatar que el animal estaba totalmente enflaquecido, había estado deambulando perdido
entre los potreros aledaños al bosque donde lo dejé; el guardián lo había escuchado llorar a las 2
de la mañana y cuando lo ubicó, el animal tenía el pelaje cubierto de “pega pega” (semillas de
gramínea).

Inmediatamente, me lo traje a la ciudad y traté de rehabilitarlo, con sueros rehidratantes, pero


mi falta de experiencia y la poca que tenía, en animales silvestres, según el veterinario del
SENASA, la grave deshidratación e inanición del animal era irreversible. Mientras tratábamos de
aplicarle suero, el animal murió en mis brazos.

Fue la primera vez, que lloré por un animal y durante toda la semana me agobió una profunda
tristeza. Algo parecido le sucedió a mi pareja, quien se había encariñado mucho con el animal,
debido a que ella dedicó más tiempo a su cuidado.

Hasta el día de hoy, siento una tristeza y extraño a “Pablo”, mi impotencia por salvarlo, se
transformó en un sentimiento de culpabilidad, que hasta la fecha me persigue.

Trato que esta historia me sirva de motivación para que algún día pueda hacer realidad mi
proy ecto de crear una lugar para el refugio y mantenimiento de los animales silvestres sin hogar
y de esta forma, no sea en vano la muerte de “Pablo”, la nutria que no pudo vivir.
LA SERPIENTE CON OREJAS

Según las narraciones de mucha gente que trabaja en el bosque, existiría en lo más profundo de
los bosques vírgenes y en lugares donde no camina la gente, un tipo de serpiente de buen tamaño,
que tiene orejitas puntiagudas semejantes a las que tiene un mamífero cualquiera. Este animal,
es muy difícil de observar y rara vez se le puede encontrar. La gente que asegura haberla visto,
dice que tiene la forma de una boa y le conocen con el nombre de “sachamama”. Las historias
de personas que juran haber visto este animal, las he recopilado desde la Región de Loreto, pero
con may ores detalles en Madre de Dios.

A la fecha, la ciencia no ha descubierto ninguna serpiente que tenga orejas. Todos estos reptiles
carecen de pabellón auricular y solo presentan rudimentos de oídos internos, por lo que podría
decirse que son casi sordas, pero muy sensibles a las vibraciones del suelo. Es decir que la
serpiente (entre las cuales están las boas), siente pero, no escucha las pisadas de una persona que
camina hacia ella.

Desconozco cual puede ser el origen de ese mito. Una posible hipótesis, es que los testigos,
pueden haber observado y por cierto haber descubierto, un extraño fenómeno, en el cual algunas
serpientes, talvez las muy viejas, puedan haber desarrollado escamas alargadas, o tener algunas
con modificaciones que a simple vista se asemejan a orejas.

EL SUICIDIO MASIVO DE LAS HUANGANAS

El suicidio masivo de las huanganas es un misterio sin explicación. En el mes de may o del año
2004, se produjo este fenómeno en Sachavacay oc (por el río Tambopata). Los moradores de ese
lugar, al igual que los trabajadores de un conocido albergue turístico del lugar, afirmaron haber
visto, cómo una manada de casi 50 huanganas se lanzaron al río, desde lo alto de un barranco.
Como resultado de esto se encontraron alrededor de 20 animales muertos, algunos otros heridos y
el resto logró cruzar el río y perderse al interior del bosque de la otra orilla. Luego de esto,
algunos testigos, aprovecharon los restos de los animales y repartieron la carne entre los
moradores de la zona.

Otro caso igual se registró en el mes de agosto del 2004, donde se produjo otro suicidio masivo de
huanganas en las orillas del río Heath, aguas arriba de un albergue del orilla boliviana.

Este es un fenómeno muy raro, no existen reportes al respecto en otras realidades; pero haciendo
las consultas, se sabe que también en Colombia han existido algunos de estos casos.

Creo que el fenómeno podría estar directamente ligado a la hembra líder, la cual es seguida
incondicionalmente por todos los miembros de la manada. Es probable que la hembra pueda
haber estado desorientada al momento de tomar la decisión de precipitarse al barranco, tal vez
por parásitos en el oído interno o en el cerebro, que la hizo perder el control; o tal vez por malos
estados anímicos o estresantes.
Los moradores rurales especulan que, tal vez las huanganas estaban siendo seguidas por alguna
fiera; en este caso el tigre u otorongo. Algo que considero muy poco probable, debido a que este
animal nunca ataca a la manada entera, solo a los más rezagados o solitarios.

LA PUZANGA DE LA TANRILLA

Según los curanderos o brujos de Tambopata, la tanrrilla es un ave muy especial para las labores
de hechicería, sobre todo para conseguir a la mujer o al hombre que uno desea. Para conseguir
el amor deseado de otra persona, es necesario usar el hueso de la tanrilla, que se conoce como
“puzanga”.

Para conseguir los huesos del ave, el brujo, debe ir a cazar al animal, pero al momento de
hacerlo, el ave debe caer panza arriba y luego debe enterrarlo durante ocho días, en el mismo
lugar donde lo mató, al cabo de ese tiempo, el brujo, debe retirar los huesos largos de las patas y
de las alas, pero ,para que surta efecto, debe conseguir los huesos correctos y antes debe
probarlos en una perra.

Los huesos largos del ave son huecos y él debe mirar a través de ellos hacia una perra, sin que
ella sienta que está siendo observada, y para ello el brujo se esconde previamente. Si la perra
voltea a mirar al lugar de donde está siendo observada por el brujo, entonces el hueso funciona
para el amarre a una mujer, pero si no es así el brujo descarta los huesos que no tienen ese
efecto.

Ubicados los huesos correctos, el brujo puede hacer uso de ellos, entregándolos a la persona que
desea amarrar a otra del sexo opuesto y para ello debe usar del hueso de la misma forma como
el brujo practicó con la perra, en este caso el cliente debe mirar a la persona deseada a través del
hueso hueco, si ésta voltea hacia donde está la persona escondida entonces la puzanga surtió
efecto y tarde o temprano la víctima puzangeada irá a buscar al que le hizo el amarre y
terminará estando con él o ella.

Pero, si la víctima logra ver o pillar al que la quiere puzangear, entonces el hechizo se revierte y
el cliente termina siendo víctima y sufrirá.

Historias Extrañas

LAS LLUVIA DE PECES

En 1995, Ronald, se quedó en la casa de su amigo en barrio nuevo, porque comenzó a llover
torrencialmente y esperando que la lluvia pase, pudo observar con asombro que algo había caído
con la lluvia, al prestarle atención se dieron cuenta de que se movía por el suelo y sorprendido le
dijo a su amigo para irlo a ver, al hacerlo observaron que aquello era un pez ”shirui” que se
movía entre el barro. Consternados se quedaron pensativos ¿cómo era que un pez podía caer del
cielo con la lluvia?
Hace 30 años, Juan observó peces en una cochita o charca, por la cachuela, en una zona de
altura, donde es difícil que esos animales puedan llegar. Los peces eran bujurquis, los cuales no
deambulan por el interior del bosque, por lo tanto era intrigante la forma como habían llegado a
la charquita, formada dentro del bosque. Él también cree que tales peces cay eron junto con la
lluvia.

El Sr. Alfredo, fue testigo una noche de noviembre de 1965, de una increíble y torrencial lluvia,
durante la cual y con asombro, pudo observar, al igual que otros pobladores de ese lago, como
junto con las gotas de lluvia caían infinidad de peces pequeños de la especie “shirui”, durante
espacio de 10 a 15 minutos. Estos peces al caer al suelo se removían y trataban de arrastrarse y
saltar en busca de algún refugio, los cuales también eran consumidos por las aves domesticas
(patos) del lugar. Luego de esa experiencia Alfredo nunca pudo explicarse que fue lo que había
ocurrido.

Lo que nuestro amigo de Lago valencia, es uno de lo grandes misterios del mundo; siendo esta
una de tantas experiencias ocurridas durante siglos y en todas partes de nuestro planeta.

¿PUEDEN CAER PECES DELCIELO? ELMISTERIO DE LAS LLUVIAS DE PECES

Durantesiglos se ha venido registrando en todo el mundo la caída de insólitas lluvias de peces. La


última vez fue en 1975. ¿Puede explicar la ciencia uno de los fenómenos más curiosos de la
naturaleza?.

El 16 de febrero de 1861, un violento sismo sacudió la isla de Singapur. Durante los seis días
siguientes llovió de forma torrencial. En la mañana del 22, después de un último y furioso
chaparrón, cesó de llover. Francois de Castelnau, un naturalista francés que se encontraba en la
isla, informó un año más tarde a la Academia de Ciencias de París sobre lo que sucedió entonces.

A las 10 de la mañana salió el sol y desde mi ventana vi gran número de malayos y chinos llenando
cestos de peces que recogían en los charcos de agua que cubrían el terreno. Cuando pregunté por
el origen de los peces, respondieron que habían caído del cielo. Tres días después, cuando los
charcos se secaron, encontramos muchos peces muertos.

Aunque Castelnau no vio personalmente la lluvia de peces, estaba convencido de que habían caído
del cielo. El doctor A.D. Bajkov, marino y científico norteamericano, tuvo más suerte. El 23 de
octubre de 1947 estaba desayunando con su esposa en un café de Marksville (Louisiana. Estados
Unidos), cuando poco después de un chaparrón notó que había peces tirados en la calle: "peces
sol, pececillos de ojos grandes y róbalos negros de hasta 23 cm de longitud". Se encontraron más
peces en los techos, fríos y muertos, pero aptos para el con sumo.

Por poco fiables que parezcan estos relatos, en la actualidad existen numerosos testigos oculares
de este fenómeno en España. El señor Joan Ribet, labrador originario de Montgat (Barcelona),
afirma haber presenciado en su juventud un insólito chaparrón que se abatió sobre la localidad de
Granollers: además de peces, cayeron otras clases de animales (ranas, insectos, etc.), y el suelo
quedó cubierto por una capa de barro de unos 30 cm de espesor. "Entonces -dice el señor Ribet-
se comentó que una tromba había absorbido agua de algún pantano y la había soltado sobre
Granollers. Pero realmente fue un hecho muy extraño.»
Historias extrañas

En 1979 un periodista británico reunió información sobre un fenómeno análogo acaecido en


Mountain Ash, Gales, el 9 de febrero de 1859. Por lo visto, John Lewis, que estaba trabajando en
un aserradero, quedó atónito cuando hacia las 11 de la mañana fue golpeado por pequeños objetos
que caían del cielo. Uno de los objetos se coló por el cuello de su camisa. Cuando metí la mano me
quedé sorprendido al descubrir que era un pececito. El suelo

también estaba cubierto de ellos. Me quité el sombrero; el ala estaba llena de peces. Saltaban por
todas partes... Mis compañeros y yo podríamos haber llenado cubos de ellos...

Una experiencia similar aconteció unos 85 años después a Ron Spencer, cuando estaba destinado
en Kamilla, India, cerca de la frontera con Birmania. Hablando por la BBC, en abril de 1975,
después de que un oyente describiera su experiencia de una lluvia de peces, Ron contó que le
gustaba salir a lavarse bajo la lluvia cuando llegaban los monzones. En una ocasión estaba en este
ritual, cuando: Unas cosas empezaron a golpearme, y al mirar a mi alrededor vi miles de formas
pequeñas que se retorcían en el suelo y otros miles que eran barridas de los tejados, que caían en
los canales y en los arrozales. Eran peces pequeños, del tamaño de sardinas. No hace falta decir
que poco después de la tormenta no quedaba ninguno. Las aves se los comieron.

Nadie ha descubierto aún con cuánta frecuencia ocurren las lluvias de peces. La documentación
está muy repartida, y no se dispone de un estudio completo que registre todos los casos. Pero
parece que sólo las lluvias de sapos y ranas las superan en abundancia. Por ejemplo, el doctor
E.W. Gudger, del Museo de Historia Natural de los Estados Unidos, recogió informes durante 40
años y sólo encontró 78 relatos, repartidos en 2 350 años. De éstos, 17 sucedieron en los EUA; 13
en la India, 11 en Alemania; 9 en Escocia; 7 en Australia; 5 en Inglaterra y Canadá y el resto en
diversos lugares. Pero Gilbert Whitley, trabajando con los archivos del Museo Australiano,
enumera más de 50 lluvias de peces sólo en Australasia, entre 1879 y 1971.

Una de las primeras referencias a una lluvia de peces se encuentra en un antiguo texto griego, el
Deipnosophistai, compilado a fines del siglo II por Ateneo. Estos fragmentos, recogidos de los
escritos de casi 800 autores, contienen este informe: Sé también que llovieron peces. En todo caso
Foenias, en el segundo libro de su Magistrados de Eresia, dice que en el Quersoneso una vez
llovieron peces ininterrumpidamente durante tres días, y Filarco en su cuarto libro dice que la
gente había visto llover peces con frecuencia.

Pero pese a la proliferación de informes auténticos y fidedignos de que se han producido lluvias de
peces, nadie ha proporcionado una explicación convincente del porqué. Una de las explicaciones
más plausibles es que son causadas por tornados, trombas marinas o torbellinos, que levantan hasta
las nubes el agua del mar con sus correspondientes peces y los sueltan sobre tierra firme.

Otras explicaciones sugieren que el fenómeno es causado por peces "que emigran a tierra"; que
pájaros que se alimentan de peces regurgitan o dejan caer su comida; que los peces son
transportados por lagunas o arroyos que se salen de cause, y que los peces que hibernan en el
barro son reanimados por la lluvia. Pero todo esto no explica la variedad de especies halladas en
el mismo lugar, la variedad de terrenos donde se han hallado peces y el enorme número de peces
caídos en algunos casos. Y aunque existen casos bien documentados de tornados y trombas
marinas que transportaron peces, esta explicación es inadecuada para abarcar todos los casos.

El lapso de tiempo que los peces han pasado en el aire parece variar considerablemente, según las
pruebas disponibles. En muchos relatos, los peces estaban vivos y coleando cuando fueron
hallados en el suelo; en otros, estaban muertos, pero frescos y comestibles. Es difícil creer que los
peces puedan caer sin resultar muertos, pero las pruebas sugieren que incluso los que se hallaron
muertos no habían muerto a consecuencia de la caída. En su History of Ceylon (Historia de
Ceilán), sir James Tennant describe peces que no resultaron heridos al caer sobre grava.

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