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TITULO: RIESGO OCUPACIONAL DEL PERSONAL DE ENFERMERÍA EN

EL ÁREA QUIRÚRGICA DEL HOSPITAL MANUEL NUÑEZ BUTRON –


PUNO
AUTORIA:
RESUMEN:
PALABRAS CLAVES:
ABSTRACT:
KEY WORDS:
INTRODUCCION:
OBJETIVOS: Determinar los riesgos ocupacionales del personal que labora en
el are del Hospital Manuel Núñez Butrón Puno.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Identificar los riesgos biológicos del área de quirofano
METODOLOGIA:
Material y Metodos:
RESULTADOS Y DISCUSION:

OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Identificar los riesgos biológicos del área de quirófano en relación a tareas y actividades del
personal de enfermería.
Riesgos y enfermedades ocupacionales relacionados con el ejercicio de la anestesiología

Identificar los tipos de riesgos laborales a los que están expuestos el personal de enfermería del área quirúrgica
del hospital manuel Nuñez butro

Describir las medidas de bioseguridad que utiliza e profesional de enfermería en la unidad quirúrgica
Daniel VolquindI; Airton BagatiniII; Gabriela Massaro Carneiro MonteiroIII; Juliana Rech LonderoIII; Giovani Dani
BenvenuttiIII

ITSA; Profesor, Univesidade de Caxias do Sul, Caxias do Sul, RS, Brasil

IIGestor del Centro Quirúrgico del Hospital Ernesto Dornelles, Porto Alegre, RS, Brasil

IIIME8, Univesidade de Caxias do Sul, Caxias do Sul, RS, Brasil

Correspondencia para

RESUMEN
JUSTIFICATIVA Y OBJETIVOS: El ejercicio de la anestesiología no está exento de riesgos para el anestesiólogo.
Considerado como un local de trabajo insalubre a causa de los riesgos potenciales a que conlleva, el quirófano es
el local en donde el anestesiólogo pasa la mayor parte del tiempo. En esta revisión, proponemos un análisis de los
riesgos ocupacionales a los que están expuestos los anestesiólogos en su práctica diaria.

CONTENIDO: Presentamos una clasificación de los riesgos y sus relaciones con las enfermedades ocupacionales.

CONCLUSIONES: El control de los riesgos ocupacionales a los que están expuestos los anestesiólogos diariamente
es necesario para lograr un local de trabajo adecuado y con riesgos reducidos para la buena práctica de la
anestesiología, lo que contribuye para la disminución del absentismo, la mejoría de la asistencia prestada al
paciente y de la calidad de vida del anestesiólogo.

Descriptores: ANESTESIOLOGÍA, Seguridad; Riesgos Ocupacionales; Salud Ocupacional; ANESTESIÓLOGO;


COMPLICACIONES, Riesgos.

Introducción

El ejercicio de la anestesiología no está exento de riesgos para el anestesiólogo. Considerado como un local de
trabajo insalubre en razón de los riesgos potenciales que ofrece, el quirófano es el local en el cual el anestesiólogo
pasa la mayor parte del tiempo durante el ejercicio de su profesión.

La actividad médica de atención hospitalaria se clasifica conforme a la Norma de Regulación Nº 4 (NR-4)


(Servicios Especializados en Ingeniería de Seguridad y en Medicina del Trabajo), Resolución Ministerial 3.214, del 8
de junio de 1978, como siendo de grado de riesgo 3 para accidentes del trabajo y enfermedades ocupacionales 1.

En esta revisión, proponemos un análisis de los riesgos y de las enfermedades ocupacionales a los que están
expuestos los anestesiólogos en su práctica diaria.

Clasificación de los riesgos ocupacionales


Los riesgos ocupacionales se dividen en cinco grupos a tono con su naturaleza: los riesgos físicos se relacionan con
la exposición al ruido, radiación ionizante y temperatura. Gases, vapores, humos y productos químicos se
clasifican como riesgos químicos. Los riesgos biológicos engloban la exposición a virus, bacterias, sangre y
derivados, y los riesgos ergonómicos se refieren a la exigencia de una postura inadecuada, monotonía,
repetitividad, trabajo en turnos y situaciones que generen estrés. La adecuación incorrecta al ambiente de
trabajo, la iluminación insuficiente, el potencial de accidentes con electricidad y la probabilidad de incendio,
componen el grupo de los riesgos de accidente 1,2.

Riesgos físicos

Ese grupo de riesgos representa una constante en el trabajo en el quirófano, que es la responsable de un elevado
número de enfermedades ocupacionales, como la hipertensión arterial sistémica, el estrés y las neoplasias 3,4.

La legislación federal no permite ruidos con una intensidad superior a los 85 decibles (dB) en el ambiente de
trabajo, en una jornada que llegue a ocho horas, de forma continua y sin el uso de un protector auditivo 5. El
ruido en los quirófanos puede llegar a más de 100 dB cuando están asociados la conversación en un tono normal
y los ruidos del aire acondicionado, de los aparatos como el cauterizador eléctrico y los aparatos de ventilación
controlada. Una vez que el ruido es intermitente, no hay necesidad de utilizar el protector auditivo, pero sí hay
que concientizar al equipo de la necesidad de disminuir los ruidos en el quirófano 4.Las paredes del quirófano
contribuyen para elevar el nivel de ruido porque reflejan y amplifican el sonido. El ruido excesivo es la causa de
distracción y la dificultad de concentración de los profesionales, lo que puede conllevar al riesgo de cometer
errores relacionados con la práctica anestésica 5.

La exposición al ruido se asocia con las patologías relacionadas con el estrés, con los trastornos respiratorios, los
comportamentales, trayendo como resultado del sueño y también repercutiendo en los sistemas endocrino y
neurológico, llegando a ser un agente causante de enfermedades 4,5.

El surgimiento de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, procedimientos endoscópicos, de la radiología


intervencionista y de la necesidad de atención anestésica durante la realización de los exámenes radiológicos,
estuvo acompañado del aumento en la exposición a la radiación ionizante y sus consecuencias. La radiación
ionizante es emitida por los rayos X y por isótopos radioactivos que liberan rayos gama o partículas α y β 2. Difiere
de la radiación no ionizante, representada por el rayo láser, que puede causar alteraciones provenientes del calor
producido por esa radiación.

La radiación ionizante genera en los tejidos irradiados la formación de radicales libres, moléculas ionizadas y la
destrucción celular, como también la posibilidad de alteraciones cromosómicas y el desarrollo de tumores
malignos. Ocurren alteraciones en la doble-hélice del ADN celular, que pueden ser puntos de mutaciones,
translocaciones cromosómicas, fusiones de genes y todas esas alteraciones están conectadas con la inducción del
surgimiento de neoplasias 6.

La exposición a la radiación ionizante es acumulativa y necesita una medición constante por medio de
dosímetros, siendo que no se conoce una dosificación segura por debajo de la cual la inducción de neoplasias no
ocurre 6. Así las actitudes preventivas en cuanto a la exposición a la radiación deben ser establecidas.

La protección radiológica es obligatoria por medio de conductas como la educación con relación a los riesgos
relacionados con la radiación, el uso de barreras como delantales de plomo hasta la altura de las rodillas, que la
dan una protección gonadal, gafas con lentes protectoras para la protección de la retina y collares cervicales para
la protección de la tiroides. Mantener una distancia mínima de unos 90 cm de la fuente principal de emisión de la
radiación ionizante genera una disminución completa de la exposición a la radiación primaria 6.

La temperatura del ambiente de trabajo es otro riesgo físico que potencia el surgimiento de accidentes por el
hecho de la exposición, tanto a bajas como a altas temperaturas, genera una incomodidad térmica, con la
repercusión en la capacidad de concentración y atención del anestesiólogo, haciendo con que se perjudique la
vigilancia al paciente.

Riesgos químicos

La presencia de residuos de gases y vapores anestésicos en el quirófano estuvo asociada con patologías diversas y
con la incomodidad ocupacional 7. Diversos factores se relacionan con la contaminación del quirófano por
residuos de anestésicos inhalatorios (Cuadro 1) 8.

Los anestésicos inhalatorios halogenados presentes en la atmosfera del quirófano, contribuyen para su
contaminación y se relacionan con las enfermedades ocupacionales, aunque las investigaciones de sus efectos
todavía no presenten conclusiones 9. La exposición crónica tiene un potencial de sensibilizar para la hepatitis,
desarrollar la cefalea, náusea, somnolencia, cansancio e irritabilidad 3.

Estudios relacionados, en una reciente revisión sistemática, no mostraron riesgos ocupacionales relacionados con
la exposición de residuos de anestésicos inhalatorios cuando evaluaron los efectos genotóxicos,
neurocomportamentales e inmunológicos. Estudios que indicaron un riesgo potencial para la salud de los
anestesiólogos ignoraron los modernos sistemas de escape y de regulación ambiental de residuos de anestésicos
inhalatorios 10.

La exposición ocupacional a los anestésicos inhalatorios puede estar relacionada con el estrés oxidativo en la
población que trabaja en el quirófano. Se encontró una actividad antioxidante plasmática y eritrocitaria en las
muestras sanguíneas de profesionales expuestos crónicamente a los anestésicos inhalatorios comparados con el
grupo control 11.

Los límites ambientales para las concentraciones de anestésicos inhalatorios son relacionados en partes por
millón (ppm). Los límites superiores de óxido nitroso (N2O) es 25 ppm, de halogenados es 2 ppm, y cuando están
asociados con el N2O se reduce a 0,5 ppm 3.

El uso del cauterizador eléctrico y la radiación no ionizante, sueltan en la atmosfera del quirófano un humo que se
compone de residuos biológicos en suspensión, como partículas infecciosas de ADN virales que tienen un
potencial patogénico 4.

El manejo de fármacos como los antibióticos puede inducir a una resistencia bacteriana por medio del contacto
crónico con pequeñas dosis de esos antibióticos por la piel y las mucosas. Por eso se recomienda que la
manipulación de esos fármacos se haga con guantes.

Riesgos biológicos

El anestesiólogo está expuesto al riesgo de transmisión de infecciones durante el contacto con el paciente y sus
secreciones 12.

Las principales enfermedades con riesgo de transmisión al ambiente del quirófano son las hepatitis B y C, el
herpes virus y el virus VIH. La contaminación de los guantes durante los procedimientos de punción venosa
periférica ocurre en un 18% de los casos, lo que traduce un riesgo elevado de exposición a agentes infectantes en
el caso de que no se usen 13.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria recomienda la adopción de precauciones universales para evitar la
contaminación con agentes infectantes (Cuadro 2) 14 .

En el caso de accidentes con riesgo de contaminación por el VIH, las medidas recomendadas, como el test rápido
para VIH y el uso de quimioprofilaxis, deben ser realizadas. Ese último con zidovudina asociado con la lamivudina
posiblemente sea nelfinavir o indinavir 15.

El uso de precauciones universales, como los programas educativos de prevención de accidentes y el


entrenamiento deben ser actividades constantes de las comisiones de control de infecciones hospitalarias.

En el 2007, el Hospital Infection Control Practices Advisory Committee publicó sus recomendaciones al respecto
de la prevención de la exposición ocupacional de los trabajadores sanitarios y la contaminación con materiales
biológicos 16. Allí se recomendaba como buenas prácticas, la utilización de las precauciones universales en
procedimientos, en los cuales el potencial contacto con el material biológico está presente.

En Brasil, fue publicada la NR-32 (Norma de Reglamentación -32), que intenta implementar medidas de
protección para la seguridad y la salud de los trabajadores de los servicios de salud, promoviendo todas las formas
preventivas capaces de buscar condiciones seguras y sanas en el ambiente de trabajo, protegiendo y
preservando a los profesionales 17.

Riesgos ergonómicos

La adecuación del local de trabajo al anestesiólogo consiste en ajustar la ergonomía del quirófano. El aparato de
anestesia, la mesa de cirugía, las mesas auxiliares y la altura de los monitores deben ser establecidos con relación
a la altura del anestesiólogo.
Las alteraciones posturales durante la jornada de trabajo son responsables del desarrollo de enfermedades de la
columna vertebral como hernias de disco lumbares y contracturas musculares que pueden hacer con que el
anestesiólogo tenga que dejar temporal o definitivamente el trabajo 18.

Actitudes como la adecuación de la altura de la mesa quirúrgica para la realización de punciones vasculares,
anestesia en el neuro eje e intubación traqueal entre otras, minimizan el riesgo de desarrollo de las
enfermedades analizadas aquí 18.

La planificación ergonómica del local de trabajo es de vital importancia para la disminución de los riesgos de
accidentes y de enfermedades ocupacionales.

Riesgos de accidentes

La utilización de un número mayor de aparatos eléctricos en quirófano aumentó el riesgo de accidentes con la
electricidad 2.

La adecuación incorrecta de las instalaciones eléctricas puede generar electrocuciones que pueden llegar a ser
falales. La correcta planificación del número y de la distribución de las tomas eléctricas, evitando las extensiones y
las regletas, minimiza el aparecimiento de esos accidentes.

En la prevención de accidentes eléctricos la Tierra del quirófano debe ser adecuado para el número de aparatos
usados simultáneamente.

La utilización de esos aparatos provoca un campo de baja frecuencia electromagnética en el quirófano. Aunque
no se tengan evidencias suficientes entre esa exposición y el origen de las enfermedades ocupacionales, las
mediciones indicaron que los anestesiólogos están expuestos a un campo magnético superior al recomendado
por la Swedish Board for Technical Accreditation, que debe ser inferior a 2 mG 19.

El riesgo de incendio, a pesar de haberse reducido por la no utilización de anestésicos inflamables, todavía existe
en los días de hoy por el uso de material combustible con elementos desencadenadores de llamas.Relatos de
incendio asociados al láser con oxígeno, cauterizador eléctrico con gases intestinales o con gasas y compresas,
están presentes en la literatura 20.
Enfermedades ocupacionales

La Revolución Industrial se inició en Inglaterra en el siglo XVIII e inauguró una era ligada a la patología del trabajo.
La primera publicación que asoció trabajo y enfermedad data de 1700 y no solo enumeró enfermedades que
ocurrieron en más de 50 ocupaciones sino que también introdujo en la anamnesis, la pregunta: "¿Cuál es su
ocupación?" 21

La anestesiología es una especialidad médica que presenta un potencial para el desarrollo de enfermedades
ocupacionales relacionadas con los riesgos discutidos anteriormente.

La exigencia de jornadas de trabajo extensas y el pequeño espacio de tiempo entre las guardias, están asociados
con el estrés, la hipertensión arterial sistémica, la depresión y con el abuso de drogas ilícitas 3,4.

La exposición a determinados productos aumenta el riesgo de enfermedades, como la alergia al látex una vez
que varios materiales de uso corriente del anestesiólogo poseen ese componente 22. La reacción puede ocurrir
por medio de tres tipos clínicamente distintos: dermatitis de contacto irritativa, hipersensibilidad tardía tipo IV e
hipersensibilidad inmediata tipo I mediada por IgE 23. La sensibilidad al látex en los anestesiólogos varía de 12,5-
20%, haciéndolos vulnerables a reacciones alérgicas sea como pacientes o durante la actividad profesional. Tal
sensibilización puede acarrear incapacidad física para la práctica de la profesión y el cambio de la especialidad
23,24.

El estrés generado por situaciones encontradas en la actividad en el quirófano, intenso grado de responsabilidad y
el trabajo en horarios irregulares, representan factores de riesgo importantes para el desarrollo o el agravamiento
de varias enfermedades cardiovasculares 25.

La hipertensión arterial sistémica está asociada con un efecto extra-auditivo causado por el ruido 4. La exposición
a niveles elevados de ruido desencadena respuestas cardiovasculares similares al estrés agudo, con el aumento
de la presión arterial, de los niveles plasmáticos de catecolaminas, de colesterol, de triglicéridos y ácidos grasos
libres 26.

A los factores de riesgo citados para las enfermedades ocupacionales están asociadas las enfermedades
psiquiátricas relacionadas con el trabajo como los síndromes de fatiga crónica, depresión y el abuso de drogas y
alcohol que son frecuentes en la actividad anestesiológica 27.

El término en inglés Burnout se traduce como agotamiento, sentimiento de depresión, fatiga y falta de energía
causados porel estrés o por el exceso de trabajo. El síndrome de Burnout fue identificado en 1974 y describe un
sentimiento de fracaso y agotamiento causado por el excesivo desgaste de energía 28. Constituida por un cuadro
bien definido, ese síndrome se caracteriza por el agotamiento emocional, la despersonalización y la reducción de
la realización personal. Los síntomas físicos incluyen la cefalea, las alteraciones gastrointestinales y el insomnio. Las
consecuencias son la desmotivación, la frustración, la depresión y la dependencia de drogas. El desgaste se refleja
también en las relaciones familiares y profesionales, determinando las separaciones, disminución importante del
rendimiento y del aumento del absentismo 29.

Ese síndrome puede ser observado en todas las profesiones, principalmente en las que poseen altos niveles de
estrés, como las del área de la sanidad. Globalmente, afecta a uno en cada dos médicos, siendo un tercio de ellos
afectado de forma moderada y un décimo de forma severa con características irreversibles. Cerca de un 40% a un
50% de los médicos que trabajan con medicina de emergencia e infecciosas, y un 56% de los oncólogos están
afectados por ese síndrome 28.

La Joint Commission identifica la fatiga como siendo un factor vinculado a los eventos adversos, a la reducción de
la productividad, al aumento del riesgo de accidentes y a la disminución de la calidad de vida para los
profesionales de la sanidad30.

Entre las especialidades que sufren con ese problema está la anestesiología 31. La responsabilidad vinculada que
esta especialidad médica lleva consigo, puede ser considerada como un factor de estrés para el profesional que la
realiza, generando un malestar, trastornos del sueño, cansancio excesivo, irritabilidad, inquietud, baja tolerancia a
la frustración, impaciencia, sentimientos depresivos y despersonalización, haciendo con que el profesional caiga
en el distanciamiento afectivo y en la apatía 32,33.

En el área de la anestesiología, otros factores también causan un alto nivel de estrés: la restricción de tiempo, la
interferencia en la vida personal y familiar, los aspectos médico-legales, problemas de comunicación con los
colegas, la posibilidad de intercurrencias clínicas en el perioperatorio, poco reconocimiento profesional, jornadas
de trabajo prolongadas, responsabilidad por eventuales complicaciones y la existencia de expectativas
profesionales que no son realistas 34.

El reconocimiento y el diagnóstico del problema nos llevan a reflexionar sobre el hecho de que algo hay que hacer
para continuar ejerciendo nuestra profesión con dignidad, respetando nuestros pacientes y buscando una rutina
sana para el ejercicio profesional, con la calidad de vida que necesitamos. La implementación de políticas que
objetiven la calidad del ejercicio de la profesión en las instituciones de trabajo, como también una nueva
evaluación personal en búsqueda de la innovación, del reciclaje profesional, alternativas de ocio y motivación, es
un factor que podrá contribuir para la mejoría de la actividad y de la vida del anestesiólogo34.

La cuestión relacionada con el abuso de sustancias psicoactivas entre los anestesiólogos es una preocupación
actual de la Sociedad Brasileña de Anestesiología. La anestesiología se encuentra en el grupo de mayor riesgo
entre las especialidades médicas para desarrollar dependencia química 35. Mientras que en los Estados Unidos,
solamente un 3% de los médicos pertenecen a la especialidad, ellos ya alcanzan entre el 13% y el 35% del total de
médicos tratados por abuso de sustancias psicoactivas 36,37. Cifras recientes han constatado que los médicos en
formación en esa especialidad, tienen dos veces más riesgo de morirse por dependencia química que los de otras
especialidades 38.Aunque ninguna razón establecida se haya identificado para tal fenómeno, las investigaciones
indican el abuso de sustancias como siendo un síntoma inicial de la depresión 38,39.

Las causas para el abuso de sustancias entre los anestesiólogos incluyen el estrés ocupacional, el acceso fácil a las
mismas, la situación de dolor físico o emocional, la baja autoestima y la predisposición genética 39.

Con relación al abuso del alcohol, la prevalencia en valores, es parecida a las demás profesiones.Un estudio
analizó el perfil de 83 anestesiólogos entre 697 médicos de otras especialidades admitidos en programas de
rehabilitación y llegó a la conclusión de que el abuso de alcohol es mayor en las otras especialidades médicas
(52%) que en la anestesiología (28%) (p < 0,01). Con lo cual se concluye que los anestesiólogos tuvieron un menor
chance de ser derivados al servicio de rehabilitación a causa del abuso del alcohol (OR 0,4 [IC 95%: 0,2-06] p <
0,001) que los médicos de las demás especialidades 39.

Esos profesionales también son más vulnerables a desarrollar la adicción por sustancias farmacológicas, siendo
los opioides las principales. En 2005, un estudio mostró que el fentanilo y el sufentanilo son los más usados 40.
Otros agentes, como el propofol, la cetamina, el tiopental, la lidocaína, el óxido nitroso y los anestésicos
inhalatorios, son menos frecuentes, pero poseen un potencial de dependencia descrita en la literatura 41-43.

Verificamos el distanciamiento de la familia, de los amigos y de actividades de ocio, alteraciones del humor,
episodios de rabia, irritabilidad y hostilidad, una permanencia mayor en el hospital incluso cuando están
descansando, más atenciones a llamadas extras, negativa a aceptar los descansos, frecuentes idas al baño,
pérdida de peso, palidez y requisiciones aumentadas de fármacos opioides o cantidades inapropiadas para casos
específicos 39,44,45.

La adicción y el abuso al alcohol por rutina demoran años para hacerse notar 31,35,36. Por eso, se recomienda
que los profesionales con un alto grado de sospecha reciban una atención, en términos de diagnóstico y
tratamiento, por psiquiatras especializados en abuso de sustancias 45.

La mayoría de los estudios está de acuerdo en que el ingreso en una clínica de rehabilitación, donde se secunde
un protocolo compuesto por un proceso de desintoxicación, monitorización de la abstinencia, educación
intensiva sobre el tema, inserción en grupos de ayuda y psicoterapia, es fundamental. El alta asociada al contacto
periódico con el equipo asistente y la monitorización frecuente de la abstinencia por medio de test de orina, es
fundamental, además del apoyo de los grupos de autoayuda, como los Alcohólicos Anónimos y Narcóticos
Anónimos 39,45. Ha quedado demostrado que un 25% de los anestesiólogos en tratamiento van a presentar, al
menos, un episodio de reincidencia 38,37,46.

El pronóstico de esos profesionales fue estudiado en 1990 con 180 casos de dependencia química en
anestesiólogos. De esos casos, 13 (7%) murieron por daños cerebrales. De los 167 restantes, 113 (67%) lograron
volver a la anestesiología. Los dependientes de opioides tuvieron solamente un 34% de éxito en retomar la
profesión; de los 66% restantes, 25% fallecieron. Los usuarios de alcohol y otras drogas, tuvieron tasas de
recuperación de un 70%; de los 30% restantes, 13% fallecieron 47.Por

lo tanto, existe la necesidad de un diagnóstico, de un apoyo y de un tratamiento al anestesiólogo que está bajo
riesgo o que ya presenta dependencia química 48.

Conclusiones

El control de los riesgos ocupacionales a los cuales los anestesiólogos están expuestos diariamente, es necesario
para evitar accidentes y/o el desarrollo de enfermedades que muchas veces llegan a ser incapacitantes.

El esfuerzo conjunto de los anestesiólogos y de los gestores hospitalarios es de vital importancia para el desarrollo
de un local de trabajo adecuado y con riesgos reducidos para la buena práctica de la anestesiología, lo que
contribuye para la disminución del absentismo, la mejoría de la asistencia prestada al paciente y de la calidad de
vida del anestesiólogo.

Referencias

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ITSA; Profesor, Univesidade de Caxias do Sul, Caxias do Sul, RS, Brasil

IIGestor del Centro Quirúrgico del Hospital Ernesto Dornelles, Porto Alegre, RS, Brasil

IIIME8, Univesidade de Caxias do Sul, Caxias do Sul, RS, Brasil

Correspondencia para

RESUMEN

JUSTIFICATIVA Y OBJETIVOS: El ejercicio de la anestesiología no está exento de riesgos para el anestesiólogo.


Considerado como un local de trabajo insalubre a causa de los riesgos potenciales a que conlleva, el quirófano es
el local en donde el anestesiólogo pasa la mayor parte del tiempo. En esta revisión, proponemos un análisis de los
riesgos ocupacionales a los que están expuestos los anestesiólogos en su práctica diaria.

CONTENIDO: Presentamos una clasificación de los riesgos y sus relaciones con las enfermedades ocupacionales.

CONCLUSIONES: El control de los riesgos ocupacionales a los que están expuestos los anestesiólogos diariamente
es necesario para lograr un local de trabajo adecuado y con riesgos reducidos para la buena práctica de la
anestesiología, lo que contribuye para la disminución del absentismo, la mejoría de la asistencia prestada al
paciente y de la calidad de vida del anestesiólogo.

Descriptores: ANESTESIOLOGÍA, Seguridad; Riesgos Ocupacionales; Salud Ocupacional; ANESTESIÓLOGO;


COMPLICACIONES, Riesgos.

Introducción

El ejercicio de la anestesiología no está exento de riesgos para el anestesiólogo. Considerado como un local de
trabajo insalubre en razón de los riesgos potenciales que ofrece, el quirófano es el local en el cual el anestesiólogo
pasa la mayor parte del tiempo durante el ejercicio de su profesión.

La actividad médica de atención hospitalaria se clasifica conforme a la Norma de Regulación Nº 4 (NR-4)


(Servicios Especializados en Ingeniería de Seguridad y en Medicina del Trabajo), Resolución Ministerial 3.214, del 8
de junio de 1978, como siendo de grado de riesgo 3 para accidentes del trabajo y enfermedades ocupacionales 1.

En esta revisión, proponemos un análisis de los riesgos y de las enfermedades ocupacionales a los que están
expuestos los anestesiólogos en su práctica diaria.

Clasificación de los riesgos ocupacionales

Los riesgos ocupacionales se dividen en cinco grupos a tono con su naturaleza: los riesgos físicos se relacionan con
la exposición al ruido, radiación ionizante y temperatura. Gases, vapores, humos y productos químicos se
clasifican como riesgos químicos. Los riesgos biológicos engloban la exposición a virus, bacterias, sangre y
derivados, y los riesgos ergonómicos se refieren a la exigencia de una postura inadecuada, monotonía,
repetitividad, trabajo en turnos y situaciones que generen estrés. La adecuación incorrecta al ambiente de
trabajo, la iluminación insuficiente, el potencial de accidentes con electricidad y la probabilidad de incendio,
componen el grupo de los riesgos de accidente 1,2.

Riesgos físicos

Ese grupo de riesgos representa una constante en el trabajo en el quirófano, que es la responsable de un elevado
número de enfermedades ocupacionales, como la hipertensión arterial sistémica, el estrés y las neoplasias 3,4.

La legislación federal no permite ruidos con una intensidad superior a los 85 decibles (dB) en el ambiente de
trabajo, en una jornada que llegue a ocho horas, de forma continua y sin el uso de un protector auditivo 5. El
ruido en los quirófanos puede llegar a más de 100 dB cuando están asociados la conversación en un tono normal
y los ruidos del aire acondicionado, de los aparatos como el cauterizador eléctrico y los aparatos de ventilación
controlada. Una vez que el ruido es intermitente, no hay necesidad de utilizar el protector auditivo, pero sí hay
que concientizar al equipo de la necesidad de disminuir los ruidos en el quirófano 4.Las paredes del quirófano
contribuyen para elevar el nivel de ruido porque reflejan y amplifican el sonido. El ruido excesivo es la causa de
distracción y la dificultad de concentración de los profesionales, lo que puede conllevar al riesgo de cometer
errores relacionados con la práctica anestésica 5.

La exposición al ruido se asocia con las patologías relacionadas con el estrés, con los trastornos respiratorios, los
comportamentales, trayendo como resultado del sueño y también repercutiendo en los sistemas endocrino y
neurológico, llegando a ser un agente causante de enfermedades 4,5.

El surgimiento de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, procedimientos endoscópicos, de la radiología


intervencionista y de la necesidad de atención anestésica durante la realización de los exámenes radiológicos,
estuvo acompañado del aumento en la exposición a la radiación ionizante y sus consecuencias. La radiación
ionizante es emitida por los rayos X y por isótopos radioactivos que liberan rayos gama o partículas α y β 2. Difiere
de la radiación no ionizante, representada por el rayo láser, que puede causar alteraciones provenientes del calor
producido por esa radiación.

La radiación ionizante genera en los tejidos irradiados la formación de radicales libres, moléculas ionizadas y la
destrucción celular, como también la posibilidad de alteraciones cromosómicas y el desarrollo de tumores
malignos. Ocurren alteraciones en la doble-hélice del ADN celular, que pueden ser puntos de mutaciones,
translocaciones cromosómicas, fusiones de genes y todas esas alteraciones están conectadas con la inducción del
surgimiento de neoplasias 6.
La exposición a la radiación ionizante es acumulativa y necesita una medición constante por medio de
dosímetros, siendo que no se conoce una dosificación segura por debajo de la cual la inducción de neoplasias no
ocurre 6. Así las actitudes preventivas en cuanto a la exposición a la radiación deben ser establecidas.

La protección radiológica es obligatoria por medio de conductas como la educación con relación a los riesgos
relacionados con la radiación, el uso de barreras como delantales de plomo hasta la altura de las rodillas, que la
dan una protección gonadal, gafas con lentes protectoras para la protección de la retina y collares cervicales para
la protección de la tiroides. Mantener una distancia mínima de unos 90 cm de la fuente principal de emisión de la
radiación ionizante genera una disminución completa de la exposición a la radiación primaria 6.

La temperatura del ambiente de trabajo es otro riesgo físico que potencia el surgimiento de accidentes por el
hecho de la exposición, tanto a bajas como a altas temperaturas, genera una incomodidad térmica, con la
repercusión en la capacidad de concentración y atención del anestesiólogo, haciendo con que se perjudique la
vigilancia al paciente.

Riesgos químicos

La presencia de residuos de gases y vapores anestésicos en el quirófano estuvo asociada con patologías diversas y
con la incomodidad ocupacional 7. Diversos factores se relacionan con la contaminación del quirófano por
residuos de anestésicos inhalatorios (Cuadro 1) 8.

Los anestésicos inhalatorios halogenados presentes en la atmosfera del quirófano, contribuyen para su
contaminación y se relacionan con las enfermedades ocupacionales, aunque las investigaciones de sus efectos
todavía no presenten conclusiones 9. La exposición crónica tiene un potencial de sensibilizar para la hepatitis,
desarrollar la cefalea, náusea, somnolencia, cansancio e irritabilidad 3.
Estudios relacionados, en una reciente revisión sistemática, no mostraron riesgos ocupacionales relacionados con
la exposición de residuos de anestésicos inhalatorios cuando evaluaron los efectos genotóxicos,
neurocomportamentales e inmunológicos. Estudios que indicaron un riesgo potencial para la salud de los
anestesiólogos ignoraron los modernos sistemas de escape y de regulación ambiental de residuos de anestésicos
inhalatorios 10.

La exposición ocupacional a los anestésicos inhalatorios puede estar relacionada con el estrés oxidativo en la
población que trabaja en el quirófano. Se encontró una actividad antioxidante plasmática y eritrocitaria en las
muestras sanguíneas de profesionales expuestos crónicamente a los anestésicos inhalatorios comparados con el
grupo control 11.

Los límites ambientales para las concentraciones de anestésicos inhalatorios son relacionados en partes por
millón (ppm). Los límites superiores de óxido nitroso (N2O) es 25 ppm, de halogenados es 2 ppm, y cuando están
asociados con el N2O se reduce a 0,5 ppm 3.

El uso del cauterizador eléctrico y la radiación no ionizante, sueltan en la atmosfera del quirófano un humo que se
compone de residuos biológicos en suspensión, como partículas infecciosas de ADN virales que tienen un
potencial patogénico 4.

El manejo de fármacos como los antibióticos puede inducir a una resistencia bacteriana por medio del contacto
crónico con pequeñas dosis de esos antibióticos por la piel y las mucosas. Por eso se recomienda que la
manipulación de esos fármacos se haga con guantes.

Riesgos biológicos

El anestesiólogo está expuesto al riesgo de transmisión de infecciones durante el contacto con el paciente y sus
secreciones 12.

Las principales enfermedades con riesgo de transmisión al ambiente del quirófano son las hepatitis B y C, el
herpes virus y el virus VIH. La contaminación de los guantes durante los procedimientos de punción venosa
periférica ocurre en un 18% de los casos, lo que traduce un riesgo elevado de exposición a agentes infectantes en
el caso de que no se usen 13.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria recomienda la adopción de precauciones universales para evitar la
contaminación con agentes infectantes (Cuadro 2) 14 .
En el caso de accidentes con riesgo de contaminación por el VIH, las medidas recomendadas, como el test rápido
para VIH y el uso de quimioprofilaxis, deben ser realizadas. Ese último con zidovudina asociado con la lamivudina
posiblemente sea nelfinavir o indinavir 15.

El uso de precauciones universales, como los programas educativos de prevención de accidentes y el


entrenamiento deben ser actividades constantes de las comisiones de control de infecciones hospitalarias.

En el 2007, el Hospital Infection Control Practices Advisory Committee publicó sus recomendaciones al respecto
de la prevención de la exposición ocupacional de los trabajadores sanitarios y la contaminación con materiales
biológicos 16. Allí se recomendaba como buenas prácticas, la utilización de las precauciones universales en
procedimientos, en los cuales el potencial contacto con el material biológico está presente.

En Brasil, fue publicada la NR-32 (Norma de Reglamentación -32), que intenta implementar medidas de
protección para la seguridad y la salud de los trabajadores de los servicios de salud, promoviendo todas las formas
preventivas capaces de buscar condiciones seguras y sanas en el ambiente de trabajo, protegiendo y
preservando a los profesionales 17.

Riesgos ergonómicos

La adecuación del local de trabajo al anestesiólogo consiste en ajustar la ergonomía del quirófano. El aparato de
anestesia, la mesa de cirugía, las mesas auxiliares y la altura de los monitores deben ser establecidos con relación
a la altura del anestesiólogo.

Las alteraciones posturales durante la jornada de trabajo son responsables del desarrollo de enfermedades de la
columna vertebral como hernias de disco lumbares y contracturas musculares que pueden hacer con que el
anestesiólogo tenga que dejar temporal o definitivamente el trabajo 18.
Actitudes como la adecuación de la altura de la mesa quirúrgica para la realización de punciones vasculares,
anestesia en el neuro eje e intubación traqueal entre otras, minimizan el riesgo de desarrollo de las
enfermedades analizadas aquí 18.

La planificación ergonómica del local de trabajo es de vital importancia para la disminución de los riesgos de
accidentes y de enfermedades ocupacionales.

Riesgos de accidentes

La utilización de un número mayor de aparatos eléctricos en quirófano aumentó el riesgo de accidentes con la
electricidad 2.

La adecuación incorrecta de las instalaciones eléctricas puede generar electrocuciones que pueden llegar a ser
falales. La correcta planificación del número y de la distribución de las tomas eléctricas, evitando las extensiones y
las regletas, minimiza el aparecimiento de esos accidentes.

En la prevención de accidentes eléctricos la Tierra del quirófano debe ser adecuado para el número de aparatos
usados simultáneamente.

La utilización de esos aparatos provoca un campo de baja frecuencia electromagnética en el quirófano. Aunque
no se tengan evidencias suficientes entre esa exposición y el origen de las enfermedades ocupacionales, las
mediciones indicaron que los anestesiólogos están expuestos a un campo magnético superior al recomendado
por la Swedish Board for Technical Accreditation, que debe ser inferior a 2 mG 19.

El riesgo de incendio, a pesar de haberse reducido por la no utilización de anestésicos inflamables, todavía existe
en los días de hoy por el uso de material combustible con elementos desencadenadores de llamas.Relatos de
incendio asociados al láser con oxígeno, cauterizador eléctrico con gases intestinales o con gasas y compresas,
están presentes en la literatura 20.

Enfermedades ocupacionales
La Revolución Industrial se inició en Inglaterra en el siglo XVIII e inauguró una era ligada a la patología del trabajo.
La primera publicación que asoció trabajo y enfermedad data de 1700 y no solo enumeró enfermedades que
ocurrieron en más de 50 ocupaciones sino que también introdujo en la anamnesis, la pregunta: "¿Cuál es su
ocupación?" 21

La anestesiología es una especialidad médica que presenta un potencial para el desarrollo de enfermedades
ocupacionales relacionadas con los riesgos discutidos anteriormente.

La exigencia de jornadas de trabajo extensas y el pequeño espacio de tiempo entre las guardias, están asociados
con el estrés, la hipertensión arterial sistémica, la depresión y con el abuso de drogas ilícitas 3,4.

La exposición a determinados productos aumenta el riesgo de enfermedades, como la alergia al látex una vez
que varios materiales de uso corriente del anestesiólogo poseen ese componente 22. La reacción puede ocurrir
por medio de tres tipos clínicamente distintos: dermatitis de contacto irritativa, hipersensibilidad tardía tipo IV e
hipersensibilidad inmediata tipo I mediada por IgE 23. La sensibilidad al látex en los anestesiólogos varía de 12,5-
20%, haciéndolos vulnerables a reacciones alérgicas sea como pacientes o durante la actividad profesional. Tal
sensibilización puede acarrear incapacidad física para la práctica de la profesión y el cambio de la especialidad
23,24.

El estrés generado por situaciones encontradas en la actividad en el quirófano, intenso grado de responsabilidad y
el trabajo en horarios irregulares, representan factores de riesgo importantes para el desarrollo o el agravamiento
de varias enfermedades cardiovasculares 25.

La hipertensión arterial sistémica está asociada con un efecto extra-auditivo causado por el ruido 4. La exposición
a niveles elevados de ruido desencadena respuestas cardiovasculares similares al estrés agudo, con el aumento
de la presión arterial, de los niveles plasmáticos de catecolaminas, de colesterol, de triglicéridos y ácidos grasos
libres 26.

A los factores de riesgo citados para las enfermedades ocupacionales están asociadas las enfermedades
psiquiátricas relacionadas con el trabajo como los síndromes de fatiga crónica, depresión y el abuso de drogas y
alcohol que son frecuentes en la actividad anestesiológica 27.

El término en inglés Burnout se traduce como agotamiento, sentimiento de depresión, fatiga y falta de energía
causados porel estrés o por el exceso de trabajo. El síndrome de Burnout fue identificado en 1974 y describe un
sentimiento de fracaso y agotamiento causado por el excesivo desgaste de energía 28. Constituida por un cuadro
bien definido, ese síndrome se caracteriza por el agotamiento emocional, la despersonalización y la reducción de
la realización personal. Los síntomas físicos incluyen la cefalea, las alteraciones gastrointestinales y el insomnio. Las
consecuencias son la desmotivación, la frustración, la depresión y la dependencia de drogas. El desgaste se refleja
también en las relaciones familiares y profesionales, determinando las separaciones, disminución importante del
rendimiento y del aumento del absentismo 29.
Ese síndrome puede ser observado en todas las profesiones, principalmente en las que poseen altos niveles de
estrés, como las del área de la sanidad. Globalmente, afecta a uno en cada dos médicos, siendo un tercio de ellos
afectado de forma moderada y un décimo de forma severa con características irreversibles. Cerca de un 40% a un
50% de los médicos que trabajan con medicina de emergencia e infecciosas, y un 56% de los oncólogos están
afectados por ese síndrome 28.

La Joint Commission identifica la fatiga como siendo un factor vinculado a los eventos adversos, a la reducción de
la productividad, al aumento del riesgo de accidentes y a la disminución de la calidad de vida para los
profesionales de la sanidad30.

Entre las especialidades que sufren con ese problema está la anestesiología 31. La responsabilidad vinculada que
esta especialidad médica lleva consigo, puede ser considerada como un factor de estrés para el profesional que la
realiza, generando un malestar, trastornos del sueño, cansancio excesivo, irritabilidad, inquietud, baja tolerancia a
la frustración, impaciencia, sentimientos depresivos y despersonalización, haciendo con que el profesional caiga
en el distanciamiento afectivo y en la apatía 32,33.

En el área de la anestesiología, otros factores también causan un alto nivel de estrés: la restricción de tiempo, la
interferencia en la vida personal y familiar, los aspectos médico-legales, problemas de comunicación con los
colegas, la posibilidad de intercurrencias clínicas en el perioperatorio, poco reconocimiento profesional, jornadas
de trabajo prolongadas, responsabilidad por eventuales complicaciones y la existencia de expectativas
profesionales que no son realistas 34.

El reconocimiento y el diagnóstico del problema nos llevan a reflexionar sobre el hecho de que algo hay que hacer
para continuar ejerciendo nuestra profesión con dignidad, respetando nuestros pacientes y buscando una rutina
sana para el ejercicio profesional, con la calidad de vida que necesitamos. La implementación de políticas que
objetiven la calidad del ejercicio de la profesión en las instituciones de trabajo, como también una nueva
evaluación personal en búsqueda de la innovación, del reciclaje profesional, alternativas de ocio y motivación, es
un factor que podrá contribuir para la mejoría de la actividad y de la vida del anestesiólogo34.

La cuestión relacionada con el abuso de sustancias psicoactivas entre los anestesiólogos es una preocupación
actual de la Sociedad Brasileña de Anestesiología. La anestesiología se encuentra en el grupo de mayor riesgo
entre las especialidades médicas para desarrollar dependencia química 35. Mientras que en los Estados Unidos,
solamente un 3% de los médicos pertenecen a la especialidad, ellos ya alcanzan entre el 13% y el 35% del total de
médicos tratados por abuso de sustancias psicoactivas 36,37. Cifras recientes han constatado que los médicos en
formación en esa especialidad, tienen dos veces más riesgo de morirse por dependencia química que los de otras
especialidades 38.Aunque ninguna razón establecida se haya identificado para tal fenómeno, las investigaciones
indican el abuso de sustancias como siendo un síntoma inicial de la depresión 38,39.

Las causas para el abuso de sustancias entre los anestesiólogos incluyen el estrés ocupacional, el acceso fácil a las
mismas, la situación de dolor físico o emocional, la baja autoestima y la predisposición genética 39.
Con relación al abuso del alcohol, la prevalencia en valores, es parecida a las demás profesiones.Un estudio
analizó el perfil de 83 anestesiólogos entre 697 médicos de otras especialidades admitidos en programas de
rehabilitación y llegó a la conclusión de que el abuso de alcohol es mayor en las otras especialidades médicas
(52%) que en la anestesiología (28%) (p < 0,01). Con lo cual se concluye que los anestesiólogos tuvieron un menor
chance de ser derivados al servicio de rehabilitación a causa del abuso del alcohol (OR 0,4 [IC 95%: 0,2-06] p <
0,001) que los médicos de las demás especialidades 39.

Esos profesionales también son más vulnerables a desarrollar la adicción por sustancias farmacológicas, siendo
los opioides las principales. En 2005, un estudio mostró que el fentanilo y el sufentanilo son los más usados 40.
Otros agentes, como el propofol, la cetamina, el tiopental, la lidocaína, el óxido nitroso y los anestésicos
inhalatorios, son menos frecuentes, pero poseen un potencial de dependencia descrita en la literatura 41-43.

Verificamos el distanciamiento de la familia, de los amigos y de actividades de ocio, alteraciones del humor,
episodios de rabia, irritabilidad y hostilidad, una permanencia mayor en el hospital incluso cuando están
descansando, más atenciones a llamadas extras, negativa a aceptar los descansos, frecuentes idas al baño,
pérdida de peso, palidez y requisiciones aumentadas de fármacos opioides o cantidades inapropiadas para casos
específicos 39,44,45.

La adicción y el abuso al alcohol por rutina demoran años para hacerse notar 31,35,36. Por eso, se recomienda
que los profesionales con un alto grado de sospecha reciban una atención, en términos de diagnóstico y
tratamiento, por psiquiatras especializados en abuso de sustancias 45.

La mayoría de los estudios está de acuerdo en que el ingreso en una clínica de rehabilitación, donde se secunde
un protocolo compuesto por un proceso de desintoxicación, monitorización de la abstinencia, educación
intensiva sobre el tema, inserción en grupos de ayuda y psicoterapia, es fundamental. El alta asociada al contacto
periódico con el equipo asistente y la monitorización frecuente de la abstinencia por medio de test de orina, es
fundamental, además del apoyo de los grupos de autoayuda, como los Alcohólicos Anónimos y Narcóticos
Anónimos 39,45. Ha quedado demostrado que un 25% de los anestesiólogos en tratamiento van a presentar, al
menos, un episodio de reincidencia 38,37,46.

El pronóstico de esos profesionales fue estudiado en 1990 con 180 casos de dependencia química en
anestesiólogos. De esos casos, 13 (7%) murieron por daños cerebrales. De los 167 restantes, 113 (67%) lograron
volver a la anestesiología. Los dependientes de opioides tuvieron solamente un 34% de éxito en retomar la
profesión; de los 66% restantes, 25% fallecieron. Los usuarios de alcohol y otras drogas, tuvieron tasas de
recuperación de un 70%; de los 30% restantes, 13% fallecieron 47.Por

lo tanto, existe la necesidad de un diagnóstico, de un apoyo y de un tratamiento al anestesiólogo que está bajo
riesgo o que ya presenta dependencia química 48.
Conclusiones

El control de los riesgos ocupacionales a los cuales los anestesiólogos están expuestos diariamente, es necesario
para evitar accidentes y/o el desarrollo de enfermedades que muchas veces llegan a ser incapacitantes.

El esfuerzo conjunto de los anestesiólogos y de los gestores hospitalarios es de vital importancia para el desarrollo
de un local de trabajo adecuado y con riesgos reducidos para la buena práctica de la anestesiología, lo que
contribuye para la disminución del absentismo, la mejoría de la asistencia prestada al paciente y de la calidad de
vida del anestesiólogo.

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Impacto de las condiciones laborales en la salud de trabajadores de un centro quirúrgico*

Impact of working conditions on the workers´health in a surgical center

Fernando TomasinaI; Elizabeth BozzoII; Elizabeth ChavesIII; Francisco PucciIV

IProfesor Agregado. Hospital de Clínicas. Facultad de Medicina. Universidad de la República Uruguay.

IILicenciada en Enfermería. Hospital de Clínicas. Facultad de Medicina. Universidad de la República Uruguay.

IIIAsistente. Hospital de Clínicas. Facultad de Medicina. Universidad de la República Uruguay.

IVProfesor Agregado. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República de Uruguay.


RESUMEN

Introducción El origen del presente trabajo fue abordar el complejo problema de las condiciones de trabajo y su
impacto en la salud de los trabajadores, desde una perspectiva interdisciplinaria y con la participación de los
propios trabajadores.

Objetivos Conocer las condiciones laborales de los trabajadores del Centro Quirúrgico del Hospital de Clínicas,
identificar los procesos peligrosos-saludables así como el perfil de salud-enfermedad.

Métodos La investigación se desarrolló en el Centro Quirúrgico del Hospital Universitario. Es un estudio


descriptivo con aplicación de técnicas de entrevista y encuesta colectiva con un abordaje cualitativo en el marco
de una investigación de participación-acción.

Resultados Entre los resultados más importantes se destaca la carencia de condiciones favorables en cuanto al
acondicionamiento térmico, ventilación e iluminación. La existencia de riesgos físicos, químicos y biológicos que
determinan un perfil de carga complejo que interactúa con los trabajadores en toda su integridad, por lo que es
visto por ellos como un riesgo elevado para su salud. El perfil de salud-enfermedad percibido corresponde a
alteraciones vinculadas a la visión, irritación de piel y mucosas, cuadros alérgicos y problemas osteoarticulares.
Como proceso mórbido poco definido pero frecuente se encontró el cansancio. En cuanto a las lesiones agudas
se destacaron los accidentes con objetos corto-punzantes y los traumatismos.

Conclusiones En el Centro Quirúrgico se genera un proceso de cambio, iniciado desde la identificación de


procesos positivos y/o negativos en relación con la salud, aspecto central en la construcción de estrategias de
promoción de la salud de los trabajadores.

Palabras clave: Salud de los trabajadores, Centro Quirúrgico, investigación participativa, mapa de riesgos.

ABSTRACT

Introduction The origin of the present paper was to deal with the complex problem of working conditions and
their impact on the occupational health from an interdisciplinary perspective, and with the involvement of the
workers.

Objectives To learn about the working conditions of the surgical center workers in Hospital de Clínicas and to
identify the healthy and dangerous processes as well as the health-disease profile.

Methods the research work was carried out in the surgical center of the University Hospital. It was a descriptive
study involving interviews and group surveys, with a qualitative approach within a participation-action research
context.

Results The most important results revealed lack of favourable working conditions in terms of heat conditioning,
ventilation and lighting. Physical, chemical and biological risks determine a complex profile of burden that affects
the workers, who considered it as an important risk for their health. The perceived health-disease profile was in
line with visual disorders, skin rash, allergic and osteoarticular problems. It was found that tiredness was a poorly
defined but frequent morbid process. Regarding acute lesions, accidents caused by sharp implements and
traumas were the most outstanding.
Conclusions A process of changes occurred in the surgical center after the identification of positive and/or
negative processes in relation to health, which is a central issue in the design of occupational health promotion
strategies.

Key words: Occupational health, Surgical Center, participatory research, risk map.

INTRODUCCIÓN

El origen del presente trabajo fue abordar un problema complejo, desde una perspectiva interdisciplinaria y con
la participación de los propios trabajadores.

La complejidad de la temática está determinada por el propio objeto de la investigación, las condiciones de
trabajo y su impacto en la salud de los trabajadores. Esta relación no se puede analizar desde una única
perspectiva. De ahí que los objetivos planteados fueron: conocer las condiciones de trabajo de los trabajadores
del Centro Quirúrgico del Hospital de Clínicas e identificar los procesos peligrosos- saludables y el perfil de salud-
enfermedad.

Marco de referencia

Se reconoce a la salud de la población como un producto social. En los trabajadores, en particular, está
determinada principalmente por el trabajo. Desde esta perspectiva el trabajo es una actividad central y exclusiva
del ser humano que sustenta su desarrollo y organiza la vida social.1

Por lo tanto, resulta necesario el estudio de la categoría trabajo para conocer la salud de los trabajadores.

El análisis de las condiciones de trabajo en los servicios de salud es técnicamente complejo y en general poco
considerado en las políticas de gestión de los servicios.2

Por tal motivo, existe la necesidad de la triangulación metodológica entendida como la combinación de varias
técnicas y procedimientos bajo un riguroso referente epistemológico.3
Por otra parte, "nuevas expresiones" en la salud de los trabajadores como el estrés, el acoso (mobbing) y el
síndrome de estar quemado, no son más que nuevos emergentes de la relación entre trabajo y salud.

Estas "expresiones" tienen una fuerte vinculación con la organización laboral y con el contenido del trabajo
(paciente sujeto-objeto).4

En el sector de la salud la precarización laboral, consecuencia de las políticas de flexibilización y desregulación del
trabajo, pueden ser considerados como nuevos estresores para los trabajadores.

En este sentido, el impacto de estas políticas en el hospital universitario es similar a la situación que acompañó a
los diferentes procesos de desmantelamiento del aparato estatal en América Latina.

Como bien dice Jaime Breilh: "Desde mediados de la década anterior se ha impuesto en los países de América
Latina, una estrategia empresarial de remodelación estatal que tiene profundas repercusiones sobre las
posibilidades del desarrollo de la Salud Publica".5

El Hospital de Clínicas es un gran centro hospitalario, creado en el contexto del desarrollo del Estado de Bienestar
Social. Es el único centro de salud universitario del Uruguay, con ingresos que provienen del presupuesto público,
correspondientes a la Universidad de la República. Forma a los médicos, enfermeras y demás trabajadores de la
salud y presta asistencia médica gratuita a los sectores más desfavorecidos de la sociedad uruguaya.

Debido a la reducción del gasto público, "recortes presupuestales" decididos en las ultimas décadas, las
condiciones de trabajo del hospital han sufrido un lógico deterioro.

La escasez de recursos obliga a continuas adaptaciones de las rutinas organizacionales, a desafíos diarios de la
práctica laboral, tanto para los técnicos como para los trabajadores no especializados.

MÉTODOS

El presente trabajo tiene un abordaje cualitativo, en el marco de una investigación de participación-acción.

Las técnicas aplicadas a partir de un diseño basado en la triangulación metodológica fueron las siguientes:
- Entrevistas a informantes calificados desarrolladas en el mismo lugar de trabajo, abierta, con la utilización de la
grabación para su registro.

- Encuesta colectiva: se aplicó una encuesta de llenado colectivo.

Inicialmente se conformaron grupos homogéneos en el centro quirúrgico. El criterio utilizado para la


conformación de los grupos fue según categoría laboral (técnicos de enfermería, licenciados en enfermería,
auxiliares de servicio general, instrumentistas y practicantes internos de enfermería) e igual turnos de trabajo.

El formulario de encuesta colectiva, fue completado por cada uno de los grupos, con la indicación de que se
llenara preferentemente por consenso. Esta técnica se denomina validación consensual, según el clásico modelo
obrero italiano de intervención social que permite, desde esta perspectiva, la objetivización de la subjetividad del
saber obrero. En caso de no existir el consenso se consigna la opinión por mayoría simple.6

A partir del trabajo de los grupos homogéneos, con el llenado de la encuesta colectiva, se elaboró un mapa de
riesgos donde se identificaron básicamente los procesos peligrosos a lo que están expuestos los trabajadores. La
presentación de la información se consolidó con la elaboración de los procesos peligrosos y de los perfiles de
salud-enfermedad de los grupos.

RESULTADOS

El Centro Quirúrgico se ubica en el piso 17 del Hospital de Clínicas, cumple funciones de asistencia, docencia e
investigación. La población que atiende son los usuarios del Hospital de Clínicas, es decir personas mayores de 14
años provenientes de Montevideo y del interior del país. La producción, medida en base a número de
intervenciones realizadas en año 2004 fue cercana a las 3 000 intervenciones anuales, a razón de 200
intervenciones mensuales y de 10 a 12 diarias Los recursos humanos con que cuenta el sector son los siguientes:
Equipo médico: anestesistas y cirujanos. Equipo de enfermería: licenciadas de enfermería (un jefe, 4 operativas y
una en economato), auxiliares de enfermería: (en sala, anestesia, preparación de material-anestesia), internas de
enfermería, instrumentistas y auxiliares de servicios generales (mensajería, limpieza y preparación de material).4

Proceso de trabajo
En trabajos anteriores,7 el Hospital de Clínicas se muestra como una organización compleja. La institución
hospitalaria produce, necesariamente zonas de riesgo permanentes, debido a la imposibilidad de lograr una
adaptación ajustada a las diferentes y contradictorias necesidades que le exige tanto el medio interno como el
externo. La presencia de riesgos sistémicos obliga a que exista, en el hospital, un proceso permanente de
selección de riesgos, a partir de la imposibilidad de alcanzar un nivel de riesgo cero. La selección de riesgos se
constituye en un proceso de construcción social implícito, donde intervienen los códigos dominantes en la
institución y los diferentes intereses y valores de los grupos y segmentos laborales presentes en el hospital. Una
de las primeras dificultades que muestra el análisis es que, debido a las transformaciones que se produjeron en el
sistema de salud uruguayo, en el hospital parecen coexistir diferentes fuentes de legitimidad: la estructura formal,
el conocimiento técnico y el conocimiento práctico, entre otros. La presencia de estas diferentes fuentes de
legitimidad parece tener múltiples consecuencias, en algunos casos implica una constante negociación de las
reglas de cooperación en el trabajo lo que se traduce en la existencia, en algunos sectores, de demandas
contradictorias, en la medida en que no se logran construir reglas de funcionamiento consensuales. Por otro lado,
la ausencia de un sistema de autoridad claramente establecido, sobre el cual se asiente la legitimidad de las reglas
de cooperación y de autoridad, genera procesos de regulación autónoma entre los trabajadores. Las normas de
funcionamiento y las rutinas laborales son creadas y sostenidas, en numerosas ocasiones, por los propios
trabajadores, por lo que se crean espacios de regulación que guardan importantes grados de autonomía en
relación con las normas establecidas del hospital. Estos espacios de regulación autónoma permiten que el trabajo
del hospital, pese a su complejidad, se realice, pero son, al mismo tiempo, un espacio que genera zonas de riesgo
permanentes. En las diferentes entrevistas a informantes clave se percibieron conflictos entre grupos de
trabajadores del centro, al interior de los grupos y hacia el resto de los servicios hospitalarios.

La jefatura del sector proporcionó una síntesis de las actividades diarias que realizan los trabajadores del sector:

El proceso comienza en el sector de enfermería, vemos las novedades de hospital, después se viene al sector…
trabajamos en conjunto, trabajamos en la coordinación, nos cambiamos en el piso 18 y luego entramos al block,
bueno primero vemos el cuaderno de novedades, se ven los productos materiales, se ve el tema de anestesia, se
ven todos los aspectos de coordinación con el personal de sala y la coordinación en cuanto al equipo médico, y
siempre hay cuestiones administrativas, estamos coordinando los cursos, las planillas del mes que viene..... Uno
de los problemas más complejos que debe enfrentar la jefatura es el problema de la rotación del trabajo y la
constitución de turnos fijos. El fenómeno del doble empleo, muy común entre los trabajadores de la salud, y las
diferentes cargas de trabajo que tienen los diferentes turnos, generan tensiones y conflictos permanentes entre
los trabajadores y entre estos y el personal de jefatura. En este momento estamos tratando de reflotar el sistema
de alfombras, todo el mundo quiere la noche y al vespertino no lo quiere nadie, la alfombra es la distribución de
días y turnos con las personas, se hace con tiempo para que la persona sepa con antelación, el tema es que acá
todos tienen doble trabajo, las instituciones privadas rotan a todo el mundo y eso nos repercute acá, y algunos
funcionarios no quieren cambiar nunca y así empiezan todos los conflictos, al final tenemos que rogarle a todo el
mundo. Lo más equitativo parece ser lo de la alfombra, también estamos viendo la descripción de tareas y lo que
marca la normativa... Si bien existe una propuesta de gestión que intenta ser flexible, el contexto ha limitado el
alcance. La percepción de los trabajadores en relación con la organización del trabajo es negativa, en la medida en
que mayoría considera que afecta la salud. En particular, los trabajadores perciben que en el turno vespertino
sufren cargas adicionales de trabajo que generan daños a la salud. Allí se acumulan esas situaciones, allí entran
urgencias y emergencias, se trabaja a dos salas por vez, la gente se pasa quejando, te vas fundida de aquí..., el
vespertino es tierra de nadie, de noche igual, el cirujano opera y se va, es todo muy problemático, respecto a
quién pasa el paciente....
También se percibieron dificultades en la relación con otros servicios de la institución, en especial con el sector de
mantenimiento y con el lavadero de ropa. En enfermería antes no funcionaba por departamentos, hace 3 años
se departamentalizó y hay uno de cirugía, otro de medicina; entonces la directora de nuestro departamento
impulsó lo que es la unión de todas las cirugías, eso ha mejorado mucho la relación con los pisos de cirugía, por
ejemplo. Hay dificultades con los servicios de apoyo, rayos, centro de materiales, etc. Por ejemplo con
mantenimiento… que no se puede mantener así…., lo mismo ocurre con lavadero, por el tema de la ropa, que no
es sólo por el tema del sector.

El análisis de las entrevistas permitió observar que también existían conflictos en el grupo de trabajadores del
Centro Quirúrgico, de orígenes muy variados. Una fuente permanente de conflictos era la distancia entre las
tareas prescriptas para el puesto de trabajo y las tareas que efectivamente debía realizar el trabajador. Tal como
han mostrado diferentes autores, "este es un problema típico de cualquier organización del trabajo", pero que en
este caso adquiere características específicas debido a las complejidades de las tareas del Centro Quirúrgico y a las
condiciones en que se desarrollan:

Hay un problema, sobre todo a nivel de los médicos, por ejemplo la licenciada tiene que estar pendiente que el
anestesista vaya a la sala, avisarle que está todo pronto, otra cosa es porque no vino la historia anterior y el
paciente viene sin ella, ello implica andar atrás de las historias y esas no son funciones que le corresponden a la
nurse, otra cosa es coordinar una tomografía y tenemos que hacer las tares de secretaria que no tenemos que
hacer y así perdemos nuestras funciones.

Otra fuente de conflictos eran los procesos de valorización-desvalorización que se establecieron entre las
diferentes categorías de trabajadores. Estos procesos tienen su origen en la redefinición de tareas y de
competencias que se estableció en la organización del trabajo del Centro Quirúrgico:

Antes había gente que adoraba instrumentar, como que se necesita revalorizar en los que que daron, sienten el
cargo con inferioridad y así piensan que hoy sirven al instrumentista. El instrumentista no se luce, en el caso del
paciente donde parecemos astronautas. Además el paciente viene desnudo si vos no tenés alguien que te reciba
de buena onda...., la enfermera está para contener. La valorización a partir de la tarea, recogiendo los valores
históricos de cuidar, servir, en expresiones como el "sentido de servir", parece más valorable el cargo de
enfermería que depende más de lo técnico.

Las relaciones de poder implícitas o explícitas que están presentes en las relaciones entre el grupo de enfermeras
y el grupo de instrumentistas, eran un obstáculo para la integración de una perspectiva unificada en torno al
riesgo. El sentimiento de desvalorización es la expresión de relaciones de poder marcadas por fuertes
desequilibrios y por la ausencia de criterios de legitimidad compartidos por todos los grupos del hospital. En este
contexto, la cooperación en el trabajo es sustituida por la desconfianza, los conflictos implícitos o explícitos entre
los diferentes grupos laborales y la inseguridad en relación con los riesgos sistémicos. La homologación del título
de instrumentista, generado por decisión de las autoridades universitarias, estableció una diferencia entre las
antiguas enfermeras y las que accedieron a este título. Este corte se agravó por el hecho de que, en algunos casos,
se reconoció y validó el título no a través de estudios formales sino en función de una cantidad determinada de
años trabajados, lo que generó fuertes críticas de aquellos que tenían mucho tiempo en la profesión pero no
alcanzaron el límite establecido:

Es un tema de reconocimiento del título, pero recién ahora se vio, se agudizó hace poco, se le empezó a dar
importancia al tema, en el grupo viene hace tiempo, eso vino mal parido, el tema fue la homologación, no lo
dieron parejo para toda la gente que estaba en el block,…creo que erraron en los criterios, esto generó conflictos
entre los pares, hubo gente con años de estudio y por meses quedaron afuera de la homologación...La
diferenciación interna de categorías y el desarrollo de nuevas funciones en la organización del trabajo del Centro
Quirúrgico estableció un espacio de competencia y de luchas por el poder entre el grupo emergente y los grupos
establecidos con anterioridad. Además la gente que pasó a desempeñar estos cargos, tiene algo en contra de la
enfermería, ellos sienten que están compitiendo con las enfermeras, ellas las instrumentistas, su aspiración es
quedarse con la gestión del block, del economato; otro tema es el programa de las instrumentistas, eso lo
estamos viendo, ellos en la carrera quieren aprender a circular, aprender anestesia. Todo esto se homologó en
base a la creación de la carrera universitaria, esto pasó hace 3 años, pero generó un conflicto humano.

Las entrevistas mostraron también la tensión clásica que se establece en las instituciones hospitalarias entre las
enfermeras y los médicos. Esta tensión se expresa en las dificultades para establecer rutinas de trabajo y espacios
de comunicación que complementen y hagan más fluida la relación. Las rutinas de trabajo de los médicos tienen
como consecuencia, en opinión de las enfermeras, una sobrecarga de trabajo, en particular en algunos turnos:

Hay una diferencia entre el cirujano general y los especialistas, a un ginecólogo no le interesa el problema del otro,
se creen los dueños de la sala, nos afecta directamente, porque sabemos que tenemos capacidad para dos salas,
hay un problema entre los médicos, eso lo vemos en el vespertino, la gente no quiere venir a trabajar. Allí se
acumulan esas situaciones, allí entran urgencias y emergencias, se trabaja a dos salas por vez, la gente se pasa
quejando, te vas fundida de aquí y además no hay mayor colaboración, el vespertino es tierra de nadie, de noche
igual, el cirujano opera y se va, el neurocirujano ve solo la cabeza, es todo muy problemático, respecto a quien
pasa el paciente, lo termina haciendo el residente.

Estos conflictos también se expresaron en dificultades de coordinación entre la labor médica y el trabajo de las
enfermeras, lo que implica que estas tengan que asumir funciones y tareas que no se corresponden con la
definición formal de su puesto de trabajo.

La existencia de demandas contradictorias, aspecto que se da especialmente en el trabajo de las enfermeras,


generó en los trabajadores respuestas autónomas, que desbordaban las normas técnicas establecidas para el
trabajo asistencial y que construyeron espacios regulados por normas establecidas por los propios trabajadores.
Estos espacios de autonomía se transformaron en una carga que los propios trabajadores asumieron por
necesidad, pero que rechazaban como mecanismo permanente del proceso de trabajo. El interés que tenían los
trabajadores en establecer una regulación clara y estable del proceso de trabajo, se fundó en este permanente
estado de conflicto que se dieron en los espacios de regulación autónoma. Por otro lado, la falta de comunicación
y la ausencia de confianza dificultaron la traducción entre la lógica técnica de los médicos y la lógica práctica de los
trabajadores. El ausentismo crónico es otro de los problemas ligados a la organización del trabajo del Centro
Quirúrgico, aunque es también un problema general del funcionamiento laboral de todo el Hospital de Clínicas:
Cuando vimos el aspecto de capacitación, quienes más participaba era enfermería, en sala está la circulante, la
instrumentista, en cuanto al ausentismo lo perciben elevado... El que pesa es por certificaciones médicas, por
faltas no es importante, la gente es conciente, si se certifican es otra cosa. Por otra parte, el creciente aumento de
las exigencias, la falta de recursos y el propio ausentismo, tienen como consecuencia el sobre-trabajo para la
mayoría de los trabajadores. El desbalance entre ausentismo y sobre trabajo es un factor de riesgo permanente
en la institución en diferentes dimensiones.

Por un lado, el sobre-trabajo amplió las posibilidades de accidentes debido al aumento en la intensidad del ritmo
de trabajo y a la fatiga que provoca. La incertidumbre y la desconfianza en las normas institucionales eran
también fuentes de riesgo permanente, en la medida en que vuelven cada vez menos predecibles los
comportamientos de los individuos en los procesos de trabajo. Al mismo tiempo, el ausentismo crónico era un
factor de desarrollo de normas y valores grupales que compensaron esta deficiencia estructural y aseguraron la
cohesión del grupo y la posibilidad de cumplir con las tareas.

Este conjunto de normas y valores elaborados autónomamente por los grupos de trabajo del hospital permitió el
desarrollo de respuestas colectivas que redujeron los componentes de riesgo sistémico presentes en la
organización.

En relación con los aspectos saludables existe un gran sentido de pertenencia hacia la Universidad visualizado en
expresiones como:

Se transmiten una gran unión, y la posibilidad de desarrollarse profesionalmente a pesar de las condiciones
materiales desfavorables en que se desarrolla el trabajo.

Algunas de las entrevistadas expresaron que visualizaban al trabajo como un constructor de identidades. Tal
como se ha analizado para otros casos, existen en toda organización, actitudes individuales o grupales que se
desarrollan como respuesta a las situaciones de riesgo.8 La cohesión grupal, el desarrollo de fuertes identidades
sectoriales o estamentales y la elaboración de normas internas del grupo eran la respuesta colectiva de este
conjunto de trabajadores frente a las situaciones de riesgo estructural con la cual convivían a diario. Estos
componentes afectivos y normativos permiten que la tarea se cumpla, pese a las condiciones en que se realiza, y
que se asegure la continuidad y estabilidad del grupo de trabajadores. Constituye una adaptación colectiva al
riesgo sistémico que no puede ser resuelto por la organización. El desarrollo de espacios de regulación autónoma
también tiene aspectos positivos: la autonomía que tienen los trabajadores está profundamente asociada a la
satisfacción en el trabajo que se encontró entre los trabajadores del hospital. Pese a las exigencias del trabajo y a
los bajos salarios, la presencia de desafíos permanentes, eran una fuente de motivación y de cohesión grupal. La
elaboración de fuertes valores de solidaridad y de culturas grupales específicas, eran condiciones imprescindibles
para mantener la continuidad de la tarea y para enfrentar los riesgos permanentes que están presentes en la
institución. Estas culturas de grupo suplían las carencias materiales, organizacionales y cognitivas de los
trabajadores y generaron las condiciones para establecer relaciones de confianza en las rutinas cotidianas. Otra
dimensión positiva del trabajo, era el interés en capacitarse para desarrollar actitudes y comportamientos más
adecuados para la compleja tarea de atender pacientes:
También estamos trabajando el tema del curso de formación, que apunte a combatir la idea de "obrero fabril"
que parecen tener algunos trabajadores, esto pasa por no tener como fin al usuario y también hacer pensar que
es lo que siente quien está en una cama, que es lo que la gente espera cuando está mal. La falta de formación
especializada para los trabajadores de los diferentes servicios considerados, es también un obstáculo al desarrollo
de rutinas laborales que reduzcan el riesgo sistémico. Sin embargo, la experiencia laboral y la adhesión a las
normas grupales pueden compensar esta falta de formación y constituirse en factores de aprendizaje de la
gestión del riesgo. La jefatura de enfermería percibe que el conflicto vivido en el año 2004, contribuyó a que el
personal técnico las "viera" como parte integrante del grupo de trabajadores del block y "no como patronal". Se
generaron espacios de coordinación entre la jefatura y el resto del personal, logrando pautas de trabajo
consensuadas. También se percibió la construcción de relaciones de confianza que paradójicamente durante el
conflicto actuó como motor de integración interna. En un momento del conflicto los auxiliares las veían a ustedes
como patronal, lo hacían como patronal, la visión que se percibía respecto a ustedes es la patronal, hay una
separación clara, ustedes estaban preocupadas por la desvalorización de la enfermera llamada tradicionalmente
la "circulante", el hecho era sacar la palabra circulante, eso las tenía preocupadas.

La actitud hacia el riesgo estaba fuertemente ligada al desarrollo de relaciones de confianza entre los actores
involucrados en su gestión. Tal como señala Karpik 9 la construcción de relaciones de confianza pasa por un
período previo de confrontación y negociación. En este proceso son centrales las relaciones que se establecen
entre trabajadores y mandos jerárquicos. En este sentido, la construcción de relaciones de confianza se puede
entender como un aprendizaje organizacional que modifica la gestión de las situaciones y las situaciones en sí
mismas.10 La organización evoluciona de un contexto de incertidumbre, en el cual las posibilidades son exógenas
a quien decide, a un contexto en el cual las posibilidades son construidas por los actores que solventan no
solamente cual es la mejor opción sino cual es la lista de opciones posibles. La construcción de relaciones de
confianza parece estar asociada a procesos complejos. Se inscriben en contenidos sociales profundos, que
requieren de un proceso de aprendizaje organizacional largo y complejo, marcado por el conflicto y la
negociación, hasta lograr un comportamiento ajustado a normas consensuadas. En ese sentido, la creencia en la
legitimidad de los mandos directos del trabajo es un factor que contribuye positivamente en este proceso.

Construcción del mapa de riesgo

La segunda técnica utilizada fue la elaboración de un mapa de riesgo a partir de los resultados de la encuesta
colectiva aplicada a los trabajadores del Centro Quirúrgico. Para la construcción de este mapa de riesgo se
formaron grupos homogéneos en los cuales participaron 32 trabajadores pertenecientes a diferentes categorías
laborales, de un total de 103, no participaron los médicos. Luhmann, 11 entre otros, ha marcado la importancia
de los procesos de percepción, valoración y selección de riesgos que realizan los actores en los diferentes
contextos de las sociedades contemporáneas. La percepción y la valoración que los actores tienen de los riesgos
están determinadas socialmente por los valores y las normas del grupo al que pertenecen. Estas actitudes
determinan cuales son los riesgos considerados y cuales son las conductas asociadas a la presencia de los riesgos
seleccionados. Esto no significa, para Luhmann, que el proceso de selección de riesgos sea realizado de acuerdo a
criterios técnicos o racionales. Es un proceso en el que entran en juego los valores, las interpretaciones y los
códigos de funcionamiento de los diferentes grupos sociales. La valoración y aceptación del riesgo no es un
problema psíquico sino fundamentalmente social. La conducta individual frente al riesgo implica una adecuación
a las expectativas socialmente mantenidas por los grupos de referencia relevantes o bien una respuesta que es la
consecuencia de procesos de socialización específicos. En este sentido, el mapa de riesgos ofrece un panorama
general de cuales son los riesgos más percibidos por los trabajadores, qué valoración realizan de ellos y, de
manera indirecta, cuales son los procesos de selección implícitos que se establecen en los procesos de trabajo del
Centro Quirúrgico del Hospital de Clínicas. A fin de analizar estos procesos se agruparon en los clásicos factores de
riesgos y se caracterizaron según grado de peligrosidad así como daños percibidos y medidas de control (figura).

Grupo 1. Microclima

En relación con los factores relacionados con el comfort, los trabajadores percibieron molestias de moderadas a
fuertes con respecto a la temperatura ambiental. Se destacó que la ventilación no es adecuada y se percibió
como generadora de malestar psico- físico, malos olores y preocupación por contaminación. Se identificaron
problemas en la iluminación del área, en particular por contraste e intensidad no adecuada, que dificultan la
tarea. Fueron percibidos trastornos de la visión y cefaleas. Globalmente los grupos consideraron que el
microclima físico genera discomfort.

Grupo 2. Contaminantes

Se identificaron en los grupos los siguientes contaminantes clasificados según su naturaleza.

Físicos. El contaminante de mayor presencia era el ruido que proviene de diferentes fuentes tales como equipos,
aparatos y voz humana, es percibido como permanente en un nivel de peligrosidad considerado como molestia
fuerte. Los daños identificados se relacionaban con dificultades en la comunicación y el stress. En relación con las
vibraciones, eran percibidas como molestias moderadas para los colectivos de auxiliares de enfermería e
instrumentistas. Estas vibraciones, a su vez, dificultaban la concentración. Las radiaciones eran percibidas como
un problema importante por aquellos trabajadores que actúan en las salas (instrumentistas, enfermería), por lo
que manifestaron que conocían los posibles daños.

Químicos. Con respecto a los contaminantes químicos, las sustancias mayormente utilizadas eran gases
anestésicos, desinfectantes y antisépticos, de uso diario. Las sustancias eran identificadas como generadores de
molestias fuertes, traducidas como irritación de piel, mucosas y cuadros alérgicos.

Biológicos. Hay una diversidad de exposición a agentes biológicos: bacterias, virus y hongos. El contacto directo
era a través de sangre y fluidos corporales lo que determinó una percepción de nocividad para el colectivo. Existió
la percepción acerca de la posibilidad de contraer infecciones.

Grupo 3. Carga física


La carga estática se tradujo a través de las posturas que se asumían durante la jornada laboral. La posición más
frecuente era la de pie y los brazos en extensión frontal y por encima del hombro. En relación con la carga
dinámica, los desplazamientos eran frecuentes dentro del servicio para todos los trabajadores en una diversidad
de distancias. Los desplazamientos fuera del servicio se relacionaron con los colectivos que acompañaban a los
pacientes, provisión de material y mensajería. Los daños percibidos por los trabajadores estaban expresados en
cansancio, dolores musculares y problemas osteo-articulares. El proceso de trabajo exige manipulación de pesos
que oscilaban entre los 3 a 150 kg. que correspondían al manejo de pacientes, aparatos, balones, equipos, mesa
de operaciones y atados de ropa sucia. Las distancias de desplazamiento con pesos eran desde 5 a 200 m dentro
del servicio y distancias diversas según el sector del hospital al que debían dirigirse. Para el traslado de cargas, se
utilizan carros y camillas en general en condiciones deficitarias relacionadas con los rodamientos. La percepción
de peligrosidad era entre leve a moderada.

Grupo 4. Carga Mental

La carga mental enfatiza la atención y la minuciosidad como elementos de peligrosidad elevada relacionada con
la atención al paciente y el manejo de sustancias. Este trabajo requiere de exigencias relacionadas con el tiempo,
en tareas repetitivas que permiten alterar el orden sin dejar de cumplir con lo establecido. El descanso y las
pausas pueden ser utilizados por todos los grupos según tipo de proceso de trabajo. Los turnos eran rotativos con
excepción de las licenciadas e internas, las rotaciones se conocían de antemano, en general las establece el jefe
y/o son de mutuo acuerdo. El ritmo de trabajo se consideró como muy alto, salvo las instrumentistas que lo
consideran moderado. Los imprevistos repercutían en todos los grupos retrasando las actividades pautadas. Este
tipo de trabajo permitió la relación entre los trabajadores como así también elevar propuestas a la jefatura o
compañeros de trabajo. La supervisión era continua en el caso del economato, instrumentistas e internas, y
esporádicamente en el caso de auxiliares de enfermería y auxiliares de servicios generales. Mayoritariamente
pueden retirarse del lugar de trabajo con autorización, salvo el personal de enfermería El descanso generalmente
se utiliza para la alimentación que se realiza en el comedor y con compañeros de trabajo. La percepción de la
peligrosidad era de moderada a alta.

Grupo 5. Seguridad

En relación con las condiciones de seguridad contra incendio, la mayoría identificó los extintores, algunos
señalaron escaleras laterales y cursos de capacitación. En relación con la seguridad referida al mantenimiento de
equipos y aparatos, este era esporádico y externo. Las condiciones de uso de los equipos era adecuado ya que se
usaban para el fin para el que fueron diseñados y algunos identificaron dispositivos de seguridad. El personal al
ingreso generalmente es orientado en el servicio por compañeros o persona a cargo, con una duración de entre 3
a 6 meses. El área de trabajo no era percibida como cómoda en los grupos de enfermería y economato por las
distancias que debían recorrer. Se identificaron riesgos eléctricos relacionados con la seguridad. El grado de
peligrosidad percibida era entre moderada y severa. El tipo de protección personal de uso más frecuentes eran
guantes, sobre-túnica y tapabocas Los accidentes y enfermedades profesionales que se recordaban eran
accidentes con materiales corto punzantes y traumatismos; así como lesiones osteoarticulares.
Sin duda el desarrollo de investigación participativa para el conocimiento de los procesos peligrosos y/o
saludables para la salud suponen el primer paso para la elaboración de estrategias de defensa de la salud de los
trabajadores. En particular en el Centro Quirúrgico se generó un proceso de cambio, iniciado a partir de identificar
los procesos positivos y o negativos en relación con la salud del trabajador, porque resulta ser un elemento
central en la construcción de estrategias de promoción de la salud. Esta última afirmación destaca que en el
proceso de promoción es esencial el empoderamiento del trabajador, gestado en la participación en todas las
etapas de la investigación. Sin embargo, se debe destacar, como limitante del trabajo, la ausencia de la
participación del colectivo médico.

La convergencia entre los conocimientos científico-técnico de la salud ocupacional y del conocimiento práctico y
del medio ambiente por parte de los trabajadores, suelen surgir soluciones sencillas para la detección-eliminación
y control de los procesos peligrosos laborales, a la vez de fortalecer los efectos beneficiosos identificados en el
proceso de trabajo [Tomasina F, Levin R. La salud ocupacional en Uruguay: experiencias de extensión
universitaria. VIII Congreso Latinoamericano de Medicina Social (ALAMES). Habana,Cuba]. De la información
obtenida a partir de la aplicación de las diferentes técnicas es posible construir procesos que actúan
favorablemente en la salud de los trabajadores del Centro Quirúrgico y otros procesos que interactúan
simultáneamente en forma destructiva. Los aspectos saludables que se destacan se relacionan con el sentido de
pertenencia hacia la Universidad que tiene este colectivo.

También se ha destacado como protector, a manera de polo positivo del trabajo, la valorización a partir de la
tarea, que recoge los valores históricos del trabajador de la salud, de cuidar y/o servir a otros. Se visualiza al
trabajo, en relación con la identidad, como su formador. La percepción de los procesos saludables se expresan
mayoritariamente a través de sentimientos de compañerismo, respeto y solidaridad. Dentro del perfil destructivo
se destaca la existencia de conflictos entre grupos de trabajadores del centro y hacia el resto de los servicios
hospitalarios, que es percibido como generadora de cargas adicionales para el trabajo. En cuanto a las
condiciones materiales en que se realiza la actividad, se destaca la carencia de condiciones favorables en el
acondicionamiento térmico, ventilación e iluminación. La existencia de contaminantes físicos, químicos y/o
biológicos determina un perfil de carga complejo que interactúa con los trabajadores en toda su integridad y es
percibido por ellos como un riesgo elevado para su salud. La carga física, en particular vinculada al movimiento,
levantamiento y/o traslado de pesos es otra de las condiciones que repercuten negativamente en la salud de los
trabajadores. El perfil de salud-enfermedad percibido está definido en alteraciones vinculadas a la visión, que se
acompañan de cefaleas. La irritación de piel y mucosas y los cuadros alérgicos son también manifestaciones
mencionadas, así como las enfermedades osteoarticulares. Existe la percepción de riesgo de infecciones. Como
proceso mórbido poco definido pero frecuente se destaca el cansancio. En cuanto a las lesiones agudas
vinculadas al trabajo se destacan los accidentes con medios cortos punzantes y los traumatismos.

REFERENCIAS BIBILIOGRÁFICAS

1. Tomasina F. Trabajo precario, desocupación y salud. Psicología y organización del trabajo III. Montevideo:
Editorial Psicolibros;2002.[Facultad de psicología].
2. Tomasina F. La salud ocupacional. Una visión critica. Psicología y organización del trabajo II. Montevideo:
Editorial Psicolibros;2001.[Facultad de psicología].

3. Betancourt O. Para la enseñanza e investigación de la salud y seguridad en el trabajo. Quito, Ecuador:


OPS/OMS;1999.

4. García O. Los riesgos psicosociales y su prevención: "mobbing", estrés y otros problemas. Madrid, España:
Centro Nacional de Nuevas Tecnologías-INSHT;2002.

5. Breilh J. Nuevos conceptos y técnicas de investigación. Guía pedagógica para un taller de metodología. Quito,
Ecuador: Centro de estudios y asesoría en salud (CEAS);1995.

6. Villegas R, Ríos Cortazar V. La investigación participativa en la salud laboral: el modelo obrero. Washington,D.C.:
OPS;1993. (serie Paltex Nº 3).

7. Pucci F. Aprendizaje organizacional para la gestión del riesgo. Uruguay: CINTERFOR, Oficina Internacional del
Trabajo;2004.

8. Guardiola A, Mercier D, Tripier P, Tuillier JN. Dérapages déontologiques et risques systémiques Journées.
Savoirs et Développement. Lyon: ISH;1998.

9. Karpik L. Dispositifs de confiance et engagements crédibles. Sociologie du Travail No. 4. Paris;1996.

10. Argyris C. Savoir pour agir. Surmonter les obstacles à l'apprentissage organisationnel. Paris: Inter Editions;1995.

11. Luhmann N. Sociología del riesgo. México: Universidad Iberoamericana;1992.

Síntomas respiratorios causados por el uso del electrocauterio en médicos en formación quirúrgica de un hospital
de México

Respiratory symptoms caused by the use of electrocautery in physicans being trained in surgery in a Mexican
hospital

María Cristina Navarro-Meza1,a, Raquel González-Baltazar1,b, María Guadalupe Aldrete-Rodríguez1,b, David


Enrique Carmona-Navarro2,c, María Guadalupe López-Cardona3,d
1 Instituto de Investigación en Salud Ocupacional, Departamento de Salud Pública, Universidad de Guadalajara,
Guadalajara, México.

2 Instituto de Patología Infecciosa, Hospital Civil de Guadalajara. Guadalajara, México.

3 Departamento de Fisiología, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara.


Guadalajara, México.

a Médico otorrinolaringólogo magister en Ciencias de la Salud en el Trabajo, b médico cirujano doctor en Ciencias
de la en Salud en el Trabajo, c médico cirujano, d médico cirujano doctor en Genética Humana.

RESUMEN

Con el objetivo de determinar la frecuencia de síntomas respiratorios entre los residentes de especialidades
quirúrgicas expuestos al humo del electrocauterio, se realizó un estudio transversal durante el mes de febrero de
2012. Se incluyeron 50 médicos residentes del tercer año, de diferentes especialidades quirúrgicas, de un hospital
de tercer nivel perteneciente al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ubicado
en Jalisco, México. La selección de sujetos fue no probabilística. Para la recolección de datos, se empleó el
cuestionario de síntomas respiratorios desarrollado en Cuba. Los síntomas más comunes fueron sensación de
cuerpo extraño (58%) y ardor faríngeo (22%). La especialidad con mayor índice de exposición fue la de
neurocirugía (24,1 min/acto quirúrgico). La totalidad de los médicos de esta especialidad tuvieron algún síntoma
respiratorio. Se concluye que la inhalación del humo del cauterio puede constituir un riesgo para desarrollar
síntomas respiratorios entre los médicos de especialidades quirúrgicas.

Palabras clave: Electrocauterio; Signos y síntomas respiratorios; Procedimientos quirúrgicos; Especialidades


quirúrgicas; Salud ocupacional (fuente: DeCS BIREME).

ABSTRACT

In order to determine the frequency of respiratory symptoms among residents from surgical specialties dures
exposed to the electrocautery smoke, a cross-sectional study was conducted in February 2012. 50 third-year
residents from different surgical specialties coming from a third-level hospital belonging to the Institute of Security
and Social Services of the State Workers in Jalisco, Mexico, were included. The subject selection was non-
probabilistic. A questionnaire on respiratory symptoms developed in Cuba was used for data collection. The most
common symptoms were sensation of a lump in the throat (58%), and a sore throat (22%). The specialty with the
highest rate of exposure was neurosurgery (24.1 min/surgical procedure). All, the physicians from this specialty
had respiratory symptoms. We conclude that the cauterization smoke may be considered a risk for developing
respiratory symptoms among physicians with surgical specialties.

Key words: Electrocoagulation; Signs and symptoms, respiratory; Surgical procedures; Specialties, surgical;
Occupational health (source: MeSH NLM).

INTRODUCCIÓN

El electrocauterio es un equipo basado en tecnología electrónica de radiofrecuencia que se emplea


continuamente en las diferentes especialidades quirúrgicas, especialmente para realizar cortes quirúrgicos. Los
electrocauterios se clasifican en monopolar y bipolar, el primero es el más utilizado por su versatilidad y
efectividad tanto para la disección como para la coagulación; además, de poder trabajar sobre superficies más
amplias, a diferencia del bipolar que solo cauteriza el tejido que se encuentra entre los electrodos (1).

El uso del electrocauterio en cirugía ha permitido reducir los tiempos quirúrgicos, disminuir el sangrado
intraoperatorio y mejorar la visibilidad durante las cirugías. Sin embargo, la combustión incompleta, producto de
la cauterización de los tejidos, genera vapor de agua y humo, dentro del cual se han podido identificar
aproximadamente 600 compuestos, tales como hidrocarburos aromáticos, policíclicos, benceno, tolueno,
formaldehido y acroleína, todos ellos con potencial carcinogénico. Al respecto, algunos estudios han señalado
que los humos quirúrgicos pueden contener gases y vapores tóxicos en los cuales se encuentran suspendidos
material celular vivo y muerto, incluyendo partículas sanguíneas e incluso virus. La composición de este humo
quirúrgico cambia en función de múltiples variables: tipo de tejido cauterizado, energía aplicada, dispositivo
utilizado, duración de la intervención, estado inmunológico del paciente, enfermedad tratada, entre otras.
Estudios in vitro advierten que el humo del electrocauterio podría tener un efecto mutagénico sobre el epitelio
respiratorio (2,3). A ello se le debe sumar que los agentes químicos resultantes de la pirolisis de los tejidos tienen
un olor desagradable, el cual, sumado a la composición del mismo, pueden ocasionar potencialmente malestar y
síntomas respiratorios diversos como ardor faríngeo, tos e irritación (4,5). Es por ello que este humo representa
un riesgo químico para todo el personal del centro quirúrgico, ya que se expande y concentra en las salas de
operaciones (6); este personal está constituidos por diferentes profesionales (cirujanos, anestesiólogos,
residentes y enfermeras); y en los hospitales docentes, además por estudiantes o internos de Medicina; todos
ellos expuestos en diferente grado a la inhalación del humo de cauterio (7,8).

En Estados Unidos se ha estimado que cada año 500 mil trabajadores se encuentran expuestos al humo
producido por el electrocauterio (9). En México no se dispone de registros apropiados para estimar la cantidad de
trabajadores que se encuentran expuestos; sin embargo, debido a las ventajas del uso del electrocauterio, es de
suponer que la exposición al humo producido durante su uso es también alta en este país. Existen escasos
estudios que evalúen los riesgos potenciales productos de la exposición a este humo en el personal que participa
en los procedimientos quirúrgicos, por lo que el objetivo de este estudio fue determinar la frecuencia de síntomas
respiratorios entre los residentes de diferentes especialidades quirúrgicas.

EL ESTUDIO
Se realizó un estudio transversal en febrero de 2012 en un hospital de tercer nivel del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ubicado en Jalisco, México. En este hospital laboran 115 médicos
residentes en entrenamiento en todas las especialidades quirúrgicas. Se cuenta, además, con siete quirófanos en
los cuales se realizan en promedio 40 procedimientos quirúrgicos por día, se estima que el electrocauterio se
emplea en, al menos, el 70% de todos los actos quirúrgicos.

Se realizó un muestreo no probabilístico, en donde se seleccionó a los 61 médicos residentes del tercer año de las
especialidades quirúrgicas, ya que esta población tiene la particularidad de ser similar en edad, sexo e inicio de
exposición al humo. Se incluyeron residentes de seis especialidades quirúrgicas: cirugía vascular, cirugía general,
ginecología y obstetricia, neurocirugía, urología, y la de traumatología y ortopedia, que ingresaron al hospital en el
año 2009.

Para el recojo de datos se construyó un instrumento que, además de los datos generales, incluyó el cuestionario
cubano de síntomas respiratorios (9), el cual ha sido validado en México, este recoge información sobre
manifestaciones nasales (ardor nasal, congestión y estornudo) y orales (ardor faríngeo, sensación de cuerpo
extraño y náuseas); a todos los participantes se les solicitó que solamente señalaran el síntoma más
representativo para cada uno, por lo que no se registró la presencia de más de un síntoma por persona. Se
registró el tiempo de exposición al humo del cauterio, para ello se contabilizo el número de eventos quirúrgicos
por especialidad, cronometrando en minutos el tiempo de uso del electrocauterio, para luego calcular una media
de todos los actos quirúrgicos, con lo cual se determinó el tiempo total de exposición. A partir de estas dos
variables se construyó el índice de exposición, dividendo el tiempo promedio de exposición por mes entre el
número promedio de actos quirúrgicos por mes. Para el análisis estadístico se calcularon frecuencias absolutas y
relativas.

El protocolo fue aprobado por el comité de investigación y ética del hospital (registro: ISSSTE/CEI/TR/2012/160),
todos los participantes aceptaron participar voluntariamente del estudio y firmaron un consentimiento
informado previo a la aplicación de la encuesta.

HALLAZGOS

De los 61 médicos residentes seleccionados se excluyeron a tres que padecían de rinitis alérgica o eran fumadores
habituales, a otros cinco que realizaron rotaciones externas a otras unidades médicas durante el tercer año, y a
tres del servicio de otorrinolaringología, por ser parte del equipo de investigación. Por lo que el tamaño final de la
muestra fue de 50 residentes.
El 86% de los encuestados fue de sexo masculino, la media de edad fue de 27 años (rango: 26-28). El 86% (43/50)
de los residentes señalaron haber presentado en algún momento alguno de los síntomas estudiados. Los
síntomas que con mayor frecuencia se presentaron fueron: la sensación de cuerpo extraño en garganta (58%
[ 29/50] ), ardor faríngeo (22% [ 11/50] ), náuseas (4% [ 2/50] ) y congestión nasal (2% [ 1/50] ). La totalidad de los
residentes de neurocirugía (13), ginecología y obstetricia (10), y cirugía vascular (3) señalaron haber presentado en
algún momento alguno de los síntomas estudiados. Las especialidades con mayor índice de exposición fueron
neurocirugía, cirugía general, y ginecología y obstetricia con 24,1; 16,9 y 4,6 minutos por cada acto quirúrgico,
respectivamente (Tabla 1).

DISCUSIÓN

Es importante señalar que los residentes de neurocirugía fueron los que tuvieron el mayor índice de exposición,
aun cuando esta especialidad realizó el menor número de procedimientos, esto debido posiblemente a que las
cirugías en esta especialidad son más prolongadas y el uso del electrocauterio es mayor que en otros
procedimientos; la totalidad de ellos, además, presentó sintomatología respiratoria. Ahora bien, la especialidad
de ginecología y obstetricia tuvo un índice de exposición mucho menor que la de neurocirugía, e igualmente la
totalidad de los residentes presentó sintomatología respiratoria. Ello no necesariamente quiere decir que el índice
de exposición es un mal indicador para medir el riesgo de exposición, consideramos que hacen falta mayores
estudios para corregir este indicador.

Existen pocos estudios que evalúen la exposición al humo del electrocauterio; sin embargo, evalúan la asociación
entre la exposición a humo producto de combustión incompleta y el ausentismo laboral. En un estudio se
encontró un ausentismo laboral debido a problemas respiratorios en el 16% de los trabajadores de una
compañía de bomberos (10). Si bien es cierto este estudio evalúa un grado de exposición mayor, demuestra que
una exposición lo suficientemente intensa o prolongada es capaz de ocasionar síntomas respiratorios e incluso
ausentismo laboral. Para nuestros fines, los profesionales de la salud se encuentran expuestos a una cantidad
menor de humo, pero por un tiempo más prolongado y de manera más constante.

Un estudio realizado en una población de 86 747 enfermeras quirúrgicas evaluó la relación entre el cáncer de
pulmón y la exposición crónica a los humos generados por electrocauterización, aun cuando no se encontró un
incrementó en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, sí se encontró un incremento en la frecuencia de
sintomatología respiratoria en este personal de salud (11). En nuestro estudio, los residentes de especialidades
quirúrgicas tenían todos un tiempo de exposición de tres años (diferenciados por el índice de exposición), aun
cuando no se haya podido observar una relación clara entre el índice de exposición y la frecuencia de síntomas
respiratorios, estudios como el mencionado nos hacen pensar que un mayor tiempo de exposición, sumado a un
mayor índice de exposición, podrían significar un incremento en el riesgo de presentar síntomas respiratorios.

Es posible que la causa de estos síntomas respiratorios sea un daño en la mucosa respiratoria producido por el
humo generado durante la electrocauterización, en este fenómeno intervendrían otros factores como la
cantidad de partículas inhaladas, sus compuestos, la densidad y duración de la exposición, y la susceptibilidad del
individuo (12,13). Es por ello que la Association of perioperative Registered Nurses (AORN) recomienda la
instalación de extractores de humo, en las salas de operaciones, lo más cercano posible a la mesa de operaciones;
además, los trabajadores deben usar equipo de protección adecuado (14). Barret et al. indicaron que el equipo
de protección personal utilizado en la actualidad ha demostrado que tienen un máximo de seguridad solo de dos
horas. Este protege de la trasmisión de fluidos, contaminación de un ambiente estéril y la protección ante un
paciente infectado; sin embargo, no proporcionan protección ante la exposición al humo del cauterio,
permitiendo que hasta un 80% de las partículas los atraviesen, por lo que recomienda el uso de equipos de
protección que contengan filtros con capa de carbón activado, ya que estos proporcionan absorción de olores,
gases y partículas, y con ello garantizan ambientes laborales saludables (15). Consideramos que en nuestro medio
aún no se tiene consciencia del riesgo que representa esta exposición, por lo mismo, no se han tomado las
medidas preventivas necesarias, las salas de operaciones no cuentan con extractores de humo adecuados y los
profesionales que participan de los actos quirúrgicos usan medidas de protección mínima.

Se debe indicar que las mayores limitaciones de este estudio son las características de la muestra. Al tratarse de
una muestra pequeña y no probabilística cuyo nivel de inferencia es únicamente local (el hospital donde se realizó
el estudio) no se puede generalizar los resultados a la población objetivo. Sin embargo, se trata de un primer
esfuerzo por estudiar un problema en salud ocupacional que no está siendo adecuadamente atendido.

En conclusión, en el presente estudio se encontró una alta frecuencia de síntomas respiratorios entre los
residentes de especialidades quirúrgicas expuestos al humo del electrocauterio; aunque esta asociación no pudo
ser evaluada. Se recomienda difundir y promover medidas adecuadas de prevención entre el personal que
participa en los procedimientos quirúrgicos, para evitar la inhalación de partículas de humo durante las cirugías.

Agradecimientos: a la Dra. Ana M. Contreras, por la revisión crítica del texto y comentarios técnicos del presente
artículo, así como a la Dra. Silvia León Cortés, Dr. Manuel Pando Moreno y Eduardo Medina Becerra por sus
aportaciones al manuscrito.

Contribuciones de autoría: MN participó de la concepción del estudio y recojo de datos; MN, RG, MA y ML
participaron en el diseño del estudio, recojo de datos, análisis de resultados y redacción del manuscrito; DC
participó en la obtención de los resultados y traducción del manuscrito. Todos los autores participaron en la
revisión crítica del artículo y aprobación de su versión final.

Fuentes de financiamiento: autofinanciado.

Conflictos de interés: los autores declaran no tener conflictos de interés en la publicación de este artículo.
Referencias Bibliográficas

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Correspondencia: María Navarro Meza

Dirección: Calle Arista 1525, Colonia Centro. Guadalajara, Jalisco CP 44100; México.

Teléfono: (52) 333 826 0066

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