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En el caso del Uranio tenemos tres isótopos importantes: U 238, U 235 y U 234. Isótopo
de un elemento es otro elemento con el mismo número atómico pero diferente peso. Sus
abundancias relativas son 99.2739 ± 0.0007, 0.7204 ± 0.0007 y 0.0057 ± 0.0007 %,
respectivamente.
USOS
El uranio es el único combustible nuclear utilizado para generar energía. Una tonelada de
uranio equivale a 8000 toneladas de petróleo y a 12 000 de carbón. Además, tiene una
ventaja notable sobre otros combustibles: no produce anhídrido carbónico y, por tanto, no
contribuye al efecto invernadero.
Como protección contra la radiación por el alto peso atómico del U238.
En estado metálico, para blancos de rayos X y para hacer rayos X de alta energía.
Como compuestos, en la fabricación de vidrios especiales (Na2U2O7.6H2O) y
catálisis (el carburo de uranio se utiliza en la producción de amoniaco).
Algunos accesorios luminosos utilizan el uranio en fotografía (nitrato de uranio).
Como trazador, mediante la utilización de isótopos radiactivos, en la investigación
de aguas subterráneas.
En la fabricación de misiles, proyectiles y tanques, entre otros, debido a la alta
densidad y punto de fusión.
En el blindaje de tanques.
En munición antiblindaje.
El ion uranilo tiene una actividad extremadamente baja, excepto en los medios oxidados,
fuertemente ácidos, que únicamente pueden existir a altas temperaturas. En ambiente
epitermal no existen medios tan ácidos, por consiguiente, la concentración de uranio en
las aguas naturales, se debe sin duda a la facilidad de formación de complejos estables,
muy solubles. Según indican Chervet y Coulomb(1958), en medio carbónico, y según la
cantidad de CO 2, se forma U O 2 (C O 3)2−¿ estable entre pH 4,5 a 6,5 o U O 2 (C O 3)34−¿¿
¿
2
estable hasta pH 11; a partir de estos potenciales el uranio se precipita en forma de
U O2 ( O H 2 ) … n H 2 O . Análogamente en medio sulfúrico se forman los complejos
U O 2 (S O 4 )2−¿ ¿ 4−¿¿
2 y U O 2 (S O 4 )3 , los cuales pueden existir en un pH de 1,4 a 4.
Estos complejos son estables en medios oxidados, son muy sensibles a las condiciones
ambientales; así cualquier variación en las presiones parciales de C O 2 y H 2 S puede
producir su descomposición, y, por consiguiente, la precipitación, o formación de
minerales de uranio. El uranio de estas soluciones precipita fácilmente por la acción de los
iones P O 3−¿¿
4 y formas minerales de la serie de la autunita, reacción que está regulada por
la presión parcial de C O 2. Por otro lado, el uranio hexavalente de los complejos, puede
ser reducido por la acción de H 2 S (orgánico, o procedente de sulfuros) y precipitar en
forma de pechblenda. La naturaleza de los minerales formados, según demuestran los
trabajos de síntesis, es independiente del mecanismo de transporte, o naturaleza de la
solución.
De acuerdo con Holmes/1929), los yacimientos pueden ser divididos en dos grandes
grupos: "singenéticos", si se han formado contemporáneamente con la roca en la cual
yacen, y "epigenéticos", si los yacimientos son de edad posterior a la de la roca encajante.
Este criterio tan sencillo es quizá el más difícil de establecer en la realidad de cada
yacimiento, a pesar de los avances logrados en los últimos años en la determinación de la
edad absoluta de formación de los minerales.
En los últimos años se vienen utilizando los conceptos de singenia y epigenia, más que en
sentido cronológico, en sentido de aporte de materia. Singenéticos serían los yacimientos
formados por reorganización, en mayor o menor grados de los elementos químicos
existentes en la propia unidad geológica, y epigenéticos los yacimientos en los que es
evidente un aporte de materia. Realmente el problema epigenia-singenia centra la
temática de la Metalogenia actual.
YACIMIENTOS “SINGENETICOS”
YACIMIENTOS “EPIGENETICOS”
la percolación del uranio disperso (en granos detríticos., rocas cristalinas) por
aguas normales (no "magmáticas", ni "juveniles").
la expulsión del uranio con los fluidos residuales durante las últimas fases de la
consolidación magmática.
Esta última hipótesis, que domina en el conocimiento geológico del primer tercio de siglo,
es en la actualidad muy discutida, por no haberse podido encontrar las supuestas
relaciones entre los yacimientos metálicos y las rocas ígneas, principalmente en los
grandes depósitos minerales. El problema se agudiza con el descubrimiento y estudio de
una serie de yacimientos uraníferos, que no habían sido preconizados por estas teorías
metalogenicas de filiación magmática. Estos yacimientos "extraños", que constituyen la
mayor reserva de minerales uraníferos, son:
A continuación, vamos a revisar las hipótesis principales, emitidas para explicar la fuente
del uranio de los yacimientos, los cuales podemos dividir en tres grupos:
Davidson (1957); mantiene las ideas de Graton (1930) acerca de un origen epigenético, o
introducción de uranio-oro por fluidos hipogénicos, con posterioridad a la deposición y
consolidación de los conglomerados. Se basa en que, excepto en depósitos coluviales, la
uraninita no es estable en las condiciones de alteración, y en la situación privilegiada de
las mineralizaciones, en unos materiales que no contienen cantidades apreciables de
uranio ni oro. Esta hipótesis no ha tenido general aceptación; sin embargo, presenta una
serie de consideraciones muy interesantes al estudiar el yacimiento dentro de las teorías
de "geosinclinal" y "granitización". Como más adelante veremos las ideas de Davidson no
pueden olvidarse en un análisis objetivos de los procesos metalogénicos.
La teoría de ''precipitación” de Du Toit (1954) supone que los minerales de uranio, oro y
pirita fueren precipitados a partir de aguas, poco profundas, en las que se depositaron los
materiales cuárcicos del conglomerado. Aunque el proceso es bastante complejo, la
existencia en estas aguas de una abundante flora bacteriana y algas (formadoras de los
hidrocarburos) puede explicar, como señala MacGregor (1953), la precipitación conjunta
de estos tres minerales, aparentemente extraña. Esta teoría, aunque muy posible, como
señala Nel, tampoco ha tenido general aceptación. Katayama por último, sugiere que,
como los conglomerados han sido sepultados por grandes espesores de sedimentos,
pueden haber sufrido removilizaciones bajo condiciones hidrotermales.
Este ambiente tan propicio, como hemos visto, para el transporte acuoso de complejos de
uranilo, hace que la fuente del uranio en estos yacimientos pueda estar muy distante,
debido a la enorme facilidad de circulación de las aguas. En consecuencia, las hipótesis
sobre el origen del uranio son poco convincentes.
Hasta 1955 se consideró a los minerales negros de uranio (en forma tetravalente) como
primarios, por lo que no se dudó en asignar un origen hipogénico a los yacimientos donde
se descubrieron estos minerales. Estas ideas prácticamente terminan con el trabajo
“Origin of Uranium Deposits" de McKelvey, Everhárt y Garrels (1955), donde se refutan las
ideas genéticas anteriores al descubrimiento en 1940, de pechblenda en el Colorado
Plateau. Actualmente, está aceptada la hipótesis de formación de pechblenda por
reducción del uranio hexavalente contenido en soluciones supergénicas. Este hecho ha
conducido a reconsiderar las ideas de Lindgre, que, en 1928, suponía que los yacimientos
del Colorado Plateau, se habían formado mediante la lixiviación por las aguas
superficiales, del uranio contenido en rocas Ígneas y su posterior precipitación en forma
de minerales coloreados de uranio (en forma hexavalente).
El problema está centrado, por consiguiente, en conocer el mecanismo por el cual las
aguas subterráneas toman el uranio; problema que aún no ha sido resuelto plenamente.
Varios autores han propuesto para los yacimientos sedimentarios postpaleozóicos, un
origen detrítico del uranio, análogo al establecido para los conglomerados precámbricos
de Witwatersrand, que no ha sido aceptado; sin embargo, no puede descartarse la
posibilidad de la existencia de granos submicroscópicos detríticos de uraninita en las
areniscas. Para algunos yacimientos, parece probable, que el uranio proceda de la
lixiviación de las rocas graníticas marginales a las formaciones sedimentarias
mineralizadas; como, por ejemplo: los yacimientos eocénicos de Wyoming, en Estados
Unidos, los pliocénicos de Ningyotuse, en Japón, o los franceses de Lodéve. Este origen
es demasiado remoto para explicar la fuente del uranio de muchos yacimientos en
areniscas rojas.
Para los depósitos del Colorado, Neuerburg y «Sol. (1956) han sugerido que los diques de
diabasas pueden aportar uranio suficiente a las aguas profundas, Waters y Granger
(1953) análogamente, suponen que el uranio expulsado durante los procesos "de
desvitrificación de las lavas y tobas volcánicas se incorpora a las aguas connatas
mineralizantes; sin embargo, como demostró en 1956 Grunner, no es necesario recurrir a
fuentes ajenas a las propias rocas sedimentarias, ya que estas contienen cantidad
suficiente de uranio para formar yacimientos tipo Colorado Plateau.
Geólogos tan autorizados como Nininger y col. (1960) y Page (1960) sostienen la idea de
una introducción de uranio en el ciclo de las aguas subterráneas por fluidos hipogénicos
hidrotermales, procedentes de los últimos estados de la consolidación de magmas ácidos,
o en relación con las masas infrayacentes de rocas básicas o intermedias.
Hemos de considerar, por un lado, que los petrógrafos suponen que los sedimentos rojos
de areniscas y conglomerados continentales, se han formado bajo ciertas condiciones
climáticas, a partir de penillanuras graníticas; condiciones que coinciden con las que
según señala Katayama (1960), favorecen un contenido de uranio mayor en los
sedimentos, Por otra parte, es evidente que los especialistas coinciden en afirmar que,
mediante distintos procesos de extracción y concentración, las rocas acidas, de
composición próxima al granito, son la "roca madre" o fuente del uranio de los
yacimientos.
Por todo lo cual, un origen singenético, en el concepto de "source bed" de Knigt (1957) o
singénesis en el conjunto de la formación geológica mineralizada, es la fuente más
probable para el uranio, Asi podemos considerar a los yacimientos de uranio en
sedimentos formados:
- uranio de lixiviación.
FACTORES TECTONICOS
Aunque los factores tectónicos actúan de cierto modo indirectamente, son decisivos en la
formación de yacimientos, mediante la creación de fuertes gradientes anormales de
presión, capaces de movilizar los elementos, los cuales se agrupan para formar minerales
estables en las nuevas condiciones de presión y temperatura, (no se conocen causas
para la formación de gradientes anormales importantes de temperatura).
También los accidentes tectónicos dan origen a zonas de menor presión como fracturas
abiertas, brechas, etc, en los que pueden circular las aguas mineralizantes y precipitar las
sales disueltas, o simplemente, estos gradientes de presión actúan sobre el componente
móvil de los sistemas termodinámicos geológicos y regulan el sentido y la intensidad de la
difusión.
Sin embargo, en términos generales, la geología ha transcendido poco más allá de las
relaciones morfológicas, entre las mineralizaciones y los accidentes tectónicos, los cuales
son, junto con la temperatura y el potencial químico, los que regulan, en primer lugar, la
movilización de los materiales y, en segundo término, definen su situación,
particularmente en los yacimientos filonianos.
AGENTES DE PRECIPITACION
Agentes químicos: Estos agentes son indispensables para la deposición; si bien, dada
su complejidad, no han podido ser reunidos en un conjunto con repercusión metalogénica.
Su conocimiento es hipotético, pues sabemos, por los estudios de síntesis
experimentales, que los mismos minerales se forman independientemente del medio
químico de partida y de la causa de precipitación.
Su acción puede ser: directa, mediante reacción química, o indirecta, modificando las
condiciones ambientales de pH, Eh; o mediante el desplazamiento de equilibrio químico
de acuerdo con la ley de acción de masas en términos de actividades o fugacidades
parciales.
Los datos experimentales han probado que el uranio de las soluciones complejas de
uranilo, es fácilmente reducido a forma tetravalente por la acción de H s S , en las
condiciones de pH y temperaturas supuestas para los filones de pechblenda. Varios
autores, Gefroy (1955), Rafalsky (1958), Arribas (1961) suponen, como hemos visto
anteriormente, que el transporte se realiza en forma tetravalente, se apoyan
principalmente, en la deposición simultánea de la pechblenda con los sulfuros en muchos
filones, en las mutuas sustituciones o reemplazamientos, en las aureolas de reducción
que se originan a veces en los jaspes limoníticos posteriores a la pechblenda, y en las
condiciones reductoras de los ambientes filonianos, que hacen improbable un transporte
oxidado en su seno. Sin embargo, hemos de recordar, que la pechblenda se deposita en
un medio coloidal; es decir, que la precipitación se ha producido antes de la deposición
(según sea ésta, se formarán óxidos negros o pechblenda colomórfica), por lo que las
últimas fases del transporte, se efectúan realmente en forma tetravalente. Por otro lado, el
estado metaestable de la pechblenda es muy propicio para originar toda suerte de
reemplazamientos metasomáticos.
TIPOS DE DEPOSITOS
Se caracterizan por tener una forma arqueada, elongados, de canales fluviales fósiles de
cuerpos de uranio que cortan la arenisca encajonante altamente permeable, rodeada por
rocas menos permeables (Figura 8). Según estudios, los sedimentos se derivaron de
áreas graníticas, donde por meteorización de los granitos el uranio presente en
concentraciones traza en los granitos fue oxidado formando el uranio hexavalente,
altamente soluble, el cual migró y cuando llegó a las condiciones reductoras de sedimento
rico en materia orgánica se precipitó en forma de uranio tetravalente no soluble. Poner en
diapositiva.
Cuando las aguas oxidadas penetran en el ambiente reductor del sedimento, se genera
una zona irregular en forma de lengua de sedimento oxidado; en un perfil, el límite entre el
sedimento oxidado y el sedimento reducido (llamado límite redox) tiene contornos
cilíndricos, el frente del roll front corta los estratos de la roca huésped.
Tabulares
Los tectónicos/litológicos.
Están relacionados con areniscas y zonas de falla permeables. Un ejemplo de este tipo de
depósito es el de lago Ambrosia en Nuevo Mexico, EUA, o Mountana (el más conocido de
éstos depósitos es Oklo) en Gabón (Salas et al., 2000) el cual opera como un reactor
nuclear natural, y Lodève en Francia (Mathis et al.,1990). Los depósitos de Gabón se
encuentran en la sección superior de la arenisca paleoproterozoica de Mabinga (Dymkov
et al.,1997; Mossman et al., 2005). El uranio se encuentra ligado a las estructuras
tectónicas y siempre acompañado por hidrocarburo (querógeno y bitumen) asociado a
sulfuros; estas estructuras sirvieron como trampas para estos depósitos, la mineralización
de uranio ocurre cuando un fluido oxidado de uranio se mezcla con un fluido reducido rico
en hidrocarburo; en las zonas de los depósitos existe hidrofracturamiento que sirve como
canal para los fluidos mineralizantes. Las principales fases de la mineralización de uranio
han sido datadas de 1,700 a 2,100 Ma (Gautier-Lafaye et al.,1989). La edad de muchos
de estos depósitos es más joven que los 440 Ma, poco después de que los organismos
comenzaron a invadir los continentes (Figura 8).
METODOS DE PROSPECCION
Contador Geiger. Es el instrumento más práctico inventado hasta la fecha para descubrir
materiales radiactivos en el campo. Es generalmente llamado contador de centelleo.
Estos instrumentos registran pulsaciones aun cuando no estén cerca de minerales
uraníferos u otros materiales radiactivos. A estas pulsaciones se les designa cuenta de
fondo. Son producidas por rayos cósmicos y, parcialmente, por pequeñas cantidades de
elementos radiactivos presentes en casi todo cuanto existe sobre la Tierra. La cuenta de
fondo varía de acuerdo con la sensibilidad del contador, así como con la topografía y
geología de la región: es más elevada sobre algunas rocas (como granito) que en otras
(como basalto y caliza).
Espectrómetro de rayos gamma. El primer detector aerotransportado de minerales
radiactivos fue propuesto por el geofísico Ridland en 1943. En 1947 se hicieron los
primeros ensayos de registros aerotransportados con cámaras de ionización y contadores
Geiger. La primera patente para un espectrómetro de rayos gamma portátil fue registrada
bajo la firma de Roulston & Brownell de la Universidad de Manitoba en 1949. El
espectrómetro de rayos gamma es actualmente la primera técnica de prospección de
uranio aplicada mundialmente para el levantamiento de mapas geológicos, exploración
mineral y monitoreo ambiental. La gamma-espectrometría permite establecer la fuente de
radiactividad de uranio (U), torio (Th) y potasio (K), así como el conteo total de radiaciones
por unidad de tiempo presentes tanto en la atmósfera como en las rocas.
Geoquímica. Uranio, niquel, cobalto, cobre, molibdeno, bismuto, arsénico y plata son
buenos indicadores que se pueden utilizar en la prospección con base en muestras de
sedimentos activos, sedimentos lacustres y suelos. Muestras de aguas de corrientes y
fondos de lagos se pueden analizar para uranio y radio. Gases inertes como helio y radio
pueden ser detectados en relación con fuentes ricas de uranio en la prospección de
suelos y gases en suelos, así como en aguas subterráneas y corrientes.
URANIO EN COLOMBIA
Geología regional
La geología colombiana es compleja, pues cuenta con unidades geológicas que tienen
posibilidades de presentar altos contenidos de radiactividad que representen
mineralizaciones uraníferas, principalmente en rocas de la cordillera Oriental datadas
entre el Precámbrico y el Cretáceo, con menos frecuencia en la cordillera Central y en
algunos macizos que representen zonas de escudo, ambientes geológicos similares a los
que se encuentran en otras partes del mundo.
Geología local
Las investigaciones específicas sobre uranio en Colombia las adelantó el Instituto de
Asuntos Nucleares (IAN), que coordinó el trabajo de varias compañías, como AGIP,
Enusa, Total, Minatome, Cogema e Iaeay Coluranio. Algunos autores, como Cortés y
Pfeiffer, Ortega (1983) y Pacheco (1983) describen los ambientes geológicos uraníferos
colombianos, que cubren aproximadamente un 90 % (1 024 312 km2) del territorio
nacional. Resumiendo, estos trabajos Premoli y Lozano (1984) señalan los siguientes
tipos de mineralizaciones, según la roca huésped:
A todo lo largo de la cordillera Oriental, desde el departamento del Huila hasta Norte de
Santander, y en el periodo Maastrichtiano, se encuentran manifestaciones de uranio
relacionadas con niveles fosfáticos. La concentración de uranio en estos fosfatos es
aproximadamente de 3 ppm de uranio por 1 % de P2O5. Las mineralizaciones están
dentro de la unidad rocas sedimentarias de ambiente transicional marino, de edad
comprendida entre el Cretácico Superior-Eoceno, según el Mapa geológico de Colombia
(Ingeominas, 2006).
En el año 2010 Ingeominas realizó una exploración en el área occidental del macizo de
Santander. En un área de 3452 km2 se encontraron valores anómalos de uranio y torio
sobre partes puntuales de la formación Rosa Blanca, aunque no de importancia para
realizar labores de exploración a detalle (Ávila, 2010).
En ese mismo año, Ingeominas realizó otra exploración de uranio en Moniquirá (Boyacá)
en un área de 580 km2, donde se encontraron dos anomalías en rocas de la formación
Paja, asociadas posiblemente a la descomposición de la materia orgánica en los
ambientes anóxicos hay presencia del mineral secundario de uranio como uranofana
(González, Gómez, Muñoz y Vargas, 2010).
Areniscas
Conclusión